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inFÁRMAte, año 2, número 9, septiembre-octubre 2006

¿Pensar por pensar?


Jesús Sampedro J.
Estudiante de Lic. en Química, Universidad de las Américas Puebla, México.
yeshuaw@hotmail.com
Cuántas ocasiones en nuestra vida diaria se nos presentan situaciones,
problemas, dilemas o encrucijadas en las cuales debemos tomar decisiones,
plantear posibles soluciones o resolver realidades; sin embargo en qué nos
basamos para llegar a lo anterior, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos, y si
ésto es correcto.
El pensar es la actividad más primordial del ser humano, es el motor que
hace girar la evolución humana, desde los primeros humanos explorando y
descubriendo las maravillas del mundo que tenían frente a sus ojos, pasando
por los antiguos filósofos griegos, que se cuestionaban y reflexionan del por
qué de las cosas; posteriormente la edad media donde lo único cierto y
verdadero era el poder que los reyes y señores feudales ejercían sobre su
pueblo. Luego el Renacimiento y la Ilustración, donde los humanos se guiaban
por la razón y eso era lo primordial en sus vidas. Llegando al siglo XX donde el
desarrollo tecnológico explotó de una manera extraordinaria, aplicando los
conocimientos adquiridos a resolver problemas de carácter comunicativo, de
salud y económicos. Finalmente nos encontramos en el siglo XXI, ¿cómo
pensamos?, ¿en base a qué emitimos nuestros juicios?, ¿pensamos mejor que
nuestras generaciones pasadas?
Hoy en día, para la mayoría de las personas el pensar correctamente,
sin prejuicios ni egocentrismos, les es muy difícil, hemos dejado a un lado la
reflexión, la autocrítica, el ser objetivo al momento de pensar y hemos hecho
del pensar una simple actividad mecánica. Cómo resolver esto, volviéndonos al
buen pensar o mejor dicho al pensamiento crítico (PC). Para la mayoría de la
gente le parecería un concepto nuevo y tal vez extraño pero desde el
nacimiento de la ciencia esto se ha a aplicado, aunque lo hemos dejado e
inclusive olvidado, pensando que para nuestro mundo cotidiano esto no se
aplica. Pero ¿cómo saber si lo anterior es cierto o no?, primero sabiendo qué
es el PC, como nos comentan el Dr. Richard Paul y la Dra. Linda Elder: “el
pensamiento crítico es el modo de pensar - sobre cualquier tema, contenido o
problema – en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al
apoderarse de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a
estándares intelectuales” (Mini-guía para el pensamiento critico, 2003) .
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Pero ¿cuáles son estas estructuras del pensamiento que someteremos a


estándares evaluativos apropiados para poder determinar el valor verdadero de
algo? Cuando pensamos debemos tener un propósito, sino nuestro
pensamiento no tendría sentido, este propósito (pregunta) parte de un punto de
vista basado en supuestos, los cuales son inferidos a través de interpretar
datos, hechos y experimentos, con la ayuda de las teorías, axiomas, leyes y
conceptos. Los supuestos entonces responden a la pregunta, resuelve
situaciones o problemas, lo cual conlleva implicaciones y consecuencia (Paul y
Elder, 2003, pag.13). Como nos podemos dar cuenta las ocho estructuras
básicas o elementos del pensamiento son: propósito, parte de supuestos
formulación de preguntas, uso de información, uso de conceptos,
inferencia, provoca unas implicaciones y encierra un punto de vista.

