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tes WJvews & cle Teodvacvon Uclerana @oor) €4- Uvser Corn. eee Gboez Contere Maria del Carmen Africa Vida laramonte TVRADUCIR EN EL, SIGLO XXI: NUEVOS RETOS DE LA IGACION TRADUCTOLOGICA INV Asi que estoy realmente enamorado de las iplabrss, y como alguien enamorado de las ‘palabns, las trazo siempre como cuerpos que contienen su propia perversidad. Jacques DERRIDA! Traducir es, qué duda cabe, una de las actividades mas apasionantes que pucte realizar el ser humano, por- que traducir es hablar, y habl refl inherente a nuestra naruraleza, ‘Traducis ionar sobre cémo viaja el gnificados ex hablar des palabras en o' palabras con el fin de liberar rodas las posibilidades a ign otra manera, respetando orredad, respetando la alencia pero sabiendo, al mismo tiemp que és a, por imposible, que siempre sor una accién imper! ¢ quedara fragmentaria, ta imposibilidad de quedar que sic! 0 fuera, oculto, que explica su nawur intactos tras el vigje?. Traducir es amar el lenguaje traducir c vida misma, porque vivir « anuncia Llufs Duch en su M ° Derrida, 1990, p. LI 2 Gentaler, 2008, p.2 76 MARIA DEI. CARMEN APRICA VIDAL CLARAMONTE Cada acto de nuestra vida es una traducci6n, una re-pre- senracién de la realidad, una interpretacidn de lo que el otro nos quicre sransmitir, un hacer con las palabras para hacerlas explotas, y para que, asi, lo no verbal apa- rezca en lo verbal’. ‘Traducir quiso ser, en un primer momento de la tra- dactologfa, una busqueda de la Equivalencia absoluta, una sustitucién perfecta de un término por otro’ que planteaba la palabra como unidad de traduccién: era la busqueda de la univocidad, de ce traduccién de un texto, era la época del prescriptivismo, de la traduccion como ciencia, De ahi se pasé a considerar el texto como unidad de traduccién, mientras James Holmes, ya en 1972, publicaba su renovador ensayo titulado «The Name and Nature of Translation Studies», con el que se iniciaba la corriente descriptivista y consideraba la traduccién como una disciplina independiente, donde importa macho el proceso, el producto y la fun- cién de la traduccién en la cultura témino, y donde la definicién de traduccién es un término relativo?, El concepto de equivalencia, entendido en su sentido mas tradicional, iba tornandose cada vez més difuso (se transforma cn «matching», para decirlo con Holmes) hasta Hegar a la definicién de craduccién, ya clasica, que da Gideon Toury*: traduccién es lo que en la oura cultura «is regarded as translation from the intrinsic point of view of the target system». A Ja par que la > Derrida, 1990, p. 10 * Catford, 1965. > Genrrler, 2008, p. 2. © Toury, 1980, p. 73. FRADUCIR EN FI. SIGLO Xb: NUFVOS RETOS. ? fscuela de ‘Tel Aviv (nacida de la mano de lamar yen-Zohar), desarrollan sus teorias en Bélgica y los Paises Bajos, aparte de Holmes, nombres tan relevantes como Raymond van den Brocck y André Lefevere en la era etapa. me eure empieza a ser la unidad de traduccisn, lo gue convierte a la traductologia en un campo epistemo- l6gico apasionante, porque incorporar la cultura es dat un wuclco, es pasar a considerar la craduccién como mucho mas que simplemente hacer buen uso de un dic- Gionario, nos alerta Susan Bassnett”. Y, en este sentido, uno de los libros més in:eresantes de la década de los ochenta es sin duda la entologia que Theo Hermans citulé significativa y provocativamente The Manipula- tion of Literature (1985), en cuya introduccién se afirma, nada menos, que traducir implica, inevitable ‘mente, manipulat, Efectivamente. los afics ochen del siglo xx, gracias s de muchos mis, posibi duccién a las selevantes aportaciones como Bassnett, Toury, Herm posibi litaron el paso de una aproximacién a la traduccién més formalista a una vision de la misma que subrayaba Ja s mas amplias como el con- texto, la historia y la culwra. Del debate sobre fa fideli dad en traduccién o sobre la importancia yc) signifi- importancia de cuestion cado del término «equivalencia», se paso a preguntas que redefinian el objeto de estudio de Ia disciplina: what is studied is text embedded within its neework of both source and target cultural signss’. De hecho 7 Bassnett, 1980. ® Bassnert y Lefevere, 1990, p. 1-12. — 78 MARIA DEL CARMEN AFRICA VIDAL CLARAMONTE tal y como advierte Edwin Genvler’, durante los afios ochenta y noverta del siglo xx hubo dos cambios importancisimos en la teoria de la traduccién: el cambio de las teorias que ponian énfasis en cl texto origen a otras que propugnaban la importancia del texto de lle- gada y la metamorfosis que supuso en toinar en conside- racién Los factores culturales ademas de los elementos lingiifsticos. Asi las