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*** KM 8/93 PÁGS. 3-4 LA PREDICACIÓN TELEFÓNICA: UNA MANERA DE LLEGAR A
MUCHAS PERSONAS *** LA PREDICACIÓN TELEFÓNICA: UNA MANERA DE LLEGAR
A MUCHAS PERSONAS

1 La prueba de que vivimos en “los últimos días” es abundante. (2 Tim. 3:1.) Sin duda

queda poco tiempo para predicar el Reino y hacer discípulos. Por consiguiente, todos
debemos sentir la necesidad apremiante de ayudar al prójimo a adorar a Jehová Dios y
recibir su aprobación.
2 El apóstol Pablo sintió la responsabilidad de hacer declaración pública de su fe. (Rom.

10:10.) Sabía que la “voluntad [de Dios] es que hombres de toda clase se salven y lleguen a
un conocimiento exacto de la verdad”. (1 Tim. 2:4.) Debido a que tenía conocimiento de la
verdad, Pablo se sentía endeudado con todos. Este sentimiento estimuló su deseo de
predicar las buenas nuevas. Dijo: “Por mi parte tengo vivo interés en declararles las buenas
nuevas [...]. Porque no me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de
Dios para salvación a todo el que tiene fe”. (Rom. 1:14-17.)
3 ¿Sentimos personalmente esa misma clase de endeudamiento y mostramos un vivo

interés como ese de comunicarnos con todas las personas de nuestro territorio? Aunque
preferimos compartir las buenas nuevas con los demás cara a cara, como al predicar de
casa en casa y en las calles, ¿por qué limitar nuestra actividad a estos rasgos del servicio?
Es posible que muchas personas del territorio de la congregación nunca hayan hablado con
un testigo de Jehová. ¿A qué pudiera deberse?
4 Territorio que no se trabaja: ¿Hay en su territorio edificios de apartamentos

vigilados por porteros? Quizás hay complejos residenciales de alta seguridad en los que
no puede efectuarse la obra de casa en casa. ¿Se ha negado a los publicadores la entrada
a una base militar o a una zona residencial del territorio para predicar las buenas nuevas?
Es muy probable que algunos que viven en esos sitios nunca hayan oído sobre las
bendiciones del Reino de Dios. ¿Hay personas que nunca se encuentran en casa?
5 No debemos desistir de buscar a esas personas aunque sea difícil hallarlas. ¿Cómo ve

Jehová la situación en que se encuentran? El apóstol Pedro escribió: “Jehová [...] no desea
que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento. Además,
consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación”. (2 Ped. 3:9, 15.) Hay vidas de por
medio, y a Jehová le importan todas ellas. (Mat. 18:14.) ¿Cómo podemos reflejar la
compasión y misericordia que Jehová manifiesta hacia estas personas? Asegurándonos de
que toda persona del territorio reciba el mensaje. (Hech. 20:20, 21; Rev. 14:6, 7.)
6 Organizados para hacer un trabajo concienzudo: En el pasado, la Sociedad ha

animado a los que por razones de salud o minusvalía se hallan recluidos en casa a usar
de modo práctico el teléfono. Los que se encuentran en tal situación deben seguir haciendo
esa buena obra. Además, se han recibido informes de que algunos hermanos, entre ellos
precursores regulares y auxiliares, se han valido del teléfono para predicar de un modo que
complemente su ministerio usual de casa en casa.
7 En algunas congregaciones se ha hecho un esfuerzo conjunto para predicar por

teléfono. Cuando los ancianos llevan la delantera en organizar los territorios y brindar
apoyo, ya sea personalmente o valiéndose de otros publicadores, se han informado mejores
logros. El superintendente de servicio es el responsable de supervisar esa actividad. Sin
embargo, el cuerpo de ancianos puede escoger a un anciano capacitado o siervo
ministerial responsable para que trabaje en colaboración con el superintendente de servicio
en lo referente a organizar esta obra.
8 Los publicadores que han superado el recelo inicial y han adquirido experiencia en la

predicación telefónica se han dado cuenta de que es un campo productivo. Al principio,


quizás solo unos cuantos publicadores hagan estas llamadas. Después de acostumbrarse y
resultarles agradable esta forma de predicar, puede que su entusiasmo y sus experiencias
animadoras motiven a otros a aprender a participar en esta interesante faceta de la obra
de predicar.
9 Por dónde empezar: Pueden conseguirse los nombres de los que residen en los

apartamentos de un edificio en la recepción del mismo. Después pueden buscarse los


números de teléfono en el directorio telefónico. Puede que un directorio de la ciudad que
se consigue en una biblioteca presente los nombres de los ocupantes de cada hogar y
apartamento de la comunidad. En algunas zonas hay disponibles directorios especiales que
alistan los números telefónicos por calles. Fotocopias de las últimas ediciones pueden servir
de territorios. Estos territorios deben ser razonablemente pequeños.
10 En todas las facetas de la obra de predicar deben mantenerse registros exactos. Lo

mismo aplica a la predicación telefónica. Anote cuidadosamente la información que sea útil
en una hoja de registro de casa en casa, como el tema que trataron, las cosas que le
interesaron al amo de casa y el tema que tratarán la próxima vez. Indique si se hará otra
llamada en una fecha posterior o si se hará una visita personal.

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11 Se necesita un horario personal: Hacer de ello una rutina cotidiana aumentará su

confianza y atenuará el recelo. Es más conveniente llamar a las personas cuando hay más
probabilidad de hallarlas en casa, como en las primeras horas de la noche y los fines de
semana. Programe un tiempo cada semana para hacer estas llamadas. Algunos han notado
que la hora que precede al Estudio de Libro es muy productiva. Piense en lo que sea más
conveniente en su territorio.
12 Cómo prepararse: Hable con los que disfrutan de esta faceta del servicio y pídales

algunas ideas. Siempre sea positivo. Confíe en Jehová como fuente de fortaleza y poder, y
busque su dirección mediante la oración. (Sal. 27:14; Fili. 4:13.) Ponga todo su corazón en
esta faceta del servicio, tal como en los demás rasgos de la predicación. (Compárese con
Marcos 12:33.)
13 La experiencia ha demostrado que el sentarse frente a un escritorio o una mesa

puede ser útil. Sentarse en una silla con respaldo vertical ayuda a pensar con claridad y a
concentrarse. Tenga a la mano todo lo que pudiera usar en la predicación: los tratados, las
publicaciones que se estén ofreciendo, las últimas revistas o algunos números interesantes
menos recientes, la Biblia, el libro Razonamiento, una invitación a las reuniones con el
horario de estas y la dirección del Salón del Reino, una pluma o un lápiz y hojas de
registro de casa en casa. Mantenga las publicaciones a su alcance, quizás abiertas en un
artículo interesante. Ensaye cuidadosamente la presentación. Tenga presente que el
propósito de su llamada es dar el mensaje y hacer planes para visitar a la persona tan
pronto como sea posible.
14 Haga la llamada: Tranquilícese; compórtese con naturalidad. Para predicar por

teléfono se necesita un tono de voz afectuoso y agradable. Su sonrisa se reflejará en el


tono de su voz. Hable despacio, con claridad y con buen volumen. Sea cortés, paciente y
amigable. No tema al rechazo. Acepte la posibilidad de que la persona no se interese en el
mensaje. Siéntase como si estuviera haciendo la obra normal de casa en casa.
15 En la introducción diga su nombre completo. Es mejor no decir que está llamando a

todas las personas de cierto edificio o complejo en particular, pues eso pudiera crear una
barrera.
16 Muchas introducciones del libro Razonamiento pueden leerse de manera

conversacional. Por ejemplo, pudiera presentarse de esta manera: “Hola, mi nombre es


________. Le llamo porque no puedo visitarlo personalmente”. Entonces, sin pausar, diga:
“Me interesa saber si usted opina que la calidad de la vida mejorará algún día. A la
mayoría nos alegra estar vivos, pero muchos se preguntan si realmente es posible disfrutar
de una vida feliz. ¿Qué cree usted al respecto? [Permita que la persona conteste.] ¿Cuál
diría usted que es en la actualidad uno de los mayores obstáculos para la felicidad?”. O
después de presentarse como se sugiere arriba, podría decir: “Participo como voluntario en
una obra internacional y me gustaría saber qué opina sobre el significado de la vida. Con
el paso de los años nos damos cuenta de que la vida es muy corta. ¿Es esto todo lo que
se puede conseguir de la vida? ¿Qué opina usted? (Véase el subtema “Vida/Felicidad” de la
página 14 del libro Razonamiento.) Un repaso de las sugerencias que se presentaron en la
página 4 de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1990, con relación al uso de
introducciones y cómo vencer objeciones al predicar por teléfono, le dará más información
valiosa.
17 Use la Biblia lo antes posible. En algún punto de su conversación, cuando le parezca

más conveniente, mencione que es testigo de Jehová. Permita que el amo de casa participe
en el diálogo. No se preocupe si la persona desea comunicarle sus ideas. Agradézcale sus
expresiones y observaciones. Aproveche toda oportunidad para animarlo. Sin embargo, si la
persona empieza a querer imponer su opinión o a discutir, con buen tacto ponga fin a la
conversación. Deje que el espíritu de Dios dirija sus esfuerzos y le ayude a encontrar a los
que con un corazón recto lo buscan.
18 Es mejor que usted termine la conversación que dejar que lo haga el amo de casa.

Puede concluir sencillamente invitando a la persona al discurso público en el Salón del


Reino y dándole la dirección y el horario de las reuniones. También pudiera preguntarle si
es posible visitarlo en su hogar para conversar más sobre el tema que trataron. Hasta
pudiera ofrecer eficazmente publicaciones por teléfono. Pudiera ofrecer las revistas con la
meta de iniciar una ruta de revistas.
19 Disfrute de la predicación telefónica: ¿Conseguirá estudios bíblicos con todos sus

interlocutores? No, pero sí con algunos de ellos. Por ejemplo, una hermana hizo más de
trescientas llamadas en un mes. Después de presentarse explicaba por qué llamaba a las
personas en vez de visitarlas. Enseguida hacía una presentación breve. Aquello resultó en
doce conversaciones amenas. Aún mantiene comunicación telefónica con tres personas y
otras cuatro aceptaron que las visitara en su hogar. Una persona aceptó el libro Vivir para
siempre, y se le está visitando con regularidad.
20 Jesucristo mandó a sus discípulos que se esforzaran por predicar “hasta la parte más

distante de la tierra”. (Hech. 1:8.) En algunos lugares se necesita predicar por teléfono para
cumplir con este mandato. Después de haber repasado la información anterior, pregúntese:
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‘¿Puedo hacer más para predicar en mi territorio las buenas nuevas a “hombres de toda
clase”, entre ellos a los que viven en lugares a los que nunca se ha llegado?’. Los
hermanos que han seguido estas pautas han tenido resultados muy animadores. Se han
dado cuenta de que la predicación telefónica es una manera excepcional de ‘glorificar el
ministerio’. (Rom. 11:13.) Que usted también pueda experimentar el gozo que produce la
predicación telefónica.

*** km 9/ 95 pá gs. 3-5 Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera ***


Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera

1 Cuando se acerca a un puesto de periódicos, ¿qué ve usted? Revistas. Al llegar a la

tienda de la esquina, ¿qué capta su atención? Las revistas. ¿Qué hace que el cartero se
doble por el peso de su cartera? Las revistas. Entonces, ¿qué leen muchas personas?
Revistas. Las encuestas revelan que nueve de cada diez jóvenes entre 10 y 18 años y un
buen porcentaje de adultos leen por lo menos una revista al mes. El mundo está aficionado
a las revistas.
2 ¿Podemos hacer que las personas sinceras se aficionen a La Atalaya y ¡Despertad! ?

Claro, si NOSOTROS MISMOS nos hemos aficionado a ellas. ¿Qué puede ayudarnos? Pensar
en las siguientes recomendaciones:
▪ Lea las revistas: Un superintendente viajante informó que, como promedio, solamente
uno de cada tres publicadores lee todos los números de La Atalaya y ¡Despertad! de la
primera a la última página. ¿Lo hace usted? Cuando lea un artículo, pregúntese: ‘¿A quién
puede interesarle esta información?: ¿a una madre, a un agnóstico, a un comerciante, a un
joven?’. Marque en su propio ejemplar uno o dos puntos que pueda utilizar para presentar
la revista. Luego piense cómo puede despertar el interés en un tema con solo una o dos
oraciones.
▪ Tenga un pedido definido de revistas: Haga un pedido realista al encargado de las
revistas, una cantidad fija de ejemplares de cada número. De este modo, usted y su familia
tendrán un surtido regular y adecuado.
▪ Programe un día regular de revistas: Muchas congregaciones dedican un día a predicar
principalmente con las revistas. ¿Puede apoyar el día de revistas de la congregación? Si
no puede, trate de emplear periódicamente cierta cantidad de tiempo para dar testimonio
con ellas en las calles y ofrecerlas de casa en casa y en rutas de revistas.
▪ Aficiónese a “La Atalaya” y “¡Despertad!”: Lleve algunos ejemplares cuando viaje o vaya
de compras. Ofrézcalas a los compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos y maestros. Un
matrimonio que viaja a menudo en avión se valió del artículo de una revista reciente para
iniciar una conversación con el pasajero que se sentó junto a ellos. Han tenido muy
buenas experiencias. Con frecuencia, algunos jóvenes llevan a la escuela artículos que
consideran de interés para los maestros y estudiantes. Lleve algunos ejemplares cuando
vaya a hacer trámites y ofrézcalos a los comerciantes después de hacer sus compras.
Muchos compramos gasolina con regularidad; ¿por qué no ofrecer las revistas en la
gasolinera? Téngalas a mano cuando lo visiten parientes, cuando utilice el transporte
público o mientras espere en una cita. ¿Se le ocurren otras ocasiones apropiadas?
▪ Prepare una presentación breve: Prepare algo breve, pero dígalo bien. Sea entusiasta.
Motive el corazón. Sea específico. Escoja una idea de un artículo, exprésela en pocas
palabras y ofrezca las revistas. La mejor presentación es aquella en la que se plantea una
pregunta sobre un asunto interesante y luego se enlaza con un artículo que da la
respuesta bíblica. Vea unos cuantos ejemplos de cómo puede hacerse:
3 Si quiere hacer resaltar un artículo sobre el aumento de la delincuencia,

puede preguntar:
▪ “¿Qué se necesita para que podamos dormir sin temor de la delincuencia?” El amo de
casa quizá se muestre pesimista en cuanto a que las cosas mejoren. Puede decirle que
muchas personas piensan como él y que tiene información que cree que le va a interesar.
Luego enséñele un punto apropiado del artículo.
4 Al ofrecer un artículo sobre la vida familiar, puede decir:
▪ “En estos días, muchas personas consideran un reto ganarse la vida y criar una familia.
Se han escrito diversos libros sobre ese tema, pero los expertos mismos no coinciden en
cuáles son las soluciones a nuestros problemas. ¿Podemos acudir a una fuente de guía que
sea confiable?” Después mencione un comentario específico de la revista que muestre la
sabiduría de la Biblia.
5 Si presenta un artículo sobre un problema social, puede utilizar este

planteamiento:
▪ “En la actualidad, la mayoría de las personas se sienten tensas. Dios nunca quiso que
viviéramos así.” Luego explique cómo la información bíblica de un artículo puede ayudarnos
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a superar los problemas de la vida actual y darnos la esperanza de una solución
permanente en el futuro.
6 ¿Qué puede decirse sobre las donaciones? Para que las personas que muestran

aprecio sepan cómo ayudar, puede decirles: “Aunque nuestras publicaciones se ofrecen sin
costo, aceptamos cualquier donación para la obra mundial”.
7 La predicación en las calles es productiva: La primera vez que se animó a los

publicadores a programar un horario semanal para dar testimonio en las calles con las
revistas, fue en el número de enero de 1940 del Informador (Nuestro Ministerio del Reino).
¿Da usted testimonio en las calles de vez en cuando? Si así es, ¿tiene un método
verdaderamente eficaz? Se ha visto a publicadores de pie en esquinas transitadas
conversando entre sí mientras decenas de personas pasan inadvertidamente junto a ellos.
En lugar de estar juntos exhibiendo las revistas, es mejor separarse y abordar a la gente.
Un desconocido quizá se detenga un momento y escuche cuando una sola persona le
habla, pero pocos se animarían a hablar con un grupo que estuviese conversando. Puesto
que llamamos mucho la atención en las calles, es especialmente importante que nos
arreglemos bien y nos vistamos con modestia, como es propio de los ministros de Dios.
(1 Tim. 2:9, 10.)
8 Rutas de revistas: Los que tienen rutas de revistas distribuyen muchos ejemplares

aunque los territorios se abarquen con frecuencia. Las rutas de revistas son una excelente
materia prima de posibles estudios bíblicos.
9 Si hace revisitas regulares para llevar las revistas, percibirá cómo aumentan el afecto y

la amistad entre usted y el amo de casa. Cuanto más se familiaricen, más fácil les resultará
conversar sobre asuntos bíblicos. Eso puede llevar a comenzar un estudio bíblico
productivo. En las revisitas donde se vea un interés claro en las revistas ofrezca una
suscripción. Recuerde, además, que puede informar una revisita cada vez que se ponga en
contacto con el amo de casa.
10 Una hermana le llevaba las revistas con regularidad a una señora que, aunque

siempre las aceptaba, le decía: “No creo lo que usted me dice”. Durante una visita, la
hermana habló con el esposo de la señora. Tras una conversación amistosa, se concordó en
empezar un estudio bíblico. La hermana entabló amistad con los tres hijos de la señora,
quienes se sumaron al estudio. Con el tiempo, la señora y sus tres hijos dedicaron su vida
a Jehová y se bautizaron. Hasta la fecha, 35 familiares han aceptado la verdad. Todo esto
ocurrió gracias a que la hermana persistió en hacer la ruta de revistas.
11 Hay muchas formas de comenzar una ruta de revistas. Puede empezar una

simplemente haciendo una lista de las revistas que ha dejado y volviendo cada dos
semanas con los números más recientes. Puede usar la información del recuadro “En el
próximo número”. Al regresar, diga al amo de casa que le ha traído el artículo que le había
mencionado antes. O puede decir cuando haga una revisita: “En cuanto leí este artículo,
pensé que le interesaría”. Después haga comentarios breves sobre el artículo y ofrezca la
revista. Una vez que termine la revisita, anote cinco datos importantes en su registro de
casa en casa: 1) el nombre del amo de casa, 2) su dirección, 3) la fecha de la visita, 4) los
números que le dejó y 5) el artículo que presentó. Algunos publicadores han obtenido muy
buenos resultados con las rutas de revistas y tienen hasta más de cuarenta personas en su
lista.
12 Territorio de negocios: Los publicadores que trabajan en territorio de negocios

distribuyen muchas revistas. ¿Ha intentado predicar de tienda en tienda? Los informes
indican que algunas congregaciones participan muy poco en esta faceta del servicio. Al
principio algunos sienten temor de hablar con los comerciantes, pero cuando lo hacen
varias veces, les parece interesante y remunerador. ¿Por qué no le pide a un publicador
experimentado o a un precursor que le ayude a iniciarse en esta faceta del servicio?
13 Son muchas las ventajas de trabajar de tienda en tienda. Hay muy pocos no en casa,

al menos en horas de trabajo. Los comerciantes por lo común son corteses hasta cuando
no se interesan en la Biblia. Si empieza temprano, es probable que lo reciban mejor. Tras
presentarse puede decir que rara vez encuentra a los comerciantes en su hogar y que por
ello los visita brevemente en su trabajo para ofrecerles los últimos números de La Atalaya
y ¡Despertad! Diga que muchos de ellos aprecian nuestras revistas porque, aun cuando
tienen poco tiempo para leer, necesitan mantenerse al día con lo que sucede en el mundo.
Las revistas presentan información interesante de manera diferente, sin prejuicios religiosos
ni sesgos políticos o comerciales. Se pueden comenzar rutas de revistas con las personas
interesadas de los territorios de negocios.
14 Prepá rense como familia: Pueden dedicarse unos momentos del estudio de familia

a comentar qué artículos de las revistas serían más apropiados para el territorio. Todos,
incluso los niños, pueden practicar presentaciones y vencer objeciones que se presentan
habitualmente, como por ejemplo: “Estoy ocupado”, “Tenemos nuestra propia religión” o “No
me interesa”. La cooperación contribuirá a que toda la familia participe con regularidad en
la distribución de las revistas.

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15 Los conductores de los estudios de libro pueden ayudar: Siempre que sea

práctico, la reunión para el servicio del campo en el día de revistas debe realizarse en los
estudios de libro, en lugar de reunirse todos en el Salón del Reino. Los encargados de
dichas reuniones han de prepararse bien y tener recomendaciones específicas para el
grupo. Puede incluirse una presentación modelo y uno o dos puntos de las revistas
recientes que sean de interés en la localidad. La reunión para el servicio del campo,
incluida la organización del grupo, debe ser breve y no durar más de diez o quince
minutos. Los conductores tienen que cerciorarse de contar con suficiente territorio para que
el grupo se mantenga ocupado en el servicio del campo todo el tiempo previsto.
16 Muestre aprecio por las revistas: El artículo “Usemos apropiadamente La Atalaya y

¡Despertad!”, que apareció en Nuestro Ministerio del Reino en julio de 1993, afirmó:
“La Atalaya y ¡Despertad! no pierden su valor solo porque han pasado uno o dos meses
desde su impresión. El tiempo no le resta importancia a su información [...]. Dejar que se
acumulen las revistas atrasadas sin utilizarlas indica falta de aprecio por estos
instrumentos valiosos. [...] En lugar de apilar los números menos recientes y olvidarse de
ellos, ¿no sería mejor poner un empeño especial en dejarlas en las manos de las personas
interesadas?”.
17 Actualmente hay muchas personas sinceras que buscan la verdad. La información de

una sola revista puede ser todo lo que necesiten para encontrarla. Jehová nos ha dado un
mensaje emocionante que proclamar, y las revistas desempeñan un papel importante en
transmitirlo. ¿Será usted desde ahora más consciente de distribuir las revistas? ¿Seguirá
algunas de estas recomendaciones este mismo fin de semana? Si lo hace, obtendrá muchas
bendiciones.
Recomendaciones prá cticas:
▪ Lea con antelación las revistas y familiarícese con los artículos.
▪ Escoja un artículo que sea de interés general en la comunidad.
▪ Prepare una presentación que pueda usar con diferentes personas: hombres, mujeres o
jóvenes. Muestre cómo se relaciona la revista con el amo de casa y por qué toda la familia
disfrutaría con su lectura.
▪ Programe su servicio del campo cuando haya más personas en los hogares. Algunas
congregaciones programan la predicación con las revistas al anochecer.
▪ Haga presentaciones breves y directas.
▪ No hable muy rápido. Si su interlocutor no se interesa, de nada servirá hablar deprisa.
Procure estar calmado y deje que el amo de casa responda.
Al ofrecer las revistas de casa en casa:
▪ Sonría amigablemente y hable en un tono bondadoso.
▪ Exprésese con entusiasmo sobre las revistas.
▪ Hable despacio y con claridad.
▪ Comente un solo punto; despierte brevemente el interés y explique su valor al amo de
casa.
▪ Resalte un solo artículo.
▪ Presente una sola revista y ofrezca la otra como su compañera.
▪ Póngalas en las manos del amo de casa.
▪ Dígale que piensa regresar.
▪ Si no acepta las revistas, concluya de forma amigable y positiva.
▪ Anote en el registro de casa en casa a todos los interesados y qué información les dejó.
Oportunidades para dejar las revistas:
▪ Al dar testimonio de casa en casa
▪ Al predicar en las calles
▪ De tienda en tienda
▪ En rutas de revistas
▪ Al predicar por la noche
▪ Al hacer revisitas

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▪ Al visitar a anteriores estudiantes de la Biblia
▪ En viajes o al ir de compras
▪ Al hablar con familiares, compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos o maestros
▪ En el transporte público y las salas de espera

*** KM 6/96 PÁGS. 3-6 CÓMO USAR EL LIBRO CONOCIMIENTO PARA HACER
DISCÍPULOS ***
CÓMO USAR EL LIBRO CONOCIMIENTO PARA HACER DISCÍPULOS

1 Una meta deseable para todos los cristianos es enseñar la verdad y hacer discípulos

de los que están “correctamente dispuestos para vida eterna”. (Hech. 13:48; Mat. 28:19, 20.) La
organización de Jehová nos ha proporcionado un magnífico instrumento para lograrlo: el
libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Su título pone de relieve la gran importancia
de los estudios bíblicos, pues la vida eterna depende de adquirir conocimiento de Jehová, el
único Dios verdadero, y de su Hijo Jesucristo. (Juan 17:3.)
2 El libro Conocimiento es ahora la principal publicación de la Sociedad para dirigir

estudios bíblicos. Expone la verdad con sencillez, claridad y concisión, lo que nos ayudará a
llegar al corazón de las personas. (Luc. 24:32.) Por supuesto, es necesario que el maestro
utilice buenas técnicas de enseñanza. Por esa razón se ha preparado este suplemento con
las recomendaciones y métodos didácticos que han dado buenos resultados. Tal vez decida
ir poniendo en práctica algunos o utilizarlos todos a la vez según su criterio y de acuerdo
con sus circunstancias. Guarde este suplemento y consúltelo con frecuencia. Presenta varias
sugerencias que le ayudarán a usar con mayor eficiencia el libro Conocimiento en la obra
de hacer discípulos.
3 Dirija un estudio bíblico progresivo: Interésese sinceramente en el estudiante,

véalo como un posible discípulo cristiano y hermano espiritual. Sea afectuoso, amigable y
entusiasta. Escúchelo con atención para comprender sus antecedentes y situación en la
vida; eso le ayudará a ver cuál es la mejor forma de ayudarlo en sentido espiritual. Esté
dispuesto a dar de usted mismo al estudiante. (1 Tes. 2:8.)
4 Una vez que se ha establecido el estudio, es preferible abarcar los capítulos del libro

Conocimiento en orden numérico, pues esto permitirá que el estudiante vaya entendiendo
la verdad gradualmente, ya que el libro presenta los temas bíblicos en una secuencia
lógica. Procure que el estudio sea sencillo e interesante, para que resulte ameno y
progresivo. (Rom. 12:11.) Tomando en cuenta las circunstancias y aptitudes del estudiante,
esfuércese por abarcar cada capítulo en una hora, sin apresurar demasiado el estudio. Los
estudiantes progresarán más si, tanto ellos como su maestro, cumplen con la cita y
estudian todas las semanas. De esta forma, en la mayoría de los casos deberían
terminarse los diecinueve capítulos del libro en aproximadamente seis meses.
5 Empiece cada sesión con comentarios breves que despierten el interés en la

información. Observará que el título de cada capítulo contiene el tema que debe
enfatizarse. Cada subtítulo trata un punto importante, lo que ayuda a no perder de vista el
tema principal del capítulo. No hable demasiado; procure que el estudiante se exprese. Las
preguntas guiadoras específicas, basadas en lo que él ya sabe, le ayudarán a que razone y
llegue a conclusiones correctas. (Mat. 17:24-26; Luc. 10:25-37; véase el libro Guía para la
Escuela, pág. 51, párr. 10.) Sujétese a la información del libro Conocimiento. Presentar
detalles adicionales puede restar valor a las ideas principales, u obscurecerlas, y alargar el
estudio. (Juan 16:12.) Si surgiera una pregunta que nada tuviera que ver con el tema del
estudio, en la mayoría de los casos se contestaría al final de la sesión, lo cual permitirá
abarcar la lección semanal sin desviarse del tema. Explique al estudiante que gran parte
de sus dudas se responderán a lo largo del curso. (Véase el libro Guía para la Escuela,
pág. 94, párr. 14.)
6 Si el estudiante cree firmemente en la Trinidad, la inmortalidad del alma, el infierno y

otras doctrinas falsas, y no le satisface la información que presenta el libro Conocimiento,


puede proveérsele el libro Razonamiento u otra publicación que trate estos asuntos. Dígale
que hablarán del tema una vez que él haya analizado la información.
7 Empezar y terminar el estudio pidiendo en oración la dirección y la bendición de

