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se ha promovido el mecanismo de identificacin entre hroe y lector (condicin ligada al patetismo y al sentimentalismo) y se ha ofrecido as un unitario mbito elevado de reconocimiento

para el amplio pblico, vido de modelos ideales (Mungua 189) Es como si el buen humor del mexicano estuviera, en el fondo, preado de oscuridad; no parece haber aqu lugar para la alegra o para la jovialidad. La risa es, as, una rasgadura en la dura mscara del diario vivir. (Mungua 192)

La risa es una actitud esttica hacia la realidad, definida pero intraducible al lenguaje de la lgica; es decir, es una determinada forma de la visin artstica y de la cognicin de la realidad y representa, por consiguiente, una determinada manera de estructurar la imagen artstica, el argumento y el gnero ( Bajtn 1986, 231).

sera necesario pensar la risa como una de las fundamentales for196 mas arquitectnicas, en tanto que stas abrigan valores cognitivos y ticos, encarnan la expresin de la relacin valorativa del autor y del observador con algo que est fuera de la materia en la que vive (Bajtn 1989, 25-27). se gana la posibilidad de reconocerla en tanto plena fuerza articuladora de una perspectiva especial para estetizar el mundo (Mungua 196) poco nos hemos detenido a pensar en la peculiaridad de nuestros procesos culturales, incluso en las resonancias mltiples y diversas que puede tener la risa en nuestras sociedades. (Mungua 197) Oralidad Es fcil constatar cmo casi cada poema consagrado, en los que bebi la sensibilidad del pueblo mexicano, ha recibido su parodizacin festiva y annima, y no me estoy refiriendo a la extendida prctica de la elaboracin de parodias literarias, sino de respuestas casi espontneas y ldicas que da la gente a poemas serios, a canciones solemnes: Pues bien, yo necesito / decirte que ando crudo, / que no traigo dinero; / que es mucho lo que sudo, / que es mucho lo que lloro / sin que el cruel cantinero / se apiade algo de m; o bien: Si a tu ventana llega un burro flaco / trtalo con respeto que es tu retrato. (Mungua 200)

El encargado de contar este fragmento no es un intelectual que escriba, es un contador oral, que habla, incluso, a nombre de su pueblo. construir la figura del contador oral como punto de enunciacin privilegiado para articular una historia que lleva el peso, el 204 acento, de la visin popular

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