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Direccién ANTONIO MARTINEZ TEIXIDO ENCICLOPEDIA del Con la colaboracién de José Romero Serrano y José Luis Calvo Albero Esta obra ha sido publicada con la ayuda de la Direccién General det Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educacién, Cultura y Deporte, en el aio eurapeo de las lenguas Este bro ay podra ser reproducido, ni tozal ni parcialmente, sin el previo petinise escrito del editor Todas los derechos reservados © por la direccitn, Antonio Martinez Teixids, 2001 © colaborsdores, Jose Romero Serrano y Fasé Luis Calvo Albero, 200! © Editorial Planeta, S. A., 2001 Cossega, 273-279, 08008 Barcelona (Espasa) Disefio de la cubierta: Departamento de Diseiio de Editoria! Planeta Hustracion de fa cubierts: «La batalla de Jena» por Horace Veinet, Castillo de Versalles {foto Bridgemaw/Index) Primera edicién: settembre de 2001 Segunda edickin: novierabre de 2001 Depésito Legal: 8. 45,263-2001 ISBN 84.08-03853-2 Composici6n: Vietor Igual S. L Impresién: Liberduplex. S. L. Faneuadernacion: Encuadersaciones Roma, S. (. Printed in Spain - lmpreso en Fspafia ENCICLOPEDIA del ARTE DE LA GUERRA SUMARIO Prefacio Intreduccion . Laguerra, Tipologia de ta guerra {La quer prisnitiva,12; La guava imperial, 12; La guerva seforial, 13 La guerta nacional, 13; La guerra total, 13; La guerra de liberacion, #3 Evolucion del arte militar 1, DELA PREHISTORIA 4 LA EDAD ANTIGUA La prehistoria La Espaia prehistorica Los iheros, 24; Los celtas, 24; Los celtrberas, 25 Valoracién militar de la prehistoria El Antiguo Egipto Organizacion Tactica Logistica Grandes capitanes Batallas representativas Batalla cle Oadesh, 31 Valoracién militar de Egipto Los imperios del Proximo Oriente Los ejércitos de Sumer, Acad y Babilonia EL ejércity hitita EB] ejército asivio El ejército persa Valoracién militar de asirios y persas JI. EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA La Grecia clasica. El Imperio de Alejandro Magno Marco histérico-estralégico . Organizacion Estrategia SUMARIO Tactica Armamento Logistica . Poliorcélica . . Grandes capitanes . : Milfades cl Joven, $3, Temistoles, 53; Jenofonts, 83: Epamineandas, 53 Alejandio Magno, 54 Tratadistas militares . Homero, $5; Herouloto, 58: Tucidides, $6: enofonte, 86 Batallas representativas Batalla de Marat6n, $7; Batalla de Salamina, 58; Batalla de Levetra, 8; Batalla de Arbelas, 69 Valoracién militar de la antigua Grecia El Imperio romano Marco historico-estratégico Organizacion Estrategia Bo Tactica . . . . . . . Armamento : : : Poliorcética : . : . . : . Grandes capitanes . : an Anibal, 74, Ecipion cl Alicano, 75; Julio Ce Tratadistas militares . . Polibio, 76, Julio César, 76, Tito Livi, 77; Vegeviv. 77 Batallas representativas Batalia de Cannas, 78; Butalla de Zama, 79. Batalla de Pidna, 80; Bata. la de Farsalia, 82; Batalla de Activm, 83; Batalla del Bosque de Teuto- burgo, 84; Batalla de Adriantpalis, 85 La Espaiia romana Viriato, 87 Valoracion militar del Imperio romano Til. EDAD MEDIA Marco histérico-estratégico El ejército de Bizancio El ejército del Islam . El arte militar en la Europa occidental Organizacion Estrategia y tactica Armamento Fortificaciones y poliorcetica Grandes capitanes Atila, 108; Belisario, 108; Guillermo Tel Conquistador, 109; Saladino, 109; Gengis Kan, 110 Tratadistas militares 49 St 52 52 53 55 56 62 63 64 66 69 7 7 73 74 76 77 86 89 91 93 95 98 99 TOL 104 106 107 108 Wt Batallas representativas . . Bataila de Hastings, 111 Batalla de Mantcikert, 113; Las cruzadas, 114; Bataila de Crécy-en-Ponthicu, 114; Sitio y caida de Constantinopla, 116 La Espaiia de la Reconquista : : Alrmanzos, 120; El Cid, #20; Baralla de las Navas de Talosa, 121 Valoracion del arte militar medieval Tv, LAEDAD MODERNA . . . . EJ Renacimiento y la guerra Organizacién . . La estrategia . Tactica Fortificacion Armamento Logistica Grandes capitanes . Gonzalo Fernandes de COrdoba, of Gran Capitin, 38; Fernando Alva vez de Toledo, 3." duque de Alba, 139; Alvaro dle Bazan, marques de San ty Cruz, 140; Don Juan de Austria, 41; Alejandro Farnesio, duque de Parma, 141; Ambrosio de Spinola, 142; Mauricio de Nassau, 143; Condé y Turena, 143; Albrecht vor Wallenstein, 145; Carlos Quinto, 145; Gus- tavo IT Adolio, rey de Suecia, 146; Carlos XL rey de Suecia, 147; Oliver Cromwell, lord protector, 148, Federico Guillermo 1, 149; John Churehill, duque de Marlboraugh, 149; Principe Eugenio de Saboya, 150; Duque de Villars, 151; Sébastien Le Prestre de Vanban, 151 Tratadistas militares Nicolas de Maquiavelo, 152, Raimondo Montecuccol, 154; Maurieto, conde de Sajonia, 155; Los pensadores ilusteados franceses (Foland, Bourees, Broglie ¥ Guilbert), £55 Batallas representativas . Contiots (28 de abril de 1503); ads a las eargas de los eaballeras, 158 Lutzen (1632): la muerte en batalla del rey sueco Gustave II Adolfo, 160; Blenheim (1704): una gran victoria para Marlborough y Eugenio de Sa- boya, 161 Laguerranaval 5 Lepanto (1571 la mayor batelle terrestre hbrada en los mares, 165; La lavencible (1588): «Sopks Dios, y fueron dispersadoss, LOB Espaita imperial rn La conquista de América, 171; Hernan Conte wm, La guerra de Sucesién de Espaita (1700-1714) Tratadistas espaoles . Don Alvaro de Navi Osorig, margués de Santa Cruz de Mareenado 171; Prancisco Pizarro, vizconde del Puerto, 177 Valoracion de la Edad Moderna SUMARIO. WW 118 122 123 125 128 131 132 133 134 136 137 156 164 170 173, 177 178 SUMARIO Vv. VI. EPOCA REVOLUCIONARIA - NAPOLEON La guerra a finales del siglo xvi. Organizacién militar. Estrategia ‘Tactica Armamento, Logistica Grandes capitanes Federico I el Grande, 192, George Washington, 193; Leopoldo José, conde de Daun, 194; Napoleds Bonaparte, 195 Tratadistas militares : Antoine Henri, bardn de Jomini, 198; Carl von Clausewity, 189; Ma cal Marmont, dique de Ragusa, 200; Witbelm von Willisen, 200 Batallas representativas Leuthen (5 de diciembre de 1757), 203; Guerra dela Independencia nor tamericana, 205; Saratoga (7 de octubre de 1777), 207; Las campanas de Napolesn, 209 Espana entre los siglos xviii y xix Batallas representativas, 216 Valoracion de la época revolucionaria EL SIGLO XIX Guerra de naciones y guerra industrial La guerra de Crimea La guerra civil norleamericana Moltke y las guervas de unificacién de Alemania Las guerras coloniales La doetrina de la ofensiva a ultranza Organizacion Reclutamionto y movilizacion, 281; 1a eonsotidacion de tos Estados Mayores, 253; La ensenanza miitar, 254 Estrategia . Tactical 5 oo : Los hombres contra el fuego. 257; Bl oeaso de la eabaleria, 259; El ve. surgir de los ingenieros, 260 Armamento La evolucion de las an Las primeras amettalladoras, 265; La guerra en el mar Acorazadis con tra torpederos, 266 as figeras, 262; La revolucion de Ia artifleria, 263: Logistica. So Ej ferrocarvil, 269; La revolucién de la lata de conservas, 270 Grandes capitanes . . . . Ulysses Simpson Grant, 270; Robert Edwar Lee, 272; Helmuth von Moltke, 272; William Tecumseh Sherman, 273; Thomas Robert Bu- geaud, marqués de la Piconnerie, 274, Joseph, conde Radetrky von 181 183 185, 187 188, 191 192 192 198 214 228 231 231 233 235 230 244 249 251 255 256 262 268 271 Radetz, 274, Horatio Herbert Kitche pell, 275 Tratadistas militares . Alfred Vover Mahan, 275, Charles Arane du Pieg, 275 Batallas representativas Balaklava (78547 el (in de una época, 277, Vicksburg (1463) la obra maestra de Grant, 280; Sedan (870): ka apoteosis del envolvimiento, 1, conde de Jartuns ¥ de As- calvategico, 282, Lsandhlwana (1879): el hombre blanco no es invenci- ble, 283, Espaiia, el ocaso del imperio Las guertiy carlisis, 286; Las expediiciones exteriores, 289; Méwico, 288; Cuba ¥ Filipinas, 290 Consideraciones finales sobre el siglo x1x VII. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Introduccion, El progreso en los armamentos . Von Schlieffen y la doctrina alemana, : : Elestallido del conflicto . . La paralizacion de las operaciones cn ‘el frente occidental. El frente oriental Las operaciones periféricas Lo Organizacion : : mposicién de tas unidades, 215 Estrategia La muerte de la maniobra, 319; El fracaso de la estrategia directa, 321 Tactica Ofensiva contra Gelensiva, 322; La guerra de trincheras, 324; Las solu- clones al estancamiento, 328 Armamento Anulte Ireumpe en ta guerra, 333: Submarinos: el arma en ks sombra, 335 Logistica Lo. . probleria del Hransporte, 327; Los avances de la sanidad militar, 338 Grandes capitanes . Ferdinand Foch, 339, Joseph Joffre, 340; Philippe Ludendorlt, 341; Kaneh vor Falken) 342; Sir Douglas Haig, 343; Thomas Brusilox, 344 Tratadistas militares Aled von Schlieffen, 348; Batallas representativas fo. Gallipoli (1915): cl fracaso de la estrategia indirecta, 347, Tannenberg (1914), le batalla perfecta, 350, Verdan (1916) Ie picadora de Palken- hayn, 352; Operacton «Michaels (1918% la rupnara del frente, 354 La guerra naval pesada: el vordugo, 330; Carros de combate, 332; EI avin ‘Stain, 340; Brich n, 342, John Joseph Pershing, idward Lawrence, 344, Aleaci julio Douhet, 346 SUMARIO 285 295, 297 300 300 301 303 305 3 313 315 322 330 336 339 345 347 356 SUMARIO Espana. Las guerras de Marruecos Consideraciones finales sobre la primera guerra mundial VOI. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Tntroduccion El periodo de entreguerras. Soluciones al estancamiento La estrategia de Hitler . : El inicio de la guerra. Las victorias alemanas Operacién «Barbarroja» . La extensi6n de Ja guerra. El teatro del Pacifico . La campajia de 1942 en a URSS Las operaciones en el Mediterraneo La batalla del Auléntico : Las operaciones en el Pacifico (1943-1944) : E] frente del Este (1943-1944) : : La invasién de Europa Soe La caida de Alemania El fin de Japon . . . Organizacién : . : Los cuarteles generales, 402; La organizacién divisionaria, 406 Estrategia La consohiacion del direccion politica, 407; El hombardeo estratégt £0, 419; La batalla profunda, 413; Fsteategia aofibia. La apoteosis del poder naval, 414 Tactica . : . . . : ‘Arma acoracada, 416; Infanteria, 416; Caballetia, 418; Aralleria, 418; In. genieros, 419 Armamento : Los carros de combate, 420; Las armas V, lx gran esperanza de Hitler, 421; El portaaviones, el nuevo rey del mar, 423 Logistica . La motorizavion del transporte, 425, Revolucién en la logitica, 426 Grandes capitanes . . Gerd von Rundstedt, 428: Erich von Manstein, 428; Heinz Guderian, 429, Erwin Rommel, 429; Douglas Medrshur, 430; George Smith Patton, 430; Chester William Nimitz, 431: Sir Bernard Law Montgomery, 431 Dwight David Bisenhower, 432; Sir William Joseph Slim, 433; fsoroku Yamamoto, 433; Tomoyuki Yamashita, 434; Gueorgui Konstantinovich Zhukov, 434; Iwan Danilavie Cherniajovski, 439 ‘Tratadistas militares . . . Sir Basil Liddel Have, 435; John Frederick Charles Fuller, 456 Batallas representativas . Stalingrado (1942), la sorobra de Anibal, 437; Levee (1944) el ocnso de la flota japonesa, 439; Dia D: desembareo en Normandia, 441 Espana : La Segunda Repiblica y la guerra civil, 443; Las veformas de Azana 357 363 365 368 368 373 374 380 382 386. 388 391 393 394 396 400 401 402 407 ANS 420 424 428 SUMARIO 443; Fstalla la guerra, La hicha en torno @ Madrid, 445; La liquidacion, del frente Norte, 448, El centro de gravedad se desplaza hacia el frente Este, 451, Bl fin de la guerra, 454; Conclustones, 455 Consideraciones generales. IX. LA GUERRA FRIA Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL . La guerra fria La dialéctica nuclear Organivacion Armamento Grandes batallas Pensadores nucleares Bernhard Brodie, 479; Herman Kaha, 480 Desarme y control de armamentos La guerra revolucionaria Organizacion Estrategia y tactica Armamento y propaganda Grandes batallas Grandes capitanes Mao Zedong (Mao TsecTung), 488; Emesto «ches Guevara dela Serna, 488 Las guerras de la posguerra La guerra de Corea (1950-1953) La guerra de Vietnam (1946-1975) Las guerras arabes-israelies La guerra de los Seis Dias (1967) La guerra del Yom Kippur (1973) La invasion del Libano (1982) . La guerra de Afganistan (1979-1989). E] Vietnam soviético . La guerra de las Malvinas (1982) La segunda guerra del Golfo (1991-1991) Estrategia Tactica £1 helicdptero, 521, La guerra etectrénica, 23 Armamento. : arsenal del infants, 526; Miles, $25; Cazas norteamerivanas. Bl pi aérea, 526 tar de la suprema Grandes capitanes ‘Vo Nguyen Giap, $27; Moshé Dayan, 528 Tratadistas militares . André Beaufre, 529, John M. Collins, 530 Grandes bataltas Dien Bien Phu El Stalingrado del hombre blanco 198) 530; Golan (1973). El gran choque acorazado, $32 Espana en la época de Franco Valoracion final 459 461 464 470 472 476 478 481 484 485 485 486 487 488 491 491 495 500 501 504 507 509 5i2 S14 520 521 524 534 537 SUMARIO. X. EL SIGLO XXI Be 539 Ideas estratégicas para el siglo xx . . 541 Organizacion : Lo. . 548 Estrategia Co Lo. . 551 Armamento —. : : : : 554 Logistica : : 555 Grandes capitanes . 556 Tratadistas militares : . : 597 Alvin y Heidt Tofller, 557; Edward N. Luttwak, $58; Zbigniew Breezins ki, 559: Samuel P. Huntington, 559; Henry Alfred Kissinger, 560 Las batallas del futuro - : . . 561 Los Balcanes, 561; Croacia, vuelve la guerra relampago, 564; La guerra De Bosnia-Herzegovina, 567; Los refugiados albanokesovares: el temor a Joy movirnienios eigralorios incontrolados, 573; Chechenia. Un con flicto inacabado, 575; Operaciones de paz, $82 Espa... fo : 583 Tratadistas espanoies (Miguel Alonso Baquer), 585 Valoracién final rn . 586 ANEXOS. Lo. . . 589 Definiciones. fo. . . sol Bibliografia . . . 595 De caracter general . 595 De caracter especitico Lo. 596 PREFACIO Como dice el general Fuller en su obra dedicada a las batallas decisivas del mundo occidental, podra ponerse en duda que la guerra haya sido un factor necesario en Ja evolucién del género humano, pero existe un hecho acerca del cual no cabe discusién, y es que desde los mas remo- tos tiempos hasta la época actual, la guerra ha sido preocupacién cons- tante para los hombres. No existe un solo periodo en la Historia libre is de una por completo de guerras, y muy raramente ha transcurrido 1 generaci6n sin que se produjera algin grave conflicto. Los conflictos forman parte de la realidad social y de la condicién humana, y negar su existencia es negar la realidad. E] mundo moderno ha sido un escenario donde muchos hombres se han esforzado en aportar ideas y en construir sistemas para conseguir la paz y sustituir la violencia por reglas racionales de convivencia ba- sadas en los principios de las mayorias y de la negociacion. La cons- truccién de una cultura humana para Ja paz puede ser la solucién que Freud propugnaba al sefialar que «todo lo que ayuda al crecimiento de Ja civilizacion actia, al mismo tiempo, en contra de la guerra». Dada la universalidad del fenémeno de la guerra y de la busqueda de la paz, se ha considerado, al escribir este libro, que lo que en él se ex- pone es un tema atractive en el momento actual en el que, a pesar del progreso, todo ser humano, aun en contra de su voluntad, puede verse envuelto en alguna de las crisis que permanentemente se generan en nuestro mundo. Por otra parte, parece logico que despierte nuestro interés la evolu- cién del arte militar a través de los tiempos, en los que el hombre ex- plota su actividad creadora y pone en practica medios de combate in- dividuales y colectivos, ofensivos y protectores. Las armas arrojadizas, por ejemplo, tendran un desarrollo constante. Las piedras con honda, las flechas con arco, las lanzas, las ballestas, le permiten diferir o evitar el cuerpo a cuerpo y, ms tarde, la pélvora, los explosivos y los cohetes hacen que extienda su eficacia hasta limites insospechados. Este libro se propone describir la lenta y compleja evolucion, diver- siticada de un siglo a otro, de un pais a otro, del arte de la guerra, que ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA podriamos definir como el arte de saber aprovechar exacta y acertada- mente los medias mds eficaces en fa defensa y el ataque, y lograr los fi- nes perseguidos. El arte militar esta fntimamente ligado a !a historia militar y a Jos ejércitos y nos descubre los ideales de los soldados que participaron en las batallas, su reclutamiento, organizacion, arnmamen- to y procedimientos de aplicacion practica de sus estrategia: No obstante, este libro quedaria incomplcto sila historia no tuviera continuacién con el anilisis de la seguridad y la defensa en el siglo xxi, las tendencias y situaciones actuales, las operaciones de mantenimien- to de paz, las organizaciones defensivas como la OTAN o la UEO, e in- cluso temas de interés directo del ciudadano: supresién del servicio mi- litar obligatorio, profesionalizacién del ejército, ete. La guerra ha motivado una literatura extraordinariamente copiosa dedicada al andlisis del fenémeno en si mismo, de la historia militar, sus tratadistas, de las batallas y los grandes capitanes, de la evolucién de los ejércitos, de la estrategia, la tactica y la logistica, asi como del ar- mamento y la fortificaci6n. Resumir todo lo anterior en un limitado ntimero de paginas y graficos pudiera parecer pretencioso y no ha sido tarea facil, y aunque se ha tratado de que aparezcan todas aquellas per sonas, ideas, medios y acontecimientos que constituyeron hitos impor- tantes a lo largo del tiempo, de antemano pedimos disculpas a los lec- tores, pues con toda seguridad faltara algo de su particular interés. Por otra parte, y dado que las guerras y los conflictos se desarrollan en un marco politico-estratégico, en muchas ocasiones el texto tiene un mar- cado caracter histérico en el que, no obstante, se Hama la atencién en aquellos factores o situaciones que han tenido influencia en el arte de Ja guerra. Y es momento de mencionar a algunas personas e instituciones que aportaron su colaboracién para la realizacién de esta obra. En primer lugar, a José Romero Serrano y José Luis Calvo Albero, comandantes de Estado Mayor, que han sabido conducir con maestria partes importantes de este libro; al general Miguel Alonso Baquer, au- tor de numerosas obras de historia militar; al coronel Amador Garcia Argiielles y al comandante José Pardo de Santayana, cuyos comenta- rios han sido de gran utilidad; a la Escuela de Estado Mayor, a la Es- cuela Superior del Ejército, a la recién creada Escuela de Guerra, con- tinuadora de las anteriores, y al Servicio Hist6rico Militar por su apoyo en la labor de investigacién llevada a cabo. Finalmente, a Jestis Bueno ya Francisco Petia por su esmerado trabajo en la preparacién de estos textos. ANTONIO MarTINEZ TEIXIDO Madrid, mayo de 2001. INTRODUCCION La guerra El fenémeno de la guerra ha sido objeto de variadas explicaciones. He- raclito situa su origen en los habitos violentos de la naturaleza del hombre, cuando afirma que «la guerra es la madre de todas las cosas» Plauto considera que ¢l hombre es un lobo para el hombre, «homo ho- minis lupus»; para Darwin, «lo constitutive de todos los seres vivos es la lucha por la existencia», y Sigmund Freud aporta una explicacién historicista al sefialar que «la guerra no puede abolirse; mientras sean tan distintas las condiciones de existencia de diversas naciones o sea tan violenta su repulsion mutua, estamos condenados a que existan guerra» Para el filésofo naturalista Jean-Jacques Rousseau, la culpa de la guerra no esta en el pecado contra Dios, teoria religiosa, sino en el dis- tanciamiento del hombre respecto a la naturaleza. La filosofia liberal niega el caracter originario de la guerra. «En los pueblos Hlamados primitivos no existe estado de hostilidad general re- . ciproca.» Preconiza la fuerza monopolizada por el Estado, junto al de- recho, como formula de compromiso para engendrar la paz Asimismo se dice que la guerra, que se encuentra en la historia de la civilizacion, se apartard del hombre en la medida en que éste pro- grese enérgicamente por la via de la civilizacién. Para Freud, todo lo que ayuda al crecimiento de la civilizacion acttia, al mismo tiempo, en contra de la guerra. Para otros pensadores, la civilizaci6n, sin mas, no garantiza nada contra la guerra. W. J. Perry ha constatado que la agri- cultura se inventé en Egipto, y como consecuencia de este invento apa- recié la guerra, La guerra ha sido justificada como un proceso de seleccion natural en la lucha por la vida, segtin criterio de Spencer. En la filosofia del marxismo, hay guerras progresivas, que hacen los revolucionarios, y guerras regresivas, que hacen los imperialistas Para Darwin, el hombre es un animal territorial cuyo recuerdo esta en las guerras, y en relacién con la posible frustraci6n en su instinto de te- " ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA rritorialidad, se siente estimulado para el desencadenamiento de la con- ducta agresiva. Solo la existencia de un plan racional de ordenacion del territorio puede servir la causa de la paz. De esta actitud brota la tesis del espacio vital, que tantos derramamientes de sangre ha ocasionado. El arte de la guerra es un fruto tardio en la evolucién de la vida del hombre, un fruto de Ia civilizacion. Porque siendo pasional el origen de la guerra, resulta racional su conduccién. Para Quincy Wright, la guerra, no el arte de la guerra, existio desde el Neolitico. Habia en la mente del guerrero y del mercader, que cons- truy6 grandes ciudades en las margenes de los grandes rios, la necesi- dad de disponer de los medios y los procedimientos para detender los intereses colectivos. Por otra parte, en cl afio 3000 antes de nuestra era, en las tierras irrigadas del Creciente Fértil (Mesopotamia) ya se habia generalizado, para la humanidad implicada en su avance civilizador, «la rebelién indirccta contra la injusticia, la desigualdad y el aburri- miento que rigen la vida social en tiempo de paz» Tipologia de la guerra Si la guerra esta relacionada con la civilizacién, también los diferentes tipos de guerra se corresponderén con los diferentes tipos de socieda- des civilizadas. La guerra primitiva Las sociedades primitivas estaban permanentemente en guerra y per- manentemente en paz. La guerra primitiva es la lucha entre sociedades poco diferenciadas. La experiencia mas interesante nos ha sido ofrecida por la resistencia. en torno a Jas aguas del Mediterraneo, a la expansidn de los imperios orientales. La historia de los pueblos helénicos ha sobrevenido, en gran parte, por el orgullo de haber sido los reiterados vencedores de los per- sas. Finalmente, con Alejandro Magno logran pasearse por el corazon del territorio enemigo, porque poseian el arte de combatir. La guerra imperial Suele revestir la forma de expedicion realizada con aplastante superio- ridad de medios, de materiales, de prestigio, de técnicas y de institu- ciones. Los imperios se constituyen por Ja anexién de los territorios, como resultado de una guerra victoriosa. Son el triunfo de la disciplina sobre la valentia turbulenta, y de la economia y el método sobre fa im- provisacion y el instinto. La organizacion imperial, mientras no se des- INTRODUCCION compone por razones internas, funda y sostiene las mas duraderas eta- pas de paz que ha conocido la humanidad. El Imperio romano fue un producto de guerras imperiales La guerra sefiorial Propia del teudalismo, continta con las monarquias patrimoniales y no hace crisis total hasta los dias de la Revolucion francesa. Son ejérci- tos de caballeros atendidos por sirvientes que se consideran guerreros. La guerra nacional Se llega a la guerra nacional con la ilusién de aplicar af combate los progresos de la civilizacion. Se espera que las batallas sean mas cienti- ficas y menos sangrientas. En la guerra nacional se conjugan la tecno- logia y la democracia. La industrializacién y el impulso demografico se expresan de acuerdo con dos pretensiones, que hacen muy fuertes a la propia comunidad: el sufragio universal y el servicio militar obligato- rio, La fuerza legal de los poderes politicos nacidos en una revolucion democratica se aplica al sostenimiento de una impresionante fuerza militar. Es o que ocurrié en los dias de la Revolucion francesa con la «nacidn en armas» La guerra total Expresa to absoluto, lo abstracto, lo ilimitado del fenémeno bélico. La guerra total no tiene limitacién en el tiempo, en el espacio, ni en los medios humanos, pero mientras a la humanidad le queden huellas de buen sentido, lograra temporalmente sacudir su yugo La guerra de liberacién Trata de lograr una autonomia frente a un poder politico distante, 0 declarar la independencia frente a un poder extrafo. Suele aplicarse a situaciones coloniales. No hay guerra de liberacion, sino semilla de gue- tra total, cuando un territorio trata de separarse de uma nacién histori- camente constituida. Evolucion del arte militar E] hombre es un animal social y, desbordando los limites del duelo, muy pronto la guerra comprendio al grupo, y del grupo constituido para combatir proceden los ejércitos. 13 ENCICLOFEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Por otra parte, desde su mas remoto origen, el hombre ha fabricado utensilios para hacerse mas fuerte, o para compensar su falta de fuerza. Para hacer sus herramientas y sus armas, el hombre ha aprovecha- do sucesivamente la madera, los huesos, la piedra y los metales. Las e: padas y las lanzas le arman para afrontar el combate a corta distancia. Simulténeamente, se protege contra los golpes del enemigo con escu- do, casco y coraza, que no le impiden hacer uso de sus brazos para asestar los suyos. Las armas arrojadizas y los proyectiles aumentan la distancia de la lucha entre los combatientes, y la utilizacién de animales domesti- cados incrementa sus posibilidades de transporte. En particular el ca- ballo, enganchado o montado, contribuira con frecuencia y por largo tiempo a ensanchar su radio de accién, su velocidad y su fuerza de choque. El hombre penetra cada vez mas en los secretos de la naturaleza, y la pélvora y el cafién aportardn los medios de hacer fuego mas potentes y rapidos, y de un alcance acrecentado sin cesar. A las armas de fuego —pistolas, mosquetes y fusiles— seguiran las armas colec- s- individual tivas, revolucionando las formas de la guerra. La caldera de vapor y el motor de explosion permitiran los trans- portes a distancia de multiples tropas y avituallamientos Los carros de combate, érganos de luego y de choque, se ensefio- rearon de los campos de batalla. El motor facilita asimismo la via de log espacios aéreos, permitien- do el.dominio de la tercera dimensién. No debe olvidarse que desde hace mucho tiempo la guerra se habia extendido a los mares, dominio de las flotas. Finalmente, el cohete y el atomo abren en nuestros dias unas enormes posibilidades de destruccién. Como el ser humano vive sobre la tierra, ha utilizado el terreno para alimentarse, alojarse, desplazarse y combatir. La defensa del terreno ha evolucionado también a través de los tiempos con el limes romano, los castillos, las fortalezas y las trincheras, credndose al mismo tiempo la poliorcética, ciencia del sitio de plazas y fortalezas. Si como arte entendemos el conjunto de preceptos y reglas para ha- cer bien una cosa determinada, el arte de la guerra, el arte militar, serd el dedicado mas especiticamente a los ejércitos, si bien en un concepto amplio. Por ello, y en los capitulos siguientes, analizaremos la lenta y com- pleja evolucién de los ejércitos, desde la antigiiedad hasta nuestros dias. E1 andlisis incluira Ja concepcion de la guerra en cada época, la organizacién militar, los medios materiales utilizados, el armamento, la logistica, los procedimientos de combate y las ideas tacticas y estra- tégicas que movieron a los que tuvieron la responsabilidad del desarro- Ilo de las batallas. 14 INTRODUCCION Las batallas decisivas libradas entre pueblos o naciones, comple- mentadas con las guerras y las campanias de las que formaron parte, nos permitiran contemplar las variaciones experimentadas en medios y procedimientos, variaciones que han servido de base a las actividades de los grandes capitanes y de los grandes pensadores o tratadistas. Los grandes capitanes sobresalen en la observacion y en la accién directa, y los grandes tratadistas en la reflexidn y en la accién indirecta. Unos y otros nos facilitaron una interpretacion real de lo acontecido en cada momento hist6rico. 15 LA PREHISTORIA La guerra fue un factor fundamental de la vida en los tiempos prehistoricos, al menos desde el Paleolitico Inferior. ARTHER FERRILL CRONOLOGIA 70000000 a. J.C. Terciario. Australopithecus 1000000 a-J.C.. Cuaternario 400000 a. J.C. Paleolitico Inferior 100000 a. J.C: - Neandertal 50000 a. J.C. Paleolitico Superior. Cro- Magnan 8000 a; J.C. - Mesolitico 7500.a, J.C. Neolitico 2500a.J.C. Edad del Broncé 1000 a. J.C. Edad del Hierro E] modo de vida humana en la Prehistoria, asf como el conjunto de sus manifestaciones y creencias, debe ser estudiado a través de las exca- vaciones arqueolégicas, las cuales ponen de manifiesto los restos de aquella époc: E] deseubrimiento de la agricultura y una incipiente ganaderfa pro- dujeron decisivas transformaciones en el modo de vida del hombre de la Prehistoria. Su nomadismo sera sustituido por una vida sedentaria, aparecen los primeros nticleos urbanos y las actividades de caza se al- ternan con las labores agricolas. También el hombre dominara la téc- nica de pulimento de sus utiles de piedra La metalurgia del bronce y del hierro va a representar una nueva fuente de cambios. Grandes Construcciones de piedra, los megalitos, acompanan a los pueblos metalurgicos, y el comercio hace que los dis- tintos pueblos se relacionen entre st y contribuye, a su vez, a los inter- cambios culturales. Los hombres primitivos dejaron, en especial, los vestigios de sus ar- mas. Las materias y las formas de las armas primitivas han servido para caracterizar los grandes periodos de la Prehistoria Hace unos 70000 afos, cuando empezé a extenderse por vastas re- 19 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA giones el hombre de Neandertal, se inventé una de las mas importantes armas de guerra, Ja lanza, que se podia utilizar también arrojandola al modo de una jabalina. Al simple guijarro sin labrar, sucedié la piedra de silex debidamen- te cortada para que hiriera a su victima. Pronto cl silex se sujet6 a una ramilla para que hiciera el oficio de flecha. De estos tiempos primitives debio de ser también el llamado bumeran. Las hachas neoliticas eran, por lo comun, triangulares, puntiagudas por un extremo y con un biset cortante en cl otro; su forma, muy ca racteristica, se repite con uniformidad sorprendente en las mas aparta- das regiones. El arco representé un progreso bélico, y probablemente aparecidé ya muy avanzado el Paleolitico (12000 a. J.C.-10000 a. J.C.). Los pa- lafitos helvéticos han proporcionado ocho ejemplares de arcos, los mas largos, para tiros pesados, de 1,75 a 1,85 m, y los restantes, para flechas ligeras, de 1,25 a 1,55 m. Estaban fabvicados en madera de tejo. Una de las armas de largo alcance del Neolitico fue la honda, mas mortifera que el sencillo arco primitive y de mucho mayor aleance y precision. Una piedra det tamafio de un pufio lanzada con una honda podia destrozar craneos, y romper brazos, costillas y piernas. El gran paso que dio e} hombre fue la sustitucién de la piedra por el metal al final del Neolitico (2500 a. J.C.) Las primeras armas de metal eran de cobre, imitando ta simple for- ma del hacha triangular de piedra Con el empleo del bronce no es sélo el material lo que cambia, sino también la forma de las armas. Al principio se reprodujeron las formas de las de piedra, pero después se comprendié que al fundirlas se podia hacer las hachas mayores, con un agujero para el mango y asta con ale- tas decorativas, El bronce hize posible una nueva arma, la espada cortante, la mas terrible en la lucha cuerpo @ cuerpo, desconocida de los hombres de la Edad de la Piedra. Es muy probable que la espada tuviera un origen oriental. Los griegos la adquirieron de los fenicios. 1a veneracién por las espadas se encuentra en los pueblos germanicos y perdura toda la Edad Media, y en algunos casos se les da nombre, como Excalibur a fa del Rey Arturo 0 Tizona y Colada a las del Cid Campeador. Entre los afios 8000 a 3000 a. J.C., los hombres fueron abandonan- do la caza para convertirse en agricultores, y su vida de nomadas se transformo y pasé a habitar poblados permanentes. Hay razones para suponer que en este alba de la civilizacién se inician las guerras y que la organizacion militar del grupo humano llegé a constituir una preo- cupacion esencial. La dcfensa del grupo tribal fue, en sus origenes, un deber de la comunidad en todas las soviedades primifivas. El origen de 20 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA la vida militar parece coincidir, en fin de cuentas, con el advenimiento de la organizacion social, por rudimentaria que sea. En los origenes del grupo (familia, clan, tribu), todos los hombres validos eran soldados y el «ejército primitivo» y ta «sociedad» se confunden. Luego, los progre- sos técnicos y la multiplicacién de los conflictos exigieron un entrena- miento y una organizacion mas complejos. Las sociedades indoeuro- peas de la protohistoria conocen tres niveles jerarquicos: uno sacerdotal y soberano, otro guerrero y un tercero productor (agricola y artesano). En Europa, el empleo del bronce y la domesticacién de animales se realizaron casi en la misma época. El proceso de domesticacién del ca- ballo y cuando y como se Negé en Europa a poderlo mantar y uncir nos es practicamente desconocido. El caballo se utiliz6é para ensanchar el radio de accion, la velocidad y la fuerza de choque. El caballo consti- tuira con frecuencia, y por largo tiempo, el elemento determinante del Gxito. El hombre prehistérico busca, en ocasiones, lugares adecuados para su defensa. Los palafitos, construcciones sobre pilotes en lugares pantanosos, 0 los poblados en llanuras protegidos por un foso tenian esta finalidad, y anticipaban las fortificaciones de los romanos. En Jos lugares donde la madera no abundaba, las tribus se encerraban pre- ferenternente dentro de recintos de piedras mal encuadradas, gencral- mente en lo alto de un cerro. Las pinturas rupestres mas antiguas representan escenas de caza. El hombre primitivo lleva armas porque desde el primer momento se las procura para luchar contra los animales y por necesidades de de- fensa o de nutricién. Pero también desde el primer momento estos hombres lucharian entre si por disputas sobre la propiedad o simple- mente a impulso de sus instintos y pasiones. En las pinturas del Paleo- litico Superior (50000 a 8000 a. J.C.) se ven ya grupos de guerreros ar- mados con arcos y flechas y numerosas escenas de combate, que no pueden contundirse con otras de caza. En el Barranco de la Gasulla, en Ares del Maestre (Castellon de la Plana), pucden observarse estas es nas. Las figuras, de muy pequefo tamanio, ofrecen las mas graciosas y vivas actitudes, En una de ellas, un grupo de cuatro esta intentando atacar por el flanco a otro de tres, en lo que puede ser ¢] testimonio més antiguo de la maniobra de «envolvimiento» en un combate. Otras escenas muestran a unos arqueros dispuestos en linea dispa- rando sus armas a una orden de mando. El despliegue de hombres del Neolitico en columna y en fila es una de las mas sobresalientes carac- teristicas de la guerra primitiva organizada 21 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA La Espafia prehistérica CRONOLOGIA ,- 1000000 a. J.C. Primeros pobladores en la penfisula Ibérica 50000-80000 a. J.C Paleolftico Superior. Cro-Magnon. Pinturas con Ooo escenas de combate con arcos y flechas 13000 a. J. Pinturas de Altamira 7500 a. J.C. Neolitico. Hachas de piedra pulimentada 2500-1000 a.J.C. Edad del Bronce. El Argar. Espadas y pufia- les. Depésito de armas en ta Ria de Huelva 1000 a. J.C. Edad del Hierro. Cultura de Hallstatt. Inicio de la colonizacién fenicia 900-700 a. J.C. Llegada de los celtas ala Peninsula 800 a. J.C. Inicio de la colonizacién griega. Fundacién de Ampurias 654.a.J.C. Ocupacién de Ibiza por los cartagineses 600-300 a, J.C. Cultura de Hallstatt ibérica. Murallas ibéricas de Tarragona y Olérdola 400a.5.C. Los celtfberos inventan la herradura 240 a.J.C. Consolidacién de la ocupacién cartaginesa 133. J.C. Toma de Numancia por el ejército romano El estudio de las instituciones militares en los tiempos prehistoricos de la peninsula fbérica ha de hacerse partiendo de las costumbres de las razas primitivas. En cualquier caso, las conclusiones sobre el combate en la Edad de la Piedra y en la de los Metales deben ser coincidentes con lo que sabemos de las milicias ibera, celta y celtibera, poniendo como limite en el tiempo la toma de Numancia por los romanos el aio 133 a. J.C., momento en el que Espaia se considera pacificada y pasa a ser una provincia del Imperio romano En Espana, el periodo neolitico coincide en su ultima fase con la Edad del Cobre al aparecer el uso de este metal, atin sin alear, En el Neolitico empiezan a delimitarse las distintas etapas culturales, que, seguin Menéndez Pidal, serian tres: la cultura de las cuevas, la cultura megalitica y la cultura de Almeria. Las dos tltimas culturas denotan la presencia de un pueblo belicoso. En la Edad del Bronce (2500 a 1000 a. J.C.), Menéndez Pidal distin- gue en las Baleares una cultura de tipo argarico y otra de cultura tala- yotica. Esta tltima se refiere a construcciones en forma de tarre 0 ata- laya, hechas con grandes bloques de piedra montados directamente unos sobre otros, sin mezcla o trabaz6n alguno. > DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA Destacan los grandes hallazgos en la necropolis de Bl Argar-Alme- ria, en los que aparecen numerosas armas, siendo las mas antiguas una especie de pufiales perfecctonados, con empuiiadura de madera y esco- tadura en la hoja. De la segunda Edad del Bronce (1250 a. J.C.) se encontré en la Ria de Huelva un deposito exclusivamente militar que contenia un centenar de espadas, punales, lanzas, puntas de flecha y bocados de caballos. Por otra parte, los primeros pueblos europeos que Hlegaron a la Pe- ninsula tenian una cultura denominada «de los campos de urnas», cu- yas caracteristicas esenciales eran los asentamientos en los valles sin fortificacion alguna y el incipiente uso de la espada. Esta cultura pe- netré en Catalufia a principios del siglo 1x 0 mediados del vin a. J.C. La utilizacion del hierro determin6 la ultima edad protohistorica. El des- cubrimiento de las necrépolis de Hallstatt (Austria) y La Téne (Suiza) da nombre a los dos periodos clasicos en Europa. E] de Hallstatt se ex- tiende entre los ahos 1000 y 500 a. J.C. y el de La Téne enlaza aquél con el comienzo de la era cristiana. Los primitivos pobladores de la Peninsula parece ser que pasaron el estrecho de Gibraltar hace mas de un millén de aftos. En el ao 13500 a. J.C., estos pobladores supieron expresar su madurez espiritual en tas cuevas de Altamira. Los iberos serian resultado de la mezcla de estos pueblos indigenas con otros llegados en el Neolitico que, desembarcando por el sur, sé ex- tendieron por la zona meridional y levantina a principios de la Edad del Bronce, hacia el 2500 a. J.C. Los celtas llegaron mas tarde, del 900 al 700 a. I.C., por caminos costeros o por los Pirineos, asentandose en el norte y el noroeste. De la fusién de ambas razas en el centro penin- sular nacio el pueblo celtibero. La colonizacion de los fenicios, en el afio 1000 a. J.C., y la de los griegos, entre el 700 y cl 600 a. J.C., se proyectan sobre las costas del sur y el este, donde fundan sus colonias. El arranque de la domina- cién cartaginesa puede fecharse con la ocupacion de Eivissa (Ibiza), el aio 654 a. J.C., quedando consolidada en los alrededores del 240 a. J.C. Los iberos Las armas tbéricas son preferentemente las espadas, primero rectas y luego sustituidas por la falcata, sable curvo, con lomo nervado, de du- doso origen. Complementaban cl armamento ofensivo los pufales de antenas, las lanzas o dardos, de asta de madera con punta y contera de hierro, y algunas sélo de hierro, denominadas soliferrum, asi como fle- chas y hondas Como armas defensivas tenian escudos de cuero de dos tipos, uno circular y otro rectangular, cascos y tal vez corazas. También disponian 23 ENCICLOPEDIA CEL ARTE DE LA GUERRA de arneses para sus cabatlos. Los escritores romanos describieron al guerrero ibero armado con jabalina, honda y espada. Los iberos com- batian casi siempre a pie. Estrabén presenta a los iberos como de caracter versatil y comple- jo, sobre todo con un gran orgullo local, que impedia la union de sus pequefios Estados para repeler agresiones ¢ invasiones Respecto a su tdctica, operaban en pequetios destacamentos que atacaban impetuosamente para retirarse de repente, y despues rec! prender el ataque cuando el enemigy estaba descuidado. Esta ha llamado concursare. Tenian tuerzas de caballeria que se mezclaban con la infanteria. A veces, montaban dos hombres en un mismo caballo y, al llegar el mo- mento del combate, uno de los guerreros descabalgaba para luchar como peon. Los honderos de Baleares llevaban tres hondas alrededor de la cabe- za, una larga para los tiros largos, otra corta para los cortos y otra me- diana para los intermedios Entre los recintos fortificados ibéricos destaca el de Tarragona por su extension y conservacién. La muralla primitiva estaba formada por grandes piedras ciclépeas. y su antigiiedad puede fecharse entre los si- glos vi y ita. 3.C. Los restos ciclopeos de Girona, Empuries y Olerdola tienen evidente parentesco con los de Tarragona. Las forres son construcciones, mitad fortaleza y mitad atalaya, si- tuadas en alturas estratégicas, costas, caminos y ciudades. ne UCASE Los celtas El estudio sobre la penctracin peninsular de Ja «cultura de los campos de urnas» ha permitido reproducir los itinerarios de invasion de los pueblos célticos centrocuropeos, desde los pasos de los Pirincos hasta que terminan fundiendose con los iberos. Las culturas célticas se ini- ciaron el afto 750 a. F.C. y perviven hasta el siglo 1a. J.C. El armamento céltico aparece ligero, especialmente util para la gue- rra de guerrillas. Abunda la espada corta, mientras que la larga era casi excepcional. Utilizaban dos variedades de lanza, corta y larga, y una pe- guefia hacha arrojadiza de hierre Su arma defensiva fundamental era el escudo cireular convexo, de- pominado cetra, ligero, con umbo (parte central) sobresaliente metali- co, anillas y abrazaderas. Estrabon describié a los pueblos del norte de la Peninsula con cascos de tres cimeras, y también con capacetes de cuero. Las corazas estaban adornadas con discos pectorales y comple- tadas con unos correajes de placas rectangulares La arquiteciura militar retleja la preocupacién defensiva de los cel- tas. Sus imponentes murallas eran desproporcionadas, y abundaban 24 DE LA PREHISTORIA 4 LA EDAD ANTIGUA también los fosos. A veces, en zonas proximas a la muralla, instalaban campos de piedras hincadas en el terreno para evitar sorpresas de la ca- balleria enemiga. Los textos antiguos concuerdan en que era frecuente entre los pue- blos peninsulares la formacién de bandas armadas, y que las principa- les cualidades de los combatientes serian Ia audacia, la agilidad y la destreza; su modo de ataque preferido, el golpe de mano, y su defensa obligada, la agil huida. Las bandas, que en ocasiones se convirticron en verdaderos ejércitos, recorrian amplias comarcas para procurarse sus- tento y hostigar al invasor, debilitandolo, desorganizandolo y privau- dolo de recursos, Era Ja «guerra del terreno», al decir de Estrabén; «la guerra del fuego», en frase de Polibio Los celtiberos Celtas & iberos, con mas o menos paz, se repartieron el territorio cen- tral peninsular, que luego se Hlamaria Celtiberia. De la ésmosis entre celtas e iberos nacié la civilizacion celtibérica, cuya fuerte personali- dad Jlev6 a la invasién de los territorios vecinos, a cuyas tribus dio su nombre gentilicio, Del armamento celtibero sobresale la espada, «con una punta eficaz y dobte filo cortante», El ejército romano la adopto y con ella conquis- té6 e] mundo conocido. El venablo celtibérico era un dardo arrojadizo, todo de hierro, con punta en doble anzuelo, del que se conocen dos tamafios, corto y lar- go. La faldvica eva una arma arrojadiza incendiaria. Los celtiberos no usaban, al parecer, arcos y flechas y sus escudos eran similares a los de los celtas. Empleaban estandartes y ensefas en gran numero, asi como trompetas de barro que, aunque pesadas y quebradizas, eran de uso normal. La infanteria ligera celtibera era admirada por su velocidad, pues te- nia la costumbre de atacar corriendo en las batallas. La caballerta era también sobresaliente, y cabe a los celtiberos del siglo tv a. J.C. el mé- nito de la invencién de la herradura. Con ella, la caballeria aumentd enormemente sus posibilidades bé- licas, lo que influyé desde entonces en la organizacion de unidades de jinctes. La tactica de la caballeria celtibera era lachar mezclada con los infantes. Cuando vefan a la infanteria en apuros, los jinctes se apeabau para auxiliarla combatiendo a pie. La tdctica celtibera consistia en concentraciones rapidas y fugaces, para dispersarse con la misma rapidez, con cambios constantes de ata- que y huida, desconcertando a todos los ejércitos regulares. Los celt(bcros se comunicaban encendiendo hogueras en las torres Pasaban los rios a nado, 0 tendidos encima de odres hinchados, sobre 25 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA los que ponian sus trajes y escudos. No empleaban maquinas de guerra y ejecutaban danzas bélicas. La fortificacion de los celtiberos tuvo manifestaciones multiples: campamentos, torres, castillos y ciudades amuralladas. Es de origen ibero-africana en lo que a murallas y caserio adosado se refiere, y a esto se aiiadié el progreso celta del siglo via. J.C. en el trazado de las puer- tas, la mejor construccién y aparejo del muro y la curvatura de torres y lienzos para buscar cruzamientos defensivos. En la meseta oriental adquiere especial vitalidad la cultura de los castros, poblados situados en lugares estratégicos, siendo el mas cono- cido el de Numancia. Valoracion militar de la Prehistoria La informacién de que se dispone de la época prehistérica permite atir- mar que los comienzos de la guerra organizada: despliegu na y en linea, una cierta estrategia y tactica, uso de fortificaciones y evolucién tecnolégica de las armas de alcance largo, medio y corto, pueden remontarse a aquellos tiempos. La guerra organizada hizo su aparicién, por lo menos, al final del Paleolitico. La aparicién de la columna y de la linea, que implican mando y or- ganizacion, es sinénimo de la invencién de la tactica. El hombre del Neolitico, para protegerse de las efectos de las armas ofensivas que iban apareciendo, empezo a construir fortificaciones, lo que revela el impacto de la guerra sobre la cultura del ser humano. La tradicion neolitica que sobrevivid hasta los tiempos historicos ha sido la de las murallas biblicas de Jericé, que evidencian un considera- ble grado de complejidad militar, Las mas antiguas civilizaciones heredaron de la época prehistorica un legado de armas, estrategias y tacticas ofensivas, y un cierto sentido de territorialidad. en colum- 26 EL ANTIGUO EGIPTO CRONOLOGIA 3200-2681 a. J.C. ' Perfodo Protodinastico 2681-2181 a. J.C:. Imperio Antiguo 2050-1640 a. J.C. Imperio Medio 1640-1552 a. J.C. Invasién de los hicsos 1552-1069 a. J.C: Imperio Nuevo - 1458 a. J.C. ‘Batalla de Megidd6. Tutmés HT 1284.a. J.C. Batalla de Qadesh. Ramsés II 525-404 a. J.C. Dinastfa persa 334 a. J.C. Batalla del Granico. Alejandro Magno 51-30 a. J.C. Cleopatra 31a.J3.C. Batalla de Actium Egipto, segtin afirmé Herédoto en el siglo v a. J.C., «es un don del Nilo», y su cultura se desarroll6 en estrecha relacion con la dinamica de este rio, La historia del Antiguo Egipto se inicia en el llamado Periodo Pro- todindstico, mas de 3000 afios antes de nuestra era. Le siguen tres grandes periodos historicos: los imperios Antiguo, Medio y Nuevo, cada uno de los cuales terminé con una etapa de crisis, que los histo- riadores denominan Primer, Segundo y Tercer Periodo Intermedio res- pectivamente. Tras el Tercer Periodo, seiscientos atios de decadencia hi- cieron que el orgulloso Imperio de los faraones, con la derrota de tas tropas de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium (31 a. J.C.) pasara a ser una provincia mas del Imperio romano. En los periodos Predinastico y Protodinastico, al parecer en los pri- ros siglos del IV milenio a. J.C., un rey enérgico, al mando de un to, salié del delta del Nilo y vencid a las gentes del sur, logrando la primera unificacién de Egipto. Durante el Imperio Antiguo (2681-2181 a. J-C.), Egipto se convirtié QT ENCICLOPEDIA DEL ARTE OF LA GUERRA en un gran Estado y su civilizacién paso a ocupar un lugar preeminen- te en el mundo. El ejército egipcio velaba por la seguridad del Imperio, al mando de un visir, asistido por jefes «directores de la Infanteria» y «de arsenales», en los que se fabricaban venablos, escudos y lanzas, ¢ «inspectores de tortines del desierto y de las fortalezas reales». Las tropas en servicio permanente eran poco numerosas, y con ellas se formaba la guardia personal del faraén. Aparecen entonces las tro- pas mercenarias, arqueros libios y nubios. Alrededor de! afio 2350 a. J.C. comenzé el hundimiento del Impe- rio Antiguo. El ejército desaparecid. Posteriormente los principes de Tebas restauraron cl orden, y al cabo de dos siglos de anarquia inau- guraron el Imperio Medio, que dur6 hasta Ja invasién de los hicsos (2050-1800 a. J.C.). Se organiza un ejército permanente mucho mds potente que, aun conservando sus auxiliares extranjeros, comprende esencialmente con- tingentes nacionales constituidos por reclutas. Se alistaba un hombre de cada cien para el Ejército del faradn. El ejército estaba dividido en dos cuerpos, el de «jévenes» y las «tropas de choque», que eran soldados profesionales. Existe constancia durante este perfodo de expediciones a Nubia para recuperar el control de esta region, que se habia indepen- dizado, y también expediciones a Libia para contener a los vecinas o¢- cidentales. A finales del Imperio Medio, Egipto contaba entre su poblacién con un elevado ntimero de extranjeros. Poco a poco fue produciéndose un debilitamiento del poder de los faraones, y hacia el siglo xvit a. J.C. un gru- po heterogéneo de semitas y asiaticos, a los que se ha denominado hic- sos, invadieron el norte de Egipto, come ya se ha indicado. Mientras los egipcios seguian fijando sus hachas en una hendidura del mango oe lanza, atandolas con correas, los hicsos tenian hachas per- foradas por su parte mds gruesa, en la que introducian con fuerza el mango ola lanza. Adernas, y sobre todo, habian avanzado mucho en las técnicas de guerra, que habian de ser empleadas luego por todos los grandes invasores asiaticos: carros y caballerta ligera, armas de bronce y armaduras ligeras. Sus campos atrincherados eran casi invulnerables. En la posterior guerra de liberacién contra los hicsos de los farao- nes tebanos se utilizaron todo tipo de armas semejantes a las del ad- versario, como carros de combate tirados por caballos, armaduras cle laminas en forma de escamas y nuevos tipos de arcos, punales y espa- das. La avanzada tecnologia bélica adquirida por Egipto durante este periodo fue trascendental para su poderio militar durante el pertodo si- guiente, que se conoce como Imperio Nuevo (1552-1069 a. J.C.). La caracteristica de este periodo fue cl constante estado de guerra que vivid el pais, provecado por su afan expansionista. Esta actitud re- 28 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA quirié el desarrollo de un ejército permanente, projesionalizado, prepa- rado para emprender una campafia en cualquier momento. Tutmés TIT (1479-1425 a. J.C.) fue el mayor de los faraones conquis tadores. En el aiio 1458 a. J.C. se enfrenté con una coalicién de prin- cipes de Palestina en la batalla de Megidd6, al norte de Jerusalén. La coalicién adopte una posicién tactica defensiva alrededor de Megiddd, y el Ejercito egipcio, dividide en tres grupos de combate, rechazo a las fuerzas defensoras a lo largo de toda su linea, que tuvieron que buscar proteccion en la ciudad amurallada. Enel ano 1284 a. J.C. tuvo jugar la batalla de Qadesh, en el norte de Siria, contra una coalicién de sirios y de hititas, cuyo imperio disputa- ba la hegemonia de la zona al faraén. El enfrentamiento termino sin victoria de ninguno de los dos bandos, aunque los egipcios considera- ron esta batalla como la mayor proeza de todos los tiempos. En el Tercer Periodo Intermedio (1069-343 a. J.C.), Egipto sufrié el dominio de diferentes pueblos extranjeros: libios, palestinos, nubio: persas y griegas, Los nubios tomaron el poder hacia el atio 730 a. J.C., pero cayeron bajo el empuje de los guerreros asirios, que, provistos de armas de hie- tro, mas patentes que las de bronce que poseian Jos egipcios, llegaron hasta Tebas. Una nueva dinastia egipcia, la Saita (663-525 a. J.C), expulsé a los asirios con ayuda de los griegos. Durante su reinado se desarrollé no- tablemente el comercio, y sobre todo en la zona del Egeo, Egipto con- taba con una importante flota. El pais se convirtid en un objetivo codi ciado para varias naciones poderosas, y los persas se apoderaron de Egipto ef aio 525 a. J.C. Los egipcios recurrieron de nuevo a los grie- gos, y Alejandro Magno, después de las victorias de Grinico (334 a. J. © Isos (333 a. J.C.), se apoderé del territorio de los faraones. A partir del siglo 11 a. de J.C. los romanos se convirtieron en la po- tencia hegeménica del Mediterraneo, y si bien la altima reina de Egipto, Cleopatra (69-30 a. J.C.), buscé la ayuda del general romano Marco An- tonio para mantener su independencia, la derrota de Actium (31 a. J.C.) hizo que Egipto se convirtiera en una provincia mas del Imperio ro- mano. Organizacion Hasta cl Imperio Nuevo, no existié en Egipto un ejército permanente propiamente dicho. Cuando surgia algdn problema, los gobernadores reclutaban hombres de sus provincias y los ponian a disposicién del fa- raén, que nombraba a un principe o noble de su familia para que los di rigiera cn la lucha. Terminado el peligro volvian a sus lugares de ori- 29 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA gen. El faraén disponia de una milicia permanente, que no era muy nu- merosa, y mas bien tenia la misién de vigilancia y de proteccién de ca- minos, asi como el control de las incursiones desde Nubia, para lo que se establecieron fuertes defensivos. Durante el Imperio Antiguo habia dos tipos de infamteria. La infan- teria de linea \levaba eseudos de madera recubiertos de piel de buey o de hipopdtamo, decorados con pintura de muchos colores vivos, y sus ar- mas eran las lanzas, las hachas y mazas. La infanteria ligera disponia de arcos simples con flechas de punta de piedra o de hneso, levadas a mano 0 en carcaj, y a veces portaba también punales y hachas. Durante el Imperio Nuevo se organizaron cinco grandes divisiones, cada una con su propio emblema y nombre, que era et de los grandes dioses egipcios: Amon, Ra, Ptah, Fra y Set. Estas unidades, de 10000 infantes cada una, entraban en combate precedidas, flanqueadas y seguidas de carros de combate. Constituian una gran formacién de 100 hombres alineados de fren- te y 100 de fondo, Cada divisién constaba de dos brigadas, de cinco ba- tallones cada una, El comandante de ta division disponia de un Estado Mayor con ayudantes de campo, escribas, intendentes, sacerdotes y portainsignias Los efectivos de los ejércitos egipcios oscilaron, por lo tanto, entre algunos miles de combatientes en el Imperio Antiguo hasta las cinco divisiones de 10000 hombres cada una en el Imperio Nuevo Tactica En la fase de constituci6n del Primer Imperio, el combate consist en encuentros de hombre a hombre. Cuando el ejército se estructurd en divisiones, se trataba cada vez mas de escoger el terreno, alinear a los combatientes y alacar por cuadros profundos de 100x100 hombres, acompaiiados de carros. Logistica Los «arsenales» proveian de escudos, lanzas y otras armas. La inten- dencia aseguraba el avituallamiento, y el transporte se hacia a cargo de los propios soldados 0 con asnos, y a veces por barco 30 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA Grandes capitanes Senusret (1887-1858 a. J.C.) es el primer faraén cuyos éxitos militares Negaron a hacer de él un personaje de leyenda durante el Imperio Medio. Tutmés IIE (1479-1447 a. J.C.) realizé siete campaias contra el Imperio de los hiesos, y su flota domind todo el Mediterraneo oriental, sometien- do a Creta y Chipre. Sin embargo, es Ramsés II (1301-1235 a. J.C.) quien tuvo un mayor relieve por su participacién en la batalla de Qadesh Batallas representativas Batalla de Qadesh Ramsés U, en abril del aio 1288 a. J.C., con un ejército de cuatro divi- siones, y marchando con la divisi6n Amon en vanguardia, se enfrenté con los hititas, quienes, a la vista de Qadesh, envolvieron al faraén con dos de sus divisiones. Los carros hititas eran mas pesados que los egip- cios porque llevaban tres hombres en lugar de dos. La divisién Ra, pre- sa del panico, se disperso y huyé hacia la divisién Amén, produciéndo- se una gran confusion. BATALLA DE QADESH (1284 a. J.C.) QADESH me Ezipcios ro Hietas 3 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Los hititas se creyeron vencedores y se lanzaron sobre el botin del fara6n para repartirselo, pero Ramsés IT reagrupé sus fuerzas y, en una impresionante exhibicién de bravura personal, cargé sobre cellos, al tiempo que se acercaban las divis ias de retaguardia y se de- cidia la jornada a favor de Egipto. Valoracion militar de Egipto La civilizacion del Nilo fue modelada por la guer los faraones sé mantuvicron por la fuerza militar. Ya en tiempos del Imperio Antiguo existen referencias a «grandes» ejércitos nacionales, lo que puede resultar excesivo, pero lo cierto es que en el Imperio Nuevo tos faraones podian poner en el campo de batalla un ejército de 20000 hombres y, de acuerdo con los progresos de la logistica, podia desplazarse a cientos de kilémetros de sus bases de partida. E] empleo de armas de meta! hicieron de la guerra una actividad mucho mas mortifera, y el invento de Ja rueda permitié la aparicion de! carro de guerra, el arma de ataque escogida en el UJ milenio a. J.C. como plataforma movil de disparo. Por otra parte, la introduccién del casco de metal eliminé practicamente la maza del campo de batalla a favor del hacha. La tecnologia de las nuevas armas de metal dieron lugar a una in- dustria de armamento organizada. Es particularmente interesante la estrategia del Antiguo Egipto, porque a Jo largo de los siglos cambié desde su militarismo defensivo en el Imperio Antiguo a un imperialismo agresivo y ofensivo en el Im- perio Nuevo, en el que los (araones egipcios se valieron, casi exclusiva- mente, de ejércitos moviles y alianzas extranjeras. En el Imperio Medio se utiliz6 una estrategia mixta, reforzando las fortificaciones de las fronteras y manteniendo un ejército mévil para operaciones a gran es- cala de busqueda y destruccién. El significado de las batallas del Impe- tio Nuevo es asombroso. El tamaiio del ejército, su organizacidn tacti- ca, el uso de carros de guerra y la calidad del mando demuestran un grado de complejidad militar dificilmente igualado en muchos perio- dos histéricos posteriores ‘a, y los reinados de 32 LOS IMPERIOS DEL PROXIMO ORIENTE CRONOLOGIA 3000 a. J.C. Mesopotamia. Periodo Sumerio 3000-2500 a. J.C. Aparicién del carro de guerra 2334-2279 a. J.C. Sargén el Grande, rey de Acad 1800 a. J.C. Imperio de Babilonia. Hammurabi 1200-900 a. J.C. Envasién de los «pueblos del mar» 971-931 a. J.C. Israel. Salomon 883-859 a. J.C. Imperio asirio, Assurbanipal IT 722.a.J.C. Anexién de Israel por Asiria 612a.J.C. Caida de Ninive. Nuevo Imperio de Babilonia 579 a.J.C. Caida de Jerusalén 550 a. J.C. Imperio persa. Ciro II 529.a.J.C. Cafda de Babilonia 331a.J.C, Batalla de Arbelas. Derrota de Dario Ill de Persia En el afto 3000 a, J.C. se inicia el Periodo Sumerio, con rivalidades en- tre las distintas ciudades-Estado de Mesopotamia. Hasta el aio 1900 a. J.C. distintas dinastias sumerias ejercen el po- der en Acad y Ur, hasta que en 1800 a. J.C. se funda la primera dinastia de Babilonia y en el 1700 a. J.C. nace el primer Imperio babilénico. La invasion de los hititas, procedentes de Tracia, pone fin a la dinastia de Hammurabi (1792-1750 a. J.C.). Por otra parte, un siglo después, los faraones egipcios progresaron, sobre la region del Eufrates y se produjeron enfrentamientos sirio- egipcios por la hegemonia sirio-palestina. Hacia el afio 1300 a. J.C. se habian consolidado en el Proximo. Oriente dos grandes imperios, el de Egipto y el hitita, este ultimo en ta meseta de Anatolia. Entre los territorios de ambos se encontraban los pueblos de Mesopotamia, enzarzados en guerras interminables y san- grientas, que no habfan logrado formar una entidad politica sélida, a 33 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA pesar de lo antiguo de su civilizacién. En cuanto a las regiones costeras de la franja sirio-palestina, carentes de organizaciones estatales que superasen el marco de la ciudad-Estado, su destino estuvo siempre vinculado a las etapas de auge o decadencia de los imperios egipcio e hitita. Con la sola excepcidn del pueblo hitita, conocedor del secre- to del hierro, todos los demas estaban inmersos en esta época en la Edad del Bronce. En el seno de la sociedad hitita, el desarrollo de la metalurgia per- mitié a la aristocracia militar del pais disfrutar de las ventajas de un ar- mamento fabricado a base de hierro, lo que los convertia en el imperio mejor armado del mundo antiguo A principios del siglo x1 a. J.C. los arameos, bandas némadas que erraban por el desierto sirio-ardbigo, avanzaron sobre los reinos asirio y babildnico. Esta invasion no fue un mero episodio, pues como reac- cién surgié un Imperio asirio, belicoso, fuerte y cruel. Antes, sin em- bargo, otros pueblos némadas semitas, los hebreos, se habian asentado en la franja costera palestina, S6lo un siglo después de su instalacién en Palestina los mismos he- breos sufrieron una invasion de los Hamados «pueblos del mar», los fi- listeos segun la tradicién biblica. Las invasiones de los «pueblos de! mar» y de los arameos convul- sionaron e} Préximo Oriente. Los Estados asentados en ta llanura me- sopotamica, Egipto, y los reinos hititas de Siria se vieron afectados y muchos de ellos desmoronados. Las invasiones arameas obligaron a los reyes asirios a huir a las montaias, pero a principios del 1 milenio a. L.C. los ejércitos asirios reaccionaron lanzandose a guerras de sa- queo y hostigamiento, en Jas que desarrollaron sofisticados sistemas de asedio, utilizando trincheras y fortines Los asirios eran meditadamente crueles con los que les hacian fren- te, y el terror que inspiraba el ejército asirio hacta que ciudades enteras se abrieran a su paso y se sometieran. La expansién asiria se tradujo en la conquista de Babilonia (842 a. J.C.) y en continuas campaiias contra Siria, Fenicia y Palestina. Si bien Asiria conquisté e incorporé Babilonia a su imperio, desde el pun- to de vista cultural fueron los babilonios los que conquistaron Asiria. Israet era uno de los pequefios paises situados entre Egipto y Asiria. En época de Salomon (971-931 a. J.C.), la monarquia judia alcanzé su maximo apogeo, y la guerra era una forma habitual de existencia. Sa- lomén cre6 un ejército regular, complementado con milicias tribales, multiplicé la fuerza de los carros israelitas y construyé bases fortifica- das en las principales Iineas de comunicaciones fuera de Jerusalén. Con la toma de Samaria (722 a. JC.) por Jos asirios se produce el final del reino de Israel, que fue anexionado por Asiria. El Imperio asirio, cuya estabilidad parecia grande, sucumbié ante 34 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA una coalicién formada por babilonios, medos y escitas. E] afio 612 a. J.C. cay6 Ninive, la gran ciudad asivia. La caida de Ninive significé el rena- cimiento de Babilonia: La suerte de los pueblos del Préximo Oriente no cambié mucho bajo los nuevos sefiores de Babilonia, que tomaron Jerusalén el $79 a. J.C. y deportaron de nuevo a los judios. En la parte occidental de la meseta de Iran vivian desde el IT mile- nioa. J.C. las tribus persas, Estos pueblos, bajo la direccion de los me- dos, y aliados de los babilonios, derrotaron a los asirios, como se acaba de sefialar. Desde ese momento se transformaron en una potencia mili- tar, y el ano 529 a. J.C. asaltaron Babilonia; el rey de los persas, Ciro el Grande, convirtio el Imperio de Babilonia en una provincia persa, A partir de entonces las conquisias persas se sucedieron ininterrumpida- mente, apoderandose de Turkestan, la cuenca del Indo y Egipto, po- niendo fin al Imperio de los faraones. Los persas organizaron el imperio en grandes provincias llamadas satrapias El persa fue el imperio mas tolerante de los surgidos en el Préximo Oriente y su civilizacion fue contemporanea de la griega. Los ejércitos de Sumer, Acad y Babilonia El conocido como Estandarte de Ur es uno de los documentos arqucolé- gicos mas importantes sobre la vida de Sumer, y muestra unos piqueros, con cascos y tunicas de cuero, y unos carros de guerra de cuatro ruedas macizas tirados por onagros 0 asnos. Transportaban cuatro hombres: el conductor, el guerrero y dos portadores de escudos para proteger al combatiente. Los guerreros estaban armados con jabatinas y lanzas. El estandarte fue encontrado en una tumba de hace 4500 afios, En Sumer (3000-2350 a. J.C.), los contingentes para cl ejército los proporcionaban las ciudades, y era una servidumbre hereditaria En Babilonia, antes de Hammurabi, eran mercenarios y esclavos los que formaban el ejército permanente. A partir de Hammurabi, el re- clutamiento se hace entre los hombres libres, ligados por un contrato personal a cambio det cual el monarea les concede casa en usufructo vitalicio y tierras de cultivo. La téctica de Sumer preconizaba el ataque en formaciones compac- en tanto que Acad recurria al «orden disperso» mas que a la masa de combatientes. En Babilonia, la mayorfa de las expediciones tenian por objeto to- mar ciudades y hubo pocas batallas a campo raso, En esta época, se construian ya murallas de 5 a 10 m de anchura, con una altura de hasta 20 m, flanqueadas por Lorres. 