Exactamente donde comienza el bello de tu pubis Donde la humedad tiene sabor a eternidad.
Ah donde tus pechos son ms grandes que mi fortaleza Ms duros que mi orgullo Y ms tersos que el poema negado.
Donde tu lengua es la serpiente redentora Y tu saliva el veneno que me da la vida.
Ah donde tus pezones son la punta de flecha que puede herirme de muerte Y tus piernas me demuestra, incendiando mi ciudad, que no todos los caminos conducen a Roma.