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El juramento A la sombra de un rbol empinado Que est de un ancho valle a la salida Hay una fuente que a beber convida

De su lquido puro y argentado:

All fui yo por mi deber llamado Y haciendo altar la tierra endurecida, Ante el sagrado cdigo de la vida, Extendidas mis manos he jurado:

Ser enemigo eterno del tirano, Manchar, si me es posible, mis vestidos Con su execrable sangre, por mi mano Derramarla con golpes repetidos; Y morir a las manos de un verdugo, Si es necesario, por romper el yugo.

QUE SE LO CUENTE A SU ABUELA,

Si me dice D. Sarmiento Que escribe lo que copi, Eso se lo creo yo Sin que me haga juramento; Mas si afirma que es portento De estudio y erudicin, Y que de su ilustracin La fama en Europa vuela, Que se lo cuente su abuela. Don Felidonso de Pares No se cansa en repetir, Que no hay quien sepa escribir En San Juan ni en Almendares: l solo con sus cantares

Y fantstica cartilla, Honrar puede nuestra Antilla Con una normal escuela: Que se lo cuente su abuela. Dice Lisida que hermosa Era en sus primeros aos; Mas que unos males extraos La han puesto en breve horrores Y aunque en los sesenta' posa, En repetir se complace Diez doce meses hace Que mud la ltima muela. Que se lo cuente su abuela.

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