35 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA El ejército hitita El Imperio hitita tuvo un régimen feudal. El monarca garantizaba domi- Nios y tierras a sus vasallos a cambio de un tributo y de asistencia militar. Los hititas sustituyeron el bronce por el hierro para las puntas de sus lanzas, flechas y espadas, asi como para sus cascos y escudos, Cred ron nuevos carros de guerra, mucho mas ligeros y rapidos, reemplazan- do por dos ruedas con radios las cuatro macizas tradicionales, y susti- tuyeron el asno u onagro por el caballo. Cada carro de guerra Hevaba tres hombres: cochero, arquero y escudero, y su velocidad desconcer- taba al adversario. Los carros, tras rapidas etapas nocturnas, irrumpi- an subitamente sobre el enemigo, rodcando sus unidades y sometién- dolas a una nube de flechas. La invencién del acero y las marchas de aproximacién para sor- prender al enemigo aseguraron a los hititas un fugar eminente en el arte de la guerra. E} ejército hitita mantenia guarniciones en fortalezas y grandes campos atrincherados, y en periodo de verano o bien se instruian 0 ha- cian la guerra EI ejército asirio El ejército asirio hizo del terror su arma favorita, pero esta terocidad no fue incompatible con una notable organizacidn e innovaciones en la técnica de la guerra, en la estrategia y en la tactica E] ejército estaba organizado por et sistema decimal, y los merce- narios extranjeros eran muy numcrosos. EI hicrro tenfa un uso muy generalizado y con él se hacian la mz yoria de las armas ofensivas y, juntamente con el bronce, servia para re- forzar los cascos, los escudos, las tunicas de cuero y las botas altas de cuero. El carcaj, para Hlevar las flechas, era de uso corriente El infante asirio era alto y barbudo, se cubria con un casco conico y Hevaba Ja coraza sobre su tinica bordada La infanteria pesada se componia de piqueros, provistos de largas lan- zas, de espada y de un escudo metdlico, asi como de arqueros que se pro- tegian con un escudo de mimbre. La infanteria ligera no Nevaba coraza. Para formar la linea de combate, se ponian juntos un arquero y un piquero provistos de un escude con el que se protegian los dos. Los asirios perfeccionaron y multiplicaron el empleo del caballo y de los carros. Estos Gltimos facilitaban el transporte de flechas y jaba- linas en gran niimero. Se hicieron progresos en la caballeria. Al principio, el soldado de 36 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA caballeria no era mas que un infante montado. Después, el escuco fue reemplazado por una coraza flexible que dejaba libres ambas manos y ho iba mas abajo de fa cintura, y las piernas se protegian con botas al- tas. Son los primeros catafractas del mundo antiguo. El binomio arguero-lancere continud cierto tiempo, pero después los jinetes se hicieron independientes y formaran por si solos grupos de combate. Asf nacié la caballeria moderna. Los asirios dominaban los problemas de la requisa de caballos, te- niendo en cuenta que no se usaban mucho en la agricultura. Sin em- bargo, a pesar de ser los primeros en desplegar fuerzas de caballeria, no dejaron de considerar los carros como el arma mas importante. Por otra parte, unas incipientes unidades de ingenieros permitian el paso de rios, tendiendo puentes sobre odres de cuero o sobre las clasi- cas bareas redondas del Eufrates. La importancia del material para el asedio de ciudades hizo tam- bién que los ingenieros se especializaran en trabajos de minas bajo las murallas, asi como en el empleo de arietes y torres sobre ruedas para escalarlas. Si se hacia necesario construir una rampa para mover las torres de asedio conira las fortificaciones, los ingenieros asirios estaban prepa- rados para cilo. E] ejército asirio dispuso también de mnisicas militares, con instru- mentos de cuerda y percusion. En las marchas de aproximacion, las tropas se movian en columna, con los carros a la cabeza, tras los cuales iban ta caballeria y la infan- teria, scguidas de los ingenieros y, finalmente, el tren de bagajes. En las batallas se establecia una formacién en linea con arqueros, lanceros y caballeria, y el atacante trataba de asaltar con carros y ca- balleria esta linea Sin embargo, la perpetua movilizacién de los recursos militares hizo que el ejército asirio quedara agotado y fuera borrado de la tierra, en una exlerminacién sin precedentes, por la coalicién de medos y babilonios. El ejército persa E] ejército persa no disponia de armas nuevas, pero dio una gran im- portancia a la instruccién militar y al entrenamiento La logistica corrid a cargo, con el tiempo, de empresas privadas, siendo notorio el volumen de sus equipaies En su organizacién territorial, las satrapias, especie de virreinatos, tenian un general al mando de las fuerzas militares y estaban unidas por vias de comunicacion que permitian un enlace rapido. El ejército constaba de tropas medas y persas, con una guardia per- 37 ENCICLOPEDIA DEL ARTE OF LA GUERRA sonal del monarca de 2000 a 8000 hombres a pie y otros tantos a ca- ballo. Era el cuerpo de los Inmortales, que se mantenia siempre al com- pleto, con 10000 hombres organizados segtin el sistema decimal El armamento de los Inmortales era la espada, la lanza y el arco con su carcaj. El arco fue el arma preferida de los persas. Bl estandarte del cjército era una aguila de oro, con las alas desple- gadas en la punta de una pica. El reclutamiento nacional era el menos numcroso, y el grueso de las tropas estaba formado por mercenarios. Los persas conservaron los carros de guerra, pero los armaron con guadaias. Introdujeron en Occidente el empleo de elefantes en la guerra La caracteristica principal de su estrategia parece que fue fa movili- dad y la maniobra rapida. Los persas emplearon la caballeria de una forma magistral Con los persas se lleg6 a unos efectivos de varios centenares de mi- les. En Arbelas (331 a. F.C.), el numero de combatientes en el ejército persa era, segtin Polibio, de 340000 hombres, pero para Quinto Curcio alcanzaban los 600000 infantes y los 140.000 jinctes. El ejército persa tenia dos grandes debilidades, Carecia de infante- ria pesada, ya que la tactica persa se basaba en los ataques de caballe- ria, en tanto que la infanteria atacaba de cerca con armas ligeras, La otra debilidad, no menos importante, era la falta de cohesion tactica del ejército, que procedia de tribus étnicas y regionales, que conservaban su organizacion tictica local, por lo que la mezcla resul- tante no siempre era arménica. Para compensar estas servidumbres, los persas fueron los primeros grandes maestros del mundo en dos de las armas fundamentales de la guerra: la caballeria y la flota. Valoracién militar de asirios y persas El engrandecimiento de Asiria coincidié con uno de los mayores pro- gresos tecnoldgicos del hombre: el empleo del hierro en la produccién de insirumentos y, consecuenternente, de armas. Con su ejército de hiervo, los asirios forjaron el primer imperio mun- dial, conquistando el Proximo Oriente, y organizandolo en provincias bajo la activa supervision de los reyes asirios. La estrategia asiria fue concebida para resolver un doble problema: mantener subyugadas las provincias conquistadas y defender las fron- teras imperiales. Las dos caras de esta estrategia eran la seguridad in- terior y la exterior, y los reyes adoptaron una politica consciente de te- rror para el logro de su estrategia. 3g DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA El elemento esencial para conseguir sus objetivos fue la gran efica- cia de su ejército. Los jefes militares asirios eran conscientes de la ne- cesidad de mantener una fuerza con la suficiente fexibilidad tactica como para satisfacer Jas demandas estratégicas de lucha en las diversas circunstancias gcograficas de su territorio. La esirategia persa fue distinta, pues asi como los asirios practica- ron una politica de sometimiento mediante el terror, los persas trata- ron de ganarse la voluntad de sus stibditos en las satrapias con una po- litica de tolerancia. Bajo los reyes de Persia, domin6 el Préximo Oriente un ejército y una armada que constituian una fuerza impresionante. \ CapiTUL “ “EDAD ANTIGUA-EPOCA CLA‘ LA GRECIA CLASICA. EL IMPERIO DE ALEJANDRO MAGNO Primero derroté en combate a tus generales y a sus tropas, y ahora te he derrotado a ti y al ejército que conduces... Las campatias de Alejandro, ARRIANO 2500-1500 a. J.C. 512 a.5.C. 490 a.5.C. 480 a. J.C. 479 a. S.C. 449 a.I.C. 431-404 a. J.C. 401-400 a. J.C. 395-387 a. J.C, 379-360 a. J.C. 338 aL. 334. LC, 333.a. LC. 33t a. EC. 326 a.5.C. 323 a. JC. 146 a. J.C. CRONOLOGIA Los primeros habitantes; los pelasgos adoptan la civilizacién cretense, Palacios-fortaleza ~ Civilizacién aquea. Fortalezas de Micenas y Tirinto Asedio de Troya Invasién dérica Inicio del régimen militar de Esparta Primera olimpiada. Colonizacién de Sicilia, Chi- pre y Egipto . Pugna entre Grecia y Persia. Guerras médicas Batalla de Maraton Batalla de las Termépilas y de Salamina Batallas de Platea y Micala . Final de las guerras médicas. Jerjes es derrotado. Guerra. del Peloponeso. Esparta contra Atenas. Expedicién.de Siracusa. Batalla del Egospétamos (404) Jenofonte. La «retirada delos Diez.Milx:.. Hegemonia de Esparta | Hegemonfa de Tebas. Batallas de ‘Leuetra. G71) ¥ Mantinea (362) Filipo de “Macedonia aniquila. Tebas: Alejandro Magno proclama Ja unidad de.Grecia, Batalla de fronteras del Granico contra Persia. _Batalla de Iss: Alejandro contra Darfo IIT ~ Batalla de Arbelas: derrota de Darfo TIT Batalla del Hidaspo, titima batalla de Alejandro ‘Muerte de Alejandro. Reparto de su imperio Grecia } pasa a ser proyincia romana: 43 ENCILLOFEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Marco historico-estratégico La cuenca oriental del Mediterraneo fue el escenario de la civilizacion griega. No se sabe casi nada de los pelasgos, los primeros ocupantes del pais, que desarrollaron la civili asentada en Creta, de Ja que quedan curiosos palacios-tortaleza construidos en laberinte y ro- deados de muros de considerable espesor. Hacia el afio 1600 a. J.C. Ilegan los primeros indocuropeos, los aqueos, que desarrollaron una civilizacion original, representada por la fortaleza de Micenas. En el afte 1184 a. J.C, los aqueos toman la ciudad de Troya, tras nueve afios de asedio, como narra Homero en su /iada. Mas tarde, llega una segunda oleada de pueblos, lamados dorios, que empuja a los aqueos hacia las costas de Asta Menor y contribuye a la colonizacién de las mismas. La peculiar topografia de Grecia, pe- queso pais cruzado por numerosas cadenas montaiiosas y dotado de escasas comunicaciones, generé un fraccionamiento politico y el naci- miento de pequenas unidades estatales, polis, con sus reyes, leyes y dioses propios. Las mas significativas fueron Esparta y Atenas. En el 750 a. J.C. aparecieron en el Mediterraneo central las prime- ras colonias griegas, en competencia con fenicios y cartagineses. Al sur de Italia se le Wam6é Magna Grecia, La expansion griega hubiera con- vertido a Grecia en el primer imperio maritimo del mundo de haber constituido una naci6n unica Por otra parte, la zona oriental del Mediterraneo fue disputada por griegos y persas en las guerras médicas, El conflicto enfrentaba a un inmenso imperio con una serie de mintisculas ciudades, cuya alianza estaba sdlo dictada por el miedo, y todas cllas con pasion por la hege- monia La primera fase se inicia cuando Dario envia un ejército contra Gre- cia, que es vencido en Maratén (490 a. J.C.). La segunda fase se decide en las Termépilas, Salamina (480 a. J.C.) y Platea (479 a. J.C.). La pérdida de prestigio miné los cimientos del Imperio persa y lo Hevo a la ruina. En estas batallas se ha dicho que descansa toda la ar- guitectura de Ja historia de Occidente. Los éxitos de Atenas, su flota y sus riquezas, su expansién intelec- tual y artistica, fomentaron la envidia de los restantes Rstados griegos y fueron la causa de la guerra del Peloponeso (431-404 a. J.C.) condu- cida por Esparta, que termin6 con la derrota de Atenas. La guerra contra Esparta finalizé con la desafortunada expedicion de los atenienses a Siracusa (415-413 a. J.C.) y el desastre del Egospo- tamos (404 a. J.C.) En los afios 401-400 a. J.C. se prodtice el episodio de la «retirada de cidén minoica 44 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA los Diez Mil», narrado por Jenotonte en su Ardbasis, considerada una de Jas marchas mas famosas de la Historia, que produjo un entusiasmo: enorme en todas las ciudades griegas al considerar que ninguna fuerza oriental, en esic caso el Imperio persa, podia derrotar a otra griega compuesta de guerreros bien adiestrados, Tras un breve periodo de poder de Esparta, surge la hegemonia de Tebas, que, con Epaminondas, destroza a los lacedemonios en Leuctra G71 a. JC.) y Mantinea (362 a. J.C.) A partir del afto 338 a. J.C. se inicia el predominio de Macedonia. Fi- lipo I de Macedonia, educado en Tebas, aplasté a una coalicion de ciu- dades griegas en Queronea, convirtiéndose en duefio y senor de todos los Estados de Grecia. Su proyecta de hacer la guerra a Persia y de tor- mar un imperio mundial paso a ser herencia de su hijo Alejandro. Alejandro Magno (356-323 a. J.C.), tras imponer su dominio en Gre- cia, con lo que aseguré una base de operaciones en Europa desde don- de poder lanzar sus ofensivas, atacé al Imperio persa. El Granico (334 a. J.C.) fue una batalla de fronteras; Isos (333 a. J.C.), la primera gran batalla contra Dario IT, y Arbclas, la batalla decisiva en la gue fa huida del Gran Rey de los persas facilite la victoria total de los griegos y abrié un camino para llegar a la India, alcanzando los limites orientales del Imperio de Dario, donde Alejandro tuvo que detenerse, pues sus tropas rehusaron seguir avanzando. A partir de la muerte de Alejandro en Babilonia, ciudad que eligié camo capital para su imperio, sus ambiciosos generales, los diadocos, se reparticron los territorios, fundandose tres importantes monarquias la de Egipto bajo los Tolomeos, la de Asia bajo los Seleacidas y la de Macedonia bajo los Antigonos, y ademas el Imperio de Chandragupta, en la India. Sin embargo, no pudieron evitar que al cabo de cierto tiempo Ma- cedonia (148 a. J.C.) y Egipto (30 a. J.C.) pasaran a poder de Roma Organizacion En los primeros tiempos de las ciudades-Estado, las guerras no eran sino duelos entre hévoes scleccionados, como natra Homero. El valor personal era la virtud suprema. Los pequerios Estados eran esencial- mente aristocraticos y los grandes senores iban al combate en carro de dos ruedas, tirado por dos caballos, que servia para conducir al guerre- Yo ¥ a sus armas personales hasta el campo del encuentro. Cada jete de estas ciudades-Estado llevaba al punto de reunion, para iniciar las ope- raciones, a un combatiente por familia, armado a su costa, que presta- via servicio sin cobray soldada ©, excepcionalmente, con los subsidios del jefe o del rey. ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Del siglo vi al vi a. J.C., Grecia evoluciona rapidamente y las cla- ses inferiores, fortalecidas por los progresos del comercio y de la nave- gacién, exigen ocupar el puesto que les corresponde en la funcién mi- litar, a lo que contribuyé también ja transformacion del armamento, pues con el progreso logrado en el tratamiento de los metales, y el con- siguiente abaratamiento de lanzas, escudos y corazas, era posible su adquisicion a un precio razonable, y nobles y ciudadanos ordinarios se encontraron en un plano de iguaidad en el campo de batalla Los guerreros se colocaban uno al lado del otro, en filas regulares, para marchar hacia el enemigo y, agrupados en masa, constituiran las falanges, desplazando, en cierto modo, a los nobles que combatian uti- lizando caballos. Las guerras contribuyeron de este modo a nivelar las jerarquias sociales. La guerra griega es tinica por cuanto solo se tundamentaba en el choque. Cuando dos falanges chocaban entre sien el campo de batalla temblaban los hombres de sus filas y cundia facilmente el panico. No siempre bastaba la disciplina y la instruccién para mantenerlos com- batiendo mucho tiempo. Desde el punto de vista de la organizacion destacaron las escuelas espartana y aleniense. Esparta establecié un régimen politico y militar nico, creado para la guerra. La clase superior, los iguales, dedicaban su tiempo a ejer- cicios fisicos y maniobras militares, vivian en barracones militares has ta los treinta afios y eran movilizables hasta los sesenta anos. Los sier- vos, ilotas, ayudaban al combatiente, hasta un numero de siete por guerrero. El espartano no podia retirarse del campo de batalla en pre- sencia del enemigo, cualquiera que fuera la fuerza de éste, y las tropas tenfan que conservar su puesto hasta vencer o morir, No es de extrafar que, al alcanzar tal nivel de adiestramiento, la infanteria de Esparta do- minara a la de los demas Estados. Atenas organizé su ejército en milicias y, si bien el ateniense tenia que prestar el servicio militar y adiestrarse, una vez terminada la gue- rra regresaba a la vida civil en la ciudad. Sokamente algunos merce- narios, y los reclutas que cumplian dos afios de servicio en una guar- nicién de frontera, constitujan las fuerzas del ejército permanente Durante su infancia y su primera adolescencia, el joven ateniense se preparaba para la guerra mediante ejercicios de lucha cuerpo a cuerpo y lanzamiento de disco y jabalina. Terminado el servicio militar, seguia formando parte del ejército hasta los 49 afios de edad, y de los 50 a los 60 afios se incorporaba a una guardia territorial. Aunque los mercenarios fueron empleados en grado limitado desde tiempos antiguos, la verdadera época del mercenario griego empieza a finales de la guerra del Peloponeso, cuando muchos soldados griegos se pusieron al servicio de los persas, que siempre habian apreciado las EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA aptitudes guerreras de la infamteria pesada griega. Eran particular- mente habiles como arqueros y lanceros En Macedonia, Filipo (359 a. J.C.) organiz6 sus ejércitos de forma que todos los macedonios quedaran sujetos al servicio militar, y el pais se dividio en circunscripciones que debian reclutar, cada una, sus con- lingentes de caballeria y de infanteria. La tradicién oligarquica seguia siendo fuerte, y se reclutaba la ca- balleria entre la nobleza; los pequefios propietarios se incorporaban a la infanteria, y los soldados procedentes de las clases mas pobres esta- ban ligeramente armados. Filipo recluté numerosos mercenarios. El mando de los ejércitos presenta sus propias caracteristicas. En Atenas, los jefes mititares son designados por eleccion, y los generales, denominados estraregas, detentaban cl mando supremo. Cuando eran varios, uno de ellos quedaba investido de la autoridad superior. De acuerdo con su especialidad en cl combate, los soldados se cla- sificaban en hoplitas, peltastas, psiles y catafractarios. El hoplita, infanteria pesada, llevaba casco, coraza, escudo, polai- nas y una lanza llamada sarisa con hierro en ambas extremidades. To- maron el nombre del hoplon, gran escudo de madera, provisto de una banda de bronce. Los peltastas, infanteria ligera, Ilevaban un pequefo escudo redon- do {pelta) Dentro de la clasiticacion de psiles, conocidos también corno esca- ramuzadores, estaban los arqueros y honderos, que, en general, cum- plian misiones de cxploracién, reconocimiento y hostigamiento del enemigo. Fue Alejandro quien introdujo en su ejército los escuadrones de ji- netes pesados, Ilamados catafractarios, equipados con coraza, casco, polainas, escudo y pica, Como el conjunto del equipo resultaba dema- siado pesado, se continué empleando la caballeria ligera En la organizacion de las unidades, la falange representé la trans- formacién de un conjunto de hoplitas en una formacién militar que po- dia rendir dicz veces mas que los esfuerzos no coordinados de igual nu mero de soldados con idéntico armamento. La falange cra una formacion compacta de hoplitas en filas de vein- ticuatro, dieciséis u ocho hombres de fondo, siendo la mas corriente, al parecer, la formacion de ocho filas. Se trataba de un muro de guerre- ros, de unos diez metros de espesor, cuyo frente podia ocupar varios centenares de metros. La falange fue algo mas que una formacion tactica. Represento una forma de vida, un cédigo de vitalidad y moratidad, que estaba arraiga- do en Grecia mas profundamente que en la mayoria de las sociedades militares. En la falange espartana, cada hoplita llevaba consigo siete ilotas 0 ay ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA esclavos, situados a retaguardia, con lo que la falange constaba de ocho filas. Para mantener el alineamiento del frente de batalla, los hoplitas marcaban el paso a los sunes de flautas. La falange macedénica incorpors en el armamento de los hoplitas ta sarisa, lanza que podia tener de cuatro a siete metros segun la linea que ocupaba el que la levaba. Las mas largas se reservaban para las lineas mas distantes del frente, de forma que, cuando se bajaban, tormaban un muro erizado de puntas de hierro. El ejército de Alejandro fuc el heredero del de su padre, Filipo, En la invasion del Imperio persa contaba con 32000 infantes y 5000 caba- llos. La mitad de los componentes del ejército eran macedonios, es- tructurados en caballeria, infanteria y unidades ligeras. A ellos se unian auxiliares balcanicos, especializados en reconocimiento ¢ informacion, unidades ligeras de tracios y aliados griegos. El factor verdadcramente novedoso fue el empleo de la caballeria, que llego a ser la principal arma ofensiva. Completaban este ejército los servicios técnicos, o de ingenieros (1o- rres de asalto sobre ruedas, catapultas y material de paso de rios}, un tren de equipajes, intendencia, médicos, topografos y un servicio de co- reo: Alejandro disponta asimismo de un Estado Mayor. Hasta Napoleén, ningun ejército llevaria un Conjunto de especialistas tan completo. Estrategia En general, los griegos prefirieron la estrategia de desgaste del adversa- rio a su aniquilamiento en una batalla decisiva. Habra que llegar a la supremacia tdctica de Tebas y a las campaiias estratégicas de Alejandro para encontrar un cambio de perspectiva. Bl griego antiguo tenia inte- rés por Ja supervivencia del derrotado, para seguir arrebatandole bie: nes. Filipo de Macedonia y Alejandro Magno romperan esta tradicion e impondran las guerras de conquista por amplios espacios. Atenas y Esparta representan dos formas distintas de pensamiento. estratégico. En tanto que Esparta representa un poder terrestre, basado en la instruccién como combatiente profesional del ciudadano, la preo- cupacion de Atenas, en particular desde Temistocles, serd el perleccio- namiento de la marina Atenas, en su guerra contra el Imperio persa, comprendié que si no disponia de una flota Jo suficientemente poderosa como para ejercer un absoluto dominio sobre el mar Egeo su suerte estaba echada La combinacion de ejército y marina en las guerras médicas indica que las relaciones entre contingentes terrestres y maritimos eran com- prendidas con tanta claridad como en nuestros dias. ar ype EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA Jenolonte representé un cambio en la estrategia operacional grie- ga. Contrariamente a lo que representa Ja falange como choque de los cjércitos en lineas paralelas, Jenofonte quiere la guerra de movimien- tv, la explotacion de situaciones favorables, ef advlantamiento en la ocupacién de puntos altos y el empleo de la caballeria al margen del choque. Alejandro Magno empleo una estrategia de aniquilamiento basada en la persecucién del enemigo y en la sucesi6n de victorias cerca de ob- jotivos que el enemigo estaba obligado a defender. Alejandro libra las batallas por léneas interiores, buscando lo més sélido del despliegue enemigo, su centro. Los griegos emplearon la estrategia de la guerra sicoldgica, y usaron la traicion y la conspiraci6n para dividir a sus enemigos. Alejandro Magno sintetiz6, en su concepcién estratégica, la tradi- cion falangista de Esparta y Tebas, la marinera de Atenas y la ecuestre de Tesalia. Hizo de la movilidad de los ejércitos por Gerra el elemento tictico predominante. Tactica Los héroes de la mitologia helénica preferian el combate singular, el duelo entre guerreros, como preludio de una batalla que podia resultar innecesaria. Con la aparicion de la falange, la batalla se materializa en el choque de dos ejércitos dispuestos en lineas paralelas. Una vez rotas las lineas y hundido el orden de batalla, el vencido debe buir sin que sea perseguido. La capacidad de maniobra interesa poco, y cl alaque al centro suele significar el principio de una trampa o de una emboscada. No hay resetvas, y se trata de buscar que una de las alas sea mas fuerte y que el enemigo no lo sepa. La falange presentaba el aspecto exterior de erizo inflexible y disci- plinado. La tdctica consistia en un empuje frente a frenie. La tendencia de cada combatiemte a protegerse por el lado derecho, apretandose contra el escudo de su vecino, condujo a la linea a empujar hacia la derecha, desbordando ligeramente a la izquierda enemiga. Se producia un giro de las dos tormaciones encontradas en lucha en el sentido contrario a las agujas del reloj. En las batallas, los atenienses atacaban en silencio, en tanto que los espartanos lo hacian al son de una flauta Esta forma de combate se modificé con el refuerzo de las falanges con infanterta ligera y escaramuzadores, que en vanguardia o detras de los hoplitas hacian uso de hondas, flechas y lanzas cortas para frenar 40 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DF LA GUERRA el ataque frontal del enemigo. También se doté a la falange con algu- na caballeria para proteger cl flanco mas amenazado y, en su caso, la retirada. No estaba previsto el empleo de la caballeria como fuerza de choque. Epaminondas, jefe tebanu, ided una nueva tactica consistente en no colocar a sus tropas en lineas paralelas ante el ejército enemigo, sino en orden oblicuo a aqué\, con la izquierda en vanguardia y la derecha re- trasada. El ala izquierda tenia cincuenta filas de profundidad y la dere- cha estaba formada por infanteria ligera. El choque tenia lugar en la parte més fuerte propia sobre la linea del enemigo, no se realizaba el esperado giro en circuloy en su lugar se producia un bloqueo que daba como resultado una batalla de aniquilamiento. Con Alejandro Magno, la falange macedénica era mucho mas com- pacta y la longitud de las sarisas permitia que entraran en accién varias lineas en profundidad. La accién individual del combatiente era menos importante, pero poseia una gran fuerza de choque y, en especial, una gran capacidad de resistencia. Pero el factor verdaderamente nuevo es el empleo de Ja caballeria, que Hego a ser la principal arma ofensiva, en la tactica denominada del martillo y del yunque. La falange, que hace de yunque, retiene al nicleo principal enemigo y la caballeria pesada se utiliza no solamente contra la caballeria adversaria, sino también contra la infanteria, golpeando DESPLIEGUE DE COMBATE DEL EJERC!TO MACEDONIO a oe lm wa oa Cortina de infanteria ligera Cabalieria 4 fears) | Falange de élite) Lo) — Flange de segunda linea {habitualmente aliados) Caballeria pesada sn EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA como un martillo. La caballerfa pesada es apoyada ademas por desta- camentos ligeros. En todas las grandes batallas de Alejandro, la colocacién de sus tro- pas es similar. Las falanges se colocan en el centro en dos columnas. La caballeria ocupa las dos alas, asf como la infanteria ligera, y al frente del despliegue se sittan los psiles. Tras unas escaramuzas de éstos se lanzan las falanges contra el ene- migo, contando con el efecto del ataque en masa, A continuacidn, la ca- balleria trata de aniquilar lo més sélido del despliegue enemigo Armamento Los aqueos, al Hegar a Grecia, no tenian sino armas rudimentarias, como el hacha plana, jabalinas con cabeza de cobre o bronce y arcos con flechas de punta de silex. Posteriormente, adoptaron las técnicas de Oriente, con espadas de bronce, escudos de piel sobre armazén de madera, cascos empenachados y carros de guerra, con un conductor y un combatiente. Mas tarde aparecen las armas de hietro y el caballo como montura de guerra. En las ciudades-Estado, el armamento resulta similar entre ellas, y al conjunto de lo que levaba un guerrero se le denominaba panoplia. Son armas defensivas et casco y la coraza. El casco es de cuero o de bronce, con proteccion en la nuca y a ve- ces en la nariz y en los carrillos, y es menos pesado que en épocas an- teriores y con una cimera mas cémoda. La coraza es de cuero o de tela reforzada con escamas metalicas y Mega solo a la cintura, si bien las piernas se protegen con polainas. El eseudo puede ser de bronce o de piel sobre armazén de madera y suele ir ornado en el centro con motivos decorativos. Las armas ofensivas son la lanza, con asta de madera de dos metros, con sus extremos terminados en punta de metal. La lanza macedénica, la sarisa, podia tenet una longitud de cuatro a siete metros. Aunque la caballeria antigua carecia de estribos, el golpe de la sarisa de caballe- ria, que e] jinete soltaba en el momento del impacto, era verdadera- mente mortal La espada es recta, de doble filo, y unos 60 cm de longitud. El peso total de la panoplia se elevaba a 35 kg. La infanteria ligera, los peltas- tas, Hevaban escudo de mimbre y una tinica corta. Los honderos lanzaban piedras, bolas de arcilla o de bronce, hasta una distancia de 200 m, y los arqueros se caracterizaban por sus panta- lones largos cenidos a los tobillos y sus gorros puntiagudos, y llevaban en el carcaj de diez a quince flecha 51 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DF LA GUERRA La caballeria iba armada con lanza y espada, y una manta, sujeta por una cincha, servia de montura, dirigiéndose el caballo con las bri- das y el bocado. Los catafractarios levaban a veces el cabalto protegido. Una de las consecuencias de la conquista de la India por Alejandro Magno fue el empleo de elefantes con fines militares. El elefante leva- ba una torrecilla sobre el lomo en la que iba el conductor y cuatro sol- dados. Antioco LL, rey seléucida, hizo entrar en linea en Rafia (21 a. J.C.) ciento dos elefantes repartidos por grupos de dos en los intervalos de las falanges, © en: masas de choque de quince a veinte. Logistica Los hoplitas se hacian acompafiar por un criado que les Ilevaba las ar- mas y los viveres para tres dias: pan, queso, aceitunas, cebollas y ajo Filipo redujo drasticamente el nimero de servidores que atendian a sus tropas, exigiendo que sus hombres llevasen consigo la mayoria de las vituallas. En tiempos de Alejandro, la intendencia, con frenes de bagajes, tenia como fancién avituallar al ejército, comprande 6 requisando lo nece- sario por el camino, si bien no se sabe la organizacin de estos frenes de viveres. En las guerras médicas, si bien en este caso refiriéndonos a los per- sas, aun cuando el ejército que Jerjes condujo a Europa hubiera tenido 3610 100000 hombres, ef hecho de que pudicra operar en terrenas des- provistos de caminos a 1200 km de sus bases asiaticas es prueba posi- tiva de que el sistema de aprovisionamiento tuvo que estar muy bien organizado, Los persas acostumbraban a establecer depositos a lo lar- go de los caminos por los que se desplazaban los ejércitos. Poliorcética Los macedonios fueron los primeros que sé interesaron en la poliorcé- tica, el arte de asaltar y tomar fortalezas. Utilizaron arietes con cabeza de hierro y forres montadas sobre ruedas, cuya altura sobrepasaba a ve- ces la de las murallas y protegian también el trabajo de los zapadores- minadores. El mejor especialista en esta materia fue Demetrio | Poliorcetes, que en cl sitio de Rodas (305-304 a. J.C.) construyé una torre de 44 m de altura, montada sobre ruedas, armada con varios pisos de arietes, ballestas y catapultas. Las catapultas ligeras lanzaban jabatinas que perforaban coraz las pesadas proyectaban picdras, plomo o productos incendiarios. Vy 5 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA Grandes capitanes Milciades el Joven (Atenas 540-489 a. J.C.) Elegido estratega por los atenienses, Jos impulsé a marchar al encuen- tro de los persas que, de acuerdo con los planes de Dario el Grande, ha- bian desembarcado en Maraton (491 a. 1.C.). Aunque el ejército ate- niense estaba a las érdenes de Calimaco, correspondid por turno el mando a Milciades, que debia adoptar el orden de batalla. Milcfades se encontraba con un dificil problema tactico, consistente en que, al estar compuesto cl grueso de la infanteria persa por arqueros, el ataque de- bia ser muy rapido para atravesar los 200 m de terreno batido por las flechas. La decision y el arrojo de los griegos en el ataque hizo que los persas, presos de panico, huyeran desordenadamente hacia sus naves Temistocles (Atenas 525-460 a. J.C.) Partidario de una politica de expansién basada en el poder naval, apli- cé la estrategia de emplear conjuntamente el ejército de tierra y ta flo- ta. La batalla de Salamina (480 a. J.C.) no fue en el aspecto tactico extraordinaria, pero estratégicamente tuvo un cardcter decisive, Re- presents el final de la hegemonfa maritima persa, sin la cual el imperio asiatico no podria volver a mantener un gran ejército en un pais tan po- bre como Grecia. Jenofonte (Atenas 430-355 a.J.C.) Unié a sus cualidades de tratadista militar sus dotes de mando al fren- te de los mercenarios griegos que desde Cunaxa, al norte de Babilonia, emprendieron una de las marchas mas famosas de la Historia conoci- da como la «retirada de los Diez Mil», Ilegando a Trebisonda, en las costas del mar Negro. Hasta entonces nunca un ejército griego habia penetrado en el corazén de! Imperio persa y regresado a su pais sano y salvo, después de atravesar un pais hostil. Epaminondas (Tebas 418-362 a. J.C.) Tebas, en alianza con Atenas, inicié el afio 378 a. J.C. una guerra con Esparta que ejercia una politica de despotismo. Epaminondas estaba convencido de que los espartanos jamas cambiarian su tactica de cho- que tradicional, cuyo éxito dependia de un avance en orden cerrado durante el cual las lanzas de la falange agredian simnulténeamente el frente enemigo, Con su tactica de orden oblicue derroté al ejército de 53 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA, Esparta en Leuctra (371 a. J.C.) y en Mantinea (362 a. J.C.), terminan- do con el prestigio guerrero espartano y logrando una breve hegemonia para Tebas. Alejandro Magno (356-323 a. J.C.) Para sus bidgrafos, la fama y la grandeza de Alejandro son superiores a la mayor parte de los personajes historicos. Ademas del influjo de su padre, Filipo de Macedonia, recibié el de Aristételes, que fue su tutor cuando Alejandro tenia solamente trece anos. De su padre hered6 el proyecto de hacer la guerra al [mperio persa, cuya realizacion trajo en consecuencia la expansion de la hegemonia macedénica hasta consti- tuir un imperio mundial. Arist6teles le inculeé un profundo amor a la cultura grioga y a las obras de Homero: Se reconoce que estaba dotado de gran perspicacia y valor, y recla- maba siempre los puestos de honor y peligro, Alejandro en persona mandaba el ala derecha de su ejército, consti- tuida por caballeria de nobles macedonios denominados companeros, tal como sucedié en la batalla de Arbelas. Se ha destacado también su condicion moral, que lo distinguia de sus contemporaneos. Demostré compasion ante las desgracias ajenas, lo que no era usual en su €poca, y lamenté haber destruido la ciudad de Tebas y haber pasado a cuchillo a 6 000 tebanos. Alejandro proclamé la hermandad universal del hombre y el concepto de que la paz debe ex- tenderse a todo el universo, como ciudad de Dios, sin distincion de ra- zas. Sin embargo, hizo propio el principio de que debe existir un solo gobernante, un dios-rey, para todos los hombres, que se tradujo poste- riormente en Occidente en las ideas del imperio teocratico y de la ado- racién de los reyes. Ala muerte de su padre, tras haber sometido en poco mas de doce meses toda Grecia, inicié su ataque contra Persia; gano en cl Granico (334 a. J.C.) la primera de sus grandes batallas, y arrebato el dominio del mar a los persas, pero sin destruir su flota, sino ocupando sus puer- tos. A continuacién se enfrenté con Dario en Isos (333 a. J.C.), donde los persas fueron derrotados, teniendo que huir su rey. Después de con- quistar Tiro (332 a. J.C.) se dirige a Egipto, entra en Mentis, ocupa el antiguo trono de los faraones y funda la ciudad de Alejandria. ‘Tras marchar hacia el territorio del antiguo Imperio asirio, comba- ie en Arbelas (331 a. J.C.), la batalla mas trascendental de todas las li- bradas en Occidente. Dario fue derrotado, sufrié numerosas bajas, huy6 y fue asesinado. Con la muerte de Dario, Alejandro se convierte en Rey de Reyes. Continuéd su avance hacia el este, cruzé el rio Indo y en el Hidaspo (326 a. J.C.) libré la altima de sus grandes batallas. El ejército de Alejandro 54 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA rehus6 continuar avanzando y tuvo que iniciar el regreso hacia Occi- dente, no sin antes haber levantado una base naval en Hyderabad y es- tablecido una ruta maritima con la India. También establecié en Babilonia la capital de su imperio y murié en el afio 323 a. JC. Alejandro Magno no se limilé a conquistar un imperio, sino que emprendié la tarea de organizarto. Ditundié en sus dominios la cola- boracién entre Europa y Oriente. Su politica econdmica de desarrollo de intercambios y de estabilizacién monetaria figura entre sus mayores logros. Se ha dicho que a partirde Alejandro ya nunca seria igual la guerra. Lieve el arte de ella hasta un nivel de complejidad que raramente seria igualado, y aun mas raramente excedido, a lo largo de los 2000 arios que transcurrieron desde sus dias hasta los de Napoleén La tactica del martillo y el yunque del ejército integrado de Alejan- dro ha sido basica en la guerra hasta la actualidad. Tratadistas militares Homero Posiblemente nacié en Esmirna y vivid hacia el 850 a. J.C. Su poema la Mada narra la guerra de Troya, que fue el tiltimo acto de expansién aqnea. El sentido aristocratico de la guerra de Troya expresa la pre- ferencia entre los griegos por la lucha de dia, el campo abierto y el cuer- po a cuerpo. Se pone en primer plano la grandeza de los héroes que optan por el valor. Sin embargo, en las ciudades cuya seguridad se en- comendaba a las murallas no todo era ética caballeresca, sino también habia tendencias mercantilistas y demagogicas. La Odisea cuenta el re- reso a [taca de Ulises, inventor de la estratagema de introducir en Tro- ya un gigantesco caballo de madera, mito de un posible y real simula- cro de retirada total del ejército sitiador. Herddoto (Halicarnaso 484-420 a.J.C.) Sus Historias constituyen la fuente principal para el estudio de las gue- rras médicas y de los pueblos que participaron en ellas. E] estilo sen Ilo que dio a la narracién, donde los hechos histéricos y las leyendas se entremezclan para narrar el pasado, hace agradable su relato En las guerras médicas, los persas aparecen como un poder lejano y ancestral, barbaro y monstruoso, que quiere dominar y destruir el gé- nero de vida de las ciudades libres de la Hélade. El conflicto se presen- ta entre dos mundos desigualmente comprometidos en la lucha, que 35 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA, enfrentaba un inmenso imperio a una serie de pequefias ciudades, que sentian pasion por ta hegemonia sobre los demas E] mundo helénico es un mundo militar en grado sumo, y una inte- resante escuela de doctrinas tacticas y estratégicas. Tucidides (Atenas 465-395 a. J.C.) Considerado como uno de los creadores de la ciencia hist6rica racio- nalista, casi contemporaneo de Herddoto, se opuse abiertamente a su concepcion de la Historia, renunciando a las narraciones legendarias y a las intervenciones de los dioses. Expuso con cuidado las causas pr6- ximas y remotas de los conflictos y sefialé como valores esenciales en los actos humanos la fuerza y el espiritu de justicia. En su obra sobre la guerra del Peloponeso se describen las inciden- cias a nivel de estrategia total, es decir, a nivel politico de todas las gue- rras de nuestro tiempo. Tucidides analiza los anhelos, las desilusiones, los recelos de los hombres y de la sociedad como requisilo previo para comprender un acontecimiento. Mostré preocupacién por el dominio del mar. Jenofonte (Atenas 430-355 a. J.C.) Discipulo de Socrates, acompafié hasta Babilonia a los 13000 mer- cenarios griegos que auxiliaron a Ciro el Joven en su lucha por el tro: ne contra su hermano Artajerjes de Persia. En su obra Andbasis relata la retirada de estos griegos hacia su pais, combatiendo durante cinco meses. Jenofonte describe el choque de una potencia maritima con otra continental y las limitaciones de la organizacién militar de los griegos frente a unas tacticas que los persas habian desarrollado mucho mas. Grecia, no obstante, descubric intuitivamente el arte de romper el con- tacto con el enemigo, lo que posibilité la retirada Su obra Ciropedia es un tratado tedérico sobre las virtudes que deben adornar a un caudille, y como buen griego da importancia a la dialéc- tica de la negociacién y a la retorica del jefe para arrastrar al combate a sus soldados. Batallas representativas La lucha de doscientos afios que en las guerras médicas enfrent6 a Gre- cia y Persia dio lugar a una gran parte de las batallas que libraron am- bos pueblos arios, en lo que puede calificarse de primera pugna entre Europa y Asia, entre Oriente y Occidente. sé EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA La confrontacién por la supremacia en Grecia fue el desencadenan- te de acciones bélicas en la guerra del Peloponeso, entre Atenas y Es- parta, formando parte de diversas coaliciones, asf como las que tuvieron lugar entre Esparta y Tebas. Grecia desempefiaba un papel fundamental en lo que se ha denominado «estrategia de los antiguos», reconocida por Liddel Hart y Toynbee en sus estudios sobre el arte de la guerra. Batalla de Maraton La batalla de Maratén, que tuvo lugar el 21 de setiembre del afio 490 a. J.C. en una llanura préxima a la bahia del mismo nombre, a unos 38 km al noroeste de Atenas, entrenté a los ejércitos persa y ateniense. El ejército ateniense, cuyo mando correspondi6 ese dia a Milcfades, estaba compuesto de unos 9000 a 10000 hombres, a los que se unie- ron 1000 plateos. Las fuerzas persas eran parte de los 25.000 infantes y 1000 jinetes que habian atravesado el mar Egeo. Los griegos formaron en linea de batalla, el centro en cuatro filas y en los flancos en ocho. BATALLA DE MARATON (490 a J.C.) & aK) Qi. Lae Maratén (poblado,gccual) Campamento % sriego i % -_ Punto de % x 4 arco persa ‘een desembarco per va BAHIA DE aS Persas MARATON Atenienses [xx ty, ce 3 ™~ . Flota de rescate persa 57 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA El grueso de la infanteria persa estaba compuesto de arqueros. Et ataque griego tenia que ser muy veloz, para pasar rapidamente la zona batida por Jas flechas enemigas. Las valoraciones modernas han de- mostrado concluyentemente que los atenienses no pudieron haber co- rrido a la maxima velocidad el espacio que los separaba de los persas, ¥ que fueron andando hasta quedar dentro del alcance de los arqueros persas (160 m), empezando a correr desde ese punto. La falange griega, que cubria 1,5 km de frente al atacar, adelanto sus alas y se produjo un doble envolvimiento, El ejército persa se sintié presa del panico y huy6 hacia sus naves. Su comandante, el almirante medo Datis, consiguié escapar, dejando 6400 muertos. Se ha dicho que en la lucha solo perecieron 192 atenicnses, pero muchas veces se utili- zaban los nimeros simbélicamente, lo que era acorde a la mentalidad de la época y, por otra parte, es conocido que las exageraciones de los historiadores de aquellos tiempos es notable. Batalla de Salamina (480 a. }.C.) La invasion de Grecia, de acuerdo con el plan de Jerjes, ala muerte de su padre Dario se realizé de acuerdo con un empleo conjunto de fuer- zas terrestres y navales. Una de las acciones preliminares fue la defensa del paso de las Ter- mépilas (480 a. J.C.), en la que Leonidas, rey de Esparta, fue vencido a pesar de su heroica resistencia, quedando abierto para los persas el ca- mino de Atenas En honor a los combatientes griegos se puso posteriormente una inscripcién que decia: «Extranjero, ve y di a los espartanos que aqui ya- cemos obedientes a su mandato.» Las flotas griega y persa se encontraron cerca de la isla de Salami- na, en las proximidades de Atenas. Los persas formaron en tres lineas de naves y empezaron a manio- brar en columna para rebasar la isla de Psitalea, situada entre El Pireo y la isla de Salamina. La limitacion de las aguas en el canal los obligé a comprimir su linea, y alguno de los barcos entraron en colisién, mien- tras otros se quedaban atras. Los griegos se lanzaron contra ellos y las naves persas de vanguardia tuvieron que retroceder: La accion decisiva se libré en el ala izquierda griega, que cercé el centro persa amenazan- do con envolverlo por su retaguardia, lo que precipité el final de la ba talla tras una dura lucha de siete u ocho horas. No existen datos fidedignos acerca de las bajas sufridas, pero al pare- cer los griegos perdieron cuarenta naves y los persas doscientas. Salami- na demostré el acierto de Temistocles al organizar el poder naval griego. Como continuacién de la victoria naval griega tuvo lugar la batalla de Platea (479 a. 1.C.), en la que el ejército de Jerjes fue asimismo de- 58 EDAD ANTIGUA-E?OCA CLASICA BATALA DE SALAMINA (480 a. J.C.) SALAMINA EL PIREO ISLA DE SALAMINA, rrotado, Tucidides comenta que los persas fueron derrotados por sus propies errares, pero los griegos no podrian haber ganado sin la moral y disciplina del sistema de instruccién de sus falanges, espiritu que in- cluso prendié en la flota. Salamina y Platea han sido consideradas como dos de las batallas mas decisivas de la Historia Batalla de Leuctra En Leuctra (371 a. J.C.) se enfrenté Esparta, que habia alcanzado el apogeo de su potencia, con el ejército de Tebas. Los tebanos no eran mas que 7000 soldados, entre los que se en- contraba el «batallén sagrado», formado por trescientos jovenes reclu- tados entre la nobleza. El ejército espartano, compuesto de 10000 hombres, adopto el dis- positivo tradicional de doce Ifneas de fondo, en cuya ala derecha se si- tuaban las tropas mas selectas. Epaminondas, el jefe tebano, rehusé el ataque frontal y concentré en su ala izquierda una masa de cuarenta y ocho filas de cincuenta hombres, con los mejores delante y protegiendo su flanco con caballe- ria e inianterta ligeras, y manteniendo el «batallén sagrado» en reserva Al producirse el encuentro, los espartanos no pudieron arrollar el ala izquierda tebana en su clasica maniobra de flanqueo, y al tratar de desbordarla, la actuacién del «batallén sagrado» lo impidio, quedando cerca de la mitad de los espartanos sobre el terreno, El centro y el ala derecha de los tebanos fue cediendo ligeramente, 59 ENCICLOFEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA BATALLA DE LEUCTRA G7 a.J.c.) CAMPAMENTO TEBANO, C2 Caballeria Td Hoplitas Caballeria ajiada L I f amas y mercenarios —, Coco Infanteria almada Espartanos CAMPAMENTO ESPARTANO: desembocando la linea del frente tebano en una posicién oblicua en re- lacién con los espartanos, lo que dio origen a la designacion de orden oblicuo, que es como se conoce esta tactica. Seguin Jenofonte: «Todo fue mat, sin duda, para los espartanos, y no hubo nada, ni siquiera la suerte, que no estuvicra del lado de los wba- nos. Los espartanos, antes de la batalla, habian estado bebiendo, y es posible que el animo acrecentara en exceso su vehemencia.» Batalla de Arbelas Tras la derrota de Isos, situada en la costa, en el extremo SE de la ac- tual Turquia (333 a. J.C.), Dario TT, rey de los persas, recluté un nuevo ejército y, partiendo desde Babilonia hacia el norte, se concentré en Gaugamela, a 27 km al norveste de Mosul y a 52 km de Arbelas. Hligio esta localidad por estar situada en una amplia llanura, que facilitaba el movimiento de sus catros de guerra y de su caballeria. No se conoce la fuerza de este ejército, que segtin diversas fuentes era de 250000 a 500000 hombres, entre infantes y jinetes, 200 carros armados de guadaias y unos cuantos elefantes de guerra. Los comba- tientes persas procedian de las distintas nacionalicades del impcrio, pucliendo cilarse a medos, partos, escitas, indios y ciudadanos de Ar- menia y Capadocia, ademas de los persas propiamente dichos. 60 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA En su despliegue, la primera fila del ciército persa estaba compues- ta de caballerfa, con una segunda linea de infanteria ligera tras ella, en cuyo centro se encontraban mercenarios griegos que se consideraban los mas adecuados para enfrentarse a la falange macedénica. El ejército de Alejandro Magno, que disponia de 7000 jinetes y 40000 infantes, adopté una orden de batalla en la que, tras su primera linea, colocé a retaguardia una segunda que duplicaba a la falange de la primera. Esta segunda linea 0 reserva consistia en dos columnas vo- lantes, una tras cada ala, colocadas formando Angulo con cl frente, por lo que la figura total resultante era un trapecio. Al inicio de la batalla, el 30 de setiembre del afio 331 a. J.C., Alejandro incliné su ala derecha hacia la izquierda persa, a lo que Dario respondié enviando contra ella su caballerfa, pero la disciplina y el valor de los ma- cedonios hicieron que, escuadrén tras escuadron, fucran rechazados. Dario lanz6 entonces sus carros, que fueron recibidos con una nube de lanzas y flechas. Asif terminé la batalla en el ala derecha macedonica. La segunda fase se inicié cuando Alejandro, con su caballeria, galo- po hacia una brecha que se habia formado en el frente persa y en di- reccion a Dario. La carga, apoyada en la izquierda por las lanzas de la falange, produjo tal temor en el rey de los persas que decidié abando- nar el campo. Lp PARMENION. BATALLA DE ARBELAS. G3 apc) ? [Algjandro rompe ls toes persay bles : ‘a huir 2 Dario con su habitat edctica de t ataque combinado de la flange Is ‘aballera pesads A sts ver los inetes CAMPAMENTO —_persas ponen en aprietas al fanco Inguierdo MACEDONIO macedonia al mando de Parmerién, y Hogan 3 amenazar el campaments da Alejandro él ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA En el ala izquierda de Alejandro, la caballeria persa irrumpié por la brecha que se habia creado por el avance macedonio, y penetré en di- reccién a la retaguardia de Alejandro, pero los persas, cn lugar de girar para atacar a los macedonios por la retaguardia, continuaron su avan- cea fin de saquear el campamento macedonio. Alejandro dio la vuelta, se lanzé contra ella, y se sucedieron una serie de ataques sin cuartel contra el ala derecha persa y, finalmente, el ejército de Dario fue com- pletamente derrotado por Alejandro. Valoracién militar de la antigua Grecia La guerra ocupé el pensamiento y el tiempo de los gricgos, tanto como sus mas refinadas y civilizadoras actividades. Hacia el afio 675 a. J.C. los griegos empezaron a contribuir decisi- vamente en la guerra de aquellos tiempos con la falange, gue predomi- in duda como la mas formidable infanterfa pesada del mundo, has- enel n6é ta la creacién de la legion romana. Su despliegue tactico se bas principio de actuar sola, sin el apoyo auxiliar de infanteria liger: ramuzadores, ni caballeria. Los éxitos griegos en la guerra naval fueron tan duraderos e impor- tantes como los de fa organizacién de los ejércitos de tierra, Jo que He- v6 a Atenas a forjar un imperio maritimo. A finales del siglo va. J.C. empez6a surgir un nuevo estilo de guerra, fluido y movil. El empleo de armas de alcance intermedio y largo ofrecié la posibilidad de matar a distancia y de usar tropas que pudieran romper el contacto y retirarse, para volver de nuevo al combate, intro- duciendo de esta manera una nueva dimensi6n al arte de la guerra. Con Filipo y Alejandro Magno, en fa primera mitad del siglo iva. J.C. se produce una revolucion de los procedimientos militares, debido en parte a los contactos que Grecia tuvo con Persia. Aparece un ejército in- tegrado por infanteria pesada y ligera, arqueros y lanceros, caballeria pesada y ligera, y medios para apoyar logisticamente a estas fuerzas. Se usaron catapultas en varias ocasiones como artilleria de campa- , aunque su funcién esencial era para acciones ofensivas y defensivas en situaciones de asedio. Filipo organiz6 et primer servicio de inteligen- cia sistemalico y somelié a su ejército a un alto grado de instruccién. Con el aumento de la complejidad de la guerra, el arte militar se convir- tid en ciencia de estudio obligatorio para los mandos, dando lugar a la aparicién de los Iamados profesores de tactica de la sociedad griega. Se ha llegado a decir del estilo de guerra de Alejandro que, pese a al- gunos cambios tecnolégicos y organicos, se mantuvo hasta la era de Napoleon. m: 62 SE es ae y EL IMPERIO ROMANO Los romans, tinicamente con la disciplina de sus tropas, ven- cieron a todas las naciones. VeGEcio 800 a. J.C. 800-750 a. J.C. 753 a. J.C. 509 a. J.C. 328 a. J.C. 272 a.5.C. 264-241 a. J.C. 226a. J.C. 222 a..C. 221a.J5.C. 2164.50, 202 a.5.C, 190 a. F.C. 168 a. J.C. 149-146 a. J.C. 135 a. J.C, 113-101 a. S.C, 111-106 a. J.C. T4a. Jc, 60a. S.C. 58-51 a. J.C, 49-45 a. J.C. 4Sa. S.C. 44a.J.C. 48.a.J.C. CRONOLOGIA Emigraciones de etruscos Colonizaciones cartaginesas. Colonizacién griega del sur de la peninsula itdlica y de Sicilia Fundacién de Roma Instauracién del régimen republicano (509-275 a. J.C.) Guerra samnita. Desastre de las Horcas Caudinas Las colonias griegas se federan con Roma Primera guerra ptinica Tratado del Ebro, que limita zonas.de influencia Roma-Cartago Roma derrota a los galos y domina el valle del Po Toma de Sagunto. Segunda guerra ptinica Batalla de Cannas: Anibal derrota alos romanos -. Batalla de Zama: Anibal cs derrotado por Escipién el Africano . Batalla de Magnesia del Sipilo entre Roma y Anti6- co de Siria Guerra de Macedonia. Batalla de Pidna. Roma. sé convierte en potencia hegeménica ‘Tercera guerra piinica, Destruccién de Cartago Levaritamiento de los esclaves contra Roma Guerra contra los teutones Guerra contra Yugurta, rey de los numidas Jerusalén pasa a dominio romano Primer triunvirato: César, Pompeyo y Craso Guerra de las Galias Guerra civil. César y Pompeyo. César pasa el Rubicén. Batalla de Farsalia: César vence a Pompeyo Batalla de Munda: César contra los pompeyanos Octavio es designado sucesor de César 63 ENCICLOPEDIA OFL ARTE DE LA GUERRA Triunvirato: Marco Antonio, Oclavio y Lépido Octavio vence a Marco Antonio en Actium Octavio recibe el nombre de «Augusto» Derrota de los romanos en el Bosque de Teutoburgo Trente a los germanos 4 Muerte del emperador Augusto 98 ‘Trajano, emperador 117-138 Adriano, emperador 284-305 Diocleciano, emperador. Abolicién del Senado 306-337 Constantino el Grande, emperador 378 Batalla de Adrianépolis: derrota de Roma ante los barbaros 378-395 Teodosio, emperador; divide el imperio en Occiden- tal y Oriental 390 Alarico conquista Grecia 395 Honorio es nombrado emperador de Occidente 410 Caida del Imperio romano de Occidente Marco histérico-estratégico A la poblacién prehist6rica de Italia se superpusieron varias inmigra- ciones y en el afio 800 a. J.C. los etruscos fundaron el primer Estado unificado entre Roma y la llanura del Po. Hacia el 753 a. JC., las aldeas situadas en los alrededores de la co- lina Palatina se fundieron gradualmente hasta formar la ciudad-Estado de Roma. Las costas italianas, sobre todo las de la zona meridional y Sicilia, fueron objeto a partir de los afios 800-750 a. J.C. de las colonizaciones cartaginesa y griega. Roma, después de su fundacién, se goberné por un sistema monar- quico hasta que en el aiio 509 a. J.C. se instauré el régimen republica- no. Roma inicié una politica de expansién que la llevé a ocupar cada vez. mas una mayor extension territorial, dominando el valle del Pe tras vencer a los galos, y las colonias griegas quedaron federadas con Roma el afio 272 a. 3.C. E! dominio de la peninsula italiana y su apertura al Mediterraneo occidental Ilevaron a Roma al enfrentamiento con Cartago por la hege- monja en esta zona en lo que ha recibido el nombre de guerras ptinicas. En la primera guerra piinica (264-241 a. J.C.), Roma obtiene el do- minio sobre Sicilia, se anexiona Cércega y Cerdefia; la paz queda rati- ficada por el tratado del Ebro (226 a. J.C.), cuyo cauce define las zonas de influencia romana y cartaginesa en Espana. 