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ÍNDICE
2
INTRODUCCIÓN
I) LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS MICROEMPRESARIOS.........................................179
A) LAS CARACTERÍSTICAS INDIVIDUALES...............................................180
B) LAS CARACTERÍSTICAS FAMILIARES....................................................197
C) LAS CARACTERÍSTICAS SOCIOPRODUCTIVAS....................................208
II) LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS MICROEMPRESAS...................................220
III) LOS IMPACTOS DE LAS MICROINVERSIONES............................................235
VIII) CONCLUSIONES.................................................................................................281
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................306
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo forma parte de un proyecto de investigación de más largo aliento: el análisis e-
valuativo de los impactos socioproductivos de las acciones programáticas del estado venezolano y
la sociedad a la que éste pertenece, en los dos ámbitos hasta ahora identificados en la Economía
Popular: las microempresas populares y el consumo familiar popular.
El estudio permitió, mediante métodos cuantitativos y cualitativos y una perspectiva sociopolítica,
un análisis evaluativo que tuvo como referente empírico el proceso político, técnico y
organizacional del rector de las iniciativas oficiales y civiles en el ámbito de la Economía Popular,
la Fundación “Fondo de Cooperación y Financiamiento de Empresas Asociativas, FONCOFIN, y
de su estrategia de financiamiento a la microempresa popular 1 y sus articulaciones con los
macroprocesos políticos, económicos, sociales y culturales en el actual periodo histórico.
La estrategia crediticia directa del Fondo fue ejecutada entre 1987, año de su puesta en marcha, y
1992, año de su clausura en beneficio exclusivo de la ejecución delegada en las, hoy correctamente
denominadas en el IX Plan de la Nación, organizaciones civiles de desarrollo social, a través,
primero, del Programa de Inserción del Joven y la Mujer de Escasos Recursos al Proceso
Productivo, creado en 1986 y desmantelado en 1989, y, luego, del Programa de Promoción y
Apoyo a la Economía Popular, creado en 1989 y clausurado en 1995. No obstante lo anterior, el
estudio abarcó hasta febrero-julio de 1994, lapso en el que el presidente Caldera, preanunciando la
quinta y mayormente definitiva restructuración política, administrativa y programática del Fondo y
1
La segunda parte del proyecto investigativo propuso evaluar los impactos socioproductivos de la estrategia de financiamiento
que viene siendo delegada desde 1990 en organizaciones civiles sin fines de lucro y oficiales descentralizadas.
Lamentablemente las nuevas autoridades de FONCOFIN decidieron no aceptar la propuesta, no obstante que, ante la carencia
de estudios metódicos, el proyecto investigativo está avalado por la Escuela de Gerencia Social y la Universidad Central de
Venezuela.
3
2
Esta se produjo efectivamente a partir de marzo-abril de 1995 con la efectiva descentralización del Fondo, la
restructuración de su Junta Directiva, la “reconversión” organizacional y programática, la clausura del Programa de
Apoyo a la Economía Popular y consecuente sustitución por el nóvel Programa de Fomento a la Economía Solidaria el
cual, en los meses anteriores, había estado adscrito a la Superintendencia Nacional de Cooperativas (SUNACOOP).
4
A este respecto, Cartaya (1989a) muestra que, contrario a lo que sucede en el denominado sector
5
moderno, en la Economía Popular la mujer ocupa mayoritariamente la jefatura del hogar, en virtud
de lo cual las actividades económicas desarrolladas en los barrios y, específicamente, dentro de las
viviendas, están asociadas en un 88.98% a mujeres, en coherencia con su necesidad de comple-
mentar el ingreso familiar sin que ello implique descuidar la vigilancia y educación de sus hijos
(CENDES 1992:47). Los datos del cuadro No. 1 coinciden, aunque de manera inversa, con la
muestra de GEL (1993:152) la cual estuvo integrada por 52.03% de hombres y 47.97% de mujeres.
La paridad en el universo, permite concluir que el género no es determinante en el funcionamien-
to de las meps, puesto que las mujeres se encuentran (cuadro No.8), como los hombres, dispersas en
los diversos rangos de la categoría "años de experiencia", en especial entre aquellos que van de uno
a diez años (25.9%; 27.4%) y de once a veinte (25.2%; 25.2%), y, en menor medida, en los rangos
de veintiuno a treinta (11.5%; 17.7%) y de treinta y uno a cuarenta años (11.2%; 8.3%).
El hecho de la equiparidad con leve mayoría de mujeres, puede obedecer no sólo a determinacio-
nes económicas, sino, también y además, a patrones culturales que tienen más que ver también con
el mayor nivel educativo del universo financiado. A este respecto, Rakowsky (1985) muestra que la
participación de las mujeres de clase media en el mercado laboral es más común que en los hogares
de bajos recursos; en éstos dicha participación es aceptada sólo en situaciones de extrema necesi-
dad, vgr., cuando el jefe de la familia está desempleado. No obstante, lo anterior contrasta con
Contreras, Ríos y Fonseca (1992:15-16) y CISOR (1991:17) quienes señalan un perfil masculino
acorde con la composición de la fuerza de trabajo nacional3. Para aquéllas, el 68.2% y, para
CISOR, el 67% de los MEPs son hombres4.
2) LA DISTRIBUCIÓN POR EDADES: El perfil etáreo del universo tiene entre veinticinco y
treinta y cuatro (36.4%) y entre treinta y cinco y cuarenta y nueve años de edad (47.4%). Si bien el
5.8% de la muestra tiene más de cincuenta años, el 23.5% tiene de veinticinco a treinta y cuatro
años, y el 70.7% de treinta y cinco a cuarenta y nueve años. Este último rango correlaciona con el
hecho de que el 49% de la fuerza laboral en 1992-93 (OCEI procesada por Romero 1994), se
concentra en tales edades. Asimismo, correlaciona con las proporciones de la muestra: 70.7% tiene
3
Para el primer semestre de 1992, fecha de la clausura de la Ejecución Directa de FONCOFIN, la fuerza de trabajo en el
sector moderno estaba compuesta por 58.9% de hombres y 41.1% de mujeres; y la del denominado "sector informal" por
61.9% de hombres (la mayoría de éstos entre los veinticinco y los cuarenta y cuatro años de edad) y 38.1% de mujeres (la
mayoría de éstas entre los quince y los veinticuatro años de edad) (OCEI 1992).
4
Para las tres investigadoras, la proporcionalidad de los sexos se expresa sólo en las actividades propiamente productivas:
56.7% hombres y 57.1% mujeres mientras que en el comercio existe un 10.0% de aquéllos y un 17.9% de éstas. Sin
embargo, en los servicios hay un 33.3% de hombres y un 25.0% de mujeres.
6
de treinta y cinco a cuarenta y nueve años, el 23.5% de veinticinco a treinta y cuatro, y el 5.8% más
de cincuenta años. En el cuadro No. 2 vemos dos segmentos: el de los mayores de cincuenta años
de edad (10.3%) y el que va de los dieciocho a los veinticuatro años (5.9%) a los cuales no se les
concedió prioridad alguna dentro de la política crediticia.
DE 18 A 24 32 5.9
DE 25 A 34 198 36.4
DE 35 A 49 258 47.4
50 AÑOS Y MAS 56 10.3
NO INDICA 0 0.0
BASE 544 100.0
FUENTE: FONCOFIN. Base de datos y elaboración nuestra.
(17.6%) en tanto que el 35.6% declaró no tenerlos. La tendencia a un número menor de hijos, que
coincide con el promedio nacional por familia en el actual decenio (OCEI 1994) parece expresar la
8
correlación clásica de que a mayor nivel de instrucción formal menor número de hijos. Esto en
tanto el universo tiene niveles relativamente altos de instrucción (cuadro No.5). Más de la mitad
(52.8%) no contestó a esta pregunta.
5) EL NIVEL DE INSTRUCCION: Observando el cuadro No. 5 por género, nos damos cuenta
de que las mujeres del universo tienen menor instrucción que los hombres; aquéllas se concentran
más en la primaria completa y menos en los estudios universitarios. Sin embargo, el nivel instruc-
cional de las homónimas de la muestra, si bien es menor que el de los hombres, resulta ser más
elevado que el de las del universo: ellas se concentran, además de la primaria incompleta y
completa, en la secundaria incompleta (11.7%) y completa (11.7%) y técnica incompleta (5.9%).
Asimismo, los hombres de la muestra tienen, por lo general, un nivel más elevado que los del
universo: en contraste con el 13% de éste, el 35.2% es técnico superior (5.9%), cursó la universi-
taria incompleta (23.5%) y es profesional (5.8%).
Por grupos de edad, los(las) más jóvenes del universo ostentan mayor instrucción que los(las) de
mayor edad, concentrados éstos más en el segmento de la primaria completa. Si bien el 52.55% del
universo tiene primaria completa (28.15)5 y secundaria incompleta (24.4%), el perfil de este nivel
se asemeja, aunque no demasiado, a los estudiados por GEL (1993:155) y Contreras, Ríos y Fonse-
ca (1992:17) para quienes el 68.7%6 y el 59.1% tienen primaria completa y secundaria incompleta.
En contraste, el 24.4% del universo (cuadro No.5) cursó la secundaria completa en correlación
inversa con los datos de los autores citados para quienes apenas el 8.13% y el 15.9% de sus encues-
tados tiene secundaria completa. Asimismo, a diferencia de GEL (1993:155) =para quien el 6.10%
de sus estudiados tienen estudios técnicos completos (3,25%) y superiores incompletos (2.85%)= y
de Contreras, Ríos y Fonseca (1992:17) =para quienes el número de sus estudiados no sobrepasa el
6%= el 13% del universo es técnico superior (3.9%), universitario incompleto (5.1%) y es
profesional universitario (4%).
6
Con omisión de la información sobre las mujeres, CISOR (1991:17) refiere que el 67% de los microempresarios tiene
primaria completa.
9
6) LA PROFESIÓN U OFICIO: Las profesiones u oficios del universo son, de acuerdo con el
cuadro No. 6, principalmente empleados y obreros (31.1%), profesionales y técnicos (21%), y
cuentapropias (17.8%). Sólo un 2.0% estaba desempleado al solicitar el crédito. Resalta el hecho de
que más hombres (11.1%) que mujeres (4%) no respondió a esta pregunta. Aparte de los oficios del
hogar, que son desempeñados exclusivamente por mujeres (9.4%), hay una mayor proporción de
éstas empleadas y obreras (38.5%), cuentapropias y productoras de servicios (18.4%) y
comerciantes (11.7%), mientras que los hombres se concentran básicamente como estudiante
(12.4%), cuentapropita (16.9%) y profesionales y técnicos (28.8%). Este tipo de inserción adquiere
sentido a la luz de la irresistible segmentación del mercado, una de cuyas expresiones es la masculi-
nización y feminización de ciertas actividades.
CUADRO No. 6: PROFESIÓN U OFICIO DE LOS (LAS) MEPs POR GÉNERO Y EDAD.
ACTIVIDAD TOTAL SE XO E DA DE S
F M 18-24 25-34 35-49 <50
% % % % % %
EMPLEADO Y 31.9 38.5 21.5 21.9 29.8 32.9 32.1
OBRERO
CTA.PPIA. Y 17.8 18.4 16.9 15.6 20.2 16.7 15.2
SERVS.
10
Los datos indican una recomposición ocupacional dado que, al solicitar el crédito, el 76% era
cuentapropia, el 11.7% asalariado y el 11.7% no trabajaba. Hoy el 47.0% es cuentapropia, el 17.6%
comerciante, el 11.7% empleado u obrero, el 11.7% del hogar, y el 11.7% profesional. El 23.52%
está desactivado.
