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eEl médico borrado del futuro? Una ™ obra polémica y controvertida eS. 10 semanas los UEXPRESS. Esta obra de Jacques Attali —la séptima de _ [| las publicadas por 61— es una obra | materias o investigaciones a las que el autor | se refiere. | Jacques Attali nos ofrece una amplia sintesis histérica en Ia que muestra, en sus | dimensiones mundiales, las principales etapas do Ja historia de la medicina, del hospital, de las epidemias, de la caridad, de e configura el ir, Jacques Attali formula sus conclusiones ia de que de la consumicién real de los cuerpos humanos en las sociedades can{bales a la consumicién de copias del cuerpo humano que tios prepara Jacques Attali El Vida y muerte de la medicina Planeta Dirigida por José Pardo Titolo original: Liordre cannibale. Vie et mort de la médecine smberg {realizacién de Jordi Royo) ‘cn sSalurno devorando a um hijor, de Goya, Museo ‘del Prado Sumario ‘Signos de vida n Capftulo primero Sicxos pe Los Droses a El Orden canfbal 38 El hombre como Dios 19 Comer a los muertos para vivir a Sofiar el canibalismo 2 EI Orden sacrifc 3 Comer sin matar: canibalismo y sexualidad 33 Los Dioses y el Mal 34 Vigiladores, denunciadores, medidéres, mediadores y sepa adores, 8 La traduccién cristiana “ El canibalismo cristiano “ Los sacerdotes curadores: el intercambio curacién/conversién 49 Ofrenda y perdén 31 Crisis de tos Dioses 34 El fin de Ja Iglesia terapeuta 34 Los Dioses y los Cuerpos 56 Del sacrificio a los Dioses a la separacién de los Cuerpos 38 Capitulo 11 STGNOS DB Los CUERPOS 6 Los cuerpos del delito 66 Las enfermedades de los cuerpos 65 Los cuerpos del delito 7 EI policfa terapeuta ” La caridad policial: vigilancis:y denuncia 7 La separacién de los euerpos'del delito: cuarentena, higiene y hospital El cuerpo det poder de Ia corte, Ia guerra y Ja policta El dinero de los cuerpos Crisis de Ios cuernos trabajadores médico de los Cuerpos en fragmentos Capitulo IIT ‘SiGNOS Du LAS MAQUINAS Nacimiento de las méquinas suefio del liberatismo sin mal roduccién de reparadores de Méquinas ilancia y denunci faquinas: asegurar Ja vida de las méquinas las méquinas: scguros privados 0 publicos pectic des del especticulo de las méquinas La muerte por el Orden sscenografia La muerte del médico Capitulo 1V SIGNOS DE Los Céo1cos los curadores incia de los espectadores El perfil de vida normal: ta vida que coptar Mundlalizacién de In copla Hacia Ia autodenuncia Autovigilancia y autodenuncia: los espejos del cuerpo ‘Los espejos'de 1o normal El nacimlento de un nuevo Mal, ruldo det Cédigo. Més allé de Ja crisis de las Maquinas Matriceros, implantadores, separadores La mercancia canfbal Codigo y lengua Curar la vida como un objeto Vides y muertes del Cédigo La mercanefa canfbal Agradecimiento Bibliografia Os recogeré de entre tos pueblos, 05 reuniré de tos patses adonde fuistets dispersados os daré ta Tierra de Israel. Y volverdn a ella + de ella quitardn todos tos tdolos y abominaciones. ¥ yoles daré un corazén iguat {y pondré en vosotros un esptrita nuevo, les quitaré de sus cuerpos el corazon de piedra y les daré un corazén de carne ‘para que sigan mis mandamientos yobserven y practiquen mis leyes, ellos serdn mi pueblo, y yo seré su Dios. ‘Mas para aquellos cuyo corazén se complace en sus {dolos y abomi- naciones haré caer sus obras sobre su cabeza. Ezequret, 11, 17-21 NOTAS BIBLIOGRAFICAS aa ocala ere ee eee es totlided, al Gal el wlumen agrapacs seomeiade el tesadaras, for aol Sl lam. arate capo yc Eerste # Sf eka, ame, eines ett Signos de vida e¥ si la enfermedad y Ia salud Iegaran a perder su sentido? ¢Y si la vida y Ia muerte se hicieran indiscernibles? c¥ si el hombre vendiera su curar la enfermedad. Pero la medicina, desde hace siglo y medio forma esencial contra el mal, esté hoy en crisis, Demasiado costosa, demasiado lenta, demasiado humana, no responde a las exigencias de eficacia del tiempo. ala medicina clinica. El problema de Ia salud nos remite a la imagen nosotros mismos, de nuestras faltas y nuestros In de los pensadores del siglo xxx. sista, el saber sobre el Mal es perentorio iadie més que el médico tlene derecho a Fr sobre sf los rayos de In Facultad; nadic ue no se trata de saber eterno y que acaso demas. cierta certidumbre y hacer afiicos ese . Porque el movimient itamiento de los vivos hi de Ia curacién de los hombres hacia Ia comer cializacién de sus copias, trastorna el orden de las cosas. Pronto el hom- bre no seré ya una preciosa mAquina, productora de caf Que curar, sino una mercancia que consumir y, por EI médico sera olvidado como los curadores anteriores el spiedad privada o piiblica del cuerpo, so- bre el concepto mismo de individuo y de sociedad habré perdido todo ser hablar de é! so pena Hene el derecho de dec Pronto seré superado cor : Un porvenir en el que el ipas, para curar su mal, «come- igen del hombre construida por el hombre. r mercancias, , como en un juego infinito de espejos, lador en el que fueron verdaderamente co- enfermedad y cura se ordenaban ya en un donde el soto combate por ia propiedad era el que jonfan a ta busqueda de Ia eternidi ria, Canibalismo curador, car ituras aterrorizadas por sus fuent leyes escapadas de nuestras morales derribadas por sus fundamentos. Y. sin embargo, esté ahi, a flor de historia, para quien quiera mirarlo ala cara, En Ia mayor parte de Jas sociedades primitivas, para cada hombre y Para cada grupo, estar enfermo era estar amenazado de morir y ser ata Por las almas de los muertos a la biisqueda de presas y compafieros. contra ellas y alej vivos para separar el alma y alejarla irreversible mente, Canibalismo terapeuta, orden fundador y duradero, pero amens- zador y frégil, porque se acompafia de depredacién, caza y robo. Niega para cada hombre fa propiedad de s{ mismo y de su eternidad. Comer 2 — eee para vivir engendra el asesinato para comer. Asi, demasiado peligroso para durar, el canibalismo se desdibuja; pero, demasiado necesario para ‘desaparecer, sale a escena: el orden se convierte en espectéculo, conju: raci6n del miedo del Mal. Este libro es Ia historia de las cuatro formas sucesivas del espectécu- Jo del orden canfbal, que son también las cuatro formas de 1a curacién, las cuatro formas del Bien y del Mal, las cuntro metéforas mayores del ‘orden social y de Ia propiedad. Tres estén moribundas. Una esté a punto de nacer. Primero, espectdcuto religioso: en este primer or nos esenciales del Mal son cs Ia posesién por los Mal ritualmente de los ccerse perdonar por los tes. El sacerdote, terapeuta mayor, da un nar la proliferacién de los pobres, nuevos vehfculos del Mal, se borra el orden de fos Dioses. Para mantener el orden es preciso ahora separar ‘el cuerpo de clertos vivos, los pobres, del resto de la sociedad, y no separar el alma del cuerpo, Sacrificar se convierte en contener. Baio el imperio de los Signos de fos Cuerpos, curar es olvidar a los pobres nniendo ef mal; peste y miseria, cuarentena y hospital, mucho Fichte y Marx; constituyen el fundamento real y la forma vivida det Estado modern. de tas Mdquinas, que conducir y reparar. El Mal ya no es Ia proliferacién de tna visloncie desequllibradora en el ewerpe soca, sino a maquina ta Tnedicn cup el lugar del sacerdoe y el pole, ora Juego tratamiento de ls enfermedades El cuerpo tic mantienen y restablecen el funcionamiento de Ia finan pobreza y no los pobres, disipando Ia enfermedad y no los enfermos, La Caridad pasa a ser Seguro, la separacién se hace ci- rugia, ry Hoy, como todo el resto del teatro socal, la representaciin terapé. tea es men , cada vez salen a escena més ra médico y reparador, prét el hombre y sus muert ien, desalojar Ia violencia para des- come el cerebro del cardenal Rug- ino y otro curan expiando sus faltas. Los fablece el orden y Pisa cambia de manos. y mAs all4 de Io particular esté lo universal. Esto es: el hombre inventa Se puede rechazar esta hip6tesis por dos razones cuando menos: aun. “ ‘que Ia historia de tos hombres sea accesible al saber del hombre, ges necesario fundamentaria en un cantballsmo univer aunque el cant una estereotomfa privilegieds de ia historia de Ia cul y In curacién, el acabamlento de ta tYaducclén comercial del cantbalis- ‘mo, el giro radical de la diversidad y Ia violencla en la norma y Ia indi- ferencla? Todos los discursos de los méidicos y los politicos de hoy responden negativamente a estas dos preguntas, y puesto que dan cuenta de mu- chas cosas sin exigir una bipétesis tan desbordante, tan general, tan metaférica y tan estética como Ia del orden canfbal, podriamos conten- tamos conello, de los primeros hombres; se inscriben en mitenio: Emitir también una hipétesis sobre la relacién Mal exige abarcar toda Ia genealogia. Las histori como si todo comenzase con le clinica, como cos del pasado contuviera toda la historia y todo el porvenir de las rela- ci6n imposible de una concepcién moribunda de la cura y de In muerte, Precedidas de historias de religiones y de policfas, no son sino las s protongaciones anecdéticas de los trat tién: el orden canfbal, la apropiacién del mismo para impeditle ser no- civo, representado, sucesivamente, en el de los Dioses, los Cuerpos y las nuestra época, ni sensata nl bella, dibaja como el contorno inmévil de un futuro JamAs pensado, al mismo tiempo que presente siempre en nuestras memor'as, un futuro en-el que «comer para vivir» se transfor. 1s nsummir para producirs, donde el canibalismo, eensurado pero presente, resurge, proliferante, comedor de sf leer los débiles signos que la vida ha deseo de diferencia y de libertad, de tun conocimiento verdadero de 1a historia del Mal. Da acceso a la ¥ produccién de un mundo donde comer al otro no sera ya nica manera de no estar solo, donde ser comido por el otro no seré Sinico camino de acceso a la eternidad. CAPITULO PRIMERO Signos de los Dioses Puesto que nadie sabe nada de Ia primera de Ins muertes ni de la pri- mera de las curaciones, ni método ni memoria alguna pueden hoy dia dar cuenta con certer quia inmenso pasado abol . hemos de hacer una apuesta sobre las condiciones de esa toma de poder. Para aumentar Ias probabilidades de ganarla no podemos descuidar ninguna de las huellas de nuestro pasado, ninguna de las fuentes de s, mal comunicadas por las rutas del , algunos trabajos de etndgrafos y ciertos indicios materiales. Las primeras relactones que han mantenido el hombre y el dotor, las, primeras defensas que ha desarrollado contra las fuerzas que lo asaltan rho son féciles de circunscribir. Menester es también buscar sus huellas en ismo. Porque nuestras sociedades, a pesar de sus esfuerz0s, pesar de su deseo de comer su pasado para negatlo, a jamis han podido eliminar de préctica y de experien- cia han ensefiado Puesto que ningun texto nos permite estar seguros con respecto a la actitud de esos hombres frente a la enfermedad, lo que sigue no puede ser sino un intento de tuna hipétesis y descubrir el pedestal de Ia relacién habida con el Estar enfermo, d pensar en el paso y el otro mundo, y la vida y la no-vida. Pero hoy se puede pensar en !a historia de i po los debates clisicos de primero prepararse para Is mucrte, Iuego , Juego representarse y el mundo de una solidatidad humana. Hoy ‘0 cual escuela, tratando de com- prender el sentido de ta vida, del dolor, de Ja enfermedad, de Ta cura- Cidn y de la muerte; para todos los hombres de hace tres mil afios y casi todos los hombres de! mundo pobre actual. 7 Primero es preciso prescindir de la idea de que la curacién es médica y pasa por el médico: la economta politica del sufrimiento y de la cura: economia politica de la medicina, Si el médico estuvo primeros reyes, como en Micenas, at de rimeras estclas, como en Nippur, esto no Inisorla, aneedética, de los mods prim!- Hr, como Jo hacen explicitamente In mayor de In medicina, que antes y en el tlempo de de Cos no hay nada que valga ser conside- 10 una mancha negra en nuestra’ luble para toda cultura. En todas ra.a questros conterapordneos mnesia, desde Cronos a Dante, desde los Upanishad al Evangelio, Sin embargo, no hi ta ser matado para sobrevivir en su recuerdo, -presentacién del orden canfbal, del comer para vivir, disfraz de nuestras hambres y nuestras comidas. EL ORDEN CANIBAL Nada se sabe de todas las enfermedades nuestra era, salvo que a causa misma no debieron de ser las mismas de hoy. Pese a una mortalidad infantil algunos hombres pudieron pretender alcanzar la nuestra, Como «la muerte de los nifios y de os adultos a causa de infecciones bacterianas y viri- 1" cas —dlsenterfs, sarampién, tuberculosis, tos ferina, anginas, escarla- tina— depende en gran medida de fa alimentacién y el vigor corporal, 8, por tanto, probable que el porcentaje de curaciones después de esas infecciones fuese muy elevado entre los cazadores y cosechadores de Ia edad de pledras® Pero Ins condicfones precarias de In vida hacen Ia muerte omnipre- senta y slompre aterrorizadora. Para mansjer a esta desconoeida nacen ‘entonces los primeros discursos sobre el Mal, jas primeras conjuras del miedo. El canibalismo aparece como el tinico combate posible contra el absurdo de un mundo sin Dios, sin poder ni ciencia. El hombre como Dios ‘Antes de que los Dioses aparecieran por todas partes como creadores, jueces y propietarios de los hombres, los grupos humanos vivian en la impotencia ante Ia enfermedad, rodeados por las fuerzas misteriosas y Jos poderes oscuros que determinan vida y muerte. Integrados a su medio ambiente, fundidos en una naturaleza que no dominaban, los hombres eran absorbidos por Ia gran tormenta de la seleccién de las especies. El hombre debia aceptar la enfermedad y In muerte. Pero necesitaba, para tener menos miedo, no identificarse a su sol so y breve, sobre la tierra, crear un sentido de Ins cosas, un tico, coherente con lo que vivia. Un sentido stil y eficaz, Las civilizaciones primitivas comprendian y vivian ta eni como principio de agonia, antecémara de la muerte: muchas lenguas primitivas Io testimonian. Ast, en el dialecto aqueguayaki del Brasil, el mismo término, mano, abarea Is dos nociones: «estar gravemente en- fermor y «morirs, Pero en la mayor parte de las culturas, si uno se re signa a in muerte, si la acepta y Ia asume, nadie la lama: «Més vale perro vivo que leén muerto.» Si Ia vida no es més que un paso fugaz y frégil, no es aceptable sin ivo que.se Ia pueda considerar un paréntesis entre la ante-vida ida 0 nowida, No se trata atin de Dioses fuera de la vida. ©, mej , todos los hombres lo son después de su muerte, Ellos son los que, desde el espacio de no-vida, regulan la vida, ‘As{ emerge el primer sentido del Mal: la muerte es un mundo invi- sible poblado con todas Ins almas, memoria de todos los hombres, sede de todas las fuerzas, causa de todos los dolores, de todas las enferme- dades, de todas las muertes, y gobernads por el capricho o 1a sabiduria de las almas, tiranos y jueces de los vivos. El mundo de los vivos es, por tanto, un espectécuio ofrecido a las almas que los jurgan, dicen el Bien y el Mal, nombran a los culpables y los castigan. Asf, por su pre- ‘sencia en el corazén mismo de Ia vida, todas Ias almas de todos los muertos vigilan a todos los vivos y designan para cada uno de ellos la ‘esperanza de no dejar, después de su muerte, Ins cosas y los seres, ser 19 ctermamente sus ¥ecnos en un espacio a aver inv ameneza desutdr porelparoatanovida, TY amare 2 ‘Dar un sefiores del Caprichos, su valores di tans legen y Contormarne con tes a los muertos: tre, Sus deseos, sus vivos que deben descifrar lacién de los muertos, fin de una materiall. dad y ret tuna eterni impoten rincipi Y Fetorno a una eternidad, fin de una impotencia y principio de un Esta produccién de sentido esta también dictada pricti cat sentido or la prictica so- fal: decir que el cosmos invisible esta en correspondencia con el mundo srupo entero, la enferme- fa ta colectividad. Cuando uno de s le duete uno de sus miembros». En de ruptura econémica de estos rupos, cada uno desempeia un papel indispensable en la supervivencia AAs{ se disefia, tanto en las ideas como en la préctica, algo semejante ona problems Mal: toda enfermedad ¢s el resultado de un ma- iclo cuyos autores, consclentes 0 no, han de descubrirse entre los Muertos © entre aquellos vivos que usan de los poderes de los muertos. La muerte de uno es amenaza de enfermedad o de muerte para los otros, Porque Ia muerte puede vengarse de aquellos que sospecha son sus ase. sinos. Toda terapéutica es, por tanto, defensa contra la novida; curar es nfer almas sean nocivas, descubrir muertos, Mal exige un consenso: Ia creencia del terapeuta y de st rito y del grupo en el valor de 1 paciente en el poder det La relacién con respecto al es del otro mundo, guerra se libra contra las tribus 7 vigilarlas, mantenerlas alejadas, negociar con ellas, ‘odas las tActicas de guerra y de caza son imera de todas consiste en alejar las almas de los comer alos muertos, Canibalismo. fos anne ea Comer a tos muertos para vivir EI primer lugar del encerramiento, 1a primera forma de separacién de Jas slmas y los cuerpos de los muertos, la primera manera, para un clan, de prevenirse contra Ing almas de sus muertos ex consumir el cadiver, ‘dualldad de esta estrategia que tlene su valor: se separan las almas de Jos muertas y se asimllan sus fusreas. No se pretende esta hipdtesis como explicativa de uno de el caniballsmo, sino general: no xélo el cantballimo cs 9 ve cin del alma de los muertos y de los cadaveres, sino sin duda Pre. Ademés de los casos, frecuentes pero anecdéticos, de! canit ‘limentario, Ia antropofagia, de. hecho, es siempre un comport terupéotico. General 0 Gnico, cotidiano 0 escenogréfico, siempre tun sentido: comer al hombre nunca es alimentarse (aunque uno pueda preguntarse si comer algo, lo que sea, se justificé jamas por sélo el hambre). : ‘A partir de lo que precede, In hip6tesis tedrica que tiende a expli- carlo se construye cémodamente: uno se defiende de los muertos const miéndolos, integrindose su vitalidad, evitAndoles el horror de una lenta descomposicién, aseguréndoles una sepultura honorable; se separa nitivamente el alma del cuerpo para evitar su retorno y para co if son tal cuales son: se ha establecido que el pitecantropus y los hombres del Paleolitico practicaban Ia antropofagia® y que el canibalismo cons- tituye una de las précticas antes de todas las primeras organiza- clones humanas. ‘La més antigua prueba de canibalismo conocida hoy ha sido hallada en Ja caverna de Chu Ku Tien, en China: seis bévedas craneanas, frag- mentos de erdneos, mandibulas de sinantropos. La ausencia de otras partes del cuerpo Meva a considerar esos fragmentos como los restos de un festin canfbal, seguido de un rito funererio. Han sido descubier- tas otras huellas det mismo tipo pertenecientes a esa época. Asi, en una caverna de Kaprina, en Croacia, se han hallado huellas de antropofagia sobre cadaveres de mujeres jévenes. ‘Poco numerosos son los textos y trabajos de antropologia que des- nolo criben con precision los rituales cantbales, pero, de los texto: gicos mas recientes dedicados a este tema? se deduce que el canibalis- mo est de hecho presente, vivido y pensado en el discurso de numerosas Sociedades arcaicas sobre ellas mismas. Figura como una estrategia des- tinada sea a alejar a los muertos (entre los guayakis), sea a dar a los muertos un poder superior (entre Jos fatalekas), tea para vengar a lox muertos (entre los tupiguarantes) ‘En todos los casos, a pesar dé ta diversidad de las formas, constituye una manera de manejar la amenaza que los muertos hacen pesar sobre 2 los vives y, por tanto, una manera de Iu tra Ia enfermedad. Sk y Ia ‘novids, todas Is ‘sus enemigos, otros se abe segiin Jean de Léry™ y Mon- ‘ran comedores de hombres, dejando sparte el bajo de Pierre Clastres," el andlisis antropolégico modemo de su ino en razén de la imagen cul dado. Lo callan para no ser castigados, 0 extranjeros. Ast, cuando Clastres lo descubre por casualidad durante una conver- secién con india guayaki a quien Ia tribu omitié darle la inventan para refrse de los P Ive MO comen a sus muertos»), descubre Io que los in- dios ocultan desde hace tres siglos. i itropéfago simplemente al que se 7 rto modo esa pueblos antropéfagos en las regiones donde han penetrado los europeos. Se emplea substantivamente: “La ‘boa es un terrible antropéfago.” Por exageracién: “Los antropét del pueblo son tos que viven a su costa” (Benjamin Constant).» Ast, desde 1836 a finales del siglo xix se verifica un deslizamlento semantico: 2 io («Manomba o oh! {Pero todos van a morir! —zS{?_ + antropofagia se convierte en sinénimo de Inhumanidad. Esto confirma Ja descripeién anterior de los salvajes, haclendo aperecer al eeuropeo> ‘como’ el «santo mistonero» ante el cual retrocede Ia sterrible boa» an- tropéfaga y los monstruos elnhumanos» que son los acrueles y feroces» canfbales, ea decir, toa pueblos que hay que colonizar. En el siglo xx y hasta nuestros dine, la percepcién del fenémeno ca- nnfbal hn seguido siondo vagn: oe tn rechaza, se In olvida, se te triviaitza ‘mentan esas caricaturas; tiene un muy distinto significado. Si los guaya- kis comen a sus propios muertos es para que sus cuerpos sean Ia sepul- tura de sus compafieros, a fin de que el alma de los muertos no pueda regresar para enfermarios. El guayaki no mata para comer excepto ‘cuando se trata de muerte por enfermedad de un hombre joven: consi- derada como injusta, provoca tal desorden en ef grupo que amenaza a Jos que viven. Entonces el ritual del Jepy ordena que se maten con él fa unas mujeres viejas y a otras jévenes. En general el ritual canfbal de tos guayakis descrito por Clastres es, por tanto, explicitamente terapéu- 1 horno, el Byta, en el que s¢ asa a todos los muer- Durante ese tiempo —contintia Clastres— se ocupan del cadaver. cuchillo de bambi, un hombre —preferentemente, si todavia padrino del muerto— corta el cuerpo, Se separan del tronco la cabeza y los miembros, se desarticulan brazos y piernas y se extraen de sus lugares los érganos y visceras. Se afeita cuidadosamente 1a cabeza, barba y cabellos si se trata de un hombre y, en principio, (...] La cabe- 5, hiombres y muje- 5. Ln] Em cuanto af pene = ‘como la cabeza— se destina siempre a jas mujeres y, entre cllas, fe estén prefiadas. Tienen asf Ja certeza de dar a luz a un varén, legumbre acompafia Ia carne humana: corazén o yema de palmito pindo, hervido con In cabeza y las visceras, asado sobre Ia parrilla con la carne, No es una simple guarnicién. El vegetal cumple aqui una funci6n muy precisa! neutralizar Ia excesiva “dureza”, la ‘fuer- za" demasiado grande, el Myrakwa que hace de Ia carne humana un ‘allmento diferente de todos los demés, y peligroso pare quienes Ia con- sumen sola. [...) Mezclada com el palmito, plerde su “fuerza” y se In 2 Duede comer sin temor puesto Gute converte en une care como Is cada uno de tos dos términos componentes subsite ya de suyo exterior, al otro, definitivamente separado. Ya no pueden coexistir, puesta a Ové (el alma) —escribe Clastres— es el cuerpo mismo que, en vida, habitaba, y que ahora se encuentra precisamente all{ donde ella, queria ir, en el cuerpo de los vivos que Ia Integraron. SI Ové persistiera ticado. Todos los miembros de nar y desconfiar de satiles pellgros, comen el cuerpo culdadosamente Sin embargo, tal interpretaciOn es rechazada por los descubridores de esas tribus. Uno de los primeros en haber descrito las costumbres de Jos tupinambas, Jean de Léry, escribe: «Todos confiesan que esta carne que buscéndola,y royendo ast a los muertos hasta los huesos atemori- zan y espantan'a los vivos» es decir, se previenen contra el regreso Por su parte, los iroqueses rivalizan para arrogarse el privilegio de comer el corazén de un prisionero valeroso pars apropiarse de su va- Tentia. Determinados pueblos s6lo comian a algunos de sus hijos™ Por este medio reengullfan lo que se les habia escapado, comian lo que, durante el embarazo, les habla comido. Asf, antes de Ia dominacién de fos incas, el. canibalismo familiar estaba muy extendido en el Peri. Vohland es. trece afios.» ® ‘Segin Rohelth,” en Australia, las tribus del Norte (yumu, pindupi, ngall y nambut}) devoran a casi todos sus hijos, y las tribus del Sur (matuntara, malaratara, y pijentara) de cada dos hijos hacen que unv as se coma al otro para duplicar sus fuerzas, rompiendo In cabeza del segundén sobre el hombro del primogénito. Las tribus de Australia cen- tral provocan abortos con objeto de comerse 10s fetos. Se saca al nifio por Ja cabeza, se quema la placenta y se asa a la criatura. Madre, her- manos y hermanas se n ta tribu imatuntara las madres padre se reserva a los y después se va. Instantes despuc continia hasta que mueren, Sdlo ‘madre y los hermanos se comen & En Asia, entre los ghiliaks, el padre mata y se come al hijo deforme, y el marido se come a la mujer estéril. En Africa, los ibos dei delta del lacién demogréfica y ciertamente ha desempefiado este papel en esas ‘economias sin répidos progresos técnicos. Pero el homicidio hubiese ine otro uso: esta subsistencia del a Ia separacién del alma y det smpo el canibalismo no resulta snte ni excepcional, trivial y necesario, prudente’ perspectiva de ser comido después de 10, es tanto una prueba de amor como tas tribus de Africa y América det Iuso, como herencia, su cuerpo entre Jos fores, sobre todo, ef moribundo ‘Sur cada moribundo reparte los miembros de su tribu. Ei ¢ s6lo a épocas pasadas, sino que se Jjentes: «Segin Pasanio de jades guerreras que a .-] Relatos sobre el canibalismo en Egip- feca: «Los prisioneros de guerra consti- tacién de Jos dioses aztecas, Una vez irémides hasta los templos, cuatro sacerdotes se apoderaban d colocaban sobre et altar de piedra y un quinto sacerdote les sho con un cuchillo de obsidiana. Inmediatamente, el corazén de la victima —dice la costumbre que pal- pitaba atin— era arrancado del cuerpo y quemado como ofrenda, Et tufan Ia principal fuente d habfan subido los peldafios de % muertos, y de Ia eternidad. resto del cuerpo rodaba hacia abajo por los peldafios de la pirdmid: deberndamente construida en abropta pendiente con miras nesta fan, cién.s La descripeién de Bernardino de Sahaguin no deja lugar a dudas: Después de haber arrancado el coraz6n y vertido la sangre en una cala- bara que recibia el amo del hombre abatido, hecian rodar el cuerpo sobre los peldafios de In pirimide. Se detenfn abajo, cn una pequena plaza. Allf, algunos anclanos [...] se apoderaban de él y to Mlevaban hacia su templo tribal donde lo desmembraban y despedazaban para comér- selo, [...] Como los efércitos de los aztecas eran millares de veces mas numerosos que 10s de los hurones o los tupinambas, podian hacer millares de prisioneros en una sola batalla [...) Cuando Ia conse gracién de la gran pirdmide de Tenochtitlan en 1487, cuatro hileras de prisioneros, cada una de Ins cuales se extendia a lo largo de tres kilometros, fueron sacrificadas por un equipo de verdugos que trabaja- ron dfa y noche durante cuatro dias.» Contando dos minutos por sacri- ficlo, el demégrafo ¢ historiador Sheburne Cook ha estimado que el mimero de victimas matadas en aquella sola ocasion fue de catorce mil cien; Tales estimaciones podrian ser tachadas de exageracién si Bernal Diaz y Andrés de Tapia no hubiesen visto las hileras de créneos huma- nos metédicamente alineados y faciles, por tanto, de ser contados en las plazas de tas aztecas. Diaz escribe que en la plaza de Xocotlin habia montones de créneos humanos tan regularmente dispuestos que se les podia contar y yo los estimé en mds de cien mil. Repito que habia més de cien mils.* En nuestros dias el canibalismo se practica todavia en + quesas, en el interior de Nueva Guinea, en Melanesia, en las islas Fidji en Nueva Zelanda y en Sumatra. Todavia hoy en Camboya y en el Viet ‘am se hace abortar-a las mujeres con slete meses de embarazo para dar ‘a comer los fetos a los cuadros superiores. Ademés, como se veré, a lo Jargo de la historia, no hay pueblo que no haya prescrito comer fragmen- tos bien determinados del cuerpo humano segiin las enfermedades a curar: unos se nutren con extractos de test{culos para favorecer el coito, otros de placenta para facilitar el parto. En tal caso se puede designar al canibalismo como la primera de las terapéuticas, incluso cuando ninguna de las historias de la medicina, en sus descripciones de las formas primitivas de curacién, haya hecho la menor alusién a ello, aunque la mayor parte de los etndlogos se nieguen ‘a toda explicacién general del canibalismo. En un mundo de miseria y miedo, lejos de ser locura de los hom- bres, comer Ia vida es sefial de inmensa sabiduria, excelente medio de encontrar proteinas, de inocularse ciertas enfermedades. Excelente medio también de deshacerse del miedo y de li histeria colectiva ante los peli- gros del mundo, Comer es también al mismo tiempo consumir energia y poner orden, dar su primer sentido a la apropiacién, y vincularla inde- Fectiblemente al Mal; la muerte, y a la culpabilidad. ‘Al canibalismo remiten todas las demas formas primitivas de Ia orde. 7 ms wuerte. Y en primer fugar los ritos funerarios, sin duda te tive terapéutica, después del canibalismo, destinada como nada sabemos de 18 que pudo revestir todo esto en el tiempo. Pero a partir del tran multiples huellas. ‘A veces los huesos han sido rotos y dispersados. A veces, después de 18 exposicién del caddver sobre un 4rbol, los huesos han sido recogidos y © conservados y el cadfver ulterlormente colocado en una fosa, una pri « primeras tumbas conocidas, a teger a los vivos podido ser abandonado o arrojado al posicién fetal (lo que sugiere una creenciz incluso acostado sobre un lecho de flo 7 zando la vida en Jos cai Las formas de este del tiempo y el espacio. Para los pueblos altaicos," bastante blen cono-- ¥ cidos, observados desde hace un siglo, el muerto debe ser alejado lo més répidamente ‘Como entiende y comprende todo lo que pasa en tone suyo, mien bablerse bien de "ara que no pueda proporcionar ninguna informs: cién del mundo visible al invisible, se le colocan tapones de seda roja 2 puerta puede volver por sigo. Los tunguses desplazan Ios sodtes abandonan con el ver la yurta que lo lleva. Los kirguises Khazahs, segtin parece, regresan del cementerio a tal velocidad que @ veces se caen det caballo. Los tunguses borran cuidadosamente las hue- de retorno. «Es bueno que el viento sople cuando se de un entierro, porque barre todas las huellas del muertor, dicen fos ritos lakutas, Durante una semana los tértaros apostan guardas en el camino del cementerio para impedir al muerto que regrese a su casa, Todos los objetos del muerto son quemados, rotos o abandonados en el ” aparte los cuerpos de los muertos, a colocarlos fuera del 4 .pnrarios de tos vivos luego de heberios denunciado _— ‘su cuerpo permanezca en la casa sélo deberé { 4 \ & 3 8 TAUB eo be lugar de la inhumacién. Entre los tunguses, el caballo, traje,del muerto se entregan al lama como pago de sus se: to, levado a unas quince toesas de su casa, hacia el 1 los perros en In estepa. Los tunguses creen que cuanto antes los pe- ros hayan devorado su cadaver, mayor habré sido su pledad. «Era tan pecador que los perros no quieren comerse au cadavers, dicen de al- unos, Entre los kingulses knzakos el cementerio est4 tan lejos que ef ‘cuerpo ha de Ilevarse a lomos de camello. ‘Los ritos son muy parecidos en Africa, Robert Jaulln describe * como se Ievan corriendo al muerto tchadiano a su tumba y como antes de bajar a ella su cuerpo se le rocfa de agua para refrescarlo. Se degtielian ‘cameros y cabrites y con su sahgre se empapa el interior del agujero. Para demostrar que no tienen relacién alguna con esa muerte, cada uno de § Jos parientes Innza un poco de tierra sobre el cadaver, diciendo: «Si soy culpable de tu muerte, que se me destine el borde de este agujero y que muera pronto. Las vasijas que contenfan el agua vaciada en Ia tumba, se rompen y lanzan sobre el cadiver. Luego se destruye Ie ca- bafia del difunto. Para los saras, el alma del muerto queda cerca del cadaver varios dins después de su defuncién; entiende y ve lo que sucede y juzga la tristeza de los parierites y el respeto a las costumbres. En ‘el momento més peligroso del ritual, el del enterramiento, el alma in- tenta arrastrar a los amigos de! muerto al més allé y atrapar las almas de las mujeres y los nifics, més vulnerables en la medida en que no han sufrido la muerte iniciética que protege de la muerte real. Por tanto las mujeres y los nifios deben evitar acercarse a la tumba. Los muertos mas amenazadores son aquellos que han estado largo tiempo enfermos antes de morir, y aquellos que mientras vivian concibleron clerta acritud. ‘A éstos solo se les hace un entierro sumario, sin Horonas; se destruyen todos sus bienes, se colocan ramas espinosas en el fondo del hoyo y se arrastra el cuerpo a su ultima morada, la cuerda al cuello. En cambio, Ias almas de los nifios menores de un afio, que son lo esencial de los muertos, son débiles y poco peligrosas; sus cuerpos, por tanto, pueden enterrarse en la misma eabafia de su madre. Al mismo tiempo que un / alejamiento ritual y una conciliacién de las almas, el entierro asegura' Ja perpetuacién de la alianza del clan, que no debe renegar de sus muer- tos por miedo a ser atacado por ellos. Asi, las mujeres casadas fuera del clan vuelven a é1 para que en él se las entierre. El cuerpo es la propiedad de! grupo, La alianza Ia rompen los traidores, culpables de haber trat- clonado el secreto iniciético o estat muertos en otro lugar. En la mayor parte de los pueblos esta estrategia concicrne también ‘a los «casi muertos»: cuando se da un pronéstico de la incurabilidad, el enfermo es apartado del grupo de los vivos porque su proximidad con Ia muerte lo hace mas vulnerable al asalto de las almas. Vi ‘También pueden verse otros elementos de un mismo ritual de curs- / cién en Ja cesétea, In amputaciér, las suturas intestinales, la sugestién y In hipnosis, ya conocidas y practicadas. También, Ia ingestion de copias iw muerte ee moh yo eke spd la proxirni dnd con da mute to Ppt pi felons progreso espiritual porque, antes que consumir algunos de nuestros seme- jantes, preferimos mutilarios fisica y moralmente.s* Aqui no habla de Vémitos sino de mutilaciones, réconociendo implicitamente que mutilar ‘de érganos enfermos, bajo Ia forma de plantas que a ellos se parecen, permiten la curacién por consumo de lo semejante, Del mismo modo fambién el consumo ritual de deyecciones, andlogas, por stt localizacién ‘en Ia parte inferior del cuerpo, a la fecundic ‘nacimiento: emisa- 'y consumir son dos formas de una misma destruccién, de una misma fos del euerpo ante el resto del mundo, parcelas del cuerpo separadas / teparacién del mal y del bien. de él, son portadoras de la suerte de sus poseedores, y pueden, por ‘Se hace entonces posible despejar las invariantes operatorins, los ac- toe abstractos vividos en el canibalismo, sus cualidades. También deben consumirse para con- ritos funerarios y sus otras az de aquel que las ha producldo. metatora, é enfermedad se personaliza en un individuo al que (5 (Apartie ica, el Orden puede teorizarse. > hay que al Para un chamén sibe- Ez ‘Considerando los ejemplos dados hasta aqui, parece, en efecto, que se | iano, sinmediatamente hemos conseguido !Z7 pueda descomponer el Orden canfbal en cinco operaciones su , cine medad que es un hombre, entonces mt 1 co elementos determinantes de su estrategia frente al imera. | hombre: su cuerpo desaparece en nuestros consiste en selecetonar los elgnos de los que se cree vendré et mal. Luego : ‘Asimismo, el Orden canibal devuelve ‘esos signos son vigilados. Después se denuncia Ia causa del mal, del 2 \ desorden de los signos con que hay que negociar. ¥ por ultimo viene la 8 8 & separaciém del mal. : 3 FR a, Seleccionar, vigitar, denunciar, negociar y separar, he aqui Jas etapas 1 mal est& representado también como un ot WFR dela terapéutica canfbal, : habrfan introducido en el cuerpo de los vivos para represens = y & He ag ibién las operaciones que Ia vida opone a las agresiones SS" tartos en él y al que hay qu . RIS Gexteriores, ‘como se pueden conocer hoy: el cuerpo se separa por Esta omnipresencia multiforme de! canibalismo en todo el pensa {' 3 Ss solo de lo que le to popular de In curacion da su primera fuerza ala hipétesis de este X 4S) N Emtonces ca ‘et Orden can! 1s précticas terapéuti QS] x Sespejo de la vida mi riante ‘comportamientos J gave los guayakis de Ames 1 sociedades pri > eligioso y Jo divino, El sscrificio viene a dar un sentido wp por una mirada ahtmana, distinta de la de las almas, O52" Gestino, mientras que el canibalismo coloca al hombre solo °P” —gimas de los muertos, sin medisdor. En el sacrificio el proceso signi fox cepreten berte ? Rilvatizer el orden coniags 274 2 Citoatizer 3 Combolicamente? Ws wmedores Sou aoe 2, primer estodio, Us doses 222 cuerpo social, pero se focaliza en el par socle- bres y la Tierra se hacen propiedad de los Dioses. El enfermo sefde por un Dios que Ie roe, y no por un alma, ‘Tal comportamiento se encuentra en todos los continentes en el que varias explicaciones mitolégicas del Mal remiten primero a un Dios I, un Dios devorador de carne humana y ocupando cuer- la enfermedad, Los primeros textos escritos del cuarto io antes de Jesucristo, consideran también toda enfermedad como de Ia epidemia como una «actividad de los en todas partes Dioses curadores, con no de la salud, como Sy, Nabu, Gula en ia, 0, en Egipto, Imohtep, el «Gran Médico de los Dioses y los hombres, fundador de una eescucla de vida». Algunos Dioses poseen una especialidad, como Thot, a quien pertenecen los secretos de Ia oftalmia. Esta arquitectura de to divino oblitera poco a poco al canibalismo, incluso en el caso en que los dioses sean todavia tedfagos como en la concepcién védica de un mundo creado por Prajapati que es «a la ver vida y muerte, es decir, hambre» —«Todo Io que produce decide comerlo, también canibales, Otros Dioses, poni Beech dejan, en efecto, de ser canfbales: Cronos devora a t a rebelién de Zeus. Mito esencial puesto que sefiala la desaj det canibalismo divino. Mito esencial también porque nos dice servar el poder y que sélo su destruccién puede fundar la teocracia y borrar todo recuerdo cantbal. Los mitos griegos ulteriores (los de Procné, Penté, Tantalo, etc.) pre- entonces un canibalismo terrorifico e impuesto, corolario de un instrumento de una venganza entre Dioses o consecuencia de la jorancia. Con Zeus desaparece el Orden can{bal, y Pindaro podra decir: mito de Atrea es como un cuento adornado de esos personajes bri- 4 Nantes que se yerguen contra Ia verdad, Que a ningiin hombre le sea permitido hablar de carifoales entre los blenaventurados Dioses.s™ El fin del canibalismo divino acompafia el fin det canibalismo humano bologt je la cere- y su separacién del mal pasa en lo sucesivo por la ‘monta, Se trata, siempre, de comunicar con el més medad, curar, at puesta 2 sume, durante un espectéculo de cantbatist 3 cen canfoel, que deseribe Ia ¢ i lento. 2 fon deserticola el staal ca Jinace sacrificio inero para prevenirse contra se encuentra alslada del sacrificio.mismo. "YL" La ofrenda de dinero o de animales por una parte, el sacrificio o el © exorcismo por otra, son formas religiosas de organizacién de la represen- J tacién de tos Dioses: la primera financia a los actores, la segunda cons- PT Stituye el especticulo, La primera escenifica la denuncia del mal, Ia se- =< Sgunda organiza su separacién. Cor ‘otros sistemas de Dioses, la mitologia griega es como una 3, 3 Las cludades griegas mantienen invali a %condenados a muerte para ofrecérselos a los Dioses cuando las epidemias. Dionisos es quizd el més canfbal de los Dioses del tiempo. En Sal: el sacrificio de Temistocles a «Dionisos comedor de carne cru plfcitamente recuerdo del Orden canfbal.* El entusiasmo sbmulacro del acto canfbal. Pero ¢l ritual controla invadir por ef Dios. As{, el sparagmos, despedaz animal inmediatamente comido crudo, es metéfora del cat Ena cura concurren igualmente reccias a std a las Hijas del rey Proteo, afectadas de cn una fuente sagrada y el Hipécrates, se negat epilepsia, un castigo d mente sti evolucién cl orden siguiente det cual constituye el pedestal tegrico, xe) le ceyenduos del nial At youhre ceremonia undo judo se da un nuevo paso y la negocacion se converte en tado de paz, firmado entre Dios y el hombre. La fascinacién vital y ef papel patégeno de la nutricién perdura ain, Dios sndo amenaza de canibatismo y regulador de alimentos, y la pri Eterno di que comas de Fy Fespeto mezciados. Porque el mal acosa como el veneno de ta ordalia, El denunciador es esencial. «El Angel XIV y XV del Levitico y la Mishna contienen prescrip- sepcién. Ana- ‘o2 ¥ Xusada en hebreo para designar el alimento y el cambio, La ofrenda se ica, Ia caridad se anuncia més allé del sacrificio, el gasto jo se haré conjuratorio. Todo sucede como si la emergencia de los Signos de los Dioses no tepresentcin del orden canal fi de mn él y lo separan: denuni separable, son los intercesores de los hombres ante lo primeros terapeutas. “Cs Lor PRiNeCS TERAPEUTAS El mol alors atin a) molewlon Su 122, ele parte del mismo Seftor fa madera para construfrse un tambor. Seres semidemoniacos le revelan la naturaleza y el tratamiento de todas Ias enfermedades. Por tiltimo, otros seres demontacos Je cortan el cuerpo ‘en trozos, que cuecen y cambian por 6rganos mejores." En este viaje aprende también el lenguaje de los animales y cémo penetrar impunemente allf donde los muertos y los Dioses tienen acceso, reconciliéndose asf con un mundo primordial en el cual el animal y el hombre estaban diferenciados. El curador es primero un observadlor del mal. Si su pronéstico es ra hacerle reintegrar el cuerpo, je. Luego es preciso expulsar los snfermo. El curador debe, por hha reconocido poderes jos pero cuyos resultados exige. ‘Orden de los Dioses, ef consenso es Sa que deben sentirse protegidos. 