64 EDAD ANTIGUA-EFOCA CLASICA La conquista de Sagunto (22! a. J.C.) por Anibal da lugar a la segun~ da guerra ptinica (219-201 a, J.C.) y a la expedicion de Anibal a Htalia, donde vence a los romanos en las batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas (216 a. J.C.). Pero Roma contraataca, detiene al hermano de Anibal, Asdrubal, en la batalla de Metauro y envia a Escipién a Africa, donde acude Anibal, que es derrotado en la bataila de Zama (202 a. J.C.). E] resultado fue la conversion de Espafia en dos provincias roma- nas, la transformacién de Cartago en una inofensiva ciudad mercantil y la soberania de Roma en todo el Mediterraneo occidental. La tercera guerra punica (149-146 a. J.C.) se terminé con la destruccién de Carta- go (146 a. J.C). Entre la segunda y la tercera guerra piinica, Roma desembared en Macedonia, vencid a su ejército en Pidna (168 a. J.C.) y convirtié a Gre- cia cn provincia romana. Ademas de las guerras ptinicas, Roma sostuvo entre los aftos 264 y 100 a. J.C. la guerra contra Yugurta, rey de los mamidas (112-104 a.J.C.), y contra lo teutones (113-101 a. J.C.). Despues de las guerras contra Anibal tuvieron lugar en Roma cam- bios econémicos radicales originades por el aumento de la riqueza, asi como pot las desigualdades sociales que fueron causa de conflicts; en cl ano 60a. J.C. se formé el primer triunvirato para gobernar Roma lor- mado por Pompeyo, César y Craso Julio César habia Hevado a cabo entre los afios $8 y 51 a. JC. la gue- tra de las Galias, y Pompeyo habia hecho campanas en Asia, conquis- tando el Ponto y Jerusalén (63 a. J.C.) y organizando la provincia ro- mana de Asia. El enfrentamiento de Julio César con Pompeyo motivé una guerra civil, que se inicid con el paso del Rubicén por César (49 a. J.C.) y ter- mino con la derrota de Pompeyo en Farsalia (48 a. 1.C.). En el ano 43 a. J.C. se establece el segundo triunvirato con Marco Antonio, Octavio y Lépido. Las disensiones entre Marco Antonio y Oc- tavio originaron una nueva guerra civil, que concluyé con la derrota de Marco Antonio, a quien se habia unido Cleopatra, reina de Egipto, en la batalla de Actium (31 a. J.C.). El afio 27 a. J.C. cl Senado romano concedié a Octavio el titulo de saugusto». El espacio geopolitico del Imperio romano estaba delimita- do por el limes, zona tronteriza del Rin y del Danubio, el desicrto del Sahara, los montes del Caucaso, Mesopotamia y cl desierto de Arabia, incluyendo los Estados que bordeaban el Mediterraneo. Roma instaur6 la Pax Romana, periode en el que se latinizd Occi- dente. La maxima expansion territorial se alcanz6 bajo el imperio de Tra- jano (98-117 d. J.C.), quien afiadi6 al imperio Dacia, Arabia, Armenia y Mesopotamia. 65 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA E] Imperio romano tuvo que prestar especial atencion a su frontera norte, ya que los pueblos germanicos del Rin y del Danubio se sentian atraidos por el superior nivel de riqueza y cultura romanos, y en Asia, donde el Imperio de los sasanidas y los partos se mostraba agresivo. Los territorios occidentales y orientales del Imperio romano, aun- que habian experimentado en su conjunto un similar proceso de «ro- manizacién», evolucionaron en forma distinta en to cultural y en su de- sarrollo agricola y mercantil. Esta division adquiere caracter oficial cuando el emperador Teodo- sio, ef ano 395 d. J.C., divide el Imperio en Occidental y Oriental, con capitales en Roma y Constantinopla respectivamente Organizacién En sus comienzos, el ejército de Roma estaba compuesto por los sol- dados que aportaban las grandes familias. Este ejército de ciudadanos no era permanente, pues durante el invierno no habia guerras, E] instrumento militar fue perfeccionandose poco a poco, y para disponer de una fuerza en caso necesario empez6 la movilizacién de los hombres de dieciséis a cuarenta afios para la milicia activa y hasta los sesenta afios para la guardia de las ciudades. La eleccion de los ciu- dadanos a movilizar se hacia por sorteo. En aquella temprana época, la unidad romana era la legion, que sig- nifica leva 0 «reunion de clase», reclutada entre los ciudadanos, que eran los Gnicos que tenian derecho a levar armas. En sus origenes, la legién era una unidad parecida a las falanges griegas, pero poco a poco el ejército se fue rearganizando y la legién adquirié su propia persona- idad. Los combatientes tenian un puesto asignado segun su edad y ar- mamento. Los més jévenes y los mas pobres constituian Jos vélites (en latin, velites), con armamento ligero, y los restantes integraban las le- giones, en las que los jévenes ocupaban las primeras filas, en tanto que las Gltimas las constituian los de mayor edad. La caballeria ocupaba un lugar secundario. En tiempos de la Republica, los cénsules mandaban dos legiones y, si cuatro legiones combatian juntas, un cénsul tomaba el mando un dia y el otro e] siguiente. Se mantenia una tradicién hostil al mando unico, por la amenaza que pudiera representar, pero esta falta de mando su- premo fue una de las causas de inferioridad de los ejércitos romanos. La derrota frente a Anibal en Cannas (216 a. J.C.), que con su caba- lleria y tropas ligeras roded a la pesada masa legionaria y la fue aislan- do y aniquilando, dio pie a una modificacién profunda en la tactica, ar- mamento y mando. Se reclutaron mercenarios, arqueros, honderos y jinctes, y se invistié al alto mando de plenos poderes. La legidn se hace 66 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA flexible, de forma que cada soldado pueda adaptarse al terreno ya la si- fuacién, combinando una tactica a la vez colectiva e individualista. Por otra parte, las guerras pdnicas transformaron a los soldados- ciudadanos en verdaderos profesionales, si bien desde entonces los aliados y los mercenarios barbaros fueron reclutados cada vez en ma- yor proporcién. Los ricos esquivan la obligacién del servicio militar, y Roma tiene que continuar sus modificaciones en la organizacion mili- tar, disponiendo a partir de entonces de tropas profesionales subordi- nadas a generales de carrera. E] potencial humano de una legion se elevaba a 6000 hombres. La reforma de Mario (107 a. J.C.) consistid en enrolar a los proleta- rios, aumentando de esta forma los efectivos disponibles. Poco a poco fueron creandose ejércitos permanentes, totalmente adictos a sus ge- nerales, pero menos al Estado. El niimero total de legiones oscild en la historia de Roma y su im- perio desde 23 el afio 20 a. J.C. hasta 170 el 400 dl. L.C., si bien su fuer- za vari de 6000 hombres a 2000 y finalmente a 1000. Octavio Augusto reorganizo totalmente el ejército. Le dio una carta constitucional y fijé el tiempo de servicio en 20 afios, con una serie de ventajas, como un sueldo anual y una jubilacion. A los extranjeros, e! servicio les reportaba el reconocimiento de la ciudadania romana A las legiones se las designaba por un numero y un sobrenombre. Las unidades de guarnicién en las ciudades funcionaban como po- licia encargada de mantener el orden, y también de policia nocturna y de lucha contra incendios. El reclutamiento militar se aplico principalmente a ciudadanos re- cién nacionalizados o a extranjeros, si bien los legionarios debian ser obligatoriamente ciudadanos romanos. Por temor a sublevaciones se desconfiaba del reclutamiento local, Se modificé asimismo el mando. El emperador asumié la suprema jefatura y los grados mas altos quedaron reservados a senadores. Los centuriones, mando equivalente a compafiia, salian de la tropa por an- tiguedad o por ascenso. A pesar de las medidas tomadas para su inte- gracién en la sociedad, ef ejército romano constituia un mundo aparte, distinto del resto de los ciudadanos por su género de vida, origen social y, a veces, étnico. Para la defensa de las fronteras del Impet io romano —el himes— se emplearon las legiones como tropas de cobertura, sin mas reservas de- tras de ellas que los pretorianos, organizados por Augusto en nueve unidades (cohortes) de 1000 hombres cada una, tres en Roma y el res- to distribuidas por lialia En tiempo de paz, el ejército reatizaba ejercicivs cotidianos, mar- chas de entrenamiento y maniobras, y su grado de instruccién se com- probaba cou visitas de inspeccién 67 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Para ocupar el resto del tiempo libre se hacia trabajar a los soldados. constantemente en la conservacion y mejora de las obras delensivas del limes y en la construceién de caminos, puentes, acueductos y edificios publicos. Con ef paso del tiempo, el ejército conté con un mayor namero de extranjeros. Las guarniciones del Rin estaban invadidas de galos y ger- manos. Por otra parte, se planteaha cl riesgo de un exceso de prestigio militar de los jefes que pudiera acarrear consecuencias politicas (y la dificultad de integracion en la sociedad de los jefes barbaros) no desea- das para los romanos. El imperio fue evolucionando y se convirlié en una monarquia mi- litar; en ta que tos emperadores eran nombrados por las legiones En el siglo tv d. J.C, el ei€rcito se organizé en grandes unidades mas pequefias, v se hizo evidente la necesidad de disponer de reservas, formandose un ejército de campaiia, compuesto de unidades de cho- que (palalinas) estacionadas en el interior, y un ejército de cobertura, sittuado en las fronteras c integrado por colonos sometidos en Roma. Como quiera que los barbaros cumplian bien con sus funciones, el alto mando quedo abierto a ellos; por tal motivo, el ejército romano se fue disgregando progresivamenie, y el que habia sido un gran instrumento de romanizacion, fue cediendo en las fronteras y finalmente se dispersé ante el empuie de las potentes bandas que invadieron el imperio. La legi6n romana fue, juntamente con la falange, la gran formacion militar de la Edad Antigua. La legidén tenfa un total de 4200 a 6000 hombres distribuidos en tres lineas: hastati {en latin, hastati), principes (en latin, princeps) y triarios (en latin, (riarit). Las dos primeras formadas con los soldados mas jovenes y la tercera con los veteranos. Cada linea comprendia di manipulos y cada manipulo dos ceniurias, excepto los de la tercera li- nea, que sélo tenfan una centuria. La centuria estaba tormada por 60-80 hombres y el manipulo tenia de 120 a 160. Tres manipulos, uno de cada linea, constituia una cohorte (300 a 400 hombres). Con el tiempo, la legion sutrié una reduccién de cfectivos, pasando a tener 2000 hombres y finalmente 1000. El nimero de filas de los mantpulos pasé de diez a seis, y después a tres solamente La legion la mandaba un legado (general), la cohorte un prefecto (comandante) y la centuria o manipulo un centurion (capitan). La caballeria fue una arma secundaria durante large tiempo. Las le- giones sdlo tenian 300 jinetes cada una de ellas. En contrapartida, el ejército romano se encontré en las guerras puinicas con la caballe! pesada enemiga, cuerpo selecto formado por ciudadanos cartagineses Después de estas guerras, y con la experiencia adquirida, Roma reclu- t6 a la incomparable caballerfa mimida. Con el paso del tiempo, la caballeria adquiere un mayor protago- 68 EDAD ANTIGUA-FPOCA CLASICA nismo, y hacia el afio 260 d. J.C. se cred ef cuerpo de eaballeria y su ge- neral lleg6 a ser el hombre mas poderoso del imperio. Las unidades de caballeria, vexiflationis, constituyeron una reserva movil, capaz de acudir de brecha en brecha, ante los intentos de inva- sién por las fronteras La batalla de Adrianépolis (378 d. J.C.), en la que Roma fue vencida por los godos, demostré que si hasta entonces la infanteria habia sido cl arma decisiva, las oportunidades de la caballeria se habian incre- mentado, y sus cargas eran cada vez mis eficaces. La tradici6n romana del inicial escaso empleo de la caballeria con- trasta con la costumbre de los imperios de Asia, en los que la caballeria acorazada, los catajractarios 0 catafractos, eran muy conocidas y la ca- balleria ligera cra, a veces, el conjunto mas numeroso del ejército. Estrategia La politica militar y la estrategia de Roma fueron evolucionande, des- de su inicio como ciudad-Estado hasta su transformacién en imperio. En relacién con Grecia, Roma aprendié la experiencia helénica de la falange, a la que llamé legion si bien transformandola en flexible y maniobrera. Los romanos se distanciaron también de la preocupacién griega por lo naval. Si bien es cierto que tras el inicio de la primera guerra ptinica los romanos decidieron el ano 261 a. J.C. aventurarse en potencia naval, dotaron a sus galeras de puentes de abordaje, con gartios que trataban de circunscribir la batalla naval a lo mas parecido a una batalla te- trestre. Sin embargo, si bien los romanos se hicieron duefos del mar Mediterranco y en alguno de sus conflictos, como la batalla de Actium (31a. J.C), ambos bandos disponian de mas de 400 naves cada uno, una vez consolidado el imperio no se preocuparon de tener a tiempo un verdadero ejército de reserva y una masa de buques de transporte para acudir a aquellos lugares donde su presencia fuera precisa. La repablica romana, al integrar en la legién ciudadanos y fuerzas auxiliares, sirvié de base para la consolidacién de amplias conquistas territoriales, en un proceso historico que desembocara en el mas esta- ble de los imperios En la Roma republicana, como en Cartago y en las ciudades-Estado griegas, se vivia la impresién de que la seguridad del Estado se encon- traba en peligro por la sola presencia, en su proximidad, de otro Esta- do cuya fuerza pudiera equilibrar la suya y por Ja posibilidad latente de una coalicién adversa constituida por los pueblos vecinas Al cabo det tiempo se planteé la posibilidad de destruir al adversa- rio o de pactar con él. Por otro lado, la duracion de las guerras vincu- 69 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Taba profesionalmente a los combatientes, a los que se les encomenda- ba el cultivo de tierras ganadas por la conquista o se los destinaba a guarniciones fronterizas. Ante la necesidad de disponer de ticrras y medios para sostener a los veteranos, Roma pas6 de una politica militar defensiva a una poli- lica imperialista. La pugna entre Roma y Cartago no deja de sorprendernos actual- mente por los planteamientos politico-estratégicos que motivaron. Anibal, aunque hubiera podido emplear la ruta maritima para tras- ladar a su ejército a Ja peninsula italica, ni siquicra lo intent6, pues tomé la alternativa politica de constituirse en Jiberador de los pueblos del sur de Francia y del norte de Italia, amenazados por Roma, y por ello decidié utilizar la ruta de los Alpes. Sin embargo, tras la victoria de Cannas (216 a, J.C.) Anibal no ex- ploté el éxito y suspendié el avance sobre Roma, por suponer que €l cerco de Italia le resultarfa mas ventajoso. Anibal no iba provisto de material de sitiv, del que no obstanie poseia en abundancia en sus ba- ses espafiolas. Roma reaccioné atacando la sede de aprovisionamiento cartaginés, la peninsula ibérica. La estrategia romana se baso en la fal- ta de medias de Anibal para atacar ciudades amuralladas como la de Roma. La estrategia romana, que ha sido denominada fabiana, se basé en infligir a los cartagineses constantemente pequefios ataques y obli- gar a su caballerta a combatir en terrenos dificiles, y todo ello combi- nado con el dominio del mar y la creacion de segundos frentes en la pe- ninsula Ibérica. E] talento en gran escala para la resolucién de los problemas estra- tégicos de Roma se ha solido atribuir a Julio César, cuya habilidad con- sistié en saber poner al servicio del poder los hombres, el dinero, el co- mercio y la propaganda. Sin embargo, el ejército imperial no tuvo capacidad para transformarse en un ejército de operaciunes, y sdlo ser- via para ofensivas limitadas y conquistas progresivas. La politica de defensa romana s6lo pretendid, en la etapa de de- cadencia del imperio, sostener tropas estacionadas en las fronteras, que reclutaban entre los pueblos barbaros, con mandos y soldados. En la segunda guerra ptinica se plantearon, por parte de los roma- nos, dos conceptos estratégicos distintos. Para unos, lo prioritario era enfrentarse con Anibal en Italia, arrojarlo de Ja peninsula y acabar la guerra. Para Escipion, se conseguiria la misma finalidad atacando Car- tago. Se opté por esta segunda posibilidad, que resulté acertada, si bien no deja de Hamar la atencidn ver ejércitos relativamente numerosos moverse y actuar simultaneamente en el territorio enemigo, teniendo en cuenta que el espacio geografico era amplio y los medios de trans porte limitados. Los cambios de organizacion militar ejercieron gran influencia no 70 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA slo sobre la politica, sino también sobre la estrategia y la tactica de los distintos periodos. Tactica La tactica inicial de combate de los romanos era rudimentaria. Las pri- meras lineas de los hastati lanzaban sus venablos; luego, las lineas si guientes corrian hacia el enemigo espada en mano; pero en los [lancos, la proteccién de los legionarios, a cargo de los vélites o de la caballeria, cra sumamente débil. Después de la derrota ante Anibal en Cannas, la tactica se modificé profundamente. Las lineas de combate se agruparon en diez manipulos y Se separaron por un intervalo de cien a doscientos metros. La forma- cién en masa quedé asi deshecha, ya que los manipulos eran indepen- dientes los unos de los otros y, en conjunto, la legién pudo articularse con gran flexibilidad. Los manipulos pueden compararse con los peo- nes del ajedrez, que los jeles podian mover con gran facilidad. La for- ma de enfrentarse al combate fue la mista: lanzamiento de venablos; primera carga (concursus} durante la cual se cubrian las bajas a medi- da que se producian; segunda carga (impetus), que hacia pasar la se- gunda ola de asalto a través de los intervalos dejados entre los manipu- los de la primera linea (disposicién en tresbolillo). El soldado romano se adapiaba a todos Jos terrenos y situaciones, siendo capaz de combatir tanto individualmente como en grupo. Los romanos dedicaron gran atencién al arte de sitiar ciudades. Asi- mismo, el ejército romano acostumbraba a atrincherar los campamen- tos, incluso cuando se trataba tan slo de un alto por la noche. Hasta la batalla de Adriandpolis (378 a. J.C.}, la legion habia sido el arma decisiva, pero ¢l uso cada vez mayor que se hacia de proyectiles arrojadizos, que provocaban el desorden en las filas, fomenté una cre- ciente inclinacién hacia la maniobra defensiva y hacia el empleo de las armas arrojadizas empleadas por arqueros y honderos, y también ha- cia las maquinas de guerra. Las capacidades de la caballeria fueron au- mentando y sus cargas se hicieron cada vez mas eficaces. Armamento El ejéreito romano asimild cl armamento de paises extranjeros y de sus enemigos que consider6 eficaz. De los galos tomd el escudo, de los sam- nitas, pucblo vecino de Roma en la Italia central, la jabalina; de los es- pajioles, la daga corta y ancha; de los griegos y cartagineses, las armas de caballeria y las maquinas de asedio. 7 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA, El armamento de las legiones ha sido ampliamente descrito por Poli- bio. Los vélites Hevaban espada, lanza y un escudo (parma) de un metro de didmetro. La lanza era arrojadiza y poseia una punta tan fina que se curvaba al menor golpe, haciéndose inservible para el enemigo. Los has- tali se protegian con unescudo mayor, semicilindrico, de unos 60 cm de anchura y 1,20 m de alto, con un relieve en el centro que desviaba pro- yectiles y estaba fabricado con dos capas de madera, cubiertas por otra de cuero y unide todo con hierro. Iban armados de una lanza corta arro- jadiza (gladios) y dos jabalinas (pilum) y Hevaban un velo de cobre, asi como una proteccién metalica en el pecho (pectorale) y una coraza. Los principes y los triarios Hevaban lanzas largas. E] pilum media cerca de tres metros, pesaba entre setecientos y mil doscientos gramos y podia lanzarse hasta una distancia de veinticinco metros Con el tiempo, el armamento fue evolucionando, Aparecicron las corazas de hojas y escamas articuladas, y al encontrar lus soldados de- masiado pesada esta proteccién solicitaron que se les permitiera aban- donar la coraza y después el casco. Los tipos de escudo, redondos u ovales, se diversifican; la espada ibérica fue reemplazada por la spatha, mas larga, y el pufial. El pilum cedid el paso a los pequetios venablos rodeados de ptias y a las flechas revestidas de plomo. 0900 8000000 VELITES & & THURMAE © © eS PRINCEPS mene eaonmog HASTATI ] fa Boon TRIARID 0D @88B8ea0cg anv 0 Formacion de combate de una legion romana EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA El arco, despreciado en otros tiempos por los legionarios, lego a ser, al fin del imperio, el arma esencial para preservar ta infanterfa Los cascos adoptan una forma sobria y desaparecen los penachos, gue quedan reservados para los jefes y ciertos cuerpos de cabalteria. La caballeria, que al inicio de las guerras ptinicas estaba postergada, a mediados det sigio tv a. J.C. se organiza como caballeria pesada, con armamento segtin modelo persa, y protegida con armadura de escamas entrecruzada: Dentro de la evolucién, las armas y los equipos que antes facilitaba la industria privada los suministran los arsenales del Estado, los ar- mentaria, a los que se reservé el monopolio del armamento. En tiempos de César, las innovaciones mas notables fueron el in- cremento de las mdquinas de guerra y los ingenieros. Las ca/apultas eran armas de tiro tenso capaces de lanzar venablos o pesos de 50 a 100 kg a distancias de 400 a 500 m. La ballesta eva una arma de tiro curvo, que funcionaba por torsion de cuerdas y era capaz de lanzar proyectiles de 300 kg a 600 m. Las ba- Hestas mAs pequefias eran transportadas en unos carros llamados carroballistae. Cada cohorte iba equipada con una catapulta y cada cen- turia con un carroballistae. En consecuencia, en época posterior a la de César la legion Hevaba un tren artillero de sesenta carvoballistae y diez catapultas, es decir, el equivalente a sesenta cafiones de campafa y diez obuses modernos. El legionario se desplazaba con todo su armamento y su equipo, y levaba hasta quince raciones diarias de viveres. En total, por dia, has- ta 40 kg de impedimento. Ademas de sus armas, el legionario Hevaba picos y palas, o azadas. El soldado romano tenia vocacién de zapador, tanto para ta construcci6n de campamentos como para el asedio a las ciudades. Las tropas disponian asimismo de barcas, transportadas en carros, para construir puentes. Poliorcética La guerra de asedio trataba, sobre todo, de salvar una muralla alta, ancha y protegida por torres con Ja ayuda de maquinas balisticas. Uno de los procedimientos clasicos consistia en acercarse a la mura- Mla mediante un terraplén, protegi¢ndose detras de barreras de ma- dera, y fue utilizado en el asalto a la fortaleza judia de Masada el afio 7d. SC. Otra forma de aproximarse era la proteccidn de torres, toritigas que formaban los soldados con los escudos por encima de sus cabezas, 0 galerias, cobertizos méviles antiproyectiles. La muralla se asaltaba directamente desde las torres o terraplenes, 73 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA o se derribaba por la accién de zapas y minas, o ariefes. El aricte era una viga pesada con una masa de hierro en su punta El arte de minar alcanz6 un nivel clevado. Los zapadores prepara- ban pasos subterrancos bajo las murallas, cuyas piedras eran reempla- zadas con tacos de madera empapados en resina que, inflamadas, se dilataban y ocasionaban una brecha. En castrametacion, construccion de campamentos, los romanos fue- ron un modelo, Cada noche se acampaba en campamentos de 600 x 800 m de extension para dos legiones. Delante del lugar donde se sitaba la tienda del general, el pretorio, se trazaban dos vias que se cortaban en Angulo recto, el cardo o via principal y el decumanum, y terminaban en cuatro puertas. Las unidades se distribuian entre esos dos ejes. Alrededar del campamento se cavaba un foso y con la tierra saca- da se formaba un talud coronado por una empalizada continua. En los campamentos permanentes, la empalizada se reemplazaba por un muro de piedra. Grandes capitanes Anibal (247-183 a. J.C.) General y estadista cartaginés de quien se afirmo que «de todo cuanto de bueno o malo ocurrié a romanos y cartagineses fueron autores un hombre y una mentalidad: Anibal». E] afio 219 a. J.C. sitié Sagunto, ciudad aliada de Roma, provocando la segunda guerra punica. Desde alli, emprendié la extraordinaria aventura de llegar a Halia por tierra Alravesé los Pirineos y los Alpes y vencié a los romanos en Tesino y Tre- bia (218 a. J.C.) y posteriormente en ‘Trasimeno (217 a. J.C.) y Cannas (216 a. .C.). Sin embargo, en lugar de avanzar hacia Roma después de esta tiltima victoria pensé en extender la guerra a otras regiones y com- pletar el cerco de Ltalia, lo que no se produjo, y Anibal regresé a Carta- go. Roma tuvo tiempo de reponer sus fuerzas, y Escipion el Africano vencio a Anibal en Zama (202 a. J.C De Anibal se ha escrito que tenia un tremendo valor frente al ene- migo y una gran screnidad ante el peligro. Era un general que sabia adaptarse a toda suerte de circunstancias, excepto a la guerra de sitio. ‘Tras la derrota de Zama, dio muestras de estadista, restaurando las finanzas y la economia cartaginesas. Su habilidad diplomatica, sus co- nocimientos lingiiisticos, su cultura y el empleo de la informacién para tener conocimiento de la situacién de sus adversarios le permi- Uieron Hevar a cabo sus proyectos contra Roma, a la que habia jurado odio eterna. 74 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA n el Africano (235-183 a. J.C.) Excelente oficial y refinado diplomatico, unia a una cultura helénica los sentimientos nacionales de un romano. Nombrado jefe de las fuer- zas de Hispania, tomé Cartago Nova en una audaz incursién y, tras la derrota de los cartagineses en Tlipa (207 a. J.C.), toda Espatia se vio metida a Roma. Regresé a Italia en el ato 205 a. J.C. y desde alli pasé a Cariago, donde derroté a los ejércitos de Asdribal. El panico se apo- deré de los cartagineses, que Hamaron a Anibal, quien todavia se en- contraba en Italia. La victoria de Escipién sobre Anibal en la batalla de Zama (202 a. J.C.) marcé el final de la segunda guerra pimica, y su re- sultado inmediato fue la conversion de Espaiia en dos provincias ro- manas y la soberania de Roma sobre todo el Mediterraneo occidental En el afio 189 a. J.C. ayudo a su hermano Lucio en la campatia con- ta Antioco HL, rey de Asia, a quien derrotaron en la batalla de Magne- sia del Sipito, en las proximidades de Efeso. Julio César (101-44 a. J.C.) Para algunos comentaristas, el talento de César consistié en poner al servicio de un solo fin, el poder, todo: los hombres, el dinero, el comer- cio y la propaganda. Pertenecia a una familia noble, si bien ét figuraba en el bando del pueblo, en el partide popular. Sus primeras armas las hizo en Bilinia, en el Asia Menor y en Espa- fia, en la expedicion a La Corufia. Después de la constitucién det pri- mer triunvirato con Pompeyo y Craso, entre los afios 58a S1a. J.C. y tras un Jevantamiento de los helvecios, llevé a cabo la guerra de las lias en territorios que representaban un baluarte contra las belicosas tribus germanicas y una fuente para reclutar soldados. Tras haber de- rrotado a los helvecios y a los suevos, a finales del aiio $7 a. J.C., la Ga- lia se proclamé provincia romana, pero su obra se vio amenazada por la insurreccién general de los pueblos galos, dirigidos por Vercingeté- rix, al que César vencié poniéndole cerco en Alesia (52 a. J.C.). La lucha por el poder con Pompeyo fue et origen de la guerra civil, que se inicié cuando César paso el Rubicén (49 a. J.C.). Pompeyo huyé precipitada- mente a Grecia, mientras César ocupaba Espafia y tomaba en su regre- so Marsella. ‘Traslad6 la guerra a Jos Balcanes, derroté a Pompeyo en Farsalia (48 a. J.C.) y lo persiguié hasta Egipto, donde el rival de César fue asesinado. Después de una campafia en el norte de Alrica contra los hijos de Pompeyo, persiguio a los tltimos pompeyanos que quedaban en Espa- y los vencié en Munda (45 a. J.C.), volviendo a Roma como duefio indiscutible del mundo mediterraneo y de la republica. 75 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Tras cinco aftos y medio gobernando Roma, de los que empleé mas de cuatro en sus diltimas campaias, murié asesinado por Bruto el aio 44a, 1. Julio César posefa una gran habilidad en el manejo de las armas, y era un consumado jinete. Realista, con sentido comun, imaginative y hom- bre de accién. Como conductor de hombres, no sélo era centro del ejer- cio, sino también su alma. Era un organizador extraordinario. Comprendié que ta naturaleza de la guerra de su época era la lucha de pueblos enteros por conseguir sus objetivos. Fue un estadista de gran relieve, y sus reformas politicas se basaron en la autoridad, el orden y la disciplina Tratadistas militares Polibio (200-125 a.J.C.) Griego de nacimiento, después de la batalla de Pidna (168 a. J.C.) fue entregado como rehén a los romanos. Durante su estancia en Roma ob- tuvo el apoyo de Escipion Emiliano, a quien acompaiié en sus campa- fas, especialmente en los sitios de Cartago (146 a. J.C.) y Numancia (133 a. J.C.). Su obra, Historias, esta dedicada en gran patte a la ex- pansién de Roma, en la que figuran las guerras panicas y el ocaso del poder griego, y en conjunto trata de la unificacién del mundo medite- rrdnco bajo la dominacién romana. Su método de trabajo es riguroso: analiza todas las fuentes de informacion, trasladandose en ocasiones at escenario de los hechos que narra. Julio César (101-44 a. J.C.) Ademas de politico y general, fue un escritor de talento, como lo testi- monian sus obras sobre la guerra de las Galias y la guerra civil. Julio César, al convertirse en historiador de sus propias hazatias, abrié in- mensas perspectivas al andlisis de las intenciones que realmente presi- dieron su comportamiento militar y politico. En sus obras, Julio César nos ha legado la comprensién de la guerra imperial, que revestia ta forma de expedicién realizada con bastante superioridad de medios materiales, de prestigio, de técnicas y de insti- tuciones. E] objetivo era la anexién de territorios y poblaciones, como. corolario de una guerra victorio: Representa el triunfo de la disciplina sobre Ia valentia turbulenta, y de la economia estricta sobre la improvisacién y el instinto: En su obra De bello civili definié una aproximacion al poder politi- 76 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA co que se ampara en el acierto militar y en el talento administrador de las victorias. Tito Livio (64-17 a. J.C.) Su obra principal es conocida por el nombre de Décadas, historia de Roma en 142 libros de la que s6lo se conoce una parte reducida. Su estilo es muy vivo, pero es demasiado retorico. La descripcién de los ambientes y las reacciones populares dan a sus relatos gran interés. Los relatos de Tito Livio, junto a los de Polibio, presentan una clara aproximacién a los personajes y a las circunstancias presentes en los hechos que relatan Vegecio (siglo v d. J.C.) Su obra Tratado sobre el arte militar es un clasico de esta materia. Se centra en el ejército romano fundamentalmente, que es, para el autor, un ejército de infanteria, cuyos éxitos dependieron de Ja disciplina, la instruccion y el ejercicio continuo. Para Vegecio, los principios del arte militar son invariables, y a lo largo de los cinco libros que componen la obra trata de todos los as- pectos de la vida militar, de sv organizacién y de sus estrategias. Detalla la cleccién y cl entrenamienuto de los reclutas; el armamen- to empleado a través de la Historia; los varios modos de fortificar los campamentos; cl orden de batalla de las legiones; las maquinas y per- trechos de guerra; el paso de rios; las emboscadas y las batallas cam- pales; la caballerfa y las reservas, y termina con las distintas formas de impugnar las plazas fuertes y con la guerra en el mar. Batallas representativas El cjército de Roma logré lo que Alejandro Magno no hizo mas que bosquejar: la conquista de un imperio mundial que duraré varios siglos y dejara a los territorios sometidos con sus protundas huellas. Desde los antecedentes de la época etrusea y la organizacion de Roma como ciudad-Estado, las gucrras plinicas y la consolidacion del Lmperio re- mano hasta la batalla de Adrianépolis (378 d.J.C.), en la que la derro- ta de las legiones bajo los golpes de los jinetes barbaros hace presentir el desmantelamiento del imperio, el arte de la guerra romano fue evo- lucionando y las variaciones en Ja estrategia, la tactica, el armamento y la poliorcética a las que nos hemos referido quedaron reflejadas en los choques militares que se produjeron a lo largo de los siete sighos que abarcaron las distintas etapas de organizacion politica. 17 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Batalla de Cannas (216 a.J.C.) En la segunda guerra ptinica, el ejército de Anibal se encontraba cn el sur de Italia, en la costa adriatica, donde se habia trasladado para si- tuarse en un terreno favorable para su cabaileria, Estaba formado por 30000 infantes y 10000 jinetes. Se epfrentaron a él los cénsules Cayo Terencio Varrén y Lucio Paulo Emilio con 60.000 infantes y 6000 jine- (es. El despliegue cartaginés dejé a sus espaldas el rio Ofanto, de forma que los carlagineses no tendrian mas remedio que pelear hasta el ago- tamiento 0 arrojarse a morir en las aguas del rio. Anibal desplegé su ejército en semicirculo colocando en el centro a espaholes y galos mientras que los cartagineses ocupaban las alas, ys tuando en el extremo de cada una de éstas una poderosa formacion de caballeria. Los romanos formaron en lineas paralelas, con la caballeria en sus flancos. Anibal atacé, derrotando primero a la caballeria romana, y después esperd el ataque de las legiones. Estas presionaron sobre la media luna cartaginesa hasta convertirla en una linea céncava. Pero entonces Ani- bal hizo avanzar de improviso a sus dos divisiones de infanieria africa- na, que cayeron sobre los flancos de las tropas romanas en el interior de la bolsa que se habia formado. Mas tarde, la caballeria cartagin también cay6 sobre la retaguardia romana, y el ejército de Jos dos cén- sules qued6 barrido como por un huracan. CANNAS (216 2.J.C,) CANNAS (216 a.J.C.) Coons Cota ———————— a eS = = sci ey Inari Unfateie CANNAS (216 a.J.C.) CANNAS (216 a.J.C.) FR EDAD ANTIGUA+EPOTA CLASICA Entre los errores romanos que motivaron su derrota cabe sefialar que el mando de las legiones se alternaba por dias entre los dos cénsu- les, por lo que no habia continuidad, y los romanos operaban de ma- neta puramente mecdnica, basandose s6lo en el valor, la disciplina y la instruccion. Frente a ellos sc alzaba la intuicion, prevision e imagina- cin de Anibal, que consiguid Ja concentracién desordenada de la gran masa de infanteria romana, ala que le falté espacio para emplear su ar- mamento individual y, por otra parte, realiz6 con la caballeria mimida y africana una doble tenaza. Batalla de Zama En el aio 202 a. J.C., Roma desembarcé el ejército de Publio Cornelio Escipion en Africa, Cartago llamo a Anibal, que se encontraba en Italia, y ambos ejércitos se movieron hasta las proximidades de Zama, situa- da al sur de la ciudad de Cartago. En calidad y adiestramiento, el ejér- cito de Anibal era muy inferior al de su adversario. Se desplegé en tres BATALLA DE ZAMA (202 a. J.C.) Caballeria ESCIPION ---— Caballeria a ron be SO fbaldt cs C4 79 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA lineas. Frente a la primera linea formé en gran amplitud 80 elefantes y situ6 en sus alas a 2000 jinetes, los cartagineses a la derecha y los nu- midas a la izquierda, Escipién mantuvo la organizacién legionaria ha- bitual, pero en vez de situar a los manipulos escaqueados hizo que formaran creando pasillos para que los clefantes cartagineses discurri ran a través de ellos sin hacer datio. La batalla empezo con la carga de los elefantes de Anibal, que ante el fragor de las trompas y cuernos romanos retrocedieron y crearon confusién cn el despliegue cartaginés, que fue aprovechado por la ca- balleria romana para eliminar a ta de los cartagineses Desaparecida la caballeria de ambos bandos, se inicid la lucha de las dos primeras filas de Antbal con los hastari de las legiones romanas, apoyados por los princeps. Fue un forcejeo cuerpo a cuerpo y hombre a hombre. Se ocasioné confusion en las lineas cartaginesas, que retroce- dieron, Se produjo entonces la lucha entre las reservas. $i la accién hu- biese sido librada sélo por la infanteria, es posible que la hubiese inclinado, a pesar de todo, a favor de Anibal; pero en ese mo- mento regres6 la caballeria romana, que cargé contra la retaguardia de Anibal y decidio la batalla. La batalla de Zama representa el final de la segunda guerra punica. Escipién no avanz6 contra Cartago después de la derrota de Anibal, al igual que éste no habia avanzado sobre Roma después de Cannas. jctoria se Batalia de Pidna (168 a. J.C.) ‘Tras la expansién hacia el sur y el este, como consecuencia de las gue- rras pinicas, era légico que el Imperio romano librara sus guerras en el este, donde, después de la muerte de Alejandro Magno, habian sur- gido cinco grandes Estados: Egipto, Siria, Asia superior, Tracia y Ma- cedonia. En cl afio 179 a. J.C., Perseo era rey de Macedonia y continué una politica hostil hacia Roma. El Senado romano comprendi6 que el esta- do de guerra con Macedonia era inevitable, y nombré cénsul a Lucio Paulo Emilio Los ejércitos romano y macedonio se encontraron frente a frente a ambos lados del rio Leucus. En su orden de batalla, los macedonios co- locaron a la falange en el centro, con sus escudos de bronce; los tracios aliados de Macedonia, a la derecha, se distinguian por sus tumicas ne- gras, que destacaban bajo el color blanco de sus armaduras, y enarbo- laban hachas de combate con grandes hojas de hierro; finalmente, la caballeria y los mercenarios ocupaban los flancos. El orden de batalla romano fue el clasico, con dos legiones en el centro y los aliados y la ca~ balleria a derecha ¢ izquierda. Al parecer, los romanos disponian de al- gunos elefantes en su ala derecha. 80 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA BATALLA DE PIDNA (168 a.}.C.) CAMPAMENTO: MACEDONICO CAMPAMENTO ROMANO, Escala en km Perseo tom fa iniciativa, pasé el rfo Leucus y atacé el centro ro- mano, pero al ser el terreno iregular, el frente de la falange empez curvarse y a hendirse, produciéndose algunas brechas en la linea. Los romanos supieron aprovechar aquella ventaja, y Paulo Emilio dividio sus cohortes y las kanz6 contra los intersticios y espacios abier- tos en la linea oponente, entablando el combate cuerpo a cuerpo y al cando alos macedonios por los flancos, es decir, alli donde su armadu- ra no podia protegerlos. Quebrantada su unidad, la falange perdié toda su luetza y clicacia, La causa evidente de la victoria romana fue haber librado combates aislados. La batalla vepresenté el fin de los herederos del imperio de Alejan- dro. Roma quedo convertida en petencia mundial y en un auténtico impcrio. Sin embargo, Grecia no quedé vencida, sino que triunfé con su cultura helénica. 8t ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Batalla de Farsalia (48 a.J.C.) Esta batalla enfrenté a Julio César y a Pompeyo en el marco de la de- nominada guerra civil, para la conquista del poder en Roma. Sus ejér- citos se encontraron en la Hanura de Farsalia, al sureste de Macedonia. El ejército de Pompeyo, estimado en unos 45000 hombres, cra supe- rior al de César, de 22000 hombres. Los dos formaron en tres lineas. Pompeyo colocé en su flanco iz- quierdo la caballeria, junto con arqueros y honderos, con intencion de arrollar el ala derecha de César, rodearla y atacar su retaguardia César comprendié las intenciones de su rival y formé una cuarta ti- nea, situada de manera oblicua respecto al frente, de forma que su ad- versario no lo viese. En efecto, Pompeyo lanz6 su caballeria contra la derecha de éste César dio la orden de atacar a su cuarta linea, que avanz6 con toda ra- pidez, desplegando sus estandartes, y la caballeria de Pompeyo no pudo resistir y fue derrotada Llevados de su ardor, los legionarios de César rodearon el ala iz- quierda de Pompeyo y atacaron su retagnardia. Pompeyo huyo y se trasladé a Egipto, donde fue asesinado. Para algunos historiadores, el triunfo de César se debié a que sus soldadas estaban perfectamente compenctrados con él, en tanto que el ejército de Pompeyo distaba mucho de dominar los acontecimientos. BATALLA DE FARSALIA (48 a. J.C.) Arqueros ¥ POMPEYO honderos = Caballeria Ulelbe Wadi) WEE Hai) MEY he Kine ake gt gD COW) cana ee Cd gen i cee gine Sf Te! de 4 1 AAI LIS IAAI RAE LILI eh ibiaiays ek Tropas ligeras ", re %e 40 % 82 EDAD ANTIGUA+EFOCA CLASICA Batalla de Actium (31 a.J.C.) E] aio 32 a. J.C. ef Senado romano apoyé a Octavio en contra de Mar- co Antonio, que habia contraido matrimonio con Cleopatra, reina de Egipto, y declaro la guerra a este reino. ‘Los ejércitos y las marinas de Antonio y de Octavio se concentraron préximos a Actium, en la costa griega del mar Jénico. Tanto Antonio como Octavio instalaron sus campamentos en tierra, uniéndolos a la costa con muros de proteccion, Sin embargo, Cleopatra estaba conven- cida de que la guerra habria de decidirse mediante un encuentro naval, si bien, dada la baja moral de su ejército asi como las enfermedades que prevalecian entre sus soldados, el choque entre las dos flotas debfa per- BATALLA DE ACTIUM QGlajc) Mar Jenico PREVESA OCTAVIO 83 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA su fuga con Antonio, en caso de que se perdiera la confrontacion Octavio colocé a su flota en orden de batalla frente a la entrada del golfo de Ambracia, por donde saldria la de Antonio y Cleopatra. Ambos bandos posefan mas de 400 naves cada uno En el comienzo del encuentro, tanto la flota de Augusto como la de Antonio trataron de envolver a la oponente, y en Jos encuentros, los bu- ques se precipitaban contra las hileras de remos de la parte contraria 0 intentaban hundirlos con piedras y maquinaria de guerra. Si se produ- cia el abordaje se iniciaba la lucha cuerpo a cuerpo, por lo que para al- gunos historiadores el combate tuvo mucho de terrestre. Cuando el combate se encontraba en pleno desarrollo, una parte de la flota de Antonio retrocedié y regresé a puerto, no quedandole a éste otya alternativa que huir y, acompaiade de los buques de Cleopatra, se abrié camino hacia alta mar y marché a Egipto. Al ano siguiente, Octavio desembarcé en Egipto, y al enterarse An- tonio de que sus tropas y navios se habian pasado al bando enemigo se maté con su propia espada La batalla de Actium marco el tin de Ja posibilidad de que el impe- rio se dividiera entve Oriente y Occidente. Augusto adopts cl titulo de emperador y se inicié el periodo de Pax Romana Batalla del Bosque de Teutoburgo (9 a.J.C.) Los germanos ocupaban la zona de montafias, bosques y marismas al este del Rin y al norte del Danubio, rios que en el ano 12 a. J.C. se ha- bian convertido en frontera septentrional del Imperio romano El aio 6a. J.C. Publio Quintilio Varo tue nombrado jefe del ejército romano en Germania. Varo tenia bajo su mando cinco legiones. Cicrtas disposiciones acerca del pago de tributos en oro y plata originaron una revuella entre los germanos, cuyo cabecilla era un joven llamado Armi- nio, que poseia la ciudadania romana Arminio atrajo a Varo, que iba a la cabeza de tres legiones —con un total de 20000 hombres, a los que seguian un largo tren de baga- jes y los familiares de los soldados—, a una region de bosques, el Bos que de Teutoburgo, situada entre los rios Ems y Weser, para aniqui- larlo. Mientras los romanos se abrian camino por el bosque, descargo un fuerte aguacero, que puso el suelo fangoso y resbaladizo, dificultando el uso de las armas. Arminio arremetié contra el desorganizado encmi- go y los soldados romanos fueron exterminados de manera casi total E] prestigio romano recibié un golpe mortal, pues a partir de entonces comprendieron que las legiones no eran invencibles. Las legiones perdidas no se formaron de nuevo durante el reinado de Augusto (63 a. LC. - 14 d. J.C.}, que estuvo varios meses «sin cortar- R4 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA se el cabello ni la barba» y con frecuencia se golpeaba la cabeza gritan- do «Quintilio Varo, devuélveme mis legiones». Batalla de Adriandpolis (378 d. J.C.) En el afio 370 grandes hordas de hunos se desplazaron hacia Occiden- te, Los godos, ante la presion, solicitaron a los romanos cruzar el rio Danubio y pactar una alianza con ellos. Sin embargo, los romanos no hicieron honor al pacto y Fridigern, el caudillo godo, se enfrenté a los romanos. La fuerza de los godos residia no sélo en su namero y en el terror que provocaban, sino en el hecho de que millares de ellos habian servido como mercenarios romanos y estaban bien armados. El emperador Valente situd sus vehiculos y bagajes al amparo de Adrianépolis y partio en direccion al campamento (Laager} de los go- BATALLA DE ADRIANOPOLIS (378) FRIDIGERN ‘CAMPAMENTO- (LAAGER) = ‘ ; wine” ct A my visinoda (i066 ' v t t \ rot \. it x ot are - %, Caballeria 1 ot wa » romana vy \ “ 7 t t - . a” VALENTE ADRIANOPOLIS (2 bey 85 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA dos, que consistia en barricadas de carros formados en circulo, detras de los cuales se protegian como si fuese una ciudad amurallada Alllegar al campamento, gue se encontraba en la cumbre de una coli- na, la caballeria del ala derecha romana iba a vanguardia, seguida por el grueso de la infanteria y con el ala izquierda de caballeria a retaguardia Parte de la caballeria goda, que se incorporaba al campamento, descen- dié en tromba desde las alturas embistiendo a la caballeria romana del ala derecha. El flanco izquierdo romano queds sin proteccién y sus hombres se vieron atrollados y vencidos, Entonces, Fridigern lanzo a su infanteria desde el Laager, no dejando espacio a los romanos para desplegarse 0 re- tirarse, por lo que la batalla se convirlid en una frenética matanzz En esta desastrosa batalla perdié la vida el emperador Valente y dos tercios de su ejército, con un total de unas 40.000 bajas. Se demostré que las antiguas tacticas de la falange y la legion ha- bian agotado sus posibilidades, inicidndose un ciclo distinto en el arte de la guerra, y que las oportunidades de la caballeria iban aumentando, y sus cargas eran cada vez més eficaces. La batalla de Adrianépolis abrié una nueva etapa y cn el alto 410 se produje la caida de Roma ante el ataque de Alarico, que la sitiaba por tercera vez. La Espafia romana La peninsula Ibérica entro a formar parte del area de expansion de Roma, desde cl momento en que ésta y Cartago se enfrentaron por la hegemonia del Mediterraneo occidental, en el transcurso de tas guerras ptinicas. Ampurias, Cadiz e Ibiza fueron las primevas ciudades que firmaron un pacto de federacion con Roma en el afto 295 a. 1.C La oposicién de los pobladores peninsutares a la dominacion roma- na se concreta en los sucesivos levantamientos ante la ocupacion, o en la guerra sistematica para evitarla. En el afio 206 a. J.C. salié de Espatia el ejército cartaginés ¢ inicia- ron los romanos la conquista de Andalucia, y fue entonces cuando los iberos comenzaron a luchar contra Roma por su libertad. Uno de Jos primeros movimientos de independencia lo protagoni- zaron Indibil y Mandonio. La batalla mas importante se produjo en Guissona, cerea de Cervera (Lérida). Tuvo importancia la lucha de Roma contra los lusitanos, que vivian en tierras montafiesas comprendidas entre el Duero y el Tajo. El histo- riador romano Estrabon describe las caracteristicas de los lusitanos, un tanto mezcladas con las de los gallegos, los cantabros, los astures y los vascones. Su caudillo fue Viriato. 86 EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA Viriato (139 a.J.C.) Su nombre deriva de viria, palabra celto-ibérica que significa brazale- te. Es uno de los héroes populares universales, que retine las fuerzas dispersas de su pais para luchar contra Ja hegemonia romana, como detensor de la libertad patria frente a la opresion extranjera. Viriato ha sido detinido como «hombre de una astucia agudisima, que de cazador se hizo bandolero, de bandolero general y de general emperador». Era rapido en comprender y ejecutar. Tras diversas victorias contra los cénsules enviados por Roma, fir- mé la paz, siendo asesinado por colaboradores suyos que, al exigir su recompensa, tuvieron como respuesta «Roma no paga a traidores». Los tratadistas romanos reconocen en Viriato a un gran caudillo, el primer guerrillero espanol que rebasé la simple maniobra del golpe de mano y la emboscada, hasta aleanzar un verdadero arte militar en el que se combinaban con armonia, técnicamente, sus elementos esenciales: logistica, tactica y estrategia. Viriato representa la amplia- cion y la superacién técnica de la guerrilla, transformandola en un te- mible medio de ataque que destrufa uno tras otro los ejércitos roma- nos. Viriato transformé el golpe de mano en un arte mayor, con grandes masas de soldados y objetivos importantes y decisivos. El ras- go esencial de la tactica de Viriato fue ta rapidez y la sorpresa. En cambio no utilizé la guerra de posicion, pues su tactica era siempre de movimiento. Paralelamente a la lucha de Viriato se producen las denominadas guerras celtibéricas, en las que los hispanos luchaban por primera vez en nombre propio. Estas guerras se iniciaron por un episodio ocurrido en la ciudad de Segeda, a unos 12 km de Calatayud, que motivé que sus habitantes marcharan al territorio de los arévacos, en el valle del alto Duero, se estableciera una alianza defensiva contra Roma y se produ- jera el primer ataque a Numancia. Se ha denominado guerra de Nu- mancia a los continuos ataques a esta ciudad de los arévacos hasta el afio 133 a. J.C., en que sucumbio. Tras una serie de sitios a la ciudad, que ya constituia una pesadilla para las tropas romanas, se ocupé de la guerra en el afio 134 a. J.C. Es- cipién el Numantino, que llev6 este nombre después de haber Hevado el de Africano. Escipion llegé con su ejército, al que habia endurecido con una instruccion intensa, en el mes de setiembre de dicho afio. Escipién, con um ejército de unos 20000 hombres, con carros y ani- males de carga, redeé Numancia de una muralla con foso y construyo siete castros fortiticados. La circunvalacién tenia unos 9 km. La mura- lla estaba defendida por Jas catapultas romanas, cuyo alcance era de 350 m y podian hostigar cualquier salida de los defensores 87 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA En la linea de circunvalacién habia unas 300 torres, que disponi de una o dos catapultas Con la aportacién de tropas auxiliares, Escipion llegé a disponer de unos 60000 hombres, de los que sélo 10000 eran itdlicos 0 romanos. El cjército sitiador dispuso de un inteligentisimo sistema de sefiales de alarma, Al producirse un ataque, se izaba un patio rojo sobre una Jarga lanza en la torre mas proxima al lugar si eva de dfa, y de noche se encendia una antorcha, o una hoguera. La fuerza de Jos sitiados se ha- bia reducido al final a 4000 hombres. Numancia estaba mal fortifica- da, Cuando Escipién la bloques, era una ciudad abierta. Los numanti- nos atacaron muchas veces a las guarniciones de las murallas, tratando. de romper el cerco, pero al momento reaccionaba el sistema defensivo. Finalmente, los numantinos fucton rendidos por el hambre, y Esci- pion destruyé e incendié aquella ciudad pequetia y poco poblada. La caida de Numancia debié de ocurrira mediados del afto 133 a. J.C. Sc ha definido a los numantinos como un conjunto de orgulle e indo- lencia, reflejado en su negligencia al dejar que su muralla se degradase. El aislamiento que sufrié Numancia originé un desgaste que la pri- v6 de fuerza para atacar a los romanos y la sumio en la impotencia de dejarse morir por el hambre. Los romanos reconocicron la fidelidad de los celtiberos y su pro- tundo sentimiento de honor. La caida de Numancia dejé a Celtiberia sin Animo de lucha. Sin em- bargo, en los 80 a. J.C. la peninsula [bérica se vio implicada en la lucha politica entre Mario y Sila Sertorio lleg6 a Hispania el afio 83 a. J.C. para combatir a los parti- darios de Sila, y se gan6 la simpatia de los naturales al distinguirlos con su trato y no agobiarlos con impuestos, logrando que se alistasen en sus filas contra «la odiada Roma». Sertorio, cuya capital fue Osca (Huesca), Heg6 a ocupar casi toda Hispania, aunque poco a poco fue perdiendo los territorios que le eran fieles y murio asesinado victima de una conjuracién el aio 73 a. J.C. La guerra de Roma contra Sertorio fue considerada como una de las peores que sostuvo el imperio. Sertorio ha sido calificado como el primer estratega de su Liempo y fue un gran maestro en la utilizacién del terreno y en la guerra de gue- rrillas. La tactica de Sertorio tiene mucho de ibérica, en cuanto al mi- nucioso reconocimiento, estudio y utilizacién del terreno Se ha equiparado la tactica de Sertorio a la de Viriato, Anibal y Zu- malacdrregui, y él es considerado uno de los pocos grandes maestros de la guerra que produjo la repablica romana. 88 EDAD ANTIGUA-€POCA CLASICA Valoracion militar del Imperio romano En clarte de la guerra, Roma dejé su huella especialmente en el ambi- to de la organizacion militar. Roma fue, desde sus origenes, una nacién de agricultores, aunque organizada militarmente para defender y atacar, si fuera preciso. El ejército romano, aunque fue batido en muchas batallas, practicamente nunca perdié una guerra. Ello se debié a que el principal cuidado de los romanas era descubrir en qué los superaban sus enemigos y remedia lo, de modo que sus derrotas eran provechosas. Procuraron tener de los diferentes pueblos lo mejor que posefan: ca- ballos namidas, arqueros cretenses, honderos de Baleares y naves nér- dicas, y dispusieron de Ja guerra con tanta prudencia como andacia desplegaban al hacerla. Por otra parte, el caracter civico y la preparacién daban al ejército romano su cohesi6n, reforzada por una brutal disciplina. La legion, en comparacién con la falange, tave una mayor movili- dad, y se reemplazo la proteccién que daba la masa por la capacidad del combate individual del soldado, Roma conforms un gran imperio con la espada, y las anexiones pa- cificas fueron raras. En la gran empresa de romanizar, que es lo mismo que decir civilizar, las guarniciones militares ayudaron considerable- mente. La iniciativa del consul Mario (107 a. J.C.) de reclutar a todos los voluntarios, sin preocuparse de su clase social, transformé el ejército de alistados en un ejército nacional de profesionales. Si bien no eran mercenarios, estos soldados se separaron de sus conciudadanos, tenta- dos por un sueldo fijo y la esperanza del botin y, rechitados entre tos campesinos mas pobres, se convirtieron en una realidad auténoma al servicio de sus generales, pasando a ser una amenaza para la sociedad civil, aunque fueran un instrumento csencial de la expansion romana. En sus mcjores tiempos, los romanes construyeron muy pocas for- talezas, pero tras la expansidn y posesidn de un inmenso territorio pa- saron de una politica militar ofensiva a otra defensiva y en su decaden- cia prodigaron los muros y las torres por todas partes, no pensando en el ataque, sino en la defensa. El aumento del lujo y la molicie, la decadencia del espiritu militar y la indiferencia por la patria hicieron la milicia poco apetecible para los ciudadanos romanos, y un escritor del siglo v Hegé a decir que la pro- fesion de las armas resultaba ignominiosa La recluta de mercenarios y de barbaros, aunque al principio el mando se reservé a los romanos; la division de las tropas en palatinas y fronterizas, con el incremento de corrupcidn en las primeras y de de- 89 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA saliento en Jas otras; la disminucién de tropas de choque y el incre- mento de maquinas, arqueros y honderos, con pérdida de movilidad, y los problemas econdmicos del incremento det coste de reclutamicnto de los soldados profesionales, redundaron, a la postre, en la disminu- cidn de la eficacia de las guarniciones romanas, que, ante los barbaros, prefirieron encerrarse en sus fronteras antes que exponerse a una des truccién segura. 