Está en la página 1de 9

CÚPULAS Y CÓPULAS

---------------------------------------------------

Cada mañana, La Cúpula Vaticana, predica:

PROHIBIDA Y CONDENADA la interrupción de la

gestación.
Tantos cuantos niños y niñas tienen que llegar al mundo para

mayor gloria de Dios.

LA CÚPULA Aristocrática está de acuerdo basándose en el

principio de que se necesitan tantos cuantos siervos sirvientes

labriegos “barraganes” barraganas y quizá mancebos.

LA CÚPULA Bancaria, apoya la decisión con mucha fuerza

basándose en el primer principio en el segundo principio:

Vaticano el uno y Aristocrático el otro; así como en su propia

falta de principios.

LA CÚPULA Militar apoya férreamente tales decisiones

basándose en el innegable principio de que ella misma

necesita miles y miles de soldados sobre los cuales hundir los

Pilares que sostienen su propia Cúpula. Además, seamos

claros de una vez para siempre jamás. LA CARNE DE

CAÑÓN ES SIEMPRE NECESARIA Y BIENVENIDA.

Irremediablemente, quiéralo o no el Vaticano, se trata de

copular tanto como se aguante (que es mucho) pero como es


pecado mortal, puedes ir al infierno en lugar de a las

trincheras infernales.

El Vaticano afirma que también es pecado mirar a la propia

esposa con lascivia o concupiscencia y que sin LA VIRGEN

MARÍA no vamos a parte alguna. (Voitila; Pablo II)

Concupiscencia, PARA ENTENDERNOS, es igual a

“ponerse” y si el uno y la otra no se “ponen”, no puede haber

habido cópula y sin cópulas nunca llegarán suficientes

desgraciados para poblar las Cúpulas.

¡Joder, córcholis; que lío éste!

P.Mirete
Ruego sea leído sin recochineo
AYER COVERSAMOS ELLA Y YO

Muy contrariado te escuché-oí llamarme inútil.

¡Eres un Don nadie! me dijiste directa e indirectamente,

además de falta de razón.

¿Yo nadie? Siendo como soy Apóstata de nada, creyente de

menos, ateo si hubiere habido. Tembloroso del miedo,valiente

imaginario; de luchas, Gladiador, de peleas fingidor. Piloto del

pensar, Alguacil de mi mismo, guardián de Iras, alentador de

lujurias, buscador de “porqués”

Amador y amante compulsivo, vigilante de pecados,

inquisidor de Élites, Elitista de nacimiento, enfermo de

complejos o muerto de ellos, diletante omnívoro, vegetariano

en ciernes, carnívoro desconsolado, alcohólico escondido,

adicto a amistades, rechazador de afectos, solitario infeliz

felizmente en soledad.

Cocinero de temores, recordador de momentos, apagador de

insomnios, dormido en Laureles aún no merecidos.

Desdeñador de fanáticos, fanatizados y fanatizadores.


Policía de mi quehacer, insultador veraz, tenaz e imprevisible.

Trabajador impulsivo en movimiento por impulsos,

discriminador discriminado soñador de mi óbito, espectador

de mi mortaja, peliculero de mi vida, vividor teatral, histrión

lenguaraz, pensador ruidoso. Silencioso imaginando,

equivocado re-incidente, representador de mi mismo.

Copiador de escenarios y delincuente plagiador de momentos

y de horas. Volador en los sueños. Inocente de nada, culpable

de todo. CASI NADA.

/ASÍ SEA) P. Mirete


EN EL BOSQUECILLO DEL HOTEL

PFUNGSTADT- DARMSTADT

Ya había olvidado como mean las jovencitas.

Casi veinticinco años de matrimonio pueden hacerte olvidar cosas de

esas, si bien, para bien o para menos bien, te pueden hacer recordar

permanentemente, otras.

Ésta mañana de verano, o sea, hoy Domingo; la jovencita-niña, quizá

onc eañera que suele atravesar el bosquecillo, se detuvo.

Apoyándose en el insultante e inhiesto tronco del frondoso pino con su

manita izquierda; mientras con la mano derecha separaba el camal del

pantaloncito azul de la entrepierna.

No estaba agachada. Tampoco estaba lo-que se dice- en pié.

Estaba meando.

La presión de salida era correcta, algo chispeante pero nada Vacuna.

Quiero decir; no descaradamente chorretona.

El chorro o chorrillo llegaba a la pinocha del suelo del bosque casi sin

salpicaduras, entero, como si de un grifo nuevo se tratara.

Entre la pinocha del suelo ya bastante húmedo se formaba algo de

espuma caliente que olía a hembra y a naturaleza de verano cálido.


YO, dos Jilgeros, una cría de cornejo, la gata del Hotel y la gruesa

madre de los Tordos que vuela baja y pesada de tanto alimento,

permanecimos en silencio para no ser ni vistos ni oídos durante el

encantador bucólico acontecimiento.

Veranos en Alemania. P. Mirete

También podría gustarte