Jehová dignifica la ocasión, infunde respeto y dirige la atención a Jehová como el verdadero
Maestro. (Juan 6:45.) Si el estudiante todavía consume tabaco, con el tiempo será necesario
pedirle que se abstenga de fumar durante el estudio. (Hech. 24:16; Sant. 4:3.)
8 Enseñe eficazmente valiéndose de los textos, las ilustraciones y las preguntas

de repaso: Sin importar las veces que haya estudiado la información, el buen maestro
repasa las lecciones teniendo presente a cada estudiante en particular. Esto le ayuda a
prever algunas preguntas que pudieran surgir. Para enseñar de modo convincente, procure
captar claramente las ideas principales del capítulo. Busque los textos bíblicos para ver
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cómo se relacionan con la información y decida cuáles leer durante el estudio. Piense cómo
puede enseñar valiéndose de las ilustraciones y las preguntas de repaso que hay al final
del capítulo.
9 Si utiliza hábilmente los textos bíblicos, ayudará al estudiante a entender que en

realidad está analizando la Biblia. (Hech. 17:11.) Utilice el recuadro “Conozca su Biblia”, de la
página 14 del libro Conocimiento, para enseñarle a buscar los textos, y muéstrele cómo
identificar los versículos transcritos. Según lo permita el tiempo, busque y lea los textos
citados que no están copiados y pida al estudiante que comente cómo apoyan o aclaran lo
que dice el párrafo. Destaque las palabras claves de los textos para que él entienda las
razones de los puntos principales de la lección. (Neh. 8:8.) Por lo general, no es necesario
que el maestro incluya más textos de los que suministra el libro. Comente la importancia
de conocer los nombres y el orden de los libros de la Biblia. Pudiera ser conveniente que
el estudiante leyera las páginas 27 a 30 de La Atalaya del 15 de junio de 1991. Cuando sea
apropiado, anímelo a utilizar la Traducción del Nuevo Mundo. Vaya enseñándole a utilizar
sus diversas características, como las referencias marginales y el índice de palabras
bíblicas.
10 El estudio 34 del libro Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático explica que los

ejemplos estimulan el pensamiento y facilitan la comprensión de nuevas ideas. Conjugan el


atractivo intelectual con el impacto emocional, de modo que el mensaje se transmite con
más fuerza que la de una simple exposición de los hechos. (Mat. 13:34.) El libro
Conocimiento tiene muchos ejemplos didácticos sencillos e impactantes. Como el que se
utiliza en el capítulo 17, que infunde aprecio por el modo como Jehová suministra alimento,
ropa y abrigo en sentido espiritual mediante la congregación cristiana. También las
hermosas láminas o ilustraciones del libro Conocimiento pueden utilizarse eficazmente para
despertar las emociones. El impacto del párrafo 18 de la página 187, bajo el subtítulo “La
gozosa resurrección”, será más fuerte si se pide al estudiante que vuelva a mirar el dibujo
de la página 86. Esto puede ayudarlo a pensar en la resurrección como algo real bajo el
Reino de Dios.
11 Los estudiantes de la Biblia necesitan progresar espiritualmente con cada lección. Por

esta razón, no deje de repasar las preguntas del recuadro “Compruebe su conocimiento” al
final de cada capítulo y procure obtener algo más que una explicación intelectual de lo que
se ha estudiado. Varias de estas preguntas exigen una respuesta personal que salga del
corazón; como la que se halla en la página 31: “¿Qué cualidades de Jehová Dios le atraen
más?”. (2 Cor. 13:5.)
12 Enseñe a los estudiantes a prepararse para el estudio: Si el estudiante lee la

lección de antemano, marca las respuestas y piensa cómo expresarlas en sus propias
palabras, progresará más rápido en sentido espiritual. Puede enseñarle a prepararse para el
estudio dándole el ejemplo y animándolo. Muéstrele su propio libro, en el que ha marcado o
subrayado las palabras y frases claves, y explíquele cómo encontrar las respuestas directas
a las preguntas. Preparar juntos un capítulo puede ser de gran ayuda. Anímelo a
expresarse en sus propias palabras, pues solo así estará seguro de que entiende la
información. Si lee la respuesta, ayúdelo a razonar preguntándole cómo explicaría la idea
en sus propias palabras a otra persona.
13 Anime al estudiante a buscar los textos que no están copiados cuando se prepare,

pues tal vez no haya tiempo de leerlos todos durante el estudio. Encómielo por el esfuerzo
que haga. (2 Ped. 1:5; si desea más recomendaciones sobre lo que pueden hacer el maestro
y el estudiante para aprovechar mejor el estudio bíblico, consulte La Atalaya del 15 de
agosto de 1993, págs. 13 y 14.) De esta forma, el estudiante aprende a prepararse para las
reuniones de congregación, a dar buenos comentarios y a desarrollar buenos hábitos de
estudio que lo equiparán para seguir adelantando en la verdad después de terminar el libro
Conocimiento. (1 Tim. 4:15; 1 Ped. 2:2.)
14 Dirija a los estudiantes a la organización de Jehová: Quien se dedica a hacer

discípulos tiene la responsabilidad de dirigir el interés del estudiante a la organización de


Jehová. Él progresará más rápidamente a la madurez espiritual si reconoce y aprecia a la
organización y comprende la necesidad de formar parte de ella. Procuremos que le agrade
relacionarse con el pueblo de Dios y desee estar con nosotros en el Salón del Reino, donde
puede recibir el apoyo espiritual y emocional de la congregación cristiana. (1 Tim. 3:15.)
15 El folleto Los testigos de Jehová efectúan unidamente la voluntad de Dios por todo el

mundo fue editado para ayudar a las personas a familiarizarse con la única organización
visible que utiliza Jehová para llevar a cabo su voluntad. Una vez que se establezca el
estudio, ¿por qué no entrega un ejemplar al estudiante? No deje de invitarlo a nuestras
reuniones desde que inicie el estudio, y explíquele cómo se llevan a cabo. Pudiera
mencionarle el título del próximo discurso público o mostrarle el artículo que se analizará
en el siguiente Estudio de La Atalaya. También pudiera llevarlo a conocer el Salón del
Reino cuando no haya reunión para que se sienta menos nervioso al estar entre nosotros
por primera vez. Tal vez pudiera ofrecerle transporte para ir a las reuniones. Cuando asista,
haga que se sienta cómodo y bienvenido. (Mat. 7:12.) Preséntelo a otros Testigos, incluidos
los ancianos. Esperamos que empiece a considerar la congregación como su familia
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espiritual. (Mat. 12:49, 50; Mar. 10:29, 30.) Tal vez desee comenzar diciéndole que asista a una
reunión por semana y elevar esa meta gradualmente. (Heb. 10:24, 25.)
16 A medida que progrese el estudio con el libro Conocimiento, haga hincapié en las

porciones que subrayan la necesidad de asistir regularmente a las reuniones de


congregación. Fíjese especialmente en las páginas 52, 115, 137-139, 159 y en el capítulo 17.
Exprese usted su aprecio por la organización de Jehová. (Mat. 24:45-47.) Hable positivamente
de la congregación local y de lo que aprende en las reuniones. (Sal. 84:10; 133:1-3.)
Convendría que el estudiante viera todas las videocintas de la Sociedad, empezando con
Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Si desea más ideas sobre cómo
dirigir a los interesados a la organización, vea La Atalaya del 1 de noviembre de 1984,
páginas 14 a 18 y el suplemento de Nuestro Ministerio del Reino de abril de 1993.
17 Anime a los estudiantes a dar testimonio: Nuestra meta al estudiar con la gente

es hacer discípulos que den testimonio de Jehová. (Isa. 43:10-12.) Por ende, el maestro debe
animar al estudiante a hablar a otras personas acerca de lo que está aprendiendo de la
Biblia. Esto puede hacerse simplemente preguntando: “¿Cómo explicaría esta verdad a su
familia?” o, “¿Qué texto bíblico utilizaría para demostrar esta idea a un amigo?”. Haga
hincapié en las secciones clave del libro Conocimiento en que se anima a dar testimonio,
como las páginas 22, 93 a 95, 105 y 106, además del capítulo 18. Cuando parezca apropiado,
se le pueden dar al estudiante algunos tratados para que los use al dar testimonio
informal a otros. Sugiera que los miembros de su familia se sienten y escuchen el estudio.
¿Tiene amigos a quienes también les gustaría estudiar? Pídale el nombre y dirección de
quienes manifiestan interés.
18 Si el futuro discípulo asiste a la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de

Servicio, recibirá preparación y estímulo adicionales para ser publicador de las buenas
nuevas. Cuando desee matricularse en la escuela o ser un publicador no bautizado, se
analizará si se ajusta a los principios de las páginas 98 y 99 del libro Nuestro ministerio. Si
algún aspecto de su vida le impide llenar los requisitos, convendría que usted buscara
información sobre el asunto en las publicaciones de la Sociedad y se la mostrara. Por
ejemplo, puede que a un estudiante se le haga difícil vencer la adicción al tabaco o a
otras drogas. El libro Razonamiento señala contundentes razones bíblicas por las que los
cristianos evitan estos hábitos perjudiciales, y en la página 130 se describe un sistema que
ha dado resultados al ayudar a otros a dejar el hábito. Ore con él acerca del asunto y
enséñele a depender de Jehová cuando necesite ayuda. (Sant. 4:8.)
19 En la página 16 de La Atalaya del 15 de enero de 1996, párrafo 6, se especifica el

procedimiento que debe seguirse para determinar si alguien llena los requisitos para
participar en el ministerio público. Cuando el estudiante reúna los requisitos, sería útil
llevar a cabo una sesión de práctica a fin de prepararlo para su primer día en el servicio
del campo. Comente de modo positivo las reacciones de la gente y las objeciones comunes
en el territorio. Si es posible, llévelo primero a la obra de casa en casa y prepárelo
paulatinamente para otros rasgos del ministerio. Procure hacer una presentación breve y
sencilla, para que el estudiante pueda imitarla fácilmente. Sea edificante y animador, irradie
gozo en la obra para que el estudiante lo note y lo refleje a su vez. (Hech. 18:25.) El
objetivo es que el nuevo discípulo llegue a ser un publicador constante y celoso de las
buenas nuevas. Usted podría ayudarle a preparar un horario práctico para el servicio. A fin
de que progrese en su habilidad de dar el testimonio, sugiérale que lea los números de
La Atalaya del 15 de agosto de 1984, páginas 15 a 25; 15 de julio de 1988, páginas 9 a 20;
15 de enero de 1991, páginas 15 a 20; y 1 de enero de 1994, páginas 20 a 25.
20 Motive a los estudiantes a dedicarse y bautizarse: Lo que un estudiante de

corazón sincero aprenda con el estudio del libro Conocimiento debe ser suficiente para
dedicarse a Dios y llenar los requisitos para el bautismo. (Compárese con Hechos 8:27-39;
16:25-34.) No obstante, antes de que una persona se dedique, necesita cultivar devoción a
Jehová. (Sal. 73:25-28.) A lo largo del estudio, busque oportunidades para infundir aprecio por
las cualidades de Jehová. Exprese lo que siente por Dios. Ayude al estudiante a pensar
cómo cultivar una afectuosa relación personal con Jehová. Si realmente llega a conocer y
amar a Dios, le servirá fielmente, pues la devoción piadosa se relaciona con nuestros
sentimientos para con Jehová como persona. (1 Tim. 4:7, 8; véase el libro Guía para la
Escuela, pág. 76, párr. 11.)
21 Esfuércese por llegar al corazón del estudiante. (Sal. 119:11; Hech. 16:14; Rom. 10:10.) Él

necesita ver cómo le influye la verdad personalmente y decidir qué hacer con lo que ha
aprendido. (Rom. 12:2.) ¿Cree realmente en las verdades que se le presentan
semanalmente? (1 Tes. 2:13.) Para saber qué opina el estudiante, puede hacerle preguntas
perspicaces de punto de vista, como: ¿qué le parece esta idea? ¿Cómo puede aplicar esto
en su vida? Sus comentarios le permitirán entender dónde se necesita más ayuda para
llegar a su corazón. (Luc. 8:15; véase el libro Guía para la Escuela, pág. 52, párr. 11.) Los
epígrafes de las ilustraciones que se hallan en las páginas 172 y 174 del libro Conocimiento
preguntan: “¿Se ha dedicado usted a Dios en oración?” y “¿Qué le impide bautizarse?”.
Estas preguntas pueden impulsar al estudiante a actuar.

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22 En la página 17 de La Atalaya del 15 de enero de 1996, párrafo 9, se especifica el

procedimiento que debe seguirse cuando un publicador desea bautizarse. El libro


Conocimiento se escribió con el objetivo de que la persona pueda contestar las “Preguntas
para los que desean bautizarse”, del apéndice del libro Nuestro ministerio, que los ancianos
repasarán con ella. Si usted ha recalcado las respuestas a las preguntas del libro
Conocimiento, el estudiante estará bien preparado para las sesiones que llevarán a cabo los
ancianos previas al bautismo.
23 Ayude a quienes terminen el estudio: Es de esperar que para cuando una

persona termine de estudiar el libro Conocimiento, su sinceridad e interés en servir a Dios


se hayan hecho patentes. (Mat. 13:23.) Por eso, el último subtítulo del libro plantea la
pregunta “¿Qué hará usted?”. Los últimos párrafos hacen un llamado al estudiante para que
centre su atención en la relación que debe haber desarrollado con Dios y en la necesidad
de poner en práctica el conocimiento que ha aprendido y de actuar rápidamente para
demostrar su amor a Jehová. No se estudiarán más publicaciones con quienes hayan
terminado el libro Conocimiento. En caso de que un estudiante no ponga en práctica el
conocimiento de Dios, explíquele con bondad y claridad lo que tiene que hacer para
progresar espiritualmente. Podría mantenerse en comunicación con él, y así dejar el camino
abierto para que tome las medidas que lo lleven a la vida eterna. (Ecl. 12:13.)
24 El nuevo discípulo que abrace la verdad y se bautice tendrá que progresar mucho más

en conocimiento y entendimiento, con el fin de estabilizarse completamente en la fe. (Col.


2:6, 7.) En vez de seguir con el estudio bíblico después de terminar el libro Conocimiento,
usted puede hacerse disponible para proveer cualquier ayuda personal que necesite con el
fin de que madure espiritualmente. (Gál. 6:10; Heb. 6:1.) Él puede completar su entendimiento
leyendo la Biblia diariamente, estudiando por su cuenta tanto La Atalaya como otras
publicaciones del ‘esclavo fiel’, preparándose para las reuniones y asistiendo a ellas, además
de hablar de la verdad con compañeros de creencia. (Mat. 24:45-47; Sal. 1:2; Hech. 2:41, 42;
Col. 1:9, 10.) Leer el libro Nuestro ministerio y aplicar lo que dice desempeñará un papel
esencial respecto a organizarse teocráticamente para que efectúe su ministerio plenamente.
(2 Tim. 2:2; 4:5.)
25 Cultive el arte de enseñar: Hemos recibido la comisión de ‘hacer discípulos,

enseñándoles’. (Mat. 28:19, 20.) Dado que enseñar se relaciona inseparablemente con la obra
de hacer discípulos, queremos esforzarnos por ser mejores maestros. (1 Tim. 4:16; 2 Tim. 4:2.)
Si desea más sugerencias sobre cómo cultivar el arte de enseñar, puede leer los
capítulos 10 y 15 del libro Guía para la Escuela, “Desarrollando el arte de enseñar” y
“Llegando al corazón de los que le escuchan”; el tema “Maestro, enseñanza”, del volumen 2
de Perspicacia; y los artículos de La Atalaya “Edifique con materiales incombustibles” y
“Cuando enseñe, llegue al corazón”, del 1 de agosto de 1984; “¿Despliega usted eficiencia al
razonar a partir de las Escrituras?”, del 1 de marzo de 1986, y “Cómo hallar gozo en la obra
de hacer discípulos”, del 15 de febrero de 1996.
26 Al procurar hacer discípulos valiéndose del libro Conocimiento, ore a Jehová, Aquel

“que lo hace crecer”, pidiendo que bendiga sus esfuerzos por llegar al corazón de la gente
con las buenas nuevas del Reino. (1 Cor. 3:5-7.) Tenga la dicha de enseñar a otras personas
a entender, apreciar y poner en práctica el conocimiento que lleva a vida eterna.

*** km 9/ 96 pá gs. 3-6 Prediquemos las buenas nuevas en todas partes ** *


Prediquemos las buenas nuevas en todas partes

1 Los primeros cristianos predicaron las buenas nuevas en todas partes. Tenían tanto

celo que treinta años después de la resurrección de Jesucristo, el mensaje del Reino se
había ‘predicado en toda la creación que estaba bajo el cielo’. (Col. 1:23.)
2 Los siervos celosos de Jehová hoy día tienen el mismo objetivo: llevar las buenas

nuevas del Reino a cuantas personas sea posible. ¿Qué nos ayudará a alcanzar esta meta?
Cada vez más personas trabajan de tiempo completo y muchas veces no están en casa
cuando vamos a visitarlas. Si no están en el trabajo, puede que estén de viaje, de compras
o participando en alguna recreación. ¿Cómo está llevándose el mensaje del Reino a las
personas merecedoras en esas circunstancias? (Mat. 10:11.)
3 Algunas reciben el mensaje en su lugar de empleo. Incluso en las ciudades pequeñas

hay alguna zona comercial en donde transita mucha gente durante gran parte del día. En
las ciudades grandes, las personas que trabajan en la zona industrial o en edificios altos
de oficinas y las que viven en apartamentos de alta seguridad están recibiendo el
testimonio, y en muchos casos, por primera vez. Durante los fines de semana se ha
hablado con algunas personas que descansaban en parques, lugares de recreo, zonas de
acampar, casitas de campo o que esperaban en estacionamientos o centros comerciales, y
han respondido favorablemente a las buenas nuevas.
4 Cada vez más publicadores están aumentando sus esfuerzos por dar testimonio en

lugares públicos, dondequiera que se encuentre la gente. Al principio estos Testigos


vacilaban y se sentían un poco nerviosos porque estaban acostumbrados a predicar en
circunstancias más formales, como de casa en casa. ¿Cómo se sienten ahora?
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5 “Mi ministerio ha cobrado un nuevo ímpetu”, exclama un hermano con experiencia.

Otro añade: “Me ayuda a mantenerme concentrado”. Un precursor de mayor edad observa:
“Me ha estimulado mental, física y espiritualmente, [...] no he dejado de progresar”. Un
publicador dice que ahora está dando testimonio a muchas personas que nunca habían
hablado con los testigos de Jehová. Los jóvenes también están participando
entusiásticamente en esta obra gozosa. Uno de ellos comenta: “Me agrada porque tengo la
oportunidad de hablar con muchas personas”. Otro dice: “Estoy distribuyendo más
publicaciones que nunca”. Esto está sucediendo en territorios que se abarcan a menudo.
6 Los superintendentes viajantes llevan la delantera: Reconociendo que “la escena

de este mundo está cambiando”, la Sociedad sugirió hace poco que los superintendentes
viajantes cambiaran su horario semanal de predicación a fin de llevar las buenas nuevas a
cuantas personas fuera posible. (1 Cor. 7:31.) Durante años, los superintendentes de circuito
apartaban las mañanas entre semana para predicar de casa en casa y por las tardes
hacían revisitas y conducían estudios bíblicos. Tal vez en algunos lugares todavía sea
práctico dicho horario. Sin embargo, en otras zonas se logra poco al predicar de casa en
casa durante ciertas mañanas entre semana. En tales casos, puede que el superintendente
de circuito decida predicar en las tiendas o dar testimonio en las calles temprano en el
día. O quizás asigne a grupos pequeños para que den testimonio en los edificios de
oficinas, centros comerciales, estacionamientos u otros lugares públicos. Si los publicadores
aprovechan mejor el tiempo disponible para el servicio del campo, hablarán con muchas
personas más.
7 Los informes indican que este cambio ha sido bien acogido tanto por los

superintendentes viajantes como los publicadores. Algunos cuerpos de ancianos han pedido
al superintendente de circuito que enseñe a unos cuantos publicadores a participar en las
facetas de la obra que necesitan atención en su localidad. Para estos publicadores ha sido
provechoso acompañar al superintendente de circuito en alguna de estas actividades. Ellos,
a su vez, han enseñado a otros. (2 Tim. 2:2.) Como consecuencia, más personas están
oyendo las buenas nuevas.
8 Claro está, no es necesario esperar a que los visite el superintendente de circuito para

poner en práctica estos diferentes métodos de predicar. He aquí algunas ideas que
pudieran ser útiles en su territorio.
9 Demos testimonio en las calles: Una pregunta que en ocasiones nos hemos hecho

cuando visitamos un barrio residencial desierto por la mañana entre semana es: ‘¿Dónde
está la gente?’. Algunos tal vez hayan salido para hacer unos mandados o la compra. ¿Ha
intentado dar a estas personas el testimonio en la calle? Esta faceta del ministerio puede
ser muy productiva cuando se hace apropiadamente. En vez de quedarnos de pie en un
lugar mostrando las revistas, es mejor que abordemos a la gente y entablemos una
conversación amigable. No es necesario dar el testimonio a todo transeúnte. Hable con
quienes no tengan prisa, como los que miran escaparates, los que están en su automóvil
estacionado o quienes esperan el transporte público. Para empezar, pudiera saludar
amablemente a la persona y esperar su respuesta. Si está dispuesta a conversar,
pregúntele qué opina sobre un tema que usted crea que pudiera interesarle.
10 Un superintendente de circuito invitó a seis publicadores a acompañarlo a él y a su

esposa en la obra de dar testimonio en las calles. ¿Cuáles fueron los resultados? “Lo
pasamos maravillosamente esa mañana”, dice él. “No hubo problemas con los ‘no en casa’.
Distribuimos ochenta revistas y muchos tratados. Tuvimos conversaciones muy interesantes.
Uno de los publicadores, que participaba en esta faceta del servicio por primera vez,
exclamó: ‘Llevo años en la verdad y no me había dado cuenta de lo que me estaba
perdiendo’. Cuando terminó la semana el excedente de revistas de la congregación se
había agotado.”
11 Cuando el mismo superintendente de circuito visitó la siguiente congregación se

enteró de que varios publicadores habían dado testimonio en las calles temprano por la
mañana, pero que no habían tenido muy buenos resultados. Una hermana habló
únicamente con dos personas durante el período en que estuvieron predicando, pues todos
los demás transeúntes iban deprisa al trabajo. El superintendente de circuito sugirió que
regresaran a la misma calle un poco más tarde por la mañana. Lo hicieron y
permanecieron hasta el mediodía. A la hermana que había hablado con solo dos personas
anteriormente, le fue mucho mejor cuando regresó. Distribuyó 31 revistas y 15 folletos,
obtuvo el nombre y la dirección de siete personas y empezó dos estudios bíblicos. Otros
publicadores del grupo también tuvieron resultados animadores.
12 Cuando encuentre a alguien interesado, intente obtener su nombre, dirección y

número telefónico. En vez de pedir estos datos directamente, pudiera decir: “He disfrutado
de esta conversación. ¿Qué le parece si la continuamos en otra ocasión?”. O pregunte:
“¿Hay alguna manera de comunicarme con usted en su casa?”. Muchas personas han
concordado en que se las vuelva a visitar cuando se las ha abordado de esa manera.
Asegúrese de tener suficientes invitaciones para entregarlas a quienes deseen asistir a
nuestras reuniones.

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13 Si habla con una persona interesada que viva en el territorio asignado a otra

congregación, debe pasar la información a los hermanos de allá para que la visiten. ¿Es la
obra de dar testimonio en las calles una manera eficaz de difundir las buenas nuevas en
su territorio? Si así es, repase el artículo “Hallemos a personas interesadas al predicar en
las calles de manera eficaz”, de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1994. Después,
haga planes para dar testimonio en las calles a una hora apropiada que le permita hablar
con cuantas personas sea posible.
14 Demos testimonio en el transporte público: Una mañana varios precursores

decidieron dar testimonio a la gente que esperaba el autobús cerca de una universidad.
Aunque tuvieron algunas conversaciones agradables, había un problema: cuando estaban en
plena conversación llegaba el autobús, y el diálogo terminaba abruptamente. Para resolver
el problema los precursores se subieron al autobús y continuaron hablando con pasajeros
mientras viajaban al otro lado de la ciudad. Al llegar al final, regresaron en otro autobús
dando testimonio. Después de varios viajes distribuyeron, en conjunto, más de doscientas
revistas y empezaron seis estudios bíblicos. Algunos pasajeros con gusto les dieron su
dirección y número telefónico para que los visitaran en casa. La semana siguiente los
precursores volvieron a la parada de autobuses e hicieron lo mismo. Distribuyeron
164 revistas y empezaron otro estudio bíblico. En una de las paradas se subió un pasajero
y se sentó al lado de un precursor. Miró al hermano y dijo con una sonrisa: “Ya sé, tiene
una Atalaya para mí”.
15 Muchos publicadores dan un testimonio eficaz mientras viajan en autobús, tren u

avión. ¿Cómo puede iniciar una conversación con el pasajero que viaja a su lado? Un
publicador de 12 años de edad sencillamente se puso a leer un ejemplar de ¡Despertad! en
el autobús con la esperanza de que suscitara la curiosidad de una adolescente que estaba
sentada a su lado. Surtió efecto. Ella le preguntó qué leía, y el joven respondió que estaba
leyendo acerca de la solución a los problemas que afrontan los jóvenes. Agregó que le
había beneficiado mucho el artículo y que le ayudaría a ella también. La adolescente
aceptó las revistas con gusto. Otros dos jóvenes oyeron la conversación y también pidieron
ejemplares de las revistas. Entonces, el conductor se estacionó al lado de la carretera y
preguntó por qué estaban tan interesados en esas revistas. Cuando le explicaron la razón,
también aceptó unos ejemplares. Desde luego, esto no habría sido posible si el joven
publicador no hubiera llevado una buena cantidad de revistas para entregarlas a todos los
que mostraran interés.
16 Demos testimonio en los parques y estacionamientos: Dar testimonio en los

parques y estacionamientos es una excelente manera de hablar con la gente. ¿Ha


intentado dar testimonio en el estacionamiento de un centro comercial? Siempre mire a su
alrededor un rato y busque a alguien que no tenga prisa o que esté esperando en un
automóvil estacionado y trate de entablar una conversación amigable. Si lo logra, hable del
mensaje del Reino. Trate de predicar solo, pero que un compañero publicador esté en las
cercanías. No lleve un maletín grande ni nada que llame la atención a su obra. Sea
discreto. Tal vez sea prudente predicar un rato en un estacionamiento y luego ir a otro. Si
alguien no quiere conversar con usted, despídase cortésmente y aborde a otra persona. Un
hermano que se valió de estos métodos de predicar distribuyó 90 revistas en un mes.
17 Algunas personas van al parque a descansar; otros van a jugar o a pasar tiempo con
sus hijos. Busquemos la oportunidad de darles testimonio sin interferir demasiado en sus
actividades. Un hermano empezó una conversación con el cuidador de un parque, quien
expresó su preocupación por el consumo de drogas y el futuro de sus hijos. Se inició un
estudio bíblico y se condujo regularmente en el parque.
18 Demos testimonio informal en los centros comerciales: Aunque en algunos

lugares no se puede predicar formalmente de tienda en tienda en los centros comerciales


por ciertas restricciones locales a dichas actividades, algunos publicadores han creado
oportunidades para dar testimonio informal. Se sientan en un banco y entablan
conversaciones amigables con las personas que se detienen para descansar. Cuando
perciben interés, ofrecen discretamente un tratado o una revista y procuran hacer planes
para volver a hablar con la persona. Después de dar testimonio durante unos minutos en
cierta sección del centro comercial, pasan a otra y empiezan a dialogar con otra persona.
Claro está, deben procurar no atraer demasiada atención mientras dan testimonio de esta
forma.
19 Cuando saludemos a la persona, empecemos la conversación con un tono amable. Si

responde, hagámosle una pregunta y escuchemos atentamente su respuesta. Interesémonos


en lo que dice. Mostremos que valoramos su opinión. Concordemos con ella cuando sea
posible.
20 Una hermana inició una conversación muy agradable con una anciana sobre lo alto

que está el costo de la vida. La anciana concordó enseguida, y resultó en una conversación
animada. La hermana logró obtener el nombre y la dirección de la señora y fue a visitarla
esa misma semana.