90 dad de fortificar los castillos y las casas de campo y de preparar las armas para resistir los ataques. Se perfeccionaron las érdencs militares de sus cjércitos, modifi- cando el sistema feudal, 1an a propésito para la defensa. Se simtté la nes Cesare Cantu Marco histérico-estratégico 475 482-551 527-565 570-632 WL 732 768-814 795 800 843 1066 1071 1096-1099 1099 1147-1149 1187 1189-1192 1202-1204 1212 1228-1229 1337-1453 1346 1453 CRONOLOGIA R6mulo Augstulo, tiltimo emperador de Occidente Clodoveo, rey de los francos Justiniano, emperador de Bizancio Mahoma Invasi6n musulmana de la penfnsula Ibérica Batalla de Poitiers Carlomagno Marca Hispdnica Coronan a Carlomagno como emperador Tratado de Verdtin. Constitucién del Sacro Imperio Ro- mano GermAnico Batalla de Hastings Campaiia de Mantzikert Primera cruzada Conquista de Jerusalén Segunda cruzada Batalla de Hattin: Saladino conquista Jerusalén Tercera cruzada Cuarta cruzada Batalla de las Navas de Tolosa Quinta cruzada Guerra de los Cien Afios Batalla de Crécy-en-Ponthieu Sitio y caida de Constantinopla La migracion violenta de los pucblos germanicos sobre las fronteras del Rin y del Danubio del Imperio romano tuvieron como causa prin- 93 ENQILLUPELIA GEL AKIE UE LA GUEKIA cipal el movimiento de los hunos, que procedentes de la estepa asidlica se asentaron en las Hanuras de la actual Gerania. El avance de su jefe, Atila, fue detenido por una confederacion de estos pueblos germanicos en la batalla de los Campos Catalaunicos (ane 451). En el aiio 476 era depuesto el ultimo emperador de Occidente, RO- mulo Augustulo, La unidad romana desaparecera, y el gran afan inde- pendentista de cada puebjo y su menor nivel de cultura y organizacion llevaran a Occidente al comienzo de una etapa de su historia denorni- nada Edad Media La parte oriental del Imperio romano, procedente, como la occiden- tal, de la division de Teodosio en el aio 395, no fue invadida y continud su historia hasta el aho 1453 con el nombre de Imperio bizantino. Eslavos y pueblos de las estepas Henaron el vacio centroeuropeo de- jado por los germanos. Una segunda fuerza se constituy6 al este y sur del Mediterranco, in- fluyendo decisivamente en la evolucion de Europa: el Islam. Esta nue- va fuerza expansiva tendra como protagonista al pueblo arabe. Hacia Oriente, los musulmanes extenderan su dominio hasta la In- dia. Hacia Occidente, partiendo de Egipto, dominaron el norte de Afri- ca, la peninsula Ibérica y penctraron en el reino de los francos, donde fueron vencidos por Carlos Martel en ja batalla de Poitiers (732). El equilibrio de fuerzas en Europa se complets, junto al Imperio de Bizancio y al Islam, con el Imperio de Carlomagno, que reiné desde el afio 768 hasta el 814. El Imperio carolingio extendera su dominacién al norte de ia peninsula Ibérica, a la Marca Hispanica, a la peninsula ita- liana, a la actual Belgica, a los Paises Bajos y a parte de Alemania La divisién del Imperio de Carlomagno fue el origen posterior de la creacin del Sacro Imperio Romano Germanico El dhtimo desplazamiento de pueblos sobre Europa tuvo lugar du- rante los siglos Ix y x, y en este caso protagonizado por los nornvandos, que desde las actuales Suecia, Noruega y Dinamarca se dirigieron ha- cia el sur. Los normandos suecos fundaron el principado de Kiev (889) y die- ron lugar a una nueva nacionalidad europea: Rusia A partir del siglo x1 se inicié un proceso de expansion europea cuyo primer sintoma fueron las expediciones al oriente musulman, denomi- nadas cruzadas, que tuvieron lugar desde el afio 1096 hasta el afio 1291, en que San Juan de Acre, ultima plaza de los cruzados, fue abandonada. Entre los afios 1339 y 1453 se desarrollé la guerra de los Cien Atos. El duque de Normandia invadié Inglaterra, derrotando a tos anglosajo- nes en la batalla de Hastings (1066), y se proclamé rey de Inglaterra, a la vez que siguié siendo vasallo del rey de Francia. Las posesiones in- glesas en Francia aumentaron, lo que dio lugar al enfrentamiento fran- co-inglés. Con la victoria francesa de Castillon el aio 1453 se estableci 4 Se : TER TE eom meen EDAD MEDIA la paz. sobre la base de que la Gnica posesion inglesa en el continente fuese la plaza de Calais. En este mismo afio, los turcos tomaron la ciudad de Constantino- pla, poniendo fin a la historia de] Imperio bizantino. La evolucién del arte de la guerra tuvo sus caracteristicas diferen- ciales en las tres fuerzas que intervinieron en el Ambito europeo: el lm- perio bizantino, cl Islam y cl Imperio carolingio, antecedente del Sacro Imperio Romano Germanico. El ejército de Bizancio En Bizancio, después de la batalla de Adriandpolis, los emperadores enrolaron a su servicio a los jinetes barbaros, y su imperio no sufriria la misma suerte que el occidental Junto a la caballeria, las murallas salvan a Constantinopla. Todavia hoy, en el viejo Istanbul, a lo largo de seis kilémetros, se extiende una tri- ple linea de fortificaciones: un muro interior de once metros de alto, con hovenia y seis torres en sus flancos; un muro exterior de ocho metros y medio de alto, y un foso de quince metros de profundidad por veinte ine- tros de ancho, con una contraescarpa de mamposteria. En las murallas se abrian diez puertas, una de ellas la célebre Puerta de Oro, por la que entraban los emperadores. Bizancio compensé en Constantinopla la re- lativa escasez de sus efectivos militares con sus fortificaciones, Los ejércitos de Bizancio no fueron tan numerosos como hasta en- tonces y las tropas, de procedencia diversa, carentes de todo senti- miento nacional, no eran un modelo de disciplina. Sin embargo, el em- perador Justiniano (482-565) tuvo la suerte de contar con grandes: capilanes a su servicio, como Belisario. El emperador reorganiz6 el ejército y design duques para el man- do de diversas regiones militares. Cubrié el pais de castillos-fuerte, eri- gidos en puntos estratégicos, formando una red muy extensa. A pesar de todo, fueron arrasadas repetidas veces las provincias por falta de un ejército de campaiia suficiente. Las enormes sumas gastadas en la for- tilicacion agotaron el tesoro imperial El cjército se dividia en tres grupos principales: la guarnicion de Constantinopla; las tropas acantonadas en las provincias, compuestas en su mayor parte por caballeria al mando de estrategas, y el ejército de las franteras. En lo referente a armamento y equipo imitaron a los barbaros: he- rraron los cabatlos y se colgaron estribos a las sillas de montar. Los ji- netes se protegian con la loriga de escamas 0 de mala. &n los baluartes de las fortificaciones se contaba con una impor- tante artilleria de maquinas lanzadoras de proyectiles que acompafia- 95 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA ba a los & ar importancia tiene el fuego griego, que les aseguro grandes victorias sobre los arabes, los rusos y los turcos. Los artefactos incendiarios —pez mezclado con azufre, estopa y resin fueron empleados por los persas el ano 500 a. J.C. Los bizantinos utili- zaron en sus combates navales petréleo procedente de Baka, en el mar Caspio. Los arabes también utilizaron esta técnica, y crearon incluso un cuerpo de especialistas, los nafatinos, vestidos con trajes protectores y eneargados tanto de lanzar los productos incendiarios como de apagar los tuegos encendidos por el cnemigo. Hubo incluso artefactos de gue- rva de asedio accionados por fuelle, que pueden considerarse antece: tes de los lanzallamas, Los ejércitos bizantinos contaron con ingenieros militares capaces de salvar rios con la ayuda de barcas y de establecer cabezas de puente bajo la proteccién de maquinas-ballesta. Asimismo, tenfan organiza- dos los transportes, la intendencia y el servicio sanitario. El orden de batalla bizantino consistia en formar dos lincas na de ellas sirviendo de apoyo a la otra— apoyadas por caballeria ligera para exploracion y proteceion de flancos y caballeria pesada como ele- mento de choque y reserva. La politica militar se complicé a partir del siglo x. Los mandos mili- tares regionales no eran faciles de dominar y trataban a los emperado- res de igual a igual. El ejército ocups el primer lugar en el imperio, por ser ef «nervio del Estado» Los emperadores tomaron medidas al limitar el reclutamiento re- gional, que daba poder a los jefes locales, y al reemptazar el servicio mi- litar obligatorio por un impuesto militar. Se produjeron golpes de Es- tado, aunque finalmente triun!6 el poder civil El reinado de Basilio I el Bulgaréctono (976-1025) fue la culmina- cién de la grandeza bizantina. Nunca desde tiempos de Justiniano I (482-565) se habia elevado el imperio a semejantes alturas. Sin embar- 20, cincuenta afios después se veia afectado por la descomposicion y la ruina. El imperio cay6 en manos de emperadores ociosos y sensuales y de corte: s, y el gobierno fue asumido por una corte de eunucos y de favoritas El imperio no habria podido mantenerse durante tanto tiempo de no haber existido una organizacién militar muy superior a la de cual- quiera de sus vecinos. La riqueza del imperio, la seguridad que ofrecian las grandes fortificaciones de Constantinopla y la consolidacién del arte de la guerra fueron la base de esta superioridad. A ello se anadia la division del imperio on regiones militares, unidas entre sf por buenas comunicaciones y dotadas de cuerpos de ejército bien organizados y de gran movilidad. La logistica tenia una gran importanci de El ejército, al igual que su- 96 EDAD MEDIA cede en la actualidad, estaba dividido en Lropas combatientes y en ser- vicios. Estos disponian de toda clase de equipos, de una columna de aprovisionamiento y de un cuerpo de primeros auxitios. A pesar de esta magnifica organizacién, el recluiamiento de bizantinos nativos para el servicio del ejército era complicado, y las unidades quedaban final- mente formadas por mercenarios, lo cual produjo la pérdida de efi cia del ejército bizantino, que fue derrotado por los tarcos selyucidas en la batalla de Mantzikert (1071). La crisis que sucedi6 a este desastre motivo el inicio de una eriza- da contra el Islam. En las cruzadas, las dilerencias entre bizantinos y eruzados, llamados francos, eran profundas. Para muchos caballeros cristianos se trataba Lan s6lo de ganar tierras cn Oriente, pero para el emperador bizantino el objetivo consistia en dar seguridad a Constan- tinopla y en liberar los lerritorios asiaticos del yugo turco, lo que llev6 finalmente a un enfrentamiento entre bizantinos y cruzados, que He- garon a sitiar y conquistar Constantinopla (1204). La destruccion del Imperio bizantino significé eliminar el gran bastion oriental que du- rante siglos habia contenido los alaques asidticos, que no obstante resu- cil6 el ato 1261 con Ja recuperacion de Constantinepla por Miguel VILL Paledlogo (1261-1282). La época que siguié fue lestigo de la Hamada expedicidn de catala- nes y aragoneses a Oriente (1381-1385), que no pudo evitar que los grie- gos mostraran una gran incapacidad para defenderse por si mismos y que provocé la ambicién de los turcos. La situacién se vio agravada por las disensiones entre la Iglesia romana y la ortodoxa. Asi, se llegé a afi mar por parte de los romanos que «en Constantinopla vale mas el po- derio del turbante turco que cl de la tiara latina». Todo ello Hev6 a que en el afio 1453 el sultan turco Mehmet I (1451- 1481) sitiara y conquistara Constantinopla La situacién del ejército de Bizancio, cuando se inicio el sitio, no po- dia ser mas lamentable; apenas contaba con unos cuantos mercenarios y unas galeras en una condicién deplorable. Desde el punto de vista del arte de Ja guerra, la defensa se confié a la fortaleza de los tres recintos amurallados. El Cuerno de Oro estaba protegido por la flota imperial. Se utilizaron armas portatiles, cafiones, arcos, ballestas y catapultas. El tio incluyé acciones navales durante las cuales los turcos utilizaron un puente flotante de unos seiscientos metros de tongitud por dos metros y medio de anchura para atyavesar el Cuerno de Oro; una inmensa torre de madera, helépolis, para asaltar las murallas, que fucron voladas por los defensores con ayuda de pélvora, y minas, que fueron anuladas con humo, fuegos asfixiantes y agua. En el asalto también se cmplearon es- caleras, garfios de hierro y fajinas para rellenar los losos. La caida de Constantinopla conmocions el coraz6n de la cristian- dad y dejé abierta de par en par la puerta de Europa. Mehmet II cre6 la 97 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Turquia europea. Se derrumbo el sistema feudal, pero al tiempo que Oriente se hundia, Occidente iniciaba un camino: la creacién de nue- vos imperios El ejército del Islam En tiempos de Mahoma, los arabes no tenian fuerzas organizadas com- parables a las tropas regulares de los inrperios persa y bizantino, y su arte de la guerra era rudimentario. A pesar de considerar el caballo como animal indispensable pava la victoria, éstos fueron Muy poco numerosos en los primeros ejércites. La cria caballar fue considerada prioritaria, y se lograron unas razas admirables, de las que descienden los purasangre europeos Lo que doté al Islam de gran fuerza guerrera fue su fe religiosa, tra- ducida en la guerra santa, que para los creyentes era una obligacion. Los ejércitos musulmanes supieron adaptarse con rapidez al arte mili- tar de su tiempo. Los primeros califas, titulo que significaba heredero del poder de Mahoma, instalaron a sus tropas en las ciudades 0 en grandes campos militares, donde los soldados vivian con sus familiares, igual que ha- cian los romanos. Siguiendo la tradicion de Jas ciudades militares, cn las fronteras se formaron ribats, conventos-lortaleza en los que los cre- yentes se consagraban a la guerra santa y formaban tropas selectas. En el reelutamiento, los ejércitos musulmanes pasaron por distintas fases. Asi, como los hijos de familias poderosas se entrenaban desde muy jévenes para la guerra y entraban al servicio de los mandos politi- cos y militares, los califas se vieron obligados en ocasiones a enrolar por la fuerza a gente del pueblo bajo, sin preparacién militar alguna En épocas de pujanza econdmica, los voluntarios para integrarse en cl ejército lo hactan debido a su celo por Ja patria cuando eran ricos y con la esperanza de hacerse un buen botin cuando eran pobres. Llego un momento en que fue necesario recurrir a mercenarios, jOvenes cauca- sianos 0 turcos, educados en la religion musulmana y entrenados ru- damente en el oficio de las armas. Menci6n especial merecen Jos jenizaros. Al final del sigho xin, la union de los selyicidas con otra rama de turcomanos dio nombre a los otomanos. Un sultan otomano otorgé el afio 1362 el acta legal de cons- titucién de Jos jenizaros, que se reclutaban entre niftos cristianos de ‘Turquia y de Armenia y eran conducidos a cuarteles-escuela, donde cran sometidos a una disciplina de hierro. La vida en comin forjaba un espiritu de cuerpo, y el atractivo de la guerva y del botin y la exaltacion del sentimiento religioso fueron el funcdamento de la tuerza moral de aquellos soldados. La desercién, la cobardia, el abandono del puesto o 98 EDAD MEDIA la falta de obediencia se castigaban con la pena de muerte. A pesar de los progresos en las armas de fuego, el arma preferida de los jenizaros fue siempre el sable. La reputacion de los jenizaros culminé entre la toma de Constanti- nopla y el sitio de Viena de 1683. Con el tiempo, sus virtudes se fueron atenuando, su valor en la guerta disminuyendo, y fueron perseguidos por el mismo pueblo; su desaparicion fue paulatina Fn la época califal, el ejército se organizaba en base al numero cin- co. El cuerpo, que podia tener cinco mil hombres, se componia de cin- co agrupaciones de mil hombres al mando de un caid; cada agrupacin se dividia en cinco compahias (nagib) de doscicntos hombres, que a su vez se componian de cinco secciones de cuarenta hombres, con cinco pelotones (nazir} de ocho hombres La tdetica arabe leva la marca de las costumbres beduinas, con una extrema movilidad, buscando la sorpresa y explotando el desierto para sus desplazamientos estratégicos Los combates los iniciaban con el tivo de los arqueros de infanteria. A continuacion atacaba la caballeria, hostigando con flechas y vena- blos; para Hegar a una decision en el combate, la caballeria formaba una masa y atacaba con sable y lanza. En los combates empleaban tambores y cimbalos para aumentar la confusién. En los comienzos del islamismo, los arabes habian adoptado el ar- mamento de sus enemigos. Conforme fueron incrementandose sus vic- torias y las conquistas territoriales, las armas se fueron diversificando. El arma noble por excelencia para los arabes era la espada, que evolu- cioné hacia la cimitarra, de hoja curva, con punta y corte afilado. Los alfanjes que emplearon los turcos tenian una gran curvatura que per- mitia a los combatientes imprimir la maxima fuerza a sus golpes. Los musulmanes eran aficionados a las inscripeiones y arabescos en las ho- jas de sus armas. Aunque las /anzas eran cousideradas como armas me- nos nobles, también fueron utilizadas, asi como los arcos. Las armas detensivas, escudos, cascos y cotas de malla, eran asimmismo muy varia- das. Las cotas de malla arabes y orientales se usaron bastante tiempo después de que Occidente las hubiera abandonado en favor de las ar- maduras de piezas forjadas El arte militar en la Europa occidental La batalla de los Campos Cataliunicos (451) fue la ultima gran victoria del Imperio romano de Occidente. Los diferentes pueblos germéanicos ocuparon las distintas provincias del imperio para intentar constituir reinos independientes El pueblo franco se habia establecido en la antigua Galia romana y 99 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Clodoveo Tsenté las bases del reino unificado de los francos, alo que lo ayud6 su conversi6n al cristianismo pero, sobre todo, la potenciacién de su ejército, que evolucioné, adaptandose a las nuevas circunstan- cias de su época, aunque Mantuve, no obstante, algunas bases del sis- tema guerrero germanico. En la Edad Media aparece lo que se ha denominado guerra sefiorial, que es una forma de lucha entre poderes limitados en extensién y ver- tebrados sobre la distincién de sefores y siervos. La coyuntura histéri- ca en la que nace el feudalismo en Ia Europa occidental es la descom- posicién de Jos poderes facticos del Imperio romano, incluso antes de la invasion de log barbaros. Después de Carlomagno, que habia sido respaldado por la cons gracién de su monarquia por el papa, sus sucesores acertaron a reunir como legitimacion de su autoridad la consagracion papal y el vinculo de vasallaje que le rendian todos Jos sefiores feudales. El rey logra defi- nirse a si mismo como aquel que no es vasallo de nadie, gue tiene bien- es familiares (ransmisibles por via hereditarta, que cjerce el dominio del territorio también hereditario y que se marca la tarea de actuar como protector de los campesinos frente a tos abusos de los senor feudales, que habian organizado pequefios destacamentos militares y los habian asignado con caracter permanente a sus castillos. La organi- vacién de estos destacamentos, por otra parte, se debié a la permanen- te inseguridad de las personas que siguié a la invasion de los barbaros. La historia del proceso puede resumirse en que los castillos, que cempezaron como torres cuadradas, de dos o tres pisos, inicialmente de madera y posteriormente de piedra, y construidos en una elevacion del terreno, funcionaron a la vez como lugar de refugio y de reunién de las milicias locales. Desde el castillo, ef sefior de la fortaleza guardaba la paz del contorno y administraba ju ia, Se instaura un régimen senorial, que vincula a los habitantes de una tierra con quien posee e] dominio de ella. Esta es la situacién que gene- ra el feudalismo, que ha sido definido por Ganshof como «un conjunto de instituciones que crean y regulan obligaciones de obediencia y servi- cio, principalmente militares, por parte de un hombre fibre, Hamado. vasatlo, respecto a un hombre libre, llamado sefior, y obligaciones de proteccion y mantenimiento, por parte del sefior, respecto al vasallo»: En esta situacion, se producian dos tipos de alteraciones de ta paz: los conflictos interseroriales, sublevaciones y conjuras, y las reviieltas cam- pesinas, algaradas, tumultos, correrias de piratas y bandidos. Se produce en el feudalismo una alternativa entre cl predominio del ideal caballeresco y el afan burgués. En cl régimen feudal se institucio- ‘naliza la superioridad moral del caballero armado sobre una masa de labricgos. La burguesia, posteriormente, consigue la superioridad de los habitos de la ciudad sobre los usos del campo y, finalmente, se consoli- 100 EDAD MEDIA da el dominio de la corte real sobre la villa y el de la administracién bu- rocratica sobre la fuerza militar La indefinicién de las fronteras se compensa inicialmente con los nucleos de poder, castillos 0 ciudades amuralladas, pero ya a finales del siglo xiv la burguesfa, a través de estas ciudades amuralladas, pone a punto un sistema de seguridad que le permite frenar a los sefores feu- dales, Mas tarde, fa ciudad sin fortificar de los siglos xtv y xv defiende sus intereses a través de unas franquicias, mas juridicas y econdmicas que militares. En el feudalisme, los contingentes militares eran puestos a disposi- cidn de los reyes por sus sefiores feudales. Era un sistema de lealtades multiples —senior feudal y rey— que se habria de convertir en el ger- men de los primeros Estados modernos, cuando la monarquia acerta- ra a delimitar las comareas que no debian someterse a sefiores ajenos al rey. El tiempo del feudalismo fue una época de pequefios ejércitos y de breves campafias consccuencia, entre otros factores, de la imposibiti- dad de imponer el servicio militar o cl gravamen de impuestos de no mediar un peligro concreto. A finales de la Bdad Media, la consolidacién de las monarquias y la institucionalizacion del régimen feudal permiticron sostener guerras de mas larga duracién, como la de los Cien Anos. Al final de la misma, los reyes de Francia consiguieron cobrar el pri mer impuesto permanente de fa historia medieval, la talla, y lo aplica- ron para el sostenimiento de unas pocas conrpatiias de ordenanzas, pri- mer nucleo de un ejércite permanente. Organizacion Al comienzo de la Edad Media no existian ejércitos permanentes, y las tropas reclutadas para una campafia o una expedicién determinada quedaban licenciadas a su término. Solamente los propictarios de cier- ta fortuna estaban sujetos al servicio militar, Los hombres libres, es de- cir, los que no tuvieran condicién de esclavos ni fueran siervos de la tie- rra, estaban obligados a acudir a la convocatoria del rey para una campatia y a llevar armas. E] mando y la jerarquia militar eran funciones directas de la orga- nizacién territorial y social. Un jefe militar (degie) tenia bajo su man- do a varios condes. La movilizacién de tropas acostumbraba a ser local para evitar dificultades de avituallarnicnto y manutencién, Los comba- tientes iban a la guerra con sus provisiones de boca y sus equipos de re- puesto, que Hevaban en carros arrastrados por bueyes. El material de asedio a las plazas era casi inexistente o muy escaso. Aunque en esa 10 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA época los barbaros eran pueblos de jinetes. los ejércitos francos se componian casi exclusivamente de infante: La batalla de Poitiers (732) marco el inicio de unos cambios que dicron una mayor potencia al ejércilo franco. La infanterta va cediendo su preponderancia a la caballeria acorazada. El reclutamtiento va per- diendo su caracter local para convertirse en nacional y se vuelve a los principios tradicionales de preparar las campanias mediante organiza- cién e instruccién. Las mejoras en la fortificacién de las plazas hace que vuelvan a ser necesarias las guerras de asedio, lo que a su vez re- quiere una mejor organizacién. Carlomagno redacté leyes para solucionar problemas diversos de Estado, entre ellos Jos militares, Para el reclutamiento ordeno la con- ieccién en cada condado de censos 0 listas de hombres que pudieran ser llamados a las armas © contribuir a mantener a un guerrero. El ejér- cito carolingio estaba compuesto de un fuerte contingente de caballe- ria reclutado entre los hombres ricos, en tanto que los pequefies pro- pietarios servian en infanteria y los mas pobres atendian al servicio de equipos y avituallamiento El mando supremo correspondia personalmente al emperador, que disponia de un contingente de soldados profesionales que formaban la guardia real y el wicleo de su ejército. Los soldados de un mismo terri- torio se agrupaban, formando un cuerpo de ejército, y cl conjunto de & tos cuerpos constituian el ejérerto. Carlomagno suprimié el derecho de requisa en los territorios pro- pios y en tierras del imperio. Sélo se podia exigir a Jos habitantes «co- bijo, Fuego y agua», tradicién que se ha perpetuado hasta nuestra épo- ca, En cambio, en territorio enemigo, el guerrero estaba autorizado a practicar el pillaje a voluntad. Las campafias no solfan tener una dura- cién superior a tres meses A pesar de los indudables éxitos de Carlomagno, con la destrucci6n de la administracién romana se habia hundido el Estado y con éi la or- ganizacion militar digna de tal nombre. Ante la impotencia del poder central, las poblaciones buscan la proteccin de los jefes locales fuer- tes, yel feudalismo alcanza, después de Carlomagno, su perfeccidn his- torica. En el fendalismo, la jerarquia militar era una jerarquia feudal. Eb jefe supremo del ejército cra el rey. Después del rey, la direccién de Jas operaciones pasaba al gran senescal, que era el comandante en jefe de las tropas y que tenia bajo sus ordenes a los condestables, a los maris- cales y a los maestres de ballesteros, que tenian mando sobre la infante- ria. Al responsable de las «maquinas de guerra» se le denominaba gran maestre de artilleria. Cuando el soberano iba a empezar una campafia convocaba a la hueste. Esta hueste la componian trapas del dominio del soberano y de 102 EDAD MEDIA. los sefiores feudatarios del rey, quienes, a su vez, incorporaban tropas de sus propios vasallos, Llama la atencién cl reducido tamatio de los ejércitos feudales. Los ejércitos carolingios raramente tenian mas de 10000 hombres, de los que 5000 0 6000 correspondian a la caballerta. El factor econémico siempre estaba presente, pues el caballo, cl equipo y el armamento eran costosos. Ademas, un caballero no iba solo a la guerra, sino acompafiado de un escudcro, encargado de armarlo, y un paje o criado, cada uno con su caballo. En la organizacién feudal aparecen las comunidades, conjunto de ciudades 0 villas que reciben de los soberanos cartas 0 fueros que los hace depender dircctaiente de la monarquia, con fo que se disminuye el poder de los sefores feudales. Las comunidades tienen también obli- gaciones militares y deben proveer contingentes de tropas a las lama- das de los reyes. La fuerza alcanzada por las comunidades inspird en ovasiones desconfianza, por Jo que los soberanos trataron de cambiar el aporte de tropas por impuestos, en tanto que las comunidades que- rian sustituir el pago de impuestos por las prestaciones de tropas, en muchos casos de infanteria. Las cruzadas, en especial, motivaron la constitucién de érdenes mt- litares, cuyo objetivo inicial era consolidar las conquistas en Tierra San- ta. Estas prestaban asistencia a los peregrinos y los defendian, creando. comunidades de monjes-soldado y formande el ¢jército permanente del Reino de Jerusalén. Las érdenes militares de San Juan de Jerusalén —posteriormente denominada Orden de Malta (1050)—, del Temple o Templarios (1119) y la Teutonica (1187) sirvieron tanto en su mision militar como para el desarrollo en Europa de una funcion econémica con la finalidad de aportar fondos para las cruzadas. En la época medieval cobré una gran importancia la figura del hombre de guerra. El guerrero medieval, noble o villano, habia de tener una robuslez y una resistencia excepcionales. El empleo de la espada, del arco y de la ballesta exigian una gran fuerza fisica. Al mismo tiem- po, a su rudeza, brutalidad y crueldad se unian la pureza de alma y la delicadeza de sentimientos. Si bien la vida humana valia poco en la Edad Media, con um satvajismo que no era privativo de ninguna de las clases sociales, al mismo tiempo el espiritu det feudalismo estaba ca- racterizado por la fidelidad a la palabra dada, a Ja fe jurada. Todos los guerreros tenian el deber de ser valientes, desde ¢l mas humilde hasta cl mas grande. Los reyes se exponian cn persona, no renunciando al honor de «ser tomado por blanco» de los ataques del enemigo. La Iglesia, no pudiendo impedir la guerra, trato de cristianizarla de- fendiendo la paz, el bienestar general y el derecho. El acto de «armar a un cabaliero» bendecia y ennoblecia la vida mi- litar. La ceremonia comprendia la entrega de la espada, la armadura y las espuelas. Con ello se exaltaba el ideal que animaria durante siglos la 103 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA protesién de las armas. La ceremonia era «sacralizada» por la Iglesia, que establecfa una verdadera liturgia de la iniciacién de la caballeria La ocupacion mas importante de un caballero era prepararse para la guerra, lo que se consiguié a través de la caza y de los torneos. Estrategia y tactica La Edad Media es la era de las fortificaciones. Las incursiones sarrace- nas y el peligro normando incitaron a construirlas y asi, a partir del si- glo ix, todo el Occidente, de Irlanda a Ttalta, se fuc erizando de castillos y fuertes. La corriente de intercambio creada a través de Europa y de Oriente por las cruzadas, el enriquecimiento de los sefiores feudales y de las ciudades y la fiebre de construcciones que se apoderé de toda la cristiandad hicieron que se levantasen verdaderos castillos y ciudades- fortaleza, Los artefactos mecanicos desempefaron un gran papel en el arte mi- litar de la Edad Media, pero no diferfan mucho de los que empleaban los romanos. La guerra de minas se propagé ampliamente en la época Las guerras feudales, con sus breves encuentros entre pequeiios ejércitos, dificilmente podian inspirar doctrinas o teorias militares, como sucedia en la antigiiedad. La ciencia de la armeria y la arquitec- tura militar no contaban con planes o reglas estratégicas de conjunto. La conquista de territorios se realizaba a través de expediciones. Carlomagno, en cuarenta y seis afios de rcinado, emprendié cincuenta y cinco expediciones, que le permitieron reunir un extenso imperio. La tadctica varié muy poco en los seis siglos que transcurricron des- de ta batalla de Poitiers hasta la guerra de los Cien Anos. La maniobra y la decision se reservaron a la caballeria acorazada, incluso cuando sus efectivos eran reducidos en relacién con las tropas que la acompa- fiaban. La batalla cra, por tanto, mas bien un torneo de caballeria. El personal de a pie era utilizado en la guerra de sitio o en la defensa de ciudades y castillos En las batallas en campo raso, la infanteria formaba un cuadro en cuyo interior se reunia la caballerfa. Para alacar, se abrfa la linea de in- fantes, que se encontyaba a vanguardia, y la caballeria combatia por cargas, con lanza y con espada, y avanzaba en tres lineas. Bl arte de la guerra y las estrategias experimentaron profundos cambios a causa de las pugnas entre el papa y los soberanos de Alema- nia y Francia y el desarrollo de las cruzadas. Por un Jado, el contacto de la caballeria de Occidente con los castillos y ciudades fortiticadas del Imperio de Oriente y la construccion de grandes fortalezas, como el Krak de Moab y el Krak de los Caballeros, en Palestina, originaron que se levantaran otras semejantes en ka Europa occidental y central, hasta 104 EDAD MEDIA el punto de que en el siglo x1v el castillo feudal dominaba todas las co- marcas y condados. Por otra parte, ta crecicnte riqueza de las ciudades condujo a la creacién de las miticias ciudadanas y a la captacién de sol- dados mercenarios, sobre todo tos arqueros, y dado que el caballero feudal no estaba dispuesto a realizar los trabajos de la guerra de minas y a manejar las maquinas de guerra, los especialistas fueron cada vez mas solicitados. Pero fue la guerra de los Cien Afios, que se inicio con procedimien- tos y métodos de combate que databan de la antigiiedad, Ja que acabé aplicando procedimientos y métodos modernos. En la tactica, desapare- cié la supremacia de la caballeria, que regia en Europa desde la llegada de los barbaros, y también fue disminuyendo la invulnerabilidad de las fortalezas. Se impusieron dos nucvas armas: Ja infanteria, base de las fa- langes y las legiones de Ja antigtiedad, volvfa a tomar fa posicién princi- pal del combate; por otra paste, la artilleria, con el empleo de la polvora, acabaria por imponerse en la defensa de las ciudades y en el campo raso. Dos innovaciones en cl armamento, ademas de la aparicion de la ar- tilleria con pélvora, influyeron decisivamente en los finales de la Edad Media: el perfeccionamicnto de los arqueros y la calidad de las arma- duras. El arco inglés, de una altura aproximada a 1,80 m, era capaz de tirar a una cadencia cuatro a seis veces mayor que la ballesta, aunque no obstante con menos punteria, pero de alcance doble. Al ser las ar- mas de tiro mas mortiferas, las cotas de malta fueron sustituidas por armaduras de hierro completas después de un perfodo de transicién en el que se mezclaron ambas modalidades. A pesar de estos adelantos, la tactica feudal francesa se basaba en grupos de combatientes seleccionados y no en una masa humana pode- rosa, y la caballeria francesa seguia considerando la aparicién de in- fantes en el campo de batalla como un insulto a la superioridad de su cl Para los ingleses se trataba de batir a tos caballeros franceses. Mientras la tactica francesa se basaba en desmontar al adversario, ha cerlo prisionero y pedir un reseate por él, los ingleses consideraban mas positive matarlo. El arco les permitia orientar el combate tanto en cl lanzamiento de proyectiles como en el choque directo. La tactica ingle- sa era mas moderna que la seguida hasta entonces por el feudalismo. El orden de batalla inglés, de caracter defensivo, consistia en orga- nizar su caballerfa en tres divisiones, dos desmontadas a vanguardia y otra a relaguardia, montada, que constitufa la reserva; los arqueros for- maban en los flancos de las dos divisiones de vanguardia y en el inter- valo de las mismas, colocando frente a ellos estacas reforzadas con hie- rro y hundidas en el suelo. Las tregtras en la guerra de los Cien Afios motivaron Ja aparicion de tacticas de pillaje adoptadas por bandas de soldados licenciados que se especializaron en Jos asaltos a villas 0 castillos. Eran los Tamados de- 105 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA solladores. Este fenémeno se terminé con una anmistia general de los soldados convertidos en bandoleros y su incorporacién a las Hamada: compaiiias de ordenanzas mandadas por un noble y pagadas por las provincias, con una estricta disciplina, y que pasaron a formar la caba- leria del rey, Con el descubrimiento de la pélvora, la guerra pas6 a la fase tecnoldgica. Armamento En el comienzo de la época feudal, los vikingos emplearon unas naves denominadas drakkars, de 20 a 25 m de eslora, cuya proa lerminaba en una cabeza de dragon, Los vikingos usaban espada, machete, hacha, venablo, un pequefio escudo y un casco cénico de acero. En el siglo x1, el armamento defensivo habia evolucionade poco. El reducide peso de las defensas de cuerpo de las legiones romanas habia aumentado progresivamente hasta el punto de que el caballero perdia toda flexibilidad de su cuerpo y rapidez en elf ataque y en la parada En las cruzadas, las armaduras compuestas de telas forradas sobre las que cosian plaquitas de metal se transformaban en cotas de malla, que serian las armaduras de los caballeros de los siglos x1 a x1v. Para hacer frente a la mayor capacidad de penetracion de las ballestas, que perforaban las cotas de malla, se fijaban sobre éstas unas placas de ace. ro en los puntos mas vulnerables del cuerpo humano. Las diversas pie. zas colocadas sobre la matla no tardaron en agruparse con articulacio- nes, transformandose en la armadura. El arte de los forjadores de armaduras, a las que se denomin6 arnés, alcanz6 su apogeo a mediados del sigto xv, aplicandose también a los caballos. La armadura de los in- fantes no podia compararse con Ia de los caballeros, Llevaban un gorro de malla, y se cubrian el torso con un almohadillado de piel con anillas © con una coraza llamada brigantina Como armas ofensivas se emplearon la espada, la pica, la lanza, cl arcoy la ballesta. Suizos y alemanes resucitaron a mediados del siglo x1v la pica, en formaciones densas y profundas de infanteria, como nica arma capaz de oponerse al avance arrollador de la caballeria acorazada La ballesta pesaba unos doce kilos, su cadencia de tiro era de dos flechas por minuto, que pesaban de doscientos a trescientos gramos y tenian un alcance de unos cien metros. Antes del empleo de la pélvora, la artilleria empleaba catapultas, que funcionaban por simple giro de una viga alrededor de un eje; des- pués, las bocas de fuego sustituyeron a todo el material de lanzamien- to utilizado en la Edad Media. Las primeras bovas de fuego fucron utilizadas, al parecer, en Euro- pa hacia el aio 1314. En el aio 1339 se menciona una arma llamada ri- 106 EDAD MEDIA, batldequin, compuesta de varios tubos de hierro que podian ser dispa- vados simultaneamente. En 1340 existia una fabrica de pélvora en Augsburgo. ‘Aparecen sucesivamente tas culebrinas, ligeras para ser transporta- das, las bombardas, cuyas balas hacen brecha en los muros de las for- talezas, los catones grucsos y una especie de morteros Ilamados sapos El alcance de tiro era de unos 450 a 600 m. Las primeras armas de fuego ligeras utilizadas por la infanteria fue- ron los llamados irvenos 0 cartones de mano, tubos de hierro o bronce sujetos por su extreio a una especie de largos mangos de madera cuyo peso alcanzaba tos veinte kilos. Dieron paso a los mosquetes y arcabu- ces, con cafién de hicrro montado sobre una caja, que se acoplaba al pecho, y que era preciso apoyar en una horquilla o en un caballete para poderlos disparar. Fortificaciones y poliorcética Algunas ciudades habian conservado fortificaciones de la época del Im- perio romano, aunque a comienzos de la Edad Media muchas de ellas. estaban abandonadas y en estado ruinoso. Las incursiones sarracenas y ¢] peligro normando devuelven el pro- tagonismo a castillos y fortalezas a partir del siglo 1x. Al principio sélo eran una fuerte empalizada de estacas afiladas de dos a tres metros, de- lante de la cual se abria un foso y se levantaba un talud de tierra apiso- nada. En el interior, una gran torre de madera, denominada torreon, era el dltimo reducto defensivo. Poco a poco, la piedra fue sustituyen- do ala madera, y asi aparecieron muros y torrecillas formando un con- junto poligonal. Las fortificaciones aplicacas a nticleos urbanos dieron lugar a cidades-fortaleza. Las murallas de Avila, construidas en el si- glo xt, miden doce metros de alto por tres de ancho, tienen un perime- tro de dos kilémetros y medio y cuentan con 88 torres redondas. Al fi- nal, no hay ciudad alguna en Europa que no esté rodeada de muros, ni un solo poblado importante que no tenga un castillo, ni punto estraté- gico que no esté defendido por una obra de ingenieria militar. Las lortificaciones mas importantes anteriores al siglo xiv se en- cuentran en Oriente, y cabe destacar los muros de Constantinopla y Antioquia y las construcciones de los cruzados en Libano y Palestina. En el asedio a las fortalezas se utilizaron mdquinas ballestas, cata~ pultas, manteletes, arietes y torres sobre ruedas, asi como la guerra de minas, mediante tineles 0 empleando gateras, que eran galeri: biertas para poder aproximarse con protecci6n a la base de las mura- Has y realizar trabajos de zapa. Todo el material y las técnicas emplea- das en la época medieval fueron muy semejantes a los utilizados por Jos cue 107 ENCICLOPEDIA DEL ARTE OF LA GUERRA romanos. En muchas ocasiones, hubo plazas que no se consiguié to- mar al asatto y hubo que recurrir al hambre y al agotamicnto de los de- fensores para rendirlas. En el momento en que ta fortilicacion aleanz6 su mayor perfeccién, sulrié una gran transformacién como conse- cuencia de los répidos progresos realizados por la artilleria, Grandes capitanes Atila (} 453) Caudillo de los hunos, su figura impresion6 extraordinariamente a sus contemporaneos. Denominado «el azote de Dios», empleaba el terror y las destrucciones sistematicas para lograr sus objetivos politicos. Se decia que por donde pisaba su caballo no erecia jamas la hierlz En el afto 451 invadié la Europa occidental, cruzo el Rin y penetra en las Galias. Las conquistas de los hunos no fueron debidas a su su- perioridad numérica, sino a la gran movilidad de sus pequetias bandas de arqueros a caballo, capaces de concentrarse con suma rapidez ene} lugar preciso, para dispersarse de nuevo y volverse a reunir en el mo- mento requerido, Alila sitié Orleans después de haber devastado el noroeste de la Francia actual, pero fue obligado a levantar el asedio por los ejércitos del patricio romano Aecio y del rey visigedo Teodorico, con los que se enfrenté después en la batalta llamada de los Campos Catalaunicos, en la que tas huestes de Atila sufrieron unas cuantiosas pérdidas. Reconstituido su ejército, en el afic 452 inicié la conquista de Italia, llegando a las puertas de Roma, a la que sin embargo no se atrevié a ocupar. Belisario (505-565) Fue nombrado primer general del imperio por Justiniano I (482-565), uno de los mas notables emperadores de Oriente. Belisario llevé a cabo totalidad los planes estratégicos de su emperador, que estaba imbuido de la idea de restaurar el Imperio romano de Occidente. Antes de iniciar la reconquista de Alvica a los vandalos, aplast6 en Constantinopla un levantamiento contra Justiniano 1, conocido con el nombre de insurreccién de Nika. Sin pérdida de tiempo, desembared con su ejército en el norte de Africa y vencio a Gelimer, jefe de los van- dalos, en Tricamarum (533), situado a 27 km de Cartage. La conquista dei norte de Africa dot6 a Belisario de una admirable base de operaciones contra Italia, Jo que Je permitié ocupar Sicilia (535), Napoles y Roma. Se inicia un periodo de guerras entre los bi- 108 EDAD MEDIA zantinos y los ostrogodos en los que Ravena, capital de estos titimos, fue ocupada por las tropas de Belisario y Roma cambio de duefio en va- tima vez, desanimado Belisario por no haber podi- do salvar la ciudad, pidié su relevo y regres6 a Constantinopla. Los triunfos de Belisario en sus diversas campaiias se debieron a que cra un general con amplios conocimientos y gran caperiencia que disponia del armamento adecuado; ademas, tanto en Africa como en Italia Ja poblacién romana favorecia su causa. No se enfrenté con los godos en campo abierto, y evit6 las batallas campales; por otra parte, se sirvié mucho de las ciudades amuralladas, efectuando incursiones y sa- lidas desde las mismas. A pesar de los servicios al imperio, Belisario fue siempre considera- do sospechose por Justiniano 1, y en $62 fue implicade en una conspi- racion y cay6 en desgracia. No obstante, la leyenda del Belisario ciego y mendigo no tiene ningtin ftundamento histérico. rias ocasiones Guillermo | el Conquistador (1027-1087) Duque de Normandia, fue un gran soldado, de caracter firme y enérgi- co, incluso violento, y basé su estrategia en atacar las ciudades y torta- lezas, ganandolas mis por intimidacion que por asalto directo. En sus manos, la devastacién constituyé una arma decisiva, General de mu- cha experiencia, lamiliarizado con todos los ardides de la guerra y co- nocedor de los recursos con los que imponer la disciplina y del arte de aprovisionar a un ¢jército en campaiia. Cuando a la muerte de Eduardo de Inglaterra (1066) reclamé su derecho a la corona, en enfrentamiento con Haroldo 1, Guillermo acre- dité que no cra solamente un gran general, sino también un diploma- tico, pues gané para su causa al papa Alejandro II y al emperador En- rique IV de Alemania Los ejércitos de Harotdo y de Guillermo se encontraron frente a frente en Hastings el 14 de octubre de 1066, y el resultado fue favorable a los normandos. Segtin descripciones que nos han Hegado de ta bata- Na, Guillermo «domind por completo el desarrollo de ta batalla, impi- diendo la huida de sus hombres, fortaleciendo su moral y compartien- do sus peligros. Los acompatié personalmente con mas frecuencia que ordenarles avanzar sin él... Por tres veces perdié su montura, que cayd muerta bajo él» Saladino (1138-1193) Originario de una gran familia kurda, cred el mas amplio imperio que el Mediterraneo oriental habia conocido desde la Hegada de los cru- zados 109 ENCICLOPEDIA DEL ARTE OE LA GUERRA Saladino fue uno de Jos personajes mas ilustres de la historia me- dieval. Dante, en su Divina Comedia, al describir el inficrno, sefiala que «solo y apartado de los demas vi a Saladino». Aunque forjé un imperio, se inclinaba mas por las letras que por las artes militares, y fue un general precavido, mas estratega que tactico. En la batalla de Hattin (1187), el ejército de Saladino tenia a reta- guardia el mar de Tiberiades, lo que resultaba peligroso pues, en caso de ser derrotado, no podria escapar facilmente. Los cruzados cometie- ron el error de avanzar por un terreno desértico en el que solo habia el cauce vacio de un arroyuelo, y ademas, carecian de provisiones. El ca- lor sofocante, la falta de agua, el cansancio y la actuacion de los arque- ros y jinetes de Saladino desorientaron al ejército cristiano, cuya van- guardia fue arrollada y el resto rodeado de enemigos, lo que ocasioné su derrota, Después de conquistar varias fortalezas, Saladino se presenté ante Jerusalén, que se rindié, La batalla de Hattiu fue una catastrofe para los cruzados, de la que nunca Hegaron a recuperarse. Casi al final de su vida, Saladino firmo una tregua de cinco ahes con el rey de Inglaterra, Ricardo 1 Corazén de Leon, que habia encabezado la tercera cruzada. El acuerdo dejé para Saladino el interior de Siria y Palestina, incluyen- do Jerusalén, y casi toda la costa a los cruzados. En sus encuentros con los cruzados, sus actitudes caballerescas contrastaron con las costumbres de Ja época, creando en torno a él una aurcola romantica aun en boga en Oriente. Gengis Kan (1155-1227) Desde muy joven destacé por su inteligencia, espiritu guerrero y firme- 7a. Gracias a su talento militar y a su capacidad de organizacion dejé a su muerte uno de los mas grandes imperios que recuerda la historia, que se extendia desde el Tibet hasta los limites de Siberia y desde Co- rea hasta el Danubio, Dominaba el arte de la guerra, y aproveché las ractevisticas de los mongoles, excelentes jinetes cuya doctrina se fun- damentaba en la explotacién del terror para desmoralizar al adversario yen su capacidad de llevar a cabo cabalgadas rapidas, para asaltar por sorpresa y volatilizarse a través de la estepa, sin dar tiempo al adversa- rio a reaccionar y contraatacar. Su talento como organizador se concreté en su politica de apoyo en sus grandes vasallos, que eran responsables de la movilizacion de com- batientes; en la constitucién de sus unidades, articulandolas segtin el sistema decimal; en el armamento de sus jinetes, consistente en lanza, coraza de laminas de cuero laqueado, casco de cucro y metal, sable se micurvo y arco; en su utilizacién de maquinas y especialistas extranje- ros para el sitio de ciudades, y en la organizacion de una red muy efi- 110 EDAD MEDIA caz de espionaje militar y politico, Gengis Kan impuso a sus tropas una disciplina de hierro y el mando tinico, Sus campaiias militares lograron la conquista det norte de China (1211-1216) y la toma de la ciudad de Pekin, asi como la posesion del Turkestiin, la regisn del rio Volga y el dominio sobre los principados ru- sos tras vencerlos en ¢l rio Kalka (1222). Tratadistas militares La Edad Media no es prolija en tratadistas militares. Dos emperadores de Bizancio, Mauricio (582-602) y Leon VI el Filosofo (886-912) trata- ron de influir en las reformas y reorganizacién gue precisaban los ejér- citos. En su manual, Strategicon, Mauricio se mostraba partidario de que todos los jévenes bizantinos recibieran instruccién en ef manejo de las armas y proponia como gran unidad para los ejércitos la turna; Ledn VI el Filésofo publico en cl siglo x sus Consejos estratégicos y el Takticon; Herén el Joven, o de Bizancio, es autor de un libro sobre po- lioreética titulado De las maquinas de guerra, inspirado en los conoci- mientos de los mejores ingenieros militares romanos, y Nicéforo Tl Fo- s (913-969), emperador de Bizancio, escribié El tratado de la guerra de fronteras, cuadro de la vida de las tropas bizantinas bajo la amenaza incesante de los arabes. Se da la circunstancia de que fue Sun-Tzu, un tedrico militar chino del siglo via. J.C., el que escribié el tratado mas antiguo sobre la guerra, de la guerra en general, y de la guerra sefiorial en particular, que fue la que se Hevé a cabo en la época feudal. En su obra Elarte de la guerra se exponen las doctrinas tacticas y estralégicas basadas en ct enfrentamiento de poderes fraccionados que exigieron una salida feudalizante para preservar la paz. En China se introduje la ballesta hacia el siglo va. LC., y por Sun-Tzu sabemos de la existencia de hombres cubiertos de corazas. En la antigua China, como en la Eu- ropa feudal, se pretendié lograr la victoria sin batalla, desanimando al enemigo para que no combatiera y tratando de evitar la creacion de ejércilos numerosos. Batallas representativas Batalla de Hastings (1066) Guillermo T el Conquistador, duque de Normandia, que disputaba el trone de Inglaterra al rey Haroldo I, desembareé en Ja costa inglesa con un ejército estimade de 5.000 soldadas y se dirigié a Hastings, localidad terminal de la carretera costera que Ilevaba a Londres. a ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA El ejército anglosajén de Haroldo I, con unos efectives de 6000 a 7000 hombres, se situd en una loma bloqueando esta carretera con una formacién de «muro de escudos» o falange, «hombro con hombro y es- cudo contra escudo», de diez filas de profundidad, con los flancos des- cansando sobre dos depresiones del terreno. Guillermo 1 el Conquistador organizo sus tropas en tres divisione: que a su vez quedaron divididas en tres lineas, la primera de arqueros y ballesteros, la segunda de infanterfa fuertemente armada y la altima de caballeria. La batalla se inicié con el avance lento de los normandos por la cucs- ta hacia la muralla de escudos ingleses que coronaban la loma, produ- ciéndose un intercambio de flechas. La division izquierda normanda tuvo dificultades, y la derecha inglesa contraatacd, dejando la divi central de Guillermo I el Conquistador con el flanco al descubierto. Sin embargo, los normandos consiguieron reorganizarse y hacer un paso de linea, colocando a la caballeria en primera fila y cargando con- tra los ingleses. A continuaci6n, la caballerfa normanda simulé una retirada, Los ingleses, creyendo que la victoria se hallaba ya al alcance de la mano, on BATALLA DE HASTINGS (1066) i poems Ve wercito. (27 ‘ DE HAROLDO Ls ~ _—_— ee \J EDAD MEDIA iniciaron la persecucién contra los que crefan en franca huida, pero tos normandos, haciendo volver bruscamente a sus caballos, los rodearon. y les cortaron ta retirada, causando una gran matanza entre sus perse- guidores. El rey Haroldo [ result6 aleanzado por una flecha en un ojo y murid poco después, y los restos de su ejército huycron, unos a pie y otros a caballo. Tras la coronacién de Guillermo 1 el Conquistador como rey, Ingla- terra se aparto de su conexién escandinava y sc unié al mundo de la Europa occidental. Batalla de Mantzikert (1071) A principios del siglo x1, la frontera oriental del Imperio bizantino se vio amenazada por los turcos selyticidas, de religién musulmana, que invadieron la peninsula de Anatolia. El emperador bizantino Romano IV Didgenes Hlevé a cabo varias campafias contra los invasores, y en la cuarta, el ejército bizantino s encontraba en Mantzikert, ciudad situada al norte del lago Van, en el Kurdistan, entrentandose con los turcos, a cuyo frente se encontraba el sultan Alp Arslan, La fuerza principal del ejército bizantino residia en su infanteria pesada y su caballeria, y la de los turcos, en los jinetes ligeros El orden de batalla bizantino consisti6 en articular su frente en tres divisiones; la central, de infanteria, al mando del emperador, y dos alas de caballeria. A retaguardia, una fuerte linea de reserva de caba- leria. La composicién de las unidades, mezcla de bizantinos y meret narios de distintas nacionalidades, restaba unidn y fortaleza al con- junto. La balalla se inicié a la manera usual: los jinetes arqueros turcos ga- loparon hacia el frente, lanzando fechas contra sus enemigos, aunque sin realizar tentativa alguna para acercarse a ellos. La caballeria bizan- tina cargé cuanto pudo, pero al ver gue muchos de los caballeros re- sullaban muertos o heridos, Romano IV Diégenes ordend ef avance de la infanterfa, lo que hizo retroceder a los turcos. Sin embargo, a la caida de la tarde, para poder disponer de agua para sus hombres y caballos, Romano [V Didgenes tuvo que retroceder asu vez, lo que motiv6 un contraataque de los turcos, La reserva bi- zantina, en lugar de apoyar al emperador, regresé a su campamento, dejando sin proteccion la retaguardia. Inmediatamente, la caballeria li- gera turca rode6 los flancos del emperador, y al conseguir que sus alas se separaran, aislé el centro, y aunque Romano LV Didgenes, cuyo ballo resulté mucrto, resistié valerosamente, fuc hecho prisionero y tropas aniquiladas hasta casi el Ultimo hombre. 