cosas, comienza a verse la traduccién como una actividad no acutral y potencialmente peligrosa en la que entran en juego preguntas como quién clige al traductor y por qué, 0 qué hay detrds de la decisién de traducir una determinada obra o un determinado autor y no otro, Se trata de una aproximacién en la que el tra ductor est4 inmerso en complejas negociaciones de poder (en su labor como mediador entre culturas) que implican una constante reescritura del original. A teéri- cos de la traduccién como -Lefevere, Bassneit, Snell: Hornby, Hermans y tantos otros, empiezan a no darles miedo palabras como manipulacién o subjetividad, y empiezan a considerar que cada traduccién es un texto diferente igual al original, porque ambos son, como cualquier texto, heteroglésicos y dialdgicos. Cada pala bra que traducimos nos obliga a reflexionar sobre su devenis, sobre su arqueologia y su genealogla, sobre cémo ha Llegado a ser lo que es, sobre «las huellas y mar- cas de otras vidas que conforman la suya... Entonces, n siquiera es suficiente con subrayar que no hay palabras aisladas, que su vida comporra la de otras tamtas y sus avarares. Fl munde de las palabras oftece los espacios de % Geneales, 2001, 8. 70, TRADUCIR EN EL SIGLD XXl: NUEVOS RETOS. 79 consoscio convenientes, las remisiones, las idas y veniclas adecutadas para toda una cohorte de relaciones. F, incluso, es el propio mundo de la palabra el que més act de su reduccién al entorno lingiistico, cuaja ya expe- riencias en las gue las circunstancias de vidas vividas adoptan la forma de su propia lingitisticidad porencial ropicia .. . es cuestién de liberar en cada palabra esas posibilidades de vida, de espacio, de reereacién en las que desafiarse y, quiz’, respirars"®. La del traductor con- remporineo esté lejos de ser, como la llama Steiner, una conciencia monéglota y monocultural. Leer una traduccidn implica ofr varias voces a la vez (la del autor original, la del traductor, las de los muncos que nos gritan desde el texto). Y por eso en los noventa el llamado giro cultural de la traduccién! nos hizo cons- cientes de la importancia del contexto socio-politico y de cuestiones idcoldgicas y de manipulacién que estén El giro era ope- tes acto de traducis siempre presentes en cl acto de traduci cia un craductor «wh hacia un modelo p rates from a position of plurality and who carries our a sponsibilicy»®, En ‘, por- role that is charged with immense se torna visible! estas circunstancias, el traductoi que ya no es un personaje secundario sino un reescri tor!®. y Ja uaduccién ¢s mayimiento, cambio!®, ele ™ Gabilonda, 1999, p. 55 Lefevere y Bassnett Bassnert, 1999, p. 215. * Bassett, 1999, p. 213. ' Bassnett, 1994; Venti, 195. © Lefevere, 1992. "© Lefevere y Bassnett, 1930. 80 MARIA DEL CARMEN AFRICA VIDAL CLARAMONTE mento desmembrador que rompe la unidad ideolégica del texto’, desacralizacién'® y decanonizacién’? del ori ginal, critica de los tradicionales privilegios epistemolé- gicos del mismo”, comunicacién en la que interfieren telaciones de poder! y desconstruccién de cualquier tipo de oposicién binaria esencialista El giro cultural nos ensefé que la traduccién no es reproduccién fie ni neutral sino un acto deliberado de posicionamiento ideolégico”, y que por lo tanto tene- mos que mirar el lenguaje con espiritu critico, porque es uno de los instrumentos de poder més peligrosos que tiene en su mano el hombre, dado que a través de los signos circula nuestra manera de ser, el Poder y el afin de dominacién, La traduccion puede Hlegar a usarse, desde esta nueva perspectiva, para resistirse a determina- das construcciones sociales, para introducir nuevas ideas y para cuestionar el status quo" Las palabras tienen cuerpo, por eso el lenguaje que utilizamos cs portador de hucllas y vidas previas. Cada palabra que clegimos al eraducir irae consigo los crazos de otras rantas cargadas igualmente de historias prodi- giosas que hay que liberar. Cada narrativa se va configu- rando con Jas que se construyeron en el pasado: de hecho, cualquier narrativa, desde la historia de Ja inva- Godayol, 2000, p. ™ Tefevere, 1982. ” De Man, 1986 " Koskinen, 1994. » Bassnett y Trivedi, 1999, Tymozcko, 2003. % Gentaler, 2008, p. 3. TRADUCIR EN EL SIGLO XI: NUEVOS RETOS. 