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4 >> literatura española miércoles, 11 de noviembre del 2009 | la voz de la escuela

> CONVERSACIONES EN LA DISTANCIA

En esta serie de «CONVERSACIONES EN LA DISTANCIA», se recogen los encuentros manteni- chando la visita de los escritores a la ciudad para impartir alguna conferencia o participar en
dos por el autor con distintos escritores, la mayoría de los cuales son hoy unos clásicos de la algún acto cultural. Las notas que el entrevistador tomó han ido engordando las hojas de un
literatura española. Con cada uno compartió un tiempo, breve unas veces, más generoso, cuaderno sobre el que ha pasado el tiempo, pero que conservan su interés y actualidad. O eso
otras. Estas charlas tuvieron lugar en diferentes épocas, a lo largo de los últimos treinta años, creemos. Recuperarlas ahora nos permite hacer una semblanza completa, con datos biográfi-
y siempre se llevaron a cabo en Ferrol, en algún lugar público, restaurante o cafetería, aprove- cos y bibliográficos, del escritor entrevistado tiempo atrás.

TINO VIZ
El poeta Rafael Alberti, retratado en las calles de Compostela durante una visita a Galicia en la década de los noventa

Alberti, marinero en tierra gallega


El poeta había venido a Ferrol, no a hablar de poesía, sino a dar un mitin a trabajadores del metal, invitado por
Comisiones Obreras. Era a mediados de 1980, los tiempos andaban revueltos, y la temperatura política, alta
Rafael Alberti, con su aspecto de tu- blemas de la calle muy pronto, siendo aquel irrepetible grupo poético que fue —Es que estoy muy hecho al riesgo. En
rista americano, con su melena blanca muy joven. En 1926, con 24 años, más la Generación del 27. un país como este nunca se puede bajar
de bohemio bajo la gorra de navegante, concretamente. Ese año participé en la guardia. Hay que estar al acecho, que
acabó hablándoles de poesía a los trabaja- todas las manifestaciones de estudian- —Nuestra generación fue muy comple- aquí el conservadurismo se vuelve fá-
dores del metal. Porque para él la poesía tes que hubo en Madrid. Yo no tenía ta porque, además de grandes poetas, cilmente violento. Yo, en mi adolescen-
tiene que tratar los problemas de la calle, idea del porqué de las protestas, era había también pintores, arquitectos, cia, viví la guerra europea, después la
tiene que luchar contra las injusticias, un joven desinformado, que se dedi- músicos, y formábamos un grupo Revolución de Octubre, sufrí en propia
tiene que arrimar el hombro al lado del caba a pintar y a escribir y a pasarlo muy bien avenido. Siempre prevaleció carne nuestra Guerra Civil y, ya al final,
necesitado. Y ahí estaba él, con sus 78 bien con mis compañeros. Creo que ni la amistad. Por ejemplo, entre nosotros me pude escapar al exilio. En Argenti-
años de una segunda juventud vivida de tenía claro lo que era la República, ese había albertistas y lorquistas, como con na viví varios golpes de Estado, dados
nuevo con entusiasmo: ideal por el que se suspiraba, ni lo que Joselito y Belmonte, pero esto nunca por militares... Y ahora, desde que he
era el comunismo ni el fascismo. Pero influyó en nuestra amistad. Lo cual vuelto a España (1977), es muy raro el
—A la gente le digo lo que yo realmente supe que tenía que estar es raro, porque los artis- día en que no sufro algún insulto por
creo. Y me entienden. Yo salí diputado allí, en la calle, buscando «Por si las tas, y especialmente los parte de algún energúmeno de extrema
por Cádiz en esta legislatura con más un cambio necesario. Aun- moscas, ando poetas, somos gente muy derecha, que estos no cambian y siguen
votos que nadie. Hice la campaña al son que yo no era universitario, con un aparato quisquillosa, no hay más a lo suyo. Por si las moscas, ando con
de una guitarra, recitando poemas con mi sitio estaba con ellos. Y que observar cómo se lle- un aparato de radio muy pequeño para
ritmo de soleares, que la gente luego esa actitud sigue guiando de radio para vaban entre sí los grandes estar bien informado y con la maleta
aprendía de memoria. Y llevo haciendo mi ánimo y manteniendo estar informado poetas españoles del siglo preparada... Nunca se sabe, y yo soy
esto desde el año 1931, cuando entré joven a quien, por edad, ha y con la maleta XVII, a matar: Quevedo gato escaldado.