30 de un indigena de Ia isla de crefa en el poder de los chamanes. Para frecuenté hasta que uno de ellos le ofreci6. . cantos magicos, desvanecimiento fingido, simulacién de crisis “0 4 te SP Jesem bre! —nervlosa, provocacién de vémito, obtenclén de informaciones sobre e! crigen y los sintomas de la enfermedad por medio de «sofiadores» encar- gados de escuchar las conversaciones privadas). Asi descubrié cémo los ¢ chamanes pueden exhibir el objeto det mal disimulando en su ess Jengua 0 lastimado Ins encias. era libre y, llamado para chamanizar, curé su primer caso entonces, reconocldo como «gran chamans, fue de tribu en dlendo otros métodos y descubrié una astucia todavia mas de escupir plumén sanguinolento, los chamanes de una © contentaban con un poco de saliva, pretendiendo que medad. Un dia, un chamén, adepto de este método, enfermo. Fue entonces cuando Quesalid pidié fica y su enfermo se declaré curado. Desacreditado ‘dando de su propio sistema, el chamdn local perdié todo su poder y le pidié a Quesalid: «Yo quisiera que salvaras mi vida por. mf para que ‘me muera de vergtlenza, porque me he convertido en ia irrisién de nuestro pueblo a causa de lo que tt hiciste Ia roche Te ruego que tengas pledad y me digas lo que habfa pegado en la palma de tu mano la otra noche. :Era la verdadera enfermedad, o sélo era fingi- miento?» Pero Quesalid no respondis y el viejo chamén se volvié loco. Esta historia, que analiza LéviStrauss, demuestra que cuidando enfermo el chamén ofrece una representacién conjuratoria a le comu dad, y LéviStrauss deduce de ello tres elementos del «complejo chi nico»: 1a experiencia del chamén, la experiencia del publico, que amt ‘sélo funcionan estrechamente imbricadas, porque Quesalid no hal gado a ser un gran brujo a los ojos del piblico porque curase a sus y enfermos, sino que era reconocido gran brujo porque los curaba. De < ‘ahi el nombre que le dio Lévi-Strauss «abreactor profesional». Esta quintuple funcién del curador: seleccién, observaci mediacién y separacién, es universal. En la India el curador es aquel que maldice y conjura, y se puede hallar un origen de la palabra «médico» en Ia palabra sinscrita «Meth», que significa «maldecir> y «conjurars, - También «Yogae significa «magia> y «medicamento». El «Yogavids es a pn ois elo nen tipe ove del ol, oS ‘ t bar 3 La verdad desu denuncia, frie) Mauss x A€VI-Strav5s asim -“imégicas y por palabras santas. En Egi Incas se distingue a Ios sacerdotes ( dores) de los facultativos (separadores funcionarios del Estado, especializados en médicos tores de servicios piblicos y médicos consultores de medicina no concierne mas que a la fraccién product scsial, aquella cuya vida tiene valor econémico. Y si en van de corte en corte y se hacen pagar muy ca esencial de Ia relacién al mal sigue siendo los hebreos, tlenen derec) héroes griegos son curadores, cor se reconoce el saber de Ia gente sen: Numerosos reyes son taumaturgos tienen a su lado a taumat patian al otro lado de dado con su sefior, el sacerdote mesopotémico es arrojado a las Tlamas somo Salomén; numerosos pode- fiadores de su vida y que los acom- reglas, deben, en a los enfermos en sus casas o en una noche o dos para recibir en fanes bromeando en Ph Pluto, antes el mas tal como es de uso, y cada uno de nosotros se preparé uno semejante. Después de haber apagado las lémparas, el ministro de Dios nos ordend dormir y no decir nada, aunque oyéramos ruido. En cuanto a mi, no pude cabeza, vi al sacerdote tomar jue a ver los demas en su talego todo lo 3s habla lugares que de los soldados muer- s, practican los exor- hombres del pueblo, vagabundos vendedores rmanente con los sacerdotes. En el afto 600 abla decretado que todo enfermo de Atenas tenfa derecho a cuidados a costa del Estado, dados por médicos funcionarios y financiados por el «latricons, impuesto espectfico tan importante que ‘en Teos todo nuevo cludadano era exonerado de impuestos durante diez afios, salvo del latricon, Los honorarios de los médicos civiles 0 religio- sos eran contratos y estaban en proporcién con Ia gravedad del mal y de 2 © tos medios del enfermo, lo que Hipécrates tlene en cuenta: «Si el médico aborda de entrada ia evestion de su remuneracion (yésta entra en algo S Gn toda actividad) el enfermo seri persuadido de que en virtud de ese 'S. Contrato el médico no lo abandonaré luego de su partida. Si no, puede % temer ..] Vuestras pretensiones en cuanto a salario =f deben limitarse a lo que os et necesarlo para perfeccionaros en wucstro que pasaba por curar a Jos enfermos de sus atribuciones a san Juan. Con el Signos de los Dioses en fechado en 742, conjura a los obispos a prohibir los sacri- ‘ as, pero este texto resulté letra muerta. También la cam- entre los sajones acabé “4 Cofrendas que en otro convierte en una potencia material. Se designa a s{ misma como propie- taria de riquezas, o mas bien como su administradora en nombre de } 6 Dios. Como ante el templo prigano, los enfermos se dejan ante consagrada al santo especialista y se suipone que se prod curs. cién con fa aparicién en suefios del santo curador. La aspersién de agua bendita recuerda la purificacién griega del cuerpo. Extrafios y fascinantes primeros siglos de la era cristiana en tos que C Occldente dudaba entre abandonarse al poder de un nuevo discurso -, sobre lo divino, en el que todas las representaciones teol6gicas coexisten \ sndn y nogoctan un modus vivendl, EI mismo Orden canfbal se perpetia en filigrana en lo vivido cristiano nte en su simbolismo, ea 1 Ia secta de los barbelognésticos'da uno de los ejemplos més espectaculares de ese sincretismo: a Jacques Lacarriére® se debe 1 dinico relato conocido y digno de erédito de estas pri de un testigo directo. Un sacerdote cristiano, Epifano, bblemen ‘nos, estos gnésticos adoraban también a un Dios que hi hija, Barbelo, cuyo hijo, Sabaoth, negindoles autoridad a su madre y a. Dios, pretendia aduefiarse del poder. Pata oponerse 2 ello, Barbelo sedujo tuno a uno a los sacerdotes para mantenerlos bajo su autoridad. Sciin et texto barbelognéstico: «Ella se manifesté a ellos bajo una forma presionante, los sedujo y recogié su esperma, con objeto de reunir en ‘ella su Poder disperso en los diferentes seres.» Seguin este simbolismo se ve que supervivencia y unidad del mundo exlgen comer el poder de Barbelo diseminado en cada ser bajo Ia forma de esperma por accién ; maligna de su hijo. Epifano describe la ceremonia durante la cual los gnésticos remedan este acto unificador original: «Pusicron a sus mujeres ‘en comdn, y en caso de que se presentara un extrafio, tienen, de hombre a mujer y de mujer a hombre, una sefial de reconocimiento: al darse Ia mano, se cosquillean la palma, sefial de que el recién legado pertenece a su religién. En cuanto se han reconocido asf, comienzan in jente ~ ‘a banquetcar. Se sirven platos raros, comen carne y beben los pobres. Cuando se han hartado bien y se han, si puedo Mena do las venas de un exceso de poder, pasan al desenfreno. El hombre deja ral lado de su mujer y dice a ésta: “Levantate y realiza el égape describir sus précticas inmundas, no me avergonzaré de decirlas puesto | aque ellos no se avergilenzan de hacerias, Por tanto, una vez que se han Gnido, como si ese crimen de prostitucién no les bastara, elevan hacia mujer recogen en sus | 10 y, con su ignominia 2 “Novotros te ofrecemos este Pascua por la pasién de Cristo.” Hacen exactamente lo mismo con las menstruaciones a por error, dejé que su semille penetrara quedase prefiada, off lo que hacen, més embrién en cuanto pueden cogerlo con los majan en una especie de mortero, lo mex- tes condimentos asf como aceites perfu- mados para cerdes y perros y cada de aborto: “No hemos permi fomulga con sus dedos con esta pasta arconte Ia voluptuosidad de burlar- ., embadurnan sus manos con jenden por todas partes y, con las snte desnudo, rezan para obtener, estas escenas al obispo de Alejandria y, a conse- cuencia de su intervencién, fueron excomulgados ochenta gnésticos. «No hay —escribe Lacarritre— razén alguna para poner en duda el testimo- nio de Epifanio. Si hubiesen pod no hay duda de que, a Jas mismas escena: r, que difiere segtin incesto entre hermano y herm: En el punto del encuentro formas det Orden de Cristo y Cronos, ci Ampone su orden y del que sélo a tos bru; considera capa les lugares de peregrinacién y de ofrendas, oraciones, agua lo dado a los pobres, evocacién de los santos y mértires cons- gia, En ese mundo de inmensa pobreza en el que los cam ios son todavia lentos y raros, el Orden de los Dioses sigue siendo eficaz, incluso para enfermedades sin relacién con el psiquismo, como el «mal de los ardientes», terrible enfermedad que calcina los miembros, debida al consumo de centeno demasiado humedo a causa de un hambre, 1a de una epizootia. En 1045, por ejemplo, el Azoe fue primero combatido en Paris con ofrendas a la Virgen en Notre-Dame, “a donde se reunia a los enfermos, Luego san Antonio fue elegido como Intercesor privilegiado para curar exe mal que se llama «fuego san Antonio», y Ia orden de los antoninos, fundada se especializ6 en In acogida de esos enfermos. De hecho, alimenténdolos mejor, se contribufa a su curscién parcial, por tanto a la credibilidad de su propia vocacion curativa. La traduccién de Orden canfoal en Orden cristiano hace del sacer- / dote el principal curador, pero también et traductor de la Orden, puesto que es él quien dice: «Convertios o morirdls, creed en Cristo y curaréis.» Los sacerdotes curadores: el intercambio curacién/conversin El discurso de conversién se disimula tras un discurso de piedad: cui. dar es un acto de fe, una ofrenda a los enfermos, los mas desheredados , de las criaturas de Dios. Denunciadores y mediadores, los sacerdotes se ¥ ‘ocupan de todos aquellos que no se integran en el orden social y nego- clan en su nombre, Es menester ayudar a aquellos que son demasiado ‘débiles para defenderse por sf solos contra el Maligno. San Hilario, en cl siglo 1v, define asi, en su Tractatus in Psalmos, el papel del sacerdote curador: «Una palabra [de ellos) retiene, castiga, expulsa a esos seres = invisibles e incomprensibles para nosotros.» Lo que hace también del / sacerdote un separador, puesto que, conociendo las palabras, expulsa el | mal, La separacién se hace igualmente.en Ia iglesia y en los lugares es. x. Pecialmente creados para acoger a los pobres considerados como victi- mas de Dios. En 370 d. de J.C. san Basilio fundé en Cesarea de Capadocia tun asilo para los pobres y en 603 san Gregorio construyé allf otro, cuna de Ia orden hospitalaria de san Juan, futura orden de Malta. Pero, para ser aceptado como mediador, es preciso ser a la vez ido, Entonces se organiza el intercambio, el Bien cont es Martin de Tours que habiéndose re cla 360, ve convierte en exoreista, Por medio de orac 'a los enfermos a quienes exige, a cambio, la conversién al cristianismo. Bajo la presién popular, es ordenado obispo en 370 y su tumba se convierte en lugar de ofrendas, como las de los curadores de Ja antigua medicina griegs. " Pero estos sacerdotes deben contentarse con Ia designacion y ta mediacién, el pronéstico y el diagndstico. Lo esencial de su papel es dar 1 / un sentido a Ja muerte y preparar a los enfermos para una muerte cris tiana. La separacién no es de su competencia salvo cuando es simbélica. EI cuidado se les va de las manos porque tienen prohibido tocar el cuerpo de los enfermos. El tinico discirso médicb laico autorizado por monotefstas es el de Ga- Jeno cuyo contenido adaptan los Sacerdotes su modo y manera. Hasta 1 siglo 1k subsisten sacrifclos en todas partes, ritos paganos e incluso canibalismo.’A los esclavos de las ciudades se les mantiene como se : Srepriar pore ° /- mantendré a los esclavos americanos en el siglo xix y a les méquinas de Jes alimenta, se les vigila y se les concede reposo si rmerias de esos campos. de trabajo, se osc a de trabajo y su conservactén, y algun ;, Sobre todo discfpulos de san Benito. En todas ‘s fas y los prioratos se com & <; la separacién moral del mal, por Ia eliminacién del pecad i del mal. Las reglas monacales no en Ia funcién de médico, obt ba vinculado a ninguna aut. +r, en 1094, se precisa que el prior disponga un local coger a ochenta enfermos. En él se acoge no sélo a Tos religiosos, sino a los sefiores y burgueses que, en los casos més graves y en iiltima instancia, se arriesgan a pedir el socorro de esos eval men. ‘otra parte, Ia posologla se tomaba de los libros de medicina gricga y de as obras de Hipdcrates, Galeno ¢ Isidoro de Sevilla. Algunas operaciones fa mensual de monjes y candnigos, se confiaba 5 Desde el siglo virt la reputacién terapéutica de algunos de esos mon- € incluso gente del campo, recurrfan a ellos, viniendo Los médicos més importantes de Is primeras cortes de Europa, como Isidoro de Cartagena, el abate Bernier, o Gerbe d’Auri- Allee, procedian de esos conventos. \ Mele faneses A partir de ellos se teje una red que, hasta nuestros dias, constituye Ia trama de a terapéutica popular; cuando un sefior o un burgués rt ira Beaumont a tratar al vizconde del Mans, a Jean rs para Hlevar sus culdados al superior de Saint-Martin y Goisbert, el abad de Ouche, estar continuamente yendo de un lado para otro. Habiendo hecho voto de pobreza, los monjes no podian, en teorfa, recibir honorarios en especies o en dinero, pero los enfermos, por espe- ranza o reconocimiento, dispensaban regalos a los monasterios, otra forma de la ofrenda sacrificial. En e! siglo x, vemos, por ejemplo, al sefior Alexandre Charbonel conceder a los monjes de Noyers un censo Nicolas en Ia isla de Béhuart. Los tes organizan y canalizan las ofrendas hacia la Igiesia, nuevo de acumulacién donde se amontonan esas prodigalidades conjura- torlas. , 7 tavirntbouch Je Ly inlaws vel oayinck emitetT ck Ley gurate? Ofrenda y perdén ep Oipador ka ator etal ‘Con el perdén cristiano, ayudar'al pobre se convierte en un medio de alejar al Mal. Pero el pobre no es todavia si no un pretexto. El Mal sigue siendo de origen divino. Sufrir es buscar la redencién por las culpas que han provocado ese sufrimiento; curar es haber obtenido su perdén. Dar a Ia Iglesia es distraer del circuito econémico para conjurar al Mal. Hacer el Bien, ayu- 3 dar a lex criaturas de Dios, es, por tanto, un medio de comprar su perdén y su eternidad. Tomando en su lu 1 nombre de Caridad 2 cristiana, Ja ofrenda conjuratoria det >, 1a Tplesia salva el alma > del pecador y se enriquece: se asiste al deslizamiento del intercambio ‘sacrificial hacia un camblo terrestre. 3 Surge entonces Ia iden de que es preciso ayudar a los pobres para AD expiar tas culpas y ganar el parafso. Se puede comprar Ia cura bajo la y \forma de redencién de los pecados, denunciados como causa de las en- fermedadas pasadas y por venir. ‘Ya Constantino habia promulgado un edicto en los términos del cual [: el tesoro piblico debia proporcionar alimentos y vestidos a los nifios pobres, Bajo su reinado se constituyeron, como modo de ofrenda, los primeros refugios de peregrinos, en Constantinopla primero, y Iuego en Cesarea en ef aflo 370. A propésito de este tltimo Juan Criséstomo es- D pra, | Mugeeryoet ss allf veréls una cludad nueva, 1 la reunién de los dones que > bergue, presentados # menwio * 8 como tos primeros ¢ lo para los transetintes y los pobres. No tard: en una forma necesaria de Ia ofrenda a Dios, un sustit en el sacrificio 3 terapéutico. Pero ef pobre seguia siendo todavia w rumento sim su funciona. / provefa. Tal Pero el hocpltat es tambien e jos pobres casi no se benefician y las cortes deben recordarle las juinto Concilio de Orledns prohibla , fo que no impedia que la Iglesia usara jgnadas. En 658 el Concilio de Nantes que reservaran a los pobres Ia —| los monasterios dos, a fin de que no vayan a vagabundear hevensuas (tes h reglas se verificase, 1a admini cuya capilla el obispo o el capellén npn bautiza,confsar y enterrar, 82 de tas fundaciones privadas, Sélo 10s primeros gozan en t : nidad concedida a las casas religiosas y, en consecuencia, estaban prote- idos por ta autoridad eclesidstica contra su afectacién y otros usos dis- Stintos det hospitatario, El nimero de fundaciones de ese tipo ha variado segiin tos azares de ~ breza. asegura mejor estatuto que decidié en 816: «Los obispos hat Ja gran crisis de la sociedad esclavista del siglo x, que asistié al des- + membramiento del sistema econémico de la villa carolingia, la situacién bres se convierten en preocupacién. Raros son los estableci pueden organizar Ja recepcién de los pobres cuyo mimer aumentar. Algunas érdenes religiosas hospitalarias son las tinicas capa- ces de subvenir a sus propias necesidades gracias a las rentas de las fundaciones y contintian sosteniendo algunos hospitales benéficos. Pron. ‘! to esa demanda de redencién y el crecimiento de la pobreza impulsaron .! a numerosas Iaicos sin fortuna a renunciar al mundo para servir a los y pobres y compartir con ellos sus sufrimientos pero también su abrigo. \ Se les ilamé los «donnéss. A cambio de su trabajo tenfan I su supervivencia, Paralelamente, en el siglo x, Benezech Francia los religiosos pontifices de SaintJacques du Haut servicio de peregrinos y enfermos. En 1120, en Albrac, en la diécesis de Rodez, se formé una orden hospitalaria que agrupaba a sacerdotes y caballeros para In proteccién de los peregrinos, hermanos y mujeres para el culdado de los pobres y servidores para el cultivo de las tierras. Poco a poco la Iglesia catélica se hizo con el conjunto de la riqueza hospitalaria. Gracias al derecho candnico, todos los hospitales son mira- dos como fundaciones religiosas, incluso aquellos creados antes de la reglamentacién canénica, por Ia sola condicién de llevar el nombre de tun santo, tener una campana, une capitla y un cementerio. Por elem plo, el Hétel-Dieu, de Paris, administrado- primero s6lo por el obispo, luego, a partir de 829 por el obispo y el capitulo de Notre Dame, se colocé de 1006 a 1505 bajo In direccién exclusiva de los canénigos.* 3 ( we Menprmns se hiciew podewses Dios esté cerca de los pobres, y Ia ofrenda con aquel que de ella se riqueza de la Iglesia y don de Dios, goza entonces poderio, principal colector de limosnas de las que el pobre es coartada, no puede mantenerse durade.amente sin una perver- 1 hospital se convierte entonces en un lugar esencial del Orden de vida nuevo Porque abriga Ia fuente de un nuevo peligro. CRISIS DE LOS DIOSES Cuando aparecen Jas epidemias, los Signos de los Dioses ya no bastan para curar el Mal. La enfermedad ya no es negociable con Dios. Hasta Ja Iglesia empieza a desconfiar de su poder sobre los cuerpos, que aleja ‘a sus sacerdotes del poder sobre las almas: gpor qué entonces seguir siendo responsable de Io irrev pecado cuando Ia enfermedad nuar dejéndose drenar por la I apartan de su finalidad sacerdotes extraviados? Se va a oscurecer la primera escenificacién det Orden canfbal. El fin de ta Iglesia terapeuta AA partir del siglo x Ia nocién del pecado no basta para explicar el Mal. ¥ aunque su misién les prohiba en teoria ocuparse de «la miserable envoltura carnal del hombres, los saccrdotes terapeutas se interesan por ella cada ver més. Médicos de los cuerpos, observadores y separa- dores, no pueden arse con ayudar a morir en el seno de Dios. peligro, intenta entonces, durante siete jos sacerdotes el ejercicio de una medi joder del Iaico, El Orden de vida se aleja ensefianza de profesores Iaicos, en teorla, es preciso que el supe- y si este favor no se concede ‘monjes médicos, a partir del Jos casos de urget 1, consideran estos desplazamientos como normales, y sus ausen- cias se hacen regulares, Ya no asisten a los ejercicios espirituales en Bx —-7 5 x1. -5 ) Tocomtin y se convierten en extraflos en su comunidad, Comoquiera que ‘algunos proporcionan recursos a su convento, ciertos abades animan ‘un monje incluso estas précticas, San Bernardo recoge en Claraval que habfa abandonado su orden porque su abad le obligaba a mujeres, exponiéndose asf al triple peligro denunciado por su je ‘el oro y la mujer. para Ievar a estos monjes a Dios, el Concitio de clérigos regulares la «prictica de la medicina con 139, el Concilio de Letrén, los amenazé con sevaras penas, prohibiendo el ejercicio de In medicina fuera del claustro. Un siglo después, las grandes abadias de Europa no tenfan grandes médi- cos, Blen es verdad que los religiosos y 10s Inicos continuaban hacién- ~ dose culdar en el interior de los monasterios, todavia se monjes a estudiar medicina con los curadores laicos, pero esta situacién _ ‘duré poco: a partir de 1162, el Concilio de Montpellier prohi samente a todo clérigo regular cuidar en el interior de los conventos y, ‘al afio siguiente, el Concilio de Tours prohibia toda ausencia de mas ~ de dos monjes fuera de los monasterios, lo que impedia profundizar en {os estudios. En 1212, el Concilio de Parts y en 1215 el de Let : prohibfan la cirugia a los subdisiconos, didconos y sacerdotes, Incluso ~ ‘el papado exigié en 1243 que en los estatutos de las érdenes se prohi- ~ biera expresamente a sus miembros todos Jos estudios de medicina y, encel mismo afio, la regla de los dominicos confirma que esta prohibicién ha sido tomada en cuenta. Habrén sido necesarios no menos de siete concilios y un siglo y medio para que la Iglesia consiguiese excluir casi del todo a los monjes regulares del Orden de vida. Seri necesario mucho més atin para excluir de él a ciertos clérigos seculares. i En el siglo x1 algunas colegiatas se convierten en centros de ense- ‘curadores alcanzan los més altos peldatios de como Fulbert, convertido en obispo de Char- os elérigos seculares pueden poseer bienes inm por lo comin, del cuidado de los enfermos en el ‘ala catedral, en general no desempefian en é1 sino un papel estrictamente terapéutico. En el siglo x1 la obligacién de residencia y asistencia a los oficios del coro sigue siendo estrictamente observada y pocos candnigos visitan a los enfermos, Pero en el siglo xrt, después de la prohibicion hecha a los clérigos regulares dé estudiar y practicar In medicina, el relevo esté asegurado por los segiares que, dispensados de asistir a los oficlos del capftulo, se ausentan durante mucho tiempo o definitivamente. lo» fs estucliahou ss Ri oes tem tor Curadores lareod YF se puede citar el caso de Pierre Lombard, candni BY se 4 , de Chart iq. bult I el Gordo elisis como médico eet ae 4 Papas les diriglan los mismos reproches que a los clérigos regi: ‘medicina de los cuerpes adquirié poco a poco su autonomia. se disponen a aprender el saber médico en las escuclas mo. come en Bee donde um asiduo auditor de licos y de nobles in a Lanfranc, o como en la colegiata de Sain eo Gulsmond de Vendome. ee incluso de la gestién del sistema hospl- 10 de un pecado, sino de un delito. Lo Y econémico y, en lo sucesivo, serd sg MEPeMe®aPaFar el poder religio, 3 je no sen signe de prodo, S17 oe de un detito. wLos Dioses y k ry ie ge Yl0s Cuerpos oonre7a—7 Doli hen p econd ica. har alle al re veugose To que es ta fun- lastante de los im- fortificacién de las los pobres Puestos y los tributos especiales recaudados ciudades acrecentaron la miseria. Los fieles To daban nada a las igle. sias, ni a los monasterios ni a los hospitales. Los abades perdfan 10s cénones de prioratos y fundaciones, Las ti deneficios esenciales, no productan nada, Numerosas parroquias ni siquiera tenfan pérroco y los clérigos practicaban el ctimulo de los beneiios para conserver Ka Po: hospitales existentes, reducian sus acti- el término «desolaci tantemente en las stiplicas al papado, para descri eaificos, Ia reduceion de sus miembros, el relajam la disciplina. rentas en beneficios eclesidsticos tan vacfo que la remuneracién del lla constituyen sus tnicos gastos. de su fundaci a los administradores cién de fundadores, se Lefevre, jefe del hospi rendir cuentas, ni mencionar tados 700 florines de oro al ho dienes de los hospicios su fun- escdndalos. El hermano Bernard en 1356 por no Y pedir pres- - Jean Guérin fades 100 ¥ no haberlos devuel f depuesto por Jos burgueses de su cargo de rector del hospital de ayenne por sus relaciones con el partido de Orleans. En 1398, el rector del hospital de Cavaillon es revocado por el tribunal episcopal: SW ~ devolacion yg ‘Mabia transformado en lupanar el establecimiento y vendido los mue- les por su cuenta. ‘Algunos rectores Iegaban a reducir las raciones de a ‘enfermos, obligados a veces a mendigar por las calles. En el ‘Angers, el personal hospitalario se repartia los recursos de! hospi dejaba’ morir de hambre a tresclentos pobres por afie, En Parts los feilglosos se ausentaban sin permiso del HOtelDieu, se injuriaban o hhacian el amor delante de 1os enfermos. ‘La inallenabllidad tedrica de los blenes Inmobillarios del hos; propiedad de Dios, no se respetaba; se imponian como ley la neces : diciembre de 1354, el clén a ceder propiedades inmobilis vendia una‘casa recibida como legado.” Sin embargo, parece que in- Z cluso los administradores de hospital menos concienzudos jamds se ha- de las autoridades religiosas los To que no les impedia cambiar particular. EI hospital pierde su funcién redentora y su credi jo, mientras aparece un poder local cuidadoso de no ‘mismo tiempo se refuerza el poder del rey, los enfermos la beben en ayunas y devotamente durante nucve ‘aias. En Francia y en Inglaterra, esta terapéutica del tacto, que interesa antes que a nadie a los enfermos de la piel, se practica cada vez mas. San Luis al salir de misa, toca a diario a los enfermos pronunciando la frase que se hard tradicional: «El rey te toca, Dios te cura, ‘Carecemos de cifras concretas para Francia, pero en cuanto a Ingle terra Mare Bloch? nos informa: «Eduardo III, det 10 jo de 1337 1 10 de julio de 1338, hizo 136 curas, Fue un afio muy pobre. No debe tomado como tipo. Desde el 12 de julio de 1338 al 28 de mayo de '340 —-poco mas de 22 meses— el nimero de curados milagrosamente alcanza 885 como término medio, en consecuencia cerca dle 500 al afio.s* Er toque del rey’ eS Signo de poder y su eficacia es tanto més recoric- elda como prestigio del poder real. El poder politico aparece en Ia cura: ibn. Se inicia la laiclaacién de 1 estrategia ante el Mal. \ Coeoum 4 poder pow hee Laioencum ce to echelesestane ef mab TuUAd TerepRal PL | WD WetlgIOEe sire <9 G aaD Abi 1015: LRAT YO puesto que, por elih, se anunciaba af tucvo terapeuta! “6 reli. sino administrativo, ‘La denuncin funciona en el discurso como un verdadero proceso. Del secrificio a tos Dioses a ta separacidn de tos Cuerpos (reas a 7” # enfermedad de I sutelnts, a comers su eoepo tvamente Tepros yor ol mo < mento a separatio de la convershcién del pueblo sagrado..., pero, tres {2 aflos més tarde, el enfermo comparecié de nuevo y lo visitaron por palpi- Qtaciones y extraccién de sangre en varias partes de su cuerpo «bien y ; ‘debidamente como era el caso [...] después de Ta cual visita y prueba, Saqueltos maeses, fisicos, cirujanos y gafos, dnimemente lo considers: 3 on manchado de la enfermedad en el comienzo de la situacién que se ama mal moreno en medio del cual, éste debia ser apartado de la con- ~Bverancién del pueblo nagrades, zed terreno preparado por Ia ¢ “2 Una vez dado el diagnéstico de Ia lepra, se produce la separacién inscribe una nueva escenifice [FS enfermo estaba condenado, << 0. Habla que avartaro ; los casi muertos (anecdtica radicalmente el Orden de” >} en efecto, apartar, en to suce, as almas. En dos siglos, ‘una nueva negociacion 2 n Ia lepra, ta denuncia, mediacién y separacién) a control tinico de ion Dioses, y a autoridad | idad det examen del Mal. En Arles la de- 1 27 de marzo de cada afio por un grupo tenddo en una came, cubieto con un pafio negro. Los sacerdotes cantan el Libera me, Se tevanta el cuerpo y es transportado con cortejo a fa iglesia en la cual se deposita sobre dos uncia de los lepro: 17 de burgueses elegidc leprosos fo hacen off ay barberos. Se evita el en & toda delacion 0 venganza pers > mismos leprosos. Entonces se envi Bajos, el reconocimiento de los A veces se consulta médicos 0 Personas de la cludad para evitar veces los denunciadores son los spechoso a la leproserta més Cercana para que se le examine y algunos son recone ~¥ Pericia: el Popelin en Sens, el Grand Beaulieu en Chartres Examen irrisorio: se vierte un poco de aceite sobre después, esta sangre adquiere un « pra. Se afiade vinagre a la sangre, y si Ia mezela aciente se le declara contaminado. Si 1a sangre Ia palma de la mano no es untuosa y da sangre de leproso. Tales métodos son Por médicos, tales como Arnaut de Chauliac en el xiv. En ef Renaci 8 , uno tras otro, todos desfilan ante el separado, to ro A Ganvcon agus benditay le laean una limosna, El celcbrante extort a ~ gato» a tomar con paciencia su enfermedad: «Amigo mio, a Nuestro 1 Sete complace qu ests fein de eta enermedad note apart “Y de Et, que st tienes paciencla, te salvards, como sucedié con el bite ave murié ante ta casa del rico malo y fue Hevado directamente al pa 3 raf le las cosas benditas, las tablillss,* los guantes y el 2urrén, Sgnos « Insgnlas de su estado, Mientras fos reunidos enionan ef De Profundis, el sacerdote lanza sobre el techo de fa casa una palada de la : estrumento formed por-dos tablllas uidas por une charnela of gigee ern hme amr ee mira crs sal lente en ta orina de la persona se declaraba lepra, inante, puesto que firmaba teéri- famente una detencién de muerte, de muerte en el mundo. Valfa el Juicio final. Anunciaba el deslizamiento de la terapéutica a la institucion 9 a nla: v je una leproserfa is muerto en el mun: retiro es mo, y sentantes de la parroquia, Para un burgo, Ia presenci ‘era uno de los primeros signos de su autonom Las primeras leproserias datan sin duda, lo mis En 1106 existe ya una leproseria en Saint-Or de Saint Bertin. Le siguieron muchas otras que el 3 de agosto de 1124, el senescal Guillaume de Garlande otorga 8 » El enfermo respon siempre porque yo lo he el mplo del siglo través de Europa. Se terio, mol » horno y mercado, en gq Te prohibo ‘con los pies Lazare, en Paris, dos moyos de vino a cargo de su ae , ¥ un moyo de queso a cargo de su molino de Mibrai ee jsmo instante Luls VI el Gordo otorga a la leproseria 3 St quieres agua para beber, Mena en los suburbios de Orleans, «su’parte de tocar cosa alguna que quieras comprar hasta que sea tuya. Te proht: fe tierra en Ardrillitres y el uso del bosque y bo que entres en taberna. Si quieres vino, haz Ilenar tu barril. Te pro- de aquella a quien despo- que st alguna persona te ‘Y viento. ~ pores, ni la cucrda si no te = nifios y no debes darles cosa “3 compania que no sea la de los se | mueras tu cuerpo BA Evidentemen 8, proveerdn a él los impuestos locales. Como ; Eautoridades moniipales se apropian de To exencil del poder de vei como el que ganaron en Amiens los regidores, que ob: 9 de guardia, visita, correccién y examen de cuentas, decision en la adm. v igos 0 seglares y nom- Et, bramiento y destitucién de intendentes de la leproserfa, A veces eran los sefiores de horea y cuchillo quienes organizaban eprosos en sus baron{as, del mismo modo que organizaban otros ser- vicios piiblicos. i Estar en una leproserfa constitufa.una suerte para el leproso, porque 7) , solfa ser un establecimiento eémodo y rico. Muchas leproserias finan- : Sai las por las comunas \. por otra parte, no sélo que sus pensio- 8 }uso burgueses, porque Ios burgueses no querian pagar sino para conjurar los males de su clase y con gusto dejaban morir en Ios caminos a los leprosos de otro origen. La Jepro- ~ serfa de Lille estaba incluso reservada a los sburgueses de cuna», con_j exclusién de los sburgueses por comprax, En Saint-Omer, se recibia a vivird solo, o con su mujer iene un alcance considerable, separacién, decidida por el poder civil, se pronuncia en la ve une poder eclesisstica y poder Inco en la cura y Ia con- jal. 10 reside ya solamente en el pecado, la culy del Maligno, sino también en el enfermo, el cuerpo del fitu extrafios que deseaban ser admitidos como burgueses para que el los vivos, y no s6lo entre’ mismo afio se les acogiera en la Madeleine. En su admisiGn, el leproso oe que, fuera de la hace entrega al establecimiento de cierta suma y aporta un verdadero ¥ ajuar, legando ‘ veces hasta abandonar todos sus muebles y toda su fortuna, Como las autoridades seglares concedian a la leproseria é 8 seguin una manera hal slo x11, es sin duda més Las leproserfas, fundadas por comunidades de habitantes y sefiores quemados de horca y cuchillo, eran administradas por los regidores en las locali- F En efecto, Ia vida de los lepiosos en el interior de una leproseria dades regidas por una carta del municipio y, en las otras, por los repre- variaba considerablemente segin los tiempos, lugares y establecimien- Q- Vine y lepe w tos. En el Mediodfa eran verdaderos pueblos auténomos donde los pen- sionistas vivian en familia y cultivaban libremente Ia tierra, En otros lugares, en Mcaux, ChAteaudun, grandes establecimientos en los qu Ia menor falta so expulsaba del establ mente por un afio y un dia, Io qu muerte. Muy rigurosa era las los enfermos y de los que res; prohibicin a unos de acer carse a los lugares reservados a los otros, de comer juntos y lavar sus ropas en el mismo lugar. Cierto nimero de leprosos elegides por el prior de mente leproserfa, En el tercer Conci- lio de iz6 la construccién en el interior de las por un sacerdote particuler. le escapar de Ja leproserta sin riesgo de muerte, 2 menos de una autorizacién que procediera de In autoridad icluso los conscjeros del Parlamento de Paris debieron someterse a Ja ley comin. Hasta cuando estaban libres, los leprosos también eran excluidos de toda funcién, sca reli © seglar. Por otra parte, las mnes se aplicaban asimismo a los no leprosos afectados por una francesa» sefiala mil quinientas dos a fines del siglo x1V, y para Ia sola Gidcesis de Paris, Leén el Grande Mega a la cifra de cincuenta y Luego, nadie, todavia hoy, sabe por qué, la lepra desaparece: cabe idm, aunque no se haya fundamentado en Ja con ‘abe también, y esta es la tesis de Mac Neil,® qu y § cedié en Europa ante el desarrollo de la tuberculosis pulmonar en este continente, y las transformaciones de la organizacién econémica, En el bacilo de Ia tuberculosis provocé, segun parece, reacciones 3 Steet a 3 Leprse x g a Lepipseria~> oareniena que tosen y estormudan, es mucho més mévil que sus compe! manera como el bacilo de Hansen pasa de un huésped a otro es conocida hoy de manera precisa, pero Io cierto es que no trata de una enfermedad muy contagiosa. El bacilo no parece instalarse en tun nuevo husped sino después de un contacto prolongado. En el siglo xav leré In regresin de la lepra. Preocupa ya tan poco que vivir enw: Por gentes con buer Fiesgos en que incurren, la gente saludable iba a de Paris acaba considerando ciertas leproserfas como sit tables.” En 1351, con motivo de su 3» Jean de Villescoublain, re- sO, encontré cuatro leprosos y ocho leprosas. Por te, encontré cinco personas sanas, capellén, hermanos y her- ara un solo enfermo. En Luzarches encontré hermanos y dos hermanas, pero ni un leproso. En Nimes, al prin: Ja leproserta, poco menos que vacia, estaba muy Reims, s6lo habia un enfermo en 1336. Esta desaparicién de ta enfermedad explica, Io mismo que la incuria de los administradores, el mal estado e incluso la ruina de la mayor parte de las leproserias cuya utilidad ya no se conoce. Pasado el siglo xv1, desaparecen numer sustituidas por otros establecimientos médicos encargados por Luis XIII de vi reino encontraron pocos leprosos verdaderos, pero muchos falsos que vivian en elas sin trabajar.® La leproseria pierde, asi, su funcién y se diluye en cl nucvo sistema al pobre expuesto a Ia enfermedad, sino el poder civil y su auxiliar, el policia. ccismo, sino encierro de los cuerpos portadores del Mal, leproserias, y luego por Ia cuarentena seguida en los hos} (Orden de los Cuerpos aparece, can la aprobacié que se evade de Ia cura, secunda el poder pol damentar su fuerza en una pot Como el Orden de respuesta operatoria a Orden de los Cuerpos dio:al mal epidémico una respues nocer Ia causa, Fuera de Ia mirada de los Dioses, el Cuerpo adquiere rango en los Signos de las vidas y en el Orden del mundo. jempo misterioso en el que el acto de curar se seculariza en el poder policial, en el cual ef mal thacerce poser por leprnse y Pare pare recieir elStovoyo erensmica cficaz sin co- 1 advenimiento del Orden de los cat idados, tltimos guardianes de Ia ATULO It Signos de los Cuerpos densi he ye Cece at poder civil En toro de Ia edad clisica, el poder politico adquiere el mal a su o ; ‘cuenta y Ia curacién a su cargo. El canibalismo se vela. Los Dioses ya no que +* Poliines, ad wimohohye 4 hespitilono dirigen deseos ni revoluciones, Con el desplazamiento de hombres y mer- 7 canclas circulan y se intercambian las enfermedades, Proli —? ‘una violencia nueva, propiamente terrestre, peligrosa: violencia de la « deja de ser monopotio de los hombres de tos Dios pera Se acosa y se encauza la violencia por otro sistema de ‘bran Ias fuerzas con otra estrategia, en apariencia nueva pero que es una segunda escenogratia, policial esta vez, del Orden canibal. inventa otra defensa del territorio, otra propiedad de las riqu Bien es verdad que, en Ia practica popular, todavia per de los Dioses. Evidentemente, el discurso médico bosqui sombra de las salas de diseccién, campos de batalla y " turo poder sobre el mal, Pero, para lo esencial, lo policial domina el . bien y ef mal, cura a los hombres en tanto como Cuerpo. Cuanto més Dioses, atin més Méquinas. ‘La mayor parte de Jos historiadores, de Ia economfa, Ia ciencia o Ia medicina, no ven en este periodo sino un largo mom de lo religioso a lo econdmico, del sacerdote al médico, y no un Orden de vida auténoma. Cierto es que inmensas diferencias distinguen u oponen entre los siglos xrit y xvitt a los grandes paises europeos. Al Sur, fasci- : al Norte, confianza en el poder loc: ni religiosa ni médica, hiato entre el tiempo del sacerdote co; In nocién de pecado se sustituye por Ia de delito, today ‘enfermedad. En todas partes la escenografia de la designacién deja de ter ofrenda sacrificial para ser coridad, pero no seguro todavia, Ya no fe negocia con Ins almas y tampoco todavia con los microbios, pero sf con los mendigos, Separar ya no es destruir, sino aislar, 0, mejor dicho, contener. Contener: palabra maestra del Orden. de.los Cuerpos, primer princi- 1. pio'de In polica en una sociedad que seculariza el mal.” ,. 6 . LOS CUERPOS DEL DELITO Cluded epicenuc de una sociedad urbana hace proliferar un mal destruc- jombre cambia de siglo en siglo y las formas de i conocidas. Interpretada en el Orden como castigo de una culpa, he aqui 2 ypone sobre la interpretacién, y § ccupan todavia ampliamente , gripe, tos ferina, dif“ desde Escocia a Italia, § pa _conocid espantables padres se comen 3 rambres y epidemias « jinados @ Ja horca® ropa propagada por Ias ratas. Ba lugares tan aislados como Groenlandia e Ir aba una ciudad entera. En cinco afios, nes de muertos, ‘buque para que tes, y en el mismo afio Viena perdia 40000 y Londres 100 000. 6 Ante el nuevo mal, se hace el vacto, como se huye y de los hombres de guerra. Se ponen barricadas en y sin que nada se pueda contra ella, aun’ cuando se atentie por ‘combatida. Las estadisticas de Venecia muestran qu en Londres en 1665, en Viena en 1677 y en Moscii en 1 Incluso antes de su desaparicién, el relevo fue tomado por otros males y, de 1450 a vecinos. En 1515 aparecié en China y Japén, quince afios Hegada de los primeros portugueses a Cantén. En ef este periodo, demostré ser muy destructora canzé a numerosas clases politicas: Francisco Borgia. Un poco més tarde, entre 1520 y 1548, Ia Jo mismo 16000 napolitanos... Balance del siglo xvii europeo: 60 millones de victimas de esta enfermedad. En 1a misma época, favorecido por In produccién creciente de tex- Importado en Espafia en 1490 por soldados que habia Chipre, se manifesta primero bajo Ia forma de una end luego arrasa los ejércitos, vacia Ins cfrceles y 10s hos obligé Meximi ‘a interrumpir su guerra contra los turcos. 30000 soldados franceses. parece hallarse en regresién otras toman el a, paludismo, escorbuto y tuberculosis reemplazan a la s, viruela y tifus. Omnipresencia de Ia epidemia que trans” rofundidad Ia relacién con el mal: todo hombre que ha cum. plido los 25 aflos ha conocido, al menos una vez en su vids, la prucba de in peste. Unos se resignan, pero ln mayor parte se aterra. La vida se es uaERigemedad cutknea, de origea troplal, cotagios ¢ infeciose,cuyo agente a siguiendo el ritmo de las hambres y Ins una vida humana se ha cumplido si ha slean- hablando de los testigos en y escapar a las epidemias y lanta como esperanza media y de Marfa Teresa frat ranza de vida varia de mnguedoc y Tas ricas praderas normandas. «Hasta los x Ia vida de una mujer casada transcurrfa en emba- razos, entierros de hijos.»” La infancia es toda fragilidad nifio —dice Hunt— est c hasta Jos scis o siete afios vale nada, s6lo vale el ni una fuerza de trabajo a Cambiado, vendido, abs existencia propia ant sesinado, el nifio medieval no tenia afios, edad en Ja cual se le utilizaba Antes de esta edad particularmente amenazada por estos gida, era breve por toda Europa. En el pensamiento popular sigue estando vivo el Orden de los Dioses; \" atin se piensa la enfermedad como signo de posesién, el cuerpo del © hombre como lugar de produccién de fuerzas vitales y la epidemia como _} inza_del hambre, de Ia tor- todavia un signo de los de salud. marca del pecado. La enfermedad, menta o de los grandes arotes césm Dioses y la comunién de los Santos gai Los muertos siempre dan miedo y se sigue alejéndolos: a principios del siglo x1v, en Montaillou, se robaban a los cadveres mechones de pelo y trozos de ufias «para que el muerto no se Heve consigo la fortuna de ta casas, No se deja de vigilar el riesgo del mal observando los signos celes- tes: en el siglo x1v, segiin los Evangelios de Quenouilles, encontrar una 68 $ de 19 afios «poseida por et demonior, peregriné en busca de san Hul 8 dia de setlembre de 1601+." Confesién y comunién son t Hebre en el camino es una mala sefial, a menos que se vuelva uno tres veces hacia el lugar de donde viene, mientras que cruzarse con un lobo, tun ciervo o un os0, es una sefial favorable durante el embarazo. La tera: 9 lores de cabeza se err @ vuelve los tobillos con bandas de lino o lefia blanca abierta o también 4 coloea In parte enferma entre las hendiduras de un sarmlento de vid, 0 por dltimo toma las mensuraciones de Ia cintura del enfermo, esto son vanas pricticas supersticiosas, porque no tienen ningtin poder para ‘Qcomen granos de mostaza para vaciar los abcesos de Ia cal Sestornudo, esto no serén vanas précticas, sino remedios pe que la naturaleza les da el poder de actuar contra ese m: 1611), ef monje Romuald Hancard observa que una joven de to, después de haber intentado en vano el exorcismo en su ci ‘Tan pronto como Hegé eno tardé en experimentar la virtud tos de este prodigioso taumaturgo que la vacié de sus demoni ‘siendo la condicién previa a la cura corporal. ‘También para luchar contra Ia peste los poderes civiles remiten pri- mero a la misericordia divina por la intercesién de los santos martires Roque, patron de los apestados: iba a sucumbir a este azote en un lugar solltario cuando lo descubrié un perro cuyo amo lo hizo cuidar y cur Se le promete una procesién anual el 9 de setiembre. «Hecho el v nes conciliares, los sacerdotes se obstinan en culdar y conjurar el mal, En 1465 los monjes de la abadia de Saint-Bertin en Saint-Omer, cuidan Jas mutilaciones, la peste y In rabia, haciendo tocar trozos del pesebre de Cristo, de su'cuna, de su mesa, de su tumba, un trozo de tela man- chado con sangre y el cerebro de santo Tomés, el polvo de los huesos 0 val wwerye del pobre ‘de san Huberto y de son Quintin. En Alemania se busca la cura en el como 1a organizacién de los enterram y la reglamentacién de los comportamientos pil pobres eran una de tas cargas més pesadas de Ia Ge que et hambre causaba més victimas que Ia 1373 la ciudad de Micon en sus cuentas dice: mortajas para enterrar a los pobrese! Se ayuda 0 3 comhiO cel 4 cial se maquilla de caridad: nativa de pobres asistidos y donantes con motivo de cada niimero de socorros es muy elevado: 14000 en Paris a princi peste de 1596, Pero In muerte allgera répidamente la carga de las clu: hoe Dah Ve2e pan MEO tip misarios de policias.* Burdeos los financia para la creacién y venta de ‘@ las estrecheces y necesidades de las personas una decisiOn del Parlamento del 12 de agosto de jos en cada gremio, que serén otorgados més alto y iltimo postor.»* Algunos of ‘3 dades y al afio 1531 se ayuda a 2000 pobres, 1 400 de ellos viven todavis te. Cuando tienen un domicili, a Tos pobres se les socorre“E splazamientos y las con § ra evitar que extiendan § generalmente en sus casas para imp centraciones (como en Carpentras jento de les i | 29 fa enfermedad (como en Limoges e ra quo ya no vayan de = | §€ casa en casa (como en Valencia, en Espana, en 1646-1 principal © Poco costosos: hacedor de mofios o macsiro acequiador. Otr {-¥ 5 Justificacién del mantenimiento de los pobres por tanto, € mis: los oficios comunales o el de panadero. A ello se pueden afadir EQ el temor a la protiferacién, Hacla mediados del siglo xvi la carldad deg Jas cuestiones y contribuclones voluntarias, eanallacion de Ja caridad ee por los poderes civiles. Périgueux en 1531, Paris en 1580, te implicaba gastos cada vez més elevados. lad de Montélimar, iento, los cuidados ~Y ién de los pobres afectados por la peste. En BarleDuc, el ~ bre de 1634, sélo se trata de ayuda en especies (alimento y ~3 en Ginebra, en 1615, se concede a los pobres una asig: “3 Q _nacién en dinero y la gratuidad de los medicamentos. XE | 2% Esta ayuda a los pobres se extiende también a los periodos sin epi: 1579, Troyes en 1586 y en 1596, Burdeos se malversan estos fondos, como aco ara pagar los uniformes de soldados. Aparte estos expedientes, las cludades piden préstamos. A los ricos de la ciudad, en Sarlat ; a los grandes sefores, en Angers en 1583, en Toulouse en 1631 bispo de Bayo- ‘A veces las autoridades locales faltan a sus deberes. Tal es el caso de Fougeres donde las autoridades, huyendo ante la peste, dejaron a los pobres sin socorro, A veces también las ciudades echan a los pobres que no pueden cuidar, como en Apt en 1587, donde los burgueses, faltos de |-$°F Ga de in menlctaad pom tadn ver mas abre a bueguesia que edn [4 $ nistra tas comunas, «A medida que Ia catidad adquiere 1a forma de |G impuesto, era justo que el control de los gastos fuese del sacerdote al magistrado, y que aquellos que debian, de acuerdo con sus fuerzas, pe 8 gar esta tasa especial, pudieran al menos regular el empleo segin las Q necesidades.»” Impuestos locales especifcos sustituyen la ofrenda de.) los fieles. En Angers, en setiembre de 1583, el presupuesto de ayuda a Jos °S de los pobres a la caridad de los ricos durante la epidemi En Lyon en 1628, se pegaba en Ia puerta de las casas de lista de los pobres a quienes debian alimentar y si se negabi se abria a la fuerza y los pobres, a falta de alimentos, se alojaban, por Jo menos, en ella. ‘Segiin Guillebert de Metz, el Parts del siglo xv tenia 80 000 mendigos, y la autoridad local se revel6 incapaz de encauzar por la caridad Tiada de pobres, que, sin embargo, fundamentaba su legitimidad, ‘Cuando amenazaban el orden politico hasta el punto de desequilibrar i pobres, financiado por un empré: ; basta y hay que expulsar de la los «pobres enfermos». Cuando davia muy endeudada y, en 1605, enfermos pobres. Todos los puel la peste, en 1598, Angers est to- Ja ciudad hasta a los amenaroben [Or el orden prbued seguir el réembolso de los gastos efectuados por ellos. En 1529 Périgueux ie reembolso de todos los apestados ricos 0 acomodados; en 1629 Castellane obtiene 1a condena de Antoine Génies de pagar a la comuna ocho escudos «por los gastos del cuidado que se le dio mien- tras estuvo en cuarentena erra de Castellanes. En otras ciudades se crean impuestos es Marsella, en 1547, se gravan las 600 ca iudad, En Parts, en 1596, en Roven, a fines de percepcién de estas tasas especiales es ocasion de revueltas y . En otros lugares se echa mano de recursos des- tinados otros usos: el parlamento de Rennes, por una decision det 24 de marzo de 1624 decidi6 financiar los gastos de la peste con el dinero destinado a la construccién de su palacio «y no habiendo fondos de dinero suficientes para el sustento y otras cosas necesarias, serén los arrendatarios y adjudicatorios de los deberes destinados a Ia construc ccién del palacio, obligados @ proporcionarlos por ordenanza de 10s co- formacién radical de 1a relacién que mantenia el poder real con el y Ia curacién: el rey, convertido en un poder seglar mas que relig ‘administraba los cuerpos y no era ya slo un intercesor ‘Si conservaba una parte de su poder taumatirgico e © mada por los conflictos entre las casas reales y el jidemias? El tocar real pasa a su vez hacia la caridad: el rey paga de rivalidad y donde la suma entregada al beneficiario del tocador (dos v Sy sll \ seldos trmeses durante Lus X11 y Francisco 1), ert ransformacién del {ocarantnca la intervenion realex Is earieed police, En pri reyes intentan reducir el ntimero de pobres y idos y una ayuda econémica a Jos ican una extensién de la pobreza, el gobierno inglés crea el estatuto afiade que una te en cada parroquia a las mis- mas personas, con necesarios a los tulli indigentes incapaces ser alimentados y mantenidos, segtin sus facul- tades, de la manera y por el precio que sean fijados por los jueces de paz del condado en que tengan la residencia, bajo pena de veinte chelines de multa por cada mes de negativa o retraso en-el-cumplimiento-de-este-— debers. En lo que concierne a los nifios ¢ indigentes, se dice que «el producto del impuesto parroquial sera parcialmente dedicado a pagar los gastos de aprendizaje de los nifios pobres y a proporcionar trabajo a los nifios cuyos padre y madre descuiden darselo, o estén en Ia imposi- bilidad de hacerlo y educario [...] Si In parroqula es demasiado pobre para que el montante de la tasa impuesta a sus habitantes pueda subve- nir a las necesidades de los mencionados, los jueces de paz estén autor zados para hacer pesar esta tasa sobre las demas parroquias del cantén, y en caso de insuficiencia de éstas, sobre todas las parroquias del com ado, Todo contribuyente que se niegue a pagar, pudiendo, seré conde- nado a prisién hasta que pague y sus bienes le serén incautados, Tam- bign seré condenado a prisién, en tanto no cumpla, todo inspector que se retrase en rendir cuentas o se niegue a cumplic su misién». En 1662, << para vigilar mejor a los pobres, una modificacién de la ley precisa que 28 3 a su campo de aplicacién es la parroquia: surge ya la caridad policial En Francia la manera de vigilancia est& més centralizada, En teorfa, s6lo el enfermo o el invélido se aceptan como pobres, tal como lo test fica el edicto de Jean le Bon de febrero de 1350: Ios responsables de la Designar a los ay ~ & 2Q = hy we He) HG. & Avs PiTBL GEMELEL 1640, que se traduce en hechos la separacién absoluta anunciada desde “3, hhacla tiempo, concretando el espectéculo del Orden de los Cuerpos. — ¥ EI mal produce, se hace menester administrarlo so pena de prolife- ~ procurador, y luego el de abril de 1 Cuentas y el = yp | su mision era separar, completando ‘tal: cada uno de los directores de uno de los hospitales generales tiene el nombramiento vitalicio, con toda libertad para comprar y vender los bienes muebles ¢ inmuebles del hospital, sin ningtin formalismo ni autorizacién. No se le pedia coents 7 de! Hospital General. Los encargados de la «instruccién espi de 10s. mendigos bajo la auto- «y ridad y jurisdiccién del arzobispo de Paris, Tal era Ia organizacién te xHiea que funcionaba asi en su origen, 8 En su apertura, el 7 de mayo de 1657, fueron encerrados alli $000 mendigos parisienses que no pudieron huir antes de Ia redada policial. % «Aunque haya que Jamentar publicamente la mendicidad que renueva en Paris el desbordamiento de los pobres que acuden de todas partes —dice una sentencia del Parlamento de 1663— el populacho no deja de arreba- tarlos diariamente de Ja mano de los arqueros, de tal manera que hay arqueros muertos y varlos heridos.» No sdlo Ia multitud impide los arqueros de! Hospital