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OSWALD DE ANDRADE LO) 535721 ESCOGIDA PROLOGO . Ja singularite et la créativite d'un lieu ne se mani- festent pas seulement dans ce qui est purement nati; mais, bien davantage, dans le choix et la mise en liai- son des éléments pris en charge”. Roman Jakobson, Bulletin du Cercle Linguistique de Copenhague, Ul, 1938 1. CONTEXTO Y SITUACION PUEDE DECIRSE que la literatura brasilefia contemporénea encuentra en 1922 su primera fecha histérica. Tiene lugar en febrero de ese afio y en Sao Paulo la eclosién de la Semana de Arte Moderno, que alcan- zaria profunda repercusién en la vida cultural y artistica del pais. El lider del movimiento —su “figura més caracteristica y dindmica” (en la expresién de M4rio de Andrade, el otro gran nombre del modernismo brasilefio)— fue Oswald de Andrade. No es casual que el modernismo haya nacido en Sio Paulo. Centro industrial en formacién y expansién, csta ciudad fue para la vanguardia literaria brasiletia de Ja Semana del 22 lo que Milén representé para el futurismo italiano: cl lugar natural de su manifestacién. Con la seduccién de las distancias, el desarrollo de Jas técnicas de comunica- cién, atenuaba cada vez més el defasaje cultural entre Jas principales ciu- dades brasilefias (Sdo Paulo y Rio de Janeiro, sobre todo) y los grandes centros artisticos europeos. Por otro lado, revalorizando cl arte negro, el arte primitive, Jas nuevas corrientes artisticas europeas venian al en- cuentro de am elemento presenie cn la vida brasilefia, ya que, como sefiala el crftico Antonio Candido: “... en ef Brasil las culturas primiti- vag se mezclan con la vida cotidiana o son reminiscencias tedavia vivas de un pasado reciente. Las terribles osadias de un Picasso, un Brancusi, un Max Jacob, un Tristan Tzara, cran, en el fondo, mds cchcrentes con nuestra herencia cultural que con Ia de ellos. La naturalidad con que frecuentdbamos el fetichicmo negro, los cahgas? Jos cx-votos, la poesia folklérica, nos predisponia a aceptar y asimilar process artisticos que en Europa representaban una ruptura profunda con el medio social y las tradiciomes espirituales. Nuestros modernistas se informaron, pues, répidamente sobre el arte europeo de vanguardia, aprendicron psico- ' Canhgas: Divinidades secundarias del culto banti; sus representaciones figu- rativas y fetiches (N. del T.). anélisis y plasmaron un tipo al mismo tiempo local y universal de expre- sién, reencontrando Ja influencia europea mediante la inmersién en lo especificamente brasilefio” *, A ello se debe, en consecuencia, Io que podria Hamarse, con base en estas consideraciones de Antonio Candido, Ia congenialidad del Mo- dernismo brasilefio, caracteristica que explica la actitud receptiva de nuestro medio, por una confluencia de impulsos y solicitaciones hacia las vanguardias literarias ewropeas, en un sentido muy diferente, empero, de las antiguas imitaciones, entre las que se registran, por ejemplo, las de la época del Romanticismo. Cae afiadir, exactamente por eso, que el modernismo del 22 permitié la creacién, en condiciones brasilefias, de productos acabados (en el sentido de “diferenciados’), dotados de autonomia estética y originalidad. Oswald de Andrade estuvo en Europa en 1912 y, de Pacis, trajo al Brasil los ecos del movimiento futurista, cuyo primer manifiesto —“Ma- nifesto-Fondazione del Futurismo”, de Marinetti— habia sido publicado en Le Figaro el 20 de febrero de 1909. Sélo una década més tarde, sin embargo, recién en 1922, los fermentos de renovacidn, trafdos por Oswald en su eqnipaje curopco, habrian de suscitar el recelo todavia provinciane del ambiente, ayudados por factores de orden social y eco- némico: la industrializacién en proceso y en progreso, como consecuen- cia de Ja Primera Gran Guerra; la euforia financiera producida por las operaciones en e! mercado del café. Todo eso habia creado un contexto ¥ Un momento propicios a Ia ircupcién de la Semana del 22, reivindica- dora de un arte consecuente con les nuevos ticmpos y la civilizacion de la maquina. La ubicacién de Oswald de Andrade, en el escenario del Modernismo brasilefio, fue radical y coherente como ninguna, aun cuando sea nece- sario situar a su Jado otro nombre de primera magnitud, Mério de Andra- de (1893-1945), En Oswald, sin embargo, se advierte una identifica- cién espiritual ¢ incluso existencial con el movimiento, que es mds intensa que Ia del propio Mario. Este wltimo, cuya obra maxima, en osadia y consecuencias, es Macunaima (1928), mantuvo siempre, a Jo largo de su carrera, un fuerte componente de tradicién y sentimenta- lismo, que aflora de vez en cuando en sus producciones, como resabio de su formacién y de su culto a los “Maestros del pasado”, los poetas parnasianos, Oswald de Andrade se lanzé muy temprano al combate contra el vicio de la retérica nacional —“el mal de la elocuencia hueca y rastrera”, “uno de los grandes males de la razén”, como lo expresé el critico Paulo Prado, al prologar, en 1924, el primer Jibro de poemas del joven modernista, Pau Brasil Cel nombre de cste libro inicial derivaba de una variedad de madera roja, color brasa, estimada por los primeros teh ntonio Candido, Literatura e Soctedade, $40 Paulo, Cia. Editora Nacional, 5. x colonizadores y traficantes, y de la cual habria procedido Ja propia pala- bra brasil; se trataba, en las intenciones polémico-irénicas de Oswald, de nuestra primera “mercaderia de exportacién”, como también lo deberia ser su nueva poesia...). "En esta época vertiginosa de répidas realiza- ciones, la tendencia dominante se encauza hacia la expresién ruda y desnuda de la sensacién y del scntimiento, en uma sinceridad total y sintética”, —prosigue Paulo Prado, en su intento por definir la poesia pau-brasil—, ¥ concluye: “Le poete japonais / Essuie son couteau / Cette fois Veloquence est morte—, dice el hai-kai japonés, con su lapidaria con- cision. Gran dia éste para las letras brasilefias. Obtencr, en comprimidos, minutos de poesia”. Ese primer libro de poemas oswaldianos aparece en 1925, precedido, en 1924, por un manifieste —el “Manifiesto de la poesia Pau-Brasil’—, y seguido, en 1927, por otro libro decisivo para los rumbos poéticos del movimiento modernista, el Primeiro Ca- derno do Aluno de Poesia Oswald de Andrade (Primer cuaderno del alumno de poesia Oswald de Andrade). En cl “Manifiesto” de 1924 se Ice: “Contra el burocratismo, la prée- tica culta de la vida. Ingenieros en vez de jurisconsultos, perdidos como chinos en la genealogia de las ideas. La lengua sin arcafsmos, sin ent- dicién. Natural y acoldgica. La contribucién millonaria de todos los errores. Como hablamos, Como somos”. En este sentido se puede decir que Oswald de Andrade (al igual que Mirio) y la generacién moder- nista contribuyeron al rescate del portugués del Brasil, hasta entonces en manos de los “mitos del bien decir” y de Jas convenciones de la lengua escrita, artificial y pedante, tutelada por gramaticos puristas que desea- ban imponer a los escritores brasilefios Jos paradigmas lusitanos del Jen- guaje y la redaccién castizos. Oswald de Andrade incorpord lo coloquial a Ja poesia, los modos brasilefios de decir y conversar, y encamindndose hacia una expresién voluntariamente reducida 2 lo esencial, hacia una especie de “jardin de infantes” de la expresién, traté de reencontrar una sensibilidad’ primitiva —algo asi como las “estructuras elementales’ de la sensibilidad brasilefia— tratando de crear, a partir de ellas, una poesia nueva, original y originaria, de exportacién, en vez de la rancia poesia Jetrada, de importacién, envejecida, cultivada en las pomposas Acade- mias parnasianas. El “Manifiesto Pau-Brasil” prosigue: “La sintesis. Fl equilibrio. La terminacién de carrosseri¢’. Va invencién. Una nueva perspectiva, Una nueva escala. El trabajo contra el detalle naturalista —a través de Ja sintesis; contra la morbidez— por ¢l equilibrio geo- métrico y el acabemiento técnico; contra el plagio a través de la inven- cién y la sorpresa. C...} Nuestra época anuncia el retorno al sentido puro. Un cuadra son Tineas y colores. La estatuaria son volimenes bajo la Juz, Ninguna férmula para la contempordnea expresién del mundo. Ver con ojos libres”. Y concluye programéticamente: “Tan sélo brasi- Iefios de nuestra época, Lo necesario de quimica, mecdnica, economia y En francés en cl original CN. del T.). xt balistica, Todo digerido. Sin meeting cultural. Practicos, Experimentales. Poetas. Sin reminiscencias librescas. Sin comparaciones que sirvan de dpo- yo. Sin investigacién etimoldgica. Sin ontologia’. Lanzaba ast Oswald de Andrade Jos fundamentos de una nueva poesia, que no se contentaba apenas con arremeter destructivamente contra los estancados cénones del “pasatismo”, sino que se proponia al mismo tiempo una tarca cons- tructiva a través de la “sintesis” y el “equilibrio geométrico” Cesta linea inventiva se proyectaria hacia ef futuro, culminando, en 1945, en O Engenheiro CEI ingeniero), de Jodo Cabral de Melo Neto, ¢ incitando, en la primera mitad de la década del 50, a las manifcstaciones inaugu- rales de la poesia coucreta, cuyo plan piloto es de 1958). En 1928, Oswald de Andrade publica otro manifiesto —el “Manifics- to antropéfago” o de Ia “Antropofagia’. Se trataha de una comilona critica, De una forma de reduccién estético-sicolégica, a través de la cual la experiencia europea importada seria deglutida y transformada, ¥ puesta desde luego al servicio de una cultura brasilesa de invencién (productiva), asi como lus primeros salvajes devoraban al colonizador portugues. Roger Bastide describe csta nueva etapa de la trayectoria oswaldiana: “Cicst alors que Oswald de Andrade invente U'anthropopha- gic, forme moderne de lindianisme, non plus la glorification du box sauvage, de Vépoque romantique, mais du mauvais sauvage, tucur de blancs, anthropophage, polygame, communiste. Une apologie de Vogre indigénc. Mais bien vite le caractére international occidental, moderne de S40 Paulo passe dans cet indianisme renouvelé, le colore de freudisme ou de marxisme suivant les époqucs. Oswald dévore les théories étran- geres, comme sa ville dévore les immigrants, pour en faire de la chait et du sang brésilicns’*. La primera linea del “Manifiesto antropofagico” proclama: “Silo la antropofagia nos une. Socialmente. Econémicamente. Filoséficamente”. Y después, em uma especie de contundente resumen parédico de su programa, enconttamos este retruécano fleno de humor critico: “Tupy or not tupy, that is the question” (tupi era el nombre de la principal nacién indigena, y, por extensién, de la lengua ge- neal hablada por los salvajes del Brasil en la época del descubri- miento). El “Manifiesto Antropofago” trafa como referencia, a modo de fecha, el afio en que fuc deglutido ef Obispo Sardinha, primera efeméride antropofégica de la historia del Brasil, que era, asi, exa- geradamente celebrada por Oswald (de hecho, el obispo Pedro Fer- nandes Sardinha, primer obispo del Brasil, fue devorado por los salvajes en 1556; su apellide coincide con un nombre comin de pescado, lo que agrega un ingxediente propicio a Ja sétira oswaldiana), Como se puede ver, los “Manifiestos” de Oswald de Andrade tenian mucho del espiri- tu irrevercnte y de Ja agresividad de las proclamas futuristas y dadafstas, empleados, sin embargo, en funcién de una intencionalidad conereta: ‘Roger Bastide, Brésil-Torre des contrastes, Paris, Hachette, 1957. xIL Ja desacralizacién y la desmitificacién del contexto cultural brasilerio en que los modernistas —menos “antropéfagos’— actuaban *. 2. LOS TEXTOS: LA POESIA La poesia de Oswald de Andrade, como ya se adelanté, se caracteriza por el lenguaje despojado, destilado, reducido a capsules. EI titulo de los poemas opera come elemento de composicién (o de contrapunto) en relacién al propio texto. Asi, por ejemplo, este poema-minuto, sin duda el mds lacénico de la lengua portuguesa, compuesto apenas por dos palabras separadas por ¢] blanco de la pagina: amor humor Oswald aprovecha los relatos de los primeros cronistas que escribieron sobre el Brasil, sobre la colonizacién, la tierra, la gente, las costumbres, realizando montajes de fragmentos de esos textos y transform4ndolos, mediante la distribucién imprevista 0 por la manera de aislar las frases, en pequefics poemas, dotados de acuidad critica y de alto voltaje Irico. De tal modo, mediante un proceso de “desfamiliarizacién”, evidenciaba Ja sabrosa calidad de Ja lengua viva sepultada bajo la capa de los tiempos en esos textos histéricos, como quien saca a luz um raro estrato geolé- gico, un xadiante filén oculto. Una operacién “traductora” (o “desocul- tadora”) similar le permitiria a Ezra Pound interpolar en sus primeros Cantos, extractos de los razés provenzales Cpequetias biografias en prosa, sabrosamente escritas, que precedieron a Jos cancioneros trovadorescus). Véanse, por cjomplo, estos poemas “enconirados” por Oswald en los textos del capuchino francés Claude d’Abbeville (?-1632), autor de una Histoire de la Mission des Péres Capucins en UIsle de Maragnan et terres citconvoisines o& est iraicté des singularitéz admirables et des Meurs merveillenses des Indiens habitans ce pays (Paris, 1614): la mode Les femmes n'ont point Ia lévre percée Mais en récompense Elles ont les oreilles trouées Et elles s‘estiment aussi braves SEn esa misma época, Walter Benjamin enunclaba eforlsticamente: “La ver- dadera polémica se anodera de un libro de manera ton apasionada, como un canibal preparando para si mismo un recién nacido” (“La técnica del critico en trece tesis”, Einbahnstrasse, Berlim, Ernst Rowohit Verlag, 1928). xu Avee des rouleaux de bois dedans les trous Que font les dames de pardega Avec leurs grosses perles et riches diamants ea et la Cette coustume de marcher nud Est merveilleusement difforme et deshonneste N’estant peut estre si dangereuse Ni si atirayante Que les nouvelles inventions Des dames de pardega Qui ruinent plus dames Que ne font les filles indiennes le pays Hy a une fontaine Au beau milliew Particuliére en beauté Et en bonté Des eaux vives et trés claires Rejaillissent dicetle Et ruissellent dedans la mer Estant environée De palmiers guyacs myrtes Sur lesquels On voit souvent Des monnes et guenons Como se puede observar, ademds de dar a la prosa del cronista fran- cés una organizacién poemdatica, a través de cortes ritmico-sintdcticos, Oswald anadia titulos a los fragmentos asi recortados, de modo de “actua~ lizarlos” criticamente, a través de una lectura de tipo sincrénico. Se encuentra en Oswald de Andrade, por otra parte, una tendencia eonstante a Ia poesia objetiva, objetivada, deliberadamente elemental, hecha toda ella de palabras simples, cotidianas, de imagenes de impacto visual y comparaciones de cficacia directa Caspectos que recuerda, coin cidentemente, el “imaginism” defendido por Ezra Pound y que después evolucioné hacia el “objectivism” de William Carlos Williams). Una poesia cuya técnica csté en el polo opuesto del metaforismo abstracto y rebuscado. Leamos algunos ejemplos: 3 de mayo Aprendi con mi hijo de diez afios Que ta poesta es el descubrimiento De las cosas que no vi nunca. xv ditirambo Mi amor me ensefd a ser simple Como un patio de iglesia Donde no hay ui una campana Ni un lépiz Ni una sensualidad. procesién del entierro Verdnica extiende los brazos Y canta El palio se detuvo Todos escuchan La voz en la noche Llena de laderas encendidas Otro aspecto que debe destacarse en Ja poesia de Oswald de Andrade es Ja pronunciada preocupacién por Ja presentacién tipogréfico-visual del texto, ya sea en el cnidado evidenciado por el “lay-out” de las colecciones de poemas (desde la eleccién de los tipos de impresién a la ubicacién en ia pdgina, incluyendo la ilustracién del texto mediante grafismos que participan del juego poético), ya sea en Jo que atarie a Ja estructuracién interna, intrinseca, de algunas composiciones. Veamos: largo de la linea Coqueros De a dos De a tres En grupos Altos Bajos —poema donde la notacién paisajistica esta dada por la precision y el dinamismo de una objetividad cinematografica. O este ejemplo: América del Sur América de la Sal América del Sol En este fragmento Cintroduccién a un poema més largo, “jHip! jHip! Hoover”, en el cual el poeta satiriza la visita al Brasil del Presidente norteamericano Herbert Hoover), Oswald de Andrade anticipa, por asi xv decir, la poesia concreta de los afios 50%, agotando, dentro de una rigu- rosa estructura permutadora, todas las posibilidades de informacidn se- méantica de uma secuencia de ires letras, en Ja cual solamente la vocal central varia C/u/, /a/, /o/), entre dos consonantes fijas (/s/, A/)*. E] resultado es un ideograma de la situacién socio-econémica de Amé- rica Latina; el “paraiso” topical dependicnte de la monocultura ... Temas como éste, a fines de la década del 60, habrian de inspirar el lirismo satirico-parédice de los compositores-cantantes bahianos Cactano Veloso y Gilberto Gil, alentando el llamado movimiento “tropicalista” en la misica popular brasilena *, En 1942, durante los convulsionados dias de la Segunda Gran Guerra, Oswald escribiria su poema mas ambicioso, el “Cantico de los canticos para flauta y viluela’, en el cual pondria en juego todos los recursos de su poética, tratando de fundir poesia amorosa y poesia participante, el yo-lirico y el yo-colectivo Co el yo pluralizado por la consideracién del drama colectivo). La lucha por Ja mujer amada, por el amor conquis- tado en la madurez de la experiencia vital, por la mujer que llega como un puerto para el corsario cansado de su largo periplo Cy por la cual ese nuevo Ulises se enfrenta a todos y contra todos), se mezcla con las imagenes avasallantes del cerco de Stalingrado —la lucha contra el ene- migo nazi-fascista que amenazaba a Ja humanidad. Un poco a la manera de Jo gue, en cine, haria Alain Resnais con su Hiroshima, mon amour, entrelazando el tema amoroso marcadamente individual con la amenaza del exterminio atémico, con el tema de la bomba, que afecta a todos Jos hombres: * alerta Ahi viene el lanzallamas Toma el botellén de nafta Dispara Quieren matar todo el amor Corromper el polo Estancar la sed que tengo de otro ser Viene de flanco, de lado *En el “Manifiesto Antropofdgico’, queriendo subrayar su insatisfacciém con las abstracciones de tipo metafisico, con las nebulesas de cierta indagacién ontolé- Rica, Oswald de Andrade proclamard, de una manera premonitoria: “somos con- cretistas”. TEL texto en portugués, dice: América do Sul { América do Sal / América do Sol (N. del T.). * Ver all respecto Augusto de Campos, Balango da Bossa, S40 Paulo, Perspectiva, 1968 (23 ed., ampliada, 1974). *En un ensayo de 1963, “Lirismo y participacién” (Metalenguaje, S40 Paulo, Cultrix, 1976, 3° ed.), desarrollé la comparacién entre el “Canter de los can- tares” oswaldiano ¢ “Hiroshima, mon amour” extendiendo ef paralelo a un poesra Iirico-particlpante de Maiacovski, “Carta a Tatiana Idkovleva” (1928). XVI por arriba, por detras Dispara Dispara Resiste Defiende De pie De pie De pie El futuro serd de toda la humanidad De la podredumbre Las sirenas Anunciardn las siembras. 3. LOS TEXTOS: LA PROSA. TRES MOMENTOS En la prosa de Oswald de Andrade podemos destacar tres momentos: 1°) prosa crepuscular, de transicién al Moderismo, caracterizada por el uso frecuentemente expletivo de Je metdfora, por ¢l convencionalismo de la fijacién psicoligica de los caractercs, por el tono “fin-de-siécle” (Trilogia del Exilio, después llamada Los condenados); 2%) prosa pard- dica y cubista, en tas novelas-invenciones Memorias sentimentales de Joao Miramar y Serafim Ponte Grande, la primera de las cuales, crono- logicamente, abrié la senda experimental en Ia prosa brasilefia moderna; 39) prosa de tesis, representada por la novela ciclica inacabada Marco Zero, que, segim declaracioncs del propio autor, “participa de la pintura, del cine y del debate publico”, tendicndo al “frasco social” y @ ta “no- vela mural”. La trilogia (basicamente escrita entre 1917 y 1921) es evidente- mente la etapa menos importante de esa trayectoria, ya que no pasa de una obra deficiente ¢ inmadura. Sin embargo, en ella ya se puede per- cibir, dejando 2 un lado los matices “danunnzianos” y los modismos “art nouveau’, el embrién de una prosa cinematogrdfica, a la que Antonio Candido caracterizé por su “discontinuidad escénica” y por el “intento de simultaneidad”. Esta parece ser incluso, uma constante estructural oswaldiana, que se radicalizara cn las novelas-invenciones y persis- tird en el mosaico de Marco Zero. Digase a Favor de la Trilogia, por otro lado, que en ella se intenta buscar una expresién para el conflicto Cbio- gréficamente rastreable en cl autor) entre formacién religiosa y com- promiso politico, un conflicto que sobrevivird en el “sentimiento érfico”, en el “ateismo con Dios” de las reflexiones del ultimo Oswald, frastrado por los desengafios de [a militancia politico-partidaria. E] tercer mamento, la novela-rio Marco Zero Cescrita entre 1933 y 1945), terminé siendo también, aunque en circunstancias algo difcren- XVH tes, una obra irresuelta y que el autor dejé inacabada. Parece que el espirita de Oswald de Andrade, sintético por excclencia, no se adaptaba a la obra de tipo monumental, a la novela mural, cuyas caracteristicas, sin embargo, ya desde los tiempos de la Trilogia, lo fascinaban. Marco Zero, en sus dos ultimos volimenes terminados (La revolucién melan- edlica y Suelo), nos ofrece, empero, un saldo positive, que no puede ser despreciado, Es la contribucién de Oswald de Andrade al cambio de rumbo sociolégico de la novela brasilefia de la década det 30. Antonio Candido, resumiendo e] contenido del primer volumen, escribe: “Su tema es la revolucién de 1932, desahogo de la gran burguesia, golpeada en su centro vital —el café. Un momento excepcional de crisis en una clase en desorganizacién. En torno a ella, girando bajo la atraccién de sa érbita, encontramos los grupos dependientes: colonos, personal de servicio, clientes. En oposicidn a ella, y tratando de liberarse de su esfera de dominio, ef mimero reducido de quienes tratan de insuflar a sus de- pendientes una conciencia de clase exaltada y una actitad de lucha conse- cuente con clla. A su flanco, ercciendo a la sombra de sus intercses y de su ncgligencia, Jos quistes raciales, aislados por el particularismo, ganando tierra firme por el canal de las colonias rurales” ". En el scgundo volumen, estos conflictos desbordan hacia la etapa post-revolucionaria, ganan nuevos ingredientes, son vistos en su dimensién raral y urbana, en Ja miseria del campo y en las disputas de tierras, en las especulacio. nes financieras, en las discusiones de los intelectuales, en la militancia de Ios activistas, en la decadencia de las vicjas aristocracias y en el ascen- so del inmigrante, en las intrigas amorosas, en los dramas de familia y de clase. Fste material extcemadamente rico e importante no llegé, sin embargo, a ser articulado por el autor en una obra estéticamente bien lograda. Se pierde, muchas veces, en Io esquemético, en lo epidérmico, en lo demostrativo, Pero vale, hechas estas salvedades, por el “orden siraultancista” (Roger Bastide) que el autor traté de imponer al cacs de los hechos particulares; por Ja sustitucién —también observada por Bastide“— del “retratc sicoldgico” por el “momento sicolégico” o sca, de la indagacién introspectiva de la emocién por su simple exposicién al nivel de los conflictos sociales, objetivada, como en un “gran plano cinematografico”; vale también por el registro sensible del lenguaje oral, en sus deformaciones raciales y locales; por la fuerza de la imagen visual con que se despliegan muchos episodios. Esto en el nivel de las técnicas de expresién. Por el generoso empefio testimonial y de participacién, en el nivel del contenido, desarrollado a la par de a btsqueda formal. ‘© Antonio Céndido, ‘Estallido y Liberacién”, en Brigada Ligcira, Sao Paulo, Livraria Martins Editora, 1945. “Roger Bastide, “Notas de Lectura - Marco Zero”, O Estado de Sé0 Palo, 25 de noviembre de 1943, XVEME 4, LAS NOVELAS-INVENCIONES. MEMORIAS SENTIMENTALES DE JOAQ MIRAMAR Un lugar destacado cabe a Ia segunda etapa de la prosa oswaldiana, Ya de Jas “noyelas-invenciones” Casi las designaba el propio Oswald de Andrade), obras primas def autor y que sc cuentan entre las mas signi- ficativas y singulares de Ia literatura brasileha. La primera de ellas —“la primera cristalizacién de nuestra prosa nueva” como la designaré Oswald, con toda razén, en un trabajo retros- pectivo de 1943— es un libro publicado en 1924, Memorias sentimen- tales de Jodo Miramar, con tapa de Tarsila do Amaral, alumna de Lhote, Gleizes y Léger, que se casarla con Oswald y seria la pintora del Movi- miento Antropofagico. Las Memorias Sentimentales traen la fecha expresa de 1923, pero venian siendo elaboradas por su autor