Maria Treben
PLANTAS
MEDICINALES
Consejos para prevenir
y curar enfermedadesSumario
I. Las plantas medicinales ..... 9
El estado de las plantas medicinales con dibujos
en color e indicaciones de dénde crecen, qué as-
pecto tienen y cudndo desarrollan su maxima
fuerza curativa. Ademés, algunas observaciones
practicas acerca de la recogida, el secado y la con-
servaciOn de las plantas medicinales.
II. Mas vale prevenir que curar 25
Bajo este titular se retinen todas las curas de té
y de limpieza o desescoriado, con cuyas aplicacion
se pretende reforzar las defensas bioldgicas del
organismo,
IL. Las plantas medicinales slo pueden
curar, no perjudicar 28
En este capitulo se agrupan todas las enfermeda-
des que se pueden tratar con los remedios exis-
tentes en la farmacia casera, o bien con medica-
mentos que no precisan de receta médica.
IV. La fe mueve montafias ne)
En este capitulo se da una relacién de todas aque-
llas enfermedades cuyo diagndstico y tratamien-
to requieren necesariamente la consulta a un
médico.
197
Breve seleccién de cartas que me fueron dirigi-
das y que describen el éxito conseguido con la ayu-
da de las plantas medicinales
V. Ejemplos para animar
Indice de todas las enfermedades
mencionadas... 200
Relacion de hierbas y plantas
medicinales sc. 203
Relacion de las recetas aplicables...._ 207
Cémo usar este libro en la practica
Debajo de cada nombre de enfermedad encontra-
rd usted todas las plantas medicinales que pue-
den ser de utilidad, asf como su aplicacién. Si se
mencionan varios tés sin indicar en qué sucesin
deben beberse, entonces usted es libre para ele-
gir el té que a usted le va mejor, o bien el té cu-
yas hierbas ya posee o puede recolectar.
‘Aunque la mayoria de esencias y pomadas se pue-
den adquirir en las farmacias, tiendas de alimen:
taci6n dietética y herboristerias, he indicado su
preparaci6n con todo detalle cada vez que se pre-
cisa. Porque los productos naturales que sufren
una elaboracién industrial son caros y no los cos-
tea la Seguridad Social. Las plantas medicinales
crecen libremente en la naturaleza de Dios y no
cuestan nada, a parte de un poco de tiempo para
su preparacién, un precio que bien podemos pa-
gar en bien de nuestra salud,
Bn nuestra sociedad de competencia y de bienes-
tar existe una ley brutal que los cinicos han ex-
presado en el aforismo siguiente: «como eres po-
bre, tendrés que morir antes», pues bien, en el
Jardin de Dios esta ley no tiene validez algunaIdentificacion de las plantas
medicinales
Cuando usted salga en busca de plantas me-
dicinales del jardin de Dios, prestara ya con
este simple hecho un gran servicio en favor
de su salud. En efecto, usted se movers lejos
de las grandes aglomeraciones urbanas, de las
calles de denso trafico, en plena naturaleza.
Con el tiempo comprobaré lo beneficioso que
esto resultard para su organismo y la insisten-
cia con que el cuerpo le pedira estos paseos
prolongados. Quien se ocupa por primera vez
de las plantas medicinales deberia en un pri-
mer momento limitarse al estudio de la natu-
raleza. Busque las plantas medicinales en los
lugares descritos en la introduccién, identifi-
que las plantas y conozca la regién mas pro-
xima a su vivienda. Quien no tenga seguridad
de enjuiciamiento de las plantas, deberia par-
ticipar en excursiones organizadas en su biis-
queda bajo la direcci6n de un experto, con el
fin de acumular mas experiencias practicas.
No se trata en este caso de evitar un posible
peligro para la propia salud, como ocurre en
gran medida en las excursiones organizadas
en busca de setas, sino que se trata de prote-
ger la naturaleza. Muchas plantas curativas
no son muy abundantes en la naturaleza y
debe protegerse su existencia, mientras que
otras hierbas, que guardan un parecido asom-
broso con las medicinales, resultan initiles y
no deben cogerse sin causa. Sélo cuando us-
ted posea la seguridad necesaria para identi-
ficar las plantas deberia empezar a recogerlas.
Herborizar plantas medicinales
Las plantas frescas, cuya potencia curativa es
superior a la de las secas, se encuentran des-
de finales de febrero hasta finales de no-
viembre.
Durante un invierno suave se pueden encon-
trar en la naturaleza incluso el antén menor
y.el mayor, el galio y la celidonia. A ser posi-
ble, las plantas deberian recogerse en un dia
soleado, no sélo porque en semejantes condi-
ciones apetece mas pasear, sino porque en tal
ai
caso la fuerza curativa de la planta es maxi-
ma. Por lo demas, debe usted tener la precau-
ciGn de buscar las plantas en lugares poco con-
taminados y lejos de las carreteras de mucho
trdnsito o de poligonos industriales. Se cortan
las plantsa por lo menos dos dedos sobre el
nivel del suelo, nunca se arrancarén junto con
sus raices. La cesta de mimbre es lo més ade.
cuado para esta recogida. Las bolsas de plas-
tico no son apropiadas. Y nos queda todavia
un ruego: sea moderado en sus recogidas.
Conservacién de las hierbas
En la medida de lo posible, las plantas medi-
cinales se utilizarén recién recogidas. Con lo
sobrante, esperamos que en cantidad come.
dida, se dispone de una reserva. Las plantas
se cortan a trozos pequefios y, sin lavarlas (por
ello se deben buscar en lugares de la natura-
Jeza poco contaminados}, se secan. Se depo-
sitan las plantas sobre patios limpios 0 sobre
papel de embalaje y se las deja secar en un
lugar aireado y ala sombra. Una vez las plan-
tas estan secas como la paja, se guardan en
cajas de cartén, bolsas de papel o frasco de
cristal oscuro. No son adecuadas las latas, los
recipientes de plastico ni las bolsas de plasti-
co. Para la preparacién del té, las plantas se-
cas se podrén utilizar todo un aio. Si se tu-
vieran almacenadas cantidades mayores,
después del afio estas plantas podran utilizarse
todavia para los bafios.
Advertenci;
portante
Silas recetas, tés, esencias y baiios que se pro-
ponen a continuacién no surten efecto, se de-
beria buscar un zahorf o experto en el uso del
péndulo, para buscar la ubicacién adecuada
de la vivienda y del puesto de trabajo segiin
Jos campos geopéticos. Con su ayuda se pue-
den encontrar lugares exentos de radiaciones
en los que se colocard, por ejemplo, la cama
y el escritorio, con el fin de no exponer por
mas tiempo al paciente a estas radiaciones ne-
gativas.