General detener a los mendigos, sino que roba y pilla la Salpétritre, Bicétre y las otras casas que de cllas dependen. Una declaracién del rey del 9 de junio de 1664 castiga con la muerte tales ataques contra los directores y Tos policias del Hospital General. Se incurre en la misma pena por él solo hecho de obstaculizar a los arque- os en el ejercicio de sus funciones. La eficacia del Hospital General se afirma cada ver m&s y el nimero de pobres encerrados en sus muros se duplica de 1657 m 1662, affo de hambre terrible. Esta en las ditimas de sus créditos. Una sentencia del Parlamento del 29 de junio de 1662 le obliga a recoger @ los indigentes del campo shasta que Hegue la cosecha, porque de otro modo estarfan en riesgo de morir de hambre», Los directores, no disponiendo de plazas, se ven obligados 2 alojar a los pobres bajo tiendas, en los patios, y este gasto de mis agota répidamente los dltimos recursos. En el mismo afio el establecimlento esté en déficit con 895 992 francos de gastos contra 775 869 de ingresos. Con objeto de aliviar les cargas, se intenta expulsar de la. provincia a los demasiado numerosos mendigos. En junio, a peti- cién de los directores del Hospital General de Paris, Luis XIV ordena illas del reino un hospital fin de que cada uno 5 e § ccc en todas iat vllasy arabals de must ino donde todavia no haya hospital general establecido, se proceda al establecimiento de un x hospital y a los reglamentos que correspondan para alojar en él, encerrar Ly alimentar a los pobres mendigos, invalldos, nativos de esos lugares ‘0 que hayan vivido en ellos durante un aio, como también a 10s nifos, huérfanos o nacidos de padres mendigos. Todos los cuales pobres sera instruidos en ellos en la piedad y religién cristiana, y en el oficio en el que puedsn capacitarse, sin que les sea permitido vagar, ni, bajo el pretexto que sea, ir de ciudad en ciudad ni venir a nuestra buena villa, de Paris y que los habitantes de villas y grandes pueblos se obliguen aello por todos los caminos debidos y razonables».” Este edicto se aplicé a gran mimero de ciudades, y la emigracién de Jos mendigos de provincias hacia Ia capital se detuvo por el momento. El Hospital General organizé as{ una red natural de Vigilancia de los pobres. Establecié una oficina de correspondencia con todos los hospita- les provinciales y cada mendigo que’ingresaba en ellos, por el tiempo que fuese, tenia all{ su dossier. Con los afios se endurecié la legislacién, J una dlsposicién del 3 de octubre de 1670 declara en particular que «los mendigos viciosos 0 redomados deberin ser colocados en una casa separada para ser empleados en ella, bajo buena vigilancla, en un trabajo continuo, a fin de impedirles perturbar lina y economia de abril de 1684 Ls padres y madres, tutores 0 curadores, o de € incluso, en caso de muerte de los padres, ‘una prisién especial; allf se les ie necesarlo para su existencia y se les emplearé en los més duros trabajos que sus fuerzas puedan so- Portars, Pero la miserla no deja de aumentar, y el especticulo ya no puede tener efecto conjuratorio sin organizacién de una separacién real del Mal. También los afios 1686 y 1687 sefialan una agravacién de las medidas tomadas contra los mendigos vali galeras a perpetuidad, las mujeres afei ‘cerradas por toda su vida en Ja chdcel , en el origen, el Hospital General obtenfa gran parte de sus recur- le liberalidades reales y ministeriales y de cuestaciones hechas en la corte y en casas principe sueldos por cada medada de sal ve de Parfs, el cuarto de la multas de texto sobre las cantidades percibidas 8 un derecho de cinco su entradas en los espectaculos, cada carroza de alquiler, 1a 5 ¥ Nuevos que se perciben ‘bios de Paris como en las 10s derechos se hacia bajo la ital General, que asi extendfan 8 sobre prendas, a seme- pos del delito, Primero un diciembre de 1666 prohibia toda creacién de establecimiento religioso sin permiso expreso del rey, con cedido por real despacho registrado en el Parlamento, Luego el derecho que se atribuye 1a monarqufa de suprimir a las «personas civiles» cuando 3 4 abrir, bajo el nombre * 'S su objetivo no responde a una necesidad de gestién de cuerpos. En apli- ‘Tcacién de este principio, un edicto de diciembre de 1672 atriby £ = de tas leproserias y Inzaretos, Hotels Dieu y otros estableci pitalarios convertidos en indtilese, medida que, por parte de los pro} |fflos de estas riquesas, provoes procesos de toda clase. Un nueva de marzo de 1693 recoge el bien otorgado en 1672 y lo emplea en )-Auevos hospitales civiles. ° Ast se realiza el Orden absoluto de los cuerpos, Poder ‘total del ‘SS terapeuta policiaco en et especticulo del Ordon cant i vigila y denun- cia los cuerpos det delito en la Auméne Générale y los separa en el Grand ‘Bureau, Los Parlamentos provinciales siguen Ia misma evolucién centra- lizando Ia administracién de Ias limosnas locales y de los hospitale: generales. El 12 de diciembre de 1698 Luis XIV confia la gestién de cada hospital general de provincia e una oficina en la que se encuentran procurador, parroco, alcalde y notables. y a $ SAB S quienes no cumplen su destierro, contra vagabundos y gen w rl benefilo, los hombres serén trasladados a as colonins © 38 o> atic como voluntaros y trabajar en el eultivo de terras u € SS Mas explicita atin, la disposicién real del 10 de marzo de el reino gran numero de vagabundos y gentes sin cuya mayor parte mendiga con insolencia y escdndalo, ‘més bien por lbertinaje que por verdadera necesidad. Gran mimero de individuos buscan y entran su subsistencia en una mendic sy colonias de todos aquellos que sean convictos de vagabundaje. Pero estos textos no se aplicarén mucho tiempo: por una parte las colonias se Iamentan de esta afluencia de confinades y, por otra, las par- n us! El orden alosiee r dui liar del YY 3 3 a a médiew Jamentos, ya en el camino de otra relacién con los pobres, no se prestan de buen grado a una deportacién demasiado rigurosa Entonces el poder real, por disposicidn del 5 de julio de 1722, renun- revelando’por la ciones terapéutleas. El alsteme del Hospital General vuelve a su popel de escenografia y continia sustrayendo 8 la empresa privada el trabajo de numerosos pobres. Los mendigos wélidos se reparten cn compafiia de veinte hombres, cada una de ellas bajo ‘mando de uni sargento para los empresarios y directores que dan algunos sueldos a los hombres «que han realizado bien su trabajo». En 1771, el informe de Tenon sobre la administracién de los hosp tales constituye una de las primeras sintesis del estado I-Diew y Saint-Louis y 12000 en el Hospital General. Habfa en total 3.000 camas para 8000 cnfermos. Y el H6tel-Dieu de Paris contaba, en 1786, con, 240 personas por sala. El barén Dupin escribe: «Antes de la Revolucién ba en el reino con 740 hospitales civiles y, adem: enfermos, 40 000 nifios y 40 000 pobres a Por tanto, el orden eldsico ha conscguldo Ia escenografia de Ia sepa le los marginados. Puede, hasta su crisis y el nacimiento, con el ranguilizar a los hombres, Ja muerte y alejarla. Paralclamente se esboza otra relacién del poder con el Mal: hay que culdar ciertos cuerpos y no contentarse con encerrarlos. Junto a los olicias, que reparan los efectos del mal sobre el equilibrio social, apa- recen los doctores, irrisorios y raros auxiliares del poder, encargados de ¥ ‘ocuparse de los mismos males sobre cada cuerpo del poder, reflejo dela‘) Patologia de los cuerpos del delito. ‘ S EL CUERPO DEL PODER Misterioso Orden de los Cuerpos en el que la policta administra ya el convierte en ai quienes se les reconoce alguna utilidad en el Orden de los Cuerpos y algunos pobres, dados en especticulo, Esta distincién no es s6lo percep- tible a una mirada moderna sobre el Orden de los Cuerpos, sino que ate ons los rw) medieung dice y porte para los constituye ya la visién explicita de ciertos contemporaneos, que perciben la diferencia de los cuidados segiin el estatuto de los cuerpos. Ambroise Paré, comentando las prétesis; habla de las piernas de los ricos siglo xvi, Théophrast 105 rleos y acomodados que destinan a hacer tad de lo que les costaria en otro lugar una piernas de los pobres. ‘8 gusto liberalidad de Pobres, que no es Ia 1 poco acomodadtos, que no tienen medios de hacer embargo, su pobreza no es tanta que tengan nece- . ni tal que no tengan con qué pagar a su boticario y cirujano los remedios que les haya prescrito; los terceros son pobres mendicantes, o que se abstienen de mendigar por vergiienza; los cuales, con Ia receta, reciben, 0 su cirujano o su boticario, por ellos, la cantidad que se ha determinado para su remedi después, el médico Jacques Despars receta una medicina dulce para los ricos «que son mas vulnerables» y una medicina fuerte para los pobres porque «creen en el médico», En 1770 Tissot escribfa en su Essai sur la santé des gens du ‘monde: «A medida que uno se eleva en el orden de las condiciones y que en torno al individuo se estrecha la red la salud parece disminuir por grados, las enfermedades se diversifican y se combinan.» En cuanto 1a los ricos, sen el seno de la holgura y entre los placeres de Ia vida, su irascible orgullo, sus amargos despechos, sus abusos y los excesos a los ‘cuales les lleva el desprecio de todos los principios, los convierten en. presas de dolencias de todo géneros.* Esta distincién remite a una préctica. Por una parte, en los campe- ia del Orden de los Dioses; por otra, en los ricos, un de vida, espejo del Orden de los Cuerpos en su idual, que hace de cada cuerpo una copia del cuerpo social y como tal lo trata: designar ahi el mal es designar un exceso; curarlo, es eliminar ese exceso. La economia del cuerpo esté, por tanto, pensada como la economia de la sociedad; puede reaparecer entonces la teoria de Hipécrates como metéfora individualizada de la teoria rly cial de Delamare: terapéutica, metonimia de Al lado de sacerdotes y curanderos, raros médicos, cirujanos y bar beros, policias de ciertos cuerpos, auxiliares del poder, hombres de la corte y la policia, ‘a consolar y conjurar. No tienen todavia importancia salvo en I los cuerpos de los més ricos y de ie uiere dar como especticulo conjura ‘que produce y el terrible encerra- 4 lo> sinos la permat r ~ En losconpesinus: el cide de los duct? , 1405, el badewde lo2 ever pos ~ Cole ene pd , copia clel over tal oe solu 9 cutie ¥ gonw Bergee 2) overs a oa! se \oreme do Pabragenc : lo 4! 3¢ parete al mal F sane economia det cuerpo Teas, e metéfora en metéfora, el saber mina el saber: primero reflejo del mos © imagen de los Dioses, el cucrpo se convierte en imagen del ‘orden social y es cui El miedo al hospital ¢s e! motor de la relacién de cada individuo con €1 mal: como el descubri det «mal de contagio» i riesgo 2 ide Ia epidemia y In casi certidumbre de la denuncia, del internamiento forzoso y de la destruccién; se empieza, cuando se esté enfermo, por 2 cuidarse uno en casa, con simples remedios naturales. Se sigue anal zando el mal en el Orden de los Dioses y se busca abf su curac -S Pre es patégeno Io que se parece al mal, y es siempre remedio lo que \w '8¢ parece al cuerpo sano: no se comen patatas porque se parecen a la piel de los teprosos, Ia carne del escorpion cocida en aceite es un reme- lo contra fas picaduras, In triace a base de carne de serplente cura las mordeduras y sitve de antfdoto a los brevajes envenenados, Los curan- j= deros populares prescriben plantas de larga duracién de vida, y prohfben O ‘aquellas que son a imagen de enfermedades. Los verdugos venden como medicamentos trozos de cadéveres de 3 condenados: los dedos para los jugadores, el pelo de un pubis para los impotentes, la piel como amuleto y talisman, la grasa, las ufias y los ca- ellos. Los cadaveres de mujeres, y més especialmente los de madres aid 0 vena i solteras, condenadas al patfbulo cuando han matado a su hijo, eran muy apreciadas porque «esas homicidas de recién nacidos daban cadaveres particularmente ricos en grasas, dando asi mayor beneficio en la prepa- racién de ungiientos» En una carta, un farmacéutico que colaboraba asf con un verdugo recucrda a la homicida de un nifio «de pechos y nal: ( gas asombrosamente gruesos», de Jos que habla obtenido «cuarenta | Hibras de grasa». No tener mal, es tener un comportamiento que no acusa el orden zésmico ni descompone et funcionamiento social; también, en el si lo xtv” el saber popular aconsejaba no orinar «entre dos-casas y contra el sol, para evitar el mal de ojo llamado Leuriol; no orinar contra un ‘monasterlo o cementerio, para no tener aplopejia ‘ni contra una pared donde haya orinado un leproso, para evitar Ia lepra»? En la ciudad, para ponderar el mérito de sus drogas, los curanderos daban espectéculos eémicos e iban de pueblo en pueblo los dias de feria Algunos compraban jrizacién real para vender sus me- dicinas con una etic ra de sus virtudes, Otros se decian 2 explicitamente marcados por sefiales divinas; tal, después de la muerte. de su padre, podja curar mordeduras de se 8 madre habla cruzado un gato sabia expulsar qt mo, se vanagloriaba de poseer un poder hereditario: el ensalmador que ) reduce las fracturas, In anciana que conocia tos simples o que poselaY cl don de las parteras certificado por el cura del pueblo, El vendedor de ganado es «juez de palo, el sepulturero y el verdugo son ensalmado- 1 quer cow g 3 res o vendedores de ungilentos. El pastor, el castrador, el herrador, so- licitados primero como veterinarios en razén de su conocimiento de los acaban reduciendo las fracturas o recomponicndo los miem. 3‘+bros rotos. La mayoria no pide dinero, se le paga en especies. A veces © prescriben el mismo tratamiento que los doctores de Facultad: sangrias, Purgas y sangulluclas acompatadas de practice mégicas, Misteriow, & el curandero resulta a menudo inquietante: sus vecinos prefieren no \ contrariatlo y sencillamente Je hacen responsable de cicrias enferme. © dades de los hombres y los gue siendo Ia cabeza de turco de las epidemi era muy floreciente y se que el de los minerales y animales: en el Istre la piedra de Sassenage § se vendfa para curar los ojos; en Anjou se utilizaba la pizarra rallada & contra las dermatosis y Ia grasa de marmota como revulsivo. Los curanderos continuaban fundindose sobre la traduccién cristiana del Orden de los Dioses y el culto de los santos curadores se exte ucho, como Io atestiguan los nombres de las enfermedades de la wal de san Lupo, fuego de san Lorenzo, mal de san Huber clones, ex-votos y misas todavia conjuran el mal y atraen los aldeanos. taura una especie de tregua:entre ef Orden en declinacién y el Orden de vida. Con la finalidad de la caza de brujas, en una sutil connivencia, curas, policfas y curanderos se reparten el poder sobre ios °2 cuerpos y sus terapéuticas se suman sin combatir: asf, para que ta Se conjuracién del curandero haga efecto, el enfermo ha de haber recibido “BY "cl bautismo del sacerdote y obedecer las drdenes del policia. En un 2% aimanaque del siglo xvu1, se puede leer, por ejemplo, contra el dolor AS de muelas: «Apliquese hollin diluido con una yema de huevo y decid B tres veces: Dios nacié la noche de Navidad, Dios ha muerto, Dios ha resucitado, Dios ha ordenado que las heridas se cierren, que los dolores ccesen y que la sangre se detenga.» Estos almanaques estatan Henos de recetas religiosas, astrolégicas y médicas. En la edicién de 1758 del Mes- sager Boiteux se encuentra un ereglamento que ensefia en qué dia de ja luna es bueno o malo sangrar: nunca es bueno hacerse purgar, medi- car ni curar los dfas de luna nueva o cuartos, sin necesidad urgente [...] Para purgar a los sanguineos, hacedlo en buen tiempo y en uno de estos signos: Tauro, Virgo 0 Capricornio [...]. En Escorpién los coléricos deben bafiarse, purgarse con pociones y brevajes y evilar cl sexo». ‘También la castellana cuida a sus campesinos; sabe dar algunos cuidados forma parte de la educacién de Ia joven noble, los cuales con- signa en sus cuadernos de recetas y secretos de familia. Madame Fouquet, madre del superintendente de finanzas de Luis XIV, obtuvo un priv: legio real para imprimir un Recueil de Remédes faciles et domestiques ‘que tuvo un gran éxito en los castillos, La eficacia de esos remedios no siempre era irtisoria, el ensalmador os Maveo Hixto ce bos curand = a9 3 sabja efectivamente reducir las fracturas; ofrecer pan, carne.o vino a fermo le ayudaba a recuperar sus fuerzas, y las prohibiciones de, '08, como las virtudes de los simples, proceden en general de un § saber acumulado que ha concluido por pasar sus pruebas. & Al margen de esas teropéuticas anteriores entre lo més distinguido ¥ = 8 de la sociedad, en el cuerpo del poder, una nueva relacién con el cuerpo enfermo, menos eficaz, pero mds coherente con el orden domi: mal del cuerpo es entonces deseq $ librio: desequil los humores resultante de su invasién por fuerzas nefastas. Si se admite entonces Ia correlacién del cuerpo y de! cosm Wes con los cuerpos celestes y ya no con los dioses: el sol regula el raz6n y el costado derecho; Ja luna, el estémago y el lado izai Jos pulfio al eu Los werpe> DESE QuiiBeio : i siendo el mal cl desequilibrio, curar es ibrar tos humores. -mpo de su elaboracién, tas tradiciones griegas y “S izan y el discurso hipocrético puede ser entendido por ‘morboso». En el lugar de la constituye, rd 5 El distursa hi poonnhen entends do por el police, En el siglo de la sangre, es tos, las edades, timientos de cdlera, de jt de los bafios calientes y fri Para él, a cada estado p categorizacién puede por el pulso i tica Ia hipétesis de Avicena segin la cual «mujer prefiada de un nifio tiene mAs fuerte el pulso del lado derecho, més leno y més frecuente el del lado izquierdo». ‘Una vez se ha revelado el desequilibrio en esos signos, puede hacerse a separacién. Negociar con el mal es cerrar el cuerpo a las influencias 0 pamae Cl gyerpe 1 los medito wanes, metifoa ce la celatida Con los : “pees ‘desastrosas, curar el mal es separar los humores sobrantes: sangls, le vativa y purga, metSforns perfectas de la eliminacién de los potres, son las medicaciones esenciales. Del mismo modo que los pobres legit. man el poder que los contiene y separa, hermatrosis, hematomas. Y hematemesis legitiman la sangria. Se sangra a los mamones de tres dia $77 $e culdan las enfermedades de ios adultos por medi es san. a grias, alterndndolas con purgas y lavativas. Guy Patin, decano de la fa. is 5 cultad de Medicina, eseribe en el siglo xvr: «La sangre en el euerpo tn mano es como el agua en una buena fuente, cuanto mas se tact, mas se encuentra» En un aflo Luis XII sufrié cuarenta y siete sangrias » MYeoscientas doce lavativas, y para sus médicos no estaba enferm sino porque no se purgaba y porque su cerebro no tenia e1 ¥ porque por temperamento se sonaba muy raras veces nido esta velada para comunicarnos su resolucién de no tomar cos ‘alguna purgativa. Acomodandonos a su humor, abrimos la puerta trasera por medio de lavativase? U.S Dr. Ye Reflejo de una busqueda de equilibrio, entorno sobre el cuerpo, la medicina sabe tratar las formas simples de 1a enfermedad del aparato respiratorio y del sistem det nveve er g 8 x gs q caldo para pobres a base de gachas sin carne. Se e os pobres que viven Iejos fal x 5 & = § z E g 5 x g z = Le Médecin des montagnes, Le Médecin des pauvré res et doraisons précieuses contre te mal de de rhumatismes, les fievres, la teigne, la colique, ete., difundidas por los buhoneros a través del reino. Med tna > Doctores, cirujanos y barberos x ae Ja metéfora del cuerpo se encuentra con exactitud ia distincién de AE S& funciones: e1 médico denuncia y vigila a la manera de la Auméne Géné- SS rate; los darberos y los cirujanos separan como el Hospital General. Na wlase Me bo dud, z SD _ Metétora en ta cual In persona no es engaiada, ni el médico niet enfer: & Q \me hi el poder: ef primero no cura, el segundo no es curado, el tercero xs no garantiza cl saber. Y, sin embargo, el sistema funciona y Ia metéfora S_ Puede estar dada: porque hay que inscribir el orden general de los = cuerpos en el cuerpo tual, porque doctores, cirujanos y barberos ¥ YAY Femedan, en la particularidad del cuerpo, el trabajo del polleia en la S 3S . universidad de los cuerpos. . S Sk En toda Europa, @ partir det ~Strasmitida por las comunidades judias, y se desarrolla una ~ 3profesion nueva salida de tos conventos que la habjan amparado durante "Edicz siglos. En efecto, cuando la Iglesia prohibi6 toda actividad médica gf Sus miembros, los conocimientos médicos se localizaron seculariz4n. Rdose. En las facultades de las grandes ciudades, en los cendculos de las ‘ciudades pequefias y en nombre del saber hipocrt pee wy 5 influencia drabe S Nave, 4 ah tel de los sus honorarios seguian siendo’cosa suya, como si pa s6lo cuerpo que cuidar fucse el cuerpo social, como si los cuidados dados al cuerpo indi luesen tan poco dignos de crédito que no i caucién. Metéfora, la historia de 10s.) de esa época no es si no la parodia secundaria det espectéculo( ipal representado en el escenario social por los policias. A partir de mediados del siglo x11, cuando los conventos se cierran sobre los monjes médicos y los ghettos encierran a los médicos judios erseguidos, sobrevive el primer facultativo seglar: por lo general per- tenece burguesa de las ciudades y los burgos y su arte suele En ciertos lugares, descendencias de estos facultativos, las mires, se perpetiian a lo largo de varios siglos. Sus mujeres, las miresses (o mirgesses © mégeres), practicaban el mismo oficio 0 ay daban en Jos partos. Ignorando las jJovencisimas facultades, ellos se ins- trufan en su familia o al lado de otro mire elegido como patrén, Inscri. tos en los regi v multitud de facultativos de pos. Pero la medicina sriega, refugiada en cl mundo arabe y los conventos, despertada luego Por traductores y facultativos judios, no tardé en competir con ellos. } Primero en el sur de Europa, en Salerno en el siglo x, luego en Bolonia, Montpellier, Napoles, Salamanca, Paris, Oxford, Cambrithe, se tundon ALR las primeras universidades médicas y, con ellas, aparece la autoridad VS de una nueva categoria de médicos. Se confiemard en el siglo xiv on tre >< ¥glaterra cuando el juez John Cavendish reconozca, en NA terapéutico del médico seglar, afirmando la no culpabi de éste en aso de herides infligidas al enferme, salvo motivos reconacidoe etl: minales 0 diabélicos. (Stratton versus Swolon): a contrario, la prueba de su competencia esté hecha por el reconocimiento de st inocencia en las consecuencias postoperatorias. LA HEDICUA Gkis6A) mivérgicla der mids ton Ur Me moricocume Fes dispense del cel se les prohibe hacer sro, ya casi habfan desaparecido en En otra ze a ‘Honorio II1, la facultad de Montpellier e 8 4 afiadié tres nuevos ensefiantes (anatomia y boténica, Negar a 1452 para que el cardenal de Estor . Pero atin deben pertenecer a la fe catdlica y de dos visitas a un enfermo grave si antes no ha llamado al confesor. En realidad, en la practica estas obligaciones En Francia hay La autonomia del saber médico se afirma desde principios del si. go ximt en algunos lugares de cooperacién informal entre macstros y los, primero clérigos y sujetos a votos, excluycndo a los judios, ijos de verdugos, bastardos y las mujeres. sna fuente de beneficios para tulares, que un aprendizaje real. En todas las universidades, id es, en teorla, muy larga. Asf, en Ia facultad de Paris, creada en los estudios de bachiller duran en prin jos de los doctores ensefiantes obt meses. Para alcanzar el grado de zs de sus padres un adelanto de 7 000 libras para estudiar. Creada antes que la de Parfs, en abril de 1220, por legado del papa iniea, con la universidad gf y farmacia, y quimica). Los discfpulos eran pensionistas y estaban repartides entre jeron otras facultades, pero wenee, Orleans, Burdeos, Avignon, Lyon, Rouen, M s6lo podian ejercer en. tentaban cambiar d lugar, arbitradas por xbia que repetir, para convencer al enfermo, Un médico del empe- MMdor Leopoldo describe eet la sivuacion hacia 1 clmiento de filosofia, matemfticas, quimica y anatomia, si diado jamds los diagnésticos ni 1a semiética, ni la dietética, ni la fisio- 108 logia, cualquiera puede darselas de médico [...] con tal de que sepa de memoria cuatro aforis Hipécrates, una docena de pasajes de Galeno y algunas otras vagas citas de cualquier autor clésico.» En teorfa, ‘el médico esté preparado para ue outa comprare su dk solamente el importe agar yond jatura y ocho dias © in aiios recibido Ordinarios 2 400 libras y el «pequctio ordinario» 300 I ‘odo se compra y todo se vende, La misma tesis, nece: saria para ¢! diploma, cuyo tema permite sobre todo descubrir Ia habilidad del candidato en disertar en la lengua del poder, podia com. ~~ tesis om el sin, temes jenen los bastardos més caricter que los hijos legiti- La ceremonia de recepcién era un ritual piblico de iniciacion y de egitimacion muy cerca del : «He aqui al joven Moreau, ta ma- ravilla de su siglo y de su escuela. Qué maravillal Pero no hay nada que se pueda Hamar ma iquicos que, a la manera de buei T burguesa, daba en Ia Facultad, (no tuvieron ta tonterfa de escribir a mi ? padre diciéndole que, desde Hunaul de mérito tan grande?» Durante 3 quetaban Ia peluca, se pontan zapatos rojos, vestiduras y goilla } En resumen, ese ritual no verificaba sino las cualidades de elocuencia y 3 & {de mundologta, cert s6lo el pertenecer a cierto grupo social y la 5 capacidad de pagar una larga educaci6n o, mejor ain, educacién alguna. 2 Faltos de reconocimiento oficial por el Estado, los médicos se erigen } 3 ellos mismos en semidioges oficiales del mal y se estuerzan en eliminar ” 2 los otros terapeutas, de los Dioses y del Cuerpo. Si 3 econoce el monopolio de las curaciones. Si en 1331 el rey de Francia prohfbe a cualquiera la practica de la medicina en Montpellier sin el acuerdo de Ia cludad, ese texto queda sin aplicacién ni extensién. wOmiaey Y Y Tin Teconocimaenlo Of aae Oropuite buon. de. la Hed, Ley el mismo modo, cuando Enrique VII promulg6, en 1512, la primera ley inglesa de organizacién de la medicina, no se arriesg6 a juzgar el liplomas, se contenté con obligar a todo candidato a pasar por ambicién proteger el saber, sino ayudar a los médicos a defender su monopotio contra la competencia de curanderos, sacerdotes y both \carios, En Francia Carlos VI fue el primero en someter médicos y ciru- janos a eximenes de capacidad, seguido por Francisco I que abrié a cier- tos facultativos el Colegio Real y:confié a Ambroise Paré la organiza. ccidn de una medicina de los ejércitos. ‘En realidad, el rey no parecia creer en el saber que aparentaba vigi- Jor: a pesar de los reglamentos, programas y ex4menes impuestos por facultades, concedia, en efecto, a cualquiera y por simple firma el t{tulo de doctor, fiera para beneficiarse, fuese para hacer un médico de su corte, En 1572 Carlos IX nombré a diecisiete doctores no miembros de facultades; en 1593 Enrique IV vendié treinta y ocho diplomas de mé- dicos, cirujanos, is, desmenuzadores de piedras y boticarios a ‘quien quiso comprarlos, A pesar de Io que a veces daban a entender @ los decanos de las facultades, los reyes de Francia y de Inglaterra se negaban, por tanto, a hacer respetar un monopolio de universidades, como si, para ellos, Ia economia del cuerpo fuera secundaria y poco ddigna de erédito. En 1606, a peticién de un tal doctor Bonheur, Enri- ‘que IV probibié incluso al Colegio Real obligar a Jos médicos a afiliar- t seadl $ Frente a esta reticencia del poder a reconocerlos, las facultades y > corporaciones privadas, celosas de su autonomia, nunca reunieron mas 3 de un centenar de miembros cada una y sélo n una subvencién minima del Estado: 800 libras por afio en I Parfs. La influencia de las facultades se extiende desde el saber de los médicos a su producci tifica, y una obra de medicina no se publi- ‘aba con el imprimétur salve cuando lo certificaban «conforme ala sana doctrina de Hi ae ‘Sin embargo, las facultades de Paris y de provincias no estaban de nw lod teemoer recentada su potencia, Paris intent6 imponerse a Franci {043 y 1644, a peticiOn de la facultad de Paris, decisiones del Chatclet y del Parlamento prohibieron a todos los diplomados de Montpellier, salvo fa los médicos del rey y los principes, ejercer en Paris. En respuesta, en 1668, los médicos montpellerianos de la corte, y en particular Acquia, Obtuvieron que un estatuto especial permitiera a los médicos de provin- iss establecerse en Paris. En 1673 Luis XIV instalé oficiaimente una 107 S a . : 'Y anulé esta decisiGn. Sin embar- 16 mantener esta Cimara hasta que Fagon, diplomado de Ia facultad de smo tiempo, se expuls6 de la capital ion Ia facultad de P \ sjubilée>, permitién. ciertos diplomados provincianos como médicos dole recibir a su en Paris, ._ Mas tarde el poder de las facultades se ‘Ro ser controlade y demasiado ineficaz poder real, que se scntia responsable de los ridicules corte y la burguesta se lamentaban y de I oo ¥ de los que se burlaba con elamente al Orden absoluto de los Cuerpos se organizaron las IV reafirmé Su monopolo, explicitamente esta a los hizo demasiado abusivo para Para que no se le que la éxito el licencia se hizo obligatoria la Peesribieron la enselansa reino, y ordenaron proveer Goncedr diplomas a los estudiantes sino despucs de ines ace ae on dios verificados por inscripciones de cada ont Pero coisa 8 anunciaba que cl Estado tomsbn a st cee ol eee Permanencia de dos afios en un hospital. medicina en todas las universidades del liatamente las cétedras vacantes y no meio gue S2 Cambio, prictlcamente sin efecto. Por ejemplo, en 1767, el rey hubo lc reiterar la orden de destituir a los li de rec In Profesores que concedieran diplo- En otros lugares de Europa el saber médico ya no se tomaba en serio y era también poco vigilado por el aparato del Estado, En Ingla- terra, por ejemplo, el Colegio Real de medicina consideraba tambicn la medicina como un arte y no como un saber, como tna reflexién a propé- menor de equilibrio terapéutica® También en América, Dioses estén al Indo del x hao 2 los relauoses Ds) Por heven econ L Grete cue medias ‘otros curanderos, pero no tuvo ningin efecto, y se multiplicaron las cescuelas que en dos meses concedian el diploma a quien pogaba. En las grandes ciudades numerosos médicos diplomados de Europa quisie- ron incluso encontrar un nombre nuevo a su ofico para no ser confun. titulo en el bolsillo, a los médicos se les planteaba el pro- biema de encontrar una clientela. La demanda solvente era muy redu- ipio obtener empleos més seguros en la corte real 0 local. Su carrera, como su iniciacién, se discurir, y Julien Offay de La Mettrie escribia tuna guerra de médicos entre sf. Con tos enfer. medicina no es ms que una artimafia.» Para quienes desean ‘en [a ciudad, el primer imperativo era adquirir un apartamento libros que habfa acumulado. Indispensables también para su pre tuna montura, personal, dos trajes distintos (el de gala y el uni rio), accesorios necesarios para mantener el papel y el rango en la escena del Orden. Los médicos de esa época salfan de la burguesia (oficiales del rey, dos, negociantes). En los siglos xv y xvi, en Provenza, la mayor sen "esi Ba ss 7 Pc Pay ‘porque ese estado, «ademas de que procede del trabajo del espiritu y no de la obra de las manos, es més bien honorable que mercenarios* La moda de seleccién de los médi copia la tradicién nobiliaria de la herencia y a principios del siglo os Pean du Chesnay contaban siete generaciones de médico: se dieron tres generaciones en los Helvetius. Sin embargo, Guy Patin y Cabanis, que hicieron una gran carrera, fueron hijos de abogados muy pobres, Fagon lo fue de un oficial admi- vo de Ia armada, Thouret de un notario, Fernel de un pel ‘de una hilandera. Hijos de barbero, cirujano, boticario, s del establecimiento paterno, a veces accedfan por herencia a la medicina, loma y el saber, las facultades controlaban el mimero de médicos e intentaban repartir la clientela solvente y las cargas ofi- clales. Por otra parte, raras veces se hacia fortuna ¢jerciendo en Ia cludad, porque se despreclaba la remuneracién, sinénimo de comercio, mientras que daba prestigio vivir de las liberalldades de los sefiores. Bn toda Europa los médicos de facultades consegufan limitar su nime- ae sz g ¥ la Facultad de Paris no sobrepas6 jamés el centenar de miembros; MM se dejaba a los barberos que, en el csmpo, solfan ser 10s tinicos tera: lié mAs que cuatro diplomas por afio entre 1640 y 1670, cinco: peutas del cuerpo. 1752 y siete en 1786. Durante t En 1431, en Francia, en 1642, en Gran Bretafia, también, los barberos Paris un promedio se agrupaban en cofradias, la cofradia del Santo Sepulcro, cuyos esta: tutos aprobé Carlos V y a la cabeza de Ja cual colocé a su barbero personal. En ella se admitia de derecho, sin gastos ni examer rors barberos del HoteHDieu, después de un periodo de *, @ cuyas exigencias debfa doblegarse la ciudad si no sus mozos en uno de los hospi Pero sélo euldaba a los nobles y no queria saber nada En fin, ultimos profesionales drones ebtenian su primero eetatutosy repamentos» en 1650, em Ex VS AMAL RBS Roa PERE estas lras, desde el siglo xv los médicos se consideran y! basinal samen reeee obsesionados por Wegar a carecer de 3 liares de los cirujanos y también ellas formaban parte de siglo xvir Guy Patin se lamenta de que «si no se = san Cosme. Controlando los cuerpos de los nifios, se convertian, con entra remedio a este abuso, seré mucho mayor el nimero de mé& xf el maestro de escuela, en un engranaje esencial de! Orden policial y de >Bs uae que el de pobres en Normandis, y frailes en Italia y >” Ja Contrarreforma. El 20 de febrero de 1680:una declaracién del rey 5 bos mea Prohibla tambien a ls protestants desempeBar ls furciones de coma: Bios médicos de Jas facultades, vigilantes y denunciadores del mal, SS] dona. La facultad de medicina no se interes6 por su formacién, y las } Reelosos de sus privilegios, los defienden rudamente contra los otros cu & & parteras salidas de los servicios de parturientas del Hétel-Dieu estén radores del cuerpo, Sucede que la cirugia y Ia farmacia, i ay i fa farmacia, que exigen co. > lejos de ser numerosas para la ciudad, {eer | SS oe aes : cen 3 2 denunciadores del mal (médicos) ¥y agudas los conflictes entre Europa. En Inglaterra, por presiones ejercidas en la Camara de los adores (cirujanos y barberos). Lores, el Colegio Real de Medicina consigue controlar Ia legis en La prohibicién hecha a los por el Concilio de Letran en “2. ji ear licos, denuncii h ilio 2} ta que se basan cirujanos y boticarios. Los médicos, denunciadores del ,< § 1215 de toda cauterizacion y toda incision condujo a confar au ejercicio _ S mal, nobles o burgueses, se sienten poseedres de un saber y node un eats ra se cred el Colegio Real | = comercio, y, en consecuencis, jerdrquicamente superiores a srberos \) de Cirugia, ven el siglo xt se creaba ¥ | y ios cirujonos, separadores del mal, Pero esto ult ‘aeepuan on Feel JE] Zune sesimente de tor cvcrpes del delio, de ira “ns : . ae eta Pits irujano de San Luis y de Felipe 2 3 her a los pobres, quieren ser, después de numerosas batal insabo- jermoso, mi 3 on ji poder real. tot; enna cofradinpartculr el colepo de ten Conse del mambre de YS | goa" eer 19 Faced de Pais brave el PANO Que ¥9 Te con: fu santo patrén. Hizo de q NN Stee nto P nado, reagrupando a hombres de 'S $Y S’Vara el control de ios exdmenes de bacbero y ciruj igaba a los experiencia en un gremio sin relacién con el ritual de la Jdiplomados a prestar juramento de ayudar a luchar contra los curande. facultad de medicina, Tra ‘uerpos que los médicos no tocaban ede no gjereer la medicine. El papel del barbero vio también y efectuaban los actos quirt ad Penosos y Ia colocacién de las prote- fi - Ytrazados sus limites en el texto del juramento: «Jurdis sis, Se ocupaban de los leprosos y los sifliticos, pero experimentaban Zeraréis ni en Paris, ni en los suburbios, ninguna m laxat cierta repugnancia a intervenir en los partos, operaciones que conside- & ‘yalternativa o confortativa y que no recetaréis nada que no conc aban asquerosas. El aprendizaje, como el de otras corporaciones, di, Oe i in operacion manual» La cirugla se define como sarte mana, lim raba de diez a quince afios, y para ser reconocide como cirujano, los WW tado a la diéresis, In sintesis y la exéresiss, Las fronteras eran celosa- aprendices debfan producir los veinticineo actos de una obra macstra, mente vigiladas y los médicos que ayudaban a los cirujanos o barberos 8 decir, Hevar a bien una operacién quirirgica espectacular y répida, f aprender la medicina eran castigados, como aquel médico parisiense Porque la calidad de un cirujano se juzgaba por Ia velocidad de la ope- ‘condenado en 1607 a prisién por el Parlamento por haber ensefado a raci6n hecha sin anestesia, Jos barberos Ia respiracién, tema reservado a los médicos. Las sangrias, las ventosas, los cuidados dentales y la pequefia cirugia ‘Aunque vigilados por la facultad, los cirujanos estaban, en efecto, las cofradias de cirujanos de las de los barberos, Por sumisién a los sim- bolos del saber del tiempo, aun se exigia a los alumnos cirujanos el estudio del latin y la filosofia, consagrada por el grado de «Maestro en artes», y se restablecian en «los derechos, honores y privilegios de la ‘Comunidad de San Cosmes, ‘Médicos y cirujanos penetraron En Ia corte, en (a guerra, en la separacién de los cuerpos del en el corazén de las instituciones. fa, ayudaban a hacer tolerable la a tratar los cuerpos del poder. G wbdices Girdjenos separaton los cuerpes del detile y ratutom tes “doerpes del poder: Curanderos de ta corte, la guerra y Ia policia Destinados @ una corte 0 un ejército, funcionarios de policia o instals- dos en Ia ciudad, los terapeutas del cuerpo tenfan un estatuto siempre inestable. Los médicos cortesanos, adorados u odiados, perentorios o discutides, desempefiaban Ja mayor parte del tiempo una carrera fulgurante y breve, a imagen de la validez de su teoria o su remedio, al imperativo "5 de Ia moda. Se elegian de una manera compleja, por relacion o intriga, w Pero, por Jo general, en las cortes se encontraban los médicos més ~ dotados y mejor formados de la época. Su carrera era también el re 2 sultado de un juego sutil de influencias, Vauthier, que primero fue criado 3 de un franciscano, «médico del pueblo» para Marfa de Médicis, y luego «primer médicos por. haber curado a fa reina de una erisipela, después ., de 1a Journde des Dupes* fue enviado por doce afios a la Bast luego, durante diez afios fue el primer médico de Mazarino. El mrs lieriano a Aequin, que habia llegado a ser médico del rey Luls XIV, fue © ennoblecido en 1669: Nombrado intendente del Delfin, compré el con- dado de Jouy-en-Josas para su hijo ¢ hizo nombrar a su hermano obispo > de Fréjus. Caido en desgracia y sustituido por Fagon, fue despedido como un Jacayo y perdié toda su fortuna, Bajo el reinado de Luis XIV la casa médica del monarca estaba en su apogeo, con setenta y seis médicos, veintidés cirujanos, diecinueve boticarios, cinco operadores, de los cuales tres estaban especializados, tres herbolarios y diez barberos: habfa mas diplomados en la casa real ‘que en toda la capital. La direccién estaba a cargo del Primer Médico del Rey, que no obed las rentas de un consejero de Estado. Cualesqulera que fuesen su formacién y su origen, tenfa trato de preferencia sobre todos los «) = 4 _B110 de noviembre de 163, dia en gue el cardenal Richelieu en despraca, recobré st autoridad junto a Eals KUT. ee demfs médicos del reino y, para rendirle honores, cuando visitaba la fenutted de Paris, incluso no siendo su membre, el decano y los bach! Heres salfan a la puerta a recibirlo. Pretextando la necesidad de un con- trol policial de Ia medicina legal, ejercié una verdadera jurisdiccién sobre toda la medicina y la farmacia del reino. Obtuvo el derecho de vender, a quien le fe cargos de ci- Tujanos expertos de justicia y, hasta agosto de 1776, titulos de médico. De esos derechos exorbitantes us6 sin limites: ciudad de Grenoble hubo de protestar ante la corte diciendo que et primer médico del rey vendfa por cien francos un documento que daba titulo de cirujano a quien To quisiera, sin ningin estudio, ni control por la cofradia de san Cosme. El cargo de Primer Médico cambié de Peanos a la muerte del rey, pero el anterior conserv6, no obstante, su ‘sus rentas de consejero de Estado, Me ee desta l rcinado de Lit XIV, e cargo de Primer Cirujano, no se daba a la nobleza. Fue el Rey Sol quien, revelador de ‘mportancia de la cirugia, ofrecié a su Primer Cirujano et cargo de “Macstresalas que permitia alcanzar, al cabo de veinte afios, la noblera Jereditaria, Ennoblecié luego a Félix, y més tarde 2 Clément, el tocé 10 jogo de las princesas de Francia, y a Bessitres, cirujano mayor de campo 8 y ejércitos de Su Majestad. Ps St mmédieo cortesano trataba al rey, también estaba encargado de & sareas anexas, como elegir a los enfermos que se proponian para ¢l © ocamiento real, Los médicos cortesanos, ingleses 0 franceses, no se 2 Gejaban convencer por los ritos curadores y Mare Bloch observa que 8 oiae nilagros que Hevaban a cabo los principes eran para sus,médicos Gique no contradecian en nada su sistema del mundo. Con ‘solo envieban al Tey a los escrufulosos rebeldes a todo trata- 'Y Bernard de Gourdon, en su Lys de e, escribe: menester haber recurridc y lo ha sido i 2 Cirujan aparentan creer agul qi sefOr€5 su epta tocar con el principe. cop nT eb ee hp puedin legar a ser meéiicos de grandes sefloes lo bastante ricos para & ,, destinar a un médico a su persona. Otros son funcionari de la admi- Y pdr, 2 ei can ay cnc oo es § del Louvre y de las Tullerfas, de Vicennes y ; 2 detour Se ld eb ea Oa ot 'S 3 Geo del Gran Consejo, médico de la Gran Cancill en también, ag ‘de facultades, numerosos cargos de auxiliares de po- \E\ para los médicos n 2 a Leet otorgados directamente por el rey: médico-de la generalidad de 8 Fitts pare las epidemias, médico para el Ayuntamiento, médico para los v5 ts ce ‘0 Feely rente observado con respecto a los hospitales cuyo en! rias veces por disposi viembre de 1778 que «ordenan a los s de Ia pol Policia y de Ia cor al campesinado ni a los pobres confianza al curandero o al barbero. Asi, en la cuenta detallada de la fabrica de Ia catedral ce Autun para el ao 12941295, la tnica mension de un acto médico concierne a un gasto de cinco sucidos pera utendet a un caballo y el Livre des métiers de Etienne Boileau; compendio de cuenta de lgin tratamiento mele res dos n par sy mal, Aran obverva: Los sldados ¥en auc, coun erin ned. mos, se les culde menos perder porque cuesta dinero tener otros. Ly hes wamaiien te usd mis * Anions pest de Pais formes sobre la salubridad de Ia villa de Paris, médico encarga tar a los prisioneros de la Conciergerie” médico del Chaveie Consejera de la policia sobre la higiene, la Facultad previno sobre fa situacion de un cementerio, sobre los medios de luchar contra Ia epidemia y sobre la eleccién de una La sumision de los médicos y ci Para el Delfin. as susodi z i i i i i i lad como de las circunstancias tas libras de multa, prohibicién, conforme al reglamento». médicos 0 cirujanos no atendian Por otra parte, concedian mayor los cuales no se pueden urante el sitio de Amiens, $ idados pret mci toy I Mos reogor te inborn y camponrioey Coufianso a gum ‘en 1597, Sally organiz6 los primeros hospitales tales militares temporales cerca de todos los €} \ dadero cuerpo de cirujanos. La intervencién de los méidicos entre el casos de epidemia, no para curar (en get icamente a base de sangrias y | para hacer creer al pueblo que a los pobres durante Ias plagas, como la ciudad de Orvieto en 1340 por otra parte) a dos médicos. Pero la Gran Pe tornd este embrién de organizacién! y los médicos, también toc: juirse a peso de oro: el 24 de octubre de 1 médico de Orvieto percibfa un salario cuatro veces superior al asalarié (muy mé sélo pudieron su: y cuando murié el 4 de no se presenté nadie, ni traté a un estudiante, En Avifién, en 1348, el papa Clemente VI contraté os apestados indigent médicos se negaban a i uel mismo afio su médico Guy y vergonzosa para los médicos, -, fa varios médicos para atender gratuita Pero tan grande era el riesgo que apelando al consejo de Galeno: hi de Chauliac anota: «La peste fue res regulares, con $ asf como un ver- 10 sélo es real en los papel es més bien tanto que no se atrevian a visitar a los enfermos por temor al conta gio, y cuando los visitaban no hacian nada y nada ganaban porque todos los enfermos morfan, excepto algunos que al fin lograban escapar de ellos con bubones maduros.»