Está en la página 1de 3

Ministerio juvenil “Guerreros de luz”

Reflexiones juveniles

DEPRESIÓN

Bienvenido querido joven a un nuevo estudio sobre conflictos de la juventud. Vimos


en el estudio anterior lo frustrante que resulta para un joven o una joven el hecho
de enfrentarse a la realidad de haber tomado una mala elección al momento de
elegir su pareja y estar viviendo hoy una experiencia amarga en lo que respecta al
área emocional y familiar.

Estas malas experiencias hunden a los hombres y mujeres del mundo entero en
depresiones anímicas y estados críticos del alma que de no ser tratados por el
ministerio del Espíritu Santo, el poder de Dios y la guía de Su Palabra pueden llegar
a decisiones límites como aún el suicidio mismo que trataremos en nuestro próximo
estudio.

Los médicos aseguran que un gran porcentaje de habitantes del planeta son
víctimas de este mal. La sociedad en la que vivimos nos desarrollamos y en la que
nacen nuestros hijos está enferma y nadie lo puede negar. Y cuando nos referimos
a la sociedad no necesariamente tenemos que circunscribirnos a las grandes
capitales que por cierto tendrán tal vez el índice más alto de depresión, aún en los
pueblos apartados y en las culturas remotas encontramos este mal.

Parte de nuestro ministerio se desarrolla en la selva del Ecuador y he presenciado


personalmente esta situación aún con pensamientos de suicidio. Es que el problema
no radica en las presiones y ansiedades que nos impone el mundo exterior sino en
la insatisfacción crónica en la que se va sumiendo todo hombre y toda mujer que
no procure la paz interior en la persona de Dios.

Claro que existen factores o experiencias que nos rodean o que nos pasaron que
son detonantes para caer en este estado anímico, pero también es cierto que no
existe ni existirá experiencia más traumática que la mano amorosa de Jesús no
pueda sanar ni necesidad más fuerte que Él no pueda suplir si descansamos en Él.
La Biblia, la Palabra de Dios, declara que la depresión o estado de abandono o
insatisfacción e insensibilidad, puede ser originado por ejemplo por el amor al
dinero.

Así lo declara el Apóstol Pablo en 1ra Timoteo 6:9: "los que quieren enriquecerse,
caen en tentación y lazo y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los
hombres en destrucción y perdición". Caer en el lazo, ser necio, hacerme daño y
hundirme, ser destruido y perderme, esas son las palabras que eligió el apóstol
para hacernos reaccionar sobre la necesidad de reenfocar nuestra significación en
las cosas eternas y no en las de la tierra que sólo acarrean depresión.

Pero también el pecado oculto y sin confesar trae un estado de tristeza y posterior
deterioro. Esa fue la experiencia de David, el gran rey de Israel luego de su pecado
con Betsabé. Dice él en el Salmo 32:3 "Mientras callé, envejecieron mis huesos en
mi gemir todo el día". Es imposible pretender continuar en la vida cristiana normal
y victoriosa si no está activa mi confesión en todas mis oraciones.

Si lo único que hago es acumular pecados inconfesos día tras día pensando que
está todo bien. La Biblia dice enfáticamente que él encubre sus pecados no
prosperará. Y ese estancamiento espiritual desencadenará en depresión también.
Ministerio juvenil “Guerreros de luz”
Reflexiones juveniles

En otros casos, la falta de sabiduría para comprender el actuar de Dios trae


también cuestionamientos y preguntas sin respuesta que nos hacen pensar que
Dios es injusto y nos deprimen. Tal fue el caso de Elías el profeta echado al
abandono debajo de un enebro y deseando morirse cuando dijo en 1ra Reyes 19:4:
"y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un
enebro; y deseando morirse dijo: ¡Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no
soy yo mejor que mis padres, y echándose debajo del enebro, se quedó dormido."

Él venía de actuar valerosamente frente a los profetas de Baal, había alcanzado


prestigio y popularidad entre el pueblo luego de tal demostración de poder de Dios,
pero ahora le vemos escapando de una mujer y deseando la misma muerte. ¡Qué
fortuitos somos a veces los seres humanos!.

Hoy tenemos estamos bien, mañana no tenemos estamos mal y así pasa la vida de
una manera sensual ajenos de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pero no fue
Elías el único líder que fue víctima del fantasma de la depresión en algún momento
de su vida.

También lo vemos en Moisés. Un joven con todas las de ganar que se sentía capaz
para hacer la voluntad de Dios basándose en sus dotes naturales y adquiridos.
Fuerte y valiente, preparado académicamente como pocos, heredero del trono real
de Egipto y ahora con la promesa de que él sería el libertador de los de su nación
según se lo habían declarado sus padres desde pequeño.

