Está en la página 1de 221
PENSAMIENTO CONTEMPORANEO Coleccién dirigida por Manuel Cruz Ultimos titulos publicados 23. R. Camap, Autobiografia intelectual 24 N. Bobbio, [gualdad y libertad 25. G.E, Moore, Ensayos éticos 26. E. Lévinas, El tiempo y el otro ~ W. Benjamin, La metafisica de la juventud . E, Jiinger y M, Heidegger, Acerca del mibilismo . R Dworkin, Erica privada e igualitarismo politico C. Taylor, La ética de la autenticidad H. Putnam, Las yvil caras del realisrmo " M, Blanchot, E! paso (no) mas alld P. Winch, Comprender una sociedad primitiva A. Koyré, Pensar la ciencia J. Derrida, El lenguaje y las instituciones filosoficas S. Weil, Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresién social » PE, Strawson, Libertad y resentimiento | H. Arendt, De la historia a la accion G, Vattimo, Mas allé de la interpretacicn . W. Benjamin, Personajes alemanes G_ Bataille, Lo que entiendo por soberania M. Foucault, De lenguae y literatura R Koselleck y H. G. Gadamer, Historia y hermencutica 44. C. Geertz, Los usos de la diversidad . J. Habermas y J. Rawls, Debate sobre el liberalismo politico 46. J-P Sartse, Verdad y existencia 7. A. Heller, Una revision de la teoria de las necesidades 48. A. K. Sen, Bienestar, justicia y mercado 49. H. Arendt, ¢Qué es la politica? 50. K.R. Popper, El cuerpo y la mente » BE Strawson, Andlisis 9 metafisica K. Jaspers, El problema de la culpa . PK, Feyerabend, Ambigiiedad y armonia D. Gauthier, Egoismo, moralidad y sociedad liberal . R.Rorty, Pragmatisneo y politica . P.Ricoeut, Historia y narratividad B. Russell, Analisis iloséfico . H, Blumenberg, Las realidades en que vivimos N. Rescher, Razén y valores en la época cientifico-tecnoldgica . M. Horkheimer, Teoria tradicional, teorta critica | H Putnam, Sentido, sinsentido y los sentidos TW, Adorno, Sobre la miisica M. Oakeshott, El Estado europeo moderno | M, Walzer, Guerra, politica y moral W.V.O. Quine, Acerca del conocimiento cientifico y otros dogmas 66. R. Koselleck, Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia . H.R, Jauss, Peguerta apologia de la expertencia estética 68. H. Albert, Razon critiea y prdctica social 69. O. Haff, Justicia politica 70. G.H. von Wright, Sobre la libertad humana | H. White, El texto histdrico como artefacto literario . G. Simmel, La ley individual y otros escritos J. Dewey, Vieja y nuevo individualismo | M. Foucault, Discurso y verdad en la antigua Grecia Michel Foucault Discurso y verdad en la antigua Grecia Introduccién de Angel Gabilondo y Fernando Fuentes Megias Ediciones Paidés LC.E. de la Universidad Auténoma de Barcelona Buenos Aires - Barcelona - México Titulo original: Discourse and Truth Introduccién de Angel Gabilondo y Fernando Fuentes Megias Traduccién y notas de Fernando Fuentes Megias Cubierta de Mario Eskenazi Foucault, Michel Djscurso y verdad en la antigua Grecia : introduccién de Angel Gabilondo y Fernando Funetes Megias. — 1° ed. — Buenos Aires : Paidés, 2004. 224 p. ; 20x13 cm. ~ (Pensamiento contemporéneo) Traduccién de: Fernando Fuentes Megias ISBN 950-12-5074-1 1, Filosofia Moderna Occidental I. Titulo CDD 190 1° edicién en Argentina, 2004 El editor atenderd en copyright si en algtin momento surge el propietario de los derechos del texto. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes. la reproduccién total 0 parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprograffa y el tratamiento informatico, y la distribucién de ejemplares de ella mediante alquiler 0 préstamo publicos. © 2004 de la introduccién, Angel Gabilondo y Fernando Fuentes Megias © 2004 de la traduccién, Fernando Fuentes Megias © 2004 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidés Ibérica SA © Mariano Cubs 92, Barcelona bs le esta edicién, Argentina y Uruguay Editorial Paidés SAIC F B yisueuy Defensa 599, Buenos Aires e-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar www. paidosargentina.com.ar Queda hecho el depdsito que previene la Ley 11.723 Impreso en ‘Argentina - Printed in ‘Argentina Impreso en MPS Santiago del Estero 338, Lantis, en junio de 2004 Tirada: 1000 ejemplares ISBN 950-12-5074-1 Edicién para comercializar exclusivamente en Argentina y Uruguay SUMARIO INTRODUCCION, Angel Gabilondo y Fernando Fuentes Megias .......... Foucault y Estados Unidos .... 2.0... El retorno a los griegos y la ética del cuidado desi. eee Foucault y la parresia so... ee ee Parresia, ascesis ylibertad. ... 2... Cuidado de sfy parresia. 1... 2. eee al . El significado y la evolucién de la palabra KPATVESIA® oe ee EI significado de la palabra «parresia>. . . . Parresiay franqueza............. Parresiayverdad . 2... eee Parresiay peligro... ee ee ee Parresia y critica. yerog esnoralsi y mae + Parresiaydeber... 2. ...-.000. te La evolucién de la palabra «parresia> . 2... Parresiay retOrica. . 6. ee ee Parresiay politica... 1. ee. eee Parresiay filosofia.......-...02.. 8 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA Il. La parreséa en las tragedias de Euripides. . . 53 Fenicias (c.411-409a.C.) 2.2... eee 54 Hipdlito (428a.C.)...... 56 Bacantes (c. 407-406 a.C.) . . 58 Electra (415a.C.) 2.2.2... 60 Tén (c. 418-417.a.C.).. 2. . 64 PrélogodeHermes............ 67 Elsilenciode Apolo... ......... 69 El papel parresidstico deIén ....... 74 E] papel parresidstico de Creisa...... 82 Orestes (408a.C.). 0. .0.000020000. 88 La «problematizacién» de la parresia enEuripides .. 2.2... 0.2.00 00. 105 III. La parresia y la crisis de la instituciones democraticas . 2.2... eee eee 111 IV. La parresiay el cuidado desi... 2.2... La parresia filos6fica. 2... ee Parresia socratica.. 6. ee ee Verdad y conocimiento de si La practica dela parresia . 1... ..04. La parresta como actividad en las relacioneshumanas........ 144 Parresta y vida de comunidad... .... 145 Parresia y vida pblica.. 1... 1... 152 Parresia y relaciones personales... . . . 174 Técnicas de parresia. 2... ee ee 183 Séneca y el examen vespertino. ...... 186 Sereno y el autoexamen general... .. . 191 Epicteto y el control de las representaciones 202 Conclusibn .. 2.2... bee 206 SUMARIO 9 COMENTARIOS FINALES DEL SEMINARIO. . . . . . 211 BIBLIOGRAFIA . 6... ee ee 217 I. Estudios sobre la parresia.. 1... 0.00. 217 II. Autores clésicos citados. . 2... 0. ee 220 III. Autores modernos citados ......... 222 Introduccién Foucault y Estapos UNIDos Foucault sentfa una atraccién especial por determi- nadas formas de vida propias de Estados Unidos. Des- de la década de 1970 hasta 1983, sus viajes a este pais son continuos. A pesar de haber recorrido buena parte del mundo como profesor de universidad y conferen- ciante, desde Suecia a Polonia, de Tunez a Brasil 0 Ja- pon, es en Estados Unidos donde Ilegé a encontrarse més a gusto. Asi lo asegura su biégrafo y amigo perso- nal, Didier Eribon, en su magnifico relato de la vida del filésofo: «El pais con el que Foucault trenza la relacion de mayor intensidad es Estados Unidos».! Tras sus pri- meras estancias en Buffalo, en 1970 y 1972, en las que atin habla en francés, Foucault ira adquiriendo una fa- ma creciente en los circulos universitarios estadouni- denses mds progresistas. En 1975 es invitado por Leo Bersani, director del departamento de francés de la Universidad de Berkeley, a presentar la investigacion 1, Didier Eribon, Michel Foucault, Anagrama, Barcelona, 1992, pag. 385. 