* En Chalons, el 24 de marzo de 1483, se contrata a un barbero pero la epidemia fue tal que el médi céndose el consejo galénico, huyé a Troyes en 1486 y la \dose asistir a los apestados», renuncié a tener un médico asalariado, uno el tiempo de cada epidemia. En Lille, de 1397 murié en julio, su sucesor en agosto y solo un médico de Cam- brai logré conservar ei puesto y Ia vidi Sin embargo, bubo que recurrir a ta contrataci to de 1627 en el que se requerfa, para cuidar al de la epidemia. forzada, como en agos 3s apestados de la isla de Ré, a un cirujano de Pamiers condenado a diez afios de galeras. Luezo, f partir del siglo xv1, fue el mismo poder real el que destacaba a médi- cos y cirujanos a'las localidades afectadas por Ia peste. ‘Poco a poco, el campo de acciGn del médico se fue extendiendo: apar- te de In epidemia y lejos del campo de batalla, acudian al hospi para visitar a los enfermos indigentes o las victimas de Ia guerra, y para ” ‘conocer los cuerpos del delito, para hacer como si se ocu- Profesor Hubert aceptd, asa, acudir una vez por semana al cambio del disfrute de una ros médicos y, en 1530, se 10 destinado a este estableci- isita diaria de un médico, 8 tié en sede quirdrgica con Pleno derecho, En 1613, el profesor cirujano del Hétel-Dieu fue elegido Por concurso y nombrado para un periodo de seis afios; a partir de ste concurso tuvo efecto entre compafieros. Los médicos del eu eran nombrados entonces por los administradores del hos- la presentacién de sus colegas. , en el hos} Pobres ya no eran atendidos por los médicos como por Jos poli delito, no teni ‘Hos; ex perme vier cour S que prodigar a los cuerpos del poder, pos de los Gre han expe ones, Antes de ensnyarlos en los cue Jas aguas, las operaciones quinirgicas, Ins fu ¥ los emplastos en los pobres... Cada médico o cirujano que inventa un nuevo remedio para Ia sifil de Bicétre 0 con los en Ios archivos naci Puede ir a experimentarlo con los pobres Idados en Jos Invalides; Pignot ha descubierto wales, de 1772 a 1782, cerca de 50 solicitudes dirk lo del rey para el ensayo de nuevos remedios en los los pobres, sdlo tenian derecho a cuidados inexis en la Auméne Générale, don: ‘aban millares de pobres, también que, por si fuera mucho, isorios, cada casa del in cirujano para Enfants no tiene la caridad de conten- , cobrando 620 tarse con menoss, por ui Paralelamente, se esboza ya el proyecto de una medicina gr: para el pobre, comparsa mudo en el especticulo de los cuerpos. Conce. Bido en el ideal de las corporaciones, slo puede aplicarse, a menos que vuelva a discutir el Wredioina. Sra head te. es Ps pa del oficio, recibfan a veces un porce nos derechos de entrada y los dedic serables 0 de huérfanos, a los cuidados de los enfermos y ancianos que formaron parte de la profesién. Se trata, en realidad, de compet efectos de la enfermedad mas que tratarlos realmente, con: que curar. As{, para ingresar en Ia cofradia de jévene: la iglesia de los Grands Augustins, habla que pagar sei rechos de iniciacién y tres libras de cotizacién anual de cuarenta aftos it wanales durante seis ~Pcausase, un cofrade podia recibir cuatro libras semanales ~ semanas, y un compaficro demasiado mayor para trabaj ~Y Sincapacidad irreversible recibfa veinticuatro libras per afc, La cofred } ytomaba a su cargo los funerales de los miembros indigentes y financia- ~£ Sa para ellos quince meses especiales por afio, 3 >" Aledo de estaytontativas fragiles } puntuaes, ef poder re los haciendo creer alos pobres que J valor. Pero el abismo entre la medicina y el pueblo no es sélo de ‘orden financiero, reside también en la credibilidad: ni siquiera por el pueblo va a visitar al médico, que, por otra parte, nada irle y nada que hacer. Cuando, en 1370, Carlos V ordena s ge Jjanos de Paris que aendan gratuitamente @ os pobre del 8 rea y que Jos cirujanoe de san Cosme designe, el emer ay tuno de seis cirujanos jurados para ese menester, pce eae aes ae cual no ocudeh los pobres. - i y reeiben a los ‘anecdéticos de la estrategia pol x simt complement $P fambidn cuando, en el siglo XVI, ope Rena : Shoes con Ta . ganisar una medicina popular, den ichelieu, en 1612, le dio por misiOn establecer un fe tos pobres def reine ya ereacion de una ofcina de direccionese, copecie de mereado generalizado donde se podia encontrar a un criado, sill um apartamento pedi dinero en préstamo, fn el mismo lc organi conslis gratis par los pobres, primero semanas, ego Glas, 60 formacin en Montpelizr su asin pr I quimica je com f i i jes, y su casa se illan con los boticarios, a quienes asocia a sus trabajos, y su cas cpiverte en un laboratorio en el que se preparan nuevas droge pros Gtitas por la facultad de Paris, como el antimonio. Obtuvo también, por thos especiales, una especie de monopolio de la quimica y 8 Grob, en 1635, la Société Savante des Médicins Frangais que se convirtié. jdamente en lugar de a A ee eee ieee te \ fermos, En 1637 alcanzaron un auge extraordinario las c > tuitas que afectaban a un nimero significative de parisienses pobres. <& RRenaudot y aus hijos se hicieron asistic en su tarea por quince doctores © ilegados de universidades de provincias, to que no pudo tol °S versidad de Parfs que sintié menoscaboda si r proceso contra Renaudot por ejercic de Ja medic See ce te eRe ae ir oe M. Renaudot, La facta prolamaba en los maros de Fars, de marzo de 1697: eLos decanos'y doctores del facultad de medina hhecen saber a todos los enfermos y afectados de cualquier enfermedad, us reat por pobres, ue podran encontrarse en su colegio, calle de la Bacherie, tod sdbados de cada semana, para ser visitados en caridad por los médicos, Giputados a tal quehacer, los cuales se hallarén en el citado colegio, mt ientras que la facultad page a los doctores consul ta sueldos, Renauidot hacia pagar tres sueldos a cada en- \) us dones. Pero la consulta de Renaudot dependia Q ipe y, a la muerte de Richelieu, perdié su condicién \S ibirie el ejer- “S as, bajo pena de ~L iento y, después de un proceso f el 1 de marzo de-1644. Alcanzé una increil Fae te cousvitas proceso, la mayori cuatro esquinas det reino. ina gratuita para los pobres cayé cn el olvido para més de x8 algunos médicos de la corte y la facultad iniciaron Y@ 0s, come Jo demuestra la circular real de 1728 ordenando S)eque se envie todo tentes de Renau ias los fendentes de las provi w remedi subdelegados y por elon # las here sy mranas igentes en las ch 3 pueblos los en pea 3 dadosamente eran, en efecto, entregados gr z sefiores, pero vendidos por Por otra parte, en bre de 1771, tres médicos parisienses, Bou: \ 11, Guilbert y Colombier, organizaron el primer sistema de seguro.de S.-Y enfermedad. El coste se habfa fijado en doce libras por afio para un a muy altos t mo afio, el decano de la facultad pidié al comisario general de, © policfa que paralizara esta tentativa, recordando que la facultad abre ¥'~S ga sus Puertas a los indigentes, que las consultas gratuitas se efectuaban 1% 8 fe Re mas cot El nite Wo jweeBAa vib 4 so y de Luis X, Henri de cada sébado y que «sus miembros estén siempre dispuestos a trasla darse indiferentement de todos los ciudadanos de todas las clases. ‘cuyo trato exija Ia continuidad y que la exactitud de, sus cuidados no se proporcionaré munca sino al estado de Jos enfermos que las requie- ran, lejos de estar determinada por la manera en que podrian recono- ~ cerloss, Impotentes ante la omnipotencia del monopolio, los promotores de esta empresa de espectaculo de un género nuevo, ellos mismos deci jw dieron desaprobarlo, Treinta afios mds tarde, la idea se haria realmente > X practicable. Et dinero de tos cuerpos 0 EyAIcAwh EL Raro ¢ improductivo, cortesano y funcionario, al médico se le pagaba ‘al afio por la institucién a Ia cual pertenec{a 0 por el principe para quien trabajaba, sin salario preestablecido, Con algunas excepciones, no se ganaba la vida curando, sino explicando ‘el mal, proclamando que podia algo contra él. A imagen de Ia economia de los cuerpos que funda su saber, su remuneracién no responde a un acto econémico sobre el cuerpo, sino a una relacién con su paciente, que varfa con el grado de 12 wemmmeratida bel au os consitas siglo xv el precio de una visita ordinaria equivalta al de una misa rezada, *& Ye al salario diario de un jornalero. En general, los honorarios de los _@ | Médicos de cllentela se pagaban cada dos afios; en provincias, se per- 3} cibfan a veces en especies, en cargos, en dinero, en trigo, en ie, en alimentos. A la muerte del enfermo, los médicos eran los acreedores jados de Ia sucesiGn. En Parts las discusiones honorarios, del Chatelet el enfermo wgaba en favor del médico cuan; \ estaba més que muerto de enfermedad. BEE ‘A los médicos hospitalarios se les pagaba en la visita; eran los me- nos favorecidos y sus honorarios los controlaban severamente las admi- les. Las fluctuaciones de estos honorarios y su valor la confianza que el poder otorgaba a los terapeutas y las adquirido, muy pronto, como hemos visto més importancia que los mé- dicos en el Orden de los Cuerpos, no’ se anduvieron con chiquitas en aprovecharse de esta ventaja: uno de los cirujanos de Felipe el Hermo- ville, de In manera més clara aconsejaba ‘a sus colegas reclamar honorarios més elevados que los de los médicos. , El cirujano de Carlos el Sabio ganaba més que los médicos del rey. Sin § smbargo, los médicos de 1a corte hacfan fortuna: Jacques Coitier, mé zy TF tiene probablemente un fundamento reals. Ademés, la higiene impuesta 3 Ja policia y 1a organizacién urbana, se revelan como factores cura: >_> § thes. For timo, a partir del siglo xvmt, les temperaturas Invernales 5% sarrollo de la erfa del carnero en Inglaterra y en Espaia © -S Jos europeos a cubrirse mejor y apartar a las ratas, so- 3 8 Bg Portes del bacito. $3 Pero el Orden de tos Cuer >| hospicios «tornos» del tamafio de un recién nacido, que permiten el abandono anénimo. + iz Estas medidas resultan imperfectas: los gobiernos europeos ‘Do puc- 3 den asumir los gastos de mantenimiento de estos nifios hasta la edad { ‘.adulta, y esos hospicic ren répidamente el cardcter siniestro de * smoriderose. En Londres, de 15000 ~~ watio no dan cuenta de las enfermedades in- s6lo 4 400 legaron a los 15 aiios, Tal enteras: et paludismo y la tuberculosis sltuacién sublevé a In élite intelectual de Europa, y © mediados de! % serie de enfermedades mortales toda- Sislo vm, una abundante Uteratura predicaba la conservacién de fs 3 "| nifios». Todo el pensamiento politico y médico del siglo xvrtr se levanta “3 a de los nifios de pecho». Su intencién, en © efecto, es doble: permitir Ja reproduccién de Ia fuerza de trabajo de q Jos pobres y reorganizar la educacién de los nifios de la dite. £ Por lo que concierne a los nifios de los pobres, el Hospital General ~ 4 3 fecciosas que asolan provinei 3 9 sigue atemorizando, ast coi 5 yvla mal conocidas, como la gri _y §lidad campesina continda siendo = § 80m todavia reservas demograficas Bg de una saludable campafia. En Londres, durante todo el siglo xvii el 3 Zmumero anual de defunciones superaba en 6000 al de nacimientos y se contra «la induste = 2fequerfa un nimero de 600 i ', de Paris publicaba en 1761 un nuevo regiamento, en virtud del cual se Shion ce nH Pati um pbc {fy ae Fs In ur een, a eli o8 Especticulo corriente en Londres eran los cadaveres de nifios lle 3 342. ‘emplear a las hembras en tabores adecvadas a su sexo: nando las calles o los desaguaderos. A pesar: no puesto a la epide. & 3 F> mis ee 3 mia, Ia esperanza de vida seguia siendo breve” incluso para los cuerpos \) ? 3 SEV ee del poder: para la generacién de la noblez: nacida en 1550 ldsdas Gee ‘era de 36,5 afios para los hombres y de 38,2 para las mm En 1650 inaba a ser soldados, a servir en descendié a 29,6 afios para los hombres y 32,7 para las mujeres, En las tropas y a formar obreros y habitantes de colonia, y que adoptando 1750 ascendié a 44,5 para los hombres y 45,7 para las mujeres, Entre 3 el consejo de la comisin, a este respecto, se procedera conforme a la el pueblo era todavia mas débil a causa de una mortalidad infantil del : 7 $ orden del 90%, considerando una higiene deplorable y unas desastro- 3 3 ineficaz el sistema del «torno», De Grasparin, un informe @ $88 condiciones ‘prenatales. 3 al rey, propuso sustituirlo por la organizacién de ayuda a do- D 4 Per. a finales del siglo xvzit, que contempla la cafda del infantici- 378 suprimiendo el secreto del origen del nifo, y por una genera- = ilo, in desaparicién de las grandes epidemias y la mejora indiscutible >< lzcion de nods, Insesilemente oe suelo consderar los hospitals 3, de las condiciones de vida, se plantea el nuevo problema de la acepta de nifios abandonados como hogares pablicos en los 4 ran 2 cién de los nacimientos. En fo sucesivo el nif, considerado individeal symente, ya no es cosa de eliminar como cuerpo del delito, sino de pro a i 2° teger como fuente de riqueras. En este conten, los nies abondccatee, inzos del debery los del smor paternal ™ Nace entones a Idea de gue 3 cada vez més numerosos, plantean un nuevo problema a la sociedad. El ey Lee eee en mimero de abandonos en los hospitales de Paris pasa de los 3000 anua- B) Se que los criasen en medios rurales. Los hospitales — rie ssi Tes en 1640 a 17000 en 1° 20 % de los niffos nacidos en Paris eran)! @ gleses enviaban a los nifios a «nodrizas», a quienes ad a head nore abandonados y el 40% . En visperas de Ia Revolucién ese por- smodrizas asesinas» 0 «carnicerass, porque pocos niles salian vivos centaje se estabiliza en un tercio de los nacimientos. Incluso ti es cierto i ‘ aque el cato de Parts es paricalars ex la meds ca que una parte de A, pots, el Indie de mortsidad infant no deere, o apenas, La tos recién nacidos abandonados en la capital proceden de la campiia de hallar nodrias, a mrialidad de os nies que eles con circundante, en todas partes el abandono de fs nifior es prictca co. § rca de los hospitals para nis abandonados J 1s tres rier lacién infantil de la cual hay que hacerse cargo 4 3 violentamente por los médicos. as ar Glia ea ructuras anteriores de confinamiento y a consi. 9 del sigue rt se dediaban a le educacin artificial de Jo nite derar un sistema mds econémico y menos mortifero, El Parla. 3 $ 10 i cxf de lo nll pobres, haciendo 0 uno responsable del emeo mento inglés crea entonces los hospiclos, destinados a recoger a los re brecimiento intelectual de la élite:de Ia nacién y isan te nifios abandonados. En Francia, para prevenir el infanticidlo y el aborto aR en fuerza de trabajo, Médicos (Des Essarts, Brouzet, roy, ¥ Proteger a los nifics abandonados, se instalan en los mutos de los Verdier, Buchon, Heurtin...) y polictas (Prost de Royer, comisario de ‘nota en sus (2 Hemos alcanzado una demasiado desdichada delicadeza. "= timientos naturales, nos parece algo bajo y de pueblo, bres son que un padre © una madre no eduquen a ‘uieran ni los alimenten. Ya no nos enternecemos al ¥ que se apartan a todos los ojos; una mujer ya no serfa encem Pareciera preocuparse por so.» Mis alin, Turgot escribe: «Los hijos ‘causan rubor, se les mira como un estorbo, se les aparta, se les 3 4 un colegio © convento para ofr hablar de ellos lo menos que sea po J sible.» 2 Pero este interés sibito por la infancia no esté vinculado sélo a S ta emergencia de las ideas democrat industria y sus exigencias ‘v comienzan ha hacer su aparicién, y el trabajo ya no es un modo de fija- = én de Jos pobres, entre otros, sino, en sl una fuente de ingresos y fe poder. ay Proteger a ios trabajadores I ya no es el pobre, sino la enfermedad del pobre, que reduce su 2 0) rendimiento. Hay que proteger ‘su reproduccién y funcionamien- _* 0 3 io S jette le mow ae ob esp, a gentes a quienes se ha educado traeré una ternura reciproca.» Serén marineros, suplir milicias 0 po- En un momento en el que el campesinado puede todavia reproduccién de fuerza de trabajo. fos, economistas, enciclopedistas y ciertos médicos, cercanos al de las luces, se interesaban por la salud de los trabajadores a cada vez més amenazada: 1a duracién del tra- bajo de los obreros, que era de 20 semanas por afio en 1566, pasa a 48 cen 1694 y a 52 en. 1726, mer soe PS ites niiosenbuon Aida 2 oo Se pice opada elon anddheoe Los mercantilistas criticaban el despilfarro de los hombres en el tra- bajo, acusaban a Ia enfermedad de disminuir la productividad y pedtan que los médicos y comadronas fueran financiados por el Estado para ferme dad | i g a g g a i s 3 ‘mas comienzan a ser analizadas por el policia y el médico, El terapeuta % de los cuerpos no puede nada contra ellas y aparece una nueva signi ficacién del mal. Bernardino Remazzini, profesor en Médena y luego en Pavia, su De Morbis Artificum, descripcién clinica de cincuenta isto que el acto médico aporte su ayuda y se ocupe de la f la en Gmenged te prosioe peligro el oficio que ellos han elegido. yeu prefacio a La Médecine, la chirurgie et la pharmacie des pauvres: «Es necesario que haya pobres, pero no es menester que haya misera- 5 bles; éstos sélo son la vergiienza de la humanidad; los otros, en cambio, _ Bentran en el orden de la econom{a politica; por ellos la abundancia rena en Jas ciudades [...], las artes florecen. Si tantas ventajas se obtic- i. Shen de los pobres, gacaso no merecen que se les proporcione al menos ald pote aed fer cle pobre! designa a los artesanos como una élite a Ia que hay que proteger. ‘médicos comienzan a describir las fabricas y los accidentes del treba; Pero las facultades francesas no se muestran sensibles a ello, porque, para ellas, el mal conserva su sentido hipocratico y los trabajos médicos sobre el trabajo carecen de su aval. Los facultativos més sensibles al movimiento de las Luces deseaban Smo ba ew. tener su propia sociedad donde expresar su critica det sentido del mal y del Orden de los Cuerpos. El 29 de abril de 1776, Turgot, por dispo- sici6n del consejo, creé una comisién de médicos encargada de estudiar # las epidemias y las epizootias que se evadian del antiguo Orden. Bajo in Ia Société Royale de Médecine que, © ir: La Société Royale de Médecine, 6rgano de control de las epidemias, se convierte poco a poco en un punto de centralizacién del saber, una instancia de registro y juicio de toda actividad médica» ‘Allo largo de su corta existencia la Société Royale tomé médicamente a su cargo la epidemia, Calonne escribfa en 1787: «El rey desea que 1a Société Royale de Médecine continie entregindose con celo al objeto principal de su instituefén que tiene por finalidad conservar a los hom bres preservandolos de las epidemias.» Pero, més alld de est puede verse el reflejo de un interés nuevo del poder por la salud trabajadores. Lo demuestra el prefacio de Foucroy, traductor ft de Ramazzini: «Seria deseable que la Société Royale de Médecine, trabajos se extienden sobre todo lo que es sitll, quisiega encargar a los médicos de provincias hacer investigaciones sobre los artesanos.» Pero ime A leis tbe oes f este interés por la salud y 1a reparacién del capital humano, ilustrado Por algunos anélisis de gestos profesionsles y de lugares de como causas de heridas y enfermedades, y por una los conceptos de un mai nuevo, quedé en Ia situac efecto, en los archivos de Ia Société Royale de Médecine s6lo se encuen- tran cuatro informes sobre estos temas. En 1780 el doctor Colombot, de Besangon, envié a la Academia «unas paginas para servir de compendio hist6rico sobre las enfermedades de los fabricantes de géneros de punto y relojeross. El mismo aio el doctor Beerenbrock, de Montpellier, dirigié «una contribucién répida sobre Jas enfermedades de los doradoress, y el doctor Chevalier de Serre, en Ga- pensois, una breve memoria «sobre las enfermedades de algunos arte tor de las manufacturas Pajot des ladas sobre slos peligros a los cuales grande y de pequefio tinte», elas enfer- los obreros empleados en Ie gran y pequefia dades ¢ incomodidades a las cuales cexpuest impresores en talla dulce». En Ia conclusién de su memoria sobre los obreros de pafie- preservadores; serfa, em consecuencia, digno de la Société Royale ‘Médecine proponer premios y otras, el noble afin de concurrir en los designios de humanidad que animan tun cuerpo de sabios tan distinguidos habria sugerido medios propios para alejar los males que oprimen a la clase numerosa.» La Société Royale de Médecine le respondié: «Semejantes deseos anuncian un alma sen- sible y movida por el bien de 1a humanidad, estas observaciones nos arecen que han de insertarse en resumen en el volumen de Ia Sociedad, serdn materiales preciosos para servir a la historia de las enfermedades de los artesanos, en euya colaboracién se ocupa la Sociedad.» ies Charmes denuncian a avaricia de los jefes condiciones desastrosas de trabajo y al abandono y Ia negligencia de los obreros, 35 de los maestros del Orden siguiente, los femas apenas preocuparon a la Société Royale de Médecine, que, por otra parte, afladié a su respuesta: «No sera facil remediar su desaseo porque es una consecuencia de su miseria y su mala conducta.» En sus informes, algunos de esos médicos quisicron proponer incluso mejoras de las leyes del trabajo, como la legalizacién del retiro sugerida por Beerenbrock: «Ese mal no es absolutamente incurable siempre que los enfermos puedan decidirse a abandonar a tiempo su oficio, pero esto no es frecuente, porque la pobreza y la avidez de ganancias suelen com- prometerlos a reanudarlo en cuanto se han aliviado, y cuanto més fre- cuentes son las recidivas, menos eficacia tienen los remedios.» Se lee ‘las enferme- > a a Los maeehos ae! Or. de TAS Los MEDIdos HigiepisT EL CoEerO Desa de SEL obreros deben cambiar de postura con la mayor andonar el quehacer de vez en cuando, ‘des Charmes, anunciando las futuras relaciones entre médico nsejos a los directores ara que los obreros en a odiar su trabajo: ide empresa conservar la salud de sus obrero: rrecauciones indicadas, poco dispendiosas io los das en otro informe: frecuencia posible pasear, ir a caballo, ‘se podria en muchos cas0s, conserv: preciosos lia, arrancar de Ja miseria © Trade e hijos desconsolados {...]. Se evitaria fécilmente peligro atendiendo a tamizar esos ingredientes al ff Ia idea de una enfermeria en fos lugares de 1 todos los empresarios de establecimientos un poco ciudad o en el campo en medio del bosque, fijos en sus mismas manufacturas, al menos a tener cerca i s © Gerta provision de instrumentos 0 drogas necesarias para poder prestar = >a} menos los primeros socorros, siempre los més utiles, @ los abreros J}. hogados, asGixiados, victimas de las cpnsecuencias de su trabajo, o de su imprudencia.» a Se inicia asi el poder i do en los médicos por intermedio de los jefes de empres smador ante 1a Société Royale de Médecine de 1a memoria ‘des Charmes sobre 10s impresores, declara: «Hay que divgirse 3p adsucllos que los conducen y les pagan, el empresario de una manufac- arene a be de viglar tas sas; debe exigir de Sus obreros que i ficient Jimpios para sus rovistos de ropas y vestid ficientemente seepajbe, 9 ee él quien debe ofdenar que se deduzca de sus jornales 10 nocesario para mantenetlos y renovarlos, Los obreros se someterdn a sus feglamentos, quienes se convencerin de que no podrn entrar en una Imanufactura ni tener trabajo en ella salvo con esas condiciones.» ‘Cuando el mal cambia de nombre, cuando el cuerpo deja de ser un ‘en un capital, aparece entonces un nuevo tera- hha sucedido al sacerdote impotente ante el mal ‘tra en el mundo del trabajo y el universo familiar; ‘planta al médico de,facultad para asegurar la ramos de exhorts diee y la bobica eu la euprecn, q el nédieg pse EN to 00 uno y otro caso, inservacién del trabajador primero nifio y 1ego adulto, Devito POA eoMvElT! SOPTAL! Pies terape Det poticia al médico in todas se denuncia al médico tradicional. Ya no puede respon- der todas Pheves necesidades, consuela cuando hay que trata La gute Se'lamenta de sus sangrientas hazafias y ya los estigmatizan los prover bios populares del siglo xvr: «Quien sacerdotes y médicos trata se acues ta herético y enfermo se levantas; «Médico joven, al cementerio jorobas, Ie pones, eErrores de médleos 1a terra los cubres... Molitre, Boileau, "putaen, los medicos \- Madame de Sévigné, Lesage y Goldoni los hacen risibles: «Soy del parecer ; , indo a las «matronas® respon de dedicarme toda mi vida a la Medicina, Considero cea el oficio So a ee ta naa eae el pisses oma ak mejor de todos, porque, 1o haga bien, o 1o haga mal, se me paga siempre & sables de scckdentes perinatales, En i de Ia misma manera, La aviesa mentira no cae nunea sobre nocotlos, Y cortamos, como nos place, la tela con Ja que trabajamos. Un zapatcrs haciendo zapatos, no sabria estropear un trozo de cuero sin rever ol ato} pero aqut podemos estropear a un hombre sin que nade weet Los errores mo son de todos; y la culpa a tiene siempre el que se ‘muere. En fin lo bueno de esta profesién es que entre los muertos hoy luna discrecion, la mayor del mundo, y jamés lo veremos 4 © que lo ha matados,?, dice Sgunarelle de! Médecin dudosos?», al lado de una serie de documentos sobre la transfusion parguines, Primero animal, luego de animal al hombre, y luego det | } se habla de medicamentos inyectados en 5S de emprenderla con los fundamentos del futuro } las venas y G. B. Denis habia de un caso de locura episodica eurado por har “in de los médicos. La ensefianza clinica se or- | la transfusién de sangre de ternera, En 1683, el Journal de Médecine 50 2 describe las investigaciones de Leuvenhoeck sobre los misculos, el cere $ é + bro y Ia médula espinal, y relata el descubri ic x un cuerpo de besa pie en fa jerarquia militar.’ As * | 3x5 en integrar a los ientras que, en el sistema 3B como los otros oficiales mientras que, en pana EFAS F528 tamaba en tos casos de urgencia o de una inmine ma 4 Ea reglamento de 1775 preveia un programa de cada aio un «cui priciio y clinco de las principales enfermedades que reioan entre ls los ejércitos y guarnicionese? Por orden del Ibe eney nombre, por abadidure, en todos los hospitals alaresy latanes por In cludad, 5 fen un asno «flaco y enfadoso, vuelta la cabeza hacia la cola», 2 El parto desempefia un papel esencial en la toma de poder del cuerpo : irajano mayor y boticario con plena dedicacién, \ médico, que suplanta a las comadronas y se impone con todo su utillaje 3 civiles un een introdacir ningin remedio nuevo en los !: ganchos, tenazas, palancas y forceps. Luis XIV animaba a los ss a cargo del Estac ‘de que el ministro de In Guerra hubiera hecho ‘© superar Ja antigua reputacién. Ennoblecié a J. Clément, Nw § hospitales militares antes de qs & We dren aula }yqt0% S009 9 See cay Tes Ye ‘examinar su naturaleza y propiedades por el consejo de administracion. tribunal que juzgarfa a «todo particular que interviniera en medicina sin En 1772 la ensefianza dada en la facultad no correspondia ya a las > haber realizado sus pruebas de capacidads, En agosto de 1790, arrastra- realidades de 1a préctica. En ella reinaba la confu rey nombré “y dos por la tormenta amticorporativista y Ia desgracia de la funcién poli s de médico, “cial, la Société Royale de Médicine y la facultad de Paris fueron suprimi- Pero esta reforma quedé sin efecto a causa de ‘popular con © das, supresion que no resolvié pro! Iguno, como lo subraya Ia 3 Eogte'g lon mos. En los albores de Ia Revolucion se fe en fon & peticién del 26 Brumario Aflo 11, dirigida a la Convencién por un tal Libros de quejas: «Con esos dos remedios, tratar y purgar, se extienden 2 Caron, de la Section Poissonnitre, que 2 los médicos formados en la ~£ Por los puebios que devastan con asesinatos sin Cuento», o: «Los m& L tacultad tos calificé de schariatanes de quienes el pucblo quiere ser 10 dicos han ot © defendidos. No hay simplemente mayor autoridad que designe el saber eee \. y produzca el médico. _f envle al cam; " Dos afios después de Ia supresién de las facultades de medicina y de “h de ser el terapeuta privileglado para ise en el guardién del valor ‘corporaciones, faltan cirujanos en los ejércitos de la Republica, En {y del terapeuta nuevo, se desea un control estadistico de la salud con un © ocho meses, seiscientos halian Ia muerte en los campos de batalla, © registro de los nacimientos y defunciones en el que se mencionen las sjército hubo de reclutar a oficiales de sanidad y formarlos. El temor Denfermedades, el género de vida y Ia causa de la muerte. Se pretendé ¥ el desconcierto cambian entonces de signo; ya no asusta Ia presencia que las razones detalladas de los casos de reforma sean indicadas por 1 pletérica ¢ ineficaz de los médicos, ‘su penuria: gran vacfo social f 108 consejos de revision; en fin, se exige el establecimiento de una topo- & doblado por una falta de denuncia explicita del mal, Michel Foucault J Brafla médica para cada generalidad, «con cuidados restimenes sobre laa. _pudo escribir entonces:, «Médicos improvisados 0 empfricos veterans pasiones dominantes, el vestido, son tanto més temibles cuanto que la hospitalizacién de los enfermos pobres se hace cada vex més dificil. La deshospitalizacion de la enfer- medad, que los hechos imponen en una convergencia singular con los grandes ensuefios revolucionarios, deja a la poblacién sin proteccién ni socorro.+ ‘\- Pero Termidor ve a muchos oficiales de sanidad, liberados del ejér- 2 ito, instalarse en la ciudad o en el campo y alistarse en los hospitales jorancia, mas pesada de soportar en vidas huma- lucionario que ve urdirse las contradicciones de B (Les decir, una de las clases de hombres que tienen mayor instruccién y e intentarse las utopias més osadas en Ia = ~filosofia, forman quizd también la que més ha defendido a la Revolucién © _y contribuido a propagar sus principios.» _ = Gn 1749 se crea Ja Escuela de Medicinm con los miembros de la los Signos de los Cue: mayor confusién y cris los cambios de orden ya concept fo un par entre un proyecto de de toda gestién del mal y una tentativa antigua facultad de Paris. De este modo el conflicto que opone a los de sacralizacién del médico, entre suprimir la medicina liberdndola y terapeutas para asegurarse el control del poder se traduce con el adveni- revalorizaria centralizéndola, miento de la ciencia médica, nueva manera de legitimaci6n del poder. En En 1790 los Annales de Médecine proponen a la Asamblea de los Es- Gran Bretafia, por el solo juego de las fuerzas econémicas, y en Francia tados Generales un proyecto de funcionarizacién de los médicos, proyecto por la guerra, el saber clinico triunfa sobre el saber hipocratico y, con él, Nees ae : i sale a escena un nuevo curador y cambia el Orden de vida. Ly hivule del saber clinica El Orden de tos Cuerpos en fragmentos thieu Géraud, que pedfa la supresién de todos La Europa de tas Luces ya no considera I pobreza y Ia enfermedad Jos cuerpos constituidos, propuso establecer en cada departamento un ‘como delito de los pobres, sino como falta del poder. Diderot escribe en 132 dele —> Kolka ce el articulo «Hambres de la Encyclopédie: «Cuando el pueblo se muere de hambre, nunca es culpa de la providencia, siempre es de la adminis: "\) tracién.s? o El Orden de vida en crisis produce més M: por las ciudades. En el momento sobre seis era un indigente empa 184 pobres oficiales. En ero de indigentes parece incluso La situacién inglesa en el siglo de los pobres que decuplica: El tién de los pobres por medio de parroquias muy proximas a reuni dirigido por ‘Act que autorizaba varias para establecer y mantener un ayudas se concedian por favor a personas no necesitadas. ‘Simulténeamente comenz6 una nueva lucha contra la pobreza incluso ; ya no contra los pobres en paro. Si desde la ley tedricamente posible a un juez de paz local sub- , jamés lo hizo nadie, hasta el juez del Berk- magistrados del Berkshire tentrional de Newbury, ny mame 17S o 1d de la Inglaterra rural, sobre todo en los condados de reciente. Los condados del Norte permanecicron al margen jinas tendia a mantener ‘Del mismo modo, en Francia los hospitales no podfan contener ef suficiente nimero de enfermos pobres para convencer. Durante Ia segun- da mitad del siglo xvitt el nimero de sifilfticos no dejé de aumentar. m En 1630 el Hospital General se libera de ellos enviéndolos a Bicétre, los traslad6 al antiguo doscientos alienados de traslado y hasta 17 sefialar las mejoras necesat 8 mador de esta comision, Ter 2 enfermedades S \probiema del uso mi convalecientes mezel S ribundos y los muertos. Han Jos muertos mezclados con los @ vivos, 1a sala de 10s locos contigua a la de los desgraciados que han aufrido las més crueles operaciones y que no pueden esperar reposo en frenéticos se oyen dia y noche. 1yos grit las y) malsanas y al peligro de dafiar a ‘cuatro y més en un solo lecho, en & coraz6n se subleva a la sola idea de esta situacién en que ellas se infec- ® .. La mayor parte perecen, o salen consumidas, Hay més, is de varios jergones de paja para los agonizantes y para rednen a veces cinco ‘camas, Sobre esta paja A veces, entre los agoni Spor un tiempo, aquellos que Hlegados demasiado pronto, no se sabe ain © dénde colocarlos. La sala de operaciones, donde se trepana, donde se {9 corte, donde se amputan los miembros, estén lo mismo aquellos a quienes se opera, los que deben ser operados 2 cior 3 > suplicio, Sere’ ene ante sf cl cuadro de sus surimientosfutuos,y el que ha 8 Pasado por esa terrible prucbe,ihizgucte cus profundamente conmov- Ho debe sentirse oyendo esos gritos de dolor! Recibe esos terrores, esas femociones en medio de los accidentes de la inflamacién y la supuraciéo, ‘en prejuicio de su restablecimiento y con riesgo de su vida... La sarna es casi general en el Hotel-Diew; los cirujanos, los religiosos y las enfer- Srerae Ia contraen cuidando a los enfermos, o manejando sus sdbanas. Los enfermos curados que Ia han contrafdo Ja lievan a su familia, y el ‘Hétel-Dieu es una fuente inagotable y desde ahi esta rmedad se tiende Paris. en to, por primera ver y de In manera més explicita, se denuncia e1 Orden de los Cuerpes como el propio conductor del mal que deberia wi 20 A woul ccontener. Ante el proceso del modo de funcionamiento patégeno del > Orden de los Cuerpos, se proyecta crear establecimlentos de nue Q\ elo. Para obtener los recursos necesarios Luls XVI, WX 10s hospitates que vendan sus bienes ¢ ingresen las ca {Caisse Générale Domaines, que abonaré los intereses cada tres meses: a QL ebtendrén ast del empleo de esos copia a ligaciones que Nos tomaremos para con las casas ho: En 1789 el informe de Necker manifesta qi a las intenciones: los setecientos hospitales atender a 25 000 enfermos entre 105 000 hos} Para reducir los costos y otorgar mayor eficacia al Orden de vida, economistas y médicos, tanto en Francia como en Inglaterra, investigan otras formas de gestién, Denuncian las fundaciones hospitalarias, blenes inmovilizados, generadores de pobreza y neutralizadoras de fuerza de tra- bajo. Proponen ve bienes, reunirlos en una «masa comin» Nay que de ellos se be indigentes para reducir la pobreza. Con ‘Quesnay sjano se lidad no responde LOMB L de la Commune, En virtud de ta ley del n ios doce comités revolucionarios, y luego una comi armada en cumplimiento de las leyes del 26 Vendim ). La Revolucién profundiza asf la reduce el campo de accién de la aridad. El 27 de abril pitales y sus bien la caridad a tos ‘bre de 1789 colocando a todos los hospltales bajo el control dol Estado, . Pero el decreto del 20 de abril de 1790 demora esta racionalizacién y el < wo pele, a lata det hed afio el rey organiz6 los hospitales militares sobre una base _ 30 de mayo de 1790 un nuevo texto ordena a los mendigos extranjeros que abandonen la capital. {Cémo manejar entonces a los pobres y los enfermos? El 12 de agosto de 1790 se crea un «comité para ia extincién de la mendicidads presidido por el duque de La Rochefoucault-Liancourt, cuyo informe propone que el Estado tome Ia direccién total de todos los establect. mientos hospitalarios y de asistencia a los pobres en el seno de una lucha global contra la indigencia. smplo inglés le hace rechazar Ja idea de un impuesto local en los pobres, al mismo tiempo 1a que pusiera a los pobres mismas desventajas; habria qere aislar los departamentos entre sf y hacerlos inde- centro comiin, al cual, por interés de todos, no se les Todos estos inconvenientes desaparecerfan si bos Pobres escapa a los reproches de aquel a quien se le ‘ha impuesto expresamente que lo socorra [...) Las cantidades necesarias para la asistencia publica, votadas en Ia Asamblea Nacional sobre el célculo de necesidades y segiin bases generales y ciertas, no pueden para la municipal 1 reino ‘del que cada parte tendria derecho a ese suplemento de asistencia.»” Este principio resulta, por ultimo, el menos costeso y el menos infla cionista: no hay, en efecto, «con este orden de cosas ni procsso, ningun obstéculo al desarrollo de Ia industria, del comercio, de la riqueza publica, y al nivel tan necesario a establecer en el pre- cio de Ia mano de obra; y, sin embargo, posibilidad entera de interesar ‘demasiado espantoso y jamés fue votado por Ia Asamblea revolucionaria. Si lo hubiera sido a partir de ese momento, las condiciones del desarrollo de Ia Revolucién, del desarrollo econémico de Francia y de la inser. cién del mundo rural en la economia urbana, sin duda hubieran sido cin. del emundo ry bandaro cn probableweie uaa de is enusas de Tetraso adquirido por el capitalismo francés sobre el capitalismo inglés de principios del siglo xxx. TK pari de ese momento Ia Revolucln no oes de oscar entre as reformas y Ins grandes utopias hasta que, programéticamente, Peducha contra In pobress y In enfermedad vino a reemplasar ta spe raci6n de fos pobres. eee Reaves ln anrinedod obvel fugn rent: eC ola pee we % lar de enleterlo desde el Lavls de Morin , de 1793 decidia que los padres y madres que no tenfan mAs recursos E que el producto de su trabajo, tenian derecho a la ayuda de la Necién ‘ssiempre que el producto de ese trabajo no esté en proporcién con las S)vAlides que no hublesen podido procurérselor. En d, sobre este ~S Punto, como sobre muchos otros, la Asamblea Legislativa no hace sino \ \ Volver del centralismo de la Constitucién a un sistema més flexible, ala {Q inglesa. La administracién central parecia demasiado pesada, demasiado Iejana y se preferfa entenderse con las administraciones locales, relevos necesarios. lomionte dela pobreza? peace So A ta ley dei 22 Floreal afto 11 pedia a ereacién de un «Gran libro de '§° beneficencia nacional» y de un sistema de socorro a domicilio, no pre © viendo sanatorios sino para los «enfermos que no tienen domicilio y en 3 Ano pueden recibir cuidados>. 3 & __Este suefio de aniquilamiento conjunto de la enfermedad, de la pobreza y de In muerte, la Convencién lo rehace en muchas ocasiones Ar lae ber men draielar jay pestbilidad de EI mismo dia, 15 de octubre de 1793, se vot6, sin discusiOn, la ey. Primero, como en el Orden de los Cuerpos, se prohfbe Ia mendicidad si \ hay posibilidad de trabajo. A la primera reincidencia se castiga al men- digo con un afo, y con dos a la segunda, de detencién en correccionsles a la ley determinar su extensién y aplicaciOn. El decreto del 28 de junio fen Ios cuales se le impone el trabajo; a Ia tercera se le deportaba por ” socorro a domi idadanas nombrados 3 pores consejos Cada afio el Estado 3B _ entrega una cantidad a los departamentos por sus gastos de asistencia, # "=_ distribuida luego entre los distritos y cantones segin una determinada = © norma, SF "NG obstante, aunque el decreto del 21 Pluvioso afo IT. destine dier 2 {millones de asignados* a esas agencia 33 F Convencion hubo de renunciar a su 3-5, aplazé Ja venta de los G7 Alas antes de su sepa yy delas rentas sobre el res id Del Pluvioso al Germinal afio IV las administraciones locales 1a em- prenden con las circulares procedentes del gobierno contra la hospi zacién y para el desarrollo de las ayudas a domicilio.* Pero cuando la miseria fue demasiado grande y la guerra estaba demasiado presente, ya no habia tiempo de sofiar en una icios, sin hosp tales, sin caridad y sin medicina, En Parfs:® habia demasiado temor a los fisba demasiado del posible uso politico de los socorros di dejar reposar sobre los comités parisienses el sistema de a: nester fue, por tanto, recrear el hospital, Ia caridad y Ia medicina, con una estructura nueva, compatible con los principios del beralismo significacién del Mal IV concede a las administraciones locales del 10 Vendimiario afio IV coloca bajo la tutela del Ministerio del Inte- rior la direccin de los hospitales. El Directorio no tenfa ni tiempo ni no vendidos, Ia del 16 Mesidor afio VII abrogaba Ias del 22 Floreal y 24 Vendimiario afio II. * ‘Titulos emitidos en papel moneda durante ta Revolucién asignados sobre los scbienes inacionaless. y del poder ejecu. Lazaw Cprdens ) Se salvan las apariencias de la escenogratfa, pero todo ha cambiado; de la Revolucién surgen transtornados los hospitales. En 1798 ni siquie- ra pueden pagar la contribucién territorial de algunos bienes que ies han sido devueltos. Las guerras los han vaciado de pobres y Ilenado de herdios, En 1800, de toda la legislacién revolucionaria s6lo quedan las jciones del decreto del 24 Vendimiario ao UI rel ‘Su papel de separadores de los cuerpos del ‘Nada es ya como antes: al c secuencia de las crisis de subsistencia del Antiguo Régimen sucede el crecimiento estructural de la pobreza vincul \dustri ‘Al pesado aparato feudal de 1a caridad lo de gestion de Ia pobreza y la enfermedad, El enemigo que hay que vencer s el pobre, sino la pobreza; ya no es el enfermo, sino la enfer- mbién el médico Ia utopia grandiosa y la humildad realidad, ser actor en el ‘ocupa el lugar del policia. El Estado ya no ue Dios te cures. G Ly Rugainor ni clo: : no 3 ¢ la, putea. i ae 5 Yo no et onjero, oi la enfer ios ew ca HEDLAA ) (Gero Teme6 Peony Can \ & pardal ale b De by dovids Ula mt CAPITULO It Signos de las méquinas Creowan © lef 2g Crlalisine ructostrreg et bowlye conn El mad or Wn anertacn ter magne vigilar 2 ravonet ¥ 7 Ig designar # fede id 4 rac 2 Separar or “PS a era ‘que abandona su puesto de at ignorado de los terapeutas anteriores. Terapiyhea = clonino ue ‘Toda la sociedad puede leer esto como si se tratara de un espectéculo vey onfermeded 7 lo pobveet conjuratorio, como una nueva relacién con el Mal, como una nueva esce- de los Ordenes de vida anteriores, consumadora de oe carencia, carencia de hombres, carencia de fuerza, Faldo Coridad e Estilo 79 7 . é Ctonimieo , ¥ reine § Porkeo (ae Eopurars | 3 teapéutieo } Clinton ie NACIMIENTO DE LAS MAQUINAS 8 £ Coreaor pueda =7 evador médivo | 1" 4 pre y In peste se alejan y cosa of vagnbundeo de los mend mismo tiempo aparece el cuerpo en Europa como econémi para ser defendido y reparado, como el complemento i EL wuevy MOL = lo cavencim , la herramienta. Las élites culturales ¢ industriales, El ceoerpo Careneuo. ce hombres tavencur de eevee, davencia de tobe’ el valor de 1a fuerza de trabajo, ya no han de encerrar a El cover dariromte yo ne €> / ‘es tampoco metonimia del saber inmutable de los Dioses, sino metonimia metonimia del Saker de los cioses, de Ia nueva producci6n cientifica: la termodinémica. Sino ae la tern dingo Pel werpo es mekibm dew maquina em byopr ael Cosco Ubi ¥0, vids yidsaloneale + 0 aya 8 wai: et autouu dado Los mates det siglo Cuando se hace posible conjurar el mal por un procedimiento In separacién de los cuerpos del delito, urge una terapéuticn nu “7. no #8 separan todos lon euerpos sospechosos, sino que se ayuda 3 cada cuerpo se aleje por sf mismo del mal, ye no por la intern \¥ cambios econémicos, sino por In indildvalizacion del euldado, Cons \S rable mutacién, punto esenelal entre dos Ordenes, expresion del paso del enfermo a la enfermedad y del cuerpo del delito al microbio. La viruela, enfermedad esencial hasta fines del siglo xvitt, puesto que tun variélico de cada tres estaba condenado de antemano y el hospital nno hacia més que precipitar esta salida, es el modelo de esta mutaciéa. La inoculacién triunf6 all{ donde fracasaron in cuarentena y el hospital: individualizando In Dioses y el Orden de los Cucrpos, No es, sin embargo, un descubrimiento det aigio xvm: coneida en Orlente desde hacta mucho tlempo, eens rada en Europa por el poder del sacerdote y el policia, s6lo pudo J penetrar ala cafda de los Ordenes anteriores. Entre las clases acomodadas de la Europa de las Luces esta nueva re- terencia a la epidemia comienza con el tratamiento, por ese medio, del hijo del embajador inglés en Constantinopla 3 rienci intentada por et Colegio Real Je En 1720, una ex inglés, Hevada a gen sels condenados a muerte, la corona el Dos afios después, 8 3 princesa de Gales y lady Bathurst hicieron lar a sus hijos, $ mundo angiosajén, particularmente hostil a 1a cuarentena, haya sido el YS primero en adoptar esta nueva estrategia, nada tiene de asombroso. A partir de 1730 en Alemania se adopta esta proteccién y luego en Amé& Y rica donde, en 1770, todo el ejército de Washington es inoculado. En realidad, tal mutaci6n sigue siendo superficial pu Jas masas populares, la viruela, enfermedad sobre todo in de ser un regulador demografico perfectamente tolerado. En Orden de los Cuerpo: la facultad de Parts, id consideré Ia inoculacién como tan «pe Preservador muy infiel, seguido con frecuen. a violar estas prohibiciones y, en 1756, sin desencadenar empero un tole / general, el doctor Tronchin inoculé a los hijos del duque de Orleans, a cbt Co Prime se mowlann le 4iF de las facultades de medicina y teologia, Pero en 176 3 Luts et Blenamado muere de viruols, ts familia ¥ biciones del Parlamento y de la Fa § ejércitos de Su Majestad, inspector 3 yect6 al nuevo rey y a la condesa de Artois, / A785 Jos médicos de Jos Enfants de France inocu YSaint-Cyr, sino a muchachos que hubiesen tenido la viruela o hubiesen: ‘Turgot y a in mayoria de grandes sefiores. EI 8 de Junio de 1763, en ple- na epidemia, polictas, religiosos y médicos coaligados obtenian del Par- lamento de Paris que toda inocuiacién fuese sometida al acuerdo previo al doctor Gatti, méiico consultor del rey, va de In Escuela Real Militar de la Fléche. El mi ‘se permiten, en las sales de san Francisco y Santa Margarita, destinadas sobre todo a la viruela, tomar modelo de esta enfermedad para servir la réctica de Ia inoculaciéns, El Orden de los Cuerpos defiende sus tltimos bastiones, y Luis XV ‘enviaba a la cércel al conde de Laurageais por haber publicado un pan-*; fleto en favor de Ia inoculacién. : Combate de retaguardia: 1a Muerte habla, Ia Muerte impone. Cuando : reel transgrede las prohi- Luis XVI decretaba que ya no admitfa entre sus pajes, entre los de la rei- na ni entre Jos alumnos de las escuelas militares y de la Academia de sido inoculados. jin embargo, el resto de la Europa no protestante opuso una firme re- ncla y Catalina ia Grande no consiguié introducir Ia inoculacion has- Hamando a un médico inglés para su propia inmunizacién y la wich. Si, a finales del siglo xv1tt la inoculacién se convirtié en una terapéu- tica trivial y aceptada por las clases sociales «medicalizadas» del cuerpo del poder, no concernié sino a una fraccién marginal de fa socledad urt na, Hubo que esperar a la vacunacién, prolongacién para que el Orden de los Cuerpos fuese radicalmente Ja picota, Pero esta primera manera de separar y contener ferreno para Jenner; el 14 de mayo en su demostracion de la eficacia en el mismo afio, un comerciante portugués de Macao introdujo la va- Zug en China meridional, mientras que en 1812 la vacuna llegaba al Usbekistén por mediacién de los comerciantes tartaros de Bukhara y de Samarcanda. La vacuna se harfa obligatoria en Francia en 1902, mucho después de haberlo sido en Inglaterra y Prusia. Pero, irreversiblemente, us la enfermedad desplare alenfermo y owpa el “4 Primer pia nO en Europa el mal cambié de significacién y la conjuracién de lugar: se -nfermo. © involuntaria se debilitaba la epide- surgieron, en cambio nuevas enfermedades, nacidas de la industria- 10 del proletariado en Ins ciudades, de ta de higiene y de enfermedades infec dad industrial del rraigo aturdidor y ven en 1830 que en 1780. De intensidad y formas variables, la enfermedad actia rigurosamen- te por todas terra Ia tuberculosis y la ficbre amarilla causan més d defunciones en 1820, y ios nifios mueren esencialmente de mueren al afio de s 0 hijos como término medio, Eatas enfermedades nucvos son el nuevo miedo del siglo, porque debilitan a tos trabajadores potenciales, porque amenazan tos bellos barrios de las ciudades, més allegados de los ghettos obreros que 10s. fer lo estaban de los cuerpos del delito, Por todas partes ronda el fantasma endémico de 1a enfermedad, todo es sospechoso, todo atemoriza: comportamientos por encima de toda sospecha son ya consk- derados como patolégicos, en el sentido de que podrian debilitar al S hombre. Por ejemplo, la masturbacién, considerada en el Orden de los 3} 4 Cuerpos como una mala costumbre inofensiva, se convierte en el siglo xx © ‘en una enfermedad en la medida en que contraviene la regla de la econo- mia, la necesidad de ahorro de las producciones del cuerpo. En su libro} de éxito Onanisme, el doctor Ti sexual ses potencialmente debilitadora, y Ia deb rada en el cuadro de la mastur cada por ia pérdida de fi titativa llega incluso a atril ‘una onza de sangre. Latente desde hacia mucho tiempo, preparado por el paso de los Dioses a los Cuerpos, puede entonces hacerse entender un discurso cien- fico sobre el Mal. Se instala cuando se hace crefble una nueva mets fora, ya no la de los cuerpos, estatica, sino la de las mAquinas, dindmica: orgen eros enfermedades vl ca Contrayi a@hone titonte Peers ted Li boat 9 El unvieisa, mebibes reloge de! were (piamente humanas del dolor y de la muerte, se puede cambiar de metd- fora y pensar en el universo:como una creacién humana, una gran maquina de rodajes inteligibles, de previsibles movimientos. Una vez més tuna metéfora proporciona correspondencias teéricas que nutren el progreso del saber. Como los descubrimentos astronomi- os ¥ mecéinicos del siglo XVIII anuncian Ia intuicién de una nueva visién 3 Edel mundo, ta ializacion fascino 0 los teoricos en bu: y {nuevo paradigma, Algunos, como Hoffman en Médecine ra <7 Seématique® intentan conservar la metafora del cosmos, pero represen- f téndolo como una méquina, y aplicando las leyes de Kepler al cuerpo -E humano. Otros, siguiendo el modelo cartesiano, ven al hombre en el + trabajo como una méquina, como una prolongacién de Ia herramienta: ‘Lo que no parecer4 en modo alguno extraiio a quienes, sabiendo cudntos distintos “autématas”, o m4quinas movientes, puede hacer la industria de los hombres, empleando en ello muy pocas Piczas, en com- paracién con el gran mimero de huesos, musculos, nervi Venas y todas las demas partes que se hallan en el cuerpo de considerar4n ese cuerpo como una maquina que, habiendo por las manos de Dios, esté incomparablemente mejor ordenada y en si posee movimientos mas admirables que ninguna de las que pueden ser inventadas por los hombres (...] Porque es muy posible concebir que tuna maquina esté hecha de tal modo que pronuncie palabras ¢ incluso {que diga algunas a propésito de las acciones corporales que causen algu hos cambios en sus érganos; como si se la tocara en algtin lugar, pregunta To que se le quiere decir, y si se la toca en otro, grita que se le hace dafio, y cosas semejantes.»” ee eget ead ‘trial del Orden de vida. f toe "AL mismo tiempo, esta intuicién se conforta con el descubrimiento {5 gsegurado por tiltimo del interior del cuerpo y de sus mecanismos. ae ‘A pesar de la prohibicién de la Iglesia y de la competencia de los ver- $5 Gugos, las disecciones, ya comenzadas por Jos griegos, jamés cesaron 230, por ejemplo, el emperador Fe 10 del saber de los arabes, fer Ia medicina al estudio de 1a anatomfa. Pero, toleradas, Ins oficializadas s6lo con motivo de - dejan de recordar el sparagmos griego: la Universidad de Leyde sélo fantasma nuevo del tiempo, esperanza nueva de eternidad y nuevo con i: suelo ante fa cul iad. gs cada tres afios y los cirujanos de ay El cuerpo como Maquina Re we Cuando la muerte no es totalmente imprevisible, cuando las epidemias KE Chios magistrados y a los directores de los hspitales proporcionar cads- amenazan menos el cuerpo de los hombres y el espiritu se permite revol- 3 teresa los profevores pare hacer demostraciones de anatomia y ensebar verse contra el mal, cuando ya no ea posibie enmascarar las cousas pro- "3 Ibs operaciance de clrupine,"Molada el siglo vit, wen ‘no encuen- 146 “a tra oposicién a sus autopsias. A partir de 1754, Ia clinica de Viena y 1a de Pavia disponen de salas de diseccién y en cl Hétel-Dieu de Parts, Desault puede impunemente «demostrar sobre el cuerpo privade de vida, Jas alteraciones que habfan hech« artes? EL cuerpo no ble cuya concept reas, La diseccién destruye asf los saberes dominantes, anula los discursos precxistentes y construye una representacién nueva de la vida, traducible ‘en el lenguaje nuevo de los ingenieros, con el vocabulario de la maquina yy Ia gramética de la dindmica. La teorfa de los humores se viene abajo lante los cucrpos disecados, y Harvey relega Ia sangria a la categoria de las imposturas. El cuerpo ya no puede ser pensado como un lugar de tin econdica de las we 5 \ la diseccion deshoye el gina como una maquina en movimiento. gj c-Q autonor BS 1ES emel sigio xix gracias a los trabajos de tres grandes maestros franceses 3 culaciones punto de apoyo, analizar la digestion @ & 15% de esta mutaciOn: Pinel, creador de Ia nosologia y padre del método ‘como una trituracién y la circulacién como un proceso hidrodinémico. ' 3 j= natural en medicina; Bichat, inventor de Ia histologla, y Broussais, $12 quimica y fa fisica fundan Ja explicacion médica de los fenémenos _» alas tebrico de los vinculos entre las enfermedades y i vitales, 12 cepecificas de los tejidos. Los descubrimientos § Del Homme machine de Julien Offroy de La Mettrie a Rousseau que \~ ‘otros: en 1834 el de los agentes de la sarna y de Describe: «Nues| juego de nuestra admirable % . los de Pasteur, que demuestra que las fermentaci Smaquinas, sin Se binaciones bioldgicas debidas a seres microscépicos, y Por ditimo, la de Ycompuesta de "3! 