en política de la mano del Partido dejado de serlo. preparada» metiéndose con Góngora,
Comunista. y viceversa; Lope de Vega Este hombre que vivió la brillantez de
Lo tenía delante y no podía comprando la casa de Gón- una etapa poética espectacular, de gran
Hablamos ya en la tranquilidad de la dejar de pensar que estaba ante una le- gora para echarlo de Madrid; todos in- cantidad y calidad de poetas, lo hizo con
cafetería del hotel, con un refresco de- yenda viva de la literatura contemporá- sultando al pobre Cervantes, que era el la alegría que da la juventud y el ansia de
lante que le alivie una garganta caliente nea, al menos así veía yo a este hombre mejor de todos... aportar algo nuevo y distinto a la poe-
aún por la pasión de sus palabras, por con apariencia de un Jack Nicholson sía de su momento. Pero mientras los
el incendio provocado por los poemas caracterizado de poeta mayor, con la Hablaba despacio, con una cadencia demás compañeros poetas, integrantes
que su voz aguardentosa fue sabiamente corbata blanca iluminando la amplia musical en cada frase. Su mirada es viva, de aquella espléndida Generación del 27,
recitando. camisa negra que desborda vitalidad entusiasta, y su sonrisa socarrona, de un eran catedráticos o recibían dinero de
por sus apretadas costuras. Estaba ante viejo lobo de mar, acostumbrado a los sus casas, Alberti tenía sus problemas
—Realmente yo empecé a vivir los pro- uno de los grandes representantes de peligros y a la vida azarosa: económicos y también de salud:
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Antología
hotel que da al mar, se recrea con par-
simonia en la visión de la ría ferrolana, TAL VEZ, OH MAR, MI
Obra poética plácida e iluminada por los faroles del
Arsenal, y yo lo imagino joven y fuerte VOZ YA ESTÉ CANSADA...
con vocación de navegante, como cuando
■ Marinero en tierra (1924) escribió aquellos versos de Marinero en Tal vez, oh mar, mi voz ya esté cansada
■ El alba de alhelí (1927) tierra. Alberti parece un viejo bajel pirata, y le empiece a faltar aquella transparencia,
■ Cal y canto (1929) navegando por aguas tranquilas, aunque aquel arranque igual al tuyo, aquello
■ Sobre los ángeles (1928) él no se fíe demasiado. Sabe mucho de que era tan parecido a tu oleaje.
■ El poeta en la calle (1936) agobios vividos en este país, que igual se Han pasado los años por mí, sus duras olas
■ Entre el clavel y la espa- levanta republicano que se acuesta con han mordido la piedra de mi vida,
da (1941) ruido de sables autoritarios. y al viento de este ocaso playero ya la miro
■ A la pintura (1952) doblándose en las húmedas arenas.
■ Retornos de lo vivo leja- —Fui yo quien evacuó a Antonio Ma- Tú, no; tú sigues joven, con esa voz de siempre
no (1952) chado a Valencia durante la guerra. y esos ojos azules renovados
■ Baladas y canciones del La primera vez que acudí a su casa que ven hundirse, insomnes, las edades.
Paraná (1953) para llevarlo, no quiso marcharse de
■ Roma, peligro para cami- Madrid, alegando que todavía tenía dos
nantes (1974)
■ Coplas de Juan Panadero
brazos para defender aquella ciudad
bombardeada. Era noviembre de 1936.
SE EQUIVOCÓ LA SI MI VOZ MURIERA
(1977) Más adelante logramos convencerlo y PALOMA... EN TIERRA...
■ Versos sueltos de cada lo trasladamos a Valencia junto a su
día (1982) madre y siete sobrinos. Se instaló en Se equivocó la paloma. Si mi voz muriera en tierra
una casa humilde de Roquefort, con Se equivocaba. llevadla al nivel del mar
NOTA. Para leer más poemas un patio lleno de limoneros, que le re- Por ir al Norte, fue al Sur. y dejadla en la ribera.
de Alberti o para escuchar- cordaban su infancia sevillana. Cuando Creyó que el trigo era agua. Llevadla al nivel del mar
los recitados en su propia ya todo se derrumbaba, en febrero de Se equivocaba. y nombradla capitana
voz, se recomienda visitar 1939, cruzó la frontera a Francia el Que las estrellas, rocío; de un blanco bajel de guerra.
estas dos páginas web: mismo día y a la misma hora en que que la calor, la nevada. Oh mi voz condecorada
■ http:// también la pasaba todo el Museo del Se equivocaba. con la insignia marinera:
www.rafaelalberti.es Prado. Yo intervine en la operación Que tu falda era tu blusa; sobre el corazón un ancla