Retomando la definición de pensamiento critico, ya conocemos cuales


son esas estructuras inherentes, pero ¿cuáles son esos estándares
intelectuales? Como bien sabemos las estructuras son inherentes, por lo cual
siempre van a existir, pero cómo saber si estas estructuras son correctas o qué
tan eficaces son. Para ello tenemos estándares universales que nos ayudan a
medir la calidad de nuestro razonamiento. Primero nuestro razonamiento debe
ser claro, es decir, entendible no confuso, segundo debe ser exacto (libre de
errores) que no existan errores y que sea cierto, tercero es la precisión –
exacto en el nivel de especificidad (detalles) – cuarto relevancia, es decir, que
tan relacionado esta con el tema o problema, quinto profundidad – en que
medida resuelve o contesta la pregunta en toda su extensión y complejidad,
sexto amplitud, toma en cuneta todas las perspectivas y abarca todos los
puntos de vista, séptimo lógica, es decir, si el conjunto de ideas no se
contradicen tienen sentido, octavo importancia, son estas las ideas más
importantes o son triviales, noveno justicia, es decir, no es egocéntrico sino que
representas los puntos de vista de otros justamente (imparcialmente).
Como pudimos darnos cuenta, el pensamiento critico no sólo es
aplicable a resolver problemas o alguna circunstancia; sino también puede
usarse al escribir, ya que un buen escritor siempre escribe con un propósito,
usa información… y encierra un punto de vista, al mismo tiempo que evalúa lo
escrito a través de los estándares universales y esto lo podemos identificar
cuando leemos lo escrito por el autor y esto a su vez nos ayudará a tener una
mejor comprensión y entendimiento acerca de lo que el autor quiere
transmitirnos y además podemos evaluar nosotros mismos la calidad de lo
escrito.
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Podemos ver que el pensamiento crítico es una herramienta


poderosísima si sabemos utilizarlo adecuadamente. No importa a qué nos
dediquemos si somos estudiantes, profesionistas, investigadores, todos sin
excepción podemos utilizar el pensamiento crítico.
Así que el pensamiento del siglo XXI va a ser el crítico, con un
razonamiento evaluado por los estándares universales y regido por un buen
juicio.
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Pensando críticamente en la vida cotidiana


Yenisei Arvea Jiménez
Estudiante de Lic. en Ciencias Farmacéuticas, Universidad de las Américas Puebla, México.
yaj34@hotmail.com

Todos los seres humanos tomamos decisiones, creamos proyectos,


analizamos datos, descubrimos nuestra naturaleza, resolvemos problemas,
fijamos metas; en una palabra pensamos.

El pensar está incluido en todas nuestras actividades cotidianas, está


implícito en todos nuestros actos y es indispensable para vivir; sin embargo,
pensar no es solamente una transmisión de señales neuronales a través de
nuestro cerebro; pensar requiere un razonamiento conciente, que sea dirigido,
regulado, disciplinado, y corregido, para que éste deje de ser un acto común y
se vuelva un pensamiento crítico.

El pensamiento crítico como definición ha sufrido una serie de cambios a


través de los años y pensadores como Scriven, Paul, Metes, Tama, Chance,
entre otros, lo han criticado y analizado en sus distintas publicaciones; sin
embargo, siempre ha conservado la esencia de ser un proceso disciplinado de
conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar, interpretar y evaluar nuestros
propósitos, preguntas, información y puntos de vista de tal forma que podamos
actuar de una manera más informada. Cada uno de estos autores tiene una
definición propia para el pensamiento crítico; sin embargo, quizás la que
encierre mejor su esencia sea la de Chance que lo define como “la habilidad de
analizar hechos, generar y organizar ideas, defender sus opiniones, hacer
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comparaciones, hacer inferencias, evaluar argumentos y resolver problemas”


(1986, Thinking in the classroom: A survey of programs, p.6) ya que es una
definición sencilla que se enfoca directamente en los objetivos del pensamiento
crítico y nos permite entenderlo más fácilmente.