3 2 tos microbios cuyo nombre, inventado por Charles Stdillot, aprobado ‘en el mundo que saque mayor partido de su méquina que los franceses», 1 a teorfa mecanicista se convierte en la piedra angular de la explicacién s+ | a i 1 9 emédica. Por este giro desde finales del siglo xvi, de sujeto del poder el 5 a, que To controla, se ir el poder de la ciencia. —p' de que adquiera ils Free En 1765 Ia Enciclopedia distingue la medicina «ant $in forma de una ciencia» y «después de ser una ciencta», Sde esta ruptura en la confirmacién por Harvey de 1a hi Seirculacién sanguinea eque echa abajo, con sts demostraciones, Cteorfa de quienes le habian precedido, levanta sobre esos restos una doc- = trina nueva y cierta y establece gloriosamente Ja base fundamental del arte de curars. En ese mismio instante el doctor Perrot escribe: «Dejan- do la ciencia sospechosa de Galeno, el médico se convierte en buen arquitecto» En la metéfora del cuerpo como méquina ef mal se hace detencién, obstruccién, averfa, falta con respecto a las exigencias de . La enfermedad se concibe como una entidad neutra, objetiva, yblo en af y por af, Independiente del lugar del enfermo en la sociedad y, por tanto, susceptible de un tratamiento Idéntico, cual- quiera que sea el estatuto del cuerpo afectado, El Mal se distingue entonces del cuerpo que Io vive. Un médico de fines del siglo xx, Leriche, diré incluso: «Si se quiere definir Ia enfermedad es preciso deshumanizaria.» El mal se piensa como peeve TD at eweepo,, de syle det ee Gee ee oe Al nuevo nat ola a ngs: ashackr eahded vad host LB dades microbianas sigue siendo separar el mal del cuerpo, pero es expul- £ no normal, la ruptura de un estado natural necesariamente sano, Dicho ‘Sde otro modo: el estado de naturaleza es el estado de salud, y la enfer- .S Smedad, Ia naturalera desarreglada: «La patologta no es otra cosa que la ‘Sfisiologia descompuesta.»” Descompuesta {por qt si I causa del mal es que manifestarse en todavia esa causa auténoma del mal, ese respons sustituto de los Dioses y los Cuerpos para denunciarlo, pararlo, Desde el siglo xvi, en las observaciones del médico italiano Jes Frascator, en Ins del holandés Antonie van Lecuwenhoeck y del abate italiano Lazaro Spallanzani, al siglo xvist, se anuncia el responsable 1 germen, y luego el microbio. Intuicién que sc profundiza ‘a del enfermo, mal no hace sino Si la enfermedad es di ‘erior al cuerpo enfermo, igilarlo y se- P les wictolads | of reat del neve orden es aprobado por la Academia de Medicina y se con- por Emile Littré, vierte en el Mal del nuevo Orden. ‘Cambia entonces la metafora del Orden canfbal: curar las enferme- ‘sar al microbio como se ha expulsado al pardsito social. ¥ en lo sucesivo ‘Mal puede ser considerado independientemente del enfermo. Acto puede convertirse en objeto de cam- same, que mira el interior del cuerpo 2 gel D¥como el interior de una méquina, pasa a ser el nuevo terapeuta, desalo- 3 Sjando el mal, negociando con él, alejandolo e incluso separdndolo, pero i Xesta vez prestando un servicio econémicar 2 Nuevo regidor del indi & Sconvierten también en el at © Shabla de él como «de un magistrado vigilante ge la salud publica, La conservacidn del Orden de vida eneliberalismo {utopico no exige ya un especticulo ‘conjuratorio, caduco en lo sucesivo, ‘sino un bien que se compra y se vende a la sola victima del mal. Pero ef Orden de las méquinas, como aquellos que lo han precedido, sigue debiendo conjurar el miedo del mal antes que curarlo, Lo hace de manera econémica, asegurando el riesgo del dolor, es decir haciendo: pagar a quienes gozan de buena salud la certeza de ser curados si el ‘mal les alcanza, es decir, vendiéndoles un lugar en el espectaculo de la terapéutica aplicada « los otros, cuyo precio es 1a prima de seguro. “9 El Orden de las méquinas, como todo discurso sobre el mal, se impone 712 el Orden social. Como tos demé: lidad, el Orden canfbal; incluso cuando, ya no es sacrificio mistico, ni cdridad cinica, 2 Metafora de Ia metsors, ta sociedad entera se converte también en 1 de ese estado, asegurar cont estrategi la conservacién y la comodidad de los hombres.» inglesa se refiere explicitamente al jos malos efectos de la locura y la injus Slo mismo que ha hecho con el cuerpo fisico para remediar los de la Bintemperancia y la ropiedad deja de ser equilibrio de XX poderes para autonomizarsé lualizarse. SBI estado de naturaleza gerio, Ja crisis, sobrevienen cuando la sociedad, falta de medios que con- Esumir, 0 porque su mecanismo intrinseco esté roto, se averfa. Consumir ses, por tanto, comer, pero no sélo por la boca, nt sélo alimentos, sino § ropas y viviends, educacion y salud; es usar, destruir un sentido para $ producir otro se El consumo no es una destruceién de materia, 4 sino una destrucci "Este consumo necesario para el «. funcionamiento de » por tanto, s6lo una nueva metéfora $ global del Orden canfbal: el deseo y la necesidad de comer el uno mismo & para vivir, reproducirse y perpetuarse. El deseo de consumo econémico ‘asf al recuerdo de comer el uno mismo; no para imitar al otro, a comerlo por miedo de ser comido por él y para alejar un mal Ja incapacided para la méquina de funcionar por falta 0 por \ Esta metéfora funciona colectiva e individualmente: si no se comen 3 i ‘s para no tener averias;~ $ s 3 > eneyeese individual. Vigilar, denunciar, negociar y separar, siguen siendo las reglas 150 a sf OEP” en todos Tos pensamientos nuevos la esperanza de vv < a gs 3 del nuevo Orden de vids, pero se fundan en estructuras de la economia, politica de Smith a Marx, de Villeneuve a Fourier. A Para la economfa politica, como para Ia enscfianza a enfermedad y Ia pobreza las cuales impiden a la y consumir. Que ese mal venga del poder de una clase, de 0 de la falta de higiene, hay que separario, con Ia asistencia p: ‘con e! cambio de esta clase para otros, con la medicina para los los discursos de Villeneuve, de Marx o de Magendie parten de ) Jimitado de movimientos ejecutados con cierta gracia, como el de sa Y ! Iudar a alguien, sostener con la mano un cigarro o un tenedor, Uevarse. = s un vaso a los labios, etc.; otros lo hacen con éxito digno de encomio; $3 Jo que yo he pretendido y buscado sobre todo ha sido la fuerza unida “2 (~~ & EL CAMBIO MEDICO: EL SUERO DEL LIBERALISMO SIN MAL ‘ala facilidad de realizar todos los movimientos de un obrero del campo, } | -8 ~ ‘© que un terraplenador ejecuta en el ejercicio de su rude y penoso oficio, + 3 = Estos han de manej ico, el rastrillo y 1a hoz, dirigir el 3A, BI muevo terapeuta encuentra sus, primeros clientes en la. burguesa arado, empujar , remover la tierra, tabrarla, pragmética y comerciante, su clase de origen. 3s leyes del mercado Ianzarla a lo rar la madera, toda una serie de haciente no bastan para abrirle una clie de encontrar una trabajos que req. del obrero, movimientos multiples, @ | en otr ., y es preciso para esto que los obreros variados, por ast d hasta el infinito, sucediéndose sin cesar con) | trabajar y se conviertan en compradores solventes de cura i ber util, jtir reproducir esos movimientos por medio : ‘médica, El nuevo poder designa al médico como posecdor d , sin restar nada a Ia fuerza en beneficio el verdadero saber de vida, y le proporciona los medios de ejercerlo en 1. el hospital. En cambio, el médico vigila y denuncia el mal por cuenta det ido el honor de decir, quiero tan sélo hacer una obra poder, acorrala a la enfermedad y la pobreza y las separa por cuenta ios pobres de nuestras ciudades y nuestros campos Gel Orden. io de subvenir honradamente a su existencia, Ast i Esta connivencia encuentra su terreno de eleccién en el seno del asombrosa rapidez. procurdndoles no he desculdado nada para dar a mi aperato Ia mayor sencillez y i bratlo de una complicacién demasiado grande en cuanto a su mecanismo. Construido segtin Ins indicaciones que daré a conocer, esté al alcance ‘puro, por lo cual el mal nuevo no necesita ya ser conjurado, y menester es vaciar Ia escena. ‘La utopia del cambio médico coincide, por tanto, cronologicamente con ia utopta del mercado liberal, En realidad, el Orden de las Méqul 9 yas no escapa tan facilmente a las necesidades de los Ordenes anterio 3, res: el terapeuta denuncia un Mal tan espantoso que el mercado médico no puede por sf solo aniquilarlo: Je es preciso, una vez més, dar un espectaculo conjuratorio. Pero la escenografia ya no esté reservada sélo § a los ricos, se dirige a todos los poseedores de buena salud, a quienes ~ ¢s preciso tranquilizar, a quienes es menester hacer asegurar. 3 ‘Se pasa entonces de la Caridad al Seguro. Para organizar este nuevo § especticulo, es necesario un siglo durante el cual se denuncia el mal S aplauden el nuevo discurso y se impregnan del nuevo 9 - at y burguesfa disponen la connivencia de su doble estra: economfa liberal como el sistema econémico mas sano. 8 Mia, Meer ¢ x WM) La produccién de reparadores de Mdquinas y 3 sentide de lo verdadero. A partir y 8 , los Estados, investidos por la bur 3 imacia sobre los demas curadores. Reco- \ 3 ‘nocfan su saber como verdadero, les daban el poder en el hospital para § formarse all{ y alli hacer progresar sus conocimi acen del médi- = dico el productor de un servicio y un agente econémico. En 1827 el mi- & nistro Charles Dunoyer escribié sin que nadie lo desmintiera: «EI mé- dico es productor de hombres saludables 0, si se quiere, productor de © salud.» Tres pafses organizaron esta mutacién de lo verdadero, con tres in- tenciones diferentes: Inglaterra por stt comodidad, Francia por su cohe- rencia y Estados Unidos por su necesidad. EI nuevo curador fue primero designado en Inglaterra como porta: dor de lo verdadero. Los parlamentarios liberates, apoyados por el cuer- pO médico y contrarrestados por el Colegio Real de Medicina y los con- ~w Jservadores, pedia que el Estado entregara esos diplomas y garantizase Jel derecho de ejercer. En 1815 se hall6 una férmula de compromiso: un S © $Gconsejo médico general, dependiente det Estado, pero en el que figura \ Sxiban Ios dos Colegios reales, fue encargado de elaborar el programa y i § | & Sfijar las condiciones de ejercicio de la profesién. El control absoluto de 1" la entrega de diplomas quedaba en manos de los Colegios reales. Dicho \ gde otro modo, cuidar pasé a ser asunto politico y aprender siguié siendo ‘asunto privado. Pero para hacer acto de fidelidad al saber nuev feeb tte eugene Vote bo Eaole cle He q Con ta creacion, en 1827, de la primera escuela de medicina clinica, -> el University College de Londres, que se nicga a someter los diplomas S © que ella entrega al control de los Colegios reales, puede fecharse el na- SS cimiento reat del nuevo terapeuta, auxiliar de un solo poder, poscedor CG” den solo saber, eparador de maquina En Francia, contrariamente a las esperanzas de los dirigentes mas % radicales del paréntesis ut6pico de la Revolucién francesa, que pensaban ¥eliminar juntamente policias y doctores, el hundimiento del Orden de \g los Cuerpos concede a los médicos todo el poder: destruyendo las anti S guas jerarquias, negando el poder del terapeuta pol 2 individuo y, con él, la propiedad privada sobre las cosas, disociando la Corrie 3 Sat cafernd: cariquecendo ia burguesia, In Revolucion pro SS dujo un hambre de verdad objetiva, una sed de certidumbre, y canalizé ' a los ambiciosos hacia estos nuevos oficios liberales en los que la for- cof tuna dependia del sentido comercial y no del favor del principe. El SS doctor Richerand eserit 3 la Revolucién dirigia ON seducidos por el atra 1a cual los cambios po 5 Durante algunos aios esta ambiciOn se eje ellos. En diez afios el mimero de médicos se dec fuese porque ellos mismos se otorgaban el titulo, solicit 0 de las autoridades sélo a posteriori, sea porque el ejé taba bajo el nombre de oficiales de sanidad entre los antiguos cirujanos y barberos 0 al azar de las ambiciones. io y luego el Imperio no pudieron tolerar ya esta 'y se repite entonces la mutacién comenzada con los decretos 1 Estado tomé a su cargo la formacién médica, reconocié el eral de la profesién y reereé a partir de 1796 mmbre de Reole de Médecine. E! Cédigo Civil protegeria en ‘2 los médicos contra Jos malos pagadores y reanudaba, en ‘materia de retribucién, el plazo de prescription de un afto de la antigua facultad de Paris, El 24 de marzo de 1803 el Tribunal de A Paris condend a Tallien a pagar 2833 libras, m&s intereses, a la viuda su médico. 3° Simo en Inglaterra, comenzaba en Francia un periodo de transicién fe buscaba y afirmaba el estatuto del médico. Una de las el Imperio, la del 13 Fructidor afio X1, iniea esta vez, entre oficiales de sanidad y médicos, no ya inciadores y separadores, segiin la duracién d Mon: nueva divisién del trabajo fundamentada en una jerarquia de Competencias. Una ley del 19 Ventoso afio XI organiz6 en derecho el festatuto de los facultativos de hecho, confirmando los certiicados con Cedidos por los poderes de policta revolucionaria, otorgando el ti de médicos a los «doctores de Facultades> y a los cirujanos de Come, y el titulo de eoficiales de sanidad» o ios licenciados en m decine (é 19 a los cirujanos militares y a los barberos. La ley exigla de los futuros afos de estudio en una facultad de medicina, y de los de sanidad, bien tres afios de estudios, bien cinco afios de prictica hospitalaria, bien seis afios de trabajo con un doctor. Los diplomas los entregaba un jurado nacional, nombrado por el Estado wales sanibyso5 de Inglaterra y de Fr s y Harvard crean departamentos de |i} et EV. medicina clinica & gran burguesia de 23 Mundo estaba sometida, como todo empresario, a la competencia més © ‘Y saivaje: sélo en el Estado de Missouri que, en 1800, tenfa doce escuelas, ¢ S, otras cuarenta y dos se afiadieron en cineuenta afios. En 1850, Estados © TS Unidos tenia cuatrocien + ¥ eran negocios comerciale: formacién médica, ni te6rica ni préctica. La ensefianza era en ellas de J tres meses a cinco afios, sin control ninguno; barberos, carniceros 0 ~& sapateron, sein sts necesidades 0 axpira se instalaban como = fan sin diploma y Ia mayoria de los demds sin jel Estado remite la primera designacién de la verdad clinica al propio cuerpo médico. Algunos clinicos procedentes de Europa fundaron las primeras asociaciones locales de médicos, agrupados en 1848 en una Asociaci6n de Médicos Americanos (AMA). Exigia un mini- mo de dos afios de formacién y proponia en 1860 al gobierno federal una modificacin de los estudios médicos, y en 1880 un control nacional jas de medicna, El efecto fue casi nulo y sélo progresiv- mente, Estado por Estado, conflicto tras conflicto, se consiguié una le gislacién contra los terapeutas no titulados, Mientras se imponia el nuevo saber y la nueva verdad, se bosquejaba tuna frontera nueva, cada vez més estance, entre el médico y el vendedor ry /8 de remedios. En Inglaterra los boticarios fueron excluidos del diploma jieron practicando la me- tela popular. En Fran- médicos a ser farma- ‘a los dos Colegios Reales, aunque general hasta atender lo esencial de | ley de Germinal afio XI autorizaba céutlcos, pero prohibia a los farmactuticos el fern necesarios més de elncuenta afos para Ia Bn Estados Unidos, donde las relaciones de fue &Y ja Asociacién médica de Nueva York hubo de ordenar en 1867 el boicot alos farmaccutlcos que ejercieran la medicina. Esta nueva eristalizacion de una nueva etiqueta del terapeuta como portadar del verdadero saber sélo tesla sentido si se daba a los médi- icaba el lugar de aprendi “diet late of Inkraadd me, niza en torno al enfermo, material de eleccién j6n médica. El decreto del 28 de marzo de 1805 ide os pobres, de los ancianos y Ios incurable: g ‘y_reservando el bles. La hespitalizaci6n sigue siendo, por de lugar de encierro, el hospital pasa a ser lugar de experimentacié el cuerpo de! pobre servird alli al cuerpo del rico. En toda Europa el 'Y poder en el hospital pasa de las manos del policta a las del médico; esta evolucién se ratifica el 10 de enero de 1849, en Francia, cuando se crea > stance Publique de Paris, en la que se reagrupan todos los esta- ‘un hospital separador de cuerpos del deli recursos cae enfermo en jo podré exigirse para su , primer hospital conforme a los objetivos de la tos pensionistas se distribuyen en pabellones, clasificados segin Ja naturaleza de su afeccién. ‘Mas pragmitica es la toma del poder por el médico en el Inglaterra. A lo largo del siglo, en In mayor parte de los ‘establecimientos hospitalarios heredados del Orden de los Cuerpos, fun- 161 daciones u hogares para pobres, la admisi6n se convierte en competencia de los médicos. En Estados Unidos, desde 1786, el liberalismo concibe y produce lugares de atencién perfectamente adaptados a las necesidades del cam- Algunos enfermeros, un farmacéutico y un médico en pl prodigan allf cuidados y vacunas. Escuelas de medicina clinica protegen a las ciudades de las epidemias y todos los establecimientos hospitala- rigs se desarrollan en proporciones considerables: en Nueva York se atiende a 134000 personas en 1860, y 876.000 en 1900. Un médico nuevo sale al escenario del Orden canfbal, oficialmente punto de convergencia de jores: vigilante y denuncia- Vigilancia y denuncia Tal es el nuevo curador 10, el sucesor aceptado por el confesor y el verdugo: «Quién deberd, por tanto, denu los tiranos, si no los médicos, quienes hacen de dio y quienes todos los dias, en el pobre o el ri el més poderoso, bajo Ia choza y los artesonados, contemplan las mise- rias humanas que no tienen otro origen que la tiranfa y la esclavitud?»,“ dice un periédico re mbre su Gnico estu- en el cludadano y en para is y Ia encuesta estadistica para la pobreza y las condiciones de slojamient trabajo Borhaeve, teorizado en 1798 por James Currie, es Seer conti fines del siglo xix para que sea utilizado por los médicos. ETE ees eter Mare ee Aen al género humano a v 10 y de sus adversarios, “s ‘$41 médico, denunciando al Mal y res escdndalos, ayuda al Orden § de las Méquinas @ prevenirlo. snto por Guizot como por § Marx, por Hausmann como por répidamente, como los te. ® & rapeutas anteriores, partido a poder: protegiéndolo, se fortalece X 3 asi mismo. Por cuenta del nuevo poder, observa e] nuevo mal, Ia averia de la © maquina. Para este fin le son menester nuevas herramientas. Tal como @ ef sacerdote interpretaba el mensaje divino en las entrafias de las vie- & tas sacrifcadss, tal como el poliia arrancaba Ia confesién en las .celdas de tortu Tiene a su / yx !a mayor parte de las mujeres e incluso en i g 3 AS cito prusi mS ts hcp ‘Més fécilmente se acepta el estetoscopio inventado por Laennec que, wa Partir de 1810, piensa que la escucha directa es imposible: «EI asco v jo la hace casi impracticable en los hospitales, apenas es posible en mas e) volumen de lox 'S pechos es un obstéculo fisico para su empleo»! Con mayor rapide, el tensiémetro, inventado por Potain en 1850, se generaliz6 en dice afios / y bastarfan dos para que el descubrimiento de los rayos X por Roentgen ulminase en la creacién, el 8 de noviembre de 1895, del primer servicio de radiologta. Vigilando a la méquina humana, el médico espia también la maquina“? social y, para hacerlo, le son juevas herramientas, unas 10, entendi6 pronto las lecciones del ejér- escucha:de tos males sociales. Primero se encargaron los médicos de vigilar el trabajo de los nitios que, reducier do la esperanza de vida, planteé la rentabilidad de la maquina social % Una ley de 1834 prescribe que ningtin nifio por debajo de los once anos, Sy luego, la de marzo de 1836, que ningun nifio por debajo de los trece ‘afios haya de trabajar més de ocho horas diarias en una fabrica. Luego ‘dos organismos se convierten en las nuevas herramientas de vigilancia Sm ejemplar del Orden que surge: encargado de recoger y analizar materiales de una estadistica médica general, en 1848 se crea el Re- Office, ast como ef Consejo General de Sanidad, que envia médi- spectores a las ciudades donde tas defunciones son superiores x 23%, con objeto de prescribir las medidas médicas provisionales sometidas luego al Parlamento. El andlisis de Marx de la pauperizacién de los trabajadores y del agotamiento de la fuerza de trabajo aclara las relaciones que mantienen de tantos seres humanos en alojamientos Indecorosos. Hunter escribe: «Newcastleupon-Tyne nos ofrece el ejemplo de una de Jas mAs bellas razas de nuestros compatriotas caida en una degradacién casi salvaje, bajo la influencia de circunstancias puramente externas, la habitacién y Ia calle.» Estos informes, que sirven de base para el ané- lisis del Libro I del Capital no dejan de multiplicarse. encuentran en el cuarto informe sobre Salud piiblica de sexto de 1864, «los datos oficiales més detallados 1 Ve thvor Sane, gf R recone. les mcdects, / a a ‘o> médieos p19po" po de ela On old Cede aes i : 4 & 3 ‘que el capital usa las méquinas humanas en la manufactura, La descrip- cin de los talleres, sobre todo de los impresores y sastres londinenses, supera todo lo que los novelistas de la época hayan imaginado».” El doctor Simon, empleado médico superior del Privy y editor oficial de los «Informes sobre la Salud publica», escribe: «He demostrado en mi euarta informacién (1863) que es pr ‘@ los trabajadores 0 que se puede ograr que ble, de todas las condiciones insalubres que puedan ser evitadas, He demostrado que los t yente incapaces de procurarse por si mismos esta ju tienen ninguna ayuda eficaz que esperar de los adi jicfa sanitaria (...]. »Cualquiera que tar a enfermos pobres o los de los hospitales, residentes 0 no, no temerd afirmar que los casos en los cuales Ia insuficiencia de alimentacién produce enfermedades o las agra- va, son innumerables [...]. A gran escala no signi i ‘més o menos larga hacia el pa Si Marx deduce de estos causa del Mal, los médicos proporcionan ingleses los medios de la organizacién social victoriana de la enfermedad, det trabajo y de la pobreza, Para las aut Jes que poseen el control sanitario, esta mutacién centralizadora es diff cil de admitir y sélo se acepta en Ia revelacién del peligro del Mal. El Medical Times dice en 1865: «Preferimos vivir bajo una comisién legis- Jativa antes que morir prematuramente en el dolor bajo la pura ley democratica de un municipio. ley de 1875 sobre la salud publica in reticencia excesiva colocar a la cabeza de cada distrito mé. Haris encargnos de toda Ie viglancia soca. Habréelncuenia 5 ¥ dos se ‘Muy sensibles a la evolucién inglesa, las grandes ciudades de Este < dos Unidos reclamaban, desde 1844, una reforma sanitaria de la vivienda. Médicos de Nueva York, de Boston, de Filadelfia y de Chicago tenfan lag misién de vigilar y denunciar as enfermedades de la clase obrera y,'~ en 1850, Shattuck crea en Massachusetts la primera comisién de vigi- & lancia sanitaria americana. En 1859 una asociacién sanitaria se encarga\| de elaborar una legislacién sanitaria en Nueva York. El 26 de febrero de 1866, en el Estado de Nueva York, un distrito sanitario y una oficina de salud transfieren definitivamente la higiene publica del poder policial al control médi En Parfs la ‘ia del mal nuevo comienza a partir de 1802, con la creacién del Conseil de Salubrité. Compuesto en un principio por cuatro miembros encargados de inspeccionar el despacho de bebidas, tas manufacturas, Ios talleres y las cArceles, se constituye luego con dieciocho miembros titulares y puede encargar encuestas sobre la hi- giene publica (examen sanitario de los mercados, cementerios, matade- , en Ia medida que le sea posi. i \ i ros, letrinas, baflos publics, etc), estadisticas médlcas. E1 ejemplo to siguen répidamente las principales ciudades francesas y la creacién del Conseil de Santé, por disposicién real del 7 de agosto de 1822, da al Ru y ws ES 33 %¥ médico su titulo’ definitivo de vigilante de la pobreza, de denunciador 3* de ia suciedad y 1a enfermedad. XO En 186 ta Academia de Med ierno, se encar- yi de imponer consejos de En 1837 tas ISS) Cémaras de Comercio y tas Ma an por misién hacer encuestas sobre Ja salud de los pobres. La mayor parte de estos informes se confiaban a médicos que, en términos semejantes a los de sus colegas ingleses, denunciaban los mismos males, los i de las maquinas, y primero el trabajo de los niftos: «Cor nocer Ios numerosos benefici ‘observador deplora tener que AS reprocharle desagradables abu: nos justifian a yf exeese de actividad y que, ya por desdicha demasiado sensibies, podrén 3 desembocar un dia en los més funestos resultados, si no se apresura a PY aportar un remedio pronto y eficaz. Entre esos abusos, hay uno muy venir alterando en su origen las ble a la vez porque tiende a cons de Mulhouse al tro del Interior, al de Comercio y al de Instruccién Publica, contra el trabajo forzado de los nifios: «Su salud se altera con ese trabajo mo- E] trabajo nocturno es una eleccion mucho gasto de luz y la experiencia % demuestra que sélo asi se consiguen obreros fatigados y poco trabajo $ mal hecho y, por ultimo, que esto es contrario a los intereses de os Sshiladores que sélo pueden hacer buenos trabajos con obreros en buen ‘estado de salud.» Més adelante propone como remedio al alcohols 3 x. mo «recortar el sslario de aquellos que se dan a ello, hasta que se co 3 Srijam. FATE cCuadro del estado fisico y moral de los obreros en QS de algodén, lana y sedax, del doctor Villermé,* requisita ~y sutil contra 1a explotacion de la fuerza del trabajo al mi ') Uque panfleto politico, ito # peticidn de la Academia de rales y Politicas, tuvo una resonancia considerable en 1840, Por Gitimo en 1841, siete afios después de Inglaterra, la ley francesa prohibfa el trabajo de los nifios de menos de ocho afios y limitaba a ‘ocho horas diarias el de los nifios menores de diez afios; pero esta ley se aplicaria tardfamente y serfa violada varias veces, resaban también por las méquinas adultes y en ido «Accidentes producldos en los talleres indus- 3S mecénicoss, Villermé escribe: «Las victimas sen los hospitales de Lille han sido 1844 a 1846) de 53, 25, de 847, e1 doctor Penot denuncia la di ido que os obreros no pasen vei horas seguidas en Ios talleres (y, no obstante, después de los proporcionados por un miembro de la comisién, el hecho se presen taria en un departamento del Norte), es cierto que la salud del hombre ‘se gasta trabajando de noche [...]. Quiza fuera también de interés para tue? posi bles muchos de nuestros fabricantes tratar de limitar el trabajo generalmente a doce horas.» 3s En 1848 la Republica epi irmé al médico en su papel de 'y © vigilante y de denunciador del mal: «Qué era el médico ayer? Nada. : #BL médico es el mis apto pars comprender todos medios sociales porque penetra en todas partes.» En el mismo pe- los riddico se puede leer: «Es preciso que haya médicos en los talleres en las instituciones de i nacionales, en las manufacturas, ‘embajada, cada consu- lado debe tener su agregado médico.» En la Gazerte des hdpitaux de 1848 Hegesippe Benoit escribe sobre el tema de los barrios obreros: «Es un terreno virgen. Todo est por crear. La sociedad debe a los proletarios imentos, instruccién, honor, aire y luz» En un articulo de Boudin un médico traduce el discurso policial del siglo xvii: «La lucha del trabajo, cién abundante, sobre todo carne a buen precio. El trabajads diezmado por un gran nimero de enfermedades que engendra la negit gencia de todas Jas reglas de higiene publica, de esa rama de la medi- ccina que nos obstinamos en colocar entre las ramas accesorias.» Fourier, como Marx, se apoya en ese tipo de informaciones para de- nunciar el orden soci las ciudades [los nifios} son de tal modo asesinados por la insalubridad que mueren sicte veces més que en los ‘campos insalubres, Esté demostrado que en los barrios de Paris donde 1 aire circula poco, la mortalidad de jos nifios hasta la edad de un afio ‘es de nueve sobre diez, mientras que s6lo es de uno sobre ocho en los ‘campos de Normandia.s aft ‘scribia Jules Beclare en la Gavette Medicale de {A sre s fama “ “ake _>médico, En 1890 la gimnasia se hace obligatoria Wye bene “bord nade s 'S ademanda de vigilanci 8 or O y de salubri- Mal. Habien- nes, los médicos Jos agentes del suplieron poco a poco a la policia y se convirti poder. Paralelamente, de 1840 a 1870, el nimero de médicos consejeros ge- eee ee i eoubishir mugen eipenni Tres stnacer lo que le es GU ya evitar lo que puede: perjudicarion sort esa are reer teeth dos como mineros; Ia administracin debe ordenar.»* Y abundan las eats igilancia en las guarderias, ls tem rafia.a finales del siglo xix una nrque vigilar los cuerpos para evitar ¥ Ta enfermedad ir también de cada uno que vigile su propio’ cuerpo para descubrir en yecto 1a familia, la educactén y el ejérci Esta vigilan los cuerpos y discerni domesticar ddiagnéstico precoz, educacién , como es al fico, puesto que a menudo es al mismo tiempo secretari La higiene conjuratoria del mal pasa a ser el tem: Francia se lena de cart Ja ventana abierta pas al suelo mordisquetis vuestros portaplumas, vuestro Jépiz 0 vuestra goma, cuan- do lamdis vuestra pizarra para borrar [...], no sélo cometéis actos que nno estén de acuerdo con las reglas del decoro, sino que os arriesgsis a contraer la tuberculosis» Recomendaciones que se repiten en el seno ia se convierte en su funcién mayor: tiempos mujer primer recién legado no deja de ser le con que se entrega ‘te fatalmente la enférmedad venérea que la afecta a taminada y tras todo hombre que tenga relaciones con ella [...] Por tanto, conservaos intactos y sanos para crear una familia o aumentarla a vue Pensad en vuestras mujeres, en vuestra novia y en los ch constituirdn la alegria de vuestro hogar y el poderio de Ia 167 fos que sustituyan a vuestros camaradas cafdos en el campo del honor. Haced que sean numerosos, sanos y vigorosos.» La obsesién de la limpicea de tas mdgquinas: separar los gérmenes teracién tradicional al principio del libre 'y de Ia sinrnzdn papistas son ineficaces ia La’ separacién clinica se convierte en una 1a contra los gérmenes y en este sentido los proyectos abun- lucha cot dan en toda Europa. el libre cambio y Ir .do «en una palabra, ante el derecho de ‘Asi, en el momento en que Inglaterra organis adopta como guis ‘ i ado por el paso de los tubos de los colectores dest jos excrementos portadores de gérmenes. Se organiza Ja nueva separacién del mal, cuya lucha contra Ja infeccién es ef punto SS clave. «Haced circular el agua a oleadas en los tristes barrios, propor” Cionad una salida a esas aguas ptridas que transforman el arroyo en sont lla descubierta f..]_ El saneamiento del arroyo y del camastro iene st afortunado contragolpe en el orden motal y ha reaccionado en las maneras de os habitantes y las casas. Ha devuelto la dignidad a aS familia y el encanto al hogar que, en adelante, sabe retener al padre a su regreso del trabajo y victoriosamente se lo disputa a la taberna+™ oe a anes oprelon fondamental deta 8 organizacién de la separacién médica, apoyada por una legislacién que seveesa de corregirse y perfeccionarse. Porque «la ley es un precioso Testramento de combate contra cualquiera de los azotes que son posibles y faci de reducir, Concede al Estado el poder soberano de que debe ‘estar investido en interés de la comuni para preservarla de los temi- ios de las afecciones y jas verdaderas, La solidaridad ria, tal como resulta de los descubrimientos de Pasteur, es la pren- ‘que debe sa 3 da y el preludio de esta solidaridad més alta y més simple Ja miseria 3 Serum mismo pais, por no decir del mundo entero: en este sentido e# ‘© una necesi ssa de porvenire.* 1 del Mal se hace intolerable, y s€ Desde ve a una mi Nueva York el inmueble de cua LL S+rentena que parece aceptada, jando el nuevo mal de la maquina social y separ ne, el médico produce la demanda de sus servicios para dividual, Su denuncia de los escéndalos del orden libe éxitos de la puesta en orden colecti ‘abre las puertas - 2 \ Wa burguesss bg unt ba 168 (&"Y yeunir, en un esfuerzo comtin contra la enfermedad, contra jefa habia queri Pero la separacién médica ino deseada, por el conjunto de ta poblacion. por hi La utopla de ta medicina liberal: vaciar et escenario { El médico del siglo 21x, en su voluntad pragmatica, no asiste @ un en fermo ni a una enfermedad, sino a una familia. Es el ideal de 1a ecor mmia de competencia perfecia: su oficio no exlge sino’ gestos simples y lun utillgje limitado (pinans, ganchos, agujes, tenazas para separar, ck lindo de Laem o eepeculo de Récamier para vigil). El herrere at sus cuchillos, el guarnicionero confecciona sus bragueros, é1 mismo se is y, hasta 1880, vende 0 produce productos purgantes, ee ee ee ay glo xix raros eran los cirujanos u oficiales de sanidad que no poselan en tomo a sus casas un gran jardin 0 un hermoso huerto, algunos pra. ina, El «médico rural» se siente investido de una misién a , econémica y filantrépica: «Ved, sefior, témo hemos ner ‘mil novecientas familias en lugar de ciento treinta y 5 personas en la villa, tres mil cor los habit aise ate on comma dct eu less len fama came. Nidadas y doscientas que prosperan. Los demés trabajan. Todo el mundo Qsabe leer y escribir. Ademés, tenemos diecisiete suscripciones \tos diarios, Todavia encontraréis desgraciados en nuestro cant ciertamente veo muchos, pero nadie mendiga, y se encuen Xpara todo el mundo. Canso ahora dos cabalios al dia para atender alos enfermos; puedo pascarme sin riesgo a todas horas en un radio de ijaceton ‘de cinco leguas, y quien quisiera pegarme un tiro no viviria ni \diez minutos. El afecto técito de todos los habitantes es Io que perso- nalmente he ganado en estos cambios, ademés del placer de que, al pasar, todo el mundo me diga con alegria: Buenos dias, sefior Be- Hevaba una vida semejante a Ta de tos habl tantes del tugar en que ejercia, en una rustica simplicidad que descri- bbe Flaubert: «La fachada de ladrillo esté justamente en Ia alineacién de Ia calle, o de la carretera mas bien. Detrés de la puerta habia col gados un abrigo de corta esclavina, una brida, una gorra de cuero negro, sie, ae Fisoha, on el sada, un gar de polaitan todevin cublesas* de PAL otro lado del pasillo esté el gabinete de Charles, pequeti tacidn de nos seis pares de largo, con na mesa, res silasy una de despacho. Los volimenes det Dictionnaire des Sciences Médicales, con fas paginas sin cortar, pero cuya encuadernacién habia sulride a lo largo de todas las sucesivas ventas por que habia pasado, adornaban casi solos os seis estantes de una biblioteca de madera de abeto. El olor de las salsas penetraba a través del muro, durante las consultas, 168 3 ¥ det mismo modo que se ofa en Ia cocina toser a los enfermos en ef &y gabinete y soltar toda su historias J. Em la ciudad culdaba de todas las familias de un barrio y su consul: cién de su apartamento, Omnipresente en toda 1a: '@ Ia pequefla burguesia, conlidente ceaballeros. Su fizan su conciencia enviéndome avena para mis caballos, 0 trigo cuando no es caro»? st EYP torio erm una ha SF iteratura det siglo ‘= de las sefioras y pri sombrero de copa como por la de honorable en pre yuna ; Re habia unos mil quinientos médicos en la capital, es decir diez veces § ‘mas que cuarenta afios antes. Habian cambiado mucho los tiempos desde.) 1825 cuando pal ante la Chinara de los Parest «Esta ¥'S organizacién viciosa de la ensefianza médica, durante treinta afios ha 4 g poblado nuestros campos de hombres inhabiles, sin educacién y sin co-“G \ nocimientos, comprometiendo en todas partes lo que la sociedad tiene %| de més quer vida y la salud de los habitantes.» SY Durante cincuenta aos y por todos los medias los propios médicos \ redujeron su nomero, El doctor ReveillePause escribia en 1846: «Somos ~ tantos como enfcrmos, No ardard en haber més gatos que ratones [1 \\ 4 Si durante diez afios se prohibiera la carrera, todavia habria dema- ° . 3 La accién de estas asociaciones contribuyé a reducir el nimero de sn 1840 se entregaban 3 jiomas de oficiales de sani- \) § tantos como diplomas de hasta 1880, no ean Caridad, Asistencia, Seguro cle mame cle bre. F g 5 : industria tiene por corolario Ia. transformacién igencia ya no es rural, vagabunda ni rebelde, lantes, €s decir 5 veces mas que como en el resto de Europa yen 0 el'ntimero de médicos disminuyé 3 ‘rancia pasé de 18099 en 1847 a 14536 en 1856, luego a 134122 foal de iglo. Los primeros sindicatos se crearon en Francia en 1881 para ee ee ~S cada uno los medios, no estando enfermo, de trabajar para no ser pobre, y uniformar las tarifas de la profesiOn. El 30 de noviembre de 1892, 7 'En 1850 Marbeau escribia: «La indigencia no es un delito, y cuando iey Chavandier (nombre de un médico, diputado de la Drdme) armoni g% un indigente Honesto llega a decir al magistrado: “No tengo cobijo nt zaba el derecho y el hecho: unificd medicina y oficlalia de sanidad y SX pan; no puedo mendigar, la ley me lo prohibe: no pucdo dejarme legalizé os sindicatos, a pesar de los temores del Senado de verles 3 Zlorir de hambre, el suicidlo es contrario a Ia moral.” provocar huelgas.de médicos. ga ‘magistrado pueda darle un cobijo conveniente. A e Pero el sindicalismo médico no serfa nunca un sindicalismo de asala- Sy ‘ue se les da), no les convendefa una correc forma de asociacién encargada de hacer respetar st Jo verdadero, la competencis, el cambio médico u y Ia deontologia, 7, Francia propuso 1a primera tarifa uniformada, a través de un sindicato de Haute-Sadne. pos Wf i 4. A a Ja deo ee (Cad que frenan el crecimiento industrial, que Hevan en sf enfermeded y rebeldia, Para ef Ii 3 tegia que tenga en cuen! muevo: primero es la Asis En adi iy pendientem: T 3 \desequilibrio el cuerpo social, sino de averia la mAquina ‘activamente para que nada comprometa la salud de ue la falange tenga ancianos saludables, nifios robustos y idad se reduzca al minimo.s * te de los pobi XY del control oficial de los pobres y de los enfermos a un a x ‘E.R feo de lo pobrera y de In enfermedad, convertdas en me Wi | dea economia poitica espera del juego 3'F plicaciones reciprocas —Ia enfermedad, imagen y causa de 3 je las tuchas sociales que se deducen de J ia miseria imagen y causa de la enfermedad—, ilustradas en I UNE ella. in suwereciom de a pobreza. For on eae deseo ae 2h texto del profesor Barthélémy: «El pauperismo es un fenémeno na- N ‘marxista propone organizar en el seno det capitalismo el desarrollo de : fa lucha de clases y esperar de la instauracién de la sociedad comunis- __ pl cha or Sune det fa nuperain da meriny pro, I esnomia poling 'g.§ su desarrollo y debilitar su intensidad. La higiene también puede red: © cir el ndimero de gotosos, y la terapéutica puede atenuar sus ‘sufrimien- ard un dia en que la gota hay ‘quimérico esperar que 3S tos. Pero nadie tiene Ja . @ desaparecido de la humanidad. No es m gurora se levante sobre una sociedad liberada para siempre del gv ie Iniieen? i Esta lucha contra Ia pobreza debe pasar por una asistencia financie 9 ° Se pot Pasar por x ¥ Mo, wscepible eae ee cane eee ‘Se enfrentan tres escuelas en nombre de tres conceptos de Ta sepa RBS eats Poe ae notes una lucl + racién del Mal: sea detener cl progreso industrial porque produce y3 3 ideal aa fins inotablea/faea! era cnet obra, se acer en progres Pre ara, se vt om Sys del Orden precedente, o, segun la fuciéndola a lo tolerable. Conservadurismo, Economia politica pee daca fle, Cone politica y Film fg Tea benehoenin Al un I El catolicismo social conservador hace del capitatismo industrial Ia sevcaplica sobre la pobreza, e= Pa reset apinptery tibet nape usa an ST ee nse ‘ régimen que, dando a cada trabajador In libertad de escoger su profe- quica, la baja de paro y la miseria. Por ©s0 a ea et % Sign, de cambiar en ella a voluntad, de ofrecer su trabajo a quien qui de i misera exige detner el progreso, Con Lous Blane, Sant Sinan § x J alprecio que quiera ponere, le deja expucs ‘0 Fourier, se encuentran los aspectos més revolucionarios de semejante Te arte camencia» Cove be doctrina, Ast Louis Blanc, en la Organisation du travail, propone des oat it igs, mis tarde-o més temprano, bajo el imperio de ci 7 ee daa X cun ‘dcbia llevar a Ia situaciOn general de los trabej aa Sao aides yeaa __ pobres de tal campo o tal industria a desagradables crisis sefialadas Le eae ee ees Fee sy rane liens ay rupelén temporal de la demanda de trabajo © por una baja Fe areneifeis que peran sobre otras industriase® Y Fourier lesa J <2), PC nat de salarios».” incluso a proponer una medicina gratuita para los asalariados, imitada ee Pe xe corrientes el poder liberal europeo sacé una si de ia medicina milit itamente el concep- : n $x as erfti ‘denuncia del mal para separario. to de Seguro pablico: «La medicina ser& retribuida por la colectividad, a eoeician enn oneeme anti a Peceene a no para mantener ta enfermedad, sino para conservar la salud. El mé RA soeor 8 ie Boe de renablizar Ia ferza de trabajo. Ya n0 ee ito le com 1 . dico gana hoy en dia en proporcién a los enfermos que atiende; a aeard viene, por tanto, que tos enfermos sean numerosos, sobre todo ‘ase rica. Lo contrario tiene efecto en Harmonie; allf se retribuye a los : ' vn aa Tal sera el ee de a rere 7 ee en al silo avr médicos segin un dividendo sobre el producto general de la falange. por las corporaciones obreras y sup! : por Ja ley . Ee Chapelier de 1791 (que prohibia «a los ciudadanos de un mismo es- Este dividendo est6 condicionado por el tipo de interés: crece de 1, 2,3, ws entre patronos y obreros, éste fue llevado también a ley materia social. ‘Las mutuas estaban financiadas por cotizaciones anuales obreras y subvenclones patronales. Aseguraban el reembolso de los gastos médl- eleccién del facultative y pago en ion muy precisa de una de esas mutuas en-el informe de 1837 presentado \ en Ia Camara de Comercio de En una hilatura se tiene un regis: X socorro de una caja\? 1 que, a consecuencia de una herida, de una invalidez oS de un mal local cualquiera, no puede trabajar, cuenta como enfermo; = tos ancianos y Tos invlides no son despedides munca por causa de sus enfermedades. El mimero de mujeres es mayor que el de hombres yS} estén enfermas con mayor frecuencia, tanto por el estado de debilidad de su constitucién como por el de sus embarazos y sus partos frecuen- tes. Los nifios enferman menos que los adultos.» ® En su informe presentado el 20 de mayo de 1855 al «Comité de Eco- nomla Socials, el doctor Penot describe las practicas mutualistas en Al sacia, regién de Europa, con el Norte de Francia, Prusia y los Midlands, donde empezaron pronto a funcionar: «Desde hace muchos afios se ve funcionar en todas las fAbricas del para casos de enfermedad, que se por el facultativo y necesidades. En caso todos los gastos de sey fabricas aisladas en las cuales la mayor parte de los decirse que pasan toda su vida en el mismo establecimiente hhan sabido hacer todavia mayores sacri mente gratuitos y se aplican no Jos obreros, sino también a todos los miembros de su padre, madre ¢ hijos, Todos los medica- mentos los proporciona la casa a la simple vista de la receta [...]