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A. En las intoxicaciones:
1. Exógenas, por ejemplo, en las formas graves de intoxicación por el
plomo o benzol, en que pueden observarse mielocitos.
2. Endógenas: en las acidosis diabética o urémica.
A. En La anomalía de Pelger, como hallazgo asintomático de distribución
familiar y hereditaria, sin importancia clínica. Se caracteriza por la
persistencia indefinida y de grado invariable de La «desviación a la
izquierda» que alcanza a veces el 50 % de los neutrófilos.
Es una falsa «desviación», pues los núcleos sólo en su forma son parecidos
a los juveniles mientras que su estructura es madura, o aun envejecida.
B. En ciertas hemopatías: es frecuente en las agranulocitosis. También en la
anemia aplásica y en la policitemia. La leucemia mieloide aleucémica puede
aparecer solamente como una «desviación a la izquierda» en el
hemograma.
En la mononucleosis infecciosa puede registrarse neutropenia con
desviación a la izquierda.
C. En ciertas neoplasias sobreinfectadas (Ward) o cuando existen, metástasis
óseas, especialmente con invasión medular y salida de mielocitos.
DESVIACIÓN A LA DERECHA
(hipersegmentación nuclear)
La mayoría de polinucleares presentan más de tres lobulaciones. Ocurre:
1. En la anemia perniciosa. Dato de interés diagnóstico en las fases de
remisión de la enfermedad.
2. Hípersegmentación constitucional hereditaria, anomalía rara, no patológica.
homocigota o heterocigota.
3. En las reacciones mieloides de las sepsis, excepcionalmente, pues casi
siempre determinan desviaciones a la izquierda.
4. En afecciones hepáticas, ocasionalmente, si existe deficiencia de folatos,
por ejemplo, en las alcohólicas.
5. A veces, en la leucemia mieloide, en la aplasia medular y en la intoxicación
por gases.
6. En la agonía (Hittmair).
LINFOPENIA
Sólo tiene interés la absoluta, es decir, con cifra normal de leucocitos o con
leucopenia. En las leucocitosis una linfopenia relativa es un fenómeno
correlativo a la neutro- Elia y su equivalencia, sin interés, por lo tanto, por sí
misma. En general, aparece linfapenia en todas las situaciones de estrés:
sobrecargas corporales, crisis dolorosas intensas, postoperatorio inmediato,
parto, primera fase de infecciones, etc.
1. Existe una alinfocitosís congénita en los síndromes de aplasia del
sistema linfático, algunos asociados a agamrnaglobulinemia (v.
“Síndrome de inmunodeficiencia”).
2. Linfopenia infecciosa.
a) En las infecciones inmediatamente después del acceso febril o durante
los accesos en que no existe una leucocitosis acentuada. En la gripe no
complicada, la linfopenia es un síntoma típico y completamente
constante en los primeros días, segimn Massini. Luego se pasa a una
linfocitosis progresiva que persiste durante la convalecencia.
b) En los procesos sépticos graves y con signo de derrumbamiento de las
defensas. De pronóstico muy grave suele ser el brusco descenso de
linfocitos durante la hiperleucocitosis séptica (Schilhing).
c) En las formas malignas de fiebre tifoidea.
d) En la tuberculosis miliar en fase avanzada, a menudo con leucopenia
acentuada.
Algunos clínicos consideran improbable el diagnóstico de tuberculosis
miliar si falta la linfopenia.
e) En la fiebre del cieno.
f) En el sarampión al brotar el exantema.
MONOCITOSIS
Indican reacción del “sistema mononuclear fagocítico”, que comprende
también los macrófagos hísticos, por migración de los monocitos. Estos
macrófagos se fijan a los endotelios de los sinusoides y ello dio lugar al
concepto de sistema reticuloendotelial (SRE). Se habla de monocitosis por
encima del 10 % en la fórmula, o más de 1,000/mm 2 en cifras absolutas.
Aparece preferentemente en procesos subagudos o crónicas y en la fase de
defensa de los agudos.
Falsas moriocitosis:
1. En la “mononucleosis infecciosa”. Se descarta que se trate de
verdaderos monocitos, de ahí el nombre ambiguo: se les llama
“linfomonocitos” y son grandes mononucleares hiperbasófilos; en
realidad hoy se sabe que son linfocitos T reactivos, atípicos (virocitos).
Suele comenzar por una fase neutropénica y luego el número de
leucocitos asciende progresivamente hasta cifras elevadas (30.000 o
más). Se confirma por la reacción de Paul-Binnell.
2. En las infecciones por citornegalovirus (“síndrome de mononucleosis por
cítomegalovirus”), frecuente linfocitosis absoluta o relativa con
abundantes linfocitos atípicos. Clínicamente parecida a la
mononucleosis infecciosa. Hay que sospecharla en transfundidos, gran
cirugía (trasplantes. etc.) y SIDA.
3. En la toxoplasrnosis adquirida existe una “linfomonocitosis” con linfocitos
atípicos, junto a la poliadexiopatía, faringitis, fiebre y astenia. El
diagnóstico es serológico.
4. Infecciones con rnonocitosis. En la “segunda fase, de vencimiento o
defensa”, de muchas infecciones agudas, según el esquema de
Schilling. Presentan monocitosis sin leucocitosis:
MONOCITOPENIA
La absoluta se afirma por cifras inferiores a 200/mm3. Aparece en clínica:
1. En las infecciones agudas.
2. En las situaciones de estrés.
3. Por administración de corticoides a dosis altas o prolongadas. También en
tratamientos con citostáticos.
4. En distintas hemopatías: leucemias agudas, tricoleucemia y a veces
granulocitosis.