desde 1926, habiendo pasado por una primera ctapa de redeccién convencional, antes de llegar a la expresién sintética e incisiva de la versién definitiva. Publicadas casi dos afios después de la aparicién, en Paris, de ja pri- mera edicién del Ulyses de Joyce (que saldria en el mes de febrero de 1922, en la misma ¢poca en que, en Brasil, se desarrellaba la Semana de Arte Moderno), las Memorias Sentimentales, salvadas todas las pro- porciones —se trata de un libro breve, conciso, compuesto por 163 ful- gurantes episodios-fragmentos— que no dejan de presentar ciertos puntos de contacto, estilisticamente hablando, con ta gran obra antinormativa del escritor irlandés, verdadera enciclopedia de las técnicas de la novela moderna Cobra que, no obstante, Oswald de Andrade tendria ocasién de leer més tarde, en la década del 30, en traduccién francesa). Por otro Iado, en el escenario brasilefio, cl Miramar oswaldiano se anticipa al Macunaima de Mario de Andrade, novela-rapsodia fechada en 1926 Cpublicada en 1928), inspirando la técnica parédica de uno de los cpisodios mAs importantes de ese libro, la “Carta a las Teamiabas” *. De hecho, uno de los principales recursos en cl Miraizar es la parodia, de la cual se valieron ampliamente tanto Joyce como Thomas Mann, los dos grandes admirados por Oswald de Andrade dentro de la novelistica centempordnea. Parodia que no debe scr entendida, necesariamente, en el sentido de imitacién burlesca, sino, de un modo mds abarcador y ma- tizado, en su acepciin etimolégica de “canto paralelo" Cpard, junto, al lado + odé, canto, oda)". Ast como ef Ulyses de Joyce es un canto 4 De Macunaima existe una reciente traduccién al espafiol realizada por Héctor Olea, Caracas, Biblicteea Ayseucho, 1979, ' Utilicé esta acepeién etimolégica en mi presentacién de Oswald de Andrade- Trechos Escolhidos, Rio de Janeiro, Agit, 1967, texto que retoma las considera- ciones sobre la parodia desarrolladas on mi prefacio a la relacién de Miramar, Sao Paulo, Difuséo Européia do Livro, 1964. En selacién a los trabajos de Julia Kristeva sobre Bakhtin (“Le mot, le dialogue et Ie roman” e5 de 1967) se podria hablar aqui de “intertextualidad” o “dizloguismo". La parodia en Ia acep- XIX paralelo, que reproduce en el contexto urbano de Dublin y en las peri- pecias cotidianas de un oscuro judio-irlandés el periplo del héroe homé- rico, el Miramar de Memorias es un Odiseo ingenuo, creado en el hori- zonte estrecho del Séo Paulo de fines del siglo pasado y a comienzo de éste, intelectual, provinciano de rica extraccién estanciera, sin las maiias del escurridizo heleno, pero que encuentra en el viaje transocedni- co una primera perspectiva de apertura al mundo y de desenajenacién. Su periplo es un periplo hacia el consumo behemio de la libertad, pero su conocimiento le da al espiritu una nueva dimensién critica, y Miramar pasa a engendrar, por el ridicalo, la negacién de su contexto de origen. Finalmente, su rebeldia estallar4 en Serajim Ponte Grande, donde, en Ja expresién de Antonio Candido, “la costra de la formacién burguesa y conformista es barrida por Ja utopia del viaje permanente y_redentor”. Las “Memorias Sentimentales’, novela de formacién Cel “Bildungsro- man” de los alemancs), “rctrato del artista adclescente” estan, por otto lado, desde el punto de vista estilistico, atravesadas por una parodia constante de la jerga rebuscada y falsa, permiticndo, de ese modo, la ¢aracterizacion satirica del status de una deferminada franja social urba- na de letrados bachilleres, 2 los cuales esa jerga ornamental (um verda- dero subsistema de expresidn verbal, regido por la funcién oratoria, para decirlo a la manera de Tyniancy) servia de emblema y de jerigonza de casta. Esta vertiente parddica repunta después en el pscudoprefacio del libro, un estilo cngolado, atribuide a un estilista de cofradia, el Dr. Machado Penumbra“. Ese falso prefacio contrasta notoriamente con el estilo del propio memorialista (Jodo Miramar), delinido como “telegré- fico” y capaz de “metaforas punzanies”, (2Serd éste el brasileno del siglo xar"?). La obra estd totalmente integrada por fragmentos, yuxtapuestos a través de un proceso cinematografico de montaje, ptezas sucltas que deberfan ser recompuestas en el espiritu del lector, como advirtieron por la Mameda “parodia ¢stilistica” y aun la ividuales, sino de géneros). “ Machado Penumbra scrd, tal vez, una especie de “disfraz” 0 “mascara ver- bal” para Machado de Assis. Oswald, por um lado, sentia gran admiracién por el notable novelista brasilefio del siglo pasado, cuya técnica ce composicifin de capitutos breves, reticentes, y cuyo laconismo estilistico estimulan y, por asi decir: Jo, son incluso elevados a su més alta potencia en Jas novclas-invenciones aswal- dianas (recuérdese, a propésito, que el ube inaugural de la etapa mds innovadora de la prosa de Machado de Assis es, justamente, Memorias Péstumas de Bras Cubas, 1881. Por otro lado, al espiritu insubordinado de Oswald le desagradaba el flanco “olimpico” de escritor consaprado, de Machado de Assis, fundador y presidente “elitista” de la Academia Brasilefia de Letras, cendculo dominado por los poetas arnasianos (ponumbra sera tal vez una alusién satirica a la atmésfera “penum- rosa", de velorio, de las tertulias académicas...), Héctor Olea, en su traduccién traté de adaptar la caricature onoméstica al contexto del mumdo hispanico, sirvién- dose de otro gran escritor coeténeo de Machado de Assis, el prolifico Benito Pérez Galdés, cuyo prestigio en las letras espatiolas corresponde al de Machado de Assis en las brasileitas. Miramar también es un nombre emblematico, que trae inseripto en su médula, la vocacién fundamental de viajar (mirar + mar). x entonces los jdvenes criticos de la revista medernista Estética, Prudente de Morais Neto y Sérgio Buarque de Holanda. Fsta construccién en forma de mosaico confiere al libro un aspecto de “obra abicrta” y revela, por otro lado, la receptividad oswaldiana a la prédica futurista de Marinetti en favor de la “immaginazione senza fili” (Harry Levin, a propésito de Joyce, pudo hablar de la “sintaxis iclegrafica def mondlogo interior”, evi- denciando la presencia de los mismos estimulos Futuristas, activos en Ja atmésfera del tiempo}. Entremezclados con los sucesos parddicos, se suceden los momentos de afiatada notacién visual, marcados por una técnica cubista, que dan al estilo de Oswald de Andrade Cal estilo “mira- marino” propiamente dicho, de! memorialista) le que hay en él de ines- perado y fascinante. La clave de este estilo cubista es la acentuacién de aguello que el lingiista Roman Jakobson llamé el polo metonimico del lengvaje, polo que rige las relaciones de contigitidad gracias a las cuales se combiuan los sintagmas y se engendran los contextos. Como el pintor cubista gue junta un ojo a wma pierna, y ambos a un mazo de cartas, a una guitarra y a una botella de vino, de igual mcdo Oswald de Andrade selecciona este 0 aquel detalle, reordena el mundo exterior segiin criterios propios, establece nuevas relaciones de vecindad y jerarquia. Presta, por ejemplo, a una puerta las “barbas” y las “mangas de camisa” del portero que la fue a abrir ("un perro Iadré a Ja puerta barbuda en mangas de camisa y una linterna bicolor mostrd a los iluminados en 1a entrada de la pared”) y define de ese modo, mctonimicamente, el todo por la parte, abandonando las mediaciones sintacticas habituales. En esto consiste la “telegrafia” oswaldiana, que a todo momento dispara la “metdfera cor- tante”, pues la insistencia en Ia opcractén metonimica, al fin y al cabo, termina generando metaforas, por lo menos en lo que se refiere a la obra de arte verbal, donde, nucvamente segin Jekobson, “toda metonimia es ligeramente metaférica y toda metdfora tiene yn matiz metonimico”*. 5. UN MIRAMAR REVISTO Y RADICALIZADO: SERAFIM PONTE GRANDE La segunda novela-invencién de Oswald de Andrade, Serafim Ponte Grande C“escrita desde 1929 hacia atrés” y publicada en 1933), es una de esas creaciones “inclasificables”, que ponen en jaque el concepto tradicional de “género” y de “obra literaria’, proponiendo al mismo tiempo una nueva idea de libro y de lectura. En Miramar, como vimos, Oswald ya hebia iniciado esa experiencia de ruptura de mites, con su cubo-futurismo plastico-cstilistico. Ahora fa radicaliza en otra dimensién, sirviéndose de las conquistas anteriores de su lenguaje, pero yendo atm * Me ocupé extensamente de este asumto, apoyindome en las tesis de Jakobson, en un ensayo de 1965, “Estilistica miramarina”, incluido en Metalinguagent, ob cit. xXI mds a fondo —si asi puede decirse— en la desarticulacién de la forma novelesca tradicional, El cuestionamiento del libre, como objeto bien caracterizado dentro de un pasado literatio codificado y de sus ritos culturales, se inicia, en la edicién original del Serafim (Rio de Janeiro, Ariel Editora), con la inter- vencién del autor sobre las caracteristicas materiales, fisicas, de ese objeto. Asi, en el lugar donde habitualmente son agrupadas las obras anteriores del escritor, la relacién de las mismas aparece bajo la rubrica “Obras Renegadas”, y el propio libro cuya Iectura va a iniciarse, Serafin Ponte Grande, esté inciuido entre los titulos repudiados. La indicacién de copyright, la rabrica de los derechos de autor y de la propiedad lite- raria, es “desautorada” y parafraseada cn tono burlén (“Derecho a ser traducida, reproducida y deformada en todas las lenguas”}. Hay na “Errata”, dislocada de su posicién habitual, que opera con autonomfa, ganando el estatuto de capitulo independiente. Finalmente, lo que co- tresponderia a un colofén (registro de la fecha de elaboracién del libro) est4 igualmente sometido a un tratamiento inusitado; la cronologia etd puesta al revés, como si fuera vista por las lentes distanciadoras de un largavista enfocado a la inversa: “Este libro fue escrito desde 1929 Cera de Wall-Street y Cristo) hacia atrds”. Adviértase, ain, en este colofon singular, una parafrasis irénica de los criterios cldsicos seguidos para fechar CA.C., D.G., Aito de Gracia, Anno Domini, ete.). Desde un punto de vista semidtico, se trata de signos de tipo indicial Cine remito a la clasificacién de Peirce, a los signos que tienen la funcién de indices, por las relaciones reales, de contigiiidad existencial, que man- tienen con su objeto). Apuntan como ficchas a la realidad del objeto “libro”, tal como lo conocemos, con estos rasgos localizadores y caracteris- ticos que lo identifican, de Ia misma manera por la cual los carteles indicadores del trafico nos indican un camino o nos alertan sobre la pre- sencia de una escuela o de un hospital ®. Al mismo tiempo, sin embargo —por el hecho de ser indices parddicos, perturbadores, pscudo-indices— esas indicaciones pierden su neutralidad tipografica y “vuclven extrano”, “desautomatizan” en nuestra percepcién el “chjcto” conyencional al que se tefieren Cel “libro”, el objeto editade bajo la forma patrin de libro), en el mismo acto en que lo sefializan, Megan a emblematizarto. “Ostraniénie”, he ahi cémo intentaba definir le critica formalista rusa de las primeras décadas del siglo al proceso de ruptura de la “automatiza- cién”, de Ja imercia a la que somos sometidos por fa rutina. Lo familiar se convierte ast en algo nuevo, desconecido, sorprendente, si logramos alterar las relacioncs normales de su presentacién a través de un efecto 2° CE, Elisabeth Walther, “Semiotische Analyse”, en Mathematik und Dichtine, Munich, Nymphenburger Verlagshandlung, 1965. En las palabras de F. Walther, gue sigue Ta linea peirciana, “el indice entabla relaciones reales con su objets, seitala lirectamente hacia su objeto; por ejemplo: indicadores de camino, el propio ca- mino, nombres propies y, aun, todas aquellas disposicioncs que determinan a un objeto en el especio, en el ticmpo, numézicamente, eic.”. Xx de extrafiamiento”. Viktos Shklovski, que empled este concepto en su estudio “Iskusstvo kak priom” CEI arte como procedimiento), de 1917, considerado como un auténtico manifiesto del formalismo ruso, desarrollé también la idea del “desnudamiento det proceso” (o del procedimiento, obnajénie prioma), como un evaluador de la especificidad de la obra de arte, Para él, Tristan Shandy, de Laurence Sterne, era la obra novelesca mds tipica de lz literatura universal Cy no un caso de excepeién y de extravagancia como gencralmente se sostenia), justamente porque ponia al descubierto la estructura propiamente dicha de la novela, en Ja medida en que la perturbaba, la “desautorizaba” para la recepcién del lector. “Sterne fuc un revolucionario extremo de la forma” —opina Shklovski—, “el desnudamicnto del proceso para él es tipico””. El Tristan Shandy, esa obra aparentemente bizarra ¢ idiosincrdtica, escrita en la segunda mitad del siglo xvuir (1759-1767) es realmente un marco pionero de la tevolucién del ebjeto libro, que se proyecta de manera avasalladora e irveversible en nuestro siglo, teniende ahora por aliadas Co, al menos, por instigadoras) las nuevas técnicas de reproduccién y transmisién de la informacién, los nuevos “media” e “intermedia” de la comunicacién de ‘masas ”. El Serafim Ponte Grande de Oswald de Andrade, como el Tristan Shandy de Sterne, es un libro que, desde ya, pone en tela de juicio su propia estructura, Ya en Miramar, Oswald desarrollaré cl proyecto de un libro astillado, fregmentatio, hecho de capitulos que se arman como en un caleidoscopio, un libro que opera como antologia de si mismo. Pero en Miramar, aun cuando la pulverizacién de los capitulos habituales preduzca un efecto desarticulador sobre la nerma de fa Iectura lineal, no deja de existir un cnrarecido hilo conductor cronolégico, calcade del molde residual de la novela en formacién” o de “educacién para Ia vida", patedn que nos ofrece —en términos parédicos, es cierto— la infancia, la ado- lescencia, cl viaje de deslumbramicnto y revelacién critica, los amores conyugales y extraconyugales, la separacién, la viudez precoz y el de- senicanto meditative del héroc, el joven “literato” memorialista, sofocado 17 £1 arte como procedimicnto” fue publicado cn yersiin francesa por Tzvetan Todorov en Ta revista Tel Quel, N? 21, Paris, Seuil, 1965, y despues fue incluido en Ia antologia Theorie de la litterature (Textes des formalistes russes) del mismo Todorov, Paris, Scuil, 1966. Shklovski lo incorpor6 al libro O teorii prozy (Sobre Ja teoria de la'prosa), del cual fueron publicadas dos edliciones en Moscéi, una on 1925, otra en 1929. [il libro de Shklovski; mmo de cuyos capitulos es, exactamente, “La parodia de Ja novela: Tristan Shandy”, esté hoy traducido a varios idiomas occidentales. * Nietscho, on un pasaio fulguranie de Humeno, demasiado humano, se anti- cips a Shklosvski en ¢! reconocimiento de Sterne a quien llamé “el escritor mis Tibre de todos los tiempos, aquel que, en lugar de Ja, “melodia cerrada y clere”, habria celebrado {a “infinita melodia", vale decir, un “estilo de erte en que la for- ma determinada es constantemente quebrada, dislocade, revertida g lo indetermina- do, de tal modo que significa una cosa y al mismo tiempo otra”; “su Tibro es como un espectéculo dentro del espectéculo, un publica de teatro ante otro piiblico de teatro”. XXUIT por la estrechez de Ie provincia, y que ostenta en el propio nombre el anhelo de desahogo y de abertura de horizontes. Ahora, en el Serafim Ponte Grande, ja preocupacién de Oswald de Andrade por el “modo de formar” su libro Jo Meva a una especie de continuun: de Ja invencién a una estructura proteica, ldbil, de caja de sorpresas. Si en Miramar la principal innovacién aparecia sobre todo en el nivel de la sintaxis de la escritura, en el nivel microestético de la concatenacién estilistica de las unidades del texto (palabras y frases), aqui es la gran sintagmdtica de la narrativa la que merece especial aten- cién del autor. En el Miramar fue posible reconacer un estilo cubista o “metonimico”, en la manera por Ja cual Oswald de Andrade recombina Jos elementos de la frase que tiene a su disposicién, acomoddndolos en nuevas e inusitadas relaciones de proximidad, afectdndolas cn su nexo de contigitidad, como si fuese un pintor cubista desarticulando y rear- ticulando, a través de una dptica nueva, los objetos segmentados en su tela. Por esa via se Hega, en ultima instancia, a Ia desarticulacién frag- mentaria de los capitulos. Ahora, en cl Serafim, esa técnica cubista, ese tratamiento “mctonimico”, parece producirse al nivel de Ja propia arqui- tectura global de la obra, en la macroestructura por Io tanto. Serafim es un libro compuesto, hibride, hecho de trozos 0 “mucstras” de varios libros posibles, todos cllos proponiendo o refutando cierta modalidad del género narrativo o del asi Hamado arte de la prosa Co incluso del escribir tout court), Cada uno de esos fragmentos 0 trailers de libros virtuales opera, en el plano sintagmatico, cn el plano de la estructura global de Ja obra, como una alusién metonimica a un determinado tipo catalogado de prosa, convencional (literaria) 0 pragmética (de uso cur- sivo}, e] que, sin cmbargo, no Iega nunca a imponerse totalmente al esquema del libro oswaldiane a fin de darle una orientacién uniforme, sino que, por el contrario, sefala —en un proceso alusive y también elusivo— en direccién a una medalidad literaria que podria ser y que no es. La operacién metonimica —o més exactamente la sinécdoque en la férmula pars pro toto de Ja retérica tradicional Clos fragmentos de libros que, tomados por el todo, indican un cierto género o una cierta moda- lidad en cl accrvo literario inventariado)— adquiere entonces funcién “metalingitistica”, pues es por su intermedio que el libro efecttia la critica del libro (de Ia novela, en particular y, por extensién, de la prosa y de Ja escritura “ertistica” o no}. En este ejercicio manifiestamente parédico no deja de pasarse en revista, de manera cadtica pero no por eso menos significativa, la propia historia del género novelistico, su diacronia. Wellck y Warren, después de exponer Ja teoria de André Joles segin la cual tas formas litererias complejas representan el desarrollo de unidades més simples (“Legende”, “Sage”, “Mythe”, “Rutsel”, “Spruch”, “Kasus”, “Memorabile”, “Marchen”, “Witz” o sca, “leyendas”, “sagas”, “mitos”, “adivinanzas”, “proverbios”, “casos”, “memorables”, “cuentos maravillosos”, “juegos de espiritu”), sefialan que la madurez de la novela se nutre tam- ‘XXIV bign en el einfache Formen como la carta, el diario, el libro de viajes, la memoria, ef ensayo, etc. ”. ‘Aun on esa proyeccién de la metonimia sobre la gran sintagmdtica de Ja narrativa, tal como sucede cn el Serafinr, es posible identificar un proceso catacteristico del cubismo: el collage, la yuxtaposicién critica de mate- riales diversos, lo que, en técnica cincmatogrifica, parece equivaler de cierto modo al montaje. El collage —e incluso el montaje— siempre que operen sobre un conjunto ya constituide de utensilios y materiales, in- veniaridndolos y reorientando sus funciones primitivas, se pueden en- cuadrar en aquel tipa de actividad que Lévi-Strauss define como bricolage Celaboracién de conjuntos estructurados, no directamente por medio de otros conjuntos estructurados, sino mediante la utilizacién de residuos y fragmentos), que, si es caracteristico de Ja “pensée sauvage”, no por ello deja de tener mucho en comin con Ia légica de tipo concreto, combina- torio, del pensamiento pattico ”. Oswald de Andrade, bricoleur, hizo un libro con residuos de libros, un libro de trozos metonimicamente significativos que en él encajan y se articulan, de manera aparentemente inconexa, pero exponiendo, a través de esa hibridez de cuiio critico, de cso que podria Mamarse una verdadera “técnica de citas” estructural, la vocacién mds profunda de la empresa oswaldiana: hacer un xo-libro, un antilibro, de la acumulacién parédica de modos consuetudinarios de hacer libros 0, por extensién, de hacer prosa (a atm, e incluso, de expresion por escrito). Antonio Candido, en su estudio pionero sobre Ja prosa de Oswald de Andrade, “Estouro ¢ Libertacio” CEstallido y Liberacién) (1943-1945), se refirié al Serafim como “fragmento de gran libro”. Esta valorizacién, patalelamente a lo que revela de aprecio por parte del critico por ef experimento oswaldiano, desdeiiado en sti momento, cuando no combatido (“tiene mucho de gran libro” insistia Antonio Céndido en otra pdrrafe de su trabajo), entranaba una restriccién en relacién a cierto “comodismo estético” de la técnica empleada, que no permitiria profundizar les problemas de la composicién. Fn mi introduccién a la reedicién de 1971 de la novela-invencién os- waldiana, tuve Ja oportunidad de abordar el problema y entonces escribi: “Hoy, gracias a la perspectiva adquirida en los tiltimos 20 aftos, la cues- tién tal vez podria ser reformulada: justamente, a través del sincope téenico y de la no terminaciin por él provocada, tenia lugar Ta puesta de manifiesto de Ia construccién, y Ja carpinterfa de Ja novela tradicional, '* René Wellek y Austin Warren, Teoria Literaria (trad. espatiola), Madrid, Fdi- torial Gredos, 1959. Del libro de Andre Jolles, Einfache Formen, ‘Tiibingen, Max Nicmeyer Verlag, 1930, hay una edicién francesa, Formes Stmples, Paris, Seuil, “ Claude Lévi-Strauss, “La Science du Concert’, La Pensée Sauvage, Parts: Plon, 1962. Ver también Paolo Caruso, “Lévi-Strauss e il bricolage", Almanacco Letierario Bonepiani, Milan, 1966; Roland Barthes, “Literature et discontinu” y “Lactivité structuraliste”, “Fsszis Critiques", Paris, Seuil, 1964. XXV como prion, resultaba puesta al descubierto. Retomando la definicién de Antonio Céndido, nos agradaria reformularla asi: “Serafim es un gran nolibro de fragmentos de libros”, 6. DE LA ESTRUCTURA NARRATIVA Al. SALTO IDEOLOGICO Para el reconocimiento de las grandes unidades sintagmdticas que es- tructuran cl mensaje narrativa en un libro dado —o, en otras palabras, que articulan ese mensaje como cuerpo de lenguaje, sobre el cje de contigitidad— hay que considerar, desde luego, un elemento intencional de cesura, de pausa, que impone limites estéticos a los hitos de la accién o de la narracién. Este clemento autariza a hacer coincidir, grosso modo, cn un primer nivel arquitecténico, tales grandes unidades con las divic siones traclicionales en episodios o capitulos. Es evidente que esta di sién es artificial, responde a un cierto ritmo exterior de construccién, y no a la légica intima del encadenamicnte narrativo. Un andlisis més refinado va a identificar bajo esas grandes unidades (de superficie) las verdaderas funciones constitutivas de los grandes sintagmas narratives, Jas cuales bajo la forma codificada de “plaques” o “cadenas” de sintag- mas del tipo “el protagonista deja la casa y se encuentra con un adver- sario” pueden englcbar mas de un episodio, mas de una gran wnidad, en aquella primera acepeién que aqui se dio a! concepto. Pues si cs verdad que un capitulo puede estar censtituide tanto per una sola frase como por muchas paginas Cpiénsese cn la técnica de division dc capitules caracteristica de Machado de Assis, ese nolable precursar de Jas innova ciones oswaldianas) —y tenemos ejemplos de grandes sutidades en el Scrafim—, no cs menos exacto que una tinica funcidn (“Fuga a la porse- cucién”, por ejemplo) pucde recubsix —como ocurre también en el caso del Serafim —varias de esas unidades-eniscdios ™. * Al reimprimir Estoure ¢ Libertagao, en la coleccién de ensayos titulada Varios Eseritos, Sio Paulo, Duas Cidades, 1970, Antonin Candido le agregé un nuevo estudio, “Disgresso sentimental sobre Oswald de Andrade", cn el cual acoge con generosidad la ponderacién antes sefialada, para Iucgo coneluir: “En agucl tiempo Miramar perecia mejor porque todavia haciamos critica con Los ojos puestos en una concepeién tradicional de la umidad de la composicion, el principio establecide por Aristétcles como condicién de [a escritura valida. Pera lo gue vino después permitié ver con mayor claridad ef cardcter sanguardicta de Oswald como agresor de ese principio y precursor de formas atin mds dristicas de discontiouidad esti- listica. Acepto el reparo de Haroldo de Campos, bien perteechado paca ver estas cosas, y reconsidero mi juicio. La lectura de Serafim no permite decir que 3 infe- Hor a Mirantar 0, como me parecia, un “fragmento de gran libro”. Es un gran libro en toda su fuerza, mds radical que Miramar, que Teva basta sa maximo nivel las calidades de escritmra y visién de To real que hacen de Oswald um supremo reno- vador™. ® Trvetan Todorav, en "L'Héritage méthodologique du formalisme”, L’Homme, 5/1965 (Podtique de la prose, Paris, Scwil, 19715, se tefiere a los episoding como “unidades siniemdticas” del “Sistema literati”. Ver, ademés, Umberto Eco, “Intro. dozione alla ricerea semiclogica”, La Sértititira assonic, Milan, Bompiani, 1968. XXVE En el sintagma de grado maximo Co sobresintagma) que es el Serafins visto como un todo —o con otras palabras cn su arguitectura—, cs posible distinguir (diferenciadas incluso por Ja caracterizacin grifica>, en lugar de los usuales capstulos de novela, y en lugar, mcluso, de las piezas “sucttas”, de los fragmentos de “antologia” del Miranear las si- guientes grandes unidades (de superficie), dotadas de relativa autonomia: I—RECITATIVO II—COBERTIZO TI—HOJITA CONYUGAL IV-—TESTAMENTO DE UN LEGALISTA DE FRAC V—EN EL ELEMENTO SEDANTI: VI—CEREBRO, CORAZON Y MECHA VII—EL MERIDIANO DE GREENWICH VIII—-LOS ESPLENDORES DEL ORIENTE IX—FIN DE SERAFIM X—ERRATA XI—LOS ANTROPOFAGOS Fstas unidades, por ser extensién e ingredientes, son mas simples 0 mas complejas, pudiendo resnmirse en una répida notacién escenogrdfica (CI—RECITATIVO) o contener enclaves de materiales diversos, como ocurre en oJ caso de IV—TESTAMENTO. Evidentemente, todo es conducide en una pauta parédica, —y la parodia aqui, como en Sterne 0 en Joyce, es el medio natural para ¢} “desnudamiento del proceso”. T—RECITATIVO presenta al protagonista a la manera de una rubri- ca teatral. En II—COBERTIZO encontramos un fragmento de cartilla dc intencién picaresca (“Printer contacto entre Serafim y la Moalicia”); un easi retazo de composicién infantil ("Recuerdo del pais infantil"), escrito en un estilo ingenuo potticoanalicinse, que recuerda cb primer fragmento de Miramar ("El Pensieroso”); poemas-parodia (“Pardfrasis de Rostand”, “Prapiciacion’” ), cl primero de cllos firmado anagraméticamente —"Mifares’—, al gusto de los vates de almanaque, y haciendo buslas sobre el estilo zmeng-sentimental de un auter finisecular que estuvo muy en boga, Edmond Rostand; una digresién dedicada a Ja iniciacién amo- rosa, y titulada solemnemente “De la adolescencia”, con este subtitulo en contrapunto humorfstice: “o sca La Edad en que uno se las trae”, una escena dialogada de teatro bufo ("Vacuna obligatoria”), 1H—HO]I- TA CONYUGAL es la mistificacién ce un diario intimo, con frecuentes alusiones “literarias” que operan como parcdia dentro de Ja parodia. Véanse, por ejemplo, estas anotacicnes, en las cuales resaltan Jas preocu- paciones y veleidades “bel-letristas” de Serafi Ando con ganas de escribir una novela naturalista que esti muy de moda. Fmpevaria asi: “A todo Jo ancho del medio disco de XXVI Ja playa, de Jurujuba habia uma vida sensual con aires griegos ¥ paganos, El mar parecfa un satiro contemto tras el coito”, “La cuestién de la impersonalidad cn arte. El conocimiento con detalles det escabroso caso Victor-Hugo-Sainte-Beuve”. “Vuclvo a preocuparme por Ia novela que imaging escribir y que creo que saldrd con pecedénimo”. He tomado algunos apuntes sobre ed tipo principal, la joven Marquesa de M.. .”"