Una vez teniendo un ligero acercamiento a la esencia del pensamiento


crítico, sería bueno preguntarnos el por qué de su existencia o de dónde
proviene. Para saber esto, quizás no sea tan necesario remitirnos a la historia
sino más bien a las actitudes que a veces tomamos o que a veces toman las
personas que nos rodean. Sería bueno preguntarnos ¿qué tanto analizamos
las situaciones antes de tomar una decisión?, ¿qué tanto nos informamos
cuando queremos emitir una opinión al respecto de un hecho o idea?, ¿qué tan
capaces somos de escuchar, analizar y respetar las opiniones de otras
personas? y ¿qué tanto analizamos lo que escuchamos, lo que leemos y lo que
pretendemos aprender? Es posible que las respuestas varíen en el caso de
cada persona, pero generalmente es difícil encontrar personas que realmente
lleven a cabo todas estas cosas. Ahí podríamos encontrar la razón de ser del
pensamiento crítico que pretende acostumbrarnos a llevar a cabo todas estas
acciones tanto en nuestra vida cotidiana como en la solución de problemas aún
más complejos.

Pero ¿qué ventajas nos puede dar el pensamiento crítico? Se podría


decir que el pensamiento crítico es una teoría muy bien estructurada ya que
consta de una gran cantidad de elementos que nos pueden ser de mucha
utilidad. Estos elementos podrían tomarse incluso como una secuencia de
pasos a seguir para desarrollar un verdadero pensamiento crítico. Primero se
debe establecer el propósito del pensamiento, después definir el problema o
pregunta que se desea responder, posteriormente recopilar toda la información
que sea posible obtener para después pasar a interpretarla; esta interpretación
de la información nos ayudará a llegar a conclusiones y conseguir la solución
para el problema o la pregunta en cuestión basándonos en conceptos y teorías
ya establecidos y considerando los supuestos existentes para terminar
tomando en cuenta todos los puntos de vista que puedan existir al respecto.
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Por último, es necesario considerar todas las implicaciones y consecuencias


que nuestra decisión puede traer consigo. Todos estos elementos deben ir
unidos a los llamados estándares intelectuales universales que consisten
principalmente en claridad, exactitud, precisión y relevancia (Paul, Richard,
Mini-guía para el pensamiento crítico, 2003, p. 5). Una vez considerando todos
estos elementos y logrando desarrollar un verdadero pensamiento crítico nos
daremos cuenta de que somos capaces de analizar e interpretar mejor la
información que tenemos, evaluar las situaciones que vivimos, hacer más
eficiente nuestro aprendizaje y solucionar de una manera más adecuada
nuestros problemas.

Quizás la única desventaja que podríamos encontrarle al pensamiento


crítico es la gran complejidad con la que está desarrollado, pero realmente vale
la pena tratar de comprender cada uno de sus elementos y hacernos
concientes de lo necesario que es adoptarlo en nuestra vida diaria. Sobre todo
en la etapa que estamos viviendo, ahora que somos estudiantes es quizá el
mejor momento para quitarnos esa apatía mental que a veces nos caracteriza y
empezar a convertirnos en verdaderos pensadores críticos, de tal forma que en
nuestro futuro como profesionistas e investigadores podamos ser capaces de
desarrollarnos mejor en todos los ámbitos de nuestra vida y así lograr el éxito
que muchos deseamos.
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Los pasos hacia el pensamiento crítico


Alejandra Salazar Morales
Estudiante de Lic. en Ciencias Farmacéuticas, Universidad de las Américas Puebla, México.
alejandra.salazarms@udlap.mx
Es lógico que como seres humanos estemos pensando todo el tiempo, sin
embargo, no siempre estos pensamientos y razonamientos se sustentan de
información objetiva. Muchas veces basamos nuestro pensamiento en lo que
nos conviene, nos gusta o simplemente en lo que queremos y creemos. Sin
embargo, es importante que entrenemos a nuestra mente y la acostumbremos
a pensar de una forma crítica para con ello lograr una mejora en la calidad de
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pensamiento y, por consiguiente, en nuestra calidad de vida. La forma de lograr


esto es por medio de la práctica, utilizando los elementos del pensamiento y los
estándares y características intelectuales universales.