81 sidn de la guerra de Irak hasta la de Ia evolucién de la humanidad, circula en muy diferentes versiones, algunas en franca contradiccién con las otras, y el hecho de que una comunidad especifica valores més una narrativa que otra hace que las cosas cambien de forma espectacular El sentido es hoy algo emergente y recreado sin cesar, como corresponde al continuo cambio de las condicio- nes en que sc descnvuelve: «las palabras poseen un pasado que las configura a modo de cicatrices o adhe- rencias, pero estan abiertas a una resemantizacién per- manente al integratse en textos diversos que las transfor man y revitalizan a la ver... el lenguaje no esté hecho para reflejar el mundo sino para construir interpretacio- nes acerca de él. Interpre:aciones cambiantes, histéri mente tevisables, es decir, connorativas. La denoracién pura es una ilusiém; por eso, vel significado lingiifstico ser4 esencialmente connorativo, es decir, intersubjerivo, pragmatico y adaptado a la situacién. ‘Todo intento d lo como i presenta rento univoco y estable, espe- cularmente fiel a una realidad gue pretende aparecer como objetiva, cumple una funcién ideolégica, es decir, tiende al mantenimiento del orden existente. Pues si se considera cl lenguaje como un mecanismo que tefleja la uctura de la realidad, es decir, como esencialmente denorariva, se esta bloqueando toda posibilidad de que la construccién de es los hablante: intervengan 1 dad, transformando el estado de cosas cso, desde esta perspectiva, traducir es plantearse «the igente vagaries and vicisitudes of the excercise of power in a ™ Meix 1994, p. 194-196 82. MARIA DEI.CARMEN AFRICA VIDAL CLARAMONTE sociery, and what the excercise of power means in terms of the production of culture, of which the production of translations is a part» Y cs precisamente esta vision de la traduccién, que incorpora conceptos como el de a microfisica del Poder de Michel Foucau't, el de ideologia en el gentide de Lefe- vere o el del traductor como lector de Hans-Georg Gada- mer, por citar sdlo algunos, la que ha dado pie a la cor truccidn de teorfas tan interesantes como las tcorias postcoloniales de la traduccién (que tiene en Niranjana, Cheyfitz, Venuti, Robinson, Bhabha, Spivak, Berman 0 Bassnett algunos ce sus representantes més ilustres) © las teorias feministas (Godard, Lotbiniére-Harwood, Simon, Levine), que han hecho correr rios de tinta, porque incorporan a la investigacién en traduccién «broad questions about iccology, ethics and cultures”® Las teorias de la wraduccién del siglo xx1 tean como prioridad la equivalencia ni fa consccucién de rerio abs Wa alcanzar un buen t término”, porque la actividad que lleva a cabo cl wraduc- tor refleja [a conexién intrinseca con problemas que pre~ ocupan profundamente a la sociedad contemporanea desde la cucstién de las migraciones y de las identidades 0 se plan- un hito 0 nacionales hasta otras como el problema de los margenes (cuando contrastan con lo Mismo, en terminologia fou- caulltiana), de la resistencia o de la hibridacidn: en todos esos casos, la traduccién no representa un fendmeno puramente lingiiistico sino una tealidad, une necesidad, Lefevere y Bassnett, 1990: % Bassnett, 2007. p. 14 * Cronin, 2000 y 2003; Gentzler, 2001; Hardwick, 2000. TRADUCIR EN EL SIGIO XI: NUEVOS RETOS. 83 gue participa intimamente de ka formacién de las identi- dades culturales, en la cual también tienen mucho que decir, por supucsto, las instituciones politicas y sociales n no se que representan a los pucblos. 1a traduec entiende, pues, como un mero trabajo intelectual sino como un problema ético, como posibilidad para la hos- pitalidad lingtiistica®, para la acogida (Duch), ¢ incluso también para el conflicto”, porque uraducir es interac- cionar culeuras cuya relacién entre sf no es, la mayorla de las veces, igualitaria sino que, especialmente cuando la traduccién se plantea entre una lengua occidental y otra que no lo es, se trata de una relacién desigual, asimétrica, de un acto de apropiacién, como una colisién que, si no se trata con cuidado, puede llegar a fijar «a mould fashio- ned by the superior powers*. Asi, traducir «is not simply an act of faithful reproduction bur, rather, a deliberate and conscious act of selection, assemblage, structuration, and fabricati tion, refusal of information, c rion of secret codes. In these ways translators, as much as cacative writers and politicians, participate in che power- ful acts that create knowledge and shape culture», La traduccién en el siglo Xx1 es una condicién permanente del ser humano que se refleja en una prictica discursiva gue revela los miiltiples signos de kx polivale que esttn construidas las culturas® a —and even, in some cases, of falsifica- erfeiring, and the crea- cia con la Ricoeur 2005, 2 Baker, 2006, ® Bassnert, 2007, p. 20. | Tymocrko y Gentaler, 2302: xxi » Gentaler, 2008. 84 MARIA DEL CARMEN AFRICA VIDAL CLARAMONTE, BIBIIOGRAFIA BaKER, Mona: Translation and Conflict. Londres 2006. BASSNETT, Susan: Translation Studies. 