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EL MAESTRO

EL MAESTRO

Maestro!: dijo el indio de cara pensativa, ajada por el viento, rugosa por el sol. Dime!, por qu nosotros somos pobres, y los dueos de la hacienda, no lo son?

Maestro!: dijo el indio de cara pensativa, ajada por el viento, rugosa por el sol. Dime!, por qu nosotros somos pobres, y los dueos de la hacienda, no lo son?

No me digas que ha sido su trabajo, su tesn, su esfuerzo o voluntad; mis padres se murieron de cansancio, y mis hijos se fatigan ya.

No me digas que ha sido su trabajo, su tesn, su esfuerzo o voluntad; mis padres se murieron de cansancio, y mis hijos se fatigan ya.

No me digas, tampoco, que las letras; porque soy ignorante, pobre pen. T las sabes maestro y, sin embargo, eres tan pobre como yo.

No me digas, tampoco, que las letras; porque soy ignorante, pobre pen. T las sabes maestro y, sin embargo, eres tan pobre como yo.

El cura, para m, no tiene crdito, cuando predica resignacin, recompensas en un cielo lejano y obediencia al patrn.

El cura, para m, no tiene crdito, cuando predica resignacin, recompensas en un cielo lejano y obediencia al patrn.

Maestro: dime!, por qu nosotros somos pobres, y los dueos de la hacienda, no lo son? Por qu si siembra trigo, Se muere de hambre el pen?

Maestro: dime!, por qu nosotros somos pobres, y los dueos de la hacienda, no lo son? Por qu si siembra trigo, Se muere de hambre el pen?

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