7) EL APRENDIZAJE DEL OFICIO: El cuadro No. 7 muestra la poca incidencia de la
educación formal en la formación de MEPs ya que el 46.7% del universo y el 64.7% (H:41.3%;
M:23.5%) de la muestra aprendió su oficio trabajando. No obstante, el aprendizaje mediante cursos
libres (23.9% del universo; 23.5% de la muestra) y escuelas técnicas (12.9%) expresa un porcentaje
que llama la atención sobre la importancia de la capacitación formal en la formación de los "cua-
dros" MEPs (cuadro No. 20). Esta situación varía según el género. Es significativo que el 45.7% de
las mujeres, en contraste con el 27.4% de los hombres, aprendió su oficio en cursos libres y
escuelas técnicas. Dichas tendencias se mantienen también por grupos de edades. Y si tomamos en
cuenta el hecho de que el universo puede
considerarse consolidado, dado el número de años de experiencia en el oficio (cuadro No. 8), nos
damos cuenta de que ostenta una consistente trayectoria vocacional, la cual se apoya en las capaci-
dades que lograron desarrollar en su vida remunerada y microempresarial. A este respecto, GEL
(1993:183), en coincidencia con CISOR (1991:19-20), señala también que no obstante el alto
porcentaje que no recibió ninguna capacitación (67.89%), un grupo aprendió su oficio en cursos
(32.11%), con amigos o parientes (21.54%), en otro establecimiento (19.51%), y por auto-
instrucción (16.67%).
de veintiuno a treinta años y la muestra expresa este perfil: el 64.8% (H:41.7%; M:23.5%) tiene de
uno a diez años, el 11.7% (hombres) de once a veinte y el 11.7% (mujeres) de veintiuno a treinta
años. Esto se debe a que FONCOFIN exige tener no menos de un año de experiencia. A este
respecto, para CISOR (1991:19 y 31) el 78% de sus estudiados, si bien se inició sin experiencia, tie-
ne un promedio de 8.8 años, y, en los servicios, 12.3. Para Contreras, Ríos y Fonseca (1991:19) el
promedio es de 6.9 años en tanto que el 58.13% y el 28.05% de GEL (1993:161) tienen más de
cuatro y diez años y más como MEPs.
CUADRO No. 10: NÚMERO DE MIEMBROS DEL HOGAR DE LOS (LAS) MEPs.
NÚMERO DE TOTAL SE XO E DA DE S
MIEMBROS F M 18-24 25-34 35-49 <50
% % % % % % %
7
Complementando, pero de manera contrastante, la información aportada, Cartaya (1989a:28) informa que "cada
ocupado en un hogar de extrema pobreza debe mantener a 5 miembros inactivos mientras que en los hogares no pobres
debe procurar el sustento de sólo 2.2 personas."
13
CUADRO No. 11: OCUPACIÓN DE LOS (LAS) CÓNYUGES DE LOS (LAS) MEPs.
ACTIVIDADES TOTAL SEXO
PORCENTAJE FEMENINO MASCULINO
En relación con la muestra, el 47.0% de los(las) cónyuges no tiene ocupación, el 35.2% sí la tiene
sin especificar, y el 17.6% se ocupa de los oficios del hogar.
4) EL APORTE DE LOS(LAS) CÓNYUGES AL INGRESO FAMILIAR: Aquí también un
alto porcentaje del universo y de la muestra no contestó la pregunta (cuadro No.12). El 34.6% del
14
CUADRO No. 12: APORTE DE LOS(LAS) CÓNYUGES DE LOS(LAS) MEPs AL INGRESO FAMILIAR.
OPINIONES TOTAL SE XO E DA DE S
F M 18-24 25-34 35-49 <50
% % % % % % %
Sí 34.6 40.3 28.6 18.8 40.4 36.0 16.1
NO 26.3 18.0 35.0 15.6 22.7 27.9 37.5
NO INDICA 39.2 41.7 36.5 65.6 36.9 36.0 46.4
BASE 544 278 266 32 198 258 56
FUENTE: FONCOFIN. Base de datos y elaboración nuestra.
primero y el 29.4% de la segunda dijeron que sus cónyuges sí aportan ingresos para cubrir los
gastos del hogar, mientras que el 26.3% dijo que no. El número de los cónyuges que aporta dinero
al hogar (40.3%) es mucho mayor que el de las cónyuges (28.6%), en congruencia con el carácter
masculino de la fuerza laboral nacional y con el hecho cultural de que el papel familiar básico de
los hombres es el de suplidores de ingreso (CENDES 1989, 1992; Cartaya 1989).
5) EL MONTO DE LOS INGRESOS FAMILIARES: Del universo sólo el 68.4% respondió la
pregunta. De éstos, el 37.7% declaró ingresos menores de Bs.10.000, el 30.7% menores de Bs.20.-
000, el 9.6% menores de Bs.40.000 y sólo el 1.4% mayores de Bs.40.000.oo. (cuadro No.13). En
cuanto a la muestra, el 58.6% de los ingresos familiares oscila entre Bs.20.000.oo y Bs.40.000.oo, y
el 29.3% es ma-yor de Bs.50.000.oo. Los ingresos de las familias de los hombres son, por lo
general, mayores que los de las mujeres, pero en el rango mayor de los Bs.50.000.oo los hogares de
éstas tienen ingresos mayores.
Estos datos, como los anteriores, resultan muy difíciles de significar puesto que (cuadro No.36) el
20.5% de las solicitudes son de 1987-89 y el 75.2% de 1990 (55.7%) y 1991 (19.5%) 8 y el ingreso
declarado, puede expresar un sesgo hacia abajo en el afán de de asegurar la elegibilidad crediticia.
Lo anterior coincide con la situación planteada por Romero (1994:11) quien determinó un
subregistro de los ingresos en la Economía Popular, lo que la hace suponer la existencia de ingresos
reales y nominales mayores que los declarados por los informantes. Con base en las Encuestas de
8
Recordemos que en 1989, luego de un breve repunte reactivador producido en 1987-88, se inició el segundo ciclo rece-
sivo del decenio de los `80 y que en 1990-91 presentó una breve recuperación macroeconómica que no tuvo traducción
microeconómica ni en los fondos de trabajo ni en el mejoramiento de las condiciones de vida de los agrupamientos popula-
res y medios.
15
Empleo de la OCEI, aquélla nos informa que, en bolívares de 1984, los ingresos promedios
mensuales nominales (N) y reales (R) de los ocupados en la Economía Popular, fueron los
siguientes: 1988 (N= Bs.3.522; R= Bs. 1.565), 1989 (N= Bs.5.271; R= Bs.1.221), 1990 (N=
Bs.6.718;R= Bs. 1.161), 1991 (N= Bs.8.698; R= Bs.1133), 1992 (N= Bs.12.359; R=Bs. 1.221),
primer semestre de 1993 (N= Bs.15.051; R= Bs.1.277).
No obstante el subregistro y sesgo mencionados, la estructura del ingreso del universo es mayor que
la detectada por Contreras, Ríos y Fonseca (1992:51) cuyos datos correlacionan de manera inversa
con los nuestros. Para éllas el 17.1% tiene ingresos menores de Bs.15.000, el 40.8% entre Bs.1-
5.001 y Bs.35.000, el 23.7% entre Bs.35.001 y Bs.55.000, y el 18. 4% más de Bs.55.000.
6) LA TENENCIA Y EL TIPO DE VIVIENDA: Si bien el 22.8% del universo no respondió, la
mayoría habita en casas (66%) y apartamentos (21%). Tan sólo el 2.2% y el 2.4% habita en ranchos
y quintas (cuadro No.14). El 76.4% (H:41.1%; M:35.2%) de la muestra reside en apartamentos, el
17.7% (H:11.7%; M:5.8%) en casas y el 5.8% (H:5.8%;M:0.0%) en quintas. En relación con el
local, GEL (1992:164) da cuenta de que el 78.69% de quienes tienen éstas dentro de las viviendas
habitan en casas y que apenas un 25.61% de los que tienen aquélla en local aparte habitan, princi-
palmente, en piezas y, luego, en casas. En cuanto a la propiedad de la vivienda, 37.9% del universo
tiene casa propia pagada y
16
CUADRO No. 14: TIPO DE VIVIENDA QUE HABITAN LOS (LAS) MEPs.
TIPO DE TOTAL SE XO E DA DE S
VIVIENDA F M 18-24 25-34 35-49 <50
% % % % % % %
QUINTA 2.4 1.8 3.0 0.0 2.5 3.1 0.0
APARTAMENTO 21.0 19.4 22.6 15.6 20.7 22.1 19.6
CASA 66.0 67.3 64.7 65.6 65.2 67.1 64.3
RANCHO 2.2 2.5 1.9 0.0 2.0 1.6 7.1
PIEZA 0.6 0.0 1.1 6.3 0.5 0.0 0.0
NO INDICA 7.9 9.0 6.8 12.5 9.1 6.2 8.9
BASE 544 278 266 32 198 258 56
FUENTE: FONCOFIN. Base de datos y elaboración nuestra.
el 6.1% la está pagando. Sólo un 13.2% habita vivienda con opción a compra (13.2%) y el 20%
vive alquilado (cuadro No.15). El 47.0% (igual número de hombres y de mujeres) de la muestra
tiene proporciones iguales de viviendas propias pagadas y alquiladas; sólo un grupo de mujeres
(5.8%) la está pagando. Estos datos se asemejan a los de GEL(1993:166) para quien sus estudiados
habitan viviendas propias pagadas (77.05%) y alquiladas (16.39%).
ACTIVIDADES TOTAL SE XO E DA DE S
F M 18-24 25-34 35-49 <50
% % % % % % %
TEXTIL 34.0 46.8 20.7 18.8 34.8 35.3 33.9
ARTESANAL 16.7 17.3 16.2 9.4 21.2 14.3 16.1
MANIP.ALIMS. 7.7 9.4 6.6 9.4 6.6 7.8 10.7
DEL HOGAR 2.2 4.0 0.4 0.0 1.0 3.1 3.6
CARPINTERíA 2.9 0.0 6.0 12.5 2.5 2.3 1.8
COMERCIO 4.2 2.2 6.4 3.1 3.5 5.8 0.0
SERVICIOS 7.0 6.8 7.1 9.4 4.0 7.4 14.3
CONSTRUCCIóN 3.3 0.4 6.4 3.1 1.0 5.0 3.6
HERRERíA 2.4 0.0 4.9 6.3 3.0 1.6 1.8
DESEMPLEADO 4.4 4.7 4.1 9.4 5.1 4.3 0.0
ESTUDIANTE 0.6 0.0 1.1 3.1 1.0 0.0 0.0
AGROINDUSTRIA 1.1 0.7 1.5 0.0 1.5 0.8 1.8
PROF.Y TéC. 10.7 5.4 16.2 15.6 11.6 9.7 8.9
NO INDICA 2.8 2.5 3.0 0.0 3.0 2.7 3.6
BASE 544 278 266 32 198 258 56
FUENTE: FONCOFIN. Base de datos y elaboración nuestra.