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Helena Cortés Gabaudan LA TRADUCCION DE LA FORMA LIVERARIA L LA ‘TAREA DEL TRADUCTOR Grande es el éxito de cue gozan hoy en dia los con- bre traductologia, ain mas en reso! Espafia, en donde fa creacitin de la reciente titulacién de articulos y fibro Tiaduccién y las correspondientes faculrades bs gene ntifico rado a su ver una gran demanda de un tema que por lo visto habla gran necesidad de cubrir o descu brit, Esta proliferacién de duceién no deja de ser congresos sob josa, si se tiene en cnenta que Ja tarea de la traduccién y la reflexién sobre la misma es como la propia historia del hombre jan descubrir al algo tan antiguo ca y en realidad pocas cosas nuevas se p la traduce! respecto. Lo que pasa es que hasta tenfa, por lo general, el tango de una simple actividad prdctica y necesaria, pero sobre la que no merecfa la 14 elevando a pena hablar mucho, mientras ahora se la dignidad de ciencia académica, Algo parecido ocurtis Helena Cortés Gabaudan LA TRADUCCION DE LA FORMA LITERARIA ueuos Gut» de Wedvecién Li hevade (2008) Al Uyser. Com. Sauier Gerre2 Montero 1, LA TAREA DEL TRADUCTOR Grande ¢s el éxieo de que gozan hoy en dia los con- gresos, arciculos y libros sobre traductologia, avin Espasa, en donde la creacién de la reciente titulx ‘Traduecién y las correspondientes facultades han gene- rado a su yer una gran demanda de un tema cientifico que por lo visto habia gran necesidad de cubrir 0 desc brit, Esta proliferacién de congresos sobre temas de tr2- duccién no deja de ser curiosa, si se tiene en cuenta que ta tarea de la traduccidn y la reflexidn sobre la misma es algo tan antiguo casi como la propia historia del hombre ¥ en realidad pocas cosas nuevas se pueden descubrir al Fespecto, Lo que pasa es que hasta ahora Ia traduccién fenfa, por lo general, el rango de una simple actividad Prictica y necesaria, pero sobre Ia que no merecia la Pena hablar mucho, miencra 5 la estd clevando a la dignidad de ciencia académica. Algo parecido ocurrié ® 88 HELENA CORTE S GABAUDAN y ides tan creativas como ef Arte y no esti muy claro que haya més o mejores artistas desde que la pincura o la escultura son disciplinas que se aprenden en la universidad. Es més, aunque obviamente hay deter- minadas técnicas que deben aprenderse en algtin lugar, posiblemente el exceso de teorfa y de cientifismo de que siempre hace gala la academia pueda tener efectos perni- ciosos sobre la creatividad artistica, Es pues de temer que pase otto tanto con In traduecién y es nuestro deber teflexionar sobre el rumbo que queremos que tomen los estudios de Filologia y Traduccién de nuestro entorno, ya que se observan algunas tendencias preocupantes, En efecto, a la hora de establecer algiin tipo de teorfa para esta nueva ciencia traductolégica, es muy notable fa confusién que se establece casi siempre entre dos tipos de area absolutamente diferentes y que deberiamos dejar claro que son incomparatles: nos referimos a fa traduccién puramente técnica —que es, hasta cierto punco ensefiable, como se piieden ensefiar las distintas técnicas para pintar licnzos o paredes— y a Jn traduc- cién literaria, una actividad mucho mAs creativa y que no se puede ensefiar mediante técnicas y mucho menos através de la teoria dle In traducc’én, Por otra parte se ha establecido una suerte de pugna técita y completamente absurda entre las disciplinas complementarias y a veces indistinguibles de la Filologfa y la Traduccién y en ciet tos sectores parece atisbarse la rendencia de ciertos #% ductotes titulados a expulsar a los fildlogos de su area 0 versa; ahora bien, si esto es ya de por si absurdo e” general, si de lo que hablamos en concreto es de la te duccién literaria se convierte sencillamence en abe rrante. En este sentido, resulta bastante paradéjico 4° ya con activid: = LA TRADUCCION DELA FORMA LITERARIA 89 Jos congresos y publicaciones sobre traduccién de .os liltimos afios le den canta cobertura y espacio a la tra- duccién liceraria, cuando precisamente es una rama de Ja traduccién que s6lo tiene un reflejo anecdético en os planes de estudios de las nuevas titulaciones de Traduc- n, Io-que quiere decir que, en consecuencia, los nue- vos licenciados en Tiaduccién no reciben una adecuada preparacién para abordar la traduccidn literaria, aunque sus maestros, muchas veces procedentes de la Filologin, pucdan haberla renido, Conviene dejar claro cul debe ser el perfil ideal de un traductor literario, aunque desde luego es abvio que las mas de las veces los buenos tra- ductores literarios son los que no han adquiido esa for- macién especifica en la universidad, sino a través de las propias lecturas, la formacién artistica, el ejercicio cor mundo de la escritura, el conocimiento del mundo y, en definitiva, la cultura