■ http:// de salvamento de las obras de arte del que tu corazón, su casa. y sobre el ancla una estrella
www.cervantesvirtual.com/ museo y también viví con angustia la Se equivocaba. y sobre la estrella el viento
bib_autor/alberti/ suerte de Antonio Machado. Por esto Ella se durmió en la orilla. y sobre el viento una vela!
y por muchas más razones, estoy de- Tú, en la cumbre de una rama.
seando poder llevar una vida normal
en un país normal, rodeado de gente
—En 1922 hice mi primera exposi- normal. A ver si es posible.
ción pictórica en el Ateneo, pero poco
después, por problemas de salud, tuve Después hablamos de su poesía, y me
que vivir en las sierras de Guadarrama dio la impresión de que Rafael Alberti
y Rute, donde empecé a escribir mis no se interesaba demasiado por lo que
primeras poesías. Por ellas, recogidas estaba escribiendo en este presente de
bajo el título de «Marinero en tierra», la transición democrática. Por lo menos,
me conceden el Premio Nacional de a mí me habla de su poesía pasada como
Literatura (1924-1925). Entonces me di si fuese la más representativa:
cuenta de que ya tenía una profesión,
cosa que hasta el momento no había —Mi poesía de juventud fue una apli-
ocurrido: ya era poeta, solo poeta, pero cación consciente de la tradición po-
no era poco. Claro que mi popularidad pular, con un predominio buscado de
era escasa, por no decir nula. Además, la imagen, muy en la línea de la poesía
estaba Federico García Lorca, que nos de vanguardia. En «Sobre los ángeles»
eclipsaba a todos. (1928) se manifiesta la cri-
«Con la sis del final de la juventud,
Sin duda, la figura de República está escrito en la línea del
García Lorca no ha dejado empezará mi surrealismo poético y nos
de crecer desde que lo ma- ofrece una visión caótica
taron, en Granada, en los poesía del mundo. Y con la llegada
primeros días del alzamiento revolucionaria, de la República empezará
franquista. Por eso me atrevo que se hará más mi poesía revolucionaria,
a preguntarle a Alberti cuál combatiente» que se irá haciendo más
cree él que hubiera sido el combatiente en la Guerra
futuro personal y poético Civil. Luego vendrá la
de Federico si hubiese sobrevivido a la poesía del exilio donde se ahonda aún
Guerra Civil. más la visión revolucionaria, en la que
el destino personal y el colectivo me
—Esto me lo he preguntado yo a mí preocupaban en la misma medida.
MARTINA MISER
mismo muchas veces y no encuen-
tro respuestas categóricas, pero no Repaso estas palabras y hoy creo que
sería descabellado pensar que, dado
que Federico no tenía ideas políticas
son un perfecto análisis diacrónico de
la poesía de Alberti. Difícilmente se
EL ÁNGEL ÁNGEL
arraigadas, y dado que él, por su propio podría concretar su evolución poética Y el mar fue y le dio un nombre ¡Ay niña, no te la manche
carácter, era un tanto ingenuo, habría de forma más clara y precisa. Por algo y un apellido el viento la tinta del calamar!
de ser tentado por los fascistas para ser es él quien ha escrito esa obra, hoy ya y las nubes un cuerpo
integrado en su redil. Seguro que lo in- un tesoro de la poesía española. Solo me y un alma el fuego. ¡Qué blancas tus manos, niña,
tentarían. Otra cosa es que Federico se quedaba, y así lo hice, agradecerle su tra- La tierra, nada. que te vas sin suspirar!
aviniese a integrarse, porque aun sin bajo literario, felicitarlo por su entereza Ese reino movible,
tener ideas políticas, era un hombre y compromiso con la causa popular, y colgado de las águilas, ¡Ay niña, no te las manche
de bien y un demócrata, que no olvi- desearle que su estancia entre nosotros no la conoce. la tinta del calamar!
daría con facilidad la destrucción de sea para él feliz, pacífica y fecunda. Nunca escribió su sombra
una República que a él le ilusionaba, Alberti (1902-1999) murió 19 años la figura de un hombre. ¡Qué blanco tu corazón
y tanta gente muerta como trajo el después de esta entrevista. Sus cenizas y qué blanco tu mirar!
levantamiento militar. fueron esparcidas en el mismo mar de La niña que se va al mar
su infancia. ¡Ay niña, no te los manche
El poeta se acomoda en el sofá, recorre ¡Qué blanca lleva la falda la tinta del calamar!
con la mirada el amplio ventanal del > Xosé A. Ponte Far la niña que se va al mar!

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