3 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA La derrota de los bizantinos fue desastrosa y a ella contribuyeron, ademas de errores en la conduccion de la batalla, las decisiones y la fal- ta de lealiad de los mandos de las unidades. Tras la victoria turca de Manizikcrt, los bizantinos perdicron casi toda la peninsula de Anatolia y su poblacién griega desaparecié en gran parte, si bien, pocos aios después, fa situacion fue el detonante de las cruzadas. Las cruzadas Las cruzadas fueron, en parte, efectivamente, una respuesta a la ex- pansién de los turcos selyacidas, El grito de batalla «Deus Volt» marcé la primera cruzada (1096-1099}, en la que Godotredo de Bouillon con- quisté Jerusalén (1099). Desde el punto de vista militar, no existe un ntimero destacable de batallas, si bien cabe resaltar que durante cerca de dos siglos la caba- lleria partio a las cruzadas. Como consecuencia de la primera cruzada se creé cl Reino de Jerusalén, el Condado de Tripoli, cl Condado de Ldesa y el Principado de Antioquia La conquista de Edesa por los musulmanes dio lugar a la segunda uzada en la que Saladino conquisté Jerusalén (1187), tras la batalla de Hattin. En la tercera cruzada, Ricardo Corazén de Leon fund el rei- no de Chipre (1191). La cuarta cruzada (1202-1204) estuvo presidida por el alaque cris- tiano a Constantinopla y la creacion del Emperio latino de Constanti- nopla En la tdtima cruzada (1268-1270), los cruzados operaron en ‘Pine y no ilegaron a Tierra Santa. Como resumen de las batallas y sitios de las cruzadas podemos se- falar: tomas de Antioquia (1098), de Jerusalén (1099), victoria contra Jos musulmanes en Ascalén (1099), victoria de Saladino en Hattin y conquisia de Jerusalén (1187), toma de San Juan de Acre (1191) y sa- queo de Constantinopla por los cruzados (1204). Las batallas y los ase- dios de fronteras fueron los escenarios de la estrategia de los cruzados, basada en el suministro por mar y la defensa a base de castillos. Batalia de Crécy-en-Ponthieu (1346) Después de la batalla de Hastings, Guillermo Le] Conquistador se con- vierte en rey de Inglaterra, a la vez. que sigue siendo vasallo del rey de Francia. La presencia inglesa en Francia dio lugar al enfrentamiento franco- inglés denominade guerra de los Cien Atos (1339-1453). La guerra se inicio al reivindicar Eduardo II, rey de Inglaterra, la corona de Fran- cia a Felipe VI de Valois W4 EDAD MEDIA El encuentro entre los dos ejéreitos tuvo lugar en las proximidades de Crécy-en-Ponthieu, no lejos de la costa del canal de la Mancha y al sur de Calais. Eduardo dispuso su ejército en tres divisiones, dos a vanguardia y una de reserva. Los arqueros se situaron en el intervalo de las divisio- nes de vanguardia y protegiendo los flancos. El total de efectivos era de 8500 hombres. El ejército de Felipe disponia de 8000 caballeros y 4000 infantes. Acompafaban at rey de Francia los reyes de Bohemia y de Mallorca y la flor y nata de los caballeros de Francia. Los combatientes franceses s¢ agruparon en tres lineas, a vanguardia de las cuales se encontraba un cuerpo de arqueros genoveses. En la batalla, los arqueros ingleses dispararon sus saetas con tal fuerza v rapidez que los genoveses vicron como las puntas de las fle- chas perforaban sus armaduras, y dando media vuelta miciaron una fuga desordenada. Los caballeros franceses de primera linea, compi- tiendo entre si para alcanzar la vanguardia, se abrieron paso entre los fugitivos, a los que abatian con sus espadas. Los ingleses dirigieron en- tonces sus flechas contra los caballeros, y la primera linea francesa fue rechazada; debido a la confusion, no facilité su relevo por la segunda. Los guerreros ingleses, provistos de fargos cuchillos, alacaron a los ses BATALLA DE CRECY-EN-PONTHIEU (1346) ae) tof gaae + aye bee + ata ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA franceses, e hicieron una gran carniceria. Sin embargo, el ala izquierda francesa rebasé a los arqueros ingleses y cargé contra las unidades des- montadas del ala derecha inglesa. El ala izquierda de Eduardo ITT tra- t6, por su parte, de tomar a los franceses por el flanco. En el curso de la batalla, los ingleses contaron hasta quince alaques sucesivos realizados contra ellos por los franceses, que, no obstante, carecieron siempre de un plan preconcebido que dio como resultado un final desastroso por el gran ntimero de bajas. Sitio y caida de Constantinopla (1453) El Imperio de Bizancio, al subir al trono su Ultimo emperador, Cons- tantino XI, en 1449, apenas comprendia poco mas que las murallas de Constaatinopla. Era sultan de Turquia Mehmet I, que tenfa mucho vigor y una bue- na base intelectual, aunque era sanguinario y, como general, confiaba siempre en la fuerza del mimero mas que en la tactica. Destacé espe- cialmente en su habilidad para el empleo de la artilleria. Desde su ju- ventud se sintié atraido por la idea de dominar Constantinopla. La muralla exterior de Constantinopla podia dividirse en tres sec- ciones: fa muralla de tierra, al oeste, de seis kilémetros de longitud; la del Cuerno de Oro, al norte, y la del mar de Marmara, al sur. Al iniciarse el sitio, Mehmet Hf dispuso frente a la muralla de tierra un ejéreito de unos 150.000 soldados y un parque de artilleria impor- tante, compuesto de dece bombardas y catorce baterias de cuatro ca- fiones cada una. EI sultén turce disponfa asimismo de una flota que podia tener en- ire 145 y 350 navios de combate. Constantino XI no pudo reunir mas de 5000 combatientes, pero re- cibié el apoyo de 700 genoveses, bien armados e instruidos, a cuyo frente se encontraba Giovanni Longo Giustiniani, que fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas defensivas. Mehmet II desplegé su ejército en cuatro cuerpos, dando a cada uno la responsabilidad de un sector de la muratla de tierra, aunque pensando desencadenar el ataque principal en la parte central, por donde discurria un arroyo. Traslad6 parte de su flota al Cuerno de Ore deslizando los navios por tierra, tras haber nivelado el terreno y cons- truido una rampa de madera engrasada. Con ello, los (urcos amenaza- ban la muralla norte por fa parte del mar, obligando a Constantino XI a dispersar atin mas sus escasos efectivos. Los turcos bombardearon las murallas e intentaron asaltarlas en numerosas ocasiones, pero Giustiniani las delendis con el fucgo de las armas portatiles, asi como con los cafiones de los muros, con arcos, ba- llestas y catapultas, causando gran numero de bajas. Mehmet I, en una 116 EDAD MEDIA MARMARA-BOSFORO = ———_-—_______ BOSFORO MARMARA Puerta de Oro de sus tentativas, utiliz6 una enorme torre de madera, una helépolis, que fue volada por los defensores arrojando barriles de pélvora al foso. ‘También los asaltantes hicieron varias tentativas de minar los muro: que fueron frustradas por contraminas, utilizando pélvora o humo o inundando las galerias Finalmente, cl sultan Mehmet II trazé un plan de ataque conjunto del ejército y la escuadra, en el que esta ltima intervendria para in- movilizar a los delensores de las partes del mar, impidiendo el refuerzo de la muralla de tierra Los turcas se arrojaron contra el foso, coloe ron en el re ron escaleras, penetra- cinto interior, y el combate se convirtié en un duelo en el que ninguno de los bandos conseguia establecer ventaja alguna sobre el otro. Sin embargo, la penetracién turca por una puertecilla situada a la derecha de donde se realizaba el ataque principal les permiti6 tomar el flanco a los defensores; ello, unido a las muertes de Giustiniani y del emperador Constantino XT en los combates, hizo que la toma de la ciu- 7 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA dad fuera facil, y los turcos entraron en la misma desde distintas direc- ciones, siendo terribles las matanzas y el saqueo, Con la caida de Constantinopla, Mehmet IT creé la Turquia europea La Espafia de la Reconquista La Reconquista constituye la esencia de la Espafia medieval. No puede interpretarse solamente como la lucha de los cristianos espafoles por recuperar los territorios que les habian arrebatado los musulmanes, sino que representé una coraza protectora de Europa y un canal por el que el Islam «irradié su luz a una Europa ignorante y torpe», como dice Claudio Sanchez-Albornoz. Los ejércitos musulmanes adoptaron una organizacién militar potente en tiempos de al-Hakam I, emir de Cordoba, que cred una po- derosa tropa de mercenarios, Hamados mamclucos, de origenes dis- tintos —hispanos, francos y eslavos—, que constituian la guardia pa- latina, E] ejército del calitato estuvo integrado por mercenarios, por tro- pas movilizadas en caso de guerra, y por voluntarios de la guerra san- ta. Sus efectivos no dcbicron de ser muy elevados, aunque en algunas expediciones, que los musulmanes denominaban aceifas, pudieron We- gar a 35000 hombres y, en tiempos de Almanzor, incluso doblar este muimero, Las zonas fronterizas con los cristianos se lamaban marcas, y en tiempos del califato se redujeron a dos: la Superior, que tenia su capi- tal en Zaragoza, y la Mediana 6 Proxima, con capital en Medinaceli. Al mando de estos territorios estaban los cafdes, que debian atender al es- tado de las fortificaciones y a mantener el nivel combativo de las fuer- zas existentes en sus demareaciones Los ejércitos de los reinos de taifas estuvicron constituidos en su mayor parte por mercenarios, cuya fuente principal de rechutamiento fue el mundo berberisco, aunque en ocasiones contaron con cristianos hispanos, como fue el caso del Cid, que, como relata el Cantar, estuvo al servicio del rey moro de Zaragoza. Al proclamarse la guerra santa, los ejércitos musulmanes se vefan incrementados por los voluntarios procedentes del Magreb 0 de Andalucia. La organizacién de los ejércitos de los reinus cristianos fue similar a la del resto de Europa, respetindose el principio de leva feudal gene- ral para las necesidades de guerra. La repoblacién de las ciudades o de los territorios reconquistados se hacia mediante la concesién de privi- legios especiales contenidos en los denominados fueros, de los que el fuero de Teruel puede considerarse prototipo de todos ellos. Las ciuda- des organizaban milicias concejiles, que tuvieron una participacion ac- 118 EDAD MEDIA tiva en (oda la Reconquista, ocupandose en particular de la guerra de fronteras Fueron cargos militares en la baja Edad Media los de alférez del rey, que encabezaba la mesnada real, que posteriormente fucron sustitui- dos por los de condestable, senescal y mariscal. Como autoridades terri- loriales, que entrariaban algunas funciones relacionadas con la guerra, se pueden citar a los adelantados de las fronteras y a los lugartenientes generales. Las drdenes nulitares espafiolas representaron la institucionalizacion de la guerra contra los musulmanes. Fueron en ocasiones un auxiliar importante de los reyes contra los intereses feudales y scforiales, con- juntamente con las milicias concejiles. Aparte de la representacién en la Peninsula de las érdenes europeas del Temple, de Malta y del Santo Sepulcro, la primera privativamente espafiola fue la de Calatrava (1158). Pocos afios después aparecié la Orden de Santiago y en 1166 la de Alcantara, En Aragén goz6 de gran importancia la de San Jorge de Alfama, que en 1400 se fundi6 con la de Montesa. La estrategia medieval eva de corto alcance. Es posible que ello se debiera al tamaiio reducido de los ejércitos, que obligaba a una usura de medios y a que se rehuyeran las grandes batallas como medio fun- damental para conseguir los objetivos. La lentitud de la Reconquista se debié no sélo a la desunién de los reinos cristianos, sino al caracter ge- neval de las guerras, consistentes en Correrias esporadicas y escaramu- zas. Ademas de algunas grandes expediciones y de la defensa de las poblaciones y los castillos, existié una situacién de enfrentamiento per- manente cristiano-musulman en las regiones fronterizas, que se tradu- cia en incursiones, emboscadas y ataques por sorpresa. La cabalgada consistia en una incursién rapida y profunda en territorio enemigo. En la Espaita medieval se enfrentaron dos concepciones tacticas di- ferentes, la musulmiana y la cristiana, que generaron dos formas de combatir: una, el ataque a fondo, formando filas, y otra, con ataque por cargas y retiradas sucesivas. La primera cra la propia de los cristianos, y la segunda, de los drabes bereberes. Sin embargo, los almovavides ba- saron su tactica en el empleo de masas de infantes alineados, que se movian con et ritmo de los tambores, con la finalidad de desmoralizar al adversario. En la Edad Media esparicla no podemos hablar de tratadistas de arte militar propiamente dicho. Las informaciones de los hechos de ar- mas nos han llegado a través de crénicas de autores musulmanes y cris- lianos, Cabe sejialar, en el campo de un derecho militar rudimentario, la segunda de las Partidas del rey Alfonso X el Sabio. Las figuras del Cid y de Almanzor han Ilegado hasta nuestros dias como las mas representativas de los grandes capitanes cristianos y mu- sulmanes de la Reconquista. 119 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Almanzor (940-1002) Los cronistas de la Espafia cristiana han dejado constancia de su des- mesurada ambicién, combinada con su vision politica y su valor ex- traordinario, que lo convirueron en azote de Ja cristiandad. Sus con- temporaneos le otorgaron el titulo de Victorioso. Se le atribuyeron mas de cincuenta campafias victoriosas, entre las que destacan las realizadas en Barcelona (985) y en Santiago de Com- postela (997), En la expedicion contra Barcelona concentré sus fuerzas cn Mur- cia, siguiendo por toda la costa levantina con el apoyo de su flota. La capital condal fue conquistada, y el condado, arrasado. En la campafia de Santiago de Compostela siguio la misma estrate- gia que en lade Barcelona: se dirigié a la costa atlantica, reunié a su cjér- cito en Viseu y, apoyandose en su flota, continud hasta Oporto, alcan- zando finalmente Santiago de Compostela, a la que arras6 totalmente, aunque respetando la tumba del Apéstol, si bien se evs las campanas de la catedral, que utilizé como lamparas en la mezquita de Cordoba. Su muerte ocurrié al regreso de una expedicion contra La Rioja, en la plaza fronteriza de Medinaceli. El Cid (1043-1099) Rodrigo Diaz de Vivar ha sido considerado como el héroe mas destaca- do de la Reconquista. Recibié el apodo de Campeador, «vencedor de batallas», con el que lo conoce la historia. Prototipo de guerrero me- dieval, el Cid, con su caballo Babieca y sus espadas Tigona y Colada, ha sido objeto de cantares y leyendas. Vasallo fiel de Alfonso VJ de Castilla, a quien a lo largo de toda su vida consider6 su sefior, uc desterrado por éste, marchando al exilio acompaniado de su mesnada El Cid fue un maestro en incursiones, emboscadas y ataques por sorpresa. Acostumbraba a dividir su hueste en una avanzada y una zaga. Empleaba la tactica de la tornada, consistente en una repeticién de la carga de vuelta. En los primeros tiempos sdlo contaba con tres- cientos caballeros y trescientos peones y, tras la conquista de Valencia, lleg6 a reunir cerca de 4000 caballeros En el Cantar de Mio Cid se narran sus enfrentamientos con Alfon- so VI, motivados por las envidias de la nobleza leonesa y por la propia actitud del emperador castellano, que no consentia tener en su corte a personalidades demasiado poderosas, procurando cortar las alas a los demasiado atrevidos, Alfonso VI desterré de sus reinos al Cid, que mar- ch al exilio acompanado de su hueste. 120 EDAD MEDIA, En cf siglo x1 algunas huestes cristianas se vefan obligadas a buscar relugio en los reinos de tailas en los que se dividié el califato de Cordo- ba al disgregarse, y no encontraban deshonroso ponerse al servicio de los reyes: musulmanes en contra de los principes cristianos. La hueste del Cid entré al servicio dei rey taifla de Zaragoza, con el gue guerted contra reyes aragoneses, condes catalanes y otros reyes de taifas. Ei Cid actuaba casi como un soldado de fortuna que se ganaba el pan de cada dia combatiendo, como dice el Cantar La invasion de los almoravides (1092-1146), que signilico el estan- camiento de la Reconquista, y el retorno de fa fuerza del Islam dieron protagonismo al Cid con su conquista de Valencia (1094) y la constitu: cion de un reino que contuvo la avalancha africana y que se mantuvo hasta dos aitos después de su muerte Batalla de las Navas de Tolosa (1212) La batalla de las Navas de Tolosa es una de las mas destacadas de la Reconquista. Los reyes de Castilla, Aragon y Navarra, con el apoyo de caballeros franceses, reunieron un ejército de unos 3500 jinetes y en- tre 6000 © 7000 infantes, repartidos entre arqueros, ballesteros y pi- queros. El cjército musulman era superior en ntimero al cristiano, y a su frente se encontraba al-Nasir, conocido como Miramamolin. La batalla se libré en las Navas de Tolosa (Jaén), y el ejército eri tiano estaba dispuesto en tres lineas. El rey de Castilla Alfonso VITT iba. a dirigir personalmente las operaciones. En el campo contrario, Mira- mamolin tenia desplegada en vanguardia a las tropas ligeras arabes y bereberes, y en segunda Iinea a voluntarios de todos sus dominios; los guerreros almohades ocupaban también una segunda linea, y detras, en una colina, se encontraba el puesto de mando de al-Nasir, deniro de un recinto de estacas unidas por gruesas cadenas El ataque lo inicid el ejército cristiano, que logro perforar las dos | neas enemigas A pesar de un contraataque almohade, los cristianos resisticron, y con un nuevo ataque consiguieron penetrar en el recinto donde se ha- bia hecho fuerte Miramamolin, que fue derrotado. Los repuestos de flechas, tanzas y jabalinas capturados fueron tan abundantes que los vencedores pudieron alimentar durante dos dias los fuegos de los vivaques. Esta costumbre de encender y mantener los fuegos con las armas de los enemigos duraria largo tiempo. La batalla de las Navas de Tolosa mareé un punto trascendente en la historia de Espana. 421 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Valoracién del arte militar medieval Para algunos historiadores, el resultado de las guerras medievales no fue nunca demasiado Ilamativo. En la Edad Media, la estrategia pare- cié retroceder, comparativamente, a los tiempos mas antigua Sin embargo, la época medieval fue la base de la revolucién militar que se produjo en el Renacimiento, en la que intervinieron tres facto- res: en primer lugar, la sustitucién de la caballeria pesada por la infan- teria, como componente mas importante de las batallas; en segundo lu- sar, la aparicin de las armas de fuego, que transformé las guerras de asedio y modificé la forma de combatir de la infanteria, y finalmente, ¢ intimamente relacionada con estos dos factores y con consecuencias de mas largo alcance, el incremento en el tamano de los ejércitos. Hubo asimismo un cuarto factor, al que no se le ha dado la importancia sufi- ciente: que las guerras necesitaron plazos de tiempo mas prolongados, lo que incrementé el coste de las mismas. De los costes, cl mas clevado era el pago de los soldados profesionales. Las guerras medievales giraban alrededor del control de los casti- Hos y las ciudades fortificadas. En estas guerras de desgaste se evitaban las batallas porque su resultado era impredecibte, y se dedicaba un ma- yor esluerzo al pillaje, para destruir los recursos economicos del enemi- g0 y asi controlar sus fortalezas. La época medieval marcé también una transformacién en el carac ler de los ejércitos: entre la €poca de los ejércitos feudales y la aparicion de los ejércitos permanentes existié la era de los ejércitos mercenarios. Con el descubrimiento de la pélvora, la guerra pasé a su fase tecno- logica. E1 valor dio paso a las artes mecdnicas y el uso de la pélvora igualé a los combatientes. La busqueda del perfeccionamiento de las armas de fuego motive un desarrollo de la investigacion. Dei concepto de la guerra, como prueba de los valores morales en el combate, se dio paso a la conviccién de que la guerra era un medio encaminado a un tin politico, en el que la fuerza resulta un factor decisive. Conforme se multiplicaron las armas portatiles, el desprecio medieval hacia las tro- pas de a pie fue disminuyendo, hasta colocar a los infantes al mismo ni- vel de los jinetes 122 CapiTuLo IV LA EDAD MODERNA La guerra, al convertirse en un instrumento politico, dejé de ser una prueba moral J.F.C. FULter El Renacimiento y la guerra El Renacimiento en Europa llevé acompasado dos acontecimientos re- volucionarios; por un lado, una forma origimal de organizacion politi- co-territorial, esto es, el «Estado moderno» y, por el otro, una revolu- cién en el arte militar propiciada por la aparicién de la pdlvora de disparo, Ambas concepciones se sintetizan en la personalidad de Ma- quiavelo (1469-1527), que da luz a dos obras de indudable influencia El principe (1513) y El arte de la guerra (1521). Los emergentes Estados de la Europa occidental van a ser testigos, con cierto desinterés, de la caida de Constantinopla (1453). El Imperio bizantino habia evitado que las oleadas iranias, arabes y turcas irrum- piesen en la atomizada Europa. Esta seguridad, esta garantia de espa- cio y tiempo, favorecié la formacién de un Estado potente aglutinado en torno a upa monarquia capeta, Francia, mientras que la peninsula Ibérica, enfrentada al determinismo geopolitico de un Estrecho, forjé su unidad a través de la guerra contra el invasor musulmén. Precisa- mente ese «espiritu de frontera», de lucha e intercambio, lanzara a los espafioles mas alla de unos confines bien definidos, buscando espacios la plusultraridad, en América, norte de Africa y el Mediterraneo. Am- bas potencias dirimiran sus diferencias no en un enfrentamiento direc- to sobre los Pirincos, sino delimitando sus intereses sobre la peninsula italiana. Al margen, retraida sobre si misma, desangrada y vigilant Inglaterra espera su oportunidad para hacer valer su politica exterior mediante su flota. Esta oportunidad aparecera tras et desastre de la In- vencible (1588). Austria se muestra poderosa y confiada, con un espa- cio natural en la zona del Danubio. Alemania permanece, segin un ré- gimen feudal, disgregada en unos 350 principados y ciudades libres bajo el manto del Sacro Imperio Romano Germénico, dominado por los Habsburgo austriacos. La peninsula italiana esta fraccionada en un norte de ciudades ricas, los Estados Pontificios controlando el centro y un sur agiutinado en torno a Napoles, todo cllo codiciado por franceses y espaftoles. Suecia, distanciada de Dinamarca, pretende controlar el 125 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Baltico. Finalmente, el Principado de Kiev busca su definicién sobre un territorio inmenso. 1453 Cafda de Constantinopla 1492 Conquista de Granada 1494 Descubrimiento y conquista de América. Tratado de Tor- desillas 1494 Campajia de Carlos VII de Francia en Italia 1495-1529 Guerras de Italia, Paz de Cambrai 1571 Batalla naval de Lepanto 1572-1648 Guerra de los Ochenta Afios. Espafia en Flandes 1588 Pérdida de la Invencible 1618-1648 Guerra de los Treinta Atos 1642-1649 Guerra civil inglesa 1700-1714 Guerra de Sucesién de Espaiia 1741-1748 Guerra de Sucesion de Austria Este era el panorama de una Europa en busca de su identidad. El ideal universal del cristianismo y del orden romano se disipa, y apare- ce con fuerza la pretension de los Estados por el control politico de es- pacios geograficos singulares. Los criterios éticos ceden ante los crite- rios del poder politico. El Imperio espafiol, forjado en lucha y expansion, cede bajo el peso de las continuas y prolongadas guerras, la carencia de recursos cconé- micos y la caida demografica. Las guerras de religion van a sacudir Eu- ropa hasta sus cimientos (1618-1648), Prusia surgira como un Estado militar como consecuencia de esta devastaci6n, y un nuevo orden, con una Francia dominante en el continente, un Imperio austro-hungaro poderoso y una Inglaterra dominadora de los mares, regira durante 150 afios. Rusia, en el otro extremo, ha contenido a los suecos en Pol- tava (1709) y se aproxima a Occidente. La apertura hacia el Nuevo Mundo y hacia la India aportaré un componente econémico y comercial a la guerra. En efecto, diferenciar entre guerra, exploracion y comercio sera imposible y carecera de sen- tido. Los Estados europeos pugnaran por la supremacia de los mares y el control de las rutas comerciales. Francia, Holanda, Inglaterra y Es- paiia se enfrentaran para conseguir ese dominio naval y la posesion de los territorios coloniales. Sir Walter Raleigh (1552-1618), almirante in- gles, sera un pionero del poder naval: «Aquel que domine el mar domi- nara el comercio; el comercio supone las riquezas del mundo, y éstas, el mismo mundo.» En efecto, dos caracteristicas van a marear la Edad Moderna como 126 DEL RENACIMIENTO & LA ILUSTRACION una época de rivalidad y guerra: la expansién europea con la busqueda de territorios coloniales y la aceptacidn de la guerra como un capitulo esencial de las relaciones internacionales. A ello contribuy6 el sistema absolutista mereantilista imperante en Europa. El Siglo de las Luces (s. xvii), dominado por la razén y la ciencia, va a propagarse desde una Francia recortada en sus pretensiones mili- tares, La guerra de Sucesién de Espaiia (1700-1714), que la enfrenta, aliada con Espafia, a Austria, Holanda e Inglaterra y que se decide en su aspecto militar en la cuenca del Rin, abrira una Europa regulada por el cquilibrio de poder. Asi, Austria permaneceré como duefa del Danubio ¢ Inglaterra de los mares; Prusia y Rusia, como potenci: emergentes; Espatia, ratando de recuperar su influencia en Italia, y el Imperio turco, herido de muerte. Ei sistema de alianzas se activara de nuevo ante la guerra de Suce- sion de Austria (1740-1748), que abrira el camino a un enfrentamiento mayor y de repercusiones estratégicas muy importantes: la guerra de los Siete Afios (1756-1763). El objetivo ya no sera una provincia, como lo fue Silesia, sino el dominio comercial con América del Norte. Este episodio, compendio de la figura de un rey-soldado, Federico I de Pru- sia, que utiliza todas las energias de la nacin para hacer la guerra, y la irrupcién de una América revolucionaria en la historia, se Funde en el siguiente capitulo con la figura de Napoleon. En suma, las guerras que se producen entre cl Renacimicnto y la llustraci6n estan refcridas a estos cuatro grandes momentos: la rivali- dad franco espaiola del siglo xvi, la guerra de los Treinta Anos, la gue- rra de Sacesién de Espafia y la lucha por el dominio naval, muy inten- saa finales del siglo xv La pélvora, en el campo téenico militar, dara un giro tanto en la for- ma de guerrear como en su concepcién profunda. No sélo se va a apli- cara nuevos armamentos, con la artilleria como paradigma receptora de las innovaciones y su subsiguiente repercusi6n en las tacticas mili- tares, sino que va a modificar la concepcion de la guerra misma, va a democratizar la guerra, al hacer factible que el villano mate al sefior. El predominio del fuego se asentara en los campos de batalla y en los ma- res. La época del valor, del duelo y del choque, del abordaje y el com- bate ala galana se diluye. Una vez implantados los modelos clasicos de la guerra, con forma- clones cerradas inspiradas en la falange y en las legiones y con el aca- tamiento de los valores de orden y disciplina, la aplicacién del fuego va a revolucionar la técnica y la tactica, aunque no la estrategia, que solo se considerara como un estudio previo, cientifice y calculado para si- tuar los ejércitos en el campo de batalla. Sin embargo, el movimiento y la maniobra puestos a disposicion de los grandes jefes militares pro- porcionara una ventaja apreciable sobre el resultado final de la batalla. 127 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Sin la revohicién agricola desencadenada surge una necesidad impe- riosa de proteger los recursos, almacenarlos y custodiarlos. Con una adaptacién espectacular de la fortificacion al poder destructor del fue- go y¥ considerando la vulnerabilidad de Ja caballeria, el valor de la de- fensa se impone en general durante estos tres siglos. Finalmente, el guerrero deja de ser una prebenda de clase y pasa a ser un oficio del tado, El ejército profesional sc consolidara durante el siglo xvin y la guerra adoptara un caracter limitado, en cuanto a objetivos y grado de violencia desplegado, consecuentes con el ideal ilustrado y el rechazo a Ja destruccién que las guerras de religién produjeron se La guerra de los Cien Atos (1337-1453) la gané la artilleria, y precisa- mente la artilleria, cara de fabricar y que necesitaba importantes re- cursos para su utilizacion, propicié que los reyes, los tinicos capaces de adquirirla, impusieran su autoridad a los sefiores feudales. Una vez conseguidas las riendas del poder y para afirmar su autoridad y orden, los primeros monarcas ingenian aglutinar al conjunto de aventureros, guerreros feudales, merodeadores y asaltadores de caminos en un ejér- cito real. La idea y su praxis son atribuidas al rey de Francia Carlos VII, que crea sus comparias de ordenanzas (1441), precursoras de los ejér- citos permanentes. Con la nueva artilleria, los caballeros franceses y los mercenarios suizos, los reyes de Francia se abocan a las campaiias ita- lianas a finales del siglo xv. im embargo, la organizacién militar mas desarrollada, y que sera imperante en Europa durante dos siglos, la constituira el Tercia. Se considera que el aspecto revohicionario del Renacimiento esta tanto en el uso de la pélvora como en la elicaz organizacién militar creada por la monarquia castellana y que tenia su origen en las antiguas ordenan- zas de Tarazona (1495) en jo referente al armamento, Valladolid (1496) en lo tocante al censo y Tortosa (1496) en cuanto a la administracion militar, Como precedente de unidad militar moderna figuraban las guardias de Castilla (1493), veinticinco unidades de cien lanzas cada una, aunque no desprendidas de su origen feudal. El Tercio, como unidad militar, aparecié en 1534 por la Ordenanza de Génova. Estaba constituide por unos 3000 hombres, encuadrando arcabuceros y¥ piqueros, aunque inicialmente también armé rodeleros con espada. Formaba doce compaiias de 250 hombres, diez de picas y dos de arcabuces. Su predecesor inmediato fue la coronelia, que tor- maba 6000 hombres en diez compaiiias o batallas. 128 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION En el siglo xvi seria curioso ver, como hecho interesante, a tantos no- bles espafioles formando, lo mismo que cualquier aldeano, en las filas anénimas de los Tercios. René Quatreraces, Los Tercios E] Tercio utilizaba diversas formaciones, siendo la mas caracteristi- ca la del cuadro cerrado, dentro del cual formaba el capitan y cuya evo- lucién en combate era dirigida por el sargento mayor. E] Tercio, como sistema militar, constituia un complejo administra- tivo militar; ain mas, un sistema de vida y valores propio. El capitan de Tercio era el encargado de realizar la recluta, acometiéndola auténo- mamente en su zona natal o en aquellas plazas en las que gozaba de prestigio. Este hecho implicaba un conjunto de lealtades mutuo que re- forzaba la camaraderifa y la disciplina, EL ESCUADRON La formacién sélida de un cuadro de piqueros debe ser atribuida a los campesinos suizos de los tres cantones originales que lucharon fren- te a Carlos el Temerario. La formacién espafiola de los Tercios mas conocida es el cuadro de gente, un cuadro de 31 x 31 hombres ocupando treinta metros de fren- te y setenta de profundidad. Posteriormente, se afiadieron mangas de arcabuceros en los extremos, presentando la temible formacién del cuadro imperial. E] Tercio cra una unidad de intervenci6n inmediata, evidentemente de cardcter expedicionario y multinacional. El ejército era comple- mentado con otras unidades de presidio 0 guarnicidn, de caracter terri- torial, que alistaba soldados ligados a un territorio. Es como se debe considerar la figura del Tercio, en esa doble vertiente de organizacién militar y territorial y como unidad de com- bate, de plena disponibilidad. nembargo, lo més atractivo a principios del siglo xvi es que sub- siste en Espaiia un modelo de ejército moderno, el que leva el Gran Ca- pitan a sus campanas de Italia, predecesor de los Tercios, y otro de tipo hueste, que es el que participa en la conquista de América. La transformacién mas importante al cabo de siglo y medio es la adopcion generalizada del regimiento como unidad basica de vida y 129 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA combate. En Espafia sera efectivo con la entrada de los Borbones a principios del siglo xvi. El regimiento aporta mayor flexibilidad y, por la adopcién de un sistema de reclutamiento centralizado, transfiere su lealtad del capitan al rey. LOS JINETES ALADOS La caballeria polaca fue considerada la mejor del mundo. Gustavo II Adolfo, rey de Suecia, quedé tan impresionado por ella en sus cam- pafias del Norte, que implanté su sistema de carga en formacién con sable. Los jinetes alados polacos ofrecian un aspecto impresionante. La altura que simulaban y el sonido del viento entre las plumas causaban el estupor de jinetes y caballos enemigos, Su gesta mas conocida es la carga por sorpresa del propio rey polaco Juan III Sobieski contra los turcos que forzé el levantamiento del sitio de Viena en 1683. El regimiento de infanteria tipo, a principios del siglo xviui, encua- draba uno 0 dos batallones. Cada batallon tenia su plana mayor y tre- ce compaiifas, doce de fusileros y una de granaderos. Cada compania disponia de 42 soldados, y e/ total del batallén lo integraban 566 hombres. Los regimientos de caballeria disponian de dos a cuatro escuadrones con una plana mayor. Cada escuadron constaba de unos treinta jinetes. El soldado de caballeria hacia un uso variado de una amplia gama de armas: pistolas, mosquetes, sables y lanzas. Con el tiempo, seguin el arma y la misién, se especializaron en lanceros y coraceros, tropas emi- nentemente de choque, dragones, una especie de infanteria a caballo con un uso extenso de armas de fuego, y /iisares, tropas de reconoci- miento y exploracion. E] regimiento de artilleria también disponia de dos batallones de doce compajiias (batertas} cada uno, encuadrando cada compafiia me- dio centenar de artilleros. El zapador, los gastadores y el ingeniero militar eran tropas especia- lizadas en la preparacién del terreno, el asedio y las obras de interés militar, Otro aspecto notable lo constituye el sistema de reclutamiento. En estos tres siglos podemos diferenciar el soldado mercenario de los si- glos xv y XVI, que presta sus servicios a aquel que le paga, del soldado profesional, propio de los reyes absolutos, con un compromiso de larga duracién y con cierto caracter nacional. En el interregno también se 130 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION identifica al soldado mercante, el soldado de ultramar que combate por los beneticios del comercio. La procedencia de estos soldados estaba ligada a periodos de ham- bruna y de bienestar. Si el trabajo era escaso, el enganche resultaba atractivo. Otras causas que propiciaban el veclutamiento eran las de Upo Familiar y social: hijos que rechazaban e! destino que sus padres le habian deparado, la busqueda de gloria y fortuna o la adquisicion de experiencia militar. Por ultimo, estaban aquellos que eran obligados contra su voluntad o que cncontraban en el ejército el Gnico medio de evitar una condena. Estrategia La estrategia, considerada en el conjunto de los tres siglos, tenia por objeto situar a los cjércitos en el campo de batalla. Este concepto es aplicable a lo que hoy entendemos como estrategia operativa. En un ni- vel superior, podemos decir que la estrategia se encargaba de la prepa- raci6n y previsién de las guerras. Era, pues, necesario hacer un estudio del enernigo, los intereses que habia que salvaguardar, normalmente te- toriales o dinasticos, las posibles alianzas y el modo de conducir la guerra. En este ultimo aspecto es en el que la estrategia encontré su ambito natural de actuacion. Dos recursos aparecieron como utilizables por parte de los mo- nareas: los ejércitos y las alianzas, dentro de un ambiente dinamico e interdependiente. La intencién o finalidad de Ja guerra consistia en ocupar y mantener las plazas y provincias en litigio. Normalmente, im- plicaba situar ejércitos en cl territorio en disputa y proceder a opera- ciones de sitio de las plazas 0 ciudades mas importantes. Este sistema de guerra, eminentemente defensivo, hacia que la batalla campal ad- guiriese un caracter extraordinario y solo como resultado del auxitio prestado por un ejército de socorro a la plaza sitiada, lo que provecaba el enfrentamiento entre los dos ejércitos de campo. El ejemplo mas no- torio lo constituye Rocroi (1643). La limitacién mas importante de la estrategia se encontraba en la logistica, esto es, la dependencia por par- te de los ejércitos de los almacenes fortificados. El sistema de alianzas, por otra parte, obedecfa al criterio maquiavé- lico de la «razdn de Estado». El caso mas significativo fue la alianza fran- co-otomana en el siglo xvi para hacer frente a las tropas inyperiales. Ha pasado a la historia como un ejemplo paradigmatico del sistema de cerco y contracerco. En el fondo, la pretensién estribaba en la busqueda del «equilibrio de poder» para evitar una desventaja insalvable y un desenla- ce mas dramatico de lo deseaco. El sistema de alianzas constituyé la nor- ma durante el siglo xvin en las diferentes guerras de sucesién dinastica. 131 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Quedan asi perfilados dos niveles de la estrategia, a nivel de Estado (estrategia general) y a nivel operativo; el primero, muy ligado a la emergente diplomacia. Sera, empero, en el periodo absolutista donde se aprecie a la perfeccion el engranaje cxistente entre el pequerio Con- sejo de Estado que dirige la guerra desde un salon palaciego (estrategia general) y los ejércitos de operaciones situados sobre el terreno, al man- do de un principe © un aristécrata (estrategia operativa). Esa relacion directa del monarea y el general a través de cartas y mensajes, con lar- gos tiempos de decisién, esperando ta activacién de ejércitos aliados o la retirada de contrarios, o tratando de situarse en una posicién ventajosa sobre el enemigo, amenazando sus comunicaciones, esc ridad la relacién entre los dos niveles de la estrategia y el porqué se le ha denominado a este tipo coman de guerra como guerra de gabinete. cuifica con cla- Tactica Debemos imaginarnos los teatros de operaciones como un enorme ta- blero en el que los ejércitos tienen dependencia absoluta de las casillas, esto es, los almacenes, para moverse. Sin embargo, a pesar de esta li- mitacién sobre la movilidad no debemos desdenar el recurso al movi- miento y a la maniobra. Los ejércitos tienden al dominio y a la con- quista de las plazas fuertes, a fortificar las fronteras y a controtar el territorio. Ante estas constricciones, la capacidad para moverse de for- ma rapida y asi poder adelantarse a las intenciones del enemigo resul- tara vital. La llegada tardia de refuerzos —por ejemplo, en Atella (1496)—, anticiparse al enemigo en los lugares de paso —campaiia del Garellano— o adelantarse para presentar batalla en el lugar mas ade- cuado —Cerinola—, por citar las campanas del Gran Capitan, resulta- ron de hecho decisivas ¢ ilustran las ventajas de la anticipacion. Aun asi, inevitablemente y a pesar de obtener una posicidn de ven- taja, la batalla puede darse. Los dos sistemas ya mencionados mas co- munes seran el sitio y la batalla campal. El sitio, inicialmente facil con la nueva artilleria frente a los antiguos castillos, a base de muros, torres y fosos, va a adquirir en el siglo xvu un caracter cientilico. Si para Carlos VIII de Francia la campatia de Italia de 1494 resulté tan sencilla que se decia gue hacia la guerra «con tiza», pues castillo que pretendia en el mapa era marcado y conquistado, para Vauban (1633-1707) el problema radicaba en calcular el tiempo que le tomaria hacerse con los bastiones enemigos y rendir la plaza. Este sistema, en el gue se empleaban soldados mercenarios, tenia la dificultad de com- paginar la larga duracién de los asedios, seis o nueve meses, con la ne- cesaria soldada, lo que implicaba, en numerosas ocasiones, ta pérdida del ejército al no poder financiar la campania. Asf se acund el dicho de 149 DEL RENACIMIENTO A LA KUSTRACION pas de argent, pas de suisse (sin dinero, no hay soldados) 0 el proverbio latino de pecunia nervus belli (el dinero es cl nervio de la guerra). De esta manera, el ejército que mantenia la ultima moneda resultaba el vencedor. La batalla campal era librada normalmente sobre un terreno acor- dado y con un orden de batalla preestablecido, de corte clasico, La in- {anteria ocupaba e) centro de la formacién y la caballerfa las alas, con Ja artilleria situada a vanguardia. La batalla comenzaba con un inter- cambio artillero y el movimiento de las alas. La clave para no ser de- rrotados residia en no resultar envueltos, y la opcién para la victoria, en expulsar al enemigo del campo de batalla. La persecucién no era norma de guerra. El orden de la formacién, la disciplina en el fuego y la superioridad moral eran Jos factores decisivos para la victoria. Considerando la aptitud de los grandes jefes militares se puede afir- mar que la maniobrabilidad del ejército, unido a la ocupacién de una po- sicién fuerte y ligeramente fortificada, la eficacia del fuego y una di- reccion prestigiosa, dicron el éxito al Gran Capitan. La solidez de los Tercios, la formacién apinada de pica y arcabuz, hizo que sus genera- Jes dominaran los campos de batalla europeos durante 150 aftos. El apoyo continuado de fuego, la flexibilidad de la formacién y la carga con sable fueron los factores de éxito de Gustavo IT Adolfo. La habili- dad para concebir distintas maniobras tacticas y la extraordinaria vi- sién de conjunto fueron Ja clave de Marlborough. No obstante, la per- feecion sobre estos elementos pertenece a la genialidad de los grandes conductores militares. La tactica, fuera de] caracter cientifico del sitio 9 asedio, se resumira en mantener el orden de las unidades en el cam- po de batalla, en una acertada utilizacion del fuego y en tratar de bus- car la decisién en una carga de caballeria afortunada. Fortificacion Precisamente fueron los italianos renacentistas los que cambiaron la concepcion de la fortificacién a consecuencia de la terrible destruccion de Carlos VITI en las campanas de Italia. Cambiaron ta prioridad, y los altos muros cedieron al concepto de profundidad. Se trataba de amor- liguar el efecto de la artilleria y de construir muros inclinados que dis- minuyeran su eficacia. Por otra parte, adelantando las defensas se pro- tegia el centro vital de la ciudad. Finalmente, la fortificacién gozé de una doble condicién: la defensa militar y el prestigio civil, pues tal era el grado de esmero de los ingenieros militares que las obras defensivas proporcionaban a las ciudades fortificadas un aspecto formidable. Este tipo de combate propicié la creacién de nuevos oficios milita- res, como los zapadores de asalto; un empleo constante de las minas, y 133 ENOILLUPEUIA DEL AKIE Li [A GUERRA nuevos procedimientos de asalto, como el movimiento por trincheras. E] objetivo era aproximarse hasta la fortaleza a través de lineas defen- sivas, forzar el paso por un punto, normalmente abierto por una mina © por una concentracion artillera, ¢ irrumpir en el interior de la forta- leza, A pesar del esfuerzo por conseguir la ciudadela inexpugnable, Vauban aseguraba que ninguna soportaria el asedio cientifico y solo el factor tiempo, también objeto de calculo, era variable Ciertamente, este tipo de guerra de trinchera resulté tedioso, insa- no y dificil de sostener, pero sobrevivio en Europa durante mas de dos- cientos afios. El caracter innovador de la fortificacion, junto con e/ tue- go, el tamaito de los ejércitos y la organizacion militar, han sido los clementos que han Ilevado a los especialistas a hablar de una verdade- ra «revolucion militar» en este perioda. Sin embargo, las tierras anega- bles de Flandes dificultaron mucho las operaciones de asedio, y aun- que se recurrio a técnicas de empalizadas, gavianes, para evitar las excavaciones, la guerra de sitio resulté en general desesperante para el soldado. Armamento Tres ambitos experimentaron un desarrollo técnico importante duran- te la Edad Moderna: las armas de fuego de la infanteria, el cahén y los artificios explosivos. El soldado de infanteria iba a adoptar sucesivamente el arcabuz, el mosquete y la bayoneta, E] arcabuz (1450) era una arma de fuego larga que necesitaba el apoyo de una horquilla para la estabilidad en el dis- paro. El arma era lenta y el fuego poco eficaz, pero en 1521 fue reem- plazado por el mosquete, de 1,8 m de longitud, siete kilos de peso y un alcance de 210 m. Este modelo basico de arma, con mejoras en el me- canismo de disparo, subsistié hasta la aparicién del fusil moderno del siglo xix, E] mosquete, completado con la bayoneta, que fue adoptada unanimemente a principios del siglo xvii, homogeneiz6 Ia infanteria y dejé obsoleta la especializacion entre piquero y mosquetero. El mecanismo mas importante para el desarrollo de} arma larga re- sulto ser el de disparo. Los primeros sistemas de mecha implicaban una veintena de operaciones para cargar y efectuar el disparo, por lo que la cadencia venia a ser de uno a dos disparos por minuto. Los sis- temas posteriores de rueda simplificaron las operaciones y abrieron el camino para la introduccién de percutores con cartuches. La artilleria experimenté una mejoria espectacular, en cuanto a nor- malizacién y materiales empleados, y ademas go76 del incentive de constituir el elemento definitivo del poder naval. La artillerta se es- pecializ6, y de los pesados cationes de sitio —el paradigmatic de 134 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION Mehmet de la caida de Constantinopla que lanzaba piedras de 75 cm de didmetro con un peso de 500 a 700 kg— se pasé a las ligeras piezas de cuero prensadas de Gustavo Ul Adolfo validas para ser utilizadas a brazo. El aspecto de Ja normalizacién de materiales fue imprescindible para la constitucién de un verdadero parque artillero. El francés Gri- beaul (1715-1789) pormaliz6 la artilleria de campatia con modelos de cuatro libras (lanzaba proyectiles de 1,8 kg), ocho y doce libras, mien- tras que para operaciones de sitio y para la artilleria de guarnicion con- taba con morteros de 20, 24 y 30 cm de calibre y canones de dieciséis y doce libras. La artilleria del siglo xvi y xvi superé la técnica del hierro forjado de la primera época y empez6 a fundir los cafiones en bronce en una sola pieza. Los caitones seguian utilizando el anima lisa y el sistema de carga por la boca (avancarga). Los materiales principales eran la cule- brina, pieza de calibre reducido y tubo largo que cargaba balas de en- ire dieciséis y treinta libras (7,2 a 13,6 kg); su alcance eficaz rondaba los cuatrocientos metros. También existian culebrinas de calibres me~ nores. El cafién, que tenia un calibre superior (balas de veinticuatro a cincuenta y seis libras, esto es, 10,8 a 25,4 kw) ya que estaba ideado para batir fortalezas; su alcance eficaz era de trescientos metros, y los morteros o pedreros, que disparaban con un gran angulo de tiro y se hi- cieron muy eficaces cuando cambiaron los bolavios de piedra como proyectiles por bombas de hierro hueco cargadas de péivora Las pélvoras y municiones mejoraron y se homologaron. Las balas macizas de hierro, la municion de metralla, Sas balas rojas (de hierro al rojo vivo, lanzadas contra el maderamen de los barcos) y las balas en- cadenadas (para romper la arboladura de los navios) constituian las municiones mas usuales. La marina siguié utilizando piezas de hierro por ser mas baratas que las de bronce. Se calcula que por el precio de un cafion de bronce se labricaban diez de hierro. La estética de las piezas era muy atractiva. Los cafiones llevaban inscripciones con el atio de fundicién, escudos de armas e incluso le- yendas, como aquclla de un caiién del emperador de 1522: «Espérame que alla voy.» Los ingenios explosives militares evolucionaron de la granada de mano (1382) a los proyectiles fumigenos (1405), a las bombas rompedo- ras (1470) y a las minas (1530). Fueron utilizados tanto por la infante- via —los soldados granaderos en funciones de asalto— como por la ar- tilleria —balas macizas y rompedoras— y por los ingenieros en las peligrosas operaciones de apertura de brechas en las cindades fortiti- cadas. ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Logis EL CAMINO ESPANOL, La necesidad de reforzar el teatro de operaciones de Flandes hizo que, sumado a la ruta naval que desde los puertos del Cantdbrico accedia a Flandes, se organizara una via mixta que, partiendo de Barcelona, navegaba hasta Génova, iba por Mildn, el Piamonte, la Saboya, el Franco Condado, la Lorena, Luxemburgo y Lieja hasta Namur, todo por territorio propiedad o aliado de los Habsburgo. La primera expedicién partié en 1567. Llevaba de cinco a siete se- manas completar el recorrido, que estaba perfectamente balizado y disponfa de suministros. Aun asf, la dificultad para Hevarlo a término dio origen a la expresin de «poner una pica en Flandes», entendida como una empresa ardua y fatigosa. En pocos periodos de la Historia los ejércitos fueron tan dependientes de los recursos. Este fenémeno repercutio de forma desigual en el arte de la guerra. Primero, el elevado numero de plazas o almacenes fortifi- cados que habia que mantener produjo una dispersién enorme de los efectivos. Algunas guarniciones tenian solo una decena de hombres Asi, cuando Espana doblegé su voluntad de lucha en Flandes (a media- dos del siglo xv), atin disponia del control de 208 plazas sobre el te- rritorio, Segundo, la misma logistica redujo la movilidad de los ejérci- tos al tener que transportar toda la impedimenta con ellos. Es mas, un ejército no sélo se media por el numero de soldados, sino también por los seguidores de campamento, lo que hacia que el tamaiio total se du- plicara. Asi, un ejército de 30000 hombres movia consigo unos mil ca- rros de impedimenta. De esta manera, con caminos Muy poco aptos para movimientos tan pesados, las columnas se hacian interminables y muy vuinerables. La nica forma de aliviarlos era mediante la utiliza- cidn de rios 0 canales, lo que permitia embarear en nueve embarcacio- nes el equivalente a seiscientos carruajes. Finalmente, y a medida que los ejércitos se fueron hactendo mas numerosos, hasta alcanzar los 100000 hombres, el problema se hizo mas acuciante. Alimentar un ejército estacionado suponia que el cam- po, en sus proximidades, era arrasado, bien por el sistema de requisas, razzias o contribuciones. Sobre el afio 1643 se creo precisamente la in- iendencia con la finalidad de procurar el suministro a esos grandes ejercitos. No se yerra al afirmar que cl problema no era abastccer un ejército en movimiento, sine estacionado, y que la clave, en definitiva, 136 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION, consistia en alimentarse a costa del enemigo, aunque manteniendo un cord6n umbilical seguro con la base de operaciones propia. En conclusién, la geografia, dibujada por canales y rios, se mostra- ba como el elemento determinante en la eleccin de las direcciones de marcha. La logistica se erigié como factor de primera magnitud en el arte de la guerra, Grandes capitanes LAS CUENTAS DEL GRAN CAPITAN Un hecho fruto de las intrigas palaciegas que ha pasado a la cultura popular es Ja solicitud de cuentas que el propio rey Fernando el Caté- lico pidié a don Gonzalo Fernandez de Cérdoba en 1506, y el descar- go que éste formuld (extracto): — Cien millones (de ducados) en picos, palas y azadones. — Cien mil ducados en pélvora y balas. — Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas de] mal olor de los caddveres enemigos tendidos en el campo de batalla. — Tres millones en sufragios para los muertos, — Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro en espias, y... — Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pe- dia cuentas al que le ha regalado un Reino. En esla época destacan, como en pocas, los grandes «conductores mi- litares», y esto es debido a que, en ocasiones, los mismos que reclutan y pagan a los ejércitos son los que los conducen. Sin embargo, el factor determinante de este protagonismo es que los jefes militares proceden de la aristocracia; sus ejércitos son relati- vamente reducidos y lo controlan en su totalidad, lo pueden incluso vi- sualizar en cl campo de batalla. Son organizadores, administradores, se encargan de la justicia y de la logistica. En ocasiones, ellos mismos hacen las funciones diplomaticas y acuerdan paces y tratados. Se pueden agrupar a estos conductores militares en diferentes gru- pos: el arist6crata-soldado de profesién, los capitanes de huestes, los eminentemente organizadores, los ingenieros militares y los propios reyes en combate. En el primer grupo se puede citar a Gonzalo Fernandez. de Cérdo- ba, el Gran Capitan; don Juan de Austria; Spinola; el duque de Alba; 137 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Mauricio de Nassau; Turena; Condé; Marlborough; e! principe Eugenio de Saboya; el mariscal Villars; Wallenstein y Tilly (los condotieros) En los ¢jércitos de huestes, a Hernan Cortés y Francisco Pizarro. Fueron eminentemente organizadores: Cromwell y el rey prusiano Federico Guillermo Vauban destacé como ingeniero militar: Entre los reyes que combatieron estan el emperador Carlos Quinto, y los reyes Gustavo II Adolfo y Carlos XU Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan (1453-1515) Don Gonzalo nace en Montilla (Cordoba) y como segundén de la tami- lia le corresponde iniciarse en la carrera de las armas. Toma partido por Isabel en la lucha por Ja sucesién de Castilla frente a Juana la Bel- traneja. Combate en Granada mediante acctones rapidas, emboscadas, golpes de mano y cortes de suministro Posteriormente, es nombrado jefe del cuerpo expedicionario para lu- char contra Carlos VIH de Francia. Desembarca en Mesina y pasa a Ca- labria. Combate rehuyendo Ia batalla hasta que es forzado por Fernan- do (pretendiente al trono de Napoles) a presentar combate en Seminara (21 de junio de 1495), donde es rechazado por la sélida formacion de las picas suizas. Esta impresién acarrea en don Gonzalo un cambio en la organizacion militar: da mas consistencia a las unidades e incrementa el fuego de jas mismas. Las succsivas acciones lo llevan a ta conquista de Atella (1 de junio de 1496) y a desalojar a los franceses de Napoles. En este sentido, es necesario precisar que Castilla encabezaba una San- ta Liga tormada por Austria, Venecia, Milan y los Estados Pontificios Vuelve a Espaiia para sofocar la rebelion de los moriscos en Las AL pujarras y para conducir una expedicién a la isla griega de Cefalonia, en alianza con Venecia, frente a los turcos. Desatadas de nuevo las hostilidades con Francia, redne sus fuerzas en Barletta (Adriatico) y emprende una serie de luchas por la posesion de diferentes plazas, combatiendo mediante acciones rapidas y embos- cadas. Tras varios meses de campaiia y debidamente reforzado por ale~ manes ¢ italianos, emprende la marcha hacia el norte, cruza el rio Ofanto (arriesgando un ataque de flanco francés desde Canosa, la anti- gua Canusium) y llega a Cerifiola, donde presenta batalla en posicion ventajosa (28 de abril de 1503). La combinacion de fuego y obstaculo vence la acometida [rancesa de la caballeria pesada y los piqueros sui- 20s; esta victoria le da el dominio del Reino de Napoles. La tercera campafia de Ttalia la acomete el Gran Capitan en la parte mas septentrional del reino para impedir al enemigo ganar terreno. Real- mente podemos hablar de una campana de nivel operacional, ya que t tara por todos los medios de impedir el acceso francés a la orilla izquier- $38 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION da del rio Garellano. Este fin lo Heva a librar combates por plazas y vados en un frente de unos cincuenta kilémetros. Conseguido este propdsito, retrasaré la accién hasta que el enemigo creyé la situacién estabilizada Aprovechando el hamedo y durisimo invierno (referido por Maquiavelo), realiza el paso por sorpresa al norte de la zona de acantonamientos (los dos ejércitos estaban enfrentados separados por el rio), forzando al ene- migo a combatir siempre en posicién desventajosa, obligandole a buscar refugio en Gaeta, al amparo de la escuadra, y obteniendo seguidamente su rendicion honrosa (octubre a diciembre de 1503). El Gran Capitan, objeto de las envidias y las suspicacias, volvera a Espaiia para morir en Granada en 1515. Don Gonzalo esta reconocido universalmente como uno de los mas distinguidos jefes militares de todos los tiempos, y a su faceta de jefe tactico vencedor de batallas une el liderazgo de hombres, organizador del ejército, estratega y diplomatico (sin la mediacion era imposible unir esfuerzos multinacionates operando en territorio hostil). Se le r conoce como el primer introductor del fuego, como el elemento mas importante, en el campo de batalla. EI conocido historiador militar belga Emile Wanty hace referencia alo que él denomina como «los cinco grandes del apogeo militar espa- fiol»: el duque de Alba, Alejandro Farnesio, don Juan de Austria, Am- brosio de Spinola y el marino marqués de Santa Cruz. Sin duda, lista ampliable a otros como Filiberto de Saboya —vencedor en San Quin- tin—, Julian Romero —el héroe de Gravelines—, Luis de Requesens —admirable lugarteniente— o el] cardenal-infante Fernando —ven dor de los suecos en Nérdlingen—. Todos forman en su conjunto el principal legado de la conocida como escuela hispano-italiana, inaugu- rada por el Gran Capitan y los condotieros italianos Fabrizio y Préspe- ro Colonna y cl marqués de Pescara, y que recoge el ideal humanista y la explosién vital del Renacimiento. El tratadista militar espaiiol general Alonso Baquer ordena a estos jefes militares en tres generaciones sucesivas. A saber, una primera, so- bre 1510, con el Gran Capitan como abanderado; la segunda, alrededor de 1580, quiza la mas rica, con el duque de Alba, Alejandro Farnesio y don Juan de Austria, y la tercera, instalada sobre 1620, con Ambrosio de Spinola y el cardenal-infante Fernando. La primera con una clara vocacién mediterranea, la segunda incrustada en los Paises Bajos y la tercera de sabor netamente continental. Fernando Alvarez de Toledo, 3.” duque de Alba (1508-1582) Nacié en Piedrahita (Avila), Hijo de don Fadrique, ilustre militar que tomé el mando de la campaiia de Granada hasta la incorporacion del 139 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Rey Catolico. De sdlida lormacién humanista, admirador de Vegecio, muestra desde muy joven su inclinacién por la carrera de las armas. En la dilatada vida del duque de Alba se identifican tres grandes momentos militares: la campafa de Alemania, con el punto culminan- le de la batalla de Muhlberg (1547), su estancia en Flandes como capi- tan general (1567 a 1573) y, por ultimo, la campasia de Portugal (1580) para ganar esta corona para el rey Felipe IL. E] duque de Alba es un militar que emplea un sistema prudente de guerra no excnio de osadia (el cruce del Elba por sorpresa en Miihl- berg) cuando cl estudio meditado de la situacion lo aconseja. Formade en la tradicion castellana de operaciones menores, con utilizacion de la guerrilla y las acciones por sorpresa, reluerza este criterio con las ense- fianzas del condotiero htingaro, vencedur de los turcos, Tomas Nadasti. Su método preferido es un «sistema de vacilaciones», una estrategia di- latoria que basa su éxito en la disciplina y la cohesién de sus fuerzas, la busqueda de la ocasién propicia y la aplicacién continua del desgaste y la maniobra, obteniendo «ventajas diarias» que faciliten el éxito final. En este sentido, su experiencia en Alemania marcé definitivamente su estilo de guerrear, haciendo de él ua verdadero «rayo de fa guerra» Tal cra su prestigio que, aun siendo apartado tardiamente de las simpatias de palacio, fue llamado para mandar la expedicion de Portu- gal pese a su avanzada edad. Alvaro de Bazan, marqués de Santa Cruz (1526-1588) Tlustre marino espanol nacido en Granada y muerto en Lisboa. Su vida militar esta ligada a don Juan de Austria con ocasién de Lepanto y al duque de Alba en la campana.de Portugal. Su gran gesta, sin duda la preparacién de la Invencible, qued6 inconclusa al sorprenderlo la mucr- te en Lisboa el 9 de febrero de 1588. El marqués de Santa Cruz inicia sus hechos de armas en el Medite- rrdneo. En 1561 es nombrado capitan general de la Armada destinada a defender el estrecho de Gibraltar y las costas del norte de Africa con- tra los piratas berberiscos. Captura el pefién de Vélez de la Gomera y colabora decisivamente en la salvacién de Malta Como capitan general de las galeras de Napoles toma parte en la ba- talla de Lepanto (7 de octubre de 1571) al mando, con treinta galeras de la reserva. Su actuaci6n resulta clave en la victoria cristiana al pro- veer refucrzos oportunamentc cn los lugares amenazados. En 1576 es nombrado capitan general de las galeras de Espaiia. En 1580 constituye la (enaza maritima en la campafia de Portugal, operando desde Cadiz con cien embarcaciones. Al mismo tiempo, cl duque de Alba, que manda las fuerzas de tierra, toma Settibal (23 de ju- lio) y vence a los portugueses en Alcantara (25 de agosto) 140 DEL RENACIMIENTO A LA LUSTRACION En 1583 dirige el combate naval de las islas Terceras contra Fran- cia, siendo recompensado con la grandeza de Espaha y nombrado ca- pitén general del Océano, En 1586 organiza la defensa contra las acciones, cada vez mas acti- vas, del corsario inglés. En consccuencia, Felipe 1 lo designa para el es- tudio y la preparacion de la Invencible, labor que el experimentado ma- rino no pudo completar. Don Juan de Austria (1545-1578) Don Juan nacié en Ratisbona en 1545. Hijo natural del emperador Car- los Quinto y de Barbara Blomberg. Siendo reconocido por Felipe IL, es enviado a cursar estudios a Alcala de Henares en compania de su so- brino, Alejandro Farnesio, y del principe Carlos Inicia sus armas al mando de las galeras de Espana en Sicilia, te- niendo como lugarteniente a Luis de Requesens. Combate contra los corsarios berberiscos durante ocho meses. A peticion propia, Felipe IT fo designa para sofocar la rebelién de los moriscos en Las Alpujarras, lograndolo después de dos afios de durisi- mos combates. Es nombrado gencralisimo de la Liga Perpetua contra los turcos, realizando con éxito una mediacién dificil entre los almirantes de la flota y obteniendo la brillante victoria de Lepanto, Como consecuencia de la misma toma con facilidad Tunez y Bizerta. En 1576 es designado gobernador y capitan general de los Paises Bajos. E] 31 de encro de 1578 vence a los sublevados en Gembloux en compania de Alejandro Farnesio, Sintiéndose indispuesto, cede el mando de las tropas a su sobrino y muere de fiebres tifoideas el 1 de oc- tubre eo Namur Alejandro Farnesio, duque de Parma (1546-1592) Nacio en Parma, Hijo de Octavio Farnesio y de Margarita de Parma, hermana de Felipe Il y gobernadora de los Paises Bajos hasta su relevo por el duque de Alba. La vida de Alejandro Farnesio esta ligada al des- tino de su tio don Juan de Austria. De edades similares. se crian y edu- ean juntos. Participa en Lepanto a las ordenes de don Juan y acude a su llamada a Flandes en 1577. A la muerte de su tio, Felipe IT fo confirma enel mando y emprende el sitio de Maastricht. Declarada ia bancarrota del imperio, Farnesio continuara con las acciones militares de Malinas, Courtrai y Breda, financiando las tropas con sus propios fondos. Su gesta militar mas notoria es el sitio y toma de Amberes en 1583. En 1588, Felipe II le confia el mando de las fuerzas de invasion de 141 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA la Invencible. Fracasada la expedicién en agosto de ese afio, emprende acciones terrestres de caracter limitado. En 1589 enferma de hidrope- sia e inicia, a pesar de la inconveniencia estratégica de dejar los Paises Bajos ante la amenaza de Mauricio de Nassau y por orden expresa de Felipe II, la campana de Francia en ayuda de los catélicos frente a En- rique IV. En 1590 y 1592 entra en Paris, y enferma y muere en Arras el 3 de diciembre de este timo aio. Farnesio se nos muestra como un habil conductor militar, rival na- tural de Mauricio de Nassau, que busca el «aislamiento a distancia». Se trata de bloquear las comunicaciones y de alciar a los posibles ejércitos de socorre para intervenir con decisién sobre el objetivo elegido. Las apturas de Maastricht (1579) y Amberes (1585) asi lo acreditan. En esta ultima ciudad se valié de un ejército muy reducido (2.000 intantes y 2000 jinetes) para cortar los caminos adyacentes y controlar los ac- cesos fluviales del Escalda. Ambrosio de Spinola (1569-1630) Aristocrata italiano. Nacido en Génova al servicio de Espana. En 1602 impone el sitio de Ostende, cuya toma le reporta fama como gran ge- neral. Después de la tregua de los doce afios, sittia un ejército de 30.000 hombres en el Palatinado, Nevando a cabo una campafia de sitios con la que obticne treinta plazas fuertes. Su accion militar mas destacada es el sitio y la toma de Breda, plaza que se consideraba inexpugnable. El sitio se inicia en agosto de 1624. La plaza esta defendida por 7000 hombres al mando de Justino de Nassau, hermano de Mauricio. Este sittia un