8) LA ACTIVIDAD DE LOS(LAS) MEPs: Las actividades al solicitar el crédito eran tan
variadas que nuestra categorización sólo pudo ser aproximativa. La mayoría era ya propietario(a) ya
que es una exigencia de FONCOFIN. De acuerdo con el cuadro No.16, las actividades al solicitar el
crédito eran, prioritariamente, las de la producción =concentradas en las textileras (34.0%), las
artesanías (16.7%) y la manipulación de alimentos (7. 7%)= y, en segundo lugar, los servicios
(7.0%). El 4.4% era desempleado(a) y el 2.2% de oficios domésticos. Sólo el 10.7% era profesional
y técnico. En cuanto a la muestra, aunque algunos tenían más de una actividad, el 41.1% (H:35.5%;
M:5.9%) estaba en comercio y servicios, el 35.2% (H:11.7%; M:23.5%) en textiles y el 23.4%
(H:11.7%; M:11. 7%) en artesanías.
la muestra es cuentapropia, el 17.6% comerciante, el 11.7% asalariado, el 11.7% del hogar, y el 11-
.7% técnico. El perfil ocupacional declarado por el universo no se corresponde con los datos de
OCEI (1992) para quien el “sector informal” estaba compuesto por ASALARIADOS: 14.0% M;
14.4 H. TRABAJADORES FAMILIARES: 2.2% M; 0.5% H. CUENTAPROPIAS: 62.0% H; 49-
.7% M. PATRONOS: 20.9% H; 4.8% M. SERVICIO DOMÉSTICO: 29.3% M y 2. 2% H9.
2) LAS RAZONES DE INICIO DE LA ACTIVIDAD MICROEMPRESARIAL: El 22.6% del
universo omitió responder a esta pregunta. No obstante, el perfil motivacional (cuadro No.18) que
los concitó a emprender sus actividades, coloca, en primer lugar, el deseo de independencia
(31.1%) seguido por la búsqueda de mayor ingreso (10.8%) y de ingresos e independencia (18.8%).
El 76.6% de la muestra se inició como MEP buscando independencia, el 17.6% mayores ingresos,
y el 5.8% empleo. A este respecto interesa señalar que para Contreras, Ríos y Fonseca (1992:63), el
deseo de independencia motivó al 63.0% de sus estudiados. Sin embargo, CISOR (1991:24) detectó
que, en primer lugar, son los problemas económicos (39%) seguidos del deseo de independencia
(28%) y la poseción de habilidades especiales (19%) los motivadores básicos de la aventura
microempresarial.
No obstante que la variable desempleo fue aducida apenas por un 4.8% del universo como
motivador, llama la atención que sean las mujeres (5.0%) quienes, aunque muy levemente, se
vieran más afectadas que los hombres (4.5%) por el desempleo, lo cual es coherente con el cuadro
No.1 y con el hecho de que el 14.0% de aquéllas emprendieron las actividades buscando mayores
ingresos en tanto que sólo un 7.5% de los hombres lo hizo con esta intención. Es la razón por la que
nos parece que las mujeres valoran mucho más que aquéllos el mayor ingreso como principal razón
de haberse iniciado como MEPs.
3) LA CAPACITACIÓN RECIBIDA: El 56.3% ha recibido cursos (cuadro No.20), en especial
las mujeres (65.8%), lo cual contrasta con el 36.57% de GEL (1993:159) que sí recibó capacitación
frente al 62.6% que no. El grueso ha recibido cursos en textiles (32.0%), servicios (13.1%), artesa-
nía (8.2%), contabilidad (7.5%), y manipulación de alimentos (6.2%); y los muy jóvenes y muy
viejos de ambos géneros no han recibido cursos de capacitación, lo cual permite suponer que ésta la
realizaron en el ejercicio de su actividad (cuadro No7).
9
Las categorías ocupacionales del denominado sector moderno de la economía son las siguientes: ASALARIADOS:
97.5% mujeres y 92.3% hombres. CUENTAPROPIAS: 2.0% mujeres y 1.9% hombres. PATRONOS: 0.5% mujeres y 5.8%
hombres (OCEI 1992).
20
Lo anterior es coherente con el hecho de que el 62.7% de las meps está dentro de las viviendas
(cuadro No. 27) las cuales, también, en alto porcentaje, son propias. De la muestra, el 35.3%
(17.7% textiles; 11.8% artesanías; 5.8% servicios) están dentro de aquélla, el 11.7% cerca, y el
29.4% fuera. Las meps ubicadas principalmente dentro de las viviendas son textileras y artesanales
mientras que las de servicios, manipulación de alimentos y construcción se realizan en alta propor-
ción fuera. Si bien el porcentaje ubicado dentro es similar al 56.91% y al 57.0% encontrados
respectivamente por GEL (1993:164) y CISOR (1991:28), dicha suma contrasta con el de Contre-
ras, Ríos y Fonseca (1992:23) para quienes sólo un 8.0% opera en su casa. Asimismo, el alto
porcentaje de propietarios (52.8% del universo y 41.17% de la muestra) contrasta con el hecho de
que para GEL (1992:167) el 63.49% y para Contreras, Ríos y Fonseca (1992:23) el 61.4% funciona
22
en local alquilado, mientras que, para el primero, sólo el 22.22% y, para las segundas, el 28.4%, en
local propio. Adquiere sentido, pues, la hipótesis de que el lugar de la mep, dentro o fuera de la
vivienda, puede no determinar el nivel de productividad y organización; adquiere relevancia el
hecho no económico, sino, cultural, de que dados los años de instrucción, capacitación y expe-
riencia, y los niveles de autoestima y de motivación al logro del universo, las meps no son de
sobrevivencia, sino, consolidadas, aún dentro de la acumulación simple.
2) LOS SERVICIOS CON QUE CUENTAN: Los locales cuentan con los servicios colectivos
básicos para su adecuado funcionamiento (cuadro No.28): agua interna (87.1%), cloacas (70. 6%),
aseo urbano (69.4%), teléfono (56.4%) y luz eléctrica
(88.6%). El 88.2% de la muestra cuenta con agua interna, red de cloacas, aseo urbano y teléfono;
sólo el 5.8% carece de alguno, lo cual indica que se encuentran integradas a la trama urbana y, por
lo tanto, están equipadas para su eficiente funcionamiento, situación que contrasta con los datos de
GEL (1993:182) para quien el 54.06% tiene agua interna, el 23.58% aseo urbano, el 14.63%
teléfono y el 93.90% luz eléctrica.
3) LA CONDICIÓN DE PROPIEDAD: La condición de propiedad es muy variada (cuadro
No.29). No obstante, los mayores porcentajes los encontramos en las unipersonales (35.3%) y en
las familiares (27.4%) y, en menor medida, en las asociaciones civiles y sociedades de responsabili-
dad limitada (10.7%) y no familiares (9.7%). El 58.7% de las meps es sociedad sin responsabilidad
limitada, el 11.6% asociación civil, el 11.8% compañía anónima, el 5.9% unipersonal y el 5.9%
sociedad civil. Todas cuentan con el registro mercantil. Si bien encontramos una coincidencia entre
el porcentaje de las unipersonales del universo y el 35.4% detectado por CISOR (1991:30), no por
23
ello deja de llamar la atención el contraste entre las meps familiares y no familiares del universo y
los de CISOR. Para éste, aquéllas suman el 41.0% y, las segundas, el 20.0%.
4) LA CONDICIÓN LEGAL: Son muy pocas las meps que al momento de solicitar el crédito
estaban en proceso de registro (7.0)%) y más pocas aún las que no estaban registradas: el 4.8%
(cuadro No.30). Lo anterior significa que cerca del 90.0% contaba con registro mercantil por cuanto
éste es uno de los requisitos exigidos para el otorgamiento del crédito.
das por GEL (1993:182) para quien el 69.40% no está registrada, sólo el 12.62% sí lo está, y
apenas el 10.68% tiene RIF.
5) EL VALOR MENSUAL DE LA PRODUCCIÓN: Las cantidades de producción mensual son
bastante bajas tal como lo expresa el hecho de que el 65% está por debajo de los Bs.5.000 y tan sólo
el 1.8% produce más de Bs.50.000 por mes (cuadro No.31). Asimismo, el 41.1% de la muestra
declara un valor menor a los Bs.5.000, el 11.7% entre Bs.15.000 y Bs.30.000, y el 5.8% más de
Bs.50,000. El 23.5% que no respondió basa su producción en función de la variabilidad de la
demanda y que, por lo tanto, no puede estipular una cantidad mensual de producción. Las meps con
mayores márgenes de producción son las de servicios, alimentos y de construcción. Las de menor
escala son las que se dedican a la producción (textiles y las artesanías).
Si comparamos estos porcentajes con el cuadro No.32 encontramos que las inversiones en activos
totales realizadas al momento de pedir el crédito, no se corresponden con los márgenes de pro-
ducción declarada. Es decir, una parte importante (45.2%) del universo poseía activos valorados
entre Bs.200.000.oo y Bs.300.000.oo, mientras que el 65% producía menos de Bs.5.000.oo men-
suales. Esta situación podría expresar ineficiencia de los agentes financiados por FONCOFIN,
sobrevaloración de los activos y subvaloración de la producción por desconocimiento o por el
interés de la obtención del crédito.
6) EL VALOR DE LOS ACTIVOS: Tal como quedó señalado en el cuadro No.32, el 45.2% del
25
universo declaró ser titular cuyos activos tenían, al momento de solicitar el crédito, un valor de
Bs.200.000 a Bs.300.000 lo cual no correlaciona con la productividad reportada. Asimismo, un
11.10% que declaró tener activos menores de Bs.200.000, un 9.8% entre Bs.400.000 y Bs.600.000
y un 3% entre Bs.700.000 y Bs.1.000.000. En discordancia abierta con el valor mensual de la
producción declarada en la actualidad (el 41.1% de la muestra estudiada declara un valor menor de
Bs.5.000, el 11.7% entre Bs.15.000 y Bs.30.000, y el 5.8% más de Bs.50,000), el 29.5% de la
muestra valora sus activos en más de Bs.1.000.000, el 17.5% entre Bs.400.000 y Bs.600.000,y el
28.3% entre Bs.100.000 y Bs.300.000.
Lo anterior significa que estamos ante meps "pequeñas" pero de cierta escala no pequeña dentro
de lo micro. El 27.9% del universo y el 23.5% de la muestra no respondieron a la pregunta.
7) EL NÚMERO DE EMPLEADOS: Más de la mitad (52.9%) del universo tiene entre uno y
cinco empleados, el 7.2% entre seis y diez y tan sólo el 0.4% más de veinte (cuadro No.33). La
proporción de familiares y no familiares es más o menos similar en cada rango. El 47.0% de la
26
muestra no tiene empleados. El 35.5% tiene de uno a cinco, el 11.7% de seis a diez y el 5.8% de
once a quince. En todos los rangos la mayoría de los empleados son no familiares. En este punto es
importante señalar que el número de empleados ha venido siendo muy variable en el tiempo y que
en la actualidad las proporciones se mantienen casi como antes del crédito; sin embargo, se observa
una tendencia a la disminución del número de empleados en favor de un incremento en la
productividad.
No obstante que la alta omisión de respuesta (37.9%) en el universo hace poco confiable la
información, resulta interesante considerar el contraste de los datos de CISOR (1991:30) y
Contreras, Ríos y Fonseca (1992:24), para quienes el promedio de trabajadores por mep es respecti-
vamente 2.2 y 3.5. Asimismo, contrasta el estudio de GEL(1993:173) para quien el 70.73% de las
27
meps es unipersonal, el 11.79% tiene un trabajador, el 11.38% dos o tres y sólo el 6.10% tiene más
de tres ocupados.