y la sensibilidad hacia la lengua en general, y Ja macerna en particular, algo que sencilla- mente no se puede ensefiar en ningiin lugar. Pero, aiin sabiendo esto, si a modo de juego absolutamente tedr.co nos atenemos a la formacién cientifica que preferible- mente deberfa adornar al buen traductor literario, es claro que dichos conocimientos estan mds cercanos a lo ue se ensefia en las facultades de Filologia que a lo cue se ensefia en las de Traduccién, La Teorla de la traduc- cidn puede tener algunos efectos pedagdgicos como abrirle los ojos del novato traductor, hacerle ver las difi- cultades a las que se enfrenta y muchos de los vicios en que se puede incurrir al waducir textos literarios, es decir, tl vex pueda ensefiar a diagnosticar el mal (a saber cet una valoracién de una traduccién), pero dificil- mente puede ensefiar a traducir bien, 90 HIELENA CORTES GARAUDAN !L'TRADUCTOR COMO INTERPRETE I Como ejemplo priictico de las innumerables dificul- tades a las que se puede ver enfrentado un traductor literario y del enfoque absolutamente variopinto y per sonal con que tiene que abordar su tarea, vamos a basarnos en estas paginas en nuestra propia experiencia durante nuestro trabajo de traduccién de la obra de Goethe Fansio!. Pero no vamos a entrar en los tipicos casos de dificultad que brinda cualquier trasvase de tn texto, sobre todo si es literario, y de las que Fausto por su extensién y complejidad aunda en ejemplos, y mucho menos a clasificatlos en la actual jerga traducto- Jégica con expresiones de perogrullo, que hacen sonrcit a cualquier tiaductor avezado, como «amplificacién», wreduccién», emodulacién» 0 «dificultades para trasva- sar references culturaless. Porque lo que queremos con- tar aqui son las dificultades inherentes a este texto en particular como obra de arte sixgular ¢ isrepetible que pone a su eraductor ante ka necesidad de inventar recur- sos creativos propios para reproducir hasta un punto siempre muy limitado lo hecho por el autor. Conviene sefialar, que aunque estemos reivindicando la faceta creativa del traductor literario no pretendemos proc mar que el traductor sea eqnivalente al artista mi mucho menos, pero si que al menos debe ser un buet intérprete y que es por eso por lo que no podré ni deberd haber nunca dos traducciones iguales de mismo texto como no puede haber dos ejecuciones " Dicha traduccién —ya en prensi— vent lan en la editor «le Madrid en 2008. LA TRADUCCION DE. LA FORMA LITERARIA 3 iguales de una misma pieza musical (los utopistas de la traduccidn automética tienen aquf nuestra respuesta a su suefio). Cuando se eraduce un texto literario se hacen al menos dos cosas: se interpreta su contenido (es decir, se realiza la exégesis y hermenéutica del resto, especialmente complicada si se trata de textos con cierta entidad filos6fica) y se interpreta st forma esté- tica (esto ¢s, se intenta reproducir sus efectos plisticos); ahora bien, puesto que, como sabemos, la clésica dife- rencia entre fondo y forma es en realidad una argecia desfasaca para facilitar el analisis (y, desde luego, muy itil desde un punto de vistn pedagégico), ya que en tuna obra de atte literaria esas dos facetas son algo inex- ticable c indivisible, estamos diciendo que el traductor es en iltima inseancia un intérprete toral de la obra, que reeseribe el texto base y hace una obra_nucva. Guardar el diftcil equilibrio entre la debida fidelidad al original y Ia necesidad de la creatividad propia, es lo que distingue a los buenos eraductores de los menos buenos. Y no existen normas previas. En algunos textos predominaré la labor de exégesis del contenido y en otros se hard mucho mas necesaria la reescritara de su forma plistica. En algunas partes del texto la fidelidad ala letta deberd ser total mientras en otras deberd pri- mar una cierta libertad creativa que reprodurce el estilo, A todos nos parece muy normal alabar a deter- minados intérpretes musicales por ser capaces de expre- sar con sensibilidad y personalidad propia una ebra frente a otros que nos parecen grises y carentes de vida, Y no reparamos lo suficiente en que es exactamente lo mismo que le pasa al traductor literario, aunque éste tikimo no se gane el prestigio de las masas como cl 92 HELENA CORTES GABAUDAN mitsico, Esta es también In diferencia entre el copisca de tun museo que, si es bueno, es capaz de reproducir en su caballete el cuadro que tiene delante con increfble perfeccién fotogréfica pero sin que su exactitud sea capaz de emocionar nunca al espectador, frente al buen intérprete de arte que sabe explicar Ia obra artistica o reinterpretarla (por ejemplo el buen cicerone del museo que abre esa obra a nuestros ojos por primera