12 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA que estd Ilevando a cabo, y que se convertird en el pri- mer volumen de la Historia de la sexualidad: La Volonté de Savoir. También en este afio 1975 participa Foucault en un congreso organizado en Nueva York por la revis- ta Semiotexts, que luego constituira uno de los medios de difusién del pensamiento foucaultiano en Estados Unidos. Pero, sin duda, uno de los momentos mas im- portantes de la relacién filoséfica de Foucault con Es- tados Unidos serd el afio 1979, cuando imparta en Stan- ford las Tanner lectures, en las que pronunciard sus conferencias tituladas «Omnes et singulatim: Towards a Criticism of Political Reasons».? Entonces es cuando conocer4 a Hubert Dreyfus y Paul Rabinow, dos profe- sores de Berkeley que preparan un libro sobre su obra, que més tarde sera una de las principales biografias in- telectuales sobre Foucault.’ Su amistad con ellos estre- chard atin mas los lazos de Foucault con la Universidad de Berkeley, y su colaboraci6n mutua duraré hasta la muerte del filésofo, siendo estas conferencias que aqui se ofrecen al lector uno de los tiltimos frutos de ese in- 2. Recogidas en la compilacién de sus escritos titulada Dits et écrits, con el nimero 291, en su versién francesa: «Omnes et sin- gulatim: vers une critique de la raison politique» (trad. cast.: en Michel Foucault, Tecnologéas del yo y otros textos afines, Barcelo- na, Paidés, 1990.) 2 3. El titulo del libro, Michel Foucault: Beyond Structuralism and Hermeneutics, Chicago University Press, 1983, que aparece- ria después en francés con el titulo Michel Foucault: Un parcours philosopbique, Paris, Gallimard, 1984 (trad. cast.: Michel Fou- cault: mds alld del estructuralismo y la hermeneiitica, Buenos Aires, Nueva Visién, 2001). INTRODUCCION B tercambio.* En 1983, afio de las conferencias, su fama en Estados Unidos ya habia crecido enormemente: Foucault regresé a Berkeley en abril de 1983, contra- tado como profesor por Ja universidad. Esta visita fue la ocasién de su auténtica apoteosis estadounidense: una conferencia publica sobre «La cultura del yo» que atrajo aun auditorio de mas de dos mil personas. Aunque tenia un calendario muy apretado, se puso a disposicién de los alumnos para mantener discusiones informales y charlas en diferentes departamentos académicos: hablé en el depar- tamento de Francés en abril y en el seminario de Rabinow el 26 de abril y el 3 de mayo. Entre otros planes, discutid la posibilidad de regresar en otofio para impartir un curso entero, y también investigé el modo de llegar a un con- cierto mds duradero, como un puesto de profesor visitan- te permanente, que le permitirfa regresar con regularidad. Su entusiasmo acerca de trabajar en Estados Unidos se vinculaba, como siempre, a su frustracion cada vez mayor con Francia, ahora tan intensa como para empujarlo a ha- blar de renunciar a su catedra en el Collége de France.’ ¢Por qué se encontraba tan a gusto Foucault en Es- tados Unidos? ¢Qué le molestaba tanto de su situacién 4. Mas detalles de Ja relacién de Foucault con Berkeley pueden encontrarse en el libro de Eribon ya citado, en el de David Macey, The lives of Michel Foucault, de 1993 (trad. cast.: Las vidas de Michel Foucault, Madrid, Catedra, 1995) y, especialmente, en Keith Condal y Stephen Kotkin, «Foucault in Berkeley», History of the Present, febrero de 1985, y en Hans Sluga, «Foucault 4 Berkeley: l’auteur et Je discours», Critique, n° 471-472, agosto-septiembre de 1986. 5. David Macey, Las vidas de Michel Foucault, pag. 549. 