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"Él llega no como el huracán sino como “el silbo de un vientecico suave” que refresca las más íntimas profundidades del espíritu. Como la brisa que acaricia la faz tocada por el ardor del sol. Como la caricia de la mano maternal. Como el beso puro de un ángel. Como la onda pura de la luz." Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
De nuestro amadísimo Guía Espiritual y Fundador, el Padrecito Dávila, se ha tomado el tema "Cómo Él se manifiesta".
"Él llega no como el huracán sino como “el silbo de un vientecico suave” que refresca las más íntimas profundidades del espíritu. Como la brisa que acaricia la faz tocada por el ardor del sol. Como la caricia de la mano maternal. Como el beso puro de un ángel. Como la onda pura de la luz." Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
De nuestro amadísimo Guía Espiritual y Fundador, el Padrecito Dávila, se ha tomado el tema "Cómo Él se manifiesta".
"Él llega no como el huracán sino como “el silbo de un vientecico suave” que refresca las más íntimas profundidades del espíritu. Como la brisa que acaricia la faz tocada por el ardor del sol. Como la caricia de la mano maternal. Como el beso puro de un ángel. Como la onda pura de la luz." Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
De nuestro amadísimo Guía Espiritual y Fundador, el Padrecito Dávila, se ha tomado el tema "Cómo Él se manifiesta".
Poder, el Todo-Amor, el Todo-Dicha, el Todo-Paz, el Todo-Bienaventuranza, el Todo-Orden, no est, no puede estar para ser sentido, ni descubierto, cuando el ser espiritual est agitado con las tempestades del odio, cuando hay en l desorden, frustracin, apego a las cosas materiales. Como el cielo poblado de innumerables estrellas no puede reflejar su cara en un lago agitado por la tempestad, as la cara de l no se refleja sino en el alma tranquila, en paz consigo mismo. l slo se revela en el silencio. Mientras ms nos adentramos en el silencio, ms se revela en nosotros. Mientras ms aquietemos la mente, el corazn y el espritu, ms y mejor se revela. l llega no como el huracn sino como el silbo de un vientecico suave que refresca las ms ntimas profundidades del espritu. Como la brisa que acaricia la faz tocada por el ardor del sol. Como la caricia de la mano maternal. Como el beso puro de un ngel. Como la onda pura de la luz.
Padre CSAR A. DVILA G. Gua Espiritual y Fundador de la Asociacin Escuela de Auto-Realizacin