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Redencin Los aplausos lo halagan, lo conmueven. sta ha sido su mejor disertacin, y nunca haba tenido un auditorio tan calificado.

La ovacin no se detiene, ni an cuando intenta decir unas ltimas palabras antes de retirarse del escenario. Y pasan los minutos, las horas, das sin poder escapar de esa prisin sonora ue le impide moverse. !inalmente la muerte se lo lleva envuelto en un interminable aplauso. "hora est# sentado a un escritorio, trabajando en su novela. Lo sorprenden dos manos ue lo golpean con fuer$a, lastim#ndolo. Le uitan la lapicera, la parten. %oman el manuscrito rompi&ndolo en pe ue'os tro$os ue esparcen por la habitacin. (uelven a &l, y aprietan su cuello hasta sacarle el ltimo suspiro. )uevamente cambia el paisaje. *n esta ocasin es una playa, donde est# recostado sobre la arena con una bella mujer. +esnudos, abrigados por el sol temprano. Le dice sus poemas al odo. *lla lo besa, con pasin ue se transforma en violencia cuando su lengua se transforma en una mano con filosas u'as, ue le atraviesan la garganta uit#ndole la vo$. *n el mismo momento en ue otra mano sale de la vagina apoder#ndose de su se,o, retorci&ndolo hasta arrancarlo. +espert antes ue el resto. (olvi a ser lo ue siempre fue, la mano de un escritor ue la menospreciaba. -ue nunca la escuch al volcar sus ideas en el papel .aba deseado mucho este momento. /mperceptiblemente se acerc hasta la mesa de lu$, tom el frasco de medicina, y lo derram de a gotas en a uella boca entreabierta hasta vaciarlo. Logr as dar fin a su triste$a.

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