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ICHINEN

¿Dónde estabas allá por 1999? ¿Cómo eras? ¿Quiénes eran tus amigos?
¿Cuáles eran tus sueños y esperanzas? Si alguien te hubiera preguntado en
aquel entonces: ¿Dónde estarás en 2009? ¿Qué hubieras contestado? ¿Estás
hoy donde deseabas estar?

Pero mucho más importante es saber si estas preguntándote “¿Cómo voy


a vivir los próximos diez años de mi vida? ¿Cómo voy a vivir hoy, para crear el
mañana con el que estoy comprometido? ¿Qué me voy a proponer a partir de
ahora? ¿Qué acciones puedo emprender hoy mismo para que configuren mi
destino futuro? Ahora es el momento de diseñar los próximos diez años de tu
vida, y no una vez que hayan transcurrido. Debemos aprovechar este
momento.

En esencia, para dirigir nuestras propias vidas debemos hacernos cargo


del control de nuestras acciones. Lo que configura nuestra vida no es lo que
hacemos de vez en cuando, sino lo que hacemos en forma consistente,
constante, vale decir, LA ACCIÓN. Pero… ¿Cuál es la esencia de la acción? La
respuesta es el poder de la determinación. Todo aquello que sucede en tu
vida, comienza con una decisión y el destino de cada uno configurado en ese
momento de decisión. Esa es precisamente la etimología del termino budista
ICHINEN: “Un instante”. Las decisiones que estas tomando ahora mismo,
cada día, no solo configuraran la forma en que te sientas hoy, sino también
aquello en lo que te convertirás en los próximos diez años y mas.

Y si así lo decidimos, podemos transformar nuestras vidas en una


verdadera obra de arte. ¿Cómo? Simplemente tomando hoy mismo las
decisiones acertadas de cómo queremos vivir de ahora en mas. Y si no tomas
hoy esas decisiones, entonces ya has tomado de algún modo una decisión
negativa, por que no decidir es dejarse dirigir por las circunstancias en lugar de
configurar tu destino. Toda la vida puede cambiar en un solo día: es el día en
que decidas no simplemente lo que te gustaría tener en la vida o aquello en
lo que desearías convertirte, sino en quien te comprometes a ser, hacer y
tener en tu vida ( en ese orden y sin saltearse ninguno). El ichinen, entre “lo
que me gustaría” y “lo que realmente estoy dispuesto a hacer para llevar a
cabo ese cambio”, marca la diferencia. Por que muchas veces decimos: “Me
gustaría ganar mas dinero o tener tal o cual trabajo” o “tener una mejor
comunicación con mis hijos”. Y hasta nos animamos a decir…” Deseo el Kosen
Rufu (paz) del Mundo…” “Quiero transformar mi medio ambiente…”, etc. PERO
ESA CLASE DE AFIRMACIONES DEBEN IRA COMPAÑADAS DE UN GRAN
COMPROMISO… En ellas solo afirmamos una preferencia, no una
determinación. No son más que débiles oraciones que ni siquiera contienen
la fe necesaria para emprender ningún cambio. Uno, no sólo puede decidir con
que resultados quiere comprometerse, sino también la clase de persona que te
comprometes a ser. Lamentablemente en lugar de eso perdemos mucho
tiempo buscando justificaciones: no alcanzamos los objetivos o no vivimos la
vida que deseamos por culpa de cómo nos trataron nuestros padres, o debido
a la falta de oportunidades durante nuestra juventud, o a la educación que no
recibimos, o por que somos demasiado viejos, o demasiado jóvenes… Todas
estas cosas no son más que excusas limitadoras y destructivas. Son un
contrato con la infelicidad y la insatisfacción.

“Por el contrario, utilizar el poder de decisión frente en nuestra practica,


nos proporciona la capacidad para arrollar cualquiera de estas excusas que se
nos interpongan en el camino y cambiar lo que debemos cambiar tan sólo en
un instante” (ichinen). Tu vida cambia en el mismo instante en que tomas una
decisión nueva, co
ngruente y comprometida frente al Gohonzon: es precisamente de eso
que trata la oración, ni más ni menos. La verdadera oración actúa como
movilizador de nuestra vida, es el poder que enciende el proceso de convertir
lo invisible en visible, lo imposible en posible, la derrota en triunfo. Las
verdaderas decisiones son catalizadores que transforman nuestros sueños en
realidad. No es tan importante saber cómo vas a alcanzar un resultado: LO
IMPORTANTE ES DECIDIR QUE ENCONTRARÁS UN CAMINO A TRAVÉS
DE LA PRACTICA. Pero la mayoría de nosotros no sabemos aún que significa
tomar una decisión, todavía no nos damos cabal cuenta de la inmensa fuerza
de transformación que genera una decisión congruente y comprometida. Y en
parte, esto se debe a que nos hemos habituado a usar la palabra decisión de
una manera tan imprecisa que ha terminado por significar algo así como una
lista de deseos. Tomar una verdadera decisión significa comprometerse en
lograr un resultado, un objetivo, consecuencia de una cambio interno, y
descartar cualquier otra posibilidad que no sea esa.

Existe un impedimento final para ejercer este poder infinito de la


decisión, y es que debemos superar nuestro temor a equivocarnos. Sin duda
que nos equivocaremos, pero tendremos que aprender a superarlo,
aprendiendo de nuestros errores y hacer surgir nuestra sabiduría en lugar de
autoflagelarnos. Cualquier persona que concretó prueba real, que concretó su
objetivo, lo hizo por que tomó más decisiones que los demás, fue contundente.
En efecto, si emprendes acción diez veces al día, mientras otros actúan
solamente una vez al mes, por así decirlo, ¡habrás acumulado diez meses de
experiencia en un solo día!

En los momentos mas difíciles, recordemos que un retraso en el logro


de nuestro objetivo no implica un fracaso, lo que parece imposible a corto
plazo finalmente se logra si se persiste en ello. Es decir que para triunfar
debemos pensar en forma consistente a largo plazo. Estos altibajos o “rachas”
no son más que etapas comparables a los cambios estaciónales, y ninguna
estación dura eternamente, sino que toda la vida es un ciclo de siembra,
maduración, descanso y renovación. Nichiren Daishonin dice: -“Los que creen
en el Sutra del Loto son como el invierno que jamás deja de convertirse en
primavera. Nunca he visto u oído que el invierno retroceda y se convierta en
otoño”. Parece una sencilla frase que enuncia algo obvio, pero en realidad esta
sometiendo a prueba nuestra convicción en el Gohonzon. Al igual que sabemos
que luego del invierno viene la primavera, ¿vivimos cada instante de nuestra
vida con la convicción de que estamos construyendo de manera inexorable una
primavera para nosotros y los que nos rodean?

Son nuestras decisiones, y no nuestras circunstancias, las que


determinan nuestro propio destino. Una decisión verdaderamente
comprometida frente al Gohonzon es la fuerza que cambia nuestras vidas. Y
se trata de un poder que tenemos a nuestra disposición en cualquier
momento, ¡siempre y cuando decidamos utilizarlo!

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