El momento llegó y actuó con las mejores intenciones pero fuera del tiempo de Dios
y con un método equivocado y del día a la noche, Moisés se encuentra huyendo del
faraón egipcio que le buscaba para matarle y huyendo de la realidad de que los de
su propio pueblo le habían rechazado preguntándole: ¿Quién te ha puesto como
juez sobre nosotros? (Éxodo 2:14).

Es en tierra de Madián donde él se pierde en la más profunda depresión y


escondido en el desierto detrás de un pequeño redil de ovejas, recibe la comisión
desde la zarza ardiente del gran Yo Soy que a veces permite que toquemos fondo
para desde allí pulirnos y sacarnos nuevamente a flote. El que a veces dobla el arco
de nuestras vidas hasta el punto que parece que la caña se va a quebrar y luego
comprendemos que Él sólo estaba entesando su arco para disparar una flecha que
traspase los cielos y nos conecte con Él.

Algunos creen que la crisis nerviosa en la que se encontraba Moisés y la depresión


era tal que aún le había afectado en su habla entorpeciendo su lengua. Él era un
joven elocuente antes de este desastre emocional dice la escritura. Y vemos que
luego, poco a poco, él fue recuperando la confianza en sí mismo y en Dios y ya
antes de salir de Egipto no precisa más de la intervención de su hermano Aarón
para que le tradujera. ¡Había salido de su depresión y recuperado aún aquella áreas
de su cuerpo que habían sido afectadas por tal trauma.

En Pedro tenemos otro caso de la depresión producto de un fracaso personal como


lo había sido el traicionar negando a su maestro. Y en Lucas 22:62 encontramos a
un Pedro que: "...saliendo lloró amargamente". Seguramente no habrá podido
dormir aquellas noches hasta que tuvo la posibilidad del reencuentro con el Señor
en la playa de Galilea en Juan 21. No me quiero ni imaginar el estado de depresión
y frustración en la que se encontró sumido el hijo pródigo intentando comer las
algarrobas de los cerdos cuando en su casa había abundancia de pan.

O la del mismo justo Lot que según nos cuenta el mismo Pedro en su 2º carta 2:8 y
9 "afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos, el
Ministerio juvenil “Guerreros de luz”
Reflexiones juveniles

estaba abrumado por la corrupción a su alrededor. ¿No es esto depresión acaso?


Claro que la lucha contra el pecado en la que se encontraba Lot no era por
mantener su santidad sino por malas decisiones, pero lo paradójico es que también
se deprime el creyente fiel que defiende su testimonio y que lucha para mantenerse
puro o pura en medio de una generación maligna y perversa.

Así lo advierte el autor de la epístola a los Hebreos en el capítulo 12:3 "Considerad


a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores para que vuestro ánimo no se
canse hasta desmayar". La palabra allí para desmayar es "kamno" y denota un
estado de ánimo debilitado por la lucha contra el pecado. La disciplina mal
asimilada puede también ser causa de "desmayo" anímico declara el mismo capítulo
v. 5. Así que vemos que tanto el afán por las riquezas como el pecado oculto, como
la disconformidad con el plan de Dios o el huir de la adversidad, el traicionar los
principios de la fe cristiana o la lucha contra el pecado pueden ser causas sobradas
para entrar en un estado de depresión espiritual. No se si habrás notado querido
joven radioescucha que la mayoría de los ejemplos bíblicos que citamos supieron
salir con la ayuda de Dios de su estado de enfermedad anímica y espiritual. Esto te
debe dejar dos lecciones para terminar.

Primero, que aún los grandes hombres y mujeres de Dios en algún momento de su
vida padecieron este mal o un síntoma análogo. Es que la depresión no es sinónimo
de fracaso querido amigo amiga sino de crisis, de prueba, de disciplina de trato de
Dios. Él está obrando en ti y muchas veces lo hará con circunstancias adversas que
tú no comprendes pero no por eso te dejarás hundir en preguntas sin respuestas y
en cuestionamientos que no conducen a nada. Deja que Dios sea Dios siempre. Y lo
segundo es que aunque los médicos a veces lo nieguen, hay cura para la depresión,
hay esperanza para el deprimido.

Nunca olvides que no hay pozo tan hondo que no llegue la mano misericordiosa y
amorosa de Dios, y aunque a veces digas como la mujer samaritana de San Juan 4.
"Señor el pozo es hondo y no creo que puedas sacarla...", ¡te sorprenderás al ver
que los métodos de Dios no son los nuestros y volverás con tu cántaro lleno de un
agua especial que sólo él puede dar y que no te hará tener sed nunca más!.

También podría gustarte