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Tu empleador no es un enemigo
El individuo, hasta la revolución industrial, siempre tuvo la posibilidad de prosperar con su trabajo.
Ese simple hecho es quizás la única misión que un Creador podría encomendar a su creatura más querida: Que produzca más que lo que consume, para que haya excedentes que aporten a su Creación.
Tu empleador no es un enemigo
El individuo, hasta la revolución industrial, siempre tuvo la posibilidad de prosperar con su trabajo.
Ese simple hecho es quizás la única misión que un Creador podría encomendar a su creatura más querida: Que produzca más que lo que consume, para que haya excedentes que aporten a su Creación.
Tu empleador no es un enemigo
El individuo, hasta la revolución industrial, siempre tuvo la posibilidad de prosperar con su trabajo.
Ese simple hecho es quizás la única misión que un Creador podría encomendar a su creatura más querida: Que produzca más que lo que consume, para que haya excedentes que aporten a su Creación.