8) LAS FORMAS DE COMERCIALIZAR: Según los cuadros Nos.34 y 35, el universo finan-
ciado comercializa así: encargos de los clientes (23. 2%), venta directa al público (36.4%),
empresas de la zona (14.3%), y clientes fijos (8.3%). Sin embargo, la estrategia principal para el
48.0% es la mezcla de mayorismo y detallismo. La muestra vende directamente al público (70.5-
%), a clientes fijos (29.4%) y por encargo (11.7%); asimismo, a empresas de Caracas (11.7%) y
fuera del Area (5.8%).
III) LOS IMPACTOS DE LAS MICROINVERSIONES
CUADRO No.37: IMPACTOS DEL CRÉDITO ESTIMADOS POR LOS (LAS) MEPs
OPINIONES NúMERO PORCENTAJE
MEJORA LA CALIDAD DE VIDA 184 33.8
28
los casos. Sólo el 5.8% que proyectó mantener los precios módicos considera que cumplió con este
propósito. El 11.6% que no se propuso causar impactos económicos en su localidad, respondió que
el crédito le provocó, en algunos casos, una baja en las ganancias y, en otros, éstas no se alteraron.
2) LOS IMPACTOS SOCIALES: Al solicitar el crédito, el 78.3% del universo declaró que
tendría como mayor beneficio social para la localidad en donde se ubica la mep, la generación de
empleo (cuadro No.39); y el 4.8%, que fomentaría la solidaridad vecinal o local (0.2%) y la satis-
facción de necesidades sociales (4.6%). En contraste con el 11.9% de omisión de respuesta del
universo, el 52.9% de la muestra no respondió a la pregunta. Pero los que lo hicieron aportan
resultados pírricos: del 41.2% que aspiró a generar empleo, sólo el l7.5% lo logró en alguna
medida, lo cual contrasta con los datos de la Fundación Mendoza con la que FONCOFIN mantiene
convenio (Castro y Chávez, coords.1993: 103): el número de empleados poscrédito de sus
acreditados aumentó en un 45% y de éstos el 83% proviene de las comunidades en donde operan
las meps.
El 5.9% no fomentó la solidaridad que tuvo como expectativa al solicitar el crédito. El 5.9% que no
se propuso impactos tampoco produjo ninguno. Esta realidad se ve traducida en el hecho de que,
mediando casi un 50% de omisión de respuesta, la relación que los estudiados mantienen con
organizaciones populares (vecinales, gremiales, deportivas, religiosas) desde antes de recibir el cré-
dito es mínima.
CUADRO No.40: BENEFICIOS SOCIOTÉCNICOS ESTIMADOS POR LOS (LAS) MEPs
forma un 23.5% de meps consolidadas y que este porcentaje incluye, además, al 5.9% de quienes,
al solicitar el crédito, se propusieron consolidarlas. El balance aportado por los estudiados y por
quienes se negaron a colaborar, da cuenta que existe entre 25% y 30% de meps desactivadas, lo
cual contrasta con el 12% de la Fundación Mendoza (Castro y Chávez, coords.1993:103).
5) LOS IMPACTOS EN EL EMPLEO: Al momento de solicitar el crédito, el 27.8% del
universo consideró que generaría entre seis y diez empleos. El 13.2% de uno a cinco y el 16.9% de
once a quince (cuadro No.42). El 3.9% del universo opinó que generaría más de treinta empleos. Si
comparamos estas opiniones con los cuadros sobre capitales, activos fijos, cantidades de produc-
ción, montos de créditos solicitados y actividades realizadas al solicitar el crédito, nos damos cuenta
de que los(las) MEPs sobrevaloraron, por cálculo o ignoracia, su capacidad real para generar
empleo. En relación con la muestra, el 47.0% se propuso generar de uno a cinco empleos, el 11.7%
no se propuso generarlos y el 41.3% no respondió. Sin embargo, hoy el 53.0% tiene de uno a cinco
(35.5%), de seis a diez (11.7%) y de once a quince (5.8%) empleados, la mayoría no familiares,
mientras que el 47.0% no ocupa fuerza de trabajo.
31
7) LOS CRITERIOS PARA PRODUCIR: Si bien antes del crédito hubo quienes no tenían
criterios explicitados para producir, en la actualidad la totalidad expresa que sí los tiene. Por orden
de prioridad, están (cuadro No.44), como estategia fundamental que no ha cambiado en el tiempo,
aunque su intensidad es menor actualmente que antes, "esperar pedidos y contratos". En segundo
lugar, "combinar los gustos propios con los de los clientes". En tercer lugar, con más instensidad
ahora que antes, "atenerse a los criterios propios". En cuarto lugar, con igual intensidad antes que
ahora, "identificar oportunidades para conseguir clientes; asimismo, los siguientes criterios
recientemente incorporados: "calcular las ventas por temporadas", "atenerse al gusto del cliente",
"lo que más se venda" y "lo que esté de moda".
Lo anterior indica, en congruencia con el punto precedente, un estrato con clara tendencia a la
ampliación de sus opciones para producir y, eventualmente, ampliar su permanencia en el mercado.
Asimismo, el menor número de respuestas dadas nos señala que la venta a minoristas y
mayoristas es poco significativas. Nuestros datos se aproximan a los de Contreras, Ríos y Fonseca
(1992:34), CISOR (1991:46) y GEL (1993:193) para quienes respectivamente el 41%, el 80% y el
78.45% de sus encuestados vende directamente al público o a particulares, y, en porcentajes muy
pequeños, a grandes empresas10, fábricas, mayoristas y microempresas.
10
Marcando una diferencia con nuestros datos y los de CISOR, Contreras, Ríos y Fonseca nos informan que el 30.8% de
sus encuestados, especialmente los que ostentan volúmenes de venta mayores, vende a varios tipos de clientes a la vez, y
34
11) LAS ESTRATEGIAS DE VENTA: Las concentraciones de las respuestas dadas (cuadro
No.48), nos señalan la siguiente jerarquización de las estrategias de ventas. En primero y segundo
lugares respectivamente, la venta al contado y mediante un cobro de anticipo, ambas mayormente
utilizados hoy que antes del crédito. En tercer lugar, la venta en consignación mediante una garantía
monetaria =utilizada sólo antes del crédito= o de palabra =mantenida en el tiempo sin variación.
Adquiere significación el punto de garantía en que se apoyan, como tercera opción, los estudiados:
la confianza en la palabra empeñada y la buena fe entre las partes, lo cual le imprime al acto
negociador un basamento solidario o fraterno a partir del cual se producen, además de ganancias
tangibles, satisfacciones mutuas. En cuarto lugar, encontramos otras formas de crédito: a treinta
días =que se mantiene invariante= y a más de treinta días. Este último, si bien es igualmente utiliza-
do hoy como antes del financiamiento, ostenta una leve baja en su importancia, posiblemente en
favor del crédito a quince días el cual pareciera que antes del crédito no se utilizaba, pero que
actualmente sí.
El amplio espectro de modalidades crediticias coincide con lo informado por GEL (1993:195),
para quien el 42.28% de sus encuestados da crédito frente a un 57.72% que no lo da. Las estrategias
de venta de nuestros estudiados indican que éstos han incorporado una mayor combinatoria de
opciones lo cual les permite, en coherencia con el punto siguiente, seguir empujando por dotarse de
condiciones comerciales más ventajosas.
12) LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS QUE CONFRONTA LA MICROEMPRESA: El
número de respuestas nos da un perfil de apreciación de la situación de las meps marcadamente más
ventajoso que desventajoso. Con base en las concentraciones de respuestas, jerarquizamos las
GEL refiere que el 21.14% de los suyos tiene a las industrias como sus principales clientes.
35
ventajas de la siguiente manera: En primer lugar, las económicas (mejores ingresos) y laborales (au-
tonomía decisional, satisfactorias relaciones con sus empleados) seguidas =lo cual es muy
importante= por la calidad de los productos y la recomendación de los clientes. En segundo lugar,
la buena información que le dan sus amigos. En tercer lugar, la ubicación del local y la presentación
de los productos. En cuarto lugar, las ventajas derivadas de la producción y la distribución de los
bienes.
13) LOS CAMBIOS EN LA CLIENTELA: No obstante el 23.5% de omisión de respuesta, la
gran mayoría da cuenta con dos tipos de cliente: los personalizados =con las más altas concentra-
ciones de respuestas= y los impersonales =con las más bajas.
Asimismo, las respuestas (Cuadro No.50) dan cuenta de una jerarquización que le asigna un
indiscutido primer lugar a los clientes personalizados, amigos y referidos. En el segundo y tercer
lugares, integrando en cada uno a ambas clases de clientes, a los vecinos y a las empresas a las que
están articulados los MEPs, y al heterogéneo grupo de "los que pasan por ahí", los intermediarios y
las pequeñas y grandes empresas. Dento de este último rango se encuentran, además, los clientes
fijos a quienes hubiera sido de esperar que ocuparan el privilegiado primer lugar asignado a los
personalizados, máxime si consideramos que una de las ventajas más mencionadas es la venta
directa y las recomendaciones de los clientes (Cuadro No.49). No obstante este último hecho, las
36
valoraciones que asignan el primerísimo lugar a amigos y referidos, nos parece, no significan que la
clientela se encuentre, necesariamente, reducida a los entornos íntimos de los estudiados (familiares
y barriales o vecinales)11; al contrario, significa que sus relaciones "clientales" están tamizadas por
la amistad: el cliente es también amigo y, sobre esta base, ambas partes son recíprocamente confia-
bles.
14) CRITERIOS PARA AMPLIAR LA CLIENTELA: El criterio para ampliar la clientela más
mencionado (cuadro No.51) tanto antes del crédito como actualmente es, precisamente, una de las
ventajas que tiene una de las más altas concentraciones de respuesta (cuadro No.49): la calidad de
los bienes producidos, lo cual coincide con la opinión del 60% de la muestra de GEL (1993:196)
según la cual la calidad de sus productos es la razón por la cual le compran los clientes, mientras
que para el 23.66% es porque vende más barato. El segundo lugar lo ocupa el trabajo por encargo;
el tercero, la exhibición de productos y las sugerencias de los clientes y amigos; el cuarto lugar, el
bajo precio y lo novedoso del bien.
Si bien los criterios mencionados se mantienen desde antes del crédito, resulta indicativo el hecho
de que actualmente las concentraciones de respuesta favorecen menos la calidad de los bienes, el
trabajo por encargo y la exhibición de los productos, y favorecen más al bajo precio; éste muestra
un mayor número de respuestas que antes mientras que se mantienen invariantes para las
sugerencias que le hacen los clientes y amigos, y para lo novedoso del bien.
Esta situación podría estar indicando que los estudiados están en situación más difícil que antes,
por efectos de la contracción diferencial y la segmentación del mercado así como por el deterioro de
la capacidad de consumo de amplios sectores poblacionales.
15) LA PROCEDENCIA Y LA FORMA DE COMPRAR INSUMOS: Aunque el mercado
moderno resulta ser el proveedor por excelencia de los insumos tanto antes de recibir el crédito
como hoy =aunque menos que antes a juzgar por las concentraciones de respuesta= un mínimo
número señala que sus insumos provienen del mercado no moderno (cuadro No.52). Esto parece
indicar que, dependiendo de las particularidades de cada rama al embate de la crisis económica y
financiera, han surgido fuentes de insumos propias de la Economía Popular más acequibles a los
estudiados de acuerdo con sus niveles de ingreso. No obstante lo anterior, las concentraciones de
respuestas coinciden en señalar que, desde antes del crédito, los proveedores de insumos son, en
primer lugar, los mayoristas (cuadro No.53). El segundo lugar lo ostentan las empresas grandes y
pequeñas, y el tercer lugar lo ocupan los minoristas y el comercio denominado "formal" los cuales,
se supone, forman parte de grandes redes de distribución de mercancías articuladas a los grandes
comercios.
