Una meditacin para acompaar momentos difciles

Lectura
De la segunda carta de Pablo a los Corintios:
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Seor Jesucristo, Padre de las
misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas
nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que
sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. Porque as como
participamos abundantemente de los sufrimientos de Cristo, tambin
por medio de Cristo abunda nuestro consuelo. Si sufrimos, es para
consuelo y sal!aci"n de ustedes# si somos consolados, tambin es
para consuelo de ustedes, y esto les permite soportar con constancia
los mismos sufrimientos que nosotros padecemos.
Meditacin
El dolor es una realidad en la vida de todo hombre y toda mujer. Y
tambin aparece en la vida de los cristianos. Es un misterio que nos
desborda y nos interpela, que muchas veces nos hace gritar de
bronca e impotencia.
Nuestra fe no nos quita el dolor. Pero nos permite vivirlo de un modo
distinto. Cada ve que vemos la cru de !es"s, sabemos que para
#ios, el dolor no es algo desconocido. Creemos en un #ios que no
vino a darnos respuestas abstractas sobre el dolor$ vino a compartirlo
con nosotros, a llenarlo con su presencia para que sepamos que no
hay situaci%n, por dolorosa o sin sentido que pareca, que no pueda
ser alcanada por su amor.
Eso nos abre a la esperana, a la con&ana y la pa. Podemos llevar
adelante nuestro dolor porque podemos unirlo al amor de !es"s.
'abemos que l conoce nuestra soledad, nuestra oscuridad y
nuestras inquietudes. Nuestro #ios es un dios cercano,
profundamente cercano, especialmente en el dolor, porque si
abundan los sufrimientos, sobreabunda el consuelo.
Por eso podemos con&arle lo que sentimos sin miedos ni dudas, sin
disfraar lo que nos preocupa y nos quita la pa. (nimmonos a
dejarnos acompa)ar por !es"s. *l esta cerca y nos busca. No se trata
de negar lo que sentimos ni de hacer que no pasa nada. Creemos en
un #ios que dijo en la cru, +,#ios m-o, #ios m-o. /Por qu me
abandonaste01. 2o importante es con&arle lo que nos pasa y de lo
dem3s se encarga l. No cerrarnos, sino poner en sus manos lo que
atraviesa nuestro cora%n$ si es bronca, dec-rselo4 si es confusi%n,
tambin4 si es tristea, derramarla en el di3logo sincero con l. #e lo
dem3s, l se encarga.
No tengamos temor de mostrarnos fr3giles, heridos y sacudidos
delante de #ios, porque es justamente en esos momentos donde m3s
nos quiere acompa)ar, para llevarnos lenta y pacientemente hacia la
pa y la lu, respetando nuestros tiempos y procesos.