!, “Es verdad, mi esposa, da ganas de escribir un drama social en tres actos tétrices”, “Salgo a la noche y buseo a Pires de Melo, que me lee por tereera vez su encantadora novela “Recuerdo de un dsculo”. El diario prosigue con un apéndice CE] terremoto Doroteo”), del cual fue extraida la Ultima cita recién transcripta. Este apéndice es introducido por un epigrafe en estilo de crénica mundana de la época C"jSalve Dorotea! Bailarina de los tangos misticos, flexién rubia, boca donde vive Ia poesia”). Dorotea recuerda al Rolah deb Miramar, y el epigrafe y la frase del “litcrato Pires de Mclo” CTan rubia que parece volatilizarsc cn la mafiana rubia’) recuerdan otro personaje de aquella Primera novela-invencién, Machado Penumbra, que escribfa impresiones en el “album de Mlle, Rolah” (“Su rubia y extraiia divinidad dominé la fantdstica sala hasta que se extinguié la Ultima nota de la mégica or- questa”). De esta forma, Oswald de Andrade ponia en ridiculo la litera- tura “sonrisa-de-la-sociedad”, el fiitil literaturalismo de salén vigente en su tiempo, y en el cual él mismo, antes del “estallido” modernista, habia hecho su iniciacién de nedfito destumbrado, IV—TESTAMENTO DE UN LEGALISTA DE FRAC es una retrospectiva de las peripecias de Scrafim en la ciudad de Sao Paulo, bajo los efectos de Ia conflagracién y el bombardeo (1a inspiracién béfica del episodio est extraida del levan- tamiento militar de 1924, dirigido contra el Poder Central, yY que se enfrenté con la resistencia civil del Presidente del Estado; Oswald de Andrade y Blaise Cendrars fueron espectadores aturdidos de los suce- sos”; pero esta “gran unidad” conticne ademés: la pardfrasis de una noticia politico-pericdistica ("Noticiero”); una especie de “objet trouvé” CDeclaracién por el alma de Benedito Carlindoga”); un “ensayo nirvae nista” (“Paseo de la Catedral”), que caricaturiza los discursos’ sobre lo obvio de cierta literatura meditativo-filosofante; un registro escenografico (Cémputo”}; un “Intermezzo”, que combina teatro bufo y literatura de follctin Cobsérvese la pluralidad disyuntiva de los subtitulos: “Dinord * Sic en el original (N. del T.). *E] barbarismo iletrado “pecedénimo” (por “pseudénimo") subraya, con el trazo grueso de Ja caricetura, la incompetencia presuntuosa del joven candidato a escritor, . . © Oswald de Andrade da indicaciones sobre los episadios de Ya época, y sobre la visita de Cendrars a So Paulo, en “El camino recorrido” (O Caminho Percorrido), Ponta de Longa, $40 Paulo, Editora Mertins, 1945. XXVIIT Ja todo cerebro co sea La extrafia mujer del Copacabana Palace o sca La ex-tetoncita del Hotel Fracaroli o sca El més bello amor de Cascanova”). Aqui es importante destacar que no sélo la literatura “cultivada” sino también las manifestaciones menos “nobles” del ejercicio de la escritu- za —de la prensa popular a la literatura folletinesca, de la novela de aventuras al epistolario de circunstancias— son convocados por Oswald de Andrade, que, asi, mientras provoca el “extrafamiento” del género novela, disolviendole su categoricidad, lo desacraliza, utilizando el ma- terial “noble” o “artistico”— véanse al respecto ciertos pdrrafos donde la intencionalidad de la escritura estética es evidente, sobre todo en Jas descripciones de lugares y ambientes que salpican este Serafim —-al lado de lo més banal, de Ja cartilla al libro-de-cordel, de la declaracién ala carta, a la intimacién judicial, al diario de “boudoir”. Esta desacya- lizacién, en otro nivel, se efcettia mediante las sibitas intervenciones, en anticlimax grotesco, de palabras vulgares y del humor escatolégico por via del retcuécano Crecuérdese, por ejemplo, la forma en que Scra- fim pone término a sus desavenencias matrimoniales en “Tcrremoto Doroteo”, apéndice de Ia HOJITA CONYUGAL; 0 adn, en la misma HOJITA, Ia infructuosa aventura de Serafim con la mucama...). Pero volvamos al examen detallado de Jas “grandes unidades” que, como manifestacién de superficie, articulan el libro, EN EL ELEMEN- TO SEDANTE se produce Ja quinta de ellas. Aun cuando estemos de- lante de una “relacién de viaje” en transatlAntico (“Steam Ship”) cos- mopolita, la nota cémica est4 dada desde un comienzo por la deforma- cién “apasionada” del nombre del barco, Rompe-Nube, como si se tratase de un caballo campero; lo mismo cabe decir del epigrafe (“Mundo nio tem portera”}"* (“El mundo no tiene tranquera”), también en “dialecto campesino”, que parece el estribillo de una melodia de guitarra del interior. Interyiene aqui, entre otros ingredientes, un “diccionario de bolsillo”, glosario de personajes, que tienen algo que ver con el “Sottisier” y el “Dictionnaire des Idées Regues” de Bouvard et Pécuchet de Flau- bert. La historia de Mariquinhas Navegadeira y de las proezas de Pinto Calcudo a berdo esta tatada a la manera de las crénicas medievales y de las novelas picarcscas, con titulos apropiados (“Donde se constata la existencia de Mariquinhas Navepadcira...”; “De cémo Pinto Caleu- do, queriendo practicar deporte. ..”, etc.). Por este curso, Oswald de Andrade se remonta hacia Ja literatura de viajes escrita en Portugal entre los siglos xv y xVI, y que nos dio una obra prima titulada Peregri- nacién, cscrita por Ferndo Mendes Pinto, cuya estructura autobiografica es picaresca y cuyo tono critico y de cinismo ingenuo también es picaro™. * La palabra portera, en postugués, parodia la grafla correcta del vocablo por- tcira, satirizando la pronunciacién provinciana de la terminacién eira, iro que fdende a disolver la i. E} fenémeno es muy comin en el interior del estado de Sao Paule. CN. del T. # Me remito a Jes observaciones de Anténio José Saraiva y Oscar Lopes, Histéria da Literatura Portuguesa, Porto, Porto Editora Ltda., 1966 (5? ed.)- ‘XIX El relato converge hacia una “Poesia de a bordo”, donde se mezclan, con efecto histriénico, bizarria de vocabulario y “clichés” del repertorio poé- tico, en una atmdsfera de “pastiche” y escarnio. Para concluix, una nota moderna (“Movictone”), alusiva al noticiero cinematografico, super- puesta a un encabezamiento pomposo, al gusto de los relatos del Quinicn- tos (“Interpelacién de Seratim y definitiva quicbra de relaciones con Pinto Calgudo”). En esta escena Mega al colmo de la puesta al descu- bierto del proceso novelistico, ya que, rompiendo Ia ilusién y el distan- ciamiento de Ja lectura hasta donde tales factores eren todavia mante- nidos en esa obra “sui generis”), uno de los protagonistas (Serafim) expulsa a] otro (Pinto Calgude) ‘del libro: “—Dime una cosa. eQuign cs el personaje central de este libro? eT 0 yo”. De hecho, el primero vefa amenazada su condicién de protagonista de Ja narracién por Ja actuacién cada vez més destacada del segundo, quien Je roba practicamente, por hipertrofia de intervencidn, el episodio de Mariquinhas Navcgadeica. CEREBRO, CORAZON Y MECHA es Ja sexta unidad de composi- cién a ser considerada. Se imicia con un epigrafe de la Historia Trdgico- Maritima, compilacién dieciochesca de folletos relatives a naufragios, entre los cuales, Jos més antiguos se remontan a mediados del siglo xvi. Los epigrafes, en Serafin, responden siempre a una intencién jocosa, debido a que sufren un deliberado disloque de contexto que les revierte Ja funeién, haciéndola pasar de seria a cémica, de edificante a butlesca ¥ graciosa (recuérdese e] epigrafe de Santo Tomds de Aquino, que remata en tono cquivoco el “Intermezzo”, en IV—TESTAMENTO>™. Hay, en esta parte, mucho del detritus puntillista de episodios de Miramar, de los fragmentos descriptivos que retratan Ia estadia en Paris y Jas peregrina- ciones europeas del primer protagonista oswaldiano. No faltan incluso parcdias en todos los niveles: poemas, cartas, parrafos de oratoria, did- logos chistosos en estilo de dramones, psitacismo de cscuela de idiomas C'La clase”), aprovechado con ambigtiedad escatoldgica; interrogatorios tribunalicios reelaborados en tono folletinesco (“Scrafim en el pretorio —FI burdel de Témis— o Del pedigree de Pompeque”); un registro psicoanalitico del suefio (“Confesicnario”), etc. En las vifietas descrip- tivas antes referidas, esta prescnte el caracteristico estilo cubista (ya iden- tificado en Miramar), de cuya contraccién “mctonimica” C“telegrafico” > proviene la “metdfora punzante”: “Un graméfono sentimentaliza el plancta y la alemanita arroja Jos senos como pedradas al Iago”. #* Jan Mukaroysky, estudiando la “estética del Jenguaje”, muestra de qué modo la cita, la frase hecha, la maxima, pueden adquirir eficacia estética si se las “rela- XXX Seria interesante detenerse un momento para proceder al andlisis deta- Mado de ese recurso estilistico, ya que él nos entrega Ja lave maestra de ja prosa oswaldiana, tanto en la primera novela-invencién como en numerosos pasajes de la segunda. El pérrafo recién transeripto operard como piedra de toque. Recompuestas los nexos alterados por los cartes “metonimicos”, el parrafo destacado podria ser “transcodificado” de la siguiente mancra: a) un graméfono emite musica que produce un efecto sentimental Cen “un graméfono sentimentaliza’, la causa eficiente es tomada como efecto); “planeta”, abjeto directo de “sentimentaliza”, opera come sinécdoque (totum pro parte) en relacién al ambicnte concrete en que se desarrolla la escena descripta Cun lago suizo); b) Ja alemanita se inclina sobre el lago o en él se zambulle (los senos, como en un “close-up” cinematografico, son enfocados en lugar del cuerpo entero); el autor introduce entonces la metéfora imprevista: ¢) los senos duros de la muchacha, vucltos hacia el lago, son comparados a “pedradas en el agua”; en el verbo “arrojar” se concreta toda Ia carga explosiva de la imagen, pues él es simult4neamente metaforizado (la acciém de in- clinarse 0 arrojarse es comparade mentalmente a la de disparar un pro- yectil, el cual asume su Jugar en Ia frasc) y también es metonimizado por fuerza del inesperado objeto directo hacia ef cual su accién fransita Cel dotalle anatémico de los senos eldsticos, como piedras que alguien “atrojase” al lago, representa cl cuerpo entero de la joven, que se inclina en un movimiento brusco hacia el agea, 0 a clla “se arroja", —zambulle). EL MERIDIANO DE GREENWICH es Ia séptima unidad. Se presen- ta, expresamente, en los moldes de una “Novela de capa y pistola” (nétese la substitucién maliciosa de “espada” por “pistola’, palabra que en una acepcién populachera, vulgar, tiene una inmediata connotacién félica). Esta supuesta “novela” entra en el libro como un encarte inocente de la “Biblioteca de la juventud”... Se trata, otra vez, de las peripecias de un viaje maritime, bajo um epigrafe atribuide a “Cristébal Colén y otros comisarios de a bordo”. EJ relato asume una impostacion “hidalga”, reme- dando el tono “ennoblecido” de las novelas de aventuras. Serafim, trans- formado en ¢] Baron Papalino, corteja a una evasiva Doha Solanja, El lenguaje se adapta al clima descado, con tratamientos ccremoniosos y afectados (“[Explicadme, sefior Barén!” / “Me es Fécil, sefiora mia”), en los cuales siempre interviene la contranota burlesea. (Todo lo per- mitido, sehor Barén, menos una cosa, murmuré ella ruborizada”). Los capftulos de csta novelita Hevan titulos que responden a ese mismo espiritu enfético-sentimental: “I—-jLa viva mucrta! [—La enmascarada flotante, II]—La sombra retrospectiva. [V—jjVendetta!! y V—Epilogo final” Caqui el pleonasmo acentiia la burla). Al igual que cn Jas novelas de “capa y espada”, en las novelas “romanticas’, la efusién amorosa ciona de mancra scménticamente inesperada con la unidad" Ccontexto). School Reader on Esthetics, Literary Structure and Style, Washington, Georgetown Uni- versity Press, 1964, termina siempre trdgicamente Cen este caso, sin embargo, finaliza en una tragicomedia, con un fusilamiento “félico” y un linchamiento hu- moristico). Aun cn cstas novelas de aventuras, la intervencién de un nuevo persontaje “justiciero” (que demuestra ser una antigua “victima” de las arcemetidas amorosas serafinescas, 1a “diseuse” Dorotea del “Te- rzemoto Doroteo”) provoca el descabellado desenlace. VITI—LOS ESPLENDORES DE ORIENTE cs un episodio predomi- nantemente conducido cn el estilo descriptivo-cubista del Mirainar, que enmarca el escenario mévil de Jas andanzas de Serafim por Grecia, Tur- quia, Egipto y Palestina. Esta parte tiene el ritmo de una “novela poli- cial’, Serafim (‘nuestro hérec”) corre detrds de dos misteriosas “girls de-hoy-cn-dia”, lesbianas y Féciles. Se entremezclan anotaciones erético- divertidas del diario de ‘boudoir” de una de Jas “girls”, Caridad-Claridad, que el infatigable Serafim logra convertir al amor heterosexual. IX—FIN DE SERAFIM se inicia con un poema de terminacién de viaje y culmina con un discurso de Serafim a la posteridad, cuyo titulo es remancnte de la parenética barroca ("Exhortacién y Disputa de] Natu- ral de las Américas a Ios Sobrenaturales de todos los Orientes”). Como no podia dejar de ser, en este libro de “false starts” y “false ends”, hay adn ona “Llave de Oro” post-conclusiva: una visién panordmica de la evolucién urbana de Sao Paulo, en trazo sintético, que recuerda el cu- bismo tropicalizado de la pintora Tarsila do Amaral. La décima unidad es una ERRATA, que hace las veces de capitulo, tratando, de manera grave-cémica, al gusto de Ios homenajes péstumos, de la construceién def “Asilo Scrafim” por los familiares y amigos del fallecido personaje Ccste reconocimiento post-mortem de las “virtudes? del difunto es lo que constituyc, precisamente, Ia “errata” correctiva. . .). El primer huésped de este manicomio memorable, “destinado al trata- miento de la locura bajo sus formas ldgicas”, seré el propio pintor encar- gado de retratar para Ia posteridad al “malogrado héroe”, y que termina “Joco como un silogismo”, incapaz de conchuir satisfactoriamente su obra ys tal vez, contagiado por ella. . . XI—LOS ANTROPOFAGOS cs, sin cmbargo, el verdadero fin de Serafim. O el reinicio de todo (y del libro incluso), Pintor Calgudo vuelve a entrar en escena come capitén-pirata de la nave “El Durasno” Cantes de esto habia habidc tan silo una breve alusién al destino del co-protagonista, expulsado de Ia novela en el remate de la V “gran uni- dad”; al final de VI—CEREBRO, CORAZON Y MECHA, se lee esta subita indicacién: “Pinto Calgudo se cmpantané en una francesa”). Un largo fragmento de La Conquista Espiritual, del jesuita y catequista Montoya, socarronamente arrancado de su contexte original, da la sefial de partida al festin antropofagico. Es un pandemonio de misa negra, con resabios de farsa medieval y ritual félico. La utopia del viaje perma- * Con S en el original portugués (N. del T.). XXXxIT nente y Ja reeducacién, a la manera de Sade, de la “virtud” por el “vicio’, en un ejercicio de libertad total como radical negatividad, Tal como es- cribe Antonio Céndido en “Oswald Viajante”: “Liberacién es el tema de su libro de viaje por excelencia, Serafim Ponte Grande, donde Ja cos- tra de la formacién burguesa y conformista es barrida por la utopia del viaje permanente y redentor, por Ia busqueda de Ia plenitud a través de Ja movilidad” *. A través de este sumario descriptive del contenido de “las grandes unidades” que encadenan el sobresintagma Co “sintagma de grado m& ximo”) que es ¢l libro, ya se puede ver algo de la fancién fabuladora que, dentro y a Io largo de ellas, se va trazando y desplegando. Serafim Ponte Grande es un portafotio de micraenredos que, deslindados Cy des- preciada la menuda parafcenalia de eventos subsidiarios), dejan articu- larse un enredo bésico, pertarbado por la ambigitedad de la secuencia temporal: hay un hiato cronolégico, una intercalacién que, a modo de paréntesis, fractura el ticmpo narrative. En I-—RECITATIVO se tiene un esbozo de la “situacién inicial?", mediante la presentacién del protagonista, desarrollada a seguir en I1-— COBERTIZO (infancia, adolescencia, empleo piblico, casamiento). Las peripecias conyugales y cxtraconyugales prosiguen en Y1—HOJITA. Fl “micleo de Ja accién” tiene lugar en 1V—TESTAMENTO, donde cl protagonista transgrede las normas de la sociedad y del sistema y comete una “fechorfa”, segim esas mismas normas. Aprovechandose del ambien- te de agitacién que reina en la ciudad, Scrafim roba el dinero confiado al hijo, Pombinho™, por tropas rebeldes, y mata a Benedito Carlindega, su jele de Reparticion, cl "tirano palpable’ *, que vivia repitiéndol “OEL pais sélo puede prosperar dentro del Orden, don Serafim!”. Apa- rentemente, fusile a su propio hijo, el efebo Pombinho (quien, empero, resurgité en X, masculinizado, con chambergo y caballo): “Veo of fantasma de Carlindoga y ef del hijo que maté. Son ellos, impasibles, de frac, sombrero de copa. Pasan conversando cn medio de Ja metralla. Correctos, lustrosos, barnizados por la muerte. iDe pie! {Dentro del Orden! Ya en IV comienza la “funcién de fuga”, con Serafim que escapa de Sio Paulo a Rio de Janciro Cel “Intermezzo” con Dinord en el “Copaca- ® Antonio Céndido, O Observador Literdrio, Sko Paulo, Comisso de Literatura, 1959; este ensayo, posteriormente, fuc incluido en Vdrios Esoritos, cit. % Acompaiio aqui, si bicr apenas de lejos y on Jo pasible, el esquema de Jas fun- ciones del mensaje narrativo de Vladimir Propp, zeelaborado por Claude Bremond. Ver Comunications, N° 4 y 8, Paris, Seuil, 1964 y 1966, respectivamente. ® Palomino, en espatiol CN. del T.). EY nombre de este tixanito burocrdtico contiene otra sdtira onomastica: “carlin- dog” es el nombre de una raza de perros de pelo corto y hocico negro y achatado. XXXIML bana Palace”). La “fuga” toma una dimensién transatléntica en V Cel mar es el “elemento sedante” del titulo de este episodio). Serafim se embarca en el “Rompe-Nube” en busca de tierras europeas, acompaiiado Por su secretario y ex colega de Reparticién, Pinto Calgudo (quien, como ya se vio, sera expulsado de ta novela al final de V). Las andanzas del protagonista forajido (anti-héroe) prosiguen en VI (Scrafim en Fran- cia, en Madrid, en los lagos suizos), Vil (viaje en el “Conte Pilhancalo” y aventuras napolitanas) y VIII (viaje al Oriente, en busca de las “girls”}, En IX tiene lugar la “etapa reparatoria’, con la “funcién de persecucidn” (y posterior “ajusticiamiento”) de] héroc villano. Aqui Oswald de Andrade relativiza la secuencia temporal, produciendo una transicién abrupta, que desnortea al Jector en su primer contacto con el libro. Hay en IV—TES- TAMENTO, despuds de la “Declaracién por el alma de Benedito Car- lindoga”, un “ensayo de apreciacién nirvanista” atribuido al “Sx, Scrafim Ponte Grande-nuevorico”, hajo ef titulo “O Largo da $é” (Paseo de la Catedral). En esa digresién pseude-filoséfica en estilo de composicion escolar, Serafim, el declarado antor del “ensayo”, se presenta ya en la condicién de “nuevo rico”, acaudalado gracias al dinero robaco. Pero hay un elemento ambiguo en su disertacién ingenuo-burlesca: se trata aparen- temente, de una reflexién de post-viaje, de las impresiones del héroe- peregrino que reingresa a sus dominios y pasa a describir wna ciudad de Sao Paulo recorrida y contemplada por ojos de cxpatriado: “Cuando un extranjero nostdlgico regresa a su patria y busca Paseo de ta Catedral, encuentra en su luger la Plaza de la Ca- tedral, Pero es la misma cosa”. Luego, bajo el titulo “Cémputo” y el subtitulo “Efemérides, metem- psicosis 0 transmigracién de almas”, encontrames al protagonista en lo alto de un raseaciclo paulista, trepado al cafién que alli calocara y con el cual abaticra a Benedito Carlindoga y a Pombinho. Sirviéndose del rascacielo y del cafién en él colocado como de un podio, Serafim se presenta como candidato a edil, aparentemente también ante la multitud que, desde abajo, observa sus actos, Caunque esta circunstancia no esté explicitada). El registro es brevisimo, una simple riibrica escenografica que queda cn suspenso. Recién en IX—FIN DE SERAFIM la escena sera refomada, en dos secuencias: a) mediante un pocrna que celebra el retorno a la patria (“Fatigado por mis viajes... te busco, camino de casa”), que se complementa con la descripcidn del “Largo da Sé” (Paseo de la Catedral) reencontrado; b) con la reintroduccién de Serafim trepado al rascacielo y maniobrando con el cafién. Ahora Jos bomberos y la po- licia Jo persiguen, alentados por el pueblo. Y cs cntonces cuando un rayo jasticicro lo fulmina, pese al pararrayos que ef protagonista, precavido, habia colocado en su cabeza... Entre el “cémputo” (en IV) —titulo que entrafia la idea de cdleulo final, de balance— y el FIN DE SE- XXXIV RAFIM (IX), se abrié un enorme paréntesis, se operé un desmesurado corte temdtico (como aquellos, famosos, del Vristax Shandy, que corren a lo largo de paginas y mas paginas, permitiendo la “expansion del ma- terial” intercalado, en la expresién de SchKlovski). Siendo asi, nos vemos obligados a considerar Jo sucedido desde V a VIII (incluso) como suce- sos (“efemérides") desarrollados en “flash-back” para ¢l punto de vista del protagonista en le situacion presentada en “Cémputo’ (IV) y sola- mente retomada, con fines de desenlace, en IX. No es casual que en “Cémputo” se hable también de “metempsicosis” 0 “transmigracién de almas”, Esa “transmigracién —rcencarnacién del alma de un ser humano muerto en otro que prolonga su vida (meta+en-+psykhe}— hace pen- sar en una superacién de los limites det espacio y del tiempo. La “pre dica” péstuma de Serafim finade (o por finarse) en IX —-y no debernos alvidar que IV es presentada también bajo la forma de une disposicién “testamentaria”, de un relato-testamento (aun cuando se trate de una de las “unidades” iniciales del libro) — se orienta en el mismo sentido de la puesta en tela de juicio de la temporalidad fisica: “__jTodo es tiempo y contratiempo! Y el tiempo es eterno. Yo soy una forma victoriosa del tiempo. En lucha selectiva, antropofé- gica ;Con otras formas del tiempo: moscas, electro-éticas, cata- clismos, policias y avispas!” dad en el desarrollo cronoldégico de los sucesos, confiere al protagonista una dimcnsién de perpetuidad temporal y de ubicuidad. El es quien, en Ja falsa ERRATA (X), “gobierna a los vivos", enloque- ciendo al pintor de su retrato e inspirando después