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21 Prediquemos de tienda en tienda: A algunas congregaciones se les han asignado

territorios que incluyen zonas comerciales. El hermano encargado de los territorios puede
preparar tarjetas de mapas especiales de estas secciones donde hay muchos negocios. Las
tarjetas de mapa de los territorios de viviendas que incluyan negocios deben indicar
claramente que estos no se abarcarán como parte del territorio. En otros territorios, los
lugares de negocio pueden trabajarse junto con las viviendas. Los ancianos pudieran pedir
a publicadores capacitados que prediquen en los territorios comerciales regularmente para
que no se descuide la predicación de tienda en tienda.
22 Si a usted se le pide que participe en esta obra por primera vez, recuerde que una

buena manera de ‘cobrar denuedo’ es predicar primero en las tiendas pequeñas; después,
cuando se sienta más confiado, predique en las más grandes. (1 Tes. 2:2.) Cuando predique
en las tiendas, vístase como si fuera a asistir a una reunión en el Salón de Reino. Si es
posible, entre en la tienda cuando no haya clientes esperando que se les atienda. Pregunte
por el gerente o la persona encargada. Sea afectuoso, y sobre todo, breve. No es necesario
pedir disculpas. Muchos negocios están concebidos para atender las necesidades de
los clientes y los que trabajan allí están acostumbrados a que las personas los aborden.
23 Después de saludar al comerciante, pudiera decir: “Los comerciantes tienen

horarios tan ocupados que casi nunca los encontramos en casa, de modo que venimos a
visitarlo en su lugar de empleo para dejarle un artículo que invita a la reflexión”. Entonces
haga uno o dos comentarios acerca de la revista que esté ofreciendo.
24 O pudiera intentar esta presentación al abordar a un gerente: “Hemos

observado que los comerciantes procuran estar bien informados. El número más reciente de
La Atalaya (o ¡Despertad!) presenta un artículo que nos atañe a todos”. Explique de qué
trata y concluya diciendo: “Estamos seguros de que disfrutará de leerlo”.
25 Si hay empleados, y lo ve apropiado, pudiera añadir: “¿Me permite hacer la

misma presentación breve a sus empleados?”. Si le dan permiso, no olvide que prometió
ser breve, y el gerente esperará que usted cumpla su palabra. Si algún empleado desea
entablar una larga conversación, sería mejor visitarlo en su hogar.
26 Hace poco, unos publicadores de un pueblo pequeño acompañaron al superintendente

de circuito en la obra de tienda en tienda. Al principio algunos de los publicadores sentían


temor, dado que nunca lo habían hecho; pero pronto se tranquilizaron y empezaron a
disfrutar de ello. En menos de una hora hablaron con 37 personas y distribuyeron
veinticuatro revistas y cuatro folletos. Un hermano dijo que normalmente no hubieran
podido hablar con tantas personas en un mes en la obra de casa en casa como lo hicieron
de tienda en tienda en ese corto período.
27 Cómo crear oportunidades para predicar: Jesús no limitó la obra de dar

testimonio a ocasiones formales. Él habló de las buenas nuevas en toda ocasión apropiada.
(Mat. 9:9; Luc. 19:1-10; Juan 4:6-15.) Observe cómo algunos publicadores crean oportunidades
para predicar.
28 Algunos acostumbran dar testimonio a los padres que están esperando a sus hijos

cerca de la entrada de la escuela. Ya que algunos padres llegan hasta veinte minutos
antes, hay tiempo para mantener una conversación animada sobre un tema bíblico.
29 Muchos precursores son conscientes de hablar con aquellas personas que tal vez

tengan un interés especial en cierto tema que se trata en nuestras revistas. Por ejemplo,
una hermana tuvo buenos resultados cuando visitó seis escuelas del territorio de la
congregación y presentó la serie de artículos “Las escuelas en crisis”, del número del 22 de
diciembre de 1995 de ¡Despertad! También visitó agencias de asistencia familiar y presentó
las revistas que tratan sobre la vida de familia y el abuso de menores, y se le invitó a que
volviera cuando tuviera más ejemplares sobre temas similares. Ella dice que la reacción del
departamento de desempleo al número del 8 de marzo de 1996 de ¡Despertad! que trata
sobre el desempleo fue “asombrosa”.
30 Un superintendente de distrito dice que él y su esposa dan testimonio informal

regularmente cuando hacen la compra. Procuran hacerlo a una hora en que la tienda
no está muy atestada de gente, y los clientes caminan por los pasillos sin prisa. Han tenido
muchas conversaciones excelentes.
31 Muchos publicadores han tenido buenos resultados al dar testimonio en las

lavanderías públicas. No simplemente dejan revistas cuando el lugar está vacío. Su objetivo
es comunicar a la gente las buenas nuevas, de modo que procuran hablar personalmente
con los que están allí.
32 En algunos lugares, un grupo seleccionado de publicadores han sido autorizados para

dar testimonio en los aeropuertos. En ocasiones ellos han tenido el placer de dar
testimonio a viajeros de países en donde hay pocos siervos de Jehová. Cuando los
publicadores perciben interés ofrecen un tratado o las revistas.

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33 Algunos publicadores acostumbran dar testimonio con prudencia a los guardias de

seguridad o a los administradores de oficinas de alquiler de apartamentos cuando no se


les permite dar testimonio personalmente a los inquilinos de complejos residenciales de
alta seguridad. Hacen lo mismo al visitar urbanizaciones privadas con acceso controlado.
Un superintendente de circuito y varios publicadores visitaron siete complejos de
apartamentos y emplearon este método. En cada lugar, dijeron al administrador que
aunque no se les permitía visitar los apartamentos de la manera acostumbrada, no querían
que él se perdiera la información de nuestras revistas más recientes. Los administradores
de los siete complejos aceptaron con gusto las revistas y pidieron los siguientes números.
Los publicadores luego se comunican con los residentes de dichos complejos por teléfono.
Encontrará información práctica sobre esta forma de dar testimonio en el suplemento “La
predicación telefónica: una manera de llegar a muchas personas” de Nuestro Ministerio del
Reino de agosto de 1993.
34 Esforcémonos por predicar en todas partes: Cumplir con nuestra dedicación

incluye tener un sentido de urgencia con respecto a nuestra asignación de predicar el


mensaje del Reino. A fin de hablar con las personas a una hora conveniente para ellas,
tenemos que poner a un lado nuestras preferencias personales para que ‘de todos modos
salvemos a algunos’. Todos los siervos dedicados de Jehová queremos decir, al igual que el
apóstol Pablo: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme
partícipe de ellas con otros”. (1 Cor. 9:22, 23.)
35 Pablo también escribió: “Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis

debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. [...] Porque
cuando soy débil, entonces soy poderoso”. (2 Cor. 12:9, 10.) En otras palabras, ninguno de
nosotros pudiéramos efectuar esta obra por nuestra propia fuerza. Es necesario orar a
Jehová para que nos dé su poderoso espíritu santo. Si pedimos fortaleza a Dios, podemos
confiar en que contestará nuestras oraciones. Entonces nuestro amor a la gente nos
impulsará a buscar oportunidades para predicarle las buenas nuevas dondequiera que se
encuentre. ¿Por qué no pone en práctica durante la siguiente semana alguna de las
sugerencias que se presentan en este suplemento?

*** km 3/ 97 pá gs. 3-6 Cobre denuedo para hacer revisitas ** *


Cobre denuedo para hacer revisitas

1 ¿Le gusta hacer revisitas? A muchos publicadores les encanta. Puede que usted haya

sentido temor al principio, especialmente al volver a visitar a los amos de casa que solo
mostraron un poco de interés. Pero a medida que ‘cobra denuedo por medio de nuestro
Dios para declarar las buenas nuevas’ haciendo revisitas, quizás le sorprenda descubrir lo
fácil y remuneradora que puede ser esta obra. (1 Tes. 2:2.) ¿En qué sentido?
2 En realidad, hay una gran diferencia entre una revisita y la visita inicial. La revisita se

hace a alguien a quien ya conocemos, no a un extraño, y por lo general es más fácil


conversar con un conocido que con un extraño. Una de las muchas recompensas de
participar en esta obra es que puede resultar en que empecemos estudios bíblicos
productivos.
3 Cuando predicamos de casa en casa, visitamos vez tras vez a las personas que

no han mostrado interés. ¿Por qué seguimos visitándolas? Porque sabemos que las
circunstancias cambian, y que tal vez aquella persona con quien hablamos antes y que
pareció indiferente o incluso opuesta, se interese la próxima vez que la visitemos. Teniendo
esto presente, nos preparamos bien y pedimos la bendición de Jehová para decir algo en
esta ocasión que provoque la reacción favorable de la persona.
4 Si estamos dispuestos a predicar de casa en casa a personas que no han mostrado

ningún interés, ¿no deberíamos estar más dispuestos a visitar a las que sí han mostrado
algún interés en el mensaje del Reino? (Hech. 10:34, 35.)
5 Muchos estamos en la verdad gracias a que un publicador pacientemente nos visitó

varias veces. Si ese fue su caso, pregúntese: ‘¿Cuál fue la primera impresión que le causé
al publicador? ¿Abracé el mensaje del Reino en cuanto lo oí por primera vez? ¿Di la
impresión de ser indiferente?’. Debemos alegrarnos de que aquel publicador que volvió nos
haya considerado dignos de una revisita y haya ‘cobrado denuedo por medio de Dios’ para
visitarnos y enseñarnos la verdad. ¿Qué debemos hacer cuando las personas muestran
algún interés al principio, pero después parece que tratan de evitarnos? Es esencial que
tengamos una actitud positiva, como lo ilustra la siguiente experiencia.
6 Mientras daban testimonio en la calle temprano por la mañana, dos publicadoras

hablaron con una joven que llevaba a un niño en un cochecito. Ella aceptó una revista y
las invitó a su hogar el domingo siguiente. Las hermanas llegaron a la hora acordada, pero
la joven les dijo que no tenía tiempo para hablar. Sin embargo, prometió atenderlas la
siguiente semana. Las hermanas dudaban de que cumpliera con la cita, pero la joven
estaba esperándolas cuando volvieron. Se empezó un estudio, y su progreso fue asombroso.
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En poco tiempo empezó a asistir regularmente a las reuniones y a participar en el servicio
del campo. Ahora está bautizada.
7 Coloque el fundamento en la visita inicial: El fundamento para una buena revisita

suele colocarse en la visita inicial. Escuche cuidadosamente los comentarios del amo de
casa. ¿Qué le comunican? ¿Le atrae la religión? ¿Le preocupan los temas sociales? ¿Le
interesa la ciencia?, ¿la historia?, ¿el medio ambiente? Al concluir la visita, plantee una
pregunta que invite a la reflexión y prometa volver para examinar la respuesta bíblica.
8 Por ejemplo, si al amo de casa le llamó la atención la promesa bíblica de una Tierra

paradisíaca, sería apropiado volver y conversar sobre ese tema más a fondo. Antes de
despedirse, pudiera preguntar: “¿Cómo podemos estar seguros de que Dios cumplirá esta
promesa?”. Entonces agregue: “Tal vez pueda volver cuando toda la familia esté en casa
para mostrarles la respuesta bíblica a esa pregunta”.
9 Si el amo de casa no muestra interés en ningún tema en particular, puede utilizar una

de las preguntas que aparecen en las presentaciones de la última página de Nuestro


Ministerio del Reino como base para la siguiente conversación.
10 Mantenga un registro exacto: Su registro de casa en casa debe ser exacto y

completo. Escriba el nombre y la dirección de la persona tan pronto salga de la casa.


No invente el número de la casa ni el nombre de la calle; más bien, cerciórese de que la
información sea exacta. Describa al amo de casa. Anote el tema que trató, los textos
leídos, la publicación que dejó y la pregunta que contestará la próxima vez. Incluya el día y
la hora en que hizo la primera visita y cuándo prometió volver. Ahora que el registro está
completo, no lo pierda. Póngalo en un lugar seguro para que pueda referirse a él más
tarde. Siga pensando en la persona y en cómo hará la revisita.
11 Tenga presente sus objetivos: Primero, procure tranquilizar al amo de casa siendo

cariñoso y amigable. Muestre que se interesa en él como persona, sin tomarse demasiadas
confianzas. Segundo, recuérdele la pregunta que usted planteó en la última visita. Escuche
cuidadosamente su opinión y dígale sinceramente que agradece sus comentarios. Entonces,
muestre por qué el punto de vista bíblico es práctico. Si es posible, dirija su atención a
algún punto relacionado en el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Tenga muy
presente que su objetivo principal al hacer revisitas es empezar un estudio bíblico.
12 La franqueza con que expone los asuntos el libro Conocimiento nos ha ayudado a

muchos de nosotros a ‘cobrar denuedo’ al dirigir estudios bíblicos y a animar a los


estudiantes a asistir a las reuniones y a relacionarse con la organización de Jehová.
Anteriormente, tendíamos a esperar hasta que las personas estudiaran por bastante tiempo
antes de invitarlas a reunirse con nosotros. Ahora, muchos estudiantes asisten a las
reuniones tan pronto como empiezan a estudiar, y por eso progresan mucho más rápido.
13 Un matrimonio dio testimonio informal a un compañero de trabajo. Cuando mostró

interés en la verdad, le ofrecieron un estudio bíblico con el libro Conocimiento. Al mismo


tiempo, le dijeron que debía asistir a las reuniones, pues allí se contestarían muchas de
sus preguntas. No solo aceptó con gusto el estudio, sino que estudiaba dos veces a la
semana y comenzó a asistir regularmente a las reuniones en el Salón del Reino.
14 Utilice el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?: En las asambleas de distrito

“Mensajeros de la paz de Dios” recibimos el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Este
puede utilizarse para empezar estudios bíblicos con personas temerosas de Dios,
prescindiendo de su nivel educativo. Contiene un curso completo de las enseñanzas
fundamentales de la Biblia. Será un instrumento muy eficaz para impartir el conocimiento
divino. Explica la verdad de manera tan clara y sencilla que prácticamente todos podremos
utilizarlo para enseñar a otros los requisitos de Dios. Es probable que muchos publicadores
tengan el privilegio de dirigir un estudio bíblico con este folleto.
15 Algunas personas que dicen que no tienen tiempo para estudiar el libro Conocimiento

tal vez estén dispuestas a estudiar en breves sesiones el folleto Exige. Les encantará lo
que aprendan. En tan solo dos o tres páginas encontrarán las respuestas a preguntas que
el hombre se ha hecho durante siglos: ¿Quién es Dios? ¿Quién es el Diablo? ¿Cuál es el
propósito de Dios para la Tierra? ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo puede usted encontrar
la religión verdadera? Aunque el folleto presenta la verdad de forma sencilla, su mensaje
es muy impactante. Abarca puntos clave que los ancianos repasarán con los que piensan
bautizarse y puede ser un eslabón para un estudio más profundo con el libro Conocimiento.
16 Para ofrecer un estudio bíblico durante la revisita, puede decir sencillamente:

“¿Sabía que en unos cuantos minutos usted podría aprender la respuesta a una importante
pregunta bíblica?”. Haga una de las preguntas que aparecen al principio de una de las
lecciones del folleto. Por ejemplo, si visita a una persona mayor, pudiera decir: “Sabemos
que Jesús curó a enfermos en el pasado. Pero ¿qué hará Jesús en el futuro por los
enfermos?, ¿los ancianos?, ¿los muertos?”. Las respuestas se encuentran en la lección 5. A
la persona que le interesa la religión quizás le llame la atención la pregunta: “¿Escucha
Dios todas las oraciones?”. Esta se contesta en la lección 7. Los miembros de la familia
querrán saber: “¿Qué exige Dios de los padres y los hijos?”. Se darán cuenta cuando
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estudien la lección 8. Otras preguntas son: “¿Pueden los muertos perjudicar a los vivos?”,
“¿Por qué hay tantas religiones que dicen ser cristianas?” y “¿Qué tiene que hacer para ser
amigo de Dios?”, las cuales se contestan en las lecciones 11, 13 y 16, respectivamente.
17 Ayude a los que hablan otro idioma: ¿Qué podemos hacer si el amo de casa

habla otro idioma? De ser posible, debe enseñársele la verdad en el idioma que conoce
mejor. (1 Cor. 14:9.) El superintendente de ciudad (o en territorios rurales, el superintendente
de circuito) tal vez pueda suministrar información respecto a las congregaciones y grupos
de habla extranjera de la zona. Así, el secretario sabrá a qué congregación o grupo de
habla extranjera debe enviar los formularios “Visítese a esta persona de otro idioma” (S-
70a-S) que le entreguen los miembros de la congregación. Si no hay congregaciones o
grupos cercanos ni publicadores locales que hablen el idioma del amo de casa, el
publicador puede intentar estudiar con él utilizando el folleto Exige en ambos idiomas.
18 Un hombre que habla vietnamita y su esposa, que habla tai, empezaron a estudiar

con un publicador de habla inglesa. Utilizaron publicaciones y Biblias en inglés, vietnamita y


tai. Aunque la barrera lingüística fue un problema al principio, el publicador escribe: “El
progreso espiritual de la pareja fue inmediato. Han visto la necesidad de asistir a las
reuniones con sus dos hijos y leen la Biblia en familia todas las noches. La hija de seis
años dirige un estudio bíblico”.
19 Si su estudiante habla otro idioma, háblele despacio, articule claramente y use

palabras y frases sencillas. No obstante, tenga presente que debe tratarse con dignidad a
las personas que hablan idiomas extranjeros. No se les debe tratar como si fueran niños.
20 Válgase de las hermosas ilustraciones del folleto Exige. Si “una imagen vale más que

mil palabras”, entonces las muchas ilustraciones del folleto serán muy informativas para el
amo de casa. Pídale que lea los textos en su propia Biblia. Sería muy provechoso que el
estudio pudiera conducirse cuando un miembro de la familia que sepa español esté
presente para que sirva de intérprete. (Véase Nuestro Ministerio del Reino de octubre
de 1990, páginas 7, 8; mayo de 1984, página 8.)
21 No tarde en hacer las revisitas: ¿Cuánto tiempo debe esperar antes de hacer una

revisita? Algunos publicadores vuelven uno o dos días después de la visita inicial. Otros
vuelven el mismo día. ¿Es eso demasiado pronto? A la mayoría de los amos de casa
no parece molestarles. Es el publicador el que a menudo necesita cultivar una actitud más
positiva, además de un poco de denuedo. Considere las siguientes experiencias.
22 Un publicador de 13 años predicaba de casa en casa y vio a dos mujeres que

caminaban juntas. Recordando que se nos ha animado a predicar a las personas


dondequiera que las encontremos, se acercó a ellas en la calle. Las mujeres mostraron
interés en el mensaje del Reino y cada una aceptó el libro Conocimiento. El hermano joven
les pidió la dirección, las visitó dos días después y ambas empezaron a estudiar la Biblia
con él.
23 Una hermana hace las revisitas una semana después de haber hablado con la

persona. Pero un día o dos después de la visita inicial, le lleva una revista que trate sobre
el tema del que hayan conversado antes. Ella dice al amo de casa: “Vi este artículo y
pensé que le gustaría leerlo. No puedo quedarme para hablar ahora, pero volveré el
miércoles por la tarde como acordamos. ¿Sigue siendo conveniente para usted esa hora?”.
24 Cuando alguien muestra interés en la verdad, podemos estar seguros de que afrontará

oposición de una forma u otra. Si volvemos poco después de la primera visita, la


fortaleceremos para que resista con éxito la presión de parientes, amigos íntimos u otras
personas.
25 Cultive el interés de las personas en los lugares públicos: A muchos nos gusta

predicar en las calles, los estacionamientos, el transporte público, los centros comerciales,
los parques, etc. Pero, además de distribuir publicaciones, es preciso cultivar el interés de
las personas. Con ese propósito, debemos esforzarnos por obtener el nombre, la dirección y,
si es posible, el número telefónico de todas las personas interesadas que encontremos.
Conseguir estos datos no es tan difícil como uno se imagina. Cuando haya terminado la
conversación, saque la libreta y pregunte: “¿Pudiéramos seguir hablando de este tema en
otra ocasión?”. O diga: “Quisiera que leyera un artículo que de seguro le va a gustar.
¿Puedo llevárselo a su hogar u oficina?”. Un hermano sencillamente pregunta: “¿A qué
número puedo llamarlo?”. Dice que en un período de tres meses todas las personas,
excepto tres, le dieron con gusto su número telefónico.
26 Utilice el teléfono para encontrar a las personas y cultivar su interés: Una

precursora llama por teléfono a las personas que viven en edificios de alta seguridad y
hace revisitas de la misma manera. En la llamada inicial dice: “Sé que no me conoce. Estoy
esforzándome especialmente por comunicarme con las personas de su vecindario para
expresarles una idea bíblica. Si tiene un momento, quisiera leerle la promesa que se
encuentra en...”. Después de leer el texto, dice: “Sería maravilloso ver el cumplimiento de
esas palabras, ¿no es cierto? Ha sido un placer leerle esta información. Si a usted también
le ha agradado, me gustaría llamarle de nuevo y hablar de otro texto bíblico”.
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27 Cuando hace la revisita por teléfono, recuerda al amo de casa la conversación

anterior y le dice que quiere leerle de la Biblia cómo serán las condiciones cuando se
elimine la maldad. Entonces habla brevemente con el amo de casa. Como resultado de sus
muchas conversaciones telefónicas, 35 personas la han invitado a casa y ha empezado
siete estudios bíblicos. ¿Encuentra que a veces es difícil hacer revisitas durante los meses
invernales debido a que las carreteras están intransitables y cubiertas de hielo o por las
enfermedades? En tal caso, ¿por qué no llama a las personas por teléfono?
28 Cultivemos el interés de la gente en el territorio de negocios: Predicar en las

tiendas implica mucho más que solo ofrecer revistas. Muchos comerciantes tienen interés
sincero en la verdad, y hay que cultivarlo. En algunos casos tal vez se pueda entablar una
conversación bíblica o incluso conducir un estudio en la tienda misma. En otros casos,
quizás usted y la persona puedan reunirse a la hora del almuerzo o a otra hora
conveniente.
29 Un superintendente viajante visitó al dueño de una pequeña tienda de comestibles y

le ofreció demostrarle cómo conducimos estudios bíblicos. Cuando el señor preguntó cuánto
duraría la demostración, el superintendente viajante le respondió que solo tomaría quince
minutos. El tendero colgó un rótulo en la puerta que decía: “Regresaré en veinte minutos”,
sacó dos sillas y analizaron los primeros cinco párrafos del libro Conocimiento. Este hombre
sincero quedó tan impresionado por lo que aprendió, que asistió a la Reunión Pública y al
Estudio de La Atalaya ese domingo y concordó en estudiar de nuevo la siguiente semana.
30 Para ofrecer un estudio en un negocio, pudiera decir: “En tan solo quince

minutos puedo demostrarle nuestro programa de estudios bíblicos. Si es conveniente, me


gustaría mostrarle cómo lo hacemos”. Entonces, no se pase de tiempo. Si no se puede
mantener una conversación larga en la tienda, tal vez sea más apropiado visitar al tendero
en su hogar.
31 Regrese aunque no haya dejado ninguna publicación: Debemos volver a visitar a

las personas que muestren cualquier pizca de interés, independientemente de si aceptaron


una publicación o no. Por supuesto, si se ve claramente que el amo de casa no está
interesado en el mensaje del Reino, es mejor concentrarse en ayudar a otras personas.
32 Mientras predicaba de casa en casa, una hermana habló con una señora muy

amigable que rechazó rotundamente las revistas. La publicadora escribe: “Pensé en ella por
varios días y decidí hablarle de nuevo”. Finalmente, la hermana oró, cobró denuedo y tocó
a la puerta de la señora. Se alegró mucho cuando el ama de casa la invitó a pasar. Se
empezó un estudio bíblico y se condujo de nuevo al día siguiente. Con el tiempo, la señora
entró en la verdad.
33 Haga planes para lograr lo má ximo: Se recomienda que todas las semanas

dediquemos algún tiempo a hacer revisitas. Puede lograrse mucho con buenos planes.
Prepárese para hacer algunas revisitas en la misma zona donde predicará de casa en casa.
Cuando prediquen en automóvil, el grupo debe mantenerse pequeño para que todos
tengan amplia oportunidad de hacer revisitas. El conductor del vehículo debe saber de
antemano dónde se harán las revisitas para no perder tiempo viajando innecesariamente.
34 Los que tienen éxito haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos dicen que es

esencial mostrar verdadero interés en las personas y seguir pensando en ellas después de
la visita. También es necesario presentar un tema bíblico llamativo y colocar en la visita
inicial el fundamento para la revisita. Además, es importante no tardar en regresar para
cultivar el interés. Siempre hay que tener muy presente el objetivo de empezar un estudio
bíblico.
35 Una cualidad fundamental para tener éxito al hacer revisitas es el denuedo. ¿Cómo se

adquiere? El apóstol Pablo contesta al decir que “cobramos denuedo” para declarar las
buenas nuevas “por medio de nuestro Dios”. Si usted necesita mejorar en este aspecto, ore
a Jehová para que le ayude. Entonces obre en conformidad con sus oraciones y vuelva a
visitar a todas las personas que muestran interés. Tenga la seguridad de que Jehová
bendecirá sus esfuerzos.
[Recuadro de la pá gina 3]
Cómo tener éxito al hacer revisitas
■ Muestre verdadero interés en la gente.
■ Escoja un tema bíblico llamativo.
■ Coloque el fundamento para la visita siguiente.
■ Siga pensando en la persona después de la visita.
■ Vuelva uno o dos días después para cultivar el interés.
■ Recuerde que su objetivo es empezar un estudio bíblico.
■ Ore a Dios para que le ayude a cobrar denuedo para efectuar esta obra.
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*** km 9/ 96 pá gs. 3-6 Prediquemos las buenas nuevas en todas partes ** *
Prediquemos las buenas nuevas en todas partes

1 Los primeros cristianos predicaron las buenas nuevas en todas partes. Tenían tanto

celo que treinta años después de la resurrección de Jesucristo, el mensaje del Reino se
había ‘predicado en toda la creación que estaba bajo el cielo’. (Col. 1:23.)
2 Los siervos celosos de Jehová hoy día tienen el mismo objetivo: llevar las buenas

nuevas del Reino a cuantas personas sea posible. ¿Qué nos ayudará a alcanzar esta meta?
Cada vez más personas trabajan de tiempo completo y muchas veces no están en casa
cuando vamos a visitarlas. Si no están en el trabajo, puede que estén de viaje, de compras
o participando en alguna recreación. ¿Cómo está llevándose el mensaje del Reino a las
personas merecedoras en esas circunstancias? (Mat. 10:11.)
3 Algunas reciben el mensaje en su lugar de empleo. Incluso en las ciudades pequeñas

hay alguna zona comercial en donde transita mucha gente durante gran parte del día. En
las ciudades grandes, las personas que trabajan en la zona industrial o en edificios altos
de oficinas y las que viven en apartamentos de alta seguridad están recibiendo el
testimonio, y en muchos casos, por primera vez. Durante los fines de semana se ha
hablado con algunas personas que descansaban en parques, lugares de recreo, zonas de
acampar, casitas de campo o que esperaban en estacionamientos o centros comerciales, y
han respondido favorablemente a las buenas nuevas.
4 Cada vez más publicadores están aumentando sus esfuerzos por dar testimonio en

lugares públicos, dondequiera que se encuentre la gente. Al principio estos Testigos


vacilaban y se sentían un poco nerviosos porque estaban acostumbrados a predicar en
circunstancias más formales, como de casa en casa. ¿Cómo se sienten ahora?
5 “Mi ministerio ha cobrado un nuevo ímpetu”, exclama un hermano con experiencia.

