Me rehuso a olvidarte, es eso lo que pasa en la estancia del mundo que creamos, ese pedazo imaginario extraido del

cotidiano de tierra donde nada pareca tener fi n, nada quera dejar de ser posedo, atrado, apreciado, pues todo simplemente caa en el abismo de nuestra mirada. Recuerdo sentir tu piel y me pregunto si algn dios tendr la delicadeza de recrear su perfeccin o solo quedar en mis recuerdos, solo en aquellos momentos en que dejar explotar los sentidos era la ley y el centro del universo se trasladaba al punto en que nuestros labios se cruzaban, justo all do nde las caricias retumbaban en el vaco de nuestro encuentro, aquel clido lugar que dilatara el tiempo