el cruzeira antropo- fagico de su ex secretario, Pinto Calcudo, resurrecto del limbo extra-lite- rario al que fuera arrojado en V. ¥ no importa decir que la escena final de Serafim en el rascacielo podria ser también interpretada como un simple “retorno al local del crimen". La extrema sintesis de “Cémputo” implica, de por si, una suspensin del ticmpo narrativo, un “signo dila- tador”, que sélo concluye en Ja mente del lector con la reposicién de la misma situacién Cy su desenlace) en IX. Todo ceurre, como dice Roland Barthes, en un “tiempo semiolégico”, que reduce el tiempo real a una “lusién referencial” *, Ja estructura profunda de Serafim Ponte Grande, como mensaje na- rrativo, puestos entre paréntesis los numerosos elementos de digresién que se incrustan en sus “grandes unidades’ de superficie, y repuestos en orden de sucesién normal sus “fabulemas” Co funciones agenciadoras de la fébula), se revela a esta altura, reductible esquemdaticamente a um nuevo diagrama, este empero de naturaleza no arbitraria (o sea que no resulta dependicnte de la divisién subjetiva que el autor impuso 4 su * Roland Barthes, “Introduction & l'analyse structural des récits", Coneneniica- tions N° 8, cit. XXXV materia}, sino decididamente “funcional”. De hecho, si consideramos a los personajes como “unidades paradigmaticas” del “sistema literario” CT. Todorov), concluitemos que el anélisis de las functones agenciadoras del mensaje narrative, en su estructura profunda, no es sino el trazado econémico de Ja proyeccién del paradigma en el sintagma (lo que suena, desde el punto de vista de la semiologia de la narrativa, como un corolario del axioma fundamental de la poética jakobsoniana). De hecho, segin Propp, padre de este tipo de anilisis, “la funcién representa el acto de un personaje, dcfinido desde e] punto de vista de su importancia para el desarrollo de Ia accién”. Este personaje funcional Cy no psicoldgico) es el “actante” de Greimas, “personaje definide por lo que hace, no por lo que es” (Barthes) *. De este modo, cn un anilisis funcional, la “gran sintagmatica” de superficie del libro Cepisodios, “grandes unidades” més simples o mas complejas, heterdclitas) encubre Jas siguientes “esferas de accién” fabuladoras, constituidas por las “funciones” desempefiadas por Jos “actantes” (“funciones” en el sentido de “fabulemas”, como antes se expuso): B) ESQUEMA FUNCIONAL (Grandes unidades profundas) ler. MOVIMIENTO a) Situacién inicial (I+ +101) b) Transgresin del orden CIV) c) Fuga CIV), desde “Intermezzo”, V+ VI + VI1+ VIII d) Persecucién y castigo (IX) 2do, MOVIMIENTO b’) Nueva transgresién del orden (X y sobre todo XI} cc’) Fauga e impunidad (XI) Podemos observar que, en el segundo MOVIMIENTO —que abarca dos “grandes unidades" superficiales, X—ERRATA y XI—LOS AN- TROPOFAGOS—, hay una reproposicién, en términos amplificados de “b" y “c”. Bajo el influjo del héroe “ajusticiado” Ccuya simple evocacién tiene el poder subversive de enloquecer al pintor encargado de retratarlo “post mortem”) Pinto Calgudo, secretario-avatar del difunto, repudia nuevamente ¢l orden cstablecido, ahora de manera absoluta, instaurando un desorden perenne (b’). Consecuentemente, la “fuga al castigo se hiper- trofia como funcién auténoma, revistiendo la forma de un viaje pernta- % Cf. ob, cit. en Ja nota anterior. La definicién de Viadimiz Propp esté en Mor- fologuia Skazkt, Leningrado, 1928, 0 sea, Morfologia del cuento maravilloso, obra traducida hoy a varios idiomas. Estudié detenidamente cl método de Propp y sus implicaciones en Ta_actual “semiologia de la narrativa” en Morfologia do Macu- naima, Séo Paulo. Perspectiva, 1973. XXEVE mente, no susceptible por eso mismo de sancién Cc"). El libro desemboca cn um porvenir utépico —la sociedad antropofagica, libre y redimida, perpetuamente “abierta” en razén de su propie movilidad. Esto excluye toda posibilidad de una eventual funcién Cd’). Como to resumié Antonio Candido: “bajo la forma bocagiana™ de una rebelién burlesca de los intentos, Oswald logra en verdad encarnar cl mito de Ia libertad integral ‘a través del movimicnto incesante, el rechazo de toda permanencia” *. La sancién Cd’), que, en cl nivel semiolégico prima por ta ausencia, como funcién vacante y expectativa frustrada dentro de Ja légica del esquema proppiano, se deja extrapolar entonces del orden fabulador hacia el ideolégico. Es en el prefacio del Serafire Ponte Grande —uno de los mds impresionantes documentos del modernismo brasileno, des- prejuiciada pagina de critica y autocritica, balance contundente de un contexto histérico social y de un conflicto personal en él inscrito— que la utopia del Serafim cs “ajusticiada” retrospectivamente por su autor, quien ahora no habla en Ja primera persona autobiografica. Mani- festando su deseo de “ser, por lo menos, casaca de hierro en la Revolucién Proletaria”, el Oswald de Andrade comprometido, que se orienta hacia el teatro de tesis en la década del 30 CEI rey de la vela, 1933; El hombre y el caballo, 1934; La muerta, 1937) y hacia cl ensayo del mural social del Marco Zero en 1a década del 40, define su segunda novela-invencién como “necroldgica de la burguesia. Epitafio de lo que fui’, 7. ANTROPOFAGIA Y MESIANISMO; LA PERSPECTIVA UTOPICA Serafin Ponte Grande, sin embargo, parece tener siete vidas. Su estallido andrquico podria ser releido hoy, desde Ja éptica marcusiana de] rechazo, contra el telan de fondo del mundo “administrado”, donde Jas revolucio- nes parecen convertirse r4pidamente en enumciados retdricos y Ja ideologia estereotipada se vacia de contenido dialéctico. En ed universo del discurso inenestionado, Serafim, tanto en su forma como en su fondo (por isomérficamente indisociable, por lo demas), ofrece una rara instancia textual —critica, dialégica— de permanente y vivificante disconformidad. Asi, por ejemplo, Giuseppe Ungaretti, en una pagina conmovida publicada poco antes de su muerte Cel prefacio a la traduccién italiana de las Memdrias Sentimentais de Jodo Miramar), ve en la antropofagte oswaldiana “un modo ante litteram de lo que hoy % Con esta expresion alude Antonio Géndido 2 Manuel Maria Barbosa du Bocage (795-1805) poeta partugués que figura entre 1s mayorcs del Setecientos y uno le los mejor dotados de la lengua, Su proclividad a lo satitico y burlesca le dio, en su tiempo, gran popularidad. CN. del T.>. * Antonio Céndido, “Oswald viajante”, 0 Observadcr Literdrio, cit, XXXVI suele Hamarse —sin que contenga, a no ser raramente, el arte del argu- mento paraddjico y la poesia mordaz y alegre de Oswald— protesta” Aqui se impone una reflexién de Theodor Wiesengrund Adorno, cuando este autor, al pasar revista a la evolucién de la novela moderna, muestra que aquello que suele lamarse formalismo, en terminolagfa peyo- tativa, es, al fin de cuentas, el verdadero realismo. Ese formalismo no falsea lo real, buscando una concilfacién inexistente entre la realidad y el sujeto a través de una forma novelada ilusoriamente ordenada y pacificada, sino que es una réplica a su problematicidad concreta, cues- tionando de igual modo Ja estructura de Ia obra. Esto se produce, por ejemplo, con la destraccién del continuum temporal empirico en Joyce y Proust. “Se destruye el continuum temporal empirico en Joyce, y tam- bién en Proust, porque la unidad biogrdfica de los datos personales se muestra inadecuada a la ley formal, exteriormente, y a la experiencia subjetiva a la luz de la cual esa ley se configura, De tal modo, un pro- cedimiento Jiterario como ése (...) entra en convergencia con la dila- ceracién del continuum temporal en Ia realidad, con la desaparicién de una experiencia prictica, perecimiento que, 2 su vez, remite finalmente al proceso tccnificado de la produccién de bienes materiales, ajeno al tiempo” ®. La anarco-forma del Serafim Ponte Grande es el “habitat” natural de la conciencia dilacerada de su autor, que, al borde de una asuncién critica y de una definida toma de posicién ideolégica (en 1931, Oswald de Andrade y su compaiiera, la escritora Patricia Galvao, “Pagii”, se incorporarian al Partido Comunista), necesitaban un brusco choque desenajenante, una reptura contundente con ef pasado bohemio y “bur- gués”, a fin de convertir esta negatividad en positividad militante. Pero Ia obra, como objeto, trasciende les circunstancias de su sujeto transitorio, y gana un contenido prospectivo que puede compensar, mds adelante, en otra conjetura, las crisis de esa misma profesién de conviccién y fe mili- tante. Ya que, como bien sefialé el historiador del Modernismo brasileiio, Mario da Silva Brito, “por asombroso que parezca, Oswald era un mora- lista y, en esa condicién, luché por el cambio de las costumbres sociales y politicas, literarias y artisticas, con el deseo de contribuir a la Iiberacién del hombre y de su pensamiento ético y estético” ”, La recuperacién, en términos nuevos, del contenido antropofigico del Serafim Ponte Grande es lo que intentara hacer Oswald de Andrade en * Oswald de Andrade, Merzoria sentimentali di Giovanni Miramare (a cura di Giovanni Cutolo, prefazione de Giuseppe Ungaretti), Milén, Feltrinelli, 1970. Ver también Oswald de Andrade, Serafino Ponte Grande Ctraduzione di Daniela Ferioli, neta de Haroldo de Campos) Turin, Einaudi, 1976. * Th. W. Adorno, “Voraussetzungen Caus Anlass einer Lesung von Hans G. Helms)", Akzente, N¢ 5, Munich, octubre 1961, hoy en Noten zur Literatur, Frank: furt am Main, Subrkamp Verlag, 1973. * Mério da Silva Brito, Angulo « Horizonte, Sdo Paulo, Librerfa Martins Edi- tora, 1969. XXXVI su tesis A Crise da Filosofia Messidnica (La crisis de la filosofia mesia- nica), al comienzo de la década del 50, en el clima de desencanto y frustracién que culminarfa en el desenmascaramiento de Ja opresién stalinista “. Al fin de cuentas, la obra de arte es un “sistema comnotativo’; su “mensaje segundo” se deja enriguecer continuamente por la historia, y la posibilidad de su relectura de manera siempre renovada es un dato faseinante de la relacién dialéctica cntre la “serie literaria”, por un lado, y la “serie social”, por otro. Parte esencial de la actividad critica de Oswald de Andrade esta re- presentada por sus dos manifiestos, textos en los cuales se configura la historia polémica de las ideas modernistas, Ambos ya fueron aqui abor- dados. Cabria, tan silo, enfatizar a esta altura que cl “Manifiesto An- tropofago” de 1928, siendo el complemento natural y la radicalizacién del “Manifiesto Pax Brasil’, de 1924, se orienta hacia una visiGn brasi- lefia del mundo bajo la forma de la ingestin, para una asimilacién critica de la experiencia extranjera y su reelaboracién en términos y citcunstan- cias nacionales, configurando una alegoria, en ese sentido agresivamente combativa, dcl canibalismo de nucstros salvajes. No se trata, en este caso, de un nuevo “Indianismo” idealizade c idilico (cosa que pretendid, en cambio, el grupo “Verde-Amarelo’, de Cassiano Ricardo y Plinio Salgado, matriz generadora del “integralismo”, la variante brasilefia del fascismo italiano). El “verdcamarelismo” de 1926 Cdespués de la Es- cuela de la “Anta”} pretendié combatir, pero, en realidad, diluyo los ex- perimentos oswaldianos, reemplazando su contundencia critica por un nacionalismo patrictero y grandilocuente, y favoreciendo una Jiteratura decorativa, impostada, de fantoches en tecxicolor (sirva de ejemplo cl gi- gantismo ufanista y caricaturesco, el oplimisme magnificador, pseudo- épico, del Martin-Cereré [1928] de Cassiano Ricardo, producto arqueti- pico de esa escuela} ®, Oswald de Andrade, con mordacidad implacable y certera punteria, clasificé a la vistosa y superficial literatura “verde- amarelista” como “triste xenofobia que terminé siendo una macumba para taristas” “, 4 Oswald de Andrade, A Crise de Filosofia Messidnica Ctesis para concursar a la Cétedra ce Filosofia, de ta Facultad de Filosofia, Ciencias 'y Letras de la Univer- sided de Sao Palo). Por xazones de orden formal (el autor era hachilier en De- recho, no teniendo formacion filoséfica regular}, Oswald de Andrade no llegé 2 participar en el concursa. La tesis fue impresa en 1950, en la Evepresa Grafica da Revista dos Tribunais, Sé0 Paulo. ®“Yerde-Amarillo” vale decir: los colores de a bandera del Brasil en una clara alusién a lq nacional, sobre cuye sentido se ocupa de inmediato Haroldo de Campos (N. del T.). *E) anarquismo revolucionario de Oswald de Andrade se transforma en el ma- nigiesto “Nhengacu Verde-Amarelo”, de 1929 (plataforma de la Escuela de la “An- 12”), en conservadorisma prudente y Meno de cautclosas indefiniciones. Declaran los ‘verde-amarelistas: “Aceptamos todas las instituclones conservadoras, pucs es ch su interior donde efcctuaremos Ja inevitable renovecién del Brasil, come lo hizo, 2 través de cuatro siglos, el alma de nuestra gente, en todas las expresiones histéricas”. “Oswald de Andrade, “OQ Caminho Percorrido”. Ponta de Langa, cit. XXMIX La busqueda oswaldiana de lo primitive, de lo elemental, nada tenta gue ver con ese nevindianismo omamental, suscitado como réplica de las tesis antropofagicas por los partidarios de la “Anta”, contrarrevolucién de nitidos matices conservadores y restauradores, En cl “Manifiesto An- tropofdgico”, Oswald habia proclamado, incisivamente: “Contra el indio de candelero. El indio hijo de Maria, ahijado de Catalina de Médicis y yerno de Don Antonio Mariz*. Fsto para subrayar que su “indio” nada tenia que ver con Jos “indios buenecillos y conformes de tarjeta postal y lata de galletas’. El “indio” oswaldiano no cra cl “buen salvaje” de Rousseau, acunado por cl Romanticismo y, en la literatura brasilena “arrallado por la suave invitacién de Alencar y Gongalves Dias’, Se trataba de un iudianismo al revés, inspirado en el “canibal” de Montaig- ne (Essais, Libro 1, Capitulo XXXI “De los Canibales”), de un “mal salvaje” y, por lo tanto, para ejercer su critica C“devoraciin") esclare- cedora contra las imposturas del civilizador “, El unico precursor de Os- wald de Andrade, en ese sentido, pare haber sido el visionario poeta Joaquim de Sousa Andrade, oriundo de Sao Luis do Maranhio y conocido como Sousindrade (1832-1902) que sc valid, realista y satiricamente, de pretextos indianistas en el pandemonio “camavalizado” del episodio “El ‘Tatuturema” de su largo poema O Gxesa (canto Ul, 1868)". Mario de Andrade en su Macunaima (1928), basado en el legendario indigena de Ja regién Amazénica, brindarA la encarnacién cabal de ese anti-héroe aborigen, cuya descarnada contrapartida ciudadana esta, precisamente, en Serafim Ponte Grande *. En la tesis A Crise da Filosofia Messidnica, de 1950, Oswald de An- drade retoma la vis authropophagica del “Manifiesto’ de 1928, de la Revista de Antropofagia (“13 y 2% Denticiones”, 1928/1929) y del ca- ® Alusién irénica a Peri, héree de la novela “indianista" O Guarani (1857), de José de Alencar, asi como de la épera del mismo nombre (1870), de Car: los ‘Gomes. * Las expresiones citadas, que pertenecen a Oswald de Andrade, fueron extraidas de “A Marcha das Utopias” (La marcha de Tas utopias), serie de articulos publi- cados en 1953 en O Estado de Sao Paulo, posteriormente rcunides en libro en la coleccion “Cuadernos de Cultura’, N° 139, Rio de Janeizo, Scrvica de Documen- fagdo, Ministério da Fducagso ¢ Cultura, 1966. * Montaigne, a su turno, declara haber tenido como informante a un “hombre que habia permanecido diez 0 doce afios en csa parte del Nucvo Mundo descubierto en este siglo, cn el lugar en que desembarcé Villegaignon y a la que dio el nombre de Francia Autdrtica”. Nicolés Durand de Villegaignon, almirante francés, fund una colonia en el Brasil, en 1555, en la cegion de Rio de Janeiro, En 1367 fucron desalojados los franceses y expulsados de tierras brasilefias por fuerzas por- tuguesas capitaneadas por Estécto y Mem de Sa. Los primeros dos libros de los Essais de Montaigne aparecieron en 1580. * Sobre Sousindrade, ver Augusto y Haroldo de Campos, Re/Visdo dz Sousdn- drade, S40 Paulo, Edigdes Invengdo, 1964. Idem, Sousdndrade / Poesia, Rio de Ja- neiro, Livraria Agir, 1966, 2 Antonio Candido, en cl ensayo “Estouro ¢ Libertacdo”, cit. sefialé con respecto a Serafim: "...nos cautiva por ser un estallide rabelaisiano; especie de suma sati- rica de Ja sociedad capitalista en decadencia v, por sa caracter de confluencia de temas y tics nacionales, una suerte de Macunaima urbamo". xL pitulo final del Serafim, tratando de repensar toda su experiencia humana y reinterpsetar sus ideas, en el mirador vivide de los 60 aiios. Accede a la reflexidn filosdfica no por la via sistemdtica del pensador de oficio, sino sumergiéndose en ella por la necesidad existencial de volver a si- tuarse criticamente en su tiempo y cn su mundo, de totalizar su mensaje final en una cosmovisién. El anarquismo antropofégico de Jos afios 20, ahora tefiido de existencialismo liberador, es de tal modo reencontrado, y pasa 2 ser un instrumento afiatado para la revisién de todos los “me- sianismos” Centre cuyas formas Oswald inclaye, francamente, el marxis- mo “institucionalizado” y burocratico de los sectarios de Stalin e Jdanov). La perspectiva utépica —que Oswald de Andrade desarrollaria a con- tinuacién, en 1953, en los dicz articulos de la serie “A Marcha das Utopias’— busca, en la aspiracién de transformaciones sociales radicales, su dimensién revolucionaria, y en Ja tecnologia humanizada, su contenido concreto, Oswald de Andrade, vislumbra una nueva “Edad de Oro”, post moderna, una cultura antropéfago-tecnoldgica, en la cual el hombre natural tecnificado Co sea, rescatado de sus servidumbres por el uso pro- gresista de las conquistas tecnolégicas, y bajo la égida del “matriarcado” Cvale decir, sin Jas amarras de la familia, la propiedad y el Estado de clases, propias de la cultura patriarcal, “mesidnica”), redescubrird la felicidad social y el ocio Itidico, prepicio a las artes. Haroipo pg Campos * Compérese esta anticipodora utopia oswaldiana con la “sociedad fria", vislun- drada por Lévi Strauss (‘‘Lecon inaugurale”, Collége de France, S. 1. 1960) y con la sociedad "setrihalizada” de Marshall McLuhan (Understanding Media, Nueva York, McGraw-Hill, 1965). En lo que respecta al arte y a la técnica serd oportuna recordar cl pensamiento de Marx, tal como Jo interpreta Kostas Axelos, Marx, penseur de ia technique (de Valienation de Yhomme a la conquéte du monde), Paris, Editions de Minuit, 1961. xLE MANIFIESTO DE POESIA “PALO-DEL-BRASIL” (1924) La poesia existe en los hechos. Los tugurios de azafrin y de ocre en los verdes de la Favela, bajo el azul cabratino, son hechos estéticos. El Carnaval de Rio es el acontecimiento religioso de Ia raza. Palo-del- Brasil. Wagner sucumbe ante las Escuelas de Samba de Botafogo. Bar- baro y nucstro. La formacién étnica rica, Riqueza vegetal. El mineral. La cocinada del vatapé. Fl oro y la danza. § Toda la historia Tordesillas y la historia comercial del Brasil. El Iado docto, el lado citas, el lado autores conocidos. Conmovedor. Rui Barbosa: un sombrero de copa en Senegambia. Todo revierte en riqueza, La ri- qucza de los bailes y de las frases hechas, Negras de Jockey. Odaliscas en Catumbi. Hablar dificil. § El lado docto. Fatalidad del primer blanco aportado y dominador poli- tico de selvas salvajes. El bachiller. No podemos dejar de ser doctos. Doctotes. Pais de dolores anénimos, de doctores anénimos. El Imperio fue asi. Eruditamos todo. Olvidames el gavilén de penacho. Le nimca exportacién de poesia. La poesia anda oculta en Ios bejucos maliciosos de la sabiduria. En Jas lianas de la morrifia universitaria. § Pero hubo un estallido en Ias ensefianzas. Los hombres que sabian todo se deformaron como globos inflados. Reventaron, La vuelta a Ja especializacién. Filésofos haciendo filosofia, criticos critica, amas de casa tratando de cocina. La poesia para los poetas. Alegria de los que no saben y descubren. 3 8 Habia habido la inversién de todo, la invasién de todo: el teatro de tesis y la lucha en el palco entre morales ¢ inmorales. La tesis debe ser decidida en guerra de sociélogos, de hombres de ley, gordos y dorados como Corpus Juris. Agil el teatxo, hijo de saltimbanquis. Agil e ildgico. Agi la novela, nacida de la invencién. Agil 1a poesia. La Poesia Palo-del-Brasil. Agil y céndida. Como una criatura. § Una sugerencia de Blaise Cendrars: —Tenéis las locomotoras llenas, vais a partir. Un negro gira el manubrio del desvio rotativo en que estais. El] menor descuido os hard partir en direccién opuesta a vucstzo destino. § Contra el gabinetismo, la prdctica culta de la vida. Ingenieros en vez de jurisconsultos, perdidos como chinos en Ja gencalogta de las ideas. La lengua sin arcaismos, sin crudicién. Natural y neolégica. La contri- bucién millonaria de todos Jos errores. Come hablamos. Como somos. § No hay lucha en tierra de vocaciones académicas. Hay sélo uniformes. Los futuristas y los demas. Una tinica Iucha —la lucha por el camino. Separemos: Poesia de importacién. Y la Poesia Palo-dcl-Brasil, de exportacién. § Hubo un fenémeno de democratizacién estética en las cinco partes sabias del mundo. Instituyérase ef naturalismo. Copiar. Cuadro de ovejas que no fucra de para Jana, no scrvia, La interpretacién en el diccionario de las Escuelas de Bellas Artes queria decir reproducir tal cual... Vino el pirograbado. Las chicas de todos los hogares se volvieron artistas. Apa- recié Ja eémara fotogréfica, ¥ con ella todas las prerrogativas del pelo largo, de la caspa y de la misteriosa genialidad del ojo virolo —el artista Fotdgrafo. En Ja misica, el piano invadié las salitas desnudas, con almanaques cn la pared. Todas las chicas se volvieron pianistas. Surgié la pianola y el piano de cola. La pianola. Y la ironia eslava compuso para la pianola. Stravinsky. La estatuaria se quedé atrds. Las procesiones salievon nuevecitas de las fabricas. Sélo no se inventé una maquina de hacer versos — ya habia el poeta parnasiano. § Entonces la revoluciém indicé apenas que el arte se volvia hacia las lites. Y las élites comenzaron deshaciendo. Dos fases: 1%, la deformacién a través del impresionismo, la fragmentacién, el caos voluntario, De Cézanne y Mallarmé, Rodin y Debussy hasta ahora. 2%, el lirismo, la presentacién en e] templo, Ios materiales, Ja inocencia constructiva. F] Brasil oportunista. El Brasil docto. Y la coincidencia de Ja primera construccién brasilefia en cl movimiento de xeconstruccién general. Poesia Palo-del-Brasil. § Como la época es milagrosa, las leyes nacieron de la propia rotacién dinémica de los factores destructivos. La sintesis EL cquilibrio El acabado de carroceria La invencién La sorpresa Una nueva perspectiva Una nueva escala. § Cualquier esfuerzo natural en ese sentido serd bueno. Poesia Palo-del- Brasil. § F] trabajo contra el detalle naturalista —por la sintesis, contra la mox- hidez romantica— por el equilibrio gedmetra y por el acabado técnico; contra Ia copia, por la iwvencién y por la sorpresa. § Una nueva perspectiva. La otra, la de Paolo Ucello cred el naturalismo de apogeo, Era una ilusién éptica, Los objetos distantes no disminufan. Era una ley de apariencia. Entonces, ef momento fue de reaccién a la apariencia. Reac- cién a Ja copia. Substituir Ia perspectiva visual y naturalista por una perspectiva de otro orden: sentimental, intelectual, irémica, ingenua. 