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NECESITAMOS DE UNA EXPERIENCIA DE DIOS

Mi espritu, mi conciencia, todo mi ser, este yo superior, esta chispa


divina que llevo, prendida por l en los inconmensurables abismos de Su
Amor, quiere algo ms. No se contenta con una simple afirmacin, ni con
un argumento que tenga ms de razn que de divino. Cuando Dios llega no
es slo la razn, es todo el hombre, es todo su ser que se diviniza.
Pero no resiste ms, no quiere aguardar ms.
Quiere ahora, en este momento, desde este corto episodio de su
existencia terrena, gustar un poquito siquiera de la inefable
bienaventuranza de una experiencia de Dios.
Experiencia que le har entrever por lo menos la bienaventuranza que
espera.
Quiere ya saborear la miel de esa bienaventuranza, aqu en esta tierra.
Aqu mientras lucha. Aqu mientras se desangra el corazn, en el
torbellino de la duda, del egosmo, del odio, de la desesperacin, de la
lujuria, de la soberbia, de la ambicin
Quiere sentir aqu las caricias de la mano de su Padre. Quiere
abrazarse en la fragua infinita del corazn de esa Madre Divina, modelo y
prototipo de todas las madres Quiere tener la experiencia de ese Dios
que est en l, que vive en l, que siempre le acompaa, que siempre est
presente en sus noches de soledad y de presencia: en sus horas sombras y
en sus minutos de gloria; en sus problemas y en sus soluciones; en sus
mortales agonas y en sus horas de luz
Lo que importa es conocer a ese Dios a Quien con toda verdad puede
llamar Suyo, completamente Suyo.

Padre CSAR AUGUSTO DVILA GAVILANES
Gua Espiritual y Fundador de la Asociacin Escuela de Auto-Realizacin

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