Entonces se metieron debajo de la mesa. Le dijo Daniel a Tom en bajo: ¡a la de tres! ¡Uno! ¡dos! ¡tres! Y salieron a todo correr con la linterna.
Cuando entraron al sótano dijo Tom: ¡mira, una
araña gigante!. -¡No, es la sombra!, dijo Daniel. -¡Un oso! -¡Ah, no puede ser! -¡Que no, hombre! ¡Que soy la tía Doris!, que vengo a invitaros por que cumplo 101 años. ¡Pues que morro con la tía Doris y que susto.