. Los establecimientos de los sefiores BoigeolHapy se destacan también muy honorablemente a este respecto [...]. Los obreros enfermos més pobres, reciben, mediante un certificado del médico y segtin sus necesidades, ali- mentos, lefia, vestidos y ropa blanca; o se les paga los alquileres atrasa- 178 ha hecho recomendable por su comportamie medad se ha producido a consecuencia de de su sueldo mientras dura el obligado paro. Por quienes recuperan asi con mayor ‘un allmento més suculento que el que po establecimientos pagando a das médicos honorarios que se el conjunto a unos tres mil francos; y encargindose de los gastos ocasio- nnados por las enfermedades graves, cuando las cotizaciones demasiado reducidas de quienes son atendidos no les dan derecho @ suficientes so- corross. Durante todo el Segundo Imperio, al amparo de la Asistencia Publica, fencia y mutualismo estructuran el se- médicos para los yyendo sus tiquets del Sane faantropia publica y privada, guro naciente. Comunas y «bienhechores> fin pobres, estableciendo unas y otros su Ii de cuidados. Por una ley de 1855, Napoledr pia publica haciendo que los prefectos no: ‘médico para los pobres, ya remunerado. Pero est notables rurales preferfan mantener la ant pio de libertad para el enfermo de elegir su ‘Una vez més Ia Comuna de Parfs intenté desma central de separacién de la pobreza, y el goblemo de 6 Ia gestién de los soco 10 de junio de 1871, el gobi Fitates eigenen financiada por las comunas. Aunque vo Nacional el 16 de enero de 1877, esta ley no pudo, sin jismo la pobreza en un régimen de sufragio univer de médicos en los departamentos mas pobres. Una ley del 15 de julio de 1893 no hacia sino ida durante todo el siglo: as Dron ee (wes carb a: fio Aviva: ba segun las regiones y el antiguos de medicina benéfica. También variaba el esp! Orden antiguo y su Caridad, el Orden nuevo y su Asistencia. S “En Estados Unidos, donde los Ordenes de los Dioses y de los Cuerpos permanecian ausentes de la memoria colectiva, la separaciGn de la pobre in za y la enfermedad por el seguro no tenfa necesidad alguna de enmasca- S = arse de caridad para desarrollarse. Desde 1850 la burguesfa norteamerics- ¥ na y urbana contrataba seguros contra los males del siglo: tuberculosis y accidents de ferrocari. Las primeras seguridades norteamercanss gS ban en general unos ingresos en caso de enfermedad y, mas reembolso de los gastos médicos, Algunas empresas no organizar Ia cobertura de los riesgos del Mal, y algunas compafias mineras Ilegaron hasta asalatiar médicos para curar a sus empleados. Como sus homlogos curopeos, la American Medical Asso- mn, con el propésito de mantener el acto médico contra el seguro, excluyé a todos los médicos que aceptaban un tanto alzado anual, y no se decidié a aceptar el principio mismo del seguro privado hasta que muchos de sus miembros, hacia finales de! siglo, vieron en ello un medio de esca- par de la miseria Sin embargo, estos regimenes segufan siendo embrionarios. La segu ridad social no se generalizé hasta finales del siglo en Prusia, en el resto de Alemania, ‘Aunque hasta entonces no habia desempefiado papel innovador en la ‘organizacién de tos Ordenes de vida, Prusia entré tan brutalmente en el én General de Tra- es en ‘unién sagrada entre obreros y soldados para la guerra de 1866 contra Austria, y con ello el paso de un funcionariado feudal a un asalariado de Estado . En 1876 se instauré una Oficina Nacional de ta Salud, y en Profesional de Impresores creé el primer seguro con- la gran crisis econdmica de los afios 1880, la violencia de una real amenaza socialista impulsaron imperial del 17 de octubre de 1881: «El remedio al malestar social reside tanto en buscar en ta coordinacién de los esfuerzos con vis- tas a realizar el bienestar de los trabajadores como en la represin de los abusos debidos incomprension de los principios sociales de las democracias.» Una ley del 15 de junio de 1883 extendié las cajas de enfer- medad a un 9% de la poblacién, es decir Ia fraccién més pobre de la lase obrera: obreros de la industria y el artesanado, empleados, asala- rlados de los ferrocarriles, de la navegacién, e incluso, a partir de 1886, 2 obreros agricolas y forestales. Desde el primer dia de enfermedad 0 de paro se beneficiaban de un seguro completo, En las prestaciones figura- ban la visita médica y los medicamentos, entregas diarias correspondien- tes ala mitad det jornal, hos idn gratuita, y subsidios de mater- nidad durante tres semanas. La di de prestaciones por enfermedad ‘era de trece semanas, pero podian ampliarse a un aio. Los médicos eran m8 & A lenugreat Couleney se convierte z eae ~ i directamente remunerados por las cajas, El seguro de enfermedad implicaba un desarrollo fulminante de los gastos de salud y de 1887 8°" 9.1898, con un crecimiento del 4 % de la poblacién, el nimero de médicos \-¥ alemanes aumenté la mitad y los gastos de salud se du ‘A finales del siglo xix progres6 la idea de un seguro contra la pobreza, ‘el paro y la enfermedad y en ta enciclica Rerum novarum (1881), el papa Queen XIII pidi6é a 10s Estados que proveyeran «de un modo especial g ‘que en ninguna circunstancia el obrero careciera de trabajo, que tuviera tun fondo de reserva, destinado a hacer frente no sélo a los accidentes repentinos y fortultos, inseparables del trabajo industrial, sino también de la enfermedad, la vejez.y los azares de mala fortu imén de seguro publico, el primero en haber i légica del Orden de las Maquinas, sitvié de tado en Inglaterra, copiado a medias en Francia y combatido en jados Unidos. Sintoma de la aparicién del Estado nucvo, fescena el Orden riuevo administrando una nueva férmula conjuratoria de violencia: contener se convierte en asegurar. El Estado liberal ya no Nesta ausente ni es imitil: es asegurador. Gy Rsequrer El Estado de tas Maquinas: asegurar ta vida El Estado asegurador, conjurador del mal por el impuesto, ya esta cons- truido, En Inglaterra, en Prusia o en Francia, el fantasma liberal y revolucionario de una muerte del Estado no dudaré més que un instante: ja salud se convierte en un elemento econémico y po ‘Auxiliar del poder, el médico se enriquece cuando asegurador, La terapéutica pasa a ser un servicio econémi ral. En 1889, M. Rochard puede escribir ones anuales que la enfermedad cuesta nada hay més dispendiaso que Ia enfermedad como no sea la muerte, e derroche de la vida humana es el mAs ruinoso de todos tiempo era conveniente integrar a los obreros y darles Jo que se hacia producir. Pero también, para canalizar su violencia en el ‘consumo, habfa que asegurarlos. aa matin spi ort cot eee $ sino en Is simultaneidad det aumento de Ia esperanza de vida y del se 925 guro de la reparacién. La esperanza de vida se alarga, por tanto, graci <&_ denuncia y a la separacién médica del mal por yor Is higiene, reduce Ia mortalidad infantil. Pero si se muere menos, ya no se nace tanto. Poco antes de la Revo- ‘en parte de Francia el descenso de fecundidad superaba a Europa y & jucion, \& cceldental y Estados Unides: dos hijos por familia en Francia para la 1» a la vigilancia, a la mientras se descen 5) Z Esleck Gsqpedor” generacién de 1896, 1,8 en Suecia para Ja generacion de 1904, 2,3 en Estados Unidos para la ie 1909, El progreso de la esperanza >~ de vida se acelera por después de la creacién mutua por la Compagr aplica el seguro, Al mismo ‘conducen, por primera 1 médico habr& servido, en este primer periodo del Orden de las M&S nas, para hacer vivir hasta la edad de produccién. imulténeamente, en un siglo, el nuevo Estado deja de dar construye un Estado nuevo que designa el saber médico como verdadero, peuta, 1a higiene como separadora y la seguridad ral debe apoyarse en un Estado asegurador para Le olencia y la opresién, y por tltimo «emprender y hacer fun g g icios piblicos y ciertas inst sociales que el individuo 0 de_un pequefio mimero de individuos no sabria nunca emprender y hacer funcionar», : dicho de otro modo, conjurar econémicamente; dicho de més ni menos fuerte que antes, pero departamentos de Estado se crearon autoridades locales y privadas en materia de salud, y el seguro se hizo constitutivo de Ia Ideologia del Estado Estado que aseguraba contra las consecuer ado, A pesar de todos los discursos sobre el liberalismo sin Estado, mercado exigia ese Estado absolutamente nuevo, anunciador de préximas dictaduras. Lo que fue claramente advertido por los adversarios del Orden nuevo que escribian en el Times en 1854: «Preferimos aceptar el \ J PSo88 y'atojamientosexiguos, por contagio y epide riesgo de atrapar el lera o Ia peste, antes que ser brutalizados y obti: gados por el Estado.» 5 Bajo In Segunda Republica, algunos, ine pedir que se concediera tonomfa del contro} de la saluc ‘3 Gazette médicale escribe: «Para realizar tan vastos proj ‘S—necesario en principio un J ta sociedad de tow médicos Imperio se organiz6 € instituciones en el mercio para control reagrupé en una direcci cién de la salud y la ids por ’ las demas, a causa de su fhacinamien \Mat. = En todas partes el capitalismo liberal produce, por tanto, un Estado i § a 1a vee organizador det mercado y asegurador contra las consecuencias A, de su juego, y bay coincidencia entre la aparicién de los primeros Esta- dos del Orden nuevo y Ia generalizacién del seguro publico, ‘Asf renace el espectéculo y se llena la escena, Ya no es el enfermo el verdadero consumidor det intercambio médico, sino quienes gozan de buena salud, tranquilizados por ef especticulo de los cuidados financia- dos por sus cotizaciones. ag cumple un deber de «solidaridad humana», Es el asegurador contra el . gy EL ESPECTACULO DEL ORDEN DE LAS MAQUINAS, Jt “€ © inctuso si el hospital conserva en parte su papel religioso y 3. § enfermo pide entonces perdon y absolucin det Orden cantbal se convierte en comers $2° mal para eliminarlo, pero lai Pie espectéculo de Ja curacién, en el siglo xx, & — vierts on olemento constitutive del consumo indust ‘espectaculo de vida y de muerte en el que la democracia 3s revoluciones, come lo que la amenzza, ingiere deseos de socialismo, y donde Ia dictadura brufie las herramientas de su barbaric. y né dewes Wet tina tr y 8 % & 4 e 1S gh q . + En Estados Unidos el seguro privado prevalece sobre el seguro publica La conjuracién de las méquinas: seguros privadas 0 piblicos Ja extensién 5 ‘cuanto que del mal es més necesaria, Al ritmo de las luchas sociales lemania y después Inglaterra, Estados Unidos y responsabilidad individual det patrono; luego conquista de 14 mayoria 2 efecto, impulsado sin duda por I extrema sensi = det trabajo a los riesgos det paro, y quizé por el recuerdo del Orden de |S Jos Cuerpos, e i tema, tal espectéculo 4 afecta a doce millones de pe y se afirma a pesar de las ret que Intentan mantener Ia Fceién del intereambio médica, pero que nO 0 consiguen; y pronto el pago por tercera mano es reconocido jurii mente conforme a la ética médica. La Igica de la escenografia se ¢ iales. En 1942 en ‘Servicio Nacional de la Salud. 1eg0, a partir de 1974 el seguro inglés adquiere toda su autonom! controlando en adelante a todos los actores del especticulo: enfermos, \Y médicos y asegurados. ie conjurar pasa a ser la enfermedad y no la pobreza. lo considerables tensiones sociales y la influencia de los aconteci ‘europeos hacen que la Asociacién Americana para el Derecho del Trabajo proponga asegurar a todos los obreros que ganan menos de cien délares al mes, Ia garantia de sus ingresos y Jos cuidados en casos de enfermedad. Este proyecto encuentra el favor de Ia Asocis: clén de Médicos Americanos que, en su Journal, considera que en 1915 inaugura «un gran momento que debe conducir a una mejora de la salud de la poblacién obrera y las condiciones de vida de los asalariados». Re- y el mal que hay A princiy 12 thee ba meckit pore = ricano», una «amenaza de prusificaciéns de Estado: § Sera iit ae Evade de Nuevo Yor pool salud de los trabajadores debe ser mantenida y mejorada como lo: 5 presenta, sobre todo, tuna perspectiva de clientela nueva para los médicos de las pequefias ciudades. Asi, cuando, en 1917, los médicos de las gran- des ciudades adquieren poder en Ia Asociacién, ésta cambia de postura, porque el riesgo de ver desaparecer el cardcter liberal de la profesion se impone sobre la oportunidad de una ampliacién de la la, Imagen ina privada se convierte des mania pet rede quelase. ca muerta en Estados Unidos. ‘ medios de produccién [...]. Pollos, caballos de carreras o monos de ‘son alimentados, alojados, entrenados y mantenidos en el mas alt de fuerza fisica para asegurar un rendimiento maximo en Sus res \tunciones. El mismo principio se aplica a los seres humanos. Una pro- conceder una gran atencién a su entorno fisico y a sus necesidades.»® {> a recesién de los afios 1929-1930 trastorn6 los servicios médicos, pri- vados todos: en un afo los ingresos de los hospitales descendieron en tres cuartas partes, el promedio de ocupacion en un tercio y las sub- venciones filantrépicas en dos tercios, mientras que se cuadruplicaban las cargas de asistencia a los parados y los pobres. Mientras, el nuevo contexto afinabs y precisab: asegurador: con Keynes el Estado asegura al cay sus mercaneias. En el deseo de producir una cuidados y tener la seguridad de ser pagados por sus servici hospitales organizaron sistemas de seguro, que proponian a las catego 5 Has sociales de las que deseaban tener clientela: ta seguridad, para los —” enfermos, de ser cuidados, se convirtié en el medio de que los médicos ° sntipieran sus honorarios, En 1929 el Baylors University Hospital de\ Dallas organiz6 el primer seguro de enfermedad para profesores de escuelas secundarias, mientras que en 1932 los primeros programas de seguro destinados a todos los habitantes de una misma ciudad los ponfan a punto los hospitales de Sacramento en California ‘Los médicos més liberales comenzaron a tener una clara conciencia de 1a necesidad de esa financiacién de sus ganancias. En 1932 M. Fishbein escribe en el diario de Ia AMAA. «La eleccin esté entre las fuerzas que Tepresentan les grandes fundaciones o la burocracia de la sal tas teorfas sociales (hasta el socialismo y el comunismo) inci Revolucién, y la profesién médica de este pafs impulsa a una ev. ‘organizada, guiada por una experimentacion controlada.» g S Bs a3 oy ary breros, al mismo tiempo, intentaban organizar el s |. Primero con el Kayser Permanente, fermedad dotada de médicos asalariados y finat eras, creada en 1933 por los sindicatos obreros de los in Francisco. En la connivencia de todos los poderes se ins- to, el primer ejemplo de la forma més moderna del seguro Los sindic: Pero con Ia pobreza creciente y la crisis de los afios t quiere gencralizar el Estado asegurador y dirigir el e: estudiar ta generalizacion de Ia seguridad s ‘que concluyé: «Estados Unidos tiene los recursos eco ‘apacidad organizadora y la experiencia técnica para resolve sero las presiones de los médicos y del establishment figaron al presidente a reducir su proyecto a la entrega a los Estados federal, correspondiente a los gastos de salud de las lorizacién de considerar los gastos de 1 Estado asegura a los seguros privados como fiscalmente dedi jn 1937, para conjura segurd, Ia AMA. no lleva a cabo esfuerzo al 1 seguro privado y concede su aval a las vi wuros ya existentes, reagrupéndolas bajo su égida en lay fara los gastos hospitalarios, y en la «Blue Shicld> para’. ssexPe ue Ci Jos honorarios médicos. Las Blues recibian cotizaciones y pagaban direc: $ es y a los médicos, pero en ese momento sélo con ta parte de los americanos, En 1936 el proyecto de una R seguridad social general surge de nuevo con la proposicién de Wagner i denunciada como «primer paso hacia un sistema totayy litario de tipo sovi cuyos médicos serfan los vigilantes y Jos es clavoss, fue rechazada por el Congreso, Estas luchas ideolégicas partidarios de un seguro que apoyaban el seguro pt condujeron al desarrollo de subvenciones piblicas a los tos seguros privados. En 1952 la mitad de los americanos estaba ya ase- gurada, al menos por parte de sus gastos, sea personalmente, sea por su ‘empresa. Puede observarse que los asegurados mejor cubiertos pertenc- fan a los sectores que conocfan la mej in sindi ~ ivado y los pricticamente iado pobres, 0 no lo bastante \dos para desembrollar la compleja marafta de formalidades de las de seguros. pobreza y Ia desigualdad ante la muerte reve- Jan las ro privado. Una gran parte de Jos ciudadanos americanos no puede participar en el espectéculo del Orden nuevo, y, a pesar de los esfuerzos de los gobiernos sucesivos (en particular la admi- histracién demécrata que por dltimo obtuvo del Congreso, en 1965, 18 financiacién de dos programas de seguros piblicos, el «Medicald> para Medicaid 194 Los Blues y las compafifas privad: aparato de produccién de cia los hospitales y los con: g $ el camino det seguro publ (SSA principios ae sisto s de vigilancia y de control de la po- servicios sociales de empresa, enfermeras de Fabrica, controladores de seguros so- vefan en él la amenaza del asalariado y aprobado por quienes espera de el una clenteiarenovads, La primera guerra mutdal demanré Ia importancla del mantenimiento de las mAquinas humanas y, en una nacién diezmada en la que Ia natalidad continiia decreciendo, la gestién de Ia enfermedad se convierte en la primera preocupacién y hace desa- sma alemén de seguro, obsesién y referencia Pago por tercera mano y medicinas a cargo 1 Senado se neg6 siquicra a exami pobres. El presidente de la CS.M.F, durante pudo, con toda razén, escribir en 193 de 1930, tal como fue votada y promulgada, representa una victoria indiscutible y considerable det sindicalismo médico.» EI Estado de las méquinas se estructura: toda la organizacién del jocho afios, el doctor Cibrie, establecimiento de ta ley i 185 Ato. nd Sovie la Va seguro de enfermedad se agrega al vierte ast en el de la higiene, de 1940 a 1944 se impone e1 modelo alemén. Salud y fami indisociables, pero la ficcién del acto médico, se preserva. Hay que esperar a 1960 para que el Estado imponga tarifas a los médi cobligatorias. Japon, donde hoy dia se esboza el Orden de vida nuevo, no entra en j) el Orden’de las Méquinas hasta finales del siglo x1x. La proletarizacién pués del seguro. Las primeras leyes, inspiradas en el sistema de Bis- rmarck, ponen en funcionamiento cajas mutuales para asalariados, y después, en 1937, el seguro médico se extiende a las colectividades . Con fa guerra, cl hundimiento econémico y tas epidemias que wnan, resurge por un tiempo el Orden de’ los Cuerpos, pero e! levantamiento econémico de 1947 y su exigencia de trabajadores con a desarrollar el seguro. Asi, una ley de 1961 ro total de atenciones médicas para toda la pobl te sistema no concierne todavia sino a los treinta ‘ochenta millones sélo tienen un segu: rencias del sistema, se multiplican las i quia considerable. En el resto del mundo Ia burgues{a entiende darse a s{ misma et espectéculo del Orden de las Maquinas: en Brasil y en Ia mayor parte de los pafses en vias de desarrollo, algunas fracciones de Ia poblacién sistema de seguro era ca titufan una penosa herencia para la revolucién. A pesar de las tentativa ir de los esfuerzos de Lenin en elaborar programas de srreno médico, hay que dominadas las epidemias, y a Ia posguerra para que lo esencial de la vigilancia del mal y de su gestién se organice en centros sanitarios. Toda. ‘via, segiin parece, la instauracién de una solvencia sigue siendo parcial y rudimentarios los cuidados prenatales, No obstante, el mat ha sido hoy 186 len soviético puede en to furidamental de su poder. casi conjurado y desvanecido el miedo: sucesivo utilizar al terapeuta como un auxil Los actores del espectéculo Asegurada la financiacién y a pi actores del espectéculo. En la inv: SS yen una jerarquia bbarberos y & Y primero en valor det capital humano preocupa a las grandes fucrzas del capitalismo, S12 meaicina se converte en el negocio de todos, del Estado, pero tam- YS bien de tas grandes fundaciones privadas, como © feller a partir de 1907. de la ordenacién, con vregency ce fede, se conforta con su sumisién al lenguaje impe No pagar se hace normal, pay ~ ha sido fijada por el caridad. En ello se puede ver una huella de los Ordenes i del espectéculo del Orden de las Méquinas, que intenta \doasegurador, fiador del nuevo Orden donde ya no tienen lugar la ofrenda ni el exceso. to para quien considera el psicoandlisis en sus rela. ‘como nos lo muestra Mélanie Klein:! ante que se sentia amenazada narada por rfa traténdola en el caso de que le fuera imposible pagarme durante al- sus dificultades me parecieron reales, rr su tratamiento en el lugar en qu paciente comenz6 su sesién quejéndose snsé también, por primera vez, que esa habitacién ea sombrfa y higubre y lament6 la ausencia de visillos. Después de estas declaraciones me cont6 su suefio, Afirraé que era muy simple. Sélo ha- 187 portonte wat a ala ' El rneveg do m ck le reonemia oe EU. fa bia sofiado en un mar de icebergs que acuifan a oleadas interminables de manera que no se podia ver el mar, el mar también azul, sino tinicar mente sus cnormes montaiias blancas llegando a oleadas, una tras otra. [...] Asociaba entonces estos icebergs a un pocma sobre antiguos navios abandonadus que se parecfan a cisnes dormidos. Le recordaban también ‘Madame A., que era los cabellos blancos y ondulados de una vieja ami muy amable con ella, que la habfa ayudado y que lo cual le habia ocasionado un gran sentido de cul tristeza, Después de estas asociaciones, interpreto que la sala de espera frfa es idéntica a los icebergs de su sueio; debié sentir que su exigencia de ios reducidos o de no pagarlos del todo me labia ago- jente y empobrecido —Ia sala de espera sombria y igu- s—, que en efecto el habla matado, aunque yo me tan frfo como un iceberg, llendndola de sentimientos de cul lad y de persecucion.» Estaban presentes los tres Ordenes y convergfan en el dinero: Ia ofrem 1a presencia de los muertos, la culpabilidad como fuente interpretacién dc los suefios, los desequilibrios estructurales, todo estaba alli. En el pago por tercera mano y el seguro desapareceria todo y se vio como frustracién, productora de carencia. El complejo médico industrial Et mundo médico y paramédico emplea en nuestros diss, en los pafses desarrollados, alrededor de un $% de la poblacién y la salud se hha convertido desde 1965 en el mercado més impo americana, por delante de los sectores del cubrimientos de Ia bacteriologia, de 1a quimica Ia elinica reparadora y el ritmo de ‘cada vez més especializada y el hospital se convierte en el lu. gar esencial del espectéculo, El mercado competitivo cede el sitio a una economia concentrada, industrializada. EI hospital se convierte en el lugar mayor de Ia investigacién y los ‘cuidados, y el médico se integra a é1 cada vez més, sea porque lo atraiga un interés econémico, como en Estados Unidos, sea porque una preocu- poder identifique su éxito profesional al nimero de actos que i como en Europa. pital reagrupa cada vez més enfermos y si, en 1962, un francés de cada doce sélo iba alli una vez al afio, en 1978 la proporcién se habia duplicado. Cada ciudadano de pals desarroliado tiene més de tres post Dilidades sobre cuatro de efectuar al menos una estancia en su vida en el hospital. Pero el espectro de las enfermedades esté cada vez més diferenciado y algunos progresos farmacéuticos han detenido el lario, Asi en el Estado de Nueva York, en 1954, imiento hospita- disminucién de la pol estaba previsto un aumento de ocho mil. Paralclamente, el crecimiento de la industria farmacéutica, sobre todo despues de 1945, desarrollé la presencia de los médicos en 10s complejos trabajaban cada vez mas en o para wand innovaciones con au testimonie, "es de seguros determinaron con sus tarifas el por- venir de un aparato o de un producto. Presencia ambigua y artesana, siempre sospechosa, lugar de corrupcién y de connivencia. La integracién por el asalariado, la concepeién de los produc investigacién médica en los laborntorios farmaccut sién de terapeutas y productores, de los cuidados den capi lismo triunfante. 3 capitatismo y canibatismo 10? Cuando el mal no es ya sino una realidad fisica, toda str cia ¢1 parece perder su sentido inaugural. Pero, en realidad, el capitalismo sélo es su tercera escenificacién, traduccién de una traduc- ‘que permite dar a la conjuracion can‘bal una mas- ‘cara menos transparente que la ofrecida por los Ordenes precedentes. ‘Todos los actores y todos los accesorios se hallan todavia presentes: un terapeuta, una conjuracién y, sobre todo, una promesa de eternidad por la apropiacién de la vida. Ni que decir tiene que la distancia parece inmensa de la observacién del cielo a los rayos X, del sacrificio a la caza de cadéveres a ye 1 fe econbnes & hao es Segoe % a Ter Ff bow au et representa el espectaculo: en el Orden d fa economia, Y n0 es necesario entonces f encontrar el substrato original y el papel fundador del Orden can En efecto, al mismo tiempo que el suefo liberal pretende si puesta en orden por el cambio y Ia vi por Ia com encuentran en esta traduccion formas invaviantes del \aGanibatismo: 1a acumulacién de capital es la traduccién econémica de foo caddveres que comer; el dinero es este alimento que circula y se acumula. ‘También las leyes perennes dei canibalismo administran hoy el capi talismo: hay que engullir el motin para mantener el Orden, hay que AleHeescien E/ Consume lades no rentables para producir valor y capital, hay jetos, en putrefaccién, por productos nuevo, herramientas de eternidad. . Los abjetos de consumo est ybargo, rehacen las Jeyes det canil ‘como Ia antropofagia habla de vidas. Se comen entre ellos es preciso que cada’ uno consuma por lo menos tanto como el otro. Si ya no se desea comer se desea consumir econémicamente los ob- ‘uno mismo, podria dese ‘tamente, en lugar de ingerirlo, se apropia, se Jo que el desea. El mal es siempre, por tanto, la huella del desco, de la culpabilidad y del peligro que cl otro representa, a marca ona en este espacio casi canibal: mereancfas que ado de producir'y de comer. Asf el ritmo de jento econémico se acclera con Ia capacidad de consumir y pro 5 decir con Ia angustia de la escasez, arma capitalists, miedo de ido. El triunfo del capitalismo industrial coincide, por tanto, exactamente con el crecimiento de la esperanza de vida que hace de cada uno una maquina de producir y consumir eficaz, un canfbal rentable. ‘Cuando comicnza el siglo xx se esfuman las enfermedades infec: closas y en 1920 Ia tuberculosis mata en Francia tres veces menos que fen 1870, cinco veces menos que en 1770. Gra 3G, hecho obliga- ticos, el mimero cia, de 1920 a 1978. De 136 accidentes cardiacos desciende un dentes cerebrales y vasculares. La reduccién de la de las Maquinas, es con: que se reduce la fecundidad. Estos dos factores permiten a las mé jén éptima de funcionamiento, en todos casos en todos occidentales. Pero la medida cuant de Ia salud sobre la econo- mia es imposible de d jocal es irrisoria. Asi, han intentado evaluar en Estados Unidos el valor de la salud acumulada en los trabajadores a 200 miles de millones de délares, contra 500 miles jastados por Ia educacién.” Se ha valorado en un décimo ito econémico norteamericano la parte debida a ese capital f descenso de la mortalidad infantil, que aumenta la fuerza de trabajo ~E potencial pero pesa sobre los salarios, y el valor ideol6gico del discurso “Y_médico no son mensurables. El Orden de las Maquinas organiza de hecho , toman prestadas sus reglas y sus discursos, su vocabulario y su sintaxis, sus invariantes y sus apariencias. \ El orden absoluto de las mdquinas La sociedad leninista, y estalinista luego, es menos el primer modelo del 2 Orden absoluto de Jas mAquinas, que una forma surgida de un orden g to anterior. La teorfa de los «enemigos del Pueblo» de 1918, Ia 8 jacién de los campos de trabajo en 1920, la multiplicacin de las 5 1s del Orden, como més recientemente 1a matanze camboyana, q implicitamente al Orden de los Cuerpos, aquellos que se han } encerrado son sobre todo los campesinos que se han quedado sin + tierras, cuerpos del delito del capitalismo de Estado. Aunque a su lado $ se separa y sacrifica también a miembros del Partido, élites intelectuales & para lo esencial, los cuerpos de Jas masas pobres son asimismo denun- ciados y separados. Deportando a un minimo de diez millones de cam- pesinos, se depura la sociedad no de la enfermedad sino del cuerpo LY. enfermo, del cuerpo del delito social, a fin de crear el orden absoluto de %, Ja sociedad comunista, Como los procesos en brujeria, los procesos de 2 Mosca separan el mal por la confesién y organizan la conjuracién por el 3 espectéculo, { “Cuando la sociedad se hace fija Jp cuando Ia organzaciin est en vis de ser perfect, el ser clfnico. Ser ladrén, hostil al régimen, desear poseer, es mente enfermo y, por tanto, justiclable de cuidados de fa puede entonces ser sustituido por el médico, Asi en toda sociedad totalitaria, el cambio de verdugo sefiala el paso a un Orden nuevo. EI Orden de las Maquinas comienza con la guerra que vacia los cam- pos para poblar las trincheras y organiza el modelo industrial. Cierto es que desde 1930 se encierra en los hospitales psiquidtricos a quienes se rniegan a confesar, pero a partir de Kruschev se instaura Ia clinica como. nueva estrategia ante el mal nuevo, el disidente y ya no la clase expro- piada. ‘Los médicos psiquiatras deciden el internamiento de los enfermos después de una encuesta policial sobre su vida privada, y esta extrafa connivencia entre fo médico y lo policial funda un nuevo espectéculo, escenografia del antiguo Orden canfbal resurgiendo de la noche de los tiempos para ser donado a la tinica élite, Ia del poder. Pero el kruschevismo y el bremevismo son s6lo la forma embrio wt ntagio racial segin la misma estrategia ‘0 €s la scleccion de los signos del Bien crisis de los afios 20, el discurso cor sobre el Bien y el Mal, sobre el orde solutament wd; pero esto no se les hace insoportable, Para sus padres, como para la sociedad, representan una pesada carga. Su muerte no crearfa la jvo en el corazén de una madre o de tuna enfermera dev :mpos de més alta moralidad a esos pobres hombres se iberado de s{ mismos.s" K. Binding afiade 2 estos argumentos razones econémicas explicitas que hacen del hombre ‘Tomemos el caso de una duracién de de caleular el enorme capital que bajo tay calefaccién se sustrae a la riqueza . Se requiere un personal enfer: para esta tarea totalmente impro- productivo; es penoso comprobar ty vida de cincuenta afos, ~ & forma de alimentacién, Alfred Hoche escribe: profunda ante Ja muerte del espirit momento de Cuando cl espiritu esté muerto, no hay lugar porta que el enfermo esté vivo o muerto, Allf iado como el Mal en los Ordenes anteriores, Raza y mal clinico se identifican cuando ‘cardcter hereditario de la reproduccién de Ins enfermedades: 12 propiciatoria del Orden de los Dioses por «delcldas, cuerpo del delito en el Orden de los Cuerpos por «judio errantes, se convierte en enfermedad absoluta porque frena ta mfquina social sdesviando el capital nacional», Este concepto es aceptado por los médicos porque extiende ef campo de poder, no solamente en Alemania sino también en toda Europa mucho antes de la Hegada de los nazis al poder. Ast, en noviembre de 1932, la Camara de Médicos de Wurtenberg se pronunciaba por tna esterilizacion legal de egentes de valor inferior». El partido nazi, que ya habla percibide la importancia del discurso médico en toda estrategia moderna de toma del poder, organizaba, a partir de agosto de 1929, 1a penetracién del ‘cuerpo médico alemén por médicos del'partide, de manera que, en 1933, sta se convirtié en su mayor auxiliar. Partido nari hacta det cuerpo médico su principal herr igilancia, de denuncia y de separacién. Herramicnta bicéfala ivamente, para separar el'microbio biol6gico y el microbio ‘inica que servia el mismo obje- S raza aria, seleccionando a los Q_ senitores, controlando el crecimiento de los producios y) eliminando los desperdici imeros dias el nazismo comprendié la importancia del Una ley sobre la unificacién de la salud del 3 de julio 3 de 1934 coloca a los médicos bajo el control del Ministerio del Interior § del Reich y 1a vigilancia det pueblo por el médico se confia al Departs. mento IV —Ilamado ede Ia Salud y de Ia Proteccién del Pueblo»— del +» Ministerio det Interior y a los servicios de salud local La Direccién de 1876 y directamente del Interior, coordi- 7 que cada servicio de idad de un médico funcionario del Estado, colaboraba con la policfa, las administraciones del distrito y los muni. cipios. Su director posefa el méximo poder sobre los médicos, Esta organizacién de Ia salud puesta en funcionamiento en menos de tres afios, fue considerada hasta 1939 como ejemplar por todas las esta linea de conducta prioritaria: unificar el mal social y biolégico y confiar a los médicos su gestién, Por otra parte, aquellos que deseaban seguir slendo apoliticos, se vetan aislados, sus actividades eran culdado- rr los funcionarios del partido y después eran de Salud Civil estaba, por esta circunstancia, tizado, politizado, centralizado, sin independencia ini libertads, :\ A partir del 20 de marzo de 1933 toda Mx profesién médica se encontra- Nba bajo la autoridad del Estado; Ia'Cémara de Médicos, creada en 1870, ,pasé a manos de los médicos nazis. Durante el verano de 1933 se suprimié Ia Asoclacién de Médicos Alemanes, y el 13 de diciembre de 1935, una ley que controlaba las reglas de instalaciém y de ejercicio de los facultatives tba que sel médico esta al servicio de la salud de cada tno y de la toratidad det Pueblo. Cumple un deber oficial reglamentado por Ia ley- La profesién médica no ¢s un oficior, encargados de Ja vigilancia general, Jo social. Tampoco los oficl de la Waffen SS, de ta policia y del Ser- fe se encargarta de ello, fueron inscritos. jendo todas las representaciones profesio- ‘como privadas, encadenaba asf a todo el ‘de denunciadores profesionales, rigido y El nacionalsocialismo dio también su forma absoluta al Estado asco rador, Puesto que allf estaba para mil aftos, garantizaba la eternidad: Ls vrmedad se reagruparon a partir del 2 de agosto de jas Médicas Alemanas» (KVD). Su jefe era el de 1a Geanara de Médieos. Colocad bajo el control del Ministerio det Traber e KVD tenia a su cargo todos los seguros de enfermedad del Estador rraciones, empleados y funclons- i cotizaciones que se le Tos gastos médicos y las prestaciones. Los organismos profesionales y del seguro estaban «® De” aresmcgnnivencia. El seguro era una manera de financiacién de 1s vigh fancia: un médico no podia atender a sus asegut ros de er acuerdo del Consejo de la caja local de se¢ teger los intereses del Esta ‘rechazar los tratamientos superfluos y redactar un 'vo siempre que superase la cantidad de gastos farma- jemés, se le aconsejaba eliberar de 18 alidades farmaceuticas, y volver a 18 % La KVD podia negar la admision rivandole asf de sus medios de ‘mala costumbre de prescribir espe buena y vieja prescripcién magistrs ‘© proponer Ia exclusién de un ié ‘Al mismo tiempo, para abast zaciones del Estado, el partido desarroll fa de junio de 1984 una Delegacion Principal para la Salud se pucblo. El 15 de moyo de 1934 el doctor Wagner habia sido nombrado ce pre de confianza del Partidor para todas las cuestiones de salud, x el presidente de la Delegacién. Nlegacion era el Organo real de di el cuerpo médico y no tardé en aleanzar un gran fen la seduccién y el temor: en 1937, nes eran miembros del Partido y los empresas, atendian a los miembros 4 108 una Delegacion = Salud y de proteccién del Pueblo del Frente Aleman , cuya tarea esencial era mejorar Ta prod i proelendoydesaralano In caps te tatjo de los obreren Pars an las condiciones ‘studlaban el entorno, uimentacion y los ocios,fjaben a edad de ingreso en la senvejecimiento fisioligico> de los obrer uyEiyan diate del 25 de stembre de 195 el doetor Grote any sus del es ue mice 0 atid sto fos cofermos, tng jue sea el socorro de cada hombre que goce de buena deat tna fucha contra la tbereuosisy ns enfermedades veneas aque are raza y cuestan caro», tl alcohol. El papel esenc quedaba esclareci oe Ia poblacién en un «economi lo mismo que ‘accién higienisa, el erapeuta se converiia rae, como apunta el profesor Reiter, el comerciante son responsables de le los valores humanos feracién de «el hombre como parte de I i la. comunid: ld de cada‘uno como rendiniento parcial dela coms for Grote, ayudante del doctor Wagner, pudo declarar en Jugend instituido el 1 de mayo de 1939 para seleccionar a los miembros de las Juventudes Hitlerianas. Empleé a cuatro mil médicos primavera, examinaba a todos los muchachos y muchachas, Ju decine af a qulens, ala lla de ete examen, st entregabe wn Iibrito médico que habtan de conservar toda la vida y en el cual s¢ ‘consignaban todas las reglas de una vida higiénica. En 1 do ‘Todo cuerpo pertenece a la nacién, tu deber es velar sobre ti 22) Debes mantenerte limpio, estar en but impio, salud y “en forma”. EI sol, el aire puro y el agua te ayudarén. ae dai 23) Cuida tu dentadura, Una dentadura sana y brillante seré tu , orgullo. 4) Come a menudo legumbres, ensaladas y frutas crudas bien lava- "das. Contienen todos los principios necesarios para la salud. 195 primera instancia como presidente, un médico funcionario y un médi : Tae ue pciallzado en enfermedades hereditarias nombrado por Bstados «St l teibunal ordena Ia esteriizacén,éstadeberd realizar incluso contra 1s voluntad de Ia persona interests, en la medida en que la demanda lo mnicamente por ella, El médico funci [She ean Si cae tas Decesaias. Si varias gestiones no tuvieran éxito, se autora recurrr Los criterios eran tales que, en 1933, e1 se debia ira la esterliacion de trece millones ocholentor sents seis mil alemanes, En 1934 se realizaron cincuenta mil esterilizaciones, que se tradujeron, por lo menos, en dos mil muertos. Esta pric 2 Sates Bm nds a muon Entec oi ¥ él gran jefe de Ia medicina nazi, el doctor Brandt, declararfa en el proceso de Nuremberg: «Este pretendido juicio liar es Ia expresién formal de un acto de venganza } gComo nacién que se encuentra en Ia cumbre de todas las expericncias hamense imaginables puede atreverse a acusar y juzgar @ gentes que todo lo 25) Bebe zumos de fruta. Evita el café y os excitantes. Evita el alcohol y el tabaco. Son venenos. Practica la cultura fisica. Te conservaris siempre dinémico. ene 59) AyGdate | ti mismo primero. En caso de accidente siempre n serds titil a un camarada més afectado que ti. 8 210) No olvides que primero que nada tu deber es velar por tu @ A partir de 1933, ciertos hospi .édicos preconizaban no consultarlos. El fa al de los puestos médicos ir su origen ario bajo pena igaba a todo estudiante de 2 Sy culable Yok Jetivo s6to es separ fl concepto de enfermedad heredi fueron definitivamente ex iinlstrativas. La bervarienta de vigilancia ¥ denunca & 5& abla puesto a funcionar y podia comenzar Ia separacién én masa. iy \ fdeoldgico y, en una ca & hate reese cién del mictobio racial habia comenzado, no obstante, a ff“ consecuencia de estas investigaciones podem oF cnfermos considerados mente posible un medicamento que, despues de un periode de tings relativamente corto, Ileve a la esterilizacién de los individuos, tendremos fa nuestra disposicién un arma nueva y muy eficaz. La sola idea de aiid eee cee ees ee vidad podrian ser esterilizados, quedando disponibles para el trabajo, La parte degenerada de Ia humanidad que gue am el proletariado revolucionario. ester era entonces acelerar Ia separacién para con) Sta esrtectn ents campos se trancoma ent hams cy ie Un decreto, que permanecerta secreto, del 1+ de setiembre de 1939 orde. jnaba primero Ia eutanasia de los niffos inaptos. Una amenaza pesé enton- & partir de 1933, de manera menor, en aquellos 2g sectados por males herdiario, Se promulg6 primero una ley de este Silizel6n: «Toda persona hereditariamente enfermna deberd ser incapacl = Tada para procrear, st segin las experiencias de In clencia médica hay © Boe coperar, con una gran pot Meas os deseendientes se ean S afectados por una tara hereditari fo mental grave. Segiin los i e consideraba hereditariamente enfermos a todas de edebilidad ‘mental congénita, esquizofreni sia hereditaria,, baile de San Vito heredit i, sordera hereditaria y toda deformidad heredit fue tomada por el tribunal de salud hereditaria, vincu- de primera instancia y constituido por un juez de ceguera hereditari graves, La decisién Jado a un tribunal a Eee er Leen eer rere eee eerie ces sobre toda Alemania y esas medidas hubleron de ser revocadas: cuando el pueblo mismo se sintié amenazado de subir al escenario sacri ficial, el espectaculo dejé de ser conjuratorio. También Ia escenogratia < se concentré en adelante sobre criterios raciales y no clinicos, y ya no concernia a los microbios biolégicos, sino a los judios y los cingaros. ‘Millones de males hereditarios, ya separados de! mundo por las alambra « ‘amenazado por I . Pero, al principio, como la del Hospital General, esta multitud ence- rrada fasciné a la industria; répldamente se construyeron en las prosl- midades de los campos fébricas alimentadas por ese gigantesco mercado compara la rentabilidad econémica de los dos métodos para demostrar el interés de prolongar de seis a nueve meses la vida de los deportados, Bruno Bettelheim realiza el siguiente célculo:"* Ingreso medio diario alquilando a un detenido. - Alimentacién los dife posible. Hasta ahora lo frecuente no ha sido esto, los médicos en los campos deben vigllar In alimentacién de los prisioneres y, con la autort uy teiéa de Ia admintstraciéa, han de hacer propuestas a los comandantes ‘) de los campos», 3 Pero la orden nazi se hacfa frégil y amenazadora, su I6gica quis _SSeonfurase st mle del Mal con In ripe cestrucion det Mal demun. Js influencia del vaco y del frio en el cuerpo humano. El doctor Kremer estudia la atrofia parda del hfgado, el doctor Heinz-Thilo ta hernia y el fibroma y el doctor Kunig Ia amputaclén. El profesor Clauberg, experi- mentando la esterilizacién por cuenta de las fAbricas Schering-Kalhbaum, demuestra que no se trata de preocupaciones personales o de fantasmas S cia. [...] Las experiencias se han realizado. Murieron todas. Nos pon- \ dremos en relacin con ustedes para un nuevo envo.s# El Orden nazi come las razas «inferiores» por miedo de ser comido por elas. Destruye con tanta rapidez el mal que denuncia su miedo a mo- rir, La locura nazi, barbarie clinica absoluta, canibalismo capitalista, teva ast, en germen, la crisis del Orden de las Méquinas y anuncia as a decadencia del Orden de las Maquinas que estructuré la gran crisis ‘econdmica que ha comenzado hoy. ly 4) ada Ghee alasabor ach eden + uns del = yao? wy er Oram & low x Esta concentracién di i li ae Je gastos en el hospital se explica por el creci mento del coste de Jornada mAs que por el del nimero de carers y El hospital es, en efecto, uno de los lugares de especticulo y no el de CRISIS DE LAS MAQUINAS pea Un miedo nuevo habta destruido el Orden de los Dioses, un mal desco- © producciones en serie, vs me mm hi cgsonm nie prasmmnane, PE rateer crn ere ie mere rong Te impotencia del Orden de las Méguinas, Parece reanudarse el & partes mts répidamente. | Jos servicios aumenta en todas proceso que habia trastornado los tres espectéculos del Orden canibal XSi duda esto se explica primero por el hecho de que I original. Sue vida supera en clertos paises la norma de la rentablidad y diewimaye if esto todavia et anuncio de un nuevo orden con su nuevo sentido Cel porcentaje de la poblacién activa. El coste acinus ‘duo de més de 75 afios es igual a ocho veces el coste de la sa individuo activo. En Suecia el 10 % de la pobl: penis {Yuille $0 % de los gastos hospitalaros, mien Err los 80 afios y uzan ef 25 As Jos msi &, més al hospital, mientras que nadie quiere otro lugar. Cerea de 3/de los gastos Si " vida se va arin de sald srve para darles algunas semanas de vide ‘Sin duda se debe también al hecho de que el seguro hat ce sok tn alencln y dejan uno de los actores, el medio, bre de Biar el conte ‘Ast el coste y el mimero de aparatos ‘sélo un trastorno menor, pasajero ¥ yrden cantbal o es sélo del mal y su nuevo cura superable? ¢Se le puede ste Ord y de las injusticies ‘del abuso de poder Bnet ck masiads astines 2 la nwerte Ce la mechei ae ae 3e ‘su omnipotencia, Y, sin embargo, se efectuaré, fee dae a antes are SOD eon ay th ee ee mae oases ane a florismo de a inflacién se “> j S ndmero de actuaciones, y se ha podide calcular que hay dos veces mas téculo de la salud, como el seguro, 5 ico 0 privado, total o parciol. En Estados Unidos la parte de gastos de salud en el producto ne a ‘en 1940 al 8,8 % en 1977, En Gran Bretafia aumen- clone Pie por afo en 1950 a 1960, del 2% de 1970 a 1980. En Francia “§ Bhan det 28% del PNB en 1950 al 7% en 1978. Lo mismo sucsde 6 Todos los demés paises industrializados. A partir de 1967 Ja General “© Motors y Ford dedican més dinero a la salud de sus obreros aie ald Mientras que en 1950 un norteamericano dedicaba, i La vida se hace cada vez més comida: el af cirujanos que dos veces més de operaciones quirdrgicas por habi id ca'Weangos Unidos que ea Gran Brotata”™ Por otra arte cada nusro g ymédico, por sus prescripciones, afiade a la factura médica nacic & 5 250000 délares en Estados Unidos y 75000 libras Gran Scene Janey el hosp et # Tae asceuts tanioeesises asieargead al Aaa 6 cece } Ez6n equiere un minimo de doscientas operaciones por afio para i. r un servicio. Por ultimo Gaspard Weinberger, secretario del & ‘He jucation and Welfare, estimaba en 1975 en unos cuatro mil L S- millones de délares el coste de los andlisis y eximenes radiolégicos dis- puestos en USA por os médicos. Pero, mas grave todavia, una vez asegurada la solvencia, se Get awe mes ee aera <9 Rope care cl derecho de itr ln escenopata den reparation, y park & conguistar y mantener su clientela ls organizaciones utilizan ten det mejor expectdculo posible, os decir también del més costoro Asi se anuncia un crecimiento exponencial de los costes: cuanto mds. : \yfascinante es el espectdculo, mds numerosos son los espectadores de . “seosos de salir a“escena. Cuanto més inquietud produce la sociedad, rr solamente dos veces més de personas atendidas. ‘sturas de gastos evoluicionan de Ia misma manera: en todas partes, en el mundo industrilizado, ta salud se concentra en hospital, Dortee gcia representa 1a mitad de los gastos, en Gran Bretafa tos toe ery en Estados Unidos también Ia mitad, mientras que tos medic teres representan una parte cada vez més reducida del presupuesto (en quinto en Francia y una décima parte en Estados Unidos)- més la enfermedad se convierte en el medio de entrar en un grupo Pro” inera digna de excluirse del trabajo y Ins res: 19 modo que los pobres que gozaban de buena sal Ingresar en las leproserias, del mismo modo que los campesi laban vivir en el Hospital General, se desea ser operado, tener mal fda en el que el espectéculo de fa cura impulsa ga decirse enfermo, en el que la representaci medicamentos ¥ en hospitalizacion co hhace mas que empezar porque 10s limi alcanzan: todo el mundo ya no espera la edad de los fel seguro no se generaliza y muchos espectadores si resulta ser ineficaz. Y esto 00 tes de este Orden de vida no se Las potencialidades del espectaculo de tas mdquinas En muchos paises el escenario ‘excluidas de la representacién, Las cuat va, falta de una nutri- nifios del Tercer Mundo mueren de enfermedades cor ten vacunas eficaces de: as accesibles a la clinica (paludismo, ‘del suefio, lepra y leishmaniosis) una 4 su presupuesto de inve: s variaciones de acceso a la clinica son rancia esté muy lejos de ser un pals en inzado sus Iimites, en el que Ia organizaciéa ia Jongevidad de los franceses es la de los ‘inco afios. En el interior mismo de los paises asimismo considerables. de la salud sea la me; succos de hace veintici desarrollados, las desi i te s desigualdades ante 1a muerte siguen siendo conside 1a enfermedad y la pobreza i i enfemedad y la pobreza no sseuradasconcernen todavia was mAquinas humanas no alcanzan todavia s\ ‘t a: wia su umbral de renta- bid por varias rane a a clases acomodadns tienen con los me relaciones mds igualitarias, las clases populares no dis ‘ mismo conocimiento del cuerpo, de los mitmos recursos medicos'y to. . blancos de las gran. _ peor ef ze RE Speier eens adeeb terninn CS ly aig as scara el espectéculo de las maquir i 7 met diced igh y snare nae He aqui, sin duda, llegado el tiempo en que el espectculo se disuel- ve, en el que la representacién acaba, ji del actor, del autor y del espectador. Lena crater Se anuncin con ia publicidad hecha a costa de los fracasos de I el nica que poe faa Ie con cee nN x aaa pone fin a la conjura del Mal. También ¢1 Partes se les YS For una pate se oct a meres dsimula hecho & § nosso amos un a econ pe yen © § Stine eho te geo 3 8 singed lia ogo mace fame el « fracaso dela clinica. Por eto la muerte debe tener su lugar fuera scenario, sea en el domicilio del enfermo, it in escenario, se , sea en el hospital, pero sin sal Sy apenas funcios: con el saber, ee descbre la inficaia ‘$5 Sorgen nuevas luchas y nuevos denunciadores. No es que lot medi 5 Slee me ne ee een pe tne que comienza a nacer una informacién sobre el mal, enunciadora de otra relacién de fuerza y de un Orden de vida nuevo. Esta revelacién de los peligros de la medicina, inclu “eit oy pate, ncn todavia més capitalista, e] nackmiento de una nueva terapéutica, la pré. \ g Coxi la ones glo eoperaney de vido + mismo produce un mal que Se mide primero que La muerte por el Orden En lugar de estar posefdos por los Dioses, al Jos microbios urbanos, los hombres d enfermedades producidas por las fabricas, cién y Ia soledad, Cuando disminu: 5 seelera la curacion de los casos alimentaria, al mismo tiempo, el eanzados por la peste 0 jafses industriales sufren sabe separar. vida no explica ya la esperanza de ‘de 70 afios por un ingreso per cépite de 540 délares, en Ceilén de 66 aos por un ingreso de 200, en Jamaica de a nivel de 69 afios con gastos de salud de 9 délares por Estados Unidos, donde es un afio superior, los gastos de salud por pers 9 sona son treinta veces més elevados. 