Los elementos del pensamiento son ocho. Primero, debemos aclarar


nuestro PROPÓSITO procurando que éste sea significativo y realista,
posteriormente vamos a formularnos la PREGUNTA o PROBLEMA que
queremos aclarar en relación a nuestro propósito, no siempre va a haber una
respuesta correcta para este punto. Después, tratamos de definir SUPUESTOS
y determinar si son justificables o no, para posteriormente identificar la
PERSPECTIVA desde la que estamos haciendo nuestro razonamiento,
también debemos tomar en cuenta otros puntos de vista. A continuación,
debemos de identificar la INFORMACIÓN que apoye y que no a nuestras
afirmaciones, esto con el fin de que nuestro razonamiento tenga una
justificación. Al llegar a este punto es importante que comprendamos cada uno
de los CONCEPTOS clave con respecto al tema para tener un mejor
entendimiento de éste y verificar que no los utilicemos erróneamente. Es
importante notar las IMPLICACIONES y CONSECUENCIAS de nuestro
razonamiento, tanto positivas como negativas para finalmente obtener una
INTERPRETACIÓN. En la interpretación debemos de juntar todo lo obtenido
durante este procedimiento para poder llegar a una conclusión totalmente
justificada.

Los estándares intelectuales universales sirven para cerciorarnos de que


hemos aplicado correctamente los elementos del pensamiento. La CLARIDAD
y la EXACTITUD con la que podemos expresar a otros nuestro razonamiento
son indicativas de qué tan auténtico es éste. La PRECISIÓN es qué tan
específico es nuestro razonamiento ya que las imprecisiones indican que hay
un razonamiento incompleto. Nuestro pensamiento debe de ser RELEVANTE,
PROFUNDO Y AMPLIO después de haber seguido correctamente los
elementos del pensamiento y debe de tener una LÓGICA, esto quiere decir que
debe de haber una relación entre lo que digo primero y al final.
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Las características intelectuales esenciales son la HUMILDAD; porque


nuestro conocimiento tiene límites y por tanto no debemos pretender saber más
de lo que realmente sabemos, ENTEREZA; debemos de reconocer que todas
las ideas son interesantes a pensar de que no nos sintamos atraídos a ellas,
EMPATÍA; para ponernos en el lugar de otro y poder aceptar más fácilmente su
punto de vista, AUTONOMÍA; que nuestras conclusiones sean realmente
analizadas utilizando evidencias y razones, INTEGRIDAD; debemos de ser
honestos en nuestro pensar y predicar con el ejemplo, PERSEVERANCIA; para
poder superar cualquier obstáculo que se presente, CONFIANZA EN LA
RAZÓN; ya que de esta forma logramos pensar de forma lógica E
IMPARCIALIDAD; porque hay que tratar todos los puntos de vista de igual
manera.

Al utilizar los elementos del pensamiento continuamente se puede lograr


desarrollar una costumbre de siempre estar analizando nuestros
razonamientos, con el fin de que éstos estén fundamentados y no sean
egoístas al sólo incluir nuestro punto de vista. Si desarrollamos los estándares
intelectuales universales será más fácil poder seguir los elementos del
pensamiento y con el uso de las características intelectuales universales
podremos no sólo conseguir una mejora en nuestro pensamiento, sino también,
en nuestra calidad como seres humanos. Como pensadores críticos debemos
de aprender a manejar los elementos del pensamiento basándonos en los
estándares intelectuales universales y en las características intelectuales
universales para poder tener un mejor resultado en nuestra vida y poder ayudar
en la de otros.

BIBLIOGRAFÍA

Paul, R. y Elder, L “La mini-guía para el pensamiento crítico, conceptos y


herramientas”. Fundación para el pensamiento crítico, EUA, 2003.
Disponible en: www.criticalthinking.org
Paul, R. y Elder, L ”Como estudiar y aprender una disciplina”. Fundación
para el pensamiento crítico, EUA, 2003.
Disponible en: www.criticalthinking.org

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