Otro añade: “Me ayuda a mantenerme concentrado”. Un precursor de mayor edad observa:
“Me ha estimulado mental, física y espiritualmente, [...] no he dejado de progresar”. Un
publicador dice que ahora está dando testimonio a muchas personas que nunca habían
hablado con los testigos de Jehová. Los jóvenes también están participando
entusiásticamente en esta obra gozosa. Uno de ellos comenta: “Me agrada porque tengo la
oportunidad de hablar con muchas personas”. Otro dice: “Estoy distribuyendo más
publicaciones que nunca”. Esto está sucediendo en territorios que se abarcan a menudo.
6 Los superintendentes viajantes llevan la delantera: Reconociendo que “la escena

de este mundo está cambiando”, la Sociedad sugirió hace poco que los superintendentes
viajantes cambiaran su horario semanal de predicación a fin de llevar las buenas nuevas a
cuantas personas fuera posible. (1 Cor. 7:31.) Durante años, los superintendentes de circuito
apartaban las mañanas entre semana para predicar de casa en casa y por las tardes
hacían revisitas y conducían estudios bíblicos. Tal vez en algunos lugares todavía sea
práctico dicho horario. Sin embargo, en otras zonas se logra poco al predicar de casa en
casa durante ciertas mañanas entre semana. En tales casos, puede que el superintendente
de circuito decida predicar en las tiendas o dar testimonio en las calles temprano en el
día. O quizás asigne a grupos pequeños para que den testimonio en los edificios de
oficinas, centros comerciales, estacionamientos u otros lugares públicos. Si los publicadores
aprovechan mejor el tiempo disponible para el servicio del campo, hablarán con muchas
personas más.
7 Los informes indican que este cambio ha sido bien acogido tanto por los

superintendentes viajantes como los publicadores. Algunos cuerpos de ancianos han pedido
al superintendente de circuito que enseñe a unos cuantos publicadores a participar en las
facetas de la obra que necesitan atención en su localidad. Para estos publicadores ha sido
provechoso acompañar al superintendente de circuito en alguna de estas actividades. Ellos,
a su vez, han enseñado a otros. (2 Tim. 2:2.) Como consecuencia, más personas están
oyendo las buenas nuevas.
8 Claro está, no es necesario esperar a que los visite el superintendente de circuito para

poner en práctica estos diferentes métodos de predicar. He aquí algunas ideas que
pudieran ser útiles en su territorio.
9 Demos testimonio en las calles: Una pregunta que en ocasiones nos hemos hecho

cuando visitamos un barrio residencial desierto por la mañana entre semana es: ‘¿Dónde
está la gente?’. Algunos tal vez hayan salido para hacer unos mandados o la compra. ¿Ha
intentado dar a estas personas el testimonio en la calle? Esta faceta del ministerio puede
ser muy productiva cuando se hace apropiadamente. En vez de quedarnos de pie en un
lugar mostrando las revistas, es mejor que abordemos a la gente y entablemos una
conversación amigable. No es necesario dar el testimonio a todo transeúnte. Hable con
quienes no tengan prisa, como los que miran escaparates, los que están en su automóvil
estacionado o quienes esperan el transporte público. Para empezar, pudiera saludar
amablemente a la persona y esperar su respuesta. Si está dispuesta a conversar,
pregúntele qué opina sobre un tema que usted crea que pudiera interesarle.
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10 Un superintendente de circuito invitó a seis publicadores a acompañarlo a él y a su

esposa en la obra de dar testimonio en las calles. ¿Cuáles fueron los resultados? “Lo
pasamos maravillosamente esa mañana”, dice él. “No hubo problemas con los ‘no en casa’.
Distribuimos ochenta revistas y muchos tratados. Tuvimos conversaciones muy interesantes.
Uno de los publicadores, que participaba en esta faceta del servicio por primera vez,
exclamó: ‘Llevo años en la verdad y no me había dado cuenta de lo que me estaba
perdiendo’. Cuando terminó la semana el excedente de revistas de la congregación se
había agotado.”
11 Cuando el mismo superintendente de circuito visitó la siguiente congregación se

enteró de que varios publicadores habían dado testimonio en las calles temprano por la
mañana, pero que no habían tenido muy buenos resultados. Una hermana habló
únicamente con dos personas durante el período en que estuvieron predicando, pues todos
los demás transeúntes iban deprisa al trabajo. El superintendente de circuito sugirió que
regresaran a la misma calle un poco más tarde por la mañana. Lo hicieron y
permanecieron hasta el mediodía. A la hermana que había hablado con solo dos personas
anteriormente, le fue mucho mejor cuando regresó. Distribuyó 31 revistas y 15 folletos,
obtuvo el nombre y la dirección de siete personas y empezó dos estudios bíblicos. Otros
publicadores del grupo también tuvieron resultados animadores.
12 Cuando encuentre a alguien interesado, intente obtener su nombre, dirección y

número telefónico. En vez de pedir estos datos directamente, pudiera decir: “He disfrutado
de esta conversación. ¿Qué le parece si la continuamos en otra ocasión?”. O pregunte:
“¿Hay alguna manera de comunicarme con usted en su casa?”. Muchas personas han
concordado en que se las vuelva a visitar cuando se las ha abordado de esa manera.
Asegúrese de tener suficientes invitaciones para entregarlas a quienes deseen asistir a
nuestras reuniones.
13 Si habla con una persona interesada que viva en el territorio asignado a otra

congregación, debe pasar la información a los hermanos de allá para que la visiten. ¿Es la
obra de dar testimonio en las calles una manera eficaz de difundir las buenas nuevas en
su territorio? Si así es, repase el artículo “Hallemos a personas interesadas al predicar en
las calles de manera eficaz”, de Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1994. Después,
haga planes para dar testimonio en las calles a una hora apropiada que le permita hablar
con cuantas personas sea posible.
14 Demos testimonio en el transporte público: Una mañana varios precursores

decidieron dar testimonio a la gente que esperaba el autobús cerca de una universidad.
Aunque tuvieron algunas conversaciones agradables, había un problema: cuando estaban en
plena conversación llegaba el autobús, y el diálogo terminaba abruptamente. Para resolver
el problema los precursores se subieron al autobús y continuaron hablando con pasajeros
mientras viajaban al otro lado de la ciudad. Al llegar al final, regresaron en otro autobús
dando testimonio. Después de varios viajes distribuyeron, en conjunto, más de doscientas
revistas y empezaron seis estudios bíblicos. Algunos pasajeros con gusto les dieron su
dirección y número telefónico para que los visitaran en casa. La semana siguiente los
precursores volvieron a la parada de autobuses e hicieron lo mismo. Distribuyeron
164 revistas y empezaron otro estudio bíblico. En una de las paradas se subió un pasajero
y se sentó al lado de un precursor. Miró al hermano y dijo con una sonrisa: “Ya sé, tiene
una Atalaya para mí”.
15 Muchos publicadores dan un testimonio eficaz mientras viajan en autobús, tren u

avión. ¿Cómo puede iniciar una conversación con el pasajero que viaja a su lado? Un
publicador de 12 años de edad sencillamente se puso a leer un ejemplar de ¡Despertad! en
el autobús con la esperanza de que suscitara la curiosidad de una adolescente que estaba
sentada a su lado. Surtió efecto. Ella le preguntó qué leía, y el joven respondió que estaba
leyendo acerca de la solución a los problemas que afrontan los jóvenes. Agregó que le
había beneficiado mucho el artículo y que le ayudaría a ella también. La adolescente
aceptó las revistas con gusto. Otros dos jóvenes oyeron la conversación y también pidieron
ejemplares de las revistas. Entonces, el conductor se estacionó al lado de la carretera y
preguntó por qué estaban tan interesados en esas revistas. Cuando le explicaron la razón,
también aceptó unos ejemplares. Desde luego, esto no habría sido posible si el joven
publicador no hubiera llevado una buena cantidad de revistas para entregarlas a todos los
que mostraran interés.
16 Demos testimonio en los parques y estacionamientos: Dar testimonio en los

parques y estacionamientos es una excelente manera de hablar con la gente. ¿Ha


intentado dar testimonio en el estacionamiento de un centro comercial? Siempre mire a su
alrededor un rato y busque a alguien que no tenga prisa o que esté esperando en un
automóvil estacionado y trate de entablar una conversación amigable. Si lo logra, hable del
mensaje del Reino. Trate de predicar solo, pero que un compañero publicador esté en las
cercanías. No lleve un maletín grande ni nada que llame la atención a su obra. Sea
discreto. Tal vez sea prudente predicar un rato en un estacionamiento y luego ir a otro. Si
alguien no quiere conversar con usted, despídase cortésmente y aborde a otra persona. Un
hermano que se valió de estos métodos de predicar distribuyó 90 revistas en un mes.

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17 Algunas personas van al parque a descansar; otros van a jugar o a pasar tiempo con
sus hijos. Busquemos la oportunidad de darles testimonio sin interferir demasiado en sus
actividades. Un hermano empezó una conversación con el cuidador de un parque, quien
expresó su preocupación por el consumo de drogas y el futuro de sus hijos. Se inició un
estudio bíblico y se condujo regularmente en el parque.
18 Demos testimonio informal en los centros comerciales: Aunque en algunos

lugares no se puede predicar formalmente de tienda en tienda en los centros comerciales


por ciertas restricciones locales a dichas actividades, algunos publicadores han creado
oportunidades para dar testimonio informal. Se sientan en un banco y entablan
conversaciones amigables con las personas que se detienen para descansar. Cuando
perciben interés, ofrecen discretamente un tratado o una revista y procuran hacer planes
para volver a hablar con la persona. Después de dar testimonio durante unos minutos en
cierta sección del centro comercial, pasan a otra y empiezan a dialogar con otra persona.
Claro está, deben procurar no atraer demasiada atención mientras dan testimonio de esta
forma.
19 Cuando saludemos a la persona, empecemos la conversación con un tono amable. Si

responde, hagámosle una pregunta y escuchemos atentamente su respuesta. Interesémonos


en lo que dice. Mostremos que valoramos su opinión. Concordemos con ella cuando sea
posible.
20 Una hermana inició una conversación muy agradable con una anciana sobre lo alto

que está el costo de la vida. La anciana concordó enseguida, y resultó en una conversación
animada. La hermana logró obtener el nombre y la dirección de la señora y fue a visitarla
esa misma semana.
21 Prediquemos de tienda en tienda: A algunas congregaciones se les han asignado

territorios que incluyen zonas comerciales. El hermano encargado de los territorios puede
preparar tarjetas de mapas especiales de estas secciones donde hay muchos negocios. Las
tarjetas de mapa de los territorios de viviendas que incluyan negocios deben indicar
claramente que estos no se abarcarán como parte del territorio. En otros territorios, los
lugares de negocio pueden trabajarse junto con las viviendas. Los ancianos pudieran pedir
a publicadores capacitados que prediquen en los territorios comerciales regularmente para
que no se descuide la predicación de tienda en tienda.
22 Si a usted se le pide que participe en esta obra por primera vez, recuerde que una

buena manera de ‘cobrar denuedo’ es predicar primero en las tiendas pequeñas; después,
cuando se sienta más confiado, predique en las más grandes. (1 Tes. 2:2.) Cuando predique
en las tiendas, vístase como si fuera a asistir a una reunión en el Salón de Reino. Si es
posible, entre en la tienda cuando no haya clientes esperando que se les atienda. Pregunte
por el gerente o la persona encargada. Sea afectuoso, y sobre todo, breve. No es necesario
pedir disculpas. Muchos negocios están concebidos para atender las necesidades de
los clientes y los que trabajan allí están acostumbrados a que las personas los aborden.
23 Después de saludar al comerciante, pudiera decir: “Los comerciantes tienen

horarios tan ocupados que casi nunca los encontramos en casa, de modo que venimos a
visitarlo en su lugar de empleo para dejarle un artículo que invita a la reflexión”. Entonces
haga uno o dos comentarios acerca de la revista que esté ofreciendo.
24 O pudiera intentar esta presentación al abordar a un gerente: “Hemos

observado que los comerciantes procuran estar bien informados. El número más reciente de
La Atalaya (o ¡Despertad!) presenta un artículo que nos atañe a todos”. Explique de qué
trata y concluya diciendo: “Estamos seguros de que disfrutará de leerlo”.
25 Si hay empleados, y lo ve apropiado, pudiera añadir: “¿Me permite hacer la

misma presentación breve a sus empleados?”. Si le dan permiso, no olvide que prometió
ser breve, y el gerente esperará que usted cumpla su palabra. Si algún empleado desea
entablar una larga conversación, sería mejor visitarlo en su hogar.
26 Hace poco, unos publicadores de un pueblo pequeño acompañaron al superintendente

de circuito en la obra de tienda en tienda. Al principio algunos de los publicadores sentían


temor, dado que nunca lo habían hecho; pero pronto se tranquilizaron y empezaron a
disfrutar de ello. En menos de una hora hablaron con 37 personas y distribuyeron
veinticuatro revistas y cuatro folletos. Un hermano dijo que normalmente no hubieran
podido hablar con tantas personas en un mes en la obra de casa en casa como lo hicieron
de tienda en tienda en ese corto período.
27 Cómo crear oportunidades para predicar: Jesús no limitó la obra de dar

testimonio a ocasiones formales. Él habló de las buenas nuevas en toda ocasión apropiada.
(Mat. 9:9; Luc. 19:1-10; Juan 4:6-15.) Observe cómo algunos publicadores crean oportunidades
para predicar.
28 Algunos acostumbran dar testimonio a los padres que están esperando a sus hijos

cerca de la entrada de la escuela. Ya que algunos padres llegan hasta veinte minutos
antes, hay tiempo para mantener una conversación animada sobre un tema bíblico.
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29 Muchos precursores son conscientes de hablar con aquellas personas que tal vez

tengan un interés especial en cierto tema que se trata en nuestras revistas. Por ejemplo,
una hermana tuvo buenos resultados cuando visitó seis escuelas del territorio de la
congregación y presentó la serie de artículos “Las escuelas en crisis”, del número del 22 de
diciembre de 1995 de ¡Despertad! También visitó agencias de asistencia familiar y presentó
las revistas que tratan sobre la vida de familia y el abuso de menores, y se le invitó a que
volviera cuando tuviera más ejemplares sobre temas similares. Ella dice que la reacción del
departamento de desempleo al número del 8 de marzo de 1996 de ¡Despertad! que trata
sobre el desempleo fue “asombrosa”.
30 Un superintendente de distrito dice que él y su esposa dan testimonio informal

regularmente cuando hacen la compra. Procuran hacerlo a una hora en que la tienda
no está muy atestada de gente, y los clientes caminan por los pasillos sin prisa. Han tenido
muchas conversaciones excelentes.
31 Muchos publicadores han tenido buenos resultados al dar testimonio en las

lavanderías públicas. No simplemente dejan revistas cuando el lugar está vacío. Su objetivo
es comunicar a la gente las buenas nuevas, de modo que procuran hablar personalmente
con los que están allí.
32 En algunos lugares, un grupo seleccionado de publicadores han sido autorizados para

dar testimonio en los aeropuertos. En ocasiones ellos han tenido el placer de dar
testimonio a viajeros de países en donde hay pocos siervos de Jehová. Cuando los
publicadores perciben interés ofrecen un tratado o las revistas.
33 Algunos publicadores acostumbran dar testimonio con prudencia a los guardias de

seguridad o a los administradores de oficinas de alquiler de apartamentos cuando no se


les permite dar testimonio personalmente a los inquilinos de complejos residenciales de
alta seguridad. Hacen lo mismo al visitar urbanizaciones privadas con acceso controlado.
Un superintendente de circuito y varios publicadores visitaron siete complejos de
apartamentos y emplearon este método. En cada lugar, dijeron al administrador que
aunque no se les permitía visitar los apartamentos de la manera acostumbrada, no querían
que él se perdiera la información de nuestras revistas más recientes. Los administradores
de los siete complejos aceptaron con gusto las revistas y pidieron los siguientes números.
Los publicadores luego se comunican con los residentes de dichos complejos por teléfono.
Encontrará información práctica sobre esta forma de dar testimonio en el suplemento “La
predicación telefónica: una manera de llegar a muchas personas” de Nuestro Ministerio del
Reino de agosto de 1993.
34 Esforcémonos por predicar en todas partes: Cumplir con nuestra dedicación

incluye tener un sentido de urgencia con respecto a nuestra asignación de predicar el


mensaje del Reino. A fin de hablar con las personas a una hora conveniente para ellas,
tenemos que poner a un lado nuestras preferencias personales para que ‘de todos modos
salvemos a algunos’. Todos los siervos dedicados de Jehová queremos decir, al igual que el
apóstol Pablo: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme
partícipe de ellas con otros”. (1 Cor. 9:22, 23.)
35 Pablo también escribió: “Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis

debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. [...] Porque
cuando soy débil, entonces soy poderoso”. (2 Cor. 12:9, 10.) En otras palabras, ninguno de
nosotros pudiéramos efectuar esta obra por nuestra propia fuerza. Es necesario orar a
Jehová para que nos dé su poderoso espíritu santo. Si pedimos fortaleza a Dios, podemos
confiar en que contestará nuestras oraciones. Entonces nuestro amor a la gente nos
impulsará a buscar oportunidades para predicarle las buenas nuevas dondequiera que se
encuentre. ¿Por qué no pone en práctica durante la siguiente semana alguna de las
sugerencias que se presentan en este suplemento?

*** km 3/ 97 pá gs. 3-6 Cobre denuedo para hacer revisitas ** *


Cobre denuedo para hacer revisitas

1 ¿Le gusta hacer revisitas? A muchos publicadores les encanta. Puede que usted haya

sentido temor al principio, especialmente al volver a visitar a los amos de casa que solo
mostraron un poco de interés. Pero a medida que ‘cobra denuedo por medio de nuestro
Dios para declarar las buenas nuevas’ haciendo revisitas, quizás le sorprenda descubrir lo
fácil y remuneradora que puede ser esta obra. (1 Tes. 2:2.) ¿En qué sentido?
2 En realidad, hay una gran diferencia entre una revisita y la visita inicial. La revisita se

hace a alguien a quien ya conocemos, no a un extraño, y por lo general es más fácil


conversar con un conocido que con un extraño. Una de las muchas recompensas de
participar en esta obra es que puede resultar en que empecemos estudios bíblicos
productivos.
3 Cuando predicamos de casa en casa, visitamos vez tras vez a las personas que

no han mostrado interés. ¿Por qué seguimos visitándolas? Porque sabemos que las
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circunstancias cambian, y que tal vez aquella persona con quien hablamos antes y que
pareció indiferente o incluso opuesta, se interese la próxima vez que la visitemos. Teniendo
esto presente, nos preparamos bien y pedimos la bendición de Jehová para decir algo en
esta ocasión que provoque la reacción favorable de la persona.
4 Si estamos dispuestos a predicar de casa en casa a personas que no han mostrado

ningún interés, ¿no deberíamos estar más dispuestos a visitar a las que sí han mostrado
algún interés en el mensaje del Reino? (Hech. 10:34, 35.)
5 Muchos estamos en la verdad gracias a que un publicador pacientemente nos visitó

varias veces. Si ese fue su caso, pregúntese: ‘¿Cuál fue la primera impresión que le causé
al publicador? ¿Abracé el mensaje del Reino en cuanto lo oí por primera vez? ¿Di la
impresión de ser indiferente?’. Debemos alegrarnos de que aquel publicador que volvió nos
haya considerado dignos de una revisita y haya ‘cobrado denuedo por medio de Dios’ para
visitarnos y enseñarnos la verdad. ¿Qué debemos hacer cuando las personas muestran
algún interés al principio, pero después parece que tratan de evitarnos? Es esencial que
tengamos una actitud positiva, como lo ilustra la siguiente experiencia.
6 Mientras daban testimonio en la calle temprano por la mañana, dos publicadoras

hablaron con una joven que llevaba a un niño en un cochecito. Ella aceptó una revista y
las invitó a su hogar el domingo siguiente. Las hermanas llegaron a la hora acordada, pero
la joven les dijo que no tenía tiempo para hablar. Sin embargo, prometió atenderlas la
siguiente semana. Las hermanas dudaban de que cumpliera con la cita, pero la joven
estaba esperándolas cuando volvieron. Se empezó un estudio, y su progreso fue asombroso.
En poco tiempo empezó a asistir regularmente a las reuniones y a participar en el servicio
del campo. Ahora está bautizada.
7 Coloque el fundamento en la visita inicial: El fundamento para una buena revisita

suele colocarse en la visita inicial. Escuche cuidadosamente los comentarios del amo de
casa. ¿Qué le comunican? ¿Le atrae la religión? ¿Le preocupan los temas sociales? ¿Le
interesa la ciencia?, ¿la historia?, ¿el medio ambiente? Al concluir la visita, plantee una
pregunta que invite a la reflexión y prometa volver para examinar la respuesta bíblica.
8 Por ejemplo, si al amo de casa le llamó la atención la promesa bíblica de una Tierra

paradisíaca, sería apropiado volver y conversar sobre ese tema más a fondo. Antes de
despedirse, pudiera preguntar: “¿Cómo podemos estar seguros de que Dios cumplirá esta
promesa?”. Entonces agregue: “Tal vez pueda volver cuando toda la familia esté en casa
para mostrarles la respuesta bíblica a esa pregunta”.
9 Si el amo de casa no muestra interés en ningún tema en particular, puede utilizar una

de las preguntas que aparecen en las presentaciones de la última página de Nuestro


Ministerio del Reino como base para la siguiente conversación.
10 Mantenga un registro exacto: Su registro de casa en casa debe ser exacto y

completo. Escriba el nombre y la dirección de la persona tan pronto salga de la casa.


No invente el número de la casa ni el nombre de la calle; más bien, cerciórese de que la
información sea exacta. Describa al amo de casa. Anote el tema que trató, los textos
leídos, la publicación que dejó y la pregunta que contestará la próxima vez. Incluya el día y
la hora en que hizo la primera visita y cuándo prometió volver. Ahora que el registro está
completo, no lo pierda. Póngalo en un lugar seguro para que pueda referirse a él más
tarde. Siga pensando en la persona y en cómo hará la revisita.
11 Tenga presente sus objetivos: Primero, procure tranquilizar al amo de casa siendo

cariñoso y amigable. Muestre que se interesa en él como persona, sin tomarse demasiadas
confianzas. Segundo, recuérdele la pregunta que usted planteó en la última visita. Escuche
cuidadosamente su opinión y dígale sinceramente que agradece sus comentarios. Entonces,
muestre por qué el punto de vista bíblico es práctico. Si es posible, dirija su atención a
algún punto relacionado en el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Tenga muy
presente que su objetivo principal al hacer revisitas es empezar un estudio bíblico.
12 La franqueza con que expone los asuntos el libro Conocimiento nos ha ayudado a

muchos de nosotros a ‘cobrar denuedo’ al dirigir estudios bíblicos y a animar a los


estudiantes a asistir a las reuniones y a relacionarse con la organización de Jehová.
Anteriormente, tendíamos a esperar hasta que las personas estudiaran por bastante tiempo
antes de invitarlas a reunirse con nosotros. Ahora, muchos estudiantes asisten a las
reuniones tan pronto como empiezan a estudiar, y por eso progresan mucho más rápido.
13 Un matrimonio dio testimonio informal a un compañero de trabajo. Cuando mostró

interés en la verdad, le ofrecieron un estudio bíblico con el libro Conocimiento. Al mismo


tiempo, le dijeron que debía asistir a las reuniones, pues allí se contestarían muchas de
sus preguntas. No solo aceptó con gusto el estudio, sino que estudiaba dos veces a la
semana y comenzó a asistir regularmente a las reuniones en el Salón del Reino.
14 Utilice el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?: En las asambleas de distrito

“Mensajeros de la paz de Dios” recibimos el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Este
puede utilizarse para empezar estudios bíblicos con personas temerosas de Dios,
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prescindiendo de su nivel educativo. Contiene un curso completo de las enseñanzas
fundamentales de la Biblia. Será un instrumento muy eficaz para impartir el conocimiento
divino. Explica la verdad de manera tan clara y sencilla que prácticamente todos podremos
utilizarlo para enseñar a otros los requisitos de Dios. Es probable que muchos publicadores
tengan el privilegio de dirigir un estudio bíblico con este folleto.
15 Algunas personas que dicen que no tienen tiempo para estudiar el libro Conocimiento

tal vez estén dispuestas a estudiar en breves sesiones el folleto Exige. Les encantará lo
que aprendan. En tan solo dos o tres páginas encontrarán las respuestas a preguntas que
el hombre se ha hecho durante siglos: ¿Quién es Dios? ¿Quién es el Diablo? ¿Cuál es el
propósito de Dios para la Tierra? ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo puede usted encontrar
la religión verdadera? Aunque el folleto presenta la verdad de forma sencilla, su mensaje
es muy impactante. Abarca puntos clave que los ancianos repasarán con los que piensan
bautizarse y puede ser un eslabón para un estudio más profundo con el libro Conocimiento.
16 Para ofrecer un estudio bíblico durante la revisita, puede decir sencillamente:

“¿Sabía que en unos cuantos minutos usted podría aprender la respuesta a una importante
pregunta bíblica?”. Haga una de las preguntas que aparecen al principio de una de las
lecciones del folleto. Por ejemplo, si visita a una persona mayor, pudiera decir: “Sabemos
que Jesús curó a enfermos en el pasado. Pero ¿qué hará Jesús en el futuro por los
enfermos?, ¿los ancianos?, ¿los muertos?”. Las respuestas se encuentran en la lección 5. A
la persona que le interesa la religión quizás le llame la atención la pregunta: “¿Escucha
Dios todas las oraciones?”. Esta se contesta en la lección 7. Los miembros de la familia
querrán saber: “¿Qué exige Dios de los padres y los hijos?”. Se darán cuenta cuando
estudien la lección 8. Otras preguntas son: “¿Pueden los muertos perjudicar a los vivos?”,
“¿Por qué hay tantas religiones que dicen ser cristianas?” y “¿Qué tiene que hacer para ser
amigo de Dios?”, las cuales se contestan en las lecciones 11, 13 y 16, respectivamente.
17 Ayude a los que hablan otro idioma: ¿Qué podemos hacer si el amo de casa

habla otro idioma? De ser posible, debe enseñársele la verdad en el idioma que conoce
mejor. (1 Cor. 14:9.) El superintendente de ciudad (o en territorios rurales, el superintendente
de circuito) tal vez pueda suministrar información respecto a las congregaciones y grupos
de habla extranjera de la zona. Así, el secretario sabrá a qué congregación o grupo de
habla extranjera debe enviar los formularios “Visítese a esta persona de otro idioma” (S-
70a-S) que le entreguen los miembros de la congregación. Si no hay congregaciones o
grupos cercanos ni publicadores locales que hablen el idioma del amo de casa, el
publicador puede intentar estudiar con él utilizando el folleto Exige en ambos idiomas.
18 Un hombre que habla vietnamita y su esposa, que habla tai, empezaron a estudiar

con un publicador de habla inglesa. Utilizaron publicaciones y Biblias en inglés, vietnamita y


tai. Aunque la barrera lingüística fue un problema al principio, el publicador escribe: “El
progreso espiritual de la pareja fue inmediato. Han visto la necesidad de asistir a las
reuniones con sus dos hijos y leen la Biblia en familia todas las noches. La hija de seis
años dirige un estudio bíblico”.
19 Si su estudiante habla otro idioma, háblele despacio, articule claramente y use

palabras y frases sencillas. No obstante, tenga presente que debe tratarse con dignidad a
las personas que hablan idiomas extranjeros. No se les debe tratar como si fueran niños.
20 Válgase de las hermosas ilustraciones del folleto Exige. Si “una imagen vale más que

mil palabras”, entonces las muchas ilustraciones del folleto serán muy informativas para el
amo de casa. Pídale que lea los textos en su propia Biblia. Sería muy provechoso que el
estudio pudiera conducirse cuando un miembro de la familia que sepa español esté
presente para que sirva de intérprete. (Véase Nuestro Ministerio del Reino de octubre
de 1990, páginas 7, 8; mayo de 1984, página 8.)
21 No tarde en hacer las revisitas: ¿Cuánto tiempo debe esperar antes de hacer una

revisita? Algunos publicadores vuelven uno o dos días después de la visita inicial. Otros
vuelven el mismo día. ¿Es eso demasiado pronto? A la mayoría de los amos de casa
no parece molestarles. Es el publicador el que a menudo necesita cultivar una actitud más
positiva, además de un poco de denuedo. Considere las siguientes experiencias.
22 Un publicador de 13 años predicaba de casa en casa y vio a dos mujeres que

caminaban juntas. Recordando que se nos ha animado a predicar a las personas


dondequiera que las encontremos, se acercó a ellas en la calle. Las mujeres mostraron
interés en el mensaje del Reino y cada una aceptó el libro Conocimiento. El hermano joven
les pidió la dirección, las visitó dos días después y ambas empezaron a estudiar la Biblia
con él.
23 Una hermana hace las revisitas una semana después de haber hablado con la

persona. Pero un día o dos después de la visita inicial, le lleva una revista que trate sobre
el tema del que hayan conversado antes. Ella dice al amo de casa: “Vi este artículo y
pensé que le gustaría leerlo. No puedo quedarme para hablar ahora, pero volveré el
miércoles por la tarde como acordamos. ¿Sigue siendo conveniente para usted esa hora?”.

