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Centenares de personas han muerto tras las instensas lluvias que azotaron a Manila, la
capital de Filipinas, y a varias provincias del país, provocando las peores inundaciones
en 40 años. El gobierno reconoció tener grandes dificultades para manejar esta
catástrofe de magnitudes excepcionales y solicitó ayuda humanitaria internacional.
En nueve horas cayó la lluvia equivalente a la media mensual en esta época del año y
han declarado el estado de calamidad en 28 poblaciones El sábado, el nivel de las aguas
alcanzó hasta seis metros en algunos lugares de Manila.
El gobierno informó el lunes que la magnitud de la catástrofe es tal, que los servicios de
socorro no dan abasto. Las intervenciones son dificultadas por el lodo y el agua
estancada, por lo que se han limitado a las tareas más urgentes.
La desolación reina ahora en varios barrios de la ciudad, cuya superficie fue cubierta en
80% por las aguas, según la Cruz Roja. Dos días después del paso de la tormenta,
algunos barrios siguen estando inundados y hay todavía habitantes bloqueados en los
pisos altos de las casas.
Desde Batang Masaya insistimos en pedir la colaboración de todas las familias que
tienen a sus hijos adoptados en Filipinas y/o que están en proceso de adopción, es
imprescindible la ayuda monetaria para poder llevar a cabo todos nuestros proyectos,
uno de ellos será enviar un cargamento lleno de material médico y medicamentos hacia
Filipinas, os contaremos en breve.