La abundancia de bendiciones no debe volver orgulloso al siervo
de Dios (it-1 pg. 32 prr. 1pg. 33 prr. 3) EL ORGULLO ALGUNA vez le ha ocurrido algo que lo haya llenado de orgullo? Ha sentido usted orgullo: Como el que sienten los padres cuando se enteran por el boletn de calificaciones de la buena conducta y aplicacin de su hijo en la escuela. O como el que sintieron el apstol Pablo y sus compaeros cuando se enorgullecieron de una congregacin que haban ayudado a fundar, pues sus miembros haban soportado fielmente la persecucin. (1 Tesalonicenses 1:1, 6; 2:19, 20; 2 Tesalonicenses 1:1, 4). En algunos casos es bueno sentir orgullo. Por ejemplo, debemos estar orgullosos de ser testigos de Jehov (Jer. 9:24). No obstante, el orgullo en muchos casos suele tener connotaciones negativas
AHORA BIEN, La mayora de nosotros hemos experimentado esa agradable sensacin. Y sentir cierto grado de orgullo no tiene nada de malo.
Sin embargo, con frecuencia designa un exceso de estimacin propia, el sentimiento del que se considera superior a otros por su capacidad, apariencia, riqueza o posicin social; suele manifestarse con una actitud arrogante y un porte altanero. De esta clase de orgullo debemos huir decididamente los cristianos. Por qu razn?
(Jer. 9:24). Una medida saludable de autoestima nos ayuda a tomar buenas decisiones y a no rebajar nuestras normas morales. Pero darles demasiada importancia a nuestras opiniones o a las responsabilidades que tenemos puede alejarnos de Jehov *** w05 15/10 pg. 21 prr. 2 Evitemos desarrollar un corazn altivo *** De los ejemplos anteriores se desprende que el orgullo puede referirse a la satisfaccin que se siente por algo que se hace o se posee. Sin embargo, con frecuencia designa un exceso de estimacin propia, el sentimiento del que se considera superior a otros por su capacidad, apariencia, riqueza o posicin social; suele manifestarse con una actitud arrogante y un porte altanero. De esta clase de orgullo debemos huir decididamente los cristianos. Por qu razn? Porque todos nacemos con tendencia al egosmo, tendencia que hemos heredado de nuestro primer padre, Adn