A este respecto, resulta interesante señalar la similitud de estos datos con los aportados por
CISOR (1991:40) =cuyo trabajo, al igual que el nuestro, fue realizado con una población receptora
de servicios de programas de apoyo a la Economía Popular= para quien, en términos genéricos y
mediando los condicionamientos propios de cada rama de actividad, el 83.3% de las meps compra
sus insumos a grandes empresas y el 16.7% a otras meps. Pero más interesante resulta señalar que
nuestros datos son coincidentes también con los de Contreras, Ríos y Fonseca (1992:31) =cuya
población no estuvo vinculada a programas crediticios, localizadas en barrios de Caracas= para
38
insumos sólo al mayor para abaratar costos, mientras que el 20.8% sólo al detalle
inintencionalmente encareciendo costos, y el 18.9% combina ambas modalidades. Asimismo, para
ellas la mayoría compra sus insumos en grandes (21.6%) y pequeñas empresas (21.6%), y el 16.2%
a los mayoristas. Sin embargo, los hallazgos mencionados se diferencian significativamente de los
de GEL (1993:184) cuya población tuvo las mismos rasgos que la de Contreras, Ríos y Fonseca.
Para éste, el 48.78% compra a los detallistas12, el 20.33% a los mayoristas, el 10.16% a los minoris-
tas y el 15.04% a los proveedores mientras que al 8.13% los insumos se los aportan los clientes, y al
15.45% las fábricas a las que están articulados.
En cuanto a las formas de compra de los insumos, éstas se mantienen invariantes en el tiempo no
obstante lo cual expresan relaciones comerciales diferenciales de los MEPs. En correlación con las
investigaciones mencionadas, la jerarquización siguiente: En un muy importante primer lugar, la
compra al contado; en un muy poco relevante segundo lugar, la compra a crédito, lo que ocurre
posiblemente porque los proveedores no conceden crédito. En efecto, para CISOR (1991:41),
dependiendo de la dinámica de cada rama de actividad, la mayoría compra los insumos con sus
propio dinero y para GEL (1993:186) el 82.52% al contado y el 6.91% a crédito Sin embargo
Contreras, Ríos y Fonseca (1992:31) dan cuenta de una variante: el 53% de quienes compran al por
mayor lo haen al crédito y el 65.7% al contado y/o al crédito, mientras que los que lo hacen al
detalle mayormente cancelan al contado.
16) LA CAPACIDAD INSTALADA: No obstante que la alta omisión de respuestas oscila entre el
12
En un estudio realizado con microempresas articuladas a programas de apoyo a la Economía Popular en Barquisimeto,
Freites (1990) señala que éstas compran al contado sus insumos en industrias y grandes comercios cada vez que lo nece-
sitan, sin periodicidad definida.
39
23% y el 47%, un poco más de la mitad antes del crédito y un poco menos de la mitad hoy tienen el
100% de su capacidad instalada. Asimismo, si bien muy pocos antes del crédito (11.7%) tenían un
90% de su capacidad instalada, en la actualidad este nivel lo ostenta el 23.2% de la muestra. Lo cual
contrasta con que el 41% antes del crédito y el 35% actualmente tienen capacidad ociosa menor al
10% mientras que el 11.6% antes del crédito y el 23.4% hoy tienen entre el 30% y el 50% de su
capacidad ociosa (cuadro No.56). Esta tendencia expresaría condiciones particularmente rígidas
debido a una contracción de la demanda por la vía de la depresión de la capacidad de consumo de la
población.
los anteriores puntos, casi la mitad no respondió. Pero de los que sí lo hicieron el 65% de las veces
el capital inicial provino de ahorros personales, y muy pocas veces de prestaciones sociales y
préstamos de algún programa (cuadro No.61).
A este respecto GEL (1993:179) encontró que el capital inicial de sus entrevistados provino
básicamente de los ahorros personales (32.66%), en menor medida del presupuesto familiar (10.8-
9%) y de las prestaciones sociales (8.06%), y mínimanente de préstamos, créditos, pago inicial del
cliente y ganar en el LOTO; pero el 40.32% no utilizó dinero, sino, posiblemente sólo la explota-
ción de algunos recursos humanos. Para Contreras, Ríos y Fonseca (1992:29) el 53.60% provino de
ahorros, el 10.23% del préstamo solidario, el 6.68% del crédito oficial13 y el 20.45% combinando
varias opciones.
CUADRO No.61: ORIGEN DEL CAPITAL INICIAL. PORCENTAJES.
ORIGEN NúMERO PORCENTAJE
AHORROS 11 64.8
PRESTACIONES SOCIALES 1 5.8
PRéSTAMOS DE PROGRAMAS 2 11.7
NO INDICA 3 17.6
Fuente propia.
Los montos del capital inicial declarados por nuestros estudiados son menores de Bs.400.000
(cuadro No.62); sin embargo, los montos del capital actual oscilan entre esta cifra y el millón de
bolívares (cuadro No.63).
13
El 3.41 le corresponde a FONCOFIN cuya "presencia...no parece tener ninguna relevancia como otorgador de crédito,
probablemente por razones de entrabamiento burocrático o por la propia definición y criterios establecidos..." (Contreras,
Ríos y Fonseca 1992:29-30).
41
100.000-200.000 3 17.6
400.000-500.000 3 17.6
500.001-600.000 1 5.8
700.000-800.000 1 5.8
900.000-1.000.000 1 5.8
< 1.000.000 1 5.8
NO INDICA 7 41.1
Fuente propia.
20) LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LOS MEPs: Este acápite se refiere a problemas
"objetivos" y "subjetivos" que enfrentan los estudiados en el desempeño de sus operaciones; los
42
primeros, vistos como obstáculos externos, y, los segundos, como las desventajas del "ser" MEP y
los efectos que aquéllos provocan en las personas. En cuanto a los primeros, si bien el 82.3% de los
estudiados afirma que su principal problema es la escasés de capital (cuadro No.66), resulta paradó-
gico que problemas cruciales como las dificultades de acceso al crédito bancario y a la tecnología
productiva, así como la inseguridad laboral y legal, reciben bajas concentraciones de respuesta con
lo cual se transustancia a éstos en problemas poco relevantes.
Para GEL (1992:174), igualmente preocupado que los otros investigadores por los problemas
objetivos, entre los que más afectan a los MEPs encontró los tecnoeconómicos (65.45%), descritos
como falta de capital, de materiales e insuficiencia de espacio; asimismo, a diferencia de nuestros
entrevistados quienes no tienen problemas de servicios ni de registro, el 37.80% de aquéllos se ve
afectado por las carencias y deficiencias de teléfono, transporte, electricidad, aseo urbano, vigilan-
cia, y por las dificulatades legales (2.03%) como permisos y registros.
Obviamente el estrés puede obedecer a otros muchos factores distintos al financiamiento. Sin
embargo, para los efectos de nuestro análisis éste marca un hito que divide el espacio temporal de
los MEPs en dos momentos: antes del crédito y actualmente. Es así que para el 35.2% de los
estudiados el grado de estrés es valorado como muy alto en ambos momentos. Asimismo, en la ac-
tualidad hay un 35.1% de MEPs con alto, medio y bajo nivel de padecimiento mientras que antes de
recibir el crédito había sólo un 17.4% con algún grado de éste.
21) LAS VENTAJAS DE SER MICROEMPRESARIO: La principal ventaja que recibe la
mayor concentración de respuesta (94.1%) es la independencia económica y personal. Esta se
expresa entreverada a otras ventajas tales como la flexibilidad en el horario de trabajo, "el tener
mayor ingreso que si fuera empleado", "el sentirse importante" y "el tener la satisfacción de hacer lo
que uno quiere, tomar mis propias decisiones y ser dueño de algo", lo cual es congruente con el
hecho de que para el 70.0% de los entrevistados los grados de satisfacción personal son medianos y
altos. Asimismo, a través de las entrevistas pudimos encontrar valoraciones positivas acerca de la
situación actual de las meps estudiadas. Esta es percibida como buena y excelente para un tercio de
la muestra y regular para una cuarta parte. La calidad de sus productos es buena y excelente para
dos tercios y regular para una minoría. Finalmente, las perspectivas en los próximos años serán,
según se espera, mejores para dos tercios de los entrevistados.
22) LAS RELACIONES FAMILIARES Y LA VIVIENDA: Parece que el crédito no ha
producido impactos sustantivos visibles en las relaciones familiares de los estudiados. Para quienes
respondieron, el tiempo de dedicación a la pareja y a los hijos, sigue siendo, respectivamente, igual
que antes (23.5%; 23.5%), menor que antes (11.7%; 17.6%) y más que antes (11.7%; 17.6%) de
recibir el crédito. No obstante que se observa una menor dedicación del tiempo familiar al cónyuge
y una mayor a los hijos, la calidad de ambas relaciones son valoradas respectivamente como sigue
(cuadro No. 75): igual que antes (41.1%; 29.4%) y mejor que antes (23.5%; 29.4%).
A este respecto, veamos los siguientes testimonios:
= "No tengo pareja, el padre de mi hija y yo nos separamos cuando estaba embarazada". = "Mira, influye mucho el
tiempo en la relación de pareja. No le dedido mucho tiempo a él, pero él me entiende porque sabe que lo hago para
ayudarlo. Aunque quisiera dedicarle un poco más de tiempo, pero fíjate que hasta cuando duermo pienso en el
trabajo del día siguiente". = "El hecho de que la microempresa esté en la propia casa, ha contribuído a que puedo
compartir más con mi esposa las cosas del trabajo". = "Fabulosas, muy buenas...salimos, vamos a pasear, vamos de
fin de semana". = "Mi esposo me ayuda medio tiempo, pero todo mi tiempo es para la microempresa. Yo lo atiendo
bien y compartimos cosas preciosas". = "No tengo problemas...los quiero más cada ratico y nuestras res-
ponsabilidades son compartidas". = "A mis hijos les dedico más tiempo que a mi pareja; ellos están de acuerdo con
44
la microempresa dentro de la casa porque saben que es nuestr sustento". = "Dedico más tiempo a mis hijos... si tú
estás mal económicamente tienes problemas, tienes crisis...que se refleja en tu casa...las condiciones están dadas
para estar bien; para mí implica éso mucho la parte de la estabilidad económica...y éso hace que la pareja crie sus
muchachitos bien".
Éstos nos indican que la vida doméstica está entreverada a la trama microempresarial y que
los(las) MEPs, en su afán por asegurarse las mejores condiciones de reproducción biológica y so-
cial, combinan de manera desigual los papeles de jefes(as) de hogar y de titular de su
establecimiento, dedicándole mayor tiempo a esta función al mismo tiempo que algunos miembros
del núcleo familiar, en especial sus cónyuges, se incorporan a la mep en calidad de apoyadores
tácticos. Como consecuencia, pareciera que en el ámbito de la muestra, está abriéndose un proceso
de "expropiación" del tiempo libre familiar y de gravitación de la lógica de la mercadotecnia micro-
empresaial sobre la intimidad coyugal.
Para finalizar este acápite, en relación al crédito, casi todos los estudiados afirman que éste no les
permitió comprar vivienda ni equipar ni hacer reparaciones a las que habitan. Sólo un mínimo pudo
comprar vivienda y construir nuevas habitaciones con ayuda de algunos familiares.