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24 Cuando alguien muestra interés en la verdad, podemos estar seguros de que afrontará

oposición de una forma u otra. Si volvemos poco después de la primera visita, la


fortaleceremos para que resista con éxito la presión de parientes, amigos íntimos u otras
personas.
25 Cultive el interés de las personas en los lugares públicos: A muchos nos gusta

predicar en las calles, los estacionamientos, el transporte público, los centros comerciales,
los parques, etc. Pero, además de distribuir publicaciones, es preciso cultivar el interés de
las personas. Con ese propósito, debemos esforzarnos por obtener el nombre, la dirección y,
si es posible, el número telefónico de todas las personas interesadas que encontremos.
Conseguir estos datos no es tan difícil como uno se imagina. Cuando haya terminado la
conversación, saque la libreta y pregunte: “¿Pudiéramos seguir hablando de este tema en
otra ocasión?”. O diga: “Quisiera que leyera un artículo que de seguro le va a gustar.
¿Puedo llevárselo a su hogar u oficina?”. Un hermano sencillamente pregunta: “¿A qué
número puedo llamarlo?”. Dice que en un período de tres meses todas las personas,
excepto tres, le dieron con gusto su número telefónico.
26 Utilice el teléfono para encontrar a las personas y cultivar su interés: Una

precursora llama por teléfono a las personas que viven en edificios de alta seguridad y
hace revisitas de la misma manera. En la llamada inicial dice: “Sé que no me conoce. Estoy
esforzándome especialmente por comunicarme con las personas de su vecindario para
expresarles una idea bíblica. Si tiene un momento, quisiera leerle la promesa que se
encuentra en...”. Después de leer el texto, dice: “Sería maravilloso ver el cumplimiento de
esas palabras, ¿no es cierto? Ha sido un placer leerle esta información. Si a usted también
le ha agradado, me gustaría llamarle de nuevo y hablar de otro texto bíblico”.
27 Cuando hace la revisita por teléfono, recuerda al amo de casa la conversación

anterior y le dice que quiere leerle de la Biblia cómo serán las condiciones cuando se
elimine la maldad. Entonces habla brevemente con el amo de casa. Como resultado de sus
muchas conversaciones telefónicas, 35 personas la han invitado a casa y ha empezado
siete estudios bíblicos. ¿Encuentra que a veces es difícil hacer revisitas durante los meses
invernales debido a que las carreteras están intransitables y cubiertas de hielo o por las
enfermedades? En tal caso, ¿por qué no llama a las personas por teléfono?
28 Cultivemos el interés de la gente en el territorio de negocios: Predicar en las

tiendas implica mucho más que solo ofrecer revistas. Muchos comerciantes tienen interés
sincero en la verdad, y hay que cultivarlo. En algunos casos tal vez se pueda entablar una
conversación bíblica o incluso conducir un estudio en la tienda misma. En otros casos,
quizás usted y la persona puedan reunirse a la hora del almuerzo o a otra hora
conveniente.
29 Un superintendente viajante visitó al dueño de una pequeña tienda de comestibles y

le ofreció demostrarle cómo conducimos estudios bíblicos. Cuando el señor preguntó cuánto
duraría la demostración, el superintendente viajante le respondió que solo tomaría quince
minutos. El tendero colgó un rótulo en la puerta que decía: “Regresaré en veinte minutos”,
sacó dos sillas y analizaron los primeros cinco párrafos del libro Conocimiento. Este hombre
sincero quedó tan impresionado por lo que aprendió, que asistió a la Reunión Pública y al
Estudio de La Atalaya ese domingo y concordó en estudiar de nuevo la siguiente semana.
30 Para ofrecer un estudio en un negocio, pudiera decir: “En tan solo quince

minutos puedo demostrarle nuestro programa de estudios bíblicos. Si es conveniente, me


gustaría mostrarle cómo lo hacemos”. Entonces, no se pase de tiempo. Si no se puede
mantener una conversación larga en la tienda, tal vez sea más apropiado visitar al tendero
en su hogar.
31 Regrese aunque no haya dejado ninguna publicación: Debemos volver a visitar a

las personas que muestren cualquier pizca de interés, independientemente de si aceptaron


una publicación o no. Por supuesto, si se ve claramente que el amo de casa no está
interesado en el mensaje del Reino, es mejor concentrarse en ayudar a otras personas.
32 Mientras predicaba de casa en casa, una hermana habló con una señora muy

amigable que rechazó rotundamente las revistas. La publicadora escribe: “Pensé en ella por
varios días y decidí hablarle de nuevo”. Finalmente, la hermana oró, cobró denuedo y tocó
a la puerta de la señora. Se alegró mucho cuando el ama de casa la invitó a pasar. Se
empezó un estudio bíblico y se condujo de nuevo al día siguiente. Con el tiempo, la señora
entró en la verdad.
33 Haga planes para lograr lo má ximo: Se recomienda que todas las semanas

dediquemos algún tiempo a hacer revisitas. Puede lograrse mucho con buenos planes.
Prepárese para hacer algunas revisitas en la misma zona donde predicará de casa en casa.
Cuando prediquen en automóvil, el grupo debe mantenerse pequeño para que todos
tengan amplia oportunidad de hacer revisitas. El conductor del vehículo debe saber de
antemano dónde se harán las revisitas para no perder tiempo viajando innecesariamente.
34 Los que tienen éxito haciendo revisitas y conduciendo estudios bíblicos dicen que es

esencial mostrar verdadero interés en las personas y seguir pensando en ellas después de
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la visita. También es necesario presentar un tema bíblico llamativo y colocar en la visita
inicial el fundamento para la revisita. Además, es importante no tardar en regresar para
cultivar el interés. Siempre hay que tener muy presente el objetivo de empezar un estudio
bíblico.
35 Una cualidad fundamental para tener éxito al hacer revisitas es el denuedo. ¿Cómo se

adquiere? El apóstol Pablo contesta al decir que “cobramos denuedo” para declarar las
buenas nuevas “por medio de nuestro Dios”. Si usted necesita mejorar en este aspecto, ore
a Jehová para que le ayude. Entonces obre en conformidad con sus oraciones y vuelva a
visitar a todas las personas que muestran interés. Tenga la seguridad de que Jehová
bendecirá sus esfuerzos.
[Recuadro de la pá gina 3]
Cómo tener éxito al hacer revisitas
■ Muestre verdadero interés en la gente.
■ Escoja un tema bíblico llamativo.
■ Coloque el fundamento para la visita siguiente.
■ Siga pensando en la persona después de la visita.
■ Vuelva uno o dos días después para cultivar el interés.
■ Recuerde que su objetivo es empezar un estudio bíblico.
■ Ore a Dios para que le ayude a cobrar denuedo para efectuar esta obra.

*** KM 4/97 PÁGS. 3-4 DIRIJAMOS A LOS ESTUDIANTES A LA ORGANIZACIÓN QUE


HAY TRAS NUESTRO NOMBRE ** *

1 “Es un mensaje que se da en más de doscientos idiomas. Un mensaje que se oye en

más de doscientos diez países. Un mensaje que se lleva en persona a dondequiera que
haya gente. Todo esto es parte de la campaña de predicación más extensa que jamás haya
conocido el mundo. Es un mensaje que une a millones de personas de toda la Tierra. Los
testigos de Jehová han estado organizados para efectuar esta obra ¡por más de cien años!”
2 Así comienza la narración de la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras

el nombre. Entonces pasa a contestar las preguntas: ¿Quiénes son en realidad los testigos
de Jehová?, y ¿cómo se organiza, dirige y financia su actividad? La cinta graba en los que
la ven el hecho de que “los testigos de Jehová por toda la Tierra han sido adiestrados
como organización en ayudar a su prójimo a poner fe en la Biblia”, y los anima a conocer
personalmente la organización que hay tras nuestro nombre. Después de haberla visto, una
estudiante lloró de alegría y aprecio, y dijo: “¿Cómo puede alguien no ver que esta es la
organización del Dios verdadero, Jehová?”. (Compárese con 1 Corintios 14:24, 25.)
3 Otra mujer llevaba estudiando la Biblia mucho tiempo, aunque no regularmente, pero

se negaba a aceptar que la Trinidad fuera una doctrina falsa. Cuando a ella y su esposo se
les mostró la cinta, quedaron tan impresionados que la vieron dos veces la misma noche.
Al siguiente estudio, la mujer manifestó su deseo de hacerse Testigo. Dijo que por haberse
concentrado en la creencia de la Trinidad, no había reparado en nuestra organización ni en
la gente que la compone. El vídeo le hizo darse cuenta de que había encontrado la
organización verdadera de Dios. Quería comenzar a predicar de casa en casa enseguida.
Cuando se le explicaron los pasos que debía dar para ser una publicadora no bautizada,
respondió: “¡Manos a la obra!”. Renunció a la Iglesia, empezó su actividad en el servicio del
campo y se hizo experta refutando la Trinidad.
4 Está demostrado que los estudiantes de la Biblia progresan mejor en sentido espiritual

y maduran más rápidamente cuando reconocen a la organización de Jehová y se relacionan


con ella. Es significativo el hecho de que los 3.000 creyentes que se bautizaron en
Pentecostés “continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles y a asociarse”.
(Hech. 2:42, nota.) Es indispensable que ayudemos a los estudiantes a hacer lo mismo hoy.
¿Cómo?
5 Asumamos la responsabilidad: Todo hacedor de discípulos debe comprender que es

responsabilidad suya dirigir al estudiante de la Biblia a la organización de Dios. (1 Tim.


4:16.) Cada sesión de estudio debe verse como un escalón hacia el feliz día en que el
nuevo simbolice su dedicación a Jehová mediante el bautismo en agua. Una de las
preguntas que le harán durante la ceremonia de bautismo es: “¿Comprende usted que su
dedicación y bautismo lo identifican como testigo de Jehová asociado con la organización
que Dios dirige mediante su espíritu?”. Por ello es importante que él entienda que
no puede servir a Dios si no se asocia activamente con la congregación cristiana
verdadera. (Mat. 24:45-47; Juan 6:68; 2 Cor. 5:20.)
6 Siga enseñando al estudiante acerca de la congregación local y la organización

internacional de los testigos de Jehová. Hágalo en cada sesión de estudio bíblico,


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comenzando desde la primera. Invítelo desde el mismo principio a ir a las reuniones y
no deje de hacerlo. (Rev. 22:17.)
7 Utilicemos los instrumentos de que disponemos: Las mejores publicaciones de

que disponemos para dirigir estudios bíblicos son el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? y
el libro El conocimiento que lleva a vida eterna. Ambos resaltan la necesidad de
relacionarse con la congregación. La lección 5 del folleto Exige dice al final: “Tiene que
seguir aprendiendo acerca de Jehová y continuar obedeciendo sus requisitos. Algo que le
ayudará en esa dirección es asistir a las reuniones que se celebran en el Salón del Reino
de los Testigos de Jehová de su localidad”. El libro Conocimiento anima reiteradamente al
estudiante a ir a las reuniones. El capítulo 5, párrafo 22, hace la siguiente invitación: “Los
testigos de Jehová [...] le animan afectuosamente a adorar a Dios junto a ellos ‘con espíritu
y con verdad’. (Juan 4:24.)”. El capítulo 12, párrafo 16, dice: “Si continúa estudiando y adopta
la costumbre de asistir a las reuniones de los testigos de Jehová, su fe se fortalecerá aún
más”. El capítulo 16, párrafo 20, aconseja: “Adquiera la costumbre de asistir a las reuniones
de los testigos de Jehová”, y añade: “Esto le ayudará a entender y luego aplicar el
conocimiento de Dios en su vida y le traerá felicidad. Siendo parte de la hermandad
cristiana mundial, le resultará más fácil permanecer cerca de Jehová”. El capítulo 17 trata en
detalle cómo hallar verdadera seguridad en el pueblo de Dios. Al conducir estudios,
tenemos la responsabilidad de enfatizar estas partes de la información.
8 El folleto Los testigos de Jehová efectúan unidamente la voluntad de Dios por todo el

mundo, es un magnífico instrumento concebido para que el público se familiarice con la


única organización visible que Jehová está usando hoy para efectuar su voluntad. La
información detallada que contiene sobre nuestro ministerio, las reuniones y la organización
animará al lector a unírsenos para adorar a Dios. Una vez establecido el estudio, es
recomendable dar al estudiante un ejemplar del folleto a fin de que lo lea por su cuenta.
No hace falta estudiarlo con él como hacíamos antes.
9 Algunas de las videocintas producidas por la Sociedad son excelentes instrumentos

para dirigir a los estudiantes a la organización que hay tras nuestro nombre. Conviene que
vean: 1) La Sociedad del Nuevo Mundo en acción, un repaso de la película de 1954, que
captó el espíritu de amor, eficacia y serenidad con que funciona la organización de Jehová;
2) Unidos gracias a la enseñanza divina, que examina la unidad y la paz reinantes en las
asambleas internacionales de Europa oriental, Sudamérica, África y Asia; 3) Hasta los cabos
de la Tierra, que señaló el 50 aniversario de la fundación de la Escuela Bíblica de Galaad
de la Watchtower, y que muestra el efecto que han tenido los misioneros en la predicación
mundial; 4) Los testigos de Jehová se mantienen firmes ante el ataque nazi, que narra la
conmovedora historia del valor y el triunfo de los Testigos frente a la brutal persecución de
Hitler, y, naturalmente, 5) Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre.
10 Pongamos metas progresivas con respecto a las reuniones: Hay que explicar a

los estudiantes que tanto la enseñanza particular que reciben en el estudio bíblico en su
casa como las lecciones que se exponen en las reuniones de congregación son necesarias.
(Juan 6:45.) Los nuevos deben adelantar por igual en el entendimiento de las Escrituras y
de la organización, y a este efecto no hay nada que sustituya a las reuniones. (Heb. 10:23-
25.) Comience a invitar a la persona a las reuniones de inmediato. Algunos recién
interesados empiezan a ir a las reuniones incluso antes de tener un estudio bíblico regular
en su casa. Por supuesto, nosotros mismos queremos dar un buen ejemplo asistiendo con
regularidad. (Luc. 6:40; Fili. 3:17.)
11 Informe bien al estudiante sobre las reuniones y cómo se llevan a cabo para que se

sienta cómodo cuando asista por primera vez. Dado que algunas personas se ponen
nerviosas cuando visitan un lugar nuevo, sería conveniente acompañar al estudiante al
Salón del Reino la primera vez que asista a una reunión. Estará más tranquilo si usted se
halla a su lado cuando conozca a los miembros de la congregación. Procure por todos los
medios ser buen anfitrión, haciendo que su visitante se sienta bienvenido y cómodo. (Mat.
7:12; Fili. 2:1-4.)
12 Anime al estudiante cuanto antes a asistir a un día especial de asamblea, una

asamblea de circuito o una asamblea de distrito. Tal vez pueda llevarlo en su automóvil.
13 Inculquemos aprecio de corazón: El libro Organizados para efectuar nuestro

ministerio dice en las páginas 91 y 92: “Si su propio profundo aprecio a la organización de
Jehová se refleja en las conversaciones suyas con la gente que se interesa en la verdad,
será más fácil para esas personas desarrollar aprecio, y esto las impulsará a lograr mayor
adelanto en adquirir conocimiento de Jehová”. Hable siempre de la congregación en
términos positivos, nunca negativos. (Sal. 84:10; 133:1, 3b.) En las oraciones que haga durante
el estudio bíblico, mencione a la congregación y la necesidad del estudiante de asociarse
regularmente con ella. (Efe. 1:15-17.)
14 Ciertamente deseamos que los nuevos cultiven aprecio sincero por la deleitable

compañía y la seguridad espiritual que existen en el pueblo de Dios. (1 Tim. 3:15; 1 Ped.
2:17; 5:9.) Como testigos de Jehová que somos, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance

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para dirigir a los estudiantes de la Palabra de Dios a la organización que hay tras nuestro
nombre.
[Comentario de la pá gina 3]
Los estudiantes progresan más rápido en sentido espiritual cuando ven la organización ellos
mismos
[Comentario de la pá gina 4]
No se demore en invitar a los estudiantes a las reuniones

*** km 2/ 98 pá gs. 3-6 Prediquemos a gente de toda lengua y religión ** *


Prediquemos a gente de toda lengua y religión

1 Los cristianos del siglo primero dieron un celoso testimonio a personas que hablaban

otros idiomas y profesaban diversas religiones. Como resultado de ello, “para el año 100
probablemente todas las provincias de la costa mediterránea albergaban una comunidad
cristiana” (History of the Middle Ages [Historia de la Edad Media]).
2 En Estados Unidos, mucha gente habla otros idiomas aparte del inglés. Hay pueblos y

ciudades que albergan comunidades extranjeras de tamaño considerable a causa de la


afluencia de refugiados. Multitud de individuos que practican diversas religiones
no cristianas han inmigrado a este país, entre ellos centenares de miles de budistas,
hindúes, judíos y musulmanes. Ante tal variedad idiomática y religiosa, es un verdadero reto
saber cómo hablar y dar testimonio a estas personas en el ministerio del campo. En
efecto, es posible que tengamos un territorio misional en nuestra propia localidad. ¿Cómo
podemos obedecer la orden de Jesús de ‘predicar al pueblo y dar testimonio cabal’ a gente
de toda lengua y religión? (Hech. 10:42.)
Prediquemos a quienes hablan otra lengua
3 El número de nuevos publicadores ha aumentado grandemente entre la población
extranjera que reside en los 48 estados del territorio de nuestra sucursal. Se han
establecido congregaciones en diecisiete idiomas, y grupos en otros siete. No obstante, aún
podemos lograr más en los lugares donde no hay congregaciones extranjeras que
prediquen.
4 Superemos la barrera de la lengua: Es indudable que las personas suelen aprender

mucho más rápido y comprender mejor las cosas cuando se les enseña en su lengua
materna. “Por causa de las buenas nuevas” y con el objeto de ‘hacerse partícipes de ellas
con otros’, muchos hermanos han aprendido otro idioma (1 Cor. 9:23). Una señora china
recibió durante años las revistas que le llevaba una hermana de habla inglesa, pero
no aceptó la invitación a estudiar la Biblia hasta que otra hermana, que estaba
aprendiendo chino, le ofreció un libro en este idioma. Gustosa, aceptó tanto la publicación
como el estudio. Y todo gracias al esfuerzo que hizo la segunda hermana por hablarle unas
cuantas palabras en su propia lengua (compárese con Hechos 22:2).
5 Con razón, La Atalaya del 1 de noviembre de 1992 hizo el siguiente comentario: “El

aprender otro idioma no solo mejorará la capacidad mental de los jóvenes, sino que
también los hará más útiles en la organización de Jehová”. Muchos miembros de la familia
Betel han emprendido la tarea de aprender un nuevo idioma; de este modo, los hermanos
han sido de particular utilidad en congregaciones donde se les necesita para que lleven la
delantera. Usted también puede prestar ayuda a una congregación o grupo extranjeros si
habla otro idioma o está dispuesto a aprender (Mat. 9:37, 38).
6 Un hermano de Florida que aprendió vietnamita antes de entrar en la verdad, ahora

se deleita predicando las buenas nuevas a los hablantes de esa lengua. Para aprovechar
mejor sus conocimientos, se mudó con su familia al otro extremo del país, donde el campo
vietnamita precisa más ayuda. Desde entonces ha obtenido magníficos resultados al
estudiar la Biblia con muchos vietnamitas.
7 Una precursora de California que halló varios sordos en el territorio pidió a Jehová que

la ayudara a encontrar a alguien que le enseñara el lenguaje de señas a fin de enseñarles


la verdad. Cierto día, mientras hacía la compra en el supermercado del barrio, una joven
sorda se le acercó y le pidió mediante una nota que la ayudara a localizar un artículo.
Después de encontrarlo, la precursora escribió una nota manifestándole el deseo de
aprender el lenguaje de señas para ayudar a los sordos del vecindario. “¿Por qué quiere
ayudar a los sordos?”, escribió la mujer, a lo que la hermana respondió: “Soy testigo de
Jehová y quiero ayudar a los sordos a entender la Biblia. Le enseñaré la Biblia con mucho
gusto si usted me enseña el lenguaje de señas”. La hermana relata: “No se imaginan la
alegría que sentí cuando accedió”. La hermana fue a casa de la joven todas las noches
durante seis semanas. Ella aprendió el lenguaje de señas, y la joven sorda aprendió la
verdad y se bautizó. Aunque aquello ocurrió hace más de treinta años, esta precursora aún
sigue testimoniando a los sordos, y ahora asiste a una congregación en lenguaje de señas.

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8 Si usted habla otro idioma con fluidez y tiene el deseo y las posibilidades de mudarse

adonde haya más necesidad en ese campo, hable con los ancianos de la congregación.
En caso de que ellos consideren que reúne los requisitos para trasladarse, pregunte al
superintendente de circuito si hay algún lugar cercano donde pueda servir. De no haber
uno, puede escribir a la Sociedad, siempre y cuando adjunte una carta de los ancianos en
la que comenten sobre sus aptitudes y conocimiento del idioma (véase La Atalaya del
15 de agosto de 1988, páginas 21-23).
9 Utilicemos los instrumentos que recibimos: Nuestras publicaciones se editan en

un gran número de idiomas. Sería bueno llevar tratados —o si no hay una congregación
extranjera que predique el mismo territorio, el folleto Exige— en los idiomas que se hablan
en la zona. Si es obvio que el inglés o el español no es la lengua materna de una persona,
pregúntele qué idiomas lee; de esta manera será más amplia la gama de publicaciones que
puede ofrecerle. Por ejemplo, es posible que alguien que hable urdu también lea árabe.
10 Aunque usted no hable el idioma de la persona con quien se encuentra en la

predicación, aun así puede presentarle las buenas nuevas. ¿Cómo? Utilizando el folleto
Buenas nuevas para todas las naciones, que contiene un breve mensaje impreso en
59 idiomas. Como indican las instrucciones de la página 2, una vez que determine qué
idioma habla el amo de casa, déle a leer la información en la página correspondiente.
Luego muéstrele una publicación en su idioma. Si no tiene, indíquele que tratará de volver
con un ejemplar en su idioma. Pregúntele el nombre, y anótelo junto con la dirección.
Quizás pueda pasar los datos a la congregación o grupo más cercanos en ese idioma,
utilizando la hoja Visítese a esta persona de otro idioma (S-70a-S). Encontrará más
instrucciones sobre el particular en la página 7 de Nuestro Ministerio del Reino de octubre
de 1993. De no haber nadie que hable ese idioma para que se encargue de visitarlo, tal
vez usted pueda aceptar el reto e incluso estudiar con él siguiendo su ejemplar en español
(1 Cor. 9:19-23).
Prediquemos a los que profesan religiones no cristianas
11 Saber algo acerca de la religión del individuo contribuye a que demos un testimonio
eficaz del Reino de Dios. El libro El hombre en busca de Dios nos informa sobre las
principales religiones del mundo, a fin de que entendamos las creencias de la gente al
grado preciso para ayudarla a conocer la verdad.
12 En el recuadro de la última página de este suplemento aparece una lista actualizada

de publicaciones que la organización de Jehová ha suministrado para predicar a quienes


no son cristianos. Si las leemos, sabremos cómo abordarlos con las buenas nuevas.
Y no olvidemos otra herramienta útil, a saber, el libro Razonamiento. En las páginas 21 a 24
hallamos sugerencias prácticas de cómo responder a budistas, hindúes, judíos y
musulmanes.
13 Cuidado con lo que decimos: Debemos tener cuidado de no formarnos un

estereotipo de los partidarios de una religión, concluyendo que todos necesariamente creen
lo mismo; más bien, procuremos entender el pensamiento de la persona con quien
hablemos (Hech. 10:24-35). Como musulmán, Salimoon aprendió desde niño que el Corán es
la palabra de Dios, pero nunca pudo aceptar totalmente la doctrina musulmana de que un
Dios que es todo misericordia tortura a la gente en un infierno llameante. Cierto día, los
testigos de Jehová lo invitaron a una reunión. De inmediato reconoció la verdad, y ahora es
feliz sirviendo de anciano en la congregación cristiana.
14 Al testimoniar a quienes no profesan la fe cristiana, debemos tener cuidado de

no echar a perder la oportunidad de hablarles de las buenas nuevas por la forma de


abordarlos (Hech. 24:16). Los seguidores de algunas religiones reaccionan con suspicacia
ante cualquier intento de convertirlos a otra fe. Por lo tanto, esté pendiente de los puntos
que posean en común a fin de atraerlos a la verdad total de la Palabra de Dios. Los
mansos como ovejas responderán a un trato bondadoso y una presentación clara de la
verdad.
15 Es importante que seleccionemos las palabras para no alejar innecesariamente a las

personas de la verdad. Por ejemplo, si de entrada usted dice que es cristiano, su


interlocutor pudiera asociarlo de manera automática con las iglesias de la cristiandad,
levantando así una barrera. También es conveniente aludir a la Biblia como “las Escrituras”
o “los santos escritos” (Mat. 21:42; 2 Tim. 3:15).
16 Si se encuentra con alguien de una religión no cristiana y no se siente bien

preparado para darle testimonio en ese momento, aproveche la oportunidad para conocerlo,
ofrézcale un tratado, déle su nombre y pídale el suyo. Entonces vuelva uno o dos días
después, cuando se haya preparado de forma adecuada para dar testimonio (1 Tim. 4:16;
2 Tim. 3:17).
17 Predicación a los budistas: (Véase el capítulo 6 del libro El hombre en busca de

Dios.) Las creencias budistas difieren grandemente de un seguidor a otro. En vez de


propugnar la existencia de un Creador personal, el budismo tiene por ideal religioso a
Gautama Buda, varón indio del siglo VI a.E.C. Desde que este vio por primera vez a un
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enfermo, a un viejo y a un cadáver, pasó mucho tiempo tratando de encontrar el sentido
de la vida. ‘¿Nacieron los hombres sólo para sufrir, envejecer y morir?’, se preguntaba. Por
supuesto, nosotros podemos contestar dichas preguntas a los budistas sinceros que deseen
saber las respuestas.
18 Al hablar con personas budistas, limítese al mensaje positivo y a las verdades claras

del mayor de todos los libros santos, la Biblia. Los budistas, como la mayoría de la gente,
se interesan mucho en la paz, la moralidad y la vida familiar, y a menudo aceptan con
agrado hablar de estos temas. Esto puede crear una oportunidad para subrayar la
importancia del Reino como la verdadera solución a los problemas del género humano.
19 En algunas zonas metropolitanas del país se siente la influencia de la población china

que sigue el budismo y otras filosofías orientales. Muchos cursan estudios universitarios en
Estados Unidos. Cuando una hermana de Montana vio a un chino en una tienda de
comestibles, le entregó un tratado en su idioma y le ofreció un estudio de la Biblia.
“¿Quiere decir la Santa Biblia? —preguntó él—. ¡Es lo que he estado buscando toda la vida!”
Aquella misma semana empezó a estudiar y a acudir a todas las reuniones.
20 Una hermana precursora de Nevada lleva más de una década enseñando la verdad a

estudiantes chinos. Al predicar en un edificio de ocho apartamentos ocupados por alumnos,


le pidió a Jehová que la ayudara a iniciar un estudio en cada apartamento. Al cabo de dos
semanas ya tenía por lo menos un estudiante en cada uno. Una presentación que le ha
dado resultado es mencionar que ha hallado entre los estudiantes una preocupación
común: todos desean paz y felicidad. Entonces les pregunta si a ellos también les preocupa
lo mismo. Siempre dicen que sí. Ella dirige su atención al folleto Lasting Peace and
Happiness—How to Find Them (Cómo hallar paz y felicidad duraderas), concebido para los
chinos. Después de tan solo cinco sesiones, un estudiante le dijo que llevaba mucho
tiempo buscando la verdad, pero que ya la había encontrado.
21 Predicación a los hindúes: (Véase el capítulo 5 del libro El hombre en busca de

Dios.) El hinduismo no tiene un credo definido, y su filosofía es muy compleja. Los hindúes
poseen un concepto trinitario de su dios principal, Brahmán (Brahma el Creador, Visnú el
Preservador y Siva el Destructor). La creencia en el alma inmortal es básica para su
doctrina de la reencarnación, la cual los lleva a un concepto fatalista de la vida (véase el
libro Razonamiento, páginas 296-300, y La Atalaya del 15 de mayo de 1997, páginas 3-8). El
hinduismo enseña la tolerancia, que todas las religiones conducen a la misma verdad.
22 Una manera de dar testimonio a un hindú es explicarle nuestra esperanza bíblica de

vivir para siempre en perfección humana en la Tierra, así como las respuestas
satisfactorias que da la Biblia a las cuestiones importantes que afronta la humanidad.
23 Predicación a los judíos: (Véase el capítulo 9 del libro El hombre en busca de Dios.)

