El emperador romano Septimio Severo quiere abrir una investigación secreta s
obre los cristianos, pues esa secta está creciendo desmesuradamente, sus miembros se salen del ejército romano y además teme una revolución, pues dicen que su fundador está vivo y vendrá a instaurar su reino. Algunos emperadores anteriores fueron tolerantes con los cristianos y otros les persiguieron, pero Severo no sabe qué hacer al respecto y quiere saber hasta dónde el peligro de revolución es real y si son ciertos los rumores que circulan en el pueblo sobre los cristianos , sobre todo los rumores de que su líder está vivo y vendrá para derrocar el impe rio, si sus prácticas religiosas, que realizan en casas particulares, son incestuosas y sangrientas.
También quiere saber el emperador el significado de ciertas imágenes encontradas
recientemente en las secciones cristianas de los cementerios romanos, como imágenes de pastores, pavos reales, naves, banquetes o anclas. Además está interesado en conocer la realidad de las acusaciones de ateismo que los grandes intelectuales del imperio han formulado sobre los cristianos, ya que es una acusación muy seria que puede poner en peligro el imperio y enfadar a los dioses. Y no es un buen momento para no tener a los dioses del lado del imperio, ya que está rodeado de enemigos bárbaros.
Al emperador le urge un informe serio y riguroso sobre los cristianos .
Para ello quiere que Constancio, un senador de su confianza lo elabore y presente a finales de año, después de haberse introducido en la secta como espía. El senador, dada la envergadura del trabajo, requiere la ayuda de su mujer Julia, su hermano Maximino y su mujer, Irene y dos buenos amigos: Claudia y Lucio. Deben darse prisa, ya que queda poco tiempo para elaborar el informe para el emperador y a Septimio Severo le gustan las cosas bien hechas. Ánimo y empieza tu trabajo como... espía de los cristianos.