CUADRO No.37: IMPACTOS DEL CRÉDITO ESTIMADOS POR LOS (LAS) MEPs
OPINIONES NúMERO PORCENTAJE
MEJORA LA CALIDAD DE VIDA 184 33.8
PRECIOS MóDICOS 202 37.1
INCREMENTA LA OFERTA 12 2.2
FORTALECE EL MERCADO 13 2.4
DEMOCRATIZA EL CRéDITO 6 1.1
INCREMENTO DE LA ECONOMíA 21 3.9
MEJORA LA CALIDAD 11 2.0
CONTRIBUYE AL CAPITAL 5 0.9
NO INDICA 90 16.5
BASE 544 100.00
FUENTE: FONCOFIN. Base de datos y elaboración nuestra.
2) LOS IMPACTOS SOCIALES: Al solicitar el crédito, el 78.3% del universo declaró que
tendría como mayor beneficio social para la localidad en donde se ubica la mep, la generación de
empleo (cuadro No.39); y el 4.8%, que fomentaría la solidaridad vecinal o local (0.2%) y la satis-
facción de necesidades sociales (4.6%). En contraste con el 11.9% de omisión de respuesta del
universo, el 52.9%
46
de la muestra no respondió a la pregunta. Pero de los que lo hicieron aportan resultados pírricos: del
41.2% que aspiró a generar empleo, sólo el l7.5% lo logró en alguna medida, lo cual contrasta
notoriamente con los datos de la población atendida por la Fundación Mendoza con la que
FONCOFIN mantiene un convenio (Castro y Chávez, coords.1993: 103): el número de empleados
poscrédito aumentó en un 45% y de éstos el 83% proviene de las comunidades en donde operan las
meps. El 5.9% no fomentó la solidaridad que tuvo como expectativa al solicitar el crédito. El 5.9%
47
que no se propuso ningún impacto tampoco produjo ninguno. Esta realidad se ve traducida en el
hecho de que, mediando casi un 50% de omisión de respuesta, la relación que los estudiados man-
tienen con organizaciones populares (vecinales, gremiales, deportivas, religiosas) desde antes del
crédito es mínima.
3) LOS IMPACTOS TÉCNICOS: Un porcentaje importante (31.6%) del universo no contestó la
pregunta y un 11.9% no visualizó los beneficios técnicos de su inversión. Del 56.5% que sí
respondió, un 26.7% opinó que su inversión contribuiría con materias primas al circuito de produc-
ción y comercio local (cuadro No.40). De manera muy difusa, el resto visualizó algún tipo de
impacto sociotécnico de su inversión. El 70.5% de la muestra no logró ningún beneficio
sociotécnico con el crédito mientras que el 17.6% logró capacitar recursos humanos para mejorar su
propio proceso productivo.
4) LOS IMPACTOS FINANCIEROS: Al igual que pasó con los beneficios técnicos, el 38.8%
(Cuadro No.41) no respondió a esta pregunta al solicitar el crédito.Resulta interesante observar
que un grupo importante (23.9%) respondió que el beneficio financiero de su inversión estaría en la
consolidación de su mep y el incremento de la producción (18.6%). Dentro de un marco muy
amplio de omisión de respuesta, tanto al solicitar el crédito (47.0%) como al momento de hacer este
estudio (70.5%), del 17.6% que se propuso crear la mep sólo el 5.8% lo hizo. Asimismo, la
totalidad (29.5%) que se propuso ampliarla no lo logró; sólo algunos la consolidaron. Es la razón
por la que la muestra in-forma un 23.5% de meps consolidadas y que este porcentaje incluye,
además, al 5.9% de quienes, al momento de solicitar el crédito, se propusieron consolidar dichas
48
unidades económicas.
El balance aportado por los encuestados, los entrevistados y por quienes se negaron a colaborar
con este estudio, da cuenta que existe entre 25% y 30% de meps desactivadas, lo cual contrasta con
el 12% de la Fundación Mendoza (Castro y Chávez, coords.1993:103).
5) LOS IMPACTOS EN EL EMPLEO: Al momento de solicitar el crédito, el 27.8% del
universo consideró que generaría entre seis y diez empleos. El 13.2% de uno a cinco y el 16.9% de
once a quince (cuadro No.42). El 3.9% del universo opinó que generaría más de treinta empleos.
Si comparamos estas opiniones con los cuadros sobre capitales, activos fijos, cantidades de pro-
ducción, montos de créditos solicitados y actividades realizadas al solicitar el crédito, nos damos
cuenta de que los(las) MEPs sobrevaloraron, por cálculo o ignoracia, sus capacidades reales para
generar empleo.
En relación con la muestra, el 47.0% se propuso generar de uno a cinco empleos, el 11.7% no se
propuso generarlos y el 41.3% no respondió. Sin embargo, hoy el 53.0% tiene de uno a cinco
(35.5%), de seis a diez (11.7%) y de once a quince (5.8%) empleados, la mayoría no familiares,
mientras que el 47.0% no ocupa fuerza de trabajo.
6) LAS ESTRATEGIAS DE PUBLICIDAD: Las estrategias de publicidad más utilizadas por la
muestra son, en orden de importancia, las referencias de los clientes =más utilizadas hoy que ayer=,
la distribución de tarjetas y las visitas personales =sin cambios en su intensidad=, y, ostentando una
49
intensidad mayor que antes, los anuncios en la prensa y la radio (cuadro No.43). En segundo plano
y sin ma-
7) LOS CRITERIOS PARA PRODUCIR: Si bien antes del crédito hubo quienes no tenían
criterios explicitados para producir, en la actualidad la totalidad expresa que sí los tiene. Por orden
de prioridad, están los siguientes (cuadro No.44): como estategia fundamental que no ha cambiado
en el tiempo, aun
que su intensidad es menor actualmente que antes, "esperar pedidos y contratos". En segundo lugar,
"combinar los gustos propios con los de los clientes". En tercer lugar, con más instensidad ahora
que antes, "atenerse a los criterios propios". En cuarto lugar, con igual intensidad antes que ahora,
"identificar oportunidades para conseguir clientes; asimismo, los siguientes criterios recientemente
incorporados: "calcular las ventas por temporadas", "atenerse al gusto del cliente", "lo que más se
venda" y "lo que esté de moda". Lo anterior indica, en congruencia con el punto precedente, un
estrato con clara tendencia a la ampliación de sus opciones para producir y, por ende, para
asegurarse y, eventualmente, ampliar su permanencia en el mercado.
8) LA PROGRAMACIÓN DE LA PRODUCCIÓN: No obstante lo expresado en el párrafo
precedente, mediando un 17.6% de omisión de respuesta y un alto porcentaje que no programa su
producción, sólo el 53% de los encuestados lo hace en el siguiente orden: diaria, semanal y
mensualmente. Esto, de acuerdo con los testimonios recogidos, con el fin de "estar al día sobre lo
seguro","calibrar y establecer una evaluación","ir mejorando paulatinamente", "asegurar la buena
calidad", "mantener a los clientes satisfechos" y "obtener mejores márgenes de ganancia".
9) LOS PROBLEMAS QUE IMPIDEN PRODUCIR Y VENDER MÁS: Los problemas
señalados son, en primer lugar, la falta de capital de trabajo; en segundo lugar, la insuficiencia de la
demanda y los costos de producción; en tercer lugar, los insumos y la competencia; finalmente, los
relacionados con máquinas y equipos, el personal y la ubicación del local. El 52.9% no respondió.
10) LOS CANALES DE DISTRIBUCIÓN: El mayor número de respuestas concentrado en la
venta directa al cliente señala que éste es el canal de distribución de bienes mayormente utilizado,
51
tanto antes de recibir el crédito como en la actualidad (cuadro No.47), lo cual nos parece
congruente con la antigüedad de su permanencia en el mercado y, por ende, con el dominio
adquirido de ciertos nichos de éste, pero, fundamentalmente con los montos de su producción
(cuadro No.31).
Asimismo, el menor número de respuestas dadas nos señala que la venta a minoristas y
mayoristas es poco significativas. Nuestros datos se aproximan a los de Contreras, Ríos y Fonseca
(1992:34), CISOR (1991:46) y GEL (1993:193) para quienes respectivamente el 41%, el 80% y el
78.45% de sus encuestados vende directamente al público o a particulares, y, en porcentajes muy
pequeños, a grandes empresas14, fábricas, mayoristas y microempresas.
14
Marcando una diferencia con nuestros datos y los de CISOR, Contreras, Ríos y Fonseca nos informan que el 30.8% de
sus encuestados, especialmente los que ostentan volúmenes de venta mayores, vende a varios tipos de clientes a la vez, y
GEL refiere que el 21.14% de los suyos tiene a las industrias como sus principales clientes.
52
favor del crédito a quince días el cual pareciera que antes del crédito no se utilizaba, pero que
actualmente sí.
El amplio espectro de modalidades crediticias coincide con lo informado por GEL (1993:195),
para quien el 42.28% de sus encuestados da crédito frente a un 57.72% que no lo da. Las estrategias
de venta indican que nuestros estudiados han incorporado una mayor combinatoria de opciones lo
cual les permite, en coherencia con el punto siguiente, seguir empujando por condiciones
comerciales más ventajosas.
12) LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS QUE CONFRONTA LA MICROEMPRESA: El
número de respuestas nos da un perfil de apreciación de la situación de las meps marcadamente más
ventajoso que desventajoso. Con base en las concentraciones de respuestas, jerarquizamos las
ventajas de la siguiente manera: En primer lugar, las económicas (mejores ingresos) y laborales (au-
tonomía decisional, satisfactorias relaciones con sus empleados) seguidas =lo cual es muy
importante= por la calidad de los productos y la recomendación de los clientes. En segundo lugar,
la buena información que le dan sus amigos. En tercer lugar, la ubicación del local y la presentación
de los productos. En cuarto lugar, las ventajas derivadas de la producción y la distribución de los
bienes.
13) LOS CAMBIOS EN LA CLIENTELA: No obstante el 23.5% de omisión de respuesta, la
gran mayoría da cuenta con dos tipos de cliente: los personalizados =con las más altas concentra-
ciones de respuestas= y los impersonales =con las más bajas.
Asimismo, las respuestas (Cuadro No.50) dan cuenta de una jerarquización que le asigna un
indiscutido primer lugar a los clientes personalizados, amigos y referidos. En el segundo y tercer
lugares, integrando en cada uno a ambas clases de clientes, a los vecinos y a las empresas a las que
están articulados los MEPs, y al heterogéneo grupo de "los que pasan por ahí", los intermediarios y
las pequeñas y grandes empresas. Dentro de este último rango se encuentran, además, los clientes
fijos a quienes hubiera sido de esperar que ocuparan el privilegiado primer lugar asignado a los
personalizados, máxime si consideramos que una de las ventajas más mencionadas es la venta
directa y las recomendaciones de los clientes (Cuadro No.49). No obstante este último hecho, las
valoraciones que asignan el primerísimo lugar a amigos y referidos, nos parece, no significan que la
clientela se encuentre, necesariamente, reducida a los entornos íntimos de los estudiados (familiares
y barriales o vecinales)15; al contrario, significa que sus relaciones "clientales" están tamizadas por
la amistad: el cliente es también amigo y, sobre esta base, ambas partes son recíprocamente confia-
bles.
14) CRITERIOS PARA AMPLIAR LA CLIENTELA: El criterio para ampliar la clientela más
mencionado (cuadro No.51) tanto antes del crédito como actualmente es, precisamente, una de las
venta-
15
El 58.94% de los clientes de los entrevistados por GEL (1993:193) están fuera del barrio mientras que los del 36.99%
se encuentran dentro de éste.