ejército de socorro en las proximi- dades, pero es rechazado. La plaza es rendida el 5 de junio de 1625, mo- mento inmortalizado por Velazquez en el cuadro de Las larrzas En 1629 es nombrado general del ejército de Italia, combatiendo contra el duque de Mantua. Enfrentado a Olivares, es apartado del mando y muere de fiebres en el retiro de su castillo de Castelnuovo di Scrivia en 1630. Spinola es, en suma, un general maniobrero, como demostré en su campafia del Palatinado, que concibe soluciones ingeniosas (como la toma de Breda) y que sufre las tremendas limitaciones de su tiempo: la falta de recursos econdémicos para mantener sus ejércitos, factor que provoca deserciones y motines frecuentes que limitan el alcance de las operaciones. E} mismo, en ocasiones, se ve forzado a pagar a sus tropas con su propio dinero. Los rivales naturales de la escuela hispano-italiana seran los princi- pes holandeses Guillermo I de Nassau y Mauricio de Nassau y los fran- ceses Turena y Condé. Los primeros jucharan por su independencia 142 DEL, RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION mientras que los dltimos buscaran el esplendor y la gloria de Francia, Las caracteristicas que estos aristécratas impondran en el arte militar inaugurara una nueva escuela: la franco-holandesa, basada en el fuego, la movilidad y el orden militar. Mauricio de Nassau (1567-1625) Nacié en el castillo de Dillenburg (Alemania). Segundo hijo de Guiller- mo [de Nassau, fundador de la Republica de las Provincias Unidas. En 1586 es nombrado jefe de las fuerzas holandesas y un afio des- pués estattider (nivel politico militar). En 1590, como capitan general y almirante de la Unidn, inicia la campana contra Espafia con las tomas de Breda, Nimcga, Ostende y otras plazas. En el afio 1600 se produce la accion de Nieuwpoort, que finaliza a su favor, en la unica batalla cam- pal que merece tal nombre. El 12 de abril de 1609 se reconace la inde- pendencia de los Paises Bajos, abriendo una tregua pactada por doce afios. Este paréntesis abre una guerra religiosa en suelo holandés que se cierra con la victoria calvinista de Mauricio. En 1621 se reinician las hostilidades, falleciendo Mauricio cuatro afios mas tarde en La Haya. Mauricio de Nassau es un innovador, y el prestigioso historiador Michael Roberts lo cita como el elemento clave de una «revolucién mi- litar», Desde una posicién inicial de inferioridad, Mauricio emprende una estrategia defensiva, rehuyendo de fa batalla campal que puede dar al traste con su reducido ejército. Busca objetivos secundarios, «act sorios», plazas y almacenes poco protegidos; se desplaza con rapidez por canales y sorprende a los puestos espaiioles. La clave de su victoria la basa en un ejército disciplinado, entrenado y regularmente pagado, que conoce las técnicas de sitio (resumido en la formula britanica de dig and drill. excavar y perforar). Para sus campaiias, ha reducido las unidades en numero, formando compafias de 120 a 150 hombres en- cuadradas en batallones de 850 hombres. Utiliza lormaciones flexibles en rombo y aprovecha al maximo las posibilidades del fuego emplean- do lineas de tiradores de seis a ocho hombres, practicando la contra- marcha para ceder el puesto a un nuevo tirador. Sin duda, nos encon- tramos ante un gran personaje de wascendencia militar Condé y Turena Las vidas de Luis I de Borbén, principe de Condé (1621-1686), y de Hen- ri de La Tour d'Auvergne, vizconde de Turena (1611-1675), merecen ser studiadas en paralelo, no en vano sus destinos permanecieron entrela- ados. Condé pertenccia al linaje de los duques de Enghien, era catélico, audaz y determinado. Vence, gracias a una carga alortunada, a los espa- noles en Rocroi (1643) y posteriormente también gana para Francia las 143 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA batallas de Friburgo (1644), de Nérdlingen (1645) [la segunda de Nérd- lingen] y de Lens (1648). Estos éxitos iniciales levantan la admiracion de Europa ya que propician el declive de la hasta entonces incontestable su- perioridad espanola. Precisamente, y a rafz de las guerras de las Fron- das, Condé ofrece sus servicios a Espafia. En calidad de principe catéli- co lucha contra las tropas francesas de Turena con éxito desigual. En 1658, en las proximidades de Dunkerque, Turena, auxiliado por un con- tingente inglés (de Cromwell), vence a Juan José de Austria y a Condé en la célebre batalla de las Dunas (14 de junio), de gran simbolismo. De vuelta al servicio de Francia, conquista en 1668 el Franco Con- dado, derrota a los holandeses y estabiliza la situacién en el Rin. En 1675 se retira a Chantilly. Turena era sobrino de Mauricio de Nassau, con el que se inicié en el arte militar, siendo promovido a capitdn en el ejército holandés en 1629. En 1643 es nombrado mariscal de Francia y combate a las 6rde- nes de Condé en sus camparias victoriosas. Se une a los suecos y en 1648 derrota en el rio Lech a la retaguardia imperial de Montecuccoli, demostrando una gran habilidad maniobrera, Combate a Condé durante los afios 50 y es nombrado marisca! ge- neral de Francia. En este momento, 1660, Luis XIV situa tres ejércitos, sumando 120000 franceses: uno en Westlalia a las ordenes del maris- cal de Luxemburgo; un segundo en los Paises Bajos a las ordenes de Condé y el tercero, con el propie rey Luis XIV al frente, baio la direc- cién de Turena, también en los Paises Bajos. Turena combate en los Paises Bajos espaiioles, Holanda y el Rin con éxito frente a los enemi- gos de Francia. Su campaha mas espectacular (referida a la perteccion por el mariscal Montgomery) la desarrolla en Ja regién de los Vosgos, luchando con notable éxito en condiciones de inferioridad. En las lu- chas contra Holanda y el Imperio de los Habsburgo (1672-1675), Mon- tecuccoli sera su gran rival en una gran guerra de maniobra En la campania de Turckheim (1674-1675), cuando el frio y la falta de suministros invita a las tropas a retirarse a sus cuarteles de invierno, los imperiales a Alsacia y los franceses a Lorena, Turena emprende una au- daz. maniobra cayendo por sorpresa por la garganta de Belfort sobre los desprevenidos imperiales en Turckheim, cerca de Colmar, derrotandolos y desplazando a todos los alemanes mas allé de la orilla izquierda del Rin Turena muere el 27 de julio de 1675 en Sasbach por una bala de caiion En suma, se puede hablar de un Condé mas inclinado a la tactica y un Turena mas habil en la maniobra operacional Entre las figuras mas significativas del siglo xvii se debe citar a los condotieros, hombres que hacen de la guerra su profesién, y entre ellos sobresale la figura de Wallenstein 144 DEL RENACIMIENTO & LA LUSTRACION Albrecht von Wallenstein (1583-1634) Wallenstein es un soldado de fortuna, de origen humilde, que labra su futuro mediante pequefias acciones militares y econdmicas, adquirien- do territorios y fortuna El éxito de Wallenstein consiste en la vision arriesgada de un em- presario, Arma y paga un ejército de 50000 hombres y lo pone a dispo- sicién del emperador Fernando Tl, En (627 dirige una accion ofensiva hacia el Baltico, barriendo a los protestantes alemanes. Aconseja, ante los preparativos de invasion del rey sueco Gustavo I Adolfo, armar una flota imperial en el Baltico y evitar el posible desembarco. Debido a las suspicacias imperiales es apartado del mando de las operaciones Realizada la esperada invasién sueca, es el condotiero Tilly el que le hace lrente, siendo derratado en Breitenfeld y en el rio Lech. Con la si- tuacién aparentemente perdida, el emperador solicita de nuevo los ser- vicios de Wallenstein, que vuelve a armar un ejército y lo dirige contra fas extensas lineas de comunicaciones succas que desde cl Baltico se alarga- ban hasta el Danubio. La batalla es inevitable (Littzen, 1632) y, aunque es derrotado, supone su salvacién debido a la muerte del rey sueco. Alarmados de nuevo ante el creciente poder y el prestigio de Wal- lenstein y ante la sospecha de que busca un pacto que le otorgue un rei- no en Alemania, el emperador trama su muerte en una conjura que se produce el 24 de febrero de 1634. Manteniendo una linea cronolégica, merece citarse la vida de tres reyes soldados: un principe del Renacimiento, Carlos Quinto, un rey nordico, Gustavo Ti Adolfo, y su reflejo Iejano, Carlos XIT de Suecia Carlos Quinto (1500-1558) Carlos, el que sera rey de Romanos, emperador del Sacro tmperio Ro- mano Germanivo, rey de Espatia, archiduque de Austria, duque de Borgona y conde de Flandes, nacié en Gante en ef alo 1500. Carlos en- carna la transicién del hombre medieval al hombre del Renacimiento y, precisamente, esos vestigios medievales permanecen en las dos pro- posiciones de combate singular que hace al rey francés Francisco I, su gran enemigo. Carlos Quinto afronta durante su reinado tres problemas de alcan- ce: uno de cardcter limitado, la presion turca sobre el Mediterraneo, gue acarrea las campanias de Tinez (1535) y Argel (1541), esta tiltima desastrosa. El segundo, endémico, su rivalidad con Francia, que tiene su momento culminante en la victoria de Pavia (1525). Finalmente, un problema de caracter moral, en el que se funde su deseo de universali- 145 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA dad politica y religiosa con la repugnancia por la lucha contra princi- pes alemanes de su propia sangre y que en todo caso pretende solucio- nar con la mediacién (dietas de Worms y Augsburgo) Salvando a Felipe V, Carlos Quinto es el tiltimo de los reyes espaiio- les que asiste y toma parte en el combate, y su figura contrasta sobre- manera con la gestion monastica de Felipe IL, su hijo y sucesor. Carlos Quinto crea un estilo de guerra sobrio, mesurado, conscien- te de su instrumentalidad politica (un ejemplo evidente lo tenemos en Muhlberg [1547], donde confia en el éxito de la batalla para cambiar la actitud de los principes protestantes alemanes), asistido por extraordi- narios jefes militares, como el duque de Alba. Carlos Quinto muere en Yuste en 1558, dos afios después de su ab- dicaci6n. Gustavo Il Adolfo, rey de Suecia (1594-1632) Gustavo If Adolfo nacié en Estocolmo un 9 de diciembre de 1594 Hombre cultisimo, capaz de expresarse en una decena de lenguas y ad- mirador de los cldsicos, sube al trono ep 1611, Durante su reinado, el rey estard obsesionado con una idea: un Baltico sueco. Esa es la razon por la que sus grandes campanas militares giraran sobre este objetivo. Entre 1618 y 1629 lucha contra daneses, polacos y rusos por afirmar su soberania en el Baltico y ganar Jos puertos principales. En 1630 decide su intervencidn en la guerva de los Treinta Afios (afios conocidos como, «perfodo sueco»), en la que trata de batir a los imperiales mas alla de los accesos del Baltico, alejando las operaciones de esta zona, y, por ahadidura, extender el proicstantismo en el corazon de Alemania. Gustavo TI Adolfo sobresale como organizador revolucionario y tac- tico brillante. Instaura en su reino un sistema de reclutamiento nacio- nal de doce afios en el que uno de cada diez suecos debe prestar servi- cio, proporcionando los no conscriptos los medios necesarios para el mantenimiento del ejército. Sin embargo, la magnitud de sus campa- fas obliga a la contratacién de mercenarios (alemanes y britanicos principalmente), que forman la parte principal de su ejército expedi- cionario. A todas las unidades da distintivos y uniformes, lo que gene- ra en sus tropas un sentimiento de autoestima y confianza. Partidario de aprovechar al maximo la eficacia del fuego y la movi- lidad de las tropas, reorganiza las unidades, reduciendo su tamano y dotandolas con mas armas de fuego. Asi, cada compania dispone de 72 mosqueteros y 54 piqueros. Cuatro compafias forman un batallén y ocho batallones un regimiento. La brigada, unidad de su creacién, dis- pone de dos a cuatro regimientos. La infanteria esta equipada con un mosquete més ligero, con un mecanismo de disparo mas eficaz (de lla- ve de rueda), Las formaciones lineares de combate reducen su fondo a 146 DEL RENACIMIENTO & LA ILUSTRACION seis tiradores. También los piqueros acortan sus picas de forma sufi- ciente para proteger a los tiradores. El conjunto adopta en ocasi despliegue de «T» invertida, que actua eficazmente tanto en la ofensiva como para la defensa. La caballeria, impresionado Gustavo por tas car- gas polacas, adopta la carga con sable como forma de combate, recu rriendo al arma de fuego en la mefée (tumulto durante el enfrentamien- to) y abandonando asi el sistema del caracol, rotaciones de hostigamiento sin resultado de choque. Finalmente, la artilleria sulre una homologa- én de calibres, y se dota a los regimientos con pequefios caiiones de acompafiamiento en funcion de apoyo directo. La gran ventaja del con- junto es que consigue una accion interarmas muy eli con forma- ciones moviles que le contiere una gran flexibilidad en el combate. Sin embargo, todo ello solo es posible con una instruccién y una disciplina estrictas. La campania en Alemania de 1630-1632 ha sido motivo de estudio en todas las academias militares. Una penetracién estratégica de seme- jante envergadura, partiendo de la Pomerania sueca hasta el sur del Danubio, con los problemas logisticos afadidos y un continuo hostiga- miento por los ejércitos imperiales, aun hoy genera admiracién, En electo, inicia la accion en junio de [630 al frente de 13000 hombres. Remonta el rio Odra hasta Frankfurt del Main, vira al oeste y saquea Magdeburgo (30000 personas quemadas vivas que causan un hondo impacto en Alemania), vence a Tilly en Breitenfeld (17 de setiembre de 1631) y de nuevo en el rio Lech (5 de abril de 1632), donde el condotie- ro encuentra la muerte. Wallenstein es requerido de nuevo por el em- perador y derrota desde Bohemia, pritnero, a los sajones (aliados de los suecos) y, posteriormente, al mismo Gustavo II Adolfo en Furth (3 de setiembre). Los dos jefes militares se desplicgan en Lutzen, donde en una batalla equilibrada el rey sueco encuentra 1a muerte. Sus generales continuardn con desigual suerte la campaiia. Carlos XI, rey de Suecia (1682-1718) Carlos XII sera un continuador de Gustavo IT Adolfo en su espiritu de ofensiva a uléranza, Negando él mismo a ponerse repetidamente al fren- te de sus tropas durante el combate. Es el protagonista de la guerra del Norte (1700-1720), en la que una coalicién formada por Rusia, Polo- nia-Sajonia y Dinamarca luchara contra Suecia dejandola exhausta. Carlos XII derrotara a los rusos en Narva (1700), a los sajones en el paso del Duna (1700) y a los polacos en Kissow (1703), pero cuando avanzaba hacia Moscii, tomando Smolenko, viré su accién hacia el sur, hacia Ucrania, en una temeraria penetracion que diezmé su ejército. Fue batido en Poltava (27 de julio de 1709) por el zar Pedro el Grande, cayendo herido y refugidandose en Turquia. Instig6 a los turcos contra 147 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA los rusos y lo consiguié temporalmente. En 1715 consiguié regresar a Suecia, logrando la paz coun Rusia, pero encontré la muerte en el sitio de Fredrikshald (diciembre de 1718) luchando contra los noruegos (stabditos del rey de Dinarnarea), Agitada vida la de um rey que sélo tivo tiempo para guerrear. Una personalidad proxima a Gustavo II Adolfo en el tiempo y que como él vio la necesidad de una reforma profunda en el sistema militar fue Oliver Cromwell. Oliver Cromwell, lord protector (1599-1658) Cromwell nace un 25 de abril en Huntingdon, Inglaterra, en el seno de una familia de la baja nobleza campesina. Recihe una estricta educa- cién hiterana que impregnara su modo de actuar e incluso transmitira a su ejército como elemento de cohesién y disciplina. La vida militar de Cromwell transcurre ante la rivalidad politica en- tre los parlamentarios y los realistas en Inglaterra, que derivara en una guerra civil. El mismo, que en 1642 habia sido elegido diputado por Cambridge, no tiene experiencia militar y queda muy impresionado por el primer episodio bélico en Edgehill (23 de octubre de ese aito). Fruto de sus meditaciones, organiza en ese invierno unas tropas de ca- balleria disciplinadas que puedan competir con la caballeria realista de Ruperto. Son los Ironside, Jos «costados de hierro», armados con espada, carabina y dos pistolas, que lacen yelmo y portan coraza de dos piezas y chaquetén. Estos hombres forman el nucleo del new mo- del army (ejército de nuevo modelo), que integra once regimientos de caballeria (a seiscicntos hombres) mas otro de dragones. Las fuerzas de infanteria se encuadran en doce regimientos (sobre el millar de sol- dados cada uno), en proporcién de dos a uno en mosqueteros y pique- ros y que vistcn las flamantes casacas rojas con gorro de fieltro de ala ancha, La artiileria también normaliza sus materiales, distinguiendo claramente entre las piczas de campatia (no tan méviles como las sue- cas) y las de sitio. Con este ejército, Cromwell consigue las decisivas victorias de Marston Moor (1644), Naseby (1645), Preston (1648), Dunbar (1650) y Worcester (1651). En general, el éxito lo basa en una disciplinada contencién de las acometidas realistas seguida de un contraataque de- cisivo. En 1652 es nombrado lord protector de las republicas de Inglaterra, Escocia ¢ Irlanda en un ambiente politico muy crispado, pero desarro- Nando una habil politica exterior (toma de Jamaica en 1655 y rendicion de Dunkerque en 1658). El 3 de setiembre de este tiltimo ao muere en Whitehall (Londres) 148 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION Federico Guillermo | (1688-1740) Otro ejemplo de notable organizador, ya en el siglo xvi, lo constituye el rey de Prusia Federico Guillermo 1, padre de Federico I el Grande, que transformara a Prusia en una poteucia emergente dentro de Europa, confiriéndole un definido caracter de estado militarista. Asi, en 1740, et pais, que ocupa el lugar duedécimo en poblacién en Europa con 2,5 mi- llones de habitantes, posee el cuarto ejército del continente con 80000 hombres. El ejército, eminentemente basado en la infanteria, se agrupa en 55 regimientos de linea (a dos batallones con seis companias por ba- tallén), otros doce de guarnicién y un resto de fuerzas ligeras y batallo- nes francos. La nobleza campesina, los Junker, provee el cuerpo de of i- ciales, siendo los jefes naturales de sus soldados campesinos A caballo entre los sighos xvii y xvint, y teniendo en ta guerra de Su- cesién de Espafia (1700-1714) el momento que unifica sus actuaciones, hos encentramos con tres figuras sobresalientes en el arte militar: el duque de Mariborough, el principe Eugenio y el mariscal Villars. Los tres jefes militares se disputaran la gloria en la citada guerra y seran los mas firmes representantes de la guerra aristocratica John Churchill, duque de Marlborough (1650-1722) Marlborough nacié en Musbury, en el condado de Devonshire, Inglate- rra. En 1666 templa por vez primera sus armas en Tanger, obteniendo el empleo de capitan a su vuelta. Realiza posteriormente campafias en Flandes (a las érdenes de Turena) ¢ Irlanda y en el aftlo 1700 es nom- brado general en jefe de las fuerzas anglo-holandesas de las Provincias Unidas. Durante la guerra de Sucesion de Espafia opera a lo iargo de los Pai- ses Bajos, cl Rin y Baviera, un espacio de cierta continuidad geografi- ca, obteniendo los brillantes triunfos de Blenheim (1704), Ramillies (1706), Qudenaarde (1708) y Malplaquet (1709). Sin embargo, a pesar del éxito de estas batallas, son los sitios de fortalezas las acciones mili- tares que ms prodiga; las operaciones militares, por otro lado, mas co- munes de su tiempo. Asi, se contabilizaron mas de treinta sitios, entre ellos la toma de Lille, la obra mas portentosa de Vauban. EI sitio de Lille (1709) supuso 120 dias de cerco. La plaza estaba guarnccida por 16000 hombres y 150 cafiones. El principe Eugenio de Saboya traz6 un anillo interior de dieciséis kilometros, mientras que Marlborough formé un anillo exterior de contencién contra la presién gjercida por un ejército francés de socorro de 100000 hombres. La pla- za linalmente sucumbid sin ser socorrida. 149 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Marlborough es un hombre genial, que une a sus cualidades de di- plomatice (clave en la alianza con Austria) la de organizador que, ade- mids, presta atencién a la logistica (es conocida su competenci ganizar «el tren de Marlborough», cadena jogistica de carromatos con un fondo superior a 45 km). Es, a la vez, un tactico habil que concibe maniobras distintas para cada batalla y mantiene el ritmo de la accién. Asi, en Blenheim llega a la decision (cl éxito de la maniubra) con una ac- cién frontal de ruptura de noventa escuadrones de caballeria, pero en Ramillies ingenia una maniobra deslizante, precedida de una finta, que desequilibra el despliegue enemigo. Aun asi, su condicién principal es la de un estratega que conociendo las limitaciones de su época (las logisti- cas y la debilidad de las alianzas, por ejemplo) saca partido de su genio superior. Se mueve con ta maxima rapidez, aprovechando rios y canales, oculla sus intenciones al enemigo, lo engafia, lo desconcierta. Lleva la iniciativa y busca al contrario para su destruccion, salvande tos temores: de su tiempo (tanto de los politicos como de los yenerales). No se con- forma con la maniobra y con atemorizar al enemigo, sino que avanza ha- cia él para buscar el choque de la batalla. Este es el Marlborough militar, por otra parte un hombre gloriticado, vilipendiado y degradado para, fi- nalmente, ser reconocide como capitan general de Inglaterra en 1714 En 1722 muere en su castillo de Cranbourn-Lodge, cerca de Windsor. ja para or Principe Eugenio de Saboya (1663-1736) Nace el 18 de octubre en Paris. Hijo de Eugenio Mauricio de Saboya y de Olimpia Mancini. En 1683 ofrece sus servicios al emperador Leo- poldo I, que le reconoce el grado de capitan. En setiembre se halla a las ordenes de Carlos V Leopoldo en cl levantamiento del sitio de Viena y marcha a hacer la campaha contra los turcos. La vida militar de Eugenio de Saboya se centra en tres escenarios distintos, distantes y con alternativas en el tiempo. Combate a lo largo del Rin con Marlborough frente a los franceses y bavaros. Esti en Blen- heim, Qudenaarde, Malplaquet y Lille, consiguiendo Baviera para Aus- tria. Es nombrado gobernador de los Paises Bajos austriacos entre 1714 y 1724. Un segundo escenario es Italia. Lucha contra franceses y espanioles en 1702 (batallas de Chiari y Luzzara) y 1706 (Turin), man- teniendo intactas las posiciones austriacas. Finalmente, vence a los tur- cos en Zenta (11 de setiembre de 1697}, Peternavarino (5 de agosto de 1716) y Belgrado un afio después, que acaba por rendirse. Gracias a es- tas victorias consigue la expansién por el Danubio del imperio El principe Eugenio fue en vida una figura de reconocido prestigio. Las potencias europeas, Francia por ejemplo, solicité sus servicios y el propio zar Pedro I el Grande te ofrecié el trono de Polonia. Ejercié de militar y diplomatico y murié en Viena un 21 de febrero de 1736. 150 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION Duque de Villars (1653-1734) El duque de Villars forma, junto al mariscal Villeroi y al duque de Ven- déme, el trio de jefes militares lranceses que haran frente a los dos co- losos precedentes. Villars consigue su primera victoria sobre los imperiales en Héchstadt (20 de sctiembre de 1703), aunque se hace reemplazar inmediatamen- te por Marsin, La suerte para Francia sera adversa durante los afios si- guientes a la guerra, pero el 24 de julio de 1712 Villars consigue derro- tar al principe Eugenio de Saboya en Denain, en las proximidades de Valenciennes, Esta vez, Eugenio no puede contar con Ia ayuda de Marl- borough, y aunque la batalla se ve reducida a efectos técticos, propicia la caida de otras plazas que la coalicion habia tardado tres afies en con- quistar. A este éxito siguen los de Landau y Friburgo y dejan a Francia en buenas condiciones para la negociacién de Rastadt (1714). Resulta paradéjico que un desarrollo adverso de la guerra se compense con un desenlace afortunado en un corto periodo de tiempo. Este es el lugar para el ingeniero militar por excelencia. Sébastien Le Prestre de Vauban (1633-1707) Vauban inicia su carrera militar muy pronto. A los 17 afios pasa a las ordenes de Condé. Es nombrado lugarteniente general cn 1688 y ma- riscal de Francia en 1703. Concibe un sistema defensivo integral para Francia, para to que construye mas de una treintena de plazas, repara y hace mejoras en mas de trescientas y, en el aspecto ofensivo, lleva la direccion de 53 sitios, veinte de ellos en presencia del rey. En él se hace realidad et dicho de «plaza sitiada, plaza tomadan. Debemos considerar el caracter cientitico y prestigioso de la toma de fortalezas. La batalla, segan Wanty, era una crisis intensa, pero de corta duracion y de gran incertidumbre. Un sitio se transformaba en una serie de operaciones metédicas, rituales, cuyas fases podian trans- formarse en un espectaculo. Dice Wanty: «¢Veia quiza Luis XIV, en el dominio guerrero, una manifestacién de clasicismo, el bello ordena- miento de sus construcciones y de sus jardines Realmente, éste era el caracter de precision y exhibicién de las gue- rras de sitio, muy al gusto de ilustrad; de la aplicacion de la razon y del método, y que huye del caracter brutal de la batalla La concepcién mas original de Vauban y que constituye su princi pal aportacién al arte de la guerra es ja idea de «un campo de lucha for- tificado» y el endurecimiento de las fronteras de Francia. Vauban esta- ba convencido de que el conjunto de fortalezas, sostenido por un ejército de 20000 hombres, permitiria al rey luchar con ventaja contra 151 ENCICLOPEDIA DEL ARTE OE LA GUERRA todos sus enemigos, con independencia del ntimero, y por un tiempo muy largo. El resultado final fue un formidable «muro» que se extendia desde Dunkerque y Calais hasta Rocroi (toda ta frontera belga), alc: zaba el rio Mosela y que cortaba desde Metz hasta Estrasburgo, defen- diendo la margen izquierda del Rin. Se endurecia frente al Piamonte y cubria las bajadas pirenaicas al sur de Perpifian y Bayona. De forma dispersa, situaba plazas en la fachada atlantica. n- Por ultimo, los conquistadores, los capitanes de huestes. Estos son hombres muy préximos a los condotieros, a los soldados de fortuna que labran sus éxitos en la cautela y en la conviccién de que su suerte puede cambiar con la alteracién de pequefios factores (la enfermedad, el ataque por sorpresa, la traicién), No cabe esperar refuerzos y deben subsistir en un ambiente marcadamente hostil. Sus dos hombres mas representativos, Cortés y Pizarro, figuran cn el apartado de Espaiia Tratadistas militares Quiza porque la guerra tenia un caracter aristocratico, profesional y li- mitado, los tratados militares quedaron circunscritos a un numero re- ducido de receptores. Los mismos escritos, muchos en forma de me- morias, estan dirigidos a aquellos que ejercen el mando, al general en jefe, y no tienen difusién més alla de ese circulo restrictivo. Debernos pensar que el tiempo de las academias militares, la ensehanza militar generalizada, los tratados didacticos de amplia difusién, incluso de ¢: racter doctrinario, no apareceran hasta el siglo xix. Entre los mas representativos se debe mencionar a Maquiavelo, el punto de inflexién entre el mundo feudal y el mundo renacentista; Montecuccoli, un hombre de armas del siglo xvi; Mauricio, conde de Sajonia, al aristécrata del xvii, y un grupo de franceses que preparan el camino de Napoleon: Folard, Bourcet, Broglie y Guibert Nicolas Maquiavelo (1469-1527) Maquiavelo es un hombre del Renacimiento que nace en Florencia el 3 de mayo de 1469. Entra a formar parte de la cancillera de la repuiblica yen 1498 es clegido segretario fiorentino encargado de los asuntos de la guerra ¢ interior. Maquiavelo es un hombre que va a sufrir las intrigas palaciegas de su tiempo, por lo que sera perseguido, desterrado, tortu- rado y denostado en ocasiones segiin los vaivenes politicos y el resulta- do de las guerras; y es que, en el fondo, el pesar de Maquiavelo tiene su origen en la debilidad italiana, que Ja hace ser codiciada por sus veci- nos poderosos organizados en Estados emergentes, 152 DEL RENACIMIENTO A LA (LUSTRACION Maquiavelo es un escritor prolifico que se muestra igualmente ha- bilidoso con la comedia, la poesia, la historia y la politica, De especial interés son las obras: Discurso sobre la primera década de Tito Livio y El principe (escritas ambas en 1513), Historia de Florencia (iniciada en 1520) y El arte de la yuterva (1521) La clave del pensamiento de Maquiavelo esta en la inseparable union que existe entre la idea politica y su necesaria fuerza militar. Su propésito es alentar la aparicién de un principe, un hombre nuevo (cree encontrarlo en César Borgia) que con el uso de la fuerza establez- ca la unidad de Italia. El principe que primero establezca la milicia na- cional sera e] soberano de Italia. Aqui esta su obsesién por la milicia: Roma y Esparta se mantuvieron libres gracias a sus milicias. E] mismo va a crear una milicia nacional para Florencia (1505) que se mostrar valida para una guerra menor entre reptiblicas y ciudades (con ella conquista Pisa), pero pueril ante los cjércitos mercenarios de la Santa Liga (encabezados por Espaiia). El principe y El arte de la guerra son las dos caras de una misma mo- neda: la busqueda de un hombre, militar y politico, que posea ambas aptitudes. Tienen, por ello, los principes necesidad de dedicarse ente- ramente al arte de la guerra. Tal es la vinculacién de la guerra a la ta- rea de gobernar que en el prélogo de su Arte de la guerra cita: «todo Estado necesita de un ejército para sobrevivir». De igual manera, apar- lara todos los condicionantes morales que priven al Estado de fortale- cerse, Maquiavelo es el iniciador de la escuela realista del pensamien- to politico, que rompe con la ética medieval e impone «la razén de Estado» como motivo suficiente para guiar la conducta de los gober- nantes. Maquiavelo es un estudioso de los clasicos. Admira a Vegecio y su Arte de la guerra es un compendio constante de ejemplos griegos, ro- manos y cartagineses. La obra, presentada en un didlogo ficticio entre | condotiero Fabrizio Colonna y unos patricios florentinos, no hace sino traernos a la actualidad ef modelo organizativo y de lucha de la le- gién romana. El mismo propone un modelo organizalivo similar, sin apreciar la importancia del fuego y la artilleria, El libro también reco- ge unas mdximas al estilo de Vegecio. No se puede hablar de una gran obra. Su mérito esta en la vuelta a los modelos clasicos que él propone y que seran imitados por los piqueros suizes, los lansquenetes alema- nes y los tercios esparioles. Respecto al acto mismo de la guerra tampoco presenta matizaciones. Detesta la conducta de esos condotieros italianos que se lucen a caballo en los combates y no arriesgan en absoluto, que slo buscan su beneficio personal y esquilmar el dinero de las reptiblicas. Cita, en su Historia de Florencia, como en las batallas de Anghiari y Zagonara (1423) sdlo murié un hombre en cada una de ellas, y por caida de caballo. Por eso rechaza 153 ENCICLOPEDIA ORL ARTE DE LA GUERRA de plano a esos mercenarios y aboga por la milicia nacional; se burla de las batallas ficticias y pide derrotar al enemigo decisivamente. Algunos tratadistas quieren ver en esa unin de politica y guerra la biisqueda de una batalla decisiva el precedente de Clausewitz y de Na- poleon. Maquiavelo murio cl 22 de junio de 1527 en su ciudad natal. Raimondo Montecuccoli (1609-1680) Montecuccoli es un modenés que presta sus servicios al imperio. Es ante todo un soldado que combate en la guerra de los Treinta Aiios y contra el turco (victoria de San Gotardo en 1664). Es un contemporanco de Condé y de Turetia. Contra este ultimo combate, siendo corone! de caballeria, entre 1639 y 1642, y especial- mente en la campana del Rin en 1673, desplegando por ambas partes aptitudes brillantes de maniobra. La admiracion es mutua y a la muer- te del francés exclama que «era un hombre que hacia honor al hom- bre». Es un maestro del arte de su época, prefiriendo la maniobra a la batalla sangrienta. Cuando ésta es favorable, se muestra muy habil en el combate interarmas y en el uso del fuego. Ast es como vence a los turcos en San Gotardo. Su obra principal, Tratado de la guerra, en la que recoge las ense- fanzas de su tiempo, puede ser considerada como el primer tratado moderno sobre el arte de la guerra en su conjunto. Tavo una gran difu- sion en Espaiia, especialmente a través del marqués de Santa Cruz. Sus grandes inspiradores fueron, en lo politico, Maquiavelo (la im- portancia de un ejército bien preparado para el sustento de un Estado) y, en lo operacional y tactico, Gustavo If Adolfo, del que aprecié ta ca- pacidad interarmas. FONTENOY Y EL USO DE LA EPOCA La primera descarga siempre es la més terrorifica. Es muy conocida la anéedota de Fontenoy.en la que el oficial de la Ii- nea inglesa, a cincuenta pasos de la linea francesa, los invita, segin la norma de la época, a disparar: —Sefiores de la Guardia Francesa, jtirad! —Sefiores, nunca tiramos primero. ;Tirad vos! La descarga inglesa tumbé a cincuenta oficiales y a 864 soldados de la Guardia Francesa. 154 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION, Mauricio, conde de Sajonia (1696-1750) Mauricio nacié en Goslar, Hijo de Federico Augusto (luego Augusto II de Polonia) y de Aurora von Konigsmark. Desde muy joven muestra su interés por el ejército. En 1709 esta a las érdenes de Marlborough en el sitio de Lille y en 1717 toma parte en la guerra contra el turco al lado del principe Eugenio de Saboya, distinguiéndose en el sitio de Belgra- do, En 1720 ofrece sus servicios al yey de Francia, que lo nombra ma- viscal de campo, Acude a la guerra de Sucesion de Austria (1733) y vuelve a Francia a las érdenes del duque de Berwick. Sus hechos prin- cipales de armas los levara a cabo cn la guerra de Sucesion de Austria, en la que vence a ingleses, austriacos y holandeses en las célebres bata- llas de Fontenoy (1745), Raucoux (1746) y Lawfeld (1747). Muere en 1750 en Part En el mismo Paris se publican en 751 Mes reveries (Mis memorias). En esta obra, el autor explica cuales son las condiciones para el éxito en las guerras de su tiempo. Se trata de aprovechar al maximo la movi- lidad, imprimir rapidez a los movinicntos, aplicar la maniobra —«la parte principal depende de las piernas, no de las armas»—, no buscar la batalla directamente, pero aprovechar las oportunidades e inclus crearlas y organizar eficazmente los suministros. Para Mauricio, el cjército ideal debe tener 46000 hombres y debe organizarse en colum- nas 0 cuerpos que hagan posible el juego de la maniobra. Si se obtiene una posicién favorable y la batalla puede ser ventajosa, no habra que contentarse con quedar duenos del campo, hay que perseguir y destruir al enemigo (no es propio de su tiempo). Mauricio concede una gran importancia a la moral, preocupado por el espfritu de cuerpo y cl ascenso por méritos. Los pensadores ilustrados franceses Folard (1669-1752), Bourcet (1700-1780), Broglie (1718-1804) y Gui- bert (1743-1790) van a establecer una serie de conceptos recogidos con posterioridad por Napoleon y que constituiran la clave de sus triunfos. El caballero Folard, en su obra Commentaires sur Polybe (1730), se muestra decididamente partidario de la columna cerrada contra la li- nea, Esta polémica entre la conveniencia de una formacion en colum- na (muy valida para el choque) y la linea (apta para batir por el fuego, pero débil ante la embestida) era muy del gusto de la época. Folard también muestra sus preferencias por una accion ofensiva mantenida a toda costa, lo que sera un elemento distintivo del estilo francés de ha- cer la guerra en los afios posteriores. Bourcet fuc un oficial de estado mayor que participé en la campa- 155 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA fia del Piamonte (1744) y que en su memorandum Principes de la guerre de montagnes (1764) explicaba la conveniencia de separar las fuerzas en distintas agrupaciones, con posibilidad de apoyarse mutuamente, amenazando de esta manera desde puntos diferentes al enemigo y pu- diendo concentrar la totalidad del ejército propio en el punto més con- veniente. Este dispositivo se ha venido en lamar uso divisionario y per- mite planear, asimismo, objetivos alternativos A Broglie se le adjudica la definicién de la divistén como una uni- dad interarmas capaz de vivir y combatir aisladamente con medios limitados. De igual manera, define el «principio divisionario»: la con- veniencia de marchar en agrupaciones separadas y de reunirse para combatir, Guibert es el mas notable de todos ellos. Tomo parte en la batalla de Rossbach (1757) como capitén, lo que provocd su admiracién por Federico II el Grande, vencecor de la misma. Fue ministro dela Guerra en 1789 y murié de muerte natural en 1790, lo que ya es un éxito. Su obra mas reconocida es el voluminoso tratado de Essat general de tacti- que (1772). Lo escribe con el ardor de un hombre de 29 afios, que iden- tifica en el soldado-ciudadano la necesaria motivacién para la victoria de los ejércitos. Critica asi las limitaciones de los soldados profesiona- les, atados a los soberanos con los inicos lazos de la disciplina y la paga regular. Ante la cautela de estos ejércitos profesionales, la lentitud de sus movimientos, la parsimonia de muchos de sus jefes aristocrai cos —que no quieren perder el favor de sus soberanos, que temen la de- rrota y postergan la acci6n en espera de acuerdos diplomaticos—, Gui- bert se muestra favorable a una guerra de movimientos, a emplear la audacia, a operar en Ja nacién enemiga y a vivir sobre el terreno a cos- ta del enemigo. Finalmente, sobre la polémica de columna u orden li- neal, propone un «orden mixto» que obtenga las ventajas de ambos sis- temas: un orden lineal en vanguardia que fije y hostigue al enemigo y columnas inmediatamente detras, distribuidas de forma desigual, para decidir la accién Curiosamente, en 1779, cuando escribe Défense du systéme de guer- re moderne, se contradice de gran parte de lo escrito entonces y se muestra partidario, ante las guerras modernas limitadas, del ejército profesional y del orden lineal. Batallas representativas Las batallas representativas de esta época se encuadran en el contexto de cuatro grandes momentos que se exponen a continuacién. De forma ais- lada son resefables aquellas que han proporcionado una innovacion al arte militar o han tenido trascendencia notable en el proceso histérico. 156 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION. En cualquier caso, y siguiendo el critcrie de los eminentes tratadis- tas, se puede optar por: — Cerifiola (1503): una victoria Wctica de la infanteria moderna — Garellano (1503); fa maniobra operacional. — Las Dunas y Nieuwpoort (1600): victoria de Mauricio de Nassau — Rocroi (1643); adids a los Tercios. — Breitenfeld (1631): la gran batalla de Gustavo 1 Adolfo. — Blenheim (1704): la unién de Marlborough y Eugenio de Saboya. — Poltava (1709); el fin de los sueces en e} continente Todas estas batallas reinen elementos interesantes como para figu- rar aqui y ser desarrolladas. Sin embargo, sisuiendo el criterio de esos momentos militares seleccionades podemos enfocarnos en Cerinola como exponente temprano de la rivalidad franco-espanola, continuada con las victorias de La Bicocca, Pavia y San Quintin. La guerra de los Treinta Afos suele dividirse en cuatro periodos bien diferenciad gun fuese el pafs que tomase la iniciativa frente a los imperiales. Asi, hablamos de un periodo palatino, en el que desta- can las victorias imperiales de Montafia Bianca (en las afueras de Pra- ga, 1620) y las de Spinola, en Fleurus y Breda (1625); un pertodo danés, con el protagonismo de Tilly y Wallenstein (victorias de Hessen, Lutter y Dessau, 1626); un periodo sueco, en el que Gustavo TT Adolfo vence a los imperiales en Breitenfeld (1631) y Litzen (1632), pero su muerte, encsta ultima, propicia la aplastante victoria del cardenal-intante Fer- nando en Nordlingen (1634), y el ditimo periodo, el francés, que ve el declinar de los Tercios en Rocroi (1643) y Lens (1648) y el tiltimo es- fuerzo de los succos en Jankau, Bohemia (1645). Espafia continga su lucha y es derrotada en Dunkerque (segunda batalla de las Dunas) en 1658. En este ambito extraemos la batalla de Liitzen. El tercer momento, ya que el cuarto lo referimos en la guerra naval, viene de la mano de Ja guerra de Sucesién de Espafia. En esos catorce afios, los teatros principales de operaciones estan radicados en la linea Rin-Danubio, en el norte de Italia y en el suclo espafiol peninsular. Las acciones mas conocidas en la historia militar vienen realizadas por Marlborough, el principe Eugenio de Saboya y Villars en el primer tea- tro citado. Nos referimos a los éxitos aliados de Blenheim (1704), Ra- millies (1706), OQudenaarde (1708) y Malpiaquet (1709). Con la retirada de Marlborough del continente (finales de 171), la suerte cambia y Vi- Nars, que ya habia vendido carisima su derrota en Malplaquet, vence a Eugenio de Saboya (Denain, 1712) y estabiliza la situacion. Aqui nos centraremos en Blenheim, campaiia militar de incomparable belleza. En el apartado espafiol se narra como tluyeron jos acontecimientos en los otros dos teatros, con claro protagonismo espanol 157 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Los tres actos elegidos suponen un cambio significative en el arte militar. Cerifola es el triunfo de la infanteria moderna sobre el modelo feudal de los caballeros, el triunfo del fuego y el obstaculo frente a la carga generosa, Liitzen supone la decadencia del sistema militar impe- rial, de la escuela hispano-italiana frente a las innovaciones del rey suc- co. Es el triunfo de la movilidad de las brigadas frente a los pesados cuadros de los tercios. Finalmente, Blenheim representa todo lo mas bello de la guerra de maniobra del siglo xvi, con las complejidades di- pioméaticas y organizativas de semejante empresa. Cerifiola (28 de abril de 1503): adids a las cargas de los caballeros La batalla de Cerifiola es el resultado de una audaz maniobra del Gran Capitan para batir de una forma definitiva a las tropas [rancesas del duque de Nemours. J.as operaciones se habian iniciado nueve meses antes, cuando Jos espafioles mantenian la plaza de Barletta en situa- cién critica, Finalmente, la Hegada de refuerzos procedentes de la San- ta Liga animé al Gran Capitan a sacudirse el incémodo bloqueo al que estaba sometido. Asi, un 28 de abril de 1503 salio ef Gran Capitan con todo su ejército y, bajo un calor abrasador, sc dirigié al norte, a una posicion previamente elegida distante unos veinticinco kilometros de Barletta. El avance se hizo exponiendo el flanco a las tropas francesas; cruzaron el rio Ofanto y la llanura de Cannas (de la célebre batalla de Anibal) y Hegaron a la aldea de Cerifiola, sita sobre una suave colina. Don Gonzalo, conocedor que el duque andaba siguiendo sus pasos, dis- puso de poco tiempo para los preparativos. Perfeccioné el obstaculo que al pie de la colina proporcionaba un pronunciado foso, clavando estacas afiladas y removiendo la arena; parapets el flanco izquierdo del despliegue que habia pensado y dispuso ef municionamiento de sus (ropas. El duque de Nemours alcanzé la posicion esa misma tarde y se mos- tro favorable a descansar y presentar batalla al dia siguiente. Reunio el Consejo de Guerra y {ue asesorado para atacar de inmediato. Haciendo suya la opinién de sus generales, inicid los preparativos, Dispuso un orden escalonada, situando en un primer escalén la caballeria pesada francesa, las gentes de armas, y él mismo se puso al frente. En el cen- tro formaban los piqueros suizos y gascones. En el tercer escalén dis- puso la caballeria ligera, al mando de Ivo de Alegre. Los tres bloques lormaban una diagonal hacia la derecha. El Gran Capitan orden los piqueros alemanes en el centro, a su derecha la infanteria espafiola, al mando de Pedro Navarro, Paredes y Pizarro, y a su izquierda la caba- Nera de Rubio. La caballeria ligera, con Pedro de la Paz, Diego Men- 158 DEL RENACIMIENTO & LA ILUSTRACION i Caballeria : ligera A Caballeria Caballeria pesada pesada Infanteria Piqueros Caballeria | | suizos pesada i Caballeria ligera Esquema de la batalla. doza y Fabrizio y Prospero Colonna se desplegaban en las alas, con la mision de provocar el combate y efectuar la persecucién. Las cuatro piczas de artilleria las situé en lugar destacado. El Gran Capitan adiviné que la acometida francesa se produciria por oleadas, de forma sucesiva, y que el éxito radicaria en contenerlos y batirlos en cl obstaculo que hallarian. En efecto, el mismo duque de Nemours murié en la primera embestida, e igual suerte corrieron los arrogantes piqueros suizos, los combatientes mas afamados de Euro- pa. Caidos en la marafia del foso, imposible de superar el erizo de picas alemanas y sometidos al fuego de costado de los tiradores espanoles, los suizos se retiraron ante el inesperado avance de la linea espajiola. Asi lo hicieron también los caballeros del tercer escalén, hostigados por la caballeria ligera espafiola Los franceses perdieron 3000 hombres, toda su artilleria (‘rece pie- zas) y la mayor parte de sus banderas y bagajes. Las pérdidas del Gran Capitan fueron minimas Es preciso recabar en Io reducido del tamaiio de estos cjércitos. El Gran Capitan mandaba 6000 hombres y el duque de Nemours 8000. En el Garellano, tres meses después, dispondria de 12000 hombres. El Gran Capitan se enfrenté a los dos elementos mas poderosos del final de la Edad Media: los caballeros franceses y los piqueros suizos, y les 159 EIVUICLUPEDIA DEL ARIE DE UA GUEKKA, hizo frente con la fortaleza del obstaculo y del fuego, en una tactica eminentemente defensiva. Gonzalo ponia en practica los elernentos de lucha aprendidos durante la Reconquista: caballeria ligera (a la jineta), informacion, el ardid y la fortaleza defensiva. LA BICOCCA (1522) El resultado de algunas batallas ha trascendido al lenguaje popular, tal es el caso de la victoria espafiola de La Bicocca (1522) frente al ejército francés enviado a MilAn, Préspero Colonna, al mando de los imperiales y antiguo capitan en Cerifiola, dispuso 1a batalla de forma semejante a aquella ocasién. La victoria de Jos espanoles parecié tan facil que «bicoca» significa ganga, cosa apreciable que se adquiere a poco caste. Esta batalla, junto con la campaiia del Garellano, dio al Rey Caloli- co Fernando el dominio de Napoles Litzen (1632): la muerte en batalla del rey sueco Gustavo II Adolfo Gustavo IT Adolfo fue un hombre cultisimo, admirador de Mauricio de Nassau y de Jenofonte, y quiz tomé de ellos dos ideas que marcarfan sus campafias: la organizacién, la disciplina, la eficacia del fuego con- tinuo del primero y la idea de penetracién estratégica, de cuerpo expe- dicionario del segundo. Gustavo II Adolfo se embareé en la guerra de los Treinta Afios quizd con la idea de alejar del Baltico la fuerte influencia de los Habsburgo y, de paso, crigirse en un verdadero lider protestante. De esta manera, de- sembarcé en la Pomerania sueca con un ejército de 13000 hombres y maniobré para atraerse el apoyo del elector de Sajonia y el de Brande- burgo. Remonto el rfo Odra, pas6 al Elba y derroté a Jos imperiales en Breitenfeld (16 de setiembre de 1631). Esta batalla, en la que Gustavo TI Adolfo situé en su flanco izquierdo el contingente sajén, puede conside- rarse como la evidencia de la debilidad de los cuadros imperiales, lentos y demasiado pesados, para batirse con tropas muy aptas para modificar el dispositive de la mantobra. Asi, cuando Tilly, el general imperial, de- sorganizé el flanco izquierdo sajén y envolvid ese flanco con sus cua- dros, Gustavo If Adolfo reaccioné con rapide, modificé et despliegue, le dio frente y lo quebré por el fuego, aleanzando finalmente la victoria. Alemania quedaba libre del poder catolico imperial. 160 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION Desde alli, Gustavo I Adolfo se dirigié hacia el Rin, despreciando. Viena como posible objetivo, y cayé sobre la catélica Baviera. Incluso Francia veia con preocupacién cl éxito fulgurante del rey sueco. Alli, en el rio Lech, volvié a batir a Tilly, que encontré la muerte. E] emperador hizo llamar de nuevo a Wallenstein, cl que le proporcions los primeros éxilos en esta guerra, y éste, desde Praga, dispersé a los sajones y re- chaz6 a Gustavo H Adolfo en Firth, en una batalla defensiva (16 de ju- lio de 1632), Durante ese verano ambos jefes realizaron maniobras y contramaniobras hasta que tacitamente dieron por concluida la cam- pafia y se reliraron a sus cuarteles de invierno: Wallenstein a Latzen, en las proximidades de Leipzig, y Gustavo a Nuremberg. Sin embargo, al conocer el rey succo que Wallenstein habia dispersado en demasia su ejército, para aliviar la carga de su sostenimiento, decidié ir a su en- cuentro. A mediados de noviembre alcanzo Ja Hanura de Lutzen y, con tan sélo 18000 hombres (confiaba en la inminente Hegada de los sajo- nes), inicio el ataque sobre la linea de Wallenstein, que contaba con 25000 y esperaba la llegada de Pappenheim con otros 8000. La batalla fue durisima y las acometidas suecas fueron constantes. Ni siquiera la Hegada de Pappenheim, que muris en combate, alivié la situacién. La batalla fue confusa y el resultado incierto. Los imperiales perdieron mas de 3000 hombres y los suecos unos 1500, quedando ademas como duefios del campo de batalla, La muerte del rey sueco constiluyé el as- pecto mis decisivo y lo que a la postre ralentizaria la ofensiva sueca, transfiriendo cl protagonismo de la lucha a Francia. Blenheim (1704): una gran victoria para Marlborough y Eugenio de Saboya La batalla de Blenheim, librada cl 13 de agosto de 1704, es el colofon a una campafa iniciada por Marlborough a mediados de mayo de ese mismo ano y que en un principio nadie pudo imaginar su complejidad y que (uviera término en un lugar tan distante al de su origen. Cierta- mente, cuando Marlborough se hizo cargo del ejército de Ja coalicion anglo-holandesa era de prever una accion en las proximidades de Ho- Janda que aliviase la presién francesa sobre este territorio. Tal vez al- guna accién nada extraordinaria: la toma de algunas plazas y manio- bras para alejar las fuerzas francesas. Recordemos que las otras tres grandes batallas de Marlborough se libraran sobre ese cinturén forti cado de plazas belgas. En esta creencia, frente a ese ejército aliado de 40000 hombres, los franceses opusieron otros 46000 a las érdenes de Villeroi, y los dos ejéreitos quedaron expectantes calculando los movi- mientos del contrario. Marlborough tomé Ja iniciativa y se desplaz6 hasta Coblenza, amagando con remontar el rio Mosela. Advertidos los i6t ENCICLOPEDIA CEL ARTE DE LA GUERRA tranceses del engafio, continud el inglés remontando el Rin hasta las proximidades de Heidelberg, En Philippsburg volvio a amagar y ya en- tonces viro de forma definitiva hacia el Danubio, hacia Baviera. Los franceses, entonces, comprendieron sus intenciones: forzar al elector bavaro a abandonar su alianza con Francia 0, en caso contrario, ser batido; y es que Baviera era un enemigo para Austria muy préximo a Viena. Durante este recorrido, Marlborough fue sumando contingentes provenientes del interior de Alemania: hannoverianos, daneses, prusia- nos y las fuerzas de Luis de Baden, pero, sin duda, la aportacién mas im- portante fue la del principe Eugenio de Saboya y sus fuerzas austriacas. De hecho, casi la totalidad de los aliados habian aportado tuerzas con- tra la alianza francesa, espaiiola y bavara liderada por el rey Luis XIV. Marlborough se adelanté en la toma de Donauworth a las refuerzos bavaros y envid a Luis de Baden para que hiciera lo propio en Ingol- stadt y a Eugenio de Saboya para que vigilara la Alsacia frente a Es- trasburgo. Marlborough se dedicé a asolar las tierras bavaras al sur del Danubio, y cuando la unién de los ejércitos francés y bavaro se consu- m6 cerca de Uhn, hacia finales de julio, la batalla se hizo inevitable. Hasta ese punto, Marlborough habia recorrido unos quinientos kilé- metros utilizando con suma habilidad las posibilidades fuviales para su apoyo logistico. Sus rivales en la batalla iban a ser el elector bav mau PRINCIPE EUGENIO DE SABOYA MARLBOROUGH, EJERCITO BAVARO. ae Se e & TALLART Se, BLENPEIA BATALLA DE : BLENHEIM (1704) CAMINO A : DONAUWORTH i . ev RIO DANUBIO é * i 162 DEL RENACIMIENTS & LA ILUSTRACION: Maximiliano JT y el mariscal Marsin, junto con el mariscal Tallart Marlborough contaba con la ayuda de Eugenio de Saboya, recuperado de la Selva Negra para la batalla. Las fuerzas franco-bavaras se este blecieron en las proximidades de la aldea de Blenheim, en la margen izquierda del Danubio. Cubria su frente el rio Nebel, aunque no se apo- yaron en él ni adelantaron defensas. A unos dos kilémetros de Blenheim se alzaba la aldea de Oberglau, ¢ inmediatamente a su izquierda se des- plegaron los bavaros. Marlborough decidié una maniobra que presio- nando sobre las dos poblaciones debilitara el centro francés y permi- tiera romperlo con noventa escuadrones de caballeria apoyados por la infanteria jnglesa. El principe Eugenio de Saboya se situaria frente a los bavaros y trataria de desbordarlos. Ambas fuerzas sumaban contin- gentes parecidos, en torno a los 55000 hombres La accién la inicio Marlborough presionando fuertemente sobre las dos aldeas citadas, a la vez que Eugenio de Saboya atacaba al elector bavaro. La Jucha cuerpo a cuerpo sobre estas dos aldeas fue sangrien- ta, Tallari, considerando que su mantenimiento era vital para el éxito, reforz6 con nueve batallones extraidos del centro la aldea de Oberglau, Marlborough, mientras tanto, habia cruzado el rio Nebel en cuatro li- neas, situando la caballeria en las dos centrales. Realmente, Tallart no realiz6 ninguna accion para impedir el paso, a excepcién del caiioneo, tal vez confiando en embotellarlo con el rio a la espalda. En cualquier caso fue una arriesgadisima decisién, ya que habia desperdiciado la fortaleza del rio como obstaculo y, ademas, no contaba con superiori- dad numérica para arrollarlo con garantias. Sin embargo, el refuerzo de Oberglau habia sido un éxito y Marsin vio la posibilidad de cargar con la caballeria para, desde aquella posicion, tomar el flanco de las fuerzas de Marlborough, recién incorporadas al sur del Nebel. Quiza éste fue el momento critico de la batalla y Marlborough asi lo debio de entender. Mand6é un mensaje solicitando el apoyo de Eugenio de Sabo- ya, y la legada providencial de una de sus unidades de caballeria impi- dio la acci6n de Marsin. I.a suerte estaba echada. Tallart sélo podia oponer al avance de Marlborough (los noventa escuadrones citados y veintitrés batallones de infanteria) sesenta escuadrones y nueve bata- llones de infanteria, que fueron dispersados. Los bavaros pudievon r tirarse del campo de batalla sin ser perseguidos. Las bajas francesas, entre muertos, heridos y prisioneros, supusie- ron el 70% de su fuerza original (frente al 20% de los aliados), lo que da una idea de la dureza de la lucha La victoria de Blenheim supuso un primer frenazo a las aspiracio- nes hegemonicas de Luis X1V y la incorporacién de Baviera al dominio austriaco, privando a Francia de un valiosisimo aliado. 163 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA La guerra naval Durante la Edad Moderna, la guerra en el mar adquirira una impor- tancia de la que no goz6 en épocas anteriores. Surgirdn potencias emi- nentemente navales, como Inglaterra y Holanda. La expansién colonial s6lo sera posible mediante flotas considerables. Aparecera la guerra ocednica y el Mediterraneo ser disputado por turcos y espatioles, liga- do a intereses comerciales genoveses y venecianos. La técnica naval in- corporara instrumentos de navegaciOn sofisticados y todo el conjunto dara una dimensién mundial a la geopolttica. Si en los albores del si- glo xvi no se concebia que ocurriera nada importante mas alld del am- bite del Mediterraneo, en las postrimerias del xvim el poder mundial se disputaba en América y la India y las lineas comerciales maritimas re- sultaron indispensables. LA GUERRA POR LA OREJA DE JENKINS (1720) Algunas guerras se inician por causas rocambolescas, y tal es el caso de la que aqui comentamos. En 1713, el bergantin Rebecca, al mando del capitan inglés Robert Jenkins, fue abordado y saqueado por un navio espafiol. A Jenkins le cortaron una oreja durante esta accion. Su queja, ante el rey inglés, no fue atendida. Sin embargo, siete afios mas tarde, un comité de la CAmara de los Comunes avivé la cuestién, y la indignacién creada contribuy6 a la declaracién de guerra entre Gran Bretaha y Espana. En el aspecto mas puro de la lucha en el mar se aprecian dos mo- mentos importantes. El primero concierne al cambio de escenario es- tratégico que acontece en Europa a finales del siglo xv1. El Mediterra- neo cede su primacta al Atlantico, y asf lo hace también la técnica de combate y el diseno de los barcas. Si la batalla de Lepanto (1571) es el reflejo del interés absoluto del Mediterraneo, Ja Invencible (1588) y la rivalidad anglo-holandesa de finales del siglo xvu son la prucba irrefu- table del cambio de escenario. En segundo lugar, la guerra en el mar impone una especializacién, y el antiguo bugue mercante armado para las ocasiones del combate cede su puesto al buque de guerra, ya sea el buque de linea o la fragata. Este cambio se opera a mediados del s glo xviicon la botadura en Inglaterra (en 1635) del primer buque de nea: The Sovereign of the Seas. En efecto, el hecho de trasladarse la atencion naval desde el Medi- ineo hasta el Atlantico supone cambios tanto en el discho naval ter 164 PS > mi DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION como en la forma de lucha. El buque por excelencia del Mediterraneo es la galera, un navio de propulsion bien a vela o a remo (unos 150 re- meros) que navega siguicndo las proximidades de la costa y que com- bate mediante el abordaje, precedido de la embestida de su potente es polén (combate denominado a la galana). Lleva a bordo de tres a cinco caiiones, siluados a proa para iniciar el ataque con (uego frontal. Un modelo superior es la galeaza veneciana, que dispone de 250 remeros. Incorpora dos magnificos castillos, uno a proa y el otro a popa, y va ar- mado con medio centenar de cajiones, algunos de ellos en un primer puente sobre la linea de remeros. El buque ocednico es un navio mas marinero, pensado para largos dias de navegacion. Es el galedn, que, inicialmente, sobre el ao 1575 viene montando unos veinticinco caiio- nes, Son buques de exclusiva propulsién a vela y que utiliz nica de combate el cafioneo. Sus piezas artilleras estan dispuestas en los costados del buque, sobre dos o tres lineas, y debido a esta limita- cién combaten formando una linea. El navio de linea es fruto de la mejora del modelo anterior, con un mimero de cafones que supera el medio centenar. Como complemento de los anteriores, de menor tama- fo y con capacidad de combatir aisladamente, se disefan las fragatas (1610) que montan, generalmente, unos cuarenta cafiones. La descripeién somera de la ocasién de Lepanto, el proyecto de la Gran Armada espafiola (1588) y la rivalidad anglo-holandesa mencio- nada aportaran una visidn esclarecedora de la evolucién citada. in como téc- Lepanto (1571): la mayor batalla terrestre librada en los mares La campana de Lepanto se enmarcé en un contexto estratégico muy bien definido. Las exitosas campajias del sultan a principios de siglo habian creado una atmésiera de derrotismo e interioridad respecto al turco. Su imperio se extendia como una tenaza hacia e} Danubio, por un lado, y las plazas norteatricanas, por el otro. El temor a ser cercados era muy patente en el mundo de la cristiandad, por lo que el papa V (1866-1572) lanz6 un Hlamamiento a rnodo de cruzada para en- cabezar una liga maritima y derrotar a los turcos, Felipe LI, que sentia la proximidad del levantamiento morisco de Las Alpujarras y el peligro de una intervencién directa de los turcos en suclo peninsular, y la Re- publica de Venecia, a punto de perder Chipre ante un desembarco tur- co en la propia isla Gunio de 1570), respondieron afirmativamente a la propuesta papal. No sin dificullades debido a la complejidad de la or- ganizacién de los medios navales y de las fuerzas embarcadas, ¢ inclu- so de la cadena de mando, las fuerzas de la Liga se concentvaron final- mente en el puerto siciliano de Mesina a las érdenes de don Juan de Austria. La flota de la Liga estaba compuesta por 316 naves, dos tercios de 165 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA las cuales eran galeras, con 30000 soldados y 50000 marineras y galeo- tes. Don Juan de Austria tenia bajo sus érdenes al marques de Santa Cruz (don Alvaro de Bazan) y a Jos almirantes Andrea Doria, de Géno- va, Colonna, jefe de las fuerzas papales, Juan de Cardona, de Sicilia, y Venicr y Barbarigo, de Venccia. La flota turca, que hostigaba habitual- mente los dominios venecianos en el Adridtico, estaba al mando de Alf Baja y constaba de mas de 250 naves y un numero de combatientes si- milar at reunido por los cristianos. Las dos escuadras se encontraron en el golfo de Corinto (Lepanto) en.un dia de mar en calma. Se dispusieron en 6rdenes de combate muy parecidos. La Liga formé un ala izquierda (norte) muy préxima a la costa (para no ser envuelta) al mando de Barbarigo; el centro lo ocupa- ba don Juan, y el ala derecha Doria, con efectivos similares de una senta galeras cada uno. La reserva estaba al mando de Santa Cruz con treinta y cinco galeras y refuerzos de infanteria. El frente ocupaba unos ocho kilémetros. Las potentes galeazas operarian adelantadas para romper el frente y el orden enemigo. Los turcos se dispusieron en for- ma de media luna, con tres divisiones bien diferenciadas. Las unidades fueron entrando en liza segiin el orden norte, centro y sur. Las galeazas cumplicron con su misién y la ventaja de orden y abordaje fue para los cristianos. Sélo la mala maniobra de Doria, ale- jandose en diagonal del centro, propicié una maniobra para buscar «la penetracién de oportunidad» (recordando a Alejandro en Gaugamela) Se- LEPANTO (1571) SIROECO BARBARIGO a MARQUES DE SANTA CRUZ 166 DEL RENACIMIENTO A LA |LUSTRACION por parte de Uluy Ali, que mandaba el ala sur, y que pudo comprome- ter la victoria. Aun asi, al final de la jornada, y una vez taponado este viraje por las reservas, la victoria fue clamorosa. La Liga tuvo 15.000 bajas (entre los heridos estaba Cervantes) y una docena de galeras perdidas. Los turcos perdieron un cemtenar de naves y otro centenar les fue apresado. Tuvieron 30000 muertos, muchos de ellos irreparables excelentes arqueros, y 8000 prisioneros. 