y al final de mi carta o de mi poema en una frase tiernamente mi anonimato puesto que soy de los hombres directos el más cauto
podré describirte mis sentimientos con mis pasiones
y a la vez mi tristeza con mis temores podré literalmente desnudarme para ti en mis párrafos y tú me irás absorbiendo lentamente con tus labios
una hoja en blanco bastará para llenar de ti mi inspiración
bastará para escribir mi carta o mi poesía puesto que cuando uno ama a una mujer que no acaricia el cariño por experimentar crece y crece en demasía
no sé qué pensarás, que gestos harás o que dirás
al sentirte dichosa, halagada y a la vez confundida queriendo descubrir con alegría quien escribió tan elegante prosa y quizás por desgracia mi nombre sea el último el que nombre tu boca
sin saber tú que me inspire observando el crepúsculo.