A diferencia de las demás religiones no cristianas, el judaísmo hunde sus raíces en la


historia, no en la mitología. Las Escrituras Hebreas inspiradas suministran un eslabón
fundamental en la búsqueda del Dios verdadero por parte de la humanidad. Y, sin
embargo, en contraposición a la Palabra de Dios, una de las doctrinas básicas del judaísmo
moderno es la inmortalidad del alma humana. Podemos establecer una base común
confirmándoles que adoramos al Dios de Abrahán y reconociendo que todos nos encaramos
a las mismas dificultades en el mundo actual.
24 Si se encuentra con un judío que tiene poca fe en Dios, el preguntarle si siempre se

ha sentido así puede ayudarle a comprender qué tema le atraería más. Por ejemplo, quizás
nunca haya oído una explicación satisfactoria de por qué Dios permite el sufrimiento.
Se puede animar a los judíos sinceros a volver a examinar la identidad de Jesús como el
Mesías, no a través de la imagen distorsionada de la cristiandad, sino como lo presentan
los escritores judíos de las Escrituras Griegas.
25 Predicación a los musulmanes: (Véase el capítulo 12 del libro El hombre en busca

de Dios.) Los musulmanes (o muslimes) son los seguidores del islamismo (o mahometismo),
el cual enseña que Alá es su única deidad y que Mahoma (570-632 E.C.) fue su último y
más importante profeta. Como no creen que Dios tuvo un hijo, reconocen a Jesucristo como
un profeta menor de Dios y nada más. El Corán, que cuenta con menos de
mil cuatrocientos años de antigüedad cita tanto de las Escrituras Hebreas como de las
Griegas. Existen grandes similitudes entre el islamismo y el catolicismo. Ambas religiones
enseñan la inmortalidad del alma, el tormento temporal y el infierno.
26 Un punto obvio que tenemos en común es nuestra creencia de que solo hay un Dios

verdadero y que este inspiró la Biblia. El lector cuidadoso del Corán ha visto referencias a
la Torá, los Salmos y los Evangelios como la Palabra de Dios, y ha leído que debe
reconocerlos y obedecerlos como tal. Por lo tanto, puede ofrecerse a estudiar estas
porciones de la Escritura con la persona.
27 La siguiente presentación puede ser útil con un musulmá n: “No he hablado con

muchos musulmanes, pero he leído un poco de algunas doctrinas de su religión en este


libro [remítase a la página 24 del libro Razonamiento]. Aquí dice que ustedes creen que
Jesús fue un profeta, pero que Mahoma fue el último y más importante de los profetas.
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¿Creen también que Moisés fue un profeta verdadero? [Deje que responda.] ¿Me permite
mostrarle lo que Moisés aprendió de Dios sobre su nombre personal?” Entonces lea Éxodo
6:2, 3. En la revisita, puede analizar el subtítulo “Un Dios, una religión”, en la página 13 del
folleto El tiempo para verdadera sumisión a Dios.
28 En la actualidad, muchos están obrando en armonía con las palabras de Isaías 55:6,

que dice: “Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado. Clamen a él mientras resulte estar
cerca”. Estas palabras les aplican a todas las personas sinceras, sea cual sea su idioma o
religión. Podemos confiar en que Jehová bendecirá nuestros esfuerzos para ir y ‘hacer
discípulos de gente de todas las naciones’ (Mat. 28:19).
[Recuadro de la pá gina 6]
PUBLICACIONES DIRIGIDAS A PERSONAS NO CRISTIANAS
Budistas
*In Search of a Father (En busca de un padre)
(Folleto)
“¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas”
(Folleto)
Chinos
*Lasting Peace and Happiness—How to Find Them
(Cómo hallar paz y felicidad duraderas)
(Folleto)
Hindúes
*From Kurukshetra to Armageddon—And Your Survival
(De Kuruksetra a Armagedón, y cómo puede usted
sobrevivir) (Folleto)
*Our Problems—Who Will Help Us Solve Them?
(Nuestros problemas: ¿quién puede ayudarnos
a resolverlos?) (Folleto)
¿Por qué debemos adorar a Dios con amor y verdad?
(Folleto)
*The Path of Divine Truth Leading to Liberation
(La senda de la verdad divina que conduce
a la liberación) (Folleto)
*Victory Over Death—Is It Possible for You?
(Victoria sobre la muerte, ¿puede usted
conseguirla?) (Folleto)
Judíos
Un nuevo mundo pacífico. ¿Vendrá?
(Tratado núm. 17)
Los testigos de Jehová, ¿qué creencias tienen?
(Tratado núm. 18)
¿Habrá algún día un mundo sin guerra? (Folleto)
Musulmanes
Cómo hallar el camino al Paraíso (Tratado)
El tiempo para verdadera sumisión a Dios
(Folleto)
* No está disponible en español

*** km 4/ 98 pá gs. 3-4 Se buscan má s estudios bíblicos ***


Se buscan má s estudios bíblicos

1 Jehová Dios está bendiciendo a su organización terrestre con crecimiento constante. El

pasado año de servicio se bautizaron en todo el mundo 375.923 discípulos, un promedio de


más de mil al día, o, aproximadamente, cuarenta y tres cada hora. Pese a las dificultades
que durante decenios han soportado nuestros hermanos en diversas partes del planeta, la
obra del Reino progresa y se registran aumentos extraordinarios. Resulta emocionante leer
sobre el adelanto que se ha logrado en la difusión de las buenas nuevas.
2 La sucursal de Estados Unidos también observó el pasado año de servicio un

incremento en el promedio de publicadores y precursores auxiliares, el número de horas


dedicadas a la predicación y la cantidad de folletos y revistas distribuidos. Se produjo un
aumento en el número de bautizados y un máximo sin precedentes en la asistencia a la
Conmemoración. ¿Qué decir de las revisitas y los estudios bíblicos? El total de las revisitas
disminuyó y el número de estudios bíblicos se redujo en un 14%. Sin embargo, estos dos
aspectos son esenciales para hacer discípulos. ¿Qué puede hacer cada uno de nosotros
para invertir esta tendencia?
3 Intensifique el deseo de dirigir un estudio: Nosotros mismos tenemos que

concentrar la atención en mantenernos espiritualmente fuertes y activos. Los verdaderos


seguidores de Cristo son “celoso[s] de obras excelentes” (Tito 2:14). ¿Revela un examen de
nuestro ministerio que deseamos con ansia volver a visitar a todo aquel que haya
aceptado una publicación? ¿Somos entusiastas al ofrecer estudios bíblicos a cuantos

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muestran interés? (Rom. 12:11.) ¿O tenemos que desarrollar un mayor deseo de hacer
revisitas y comenzar estudios bíblicos?
4 Por la lectura personal de la Biblia, la asistencia constante a las reuniones y el estudio

de las publicaciones nos mantendremos vivos espiritualmente y recibiremos el poder del


espíritu de Dios (Efe. 3:16-19). Esto robustecerá nuestra fe y confianza en Jehová y nuestro
amor al prójimo; nos motivará a enseñar la verdad a más personas, haciendo de ese modo
que nuestro ministerio sea interesante, estimulante y que tenga éxito. En efecto, debemos
querer más estudios bíblicos.
5 Estudie con su familia primero: Los padres cristianos con hijos en el hogar han de

preocuparse por tener con su familia un programa regular de estudio bíblico (Deu. 31:12;
Sal. 148:12, 13; Pro. 22:6). Sería muy provechoso que estudiaran con sus hijos primero el
folleto Exige y después el libro Conocimiento, a fin de prepararlos para que sean
publicadores no bautizados y para su posterior dedicación y bautismo. Por supuesto,
pueden analizar otros asuntos según la necesidad y la edad del hijo. Los padres que den
estudios a sus hijos no bautizados contarán el estudio, el tiempo y las revisitas como lo
indica “La caja de preguntas” de Nuestro Ministerio del Reino de abril de 1987.
6 Organícese mejor: Dado el número de revistas, folletos y libros distribuidos, no cabe

duda de que se está diseminando una gran cantidad de semillas. Estas semillas de la
verdad que hemos sembrado poseen un enorme potencial para producir nuevos discípulos.
Ahora bien, ¿sentiría un agricultor o un jardinero verdadera satisfacción si continuamente
plantara y, después de todos sus esfuerzos, nunca sacara tiempo para cosechar? ¡Claro
que no! Así mismo, es menester que dediquemos una parte de nuestro ministerio a cultivar
el interés de la gente.
7 ¿Aparta usted regularmente tiempo para hacer revisitas? No tarde en volver a visitar a

todo aquel que muestre interés y propóngase empezar un estudio bíblico. ¿Lleva un
registro ordenado y actualizado de sus revisitas? Además del nombre y la dirección del
amo de casa, escriba la fecha de la primera visita, la publicación que dejó, una breve
descripción del tema que trataron y un punto que pueda desarrollar la siguiente vez. Deje
espacio en su registro para añadir información después de cada visita.
8 Analice cómo hacer una revisita: ¿Cuáles son algunos puntos que han de tenerse

en cuenta al volver a visitar a alguien interesado? 1) Sea afable, entusiasta y actúe con
sencillez. 2) Hable de temas que le interesen al amo de casa. 3) Mantenga la conversación
sencilla y centrada en la Biblia. 4) En cada visita procure enseñar algo que él considere
que le será de valor personal. 5) Cree expectación por el asunto del que hablarán la
siguiente vez. 6) No se quede demasiado tiempo. 7) No le haga preguntas que lo
avergüencen o lo pongan en apuros. 8) Sea perspicaz y no condene sus ideas equivocadas
o malos hábitos antes de que haya cultivado aprecio por las cosas espirituales (véase el
suplemento de Nuestro Ministerio del Reino de marzo de 1997, donde hallará más
información útil sobre cómo triunfar en las revisitas y empezar estudios bíblicos).
9 Examine todas las posibilidades: En una congregación fue posible obtener los

nombres y el número del apartamento de todos los ocupantes de un complejo de viviendas


de alta seguridad. A cada uno se le envió una carta, acompañada de dos tratados, que al
final ofrecía un estudio bíblico a domicilio e incluía un número de teléfono adonde el
destinatario pudiera llamar. A los pocos días llamó un joven pidiendo un estudio. Se le
visitó al día siguiente y se inició el estudio con el libro Conocimiento. Aquella misma noche,
el joven fue al Estudio de Libro de Congregación, y continuó asistiendo a todas las
reuniones. Casi de inmediato empezó a leer diariamente la Biblia. Siguió haciendo
progresos hasta que se bautizó.
10 Un grupo de publicadores que iban en un automóvil decidieron hacer juntos algunas

revisitas. Cuando le tocó el turno a una hermana, no encontró a la persona a quien


buscaba, pero en su lugar salió una joven que dijo: “Los estaba esperando”. Un conocido le
había dado el libro Conocimiento, y cuando las hermanas tocaron a su puerta, ya lo había
leído dos veces y había quedado muy impresionada por su contenido. Dijo que no le
sorprendía la visita de los Testigos ese día porque había estado orando para que fueran a
enseñarle la Biblia. Se dio comienzo a un estudio, ella empezó a ir a las reuniones de la
congregación y adelantó rápidamente.
11 Una hermana que lleva casi veinticinco años bautizada le regaló hace poco el libro

Conocimiento a su madre. Esta, que es miembro de una iglesia, comenzó a leerlo. Al


terminar el segundo capítulo, llamó a su hija y, para sorpresa de esta, le dijo que quería
hacerse testigo de Jehová. Empezó a estudiar y ya se ha bautizado.
12 Trate de seguir estas sugerencias: ¿Ha utilizado alguna vez el método de ofrecer

directamente un estudio? Solo tiene que decir: “Si desea estudiar la Biblia gratis en su
hogar, puedo demostrarle en unos pocos minutos cómo hacerlo. Si le gusta, podemos
continuar”. Muchos aceptan sin vacilar tal ofrecimiento y observan de buena gana la
demostración del estudio bíblico.

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13 Muestre al estudiante desde el principio cómo prepararse de antemano leyendo los

textos bíblicos citados y subrayando las palabras clave que responden a las preguntas
impresas. Concéntrese solamente en las ideas principales. Aunque quizás debamos ser
flexibles en las primeras sesiones, es importante que el estudio bíblico se conduzca con
regularidad. Piense en cómo introducir la oración como parte esencial del estudio y en
cómo preparar al estudiante con la Biblia para que resista la oposición. Haga todo lo
posible para que el estudio sea animado.
14 Es obvio que no todos los estudiantes progresan a la misma velocidad. Algunos

no tienen tanta inclinación a lo espiritual como otros, ni son tan rápidos para absorber lo
que se les enseña. Hay quienes llevan vidas muy ocupadas y tal vez no pueden dedicar el
tiempo necesario para abarcar un capítulo entero todas las semanas. Por consiguiente,
habrá ocasiones en que se necesitará más de una sesión para terminar ciertos capítulos y
algunos meses más para acabar el libro. En algunos casos podemos estudiar el folleto
Exige primero y luego pasar al libro Conocimiento. Esto, complementado con la asistencia a
las reuniones de la congregación, les ayudará a adquirir un fundamento sólido en la verdad.
15 Ante todo, ore pidiendo un estudio bíblico (1 Juan 3:22). Una de las experiencias más

remuneradoras que pueda tener un cristiano es que Jehová lo utilice para ayudar a alguien
a hacerse discípulo de Jesucristo (Hech. 20:35; 1 Cor. 3:6-9; 1 Tes. 2:8). Ahora es el momento
de manifestar gran celo por la obra de los estudios bíblicos, totalmente confiados en que
los esfuerzos que hagamos para comenzar más estudios contarán con la abundante
bendición de Jehová.
[Comentario de la pá gina 3]
¿Pide usted a Dios en oración que le ayude a comenzar un nuevo estudio bíblico?

*** km 11/ 98 pá gs. 3-6 Seamos eficientes en nuestro ministerio ***


Seamos eficientes en nuestro ministerio

1 El cielo se oscurece; la intensidad de un sonido misterioso aumenta hasta convertirse

en un estruendo ensordecedor; una nube como de humo desciende. ¿Qué es? Un ejército
de millones de langostas que invade la tierra y siembra la desolación total. Esta escena
descrita por el profeta Joel tiene un cumplimiento hoy día en la predicación de los siervos
ungidos de Dios y de sus compañeros, la gran muchedumbre.
2 La Atalaya del 1 de mayo de 1998 dijo en la página 11, párrafo 19: “El actual ejército de

langostas da un testimonio exhaustivo en ‘la ciudad’ de la cristiandad (Joel 2:9). [...] Aún
vence todos los obstáculos, entra en millones de hogares, aborda a las personas en las
calles, habla con ellas por teléfono y se pone en contacto con ellas por todo medio posible
al declarar el mensaje de Jehová”. ¿No es un magnífico privilegio tomar parte en esta obra
ordenada por Dios?
3 A diferencia de las langostas literales, cuyo único objetivo es alimentarse a sí mismas,

nosotros, como siervos de Jehová, nos interesamos mucho por la vida de aquellos a quienes
predicamos. Queremos ayudarlos a aprender las gloriosas verdades de la Palabra de Dios y
a dar los pasos que los llevarán a la salvación eterna (Juan 17:3; 1 Tim. 4:16). Por eso,
deseamos ser eficientes en nuestro ministerio. Sea cual sea la forma de predicación en que
participemos, debemos asegurarnos de que la efectuamos del modo y en el momento más
fructíferos posible. Ya que “la escena de este mundo está cambiando”, conviene que
analicemos nuestros métodos y nuestro enfoque para asegurarnos de que estamos
alcanzando el objetivo de rendir al máximo (1 Cor. 7:31).
4 Aunque procuramos comunicarnos de muchas maneras con la gente, la obra de casa

en casa es todavía el puntal de nuestro ministerio. ¿Hallamos que las personas están a
menudo ausentes o durmiendo cuando las visitamos? ¡Qué decepción!, pues en tal caso
no podemos darles el mensaje de las buenas nuevas. ¿Cómo hacemos frente a este reto?
5 Seamos flexibles y razonables: En el Israel del siglo I los pescadores ejercían su

oficio de noche. ¿Por qué? Porque aunque no era el tiempo más propicio para ellos, era
cuando capturaban la mayor cantidad de peces, el momento más productivo. Comentando
sobre esta práctica, La Atalaya del 15 de junio de 1992 dijo: “Nosotros también debemos
estudiar nuestro territorio para salir a pescar, por decirlo así, cuando la mayoría de la
gente esté en su casa y con ánimo de escuchar”. La observación de los hábitos sociales ha
revelado que los habitantes de muchas zonas residenciales, aunque estén en casa cuando
llamamos a su puerta por la mañana temprano los sábados y domingos, generalmente
no reciben con agrado nuestras visitas a esa hora. Si ese es nuestro caso, ¿pudiéramos
dejarlas para media mañana o incluso para la tarde? Esta sería una buena manera de
aumentar la eficacia de nuestro ministerio y también de mostrar consideración a los
vecinos, lo cual es prueba de verdadero amor cristiano (Mat. 7:12).
6 En Filipenses 4:5 el apóstol Pablo nos recuerda que debemos dejar que ‘todos los

hombres conozcan lo razonables que somos’. En armonía con esta pauta inspirada,
queremos ser equilibrados y razonables en los métodos que empleamos para llevar a cabo
nuestra tarea de predicar con celo y entusiasmo. No queremos ‘retraernos de enseñar
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públicamente y de casa en casa’, sino asegurarnos de que estamos efectuando nuestro
ministerio de casa en casa en horas razonables y productivas (Hech. 20:20). Como los
pescadores del Israel del siglo I, nos interesa “pescar” en las horas que obtengamos los
mejores resultados, no en las que sean más convenientes para nosotros.
7 ¿Qué cambios pudiéramos hacer? Normalmente, las reuniones para el servicio del

campo de los sábados y domingos tienen lugar a las 9.00 ó 9.30 de la mañana, después de
lo cual el grupo empieza a predicar de puerta en puerta. Sin embargo, algunos cuerpos de
ancianos han dispuesto que el grupo participe en otras modalidades del ministerio —como
predicar en las calles o los negocios o hacer revisitas— antes de ir de puerta en puerta en
las zonas residenciales. Otras congregaciones han pospuesto la hora de la reunión para el
servicio para las 10.00 u 11.00 de la mañana o las 12.00 del mediodía. Luego, el grupo va
directo a las casas y se queda hasta las primeras horas de la tarde. En algunos territorios,
el mejor momento de reunirse para el servicio del campo quizás sea al principio de la
tarde y no por la mañana. Estos cambios bien pueden contribuir a aumentar la
productividad de la predicación de casa en casa.
8 Obremos con discernimiento y tacto: Al ir de puerta en puerta, encontramos

diversas reacciones a nuestro mensaje. Unos amos de casa son receptivos, otros
indiferentes y algunos quizás discutidores o belicosos. Sobre estos últimos, el libro
Razonamiento a partir de las Escrituras, página 7, nos recuerda que no pretendemos “‘ganar
discusiones’ con personas que no respetan la verdad”. Ante un amo de casa hostil, lo mejor
es marcharse. No debemos suscitar nunca el antagonismo de la gente insistiendo en que
hable con nosotros o que acepte nuestro punto de vista. No obligamos a nadie a escuchar
nuestro mensaje, pues sería irrazonable y podría causar dificultades a otros Testigos y a la
obra en general.
9 Antes de empezar a predicar, sería prudente revisar la tarjeta de territorio para

comprobar si hay constancia de que alguien no desea que llamemos a su puerta, y en tal
caso, informar de ello a todos los publicadores asignados a esa calle. Nadie debe creerse
con derecho a visitar tales hogares si el superintendente de servicio no se lo ha indicado
(véase La caja de preguntas de Nuestro Ministerio del Reino de junio de 1994).
10 Podemos aumentar nuestra eficacia siendo discernidores al predicar de casa en casa.

Al acercarnos a un hogar, seamos observadores. ¿Están cerradas todas las cortinas o


persianas? ¿No se escucha ninguna señal de actividad? Pudiera ser indicio de que los
ocupantes están durmiendo. Probablemente tendremos una conversación más productiva con
el amo de casa si volvemos más tarde. Tal vez sea mejor pasar por alto esa casa de
momento y anotar el número. Podemos regresar antes de marcharnos del territorio o
anotar las señas para volver otro día más tarde.
11 Con todo, es posible que, sin querer, despertemos a alguien o le causemos alguna

molestia. Quizás la persona se vea muy enojada. ¿Cómo debemos reaccionar? Proverbios
17:27 aconseja: “Un hombre de discernimiento es sereno de espíritu”. Aunque no nos
disculpamos por nuestra obra, sí podemos decirle cuánto sentimos haber llegado en un
momento inoportuno. Pudiéramos preguntarle cortésmente si le conviene que volvamos a
otra hora y ofrecernos para hacerlo. A menudo, unas palabras que revelen interés personal,
dichas en un tono calmado, apaciguan al amo de casa (Pro. 15:1). Si este nos dice que
trabaja por las noches, ha de incluirse una nota en la tarjeta del territorio para que las
visitas futuras se realicen a una hora adecuada.
12 También es apropiado usar discernimiento al esforzarnos por abarcar

concienzudamente el territorio. Dado que muchos no están en casa cuando los visitamos la
primera vez, tenemos que esforzarnos por hallarlos para comunicarles el mensaje de la
salvación (Rom. 10:13). Se informa que algunos publicadores visitan la misma casa varias
veces al día tratando de hallar a sus ocupantes. Esto no pasa desapercibido a los vecinos,
y pudiéramos dar la impresión desfavorable de que los Testigos estamos “visitando
siempre” su calle. ¿Cómo evitar tal situación?
13 Usemos discernimiento. Al volver a una casa donde no había nadie, ¿encontramos

indicios de que esta vez hay alguien? Si del buzón asoman cartas o propaganda, es
probable que la persona no haya llegado aún, y tocar de nuevo resultaría improductivo. Si
tras realizar varios intentos a distintas horas, como al anochecer, no logramos
comunicarnos con la persona, quizás podamos localizarla por teléfono. Si no, podemos dejar
discretamente un tratado o una hoja suelta en la puerta, sobre todo si el territorio se
predica con bastante frecuencia. Bien puede ser que la hallemos la próxima vez que se
predique en esa zona.
14 Evitemos las conversaciones extensas cuando el amo de casa esté expuesto a las

inclemencias del tiempo. Si nos invitan a pasar, cuidemos de no ensuciar el piso. Usemos
buen juicio cuando nos encontremos con un perro que nos ladre. Al predicar en edificios de
apartamentos, hablemos en voz baja y evitemos hacer ruidos que perturben a los
inquilinos y anuncien nuestra presencia.
15 Comportémonos de una manera ordenada y digna: Con buena organización

evitaremos que se formen grandes aglomeraciones en el territorio. Algunos vecinos


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pudieran sentirse amenazados al ver estacionarse frente a su casa varios vehículos con un
nutrido grupo de publicadores. No queremos dar la impresión de que estamos “invadiendo”
las zonas residenciales. Es conveniente asignar las parejas y el territorio en la reunión para
el servicio del campo. Los grupos pequeños, como una familia, son menos intimidantes y
requieren menos reorganización a medida que se predica el territorio.
16 Para que haya orden es preciso que los padres supervisen cuidadosamente la

conducta de sus hijos en el territorio. Los niños deben portarse bien cuando acompañen a
los adultos a las puertas. No se les debe permitir que jueguen ni que se paseen
libremente, llamando la atención indebida de los residentes o los transeúntes.
17 También se necesita equilibrio en lo que tiene que ver con los descansos. Nuestro

Ministerio del Reino de junio de 1995 dijo en la página 3: “Cuando salimos a predicar,
podemos perder tiempo valioso si pausamos para tomar café. Sin embargo, cuando el
tiempo es inclemente, una pausa pudiera reconfortarnos y darnos nuevos bríos.
No obstante, muchos prefieren seguir predicando en lugar de descansar y charlar con los
hermanos durante el tiempo que han apartado para el ministerio”. Aunque interrumpir el
servicio para tomar un refrigerio es una cuestión personal, se ha notado que a veces un
grupo grande de hermanos se reúne en una cafetería o un restaurante. Además del tiempo
que deben esperar a que los atiendan, la presencia de una multitud puede intimidar a
otros clientes. En ocasiones se relatan en voz alta experiencias ocurridas en el servicio del
campo durante la mañana, lo que puede restar dignidad a nuestra obra y menoscabar su
eficacia. Con discernimiento, los publicadores evitarán abarrotar un establecimiento público
y tomar tiempo innecesario del ministerio.
18 Muchos han obtenido buenos resultados al abordar a la gente dondequiera que se

encuentre: en las calles, los estacionamientos y otros lugares públicos. En estas situaciones
también deseamos dar un excelente testimonio no solo al hablar, sino también siendo
razonables. Los publicadores de cada congregación deben respetar los límites de su
territorio para no abrumar a los transeúntes en las zonas comerciales y entradas del
metro, o a los empleados de negocios que atienden al público las veinticuatro horas del
día, como son las estaciones de servicio. Para asegurarnos de que nuestro ministerio se
lleve a cabo de una manera ordenada y digna, debemos predicar únicamente dentro de
nuestro territorio, a menos que el comité de servicio de otra congregación haya pedido
ayuda (compárese con 2 Corintios 10:13-15).
19 Algunas congregaciones que disponen de muchas zonas públicas donde es posible

predicar las han organizado en territorios, que luego entregan a un publicador o un grupo.
Esto contribuye a que se abarque más eficazmente el territorio y evita que haya muchos
publicadores predicando en el mismo sitio y a la misma hora, en armonía con el principio
de 1 Corintios 14:40: “Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo”.
20 Nuestra apariencia personal debe ser siempre digna y representativa de ministros que

portan el nombre de Jehová. Lo mismo es aplicable a los objetos que llevamos. Los
maletines gastados y las Biblias manchadas o con las esquinas dobladas desvirtúan el
mensaje del Reino. Se dice que el arreglo personal es “un signo que indica enseguida a las
personas que nos rodean quiénes y qué somos y dónde encajamos en la sociedad”. Por
consiguiente, nuestra apariencia no debe ser desaliñada ni descuidada, como tampoco
ostentosa ni extravagante, sino siempre “digna de las buenas nuevas” (Fili. 1:27; compárese
con 1 Timoteo 2:9, 10).
21 En 1 Corintios 9:26 el apóstol Pablo dice: “La manera como estoy corriendo no es

incierta; la manera como estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el
aire”. Como él, estamos resueltos a ejercer nuestro ministerio de un modo eficaz y
productivo. Como parte del actual “ejército de langostas” de Jehová, seamos razonables y
discernidores al llevar celosamente el mensaje de salvación a todos los vecinos de nuestro
territorio.