14 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA en Francia, su pais natal, en el que disfrutaba del mayor reconocimiento al que puede aspirar un fildsofo, y de un comodo puesto de profesor en la maxima institu- cién del saber francés, el Collége de France? En varios de sus tltimos cursos en el Collége, Foucault se queja amargamente del método de trabajo que le impone la instituci6n,® por ejemplo en el curso de 1983, «Le gou- vernement de soi et des autres»: Foucault comienza dis- culpandose por no poder llevar a cabo un curso en el que fuera posible el intercambio de informacién, el trabajo en equipo, la investigacién conjunta, etc., de que él tanto gustaba. En principio, los profesores del Collége de France estaban obligados a impartir dos horas semanales de clases en las que debian exponer sus investigaciones en curso, renovadas cada afio. Una de esas horas estaba destinada al gran puiblico, mientras que la otra debia ser- vir para llevar a cabo el trabajo con los especialistas, en forma de seminario. Sin embargo, por ser ambas lec- ciones de caracter ptblico, Foucault —ni ningin otro profesor del Collége— no podi&prohibir la entrada a los seminarios de todo aquel que quisiera asistir. Didier Eribon lo relata con precisién en la biografia del fildsofo: 6. Véase Michel Foucault, Résumés des cours au Collége de France. 1970-1982, Paris, Julliard, 1989. Los dos ultimos cursos, «Le gouvernement de soi et des autres» (1982-1983) y «Le coura- ge de la vérité» (1983-1984), no aparecen en el resumen de Ju- lliard ni en los Dits et écrits (en adelante DE), donde volverian a publicarse todos los résumés de los cursos de 1970 a 1982. Unica- mente puede accederse a ellos a través de las grabaciones conser- vadas en el Archivo Foucault del IMEC de Paris, donde se en- cuentran depositados bajo las signaturas C.68 y C.69. INTRODUCCION 15 Foucault también se encarga de una hora de semina- rio, los lunes. Avisa durante su clase que desea admitir exclusivamente a los que estén preparando efectivamen- te trabajos de investigacidn. Pero, en todas las sesiones, se encuentra frente a mas de un centenar de personas. Tratard de instaurar una limitacién més estricta del «de- recho de entrada», pero la administracién del Collége le llamard al orden. La institucién se asienta sobre un principio: las ensefianzas tienen que ser abiertas a todos. Foucault recurre a estratagemas: retine en el mes de no- viembre a un reducido grupo de estudiantes y de investi- gadores en su despacho, y encarga a cada uno de ellos una ponencia que deben preparar para el mes de enero, cuando se abren las clases y el seminario. Foucault aca- bara por fusionarlos e impartir4 dos horas de clase los miércoles por la mafiana.’ En parte, ésa sera una de las razones por las que Foucault acabaria cansandose del ritmo de trabajo del Collége de France: A Foucault le gusta el trabajo en equipo, la investiga- cién colectiva. Es éste sin duda uno de los aspectos que més le atraerd de la universidad americana: la posibilidad que le ofrecfa de constituir unos seminarios tal y como a él le gustaban. Hablé con frecuencia al respecto con Paul Rabinow.* A ello habria que aftadir el malestar que acompafia- ria a Foucault en las instituciones francesas hasta el fi- 7. Didier Eribon, Michel Foucault, pag. 316. 8. Ibid., pag. 318. 16 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA nal de sus dias a causa de su homosexualidad. No es de extrafiar que viera en Estados Unidos una escapatoria, un lugar en el que liberarse de la estrechez del viejo continente.’ Si no legé a abandonar el Collége de Fran- ce fue, probablemente, porque su muerte prematura no se lo permitié. EL RETORNO A LOS GRIEGOS Y LA ETICA DEL CUIDADO DE Sf Foucault fue siempre un pensador filos6fica y perso- nalmente comprometido con su presente y, sin embargo, ante la sorpresa de los menos avisados, dedicé los ulti- mos aiios de su vida a una minuciosa relectura de los cla- sicos grecolatinos, desde Platén a los padres de la Iglesia. Muchos fueron los que se extrafiaron de que el fildsofo insurrecto por excelencia, el que acudia a las puertas de las c4rceles y a las manifestaciones, el que luchaba por- que se le diera la palabra a los locos, los presos, los ex- cluidos, que durante tanto tiempo habian sido acallados, 9. Eribon nos habla en estos términos de las estancias de Fou- cault en Estados Unidos: «La felicidad americana de Foucault: la reconciliacién consigo mismo finalmente realizada. Se siente feliz en su trabajo. Se siente feliz en los placeres del cuerpo. Desde principios de los afios ochenta, se plantea muy seriamente aban- donar Francia y Paris, que soporta cada vez con mayor dificultad, para instalarse en Estados Unidos. Suefia despierto y en voz alta con vivir en ese paraiso californiano. Soleado, magnifico... Pero es precisamente alli donde la nueva peste empezaba a extender sus odiosos estragos», ibid., pag. 393. INTRODUCCION 17 se dedicara ahora a estudiar la Clave de los suefios de Ar- temidoro 0 los discursos de Dién Criséstomo. Cuando le preguntaron por qué habia que interrogarse sobre perio- dos de tiempo en apariencia tan apartados de nuestro presente, Foucault respondié sin titubeos: Parto de un problema en los términos en que se plan- tea actualmente e intento hacer su genealogia. Genealo- gia quiere decir que yo mismo lo analizo a partir de una cuestién presente.” La vuelta foucaultiana a Ja cultura grecolatina no ocul- ta tras de si el convencimiento de que la historia del pen- samiento occidental ha sufrido olvidos imperdonables que han guiado su desarrollo por caminos equivocados como, a decir de algunos, sucede en Heidegger. De he- cho, el mismo Foucault asegura que no encuentra a esos griegos a los que estudia admirables y perfectos, sino mas bien llenos de errores. Si decide desviar el curso de sus investigaciones y ocuparse nuevamente de autores que hacia mucho tiempo que habian sido olvidados por la filosofia actual, es porque cree poder encontrar en la moral griega un punto de partida para una «nueva mo- ral»."' Buscar los instrumentos que hicieran posible esa 10. Michel Foucault, «Le souci de la vérité», en DE, vol. IV, pag. 674 (trad. cast. de Angel Gabilondo en «El cuidado de la ver- dad», en Michel Foucault, Estética, ética y hermenéutica, Barce- lona, Paidés, 1999, pag. 376). 11. «Intentar volver a pensar hoy a los griegos no consiste en hacer valer la moral griega como el 4mbito moral por excelencia 18 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA nueva moral fue lo que obligé a Foucault a efectuar esas «Modificaciones» que presenta en el volumen segundo de su Historia de la sexualidad. En principio, su Historia de la sexualidad pretendia rastrear la formacion de la «se- xualidad» como una forma de problematizacién del su- jeto en la Modernidad. El primer volumen, La voluntad de saber,” se centra en las relaciones entre el poder y el discurso que dieron lugar a la aparicién de un dispositi- vo de sexualidad que tanta importancia cobraria a lo lar- go del siglo xrx, torndndose un elemento fundamental en la constitucién presente del sujeto: Se trataba, en suma, de ver cémo, en las sociedades occidentales modernas, se habia ido conformando una «experiencia», por la que los individuos iban recono- ciéndose como sujetos de una «sexualidad» abierta a dominios de conocimiento muy diversos y articulada con un sistema de reglas y de restricciones. El proyecto era por lo tanto el de una historia de la sexualidad como ex- periencia —si entendemos por experiencia la correla- cién, dentro de una cultura, entre campos del saber, ti- pos de normatividad y formas de subjetividad.” del que se tuviera necesidad para pensarse, sino en proceder de tal manera que el pensamiento europeo pudiera arrancar de nuevo en el pensamiento griego como experiencia dada una vez, y ante la cual se puede ser totalmente libre», Le retour de la morale, en DE, vol. IV, pag. 702 (trad. cast.: «El retorno de la moral», en Estética, ética y hermenéutica, pag. 387). . 