3 wetoe momentos actuales mueren de chncer diez veces més hom- J bres en Francia que en Suecia, mientras que esta diferencia era s6lo de 15 hace veinte afios. Se empieza a clase no estén vinculadas 2 la sol pleados y obreros son més vulnes y a los trastomnos psicol 2s por razones diferentes, fuera de la patolggia clinica Unidos In mortalidad més clevada que la de cable por el sistema hal Del mismo modo se ha establecido ceres nada tienen que ver con la clit terapéutica. Por ejemplo, la comparaci en Estados Unidos y en mago es el mas extendido mientras que en Estados Unidos el més esté extendido es el de pecho; que Sfeala y cavidad bucal son raros en Japén y frecuentes en E: dos. Parece como si la mayor en Francia que en Suecia y de mortalidad por cincer de Ia cavidad bucal, 1a laringe y alcohol, mientras que el céncer tabaco. que las diferencias de estado de salud en cada 3 Ja. higiene médica: si los hijos de em- rrables @ Ins enfermedades infecciosas © » égicos, si el hombre muere antes que la mujer, ¥ ¢ Asf, en Estados ‘de los solteros entre 45 y 54 afios es 223 veces Tos casados de Ia misma edad, lo que es inexpli “) 3 ybitual de referencias de 1a sola clinica. hoy que Ia casi totalidad de cin , ni en sus causas ni en su én entre Ia frecuencia de cdnceres Japén demuestra que en Japén el cancer de os cénceres de préstata, de colon, ver stados Uni- ‘raz6n se relacionase con la manera de vivir de a cavidad bucal. El céncer que afecta cl eséfago parece estar relacionado con ¢ ‘de pulmén depende esencialmente del chvor seerdleS Jue la esperanza de vivir no depende ya del sélo nivel ay ‘sola cantidad de cuidados clinicos, sino que el Orden > =.5} ne ‘persona, mientras queen,’ Sa En 1968 ef doctor W. H. Stewart establecia ante el Senado que los sexta parte del total de muertos por céncer esperados para ese pei ‘ 3 So Por tanto hay que comenzar a estudiar la influencia de estos dos f ores ea aa nuevos males del nuevo Orden, In mal nuevo se produce por distintas tensiones intrinsecas a él, El ‘\inero es patégeno, productor de soledad y de ansiedad: actual Imente se Je nos del mundo Industrial se les orfa con teraleng (jarabe calmante), El i . El paro y Ia crisis econémica tienen cierta i en el porcentaje de suicidas y en el de las enfer esr dades. La de los divorciados (fenémeno sobre tod re cial fo urbano) es de d veces mfs elevada que lade los casados, Un millon y medio de habiter Stes estén afectados de depresion cada afio en Gran Bretafia, El 10% de la poblacién japonesa sufre de hipertensién y, en 1977, 160000 japone- 3 ses murieron de apoplejfa. En Estados Unidos el $0 % de las camas hos, pitalarias est4 ocupado por enfe: su y mentales, y el descenso de nal Mr Gees ane de dejar mori, no se deja nac y en Francia de 143 a 100. Y que requieren varios afios,® se hi dos las secuelas sobre los cnceres de $8000 productos clmion events y de 10 mievox products par dos ci je sabe ahora que son canceri tdgenge el ee arpa atta! amen ae er heme one wilfuramida utilizada en Japén desde 1965 como teeresics norteamericanjos! Se sabe también ee ee xico. Tampoco puede negarse el papel cancerigeno coque ya conecito dee 936, fee borne Gcmetocmm nar macea econ ae a medio ambiente profesional. Por ejemplo, un estudio publicado ff 1 le setiembre de 1978 por el gobierno federal de Estados Unidos demue: Las transformaciones alimentarias también han agravado los peligros E. cancerigenos. Se ha pasado de las proteinas vegetales a las proteinas animales, acrecentando con ello Ia aportacién en materias grasas salt radas, Entre 1963 y 1975 el consumo de leche y de nata aumento un 20 % 7 i el de grasas ani a : i i i g 8 & 8 = de suin diy Sobre un 20%, con las molestas consecuencias que esto acarrea. Ade- més, determinadas carencias son una de las causas de Ia frecuencia acre- yy centada de cénceres de eséfago, mientras que el consumo de carne picada 9 ‘el exceso de grasas animales, son origen 7778 y cocida, la sobrealiments ‘de numerosos cénceres res (pecho, préstata) y digestivos (colon, 9 recto). Por tittimo, 25 de norteamericanos sufren de hiperten- 3) & sién y 850000 mueren ci ‘afio de enfermedades cardiacas 0 cardio ~ > aseulares, Tambien cinco as tes, hoy quinia causa de mo a ‘cuando fa informacion m 2 sobre todo se divuiga més, el mal no desaparece con tl lev at 3 de la censura. Parece, en cambio, que se desee estar enfermo, puesto mando y conduciendo, no ya para curarse, sino» fos males revelados y conocidos se convirtieran~) que se sigue bebiendo, para destruirse, como en formas de suicidio. ‘sl es como el papel del tabaco en los cfnceres de pulmén y laringe se conoce perfectamente, incluso en los casos tardfos. Mientras el con- Sumo masivo de tabaco empieza hacia 1900, el cincer de pulmén aparece 25 afios después, y también para las mujeres que no fuman de manera importante, a partir de 1950, aparece hacia 1970. La asocia- Gién frecuente del tabaco y el alcohol hace dificil la identificacién del fo de estos dos factores. Se sabe ahora que no hay adicion ‘én de riesgos causados por el tabaco y el alcohol, puesto 1 cancer de boca es unas cien veces mayor en la litro de vino y fuman veinte cigarrillos al dia que Gn la de los que fo fuman ni beben, El tabaquismo y el alcoholismo Son, por tanto, dos formas explicitas de suicidio: en Francia el consumo Ge alcohol por adulto es, en 1966, del 40% superior a la de Italia, y ‘de Alemania. Es casi el triple de la de los belgas, amert anos o britdnicos, y cuddruple de la de los suecos. En Inglaterra y ef Pafs de Gales los ingresos en el hospital por alco se han multh pileado eas! por vointe en 25 afer. Bn Chile, cerce del 30 % del presur puesto de los servicios médicos y psiquidtricos se dedican a las enfer Piedades debidas al alcohol y en Estados Unidos el coste médico pst ‘quiftrico y social de las consecuencias del etilismo se estima en 43 mi Tiitlones de d6lares por afio. Lo mismo sucede en todos los pafses del (Orden de las Maquinas, que Ia frecuencia del de los que beben un Después de los trabajos de dos epidemidlogos Inglese: lar 4 Bradiord Hill, se ‘que 10s habitos tabsquicos son’ om ia Sis preciso una wtima prucba la encontraremos en fos i ee init seme tee esterase ; vem con Sete ance erence cena pre anupcin? agin © zs fi jento impuesto por las multinacionales en el Tercer Mundo ne las presas y las redes de irrigacién, Portadores del pardsito nuevos y vastos arma eficaz, Ia vacuna, fag ie eee Hegar a una solucién a 2000. Por tanto, el Orden jinas prod et Tercer Mundo alos pases mis indutvnizdow un snl dee 0 nee la secreta y que no sabe ni comer, ni digeri > Gutedes ». La a. Tat Investigaciones no parce ruzadasaumentaron fs riesgo pat Hostal General lipid owner de enemetces de las maqinas se converte -adora de su propio mal. fas de eminencias que se envidian, el hospital, por txigencias compeitlvesintermss,produer también el mal, Dace aug “S inte de uno sobre cinco de lor que ngrscben on lon howpltain ortcume & rcanos era victima de un accidente” Cualquiera que hospital, pablico o privado, la necesidad de rentabl Bor el nimero de operaciones, por mantener Io ingress ¥e presto os equipos, es también generadora de accidentes. En Gran Bretafi, cada affo, mueren 20000 pacientes de accidentes operatorios y los abusos ‘con mayor frecuencia descubiertos conciernen a Ja indtil multiplicactén de actos quirdrgicos particularmente lucrativos, En Estados Unidos las radiografias causan cada afio, por lo menos, 13500 trastornos serfos y 7'500 cainceres mortales. Cada afio 20000 pacientes contraen una hepati tis a consecuencia de Jién de sangre." Por Io menos 80 000 operaciones cardiacas en 1978 y, so, que alcanzé tanta nombre id real en el 596 de los ensos. Bajos, donde, précticamente, no se da ‘mortalidad infantil es la més baj La Asociacién de Anestesistas franceses ha revelado en diciembre de 1978 que sélo el 15% del personal de Jos servicios de reanimacién sablan tomar las precauciones asépticas necesarias, lo que, ademas de tos y riesgos impuestos al paciente, alarga el tiempo de ‘go notorio del Orden de las Maquinas es el riesgo farma- ‘cada afio al hospital la mitad de los antibi6ti- cos prescritos en los hospitales norteameri superfluidad, cuando no de homicidio. Del camentos tomados por las mujeres embarazadas en arto producen, a largo plazo, efectos nefastos en los Siete avios presentan retrasos en su evolucién intelectu liacién de ciertos medicamentos durante el trabajo del alum- ‘Las mujeres norteamericanas han tomado como promedio jcamentos durante el tiempo de su embarazo y su alumbre: contra diez en miento e1 . Curiosamente, el niimero de médicos no es un factor de mejora de Tncluso, segiin un estudio no publicado de la O.MS., puede entre el nimero de médicos pot segin la correccién del efecto del nivel de desarrollo econémico. se ha establecido sobre un con junto de sesenta y cuatro pal Ja esperanza de vida aumenta ‘con una densidad médica de noventa médicos por cien mil mis alld de este porcentaje, las dos variaciones son independ Estados Unidos hay més médicos por habitante que en Aust smplo, lugares donde la esperanza de vida es mas la esperanza de vida slo aumenta en Estados Unidos tos de salud han aumentado en un 314%, est4 en constante aumento desde 1960 en ales y, salvo descubrimiento médico mayor, ‘sobre todo en el terreno de las enfermedades degenerativas y céncer, ‘apenas se puede descontar de extensién notable de esperanza de vide fen el curso de los préximos decenios: se sabe producir el mal, pero no ion en un millon de jornadas al afio. ‘ OTIC 42 DES60 FLQUAC q oh a sy ¥ xu % S vg seta A Desde hace dlez afios el nimero de novedades farmacéuticas reales | ene diez aiios. izables in , demuestra ser impotente ante las enfernedaacs El Orden se crlspe, se sofoca y dobll fracaso es el caso del cancer: ricano Ianzado el 23 de dicie Act ya a costado siete mil dispersas investigaciones, y el unico , Progreso constatado ha Higero aumento de Ia supervivencia en casos foe geo numero de ia en casos de céncer del colon, del eso. ‘Cuando el Orden ya no separa el Mal, son abucheai iadores 5 dos denunci “ separadores: cuando muere la medicina, agoniza el médico, La muerte det médico Si hay pafses, como Estados Vindos en particular, : r que cuentan siempre con tres veces més candidatos que plazas en el primer ato de medics y donde el estatuto del médico sigue siendo elevado, éste, como antes que é1 el sacerdote y el polita, deja de ser el absoluto recurso antes] Tal. Los médicos son cada ver menos capaces de dar un tents a i te, contener ala enfermedad o aumentar la esperanza de vi de fractura al inicio de los afios fianza en su médico?», el 73 % de los norteamericanos , 35 no: han en 1966, y el 2% en 1976. Al mismo tempo en los pases fel feces ‘Mundo ios médicos estin mal repartidos, numerosos sobre todo en aten. der a Ins class ricas; el 20% de los médicos son cirujanos y so el! Dee : is 8% pedintras, mientras que los nifos constituyen et 50% de la po- Jn pregunta «Tiene usted con- gcémo estar al dia? En lugar de las tres mil enfermedades drome Sy sl S identificados en 1900, hoy hay unos treinta mil, El nimero ses So annus no deja de aumentar con, para cada uno de ellos, el ber deontolégico de conocer Ios mites y las normas de interpreta- | _cl6n, También el diagnéstico médico exe en el piblico como una feciéa 00 shhea ’ CMa cada ver menos crefble. También el actor del espectéculo se convierte fen tema de caucién, Numerosas encuestas to demuestran, significative: ‘Quebec, segiin el cual ha sido evan un protocol incompleto 4,1 % recomiendan una terapéuth de investigacién diagnéstica y que ca inadecuada. Lo que cuenta aqu! no es tanto los resultados como el echo mismo de que tal encuesta haya podido reallzarse, Entonces se invierten los papeles: el espectador ya no reconoce la EL lice vec Pover los procesos contra los médicos anuncia, por tanto, fencia. Su mimero pasa, en Nueva York, de 564 es de délares en 1960 a mil millo- te de Ia salud. Algunos cirujanos i 3 i tanto poder que rarfsimas son I del derecho de ejercer de los médicos culpables (sels casos en Estados Unidos en 1975). En cambio aumenta la severidad de los jueces. As{, el Tribunal de < Apelacién del Estado de Nueva York decidié en 1979 que si un médico no previene a una embarazada que le consult sobre ls riesgos que ella & corre de tener un hijo anormal, puede ser condenado, en caso de ano _S malla verificada, a pagar de por vida los cuidados que exige el handicap. te estas criticas, los médh & iva, menos arriesgada part) ellos, pero més pesada y onerosa para la sociedad. Sin duda por estas jos el muimero de cesdreas se ha duplicado en Estados triplicado el coste de los exAmenes exigidos por los mé tar los riesgos operatorios. ‘sus ingresos conocen un aumento menor donde el asegurador publico, promotor actores, y el estatuto social del mi que los demés, y en los del espectacuto, asalaria Francia el precio de Ia visita se ha mul contra el 3,72 con respecto a otros médicos del Tercer Mundo pesa en 2.000 facultativos indios y paquistant briténicos estatizados y sobre 130000 nuevos médicos en Estados Unk dos, de 1962 a 1971, Ia mitad vienen del Tercer Mundo. Por ultimo, la generalizacién de la remuneracién del actor por el promotor, el pago Por tercera mano suprimiendo el acto directo y haciendo al i intereamblble, reduce e prestige y a eredbilidad epociios ot? ‘Como en cada periodo de cambio de signos, eo el curador se mide en el entusiasmo por s de automedica- cién, por las medicinas no prescrtas por el terapcuta ofiial, ner Productos Janzados por los m El espectaculo del Orden se hace ate y, al miamo tempo, cada vee rece una violencia nueva que el Ordes 1; autodestructor, ya no es capaz de canghest 30 ha prod ia. Si ioses, de los Cuerpos y de las Maquinas, su legitimidad, este orden préximo no es solamente vida en mercancia, de la eternidad en almacenamiento, del curador en copia del cuerpo a consumir, del hombre en objeto, en el objeto-vida, C64 Ordon rute® - CAPITULO IV __ Signos de los Cédigos ‘> gs ciencia de un nuevo mal, predisposicién a la enfermedad, perfil de vida S g Ns costoso, anormalidad, no-semejanza a Ia copia. ‘Luego el saber sobre los Cédigos de lo vivo hace pensable Is pro .s de negociacién y de separacién del mal, con mismo, canibalismo marchante, reunificande fas funciones de lo vivo en copias de fracciones del cuerpo, protesis de jones del cuerpo, semejantes artificiales Ia produccién de copias genéticas de Grganos o de miembros, cada ver més perfectos, Io vivo. Hoy, la copia, el espejo y la mercancia canfbal se insiniian juntos en sobre el Mal y en la prictica del apare- Jato cronolégico de la mutacién en tres jovimiento, y no para pronosticar une ‘el discurso econémico y P to de cuidados. Lo que si fases, es slo para aclarar a8 ee sucesién hist6rica. En realid las fases de su instauracién ‘entre sf y con los érdenes anterios Como los Dioses y los Cuerpos viven todavia digos hablardn antes de que las Méquinas se callen, los hombres com. /” prardn y comerén copias de si mismos hasta el infinito cuando otros seguirén muriéndose de hambre. ‘ca futuro es, a la vez, utopia y ucronia; terpenetran en el espacio y el tiempo, NACIMIENTO DE LA COPIA ‘Cuando se dibujan tas fronteras de un es; ter spectéculo demasiado cost demasiado arriespndo, demasiado grandioso, cuando se anuncia et desce le una relacién auténoma en Ja conjuracién del mal y en su curacién, grandes organizaciones del espectéculo de las mAqui : inventando modelos ideales que imitar, coy simi i pias que asian en lo cotidiano, ya sin pasar por el escenario. eee Hipervigilancia de tos curadores Se puede esperar primero que el i salud peso de la financiacién de 1 sobre el coste del trabajo sea cada ver denunclado con mayor frecuene como una de las causas esenciales de la crisis econémica a ia or los dirigentes de las empresas como por los Estados tun consenso general ambiguo y conflictual, en tot controlar Ios gastos de salud, de superar la penuria y evita espectdculo de las méquinas en el creci esperar a que, a capricho de las relacione: tomen fas medidas mas contradictorias para limitar 1os Se limita el precio de cada tipo de actos médicos para reducir coste o, al contrario, aumentarlo para reducir su niimero. Se aumenta el mimero de médicos para pesar sus honorarios o s¢ le reduce para Aebilltarios como ordenadores, Se aseguran todos los gastos de salud 219 para controlarlos mejor o se privatiza el riesgo de una parte de {ir los gastos en salud. ‘Todo esto es posible y esté en trance de ser ensayado. Sin éxito, sino organizando la sujecién directa 0 indirecta de los terapeutas para ase- gurarlos: después de todo, es normal que el que paga vigile, luego as larie al ordenador para hacer de é! su empleado, que el promotor del los y los someta a sus especticulo haga de ciertos actores sus asalar consignas, \ cienes médicas, de la pol ia al mismo tiempo, y esto es Jo esencial, que la lizacién de los comportamicntos terapéuticos. En Estados Unidos ciertas experiencias rednen ya en la misma ins titucién a médicos y aseguradores, Como en el sistema briténico, el seguro de enfermedad y los ordenadores se hallan confundidos en un solo y mismo organismo, reduciendo as{ a su m{nimo los gastos de ges iién y suprimiendo numerosos conflictos de intereses; pero a los facul- se les confia la gestiOn del seguro de enfermedad, mientras qu titueién publica de soguros, en el caso inglés, es Ia que administra 1a los médicos. Esta integracién de médicos y aseguradores no condujo a ‘economia de gastos més que en el momento de su funcionamiento, cuando el especticulo de las méquinas no era tan productor de demanr das como lo es ahora. La experiencia de 1a Kayser Permanente Com illeros navales de pany, creada en 1933 por los trabajadores de to California y administrada en concierto con los médicos, es Ia més signi ficativa. Cada abonado es atendido gratuitamente, cel pago de © una cotizacién anual, por médicos asalariados en hospitales pertenecien- 8 tes al grupo Kayser, y éste est4 interesado en reducir los gastos para no aumentar Ins cotizaciones y conservar a sus abonados. En realidad | Kayser Permanente tiene hoy tres veces menos camas de hospital que el resto de Estados Unidos y los gastos de hospitalizacion son inferiores 4 gn un tercio a la media norteamericana, Pero, con este solo ejemplo, no ‘se pueden deducir conclusiones generales, porque Ia eficacia de la Kayser Permanente responde, en parte, a la naturaleza excepclonal de In poble- cidn cubierta en el momento de su fundacién. Prueba de ello es que, en 1974, la generalizacién del principio a otros grupos profesionales, bajo ‘el nombre de Health Maintenance Organisation, no ha reducido hasta ahora significativamente los gastos de atenciones por i verdad que algunos centenares de organizaciones de est logrado en Jos primeros afios de su funcionamiento reducir sensiblemente los gas- tor y aton: entre los ascgurados de un HMO fos operados sun dos veces menos que los demés nort Soe Brice ee 2 ea et cee ap aan ne del servicio prestado y aumentan la produccién de demandas de aten- ciones; por otra parte, a partir de 1976, numerosas encuestas han de- dos para atender a los ascgurndos sociales Fedujo a 18 y no acoga ms que a 190000 personas. a __En otros palses em los que el seguro es piblico diversas soluciones integradoras del mismo tipo se hallan en curso de generalizacién, pero segiin una I6gica diferente. En Quebec, por ejemplo, los tes, se encargan del de primera linea, desde la: Ja proteccién maternal e cién de ancianos... Médicos, enfermeras, trabajadores sociales y admi- nistradores son asalariados. Estos centros estén financiadas por medio de recursos publics y seguros auténomes, evaluados cada afio en fun- ccidn del niimero de sus usuarios, En 1979 un centenar de estos centros il, Ia vigilancia de escolares y la protec- titucién nica centralizada haciendo de! Estado asegurador el patrén cconjunto de terapeutas. Sin Hegar hasta esa integraci6n total, poco probable en los pafses de ge ee ee ete ae » Indirecto de los actores del espectéculo —hospitales, médicos, farma- céuticos— por quienes lo financian: Estados y empresas. ‘Ast se acelera Ia fiscalizacién de los gastos de equipo hospitalario, factor principal del alza de costes del especticulo, En Europa los hos- pitales piblicos y las clinicas privadas estén cada vez més controlados or el Estado, A cada establecimiento se le hace responsable de la ele cucién de su pre bal y se le somete a la Wégica de una pl jas que determina la organizacién de tal sigue siendo el lugar mayor conjuracién, produciendo, por Ia manda de atenciones. Por tiltime fuera de los sistemas que integran directamente i 5, se aparta demasiado de las normas dictadas por médicos expertos del Estado o federales, no luego, interrogar a un elementos estandarizados de diagnéstico y prescripcién. Tal sistema es, todavia, hoy, tan contrario hacer que lo aceptara la mayoria de situado bajo el control ma y que lo ayuda, cionando un diagnéstico estdndar, a reducir los riesgos de proceso y por tanto, a disminuir las primas de seguro. Este control del compor- famiento de los médicos se organiza también, en el marco de seguros ptiblicos, con Ia creacién de normas de comportamiento médico; perfil médico en Alemania, control por médicos funcionarios en Francia, y controladores regionales en Inglaterra. Como los otros modelos de hi pervigilancia de los terapeutas, este control, cualquiera que sea su forma, no puede tener efecto sensible sobre el ritmo de evolucién de los gastos de salud: primero porque incita a los médicos a prescribir el méximo 4 previsto por la norma, lo que, en muchos casos, aumenta los costes en ugar de reducirlos; Iuego porque, ademés, no actiia en nada sobre 1a indmica de la demanda de especticulo o sobre la eficacia de su pro- L duccién, En el mismo sentido, y con un efecto més marginal todavia sobre los costes, se puede esperar en una hipervigilancia del comportamiento de sdicare y Medicaid estén el medicamento menos ‘marca, y los médicos que justi fiquen su prescripcién cuando receten un medicamento de marca, Pero, “shasta ahora, la promocién de medicamentos sin marca ni siquiera ha “economizado a Estados Unidos ef equivalente de un 1% del valor de las recetas, 0, es mds, el 1% del presupuesto de la salud. Esto no es sin ‘Sduda tampoco la solucién a la crisis del orden de las mAquinas. En definitiva, el control piiblico de los curadores no es financiera- ‘mente eficaz, en la medida en que no s¢ interesa por Ia dindmica misma del especticulo ni por el comportamiento de los espectadores. ‘También as tentativas de hipervigilancia de los terapeutas de las ‘empresas —sea, como en Japén y Estados Unidos, cuando soportan di- “rectamente una parte importante de los seguros de salud de sus propios trabajadores sociales, sea n Europa en el terreno del seguro piiblico— son de una eficaci No obstante, traténdose del lugar inmediato de decisién accién de Ia empresa anuncia, mucho més claramente que Ia dei Estado, la evolucion general de la relacién al mal, en Ia ldgica del capital. ‘Como las sociedades Norton y Worcester en Estados Unidos, cada ver més empresas norteamericanas organizan ellas mismas médicos asalariados y poseyendo sus propios hospitale empresa si es muy grande, 0 colectivos si no lo es. En J Ia mayor parte de las grandes empresas, Matsushi presupuesto de salud del personal de la firma es ai compafifa de seguros del grupo, Matsushita Health ‘Aunque los empleados y la firma coticen segin un tipo inferior del pre- visto por Ia ley, el seguro de Matsushita es beneficiario, lo que le per- mite volver a invertir en los equipos sanitarios del grupo. Los anuales de salud por empleado son del 20% inferiores a los medios © em las otras grandes empresas y del 30 % Inferiores a los de las peque: faa empresas Por otra parte, como los Estados aseguradores en Euro \O des empresas norteamericanas integran el aparato de ate © aparato de produccién, y el anslisis de las enfermedades del trabajo \\ gutomatizar una cadena que cuidar a quiencs la sven, eliminar al hom bre de los lugares patégenos que eliminar los factores peligrosos de su trabajo. El médico de la empresa se convierte as{ en consejero en divi as nes, sino en trabajador directamente productivo, Cuando el seguro es puiblico, las empresas no pueden actuar sobre el coste de salu ee sién del trabajo, ya no productor de baja por enfermedad o de meno § : g u por presién de las asociaciones patronales sobre las, ‘esfuerzan entonces en hacer pagar a los asalariados lune parte creciente de Ins cotizaciones sociales: es provisible quo en I pafses de seguros pablicos, sobre todo en Francia, Ia lucha por Particién de cotizaciones de salud entre trabajadores y empresarios, tanto unos como otros convertidos aqui en ficciones jurfdicas, mésc del régimen tributario, se traduciré en un crecimiento de la parte sal rial, transfor sobre los salarios y acelerando la transformacién de los médicos en fun eionarios del Estado como es el caso en Europa, Pero, comportindose © § ‘actdan contra la propia ideologia liberal: tienen eco <8 asf, las emp terés en Ia transformacién del médico en ssalariado, © Incluso cuando esto pone en la picota una de las bases ideologicas dela YS. economia de mercado, oul wi Estado y empresa no pueden, por tanto, con s6lo controlar a los de las méquinas, No basta, para contener Jos comportamientos de los curadores.<< produccién cel Mal, la fascinacién por § del espectcule, es dees, preven todos los & S Hipervigilancia de los espectadores En cada orden de vida el curador dicta prohibiciones para ayudar a cada uno a controlar el dolor y prevenir el mal. En Ia crisis de las ‘Méquines se explicita ta normaiizacién econémica de las prohibiciones de Ia clinica, y aparece un modelo nuevo de comportamiento de los espectadores en el que a cada uno se le incita a reducir al mAximo sus gastos de salud y a producir el menos mal posible. Compahias de segu- ros ¢ instituciones publicas de seguridad social se interesan por tal normalizacién, Temt espectadores del sistema de salud ‘aceptan conformarse reticencia excesiva, como los médicos aceptan los controles para evitar procesos por atenciones abusivas y como los laboratorios farmacéuticos se doblegan por evitar medidas més severas. Sélo se oponen a todo ello los espectadores que producen el mal y con él se beneficlan: industria patégena o burocracia de seguros intentan trasladar a los dnicos actores individuales, espectadores del Orden, el peso de la normalizaci6n, La emergencia de esta hipervigilancia depende, por tanto, del arbi- traje de los conflictos entre unos y otros. Parece que se resuelve por Ia Iheersfentudar al tnd wcheer transferencia a cada individuo —y no-a las empresas— del peso de la ‘obediencia a la norma, de Ia fidelidad a la copia. ™ ido todo el seguro de enfermedad en Impuesto direoto $y § N 8 Allt donde el seguro es piblicd el'perfil de vida que copiar aparece por la norma, mientras que donde el seguro es privado, se elabora sobre Ja marcha. Por ejemplo, Suecia se esfuerza ya en reducir el consumo de ciertas grasas y del azicar por normas imperativas de alimentacién impuestas a los consumidores. También en Noruega un reglamento permite imponer a clertas personas un régimen alimenticio en funcién de su estado de salud. En muchos paises el consumo de cigarrillos ‘el alcohol son desaconsejados. Mas tarde, este tipo de comportamiento Puede generalizarse: sea porque se imponga a la industria quimica modos de produccién menos patégenos a fin de reducir la produccién de mutégenos y cancerigenos (tales como la furilfuramida de la alimen- tacién, el dicloruro de etileno de la gasolina, los tintes los textiles can- cerigenos) dictando normas industriales con un elevado coste de trans- gresién, sea porque se aconseje explicitamente al consumidor no utili zarlos, con las amenazas eternas: cambiar de vida o preci ‘Como los Estados, las empresas pueden controlar : 3 de Ja empresa, o, como Matsushita, para que conserven su forma vigilar ou salud se convierte en un trabajo remunerado. <— § __ Para poner en efecto esta vigilancia de los espectadores del Orden, Para producir a coste reducido el conjunto de i : $que relacionan comportamientos y cuidados, pre & ciones externas, para definir el perfil de vida econdmica de cada uno, es & preciso que el aparato social disponga de medios radicalmente nuevos. E Nil poder religioso, ni el poder policial, ni el poder médico se hallan a escala de esta vigilancia, a In vez general ¢ individualizada, total y \Giteiada ‘Hay que determinar y analiza las telaloneseatadisteas ‘entre factores y no sélo relacionar ciertas causas y determinadas lesio- nes, La informAtica utilizada ya en los jhospitales en Estados Unidos y en Europa constituye el saber indispensable para esta hipervigilancia de los espectadores, con la genética. Una elabora conceptos sobre Jas estructuras fundamentales del vi- ‘viente y la otra los relaciona estadisticamente en el comportamiento, Por ejemplo, la medida de la correlacién de la presen genos de histocompatibilidad con las de ciertas afeccior finir una probabilidad de predisposicién a ciertos tipos reumatologica, dermatoligica, gastroenterolégica, endoc roldgica, inmunopatologica, alergolégica y_cancerolégic: que el $0 % de Ins personas afectadss de espondiloert oseen tn antigeno especifico y detectable llamado de las personas afectadas por una enfermedad de Addis. llamado B 8; que el 54% de los enfermos de diabetes juvenil insulino- dependiente tienen el antigeno B 8; que el 42 % de las personas afecta- das de esclerosis en placas poseen el antigeno B 7; etc. En el mismo sentido se puede estimar que es posible observar frag- ns DLE pred Hy ony ie y ado & ated * PY ste de z @ : 2 76 . 70 Hote normal of ye ef = Sassur més por un hombre en edad de trabajar que por otro. Tal es el 3 5,“ sentido de ta mayor parte de Ios trabajos de economia de la salud sobre = 19 Neo copacr ch tot mismo ichaleydy, fut he brccen Cem forma de canibaismo comercial: no ae cansumé ya und mfons para separar al maligno, sino que se consume, imiténdoio, una copia de un {§ Minismo idealizado par alejar un mal nuevo. 28 La vida que reproducir se revela entonces tanto mAs econémica 3 cuanto que In producclén del mal por ol aparato industrial es reducida, ? £~'Sies probable que tales medidas puedan producir efectos vensibles y' § sobre la esperanza de vida después de treinta afios, reduclendo los com. 9 ~portamlenios que aumentan Ja probablided de advenimiento de enfer. 5 Medades de estructura, tal no es, sin embargo, el objetivo del Orden. Ya iy $hno se trata de aumentar sin limite la esperanza de vida, sino de redu. 3 FP cir el tiempo de dependencia engendredo por la enfermedad, reducir et tiempo pasado en ser atendido: ya no vivir més, sino vivir mejor y me- caro, 9 Al lado de indicadores de morbidez y mortalidad aparecen ya indi- ~ cadores de vutnerabilidad que tienen en cuenta Ios riesgos patoldgicos ~j ¥ de su reparto en una poblactén dada. Ast el indleador de Chiang ex. Presa el tiempo perdido cada afio por un individuo a causa de la enfer. ‘medad; el indicador de Olson mide de vida en buena salud en un individuo dado; el indicador erio de la Salud de la India muestra el nimero de dias perdidos por motivos de enfermedad; los “Yindicadores de Sanders, de Katz y de Sullivan miden el nivel de validez Yor medio de escalas de secuelas y handicaps. Estos indicadores pueden Yyy Mejorarse cuando decrece la esperanza de vida, si esta baja resulta de &Sita reducei6n de la duracién de vida de los ancianos hospitalizados o, mds YSgeneralmente, de una mayor brevedad de desenlace de las enfermedades mentos de ADN tomados de las células de un feto o en aquellas Pasan a la sangre de la madre a fin de detectar en ella la drepanoci otras enfermedades genéticas més corrientes, como la tala de mujeres de m: decir del 2% al 3% de los nacimlentos sequin los patses), los riesgos de trisomfa 21. También In drepanocitosis esta vinculada « 4a presencia de un gene que puede descubrirse por muestra amnistica, del que son portadores el 50% de negros de Africa y 2 millones de ne. ¢ gros norteamericanos. (0 por andli . La puesta en evidencia de e: ;plica comportamientos : ide el rechazo del embarazo para mujeres © iccién del consumo de sal en las comidas ara los hipertensos. As{ aparece un nuevo perfil de vide que vigiler, un ‘modelo de vida que copiar, para no salir a escena mAs que lo necesario. mas a 21 taney ¥ El perfil de vida normal: la vida que copiar En lugar de tabties erigidos bajo e! control del sacerdote, de’ prohibi- clones dictadas por la policia, de recetas extendidas por el médico, el in “2 formético y el genetista confieren un sentido nuevo a lo normal, una a gy nueva manera de to, ser honesto, y estar sano: se hace normal el perl de vida que permite minimnizar’ el coste de salud. Bl peril de 8 SS orttes, “_— vida econémico no es necesariamente el perfil medio, porque la media QQ Ast, como siempre, ‘un nuevo espejo de vida nos devuelve una nueva \ imagen de la muerte: es no caer enfermo, morir es aceptar 00 seguir estando enfermo. La muerte se hace entonces normal, irresistible, conducfan @ ser mas productivo; el hombre era pensado todavia como maquina y se evaluaba la normalidad por el rendimiento, aceptando \ determinada. Ast, el hombre se mira en todo instante en una copia sabia y toler ble: en el momento del nacimiento, cuando se evalian los peligros en que se incurre, durante la vida, cuando se definen los comportamientos patégenos, y en la hora de la enfermedad, cuando se anuncia lo inevita- ble. Et hombre imita una copia de s{ mismo que converge cada vez més, hhacia un modelo unico que copiar, hacia una estandarizacién de sf el precio de Ja vida humana, Laeger en] squats) cosa ep cién individual de cada uno en Ia sociedad, como consut menos tan importante como producir, el perfil de vida aquel que economize los gastos globales de salud, sin referencia alguna al valor productivo del individuo; es el mismo para todos. ‘Como en los érdenes anteriores, estar enfermo se vive entonces como un rechazo del comportamiento normal, a la vex como un pecado, un delito y una falta que no se sabria eliminar sino timo, consumiendo simbélicamente una copia ideal ee Reohase dui Congo, Wace re fm hen Sigiteee 2eh carer Iaretento nermnay ay Flor » A "5 Mundiatizacién de ta copia ’ Cuando el espectéculo se normaliza en la escena y Ja sala, se mundial La baja de coste de los transportes internacionaliza a resistencia de los microbios generaliza las patolog al dos a través del mundo, y ciertos paises, como los Pafses Bajos, ret jy 2 clan a tener en ellos una cardiologia de punta por enviar a sus enfermos 7 & a Texas, & BS, Asimismo, a pesar de tas diferencias de pats a pals, en Ia medida de JB-bMas relaciones de fuerza y de las memorias de las instituciones, los trema, ya no acoge § sistemas de cuidados generan la misma copia que ii enfermos, que son recibidos en las casas especializadas cuyo precio "2 © vida econémica. Esté aquf fuera de lugar hacer un pi jornada es menos elevado, o vigilados a domicilio po de Ia evolucién de los sistemas de salud de cada uno de los paises de los miticas. El hospital se convierte en el lugar de la decision de muerte, O58 que se ha contado el pasado; sino solamente descubrir, co la universe. Geeretada, por loo enfsrmos eréeicos, por protocols eute lidad de la copia, los matices de la forma y los riumos de realizacién de ~© Jas instituciones, segin la fuerza de los grupos de presi6n. & En Estados Unidos, a menos que un trastorno poco previsible de las ~ seguro explicitamente pabli- ‘co, las compafifas de seguros privadas yan el control del aparato y hacen pagar un precio creciente al Estado por deduccio @ nes fiscales. Integran hospitales y médicos, éstos convertidos en asals- parte del personal que atiende se dedica a preparar a ayudado en esto. por empresas privadas especializadas e1 de buena muerter. x Las provincias Inglesas del Canadd se integran en el sistema americano de seguro privado, mientras que en Quebec 1a hiperviglancia est cada vez mas controlada por una tecnocracia del seguro piiblico descentra- lizado. 7 En el Japén se unifican los diferentes sistemas de seguro privado, S Ya en 1974 el primer ministro Miki habia lanzado Ia idea de un «plan & rvigilancia. Este proyecto chocé andes empresas que se © cin, puesto que los asalariados ~ 1a sesenta y cinco afios plantean /¥peends/ también que los médicos més prestigiosos contribuyen a la determinacion de los perfiles terapéuticos normales, pero todos los demés se someten ¢ aelloen su diagnéstico. benefician ampliamente de Ia «fi (Medical Information Service via Telephone) puesto al dia por los patro- que emplean y aseguran des ‘Fines de la universidad del Estado, En Francia algunos médicos pueden © ya conectarse con un banco de informaciones sobre las medicamentos, ito de Ia hipervigilancia se retardé en ef interior del servicio de salud idores de salud, los asegurados y el de los trabajadores de salud, una ‘una contradiccién entre el perfil de entre los médicos, los demis Estado. Si se liquidan con Ia vict elevacion de los costes puede cre que normalizan la terapéutica, se elaboran en primero conclerne a tas afecciones respiratorias muy frecuentes y per- mite a un egeneralistas, en los 3/4 de los casos, atenderlos sin que haya SALE tree eat 1 cry ether = ash In piel y del est6mago. Bn San Bernardino (California), Puede oft de una de Ins cassettes preparadas por especi de clertos problemas clinicos diticiles. Nada se opone # 41 conjunto de esos protocolos tenga valor mundial y se haga accesil \, la red de satelites. El médico se encuent ‘estatuto social y modo de comunicacién. abstracta, racionalizada. El saber sobre el cuerpo se convierte en un lugar del politico. Re 1 espn ible es # fugdamentales de Ia copia y dual de comportamientos ar variables como las magnitudes macroeconémicas sobre de la inflacién. En el discurso social los comportamientos ideales, econémicos en atenciones y productores de riquezas, se valorizan los modelos qu copiar: simétricamente, las mercancias patdgenas se venden expl es ms que el mediador normalizado entre el enfermo y los programas que gufan imperativamente su comportamiento, el agente automatizado Qy_ de una televigil de la higiene, de la dietética y del comportamiento. Su receta deja de ser farmacéutica pare hacerse global, civil, cultural, gen teinta afios de tes en los paises d Jide au trabajo, de expedicién de Ia copia. Las criticas transgresiones fascinantes. win de que ha sido ion creciente del cuerpo bee yu ‘econdmica ya no reside entonces en la gestién de grandes SE muncian esta de ¥ equipos ni en el manejo de grandes conglomerados, sino en In produ in de normas de camportamiente de todos ios agentes = ‘econd por variacién de las a Sinuttas ‘compra a Ips individuos su contormided —\ a la iduos para que consuman copia y produce <) ci*Guna demanda del uno mi 1] Mas alld de Ia salud, Ja hipervigilancia anuncia, por tanto, Pos i Sat 2 Wey cae ital y en la sociedad, aparecen nuevos actores I, también asalariados: son los conceptores de (7, los tiles de vigilancia y de los protocolos de tratamiento, informéticos,S ‘genetistas y bioingenieros. +3 JQ 3s eficacia conjuratoria del es ‘La mayoria de los pacientes pierden la eleccidn de su médico de cabe- para reducir Ia produccion del y filtrados por un personal de auxiliares paraprofesio. if ia 0 de trata: exasperaci6n. El capita que esté en su naturaleza pro- ia los dispensarios de primera ello un modelo que copiar, una mercancfa que lo destruiria, <} \ yoluntariamente 0 por ignorancia, No es conocer sus predisposiciones 4 © negarse a copiar el modelo que se deriva de él. Para alejar la materia 3. ( liaacién en enfermedad del mal anunciado, cada uno aprende a seguir {> Delertes elementos esencales de su cuerpo, a comparar a la norma de numerosas variables: sanguineas, cardiacas y arteriales, Cuando se han JB _venido abajo las barreras de los especialistas, cada uno povee, bajo forma {material o magnética, un dossier médico puesto al dia y normalizado, su 3} pasaporte de vida. En Estados Unidos 2500 nifios ya estin dotados, desde 1973, de un pasaporte que contiene clertas normas simples de perfil de vida (régimen, tensién, forma fisica) faciles de medir y seguir. interpone entre él y los espectadores un espe; preocupa de lo que ha sucedido. Momento el que se perfila el nuevo ritual canfbal, en el que se anuncia un consumo material de medios del uno mismo, materializacién progresiva de la ‘ predispuesto al dc ITesio! 