*** km 2/ 01 pá gs. 5-6 Predicación telefónica productiva ***


Predicación telefónica productiva

1 El objetivo que perseguimos los testigos de Jehová no es simplemente participar en la

predicación de las buenas nuevas, sino también comunicar al mayor número de personas
posible el mensaje del Reino (Hech. 10:42; 20:24). Aunque la obra de casa en casa sigue
siendo el principal modo de llegar a la gente, reconocemos que ni siquiera este método
sistemático nos permite hablar con todo el mundo. Así pues, con el objeto de ‘efectuar
nuestro ministerio plenamente’, recurrimos a otros medios, entre ellos la predicación
telefónica, para hallar a las personas mansas como ovejas (2 Tim. 4:5).
2 En muchos lugares, la gente vive en apartamentos de alta seguridad, viviendas

multifamiliares o barrios residenciales de acceso controlado, donde se nos hace difícil


emplear el sistema tradicional de predicación de puerta en puerta. Incluso en los territorios
en los que sí podemos llamar a todos los hogares, no nos es posible contactar con los
residentes porque gran parte de ellos no se encuentran en casa. Sin embargo, muchos
publicadores han logrado hablar con estas personas por vía telefónica. En una mañana de
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predicación, un matrimonio anotó nueve casas donde no había nadie. Cuando ambos
regresaron al Salón del Reino, las buscaron en una guía organizada por direcciones y
hallaron los números de teléfono correspondientes. Llamaron, y consiguieron hablar con
ocho de los nueve amos de casa.
3 ¿Nos mostramos reacios a incluir esta faceta del servicio en nuestro ministerio? Un

hermano admite: “No me gusta que me llamen para venderme nada, así que me cuesta
mucho asimilar este tipo de predicación”. Sin embargo, después de efectuar solo dos
llamadas exclamó: “¡Me encanta! Nunca imaginé que lo diría, pero me encanta. La gente se
encuentra relajada, y tengo a mano todo lo que necesito. ¡Es estupendo!”. Una hermana
reaccionó de forma parecida: “No me atraía nada la idea de predicar por teléfono. A decir
verdad, no quería hacerlo. Pero la probé, y me dio muy buen resultado. Tengo 37 revisitas y
más estudios de los que puedo atender”. Si lo intentamos, nosotros también obtendremos
fruto.
4 Cómo organizar la predicación telefónica. El superintendente de servicio es el

encargado de supervisar la predicación en la congregación. Ahora bien, de ser necesario, el


cuerpo de ancianos nombrará a otro anciano o a un siervo ministerial capacitado para que
colabore estrechamente con él en la organización de este aspecto del ministerio. El
hermano que está a cargo de los territorios también debe ayudarlos, pues asignará las
zonas y llevará un registro actualizado de ellas. Además, el superintendente de circuito se
mantendrá al tanto del progreso del programa.
5 Si en el vecindario hay lugares a los que no es posible acceder en persona, han de

prepararse territorios de teléfonos. El hermano asignado elaborará cuidadosamente una lista


con las direcciones que constarán en ellos. Los territorios deben ser más o menos pequeños
para que se prediquen con frecuencia. En todos los mapas del territorio en los que
aparezcan dichos lugares se debe poner una anotación en las secciones que reciben
testimonio telefónico.
6 ¿Dónde conseguiremos los números de teléfono? A veces hay en las bibliotecas

públicas guías inversas, es decir, guías que ordenan los números de teléfono por sus
correspondientes direcciones. Si un complejo de viviendas de alta seguridad cuenta con su
propia lista de teléfonos, quizás podamos tomar los números de ahí; o tal vez sea posible
copiar del directorio de recepción los nombres de los residentes y después buscarlos en la
guía normal.
7 Los ancianos pueden demostrar su interés por esta labor haciendo planes para que los

publicadores con experiencia en la predicación telefónica enseñen a otros, tal vez mediante
el programa de ayuda que prestan los precursores. Además, cada cierto tiempo puede
dedicarse un discurso de la Reunión de Servicio sobre las necesidades locales a recalcar la
eficacia de este rasgo del ministerio.
8 Cuando los ancianos realicen visitas de pastoreo a los que se hallan confinados en

casa o están enfermos, deben animarlos a participar en la predicación telefónica. Quizás un


anciano pueda efectuar unas cuantas llamadas mientras el publicador lo observa, y dejar
que este lo intente a continuación. Muchos de los que han comenzado a predicar de esta
forma le dedican unos minutos todos los días, y realmente disfrutan haciéndolo.
9 Cómo obtener buenos resultados. Cuando Jesús mandó a sus discípulos a predicar,

“los envió de dos en dos” (Luc. 10:1). ¿Por qué? Sabía que yendo acompañados aprenderían
y recibirían ánimo el uno del otro. Lo mismo cabe decir de la predicación por teléfono.
Participar en este servicio en parejas nos permite aprender unos de otros, comparar los
resultados e intercambiar sugerencias para la siguiente conversación. Incluso podemos
ayudarnos mutuamente a encontrar la información adecuada mientras hablamos con el
amo de casa.
10 A fin de concentrarnos y pensar con claridad, sentémonos donde tengamos espacio

para poner todo lo que vamos a necesitar: la Biblia, el libro Razonamiento, el folleto Exige,
las revistas y demás. Escribamos algunas presentaciones y dejémoslas a la vista.
Preparémonos para tomar notas exactas y completas, sin olvidarnos de la fecha y la hora,
pues esto nos indicará cuándo seguir cultivando el interés mostrado.
11 La gente a menudo es cautelosa cuando escucha una voz desconocida al teléfono, de

modo que debemos ser afectuosos y agradables, y tener tacto. El amo de casa solo cuenta
con la voz para hacerse una idea de cómo somos y percibir nuestra sinceridad, así que
relajémonos y hablemos desde el corazón. Expresémonos despacio, con claridad y a un
volumen fácilmente audible. Dejemos que el amo de casa opine. Digamos nuestro nombre
completo y mencionemos que vivimos en el vecindario. No deseamos que nos confundan
con vendedores. En vez de decir que estamos comunicándonos con todos los vecinos del
edificio, personalicemos la llamada.
12 Presentaciones. Muchas de las introducciones que se encuentran en las páginas 9 a

15 del libro Razonamiento son fáciles de adaptar a la predicación telefónica. Pudiéramos


decir: “Lo llamo por teléfono porque no me es posible visitarlo personalmente. El propósito

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de mi llamada es preguntarle qué opina sobre un tema muy interesante”. Después,
formulémosle la pregunta.
13 La primera presentación del tema “Delito/seguridad” pudiera quedar así: “Hola.

Mi nombre es .... Soy vecino suyo. No estoy vendiendo nada ni haciendo ninguna encuesta.
Le llamo porque me preocupa el tema de la seguridad personal. Hay mucho delito a
nuestro alrededor, y eso repercute en nuestra vida. ¿Cree que llegará el día en que todos
podamos caminar por la calle de noche sin temor? [Dejemos que responda.] Permítame que
le lea lo que Dios ha prometido hacer”.
14 También se han obtenido buenos resultados al ofrecer el estudio bíblico directamente

por teléfono. Tal vez podamos demostrar en unos minutos cómo se lleva a cabo y
brindarnos a visitar a la persona en su hogar para continuar analizando con ella la
información. Si se muestra reacia, digámosle que puede seguir estudiando por teléfono otro
día.
15 Cuando concluyamos la conversación, recordemos mencionar algún punto que nos dé
pie para visitarla en su domicilio o enviarle alguna publicación. Si titubea en darnos la
dirección, ofrezcámonos a llamarla de nuevo. Quizás sea necesario hacer varias llamadas
antes de que se sienta a gusto con nosotros y desee invitarnos a su casa.
16 Tomemos la iniciativa. Una hermana de 15 años comenzó la mañana de servicio

con una llamada. Habló con una mujer que aceptó el libro Conocimiento. Cuando fue a
llevárselo a su casa, esta quiso saber cómo había conseguido la joven su número de
teléfono, pues no aparecía en la guía. La hermana lo había marcado por equivocación. La
mujer aceptó el estudio, y en la actualidad es publicadora no bautizada.
17 Otra hermana consiguió un territorio de teléfonos, pero durante tres semanas no lo

utilizó porque le daba miedo. ¿De dónde sacó el valor para comenzar? Recordó el artículo
titulado “Cuando soy débil, entonces soy poderosa” (de la revista ¡Despertad! del 22 de
enero de 1997), que trataba sobre una Testigo que predica por teléfono a pesar de sus
limitaciones físicas. La hermana dijo: “Pedí a Jehová que me diera fuerzas y las palabras
adecuadas para hacer mi presentación”. ¿Con qué resultado? “Jehová contestó mi oración.
La gente me escuchó y conseguí una revisita”, relata. Más tarde logró iniciar un estudio
bíblico. Ella concluye: “Jehová me ha enseñado, una vez más, a confiar en él, no en mí
misma” (Pro. 3:5).
18 La predicación telefónica se ha convertido en un método productivo de difundir las

buenas nuevas, de modo que preparémonos bien y participemos con entusiasmo en esta
faceta del servicio. No nos desanimemos si no recibimos una respuesta favorable en las
primeras llamadas. Pidamos a Jehová que nos dirija, y cambiemos impresiones con quienes
están predicando de forma tan emocionante. Puesto que no deseamos que ninguna persona
del territorio se quede sin recibir el mensaje, llevemos a cabo nuestro ministerio
concienzudamente, sin perder el sentido de la urgencia (Rom. 10:13, 14).

*** km 11/ 01 pá gs. 3-4 Un nuevo instrumento para comenzar estudios ** *


Un nuevo instrumento para comenzar estudios

1 En cierta ocasión, una católica estadounidense muy devota que defendía con firmeza

las enseñanzas de la Iglesia —incluso había peregrinado al Vaticano— aceptó estudiar la


Biblia cuando un testigo de Jehová llamó a su puerta. ¿Por qué? Porque deseaba saber lo
que dicen las Escrituras, y su iglesia no ofrecía clases bíblicas a domicilio. ¿Qué nos enseña
esta experiencia? Nunca se sabe quién va a aceptar un estudio de la Palabra de Dios (Ecl.
11:6).
2 ¿Hemos vacilado alguna vez en decirle a la gente que estamos dispuestos a estudiar

la Biblia con cualquier persona interesada? ¿Saben todos los vecinos de nuestra comunidad
que ofrecemos este servicio gratuito? ¿Cómo podemos asegurarnos de que lo sepan?
Utilizando un nuevo instrumento: el atractivo tratado de seis páginas titulado ¿Le gustaría
saber más de la Biblia? Familiaricémonos con él repasándolo subtítulo por subtítulo.
3 “¿Por qué leer la Biblia?” Las razones que aporta el tratado despiertan el interés.

Para empezar, dice que las Escrituras contienen “los amorosos preceptos de Dios”, que nos
enseñan cómo orar en busca de ayuda y cómo recibir el don divino de la vida eterna
(1 Tes. 2:13). También menciona que la Biblia posee “verdades esclarecedoras” que explican,
por ejemplo, lo que nos sucede cuando morimos y por qué hay tantos problemas en el
mundo. Además, señala que la obediencia a “los principios divinos” expuestos en las Santas
Escrituras nos reporta beneficios físicos, nos da felicidad y esperanza, y nos ayuda a
cultivar buenas cualidades. Por último, añade otra razón para leer la Biblia: las profecías
que revelan lo que nos deparará el futuro (Rev. 21:3, 4).
4 “Ayuda para entender la Biblia.” Después de afirmar que “todos necesitamos ayuda

para entender la Palabra de Dios”, el tratado expone el método de estudio: “Normalmente


es mejor estudiar la Biblia de forma progresiva, empezando con las doctrinas básicas”.
Aunque deja claro que “el libro de texto es la Biblia”, menciona que el folleto Exige puede
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ayudar al estudiante “a entender lo que esta dice sobre distintos temas”. El siguiente
subtítulo plantea una pregunta que llama la atención.
5 “ ¿Está dispuesto a dedicar tiempo semanalmente a estudiar la Biblia?” En este

apartado se explica que las clases bíblicas se pueden recibir a la hora y en el lugar que le
convenga al estudiante, sea en la intimidad del hogar, o incluso por teléfono. ¿Quiénes
pueden participar? El tratado contesta: “Toda su familia y aquellos amigos que desee
invitar. O, si lo prefiere, usted solo”. ¿Cuánto duran las clases? “Muchos reservan una hora
semanal para el estudio de la Biblia —señala—. Pero, tanto si desea dedicar más tiempo a
la semana como si su horario es más limitado, los Testigos harán todo lo posible por
ayudarle.” Ahí está la clave: nos adaptamos a las circunstancias de los estudiantes.
6 “Una invitación para aprender.” En la última página del tratado aparece un cupón

con el que se puede solicitar el folleto Exige o más información sobre los cursos bíblicos.
En dicho cupón aparece la portada del folleto a todo color. ¿Comprende por qué este
tratado animará a más personas sinceras a aceptar nuestra ayuda? Ahora bien, ¿cómo
podemos sacar el mejor partido de este nuevo instrumento?
7 ¿A quién le ofreceremos el tratado? Podemos dejarlo en manos de la gente o en

los hogares donde no haya nadie, y distribuirlo de casa en casa, en la calle y en los
territorios de negocios. Entreguémoselo tanto a quienes hayan aceptado nuestras
publicaciones como a quienes las hayan rechazado. Introduzcámoslo en las revistas o en
cualquier otra información que presentemos, y si damos testimonio por carta, podemos
incluirlo en el sobre. No olvidemos ofrecérselo a las personas con las que contactemos por
teléfono. Llevemos siempre algunos ejemplares para cuando vayamos de compras, viajemos
en el transporte público o prediquemos informalmente. Podemos darlo a todo el que llame
a la puerta de nuestro hogar, así como a familiares, vecinos, compañeros de trabajo o
escuela y otros conocidos. Intentemos entregárselo a todas las personas con las que
conversemos. Y después, ¿qué haremos?
8 Si la respuesta es inmediata. Algunos aceptarán el estudio bíblico al instante. Por

eso, hemos de asegurarnos de llevar dos folletos Exige siempre que salgamos a predicar,
uno para el estudiante y uno para nosotros. Si la persona así lo desea, empecemos a
estudiar con ella en ese mismo momento. Abramos el folleto por la página 2 y leamos la
sección “Cómo utilizar este folleto”. Al finalizar, pasemos a la primera lección. ¿Hay algo
más sencillo?
9 Si el amo de casa lo quiere pensar. Antes de que pase mucho tiempo, tratemos de

visitar de nuevo a la persona. Cuando lo hagamos, llevemos el folleto Exige y mostrémosle


el índice que aparece en la segunda página. Pidámosle que escoja la lección que más le
interese. Entonces abramos el folleto por la que ha elegido y comencemos a analizarla.
10 Si entregamos el tratado con las revistas. Cuando regresemos, podemos decir

algo así: “La última vez que estuve aquí le dejé la revista La Atalaya. Quizá ya se dio
cuenta de que el nombre completo de la publicación es La Atalaya. Anunciando el Reino
de Jehová. Permítame que le explique qué es ese Reino y lo que hará por usted y su
familia”. Entonces abramos el folleto Exige por la lección 6 y comencemos a leerla y
analizarla desde el primer párrafo en adelante, según el tiempo de que disponga el amo de
casa. Fijemos una cita para terminar la lección.
11 No nos quedemos sin tratados. El superintendente de servicio y los hermanos que

se encargan de las publicaciones querrán contar siempre con suficientes existencias del
tratado Saber más de la Biblia. Tengamos algunos en el bolsillo o la cartera, el automóvil,
el lugar de empleo, el colegio o cerca de la puerta de casa; dondequiera que nos queden
a mano. Y por supuesto, en el maletín o bolso de predicar para cuando conversemos con
alguien acerca de la Biblia.
12 Que Jehová bendiga nuestro empeño. Todos los cristianos deberíamos ponernos la

meta de enseñar la verdad a otra persona (Mat. 28:19, 20). ¿Dirigimos algún estudio bíblico
en la actualidad? De ser así, ¿podemos encontrar tiempo para dirigir otro? Si en este
momento no conducimos ninguno, seguro que deseamos hacerlo. De modo que pidámosle a
Jehová que bendiga nuestro empeño por encontrar a alguien interesado y obremos en
armonía con nuestras oraciones (1 Juan 5:14, 15).
13 Tenemos un nuevo instrumento para comenzar estudios. Familiaricémonos con él.

Distribuyámoslo libremente. Hagamos lo sumo posible por ‘trabajar en lo bueno, ser ricos
en obras excelentes y liberales, listos para compartir’ lo que sabemos de la Palabra de
Dios (1 Tim. 6:18).
[Recuadro de la pá gina 4]
DEJEMOS EL TRATADO
▪ Durante las conversaciones cotidianas
▪ Cuando alguien acepte las publicaciones
▪ Cuando no encontremos a nadie en casa
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▪ Cuando hagamos revisitas
▪ Cuando prediquemos en la calle
▪ Cuando prediquemos en los negocios
▪ Cuando demos testimonio informal
▪ Cuando escribamos cartas
▪ Cuando vayamos en el transporte público
▪ Cuando alguien llame a la puerta de nuestro hogar
▪ Cuando hablemos con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela y demás
conocidos

*** km 6/ 03 pá gs. 3-4 Seamos diligentes “dando testimonio cabal” ** *


Seamos diligentes “dando testimonio cabal”

1 Al igual que Jesús y muchos otros siervos fieles del pasado, el apóstol Pablo era un

predicador celoso de las buenas nuevas que “[daba] testimonio cabal” en cualquier
circunstancia. Incluso cuando estaba bajo arresto domiciliario, “recibía amablemente a todos
los que venían a él, predicándoles el reino de Dios y enseñando las cosas respecto al
Señor Jesucristo con la mayor franqueza de expresión” (Hech. 28:16-31).
2 Nosotros también podemos ser diligentes “dando testimonio cabal” en todo momento.

Por ejemplo, podemos hacerlo en el viaje de ida y vuelta a la Asamblea de Distrito “Demos
gloria a Dios” y mientras estemos en la ciudad anfitriona (Hech. 28:23; Sal. 145:10-13).
3 ¿Testimonio incidental o informal? ¿Hay alguna diferencia? Sí. Algo que es

incidental ocurre de forma inesperada, como si no se hubiera planeado o fuera de poca


importancia. Esta descripción no encaja con nuestro ministerio. Como en el caso de Pablo,
dar gloria a Dios mediante nuestro testimonio es importante para nosotros, y debe ser
nuestra intención predicar dondequiera que sea apropiado mientras viajamos este verano.
Ahora bien, la manera como abordamos a la gente pudiera ser informal, es decir, más
relajada, amigable y no oficial. Dicho método puede producir buenos resultados.
4 Preparémonos para dar testimonio. Pablo tuvo que buscar oportunidades para

predicar mientras se hallaba bajo arresto domiciliario en Roma. Tomó la iniciativa en invitar
a su casa a los dirigentes judíos de la localidad (Hech. 28:17). Aunque había una
congregación cristiana en Roma, el apóstol se dio cuenta de que la comunidad judía de
esa ciudad contaba con poca información de primera mano sobre la fe cristiana (Hech.
28:22; Rom. 1:7). No se retrajo de “[dar] testimonio cabal” acerca de Jesucristo y el Reino de
Dios.
5 Piense en todas las personas con las que usted pudiera encontrarse mientras viaja y

que saben muy poco de los testigos de Jehová. Tal vez ni siquiera sepan que ofrecemos
estudios bíblicos gratuitos a domicilio. Aproveche la oportunidad de predicar a quienes halle
mientras viaja, cuando se detiene en un área de descanso en la carretera o en las
gasolineras, en las tiendas, en los hoteles, en los restaurantes, cuando usa el transporte
público, etc. Determine de antemano lo que puede decir para entablar una conversación y
dar un breve testimonio. Quizás en los próximos días le sea posible ensayar predicando
informalmente a sus vecinos, parientes, compañeros de trabajo y otros conocidos.
6 Necesitará publicaciones cuando predique informalmente. ¿Cuáles? Pudiera usar el

tratado ¿Le gustaría saber más de la Biblia? Destaque los primeros cinco párrafos, en los
que se presentan varias razones para leer la Palabra de Dios. Muestre el cupón de la
última página, el cual se puede utilizar para solicitar un estudio bíblico gratuito. Cuando
encuentre a una persona interesada, ofrézcale el folleto Exige. Dado que pudiera toparse
con gente que hable otro idioma, lleve consigo el folleto Buenas nuevas para todas las
naciones. En la página 2 se explica cómo usarlo para dar testimonio. Si viaja en automóvil,
quizás pueda llevar otras publicaciones básicas para quienes muestren interés sincero en el
mensaje del Reino.
7 Preste atención a su apariencia y conducta. Debemos asegurarnos de que nuestra

conducta, vestimenta y arreglo personal no den una impresión errónea y hagan que la
gente “[hable] en contra de” la organización de Jehová (Hech. 28:22). Esto es aplicable,
no solo cuando estamos en la asamblea de distrito, sino también en el viaje de ida y
vuelta a esta, así como después que ha terminado el programa del día. La Atalaya del
1 de agosto de 2002, página 18, párrafo 14, advirtió: “Nuestra apariencia no debe ser
llamativa, extravagante, provocativa, reveladora o condicionada a la última moda. Por otra
parte, el atuendo que llevamos tiene que reflejar que ‘reverenciamos a Dios’. ¿No es cierto
que esto nos da en qué pensar? No se trata de vestir apropiadamente en las reuniones de
la congregación [o en las sesiones de la asamblea de distrito] y entonces echar a un lado
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toda moderación en otras ocasiones. Nuestro aspecto debe evidenciar una actitud reverente
y honorable en todo momento, pues somos cristianos y ministros las veinticuatro horas del
día” (1 Tim. 2:9, 10).
8 Debemos vestir con modestia y dignidad. Si nuestra apariencia y conducta siempre

reflejan nuestra creencia en Dios, nunca nos retraeremos de dar testimonio informal porque
nuestra vestimenta no sea digna de un ministro (1 Ped. 3:15).
9 El testimonio informal es productivo. Durante los dos años en que Pablo estuvo

bajo arresto domiciliario en Roma vio el buen fruto de su testimonio. Lucas dice que
“algunos creían las cosas que se decían” (Hech. 28:24). Pablo mismo se refirió a lo
provechoso que había sido su “testimonio cabal”, cuando escribió: “Mis asuntos han
resultado para el adelantamiento de las buenas nuevas más bien que de lo contrario, de
modo que mis cadenas se han hecho públicas en asociación con Cristo entre toda la
guardia pretoriana y entre todos los demás; y la mayoría de los hermanos en el Señor,
sintiendo confianza a causa de mis cadenas de prisión, están mostrando tanto más ánimo
para hablar sin temor la palabra de Dios” (Fili. 1:12-14).
10 El verano pasado, después de pasar un día en la asamblea de distrito, un matrimonio

tuvo una buena experiencia al dar testimonio informal a una camarera que les preguntó
acerca de su tarjeta de solapa. Le hablaron de la asamblea y de la esperanza que ofrece
la Biblia respecto al futuro de la humanidad. Le entregaron el tratado ¿Le gustaría saber
más de la Biblia? y le explicaron el sistema de estudios bíblicos gratuitos. La señora
expresó su deseo de que alguien la visitara, de modo que escribió su nombre y dirección
en la última página del tratado y pidió al matrimonio que se encargara del asunto. ¿Qué
buenos resultados tendrá usted este año al ser diligente en “[dar] testimonio cabal”?
11 Esforcémonos por dar adelanto a las buenas nuevas. Imagínese el gozo que

sintió Pablo cuando oyó que sus compañeros cristianos estaban imitando su ejemplo de
celo. Hagamos cuanto podamos por dar adelanto a las buenas nuevas testificando
informalmente acerca de nuestras creencias bíblicas mientras también nos beneficiamos de
la asamblea de distrito este verano.
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Qué le impresiona respecto al punto de vista de Pablo sobre la predicación de las
buenas nuevas, y cómo podemos imitar su ejemplo “dando testimonio cabal”?
3. ¿Cómo evitamos que nuestro testimonio informal se convierta en algo incidental?
4. ¿Qué permitió a Pablo dar testimonio en su domicilio en Roma?
5, 6. ¿Qué oportunidades pudieran presentarse para dar testimonio informal, y cómo
podemos prepararnos para hacerlo eficazmente?
7, 8. ¿A qué advertencia debemos prestar atención respecto a nuestra apariencia y
conducta mientras viajamos y después que ha terminado el programa del día?
9. ¿Qué buenos resultados produjo el testimonio de Pablo en Roma?
10. ¿Qué buena experiencia tuvo un matrimonio el verano pasado al dar testimonio?
11. ¿Qué cualidades debemos cultivar a fin de dar adelanto a las buenas nuevas “dando
testimonio cabal” este verano?
[Recuadro de la pá gina 3]
Publicaciones que necesitamos para dar testimonio informal
■ ¿Le gustaría saber más de la Biblia? (tratado)
■ ¿Qué exige Dios de nosotros? (folleto)
■ Buenas nuevas para todas las naciones (folleto)
■ Otras publicaciones básicas
[Recuadro de la pá gina 4]
No los olvide
¿Olvidar a quiénes? A todos los interesados que asistieron a la Conmemoración de la
muerte de Cristo o al discurso especial. ¿Los ha invitado a la asamblea de distrito de este
año? Es probable que muchos de ellos asistan si se les anima con bondad. Al disfrutar del
compañerismo edificante en la asamblea y del animador programa espiritual, se sentirán
más atraídos a Jehová y su organización. Invítelos y vea si responden. Deles todos los
detalles necesarios, como por ejemplo, la fecha de la asamblea, las instrucciones sobre
cómo llegar al lugar, la hora en que empiezan y terminan las sesiones y el anticipo del
programa que aparece en la contraportada de ¡Despertad! del 8 de junio de 2003.

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*** km 7/ 04 pá g. 4 La predicación en territorio de negocios ***
La predicación en territorio de negocios

1 ¿Le gustaría predicar en un territorio donde por lo general las visitas son bien

recibidas y casi siempre hay gente? Tal vez pueda hacerlo en el propio territorio de su
congregación. ¿Cómo? Visitando los negocios. Los publicadores que predican en los
comercios a menudo obtienen buenos resultados.
2 Los territorios asignados a algunas congregaciones comprenden zonas comerciales.

El hermano encargado puede preparar tarjetas de territorio especiales para estas áreas
donde se concentran los negocios. En las tarjetas de territorio de viviendas que incluyan
esas mismas áreas habrá que indicar claramente que los comercios no deben visitarse.
En otros casos, el territorio abarcará los negocios y las viviendas. Si nunca antes ha
predicado en negocios, comience en unos cuantos establecimientos pequeños.
3 Emplee una introducción sencilla. Para predicar en los negocios, vístase como si

fuera a una reunión en el Salón del Reino. También será conveniente escoger una hora en
la que el comercio no tenga mucho trabajo. Si es posible, entre cuando no haya clientes
esperando a que los atiendan. Pida hablar con el gerente o la persona encargada y sea
breve. ¿Qué podría decirle?
4 Al hablar con el propietario o el gerente, puede decir algo así: “Los comerciantes

tienen horarios tan ocupados que rara vez los encontramos en sus hogares, por eso lo
visitamos en su lugar de trabajo. Nuestras revistas ofrecen una perspectiva global de los
sucesos actuales”. A continuación destaque brevemente un punto de la revista.
5 He aquí otra opción sencilla: “A muchas personas les gustaría aprender más de la

Biblia, pero disponen de poco tiempo. Este tratado describe un programa de estudio
gratuito que le permitirá encontrar las respuestas a sus preguntas sobre la Biblia”. Luego
muéstrele las páginas 4 y 5 del tratado ¿Le gustaría saber más de la Biblia?
6 Si la persona que está al cargo parece estar ocupada, puede ofrecerle sin más el

tratado y decir: “Pasaré en otra ocasión que no esté tan ocupado. Me gustaría saber qué
opina acerca de este tratado”.
7 Cultive el interés. En los territorios de negocios también se pueden dirigir estudios

bíblicos. Un precursor especial le dejaba las revistas regularmente a un comerciante.


