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Dios slo mueve las potencias destas almas para aquellas que conviene segn

la voluntad y ordenacin de Dios, y no se pueden mover a otras; y as las


obras y ruego de estas almas siempre tienen efecto. Tales eran las de la
gloriossima Virgen nuestra Seora, la cual, estando desde el principio
levantada a este (tan) alto estado, nunca tuvo en su alma impresa forma de
alguna criatura, ni por ella se movi, sino siempre su mocin fue por el
Espritu Santo
San Juan de la Cruz ensea que el estado de unin transformante se
alcanza cuando el amor es perfecto
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. Si Mara estuvo en este estado desde el
inicio, esto significa que el amor de su Corazn Inmaculado fue perfecto
desde el principio. Y dado que el amor puede continuar creciendo, qu
intensidad tendra su amor al final de su vida, cuando su Hijo la asumi en
cuerpo y alma al cielo! La inhabitacin de la Santsima Trinidad obtiene su
mxima perfeccin posible en la tierra cuando el alma llega a la unin
transformante, y Mara siempre estuvo en este estado. Cmo ser la unin
entre la Santsima Trinidad y la Virgen es algo imposible de expresar!
San Juan de la Cruz afirma claramente es que desde el inicio de su vida Mara
fue elevada por Dios al estado que los dems santos alcanzan como su meta en
algn momento de su vida. Ella no tuvo que pasar por el proceso de
purificacin, por las noches. Fue toda pura desde el inicio.
En los Romances sobre el Evangelio de San Juan (nn.8-9), clave bblica de
toda la doctrina de San Juan de la Cruz en la perspectiva de la historia de la
salvacin, la Virgen aparece en el esplendor de su comunin con la Trinidad,
en su privilegio y misin de ser Madre del Verbo Encarnado, en la aceptacin
y consentimiento de la obra de la redencin; la Virgen Mara es testigo del
misterio, "Madre graciosa" que trae en sus brazos a Dios, Esposa-Iglesia y
Humanidad en la que se han consumado los desposorios de Dios con el
hombre: "abrazado con su esposa, que en sus brazos la traa".
Lucas 1,39-48

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