15000 escla- vos cristianos obtuvicron la libertad y oumerosas riquezas sirvieron de botin Es necesario recapacitar aqui sobre el caracter horrible y brutal de este tipo de lucha. Fl abordaje implicaba heridas horrorosas de arma blanca o de fuego, amputaciones, gritos de espanto y de dolor, rfos de sangre y cuerpos ahogados. Las unidades embarcadas, como en tiem- pos de Salamina (480 a. J.C.), unian a las privaciones de la guerra la in- certidumbre del mar. La Liga no pudo explotar en el campo estratégico este sonoro éxito tictico. A la muerte del papa (1572), una coalicién de intereses encon- trados hizo que fracasara esta posibilidad. No se emprendieron accio- nes posteriores decisivas, y si bien nunca mas hubo una amenaza de fuerza real en cl Mediterraneo, la pirateria, por el contrario, subsistié con energia El Imperio espanol en tiempos de Felipe I desplegaba dos teatros de operaciones maritimos bien diferenciados: el Mediterranco y el Atlan- tico, y quizd una zona de operaciones, de menor dimensién pero con caracteristicas propias, en el mar del Norte. El Caribe, sin duda, era la zona comercial mas rica del mundo. Las riquezas y el comercio necesi- taban ser Gansportados a lo largo de una linea de comunicaciones ma- rilima muy extensa. Ante las acciones de pirateria y del corso por par- te de ingleses y holandeses, Felipe I abogé inicialmente por una estrategia olensiva: situar flotas entre las Azores y la fachada peninsu- lar para perseguir al enemigo. Cuando éstos se desplazaron hacia la misma zona del Caribe, se tuvo que adoptar una estrategia defensiva de proteccion de convoyes que, en general, hasta la pérdida de las colonias, tuvo éxito. Los corsatios, a diferencia de los piratas, disponian de una paren- te de corso, una autorizacion real para hostigar y capturar buques enemigos. Se calcula que hacia finales del siglo xvi el botin capturado por holandeses ¢ ingleses oscilaba alrededor del millén de ducados para cada parte (los ingresos anuales para Castilla en ese atio no al- canzaban los diez millones). Se puede decir, con raz6n, que la estra- tegia de Hawkins era, respecto a los espanoles, « aliados Gibrattar Ee (1704) > ceatdgco Acciones militares 175 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA ciones y compensar la marcha adversa en el teatro del norte de Euro- pa. Sale de Madrid el 3 de mayo y se dirige hacia Cataluna. Cruza el Se- gre con €xito y presenta combate el 27 de julio al archiduque, que ocu- pa una posicion fuerte en Almenar. A pesar de los informes negativos sobre la conveniencia de la accién, inicia la batalla, siendo derrotado. igual suerte corre en Zaragoza (20 de agosto). Regresa a Madrid y, ante la inminente caida de la capital, se traslada a Valladolid. Ei archiduque entra de nuevo en Madrid (28 de setiembre). La situacion vuelve a ser critica para Felipe V. Conserva escasas fuerzas en Valladolid, Extremadura y Andalucia. La reina Maria Luisa pide ayuda al rey Luis XIV, y asi, el duque de Vendéme entra en Espa- fa al frente de 30000 hombres. Llega a Pamplona el 3 de octubre con una idea muy clara sobre las operaciones. Se trata de impedir el con- trol de Extremadura por las tropas aliadas, lo que seria fatal para Feli- pe V. Aleanza El Puente del Arzobispo y Almaraz, socorre Toledo (que es evacuada por las fuerzas sitiadoras aliadas), propiciando de esta ma- nera la entrada de Felipe V de nuevo en Madrid (3 de diciembre). El ar- chidugue se retira hacia Zaragoza protegido por los ejércitos al mando de Stanhope y Starhemberg. El 6 de diciembre, Vendéme derrota a Stanhope en Brihuega, y Starhemberg, que acude al sonido del cation para socorrerlo, llega tarde y es batido en la célebre batalla de Villavi- ciosa (10 de diciembre). En esta batalla, Felipe V y Vend6me estan al frente de las dos alas de caballeria, que envuelven y derrotan al ejército aliado. La situacién tactica final es parecida a la de Rocroi (1643): la infanteria, que ocupa el centro, es hostigada y sdlo consigue retirarse parcialmente gracias a la caida de la noche y a la niebla. Los aliados tienen 9000 bajas y 3 200 han sido hechos prisioneros. Los Borbones pierden 2500 hombres. La batalla es profundamente decisiva, ya que toda Espafia, a excepcién de Cataluiia y Baleares, reconoce a Felipe V como rey. Durante los afios siguientes (1711 y 1712) se producen sélo accio- nes limitadas en el frente catalan. Noailles torna Gerona (25 de enero de 1712) y Solsona, Balaguer y Cardona también caen. Sin embargo, el hecho decisivo que pone fina la guerra es la muer- te de José 1 (17 de abril de 1711), hijo del emperador Leopoldo I y her- mano mayor del archiduque Carlos. Asi, el archiduquc Carlos sube al trono de Austria con el nombre de Carlos VI. Ingleses y holandeses sus- penden las hostilidades el 19 de agosto de 1712. El 27 de diciembre, el archiduque parte de Barcelona, dejando un pequefio ejército con Star- hemberg y sin renunciar inicialmente a la corona, aunque cuatro me- ses mas tarde se completa la retirada 176 DEL RENACIMIENTO & LA ILUSTRACION «LOS TRES MOSQUETEROS» FRANCESES Sin duda, la intervencién en Espafia de los duques de Vendome, de Berwick y de Noailles resultar4 decisiva para el triunfo de Felipe V. Su buen hacer y la aportacién de contingentes franceses salvaran a Feli- pe de la derrota. Barcelona combate sola, quiza ya s6lo por sus fueros. Felipe V soli- cita la presencia del duque de Berwick. Entra en Espaiia al frente de 20000 hombres para poner sitio a la ciudad. Corta las Comunicaciones con Zaragoza y la frontera y sittta a 35000 hombres para tomarla. VE Narroel la deliende. El bombardeo se inicia el 7 de mayo de 1714, y el U1 de setiembre, cincuenta batallones se lanzan al asalto definitivo, La guerra ha terminado. Espaiia pierde Paises Bajos, Lombardia, Cerdefia, Sicilia y Napoles. La pérdida de Paises Bajos es aceptada, pero Felipe V no se conforma- ria nunca con la pérdida de las posesiones italianas. Es imprescindible comentar algunos aspectos de esta guerra. Pri- mero: su ca de totalidad, al involucrar, como era normal en las guerras de sucesi6n, a todas las potencias europeas. Segundo: el papel de la poblacion espaiolta, que se mantuvo indecisa y casi siempre indi- ferente respecto a las aspiraciones reales. Eso también explica ta facili- dad con que Felipe y el archiduque entraban o abandonaban la capital. Tercero: el apoyo francés resulté decisivo, especialmente Ja interven- cién del duque de Vendome en 1710. Cuarto: apreciar la interrelacion entre los tres teatros de operaciones. El caso de la batalla de Almansa (1707) es clarificador. Quinto: el éxito aliado radicaba en unir los dos ejércitos, el de Portugal y el de Catalutia, y casi fue posible en los aos 1706 y 1710 (las dos entradas del archiduque en Madrid). Finalmente, un hecho fortuito, la muerte de José 1, determinara el final de la guerra Tratadistas espafioles Don Alvaro de Navia Osorio, marqués de Santa Cruz de Marcenado y vizconde del Puerto (1648-1732) El marqués de Santa Cruz de Marcenado es la figura principal de la li- teratura militar del siglo xvitt, y su obra Reflexiones militares constitu- ye, junto con el Discurso de Sancho Londono y Nociones del arte mili- tar de Villamartin, la trilogia mas admirada de la bibliografia militar espaiiola 177 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Don Alvaro nacié en Puerto de Vega (Asturias) en 1648. Hombre cul- tisimo, dedicado al estudio de la oratoria y de los clasicos, inicia su vida militar con motive de la guerra de Sucesin de Espafia. En 1702 se pone al frente del recién constituido Regimiento de Asturias en apoyo de la causa borbénica. Combate en operaciones menores en Galicia y des- pués en Ciudad Rodrigo y Badajoz, esto es, cl frente portugués. En an segundo ciclo de operaciones destaca su presencia en Jaca, Barbastro y Benabarre. En 1708 toma parte en la fatlida expedicion a Cerdena. sta presente en el definitive asalto a Barcelona en 1714. Finalizada la gue- rra se traslada a Turin, cn mision diplomatica, concentrandose en la pre- paracién de su obra, En 1731 es nombrado gobernador de Ceuta y unt afio después zarpa desde Alicante a las ordenes del duque de Montemar para la conquista de Oran. Como gobernador de esta ciudad, y estando sometida la ciudad a sitio por los bereberes, el marqués reatiza una sa- lida mititar con objeto de romper el cerco en la que pierde la vida Fue, por lo tanto, el marqués un hombre ilustrado, diplomatico, mi- litar y escritor que recogié en su raagna obra tas ideas militares fruto de su propia reflexion. La obra, escrita cn forma epistolar con abun- dantes citas clasicas, es un compendio que versa sobre cl arte militaren su globalidad; en ella recoge aspectos propios del mando (el libro va di- rigido a los que lo ejercen), virtuces del general y conocimientos de los generales enemigos. Se exticnde en sus reflexiones sobre el derecho de la guerra, y hace precisiones sobre la guerra ofensiva y defensiva y los (qued6 muy ispresionado por ¢l de Barcelona). Tamb recomendaciones sobre cl funcionamiento y la organi p hace racion de los reitos (los nuevos regimientos) y el papel de fa armada (Ja necesidad de su modernidad), asi como precisiones del caracter fundamental de las alianzas para la guerra y el mantenimiento de una diplomacia fui- da. Fl texto es muy apreciado por sus acertadas observaciones sobre la disposicin de los cjercitos frente a varios enemigos (leido por Federi- co Tl el Grande), el orden oblicuo y tas ventajas de la explotacién del éxito. Es, en definitiva, una obra completa sobre el saber de su tiempo, realizada por un hombre ilustrado de estilo impecable. sitios Valoracién de fa Edad Moderna La Edad Moderna, aqui deliberadamente amputada de las campaiias de Federico H el Grande y de los albores de Ja era vevolucionaria, en- cierra episodios muy diferentes de la historia militar. Se mueve desde la competencia de los primeros Estados modernos servidos por ejé tos mercenarios, pasando por la intensidad de las guerras de Religion hasta finalizar con la cautela y el comedimiento de las guerras de los reyes absolutos. 178 DEL RENACIMIENTO A LA ILUSTRACION Sin obviar la importancia de la revoluci6n del arma de fuego, la for- tificacién y la guerra cientilica, el aurnento del tamato de los ejércitos, Ja organizacion de los suministros y el nacimiento de la guerra oceani- ca, la guerra esta dirigida por hombres extraordinarios; algunos dedi- cados por completo a las armas, otros en busca de la aventura y la glo- ria, y los mas, nobles cercanos a los reyes que se ponen al frente de los ejércitos reales para satisfacer las ambiciones de los monareas. Tal es la cireumstancia por la que ellos han sido protagonisias de gran parte de este capitulo. 179 La moral es alo material como tres a uno, NaroLbon: La guerra a finales del siglo xvi La Europa de la Hustracion se mueve entre la moderacién de la razon y elempleo de la fuerza Fortalecida por su participacion en la guerra de Sucesién de Espa- fia (1700-1714), Prusia surgié en Europa como una nueva potencia. En un sistema de alianzas y cquilibrios, el rey de Prusia, Federico I el Grande (1712-1786), se vio abocado a una guerra de supervivencia con- tra los reinos vecinos. Esta guerra, imposible de ganar, s6lo podia ga- antizar para Prusia, en el mejor de los casos, su continuidad como jo- ven nacién. Dejemos que aparezca, tiene que aparecer un gran genio, Se pondr a la cabeza de la maquina y le dard el impulso necesario. GuinerT Entrentado a la zarina Catalina I la Grande, a la emperatriz Maria Teresa de Austria y al rey de Francia (con madame de Pompadour en la sombra), su tinica opcién radicaba en batirlos por separado y aleanzar una paz razonable, adecuada a los tiempos, Conocida como la guerra de los Siete Anos (1756-1763), y siendo precedida por las guerras de Silesia (1740-1745), la actividad bélica no se ciié inicamente al teatro europeo, y quiza por primera vez, salvan- do la rivalidad entre ingleses y espafioles en el siglo xvi, la guerra estu- vo presente simultaneamente en Europa y América del Norte, donde los intereses en juego eran exclusivamente [ranceses y britanicos. William Pitt (1708-1778), primer ministro inglés, subvencionando: a Prusia con dinero y realizando operaciones menores desde sus po- sesiones en América del Norte (captura de Quebec en 1759) y afia- diendo a Ja corona territories de la India y de Africa, se aseguré el do- 183 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA minio comercial y colocé, tras la paz de Paris de 1763, a Gran Breta- fa como la potencia imperial mas importante del mundo. Asi, se hizo realidad la profecta del estadista inglés de ganar en el Elba un impe- rio en ultramar. Por su parte, Prusia, que solo contaba con dos millones y medio de stibditos, lo que la situaba como la duodécima potencia demogratica de Europa, tuvo que mantener un ejército dia a dia mas poderoso, que la encumbraba como la cuarta potencia militar del coutinente. Predes- tinada por su situacién geografica a combatir de forma continuada, hizo de ello su estilo militar de hacer la guerra. Este hecho, junto con la iniciativa y el orgullo por pertenecer a un cuerpo disciplinado y de- tentor de arraigadas virtudes militares, ha legado una impronta y una escuela militar reconocidas universalmente (escuela prusiana) CRONOLOGIA 1740 31 de mayo: Federico II el Grande, rey de Prusia, invade Silesia 1741 Victoria en Mollwitz 1756-1763 Guerra de los Siete Afios 1775-1783 Guerra de la Independencia norteamericana 1786 Muere Federico II el Grande 1789 Revolucién francesa 1792 Batalla de Valmy 1796 Victorias del general Bonaparte en Italia 1800 Batalla de Marengo 1802 Paz de Amiens entre Francia y Gran Bretafia 1804 Napoleén, emperador de Francia 1805 Campafia en Austria, Victorias de Ulm y Austerlitz 1806 Campafia contra Prusia. Batalla de Jena 1807 Campaia contra el zar. Paz de Tilsit 1808 La guerra peninsular 1812 Napoledn en Mosca 1813. Leipzig. Batalla de las Naciones 1814 Napoleén abdica 1815 Waterloo 1821 Muere Napoleon La Revolucion americana (1775-1783) movilizé las energias de la poblacién sajona de las trece colonias originales, que entendieron que no debian luchar por Francia o por Gran Bretafia, sino por su propia libertad. Gran Bretana se vio abocada a una guerra contra los nortea- 184 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON mericanas, decididamente apoyados por Francia y Espafa; una guerra que no pudo ganar. La Revolucién francesa (1789), por su parte, engendré un lider ne- cesario que finalmente transformaria la monarquia absoluta en un im- perio continental. Esta figura, presagiada por eminentes tratadistas como Guibert, marcara un punto de inflexion en la historia y en el arte militares. Formado en las filas de la Revolucién, Napoleén Bonaparte dirigira Jos destinos de Francia y buena parte de Europa durante quin- ce intensos afios. En suma, en estos escasos cien ahos que van de 1740.a 1825 se apre- cian tres grandes enfrentamientos militares: la guerra de los Siete Afios, la guerra de la Independencia norteamericana y las guerras na- polednicas. En este period, que bien podriamos amar «revoluciona- rio», las transformaciones se verificaran en casi todos los érdenes fun- damentales dei arte de la guerra: la composicion de los ejércitos, su funcionamiento y organizacién, la logistica, la estrategia y la tactica. No obstante, no se modificara sustancialmente lo referente al arma- mento y las comunicaciones. «Todos los franceses son [lamados por su pafs para defender la liber- tad. Los jévenes iran al frente; los hombres casados forjarén armas y transportaran alimentos; las mujeres haran tiendas y ropas y trabaja- ran en los hospitales; los nifios haran vendas usadas; los viejos seran Nevados a las plazas para levantat el Animo de los combatientes, para ensefiarles el odio a los reyes y la unidad republicana.» Carnot (23 de agosto de 1793) A pesar de todos estos cambios profundos, la transformacion de mayor impacto se producira en la concepcién misma de la guerra. Con el decreto de Carnot sobre la /eva en masa arrancard un nuevo tipo de guerra que ha sacudido el mundo occidental desde entonces: la guerra nacional Organizacion militar La organizacién que presentan los cjércitos de Federico y Napoleon es. radicalmente distinta. Basado el primero en el equilibrio entre la nobleza (los oficiales), las clases productivas (campesinos y burguesia) y los indigentes y mer- cenarios (tropa), el rey encuadraba a sus sibditos, principalmente, en 185 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA regimientos de infanterfa y caballeria. Conocedor de las limitaciones de la poblacién y de lo escaso de su produccién, tuvo que recurrir a este sistema mixto, subditos-mercenarios, para asegurar las cosechas, ga- rantizando la estancia de los campesinos en los campos para la reco- leecion. Federico se vio precisado a imponer una férrea disciplina para mantener la unidad en tal amvalgamado e La unidad tactica basica cra el batallén de infanteria (setecientos hombres), formado por cinco compaiias de fusileros y una de grana- deros. Dos batallones formaban un regimiento, y dos de éstos, una bri- gada. Las unidades de caballerfa tormaban en torno al escuadrén, y los artilleros nutrian las batertas de los diversos materiales. Por su parte, ja organizacién napoleénica, eminentemenie popu- lar, hizo un esfuerzo extraordinario por integrar los antiguos regi- mientos absolutistas con las tropas voluntarias revolucionarias y el sistema nacional de movilizacién. La solucién también consistié en un sistema mixto, integrando unidades regulares y veteranas de los antiguos regimientos con las nuevas de voluntarios. Las unidades mi- litares adquirieron complejidad y se hicieron cada vez mas poderosas: de las sentibrigadas iniciales se pasd a divisiones y cuerpos de ejército, hasta alcanzar la unidad mayor y mas admirada, el ejército (Varmeée). El ejército fue la gran unidad operacional para alcanzar el objetive de la campana. DAVoUT I) } (28,874) — ° il ] | division | brigads I compara -brigads 3 divisiones — Caballeria Aruilleria Ingenieros Apoyos Infanceria COrganigrama del cuerpo de ejército de Davout El cuerpo de ejército, de composicién variable, fue la unidad prete: rida de Napoleén. Lo componian varias divisiones y unidades de apo- yo, de caracter interarmas y capaz de vivir y de combatir aisladamente por tiempo limitado, en espera de ser apoyado. 186 EPOCA REYOLUCIONARIA-NAPOLEON Estrategia La concepcidén de una idea general de las operaciones que diera venta- ja. por su diseiio y su praxis, se la debemos a Napolesn. Ta estrategia realizada con las unidades de combate, tradicional- mente, habia consistido en desplazarlas y situarlas en el campo de bata- lla para librar ef combate convenido. Napoleén rompe con esos moldes y busca la ventaja en la disposicion anterior a la batalla, haciendo del combate, si se produce, un acto de violencia inutil para e] adversario. Este disefio de las operaciones, en ultimo extremo, obedecia a dos esquemas basicos: ESTRATEGIAS POSICION CENTRAL: LINEAS INTERIORES, EINEMIGO SUPERIOR EN NUMERO - or we > SMa oe HACIA LA RETAGUARDIA: LINEAS EXTERIORES ENEMIGO INFERIOR EN NUMERO. Lbcc* FLDCC = lineas de comunicaciones 187 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Sin embargo, lo mas importante no era disponer de dos posibles combinaciones geométricas. El éxito de Napoleén radicaba en una ac- titud mental muy superior a la de sus enemigos, que le otorgaba la po- sibilidad de tomar decisiones totalmente inesperadas para sus contra- rios, Ciertamente, el emperador francés se tenia en alta autoestima y poseia una capacidad tinica para visionar las operaciones en su con junto, lo que se denominaria ojeada militar. Por encima de este nivel de las operaciones militares se encuentra una finalidad politica (a la que estan subordinadas aquéllas) y una idea estratégica general de las operaciones. Las campaiias de Federico el Grande serviran para ilustrar lo an- terio. GUERRA DE LOS SIETE ANOS Firalidad politica: supervivencia de Prusia, manteniendo, st es posible, la provincia de Silesia Estrategia militar: baur separadamente a los enemigos. forzando una situacion de paz. favo- rable. Estrategia operacional: conducir los ejércitos con rapide para ganar batallas decisivas con- tra los enemigos en las proximidades de nuestras (ronteras. Tener siempre disponible una ‘masa de maniobra para enirentarnos al enemigo mis peligroso en cada momento. La idea general de las operaciones 0 esirategia militar también ta ha- Mamos en Federico fl el Grande, pero al cenir las operaciones a las pro- ximidades de sus fronteras, por un lado, y al depender del sistema de almacenes, por el otro, restringia esa libertad de movimientos de la que goz6 Napoledn. Sin embargo, a él le debemos el ejemplo mas clarifica- dor de la guerra preventive, aquella que se desata por iniciativa propia cuando el ataque del enemigo es inminente. En la estrategia propia de operaciones, Federico I el Grande uti 26 el modelo de fineas interiores, aprovechando su posicién central, para batirse contra enemigos superiores en numero; un modelo que el geodeterminismo estratégico de Alemania no ha podido eludir apenas en su historia. La guerra de sitios y las fortificaciones, preponderantes en siglos an- teriores, cederdn protagonismo frente a la maniobra y el movimiento. Tactica Federico IT el Grande basara sus éxilos en la tactica, Napoleon en fa es- trategia. 188 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. Por tdctica se entiende el empleo inmediato de las unidades en el combate. Durante el siglo xvii se trataba fundamentalmente de mante- ner el orden de las formaciones, la cohesién de las unidades, y de que- dar definitivamente duefios del campo de batalla, despreocupandose de la persecucién y sin intencién de causar la destruccién del enemigo. ENEMIGO (? ier ew pen hr ies DEL ORDEN DE COLUMNA AL ORDEN DE LINEA Despliegue tictico de los batallones de Federico Las variantes tacticas mas brillantes se debicron a Federico II el Grande, en particular su orden oblieuo, casi deslizante. Es acertado de- cir que por Ja sola batalla de Leuthen, paradigma de este orden tactico, mereceria figurar en los anales de la historia militar «Napoleon aborrecia la tactica y la tactica lo derroté...» Militar ar- tillero, preferia, sin duda, el uso de la distancia. Las batallas las conce- bia como una operacién de cerco, concentrando sus fuerzas sobre un punto de la formacion enemiga para romper y destruir el dispositivo contrario. Tanto Federico 1 el Grande como Napoleén basaron sus éxitos tac- ticos en el combate interarmas: la artilleria dislocaba el buen orden de las formaciones, la caballeria cargaba con arma blanca y la infanteria avanzaba compacta, desalojando del campo al enemigo. Si la situacién lo permitia, la caballeria realizaba la persecucién. Ahora bien, si Fede- tico utilizaba la linea delgada de tiradores, Napoleon preferia la accion de choque de la columna. En casos extremos, alcanz6 la decision de la batalla mediante un Gnico y arrollador empleo de una columna com- 189 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA pacta. Tal fue el caso de la batalla de Wagram (1809), donde cargé con una falange de tres divisiones para romper el centro austriaco, Un elemento importante incorporado por Napoleén fue el orden abierto. También incorporé, gracias a las ensefanzas extraidas de las guetras americanas del siglo xvul, los tiradores irreguilares. Estos ope- raban por delante de las formaciones regulares, batiendo a discrecién las lineas enemigas. LOS GRANADEROS. Estos combatientes, creados por Luis XTV hacia 1675, tenian por mi- sidn, desalojar de las trincheras a los soldados enemigos. Su arma- mento principal era la granada de mano, y ante la necesidad de dis- poner de las manos libres portaban el fusil cruzado a la espalda, a la granadera, Por lo peligroso de su misién estaban mejor pagados que el resto de la infanterfa y adquirieron la consideracién de soldados de élite. Su uso se generaliz6 a principios del siglo xvi. Con Ia ampliacion de los ejércitos y de los espacios, las unidades de reconocimiento se hicieron imprescindibles. La caballeria, actuando en descubierta, proporcionaba informacién y seguridad. Desplegada a vanguardia, formaba una pantalla de cobertura que resultaba vital para el jefe del ejército. La informacién en campania, aprovechada de forma inmediata, permitia al jefe militar lanzar al combate las unida- des, normalmente los cuerpos de ejército o divisiones, tan pronto estu- vieran disponibles. La caballeria estaba equipada de forma distinta, a tenor de su ac- tuacion prevista para el combate. Los coraceros y lanceros debian car- gar contra la infanteria o contra sus iguales; los dragones actuaban como infanteria montada y Jos htisares como caballeria ligera. La utilizacion del fusil con bayoneta para equipar a toda la infante- ria privé a ésta de la especializacién de la que goz6 en épocas anterio- res (piqueros, mosqueteros). Sin embargo, la infanteria prusiana en- cuadré unidades de granaderos que constituian auténticos bastiones para el enemigo. La victoria prusiana de Mollwitz (1741) es reconocida por el éxito de estas tropas. En esta guerra de movimientos quedan por mencionar aquellos que lo facilitaron, los ingerieros. Desplazada su actividad come maestros de fortificaciones y zapadores de asedio, la preparacién de caminos y puentes cobré entonces toda su importancia. 190 POCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON, Armamento Las variaciones de armamento durante el final del siglo xviii y parte del x1x no fueron significativas El ejército prusiano utilizaba un fusil que necesitaba diecinueve operaciones para el disparo. Asi, la instruccién para que el fusilero fue- se un tirador rapido y la unidad una auténtica «baterfa andante» resu!- taba crucial. En este sentido, el volumen de fuego era prioritario sobre la punteria, y la disciplina en su empleo, dirigida por los oficiales, era estricta, Se calcula que eran necesarios seis aitos para formar aun buen fusilero. El ejército francés disponia del modelo 1777, con un alcance efecti- vo contra las formaciones enemigas no superior a doscientos metros. CALIBRES La denominacién de calibres, para los cafiones, se hacia indicando las libras de peso de la bala, Para obuses, morteros y pedreros se utiliza- ba el diametro ‘de la -boca en pulgadas. La ordenanza espafiola de 1783, copia del modelo francés de Gri- beauval (1780), establecfa cafiones de 24 y 16 libras para artillerfa de plaza y sitio y de 12, 8 y 4. (largo y corto) para campazfia. La artilleria de montana utilizaba un 4 especial. La invencion de la bayoneta de codo permitia realizar el disparo con la bayoneta calada; esto es, insertada en la bocacha del fusil, como pro- longaci6n del mismo. El ejército prusiano utilizé diversidad de calibres y ensayé con va- rios obuses sobre materiales de artilleria, pero su principal contribu- cién estuvo ene! uso de artilleria tirada por caballos, que le proporcio- 16 una gran movilidad de fuego. La artillerfa francesa adopts las reformas de los generales La Va- lire (1730) y Gribeauval (1780), con la reglamentacién de curefias y la normalizacién en caiiones de 4, 8 y 12 libras. La cadencia de disparo se aproximé a uno por minuto y el aleance eficaz se situd entre los 400 y jos 600 m. 191 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Logistica E] sistema logistico de Federico estaba basado en la tradicional depen- dencia de los almacenes y depésitos La revolucién agricola, iniciada a mediados del siglo xvi, liberé a los ejércitos de aquellos puntos fijos y permitié que Tas unidades mili- tares se desplazaran con una mayor libertad de movimientos, favore- ciendo la sorpresa de la maniobra. Los rios y los depésitos fortificados dejaron de ser puntos obligados de paso, y todo el teatro de operacio- nes era susceptible de ser utilizado. De nada servia, con las nuevas condiciones, mantener plazas forti- ficadas y proteger sus almacenes cuando en los campos adyacentes se podia abastecer a las tropas tomando del terreno lo que se necesitara. En consecuencia, las zonas mas fértiles serian fas preferidas para sostener los cada vez mas numerosos ¢jércitos, y los valles del Po y del Danubio se convertirtan en los teatros principales de las operaciones de los ejércitos europeos. Cuando las circunstancias del pais no ha- bian permitido atin la revolucién agricola, como en la peninsula [béri- ca y en Rusia, las condiciones de vida de los ejércitos de operaciones sc hicieron muy penosas, agravadas por los efectos devastadores de las guerrillas Por este sistema, la prioridad cambié de la defensa de depasitos fi- jos a la proteccién de las lineas de comunicaciones. Grandes capitanes Las dos figuras estelares, Napoleon y Federico IT el Grande, ensombre- cen al resto de los conductores militares de la época. Sin embargo, al otro lado del Atlantico surge, a su vez, una figura politico-militar de ex- traordinario interés: George Washington. Federico Il el Grande (1712-1786) Inicialmente fue un joven desinteresado de fa vida militar y las obliga- ciones regias. De profunda formacién intelectual, amigo de Voltaire y admirador de la cultura francesa, su vida dio un giro con su ascenso al poder en 1740. Angustiado por la necesidad de salvar su reino de ace- cho de los tres paises mas poderosos de Buropa, libré guerras conti- nuadas que marcaron un estilo de conduceién militar: el afaque ininte- rrumpido. Identificado el ejército prusiano como el alma de Prusia, obligado a inerementar constantemente su tamafio, pasando de los. se vio 192 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON 80.000 soldados al inicio de su reinado a los 150000 durante la guerra de los Siete Anos, habiendo doblado el ntimero de sus escuadrones de caballeria y su artilleria. Dotado de un gran sentido practico, fue capaz de modificar su idea estratégica cn la mencionada guerra, desde una ofensiva inicial a una defensa activa causando un fuerte desgaste al enemigo hasta la defen- sa estratégica rehuyendo la batalla. Era consciente del caracter limita- do de la guerra y de su inutilidad mucho mas alla del trazado de sus fronteras. LAS VIRTUDES PRUSIANAS Federico II el Grande es Ja encarnacién de las virtudes prusianas que perdurarén en el ejército y en la sociedad alemanes hasta nuestros dias. El espfritu de servicio, la sobriedad, el sentido del deber y la disci- plina forman las cuatro virtudes cardinales que adornan el espiritu aleman, que crear un estilo militar que sera imitado en gran parte de Jas academias militares europeas. Como escritor militar nos ha legado sus Principios generales de la guerra (1746), recogido como apéndice en su Testamento politico (1752). En el Testamento militar (1768) vuelca todas sus experiencias militares. Completan su obra los Elementos de castrametacion y El arte de la guerra, escritos en la década de Jos setenta. Federico, 0 «el triunfo de la voluntad y de la acci6n», ha sido fuen- te de inspiracién y de estudio de todas los militares ilustres posteriores, desde Napoleén hasta Ludendorft. Los rivales austriacos de mayor rango de Federico fueron Carlos de Lorena y el conde de Daun. El primero de ellos, hermano del empera- dor, nunca libré una batalla victoriosa contra Federico. El segundo fue un personaje mas interesante, dotado, en grado sumo, de todas las vir- tudes y defectos del jefe militar del siglo xvi George Washington (1732-1799) Washington nace el 22 de febrero de 1732 en Westmoreland (EE. UU.). En su juventud trabaja como agrimensor en las tierras del rio Potomac. En 1753 inicia sus hechos de armas, tomando parte en las operaciones de Ohio frente a los franceses. En 1755 ingresa en la plana mayor del general britanico Braddock. E! 8 de julio una fuerza de 1450 briténicos 193 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA al mando de este general parte a la conquista del fuerte francés de Du- quesne, en el rio Ohio. En una de las emboscadas mas conocidas de la historia militar, una fuerza francesa de 900 hombres hostiga desde la espesura la cerrada formacién mientras vadea el rio Monongahela. Los britanicos pierden el 70% de sus efectivos y 60 de sus 86 oficiales. Braddock muere y Washington debe organizar la retirada. Este hecho militar mareara su forma de actuar futura. El 10 de mayo de 1775, en el II Congreso continental de Filadelfia, Washington es nombrado jefe del ejército. Derrotado inicialmente en Long Island (agosto de 1776), se sobrepone a la desmoralizacion gene- ral y vence a los britanicos en las acciones de Trenton y Princeton. Wash- ington es el verdadero director de las operaciones, enviando érdenes y correspondencia a sus jefes militares. Advierte del cardcter decisivo de la entrada de Francia en Ja guerra, aun sabiendo las suspicacias pro- pias que un mando combinado provocara en la direccién de las opera- ciones. En 1788 ¢s elegido primer presidente de EE. UU. El 4 de marzo de 1796 entrega el poder a Adams, pero dos anos mas tarde todavia asume el mando del ejército. Muere el 14 de diciembre de 1799. Washington no puede ser considerado como un militar extraordi- nario, pero su contribucién a la independencia de EE. UU. y la diree- cién politica de un pais con enormes potencialidades le conceden un lugar destacado entre los grandes jefes militares. Leopoldo José, conde de Daun (1705-1765) El conde de Daun nacié en Viena. De familia aristocratica, acometi muy pronto sus primeros hechos de armas. En 1718 combatié en Ita- ha contra Espaiia y en 1734 emprendis las campaiias de Italia y del Rin. En la guerra de Sucesién de Austria (1740-1748) estuvo presente en las batallas de Hohenfriedberg y Soor. Fue nombrado mariscal en 1745, fracasando en los dos aftos siguientes en las operaciones de Pai- ses Bajos. Durante la guerra de los Siete Atos vencié a Federico UM cl Grande en las batallas de Kollin (1757) y Hochkirch (1758), utilizando con ha- bilidad la maniobra, cligiendo posiciones favorables y forzando el error del impetuoso rey prusiano. Dilatorio, extremadamente prodente, fa- vorable a mantener destacamentos, conservador, tendente a sostenerse en las posiciones asegurando su apoyo logistico, carente de iniciativa y espiritu ofensivo, «lo cubria todo para guardarlo todo», Confiaba, en definitiva, en el éxito por la maniobra, adquiriendo una posicién ven- tajosa que expulsase al enemigo de la suya. 194 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. EL EJERCITO DE OBSERVACION Es ésta una modalidad de maniobra caracteristica del. siglo xvin. Consiste en situar en el teatro de operaciones un ejércite con finali- dad disuasoria. Es una forma de apoyar a una potencia aliada. Ini- cialmente el ejército no combate; impide al potencial enemigo.avan-. zar y ocupar posiciones -y, si la situacién politica se deteriora, interviene ofensivamente. . Sin embargo, su prudencia se torné en incompetencia cuando, te- niendo una posicién muy favorable en agosto de 1760, triplicando en efectivos a los de Federico y con posibilidad de converger sobre él des- de tres posiciones distintas, negé el auxilio al general Laudon, que fue derrotado por Federico en Ptalfendort (14 de agosto), causdndole 10000 bajas. Ante su indecisién, Maria Teresa de Austria le recrimind: «Un mando superior que no hace nada porque esto es menos perjudi- cial que una batalla perdida se quita a si mismo toda autoridad.» Mas tragica, empero, resulté la derrota de Torgau (3 de noviembre de ese mismo afio), cuando siendo fa victoria austriaca divulgada y el mismo Daun herido y evacuado del combate, cl desconcierto de la noche, in- comprensiblemente, cambié la suerte de la batalla. En 1765, el que fuera llamado el Fabio Cunctator austriaco murié en Viena Napoleén Bonaparte (1769-1821) LAS SIETE COALICIONES NAPOLEON libré sus campafias contra Austria, Prusia, Gran Bretafiia y Rusia, coaligadas frente al emperador: Primera Coalicién (1793-1797) Napoleén lucha contra sardos y austriacos en el norte de Italia, Victo- rias en Montenotte, Mondovi, Arcole, Rivoli y Mantua. Segunda Coalicién (1799-1802) Victoria en Marengo sobre los austriacos. Tercera Coalicién (1805) Sin posibilidad de invadir Gran Bretafia, debido a la pérdida de la flo- taen Trafalgar, Napoleén se rebate contra los austriacos y los derrota en Ja campafia de Ulm y Austerlitz. 195 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Cuarta Coalicién (1806-1807) Napole6n aplasta a prusianos (Jena) y rusos (Friedland). Quinta Coalicién (1809) Cae Viena después de Wagram. Sexta Coalicién (1813-1814) Prusia, Austria, Rusia y Suecia cercan al emperador en Leipzig. Séptima Coalicién (1815) Continuacién de la anterior. Waterloo. Napoleén nace en Ajaccio (Carcega) un 15 de agosto. Hijo de un politi- co corso, realiza sus estudios militares en Brienne y Paris. En 1786 es promovido a oficial de artilleria y gana el ascenso a brigadier en el sitio de Toulon (1793). Su participacién es decisiva en ta represién de la in- surreccién monarquica de 1795, lo que le vale el sobrenombre de «ge- nera] vendimiario». En 1796 realiza la campafia italiana con éxitos notables. En 1798 embarca rumbo a Egipto burlando la escuadra bri- tanica, para regresar a Paris al afio siguiente y ser clegido primer con- sul. De 1800 a 1813, que es derrotado en Leipzig, mantiene constantes guerras contra las principales potencias europeas coaligadas, que silo logran vencerlo cuando han aprendido sus procedimientos, lo imitan y actian resuehamente de forma simnultanea y coordinada. En 1814, Napoleén abdica y es confinado a la isla de Elba. Regresa a Paris, en el periodo conocido como «gobierno de los cien dias», pero es derrotado definitivamente por la Séptima Coalicién en la batalla de Waterloo (18 de junio de 1815). E15 de mayo de 1821 muere en la isla de Santa Elena. Napoledn es el conductor militar por excelencia y su influencia es notoria atin hoy en dia. La disposicion de los cuerpos de ejército sobre un teatro de operaciones y el disefio de la maniobra para unas veces des- equilibrar y otras aniquilar al enemigo, sorprendiéndolo, constituyen Jos modelos actuales del arte de la guerra. No es por la superior concepcién de las operaciones a lo que Napo- leén debe sus principales éxitos, sino a un aspecto sicolégico. Los ge- nerales enemigos debieron rehuir el enfrentamiento directo con el em- perador francés, «y sdlo buscar la victoria en el aplastamiento del ntimero» (Leipzig, 1813). Se decia que «cuando Jos generales austria- cos estaban en el medio y las tropas de Napoleon alrededor dc ellos, es- taban rodeados, y cuando era Napole6n quien estaba en el medio y los austriacos alrededor de él, decian que estaban envueltos» 196 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON, Napoleén, que no dejé escrito sino una abundante correspondencia y varias mdximas, resumfa el arte de la guerra en «un arte simple en el que todo consiste en la ejecucién», ya que una vez iniciada la accién improvisaba, tomaba las decisiones segtin la informacién que adqui- riese del enemigo y lo que la intuicién le sugiriera de sus intenciones. Una actitud mental superior y un despliegue flexible de sus unidades le permitian plasmar con éxito sus decisiones, aplicando el esfuerzo so- bre el centro de gravedad de! enemigo. Nadie como Clausewitz supo in- terpretar a Napoledén. Los rivales de Napole6n, el britnico Wellington, el austriaco archi- duque Carlos, el prusiano Blacher y el ruso Kutuzoy, revalorizan la fi- gura del emperador. Todos tienen una idea distinta sobre el factor esen- cial del éxito: el tactico, Ja mau en retirada respectivamente. bra, el impulso ofensivo y el desgaste Archiduque Carlos. Nacio en Florencia en 1771. Hermano del empe- rador austriaco Francisco I, fue designado ministro de la Guerra en 1803. Vencid a Napoledn en la batalla de Aspern-Essling (1809), pero fue derrotado después en Wagram. Murié en 1847. El archiduque Carlos desarroll6 las facetas de conductor militar, or- ganizador y teorico. Fue un ficl discipulo de la escuela austriaca, basada en la estrategia de desgaste y de maniobra, amparada en ta utilizacién de puntos fuertes y en la proteccién de las comunicaciones. En su cono- cido libro Principios de estrategia (1813) explica el caracter cientifico de la estrategia tendente a descubrir y explotar esos puntos fuertes del tea- incidir en la superioridad de la estrategia sobre Ja tactica, expone: «Todas las disposiciones que se tomen sin tener en cuenla consideraciones estratégicas seran aparentes y, quizd, fatales.» Arthur Colley Wellesley, duque de Wellington. Nacio en Dublin en 1769. Se educé en la Escuela Militar de Angers, en Francia. Su vida mi- litar tuvo tres periodos bien definidos: su experiencia colonial de nue- ve afios en la India; su mando militar en Ja guerra peninsular y, final- mente, la campafia de los Cien Dias y su ultimo acto, Waterloo. Lord Wellington ha pasado a ser el modelo de lord britanico, frio, calculador, inalterable. Su estilo militar, forjado en el modelo colonial, hacia pre- valecer la seguridad de sus tropas y de las comunicaciones, el valor de la defensiva, el orden y la disciplina de la formacion, la primacia de la tactica, la posicién bien protegida y la regulacién del fuego. El enfrentamiento con Napoleon en Waterloo (1815), simbolizado en la defensa de las tropas formadas en cuadro frente a la embestida en columna de la Vieja Guardia del emperador, tiene un caracter mitico en la historia militar. 197 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Murié en el condado de Kent en 1852 con el titulo de feldmariscal (mariseal de campo) de tres naciones (Gran Bretana, Austria y Prusia). Gebhard Leberecht Bliicher, principe Bliicher von Wahistatt. Na- cis en Rostock en 1742. Por su impetu, su espiritu ofensivo y la rapide de sus acciones se gan6 ef apodo de general Adelante, Combatié contra Napoleén en Jena (1806), cayendo prisionero durante la persecucion Posteriormente se enfrentaron en Leipzig (1813) y en la campaiia de 1814. Su ataque de flanco en Plancenoit (batalla de Waterloo) pudo ser decisivo. Fallecié en 1819. Mijail Kutazov, principe de Smoliensk. Nacié en San Petersburgo en 1745 y murié en 1813. Se enfrenté a Napoleon en dos momentos trascendentales: en Austerlitz (1805) se opuso a la opinién generaliza- da de presentar batalla al emperador francés, pero unié su destino al del ejércite aliado. En la campafia de Rusia (1812) fue reclamado por el zar para hacerse cargo del ¢jército. Aconsejé una retirada estratégi- ca que propicié el éxito final de la campaiia. Tenaz, desconfiado, dis pulo de Suv6rov (1729-1800), formado en la guerra contra el turco, fue fiel partidario de la destruccién del ejército enemigo mediante una es- trategia de retirada previa y de acoso constante, seguida de una con- traofensiva decidida. f- Tratadistas militares Antoine Henri, baron de Jomini (1779-1869) El barén de Jomini nacié en el canton de Vaud (Suiza), y aunque su predileccién por la carrera de las armas se manifesté muy pronto, por diversas causas politicas no ingresé en los colegios militares. Seguidor del mariscal Ney, del que fue nombrado ayudante de campo, no le acompatié la fortuna. Relegado de cualquier protagonismo en el eiérci- to francés, codiciado por el zar, pasé definitivamente a las érdenes del mariscal Berthier, dentro del Estado Mayor de Napoleon en su campa- ha de Rusia (1812). Sus actuaciones como jefe de Estado Mayor de Ney en la batalla de Bautzen (1813) no fueron debidamente reconocidas, por lo que ofrecié sus servicios al zar, que lo nombré teniente general y ayudante de campo. Intervino en Leipzig (1813) con el ejército rus. Asistié al Congreso de Viena como consejero del zar, al que acom- pafié posteriormente en la campafa contra Turquia (1828). Cred la Academia Militar rusa y en 1837 se hizo cargo de la instruccién del gran duque heredero, para Jo cual redacté su Compentdio del arte de la guerra (1838). 198 EPOCA REVOLUCIONARIA*NAPOLEON Participé como consejero militar en la guerra de Crimea (1854). Murio en Paris en 1869. Admirador de las campatias de Federico y de Jas primeras campa- fas revolucionarias francesas, comenzo a redactar sobre 1803 un Tra- tado de las grandes operaciones. Napoleon, al conocer el contenido, que- dé asombrado de la claridad con que explicaba el sistema de guerra del que ¢l emperador era autor, y decidié ponerlo a su servicio. Su obra mas completa, cl Compendio citado, esta articulado en siete volme- nes, que van desde la politica de guerra, la politica militar y la estrategia, a la gran tdctica, las operaciones mixtas, la logistica y el empleo combi- nado de las tres armas. La distribucion y la finalidad del libro tienen un marcado caracter didactico, y recoge todas las ensefianzas del arte na- polesnico. Su trascendencia radica en que proporcionéd una nueva nomencla- tura estratégica, ligada a los teatros geograficos, creando un canevas estratégico de bases de operaciones, linea de operaciones, puntos y fren- tes estratégicos, lineas de comunicaciones y objetivos que, unido a su principio fundamental del arte de la guerra: escoger y coordinar la ma- niobra que conduzea al punto decisivo, han constituido el fundamento en las concepciones estratégicas del siglo x1x La aplicacién de unas maximas que sirvieran de guia al general en jefe y el caracter didactico de sus escritos, en plena efervescencia de las academias militares, han situado a Jomini como el pensador mas in- fluyente del siglo xix. Carl von Clausewitz (1780-1831) General prusiano nacido en Magdeburgo. Fue hecho prisionero en la batalla de Jena. En 1810, Scharnhorst le nombré profesor de la Escuc- la General Militar y le encomend6 la formacion del principe heredero Federico Guillermo ILL. Sirvié, posteriormente, en el ejército ruso y tomé parte en las batallas de Borodino y Waterloo. En 1818 fue nom- brado director de la Escuela General Militar de Berlin y empez0 a tra- bajar en su obra capital De la guerra. Muri de colera en 1831. De la guerra es, sin duda, una de las grandes obras del pensamiento militar. Terminada, pero no revisada, propicia interpretaciones distin- tas en los circulos de pensamiento militar. Compuesta de ocho libros, inicia su estudio sobre la naturaleza de la guerra, y lo continda con la teoria de la guerra, la estrategia en general, el combate, las fuerzas arma- das, la defensive y la ofensiva, para terminar con el plan de guerra. Sus aportaciones principales se encuadran en la concepcién pro- funda del fendmeno de la guerra, en sus rasgos filos6ficos y sicolégi- cos. «La guerra es un acto de fuerza para obligar al enemigo al cumpli- miento de nuestra voluntad (...) Es un acto politico... un verdadero 199 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA instrumento politico... la continuacién de la politica por otros medios.» La descripeién de conceptos como el azar, la incertidumbre, la friccién, la superioridad de medios en el combate, el centro de gravedad, la des- truccién del enemigo, la fortaleza de la defensiva estratégica, su dialéc- tica con la ofensiva, el punto limite de la victoria, la moral como ele- mento mas importante de la guerra, aparecen recogidos en su obra. De Ja guerra (1831) es un compendio inexcusable del arte militar, Su trascendencia figura en el campo politico y militar. La «trilogia de Ja guerra» —pueblo, ejército y gobierno— y su justa armonfa ante el acto bélico han sido recuperadas por Occidente en la actualidad. En suma, la comprension de la guerra en toda su complejidad se la debe- mos al ilustre pensador prusiano. Mariscal Marmont, duque de Ragusa (1774-1852) Oficial de carrera, obtuvo el despacho de segundo teniente de artilleria en 1790. Consiguié el bastén de mariscal en 1809. Marmont acompaiié al emperador francés en fa mayor parte de sus campafias y asi, cuando escribié Sobre el esptritu de las instituciones militares (1846), dedicé el libro a Varmeée, y aiiadié: «Este es el fruto de mis meditaciones... después de veinte campafias de guerra y mas de me- dio siglo de experiencia militar.» Su obra, que tuvo mucha difusién en Espaia, se divide: en una teo- ria general del arte militar, que recoge ideas muy proximas a las de Jo- mini sobre el disefio de la estrategia; una parte sobre la organizacion de las armas y servicios y sobre las diversas operaciones de guerra, diferen- ciando el estilo defensive inglés frente al ofensivo francés, y una tiltima parte sobre la filosofia de la guerra. El libro rezuma una admiracién profunda hacia Napoleén. Redactado de forma ordenada y muy didac: tica, diferencia las dos vertientes del arte de la guerra: la material, equi- valente a combinacion y catculo, y la moral, que hace del soldado fran- cés un elemento inigualable y especialmente apto para la ofensiva. La importancia de su obra esta en el testimonio de un soldado con una experiencia militar muy poco frecuente. Wilhelm von Willisen (1790-1879) Oficial prusiano que acompaiio a Blacher en su campatia de 1815. Pro- fesor de historia de la guerra en la Escuela Militar de Berlin, escribié con finalidad didactica su Teoria de la gran guerra (1839), continuada con estudios practicos de las campafias de su tiempo. Partidario del es- tudio cientifico del fendémeno de la guerra y de la creacién de una teo- ria sobre la misma, articulé su obra en una parte preliminar, unas ins- trucciones sobre el ataque y otras sobre la defensa. 200 EPOGA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON Por ser una obra pensada para la ensefianza tuvo una amplia difu- sién y fue muy apreciada en Espana. No debemos terminar este apartado sin citar a aquellos que se han movido entre la politica y la milicia, como Carnot o Sieyés, 0 entre ésta y la poesia, como el conde de Vigny, que escribio un libro leno de sen- sibilidad y amargura, Servidienbre y grandeza militares (1835); «La se- vidumbre militar es pesada ¢ inflexible como la mascara de hierro del recluso sin nombre, y asigna a todo hombre de guerra una fisonomia uniforme y Fria.» Tal era el sentimiento militar después de una época de grandes convulsiones. Batallas representativas De los tres grandes episodios militares mencionados en la introduc- cidn, esto es, la guerra de los Siete Aitos (1756-1763), la guerra de la In- dependencia norteamericana (1775-1783) y las guerras napoleénicas (1796-1815), vamos a extraer de cada uno de ellos una campafia o una batalla que a la vez sea representativa y que haya sido decisiva en el conjunto de la guerra La guerra de los Siete Afios constituye el ejemplo mas claro del mo- delo de guerra del siglo xvii, con toda su complejidad diplomatica y militar, Durante la guerra de Sucesién de Austria (1740-1748), Federi- co TT el Grande habia arrancado de los dominios de la emperatriz Ma- ria Teresa de Austria la provincia de Silesia (aprovechandose de la ene- mistad entre Francia y Austria) gracias a la batalla de Mollwitz (1741) y a la emboscada de Hohenfriedberg (1745). Sin embargo, la habilidad det principe Von Kaunitz-Rietberg, al que la emperatriz designé canei- Her, atrajo la amistad de Francia para formar una gran coalicién para destruir Prusia, debilitando, de paso, a su aliado britanico. Asi, en los acuerdos de Versalles, Francia, Sajonia, Austria, Rusia y Suecia forma- ron una formidable coalicién capaz de situar a 300000 soldados en la frontera prusiana. Prusia, por su parte, con el tratado de Westminster (16 de enero de 1756) se garantizaba el apoyo de Gran Bretafia y Han- nover. Prusia ponia en armas a 160000 hombres y Hannover a 48000. Pero la guerra tenia un segundo teatro, muy alejado, pero de gran interés para Francia y Gran Bretafia. Se trataba de América del Norte. Los franceses dominaban Canada, Luisiana y gran parte de Ohio. Su interés radicaba en dar continuidad a sus posesiones, estrangulando a los britanicos en su fachada atlantica. El principal interés militar se centro en la toma de Quebec (1759) por el general britanico Wolfe, en una admirable operacion anfibia. Federico IT el Grande comprendié de inmediato la gravedad de la si tuacién y Wramé separar a Francia de la coalicién, pero sin éxito. Asi, 201 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE 4A GUERRA pens6 que sdlo seria posible sobrevivir actuando rapido, conservando la iniciativa y batiendo a sus enemigos por separado. Se dirigié prime- ro contra Austria, capturando en Pirna al ejército sajén para garantizar su retaguardia. Vencié en Praga (6 de mayo de 1757) con grandes pér- didas, pero al tratar de batir a un segundo ejército aust mas al sureste, en Kollin (14 de junio de 1757), fue derrotado por el conde de Daun, La impetuosidad del avance y la falta de precaucion sometieron a su ejército a un fuego muy ordenado de los austriacos. En conse- cuencia, Federico tuvo que abandonar Praga y (raspasar las montafias de Cristal (Irontera norte de Bohemia); fuc el final de su {ase ofensiva. Federico tuvo que volver su atencion hacia un ejército austro-fran- cés (63000 hombres) al mando de Soubise que avanzaba hacia cl rio Elba. Federico le hizo frente con 22000 hombres y, fingiendo una reti- rada, hizo exponer el centro aliado a un alaque devastador. La victoria de Rossbach (5 de noviembre de 1757) es una obra maestra de pericia militar. Entretanto, los austriacos, en Bohemia, con las manos libres, pusieron sitio a Breslau, capital de Silesia. Federico acudié en una marcha forzada para batir a los austriacos (Carlos de Lorena), que le doblaban en ntimero, en sus proximidades, en Leuthen (5 de diciem- bre), en una de las batallas mas admirables de la historia militar. En el oeste, sus aliados de Hannover contenfan con apuros a los aliados en el rio Weser, y Federico tuvo que rebatirse contra rusos y austriacos en el Odra, Habia mantenido una defensa activa, paralizando a sus enemigos. “tat INCURSION DE Los CROATAS DE HADIK (octubre de 1757) »-Cuando la'suerte de. Federi¢o éra muy adversa, derrotado en Koilin y arienazado por los franceses, Carlos de Lorena envié una expedicién punitiva, al mando del teniente mariscal Andrés de Hadik, contra Berlin. Con habilidad extraordinaria penetré en Alemania con 2000 Jinetes, 1000 infantes, 2000 croatas y seis cafiones. “oyLlego a Berlin el 16 de octubre; atemoriz6, bombardeé la puerta de Koepenik y-entré en la ciudad con 700 croatas y 1000 jinetes, de- srotando a la guarnicién prusiana. Exigio 550000 taleros y se retir6, alcanzando las Ifneas austrfacas el 23 de octubre. ».. Federico exclamaria: Qué tiempos, qué afio, qué felices son los muertos! En 1758, 26 de agosto, vencid a los rusos en Zondorf, pero fue de- rrotado de nuevo por Daun en Hochkirch (14 de octubre), y al afto si- guiente, el 12 de agosto, sufri6 una estrepitosa derrota en Kunersdorf. 