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Ac 1
Ac 1
Prólogo:
Olor a mar, a sal, y a C#. Esa fue la primera impresión que nuestros dos
amigos se llevaron antes de poder ni abrir los ojos. Aún sin abrirlos, notan que sus
cabezas están algo confusas, no saben que ha pasado. Lo último que recuerdan es que
era Viernes, el día más esperado de la semana para ambos; a Andresico le encantaba
porque así podía leer el Marca tranquilamente en clase de Redes mientras escuchaba
música clásica y a Callejas porque podía ensayar frente al espejo en plan “¿me estás
hablando a mi?” para mantener su cara de malo malote, que tanto miedo inspiraba a sus
alumnos.
Un resquicio de luz vieron conforme empezaban a abrir los ojos, una luz
cegadora, calida, amarilla, y doble por la jartá de beber que se dieron el Viernes noche.
Se encontraban frente al mar, en una playa arenosa, sin vistas de población cerca, ni de
barcos o algo cercano , la vista se perdía en el horizonte. Antes de moverse, reposaron
un poco a ver si se les pasaban los efectos aún presentes del alcohol; podemos suponer
que Andrés aguantó bien poco, pero que callejas se bebería hasta el agua de los floreros,
eso explicaría por qué en clase parece medio grogui y habla tan bajito, para que no le
duela la cabeza.
Comer y beber iban a dar bastante quehacer, porque nuestros dos amigos no
estaban ni mucho menos de acuerdo en las dietas a seguir:
-DESindependientemente de estar en una isla, yo neSeCito comer pescaicos
como los que compro en los recreos en el Mercadona, y mis zumicos de entre clase y
clase son vitales para mi.- Afirmaba Andresico con cara de preocupación –Tengo el
iSteNtino delicado y no puedo comer otra cosa.
-Ya empezamos…te tengo dicho que ni me hables a no ser que te hable yo! O
quieres que te sacuda una patada en los huevos que le duela hasta a tus nietos?!.
-Bueno, yo solo petRendia…
-Ni pretendías ni ostias, a callar! Que estoy hablando con mis potentes bíceps
y me desconcentras!- Contestó felizmente Callejas con una sonrisa propia del payaso de
It.
-Bueno, sea lo que sea, algo habrá que hacer para comer no?- respondió con
todo el peso de la lógica Andresico.
-No si, de vez en cuando, a pesar de tener el coraje de una colegiala
pubescente, hasta parece que piensas y todo. ¿Qué sugieres?
- Como tu y yo no comemos lo mismo he pensado lo siguiente: daremos cada
uno una vuelta por la isla cogiendo todo lo que nos pareSZa comestible y cuando lo
traigamos, lo metemos en estos CAJOOOOOOOOONES, para no sólo tener la comida
ordenada, sino para que veas que en casa mi mujer no es la única que sabe dónde están
las cosas.
Y dicho esto, Andresico comenzó su paseo recolector, mientras Callejas hacía
lo propio de un macho español: rascarse los receptáculos seminales de lado a lado
mientras su compañero hacía todo el trabajo. Ver que la única persona con la que estás a
solas en una isla desierta es un ejemplar dominante y fiero, a cualquiera le haría querer
recordar tiempos mejores; mientras caminaba con un estómago rugiente de hambre,
Andresico echaba la mente atrás, recordando tiempos mejores, incluso su primer amor,
Modesto, del cual se enamoró en cero coma.
Una vez se llenaron los cajones de comida y después de irritársele los
“cajones” a Callejas de tanto rascarse, el otro tema fundamental al que debían pasar era
el bebercio. En realidad, no parecía mayor problema, dado que había ricas y jugosas
variables de la clase CFruta, que daban exquisitos zumos: el problema en realidad era
Callejas, que haciendo honra a su virilidad, acababa con toda botella que le dieras de un
plumazo.
Finalmente respecto a dormir, la única decisión a tomar era quien dormía
encima de quien…os podeis imaginar la respuesta…o no?
Las alegres aventuras de Andresico y Callejas, historias delirantes pa reír por las orejas
Tras su primer dia durmiendo fuera del hogar y sin tener que preocuparse por
el ritmo que iban a perder los alumnos en clase, comenzaron a asimilar su cruel destino,
sumidos en el abandono, concretamente en el CAbandono. Había que dejar las penas
atrás y comenzar a tener como meta sobrevivir en aquel lugar. Los problemas
principales de abastecimiento ya estaban resueltos, por lo cual se disponían a empezar a
usar la sesera para usar las variables de su entorno en beneficio propio para cosas más
accesorias.
Callejas estaba en su salsa, no tenía nada que hacer salvo lo que haría
cualquier otro miembro de la secta de los adoradores del ombligo, pero a pesar de esto,
tenía también sus curiosidades acerca de que usos podía dar a su entorno. Tras dar un
breve paseo por la costa en busca de alguna botella con mensaje para bebérsela, empezó
a adentrarse en la isla y a escudriñar entre las palmeras. Cuán grande fue su sorpresa
cuando encontró al primer ser vivo medianamente inteligente de toda la isla, el mono01!
Al principio, el pobre se sintió algo amenazado porque veía su territorio invadido(hablo
de Callejas evidentemente), y tras intercambiar unos cuantos gruñidos y mearse en unas
113 palmeras en un radio de 6 km para marcar su territorio, Callejas finalmente aceptó
al simio como invitado.
