Los dos hombres siguieron caminando en silencio durante algn tiempo; y de pronto Mr.

Utterson insisti a Enfield que esa norma suya era muy sabia, pero que, a pesar de todo, haba un punto sobre el que quera interrogarle. Le pregunt que cmo se llamaba el hombre que haba pisoteado a la ni a. Enfield le contest que no crea que al decrselo causase per!uicio a nadie, que el indi"iduo se llamaba #yde. Mr. Utterson le pregunt que qu$ aspecto tena ese su!eto, a lo que Enfield le contest que no era f%cil describirlo, que en todo su aspecto haba algo que produca desagrado, algo que era completamente repugnante, que !am%s haba "isto figura humana que le resultase tan repelente, pero que con dificultad podra $l se alarle la causa. &i!o que era un hombre de aspecto e'traordinariamente anormal, y que sin embargo se "era en un apuro si tu"iese que citar algn detalle fuera de lo corriente. (oncluy que le era imposible poner nada en claro, que no poda describirlo. ) di!o que no era porque se le hubiese borrado de la memoria, pues aseguraba que en aquel mismo instante lo "ea como si lo tu"iese delante de sus o!os. Mr. Utterson sigui caminando un buen trecho en silencio; era e"idente que se hallaba ba!o el peso de una preocupacin. *or ltimo, pregunt que si estaba seguro de que se hubiese ser"ido de una lla"e. Enfield se asombr, y Mr. Utterson le di!o que ya saba que su pregunta pareca e'tra a, y que si no le preguntaba el nombre de la otra persona era porque ya lo saba, que su relato no haba cado en saco roto, que si acaso haba dicho alguna ine'actitud de detalle, sera me!or que la rectificase en aquel momento. Enfield le contest con resentimiento que debera haberle ad"ertido a tiempo, pero que la "erdad era que se haba e'presado con una e'actitud pedantesca. Le di!o que el indi"iduo dispona de una lla"e; y m%s an, que la tena en ese momento en su poder; que no haca ni una semana que lo haba "isto ser"irse de ella. Mr. Utterson de! escapar un suspiro profundo, pero no di!o una palabra. Enfield habl poco despu$s y di!o que eso le ser"ira de leccin, que estaba a"ergon+ado de tener una lengua tan larga y que se comprometieran a ano "ol"er !am%s sobre aquel asunto. El abogado contest que de todo cora+n, y acto seguido se despidi.