5 Una nueva escala: La otra, la del mundo proporcionade con letras en los libros y nifios en los brazos. El anuncio produciendo letras mayores que torrcones. Y las nucvas formas de Ja industria, del transporte, de la aviacién. Postes. Gasolinerias. Riclcs. Laboratorios y talleres técnicos, Voces y tics de alambres y ondas y fulguracioncs. Estrellas familiarizadas con negativos fotograficos. El correspondiente de la sorpresa fisica en el arte. La reaceién contra el asunto invasor, ajeno a la finalidad. La obra teateal de tesis era un arreglo monstruoso. La novela de ideas, una mez- colanza. El cuadro histérico, una aberracién, La escultura elocuente, un pavor sin sentido. Nuestra época anuncia la vuelta al sentido puro. Un cuadro son lineas y colores, La estatuaria son vohirnenes bajo la luz. La Poesta Palo-del-Brasil es un comedor dominguero, con pajaritos cantando en la selva reducida de las jaulas, un sujeto flaco camponiendo un vals para Flauta y la Mariquita leyendo el diario. En los diarios anda todo el presente. § Ninguna férmula para Ja contemporanca expresién del mundo. Ver con ojos libres. § Tenemos la base doble y presente —-Ia selva y Ja escuela. La raza cré- dula y dualista y la geometria, cl dlgcbra y la quimica Iuego después de la mamadera y del té de yerbabucna. Una mercla de “duérmete mi niao, duérmete ya-ya, si no viene el cuco que te comerd” y de ecuaciones. Una visién que embone en los émbolos de los molinos, en las turbinas eléctricas, en las fabricas productoras, en las cuestiones bursitiles, sin perder de vista el Museo Nacional. Palo-del-Brasil. § Obuses de clevadores, cubos de rascacielos y Ia resarcida pereza solar. La rezada. El Camaval. La energia intima. E} zorzal. La hospitalidad un poco sensual, amorosa, La nostalgia de los hierve-hierbas y los campos de aviacién militar. Palo-del-Brasil. § EI trabajo de ia generacién futurista fue ciclépeo. Ajustar el reloj im- perio de la literatura nacional. Realizada esta etapa el problema es otro, Ser regional y puro en su época. § F1 estado de inocencia substituyendo al estado de gracia que puede ser una actitud del espiritu. § E] contrapeso de la originalidad nativa para inutilizar la adhesién aca- démica. § La reaccién contra todas las indigestiones de sabiduria. Lo mejor de nuestra tradicién Iirica, Lo mejor de nuestra demostracién moderna. § No még brasilefios de nuestra época. Lo neccsario de quimica, de mecd- nica, de economia, de balistica. Todo digerido. Sin mitin cultural, Prdc- ticos. Experimentales. Poetas. Sin reminiscencias librescas. Sin compa- raciones de apoyo. Sin investigacién etimolégica, Sin ontologia. § Barbaros, crédulos, pintorescos y ticrnos. Lectores de diarios, Palo-del- Brasil. La selva y la escuela. El Museo Nacional. La cocina, el mineral y la danza. La vegetacién. Palo-del-Brasil. (Correio da Manha, Rio de Janeiro, 18 de marzo de 1924) (Traduccién: Hector Olea). MEMORIAS SENTIMENTALES DE JUAN MIRAMAR A Tarsila do Amaral y Paulo Prado Pueda por mientras Acostumbrar al vuelo @ nuevas alas, Fn las que algin dia os Heve CO Uruguai, de Basilio da Gama) Y si encuentra que hablo oseuz no me tache, ya que el tiempo anda cargado; encionda una veladora en el entendimicnto. ARTE DE HURTAR A GUISA DE PREFACIO JOAO MIRAMAR abandona de forma momenténea el periodismo para hacer su entrada de hombre moderno en la espinosa carrera de las letras. ¥ se presenta como el producto improvisado y por ende imprevisto, ¥ quizds hasta chocante para muchos, de una indiscutible época de tran- sicidn. Tal y como los tanques, los aviones que bombardean cindades sobrecogidas de pavor, los gases asfixiantes y las terrtbles minas, su estilo y su personalidad nacieron de los clarinazos cadticos de la guerra. Porgute yo seguiré Uamando guerra a toda esta época desbarajustada de inéditos valores y estridentes ofensivas que nos legé el otro lado allende el Atldntico con las primeras bombardas heroicas de la tremenda confla gracién europea. El glorioso Tratado de Versalles que le puso término a la locura nictzscheana de los guerreros teutones no fue sino un minuto de tregua en tna hora de sangre. Después de él, presenciamos la propagacidn orgdnica de todas las convulsiones sociales. Poincaré, Artur Bernardes, Lenin, Mussolini y Kemal Pashd, frente al fracaso idealista de Wilson y eh ddtimo estertor rojo del sindicalismo, intentan capitulos inéditos en ese portento que es el cédigo de los pueblos. ¢Quiéu podria prever lo de Rehr? :Quién podria prever el “pronunciamiento” espaiiol? zY la catda de Lloyd George? z¥ la telefonia sin hilos? Es légica que el estilo de los escritores acompaite la evolucién emo- cional de las ambiciones humanas. Si en mi fuera interno, un viejo sen- timentalismo racial vibra ain en las dulces cuerdas alejandrinas de Bilac y Vicente de Carvalho, no puedo dejar de reconocer el derecho sagrado de las innavaciones, no obstante que amenacen con despedazar cn sus herciileas manos el oro forjado durante la era parnasiana. ;VAE VICTIS! Aguardemos con calma los frutos de esta nueva revolucién que nos presenta por vex primera el estilo telegrafico y la metafora punzocortante. El Brasil, desde la tenebrosa edad de las capitanias, vive en estado de i sitio, Somos feudales, somos fascistas, somos ajusticiadores. Ningnna época de la historia fue nds propicia a nuestro ingreso en el concierto de las naciones, ya que esiamos en plena época de desconcierto. Brasil, pais situado en América, continente de donde partieron las sugerencias me- cdnicas y colectivistas de la modernidad literaria y artistica, es un pais privilegiado y moderno. Nuestra naturaleza como nuestra bandera, hecha de glauco verde y de amarillo gualda, es propicia a las violenelas mara villosas del color, Es justo pues, que nuestro arte también quiera serlo. Al vespecto de la glotologia de Juan Miramar, salvo algunos lamen- tables abusos, te doy mi aprobaciéu, sin llegar, por ello, a adoptarla ni 4 aconsejarla. 38erd eso el Brasilefio del Siglo XXI? Ha sido asi como él ha tenida por bien justificarla, haciendo frente a iis reticencias criticas, No deja de ser interesante y original el hecho de que la labor de plasmar una lengua modernista, nacida de la mezcla de portugués aunado a las contribuciones de las demds lenguas inmigradas entre nosotros, tienda paraddjicamente hacia una constraccién de simplicidad latina. Tan sélo 4 una cosa le opongo legitimas objeciones —se trata de la violacion de das reglas comunes de puninacidu. Ello acarrea lamentables confusiones, a pesar de que, sin lugar a dudas, se haga sentir “la gran forma de la frase”, como dice Miramar pro domo sua. MEMORIAS SENTIMENTALES —zpara qué negarlo?—. es el cuadro vivo de nuestra maquina social en el cual un novel novelista trata de hacer escople con la decidida seguridad de un profesional del subcons- cliente de las camadas hunanas, Améw de todo ello, hay en este libro nuevo un serio trabajo en torno a@ la “vuelta al material en si” —tendencia muy de nuestra época como puede observarse en el Salén de Otono, Qué listima que los espiritus tacaiios y provincianos se sientan emtba- razados al descifrar el estilo en el que estd escrito tan atildado cuan mordaz, ensayo satirico. Benito PeREz-ATROZ I. EL PENSIEROSO Jardin desencanto La tarea y procesiones con mantos Y candnigos Allé afuera Y¥ un circo vago y sin misterio Serenos ocarinando en noches Henas Mamé me Ilamaba y me Stevaba hacia adentro del oratorio de manos juntas. —E] Angel del Sefior le ensefié a Maria que estaba para ser la madre de Dios. Parpadeaba la mecha del aceite botijén encima del vaso. Un maniqui arrumbado se herrumbraba. ~—El Sciior sea con vosotros, bendita sois entre las mujeres, las mujeres no tienen piernas, son como el manigui de mamé hasta abajo. Para qué piernas en las mujeres, amén. 2. EDEN La ciudad de Sao Paulo en Sudamérica no era un libro que tuviera cara de alimafias extrafias y animales de historia. Sélo en noches de estio de festios de grillos simulacraban campo aviatorio con los berridos del invencible San Vito las cucarachas turbias del comedor. 3. ESTACION DEL INFINITO Papé estaba enfermo en cara y venia um coche y un hombre y el coche se quedaba esperando en cl jardin. i3 Me Ilevaron a una casa vieja que hacia dulces y nos mudamos para el cuarto del buerto donde habia wna higuera en Ja ventana, Durante cl desmoronamiento de la comida nocturna Ia voz toda de negro de mam4 me iba a buscar para el rezo del Angel que cargé a mi padre. 4, RATEROS DE CRIATURAS El circo era un globo encendido con miisica y confites a Ja entrada. Y equilibristas caballos payasos descerrajaron desarticulaciones carca- jadas para mi trono de palo con gente en torno. Me gusté tanto la tierce de la Compota que tuve envidia de las ganas de haber sido robado por los gitanos. 5. EL PELIGRO DE LAS ARMAS Enuré a la escuela mixta de Dofia Engracia. Ella me dio un libro con cien figuras para contarle a mamé la historia del rey Carlomagno. Rolando en combate pinché con un palo la encia afligida del Mano- lito que era hijo del tendején de la esquina y mamé le puso fuego a mi Dorindana. 6. MARIA DE LA GLORIA Negra chiguitica del peso de las cadenas, Cabellos blancos y un pa- ragues. EL mecanismo de las piernas bajo la falda centenaria se desenrollaba de la casa lenta a Ja escuela por Ja mafiana blanca y de tarde azul. Iba al frente columpiando mochila por portones faroles cuando nifio. 7. FELICIDAD Napoleén que era un gran guerrero que Maria de la Gloria conocié en Pernambuco dijo que el die mas feliz de su vida fue el dia que hice mi primera comunién. 8. FRAC DEL ATEO Sali de Dofia Engracia porque gandul no podia continuar en clase de nifias. Me matricularon en Ia escuela modelo de listones de cuadros en las paredes albas escaleras y un olor a limpio. 14 Profesora flaquita y recreo alegre empezé la clase por la tarde un bigote de pias alambrado en el gran maestro Sr. Contreras. En el silencio tic-tac del comedor le informé a mam4 que no habia Dios porque Dios era la naturaleza. Nunca jamds volvi a ver al Sr. Contreras que se fue al Infierno. 9, GALLETAS MARIAS Los dias pasaban en el salén violeta de Monsieur Violet. Nunca se abria el ventanal de Ia calle pero eran las cuatro de la tarde debido a una escuela de la vecindad Jos chicos pasaban platicando y jugando tosto- nes y canicas. All§ adentro una méquina de coser salia del andén. ‘Amanecia en el aposento abandonado por el macse. Era Madé de medias cafdas, faldas zanconas y entre manos vacilantes en los ramos el ailtimo retofio de los Violet. Permanecia sonriente inves- tigando mis libros clibujos mapas del secreto Mundo. El chiquillo despegaba la manita del brazo distraido y daba la vuelta cientifica del sillén y chillaba cabellos de muestra. Era un chisguete de las mangas con encajes de las piernas rubias abiertas. Thanse cn uma procesién de pasos. Lejos la maquina volvia a la pla- taforma quieta de la costura. 10, DERRAPON Ne dije nada de lo que queria decir a Mado. Un sorprendido dia entré en una reunién junto a Ja casa porque el maestro se quedé difunto cartero y habla un pobre cajén en Ja sala de cirios. La viuda envejecida era un pecho de tablas. Y en un rineén Madé Horaba cl destino de las Magdalenes. 11. COLEGIO Pandillas encabritaban salones blancos y corredores perfectos con esten- térco fumoir en el aula de dibuio de Don Quijanito. El director colorado salia del suelo detras de la panza y de la sotana. Y con modos mandones simpatizé cinico conmigo el pelirrojo Pepe Chelinini. 42, CIUDAD DE RIMBAUD Mamé queria que yo fuera cl mejor alumno pero en la apertura expla- nada donde los dems boleaban caia vida del tafier de Jas forjas y de Ios tranvias cn el contorno de pitos y pregones, 15 La chicharra era un badajo de sonoridades. E} griterio meridiano reventaba pompas de jabén en el tropiczo entre Jos goals de un wiltimo kick de altura. ¥ se juntaban los retrasados a las filas formadas para que yo dejara de escuchar Ja ciudad ultima por detr4s del mascarén en andas de los guardias, 13. MUDANZA En casa de tia Gabriela habia el espacio de mis libros en un sofa frontal para que mama me mirara. La familia parienta Hegs de noche de la Hacienda Nueva-Lombardia con la aya malhaya y el sistema Knepp en los pies de las primas trigue- as. Criados y criadas negtitas y una mantequilla diferente. 14. UN PRIMO Mama charlaba mucho con tia Gabriela porque eran viudas, Y Paquite inguietaba mi tranquilidad con afies menos para cartitos hechos para bajadas colinas futimo amigo del mucamo conseguidor de almanaques en las boticas. 15. CONSEJOS En el dorntitorio regaiios querides no querfan que yo me juntara con mi primo, Paquito no tuvo educacién desde nifio y por eso le gustaba haraganear. {Qué dirtan Tas familias de nuestras relaciones si me vieran en travesucas escandalosas 0 con sirvientes? Eran de las tmicas que debia- mos frecuentar. Yo encontraba abominables a las familias de nuestras relaciones. 16. SERPENTARIO DE BUTANTAN La prima Nair que estaba de interna con las hermanas cachetonas Zclia y Catita en otro colegio mandé una carta pata Paquito dicién- dole asi: “gYa sablas que estoy en la clase amoratada? Las nifias no son tan maliciosas como en el internado de Miss Piss. Pero... nunca vi un espiritu civilizado como el de ellas. Pues como no tienen muchachos para enamorar se enamoran entre si, Todas tiencn un novio como ellas dicen y es otra muchacha: una hace de él y otra de ella. ¥ cuando las chicas se encuentran se besan como prometidos. Por més que no se quiera convertirse como ellas, inconscientemente sc pega. Las chicas de ahora ya no son como las de antes. Muy pronto nacerdn 16 sabicndo. Una a los seis dejd de ser inocente; ya traen desde criaturas esas miraditas que més tarde serviran para malicia. Yo sélo empecé a saber de la vida a los diez afios. {Hoy cn dia con siete ya se sabe de todo!”. 17. POR EJEMPLO Pepe Chelinini le ponia cola y cucrnos a mis teorfas maternales. Era un perdido pero compraba a kilos la apologética de los compafieros. Hijo de cereales menudeos retintinaba monedas en el barril de los bolsillos y menguados brotes de aristocracias le tendrian serdficos silencios para coscorrones menudeados. El Pitazo, primero de ta clase, le sonaba las lecciones de latin y de inglés. ¥ a la salida, se juntaban narices zancudas con libros, frente a la calesita metalica esperandolo en el callején de los helados. 18. INFORMACIONES Gustavo Dalbert en una noche de mechén y cigarro me dijo que cl arte era todo y que la vida nada. Eta misico y se iha a vivir a Paris conmigo, el amigo y joven poeta Juan Miramar. Habia otro artista por el barrio, el Bandera baritono y demas poetas en Ja ciudad. 19. BICICLETA DE ONAN De Aguas Resecas, bajo gajas golosinos de tias lejos, cl Paquito desterrado de vacaciones, me escri “Ya le mandé dos cartas a mama pensando que Ilegarian cuanto antes pero hasta ahora no Hegaron. ‘Ando por acd sin ninguna diversién. El rio es muy peligroso y pe- quefio, ¥ tampoco hay chicos, Paso los dias como en la hacienda donde no habia nada que hacer sino yicios. Voy a hacer como alla si mama no quisiera mandar Ia biciclela que ya estoy pidiendo”. 20. RUMBO SENSACIONAL Fuimos devueltos en paquetes de dos y de tres por cl portén colegial donde acabébamos de tener Ia ultima clase de tantos afios. Poeta y miséntropo él Sr, Machuca nos preparé un adids de discurso. Partiamos en direccién de la vida —-sendero donde debiamos de encon- trar muchas veces abismas cubiertos de flores. 17? Callados en un dngulo del tridngulo nos separamos de Pepe Chelinini que iba para el comercio. 21. LA CLAQUE La tela oscura encuadraba lo raso del cielo donde alld abajo Gisella Doni cantaria la Princesa de los Déltares y los habitués de gayola se sentaban a nuestro lado. Than Hegando misices y primeras caras desocupadas se enjaretaban en los agujeros de la platea. Yo descaba secretamente a Gisela. Escalones Menaban confusas escalas de flautas y contrabajadas de afinacién. La platea le hacia publica al amor que sentia. ¥ cuando palcos palmas y butacas jalaban el chaquetén del maestro, en un silencio la partitura partia con Ja batuta estrepitosamente. 22, MASONERIA Adversos a los favores de la ciudad ibamos pasos alli pasos alld yo y Dalbert de suerte excepcional. Calles cuartos la Mave bar desiertos vibraciones alborotos adulterios énfasis. EL parén fue en un caserén azul en vol-plané sobre el val-detirios incultivado de Anhangabai. La corona del Teatro Municipal ponia patetismos negros al rojo de Jas auroras necturnas. Y Pedro Peres Peretra que no era artista ni nada aparecia enteco y una tarde consiguié el subsidio gubernamental para estudiar por Paris. 23. QUIROMANCIA EI Bandera baritono leia a Belmiro Braga y descartaba esperanzas de entrar en la diplomacia como diplomético. Se elaboraha vaticinios frente a su padre de calva gramatica. Y nos mostraba versos diciéndose partida- nio de la poesia vagabunda aungue Ilena de alma. Se habia ido a pasar una semana gigolosa en Ia pensién de Georgina en Santos. Lo dejgbamos por Ja noche de deshoras y partiamos a cenar a Ndpo- les con pizzas chorreadas de tomate y queso y un vino reciéntlegado en el nocturno de Caserta. Abria titeres de suefio organillo ritmico y quebrantador de valses en el aire estrellado. Después, de arriba, pensién de artista, caian gotas profundas de Cho- pin en la comida. 18 24, GUILLOTINA Enrielado por los nervios criticos del Licenctado Limén Bravo fui arrojado en Ia cartelera de escenarios al Jado del corazén de Gisela. Tas barbas alemanas de un médico besaban ceremoniosas manos de actrices, Mangas de camisas y bomberos con retazos de selva impresio- nista zodaban érdenes del cielo como de playas verticales. Ella tiré su direccidn como un cobre a mi corbata declaracién de amor. 25. AMIGO DE FAMILIA Vivia cn cinco pisos Rua de Sao Bento, Yo le entregaba por noches para- Iclas un chaleco de terciopelo cortesia con periddicos pegajosos. Y mi madre cubierta de besos dejé que fuera a ver en Santos el mar de los embarques. Como alma gue lleva el diablo vi bajar la primera Navidad Iejos de casa con el consuelo de una dedicatoria de fotografia, Y la despedida se despedazé en um pasillo oscuro de camarotes. 26. ALEJANDRO EL GRANDE Dalbert con beca y trombén iba a partir a la conquista de Europa. Descendimos de cigarro despacio por Jos circulos de la ciudad por las cruces de los bares en un téte-atéte con el futuro. Lo vi entre un italiano y una boina rubia en el intervalo de las grdas negras del muelle que agitaban brazos de despedida. 27, VACACIONES Diciembre dio a luz de Jas salas enceradas de tia Gabriela a las tres jovenes primas de antcojos bien hablados. Paquito se estados-unia. Y¥ mi madre entre médicos de un lecho de crisis decidié mi intempes- tivo conocimiento viajero del mundo. 28. PORT-SALID Galpones de zinc de las darsenas rectas me clavaron como un rotulo en el tumulto de cargadores y curiosos ya que el Martha zarparia sdlo noche tropical. La tarde zambullia de altura en la palidez canalizada por trampolines de colinas y una fortaleza vieja. Y brutos cargaban el navio bajo sacos en hilera. 19 Marineros de las bodegas cerraban los méstiles guinchos y calmos oficiales memorizaban hombros atrasados. La barriga rigida de Ja escalerilla exterioriz6 lentos visitantes para quedar suspendida a lo largo de marinos rubios. Grnpos atiborraron el muelle parado. 29, MANANA EN RIO. El boquete del ambiente calmado del camarote cosmoramaba trozos de distancia en el litoral. El Pan de Aztcar era un teorema geométrico. Pasajeros cubiertaban el éxtasis oficial de la ciudad incrustada a crdteres. El Martha iba a cortar Ja Isla Fiscal porque era un cromo blanco pero piratas lo atracaron para carga y descarga. 30. CABOTAJE Al dia siguiente y otros el litoral del Brasil divisé calvas serranias pa- triotas. A la mesa se quebraban toilettes con sonidos de colores y caras de charangas y prisas de mozos. Una italiana de ojos fijos me chupé como groggy. Se amaba Madame de Sevri. La cara cacariza de un argentino de gafas equilibraba en mi mesa los bigotes chilenos de un universitario de los Andes. Las sefioras pretadas engordaban en exiguas jaulas sobre el combés, ¥ antes al contrario, Mademoiselle Sarah cra enjuta y virginal y cacareaba de noche en el salén acompaiiada al piano por un espadachin admicativo, 31. PRIMERAS LATITUDES La costa brasileita después de um salto de faro desaparecid como un pez. El mar era oleoso azul, F sol ahogado oteaba rascaciclos de nubes. Dos puntos mancharon el horizonte chispeando lejanos buenos dias sin hilo. Los ojos hipdcritas de los viajeros andaban lejos de los libros —en- tonces polichinelos sentados en sillas vacias. Las antenas rojizas del capitin del Martha sondeaban naufragios en los pefiascos de Madame de Sevri. De noche en el invernéculo habia festejos del Pocito en torno al dedicado y gordo médico de a bordo. Un cénsul del Kaiser en Buenos Aires viajaba como una congregacién. 20 Y¥ hasta Jargas horas cuando los grumetes traian el mar en bandcjas por encima de fa mesa de jucgo, las arrugas de un inglés tour du monde minuciosamente bebian. 32. ROLAH Una bela de abalorics rodaba detrés de un cabeza rubia. La bola daba alborotos y se llamaba Madama Rocambola. Entraban las ocho infalibles horas para hacer en e] desayunador pro- yechosa degustacién. Y Rolah traia a mi cielo de cine un sino invencible de letra de cambio. 33. VELERO La tarde tardaba. Se estiraba en los sillones, se escondia en la cubierta quieta, cabeceaba hasta que una escala de piano despertaba al navio. Madama Rocambola mulateaba un meneito cn cl dancing del mar. Me olvidaba mirando el cielo y la estrella diurna que venja a contarme salada del bafio cémo estudié en un colegio interno. Recordaba los noviaz- gos dormitorios de las primas. Una tarde Ia besé en la lengua. 34, TENERIFE Silbatazos en la cabina extrafia stoppararon al Martha de madrugada. Del cosmorama del lecho dos lincas de Juccs marcaban la fluctuacién de Santa Cruz de Tenerife. La tierra después de diez dias tenia negros quétales humanos. Catalejos sintetizaron la ciudad durmiendo para nuestra presencia. Ruidos rdpidos de chicharra anclaron al navio nocturno. Las arcugas del inglés pasaron y la cubierta despunté sus cabezas catalogadas, a isla salfa entera de la mafana salida del mar. Y sobre Ja ciudad dado montes se remontaron. 35. TIERRA FIRME La vida a bordo se puso rouge para la cercania de Barcelona. Adivinado en la niebla el peién de Gibraltar trajo hacia bindculos mediterrancos las primeras costas de Europa. Y Ia sombra de Montjuich con luces mareé la noche en que madame de Sevri sufrié rasgaduras en el jardin de organdi. al Levé nuestra despedida a una cena de calamares por callejones con caserones estrechos y chuscos dando la espalda a la rambla sonriendo con kepis y mantillas. 36. HOTEL DE RUSSIE Tiznadura ferroviaria para primer grupo y demés casas de gris que cl tren desdefiaba entre arboledas y letras anunciativas centineleando Ja linea Extremos aleanzados, la estacién subterranea d'Orsay me ebsequié un Dalbert seco come un chiccte con polainas. La pachorra de las calles mojadas orillé en un taxi las margenes sin hojas del Sena hasta populosas construcciones. Y tardes siguiercn arcos de la Rue de Rivoli con juanas-de-arco en Aureos potvos impdvidos frente a la espada lejos de la Torre Eiffel en blasén de gules. 37. LA MADO DEL PRINCIPIO Era hija puberteda del duefio del restorén de ojos azules. Las luefias tierras patrias crecian en el invierno de la sala como le- gumbres tardias. Y to oscuro de la escalera subia caidas al séptimo piso. Sofiamnos un libro de viajes. 38. PARALELAMENTE Dalbert sabia pedir gondron-citron en los bares con aventuras grisetas. Mudé catre pata casa diversa y huidas de expansiones pianales y pipas a solas. Carlosgomesaba cinco actos jugos de El Rapto de las Sabinas. Y tenia rendez-vous con Sarah Bernhardt en las horas bemoles del Luxemburgo. 39. CERVEZA Empalada on la limpida mafiana Alemania era una litografia gutural cuando los corazones mio y de Madé bajaron valijas en Miinchen. Paredes enormes daban comida a portales géticos. Un principe bavaro Megs para calzades pectiladas y gordas hurraron la carroza que ented en el gentio por mitrados caballos sdlidos. Y un bardo garganteé entre bocks en hume sonoro de walkirias. 22 40. COSTOLETTE ALLA MILANESE Pero en Ja limpidez de la mafiana pordiosera cormamusas vinieron bajo ventanales de grandes mansiones. Milin explayaba los Alpes inméviles al rocto. 41, VATICANO Raffaello Sanzio d’Urbino Ventarrén Muchas sébanas Y rAfagas deportivas de profetas Poncie Soponcio Monijcs al Pincio En la boca de la hornilla Fornarina ——Haremos todos con mucho gusto Jo que el maese suyo mande. —Y gue cada quicn pinte igualito asi a Rafael. Y el ventarrén agarré a los Berninis emperifollados para el asombro educado de las manadas Cook. —It is very beautiful! Pero San Francisco no creyé en nada de transfiguraciones bien di- bujadas. 42. SORRENTO Viejas velas cigarras Brumales en el mar vesubiano Con jardines lagartijos y doradas mujeres Entre muros de uvas callejas De huertos hartos Insectos piedigrottas Royendo cajillas de fésforo ‘Trigonometrias blancas En el crespén azul de agua napolitana Lejos ciudad siesta quieta Entre befandas precipitadas de espaldas Hilvanande grises frcligos de montes Un inglés viejo dormia boquiabierto como una boca ennegrecida de tunel ante anteojos civilizados. El Vesubio esperaba drdenes eruptivas de Thomas Cook & Son. Y una mujer de amarillo informaba para un sport en camisa que el matrimonio es un contrato indisoluble, 23 43. VENECIA Descuidadas cosas nuevas chispearon dias felices en la ciudad diferente de los dogos. Descolgados de la ventana del hotel el estrangulamiento de palacios horadaba bajo reloj de vidrio negro com horas dureas en direccién de la plaza bizantina. El campanile atiborrado de palomas cra um huso brénceo jpam-pom! Chicas callejuelas ostentaban durante el dia un comercio completo de ciudad visitada con serenatas nocturnas. Gristales joyas cueros labrados marfiles cafan con chales italianos de colores vives en canales de agua sucia. Gondoleamos graciosamente al Ponte di Rialto y suspiramos en el otro. Pero San Marco era wna luz eléctrica nocturna de bafio turco en un disparate de mundiales elegancias aviadoras circundando conciertos aten- didos con helados, 44, MONT-CENIS El alpinista de alpenstock descendid en los Alpes 45. AIX Albornoz y cafetanes de piel cttprica turqueahan en el expresso inter- nacional servilleteando sudores viejos. Hoja de afeitar el lago monoculaba hacia el sol entre litografias convexas. Montafias picoteaban tetas para la sed azul del cielo. Casas acarreaban pierrots en la carretera cuando de repente la estacién fiata de los bafios manifesté catdlogos coloridos de Riviera en el cemento de campanillas. 