La realidad del trabajo, como experiencia humana esencial, es y ha sido uno de
los ms importantes desafos para la Iglesia en el cumplimiento de su misin evangelizadora. El mundo del trabajo ha experimentado un vuelco muy profundo en la ltimas tres dcadas, con la evolucin hacia un nuevo orden econmico y productivo internacional, esto es, con el paso desde una organizacin productiva megaindustrial de tipo fordiano a las que las diversas economas nacionales aportaban cada una a su modo hacia un orden econmico y financiero global basado en la centralidad de la informacin y en un sistema productivo altamente dctil. Desde los primeros siglos de la Iglesia el trabajo ha sido considerado como servicio y medio de santificacin. El camino de santificacin del cristiano pasa por el trabajo, por la gestin justa de las realidades temporales. Con el paso del tiempo se fue olvidando ese fin sobrenatural del trabajo, considerndolo como un castigo que hay que tratar de eludir. Se ha llegado a afirmar que en la tierra estamos para gozar, y que el trabajo es una condena que hay que evitar si es posible. Est en el ambiente que buena vida equivale a no trabajar. Y que lo ms inteligente es hacerse pronto rico para dejar de trabajar lo antes posible. Hemos odo muchas veces calificar de bueno un trabajo porque en l se cobra y no hay que hacer casi nada. Y no faltan quienes confunden el Estado del bienestar con el vivir del cuento. Pero este no es el concepto catlico del trabajo. Esto es un mal supuesto que muchas personas dentro y fuera del catolicismo se han formado. Para el catolico, el trabajo es un servicio que se presta. Por el se nos realiza como persona. Y la mayor satisfaccin es la que proporciona un trabajo bien hecho. Cuando las cosas se hacen bien son bellas, ennoblecen al que las hace y a la sociedad que las disfruta. El trabajo es un medio santificador.
"La problemtica social del trabajo como desafo a la misin de la Iglesia", M.Eckholt - D. Michelini