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Un día como hoy hasta las gotas húmedas y cristalinas del cielo tienen pareja.

Un día como hoy hasta las gotas húmedas y cristalinas del cielo tienen pareja.
Mientras pienso como el aire escurrió la mía.
Un día como hoy danzan las parejas en una gran fiesta
que retumba sobre mi techo. Y solo me hace recordar como solíamos bailar,
sin movernos.

Un día como hoy, de tes grisácea y profundidad colosa,


de sonidos aguados y pensamientos desvelados recuerdo,
como tal vez con solo una sonrisa hacías que el tiempo cambie de estación,
que tu calor, caliente las lágrimas y encienda el alma en cualquier
esquina fría de esta lluviosa ciudad.
Dos sonrisas de mezclaban al saber que yo era tu pieza
y tu la mía.
Juntos podíamos descifrar el enigma del juego del mundo
y manipularlo a nuestro antojo.

Un día como hoy tus eternos labios rozaron mi ser,


mientras empapados, seguros y completos parábamos el tránsito de
Corrientes.
Un día como este volví a nacer y encontré el sentido,
mi rumbo y mi barco se llamaban ella.

La ciudad se apacigua y se sumerge en el aluvión.


Toma un descanso y piensa, se moja y sueña.
Me veo en la esquina, mi esquina, desde una baldosa admiro al mundo
y este me regala su soledad.
Tal vez buscándola para que, segura, caliente mis pensamientos
con sus tiernas manos.

Al despertar, un alivio me colma y la paz se acomoda nuevamente en mi.


La miro, ya no tan lejana sino, mas bien mía.
Su perfume me hizo recordar a la alegría, y la suavidad de su piel
extendida desde su suave cuello hasta su armoniosa cadera desnuda en mi cama,
la razón de mi existencia.
Esta lloviendo de todas formas y colores, desde mi ventana espío al mundo que llora de
alegría.

ella

25.04.06

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