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El Otro A lo largo de la historia de la Antropologa, la cuestin del otro siempre cumpli un papel protagnico, sin embargo, ste nunca

ha sido definido o caracterizado de forma precisa sino que cada corriente e incluso cada autor ha tendido a reconocer distintos otros. Considero, entonces, que aquello que reconocemos por el otro est complejamente relacionado con la visin que tenemos del nosotros. En este sentido, otros-nosotros conforman categoras complementarias que lejos de excluirse entre s, se necesitan mutuamente. Siguiendo con esta lnea de anlisis, el otro no aparece en la escena slo como objeto de estudio de una determinada disciplina sino que se remonta a todas las pocas y sociedades, es decir, siempre que exista un nosotros, debe existir necesariamente un otro. Dependiendo del contexto, entonces, se ir moldeando la relacin con aquello que se constituye o bien como lejano y extrao o como cercano y amenazador. En este marco, la antropologa de las ltimas dcadas, habiendo agotado ya el estudio de sociedades exticas y lejanas en tiempo y espacio, fue redireccionando su objeto de estudio hacia un otro mucho ms prximo, de tal forma que el deber del antroplogo parte de construir tericamente dicho objeto. Sin lugar a dudas, este nuevo paradigma tiene un costo bastante alto y se relaciona con el problema de cmo lograr la objetividad. Si el otro ya no viene dado temporal y espacialmente, entonces al construirlo quedan develados los intereses del investigador. Para concluir, de esta manera, creo que la relacin entre nosotros y el otro es para la disciplina un planteo de fondo. Siendo conscientes que no podemos seguir el modelo de las Cs Naturales para definir la neutralidad y la objetividad de nuestros estudios, es necesario explicitar que la construccin del otro se realiza partiendo del hecho de que como investigadores sociales somos sujetos inmersos en relaciones que nos afectan tanto como a nuestros sujetos-objetos de anlisis.

Melisa Escosteguy

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