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Reflexiones juveniles
DEPRESIÓN
Estas malas experiencias hunden a los hombres y mujeres del mundo entero en
depresiones anímicas y estados críticos del alma que de no ser tratados por el
ministerio del Espíritu Santo, el poder de Dios y la guía de Su Palabra pueden llegar
a decisiones límites como aún el suicidio mismo que trataremos en nuestro próximo
estudio.
Los médicos aseguran que un gran porcentaje de habitantes del planeta son
víctimas de este mal. La sociedad en la que vivimos nos desarrollamos y en la que
nacen nuestros hijos está enferma y nadie lo puede negar. Y cuando nos referimos
a la sociedad no necesariamente tenemos que circunscribirnos a las grandes
capitales que por cierto tendrán tal vez el índice más alto de depresión, aún en los
pueblos apartados y en las culturas remotas encontramos este mal.
Claro que existen factores o experiencias que nos rodean o que nos pasaron que
son detonantes para caer en este estado anímico, pero también es cierto que no
existe ni existirá experiencia más traumática que la mano amorosa de Jesús no
pueda sanar ni necesidad más fuerte que Él no pueda suplir si descansamos en Él.
La Biblia, la Palabra de Dios, declara que la depresión o estado de abandono o
insatisfacción e insensibilidad, puede ser originado por ejemplo por el amor al
dinero.
Así lo declara el Apóstol Pablo en 1ra Timoteo 6:9: "los que quieren enriquecerse,
caen en tentación y lazo y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los
hombres en destrucción y perdición". Caer en el lazo, ser necio, hacerme daño y
hundirme, ser destruido y perderme, esas son las palabras que eligió el apóstol
para hacernos reaccionar sobre la necesidad de reenfocar nuestra significación en
las cosas eternas y no en las de la tierra que sólo acarrean depresión.
Pero también el pecado oculto y sin confesar trae un estado de tristeza y posterior
deterioro. Esa fue la experiencia de David, el gran rey de Israel luego de su pecado
con Betsabé. Dice él en el Salmo 32:3 "Mientras callé, envejecieron mis huesos en
mi gemir todo el día". Es imposible pretender continuar en la vida cristiana normal
y victoriosa si no está activa mi confesión en todas mis oraciones.
Si lo único que hago es acumular pecados inconfesos día tras día pensando que
está todo bien. La Biblia dice enfáticamente que él encubre sus pecados no
prosperará. Y ese estancamiento espiritual desencadenará en depresión también.
Ministerio juvenil “Guerreros de luz”
Reflexiones juveniles
Hoy tenemos estamos bien, mañana no tenemos estamos mal y así pasa la vida de
una manera sensual ajenos de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pero no fue
Elías el único líder que fue víctima del fantasma de la depresión en algún momento
de su vida.
También lo vemos en Moisés. Un joven con todas las de ganar que se sentía capaz
para hacer la voluntad de Dios basándose en sus dotes naturales y adquiridos.
Fuerte y valiente, preparado académicamente como pocos, heredero del trono real
de Egipto y ahora con la promesa de que él sería el libertador de los de su nación
según se lo habían declarado sus padres desde pequeño.
El momento llegó y actuó con las mejores intenciones pero fuera del tiempo de Dios
y con un método equivocado y del día a la noche, Moisés se encuentra huyendo del
faraón egipcio que le buscaba para matarle y huyendo de la realidad de que los de
su propio pueblo le habían rechazado preguntándole: ¿Quién te ha puesto como
juez sobre nosotros? (Éxodo 2:14).
O la del mismo justo Lot que según nos cuenta el mismo Pedro en su 2º carta 2:8 y
9 "afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos, el
Ministerio juvenil “Guerreros de luz”
Reflexiones juveniles
Primero, que aún los grandes hombres y mujeres de Dios en algún momento de su
vida padecieron este mal o un síntoma análogo. Es que la depresión no es sinónimo
de fracaso querido amigo amiga sino de crisis, de prueba, de disciplina de trato de
Dios. Él está obrando en ti y muchas veces lo hará con circunstancias adversas que
tú no comprendes pero no por eso te dejarás hundir en preguntas sin respuestas y
en cuestionamientos que no conducen a nada. Deja que Dios sea Dios siempre. Y lo
segundo es que aunque los médicos a veces lo nieguen, hay cura para la depresión,
hay esperanza para el deprimido.
Nunca olvides que no hay pozo tan hondo que no llegue la mano misericordiosa y
amorosa de Dios, y aunque a veces digas como la mujer samaritana de San Juan 4.
"Señor el pozo es hondo y no creo que puedas sacarla...", ¡te sorprenderás al ver
que los métodos de Dios no son los nuestros y volverás con tu cántaro lleno de un
agua especial que sólo él puede dar y que no te hará tener sed nunca más!.