202 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON Su situacién seria angustiosa. Berlin era saqueado en octubre de 1760 y solo mediante algunas victorias menores y el mantenimiento de for- talezas clave logré estabilizar la situacion. Esta fue una fase de gran desgaste que conduciria a otra de defensa pasiva, evitando la batalla. EI 5 de enero de 1762 fallecié la zarina Isabel Petrovna. Pedro TIT, admirador de Federico, fue proclamado zar. Guiado por esa admira- cidn le devolvié todas las conquistas realizadas y le proveyé de un cuer- po de ejército, y aunque fue pronto encarcelado y muerto con el con- sentimiento de su mujer, la zarina Catalina TI la Grande, Rusia perdi todo el interés en la guerra. Este hecho fortuito precipité el final de la contienda. Leuthen (5 de diciembre de 1757) «Dios esta siempre con los batallones mas fuertes» La batalla de Leuthen ha pasado a los anales de la historia militar por la utilizacion, por parte de Federico I] el Grande, del orden oblicuo. EF) dispositivo general de la batalla nos recuerda mucho a las de Leuctra y Mantinea, ganada por Epaminondas en el siglo wa. J.C Federico habia marchado hacia Silesia para socorrer Breslau del asedio austriaco. Sin embargo, para su pesar, la plaza habfa sido toma- da después de sangrientos asaltos, el 28 de noviembre. Silesia era el verdadero motivo de toda la guerra. Maria Teresa de Austria podia asumir la pérdida de plazas en alia o en los Paises Ba- jos austriacos, pero nunca Silesia, esa rica provincia en el coraz6n de Alemania. De ahi que todas las acciones militares tuvieran como obje- tivo basico recuperar esta provincia, y Federico lo sabia. Por eso, los dos Gltimos afios de la guerra se atrincher6 alli. Asi, juzg6 que su recu- peracidn, o mas bien impedir su ocupacion, era vital y por esa razon, al frente de su ejército y con 33000 hombres, busco la destruccién del ejercito austriaco. Carlos de Lorena, cufiado de la emperatriz y que se habia mostrado muy inferior a Federico en la guerra de Sucesion de Austria, advirtien- do su Ilegada, adopté un dispositivo lineal para su ejército (65 000 hom- bres} centrado en la aldea de Leuthen. Federico se aproximé en colum- na de marcha y al llegar a la aldea de Borna, en las proximidades de la linea austriaca que sc extendia durante unos acho kilémetros, lanzé la vanguardia para realizar una finta de ataque. Con el grueso se des- plaz6 en paralelo, en orden de marcha, al resguardo de unas lomas, y aparecié en el flanco izquierdo de Carlos de Lorena en linea de ataque: Carlos, que habia desplazado sus reservas a su derecha esperando alli el ataque, descubrid, con sorpresa, el ardid. Rectifico a duras penas la linea, defendiendo Leuthen y haciendo frente a la «bateria andante» de Federico. Pero Jas unidades fueron batidas, se amontonaron, no pudie- 203 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA = =a Sioa moe woxncsvfne FL. GRANDE ™~., é CARLOS 36000 ~ i DE LORENA S 70000 j anf uutuen SO Y LOBELINTZ 204 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. ron presentar una linea de fuego ordenada. Una tiltima carga pretendié romper el orden prusiano, pero fue rechazada a su vez por la caballeria prusiana, Carlos de Lorena se retiv con su ejército y fue perseguido hasta el puente de Lisa, donde Federico, en un solo dia, hizo 12000 pri- sioneros. Los austriacos sumaron 10000 bajas mas y los prusianos algo mas de 6000. Federico qued6 dueno de Breslau Guerra de la Independencia norteamericana La guerra de la Independencia norteamericana fue consccuencia de los deseos de emancipacidn de los colonos de origen britanico establecidos en las denominadas Trece Colonias. Habian servido a Gran Bretana nu- triendo las milicias en la guerra de los Siete Aftos y a raiz del terrible desgaste, la corona inglesa tralé de recuperar sus arcas mediante one- rosos impuestos (vidrio, papel, té) sobre sus colonias; tal era la meca- nica del sistema mercantilista. Sin embargo, gran parte de los nortea- mericanos se rebelaron; eran Jos «patriotas». No pagaron los impuestos y prohibieron las importaciones britanicas (1774). Ante la actitud hos- til de los rebeldes se produjo la represién britanica en Lexington (18 de abril de 1775) y cl primer choque armado con las milicias norteameri- canas. El enfrentamiento se desplazé a Boston, donde se iniciarfa pro- piamente la guerra a guerra iba a ser larga y con alternativas. Simplificando, se pue- de decir que tuvo tres fases: En una primera, entre 1775 y 1777, las acciones militares se desa- rrollaran en la zona septentrional, la mas poblada, segim la linea fluvial Nueva York, Albany, Montreal, Quebec. Se trataba de involucrar a los indios y a los canadienses en las filas britanicas, dominar Nueva York y lograr la conjuncion de los ejércitus reales en Albany para destruir el ¢jército principal americano. Esta fase se cierra con el fracaso britani- co en Saratoga (1777), lo que impide su propésito y anima a Francia a tomar parte por los rebeldes (a los que posteriormente se uniran Espa- na y Holanda). La segunda fase consiste en el intento britanico de controlar el sur del pais, encuadrar «leales» americanos y, posteriormente, batir en el norte a las milicias rebeldes. Desarrollada entre 1778 y 1781, los brita- nicos actian con éxito en Charleston (el general americano Lincoln se rinde con $500 hombres el 12 de mayo de 1780) y Savannah y también en el interior del territorio, alli sin ventajas decisivas. La tercera fase, la decisiva, acaecida en 1781, suponce la entrada fir- me en escena de los franceses, tanto con fuerzas terrestres como nava- les. El almirante francés De Grasse obtiene la superioridad naval en la batalla de Chesapeake (setiembre de 1781), dominando la entrada que 208 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA da acceso a Yorktown, donde se encuentra acantonado el ejército bri- tanico del sur. La operacion de sitio se inicia al mando de Washington con 20000 hombres, frente a los 10000 de Cornwallis, el general brita- nico. El ejército britdnico del norte, al mando de Clinton y con efecti- vos similares, abandona Nueva York con idea de socorrer a Cornwallis, pero éste se rinde el 19 de octubre, provocando el colapso britanico. El 3 de setiembre de (781, por el tratado de Versalles, es reconocida la Re- ptiblica Federal de EE. UU Sin duda, las dos batallas decisivas resultaron ser Saratoga (1777) y Yorktown (1781), aunque la guerra tavo momentos sicoldgicos que pudieron ser también decisivos. Tal fue cl caso de los primeros desen- laces de Ja guerra, cuando el propio Washington, nombrado jefe del ejército continental, fue batido el 23 de agosto de 1776 por el general Howe en Long Island, teniendo que replegarse mas all del rio Dela- ware, contando con que la mitad de su fuerza, de unos 10000 hom- bres, estaban heridos. Con un vigor excepcional, sin recuperar a sus hombres, con un intenso frio, sorprendié a los britanicos en sus cuar- teles de invierno derrotandolos en Trenton (25 de diciembre) y Prince- ton (1 de enero de 1777) Estos éxitos hicieron recobrar la moral de los americanos, que en general desarrollaron una estrategia defensiva, de desgaste, contrarres- tando las iniciativas britanicas, valiéndose de un modo de operar bas do en fuerzas ligeras y el maximo aprovechamiento del Fuego de fusi- leria y contiando, finalmente, en la ayuda francesa para terminar la guerra. Es notable la utilizacion de contingentes curopeos encuadrados en ambos ejércitos. Los britanicos disponian de regimientos alemanes en sus filas y los americanos contaron con las fuerzas francesas al man- do de Rochambeau, la flota de De Grasse y Barras y las fuerzas irre- gulares de La Fayette. En suma, la guerra implicé contingentes reducidos. Los britanicos contaban inicialmente con 10000 hombres y nunca sobrepasaron los 25000. Muchas batallas se libraron sdlo con 2000 0 3000 hombres por ambas partes. La guerra fue un compendio de arte militar europeo: marcha en colurmnas, utilizacion de la tactica lineal y del fuego, cargas de caballeria, cadenas logisticas, técnicas de asedio (en Yorktown se ex- cavaron dos lineas de trincheras para el asedio), uso amplio de la ma- niobra; combinado con los procedimientos de «operaciones menore: (combate irregular): uso de las emboscadas y el orden abierto (tirado- res sin sitio en formacién, aprovechando los arboles y la maleza), infil- tracién y golpes de mano. EPOGA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON, Saratoga (7 de octubre de 1777) La batalla de ‘atoga, también conocida como la de los Altos de Be- mis 0 las dos acciones en Freeman's Farm, obedecis a la intencion bri- tinica de unir las fuerzas procedentes de Quebec (ejército de Canada) con las de Nueva York en Albany, cortando en dos el area principal de los rebeldes y poder disponer asi de un ejército numereso y potente para batir las fuerzas principales de Washington. Este plan, de prospe- rar, proporcionaria una victoria decisiva y una guerra corta. El ejército de Canada, al mando de Burgoyne, era una fuerza bien pertrechada y entrenada, una fuerza regular preparada que se enfren- taba a una empresa dificil: salvar trescientos kilémetros por terreno fluvial y leno de enemigos. El ejército de Burgoyne, como refiere Fuller, estaba compuesto por siete regimientos britanicos y cinco alemanes que totalizaban 6740 hom- bres (3016 alemanes), mas 357 artilleros, 157 reclutas, 148 canadien- ses, 500 indios y los oficiales. Total, 8200 hombres. Llevaban 38 piczas de campatia, 2 de 24 libras y 4 morteros. El dia 1 de julio de 1777 iniciaron la marcha. Partiendo del rio San Lorenzo descendieron por el lago Champlain hasta alcanzar el fuerte SARATOGA (777) ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA de Ticonderoga (el Gibraltar de América). Este estaba en posesion de los americanos, al mando del coronel St. Clair, con 3500 hombres. El fuerte cayé al tomar Burgoyne los puntos clave (6 de julio). El ejército britanico continu su avance hacia el sur, pero en vez de aprovechar la ruta del lago George se adentré en el bosque desde la posicion alcanza- da. El 30 de julio llegé a Fort Edward, en la cabecera del rio Hudson Este retraso en la marcha favorecié la concentracién de milicianos en Albany. Entretanto, el general Howe no parecia entender el plan y se movia hacia Filadelfia, y Clinton dudaba de remontar el Hudson para encontrarse con Burgoyne. Este se detenia para asegurar su cadena de suministros y obtener en la zona los recursos necesarios. Precisamente en una de esas operaciones de requisa el oficial aleman Baum fue batido a mediados de agosto por Stark en Bennington. De igual manera, el co- ronel Leger, con 2000 hombres y que operaba desde Oswego, en el lago Ontario, fue obstaculizado y no consiguié ni distraer fuerzas america- nas ni unirse a Burgoyne Con esta situacion se reinicié la marcha hacia el sur para destruir el ejército que en Albany estaba concentrando el general Gates. Este, ini- cialmente con 10000 hombres, adopté una estrategia defensiva y forti c6un campo en los Altos de Bemis. Al aproximarse, Burgoyne distribuy6 sus fuerzas en tres columnas (19 de setiembre). Gates lanz6 sus fuerzas ligeras para tomar contacto; y asi fue. Se sostuvo una encarnizada lucha en la que el general Arnold embistié con fuerza el centro britanico (la granja Freeman), produciéndole graves pérdidas (sciscientos hombres). La situacién de conjunto aun era peor. Ticonderoga habia sido to- mada por el general Lincoln, neutralizando los suministros britanicos, y Clinton demoraba su marcha hacia Albany en espera de recibir re- fuerzos. Burgoyne no encontré otra opcidn que intentar forzar el paso de nuevo, ya que una retirada, sin duda costosa, liberaria el ejército de Gates de cualquier presion. Ya sélo disponia de unos 5000 hombres, y Gates se habia reforzado hasta alcanzar los 16000. Intenté desbordar el flanco izquierdo del campo fortificado, pero su movimiento fue ad- vertido y detenido y, posteriormente, el mismo Arnold los rechazé y empujé de nuevo hacia la granja Freeman. El combate fue igualmente sangriento, sus posiciones y reductos caian y Burgoyne no vio otra po- sibilidad que intentar retirarse. Cuatro dias después sus fuerzas fueron acorraladas y pacté la rendicién. El resultado de la batalla fue decisivo, ya que los americanos libe- raron un frente de operaciones y ganaron un prestigio que Hegé a las embajadas europeas y decidi6 la ayuda francesa. En definitiva, supuso un golpe de timon muy favorable a los intereses independentistas Las campafias de Napoleén, junto con las dos guerras mundiales, son los acontecimientos bélicos mas y mejor estudiados en la historia 208 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. militar. De 1796 a 1815, Napoleon, «et pequefio corso», como a veces era llamado el emperador, se mantuvo en una actitud de lucha cons- tante. La posibilidad de extender la revolucién y su idea de una «Buro- pa de los pueblos» le enfrentaron a la totalidad de las monarquias eu- ropeas. En esta situacién, Napoleon solo podia sostenerse sobre la base de triunfos militares. El lo sabia y se quejaba amargamente de que, mientras las monarquias dilapidaban ejércitos completos con la segu- ridad de su reposicién, a él no le seria tolerada una sola derrota por parte de los franceses. Las campafias de Napoleon Todas sus campafas son admirables y dignas de estudio. La primera de ellas en Malia (1796-1797), al frente de un pequefio ejército desmotiva- do y desatendido, te trajo los triunfos de Lodi, Mantua, Arcole, Casti- glione y Rivoli sobre austriacos y sardos, Paso a Egipto con un ejército de 54000 hombres, con la intencién de interrumpir el comercio brita~ nico con la India, venciendo en la célebre batalla de las Piramides (1798). Luché contra los turcos en esa misma campafia, librando et si- tio de San Juan de Acre y la incierta batalla del monte Tabor. Regresd a Francia y como primer consul derroté de nuevo a los austriacos en el norte de Halia en la batalla de Marengo (1800), logrando el mismo re- sultado e idénticos efectos, la expulsion de los austriacos det rico valle del Po, que lograra en 1796 con cinco batallas. En 1805 se forma la Tercera Coalicion con la intencién de reducira Francia a sus antiguas fronteras. Napolcén planea la invasion de Gran Bretafa y al no prosperar su plan se rebate contra austriacos y rusos, venciéndolos en Ulm y Austerlitz. Esta campaiia, desarrollada a lo lar- go det Danubio, es un claro ejemplo de la genialidad de Napoleon Apostado en la margen izquierda del Rin, de Estrasburgo a Maguncia, con siete cuerpos de ejército, 200000 hombres, describe en once dias un giro de noventa grados situando Ia masa de su ejército en Donau- worth y Augsburgo, sobre el Danubio, encerrando el ejército austriaco de Mack en Ulm. Mack se rinde con 60000 hombres el 20 de octubre, sin recibir los refuerzos rusos de Kutizov. Napoleén progresa hasta Viena y sitta sus tropas al norte, en Austerlitz, donde derrota al ejérci- to austro-ruso en una de las mas célebres batallas de la histovia militar (2 de diciembre de 1805). Austerlitz es el ejemplo de batalla de des- truccion, que rompe el centro enemigo y destroza todo su dispositivo. En 1806, Napoleon luchara contra prusianos y rusos, venciende a los primeros y capturando todo su ejército en Jena (octubre de 1806) y a los segundos en las sangrientas batallas de Eylau y Friedland (1807). Jena esta considerada como el primer ejemplo moderno de «guerra re- lampago». 209 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Napoleén, después de Bailén, restablecerd ta situacién en Espafia en 1808, para volver alarmado frente a los austriacos en 1809. Alli, de nue- vo cerca de Viena, es derrotado por el archiduque Carlos en Aspern (21 de mayo) y restaura la situacién de inmediato en Wagram (5 de junio). Ante el fracaso del «sistema continental» ideado por Napoleén, el entendimiento franco-ruso para aislar a Gran Bretafia, el emperador (desde diciembre de 1804) emprende la magna expedicién contra Mos- cu en 1812. Retine un ejército multinacional de medio milion de hom- bres, diez veces mas que sus primeros ejércitos, y marcha con la con- fianza de derrotar al ejército ruso en las cercanias del rio Nieman y de provocar la firma de un acuerdo favorable con el zar Alejandro I. Pero no es asi; el ejército ruso se retira, quema todo a sus espaldas y defien- de Moscti en Borodin6. Derrotado pero no descompuesto, se retira del campo de batalla y el zar abandona y quema Moseti, donde un tempra- no invierno sorprende a Napoleon. En situacion dramatica, éste se re- tira, siendo constantemente hostigado. Regresa a Paris después de seis meses de campafia con sdlo 40000 hombres y habiendo perdido ¢l apo- yo de la coalicion. Su ejército es aplastado en Leipzig (1813). Durante 1814, libra una tenaz resistencia, operando en suelo francés por lineas interiores y manteniendo a raya a sus rivales. Pero es obligado a abdicar y enviado a la isla de Elba. En 1815 vuelve a Paris. Cinco ejércitos y 800000 hombres se movi- lizan para derrotarlo. Alli estan Wellington con el contingente anglo- holandés, Blacher y los alemanes, Schwarzenberg con los austriacos, Frimont con los austro-italianos y Barclay con los rusos. Napoleén confia en que una victoria rapida sobre Wellington y Blacher, los pri- meros ejércitos que estan preparados, hara desistir a los demas de su intencion de marchar sobre Francia. Es la campaita de los Cien Dias Napoleon es vencido definitivamente en Waterloo (18 de junio de 1815) y confinado a la isla de Santa Elena, donde llegé a decir; «Quiza debi morir en Waterloo.» Con esta panoplia de batallas es dificil de satisfacer la curiosidad de un lector, ya que de cada una de ellas se extraen ensefanzas muy dife- rentes. Marengo, Austerlitz, Jena y Waterloo forman el ramillete prefe- rido por la mayorta de los autores. Por su significacién y por el papel que jugé el azar se analiza la primera de ellas Marengo (14 de junio de 1800). Con ocasion de la batalla de Ma- rengo, Napoledn actué por primera vez como general en jefe y maximo responsable del gobierno. En ese momento, Austria, fiel a su sistema de mantener nucleos de ejércitos en potenciales teatros de operaciones, tenia situados uno en Alemania y otro en Italia, éste a las Grdenes de Melas (1729-1806). Francia, para hacerle frente, disponia del ejército 210 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON de Moreau en el Rin y las fuerzas de Masséna en Génova y de Suchet Niza. Tat vez por evitar las suspicacias de Moreau, Napoleén decidié llevar ta aceién por Italia. Napoleén utiliz6 su ingenio para hacer creer que el ejercito principal estaba siendo reunido en Dijon, cuando en realidad operaba para si- tuarse en Suiza. Desde esta posicion, ideé distribuir sus fuerzas en un sistema que nos recuerda los preceptos de Bourcet de la guerra de mon- tafias. Ocupé los pasos de San Gotardo, Simplon, el Gran y Pequeno San Bernardo, el acceso a Turin y el de Tendo. En total disponia de 51000 hombres. Melas, mientras tanto y confiado en la distancia de Na- poledn (supuestamente en Dijon), se dirigié contra Masséna (en Géno- va) y también a cerrar el paso a Suchet en la Liguria. La sorpresa de Melas fue enorme cuando fue informado de que Na- poleén habfa cruzado el 15 de mayo los pasos de montafia y que el fuer- te de Bard, que cierra el paso del San Bernardo, habia sido superado el 19. Debido a la cercania de Turin, pens6 que ése seria su objetivo, por lo que procedié a replegarse sobre esta ciudad. Sin embargo, Napoleon viré hacia Milan y entré alli el 2 de junio, cruzé el Po por Piacenza y Pa- via, alcanzando el desfiladero de Stradella, donde esperaba ser atacado. Al ver que no era asi, siguié remontando el valle del Po en busca del ene- migo. En el interin, el 4 de junio, Genova habia sido rendida. Napoledn, ante la falta de noticias y pensando que el enemigo podia retirarse hacia esta tiltima ciudad, destacé la division de Desaix para cortarle el paso. en LOS MARISCALES DE NAPOLEON. Augereau (1757-1816). Bernadotte (1763-1844). Berthier (1753-1815). Bessiéres (1768-1813). Brune (1763-1815). Davout (1770-1823). Gouvion-Saint-Cyr (1764-1830). Grouchy (1766-1847). Jourdan (1762-1833). Kellermann (1735-1820). Lannes (1769-1809) Lefebvre (1755-1820). Macdonald (1765-1840). Marmont (1774-1852). Masséna (1758-1817). Moncey (1754-1842). Mortier (1768-1835). 2u1 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Murat (1767-1815). Ney (1769-1815), Qudinot (1767-1847). Pérignon (1754-1818). Poniatowski (1763-1813). Sérurier (1742-1819). Soult (1769-1851). Suchet (1770-1826) Victor (1764-1841). De la fuerza inicial, Napoleén ya sélo contaba con 23000 hombres cuando las vanguardias de los dos ejércitos toparon en las proximida- des de Alejandria el 14 de junio. Melas disponia de unos 34000 hom- bres. E] combate se generalizs y las dos unidades francesas, al mando de Lannes y Victor, no soportaron la acometida austriaca y cedieron paulatinamente. Sin embargo, cuando la derrota francesa era ya Cierta, cuando el mismo Melas se habia retirado del campo de batalla, al oir los cafiones retorné Desaix con sus 6000 hombres para, junto a una carga afortunada de Ja caballeria de Kellermann, restablecer la situa- cion y vencer. El mismo Desaix murié en el combate y Napoleon excla- m4: «Yo te hubiera hecho principe!» La suerte de la batalla, que costé 14000 hombres a Melas y la mitad de esa cifra a Napoleén, decidio el destino del norte de Italia, que paso a manos francesas. En el conjunto de la campajfia sobresale la manio- bra hacia la retaguardia de Napoleén y la intervencidn a su favor del azar. También resulta destacable la muerte en batalla de un niimero proporcionalmente alto de generales y oficiales, que denota la impor- tancia del valor y el arrojo, el liderazgo y la fe en la victoria. En las campafias desarrolladas por Napoleén tuvieron particular incidencia la creacion de los Estados Mayores y las expectativas de as- censo entre los oficiales. La creacién de los Estados Mayores Los Estados Mayores, oficiales encargados del asesoramiento al gene- ral en jefe y de la transmisién de sus érdenes, surgieron para hacer po- sible la planificacién y la conduccién de ejércitos numerosos. El modelo frances giraba en torno a la figura del emperador. Dispo- nia de una maison, en la que estaban los ayudantes y sus enlaces y los responsables de la inteligencia y la topografia, y de un Estado Mayor a las ordenes de Berthier (1753-1815), que transcribian directamente las instrucciones de Napoleon. Era, en suma, un cuartel general imperso- nal y carente de iniciativa. 212 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. Napoleén concibié dos esquemas para la victoria: ruptura y envolvimiento, Marengo es el modelo ideal de la segunda maniobra. $i Metas esperaba una amenaza frontal, Napoleén con- siguid sorprenderlo actuando sobre su retaguardia. 213 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA E! modelo prusiano, creado por Scharnhorst y Gneisenau, consti- tuia una verdadera red de asesoramiento y toma de decisiones solapa- da a la cadena de mando aristocratica, con amplia capacidad de inte- rrelacion. Formado por un cuerpo muy especializado, se mostraria como el modelo mas eficiente. El ejército como sistema de integracién y movilidad social Solia decir Napoleon que todo soldado Hevaba en su mochila el bastén de mariscal, y era cierto. El modelo de ejército nacional promovia a los mas destacados y, segiin la preferencia de Napoleon, a los mas braves. De los veintiséis mariscales de Napole6n, doce procedian de la cla- se de tropa: Bernadotte, Masséna, Ney («el mas bravo entre los bra- vos»), Augereau, Bessittes, Lefebvre, Macdonald, Moncey, Oudinot, Soult, Suchet, Victor, Brune, Gouvion-Saint-Cyr, Jourdan y Sévurier El mismo ejército prusiano rompié su tradicién clasista y en 1809, a propuesta de Scharnhorst, se permitio el acceso a la oficialidad a cualquier prusiano, formando verdaderos oficiales profesionales. De igual manera, se impuso el servicio militar obligatorio («cada ciudada- no nacié para ser defensor del propio Estado»), atenuando la separa- cion entre pueblo y ejército. Espajia entre los siglos xvii y xIx Durante este periodo, Espafia tuvo una participacién limitada en las gue- rras curopeas y en la independencia de Estados Unidos. Sin embargo, su contribucidn al cambio de signo en las guerras napolednicas fue crucial El hecho decisivo que marcé la politica exterior fue el pacto de fa- milia con Francia firmado por Carlos IIT en 1761 y que nes comprome- teria en diversas campaiias. En 1779, Espana participa en la guerra de la Independencia nortea- mericana, operando en la desembocadura del Mississippi y contra los establecimientos britanicos de Honduras y Nicaragua, Después de 1a guerra fronteriza con Francia en 1793, finalizada por la paz de Basilea de 1795, se renueva la alianza por el tratado de San II- defonso (1796). Entre mayo y setiembre de 1801 se desarrolla la campasia de Godoy contra Portugal, conocida como guerra de las Naranjas. La guerra en Espatia... Esa desdichada guerra me perdi¢... Las Cases (Memorias de Napoleén) 214 EPOCA REYOLUCIONARIA-NAPOLEON, De 1808 a 1814 se vaa librar la guerra de la Independencia espaiio- la. Incapaces de detener al futuro rey José Len Medina de Rioseco (julio de 1808), la guerra sufrié flujos y reflujos hasta que la accién combina- da de britanicos, portugueses y espafioles, bajo el mando del general Wellington, logré expulsar a los franceses del territorio peninsular. Con la victoria de Bailén (julio de 1808), Espana consiguié una po- sici6n muy favorable haciendo retroceder al invasor mas alla del rio Ebro. En ese momento se disponia de cuatro ejércitos peninsulares, a los mandos de Blake, Castaios, Palafox y Vives, totalizando 130000 hombres y 140 cafiones. Pero la entrada de Napoleén en Espaiia, al mando de ocho cuerpos de ejército con 250000 hombres, destrozé el dispositive espaiiol y aprovechando su posicién central los batié en Burgos, Espinosa de los Monteros y Tudela (noviembre de 1808). For- zado cl paso de Somosierra (30 de noviembre), cntré en Madrid y res- tablecio la situacién. La campaiia de Viena de 1809 reclamo la presencia del emperador y en noviembre de ese mismo ano se hizo el ultimo estuerzo del re- constituido ejército regular espanol por recuperar Madrid. Derrotados en Alba de Tormes y Ocaiia, se esfum6 la posibilidad de arrojar al inva- sor con el solo esfuerzo nacional. A partir de entonces, se subordiné la estrategia de la guerra a la concepcién del general Wellington. Debido a la pérdida de Andalucia por las anteriores acciones, We- llington se vio precisado a combatir en dos ejes: sobre Badajoz, contra el ejército de Andalucia de Soult, y sobre Salamanca, para buscar la dia- gona! Ciudad Rodrigo-Valladolid-Burgos-Vitoria-Bayona, amenazando la linea francesa Bayona-Madrid, que a la larga iba a resultar decisiva. La estrategia de la resistencia espafola responde a tres Lipos de ac- ciones armadas: las operaciones de los ejércitos regulares, las acciones de la guerrilla y ta defensa de las ciudades o sitios. Asi, surgen dos tipos de lideres: los populares y los militares. Entre los primeros tenemos a los defensores, como Agustina de Aragon, y a los guertilieros, como el Cura Merino, Porlier, Espoz y Mina y tantes otros. Entre los segundos, defensores y conductores militares, a los gene- rales José de Palafox (1776-1847), defensor de Zaragoza, Alvarez de Castro (1749-1810), de Gerona, Francisco Javier Castafhios (1756-1852), vencedor en Bailén, y Joaquin Blake (1759-1827), infatigable conduc- tor y creador del Estado Mayor en 1810. Entre Jos pensadores militares espafioles destacamos a Evaristo San Miguel (1785-1862), militar liberal que estuvo prisionero en Fran- cia tras la caida de Santander. Fue capitan general de Arag6n y min tro de la Guerra en 1842. Escribio Elementos del arte de la guerra en 1826, durante su exilio en Londres. Se trata de un libro basicamente de organizacién militar. Aboga por un ejército reducido, al estilo britani- 215 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA CASTANOS Y PALAFOX La vida de estos dos generales discurre de forma paralela. Francisco Javier Castarios, duque de Bailén, nace en Madrid en 1756. Toma parte en las campafias, hacia finales de siglo, de Menor- ca, Gibraltar (1782) y Africa (1791), siendo ascendido a coronel. En 1802 asciende a general y es nombrado comandante del campo de Gi- braltar. En mayo de 1808 levanta una divisién, poniéndose a disposi- cién de la Junta de Sevilla, que fo nombra capitén general. El 19 de ju- lio derrota al general francés Dupont en Bailén y entra en Madrid un mes mas tarde. El ejército de Napoleén entra en Espafia y lo derrota en Tudela (20 de noviembre de 1809). En 1811 se hace cargo del ejér- cito de Extremadura y une sus destinos a Wellington, venciendo en La Albuera, Arapiles (1812) y Vitoria (1813). En 1814 es nombrado capi- tan general de Catalufia, ocupando el Rosellén en la campafia de los Cien Dias (1815). Se muestra absolutista y partidario de la reina Isabel. Muere en 1852 en Madrid. José Rebolledo de Palafox, duque de Zaragoza, nace en Zaragoza en 1776. En 1808 es nombrado capitan general de Aragén y dirige la defensa de los sitios de Zaragoza. Se muestra ambiguo respecto a liberales y absolutistas. Muere-en Madrid en 1847. co, que pasarfa a ser una «fuerza colecticia», mas numerosa, después de la movilizacion. Incide en la supremacia de la autoridad politica so- bre la militar y en la inevitabilidad de la guerra (dla guerra es un azo- te... desgraciadamente indispensable»). Debido a su situacién de politico influyente, tuvo una gran repercu- sion. Creé la Escuela Especial de Estado Mayor (1842) y el Colegio Ge- neral de las Armas, en Toledo. Muy influenciados por e] pensamiento de Jomini, algunos autores disertaron sobre el cardcter cientffico de la estrategia. Tal fue el caso del brigadier Juan Sénchez Cisneros en sus Principios elementales de la estrategia (1817) y de Juan de Barbaza con sus Conocimientos militares del arte de la guerra (1828). Batallas representativas Sobre un panorama tan variado es dificil escoger una batalla represen- tativa del periodo napolesnico. Asi, tenemos en Bailén un triunfo afor- tunado, resultado de una dgil maniobra. En Medina de Rioseco la ex- presion de ta incompetencia militar. En La Albuera, una victoria al 216 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON estilo Wellington, lo mismo que en Arapiles, rompiendo el centro con una penetracién de oportunidad. En el monte Elvifia (La Corufia), una maniobra ejemplar de proteccién de un embarque. En Cadiz, la defen- sa inexpugnable. En Zaragoza y Gerona, la lucha pertinaz. En el nivel militar resulta muy ilustrativa la derrota espafiola en Medina de Rioseco (batalla de Moclin, 14 de julio de 1808). De haber triunfado, la coronacién de José | se habria abortado, y hubiesen en- trado en la guerra nucvas circunstancias. En el nivel de ejecucién, es un ejemplo palpable de cémo dos ejércitos espanoles sobre el mismo campo de batalla son batidos por separado ante la ineptitud de coordi nar sus esfuerzos situandolos bajo un nico mando. En efecto, el ejér- cito de Castilla al mando del general Garcia de la Cuesta, y el ejército de Galicia, al mando de Joaquin Blake, se despliegan sobre fuertes po- MEDINA DE RIOSECO, 14JULIO- 1808 FUERZAS COMBATIENTES { Cuesta —. -» 12370 soldados y § cafiones ‘ Blake —-» 9435 soldados y 15 cafiones Bessigres > 14428 soldados y 32 cafiones, MEDINA DI RIOSECO QU @ oS ca BESSIERES [ VILLANUEVA DE SAN MANCIO. 217 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA siciones al este de Medina de Rioseco, pero son batidos por el mariscal Bessiéres. Batalla de Bailén BAILEN 19-22 JULIO 1808 . NN O Moe ae guersilleros Depetaperoe Vedel teme el corte y abandona Bailen LA CAROUNA ® Dupont se repiiega ante el ) teor de qi coradss—/ . @ Reading ocupa BAILEN ANDUJAR cont ea VILLANI DELA REINA & Presiona Castafios neaos Se inicia fa batalla con un combate de encuentro entre la vanguardia de Dupont ¥ el campamento espafol. Los espafiales, apoyados en Bailén, soportan todas las acometidas francesas. Superioridad en artileria espafiola. Muchisimo calor, Atenazado Dupont entre Reading y Castafios, y pese a la ayuda de Vedel, que desciende desde La Carolina, se firma la eapitulacsén, LOCC = Linen de comunicaciones, La guerrilia Se identifica la guerrilla con una forma de combate basada en una in- ferioridad inicial de medios frente a un enemigo organizado, invasor, que ocupa Jus puestos clave de fa administracion y del territorio. Sin embargo, la imposibilidad de hacer sentir la accién gubernativa, en- tendida como opresora, sobre la totalidad del territorio es lo que per- 218 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON mite a pequefios grupos rudimentariamente armados y organizados al- rededor de un lider natural (parroco, alcalde, militar...) vivir, moverse y combatir al intruso. El conocimiento del terreno, cl apoyo de la pobla- cién y la desmoralizacion del ejército invasor son los requisitos de la victoria final. Las tacticas guerrilleras, esto es, las emboscadas, los hostigamien- tos, los ataques nocturnos con un fuerte componente de sorpresa, ya fueron utilizadas en la Peninsula durante la dominacién romana. Son bien conocidas las acciones de Indibil y Mandonio (relatadas en la Epoca Antigua), Viriato y otros cauditlos guerrilleros. No obstante en este momento aparece con toda su {uerza cn el espacio peninsular un levantamiento generalizado de la poblacién, donde resulta muy dificil discernir la condicion de combatiente del que no lo es. Asi, la accion combinada de guerrilla y ejército regular permitiva inmovilizar en la peninsula Ibérica un contingente de unos 350000 soldados al servicio de Napoleén, aliviando, con ello, el resto de los frentes europeos. Finalmente, la permanencia de un movimiento guerrillero en Espa- fia provocara un dobie resultado. Por un lado, originara el mito del es- pafiol indomable, valeroso e irreductible. En épocas posteriores, esa memoria historica influira en la percepcién y valoracién de riesgos de nuestros potenciales invasores. En el otro extremo, el espiritu guervi- llero va a constituir una continua amenaza sobre la estabilidad social. Como describe Pérez Galdés: «La guerra de la Independencia fue la gran academia del desorden... la gran escucla del caudillajc.» También, en opinion del general Bamis, «privé al ejército espaiiol de un verdade- ro espiritu militar». La biografia de gran parte de los lideres guerrilleros es buena mues- tra de estas contradicciones. E] Empecinado, Espoz y Mina, Porlier, se iniciaron como héroes y murieron como villanos. Juan Diaz Portier (1788-1815) es un buen ejemplo. Nacido en Car- tagena de Indias, en ultramar como muchos bravos militares espano- les, tome parte en la batalla de Trafalgar sirviendo como guardiamari- na. Durante la guerra de la Independencia combatio con su guerrilla en la zona norte. Obtuvo resonantes éxitos, como ta toma de Aguilar de Campoo, Leén y Oviedo. Encuadrado en cl ejército regular, contribuyd a las victorias aliadas de San Marcial y Vitoria. Finalizada la guerra, en- cabezo una revuelta contra el gobierno absolutista, pero fracasé y mu- rié en la horca. La emancipacién hispanoamericana La idea de la emancipacién o independencia hispanoamericana fue el fruto del pensamiento revolucionario de finales del sigho xvi. La inde- 219 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA pendencia de las colonias norteamericanas y la energia desatada en la Revolucién francesa prendieron con fuerza en las élites criollas. Asi, sobre 1810, y en plena ocupacién napoleénica de Espana, empezaron a proliferar juntas en Hispanoamérica con expectantes preocupaciones politicas y ansias de libertad La emancipaci6n tuvo inicialmente un caracter clandestino, limita- do a focos revolucionarios que serian sofocados. Sin embargo, pronto derivaria hacia verdaderos enfrentamientos armadbos. La América espanola habia sido remozada administrativamente du- rante el siglo xvii, y de los originales virreinatos de Nueva Espana (Mé- xico) y Nueva Castilla (Pert), se habian creado dos nuevos de este ulti- mo: los virreinatos de Nueva Granada y Rio de la Plata, ademas de constituir las capitanias generales de Guatemala, Cuba (con Florida), Venezuela y Chile. El conjunto estaba servido por unos 25 000 soldados regulares y 130000 milicianos del pais. La misién de estas fuerzas esta~ ba pensada, sin duda, para hacer frente a la amenaza tradicional, esto es, a las acciones de hostigamieno de britanicos, franceses o de piratas. Cuando ef levantamiento se generalizé y se formaron ejércitos re- gulares (realistas e insurgentes), Espaiia se vio forzada a enviar ejérci- tos expedicionarios para controlar la situacion. El principal problema desde el punto de vista militar para sofocar la rebelién radicaba en lo generalizado de la misma, las enormes exten- siones del territorio y la légica limitacion de los efectivos. Un problema afiadido resulto ser la fidelidad de las tropas, sdlo con victorias y Ja pe- ricia en el mando de los generales espanoles era posible aglutinar los esfuerzos de los milicianos. Un ejemplo claro lo tenemos en la decisiva batalla de Ayacucho (1824), donde los realistas sélo disponian de qui- nientos soldados espanoles (5% del total de las fuerzas); la victoria era lo unico que podia mantener unido a ese ejército. En cierto sentido, esta necesidad de victorias constantes se asemeja mucho at modelo de participacién britinica en la independencia de los norteamericanos, Las operaciones militares mas interesantes y decisivas de la eman- cipacion se desarrollaran en América del Sur. México, donde prendié primero la rebelién de la mano de los curas Hidalgo y Morelos, sobre 1808, registré las primeras operaciones militares, libradas con éxito por el general Calleja en Puente de Calderon (1811), Posteriormente, ya en 1817, Mina el Mozo, sobrino del famoso guerritlero Espoz y Mina, se fortifica en El Sombrero, cerca de Potosi, que es tomado al asalto por el general Linan. En esta sangrienta accién se distinguis el Regi- miento de linea nam. 12 de Zaragoza. México sélo caera, arrastrando a la independencia a toda Centroamérica, en 1821, cuando el coronel crio- Ilo realista Murbide rechace la batalla contra el separatista Guerrero {abrazo de Acatempan, febrero de 1821) y precipite la independencia 220 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON LOS LIBERTADORES Los héroes de la emancipacién americana pertenecen a una genera- cién comin nacida en el tiltimo cuarto del siglo xvii. Algunos se for- man y combaten en Espafia contra los franceses. Tal es el caso de José de San Martin (1778-1850), que se educé en el Seminario de Nobles de Madrid (1789) y luch6 a las 6rdenes del general Castafios en Bailén y La Albuera. Pas6 a Londres y en 1812 regresé a Buenos Aires, don: de funds la logia Lautaro con fines independentistas y organiz6é en Mendoza un ejército de 5400 hombres y dace cafiones con el que ven- cerfa en Chile. En Guayaquil (1822) se entrevisté con Bolivar pero no recibié los refuerzos esperados, retirandose a Europa y muriendo en Boulogne-sur-Mer (Paris). Simén Bolivar (1783-1830) es proclamado libertador en Caracas (1813) y ser el rival del general espafiol Morillo entre 1815 y 1818. Seré ef vencedor en Carabobo (1821) y llevaré la independencia a Perd. Su vida posterior en la politica es extremadamente complicada, llena de ingratitudes.y traiciones. Los tres protagonistas inmediatos son Antonio José de Sucre (1795-1830), vencedor en Ayacucho (1824), Manuel Belgrario (1770- 1820), que combatié en el Alto Pert sin conseguir dominarlo y Ber- nardo O'Higgins (1778-1842), que combatié en Chacabuco.y.Cancha Rayada y que fue decisivo en Maipu. Es, como decimos, en el sur donde se van a llevar a cabo las grandes maniobras, las penosas marchas y contramarchas y las batallas que en- frentaron a ejércitos similares y a generales capaces. Los principales escenarios estratégicos estaran situados en Venezuela, el Alto Pert (ac- tual Bolivia), Chile central y Pert (Lima-Cuzco), y esto es asf porque los puertos principales del comercio espafiol en el Atlantico estaban ubi- cados en ese mar de las Antillas (Cartagena, Maracaibo, Cumani...) y porque Simén Bolivar era natural de alli; el Alto Pert era el nudo de co- municaciones que controlaba los accesos a Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires; Santiago de Chile-Mendoza-Buenos Aires era la ruta transversal mas importante de la América austral y Lima-Cuzco era el nervio, la cabecera del virreinato, Con los fundamentos hasta aqui expuestos se puede decir que la emancipacién se hizo efectiva mediante tres batallas decisivas: Maipa (1818), precedida de Chacabuco (1817), que dio la independencia a Chile; Carabobo (1821), que otorga la independencia a Venezuela y Co- lombia, y Ayacucho (1824), precedida de Junin (1823), que la da a Pera y, en definitiva, a toda Sudamérica. Sin embargo, no es correcto dedu- 221 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA cir que Ja accién de los espafioles 0 realistas fue una sucesién de derro- tas; mas bien la guerra fue muy equilibrada en cuanto a éxitos y fraca- sos, pero otros factores ajenos a lo militar resultaron decisivos. Las acciones referidas en los escenarios citados fueron, en efecto, muy equilibradas y, en conjunto, mas lavorables a las armas realistas. En Venezuela, la expedicion del general Morillo (1815) restablecié una situacion muy comprometida. Se ocupé la isla Margarita, Caracas, Cartagena y Santa Fe de Bogota; se persiguié al insurgente hasta su santuario én cl rio Apure (afluente del Orinoco) y se lo derroté en La Puerta (al sur de Caracas) en 1818. Pero las bajas no se repusieron y se comprometié la expedicién de apoyo prevista para 1820 (la de Riego) en el alzamiento constitucional en Andalucia. EL EJERCITO:EXPEDICIONARIO DEL GENERAL MORILLO Bste ejército, compuesto de 291 jefes y oficiales y 10006 soldados, en- cuadrado en un regimiento de artillerfa, otro de zapadores, los drago- nes de la Unién y los htisares de Fernando VII como tropas de caba- leria y cinco regimientos de infanterfa, partis de CAdiz el 17 de febrero de 1815 rumbo a Venezuela (inicialmente hacia La Plata), for- mando un convoy de 18 barcos de guerra y 42 transportes. El ejército, bien pertrechado, arribé a Carupano el 6 de abril, ini- ciando un conjunto de brillantes operaciones, sobresaliendo la toma de Cartagena (5 de diciembre). El ejército expedicionario constituia el principal refuerzo para los realistas en América. La abortada expedicién de 1820 del coronel Riego precipité la de- rrota final. En el Alto Pert la situacion sera favorable a los realistas. El general Goyeneche vencera en Huaqui (junto al lago Titicaca) a Castelli, que habia proclamado Ja independencia de Pert en 1811, y a pesar de los reveses de Tucuman (1812) y Salta (1813), el general De la Pezuela (sus: tituto de Goyeneche) restablece la situacién con las victorias de Vilea- pugio (1813), Ayohuma (1813) y Viluma (1815). No obstante, la des- gracia en este escenario vino de la mano del general Olafieta, que cuestiona la autoridad del virrey y se rebela con 4000 hombres, ini- ciando una fratricida guerra civil de consecuencias fatales para los realistas. En Chile, José de San Martin ha organizado un ejército en Mendo- za y pasa los Andes, cayendo por sorpresa sobre los realistas y vencién- dolos en Chacabuco (1817). Pese al revés de Cancha Rayada, logra la 222 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON. victoria decisiva de Maipd (5 de abril de 1818). San Martin organiza una escuadra y se presenta en Lima (9 de julio de 1821), siendo procla- mado protector de Pera. Es en Pert: donde se libran Jas ultimas y decisivas acciones. San Martin se entrevista con Bolivar en Guayaquil (26 de julie de 1822) y le cede a éste el protagonismo de Ja lucha final. Sucre ha Jiberado Ecua- dor gracias a la batalla de Pichincha (1822), y los dos esfuerzos: Sucre- Bolivar y San Martin-O'Higgins convergen sobre el Pacifico. El virrey La Serna busca, al estilo napolednico y porque ya no confia en la llega- da de refuerzos, la batalla decisiva. Llama a su ejército del sur, que esta situado en el Alto Pert al mando de Valdés, frente a Olafieta, y tras la derrota de Junin lo une a los restos de su ejército del norte, mandado por Canterac. La batalla se libra en Ayacucho y la derrota supone el fi- nal de la soberania espafiola en Hispanoamérica (1824). EMANCIPACION HISPANOAMERICANA Cartagena VENEZUELA (te2i) Enerevista de Guayaquil Ne AYACUCHO (1804) ALTO PERU Ponta vain { sAtucunay/ 8t3 euacasuco dats ap (aia, cHne Rio de ta Plata ARGENTINA — = > Ruta de San Martin + Ruta de Bolivar NA 223 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA LA BATALLA DE AYACUCHO (9 de diciembre de 1824) La batalla de Ayacucho supone el episodio final de la presencia mili- tar espafiola en América. En el campo de Ayacucho («el rincén de los muertos») se encon- traron el general Sucre como jefe de los insurgentes y el virrey La Ser- na como jefe de los realistas. Sus contingentes eran similares, ron- dando los 7000 hombres operativos para cada uno de los ejércitos (destacan la presencia de un contingente britanico y del general Mi- ler al frente de la caballeria insurgente), aunque la ventaja artillera caia del bando realista, que disponfa de once cafiones por uno del enernigo: La batalla se planted formalmente en una Ianura, con una posi- cidn elevada a retaguardia del ejército de La Serna, Ambos ejércitos desplegaron tres divisiones en linea con una reserva de caballeria. La accion inicial de la derecha espafiola (Valdés) fue brillante, pero la iz- quierda y el centro no pudieron contener el ala derecha enemiga, a pesar del desesperado refuerzo de la reserva. La derrota fue total, con 1400 muertos, 700 heridos, unos 3000 prisioneros y un gran naimero de desertores. Los insurgentes contaron con 1000 bajas. E] acta de capitulacion estipulaba la entrega de todas las plazas y el desarme del ejército espafiol en Peni. No obstante, las conclusiones militares més destacables giran en torno a to que fuera del campo de lo militar resulté decisive. Un primer factor fue la suspensién del apoyo del ejército expedicionario del coro- nel Riego, Un ejército de 10000 hombres podria haber dado superiori- dad decisiva a los realistas, aunque, probablemente y a largo plazo, el triunfo final les hubiera sido negado, El segundo factor, también de imn- plicacién directa en esa capitulacién, fue la traicién del general Olafie- ta, la cual anulé la operatividad del ejército del sur. Son muy Ilamativos también otros factores en el nivel puramente militar. Asi, los contingentes fueron muy similares o ligeramente me- nores a aquellos que se desplegaron en la independencia de EE. UU, La facilidad para una vez derrotados rehacerse y plantear de nucvo la ba- talla, pensemos en Cancha Rayada (19 de marzo de 1818) y Maipt (5 de abril) o la acci6n victoriosa realista de Corpahuaico (3 de diciembre de 1824) y su contrapunto en Ayacucho (9 de diciembre), nos induce a pensar que muchas veces los ejércitos se desorganizaban en las prime- ras embestidas y se retiraban por angostos caminos a una nueva zona de reunién, considerando que la capacidad de persecucion, con altos 224 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPOLEON indices de desercion, era muy limitada. Otro aspecto destacable es la falta de informacion en campaiia: ef brigadier Tristan es sorprendido en Salta (1813) por Belgrano, o San Martin también sorprende a Ma- roto en Chacabuco (1817). Hustres militares, protagonistas de las gue- rras carlistas, hacen en América sus armas, como el mencionado Ma- roto o el coronel Espartero. La tactica empleada combina elementos propios de las guerras europeas, por ejemplo, la formacién en cuadro para la infanteria (el batallon «Valencey» gané fama en su retirada de Carabobo [1821] hacia Puerto Cabello en formacion de cuadro y so- portando todas las cargas de la caballeria enemiga) o la propia carga con arma blanca, y otros propios de la guerra de montajia y de guerri- llas (emboscadas, ataques nocturnos). Finalmente, se debe mencionar que la poblacion present un desin- terés generalizado hacia la contienda y fingia sus preferencias a tenor de los triuntos militares. La guerra naval La funcidn esencial de la superioridad naval consisifa en garantizar la libertad de los mares, esto es, facilitar el comercio y ejercer el control sobre e] movimiento maritimo. La pugna por esta supremacia involu- cr, principalmente, a Gran Bretaiia, Espaiia, Francia y Holanda. Asi, no debe sorprendernos que en el momento decisivo, Trafalgar, las tres ultimas naciones se coaligaran, bajo la direcci6n de Napoleén, contra la primera La tactica naval no ha variado sustancialmente desde finales del si- glo xvi, y esto es debido a que no ha habido una revolucién, todavia, en los materiales. Se puede hablar de cierto inmovilismo en el progreso naval durante este tiempo. Desde 1625, cuando se boté The Sovereign of the Seas considerado como el primer navio de linea, los barcos se construyen de madera, uti- lizan el viento como principal fuerza motriz, desplazan sobre 2.000 t y ordenan su artilleria en diferentes niveles o puentes. Cuando entran en combate procuran formar una linea y batir la escuadra contraria, que se alinea en paralelo Uno de los buques mas formidables de la época fue el Santisima Tr- nidad, «E| Escorial de los mares» como lo definié Gaidés. Botado en La Habana en 1769, desplazaba casi 4 000 t e iba armado con 140 canones Originariamente de tres puentes, se le afadié un cuarto como desafio tecnologico. El resultado no fue éptimo, ya que el puente inferior per- dié rendimiento. Participé en el segundo asedio de Gibraltar y en los combates de los cabos de Espartel (1782) y de San Vicente (1794). La nave fue apresada por los britanicos en Trafalgar, pero no sobrevivid a la tempestad posterior. 225 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Batalla de Trafalgar. La batalla de Trafalgar dirimi6 la rivalidad en los mares, mantenida durante dos siglos, y senté el pilar fundamental de la pax britannica. De igual modo, con caracter inmediato, frustré el in- tento de Napoleén de invadir Gran Bretania, estranguld el sistema conti- nental posterior y contribuyé, con el fracaso politico y econémico, a la caida del emperador. Trafalgar fue el Gltimo acto de una serie de operaciones navales que se iniciaron en la primavera de 1805. La intencién de Napoleén era conseguir la superioridad numérica sobre la flota britanica o, al menos, alejarla det canal, propiciando el paso del mismo en mas de 2000 naves menores de un imponente ejército concentrado en Bou- logne. En efecto, el dispositive naval aliado se extendia desde Toulon hasta Texel, en Holanda, y daba cobijo a 67 buques de linea. La escua- dra britanica vigilaba esos puertos, con una superioridad numérica muy leve. Villeneuve, el almirante en jefe aliado, zarpé de Toulon en abril y agrupé la flota en el Atlantico, atrayéndose a Nelson. Después de una serie de maniobras y contramaniobras durante el verano y ante el fra- caso operacional de conseguir separar al grueso de la flota britanica del canal (a la vez que se aceleraba una coalicién de las potencias eu- ropeas contra el emperador, conocida como Tercera Coalicion), Napo- leon decidio abandonar su proyectada invasion y, a finales de agosto, dirigié su esfuerzo sobre el Danubio. En consecuencia, dio 6rdenes a a flota de desplazarse a Cadiz, continuar hasta Napoles, reforzar a la tropas del general Gouvion-Saint-Cyr y hostigar a la flota enemiga en esa zona estratégica. El 21 de octubre, Nelson intercepta a Villeneuve en su intento de cruzar el estrecho. Dos formidables escuadras se enfrentan. Los aliados alinean 33 buques, sumando 2626 cafiones y 21580 hombres. Los bri- 1anicos disponen para este choque de 27 buques de linea, 2 148 cafione: y 16820 hombres. Sin embargo, la superioridad de las tripulaciones e: briténica, siendo capaces de duplicar la cadencia de fuego respecto a la de sus enemigos. La escuadra aliada sigue una doctrina clasica de fermacién en Ii- nea, describiendo en esta ocasion una media luna irregular de tres mi- Nas de longitud. Nelson, por otro lado, sigue una linea innovadora que cautiva a sus hombres: forma dos grupos de combate con los que pre- tende batir el centro y Ja retaguardia, para luego derrotar a una van- guardia que deberia virar en redondo para socorrer al grueso. El com- bate resulta terrible y la artilleria britanica tremendamente eficaz. El resultado es bastante Clarificador: los aliados han perdido veinte bu- ques, cuatro huyen hacia el estrecho y nueve buscan refugio en Cadiz. Los britdnicos no han perdido un solo buque como resultado directo del combate, aunque posteriormente, y tras una tempestad, se tendran que deshacer de cinco. Los aliados suman 14000 bajas. Los britnicos, 226 EPOCA REVOLUCIONARIA-NAPULEUN TRAFALGAR DUMANOIR, VILLENEUVE 88 COLLINGWOOD GRAVINA unas 1700. Los relatos de la época describen el horror del combate na- val: cubiertas ensangrentadas, mutilaciones y horribles lamentos. Nelson muere en cl combate al mando de su Victory, como los bra- vos marinos espaiioles Churruca, Gravina y Alcala Galiano. La clave de su éxito no dista de la del genial emperador: su capacidad para enten- der la situacion en su conjunto y su habilidad tactica. Es capaz de arriesgar y de lanzar sus fuerzas en dos columnas contra la linea ene- miga sufriendo sus descargas, porque sabe que la victoria se decidivé en las distancias cortas, Confia en sus subordinados, a los que una vez informados de sus ordenes les deja total iniciativa. Una forma de man- do que nos recordara a Moltke 227 Valoracion de la época revolucionaria Durante el tiempo transcurrido entre 1740 y 1825 asistimos a una re- volucién en el arte militar. Se pasa de los ejércitos profesionales a los ejércitos nacionales. Se recogen los frutos de una revolucién agricola y demografica y se esté a las puertas de otra tecnolégica y social. En el arte militar su impacto es evidente. Napoleén mueve sus ejercitos sin una limitacién excesiva por la abundante disposicion de alimentos. Precisamente en aquellos lugares donde esta revolucién no se ha pro- ducido, la peninsula Ibérica y Rusia, sus complicaciones seran enor- mes y decisivas. Por otro lado, la incipiente revolucion social le permi- tira disponer de un ejército nacional de ciucdadanos-patriotas por lo menos hasta 1809. La revolucion en el plano puramente militar es ex- traordinaria. Recogiendo las mejoras del siglo xvii es capaz de crear un concept innovador y actuar con ventaja sobre sus enemigos. Esta admitido que si Federico HI el Grande debe su éxito al campo tactico, Napoleon lo rinde al operacional. Sin embargo, asi como el primero acerté a ver un objetivo limitado y alcanzable, Napoledn se dirigié ha- cia un objetivo politicamente imposible. Ene] Ambito naval, Gran Bretafia confirm6 su supremacia y saldria del Congreso de Viena como primera potencia mundial od ~ _ chery Sui ‘Toma Ja carga del hombre blanco, envia lo mejor que engendres. Rupyarp KIPLinc 1830 1839 1845, 1848 1854 1855 1857 1861 1865 1865 1870 1878 1879 1882 1896 1898 1899 CRONOLOGIA Revolucién liberal en Paris, Comienza la conquista de Argelia Guerra del Opio en China Guerra EE, UU.-México Revolucion proletaria y nacionalista en gran:parte de: Europa Comienza la guerra de Crimea Guerra franco-austrfaca en Italia Insurreccién de Jos cipayos (India) Guerra civil norteamericana Fin de la guerra civil norteamericana. Guerra austro-prusiana Guerra franco-prusiana Guerra ruso-turca. Tratado de San Stefano. Guerra zula Rebelién en Sudan Guerra chino-japonesa . Guerra hispano-norteamericana. Aplastada la insurreccién en Sudan. Comienza la guerra:de los béers Durante el siglo x1x probablemente se vivid la transformaci6n mas ra- dical de la guerra desde el Neolitico. Sin embargo, esa transformacién no Heg6 a ser bien comprendida por la mayor parte de los responsables militares europeos y termindé por desembocar en una crisis del arte mi- litar tan profunda como Ja primera guerra mundial. Guerra de naciones y guerra industrial Podrian buscarse varias razones para esta incomprensién. Quiza la mds importante fue que, en realidad, se produjeron dos revoluciones 231 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA, dei arte militar en un corto espacio de tiempo. La primera de ellas, co- rrespondiente a las guerras de la Revolucion francesa y a las napole6 s ideas de nacién en armas y busqueda de la batalla de- cisiva, fue asimilada en gran parte, pero no asi ta segunda, la que se derivé de las sucesivas revoluciones industriales y de los enormes pro- Bresos técnicos en el armamento. Durante gran parte del siglo x1x, el modelo napolednico, sistemati- zado por Jomini y otros pensadores, fue el estudiado en las academias y colegios militares europeos y norteamericanos. Era facil deslumbrar- se con las hazafias estratégicas y tacticas del emperador, pero sin em- bargo se presté menos atencion a las razones de su fracaso final. Por ejemplo, sélo algunos paises como Prusia legaron a compren- der la tremenda ampliacién que estaba sufriendo el tama de los ejé citos y el escenario de las batallas, y la necesidad, por tanto, de un 6r- gano de control capaz de coordinar la accién de esos enormes medios. Tampoco se prest6 la debida atencion al enorme ntimero de bajas que se produjeron durante las ultimas batallas napolednicas (en Waterloo, 50000 bajas en un solo dia, un 25% de los combatientes), fundamen- talmente por el efecto del fuego concentrado de la artilleria. En las guerras napoleénicas, el armamento utilizado habia sido ba- mente el del siglo xvii, con ligeras mejoras. En el siglo x1x comen- zaran a emplearse una serie de nuevos inventos que aumentaran la ca- pacidad destructiva de las armas de una forma nunca antes conocida. Se comenzé con los fusiles rayados y de retrocarga y se acabé con las ametralladoras, fusiles de repeticion y artilleria de tiro rapido. Pero lo que en realidad estaba haciendo subir a la guerra de grado de intensidad era la introduccién de los procedimientos de fabricacion en serie y la mejora de las vias de comunicacién, especialmente con la introduccién del ferrocarril Ambas novedades permitian equipar ejér- citos enormes con las nuevas armas, transportarlos rapidamente, a mentarlos y mantener unas hostilidades de alta intensidad durante lar- go tiempo. Lograr la decisién en-una sola batalla era una meta cada ver mis dificil de lograr Los militares de la época no fueron siempre conscientes de Ja im- portancia que podian tener estos cambios técnicos. Esto fue en parte debido a que el siglo xix fue relativamente pacifico en cuanto a Europa se refiere. Aunque se produjeron importantes desérdenes populares de caracter revolucionario y nacionalista, y en algunas zonas como los Balcanes la conflictividad fue crénica, las guerras convencionales entre grandes potencias que pudieran servir de prueba para los nuevos ar- mamentos fueron escasas. Las que mas influencia ejercicron fueron las emprendidas por Prusia contra Austria en 1866 y contra Francia en 1870. Otras, como la guerra civil norteamericana, que posteriormente aparecerian como avisos de lo que estaba por venir, tuvieron en su épo- 232 EL SIGLL ALA, ca muy poca influencia por considerarse que los problemas sufridos se debian mas a la escasa preparacién de los combatientes que a las con- diciones objetivas. Sin embargo, hoy en dia este conflicio se considera como el mas premonitorio del tipo de guerra que se avecinaba. El siglo xix fue también el de fa gran expansion colonial. Azuzados por la necesidad de nuevas fuentes de materias primas, los pafses eu- ropeos se lanzaron a una disputada carrera por el dominio de grandes zonas de Africa y Asia y de las rutas comerciales que las conectaban con la metrépoli. El enfrentamiento con los pueblos nativos demostra- ria la superioridad militar occidental, pero sembraria conflictos que es- tallarian con toda su fuerza en el siglo xx. La guerra de Crimea La guerra de Crimea fue una consecuencia directa de la debilidad del Imperio otomano, una debilidad que Rusia aprovechaba desde el si- glo xviii para expandir sus dominios en la zona del Caucaso, el mar Ne- gro y los Balcanes. Tras este expansionismo se podia adivinar el tradi- cional empeno ruso por encontrar una salida maritima practicable a su extenso territorio. El control de los estrechos que dominaban la salida del mar Negro era ambicionado por los sucesivos zares musos como una ventaja estratégica vital, que permitirfa la presencia rusa en el Medite- rréneo en condiciones de igualdad con las grandes potencias europeas Pero esa presencia no era en absoluto del agrado de Gran Bretaia, ya que podia amenazar sus comunicaciones con la India a través del canal de Suez, entonces todavia en construccién. Tampoco entusias- maba excesivamente a Francia, que veia posibles perturbaciones en su politica colonial africana, iniciada aijos alrés en Argelia. En 1852 surgié un contencioso entre la Iglesia ortodoxa y la catéli- ca sobre la custodia de los Santos Lugares, ocupados en ese momento por el Imperio otomano. El sultan cedié esa custodia a los catélicos, lo que motivé el enojo ortodoxo y fa intervenci6n rusa en la crisis. El 1 de julio de 1853 tropas rusas ecupaban los principados turcos de Molda- via y Valaquia, y en noviembre destrufan a la flota del sultan en la ba- talla de Sinope. La reaceion de los paises occidentales sorprendié a Rusia por su contundencia. Austria amenazé con la guerra, mientras que Francia y Gran Bretana hacian esa declaracién efectiva en marzo de 1854. Apro- vechdndose de su superioridad naval, ambos aliados habian planeado una accién de castigo sobre el puerto ruso de Sebastopol, el principal del mar Negro, situado en la peninsula de Crimea. El plan comenzé a cjecutarse en agosto. Las operaciones en Crimea demostraron varias cosas. La primera 233

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