46. ANGLOMANIA Ocupamos boarding-house francesa en Albany Street no lejos del Hyde Park. Durante el dia almorzdbamos la ciudad visitando entre jardines momias del British Museum. 24 Llegaba la noche puntual y policemen corrian pesados toldos del cielo para que alejandrinales poetas compatriotas recorrieran de tube el famoso astro de la metrépoli color cenizo. Azotébamos la puerta a la cara clara y alquilébamos con Musset y Murger acogida de encajes en cortinajes insomnes. 47. SOHO SQUARE Picadilly produjo flujo y reflujo de sombreros altos y corredores condu- ciendo ingleses duros hacia masica y vajillas de puertas méviles y puer- tas inméviles. Elevadores cléxones cabs tubes caian de avién en Ja plataforma negra de Trafalgar. Pero nuestra cuadra ahora acuadrillaba en las accras gorros heterogé- neos penetrando sin nariz en el whisky de Jos bares. Bicicletas levantaban muslos viejos de girls para napolitanos venidos de Australia, E Isadora Duncan helenizaba operetas en et Hipédromo. 48. GRANIZADA Estiajes amables iluminaban instantes de cielos bajo calles mojadas de gorjeos en [os arbustos de los squares. Aunque la béveda de Iovizna de- rrumbara las cuadras. Y un dia el dinero Iegé sobrando dentro de un telegrama con res- pucsta pagada para mi rapido regreso. 49. PAS-DE-CALAIS Pequefio vapor que nos empujé de Dover sobre ruedas continuas en medio de la noche. FI combés se encapotaba de sombras pero asi como perdimos las luces inglesas encontramos fas Iuces de Francia en el mar. 50. ADIOS Y JAZZ BAND La voz de las hijas prédigas grité hacia nuevos personajes que era Madé en la Butte. Un perro Jadré a Ia puerta barbuda en mangas de camisa y una lin- terna bicolor mostré Jos iluminados en Ja entrada de Ja pared. FI cancerbero echado tenia dos caras con una de esfinge y cabellos nenes. Pero la calzada deslizante de Pigalle me Ilevé a solas por tapetes de luces y de voces al aguardiente escotado de un dancing con groggies 25 satinadas picrnas en la mezcolanza de cuerpos y de globos y de organillos con tambores, 51. 14 DE JULIO ¥ en la extensidn armada kioskos boulevardeaban con bromas populares en la fiesta de los cuatro rincones semanales de la ciudad celebrante y nocturna de la feria de musica mecdnica, Mateméticos ancas midinettes de piernas al aire sobre peces circulares en un océano aéreo de arménicas. Barbaros ingenios roncos ponian y reponian hijas de talleres en derra- pones tour de France con mantequilleras cencerrando familias. Ruedas verticalaban alharacas de sombreros. Gritos desnatados, zambullidas cn cl mar del cielo, indios adelante. Desfiles casaban Picasso, Satie y Juan Cocteau. Ciclistas despegaban como iteres efernos. Noche y sentido inmediato de Kermesse y pares pdreos. 52. INDIFERENCIA Montmartre Y los molinos del frio Las escaleras lanzan almas al jazz de piernas desnudas Mis ojos van buscando recuerdos Como corbatas halladas Afioranzas brasilefias Son moscas en la sopa de mis itinerarios San Pablo de tranvias amarillos Y romanticismos bajo Arboles noctambulos Los puertos de mi pais son platanos negros Bajo palmares Los poetas de mi pais son negros Bajo platanales Los platanales de mi pais Son palmas calmas Brazos de abrazos desterrados que silban Y faldas almidonadas El ring de la riqueza Brutalidad jardin Aplatanarse Rue de Ja Paix Mis ojos van buscando corbatas Como recuerdos hallados. 26 53. LA CALMA MAR DESCRITA POR HOMERO Después Almeria despertS ef paisaje del mar en Jas columnas que es- trechan a la estrecha entrada de tierras mediterraéneas. En Africa Ceuta sepulcraba luz lunar. ¥ del otro lado Ja piedra anglo-pefiascosa hincaba la garra en Espatia. 54, ESCARPA DEL MUNDO En Las Palmas quedaron entre barbas alpestres y kodaks jévenes pro- yectos ascensionales. Nubes se encastillaron sobre aventureros que demandaban Sao Paulo. Dakar negred en Ja pura pérdida de aquellos ojos verdes que eran mi diario de a bordo. Sacerdotes polacos cantaron para las olas ferretes mientras partidas de ajedrez explicaban la cternidad. Y Ja tierra natal espié por un faro en la noche borracha. 55. CORDEL DE LUCES EI viento sacudia la madrugada como un marido, Aunque ella escudri- fiaba to obscurecido obstinado. Una lejos nitidez borroned Ja izquierda en la evidencia lenta de una linea larga. 56. HUERFANO Fl cielo echaba baldes de agua sebre e! nocturno que me devolvia a S40 Paulo. Fl convoy frend lente para las calles mojadas, agujeré la estacién sun- tuosa y me arrojé en los lentes anifiados de un grupo negro. Sentdéronme en un automévil de pésames. Largo sollozo empujé el corredor conocido contra el pecho flaco de tia Gabricla en el ritmo de luto que vestia la casa. $7. HINTERLAND La Estacién de la Luz quedé quieta en la quinta maiana con embarques deportives para disputas balén-piesisticas de vivos colores en los estaclios rurales, Maticgos matinales pullmanaban civilizaciones, Y mis ajos morenos procuraron almorzar los ojos de Ja prima Zelia. 27 La laparotomfa de la adolescencia le moché rasantes cachetes con pr tesis mintisculas de senos y modales de caza presa con rizos. EI matorral remataba hangares viales y vivasarribas en la linea. 58. NUEVA-LOMBARDIA Mojé secas pestafas por el rincén jorobado que vio nacer a mi padre. La punta roja de la estacién de Aradépolis era un cintaje de cocoteros. Fordcingos kilometraron azafranes de ocaso. ¥ la noche chapopoteada empind palenques brasilicos por entre cafe- tales y papalotes de estrellas. 59. UNA DE VAQUEROS Sombrerones y revélvercs ultimo modelo salian mecdnicamente de los telones escandalosos y paseaban calmosos en calles itrigadas de polvo rojo. Notariales transmisiones de papel tostado y estampilla del imperio con inopias millonarias a quien corresponda. Cabezas contadas en tranqueras frigorificaban el alza a través de neo- compajiias transatlanticas. Piernas amputaban brutas botas. Rancheros mitotes retretas filas pokers con ascsinatos de pantalén caqui para récords de punteria humana por la carretera. Y la Tierradentro hacia alld eldoradaba siempres y libertades. 60. CORTEJO Venian motives como langosta para que yo y Zelia comiéramos moras en bosques de bocas. Requesones hastizban mesas de bollos. Destinos campantes como vacas se aquietaban por campos de sol pa- rado. La vida iba Jenta como ponientes y quemas. Un matinal arreglo desenvuelto de ligas moreneaba muslos y bucles. 61. LA CASA DEL PEJERREY La noche El sapo el perro el gallo ef grillo Triste tris-tris-tris-te Uberaba-aba-aba Ataque y cl reloj tic-tac Faldas gordas y cigarros. 28 62, COMPROMISO El Ford nos Ilevé para iglesia y escribano entre rozas-tumbadas y la vaste promesa de las primeras culturas. Nos tiraron flores como bendiciones y campanas tilinretintinaron. La luna substituyé al sol cn Ja atalaya del mundo pero el dia con- tinué habiendo habido entre nosotros sélo una separacién precavida de bienes. 63. IDIOTISMO Un crayon de un arguitecto de Paris que habiamos visto antes del casa- miento diéranos las ganas desesperadas de ona calma existencia para dos, con pijama y abat-jours, bajo la guardia de los antiguos dioses de los Hares. Triamos cn tournée a Europa. Y por la tarde lila del Bois cella mane- jaria nuestro Packard 120 H-P. Saldriamos de vacaciones por caminos sin guarda-ganados ni avispones ni legartas-peludas y hariamos caridad y Oiriamos misa de buenos curas en las catedrales del Medioevo. Y proseguirfamos por hoteles y hoteles, ojos con ojos, etc. En la rentrée, nos hablaria de noche la voz telepdtica de la radiola del foyer. O penetrariamos en los dancings a fin de fox-trotar con acordeon y champén. 64. MELOSOS LUNATICOS Nocheaba la terraza de vista vasta para acarreadores de los cafetales en cuadrilla y pastos cercados con estrellas. Tranqueras azotaban jtracs! lejanos por todo el Brasil, Y habia desajustes de troles nacionales recién Negados de caminos rojos cntre matas aromatizadas. Lagrimas anacrénicas de mi suegra evocaban al marido y al Paquito ahora tardiamente transferido a europeos internados comerciatures. Yo y Zelia fugdbamos cuerpos voluptuosos con catarata refrenada de sentimiento hacia el comedor hacendado. Pero Catita y Nair nos venian a decir sandeces. Nos atrincherdbamos entonces en la pieza pafiol intransponible de la pélvora de nuestros corazones. Y hasta preferimos quedarnos sclos en Ja casa de Sdo Paulo reabierto dejando a tia Gabriela y cufiadas inutiles transatlanticarse detrds del Paquito. 65, LA CHISPADA Nos acompafiaron hasta la estacién sinfénica de fa Luz presurosos abrazos y repetidos buen viajes de la gente calza-azul del Brito amén de} taci- 29 turna médica de Ponchoville Doc. Pipo Amassige y primos Iejanos del Instituto Histérico entre otros tantos Pilatos de la Gloria. En Santos zarpamos cl Almanzorra de la Royal Mail donde dejartamos cn primera escala proseguir ruta por camarote de Iujo hacendiente a la troupe domestica amputada de mi y de Zelia creyentes que en Rio nuevas lunas melaran para siempre nuestros destinos entrelazados como be- jucales. 66. BOTAFOGO ETC. Malecondbamos en auto pot cl espejo de alguiler arbolado de las avenidas marinas sin sol. Rombos tenucs de oro bandcianacionalizaban el verde de los montes intcriores. Del otro Jado azul de Io bahia la Sierra de los Organos serruchaba. Barcos. Y el pasado volvia cn la brisa de vaharadas agradables. Rolah iba venia derrapaha entraba en timeles. Copacabana era un terciopelo erizado on la luminosa noche encallada por los resquicios de la ciudad. 67. INSTITUTO DE DAMASCO Zclia recelaba porque yo dcbia tener vocacién nobilitante. No tenia ninguna. Yo vagamente pensaba cn entrar a un club de box después de haber sido mi complexién elogiada por un entraincur de la Rua do Catete. Zelia no se sensibilizé ante mis contarcs de posibilidaces herctlcas entre pesas trampolines argollas. Replicaba y replicaba que no encontraba cso digno cle un estanciero. Yo era apenas un hacendado matrimonial. Las harbillas investigadoras del Lic. Pilatos vinieron a tracrnos la visita olvidada de Séo Paulo con ohs y ahs y caspa en el chaquetén de golilla. Y propuso que abandondramos Rio aburrido y paisajal Zelia se cnfadé con anuncios de empresas a cabo Hevadas por sus colegas de equipo perspicaz en el Instituto Histérico y Geogrdfico. —tstima que su maride, tan talentoso y joven, no sea de Jos nues- tros, joh! jah! 68. RESURRECCION DEL PAQUITO “Querido primo iHace ticmpo que no te veo y tu ni por acaso me escribes! Aqui este aiio no entré muchos novatos conmigo. Sdlo dan de casco- rrones en Ios menores. Mama y las manas Ilegé bien. Voy a carreras de 30 caballos. Aqui en este colegio nu tengo amigos ningtin, es slo compinches, Ya sé escribir ta lengua francesa como la portuguesa y Ja inglesa. Los Estados Unidos es regenial. All right. Knock out! Me and imy sisters speck french. Moi et ma socr nos savons paletre bien Je Francais. Eu ¢ minha erman sabemos falal o francés. Escribe pronto Tu amigo que te estima”. 69. ETNOLOGIA Me inclinaba mas hacia billares centrales que hacia investigaciones cien- tificas. Era dueiio de casa con zafras Jejanas libros cuadros criados y la sefiora prefiada. Pero aquella noche fui introducido en la enceradura atonital y blanca del Instituto de sillas oyentes de Ja mesa oblonga donde meridianos hu- manos conmemoraban fastos ficticios, Hlocuentes citas decian sabios labios de jévenes de nervios. —jMil otros trechos de otros mil escritores os convencerén, sefores, de que el mundo de hoy anda no sélo peor que el mundo depravado de Pericles y Aspasia, sino peor aim que el mundo ignaro del Medioevo tenebroso y mucho peor que ¢] mundo de las utopias cientificas y revo- lucionarias de la Revolucién Francesa! {De dichas intermitencias de pro- greso y regreso, circulos de principios que son ef cimicnto de nucyas babeles, nuevas confusiones de lenguas y nuevas greyes de vuelta a viejos apriscos, una leccidn tan sélo nos intimida, la leccién rigurosa de la Historial 70. CIRCUITO Amén del orador ilustre eseritor Benito Pérez-Atroz quien fue mucho muy felicitade, conoci esa noche al fino posta Sr. Fileas de vasta cultura e invitelos a casa porque tenjan talento. En las noches idénticas en que Zelia expresionaba ta Prigre d'une Vierge y el fox-trot Salomé al piano y servia platanitos con café con leche, venia también lento guarango silencioso como si perforara una mina futuro adentro el Doc Pipo Amassige. 71. FAUSTA “Mis adorados hijos Carlfiosos saludos Agradezco la confirmacién de Ja buena noticia sobre el alza. Don Antofiete Troncoso de la Encina ya habia escrito de Santos, 31 Los restaurantes de Paris no valen Ia pena y traen el pollo con plumas. Fuimos a ofr al célebre tenor Bonsi en fa épera del Fausto. {Qué pre- ciosol El Sr. Chelinini que dijo que conoce a mi yerno del colegio nos ha visitado en el hotel. jAqui Ia vida no anda barata y el cambio esta horrible! La Nair y la Catita estan estudiando piano en la clase de Sieur Philippe no sé cuantos, que es una celebridad. j¥a tocan hasta cldsicos! En breve se presentarén en publico. Nos vamos a sacar el retrato con un retratista amado Retelanger jqué nombre raro! Fue el Sr. Pepe Chelinini quien nos lo presenté. Pasamos una semana en Fontanabléac. Es un segundo Brasil en belleza de naturaleza. El Sr. Pepe Chelinini nos tiré unas instanténeas con el scl poniéndosenos por detrés. Hay un camino muy bueno para paseos todas las tardes, P.D.—Vi la Venus de Milo. Saqué al Paquito del colegio porque un padre le puso un bofetén”. 72. TRANQUILAS CARAMBOLAS El Licenciado Pilatos con ohs y ahs emitié para Zelia entre dos plata- nitos una opinién a mi respecto, —Su marido, seficra mia, es como Telémaco segin Fenelon en la version portuguesa en quien era de admirarse tanta facundia en tan verdes afios, Como adulada matrimonialmente insistié en otro platanito y el sabio de Grecia erudité cl todo hombre ser después de los cuarenta responsable por su fisiologia. Las Brititas vecinitas hacendositas nos traian satiras a la sociedad de sAtixos de nuestros dias. Fileas era un cosmético de sonetos. Y estando el tipo 7 a 22 cerramos con el Pancracio gordo de la Calle de Ia Abacerfa la compra de la deseada William Six 40 H.P. con motor negro y chauffeur de aviacién, 73. COCHERA Y DESPACHO La casa de Higiendpolis relajaba flojeras tropicales entre Ja bastilla de yuyos del jardin envergelado hasta la otra calle con érboles y so! recor- dando lo lejana Fontainebleau de mi suegra. Zelia cra un circo. Los amigos xespetabundos se transferfan para la oficina de caricaturas paredales y poker en la bursétil Calle Quince en balcén de hormigén armado divisador de febriles Barrios fabriles. 32 Las cotaciones de Santos Ilegaban por el timbre regular del teléfono y aseguraban le gasolina que para entretener de Jas cinco hasta la hora de la cena asfaltaba yo en primera segunda tercera marcha-atrés en e] aprendizaje ajardinado de bungalows Rua Augusta abajo. El Dr. Pipo Amassige y el sabio Pilatos venian fieles y golosos como estorbos para Ia cena de los dias santificados por invitacion de Zetia imprudentisima. Los sabados yo y el pocta Fileas britanizébamos la semana por veredas puestas de sol para allé de Santana. Los domingos eran prefiados de suefio. 74. SA-LOOM-AY Los cabarets de Sio Paulo son lejanos Como virtudes Automéviles Y Ia intermitente luz inteligente de los caminos Tan sélo un soldado para policiar mi patria entera El cri-cri de los grillos orillan organillos Y Jos sapos jzape! zapatean sopas En el silabario oscuro de los charcos Vocales Lémparas amparadas Y surges tu a través de un fox-trot de yerros y leyenda Delenda linda Salomé Oh bailarina canalla Tapizada de moscas ignorantes y de buenas intenciones La yavé es una polca puerca con polvo azul Pero el rojo arroja la procesién de cortinas color-de-rosa Ye no hago caso —Yo quiero saber qué cosa es esa de esperar con la pistola en la puerta —Aquel guarda-espaldas negro solté cl brazo y la mujer se Teva un puntapié —En la panza El saxofén obstina un dolor de diente delirante Que cl samba salva Entre disparos y propinas Pero el escape abierto escapa En Ja noche penitenciaria —Sefior dadnos el pan-de-mijo iluminado de la redencién El Rio Tieté arrulla rimas de ladrillos Color-de-agua color-de-rosa 33 75. NAVIDAD Mi sucgra abuclea ya. 76. CARTA ADMINISTRADORA “Exemo, Sr, Amo Cordiales saludos Junto con ésta un balay de 15 pollo que es pa la criaturita si a darse llega. Confirmo Ia mfa del 11 préximo pasado que acd va todo en orden y el arado va bien ya estoy dando Ja segunda monda. Firmé contrato con Jos colonos de espaiiol que salié de la Hacienda Canada mesmamente necesito de unas cuantas familia la puerea pintada dio crla siendo en total 9 de Iechén y el Migue Turco presenté renuncia arrejunté en la ceba tres capones mds que ya andan en su punto la turbina no anda funcionando bien esta semana mafiana el harbano Jalil viene a componerla, La descasearadora quedé en perfectas por acd van todos pasdndola como igualmente con la bondé de Dios que con Doiia Zelia quede res- tablecido de su convalecencia es lo que yo le deseo”. 77, MESES ESTANCIEROS Zelita en el regaz0 de Maria portuguesa abria primeros ojos para la vaca de Ja escalera matinal y luego paso a paso para el huerto cle los trépicos hinchados. Zelia monotocaba shimmies y Mozart en el piano mandolino del co- medor entre los paisajes iguales de las ventanas. ¥ los dias ronroneaban la maquina sorda del café con cl sostenuto nostilgico del aserradero pajaro campancro. Colonia chivos chavales huéspedes risticos por Ja mafiana. Medios cerdos transponiendo tejamaniles de cocina con arrayanes y gatas pazuzadas. Seforas doaes y lenturas de negritudes. Italianos scalzes y sentuarios emperifollados y milagrosos. Y hombres y mujeres a pie y a caballo en ¢arreteras oxidadas por el sol labrador. 78. SABIONDA “Querida Zelia Te extrafio mucho a ti y a la patria. 34 Por acd fue de refriega el otro dia por culpa de un ‘tal’ Sr. José Chelinini. La pigpireta de Catita, después de que nos retratamos cada una con una mano apoyada en una columna y de picrna cruzada, mandé un retrato al ‘tal’ Sr, Jos¢ Chelinini, poniéndole atrés: jO suya, o de Diost Mama hizo muy bien en enjaretarle un sermén porque el St. José Chelinini le ensené la foro con la dedicatoria. Y todo eso es por culpa del cimematégeafo. Anda con boca a la Mae Murray y cl cabellito a la Baby Daniels. Y yo, es que no me divierto nada ni voy a bailes ni nada. Esto por acd tiene cuerda para rato sobre todo desde que el Paquito llegé. Los Estados Unidos y luego el internado lo dejé como una bestia cuadrada. jFs un patochas! Sc la pasa refunfuiendo. Ahora mam te pidié al ‘tal’ Sr. José Chelinini que comprara un coche para ella. Ye sabe decir quelque chose, eau chaude y beaucoup d'argent. Con el corazén naufragado en un lago Lemano de nostalgias un abrazo apretadito de la hermana que tanto te estima. Nair” 79. TERREMOTO El Paquito andaba en Bélgica en pleno peligro de ser fusilado o morir de hambre. Pero después de vasos espumantes de leche piesjuntillaba yo de geo- grafia abierta sobre la mesa que Ia situacién de los alemanes no era brillante. En veinte dies habian entrado tan sélo en Bruselas y tomado Licja, la ciudad, manteniéndose en poder de los héroes belgas la linea de los fuertes casi completa. En Ja frontera intacta de Francia debian estar reunidos a esa hora dos millones de soldados. Perturbados por ef flanco en Amberes, sin poder olvidar al ejército francés en Alsacia y Lorena amén de Ja avalancha rusa que amenazaba Thorn y Dantzig era de preverse ¢] aniquilamiento de esos patanes en algunas semanas. Y si Italia entrara contra Austria en los primeros dias de septiembre, como era casi seguro, Ia guerra podria terminar por nocaut cientifico ese mismo mes. 86. RESULTADO DE PROFECIAS Si no fuera por un hispano-suiza tipo sport y dento de 4 el ‘tal’ Sr. José Chelinini, la suegra habria corrido el riesgo de que le faltaran al respeto los dragones del Kaiser. Las noticias de la guerra mutiladas como soldados en fuga llegaban dando a Francia como invadida y a Paris como amenazada. 35 81. NOCHE INSTIFUTAL “(Esta guerra, con el ineendio de Lovaina y los que le habran de seguir como destellos votivos y con el derrocamiento de los falsos valores —de- mocracia, semitismo, antimilitarismo—, vino a reivindicar la grandeza tragica de la tierra! jLunivers c'est une grande poésie, la poésie de Dien, como dijo el gran Lamennais!" Discursos Sudamericanos. Benito Pérez-Atroz. 82. TACTICA Los periddicos de repente noticiaron que acosada por la conflagracién se hallaba en Pernambuco a bordo del Darro la joven estrella cinemato- gréfica Mlle. Rolah. Hasta ayer el ala izquicrda de los aliados hacia que retrocedieran casi desordenadamente las tropas invasoras cn una distancia de 70 kilémetros mientras Joffre y cl ala derccha hacian un Angulo en Verdim con las tropas del este’ cubriéndolas asi contra cualquier envolvimiento del Darro. 83. OTRO SOPAPO El Paquito tomado por espia fue zangoloteado en un café de Bruselas. 84. LA BALANZA Pero el Lic. Pilatos me confié secretamente en la encrucijadita alcahueta de agentes-bolsistas que estdbamos al borde de un abismo econémico nacional. i¥ de esta vez es la bancarrota, amigo mfo! Pero el tipludo Méndez Mindela socio ojo-de-dguila de Troncoso de Ia Encina me objeté con eso de que naranjas nanay y nones —Sio Paulo era como gato y si caia de un quinto piso salfa maullando. Pero mi vadiogréfica sucgra exigia intempestivos envios redoblados de dinero y Woraba la suerte incierta del Paquito atrapado como una liza en las redes de Ja Seguridad alemana. “Me dijeron que Jo més posible €s que sea detenido hasta que los aliados pidan Ja paz”. 85. DEL REHEN “Mi guerida hermana Zelia. Deseo que ésta la encontraré de buena salud como a todos los de por alld. 36 Aquel sujeto Hamado Chelinini es un bellaco. Ya bien decia yo que ni chicha ni limonada y mamd se enojaba conmigo. Mama tenia auto yo queria pasear y el canalla no dejaba, Un dia mama me jalé las orejas por culpa suya. Mamé ni tanto, las culpables son las intrigantes de Catita y Nair. Vuelvo al Brasil tan luego los alemanes me Io permitan. Ya fai preso dos veces. Después les cuento, Alemania va a ganar esta guerra. P.D.—Creo que mataré al impostor’. 86, CAMPOS DE BATALLA Dofia Teresita, vieja regordeta bajita y quieta, sonreia mucho con una mutieca grande al Jado, rubia faena de 14 pirulos que Iamaban Behi. El Dr. Pipo Amassige andaba bien sosegadote olvidéndose de clientelas y el Lic. Pilatos enderezaha sus quevedes arquedlogos. Fuera y lejos de la terraza nocturna de los Bambties iba el recorto negro sobre el horizonte en la luz amarilla det fin del cielo. Y concordébamos todos en que el Kaiser era una mula de primera. 87. NEUTRALIDAD Aunque oficiales aliados partian todas las maiianas y reservistas las noches por estaciones enervadescas, En Santos, donde fui a renovar el crédito de la familia con Troncoso de la Encina y Gia., vi en cl paramo diarno de agua parada un barco alemdn en la ‘muelle, un navio inglés arregléndose en el frente y més alla de grupos vagabundos de Jas dérsenas, un destroyer nacional bajo un chaparrén de marineria chaparra. 8&8. ARRAYANES E] Licenciado Pilatos se quedé con bronca porque el Lic. Mandarin Pedrozo tesorero V°B del Banco del Nordeste de Peces-Gordos y pre- sidente del Recreo Ping-Pong exteriorizé en conferencia xeferidora de un yerno suyo Ja frase: —esos ilustres desconocidos. . . -—jCémo que desconocidos! Es un muchacho de bien, y tiene su platita. Y prosiguié hacia mi con argumentos de cuello duro durante Ja inda- gacién del huerto. —Ye las pasé con un almucrzo por semana y legué a la posicién que Hegué. jSoy un autodidacta! Y ya fui hasta citado por el padre Berlan- guete de la Universidad Catélica de Beirut. Escrib{ la biografia del Pa- triarca Basilio 8 que fue achicharrado en una iglesia por causa de Ori- genes. Iré a Ravenna e estudiar de cerca el 5° siglo. Las academias orien- talistas me abriran las puertas, joh! jah! 37 89. LITERATURA Hacia Aradépolis, cerca de la hacienda Nucva-Lombardia de recuerdos nupciales, fordcingué en primera con el Lic. Pilatos y mi amigo Fileas en excursién historica y marcada conferencia de Pérez-Atroz invitacién del Gremio Pionero conmemorador de la infausta muerte del consejero Joselito Alves, Auditorio de fascistas sicilianos con profesorado cow-boy en el cine de zine y palmas. Entre candilejas exiguas cl orador puso frases pulquérrimas en los bi- gotes prietos. Y de propina grandiloqued el disertador destinos territoriales de Sao Paulo cn la expectativa del tren con colegiada despedidera y narrarradora. ~—jLa plenitud cafetalera y pastoril de nuestro Estado se dilata en los asaltos al hintcrland que huye en un wiltimo gelope de indios y de fieras! jA cada embestida vigorosa, los nuevos pioneros son la reencarnacién asombrosa de la lucha, Ja magnifica, la eterna resurcecciém de la Fuerza! De sombrero al brazo y gestos, Minote Silva Gmi adjunto lombardo y joven orgullo mulatal del Gremio) despotricé tomando Ia palabra por el orden. —jNo preocupé Ios pupitres de las escuelas, sefiores mios e ilustri- simas seftoras y nifos! ;Pero el consejero Joselito Alves que ilustre colega hoy conmemoramos, no murié! |Tan sélo desaparecié de muestra com- petencia! El Gremio Pionero con 500 miembros es que mandé saludarlo. Hay licenciados que no quisieron venisse. Pero la norma del reglamento de los estatutos me mandé de saludo. ;Disculpen ustedes las fallas! Y el tren rataplanché recuerdos. 