54
tajas que tiene una de las más altas concentraciones de respuesta (cuadro No.49): la calidad de los
bienes producidos, lo cual coincide con la opinión del 60% de la muestra de GEL (1993:196) según
la cual la calidad de sus productos es la razón por la cual le compran los clientes, mientras que para
el 23.66% es porque vende más barato. El segundo lugar lo ocupa el trabajo por encargo; el tercero,
la exhibición de productos y las sugerencias de los clientes y amigos; el cuarto lugar, el bajo precio
y lo novedoso del bien. Si bien los criterios mencionados se mantienen desde antes del crédito,
resulta indicativo el hecho de que actualmente las concentraciones de respuesta favorecen menos la
calidad de los bienes, el trabajo por encargo y la exhibición de los productos, y favorecen más al
bajo precio; éste muestra un mayor número de respuestas que antes mientras que se mantienen inva-
riantes para las sugerencias que le hacen los clientes y amigos, y para lo novedoso del bien.
Esta situación podría estar indicando que los estudiados están en situación más difícil que antes, por
efectos de la contracción diferencial y la segmentación del mercado así como por el deterioro de la
capacidad de consumo de amplios sectores poblacionales.
15) LA PROCEDENCIA Y LA FORMA DE COMPRAR INSUMOS: Aunque el mercado
moderno resulta ser el proveedor por excelencia de los insumos tanto antes de recibir el crédito
como hoy =aunque menos que antes a juzgar por las concentraciones de respuesta= un mínimo
número señala que sus insumos provienen del mercado no moderno (cuadro No.52). Esto parece
indicar que, dependiendo de las particularidades de cada rama al embate de la crisis económica y
financiera, han surgido fuentes de insumos propias de la Economía Popular más acequibles a los
estudiados de acuerdo con sus niveles de ingreso. No obstante lo anterior, las concentraciones de
respuestas coinciden en señalar que, desde antes del crédito, los proveedores de insumos son, en
55
primer lugar, los mayoristas (cuadro No.53). El segundo lugar lo ostentan las empresas grandes y
pequeñas, y el tercer lugar lo ocupan los minoristas y el comercio denominado "formal" los cuales,
se supone, forman parte de grandes redes de distribución de mercancías articuladas a los grandes
comercios.
A este respecto, resulta interesante señalar la similitud de estos datos con los aportados por
CISOR (1991:40) =cuyo trabajo, al igual que el nuestro, fue realizado con una población receptora
de servicios de programas de apoyo a la Economía Popular= para quien, en términos genéricos y
mediando los condicionamientos propios de cada rama de actividad, el 83.3% de las meps compra
sus insumos a grandes empresas y el 16.7% a otras meps. Pero más interesante resulta señalar que
nuestros datos son coincidentes también con los de Contreras, Ríos y Fonseca (1992:31) =cuya
población no estuvo vinculada a programas crediticios, localizadas en barrios de Caracas= para
quienes el 60.4% compra sus insumos sólo al mayor para abaratar costos, mientras que el 20.8%
sólo al detalle inintencionalmente en-
careciendo costos, y el 18.9% combina ambas modalidades. Asimismo, para ellas la mayoría
compra sus insumos en grandes (21.6%) y pequeñas empresas (21.6%), y el 16.2% a los
mayoristas.
56
Sin embargo, los hallazgos mencionados se diferencian significativamente de los de GEL (1993:-
184) cuya población estudiada tuvo las mismos rasgos que la de Contreras, Ríos y Fonseca. Para
éste, el 48.78% compra a los detallistas16, el 20.33% a los mayoristas, el 10.16% a los minoristas y
el 15.04% a los proveedores mientras que al 8.13% los insumos se los aportan los clientes, y al
15.45% las fábricas a las que están articulados.
En cuanto a las formas de compra de los insumos, éstas se mantienen invariantes en el tiempo no
obstante lo cual expresan relaciones comerciales diferenciales de los MEPs. En correlación con las
investigaciones mencionadas, la jerarquización siguiente: En un muy importante primer lugar, la
compra al contado; en un muy poco relevante segundo lugar, la compra a crédito, lo que ocurre
posiblemente porque los proveedores no conceden crédito. En efecto, para CISOR (1991:41),
dependiendo de la dinámica de cada rama de actividad, la mayoría compra los insumos con sus
propio dinero y para GEL (1993:186) el 82.52% al contado y el 6.91% a crédito Sin embargo
Contreras, Ríos y Fonseca (1992:31) dan cuenta de una variante: el 53% de quienes compran al por
mayor lo haen al crédito y el 65.7% al contado y/o al crédito, mientras que los que lo hacen al
detalle mayormente cancelan al contado.
16) LA CAPACIDAD INSTALADA: No obstante que la alta omisión de respuestas oscila entre el
23% y el 47%, un poco más de la mitad antes del crédito y un poco menos de la mitad hoy tienen el
100% de su capacidad instalada. Asimismo, si bien muy pocos antes del crédito (11.7%) tenían un
90% de su capacidad instalada, en la actualidad este nivel lo ostenta el 23.2% de la muestra. Lo cual
contrasta con que el 41% antes del crédito y el 35% actualmente tienen capacidad ociosa menor al
10% mientras que el 11.6% antes del crédito y el 23.4% hoy tienen entre el 30% y el 50% de su
16
En un estudio realizado con microempresas articuladas a programas de apoyo a la Economía Popular en Barquisimeto,
Freites (1990) señala que éstas compran al contado sus insumos en industrias y grandes comercios cada vez que lo nece-
sitan, sin periodicidad definida.
57
capacidad ociosa (cuadro No.56). Esta tendencia expresaría condiciones particularmente rígidas
debido a una contracción de la demanda por la vía de la depresión de la capacidad de consumo de la
población.
17) LA PROPIEDAD Y EL ORIGEN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN: Al igual que
con el punto anterior, las omisiones de respuesta oscilan entre el 23% y casi el 60%. Sin embargo,
quienes contestaron a la pregunta nos informan que los medios de producción utilizados desde antes
de recibir el crédito son propios y comprados de primera en el mercado moderno tanto al contado
como a pagos, aunque en la actualidad esta última modalidad presenta un leve repunte. A este
respecto, Contreras, Ríos y Fonseca (1992:32) concluyen que sólo el 22.73% y el 25.0% de sus
informantes expresaron haber comprado maquinarias, herramientas o mobiliario usado y no usado.
En contraste, GEL (1993:184) informa que para el 93.90% de sus entrevistados estos rubros son de
su propiedad, no a pesar, sino, a propósito de su bajo nivel tecnológico, del rudimento de sus proce-
sos y de su incidencia en la calidad del producto final.
Completando nuestra información, CISOR (1991:54-55) constató un definitivo aumento general
(66%) en la compra de los activos fijos. En este sentido, la propiedad total de éstos es ostentada por
un número mayor que antes de recibir el crédito (cuadro No.58), cuando la propiedad era ma-
yormente compartida con alguien. Esto es así en virtud de que la política crediticia de FONCOFIN
financió tanto capital fijo (58.19%) como variable (24.52%).
18) EL ORIGEN Y LOS MONTOS DEL CAPITAL INICIAL Y ACTUAL: En este como en
los anteriores puntos, casi la mitad no respondió. Pero de los que sí lo hicieron el 65% de las veces
el capital inicial provino de ahorros personales, y muy pocas veces de prestaciones sociales y
préstamos de algún programa (cuadro No.61). A este respecto GEL (1993:179) encontró que el
capital inicial de sus entrevistados provino básicamente de ahorros personales
indicando un sesgo en las respuestas puesto que no es armónica con el perfil instruccional y
experiencial de los estudiados, no obstante, puede expresar un punto débil de los MEPs. De ser así,
17
El 3.41 le corresponde a FONCOFIN cuya "presencia...no parece tener ninguna relevancia como otorgador de crédito,
probablemente por razones de entrabamiento burocrático o por la propia definición y criterios establecidos..." (Contreras,
Ríos y Fonseca 1992:29-30).
59
estarían requiriendo capacitación o asistencia técnica por parte de FONCOFIN. A este respecto,
GEL (1991:33) hayó que aunque el 36.4% de sus entrevistados lleva su contabilidad privada y el
26% lo hace mediante apuntes personales, hay un significativo 38% que no realiza cuenta alguna.
Asimismo, las meps de más de dos personas son más propensas a llevar contabilidad formal,
mientras que las unipersonales (especialmente confección) tienden a no tener registros.
20) LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LOS MEPs: Este acápite se refiere a problemas
"objetivos" y "subjetivos" que enfrentan los estudiados en el desempeño de sus operaciones; los
primeros, vistos como obstáculos externos, y, los segundos, como las desventajas del "ser" MEP y
los efectos que aquéllos provocan en las personas. En cuanto a los primeros, si bien el 82.3% de los
estudiados afirma que su principal problema es la escasés de capital (cuadro No.66), resulta paradó-
gico que problemas cruciales como las dificultades de acceso al crédito bancario y a la tecnología
productiva, así como la inseguridad laboral y legal, reciben bajas concentraciones de respuesta con
lo cual se transustancia a éstos en problemas poco relevantes.
Para GEL (1992:174), igualmente preocupado que los otros investigadores por los problemas
objetivos, entre los que más afectan a los MEPs encontró los tecnoeconómicos (65.45%), descritos
como falta de capital, de materiales e insuficiencia de espacio; asimismo, a diferencia de nuestros
entrevistados quienes no tienen problemas de servicios ni de registro, el 37.80% de aquéllos se ve
afectado por las carencias y deficiencias de teléfono, transporte, electricidad, aseo urbano, vigilan-
cia, y por las dificulatades legales (2.03%) como permisos y registros.
No obstante esto último, ante la pregunta por las desventajas que tiene el ser MEP, el 58.8% de
las respuestas dadas por nuestros estudiados señaló, además de la falta de capital, "el no tener un
apoyo económico", no obstante el crédito recibido. Asimismo, las respuestas coincidieron en
señalar como desventajas de ser MEP el mayor riesgo, los altos costos de la producción, la mucha
responsabilidad, la falta de tiempo, los problemas con los empleados y las materias primas, y el es-
trés. En relación con esta enfermedad, llama la atención que actualmente los niveles de
padecimiento sean francamente mayores hoy que antes del crédito, lo cual está expresado en el
hecho de que sólo un 5.8% de la muestra estudiada no la tiene mientras que antes de recibir el
crédito había un 11.7% sin élla.
Obviamente el estrés puede obedecer a otros muchos factores distintos al financiamiento. Sin
embargo, para los efectos de nuestro análisis éste marca un hito que divide el espacio temporal de
los MEPs en dos momentos: antes del crédito y actualmente. Es así que para el 35.2% de los
estudiados el grado de estrés es valorado como muy alto en ambos momentos. Asimismo, en la ac-
tualidad hay un 35.1% de MEPs con alto, medio y bajo nivel de padecimiento mientras que antes de
recibir el crédito había sólo un 17.4% con algún grado de éste.
