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Universidad Pontificia Bolivariana Pneumatologa Elver Arenilla

Espritu Santo en el Evangelio Segn San Juan

En los escritos del Nuevo Testamento en especial en el Evangelio Segn San Juan, especficamente, en los captulos 13 al 17; se da a conocer cul es la misin del Espritu Santo para poder adentrarse cada vez ms en el plano de la pneumatologa. Ciertamente los pasajes entre los acontecimientos de la ltima cena, el anuncio de la traicin de Judas y los discursos de despedidas, la venida del Parclito y la oracin sacerdotal. Por consiguiente la misin primordial del Espritu Santo en hacer creer que el Hijo es enviado por el Padre para que le conozcamos y confesemos, adems l es el Defensor (14,16) de los discpulos ante el mundo que los acusa e incluso estar con ellos (14,17). De igual modo es el Espritu quien le ensear y recordar todo con respecto a la enseanza del Maestro (14,26), sin embargo, el oye (16,13), ensea (14,26), comunica (16,13) y dar testimonio a favor de Jess (15,26-27); evidentemente l explicar todo a los discpulos, pues, es el Consolador. Tambin hay que destacar que es el Espritu quien guiar hasta el conocimiento verdadero (16,13) y les comunicar, hablar todo lo que debe que suceder (16,13), pues, estos sern llevados ante los tribunales y el mundo los odiar.

En la cita bblica del Evangelio Segn San Juan 16, 8 es el Espritu el que convencer en lo que concierne al mundo, a la justicia y sobre una sentencia; por ende va a revelar y comunicar. El Espritu tiene la accin de glorificar a Jess (16,14). Por tanto l mora en los discpulos, es el Defensor, el Consolador y ante todo dar testimonio de Jess y ensear todo a los discpulos, pues, ste est en ellos. El Parclito prometido viene en ayuda de los que Jess ha amado y de todos aquellos que creen por la predicacin de estos. Guiando ante todo a la unidad y al amor mutuamente mense los unos a los otros (13,34) siempre traer consuelo a los corazones que estn turbados. El Parclito est siempre con los seguidores de Jesucristo y mora en nosotros. l es el Espritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce (14,17).

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