Andresico decidió explorar la costa, pero por el lado de debajo. Se sumergió
con la esperanza de encontrar algo interesante o útil, pero allí no se veía absolutamente
nada que sirviera: una pistola de bengalas, un rifle, una nevera portátil llena de
provisiones no caducadas, tres sirenas de incipientes senos…nada útil. Sin embargo, la
suerte acompañaba a nuestro amigo y encontró algo que realmente deseaba y que sería
de vital importancia en cualquier isla desierta, una crimpadora para hacer cables de
red!!!.Estaba deseando que llegara Callejas para mostrarle el indispensable hallazgo.
Esperaba Andrés con ansia a Callejas, y no tardó mucho en llegar…el
problema es que la primera imagen que vió Andresico fue Callejas y a un mono aullador
de culo rojo dándose mordiscos y ostias en dirección hacia él.
-Auuuuuuuu!! AAACK! AAAACK AAAACK!- Esgrimia Callejas cargado de
razón.
-Permíteme la licencia de rebatir tu argumentación- respondió severamente
mono01.
Andrés no sabía que hacer y, ante el miedo de verse envuelto en el altercado,
cogió la piedra más grande que encontró y se la comió. Sí, yo también me quedé a
cuadros, y Callejas, y el mono01, tal fue su asombro que pararon de inmediato.
-Hombre ya! Las cosas que tiene que haSer uno para que le preTen aSenCión!
Se puede saber qué pasa aquí? Quién demonios es este marsupial?
-Pues qué va a pasar joer, nada. Hablábamos de qué superheroína tiene más
tetas, si WonderWoman o la tía de las tres tetas de desafío total y, aunque cueste
creerlo, no es ninguna de las dos, la que más tiene es Punky Brewster. Era un
intercambio amistoso de opiniones entre hombres, no lo vas a entender.
Andrés intentaba razonar esa cuestión mientras hacía por digerir un cuscurro
de dolomita y observando preocupado cómo el simio despiojaba el culo de Callejas a
mano llena.
Las alegres aventuras de Andresico y Callejas, historias delirantes pa reír por las orejas
Ya contaban casi una semana desde que aparecieron allí, aunque para gente
que usa el lenguaje C#, eso es como si hubieran pasado 3 meses y 7/8. Y en todo ese
CTiempo, empezaba ya a emanar un extraño olor de su zona de vida y es que estamos
hablando de una semana sin lavarse y sin una CLetrina decente donde miccionar y hacer
deposiciones excretales; no, no está escrito así por gusto, el mono01 era tan finolis que
estaba intentando aleccionar a ambos individuos en el buen uso de las lenguas.
-No me pareSCe necesario toda esta paraferLania para estár tres inViDiduos
en una isla desierta, yo hablo Ferpectamente!-exclamó Andresico rezumando por su
boca las palabras masticadas y escupidas de rigor.
-Estoy de acuerdo con lo que dice el lilas este! Tanta finura solo la tienen las
mujeres y los maricones; esta monstruosidad que me cuelga entre las piernas elimina lo
primero y lo macho que yo soy elimina lo segundo!-dijo Callejas mientras hacia mover
sus pectorales al ritmo de “viva el vino y las mujeres” de Manolo Escobar.
Posiblemente por primera vez en los días que llevaban abandonados,
Andresico y Callejas vieron la necesidad de cooperación para salir de allí con vida así
que, una vez de acuerdo, despellejaron vivo al mono por tocapelotas. Callejas se quedó
con su piel, la recortó y se confeccionó un felpudo pectoral para parecer más macho
aun; por otra parte Andresico preparó mono en pepitoria para cenar, el cual le ayudó en
la digestión piedrolítica que tenía pendiente(al contrario de lo que os enseñan en la
escuela, las piedras no se digieren fácilmente si no las mezclas previamente con
Chimichurri o no las pasas por harina antes de freírlas).
Una vez concluida la relación laboral con el mono01, se volvía a encontrar
ellos dos solos, mirando hacia el vacío horizonte, sin divisar un alma alrededor.
Conforme atardecía prepararon una fogata en la orilla. Era una bonita postal, verlos
junto a la hoguera dándose ostias en al cabeza con un par de cocos por haber dejado
escapar a las sirenas del capítulo anterior. Callejas ansiaba ver pechuga con extrema
urgencia, ya que tras una semana en la isla, la ropa de Andresico estaba ya toda hecha
jirones, dejándose entrever todas sus insinuantes y sugerentes formas, insinuantes como
el palo de una escoba y sugerentes porque te sugerían mirar para otra parte. Andresico
porque se pasó por alto lo principal, las sirenas son medio pescaicos, podía haberlas
metido en una bolsa, habérselas llevado a casa y haber hecho un sofrito con ellas.
Y pensar en esto les hizo darse cuenta de algo esencial en lo que no se habían
percatado, no tenían un techo donde cobijarse. Llevaban una semana durmiendo en la
playa a la intemperie, cosa que no solo era molesta porque amanecieran cagados de
gaviotas y cubiertos de algas, sino porque Callejas dormía en bolas y para colmo, se
levantaba con el calabacín juguetón mañanero, lo cual era una escena tan atroz que
requería de inmediato una pared de por medio.
Así que tocaba ponerse en faena y diseñar un cuchitril para poder taparse
cuando lloviera o nevara, que diera un aspecto más habitable a aquel lugar en el que
iban a pasar largo tiempo, tan largo como el rabazo matutino de Callejas por lo menos.
Las alegres aventuras de Andresico y Callejas, historias delirantes pa reír por las orejas