1- Hacia ta autodenuncia ‘Aun cuando Ja hipervigilancia consiga producir la copia, aunque logre () descubrir el mal en cada uno de los espectadores, no devuelve sentido —\, Jos Signos de las M4quinas, ni reintegra a Ia clinica su eficacia ni reduce ) el coste de su espectaculo, Bien es verdad que normalizar a los espectadores, devolveries el deseo a febrero de 1974 ef mimero de muertos se ha reducido en un 40% en California y un 20% en Nueva Jersey a consecuencia de un descenso jes lintlte, Asimismo una disminucién de ta mitad de Ia atmosférica reduce en una cuarta parte la mortalidad de miento alimentario de los norteamericanos han logrado, al cabo de 3 afios, hacer descender sensiblemente el ritmo de crecimiento de las de valor. Incluso contrariamente, produciendo, por Ja prevencién y la medida una toma de conciencia de vinculos nuevos jo sland ens ener jipervigilancia de los signos de las go nuevas anormalidades ¢ implica, (Por vig lan cu at hal: méquinas actualiza nuevas pat por tanto, nuevas demandas de producir nuevas normas, 10 recomenzar seguidamente cuantificada de los efectos de una hipe el caso de Estados Unidos, demuestra que no sélo podria elevar la espe- ranza de vida en el 10 % desde hoy hasta el aio 2000, sino que sumenta- rfa los gastos de salud de las empresas de manera tal que las conduciria, para mantener su Personas més, y fiscalidad no cam! En resumen, dindmica de los gastos de salud, pero inicia una superacién de la crisis creando Ias condicio- hipivigs low nes de nacimiento de una nuev: dual de conformidad a la norma, por smentos individualizados capaces de |“ mentos de seleccién de signos de vida, oy mal muevo, espejo de fo normal, reflejo de Ia copia, autovigilancia § denuncia. cedieps AUTOVIGILANCIA Y AUTODENUNCIA: LOS ESPEJOS DEL CUERPO idan b@ @5 veil quuinoy F Sa wer La copia produce una necesidad de espejo. El modelo hace desear Ia \\\ verificacién de su conformidad. Dos de las operaciones de ordenacién, ~ ‘hasta ahora en manos del médico, se convierten en objetos de consumo, instrumentos de vigilancia de la conformidad al perfil de vida econémica y de denuncia det nuevo mal. Este suefio de una autodenuncia del mal no es propio del orden en gestacién; en cada Orden de vida, se ha querido desembarazarse de mediadores, vigilar uno mismo su salud y detectar el mal, por la angustia, ‘el dolor o el sintoma, juzgar de Ia desviacién a la norma por el pecado, el delito 0 la enfermedad: leer los Signos de los Dioses en el ritmo de la tempestad o el movimiento de un animal para prever el momento de su muerte, adivinar los cuerpos del delito espiando a los pobres y deformes para alejar su amenaza, escuchar la méquina para evitar su averia por el estetoscopio o el termémetro. Pero nunca se habla podido hacer asi la L economia del terapeuta. La copia sitia ta autovigitancia como un control de predisposiciones a diferentes enfermedades, Pide medios de medida de Ja conformidad a 1a copia, de conformidad de los signos de vida a los signos normalizados, y de medida de la desviacién, Esta vez parece que We ci tacde ale fas tani@ QP motelo Inshruntalos Pade dua yudet ta desestimaci6n del terapeuta detrés del espejo se haya realizado en al orden de lo posibie, Los espejos de to normat 1¢ vida pueden ser exteriores al cuerpo 0 stn a punto de realizarse, en general por ion y trivi ‘del material médico de los hospitales. Los ‘sobre todo, un espejo del estado psiquico, los segundos del estado somitico. Hoy no escapa a esa mirada casi ninguna fraccién del cuerpo. Los signos cardiacos y nerviosos pueden ser seguidos por electrocar- didgrafos o clectroencefal6grafos miniaturizados, asegurando Ia compa de resultados mucho més ue ¢] de Ia mayor parte de cardiG- Jogos actuales, y sin ninguna omisién de parémetros. El sistema Holter permite construir un microprocesor ambulatorio nto implantado \Lanatice en permanencia los ritmos ca de un individuo y relate de ‘manera cuantificada y gréfica todas OF dary suiterlere. x validez cientifica. Por otra parte, | > conformidad de un perfil de normalidad mental constituye uno de los & tisos esenciales en el porvenir del ordenador a domicilio. La experiem S ‘cia en cursos en Ia «Veteran's Administration Hospitals de Salt Lake City (Utah, USA), demuestra muy claramente lo que puede ser tal espejo de la mente:" se instauraron protocolos de interrogate: uibtricos & ts ante un ~Y| programados; cada paciente pasa durante cinco horas seis test terminal de ordenador: tests de verdad, de inventario de la personalidad, de OL, de depresion, de ices. Cuando sus resultados ind S' serie necestded de lr més lejos para llegar a un diagnéstico, el ordens-~< dor propone hasta otros once tests ‘especializados. Veinte segundos > después de finslizar el ultimo test, los resultados se imprimen bajo la saan ge un diagnostico mental sofisticado. El coste de cada dingnéstico ‘es, como término medio, de 120 ddl s, contra unos $00 délares el de tun psiquiatra, Esta experiencia ha demostrado que el ordenador puede ser un interlocutor més apreciado por los enfermos que el psicoanalista: el 89% de los pacientes que han pasado por los tests del ordenador de Salt Lake City han declarado que prefieren este método a los proce: dimientos convencionales del diagnéstico, y el 56% han responder més sinceramente a la maquina que al médico. En Tienen la re fen sus casas uno de esos de depresiGn, Tales progra: cribirse en todo ordenador @ autovigilancia del estado ment ‘Otro tipo de autovigilantes comportamientos en el perfil de vida éptima. Por ejemplo, el alimento puede ser controlade por un microprocesor, programado para verificar ‘el valor terapéutico de las comidas en funcién de las obligaciones dieté- ticas impuestas por las predisposiciones individuales a la diabetes, a la obesidad o Ja hipertensién. Ciertos intermediarios entre lo implantable y Io externo, otros por ser tragables, estén a punto de entrar en funcionamiento: tal Ia endos- ‘copia, que hoy permite a un médico ver en una pantalla de television ‘iertos elementos del cuerpo y seguir sus movimientos, es suficiente- mente miniaturizable para pensar en comerciarla un dia para un mer- \ teins api ge dels hoop, yar a ee nn aero ‘a esa individuallzacién del espectaculo de su cuerpo. Por otra parte, vemos generalizarse tests que no agresion del cuerpo, para las dislepsias cervicales, tectar la enzima A, seBial de peligro de chncer de pulmén. ‘Las otras técnicas de autovigilancia exigen una implantacién de espejo imo se hace més dif inme- permitir sequl proteinas’séricas; compuesto de membranas que reacclonan a una mo- Iécula espectfica y unidos a microprocesores, analiza hasta diez compo- nentes de la sangre al mismo tiempo y previene de una anormalidad. Internos 0 externos, tales espejos dan a cada uno acceso a un cono- cimiento todavia impensado del cuerpo, aunque més allé de lo que per: wal ci6n a la normalidad, una claboraci6n de un nuevo 3 confu vo, subjetivo; se hace deductivo, objetivo. Cuando el perfil de vida normal se > los protocolos de interpretacién de los autovigilantes, define “S tuna desviacién de las normas de comportamiento —alimen- ss normas de Ia fisiologia, \Y § a evolyeh, del bait hhisteria, Pero ese mal nuevo es real: Paramétrica anuncia el peligro, la angustia de Ia enfermedad, y crea un dolor fisico cierto. Producido @ la vez por Ia sociedad y por la herencia genética, ese como 10s males anteriores, con’ una tet hep a i i encubre? La I6gica La sociedad, primero, alejando colectivamente el mal del c6digo: nueva higiene, higiene del cédigo; luego al individuo produciendo Ia demanda de autovigilancia individual de los comportamientos y de autoseperacién de! mal. SIP oy hegewn ‘Mas alld de ta crisis de las Maquinas ¥ Por esta mercantilizacion de los jos del cuerpo, por ia reveacién del Mal del Cédigo, Ia crisis del capitalismo puede ser,superads:, man- ©) tener el orden comlendo més desorden, Cuando la vgllancia y ta denun. cia del Mal se hacen producibles en serie, una y otra ‘dejan de ser ele- mentos del espectéculo para convertirse en objetos respetables, prive- yO S48 Setén del diagnéstico, tizables, un aspecto nuevo de Ia relacién con respecto al Mal se con- Sen el especticulo del ot L espejo no podra sino prevalecer sobre la mirada, el denunciador auto- ‘S-mtico sobre el denunciador vivo. una parte, cada mercados més prometedores para estos objet mento de compe- enfermo es un cliente y todo producto nuevo es asi mucho mejor conocido, esté mejor estudiado y me! que en Europa y esos productos, que ayudan a mantener la pl ‘aceptan en seguida. : En Japén Ia preocupacién por el dominio de s{ mismo hace esos 10s particularmente mas féciles de comprender, y en Estados Unidos triales. Desde Thomson que queria, en la época jacksoniana, convencer a los norteamericanos para que se convittieran en sus propios médicos, el slogan eque cada uno sea su médico» halla un eco favorabl las élites que se han vuelto desconfiadas ante el Orden de || como ante el jefe de familia medio, s6lo duefio de sus ideas, de sus actos, ‘tanto en medicina como en religién y en politica. El individualismo funda coleccién de los espejos amenazadores de la vida proporcione un sus- la Ideologa necesaria para In aceptacién de Ia autovigilancia, en ta bis eta para la acept autovigil tituto al seguro en la conjuracién. El Orden de los Cédigos adquiere el § § \ queda de tos espejos del cuerpo, Se encuentran numerosas versiones en Sf meant! 4 SQY 5 Matriceros, implantadores,separadores ch reprocha al Orden de las Maquinas impedir que cada uno ¥ < Poco a poco, sector tras sector, los instrumentos se insintian entre el Shuma la respon: ‘su propio cuerpo, cuando proyecta dar de VE meédico y et hombre: Ja vigilancia y la denuncia se industrializan antes _< © nuevo su auton ividuo por una desprofesionalizaciOn de las 9; de que lo haga la separacién. Al médico aislado, en el hospital burocré ~~ © Q actividades de i SS tic, en ot Estado de tas Méquins, se aftade, con el tempo, una rey © we Nextensién del capitalismo en la designacion det mal. Cuando escribe: “C29. comercial en Ia que cada uno produce y consume dingnéstico. <3 & peel conocimiento requerido para diagnosticar las afecciones més gene esté largamente inserta en is actual: In aceptacion de la prétesis ue consumir condiciona la salida de la crisis del capitalismo. § Pero exige un saber sobre la vida y una transformacién ideologica de ta relacén a Ia vida y a la mucrie que abre todas Ins reticencias,« 10 das las barbaries y a todas las rebetiones. : ~~ Codigo y lengua La medicina de hoy ya no es Ia «verdaderas terapéutica como lo eran las de Dyonisos o de Delamare, Cada una corresponde a Ia estructura ideo jecer la circulacién normal de las informe | JSS Alfred Benja de desmedicalizacién de Ia socie- ~+ MAQuivA > 50160 ( HARDWALE ~7 SOFTWARE logica y a ta practica tecnolégica de un tiempo. Hoy dia, informatica, ge- nética y Lingiifstica estructuran un saber nuevo sobre la vida, ya no méi- quina sino cédigo, y parecen, una vez més, por una extrafia alquimia, i , constituir las tecnologias iti: idad de una explicacién cin de los fenémenos de puede ser apreben- ge un saber nuevo sobre el cuerpo, codificabl Sucede que la informética, dltima maquina y primer cédigo, ya pre- sente en 16 hipervigilancia, constituye una herramlenta de representa- |S \eién codifieada, que anuncia ese saber que In genética elabora. SEL descubrimiento del cédigo del viviente comienza en 1902, cuando Garret puso al dfa las causas congénitas, de ciertos errores de metabolismo, y en 1903, cuando Ludwig Johanssen concibié los genes. Contiaud en 1926, cupndo comunted ta viru encia de neumococos muertos a neumocosos y con el descubri- miento efectuado por Muller en 1927 det imy los rayos X sobre las mutaciones genéticas de las droséfilas. En 1944 Avery y Mac Leod dieron el paso decisivo atribuyendo al ADN cl papel de informador genético. El descubrimiento de la estructura de Ia molécula soporte del cédigo genético, Ia ADN, por Watson, Crick y Wilkins, en 1953, demuestra Ia universalidad e invariabilidad de los ele- mentos de ese cédigo. En 1960 Monod y Jacob descubrian los principios de la sintesis de las proteinas en las cétulas. En 1973 Herbert Boyer y Stanley Cohen ponfan a punto un método que permitia recomponer las moléculas de Ia ADN en tubo de ensayo a fin de crear moléculas hfbridas («recombinando Ia ADN») pudiendo de- rivar, por ejemplo, a Ia vez de la ADN de la rata y de la ADN bacteria. na, Demostrando que son capaces de reintroducir esas moléculas recom- inadas en Jas células en que pueden representar un papel funcional, abren camino a In creacién de nuevas formas de vida, susceptibles de ‘modificar profundamente el curso de Ia evolucién. En 1975 Kholer y Milstein conseguian fusionar células tumorales de ratas productoras de un anticuerpo especifico (linfocitos) con eélulas procedentes de un céncer de rata. De este modo obtuvieron hibridomas, In unién de cuyos caracteres ha permitido obtener el anticuerpo espect- fico, En 1976 Khorana Ileg6 recor tun gene particular que conte- nia alrededor de 200 elementos de codificacién. Considerando este saber en curso de elaboracién, parece que la meté fora mayor, que representa el papel de la cosmologta por el Orden de {os Dioses, de la estitica por el Orden de los Cuerpos, o de la termodins- mica por el de las Maquinas, es, para el de los Cédigos, la lingitstica. Como los anteriores se inscribe en la exigencia global de la sociedad que foe ~ naw: Se? vive tomo frace considera ahora més que nunca al hombre como un elemento de su pia produccién, como un elemento de su discurso sobre vida, es todo lo que da sentido, es como el conjunto de las lenguas. capecie viva es como una lengua, ¥ un ser vivo como una frase o un Ir W bro. Toda lengua utiliza e! fe gratia, ‘que impide expresar u ofr ia frase. El saber gonético comienza a elucidar algunas palabras de algunas lenguas genéticas. Por tna parte se empieza a comprender esas palabras, // —fracciones de programas de vida, fragmentos de ADN aislados en una célula— que hablan de diferenciacién y, por otra parte, Ios que descri- ben los procesos de rechazo del nost-mismo. Se les estudia de dos ‘maneras: sea produciendo un elemento de Ja frase de manera artificial en una matriz de alquiler, sea estudiando Ia diferenciacion natural de seres vivos en el curso del proceso de reproduccién, sea, por iiltimo, estudiando el funcionamiento del cédigo de ciertas partes del cuerpo. La primera técnica utiliza el hecho de que las bacterias sean capaces, en razén de la universalidad del alfabeto genético, de duplicarse con un implamt* extraio. Trozes de ADN de una célula cualquiera son trans- feridos sobre una bacteria. Al .eproducirse, la bacteria produce una clona*, es decir, una colonia de bacterias que poscen, cada uns, una co- pia del fragmento inicial de ADN transferido. Estos programas copias, {que codifican la informacién por medio de enzimas, son luego detectados © extraldos de Ia bacteria, matriz de alquiler, por técnicas bioquimicas. Por otra parte, durante la embriogénesis parece que el proceso de diferenciacién depende de la posicién relativa en el espacio de células elementales, que siguen siendo idénticas hasta clerto estadio de division y de localizacién espacial; ef reconocimlente de la posicién en ol espacio de cada célula est4 probablemente hecho por contacto de membranas. En Ia segunda técnica se estudia In procreacién interviniendo sobre su desarrollo. Dicho de otro modo, Ia manipulacién de embriones, ani- males y humanos, es una técnica de andlisis de Jas lenguas genéticas. Estudiando primero la fecundacion, se ha llegado a pensar que ésta no es necesaria para la diferenciacién celular. Se desarrollan tres ejes de Investigaciones: ‘— Se constata primero qué manipulaciones eléctricas 0 quimicas pueden activar de Ia misma manera évulos no fecundados de mami + ace sng de oem mms cet, cea «mpi Sr: Sms fo Ga ER aa st ti gi pe ta des oe ere ge felt Sei atuP sePderiva ia tdentidad el patrimonio hereditario pars todos Loe ‘bros de la miama clona, ii feros ¢ iniciar asf el proceso de dit ivisién celular. Embriox tipo, partenogenetcor, obtenidon'e partir de ae raten, se ban Ja mitad del tos embriones Plantados y esperar un estadio de existen hoy ratas sin padre, producid de la madre, —Se intenta luego, para comprender el * Dicho de otro modo, ple réplica a Ia Idéntica la fecundacion y elu cidar el papel en la diferenciacién, la int Af : tre elm citoplasma rodeando la célula, realizar, eae tna eélfa enum huevo aneleado, un ei © clonage, Proporciona un cuerpo, dacion copia del que corresponde Programa de la, célula de la que ha salido el nucleo” Cuando la cen acepta el nuevo nticleo, el desarrollo embrionario puede alcanzar su lograda en 1975 por Bromma: con una cone demuestra que el nisies de une cla somdicn puede Feempltar tn lula fecundada. Entonces se pueden estudiar las condi no retenidas como combina una eélula so con Svulos de hamsters” se inyec fusionan dos o varios cm dos ; ‘ por fecundacién natural Por partenogtrssy pr replaces des eromonas eu con sina B,* pertenecientes a la misma especie animal especies diferentes, stellt Més all de le fecundacion, el estudlo de las Je 7 las lenguas de la vida pro- sigue en las de las condiciones supervivencia de las embriones de teas naturaleza fuera de la matriz i, em lugares muy diversos: in ‘espermatozoides hurnanos ‘ulas de un embrién en otro, se en el titero de un animal dis sucesivamente. El doctor Yu-Chih Hsu, de la universidad Johns Hopkins, fen un recipiente de laboratorio® embriones de de los latidos cardiacos, Pero no se excluye hasta un estadio i Ja influencia de In matriz en el desarrollo del genoma* ae Por otra parte, se levan a cabo investigaciones sobre los programas especticos de ciertas funciones del cuerpo, en particular sobre el cere bro: el cerebro, en efecto, ya no esté representado como una méquina eléctrica, sino como una red por la que circulan informaciones codi- ficadas expresadas en particular por péptidos especificos. En diciembre de 1975 el doctor John Hughes, de Ia Universidad de Aberdeen, en Esco. cia, conslgui6, a partir del cerebro det cerdo, aislar una sustancia que, ~ inyectada en el cerebro de una rata o un rat6n, aniquilaba su dolor ‘. 8 corabro humano, Todo sucede como si el cerebro del hombre produjera & mucho més répida y eficazmente que Ia m¢ ro de 1977 se demostré que esa sustancia, llamada en: mbién en ef su propia morfina, de ab{ el nombre de endorfina. Este descubrimiento hhace pensar que existen numerosos centros con f vineulados informacionalmente entre s{ segiin cédigos rigurosos. En definitiva, toda esta reflexién ayuda a precisar e} nuevo concept) & del Mal del Cédigo, ruldo en el orden, y, en particular, a representar las enfermedades de estructura, como el cdncer: el Mal es la anormalidad, , yendo mas lejos, To que hace ruido en el cédigo. En Igunas palabras de In frase de vida Informactones exteriores y de le que destruye et se su separacién, El programa de vida tolera ciettos no-sf-mismos, en la medida en que carecen de consecuencia desestructurante. Rechaza a otros que son destructores; pero otros también son aceptados aunque desor ganicen la frase de vida, Segiin ciertos autores parece, en particular, que el proceso de cance- rizacién resultarfa de un ruido que desorganizara el programa de dife- renciacién celular: 10 mismo que en el desarrollo normal del embrién el huevo se divide creando células diferenciadas dotadas de una especia lizacién, en Ia mayorfa de los tumores una misma célula prolifera sin toma, conducen & Ia diferenciacién de las células en tejidos ant externos, incitadores (virus, tabaco, régimen alimenticio, productos qu micos), activados por agentes promotores (tales como la sacarina, las hormonas o los barbitiricos), alteran, provocando ese género de lesién del programa de vida, El céncer serfa, por tanto, un trégico tartamudeo del discurso, ‘Asimismo se pudo llegar a pensar que el transplante de una «ADN recombinante de E, Coli», supuestamente inofensiva, a una célula huma- na, podria obrar también como interruptor del mecanismo regulador que controla los genes cancerosos inactivos de las células. Curar serfa, por tanto, eliminar el ruido en el cédigo, el error en el programa de la codificacién. Reducir ef céncer seria suprimir el ruido inhibidor de la diferenciacién. En Ja mayor parte de los casos estas investigaciones no se presentan, en general, explicitamente, por lo que son: fescinacién de la imitacién de la vida. Como siempre que un Orden nace, el nuevo signo de vida se ‘enmascora tras of viejo: asl lon descubrimientos genéticos se enmoscaran v 3 / siguiera siendo una justificacién necesaria i6n sobt For clemplo eelogla ia «ADN recomblnanter como san medio prices medio practic tales como el de rarisimos».” Del mismo modo, se hace como si el estudio de la parteno- Bénesie sirviese para encontrar una manera de curar malformeciones fenguas y corregir los como un objeto. de los casos esta ingenuidad epistemoldgica de qulmicos se acompafia de una gran buena fe. Pero esta confusiOn de signos no podria ser duradera, y las mayores cuestiones que plantean estas investigaciones acaban revelando su verda- era naturaleza: conducen # preguntarse cudl es el nuevo sentido de Ia ‘Vida y de la Muerte, si existe una frontera entre la vida y el artefacto, entre el érgano y Ia prétesis. Cuando se realizan estados embrionarios avanzados de fetos artificiales, no se puede ya censurar mucho tiempo Ta mutacién del Orden de la vida. ‘Todo sucede como si, para preservar sus investigaciones conjurando sus éxitos, Ios genetistas se esforzaran en no lograr demasiado pronto 4] producir vida, para no tener que plantearse Ia cuestién de su estatuto; juedarse en el no-sentido para no entender la frase. No lo consiguen: por ejemplo, se plantea la cuestién de saber si el trabajo sobre un feto, incluso a priori no viable, debe ser protegido por Jas mismas reglas que se aplican a los embriones humanos desarrollados: dicho de otro modo, si algunas palabras ya balbucidas no merece ‘atencién como un texte literario todavia inaccesible, (La OMS sitia la frontera al feto de 500 g y de 22 semanas.) ‘Sl es posible interrogarse sobre esta Investigacién, considerar poner ‘una frontera entre vida y objeto, contener ete saber, todo esto a término medio parece muy ilusorio; el fracaso del moratorio de Asilomar, recla- mado on Ia primavera de 1974 por once biologistas norteamericsnot, sobre las experiencias que Implican sea genomas de virus tumorales, sea g el trasplante de genes de un grupo de bacterias a otro, constituye una primera demostracién: nada sujeta a un saber cuyo pretexto es la lucha S contra el mal. 7 X.__ También el derecho norteamericano se ha negado ya a colocar una// Y frontera entre ta vida y ef objeto, fjar el Mmite entre to que obedece “ ‘Sala moral y fo que esta sometido a Ia economia. Para él toda frase repro- ducida o imaginada es una invencién, no un descubrimlento; en par- ‘© ticular, tas formas de vida creadas por el genio genético son invenciones % econémicas, por tanto patentables y apropiables: el Tribunal de Apela- _” eign de Aduanas y Patentes consideré, en marzo de 1979, que el hecho $, de que esos microorganismos inventados sean seres vivos no impide "? considerarlos como innovaciones industriales. El tribunal tomé esta “}. sign después de haber estudiado dos demandas independientes, inicial- y mente rechazadas por In Oficina de Patentes norteamericanas, proceden- tes una de General Electric a propésito de una cepa bacteriana de & % Pseudomonas creada por manipulacién genética, y otra de los labors: i tural, Streptomyces vellosus, utilizada © ‘incomicina, Esta decisién inicia tories Upjohn, por una bacteri 3. en la preparacién de un ant 12> Ia explotacién comercial d tico y constituye una fecha funda- producida artificialmente es considerada como apropiable y canjeable, <3 se compra y se vende como un objeto. No una vida, que ya, desde que 2 existe una sociedad, se compra y se vende como fuerza de trabajo; sino Suna especie de vida, una tribu, una lengua. 3 SS Curar ia vida como un objeto Ss -X _Puesto que el mal no esté pensado como una averia sino como un error "de codificacién, curar ya no es separar el microbio, causa de Ia averia, 7X. sino el ruido del cédigo; primero supliendo tas fracciones parasitadas del programa de vida por prétesis normalizadoras, luego, més alld; pro- duciendo genotipos sin error de codificacién, normalizados érganos ar- tificiales. El perfil de vida econémica inventa el modelo, imagina Ia copia, ego ~)), produce el «uno-mismo», el doble. El paso se lleva a cabo insensible- mente, naturalmente en el saber y la préctica. Por otra parte, la autode- nuncia del mal conduce imaginar méquinas capaces de seperario. El descubrimiento de las lenguat de lo vivo conduce a producir palabras © frases sin falta. Una Jleva a producir lo normalizador, la otra a producir lo normali- zado, y su convergencia conduce # pensar en producir el hombre por fracciones o-en totalidad, como una copia de s{ mismo: en luchar contra In muerte por su negacién. i mental de la historia econémica: por primera vez, en efecto, una vida ' < de litio y puede superar los 10 affos si | Codificadas, las nuevas prétesis se convierten en el eje de 1a terapéuti- \\. ca, Producidas industrialmente, acaban Ia transf \\P eisado en ef Cuerpo, autonomizado en la Maquina, replicable en serie, liberando al capitalismo de su de su preoeupacion de la vida. No hay que ver en ello una utopia, ni un fantasma, ni un suefio tebrieo: la existencia de prétesis codificadas, normalizadoras o normall andlisis tedrico que la fundamenta, ‘Lo que sigue no pretende sino dar una idea de Ia inmensa industria en trance de constituirse para la venta de copias del cuerpo humano por fragmentos, nuevo recurso del consumo, més alld de la crisis, érganos artifciales que reproducen una a una cada funcién de los érganos na- turales. Primero prolongaciones de pritesis mecénicas, todas las primeras protesis codificadas completan las prétesis de miembros para ciertos instrumentos funcionales, copias informacionales de Ja escritura, la pa- ‘Yendo més lejos, Ia primera prétesis normalizadora de un érgano es, el marcapasos, instrumento de regulacién del ritmo cardiaco, Inventado en 20 afios su peso Tevan cerca de un millén de personas en todo el mundo y el mercado continia aumentando en el 15% anual. En lugar de abrir el corazén, una nueva técnica permite no hacer sino una anestesia local y colocar makers de los caddveres para reimplantarios en otros enfermos. En otros ugares, atra(dos por las comisiones de los vendedores, cirujanos y mé dicos lo prescriben implantindolo sin que sea nece nea se conciben estimuladores diafragméticos para pardlisis respiratoria, estimuladores del seno carétido hipertensién arterial, estimuladores de vesicula para cont nica esfinterlana deficiente [...] La asistencia ventri por un coraz6n artificial paracorporal ya ha sido reconocida fiable. En Estados Unidos un ensayo clinico reciente efectuado sobre asistencias continuas de 2 a 5 dias ha salvado a algunos pacientes en un grupo Teconocido por insuficiencia cardiocircalatoria irreducible, y que de hecho no podian ser privados, segiin In cirugia cardiaca, del corazén- 1 pulmén artificial esténdar a pesar de todos los procedimientos mecé- nicos y farmacol6gicos conocidos [...] Un conjunto de bombas, de cam- biadores de gas y de cambiadores térmicos cuya finalidad es oxigenar Ia sangre y asegurar su circulacién durante una en el corszén, se ha convertide ya en una En ciertos paises insercién de Injertos fe la aorta y el miscul ‘operacién que slo bajo la cobertura de un corazén-pulmén artificial, ha pasa intervencién quirirgica mas frecuente después de la apen- lejos, valvulas del corazén humano se sustituyen por val. Ja vez, hallar otra fuente distinta de la iar, 1 orden de 20 vatios, es decir, para un corazén artificial nuclear unos 50g de plutonio, También podrian existir centrales nucleares implantables de menos de 2 kg, cuya duracién de vida de 10 afios seria muy superior a Ia de las partes méviles del ér- gano. La primera prétesis normalizada de rifiém In realizé en 1943 el ho- landés Willem Kolff. Luego, los progresos técnicos fueron ‘considerables. hoy el tamafio de una maleta y pesa unos 4 kilos. El cost ién y su funcionamiento ha disminuido considera- blemente y permite vivir a 100000 personas, 40000 de las cuales son norteamericanas. La prétesis del hfgado es menos accesible. Se han hecho ensayos en carneros. Pero es muy poco probable que este érgano pueda en breve 250 ug salen del bambre, come Ching, es una pte eltrinia paca del pancreas que se deriva cipio es sencillo: cuando el sangre se acerca al umbi peritoneo, libera 0. . permite otra regula- wicoma Por liberacién normalizadora total del ojo std muy lejos de haberse realizado, La Universidad de Utah, sin duda la ‘més avanzada del mundo en este terreno, ha corseguido producir direc- tamente en el cértex Ia imagen de letras y de formas geométricas sim- ples, recibiendo las imagenes externas en 64 clectrodos implantados de ‘manera permanente y traduciéndolas en informaciones en el cerebro, Mamadas fosfenos. La protesis conectarfa una cimara de. television y tun microordenador que tradujera los mensajes épticos en estimulos ala audi en el cortex también en las protesis de trompas de Falopio y de pe- algunos espejor meatals de autovigiancia pueden legar motoras mutiladas a causa de un accidente. Ei el aparato externo y se automatizaré la normalizac Bl TENS (Transcutaneous Electronic Nerve Stimulater) permite al- canzar los mismos resultados sin implantacién, para los dolores menos localizados. Constituye Ia primera generalizacién tecnolégica real de la mt ‘También los seres vivos pueden servir de prétesis. Por ejemplo, algu- nos creen que la galactosemia, deficiencia enzimética, puede resolverse posible liberarse de células de un veneno metdlico (plomo, plutonic) ‘enviando liposomas cargados de EDTA, agente quelante. ‘Los érganos artificiales hibridos son una especie de cruzamiento entre la protesis y el trasplante, en 105 cuales las células 0 los tejidos vivos, ‘obtenidos de donantes, estin agregados a uh soporte de tubos 0 de todo y mantener una barrera inmunitaria contra las proteinas y células cextrafias.” ‘Ademés, la prolongacin es la protesis genética codificada, produccién de vida sin ruido, primero sustituible por tuna fraccién de la vida y luego ‘mentos multiples de embriones humanos para crear un compuesto menos afectado. ‘También se puede considerar producir, sea in vitro, sea en una matriz humans, hombres de calidad seleccionada con una precisién creciente, Je puede, in vitro o en tna matriz cualquiera, producir quimeras a partir de un ndmero cuslqulera de padres D madres, todo lo més de una decent, maciones congénitas. Células fetales humanas se utilizan para el cultivo de ciertos virus que no se desarroll confeccién de ciertas vacunas, pe tigaciones de genética o inmunol en Escandinavia y Estados Unidos, recurren a fetos no viables sino tem. Poralmente vivos en el momento de la interrupcién del embarazo o del aborto espontineo. Extractos celulares fetales y animales se preparan ¥ son inyectados por médicos, «terapias celulares frescas», y esta te- Fapéutica, ilegal en Francia, se produce con un remozamiento de publi- +, cidad en Suiza, Hombres que venden su semen y varios millares de fis que ya han nacido de esperma congelado. humanos o animales, y hacer pasar el mismo embrién por varias ma- ttrices-sopor utilizada pat citoplismico afectando el cédigo genético, Con una terrible ingenuidad cultural, los tedricos de Ia genética des. para reparar la méquina, lo, J, Fletcher sostiene que velan a veces Ia realidad de esas ambicio producir Ia vida y luego inventar. Por eje cel clonaje puede convertitse en un complemento necesario para la re- produccién, para impedir los deterioros del material genético» y R. G. Edwards escribe, a propésito de la utilizacion de quimeras por injerto de érganos, que «la creacién de hfbridos no es éticamente proble- el sentido econémico de la palabra, la Vida es comida por la vida, el” ’ ‘cuerpo consumido por el cuerpo, el robot comido por el robot. La te Tapéutica se resume entonces en Ia prétesis generalizada. Protesie de matica sino In fraccién humana serfa condenada a una situacién Vigilancia, de denuncia, de negociacién, de separacién, unifica todas Ins indigna de ¢ funciones del cuerpo y de los curadores. Discreta o visible, copia o pro- Tongacién det reduce las diferencias, infinites, de to viviente, a Una vez adas las fronteras del saber, las de In terapéutica se os aparecen todavia més frégiles; el Orden de los Cédigos puede ocupar su lugar con sus curadores, sus vidas y sus muertes. te, de mal no previsto o de avertas de prétesis colocadas. Toda la organizacién terapéutica se modifica: el separador reiine a los designadores en el espectéculo de los matriceros. El curador pasa a ser Vidas y muertes del Codigo denunciador de lo bioingeniero prese: El hospital, teatro ‘Una vez mds, una crisis del Orden de vida secreta un misterioso reen- rganos del cuerpo, la prétesis total. ‘Ya no se buscard entonces tratar a las enfermedades de la clinica, sino producir hombres normales, conformes a la copia, y hacerles const WV . mir una normalidad genética industrialmente producida, Se dejaré in- ccluso ofr el ruido que armarén ios mercados: se podré comer azticar si existen pancreas artificiales, fumar si se dispone de prétesis de pulmén. if i Dara consumir se convertiré en terapla. vi comido, verdugo y victima, médico y enfermo, actor y espectador del avatar nuevo det Orden de vida. Los bioingenieros, asalariados privados o pablicos, organizan la venta ¢ instalacién de prétesis. Un conjunto de profesiones y de empresas se disputan In invencién, Ia produccién, Ia explotacién y los servicios pos- venta de las protesis. ‘Ya no hay espectdculo del Orden: las instituciones de seguros, priva- come los boticarios flamencos compraban cuerpos a los verdugos, hoy el departamento de patologta del General Hospital de Columbia vende fetos @ los laboratorios para realizar investigaciones sobre enfermedades hereditarias, sobre clertos cinceres y sobre maltor- me 255 de la vida y de la muerte en un continuum, sin trénsito brutal de la vida ala muerte, la vide muerta Primera idea de muerte, eutanasia social, merodea ya en la hiper- Vigilancia, Maquinas de protocolos de muerte, leyes de muerte voluntaria contra el encarnizamiento terapéutico y el despilfarro financiero, muerte y normalizada, anunciada, probabilista. Fantasma absoluto de la demo- YY raf de tos objetos, esta forma de muerte choca demasiado de frente Se jerta eternidad y no puede llevar demasiado tiempo sobre s{ el peso el veredicto de muerte, ible una segunda idea de muerte, rechazo absoluto 1a de la genétics, eternidad, Cuando el Mal det Ia vida no se confundiré ya con un ejemplar =] \ctinico, un fenotipo, sino que se refugiard en el molde, el genotipo, Serd la hoy dominada. Mier Sb “frase escrita y no ia frase lefda. Entonces, con el miedo de ta averta y la varios avatares, de a controlads, a de los objetos lo es por™ gz] . fenotipo en fenotipe, un poco como Helena, muerta en 1939, que existe in del ritmo demogréfico y la modulacién tos laboratories del mundo, bajo la forma de célu- , pensable, ya no por el c § las Hela en cultivo, taj fade Cente de mech, sino por Se] SS "Hef Soe eme moss de ae ng may fale exec regulacién de mercado, a imagen de los «capripedos» en que ¢ 912 8 et artefacto, obsesién del utilizador. Este rie lia ya no es sino uno de los lugares de produc- Y &]* x dancia de circuitos y al almacenaje de wiv. Wedloeeso sobre Ia més o menos gran de su fiabilidad. Con la terapéutica que ey, cCuaboiic ie Bri g 3 8 & i 5 cién, entre otras matrices, al servicio de empresas o de Estados, de circuitos y enzimas son sustituidos, redoblados, completados, amplifica- ciertos tipos de nifios o de hibridos de calidad espectfica. El objeto vida dos. Se conjura por acumulacién. Soporte de esas protesis, el cuerpo ya no seré un capital que valorar, ni una fueza de trabajo que mantener, ejemplar vive también tanto tiempo como la degenerescencia del com & ‘sino un objeto de consumo. Se reduce a Ja escala tinica del equivalente junto pueda ser retardada, hasta el extremo del desgaste del fenotipo ~> universal, 1a moneda, y Ia inaprehensible diversidad de hombres a los Por el paso del tiempo genético, Entonces interviene una primera fase > pocos pobres nombres de mercanclas. de muerte, muerte de un cuerpo, muerte menor, que también puede § confiarse a una protesis especifica valorando todos los pardmetros de la < normalidad y deteniendo Ia vida cuando su valor anuncia Io irreversible ~\ doloroso. Mas alld del fenémeno rauerte, el genotipo, ya replicado en ¢ tuna clona y conservado en espera de vivir, hasta otras muertes menores © ~F de copias, Pero el genotipo mismo no es eteruo: al cabo de cierto tiempo, por desgaste de Ia codificacién, el molde se transforma, la frase escrita ~S 8 se disuelve, o, en todo caso, cambia de sentido. Segunda fase de muerte: yg uerte, nl muerte rechazada, ni muerte impuesta, jerente entre la vida y Ia mue muerte absoluta. Mirando los obj suerte de las mercancias: a al rte ya no estd al otro lado del espejo, es el reflejo en el vmercancta, ~ jedo de este acontecimiento no se conjuraré con la sola distan. separa hoy ese fantasma de lo real, que hace que se le crea in- de un fenotipo, muerte mayor del genotipo, muerte absoluta del recuer- do genético en el mensaje mismo de los otros genotipos. \ En cada una de estas fases In desigualdad ante la muerte seré Ia de Jos vivos convertidos en mercancfas: puramente monetaria y ya no, como es hoy, cultural, La igualdad ante la muerte alcanzaré entonces su habré transformade por completo. La energia ya no seré esencial, Ia \\yinformscién se-convertiré en el poder mayor. Una gran parte del tra. bajo vivo podré ser hecha no por hombres, sino por fracciones elemen- etapas de muerte, actuales es obtener una a la vee, ir ieee er La General Electric ha puesto en marcha un-proyecto gracias al cual una plasmida podria introducir en 1a bacteria Pseudomonas instruccio no es s6lo el de todo el pensamiento clinico, de los nes que permitirfan a ésta digerir la mayor parte de los hidrocarburos y enfermedad. Es también la mutacin radical del contenidos en el petrdteo bruto. ransformaciGn de toda Ia actividad Empresas como Cetus, Genentech y Biogen, producen utiles vivos y son codiciadas por varias compafifas petroleras como la Standard Oil of entido del combate | California e Indiana Standard. jolver la vida para ‘As{, mucho més alld de la sola salud el discurso codificado se impone ‘como Ia lengua absoluta de comunicacién universal entre los hombres, indus del capitalismo y el envite absurdo de su retardar la muerte. como ta tinica lengua viva: vida como un objeto, vida como instre K 43 _g fabricarse legttimamente para hacer trabajos peligrosos 0 desvaloriz- mento. 3° dores.s ¥ alin: «La sociedad podria tener necesidad de producir gen- En Ia vida sin Jas mercanclas hablan, los hombres se callan y') / $-§ tes que tengan una resistencia excepcional para desempefiar papeles consumen, La sociedad industrial se acaba y los conceptos de vida y ob- s, por ejemplo, gentes de pequefia estatura para vuelos es- Jeto se hacen vagos. ¥ primero Ja senuatidad, corazén de Ja vida antes que el Cédigo: Puesto que el clonaje anula la reproduccién sexuada, puesto Fetorno a Ia manera de reproduccién de los protozoarios, a fentesco, realiza el suefio del hombre de engend: i a ser su propio hijo al mi ‘1 uno mismo que consume, lido con su sola existencia, sint de existencias potenciales. Se anulan entonces la sexualidad y la jerat Ya no hay entonces crisis posible: en Ia disolucién del trabajo, en ~, 2 confusion entre vida, objeto y herramienta, el productor ast produc! torma | § do, viviente whuimano, a converte ex un elemento del capt; au re 1 mise muneracién es conservacién de un capital y ya no reproduccién de 5 trabajo humano, si pré- all de Ja muerte, no tesis biolégicas, Y quimeras, vida sin conciencia y sin clase matriz.de una multitud ~~ producen valor si ibir salario, ‘entonces se trastorna el esquema de ta econom{a politica y Ia ley de valor: mercancia como los demas, el hombre se cambia, consumido por mercanclas, y por tanto a repro. dacir como una mereanciay ya no como ana fuerza de trabajo eh hea. / Ya no produce valor, pero realiza el valor producide por quimeras, vidas-instrumentos. ‘As{ el capitalismo deja lugar a una totalidad consumidora de sf mis- mente ¢s una produccién al mismo tiempo ma, donde la valoracién es inseparable de Ia produccién y donde el que una consumicién, un artefacto al mismo tiempo que \Mlorden de tos Cédigos se transforma en un orden socialmente posible. coraz6n de un accidentado trasplantado a un enfermo cardiaco, el cora- Primer mundo, después del canibalismo, sin representacién, la conju: z6n de una clona son a la vez vivos y artificiales, comerciante’y no co- racién ya no posa por el especticulo sino por el almacenaje de prétesis merciay enfermo se convierte en una consumicién, estar cuida- de vida, do un jo. En un caso se paga por tener derecho al dolor como Todo el orden politico se piensa entonces en el control de los obdi- rencia. En el otro se es pagado para producir informacto. 0s, en el control de conformidad con respecto a la copia organizada nes sobre si mismo. por el almacenaje de fos objetos y en la normalizacién codificada de los ‘Toda ta economia se organiza en torno a estas copias de vida, EL desviantes, Si el almacenaje de los objetorvida no basta, o para aque- hombre se convierte en produccién y consumo, mercanela consumidora Ios que no tienen tos medios de-conjurar as{ su miedo, la protesis de Util viviente. normalidad neurolégica puede interiorizarse, simple extensién det uso Tal vez sea posible creer que, al cabo del tiempo, se puede producir fl hombre mismo como un consumidor especifico ‘con respecto @ Un mercado, poniendo sus deseos en instrucciones codificadas, primero en los espejos y luego en el e6digo genético mismo, un poco como la nece- i sidad de energia se programa en et plano de una méquina 0 de un de su cerebro, a fin de vigilar a distancia automévil. Uberar autométicamente un esi es necesario. , El consumo de copias se convierte en el resultado de un trabajo y Esta prescripcién det autoseparador del mal st fundada en un) un medio de vivir. Convertido en necesidad genética, remite siempre af célculo puramente econémico de eficacia comparada: Ia implantacién sidad de diferenciacién del capitalismo. Hay que eviter ser seme. de esta protesis codificada cuesta 6000 délares, mientras que el primer 8 decir, se comible por otro; hay que consumir anormalidades ferencias voluntarias en aterrorizado recuerdo del caniba- fnuales a la comunidad, sin contar las pétdidas relacionadas con su crimen. Cuando destruir la agresividad’ se convierte en la herramienta ral, del que el hombre ha sido expulsado, se com del Orden, el neurobidlogo y el biolngenlero susttuyen al médico, arro i dose el poder de sofocar los ruldos, hacer callar. ‘Més adn: la informética es s6io una ciencia de transicién entre la Georgctown's University declara en ‘Maquina y et Cédigo: In prétesis genética desemboca en un control po- Rnseny, Serge, mason Pharmacetiou, Part Le Seu, 1974. Durand, Paul, La politique contemporaine de sécurité sociale, Pars, Li- Drairie Dalloz, 1953. 31. Bckholm, Erik P, The Picture of health, environmental sources of di: sease, Nueva York, W. W. Norton and Company, 1977. 138. Ehrenreich, Jobn ¥ ofros, The cultural crisis of modern medecine, New York and London, Monthly Review Press, 1978, 39, Encyclopédie. 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Coleccién Al filo del tiempo Una coleccién abierta al acontecer de nuestro tiempo ¢ integrada por ttulos cuidadosamente seleccionados bajo una doble exigencia: calidad ¢ interés. Una serie, a nivel europeo, que tiene tres verte las obras que divul- zen, en forma clara y asequible « todos, i histéricas y cientificas més recientes y apssionantes. La de los grandes reportajes sobre temas de gran importancia y de fuerte actuslided universal. ¥ la de los libros testimoniales que aportan una cont cimiento de hechos personajes de resonancia mundi Titulos publicados: A/August Berohard Hasler COMO LLEGO EL PAPA A SER INFALIBLE. FUERZA Y DEBILIDAD DE UN DOGMA Prélogo de Hans Kiing Libro de evidente actualidad ¢ interés sobre un tema de inne gable 3/Gordon Rattray Taylor EL CEREBRO Y LA MENTE. UNA REALIDAD Y UN ENIGMA Esta es, que yo sepa, la primer exposicion completa sobre lo que se sabe acerca del fuscionamiento de la insondable mente del ser bumano, Teylor lo ba conteaido en une neracén coberente y apasionante> (Brin Inglt, The 4/Peter Scholl-Latour 30 ANOS DE GUERRA EN INDOCHINA de la salud artesanal @ ta de la salud industrial» (Le Matin). | Coleceién Espejo de Espaiia ‘Tiewlos publicadon: 1/Raleel Abia LAVIDA COTIDIANA DURANTE LA GUERRA CIVIL "LA ESPARA NACIONAL 2fFailie Romero GaRTAS ALREY y ERS UE Haan “Jena dels Here, Joun Valen "ESPANA DE LOS QUINQUIS francisco Unibral AS 'ESPAROLAS Gf. Bora Pool, M. Plane EL DfAEN QUE MATARON A CARRERO BLANCO 8/Ricardo de i Clerve ASTORIA BASICA DE LA ESPARA ACTUAL 9 &e SEROUS Beat FiemPo 10/fout Lois VieSenJomn EYRE MSRCKSSSESINADO: TODA LA VERDAD 11/Eduardo Pons Prades He B05$ ESPRROLES EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 12/Cliado Stocher Abornee Mil TESTAMENTO HISTORICO-POLITICO IXGegaRervn. vista POR Los DXILtADOS MOLA, AQUEL HOMBRE 38/Rafecl Abella VIDA COTIDIANA DURANTE LA GUERRA CIVIL EO See a 19/Rlcando de le Gera HISTORIA DEL ORIGENES ¥ CONFI (19381945) PRea 42/Joné Marla Gl Robles JUAN MARGH ¥ SU TIENPO NG Rout Ps Sie ca Paz 21/Maviane Ans '8/Ansonio Gargus y DierCafabure YO FUI'MINISTRO DE NEGRIN DIALOGOs CONMIGO MISMO 22/Vicor Salar 10 (Ezeso Gindoes Caballo DON JUAN BE Bonson MAMORIAS De UN DICTADOR GRANDEZA Y SHOBUMBRE DEL DEBER 50/Joxt Mara icone, Rafael Bors Besta EBPs sient oma 5 : aerate Acevedo ESPANA, DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA HUMORISTA EN LA DE FRANCO cot lbs : ET cee Hoenn vari TERSACIONES PIV! FRANCO 53/Mig Deliben Caters. ae Cirle te cs ae ee ENERA Maaoot Feng bare SR Ga com, Ae ee Pa yng nmtica LA LUCHA POR EL PODER S5/lek L Vianen (28/Eduardo de Guzmin i LA'NOSTALGLA ES UN ERROR EXSEGUNDA REPUBLICA rux ast a Seylen Gone 29/Tre. general Francisco Franco Salgado-Arsujo EN BUSCA DE JOSE ANTONIO MVIDR TONTO A FRANCS pla aes 30MMiceta AleléZamorn y Torres EGR REE ve La REPOBLICA. 1951-1936 ‘MEMORIAS 438/Vicente Porvelo Escudero IX SESSICIGN DEMOCRATICA AL (assess ince meee cee FRANQUISMO SyRande 2 hope Nba de Valco 3SpARA 19511975, UNA ANTOLOGIA HISTORICA usc FUGA (60/Angel Maria de Lere Eksnte, Tamames LA MASONERIA QUE VUELVE OLIGARQUIA FINANCIERA EN ESPANA 61/Juan Antonio Pérez Mateos 3/Eduardo Pons Prades JUAN CARLOS. LA INFANCIA DESCONOCIDA DE UN REY GUERRILLAS ESPAROLAS. 19361960 {or Feoce Babanonde EXTREEL SIEENGSY 1a propacanpa, Fonds Verna Cs Visi EA HISTORA Con Fu RESON SUNT FRANGOL (CON PERDON) BART SEEN MINISTRO DE LA MONARQUIA S4( Alonso roti OLITICA DE UN MINISTRO DE LA CORONA 37/Randn a BUCARBERAL Secuna ¥ EL NACIONAL-CATOLICISMO EXMERBAD DE iis RELACIONES CON FRANCO 28/Manvel Tagebe Leconte TUGTINONIG BE BOS Guemras 39/Diego Abad de Saniléa ‘MEMORIAS (897.1936) ‘2fballe Mol Viad mAs Ai/Pedko Sains Rode TAIGNIS F'RESTERDOs lest Maio Armee POLITICA EXTERIOR DE FRANCO Petals Pore REVUELTA PERMANENTE MBtontR Kane Sita FARGLAL i 5 (Rate Abela RK EL IMPERIO HACIA DIOS (Marte dee Gere IIREREATIey VANSHORMACION, AGONIA (963.1979) Ja era de las protesis informaticas y genéticas nunca hemos salido de un Orden cantbal. ¥ la de que nuestra sociedad industrial no ha sido nunca mas, a fin de cuentas, que una mAquina para traducir un canibalismo vivido en un canibalismo mercantil. Jacques Attali nacié en Argel el 1 de noviembre de 1943, Curs6 estudios en el Liceo Janson-de-Jailly (Paris) y luego en la Escuela Politécnica (numero uno de la promocién de 1963) y en la Escuela Naci al de Administracién. Es ingeniero .as, diplomado del Instituto de ios Politicos de Paris, auditor, relator del Consejo de Estado, profesor de Ciencias Economicas en la Escuela Politécnica, director de seminario en la E: (IX-Daup! Directivo ido Socialista y consejero errand. Ha publicado siete } i | ’ ‘ i " «Cuando las intuiciones fulgurantes de Attali y sus anélisis del porvenir se despliegan, este libro se hace apasionante. Muestra, apoyado en ejemplos, cémo el mundo esté a punto de pasar de la era de la'salud artesanal a la de la salud industrial y como ello puede rmitirle salir de la crisis econémica actual. Afirma que Ereaiud ha Megado a ser el mercado més importante & la economia americana, delante del sector del automévil y del acero. General Motors y Ford destinan ms dinero a la salud de sus obreros que al acero de sus coches. Segin Attali, si todo el utillaje de salud de la clinica, del hospital y del consultorio pudiera ser reemplazado por * protesis, producidas en serie, implantables o no, cubriendo-sus diferentes funciones.en el orden de Ia vida, Ja salud dejaria-de ser causa de la crisis para convertirse en solucién. ,Utopia? No. Casi estamos llegando a ello, sostiene Attali, que acaba de hacer la vuelta al mundo de los laboratorios y da docenas de ejemplos. Una inmensa industria esté en trance de constitucién para la venta de prétesis del cuerpo humano.» Frangois-Henri de Virieu, Le Matin «Evidentemente este libro provocativo y original no gustaré a todo el mundo, {Se pueden reemplazar los médicos por méquinas? ,La salud puede legar a ser una industria rentable? Pregunto a Jacques Attali si hay un mercado para esas mercancias, si alguien suefia hoy con suprimir electronicamente sus neuralgias y me responde: “Justamente, existe ya una de esas maquinas, bautizada T.E.N.S., no més grande que una caja de cerillas y que es una especie de aspirina electronica, capaz de suprimir el dolor. Esta maquina la producen hoy 26 firmas japonesas. Se puede hablar de los bio-feedbacks, aparatos que vigilan la tension nerviosa y que dentro de dos afios estardn en los drugstores, de los; famosos pace-makers, que han tenido tal éxito que ya existe un mercado de ocasi6n para ellos..." 1 ! Jean-Paul Enthoven, Le ‘Nouvel Observateur

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