90. PARTICIPACION “El Conde José Chelinini della Robbia Grecca y Doria Gabriela Micaela de Cuta participan a V. Excia. de su casamiento. Nice”. 91. EL HABLA DEL MUNDO Después de Ja cena cstupefacta la voz mafiosa del Doctor Pepe Amassige se levanté, planeando con piruetas. E] Paquito era el inico culpado, res- ponsable y cémplice. Fse consabido y tal Chelinini, era un bucanerazo. En Jo achaparrado del cuerpo curvo, expuso lo que mi cufado y primo si experto deberia hacer. —jEra apapachar a la madre pues ya sabemos cudn fragil es la mujer! Debia allegarse y decirle: jaqui estoy, mi adorada progenitora, sey yo! F¥ con el revélver en Ja otra mano alejar al miserable! 38 Pero Zelia en la hamaca fru-frunciente no quiso que rompiéramos porque madre es madre en la general aprobacién perdonadora de los huéspedes. 92. ESTELARIO Corazén esperanzaba esperanzoso Comienzo claro de la noche urbana Retazos grandes de nubes Y dos estrellas vivas Ferro-encarrilado con mi estrella Orillando Ja vida fabricadora Del Brds a la Luz Rolah estrellaba en el Hotel Helvético. 93. FILEAS Y PILADES Era fntimo y me hablaba de Ja inmortalidad de la poesia y de la morta- lidad de los poetas incluso él mismo. Habia perdido en la quiniela y andaba enfermo con supersticiones y temores aunque me ofa de oreja compasiva encontrando que si todos los hombres y todas las mujeres tuvieran aquel cuerpo blanco de Rolah seria Grecia. Entonces un gesto mds, una mirada sepa usted, hizo reatar el hilo roto, confidenciabale yo. —{Céimo fue? —Le dije que la amaba en el salén de] hotel. Se retiré de cerca mio, fue al piano a tocar el momento musical de Schubert, Después, apenas llegé, insisti. Se quedé callada y linda, con un braze olvidade sobre Ja mesa, mirando el grueso tapete central de la sala. 94, SEASON Rosas rojas buscaban a Madama Rocambola en la estacién cautelosa del Bras. Tapicé bungalow lejano y pianal para las dos emboscadas en Perdizes. 95, PROMESA PILUCHA Ahora todas las maiianas, surgla yo a esperarla en la sala de visitas. Ella se tardaba pero bajaba rapida y se arrojaba contra mi boca sen- sual y miedosa, Altavociferdbamos para disfrazar. Ella corria los dedos por el teclado haciendo resonar una escala vaga por la casa. 39 Una vez me mir6 demasiado, dejé el taburete y en un gesto esbelto, se descubrié toda Ucvando hasta los hombros el ligero ropén que la envolvia. Y blanca y desmuda de los pequerios senos en relieve a los muslos cerrados sobre la ficritura dorada del sexo, permanecié en una postura inocente de ofrenda, 96. BAR Diez de [a noche, el reloj aburrido tocaba tan! tan! tan! tan! tan! tant tan! tan! tan! tan! Gafas con suefio se arrastraban hacia nosotros finalizando la velada de amor que Rolah por lecciones inglesas y futuras vegas en Los Angeles me ofrecia después de la cena. Golpeaba el portén encaminandome de Ieno a Ja ciudad borreda, en el piruli de un beso que me dejaba en el fondo de Ja boca 0 midiendo al compés la tortura de una revelacién mds de su extrafia naturaleza femenina, Encontraba infalibles en una mesa promiscua del Pinoni en un azucar de dperas a Pérez-Atroz y al Lic. Pilatos, Y maldeciamos con musical whisky y soda. 97. NUEVA ESFINGE El Licenciado Pilatos que taxificé una noche conmigo hasta el perdido bungalow, dijo en mesa redonda del Instituto, em presencia del principe holandés Edward von Rolmopps, que para expresar lo que la humanidad tiene de mas fatal, uno tendria que hablar de: Cleopatra, Catalina de Médicis, Imperia y la joven estrella cinematogrdfica Mlle. Rolah. 98. HISTORIA DE UNA PELICULA HISTORICA Porque la Empresa Cinematogrdfica Cubatense le propuso escenario con- tractual transferi madre e hija para Santos. Trabajaban bajo pabellén de cartén en el playén de arena sucia y surcada, donde calesas interpenetraban horizontes marinos con vigilantes carreras mecdnicas de mi William Six. Frente al gran mar melenudo como Herodes, ella hacia composiciones y danzaba. 99. LABORATORIO Secadores cilindraban primeras pruebas en desenrolladas cintas kilo metrales, 40 Obscuros salones conducian por guarda-ganados unidos y furtivos farolitos reveladores. Tanques fijaban secretas maravillas de luz para matinées y soirées de pantallas, 100, BURLA DE RABO-DE-BURRA “Juanito Después de que te fuiste Zelita se quedé un poco abatida, cay en cama con resfrio, Hace seis dias que el Dr. Pepe Amassige viene a verla todos Jos dias en el Ford de Ponchoville. Felizmente ya sand porque las medicinas fucron muy eficaces. Es muy buen médico. Por consejos de) Dr. Pepe Amassige, mandé surtir las recetas en la ciudad por confiar més en la farmacia del Horquilla boticario. Por aca en los Bambutes, siempre lo mismo. No te olvides de traerme nuevas novelas. Ya acabé de leer el Primo Basilio que tanto me hizo Morar. Fl Dr. Pepe Amassige me presté Les Civilisés y prometié traer otros libros cuando venga. Ve si encuentras en la Libreria Garraux Fl Arte del Bien Escribir def Padre Albalat y La Garconne que segiin dicen es muy bonito y son las ultimas novedades de Parts. No te olvides de todos mis demas pedidos y trae también un par de zapatos de lona blanca para Zelita. Le van como anillo a] dedo. Hemos pasado muchos calores estas dias. ¢Por qué no me escribes? Ve si te vie- nes pronto. Te abraza y te besa, Tu Zelia. 101, EL GRAN INDUSTRIAL Zelia era rica, yo pobre. Ahora que, con los doscientos por ciento que de seguro rendirian los filmes en los que entré de socio, me harfa més rico que Zelia. Entraba conmigo en el desarrollo de la Gran Empresa, ademés det taciturno sirio inventor de Ja idea, el macanudo bandoriental Banguixre y Menudo, surgido del suelo milagroso con planes de acaparamiento y lucha en el mercado brasilefio, con todas las pictures del continente. —jVamos a nos quedar unos millonarios, hombre, con la Cubatense! 102, COMPLICE DE ASCENSION Y fue ch padre plécido, gordinflén y purero de las Brititas habladoras guien me dio amigo braza en el paso que Ilevaria a todos al Corcovado del dinero por el funicular de Ja actividad americano-paulista. 41 Lo noté en una abulia amable, silencioso fiestero de las cosas pequeiias de los dias, Su influencia de comisario jubilado en ganancias y estancias junto a De la Encina Troncoso nos permitiria exprimir a gusto para el engran- decimiento de la compaitia y del proyecto. Escrito a maquina, firmamos después de leido por la profecia de Banguirre y Menudo trausmutador de la Empresa Cubatense en Mara- cangalia Lightning and Famous Company Pictures of Sio Paulo and Around, Fuera, en lo obscuro mullido de mi William Six, esperaba al volante el brazo blanco de Rolah, 103. FINANZAS MATRIMONIALES —No sé por qué mamé manda pedir tanto dinero después de casada. Hasta parece qne el tal conde amigo suyo es de veras un ligerazo. Eso es cierto, pero el café esté comenzando a subir después de las disposiciones del gobierno. —Tu vives creyéndotela, eres muy optimista, crees en todo. —Lee los diarios.. . —Sélo los tontos Ie hacen caso al periddico. —Pero yo sé lo que hago, mi vida; estoy casi siempre en Santos siguiendo las operaciones en Ia plaza, en el despacho de Troncoso. . . —Siempre es lo mismo. Y la fortuna de papa se va por la coladera. —Me estds insultando Zelia, Pero aim te he de demostrar que sé ganar dinero como tu padre. —jHala! jNo necesitas esos modales! —Cusles modales. |Me urge justificarme, caray! Seguro que andas pensando que estoy acahando con su fortuna. Y ve sabiendo, por si no Jo sabias, que dos haciendas estaban hipotecadas antes de nuestro casa- miento. Y tu madre cs quien ya despilfarré millares de cruzeiros en ese viaje de bodas. {Yo tengo habitos mcdestos gracias a Dios! —Si no te estoy acusando. Silo que me parece una burrada ese nego- cete del cine, en el que te metiste sin decirme. —-jBurrada! ¢Y qué me dices del Britito que es uno de los directores? —Por lo menos es uma garantia. —Si. jEI burro soy yo, muchas gracias! — {Yo no dije eso, Juanito! Sélo crco que se debe tener cautela. —Manda decirle eso a tu madre. —éYa te enojaste, Juanito? —Enojado nones, pero da mohfna. jEntonees besuquéame. 42 104. TARJETA POSTAL “De pasco por Parto-Fino en Italia, en barca de gasolina, os saluda, Nair”, 105. AGENTOPOLIS El Armadillo Avispadito de gafas y modales rispidos, vaya usted a saber cémo, tenia un etipuchal de neo-propiedades. EY Naqui panzén y colo- rado del Sao Paulo Club se la vivia poniendo dinero de Jos nifios tarados crecides cn parrandas borrachas y escdndalos zacapelos por terrazas de Triandn Municipal y Jupanares. Ambos y otros mas de aire prestidigi- tador y pausado exigian 59% tan sélo al mes més la comisién de 3 para letras garantizadas. Millonarios risnefios y modestos atravesaban bajo caricias de miradas las calles bursétiles emitienda cheques cubiertos contra inquebrantables bances. Empresas inquietas de irritables gerentes Hevaban listas de reformas por impavides perros-de-presa que no divisaban la comercialidad nece- saria de las propuestas. Noveles oportunantes ametrallaban maraténicas maquinas de escribir en pequefias salas promisoras de vastos almaccnes. Y¥ en el boulevard gris frente a la Hipica, donde bancas nifias pro- nosticaban el poker nocturno y grueso de los condes y de los truchas en el Automévil, Jos bélidos y los poderoscs estacionaban vuclo trans- porte de los viaductos centrales, descmbragando las subidas de Ja ciudad hacia los barrios ajardinados y discretos. 106. VIEJOS PAULISTAS Apagébanse como si una vergiienza de los antiguos pelos de barba los atara en la confrontacién sirio-italica con Ja ricachonada victoriosa y bullanguera sin greyes ni leyes. Borceguies rechinadores. Compensativos gordos tracaleros prometianles genealogias fasciculas con abolengos retratos. 107. TREN DE LOS COMISARIOS DEL CAFE Zarpaba yo siete-y-medio de Higiendpolis reinaugurada por serpenteos € hileras en cl jucguito que el Britito instalé mafanas y tardes en la furna- dera numerada det vagén santista. Rotaras rateros pacas metidas-de-pata millones de sacos con codornices atadas y decidiase entre humos que la situacién de la bolsa cafetalera dependia de Ja ofensiva primavera sobre el Somme. 43 108. LA QUINIELA Municipal Bar Teatro y Regencia ¥ el relevo de las parejas y de los suelos Salas de espera de cine Con valses y corazonadas ¥ delirios metélicos en los barrios Para nocturnos bisteces Eteres Cachondeos Acechos y delirios metélicos Y bruma y amores En la centena de La Cucaracha 109. LA JUERGA “Queridos hermanos mios. Estuvimos ahora en Venecia, donde es tan bonito y célebre. Mamé se puso muy asustada con miedo de que nos cayéramos en las calles que son de agua y nos quedamos afligidas, pensando que no po- driamos salir del hotel mirando tan sélo la ventana que daba hacia unos fondos destartalades. Fue la criada del hotel quien nos ensefié lo que tienen las calles por detras. Paseamos mucho en las barcas Jlamadas géndolas y vimos hombres andando sin sombrero y hasta de chaquetén. A la Catita le parecié un escdndalo y a mama también. Mi padrastro dijo que se la Ievarla a Sio Paulo para que la moda pegue. Catita se la pasa dando resbalones en lo encerado. El otro dia se despatarré en el cuarto. Ahora aprendié un fox-trot tozudo de nombre We Have no Bananas. Fisicamente ella est& de maravillas, pero moral- mente, ;héganme el favor! jMi fin va a ser meterme en un conventol No nos vamos ahora al Brasil porque mamé le tiene miedo a los sobremarinos, P.D.—Vimos el Puente de Jos Suspiros donde murié Romeo y Julieta y nos sacamos uma foto agarrando las palomas. Nair”. 110. CINTA SERIADA Santos era inconquistable con Rolah y el sirio de las peliculas que tomé por secadora de films una tremenda treintona italiana que con trampas codiciaba Ia audacia menuda de Banguirre y Menudo. 44 Me estacionaba playero con mi estrella pasiva. Porque la William Six ante cuidados econdmicos de Zelia, imutilizaba la cochera Iejana, un auto alquilade corria la cabellera corta hacia atras por la avenida ancha de césped salvaje y palmeras, del centro agachado a las arenas inspiradoras de escenas peliculares. Descalzdbamos Ia vida para velados dias marinos de promesas y besos. Y frente al gran mar emergido de un peiiasco y de la isla desgrefiada de los buitres, éramos el paisaje en el paisaje. Tumbada la noche en el olvido de pérgolas y drboles, retumbabamos en la complicidad abaloriunda de Madama Rocambola. ili, ANANGUERA BOXING Provocaciones de las vocaciones fotogénicas de Banguirre y Menudo agavillaron pillos con payos de un lote sombrdti] de la Avenida Ana Costa. ‘Tclefonedbale a Zelia ocupadisimo en negocios de leonera gramofénica en el barrio de Nifio José improvisado con Rolah. Sudores ropas blancas limonadas cocktails y un olor urbane de granaro. Pero Jas tardes estaban en el cstadio en que empecé a medir con manos de ocho onzas y transpiraciones enfrentadas frente a virulentos profesio- nales cosmopolitas. Caras amasijaban swings y upper-cuts bombardeaban quijadas hue- sosas. —Agora vamos filmar um encontro de ustedes para Fl Intimorato Marinero, 142. LOS MATUTEROS Aullidos en el muelle tropical y fuimns a ver el despampanante camarote nupcial de los elegantes forajidos del fogén transatlantico. Nair y Catita eran girls que usaban lorgnettes. Los aduaneros negros sonreian al bien-venido. En el fondo de Ja William Six, tia Gabriela al lado civilizado del Conde José Chelinini Della Robbia Grecca, tenia labios desmedidos en una mirada vaga de descngafiada 113, CRUCERO SEISCENTISTA La Sierra del Mar fue um sumergido mar de verdura con pajatitos importantes. Después casas bajas desanimaron Ia planicie cansada. Y ct pueblo rascacielos klaxoné de pescados fritos. 45 114, EXTENSION DE LA FAMILIA Higienépolis trajiné iluminaciones pasos en el jardin idas a la calle de nifios con jucgos. El hermano de José Chelinini intervino canijo lagartijo impavido con sobriquete de Periquito y hurtados cigarros. Macanudo back de campeo- natos coqueteaba chutes en cl muro lejos del patio, tratando de alcorno- ques a mi y al conde, interventores atolondrados, Los padres vinieron si sifiore aiiorando en los ojos playas de golfos humildes de Italia. Y gaffes cenaron vinos finos. 115. GLOSARIO BRASILICO El mar come y el pexd éramo en cinco del Conde contra-bailaban con la cinturita de chic de Nair pedigtiefia de citronadas, concordando ambos en que faltaba el Paquito para la alegria ser universal. Periquito tipludaba maliciosos pé-pur-mué mezclados con tobillos de querubin apodales en la Catita que lo lamaba de shocking y gaiiote. Y mi achacada suegra lamentaba tan silo el no haber comprado aquel cheslén de I'Hétel Paris-Plage. Allé afucra, cl Serapio abisinio restituido a funciones de uniforme blanco, declaraba scr necesario clavar una bruta limosina Rosrroys para set una familia bian, 116, LAS HACLENDAS DE LA CONDESA En el tercer ford cxcursionista que me llevé, Ja Candoca Brito amaba los mostaches Haves de oro del Sr. Julio Dantas y con candor higueral creia en Ja gramitica, guturando opiniones lastimantes que la desfachatez de las jivenes de hoy substituyera lecturas de arte y suefios de amor por cl fox-frot y por el tennis, Cafetales pasaban en desfile verde montante. Nair preferia a Dorothy Dalton y la yava. ¥ en Ios Iéjoses oficinales det Havre, gréficos fijaban cours du jour a 9.561. Porque ta baja impasible con un mordisco més en las medidas grandiosas de los gobiernos, fue de 25 francos en 15 répidos dias, Las cotizaciones ahora eran de 58. 717, EL PRESTADOR DE LIBROS Una recaida del resfriado de Zelita puso en evideneia otra vez la sa- piencia calomeldnica del Dr. Pepe Amassige. 46 118, CONFERENCIA E] Conde me Hamé una maana para la oficina del Chingolo Becerra con un retrato de Ja Gioconda en la pared. Habia decidido emplear una con- siderable suma en la Empresa Carioca de Viguetas y Sementeras — {una mina! Ya en entendimientos con Troncoso de la Encina & Cia. Nece- sitaba un endoso que no fuera de la familia, habiendo sido agotado en descuentos sni imaptevidente nombre ofrecide, Le propuse Britito calma- disimo en el uso de colaterales situaciones cobradoras. Ajusté sus lentes de azufre en Ja cara pecosa de jugador y telefoneamos Iamados ind- tiles del tercero valioso. El Britito abtilico desapareci6 en un misterio sin sefiales de humo. 119, ‘fRANSACCIONES Troncoso de la Encina convertidos de repente cn positivas bestias faltas de confianza en viejos clientes, pero la Compaiiia Industrial y Asegura- dora de Inmuebles Méviles acepti cl negocio después del bizco examen del gran leguleyo Trompa-Pom-Posa. 126. ULTIMA PELICULA Cuando recién quemarase el fusible en que se contoneaba la Maracangalia Lighting & Famous Around, el sitio tomé como un topo gordo ak ban- doriental licido Banguirre y Menudo en fragor sentimental con fa tre- menda itdlica, La liquidacién se propuso con cf reo defendido del camelo merolico por bastonales garantias de un urgente de la secreta. Perdimos en la financiera aventura yo y el Britito 25 inexplicables ojos-de-le-cara. 121, PROLE DE ADAN Fi Britito cra el potentado de la ixvesistible hetaira Concha Chacén, La Pinga-Tilinga. 122. VANITY-FAIR Don Tira-Vira de consabida sospecha desganitaba secretos ingleses para cl hijo usura calvo antiguo organizador de. cotillions con declaraciones sérdidas de amor y pasadas aventuras mucamales en la Alemania Kaisc- tiana. Chaquetén tonto y paternal les encontraba garras y Hamaradeaban farras trianénicas. AT Pero Don Pequebii simulaba millonarios trenes de vida ante la crisis comenzada para hacendados comprometidos, ajuareando hijas con decenas de dessous avistacores de alianzas fortunales, Amos erguian palacios confiteros cuestionando que cuadros o fucran firmados por figurones del Larousse o por el Barbabassi. Despachos cafichos de chismerias perezas y nocturnos péckeres de pensiones. Mientras en Jas mansiones Jugendstildadas de las avenidas, despe- chadas solitarias echaban cizafia sobre morfines vivires que parisiaban aventuras con viejos chicos domésticos y demés. Y vuelos asexuados de viejotas cultas inventaban primeras ofensivas de cruces coloradas. Pero creencias en la cruz tnica atin titularcs y madres se mantentan con pedidos ardientes a Sao José por la salvacién de la barcaza descami- nada y despabilada de tan feos dias, Cuando hacia Guarujé y playas driblaban a 100 por hora Packards Hudsons Cadillacs derruyendo los barullos de las pangas-boats. 123. BUNGALOW DE ROSAS Y DE PUNTAPIES Tranvias goals Cachiim-cach tin-r-ras Noctaémbulos de matchs campeones Y polvos Con visperales Desenyueltas tennis girls En et Paulistane Pasedoble. 124. POLITIC-BALL Elector convencido de deberes, era deber del Licenciado Pilatos remol- carme nocturnas visiones de redaccioncs con resultados sufragados. De dia cabos tornasoles automovilizados para lejanas secciones coro- neles italianos negros en Ia fiscalizancia de urnas vivas como acuarios. Becerrotes nunca desmamados de tetas paternas dirigian purales re- sultados. Miembros de mesa y tandas zarandeadas y morrifias de zancadillas. Y hinterlandas batallas municipales canalizaban la balacera de las calles rojas para el polvo goloso de Jas columnas libres de los diarios. FEI pueblo fuerte regodeaba. 48 125. COMA Pero el cartero vino a decirme que Rolah habia quedado sola y mia porque el biombo materno se habia cerrado con prisas maritimas en la direcci6n negocista de Rio. 126. FINIQUITO Pulsaciones ligeras alucinando Labios y pérpados El corazin esperé Cisne gentil que se semidesnudaba en el chalet de baiios Nivio José era un sol En la terra rubia y azul 127, COLETAZO Y SUITE Pero Madama Rocambola estallaba de vuelta nocturna a Sao Paulo como invocacién equivocada de medium. Hab‘a sido robada en ventidés lucas y anunciaba el andar de un mundo eno de infames salteadores. La William Six escabullida del control de tos que hacendaban ape- fiuscé valijas en la direccién montafiosa de Santos. Regreso a playas precedia el hotel cenado donde Ia vieja sacaba del saco viejo una vicja baraja de bajos vaticinios. —Estas tres princesas son una mujer morocha, una mujer clara y un hombre de bigotes. Rolah era una lémpara rubia. 428. CUERNOS Fue cuando instantaneo memorandum del destino me lamé telefonico para Bambues estancteros. La cornada del toro negro en la pierna blan- ca de mi mujer estaba entregada a los cuidados solicitos y solicitados del invencible Dr. Pepe Amassige ocurrido en una corrida de Ponchoville. Cuarto oscuro en cl cuarto dia y él en la sombra. 129. ACTO II. ESCENA © En la pereza solar del mismo gran salén donde fuimos felices mancuer- nas, Zelia y a mecedora tangueaban como un Danto, —¢Ya viste qué crecidita estd tu hija? —Ya. 49 ~—No te interesas m4s por ella. Tuvo sarampién y gripe. Casi sc nos queda con un ojo chueco. (Un silencio [leno de moscas). {Di la pura verdad! Recibi un anénimo contandome todo. No hay nada mis triste que ser engafiada. jAndas apasionado por esa actriz, Juanito! Cuéntame todo, 'Te encuentro envejecido, preocupado, con cara de viciado, Juanito! 130. RESERVA “21 de abril Sr. Amo. Agarré hoy la pluma para Felicitarle lo antes Pasados nuestros por ser un dia de gran gala, para nosotros en nuestro Gran Brasil por ser el dia del noble Brasilefio Tiradentes que fue ejecutado en Ja horca, pero todo pasa vamos tratando de nuestro futuro que es mejor los Antes pasaron como tontos, por acd todos Bueno adids gracias lo mismo a todos los que por allé andan. Candota, Delina, Maria José, Beliira y Ja hija todas en Las mismas. Séle a mi me sortearon pal Regimiento Suplementa- tio de Paracatti en Goyaz y quisiera que V.S, preparara las previsiones pa que quede en Cazapava en el Regimiento de Infanteria Montada que- dando mis cercas de acd estudiaré pa ser Ja Luz de mis familiares. Repre- sentar talento con mi fallecida abuelo Capitan Melitén de la Fuerza Pu- blica, ahora que sin estudios, cuando més el tempo pasa y la Vejez llega Mevandonos a la Tristeza, porque cst mundo es un pasa-tiempo que tenemos y csa es la pura Verda! Sélo hay que tratar del Futuro en este mundo y no valc la pena fa Belleza los Festejos las Sinlusiones del mundo y sélo el talento con el gran barén Branco el Ouro Preto, el padre feijé, José Bonifacio, Rui Barbosa y otros de los que ni sc sabe. Su criado a sus érdenes Minote Silva 131. PRETERITO INDEFINIDO Hube salido yo del laboratorio de Ja Itacolomi Films donde Rolah hubo dada uma hora perezosa de poses para observaciones contractuales. Hiibome confesado de mafiana que sus amores anteriores con pasto- res no hubieron pasado de pequeiios flirteos de chiquilla. Ahora que cuando hubimos descendido la escalera larga fue cuando hubc bajado hasta los orquestales cabellos rubios suyos. Y nos hubimos unido en el gran dulce y carnoso engrudo de un gran beso mudo como un sordo. 132. OBJETO DIRECTO A Jo largo del largo Viaducto tropillas de tranvias iban al través del trajin de la Avenida. 50 El poniente secaba nubes en el ciclo mal lavado. En el Tridngulo empezado de luz ruidosa antes de la perdida ocasién de volver a casa entramos en una casa de joyas. 133. BAMBALINAS El conde José Chelinini tronaba Bolsas de todos tamaiios y administra- dorcs de anchas empresas en el viejo despacho de la Calle Quince aban- donado por mi abandono amoroso. Habia expedida con encabezamiento al Hotel Gloria de Rio a todas las suegras de Ja vida y esperaba con Ja cabeza colorada en las bancds nocturnas del Automévil Club ¢] retorno vengativo del Paquito. Zelia y Zelita crecian al sol de los solares brasilicos. 134, CARROS ALEGORICOS Ei Carnaval encendié el puro rechoncho det Britito, vaquero de automévil que rechaz6 con alegatos de recatos en Rolah y la madre. Mi prudente escabullida de fa William Six, apoderada por el acapa- ramiento de Chelinini con Periquito cncaramado al volante, contrato taxi que puso en las puertas de Perdizes halladas guirnaldas de papel y floroncs con chauffeur de nanzour. Albricias Agiles las nuestras bajo Ia méscara integra y Rolah de loup, fajada bajo un futti negro que le ponia més rubia la carne de los hom- bros en Jos muslos. Abajo del toldo todo de terciopelo verde, la bola de Madama Rocambola era una belsa de confeti en camino de la Avenida. 