very logta que nos hable el lienzo). Bs justamente esta labor de buen gufa del museo la que debe distinguir al buen traductor literario del simple copista: en efecto, en la ttaduccién literat‘a, correccién no es nunca equi yalente de calidad, pues todos sabemos que una traduc- Gién perfectamente «correcta» puede ser al mismo tiempo una pésima traduccién, plana, gris, sin vida, que sencillamente ha matado el texto. Y es que pot corteccién entendemos sdlo la capacidad para trasladat Jas palabras de un idioma a otto sin cometer crrores, lo cién del inductor téenico: cual es bisicamente la aspi ahora bien esa perfeccién técnica, Ia del buen copista, no suple de ningiin modo la parte artistica. El waduc- tor literario debe intentar abrir esa obra de arte textual ante su piiblico, debe ser capaz de lograr que se con- vierta en un objeto de arte vivo y no en un mero caleo muerto de algo ya pasado. Y esto es algo quue muy pocss veces se logra y nunca para todo el conjunto de ka obr# traducida, ;Por qué? Porque no existen teorfas ni reels cuya aplicacién facilite ni un Apice esca tarea (o las que hay, son meras verdades de perogrullo que no merece? comentario). Porque la parte artistica del texto licerario es, en sf misma, singular ¢ irrepetible, tan solo imirable con mejor o peor fortuna: i) ucuas Rakes Ide todvcerén bead a (200%) ANsor | Com. Jove! Gore erlero “La levee labda d< lo Vodvecbn | Aurelia Gamoree | Il, PLACERES DE LA TRADUCCION He eserito también all p i experiencia traductor es por la calidad de mis la aficién que le tenge incipio de estas lineas que es de aficionada. No sé si lo dducciones, pero sf lo es por proceso de traduccié LA LENGUA MiFIDA DE LA TRADUCCION 5 duda la tvaduccién me repovta placer, y ese placer es podiico y de creacién. Pero creo que ese placer se des- dobla en otro que no desdefio: un placer de orden inte- lectual. ‘Todo traductor que se confronca a ur pro- blema de traduccién adquiere un saber analitica de ka lengua que podria dar lugar a matices; la traduccién se convierte posesidn: cl craduetor posee al texto que ha de traducit més que ningtin lector, lo posee en un sentido casi fisico, Ia intcligencia —es decir, la interlectua, la lec ura de su interior— lo penetra en sus calidades y en sus renuncias, La fase analitica de la traduccién de poe- sla me interesa mucho: cuando, por ejemplo, me lleva a descubrir que la escritura de Cioran tiene casi un cardcter oral, O cuando al craducir sclecciones de poe mas pertenccientes a poetas diferentes, la contigiiidad de unos con otros evidencia no sélo sus diferen 58 AMELIA GAMONEDA campo, Ambos —el riesgo y ol desafio"'— estin en ork gen provocaclos por la propia natcraleza de la lireratura, que es fa tinica de las artes que pose raductibilidad ‘Teneo de su propio macerial compositivo, Una traduc- billdnd restringida, pues no hay equivalencias toraes ce significado entre los significances de las dlistintas len. gains. La imprecisién de los cfleulos que hay que fer ver en ef crasvase de una fengua 2 otra es lo que desaffa a} waductor: lo desaffa en el cerreno de una eficacia que ho esti reglada, y que le hace correr riesgoss y ésta es un tlferencia. esencial con, por ejemplo, el ejercicio de srmonfa o de transporte (transposicibn) que hace el Tatsieo, y que, dentro de su complejidad, sf pose reglas determinadas a priori. El craductor, como mucho, jnventa las suyas propias, reglas que, ademas, no son ‘vilidas mas que para una traduccién, Se arriesga a equ vyocarse, acepta el desafio que supone ese riesgo. Tos desafios del tiaductar van hacia su propio texto, pero eambién van hacia el texto de oFigen. Mejor d Feo de partida es fa inconfesable vocaciin def trade tor, ys bajo su servicial apariencia de dependencia del texto original, el uaductor se midle con él y fabula la tendicién del cexto de origen ante el texto. ce destino. Origen y destino: dos palabras que le vienen al pelo et gu ensonacidn heroica, La rradhccidn tiene algo de ges? agénico en el que se dos idiolectos. Lucg® ae la fectura reposada, vend el recuento de fas gna tas y las pérdidas, una evaluacidn que suele reponet al traductor en la modestia necesaria. afrenta TTF pine capt de bo Pal Roc Se son Bageak 2004) ae ata «Diet boniew de a ration ell LA LENGUA BIFIDA DE LA'TRADUCCION, ” Pero en el acto de eeaduccién, los momentos de megalomanta vienen a menudo ne del enfrentamien:o de textos sino de la superposicién en una sola cabeza del pensamiento en dos Fenguas. Pensar en das lenges al tiempo o poscer dos lenguas en una sola (fisica), pro duce un desdoblamiento del lenguaje que conduce al desdoblamiento de la realidad: es como comprender el mundo desde dos posiciones distintas o