Cuando este manifestó interés por lo que leía, el precursor le demostró con el folleto Exige
en qué consistía el estudio bíblico. El estudio se estableció en el mismo lugar de trabajo, y,
teniendo en cuenta las circunstancias de la persona, el precursor limitaba cada sesión a 10
ó 15 minutos. Imitemos su ejemplo y sigamos buscando a los merecedores mediante la
predicación en territorios de negocios.
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué ventajas tiene predicar en territorio de negocios?
2. ¿Cómo se puede organizar la predicación en los negocios?
3. ¿Qué nos ayudará a predicar con éxito en los comercios?
4-6. ¿Qué podemos decirle al propietario o al gerente?
7. ¿Cómo podemos cultivar el interés que hallamos en los territorios de negocios?

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*** km 9/ 04 pá g. 4 Hagamos buen uso de la Biblia ***
Hagamos buen uso de la Biblia

1 Prescindiendo de la publicación que planeemos ofrecer en el ministerio, conviene

escoger un texto estimulante con el fin de leerlo a quienes nos escuchen (Heb. 4:12). Un
pasaje bíblico tomado de la publicación que llevemos puede servirnos de transición eficaz
para presentarla. En algunas zonas, a los publicadores les ha resultado útil llevar la Biblia
en la mano al abordar a una persona o al predicar de casa en casa.
2 Comience con un texto. Algunos publicadores inician su presentación preguntando al

amo de casa su opinión sobre un texto bíblico que enseguida le leen. Este método centra
de inmediato la atención en la Palabra de Dios. ¿Resultarían prácticas algunas de las
siguientes introducciones en su territorio?
▪ “Si usted tuviera el poder para hacerlo, ¿traería estos cambios?” Lea Revelación 21:4.
▪ “¿Por qué estamos viviendo en una época tan difícil?” Lea 2 Timoteo 3:1-5.
▪ “¿Cree que nuestra comunidad mejoraría si todos siguiéramos este consejo?” Lea Mateo
7:12.
▪ “¿Le parece posible que sus hijos disfruten algún día de condiciones como las que se
describen aquí?” Lea Salmo 37:10, 11.
▪ “¿Piensa usted que llegará el día en que estas palabras se hagan realidad?” Lea Isaías
33:24.
▪ “¿Está familiarizado con el cambio de gobierno que se menciona aquí?” Lea Daniel 2:44.
▪ “¿Ha querido alguna vez plantearle a Dios esta pregunta?” Lea Job 21:7.
▪ “¿Será posible volver a ver a nuestros seres queridos que han muerto?” Lea Juan 5:28, 29.
▪ “¿Son conscientes los muertos de lo que hacen los vivos?” Lea Eclesiastés 9:5.
3 Explique, ilustre y aplique. Si alguien está dispuesto a conversar, no lo haga a toda

prisa, más bien tómese tiempo para explicar, ilustrar y aplicar el texto bíblico leído a fin de
que la persona lo entienda (Neh. 8:8). Cuando la gente capta y acepta las enseñanzas de la
Palabra de Dios, pueden producirse cambios maravillosos en su vida (1 Tes. 2:13).
4 Siga haciendo buen uso de la Biblia mientras cultiva el interés de la gente. El mismo

método se puede utilizar para las revisitas: 1) escoja un texto bíblico apropiado, 2) formule
una pregunta de punto de vista sencilla relacionada con el texto y luego léalo, y
3) explíquelo, ilústrelo y aplíquelo. Procure ampliar el conocimiento de la persona sobre la
Palabra de Dios en cada visita. ¡En poco tiempo estará dirigiendo un estudio de la Biblia!
[Preguntas del estudio]
1. ¿Cómo puede prepararse para el ministerio del campo?
2. a) ¿Cómo podemos iniciar nuestra presentación con un texto? b) ¿Qué temas bíblicos
interesan a sus vecinos?
3. ¿Cómo podemos ayudar a las personas a comprender los textos bíblicos que les
leemos?
4. ¿Cómo podemos hacer buen uso de la Biblia en las revisitas?

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*** km 4/ 06 pá g. 3 Dirijamos estudios bíblicos progresivos en la puerta y por
teléfono ***
Dirijamos estudios bíblicos progresivos en la puerta y por teléfono

1 ¡Cuánta alegría nos produce comenzar un estudio bíblico! No obstante, encontrar a

alguien interesado en estudiar la Biblia es solo el principio. El propósito de los estudios es


ayudar a las personas a convertirse en verdaderos discípulos de Cristo (Mat. 28:19, 20). ¿De
qué ayudas disponemos para conseguir este objetivo?
2 Con quienes está n ocupados. La gente hoy día está cada vez más ocupada.

En algunos lugares son pocas las personas que desde el principio acceden a dedicar toda
una hora a estudiar la Biblia. Para ayudarlas, se nos ha animado a iniciar y dirigir estudios
bíblicos en la puerta de las casas o por teléfono. Al principio, es posible que estas sesiones
de estudio sean relativamente breves, y quizá se analicen tan solo unos cuantos textos
bíblicos con la ayuda de uno o dos párrafos de una publicación como el libro Enseña. Son
dignos de encomio los numerosos publicadores que ya están dirigiendo estudios bíblicos en
la puerta y por teléfono.
3 ¿Deberíamos contentarnos con seguir dirigiendo el estudio bíblico en la puerta de la

persona indefinidamente? No. Aunque no conviene quedarnos más de la cuenta cuando se


inicia el estudio, Nuestro Ministerio del Reino de mayo de 1990, página 8, recomendaba:
“Una vez que se haya establecido el estudio y el interés del amo de casa aumente, se
puede pasar más tiempo en el estudio”. Este punto es fundamental. Supongamos, por
ejemplo, que haya que alimentar a un niño desnutrido. Al principio, tal vez se le tengan
que dar pequeñas cantidades de comida hasta que recupere el apetito. Pero no podemos
esperar que recobre las fuerzas y se desarrolle con normalidad si siempre se le sigue
alimentando así. De igual modo, el estudiante de la Biblia necesita un estudio más formal
para convertirse en un siervo de Dios maduro (Heb. 5:13, 14).
4 Estudios bíblicos en los hogares. Lo más conveniente es impartir el curso bíblico en

un lugar privado, como en el interior del hogar o en otro lugar apropiado, pues favorece el
aprendizaje y ayuda al estudiante a captar el sentido de la Palabra de Dios (Mat. 13:23).
También permite al maestro adaptar la información a las necesidades del estudiante.
Además, dedicar mayor tiempo al estudio posibilita un análisis más profundo y fortalecedor
de la Palabra de Dios (Rom. 10:17).
5 ¿Qué podemos hacer para que un estudio en la puerta pase a celebrarse en el

interior del hogar? Tras varias sesiones de estudio breves, ¿por qué no le propone
directamente a la persona ampliar el tiempo dedicado al estudio? También podría hacerlo
indirectamente preguntándole al estudiante: “¿Tiene tiempo hoy para sentarnos y analizar
juntos esta información?” o “¿Cuánto tiempo quiere dedicar hoy a hablar de este tema?”.
Aun si esto no diera resultado, no deje de dirigir esas breves sesiones de estudio en la
puerta. Cuando resulte apropiado, vuelva a intentarlo.
6 En nuestra constante búsqueda de los que son merecedores, nunca perdamos de vista

el objetivo de comenzar y dirigir estudios de la Biblia: ayudar a las personas de buen


corazón a convertirse en siervos dedicados y bautizados de Jehová. Confiamos en que él
recompense nuestro empeño por alcanzar este objetivo en nuestro ministerio (2 Tim. 4:5).
[Preguntas del estudio]
1. ¿Con qué propósito dirigimos estudios bíblicos?
2. ¿Cómo se dirigen los estudios bíblicos en la puerta o por teléfono, y por qué resultan
tan eficaces?
3. ¿Por qué deberíamos tratar de extender el tiempo del estudio que realizamos en la
puerta?
4. ¿Cuáles son las ventajas de impartir un curso bíblico en el hogar de la persona?
5. ¿Qué podemos hacer para que un estudio en la puerta pase a celebrarse dentro del
hogar?
6. ¿Cuál debe ser el objetivo de nuestro ministerio, y cómo pueden ayudarnos las
sugerencias de este artículo a alcanzarlo?

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*** km 5/ 06 pá g. 1 Mostremos interés personal siendo amables, considerados y
corteses ***
Mostremos interés personal siendo amables, considerados y corteses

1 Pese a ser el Soberano Universal, Jehová es amable, considerado y cortés al tratar con

seres humanos imperfectos (Gén. 13:14; 19:18-21, 29). Imitando estas cualidades suyas
mejoraremos nuestra forma de presentar las buenas nuevas (Col. 4:6). Claro, esto conlleva
más que mostrar buenos modales y respeto en nuestras conversaciones.
2 De casa en casa. ¿Qué haremos si llegamos en un mal momento o cuando la

persona está demasiado ocupada para atendernos? En ese caso, lo más conveniente sería
hacer una presentación muy breve o decirle que volveremos en otra ocasión. Por otra
parte, por consideración y cortesía, no insistiremos en que alguien se quede con nuestras
publicaciones si nos ha dicho que no las quiere. Igualmente mostraremos respeto por la
propiedad de las personas, por ejemplo, cerrando los portones y las puertas cuando nos
vayamos y enseñando a nuestros hijos a hacer lo mismo. Además, si dejamos alguna
publicación en las casas donde no encontramos a nadie, procuraremos que no quede a la
vista. En realidad, la consideración y la cortesía nos impulsarán a tratar a los demás tal
como nos gustaría que nos trataran a nosotros (Luc. 6:31).
3 En la calle. Una muestra de cortesía cuando predicamos en la calle es no bloquear

el paso a los transeúntes ni formar grandes grupos delante de los comercios. Asimismo,
mostraremos consideración hacia las circunstancias de la gente abordando a los que
parezcan tener tiempo en vez de a quienes obviamente tienen prisa. Es posible que a
veces, debido al ruido de la calle, tengamos que alzar la voz, pero trataremos de hacerlo
con dignidad, sin llamar la atención (Mat. 12:19).
4 En la predicación telefónica. Si somos considerados, llamaremos por teléfono desde

lugares en los que podamos controlar el ruido de fondo. Es una señal de buenos modales
iniciar la conversación identificándonos y explicando la razón de nuestra llamada. Además,
hablar directamente al micrófono del teléfono y adoptar un tono agradable nos será útil
para iniciar edificantes conversaciones bíblicas (1 Cor. 14:8, 9). Por tanto, imitemos a Jehová
Dios y seamos amables, considerados y corteses.

*** km 6/ 06 pá g. 4 Cómo alcanzar tus metas espirituales ***


Cómo alcanzar tus metas espirituales

1 Si eres un joven cristiano, es probable que tus metas se hayan visto influidas por tu

amor a Jehová y la recomendación que Jesús dio a todos los cristianos de “busca[r] primero
el reino” (Mat. 6:33). Tal vez quieras ampliar tu ministerio sirviendo de precursor o allí donde
haya más necesidad de proclamadores del Reino. Otros quizás estén pensando en ofrecerse
para servir en la obra de construcción internacional, en una sucursal o en el campo
misional. ¡Qué metas más satisfactorias y encomiables!
2 Algo que te ayudará a alcanzar tales metas es ponerlas por escrito. La Atalaya del 15

de julio de 2004 explicaba: “Una idea abstracta gana definición y claridad cuando la
expresamos con palabras. [...] Por lo tanto, quizás sería bueno que pusiéramos por escrito
cuáles son nuestras metas y cómo planeamos lograrlas”. También puede serte muy útil
fijarte objetivos a corto plazo que te permitan medir tu progreso y mantenerte concentrado
en alcanzar tu meta a largo plazo.
3 Metas a corto plazo. Si todavía no estás bautizado, piensa en qué te falta para dar

ese paso. Quizás necesites comprender mejor las enseñanzas básicas de la Biblia. En tal
caso, proponte estudiar minuciosamente el libro Enseña, buscando todos los textos (1 Tim.
4:15). Trata también de leer toda la Biblia, de Génesis a Revelación, al igual que hacen los
betelitas y los estudiantes de Galaad. Y cuando termines, vuelve a empezar siguiendo un
programa de lectura diaria (Sal. 1:2, 3). Imagina cuánto crecerás espiritualmente. Haz una
oración sincera al comenzar y finalizar cada sesión de lectura y estudio de la Biblia, y
esfuérzate siempre por poner en práctica lo que aprendes (Sant. 1:25).
4 ¿Qué otras metas puedes fijarte si ya estás bautizado? ¿Necesitas mejorar tus dotes

para la predicación? ¿Podrías aprender a usar mejor la Palabra de Dios en el ministerio del
campo, por ejemplo? (2 Tim. 2:15.) ¿Cómo podrías ampliar tu servicio? Ponte metas
concretas a corto plazo apropiadas para tu edad y circunstancias, y verás como logras
cumplir tus metas a largo plazo.
5 Un éxito. Cuando Tony visitó una sucursal de los testigos de Jehová a los 19 años, de

inmediato quiso servir en Betel. No obstante, había pasado por una etapa de rebeldía y
todavía no se había dedicado a Dios. Tony decidió amoldar su vida a las normas de Jehová
y cumplir los requisitos para poder bautizarse. Cuando lo consiguió, se propuso servir de
precursor auxiliar primero y regular después, para lo cual anotó en un calendario cuándo
quería empezar. Puedes imaginarte su alegría cuando, tras llevar un tiempo de precursor, lo
invitaron a servir en Betel.
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6 Tú también puedes alcanzar tus metas espirituales si pones los intereses del Reino en

primer lugar. Expón “tus obras” ante Jehová en oración y esfuérzate con diligencia por
conseguirlas (Pro. 16:3; 21:5).
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué metas espirituales tienen muchos jóvenes cristianos?
2. ¿Qué puede ayudarte a alcanzar tus metas espirituales?
3. Cita algunas metas a corto plazo que pueden ayudarte a cumplir los requisitos para el
bautismo.
4. ¿Qué metas a corto plazo puede fijarse el cristiano que desea servir de betelita o
misionero?
5. ¿Cómo contribuyeron las metas a corto plazo a que cierto hermano hiciera realidad su
deseo de servir en Betel?
6. ¿Qué puede ayudarte a alcanzar tus metas espirituales?

*** km 8/ 06 pá g. 1 Mostremos interés personal predicando sin hacer distinciones


***
Mostremos interés personal predicando sin hacer distinciones
1 El apóstol Juan tuvo una visión de un ángel que volaba en medio del cielo y declaraba

buenas nuevas eternas a gente de “toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Rev. 14:6).
¿Seguimos la dirección del ángel y somos imparciales al predicar? Puede que, sin darnos
cuenta, tengamos opiniones llenas de prejuicios. Lo que pensamos de la gente pudiera
afectar el modo como les presentamos las buenas nuevas. Por ello, es necesario manifestar
interés genuino al predicar a personas de antecedentes diferentes.
2 Analice su territorio. ¿Hay inmigrantes o refugiados en su territorio? Es fácil pasarlos

por alto. Tome la iniciativa para encontrarlos y procure conocerlos mejor. ¿Cuáles son sus
necesidades, sus preocupaciones, sus gustos y aversiones, sus temores y prejuicios? Con
esto en mente, trate de adaptar su presentación del mensaje del Reino (1 Cor. 9:19-23).
Deberíamos sentir, como el apóstol Pablo, la obligación de compartir las buenas nuevas con
toda persona de nuestro territorio, lo que incluye a gente de otros países, otras culturas,
otros idiomas y de clase muy alta (Rom. 1:14, nota).
3 Pero ¿cómo predicarle a alguien que habla otro idioma? Recurriendo al folleto Buenas

nuevas para gente de todas las naciones. También pudiera llevar siempre consigo algunos
tratados o folletos en los idiomas que son comunes en su territorio (véase Nuestro
Ministerio del Reino de julio de 2003, pág. 4, párrs. 2, 3). Algunos publicadores han dado un
paso más y han hecho el esfuerzo de aprender un saludo y una presentación sencilla en
otros idiomas. La gente muchas veces se impresiona cuando alguien trata de hablarle en
su propio idioma, aunque sea con limitaciones, y esto puede atraerla a las buenas nuevas.
4 Imite a Jehová. Al esforzarnos por llegar a personas de varios antecedentes, imitamos

a nuestro Dios, Jehová, quien no hace distinciones y “cuya voluntad es que hombres de
toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Timoteo 2:3, 4).

*** km 9/ 06 pá g. 8 La predicación de casa en casa ***


La predicación de casa en casa

1 “Quien tenga experiencia en los distintos métodos de difundir la Verdad concordará en

que la predicación de casa en casa con La Aurora del Milenio es, por mucho, la forma más
eficaz de predicar la Verdad ahora.” Así resaltó la revista Zion’s Watch Tower (hoy
La Atalaya) del 1 de julio de 1893 el valor del ministerio de casa en casa. Hoy, por todo el
mundo, la gente ve este método de predicación como la marca distintiva de los testigos de
Jehová. Pero puesto que en varios países resulta cada vez más difícil hallar a la gente en
su hogar, ¿seguirá siendo práctico?
2 Es bíblico y es importante. La predicación de casa en casa tiene base bíblica. Jesús

mandó a sus 70 discípulos de dos en dos a las casas de la gente (Luc. 10:5-7). La Biblia
dice que “todos los días en el templo, y de casa en casa, [los discípulos] continuaban sin
cesar enseñando y declarando las buenas nuevas” poco después de la muerte de su
Maestro (Hech. 5:42). También el apóstol Pablo enseñó con fervor de casa en casa (Hech.
20:20).
3 La predicación de casa en casa sigue siendo un importante medio para difundir las

buenas nuevas hoy. Nos permite ‘buscar’ a los merecedores de forma sistemática y
ordenada (Mat. 10:11). La gente por lo común está más tranquila en casa. Cuando hablamos
con una persona cara a cara —oyendo su voz, viendo sus expresiones faciales y
observando sus alrededores—, podemos percibir su interés y sus preocupaciones. Además,
suele ser la mejor forma de entablar una conversación prolongada.

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4 Haga cambios personales. El apóstol Pablo estuvo dispuesto a hacer cambios

personales “por causa de las buenas nuevas” (1 Cor. 9:23). Nosotros podríamos tal vez
acomodar nuestro horario para predicar cuando sea más posible encontrar a la gente en su
hogar, por ejemplo en las tardes, los fines de semana o los días festivos. Anote siempre los
no en casa y procure volver en otro día de la semana o a una hora distinta.
5 Incluso quienes tengan salud limitada pueden ir de casa en casa. ¿Por qué

no hacemos planes para ir con alguien que tenga limitaciones a casas accesibles y
dejamos que vaya a un paso cómodo? El problema respiratorio de una hermana solo le
permitía hablar en una casa cada media hora, pero ¡qué contenta y satisfecha se sintió de
que la incluyeran en el grupo!
6 Seguimos encontrando a muchas personas mansas en la obra de puerta en puerta.

A un publicador le dijeron en un hogar: “Pase, ya sé quién es. Le estaba pidiendo a Dios


que me mandara a alguien para que me ayudara, y entonces tocaron a la puerta. Él me
oyó y lo mandó a usted”. Los resultados demuestran que Jehová está bendiciendo este
método de predicación (Mat. 11:19). Por tanto, determínese a hacer de la predicación de
casa en casa un rasgo permanente de su ministerio.
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué pregunta surge sobre el ministerio de casa en casa, y por qué?
2. ¿Cuál es la base bíblica para la predicación de casa en casa?
3. Mencione algunas ventajas de predicar de casa en casa.
4. ¿Cómo podemos hacer más productiva la predicación de casa en casa?
5. ¿Qué podría hacerse para incluir en la obra de casa en casa a quienes tengan
limitaciones de salud?
6. ¿Por qué debería ser un rasgo permanente de nuestro ministerio la predicación de casa
en casa?

*** km 10/ 06 pá g. 8 Aproveche al má ximo las reuniones para el servicio del campo
***
Aproveche al má ximo las reuniones para el servicio del campo

1 Las reuniones para el servicio del campo eficaces ofrecen verdadero ánimo e

instrucción práctica antes de partir hacia el ministerio. Al tener la oportunidad de testificar


en grupo y trabajar con otros, nos brindamos preparación y apoyo mutuos (Pro. 27:17; Ecl.
4:9, 10). ¿Cómo podríamos aprovechar al máximo estas reuniones?
2 El conductor. Para esta reunión no suele haber información específica programada.

Por ello, si usted la va a dirigir, necesita prepararse bien. No decida automáticamente


incluir el texto diario, aunque puede hacerlo si tiene relación directa con el ministerio.
Piense en algo práctico para los que saldrán a predicar ese día. Por ejemplo, podría analizar
o demostrar una presentación. O pudiera repasar algún punto del libro Razonamiento, del
Benefíciese o de alguna sección reciente de la Reunión de Servicio. Otras veces quizás
decida proponer una forma de manejar algún problema que pudiera surgir en el territorio o
hablar de cómo cultivar el interés y comenzar estudios bíblicos, sobre todo si varios de los
publicadores van a hacer revisitas. Ahora bien, sin importar qué información trate, sea
entusiasta y positivo.
3 Comience la reunión a tiempo, aunque sepa que algunos llegarán tarde. Ejerza buen

juicio al organizar los grupos, y dele territorio a quien lo necesite. La reunión no debe
durar más de diez o quince minutos, e incluso será más corta cuando se haga después de
una reunión de congregación. Antes de terminar, todo el mundo debe saber con quién le
toca y a dónde irá. Concluya con oración.
4 Usted puede contribuir. Igual que en las reuniones de congregación, mostramos

respeto a Jehová y consideración a los demás cuando llegamos a tiempo. Participe en la


reunión. Puede escoger entre dejar que el conductor le asigne a trabajar con alguien o
resolver usted mismo de antemano con quién irá. Si decide hacer sus propios planes, le
recomendamos que haga el esfuerzo de ‘ensancharse’ y trabajar con distintos publicadores,
en vez de ir siempre con sus amigos íntimos (2 Cor. 6:11-13). Una vez concluida la reunión,
evite hacer cambios y diríjase sin demora al territorio.
5 El objetivo de las reuniones para el servicio del campo es el mismo que para las

demás reuniones de congregación: ‘considerarnos unos a otros para incitarnos al amor y a


las obras excelentes’ (Heb. 10:24, 25). Si hacemos el esfuerzo por aprovecharlas, nos
ayudarán a efectuar nuestro ministerio. ¡Una ‘obra excelente’, sin duda!

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[Preguntas del estudio]
1. ¿Cómo nos ayudan las reuniones para el servicio del campo?
2. Mencione algunas de las cosas que pudiera tratar el conductor.
3. ¿Cuánto debe durar la reunión, y qué debe haberse logrado en ese tiempo?
4. ¿Qué contribuirá a que todos aprovechen al máximo las reuniones para el servicio del
campo?
5. ¿Qué objetivo cumplen las reuniones para el servicio del campo?

*** km 11/ 06 pá g. 8 Cómo preparar presentaciones para las revistas ** *


Cómo preparar presentaciones para las revistas

1 “¿Preparar presentaciones para las revistas? ¿Para qué, si ya vienen en cada número

de Nuestro Ministerio del Reino?”, quizás se pregunte. Es cierto, y a muchos les han
servido, pero eso no significa que no se necesite preparación personal. La presentación que
es práctica en un territorio tal vez no lo sea en otro, de modo que no deberíamos sentirnos
obligados a presentar las revistas tal y como aparece en Nuestro Ministerio. Y aun si
utilizamos una de las presentaciones sugeridas, lo mejor es expresar las ideas con nuestras
propias palabras.
2 Escoja un artículo. Habiendo leído primero la revista, escoja un artículo que sea

adecuado para el territorio y que le haya gustado mucho. Su convicción y entusiasmo al


presentarlo quizás hagan que la persona quiera leerlo también. Por otra parte, aunque
piense presentar un artículo que tenga un amplio atractivo, es bueno que se familiarice
bien con el resto de la revista, pues así podrá adaptar su presentación en caso de que
encuentre a alguien a quien le pudiera interesar más otro tema.
3 Haga una pregunta. A continuación, prepare con cuidado sus primeras palabras.

La introducción es de suma importancia. Quizás le sirva plantearle al amo de casa una


pregunta que lo haga pensar y que despierte su interés en el artículo. Las mejores suelen
ser las preguntas de opinión. Pero evite las que pudieran incomodar a las personas o
ponerlas a la defensiva.
4 Lea un texto bíblico. Por último, escoja un texto bíblico para leerle a la persona si

las circunstancias lo permiten, quizás uno que esté citado en el artículo que vaya a
presentar. Al leer un texto bíblico, damos a saber a la gente que nuestro mensaje se basa
en la Palabra de Dios (1 Tes. 2:13). Además, el texto servirá para dar testimonio aun si no se
aceptan las revistas. Algunos hermanos han logrado despertar el interés de la persona
leyéndole un texto antes de hacerle una pregunta específica. Otros introducen el texto así:
“Me gustaría saber su opinión sobre lo que dice este versículo de la Biblia”. Luego señalan
un punto relacionado en el artículo y hacen una breve observación que sirva para
fomentar el interés antes de ofrecer la revista.
5 No existen reglas rígidas sobre lo que deba decirse para ofrecer las revistas. Por lo

común es mejor que la presentación sea breve y sencilla. Utilice un método con el que se
sienta cómodo y que le dé buenos resultados. Concéntrese en lo valiosas que son nuestras
revistas y sea entusiasta. Si se prepara bien, tendrá éxito al dejar La Atalaya y ¡Despertad!
en manos de quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hech. 13:48).

[Preguntas del estudio]


1. ¿Por qué es mejor preparar personalmente las presentaciones de las revistas en lugar
de solo memorizar las que se sugieren en Nuestro Ministerio del Reino?
2. ¿Qué factores hay que tomar en cuenta a la hora de decidir qué artículo presentar?
3. ¿Qué tipo de introducción le da a usted mejores resultados?
4. ¿Cuáles son las ventajas de leerle a la persona un texto de la Biblia cuando las
circunstancias lo permiten?
5. ¿Qué pautas es bueno tomar en cuenta al preparar presentaciones para las revistas?

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*** km 12/ 06 pá g. 1 Vuelva a visitar a todo el que dé algún indicio de interés ** *
Vuelva a visitar a todo el que dé algún indicio de interés

1 Muchos de nosotros estamos hoy en la verdad porque alguien se percató de nuestro

interés por el mensaje del Reino y volvió pacientemente —quizás muchas veces— para
cultivar ese interés. Así mismo, nosotros deberíamos estar dispuestos a ser concienzudos y
volver a visitar a todo el que manifieste algún interés. La verdad es que nuestra comisión
de ‘hacer discípulos’ incluye hacer revisitas (Mat. 28:19, 20).
2 Perciba el interés. Incluso si la persona no acepta ninguna publicación, lo que dice,

el tono en que lo dice y su expresión facial pueden dar muestras de que valora el
mensaje del Reino. Basándonos en ello, es posible hacer una revisita. Un hermano volvió a
visitar a un señor durante cinco semanas seguidas sin dejarle ninguna publicación. En la
sexta visita, el señor aceptó una publicación, y con el tiempo se comenzó un estudio de la
Biblia.
3 Si percibe interés, vuelva cuanto antes, a los pocos días si es posible. No permita que

“el inicuo” arrebate lo que usted sembró en el corazón de la persona (Mat. 13:19). Asegúrese
de cumplir con su palabra si prometió volver en cierto momento específico (Mat. 5:37).
4 Al predicar en las calles. ¿Procura usted atender el interés que encuentra al

predicar en las calles o informalmente? Al final de la conversación podría decir: “Me gustó
lo que hablamos. ¿Dónde puedo localizarlo para volver a conversar?”. Algunos publicadores
quizás decidan, cuando lo ven oportuno, darle a la persona interesada su número telefónico
o sugerirle intercambiarse los números telefónicos. Si la gente lo ve predicando en el
mismo sitio con regularidad, puede que esté más dispuesta a darle su teléfono o su
dirección. Pero aun si alguien no quiere darle esa información, usted todavía puede cultivar
su interés la próxima vez que lo vea en la calle.
5 Produce alegría y satisfacción ver florecer una planta que uno mismo ha regado y

cuidado, ¿no es cierto? Pues podemos recibir mucha alegría y satisfacción también si
hacemos revisitas y ayudamos a las personas a crecer en sentido espiritual (1 Cor. 3:6). Por
eso, póngase como meta volver a visitar a todo el que dé algún indicio de interés.

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