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La romanizacin del interior de Hispania parti, como es lgico, de las zonas romanizadas: las provincias Btica y Tarraconense.

Ambas desarrollaron un tipo diferente de latn: la Btica, urbana y culta, acogi en general a romanos de mayor nivel social y cultural (magistrados, etc.), por lo que su latn fue ms conservador y puro; el peso de la escuela y la instruccin como medio de difusin del latn debi ser en ella mucho mayor. Por el contrario, la Tarraconenese fue habitada sobre todo por soldados, colonos del Sur de Italia, comerciantes, etc.; era una zona ms abierta a la comunicacin con Galia e Italia, atravesada por vas que venan de Roma; su latn fue ms vulgar y receptivo a la innovaciones que procedan del centro del Imperio; al mismo tiempo, se afirma que contena numerosos dialectalismos suritlicos, introducidos haca poco en el latn por antiguos hablantes oscos, sabinos, lucanos, etc.: fueron muchas las gentes del Sur de Italia que, por razones econmicas o a consecuencia de las guerras civiles del siglo I a. C. en Italia, emigraron a esta provincia hispana. El latn instalado en Hispania debi presentar, segn hemos visto, particularidades notables, debidas a causas diversas (lenguas antiguas, tiempo de difusin, etc.). No obstante, era la misma lengua del resto del Imperio, la que Roma, su cuna, haba difundido por casi

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