mirar un paisaje desde dos perspectivas simultineas. Se da aqui lo que podria llamarse un placer de ampliacién de las froneeras de lo real por medio del lenguaje. Es la amplificacién de} pensamiento la que provoca esta viskén poliglrica de la realidad, y por ello cl traductor percibe esta experienc ‘como intima y dificilmente comunicable a la ver. que le parece ejercer sobre cll cierta capacidad de control, A yeees el trachctor esta cerca del desvarfo, Poseer, por asi decirlo, una lengua bifida capaz de pronunciar dos discursos a un tiempo, encandila a ls propia boca que los pronuncia, Bien es certo que, en tina lengua bifida, partida por la mitad, hay siempre wa hhendidura por In que se puede escapar una parte de Ia poesfa cuando pa conocida nisima de Robert Frost, el poeta estadouni- dense, que «la poesta es aquello que se pierde en la tra ade wna mitad a la ocra. Ya decia ba dduecidnys In posta es quiz eso que se escapa en Ia hen didura que separa las dos lenguas, pero Ia poesla es también lo que se crea en la lengua en fa que habla fa traduccidn: la lengua bifida del cracluctor deja Poesia del original a través ch sla hhendidura, pero la deja caer dentro de su boca, donde la reconoce, la degusta, It ie propia mezclindola con sus Mluidos y ka devuelve a a segunda mitad de su lengua como eracuceién, oo AMELIA GAMONEDA Hay que precisar, sin embargo, que el ductor (y en particular del wradueror de poesia) no es mismo que ef del incéxprete, pues al craductor le ¢la tiempo a percibir durante su cjezeicio la distancia exis tente entre las dos lenguas, mientras que el intérprete se haya inmerso en wn vaivén que funciona por auromatis- mos, Mi corta experiencia de interprecacidn se resume ten tna sensacidn de enajeramiento, en un estado simi- lar al de un arrebato de la aanciencia, en el que Tas capa- Gidades intelecttales funcionaran por st solas; en la incerpretacion me parece que se tetinen dos extremos: el de control megalémano con el de descontrol més alie- ante (dichos sean estos érminos sin asomo de énimo peyorative). La experienda de Ja traduecién literati twcrita es diferente, porque su sempo permite una activie dad analitica que dlescompone los ingredientes de ese aparente sincretismo de lenguas. En la traduccion, Ia tconciencia es capaz de presenciar (y razonar) su: propio urebato, Y, en la traduccién de poesfa, tras presenciarlo y tazonarlo, la conciencia traductora decide dejar de serlo para convertitse en conciencia poética, Naval de Fradvacron ingles - Caste Wano JS bdlorel Lopez Gui Jocarclone Hureth Walleonsoa Cd. Gedisa. 4) U \ Sobre la relacién entre teoria y praxis, Louis G. Kelly ha afirmado que, si la traduccién hubiera dependido de la teoria para su super- vivencia, se habria extinguido muche antes de Cicerén.2% Nada més cierto. Las relaciones entre una y otra constituyen una sucesion de desconocimientos mutuos, roces y malentendidos, Por un lado, los traductores han sido poco dados a dejar constancia de sus experien- cias y, cuando lohan hecho, pocos han pasado del nivel empirico, Por otro, la gran mayoria de la teorizecién —su crecimiento ha sido exponencial a partir de mediados de siglo— ha procedido de literatos traductores y, sobre todo, de profesionales de la academia con una experiencia en ocasiones marginal omuy acotada. Desde cl punto de vista del traductor profesional, 1a especulacién tedriea, tal como se practica mayoritariamente hoy, es percibida como dotada de un Ienguaje y unas preocupaciones muy alejados de los propios. Si bien el traductor profesional se equivocé al rechazar en bloque todo el conjunto por considerar que nada en él puede serle de utilidad alguna, su postura resulta més comprensible cuando se constata la ‘magnitnd de la jungla bibliografica que ha proliferado en las Wltimas décadas. A ello deben aftadirse las actitudes un tanto presuntuosas por parte de algunos tedricos académicos que han considerado que straduccién» era sdlo lo que ellos postulaban como tal —a veces una definicion bastante reductora— y que sélo era posible llevar = cabo con éxito dicha actividad si se eceptaba su rnarco metodolégico concreto, Semejante postura es sinilar a la que afirma que el conocimiento de la métrica permite hacer buenos versos y no deja de tener cierto aire de familia con lo que pensabs el sefior Jourdain, que no concebia que pudiera hablarse en prosa sin saber lo que era shablar en prosa» Ee indudable que el taduetor se equivoen. La traduccion os un proceso de toma de decisiones en el que hay que valorar y elegir entre diferentes opciones, que podrén ser 9 no las més adecuadas en cada 104, Lovis Q. Kelly, The True Interpreter, Basil Block well, Oxford, 1978, p. 219. 