12. Michel Foucault, Historia de la sexualidad, vol. 1: La vo- luntad de saber, México, Siglo XXI, 1997. 13. Historia de la sexualidad, vol. 2: El uso de los placeres, Ma- drid, Siglo XXT, 1993, pag. 9. INTRODUCCION 19 Los individuos han sido llevados a ejercer sobre si mismos y sobre los dem4s una hermenetitica del deseo, manifestada en el comportamiento sexual, pero que abarcaba dominios mas amplios. Llevando a cabo ese intento, Foucault comprendié que era necesario reali- zar una genealogia del sujeto de deseo desde la Anti- giiedad hasta nuestros dias, que «convenfa buscar cudles son las formas y las modalidades de la relacién consigo mismo por las que el individuo se constituye y se reco- noce como sujeto».' Casi sin proponérselo, o tal vez porque en realidad llevaba demasiado tiempo propo- niéndoselo de manera inconsciente, Foucault se impuso un cambio de rumbo en sus investigaciones: «Parecia imponerse otro trabajo: estudiar los juegos de verdad en la relacién de si consigo y la constitucién de si mis- mo como sujeto, al tomar como dominio de referencia y campo de investigacién lo que podriamos llamar la “historia del hombre de deseo”».” Abandoné el plan establecido para la historia de la sexualidad," y reorga- niz6 todo el estudio alrededor de la lenta formacién de una hermenetitica de sf en la Antigtiedad.”” 14. Ibid., pag. 9. 15. Ibid., pag. 10. 16. En el libro de Eribon que hemos citado antes puede en- contrarse un relato detallado de ese plan de trabajo y sus cambios de rumbo, en el capitulo titulado «La vie comme une oeuvre d'art», pags. 339 y sigs. 17. A este tema dedicé Foucault su curso de 1981-1982 en el Collége de France, titulado «L’Herméneutique du sujet», publi- cado en Paris por Gallimard en 2001 (trad. cast.: «La hermenéu- tica del sujeto», en Estética, ética y hermenéutica). ea % CURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA yore : fo olsstante, a pesar de lo fructifera que pudiera re- o, sulfa si misma esa genealogia del sujeto de deseo zen Id #foral griega, no es posible fundamentar una mo- ral moderna sobre aquélla pasando por encima de la moral cristiana, cuya asimilacién y transformacién de temas ya existentes en los cédigos de conducta griegos y latinos confiere a nuestro sistema de valores sus pecu- liaridades m4s propias. También a los padres de la Igle- sia y asus relaciones con el paganismo dedicé Foucault su atencion en los Ultimos afios de su vida, descubrien- do, entre otras cosas, que muchas de las practicas ascé- ticas y de las prescripciones morales que hoy nos pare- cen claramente representativas de una moral cristiana se hallaban ya, en realidad, en las doctrinas éticas de es- cuelas filosdficas como la estoica 0 la cinica. Por todo ello, Foucault tuvo que enfrentarse a un ul- timo escollo, puesto que al tratar de llevar a cabo esa genealogia del sujeto de deseo que veiamos antes, ob- serv6 que «en la Antigiiedad, la actividad y los placeres sexuales fueron problematizados a través de las practi- cas de si, al hacer jugar los criterios de una “estética de la existencia”».!