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horas del nuevo da eleva al cielo su verde cantar, y por eso mi espritu levanto para dedicarle mis versos y mis acentos tersos. Nuestro rbol nacional -deca mi abuelo Juan-, nos prodiga su sombra sin igual y los quetzales a su seno van. Y es que la ceiba con su sombra a las alegras nombra, y no es de extraar que una sinfona de sus ramas brote cada da.
Poema: A La Ceiba Por Rafael Mrida Cruz-Lascano Meridiano: A LA CEIBA Burilo en tu corteza mi regin, Como el aire que cruza la campia. Y se me figura una religin que cincel a mano mi mismo Dios, su sinfona en llanto de redis su danza en el viento hace una cancin. Oh Ceiba! Vuestra hermosura no engaa; as como le das sombra al viajero y una nevada flor para la araa asimismo ofreces nido al jilguero, majestuosa sombra la tierra baa vigorizndola cual jardinero, profuso vegetal es tu vestido en donde florece lo ya vivido.