21) LAS VENTAJAS DE SER MICROEMPRESARIO: La principal ventaja que recibe la
mayor concentración de respuesta (94.1%) es la independencia económica y personal. Esta se
expresa entreverada a otras ventajas tales como la flexibilidad en el horario de trabajo, "el tener
mayor ingreso que si fuera empleado", "el sentirse importante" y "el tener la satisfacción de hacer lo
que uno quiere, tomar mis propias decisiones y ser dueño de algo", lo cual es congruente con el
hecho de que para el 70.0% de los entrevistados los grados de satisfacción personal son medianos y
altos. Asimismo, a través de las entrevistas pudimos encontrar valoraciones positivas acerca de la
situación actual de las meps estudiadas. Esta es percibida como buena y excelente para un tercio de
la muestra y regular para una cuarta parte. La calidad de sus productos es buena y excelente para
dos tercios y regular para una minoría. Finalmente, las perspectivas en los próximos años serán,
61
A este respecto, algunos de los entrevistados nos ofrecen los siguientes testimonios:
= "No tengo pareja, el padre de mi hija y yo nos separamos cuando estaba embarazada". = "Mira, influye mucho el
tiempo en la relación de pareja. No le dedido mucho tiempo a él, pero él me entiende porque sabe que lo hago para
ayudarlo. Aunque quisiera dedicarle un poco más de tiempo, pero fíjate que hasta cuando duermo pienso en el
trabajo del día siguiente". = "El hecho de que la microempresa esté en la propia casa, ha contribuído a que puedo
compartir más con mi esposa las cosas del trabajo". = "Fabulosas, muy buenas...salimos, vamos a pasear, vamos de
fin de semana". = "Mi esposo me ayuda medio tiempo, pero todo mi tiempo es para la microempresa. Yo lo atiendo
bien y compartimos cosas preciosas". = "No tengo problemas...los quiero más cada ratico y nuestras res-
ponsabilidades son compartidas". = "A mis hijos les dedico más tiempo que a mi pareja; ellos están de acuerdo con
la microempresa dentro de la casa porque saben que es nuestr sustento". = "Dedico más tiempo a mis hijos... si tú
estás mal económicamente tienes problemas, tienes crisis...que se refleja en tu casa...las condiciones están dadas
para estar bien; para mí implica éso mucho la parte de la estabilidad económica...y éso hace que la pareja crie sus
muchachitos bien".
Estos testimonios indican que la vida doméstica está entreverada a la trama microempresarial y
que los(las) MEPs, en su afán por asegurarse las mejores condiciones de reproducción biológica y
social, combinan de manera desigual los papeles de jefes(as) de hogar y de titular de su
establecimiento, dedicándole mayor tiempo a esta función al mismo tiempo que algunos miembros
del núcleo familiar, en especial sus cónyuges, se incorporan a la actividad microempresarial en
calidad de apoyadores tácticos.
62
V) CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
FONCOFIN es una entidad financiera que otorgó un total de quinientos sesenta y seis créditos en
1987-93, cuyo promedio de créditos otorgados por mes es de SIETE. No obstante el alto costo
sicofísico y económico del financiamiento, éste benefició a un contingente humano en edades
económicamente productivas.
Se trata de un estrato que ostenta una consistente trayectoria en el desempeño de sus oficios, la
cual se apoya en las capacidades que lograron desarrollar a lo largo de su vida laboral remunerada
y microempresarial, esta última iniciada, en primer lugar, por el deseo de independencia y no por
razones económicas, en segundo lugar, por la búsqueda concomitante de mayor ingreso e indepen-
dencia, y, en tercer lugar, sólo por la necesidad de un mayor ingreso.
En congruencia, los(las) estudiados(as) coinciden en que su solicitud de crédito tuvo motivos eco-
nómicos y que ni antes ni actualmente necesitan capacitación ni asistencia técnica, lo cual coincide
con su alta autoestima y motivación al logro. Este alentador perfil coincide a su vez con los altos
niveles de satisfacción y las altas valoraciones de la calidad de sus productos, así como con el
optimismo de la percepción de las ventajas comparativas y competitivas de ser microempresario(a)
y de la visión de su futuro individual y familiar.
La gran mayoría habita en casas y apartamentos y la gran minoría en ranchos y quintas. Más de
la mitad tiene vivienda propia o pagándola, una décima parte la tiene en opción a compra y una
quinta parte la alquila. Dado el hecho de que la mayoría de las microempresas operan dentro de las
64
viviendas, adquirió sentido la hipótesis de que el lugar de funcionamiento de aquélla, dentro o fuera
de éstas, puede no determinar su nivel de desarrollo productivo y de organización interna. En tal
sentido adquiere relevancia el hecho cultural de que, dados los años de instrucción, capacitación,
experiencia y los niveles de autoestima y motivación al logro ostentados, sus microempresas no
pueden considerarse de sobrevivencia, sino, consolidadas, aún dentro de los parámetros de la acu-
mulación simple.
Tanto viviendas como microempresas, que en su mayoría son unipersonales y familiares pero con
una mayoría de empleados no familiares (cada unidad económica familiar ocupa entre uno y cinco),
cuentan con todos los servicios colectivos propios de la trama urbana. Los montos de los ingresos
familiares, el valor de la producción y el valor de los activos resultan ser mayores que los detec-
tados por otros estudios cuyos resultados correlacionan de manera inversa con el nuestro.
La tendencia al menor número de hijos, en comparación otros estudios, es coherente con el relati-
vo alto nivel de instrucción que caracteriza al universo: no hay analfabetas, muy pocos(as) con
primaria incompleta, la mayoría tiene primaria completa y secundaria incompleta, una décima parte
tiene estudios técnicos superiores y universitarios incompletos, y muy pocos realizan estudios de
grado y posgrado.
En lo que se refiere a los impactos de la inversión microempresarial en sus localidades, los resulta-
dos son pírricos en comparación con las expectativas declaradas cuando solicitaron el crédito:
quienes respondieron afirmaron que no obstante habérselo propuesto, no produjeron impactos
sociotécnicos, no incrementaron la oferta y no contribuyeron al capital. Asimismo, como dato que
cuestiona la creencia de que la solidaridad es LA característica distintiva de la Economía Popular,
la minoría que se propuso el fomento de dicho rasgo no lo hizo, lo cual evoca el hallazgo de Díaz,
Arias y Rodríguez (1990) de que el carácter asociativo de la microempresa en el nombre de la cual
fue creado FONCOFIN, quedó desvirtuado en la práctica, ya que de los treinta y cinco casos
evaluados entre 1987 y 1989, sólo uno de los asociados estaba operando su unidad.
Sólo una minoría contribuye a mejorar la calidad de vida de su comunidad, capacitó recursos
humanos para mejorar su propio proceso productivo y mantiene los precios módicos. De quienes
aspiraron a generar empleo, sólo una tercera parte lo logró en alguna medida, lo cual contrasta con
el hecho de que el empleo poscrédito de la Fundación Mendoza aumentó en un 45% y de éstos el
83% fueron reclutados en las mismas comunidades en donde operan los beneficiarios.
De quienes se propusieron crear la microempresa sólo algunos lo hicieron efectivamente.
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Asimismo, casi la totalidad que se propuso ampliarla no lo logró (algunos quebraron), sino, que
sólo la consolidaron. La experiencia obtenida en este proceso investigativo nos permite afirmar que
el porcentaje de microempresas que actualmente se encuentran desactivadas oscila entre el 25% y el
30%, lo cual contrasta notablemente con el 12% informado por la Fundación Mendoza con la que
FONCOFIN mantiene un convenio.
Casi la totalidad coincide en afirmar que el crédito no les permitió comprar vivienda ni equipar ni
reparar las que habitan. Sólo uno respondió que pudo comprar vivienda y, otro, construir nuevas
habitaciones con ayuda de algunos familiares. La relación que mantienen con organizaciones
populares es mínima desde antes de recibir el crédito.
No obstante la poca significación de los impactos económicos, técnicos, financieros y sociales de
las microinversiones, los medios de producción utilizados desde antes de recibir el crédito son
propios y comprados de primera en el mercado moderno tanto al contado como a pagos, aunque en
la actualidad esta última modalidad presenta un leve repunte.
El perfil de las estrategias de mercadeo nos indica que los (las) MEPs han incorporado a su
práctica microproductiva una mayor organización interna y metodicidad en la búsqueda de nuevas
inserciones en el mercado. Esto por cuanto ostentan una mayor combinatoria de opciones de venta
que antes del crédito lo cual, nos les permite seguir empujando por la construcción de condiciones
más ventajosas en sus relaciones comerciales.
Dicho perfil indica que estamos ante un sector con una clara tendencia a la ampliación de la gama
de opciones para producir bienes a pequeña escala y, por ende, para asegurarse y, eventualmente,
ampliar su permanencia en el mercado. Sin embargo, pareciera que este sector se encuentra experi-
mentando situaciones de mayor dificultad que antes; esto por cuanto los datos nos permiten
visualizar una tendencia al aumento de la capacidad ociosa y, por ende, al incremento de las
jornadas de trabajo, lo cual podría estar expresando condiciones particularmente rígidas debido a la
segmentación del mercado y a la contracción diferencial de la demanda por la vía del deterioro de la
capacidad de consumo de la población.
Un indicador de la situación anterior lo constituye el hecho de que, aunque el mercado "formal"
resulta ser el proveedor por excelencia de los insumos, tanto antes de recibir el crédito como en la
actualidad =aunque hoy menos que antes=, los datos indican que, dependiendo de las
particularidades de cada rama de actividad, al embate de la crisis sistémica han surgido fuentes
alternas de insumos más acequibles de acuerdo con los niveles de ganancia.
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Este hecho indica a su vez, que los(las) MEPs financiados(as) por FONCOFIN se encuentran
localizados en uno de los espacios de intersección en el que sus articulaciones económicas son más
inmediatas e intensas con el denominado sector "formal" y más laxas con la Economía Popular, lo
cual significa que buena parte de la plusvalía generada por la inversión potenciada por FONCOFIN
no está alimentando a los circuitos productivos populares, sino, que, al contrario, los beneficios de
ésta son transferidos al denominado sector "moderno"18.
Esta apreciación adquiere mayor relevancia a la luz de la información que fue difundida por
FONCOFIN (1992:8) en procura de legitimación política e institucional: El 70% de las mi-
croempresas financiadas con el presupuesto público "dirigen su producción a satisfacer
necesidades de las empresas a gran escala por medio de la subcontratación y el `putting out
system'(con lo cual se) contribuye a abaratar costos en el aparato productivo venezolano...",
mejor dicho, de las empresas a gran escala, que no son todo el aparato productivo venezolano.
En coherencia con lo anterior, las concentraciones de respuestas coinciden en señalar que, desde
antes del crédito, los proveedores de los insumos microempresariales que ocupan el primer lugar
son los mayoristas. El segundo lugar lo ostentan las empresas grandes y pequeñas y el tercer lugar
lo ocupan los minoristas y el comercio denominado "formal" los cuales forman parte de las grandes
redes de distribución de mercancías articuladas al gran comercio.
Los testimonios de los entrevistados dejan entrever que la vida doméstica está entreverada a la
trama microempresarial y que los(las) MEPs, en su afán por asegurarse las mejores condiciones de
reproducción biológica y social, combinan de manera desigual los papeles de jefes(as) de hogar y
de titular de su establecimiento, dedicándole mayor tiempo a esta función al mismo tiempo que
algunos miembros del núcleo familiar, en especial sus cónyuges, se incorporan a la actividad
microempresarial en calidad de apoyadores tácticos.
Esto significa que estamos en presencia de un proceso de "expropiación" del tiempo libre como
efecto del aumento de la jornada laboral, o, lo que es lo mismo, de la gravitación de la lógica de la
producción y de la mercadotecnia microempresarial sobre la intimidad conyugal y familiar de
los(las) estudiados(as). Una de las consecuencias de esta situación se ve expresada en el hecho de
que, actualmente, existe un mayor número de MEPs con más altos niveles de estrés que antes de
recibir el crédito.
18
Basándonos en datos de CEDISE, podemos afirmar que el nada despreciable aporte del denominado "sector informal
urbano", que no es TODA la Economía Popular, al PIB, oscila alrededor del 22%.
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