® Se hacia necesario, por tanto, el estu- dio de todo el conjunto de practicas de si procedentes de diversas tradiciones, tales como la socratico-platéni- ca, la epictrea, la cinica o la estoica. En esas técnicas de si se halla implicita la idea de que la existencia del indi- viduo es una auténtica obra de arte, la mas sublime a la que el hombre puede conceder su dedicacién, y que re- 18. Michel Foucault, Historia de la sexualidad, vol. 2: El uso de los placeres, pag. 15. INTRODUCCION 21 quiere, como cualquier obra de arte, un aprendizaje de- tallado de los mecanismos que permiten realizarla en toda su grandeza. Para Foucault, esa idea no tenia vigor unicamente en el mundo grecolatino, sino que es en nuestra compleja actualidad donde mas fuerza cobra. Cuidarnos de nuestras conductas, de las relaciones con nosotros mismos y con los otros supone también una determinada recreacién. Tiene el caracter de una auténti- ca mision, una tarea reglada, una ocupaci6n con sus pro- cedimientos y sus objetivos. Su funcién es practicamente curativa y terapéutica y conlleva, ala par, como hemos se- fialado, el cuidado del y con el lenguaje. Y ello supone el juego de la parresia que permite que el sujeto de Ja enun- ciacién y el sujeto de la conducta se encuentren y, a su modo, coincidan. De ahi que en esta decidida posicién se abra la necesidad de inventar nuevas posibilidades, de experimentar la propia existencia, de darle un estilo. Lejos de una forma de sumisi6n, se desprende de la sim- ple entrega al discurso politico y a su poder. Tiene mas que ver con la catarsis y la lucha por la verdad que implica finalmente un estilo de vida, el modo de vida contrasta- do a través de determinadas pruebas. Asi se acredita la libertad de decir, que se funda en dicho modo de vida. Y éste es otro valor, el de dar cuenta (didonat logoi) de la propia vida. Tal es la verdadera naturaleza del valor.” t9 19. Véase la tercera leccidn, del 15 de febrero de 1984, titula- da «Practica del decir-verdadero en el terreno ético», Michel Fou- cault «Le courage de la vérité». Curso (inédito) de 1983-1984 en el Collége de France. Notas a partir de las grabaciones del Archi- vo Foucault del IMEC, Paris, bajo signatura C. 69, ntimeros 1 a 10 (tomadas por Fernando Fuentes). 22 DISCURSO Y VERDAD EN LA ANTIGUA GRECIA FOUCAULT Y LA PARRESIA ¢Qué lugar ocupa, dentro de todo ese entramado conceptual, el problema de la parresia, de ese decir ver- dadero, sincero y arriesgado que tan larga vida tuvo en la Antigiiedad como forma de relacién de si mismo con los otros? Para Foucault, es éste un concepto central en el pensamiento moral y politico grecorromano, a través del cual puede seguirse buena parte de la evolucién de la fi- losofia clasica, y constituye uno de los nexos de unidn en- tre paganismo y cristianismo. Como forma de veridic- cién, la parreséa tuvo que competir con otras existentes en la época, como la profecia, la sabiduria 0 la técnica. Como modo de discurso, ademas, hubo de soportar la dura competencia de la retérica, instrumento de gran potencia en el terreno politico en sociedades en las que, como en la Grecia de las ciudades-Estado 0 en la Roma del Senado, el poder de persuasi6n era tan importante de cara al éxito publico. Sin duda la parreséa perdié muchas batallas frente a la retérica, pero si Foucault se ocupa de ella con un interés que roza la pasién, es porque en su opinidn fue la expresién més importante de una forma de hacer filosofia que es, desde Sécrates hasta Marco Aurelio, mas un modo de vida que una doctrina teérica.” 20. Foucault cree hallar el momento en el que se separan dos grandes corrientes de la filosoffa en la Antigiiedad en los didlogos platénicos Alcibiades y Laques, en el primero de los cuales se fun- da la filosofia como «Metafisica», y en el segundo la filosoffa como «modo de vida». Foucault lleva a cabo buena parte del andlisis de esos dos didlogos en sus dos tltimos cursos del Collége de France, as{ como en estas conferencias. Entre los articulos y las entrevistas

También podría gustarte