164 Manual de Traduecidn Inglés-Castellano ocasién, pero sobre todo que permiten y condicionan a su vez nuevas opciones, y para las cuales constituye una inestimable ayuda la sistematizacién. Coma justificacién cabe arglir que las condiciones en que se ve obligado en ocasiones a realizar su labor no favorecen en absoluto una reflexién generalizadora por encima del nivel de la practica inmediata ni la tarea adicional de intentar desbrozar pautas précticas en las densidades de unas teorias que muchas ‘veces no lo tienen en cuenta. No es cierto, sin embargo, que el traductor empirico carezca de ‘una teorfa; parafraseando a Gramsci, podria decirse que todos los traduetores son tedricos. En la medida en que sus elecciones son justificables, soria posible dotarlas de coherencia y presentatlas de forma sistematizada. Este deberia ser uno de los objetivos de la teoria. ¥ quiz resida aqui una de las claves de Ta incomprensién mutua entre teGricos y practices. La disciplina, al establecerse académicamente a mediados de este siglo, recibié una fuerte i fluencia del campo de I lingitistiea, y a ello se sumaron las grandes expectativas desplegadas en torno al naciente campo de la tradue- cin eutomética. El resultado de la combinacién entre intereses académicos, lingiiisticos ¢ informaticos fue que se hizo un especial énfasis en el nivel normative (el cémo tiene que ser) en detrimento del nivel descriptive (el eémo es). Perpetuando ast el abismo entre traduet6logos y traductores. Dos tipologias de la reflexién sobre 1a traduceién Cuando las obras sobre traduccién presentan un estado de la cuestién de la teorfa, suelen limitarse a un campo muy especifico, el de los desarrollos académicos con un fuerte peso de la linguistica y 1065. Hasta hace edlo muy poco ge he hosho caso omivo de la neflexiin ce Coserit ‘asf como pars construir le teorfa del hablay hay que observar a los hablantes, pat construir fa teorfa de la teadueeiéa hatria que observar a los traduetoress. (Lo ferroneo y lo acertado en la toorfa de la traducciéns, trad, Marcos Martinez Hernénder, EU hombre y su lenguaje, Madrid, Gredos, 1985, p. 216) | Aportes de la teoria excluyen cualquier otro tipo de aportacién. La ventaja de Ia propues- ta de clasificacidn histérica de George Steiner (After Babel, 1975, 1992) es que amplia ese horizonte y divide la historia de la reflexién sobre Ia traduccign en euatro perioios. La etapa empiricayen la que Ja foflexin su trabajo Cates Nagee Gel omtioe sel aoe ce desde los romanos hasta los-cdment&rios de Holderlin sobre su traduccion de Séfocles, pasando ‘pir los traditetores’ biblicos, los franceses Du Bellay y Huet 0 los ingleses Chapman, Dryden, Pope y Campbell, hap) SSGA. Intend. s_T La segunda gi, ama lj horiteh@utica, ode refloxién filos6fico-filologjeas én élla la natwraleza de la traducci6n se plantea enel dabei nasampiio del peebleniad det ‘Afosofia y det lenguaje » también ge leva s bo una isorografa dela tradueion Se inicia con el ensayo de Schleicrniat het UST); que bre Ja reflexion sobre Jo que significa «comprende:» un texto, En esta etapa se plantea la pregunta sobre la posibiidad de la traduceién y surgen grandes debates entre literalistas y «naturalizadores». Entre. los ‘autores de este perfodo se enenentran Schlegel, Humboldt, Goethe, Schopenhauer, Matthew Arnold, Peul Valéry, Ezra Pound, Walter Benjamin y Ortega y Gasset. Bl perfodo finaliza eon el libro Sous Vinvocation de Saint Jérome de Vakéry Larbaud (1946), La tercera etapa es Ia etapa Hinguistica, marcada por el desarrollo de la lingttistiea y la teoria de la informacién (Saussure, Hjclmsiev, Jakobson, Sapir, Whorf), la aparicién de estudios sobre la traduecion automatica (Academia de Ciencias de la Union Soviética, MIT) y In profesionalizacién de la traduccién (Federacién Internacional de Intérpretes y Traductores |1955}, revista Babel, asociaciones profesionales, Facultades de Tradue cidn ¢ Interpretacién). La tltima etapa, la etapa actual, se inicia en los afios sesenta y se caracteriza por ol renacer de las investigaciones hermenéulicas comoresultadodelasinflueneias de Fenjamin, Heidegger y Gadamer, Ja frustracién de las esperanzas suscitadas por la traduecién auto- matica y el desarrollo de la gramatiea generativa impulsora de una nueva disputa entre «universalistas» y «relativistas», Se trata de tuna etapa en Ia que empioza a dominar la interdiseiplinariedad: relaciones de la traduecién con la lingiistica sistémica (Halliday}, Ja linguistica aplicada (Catford), la estilistien comparada (Vinay y Darbelnet), la sociolinguistica (Nide y Taber) o la hermenéutica (el propio Steiner), entre otros, mente del

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