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La anciana marca el ltimo nmero de la agenda. No obtiene respuesta. Presiente que algo malo le ha pasado a su hijo.

En su vientre siente el mismo vaco que la acompa durante aos, despu s de aquel aborto apresurado en su adolescencia. !ecide preparar la comida, como si este "uera un rito m#gico, capa$ de convocar al ausente. %oaqun camina por la pla&a mientras repite la leccin de "sica. La brisa que viene del mar lo a&uda a concentrarse, pero en esta ocasin las palabras se le me$clan oscureciendo el concepto' (Los pesos de dos cuerpos que reaccionan sobre un mismo ...(, lo distrae el bullicio de las gaviotas que revolotean alrededor de un bulto rojo arrastrado por las olas. ) ahora duda si los cuerpos eran dos o tres. *ecibe, apagado por la distancia, el llamado de su abuela para que la a&ude a preparar la mesa del almuer$o. +ctavio mira su reloj que marca las doce, tensiona su mano como intentando detener la agujas. ,pura su paso, no puede perder este vuelo. El trabajo se complic, los tipos se pusieron pesados. -odo termin mal, debe desaparecer. ,ntes de acudir al llamado, %oaqun se acerca a la bolsa que la corriente ha depositado sobre la arena. .on un desesperado grito e/presa su horror & desconcierto al ver a trav s del pl#stico tres cad#veres, entre los que est# su padre.

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