Arde luz en una ventana vienesa Es el maestro rompiendo la noche con pluma y su "heroica" certeza
Octavas y fusas, la arenga de una negra La 3ra que baja y un acorde que la besa Sobre papeles rayados, el Sol es la regla El maestro se sienta, la vida comienza.
Los das son trueno, Austria respira convulsionan las calles, los hombres caminan En el frentico ritmo de todos los das el alma del maestro es una nota perdida.
Tempestad y vigor, un violn de color El torpe, con sus sonatas de amor El hroe, esclavo de un Do Menor En sus conjuros, un ilusorio Fa Bemol
Maestro oscuro, maestro y alquimista Hasta tu desdicha fue en armona! Genio, dueo del eterno milagro de transformar oro en melodas
Siempre firme, maestro y tu filosofa. Sonidos dementes, Viena te respira Tu magia amenazada por un destino... celoso, soberbio, barn de la intriga
Espritu que sangra, invlido ante la irona El genio de la msica, ya sin su gua Odos sordos, sentencia maldita El maestro es terco, no piensa rendirla No dejar al mundo sin su obra bendita Ni el infierno impide una ltima sinfona
Vive por siempre el msico de la oda a la alegra...
Humano, humanizante, msico, amante Temblor de los dioses, germano parlante
La eternidad ante su presencia rendida, destellos en el universo invitan a la cita. All donde Eliseo baila con Elisa en una danza urgente, con alegra y sin prisa... Un mundo nuevo es la premisa, detrs del barro que entristece a la vida. Haca all nos dirigimos llenos de amor, resplandecientes por fuego y sumidos en dicha
Al maestro, una reverencia... A su memoria, una caricia.