135. PASA EL AMOR La tarde suiciddbase como Petronio. Serpentinas estellaban a nucstro lado en la extensién encapotada de banderas y asfalto. Familias iban en cuatro hileras de mascarones carruajes, cstandar- teando lejos vultos ornamentales y confusos camiones caminantes. Dominés sopeados como banderas amarillas. En la mucsca de los muiiccos rodantes rodcando hatajos flojos con guirnaldas eléctricas de papel, los carros arrastraban letargos de coletazos. Rolah rela como animal apaleado y devolviamos las serpentinas que andaban volando, 136, LUTERANOS Como yo el Britito el Conde el Pilates el padre sospechoso del Carlos Capua el Lic. Silverio el Melo el Bernal el Lic. Rete-Treta e! Chema 51 el Juan el Migue —todo gayos trepados en taxis con girls gitanas chinas de las Arabias y tirolesas de Egipto— habiamos tenido la precavida pre- caucién de en dias precedentes frecuentar con sonrisas de reforma el hijo cinco por ciento del Chaquetén y demés dignos representantes del agiotaje citadino. Y¥ bellos bastardillos y feos autégrafos habian garrapateado serenos papeles estampados de estampillas dobles por las bancas bancarias en accién. 137, BAILE “Su rubia y extrafia divinidad dominé Ja sala fantdstica hasta extinguirse Ja iltima nota de Ja magica orquesta”. Para el dlbum de Mlle. Rolah. Benito Pérez-Atroz. 138. MEMENTO HOMO “Juanito Ayer fui con Zelita a pasar el ultimo dia del Carnaval en la ciudad y nos hospedamos en la casa de Dona Teresita. El Dr. Pepe Amassige influyé mucho para que fuéramos, en vista de ser él el organizador de Jas fiestas del Club. Le hice una fantasia a Zelita de Hada de Ja Felicidad que quedé muy graciosa y se divirtié horrores con la Beli y las otras nifias. Se pasaron toda la tarde en Jas aceras echando confeti y lanza-perfume. El mayor éxito del dia fue una tuna de cinco estudiantes que pasé calle- jeando y tomando ceryeza en bacines y comiendo longaniza que sope- teaban en la cerveza, ;Muertas de risa y sdlo después venimos a saber que fue el Dr. Pepe Amassige quien tuvo esa idea tal genial! Las hijas de Dona Balbina fueron las chicas més bien disfrazadas de la cindad. La Glorieta de la Matriz estaba repleta de muchachas y muchachos en lucha hecha con confeti y lanza-perfume. Fl baile del Club comenzé a las nueve y media y duré hasta las cinco de la mahana y estuvo animadisimo. Espero que vengas como prometiste el fin del mes. Un abrazo de tu Telia” 4139. LA DENUNCIA Entré en Higiendpolis para cenar y sobre la mesa un sobre de telegrama azul exigia mi inmediata presencia en los Bambies. Zelia lacénica- mente sabia todo. Rolah me pidié que telefoneara ring-ring contando lo que habia. 52 El tren Ja mafana y Je luvia eran un tendedero de ropa blanca. Y parti en direccién de Ja cremallera de Ja sierra estanciera con olor a corral y selva. 140, MLLE. DE SEVIGNE “Rio Queridisimos mios Souvenirs. Estoy con una terrible morrifia de ustedes y de las matings del Paulistano. Lo que tiene de agradable Rio son Jos cines en Ja manana, Pero los foot-ballers cariocas son una sarta de estirados. Debido al verano, dormimos con Ja ventana del hotel abierta para el paisaje. Amanece muy temprano. Me duermo otra vez y Tuego Hamo al mozo para traer mi té con toasts. Ayer, un extraiio sonido me Iamé Ja atencién. Una figara de un pe- tele pasaba por la avenida divirtiéndose de Jo lindo con un tambor que de seguro era improvisado. Era una mulata disfrazada de bahiana, Después, de tarde, fuimos al centro a ver pasar las cofradias endia- bladas de Rio de Janeiro. Casi toda Ja gente andaba con Ja cara de pol- vorén. Las jovencitas raquiticas estaban ridiculas con rouge en los cache- tes y en la nariz. Los tranvias andaban imposibles (jmamé ahora est4 haciéndose la econdmica!). La Avenida Central estaba hacinada de gente cantando y danzando a media calle. Me descosi con ganas. De noche vimos pasar los desfiles, Unos collones nos apretujaron, Mamé le asesté un paraguazo a uno de los atrevidos, {Estuvieron lindas jas paradas y los Tenientes ganaron fécill Primero venian guardias de honor fingiéndose cabezas de vaca encima de burros. Después pasé el carro estandarte con un sol gitando debajo de una mujer sin fon ni son, jEra geniall Hoy es el gran baile del hotel. ;Vamos a sacarle jugo! Est4 Meno de americanos. Mi-motivo telefoned que viene. La Catita no queria disfra- zarse porque el Dr. Perete la dejo plantada, jEs muy infeliz! ;Yo me enjareté una fantasia ba-ta-clén! ‘Adiés y besos de Nair" 141, EL GRAN DIVORCIADOR En la oficina rascacielos un arrumaco rapado afirmaba para melenudos lentes de cigarros gue el titulo de crédito era un 420. Jévenes de luto nuevo ensefiaban que el paso del blues era més sintético que el del shimmy. Gallados herederos viudas orfandades entre ambiciones robustas de Tatés y Juacos. 53 Un padre industrial quejica de los Iatrocinios viciados del hijo lagar- tijo que Ic golpeé la amante con ojos de cocaina. Y ambos discutian el caso moral. Sirios itdlicos niponizados en el Far-West urbano. Condes de bablar blando apostador de ropa con cigarro de mortaja y detentacién de millones intangibles hablaban grueso. Inventados inventarios en papel de mesas de remesas. Y¥ hermanos venian a apaciguar gotas derramadas de sangre en cabaret. Un silencio resoné Ja aparicién de subito hombre célebre tieso como un taco moreno. Y fue mi tumo de oir cn una novela naturalista el dossier dactilado de mis detallados desvtos. 142. GUIRL-GUIRI Soy consultor de su tia, fui amigo de su fallecido padre, conoci a sus abuelos. Hice el casamiento de sus tios. Soy mas un consejcro intimo que un abogede baladi. Pero la situacién es insostenible. Su sefiora, la pobrecita, rewnid pruc- bas aniquilantes contra su liviano proceder. Usted ha sido visto en exce- sos con cémicas, Al margen de todo eso, los asuntos financieros megrean en cl horizonte. Usted ha adquirido r4pidamente una reputacién de dilapi- dador. jSu nombre ya figura on el Boletin de Quicbras y Protestas, en el pasquin secreto e implacable, destilando condenacién, propagando dcs- honra! —Al lado del del Conde Chelinini. —Enxactamente. Pero el Conde lo acusa de haberse enriquecido a sus costillas, Asi es como el Conde lo acusa. 143. MOBILIZACION Higiengpolis sc hastié a tambor batiente de quiebras y deshonras. Mi folletin fue distribuido gratis a amigos y criados. Y tia Gabriela suegra granadera graznd graves gruesas de infamias. Entraba doméstico pare comer y dormir lejos de Zelia, La servidum- bre era mozos de restorén. 144, GROGGY Mas de tres ojos-de-la-cara resto de Ja ultima reforma conciliada entraron en Pardizes en un tardear amoraiade. En la sala antigua de papel antiguo dejé contigua una cantiga antigua. 54 El falscte papudo de Madame Rocambla escules en una bolsa sucia y me presenté un trozo de papel. Era el errugado chao definitive de Rolah, la harta de la sarta de gigolés. —Bien decia la Sefiora que Ud. nunca acababa de soltarle los cincuen- ta-milagros. 145. CRIADERO DE LOROS Yo y el conde y el Britito éramos de semanas los autores mds citados en la disputa madura de ja sala de verdes audiencias del Forum Civil Paulista. Capotes negros enronquectan con aguardiente en derredor a oblongas mesas zunatin con la lejanicie de nuestros privilegiados nombres protestados. Primeras subastas anumcidbanse de los bienes legados por inventario de mi madre tnicos vélidos habientes para acreedores ante la Verdun contractual del seperado casamiento con Zclia. Dias de perro con noches abrazales a Zclita consentida en los hom- bros negtos de [a criada esquiva. Mafiana fugas ante settlers de la justi- cia oficial intimadore en Tas consecuencias fulmineas de cambiales cam- biadas. Noches vejamencs de redacciones pedidas con prestigio prestado de Pércz-Atroz para descripciones de los nombres de la familia man- cillada venidos en tranvia desde notarias protestantes. Romerias escalcralcs de horas bureaus firmadores del visto bueno y registrado de los vencimientos invencibles. Letras y diligencias y citaciones y juicios y declaraciones y abogados y plazos y oficios y plazas y requerimientos en cl contemporéneo Foro de N. S. Jesucristo. Tasadores de rcos, peritos de escribanos, distribuidores de pregones. Hombres turbios y sucios, lagartijos claros y flojos, molicies de hara- ganes de oficio con funestas malicias. Piso de arriba, decretabanse vidas con garabatos orilleros del notable estampillerio papelado del notario. 146. VERBO CRACKAR Yo empobrezco de repente Ta enriqueces por mi causa El azulea tierra adentro Nosotros nos concordatamos Vosotros prefiercis protesta Ellos escabullen Ja masa Sé pirata Sed otarios 55 Mandandose mudar Uno no tiene cura Cémo no supe antes que ese verbo cra irregular. 147, EL ANTIPODA “Amo Don Juanito Nosotros por acd de satisfaccién de saber que estin todos bien aqui la vamos pasando Regular el Chito de la Belmira esté muy crecido y avivado, viven ahora en Ja ciudé, Estamos solos aqui y me voy para moral cn la Estaciin de cmpalme. Compré un lote de tiesritas de Socieda y me voy a hacer una casa para moral. Usté disponga del Arnigo que lo estima Minote Silva’. 148. CARRERAS DE GANSOS El banquero cervecero me interpeld en Ja sala rubia ametrallada de décti- Tos y grificos. Y Je hice ver que cl Conde Chelinini revent6 como cual- quier mortal que exagera las propias fuerzas en cl Automévil Club. Pero honestos cl Britito por teléfono del Far-West proponia conmigo un acuer- do honesto. ~Aqui nong teng agordo. jTeng Pagaments! Sali para el encontrado encuentro del Licenciado Pilatos impenetrable recién-Iegado de Guaruja con cécktails del Conde en fuga. Chopps dobles dialogaron en cl Pinoni hasta que el movimiento nega- tive de la cabeza me dijo que Troncoso de la Encina & Cia., no cedian, no renovaban, no esperaban. —¢Y el Conde? ~—iUn tarado el Sr. Conde! Hice el cuadro del amor de la prima Ga- brielita, jun amor de novela! ¢¥ ya sabe? {La lamé vieja parrandera! Osé groserias, ignominias, disparates. |Un depravado! :Vieja parrandera, mi prima? jOh! jAh! jYa veremos! —¢Pero Ud. no le hizo ver que puede ir a la cércel por haber falsifi- cado la firma de la sujer? -—Mire, me dijo hasta Coco-loco, y que si yo relinchaba me arrojaba el secante en Ia cara. jSali para evitar una escena de sangre! ;Oh! jAb! 149. BRITICIDIO Quien murié fue el Britito como un pajarito en ta carretera emboscada del bosque refugiante por detris del érbol. 56 Con cartas de las hijas y cuentas con las que lid de lios mis deudas de Rola, un retrato pilucho de Concha Chacon la Pinga-Tilinga fue retira- do de Ja sangrienta cartera al lado del caballo desierto. 150, TESTAMENTO LITERARIO “La mujer es una cosa misteriosa que llora sin motivo, en todo momento cambia de descos y de voz y no acepta nunca mis carifios y se queda impivida frente a mis desventuras personales”. Teodomiro Pelayo de Brito. 151, AVERIGUACION Porque la Candota hija tosedera descabellada Hegé a Nova-Lombardia despepitando el recuento de la eterna historia con Manto hablado, mi indispuesta suegra exigiS que yo cabalgara en direccién de la justicia entre guaguastis bajo un sol de grosella. Verifiqué la inutit autopsia del ex amigo extendido matinal en un aradopolitano jardin penitenciario con orates indiferentando. ‘Tijeras Tu- cieron la mano médica cortadora de carne de carniceria que pestilencié dos balas en el pasto. La comisaria vacia apuntalaba piernas gruesas arrechonchando bigotes prietos y retorcidas cicatrices con un negro de frente corta y un hombre despellejandose listos para el impasible habeas-corpus ranchero. 152, LOOPINGS Pero cl Conde desaparecié definitive guardador de las sobras y nostalgias de las chiripas y fanfarronadas en la via del ferrocarril automovilistico del pocker-elub. Y Nair aparecié fulminante esposa del hijo mataderal del gigante Bretes de Rio, con renovados amables derechos hipotecarios sobre las haciendas a salvo y Troncoso de la Encina refregados en un choque de cheque. ¥ mi divorcio recrudecié por sentencia regular con Zelite homologada a la madre en siete afios y mds boquetes en mi patrio poder por mara- villosa gracia del inmenso jurisconsulto de los Tatés y Juacos. 153, NEGROLOGIA Cuando Pérez-Atrez me tomé a su valiente lado en el vespertino mundano y moderno que lo Hamé para repentino director como orientador y gran prosador. 57 ¥ en la sala abierta de la redaccién el Lic. Pilatos nocturno de ohs y ahs aporté la noticia de frac de la dolencia finat y muerte de mi sucgra. Y porque tia era tia se exigia con abrazos mi inoportuna presencia en Higiendpolis de ventanas cerradas y encendidos silencios. No fui a la casa que revi funerando entera mutismos de pasos y tlictlics de coronas y donde mudo, pomposo y livido, el Dr. Pepe Amassi- ge atenderia flor de azaharcs crisis de alld pa cd. 154. TESTAMENTEROS Por cuidado cablegramado del gran divorciador, cl matrimonial contrato de Niza fuera de precavidos efectos, imponiéndole a Chelinini nomds tres-milagros mensuales de alquiler maridero con cien de ajaspajas y alhajas. Y el ducho duerio de la ducha Nair ccrré testamento tapado a maquina por la mano manosa del médico de Zelia y Ponchoville Dr. Pepe Amassige. Fn plaiidera connivencia, ambos se habian descubierto como Brasiles y concordado junto a la cama desfallecida de le enferma con calentador eléctrico en los pies de cera. Y firmaron a ruego que el lejos Paquito ingrato empleado en Amberes y Ia Catita de lentes insolentes, bestiacaramelada por un minero de Minas, podian eximir ventajas que la devotancia de las otras dos merecia tener cn la sobrenadante fortuna estancieral en alta. 155. ORDEM E PROGRESSO Afio Nuevo cené asentados redactores y comenzados comensales por la administracién periodical de largas vistas y construyé a mi lado un adoquin de carne con anteojos sin pie que era ef Lic. Mandarin Pedroso. Pérez-Atroz directivo nos enfrentaba con frac de papada blanca y flor. iEs un griego de tendencias emotivas!, schaldle con la servilleta la cerviz vecina a ta Hegada del tren del postre. jLlegara lejos! Voy a ha- cerlo Viccpresidente del Recreo Ping-Pong. Explicéme lo que era sin tapujos esa rimbombante sociedad de chicas que su personalidad centraba como un corrillo. —Una forja de temperamentos y un nido de palomas garridas. Ud. necesita entrar en ella, después de que su nombre de poeta y periodista empieza a escalar las cumbres de Ja fama. Permitame informarle, se lo digo confidencialmente, que cl Presidente de Ja Republica salid de nucs- tras filas, e] Regente de Sia Paulo también, cl Vice-Alcalde idem idem. Ya suministramos a la alta administracién doce estrellas de primera mag- nitud. Santos Dumont es de los nuestros. ¥ suibito, reservado como las sefioras que uno se encuentra en la sala secreta del museo de Napoles: 2d. tiene hijas? 58 —Si. Tengo una de seis aos. —Llevenosla, Névenosla, si quiere salvarla de los peligros contempo- réneos. jAh! ;Por alld no se baila cl pasodoble, mi querido sefior! (EI pa- sodoble! |Debiera Hamarse la c6pula de salon! Mire Ud., vivimos en una civilizacién de dancings.. . Cuchillos golpearon vasos semaféricos, Frente a nosotros, Pérez-Atroz irguidse, nieto de Lord Byron en Italia. —iEs un discurso de amigos, sefiores mios! jY como esta florida mesa retine solamente muchachada, beberé por Cupido! A cada uno de Jos pre- sentes a esta veunidn de salud y fraternidad, le adjunto una ausente cara, en una argonave de esperanzas elcrnas. Porque nosotros, mis colegas amigos mios, jen este valle de cmociones, de apogeos y de caidas de Icaro, vivimos tan sélo cl romance de la ctorna busqueda, de Ja eterna mohina det espejismo! Pero na nos que- demos en la visién tan sélo de este deseo de lo imposible que a todos nos inquieta y conmueve. |Prosigamos en la realizacién de Io Iuhallable, de lo Irrealizable, de Jo Incretble, aleancemos la promesa Lentejueleante del Nada! ;Por Ja mujer! Yergo mi copa de vencido. . - 156. DOBLAN CAMPANAS POR DONA ZELIA “Fallecié. anteayer, en la hacienda de Los Bambites, comarca de Pon- choville, en la juvenil edad de 28 afios, sucumbiendo a una terrible pul- monia, la Exema. Sra. Dofia Zelia Cornelia de la Cufia: La extinta era hija del aficrado paulista Coronel Belarmino Elesvan Arruda de la Cufia y de Ia fallecida Sra. Condesa Gabriela Chelinini, y siempre fue figura dc relieve en nuestra sociedad al primar por sus dotes de espiritu y corazén que la hicieron tan estimada cn el amplio circulo de sus relaciones. Era cufiada del distinguido capitalista carioca, el Sr. Carlos Bretes, hermana del Sr. José Elesvdn de la Cuiia, comerciante en Amberes, de Jas Sras. Dofia Nair de la Cunta Bretes y Dofia Marla de los Angeles de la Cua Mircles y prima de nuestro clocucnte camarada e ilustre ged- grafo, Lic. Poncio Pilatos de la Gloria. Fueron vanos todos los recursos de la ciencia médica para salvarla. Pésames a tan distinguida familia cntutada”. 157, ERRATA Quien quite y yo pudiera prever cl armisticio con muisicas jazzbandando por las calles aliadas y el estrujamiento aleman por Foch y Poinceré, pero nunca auscultaria mi precoz viudez y la legada de Amberes en un carguero, dc mi cufiado José Elesvén de la Cuiia con barbas, 59 Fue a él a quien acudi cn ta afligida bisqueda de mi Zelita, millonaria hecha y sélo por el Dios de las revisiones del proceso. Desapareciérala Ja elegantisima tia Neir, largada del mundanal Rio hacia la cabecera moribunda de yentosas. Encontré al nuevo Paquito flaco y opuesto a todas las visiones de la infancia y de la adolescencia epistolar Iejana. F] trabajo rabioso lo habia hecho hombre. Conocia a todos y a todo de nitida y péstuma vision. Me aprobaba con resignados silencios contenidos. Partimos de tren y cremallera hacia la Nova-Lombardia encharcada de luvia entre palmeras desgresadas por shampuis de tempestades, 158. RECREO PING-PONG Miramar le vida es relativa Lo sucedido no hubiera sido Si nacieras solo Sin la madre que te dejé virtudes calladas Lo sucedido te oftecié La hija de ojos claros Abicrtos para los dias por venir Eres el eslabin de una cadena infinita Abraza al Lic. Mandarin ¥ afiddelo al azul de esta maiana Lozana 159. VELADA DE LOS RESIGNADOS Mister Penélope vecino mientras la mujer viajaba en Australia, estor- nudaba como un payaso en un circo con consonancias de trombin, Zelita de negro reia, estallando el silabario de figuras mayores que ella. Nuestro departamento en Ja casa art-nouveau de Mme. Kolny. Gloricta del Arouche frente al parasol frondoso de Dojia Flora Roja, habia dos caartes cuadrados y un jardin de invernales orquideas como aiioranzas. Mujeres de quevedos pasaban tec-tec por ventanas quietas de rejas. La criada japonesa noticiaba matinales diarios en inglish okéi no-okéi para la risotada libre de mi hija, colorista de montonales revistas ex- tranjeras, Thamos al Jardin de Ninos de Doiia Mademoiselle Ivon y a Ja novena organista del Sagrado Corazén. 60 160. DISCURSO ANALOGICO AL APAGON DE LUCES DURANTE EL FOX-TROT POR EL LICENCIADO MANDARIN PEDROSO {Mis jovencitas, mis jévencs! jEste club es un hogar! En 4, jel espiitu hospitalario es una_prerrogativa al lado del cate- cismo moral de la juventud! ;¥ es por ello que el Recreo Ping-Pong se torn célere a la mds progresista arteria de nuestra vida social con floridas ramificaciones por la politica y por la literatura! ;Que en él res- plandezedis vosotros, oh inefables portadoras de las gracias venusinas, al lado de los jévenes pastores de la Patria! Bajo esta chamarra de modesto obrero, no puedo desmemoriarme de que acontecimientos diarios acumulan deslumbradoras certezas para vo" sotros. Quiero referirme particularmente a un hecho sucedido anoche durante ios bailables y merecedor de los mayores elogios de la dixectoria. Porque aqui, muy sefiores mios y sefioras, revelando una cultura poco rara, en juventudes de esa cdad, Jas socias y socios no meditaron tan sélo cn Jos adornos que clectrizan a los del respective sexo opuesto. jNo! 7Practican deportes! Siguiendo la leccién de Grecia, realizan Ja eterna maxima Mens sana in corpore sano. jAqui no se leen novelas de baja calafia literaria ni versos futuristas! Sélo se Ice a Rui Barbosa. jNo! jAqui, se forman dignos hijos e hijas del gran ser que Bilac Hamé en su frase cincelada y lapidaria “Astuta y fuerte, la gran madre de las razas, Fat" Ayer, mientras socios y socias so entregaban a Ja dulcedumbre e ino- cente gracia de las volutas de un lénguido vals, uma traicionera averia vino a inundar de tinieblas el recinto de fulgurantes oropeles. ;Murié en Jabios de todos la sonrisa de la Bienaventuranza! Las chicas en esa edad color-de-rosa de los suefios y de los anhelos, se pusieron melancilicas y asustadas, buscando como si las persiguicra une miopia inenarrable un brazo sdlido que las protegicra. {En vano! jNinguno! jPerfilados como héroes, sus parejas permanecieron como que fulmi- nados por rayos de célera divina! (Risas contenidas de chicos y chicas}. Cuando se reestablecié la corciente pérfida de la Luz y Fuerza, estaban todos a sesenta centimetros mds o menos de distancia, en actitud cal- mante y respetabunda. AI verlos era como ver viajeros extasiados que se sacian la sed en Ja esperanza y en la fe de los castos besos de la brisa. jEsto es digno de Plutarco! jE! feminismo contempordneo se desbara- justaria en su verbosidad grdcil ante el pefién de este hecho! jRes non verba! Visto ello, sélo me resta injertar cn el acta del Recreo Ping-Pong, un verdadero y auspicioso hinmo congratulatorio a los jévenes, que, como verdaderos San Luises, jmantuvieron en hora tan peligrosa la postura que més tarde Jos Ievaré como maridos a Jos fulgurantes paramos de la aven- tura conyugal! 61 iBendita tierra sois que poseéis tales efebos! ;Patria, palpito en ti! (Son- visas y aplausos}. 161, HISTORIA DEL BRASH. Y Zclita mochila por portones faroles, me tba explicando que Don Pedro I° era un calavera que se arrepintié en le hora de la muerte y mand6 Hamar al nieto de su nieto para decirle gue fuera a hacer lo gue él. —i¥ Don Pedro IP —Ese era un flojonazo. Cuando la maestra Hegaba, decia que se iba a jugar baraja y que los libros no los queria ver ni en pintura, De noche venia y desembarcaba mi Angel nocturno. 162. NOTICIERO “Génova Hotel Mi gentil amigo y camarada Saludos. Sélo hasta hoy, puedo escribirle desde esta bella Italia, pais del arte, leno de templos de marmol de Carrara, donde Ja fe se escuda bajo Ia égida de la tradicién. Vedere Napoli, e despoi morire! Estuve en Lisboa unos dias y visité la célebre Torre de Belém, de donde perticron las gloriosas carabelas de Cabral, singlando el Océano. No pude menos que dejarme concentrar y transportar mi espirita a aque- Tlos tiempos gloriosos. Y senti la mds profunda gratitud por estos intré- pidos deseubridorcs, reconociendo que si no hubicra habide tan tamafia epopeva histérica, yo hoy no estaria aqui y tal vez fuera un portugnés que con_el lastimoso estado del cambio ni siquiera pudiera andar viajando. En breve iré a visitar las maravillas del arte de Rafacl, del tiempo formidable de los Médici y ver el Caste] Santdngelo de donde se tiré la famosa Tosca de Puccini. Recomendaciones y abrazos sinceros del am® seg? ser°r y primo Pilatos. P.D.—EI mundo es realmente pequefio como decia el erudito padre Manuel Bernardcs. Al ir ayer a Santa Margherita, me puse a espiar unas danzas del Kursaal y cudl no fue mi intima sorpresa, cuando lei un cartel de la puerta “José Chelinini, professore de Shimmy-Trott”. Es dc suponerse que me pasaron las de villadiego para no encontrarme con el caradora. E] Mismo”. 62 163. ENTREVISTA ENTREVISTA gCémo es eso de que el ilustre hombre patrio de letras no proseguird con sus interesantisimas memorias? —No. —gle seria permitido al grueso del piiblico Jector permanecer al tanto de las razoncs ocultas de la grave decisién que perjudica asi nuestra naciente literatura? ~—Razones de Estado. Estoy viudo de Dota Zelia. iW? —Me dijo el Lic. Mandarin que los viudos deben ser circunspectos. Pero, que después de los treinta y cinco afios, mezzo del camin di nostra vita, nuestra actividad sentimental no puede ser escandalosa, a riesgo de venir a servir de cjemplo pernicioso a fas personas ancianas. —Con perdon de la palabra, jel Lic. Mandarin cs una bestia! —-Se engafia, E] Licenciado Mandarin es un baedeker de virtudes. Io adopto. —-La critica va a acusarlo y Ja posteridad a clamar por no continuar tan rico monumento de Ja lengua y de la vida brasilicas en el principio deportivo del siglo xx. —Ya poseo Ia mejor prenda de la critica. Le lef las Memorias al Lic. Pilatos, antes de embarcarse. —Y qué tal? —-Mi libro le recordé a Virgilio, tan slo que un poco mas nervioso el estilo. Sestri Levante - Hotel Miramare, 1923 (Txanscreacién de Héctor Olea). 63 MANIFIESTO ANTROPOFAGO Sélo ja antropofagia nos une. Socialmente, Econémicamente. Filoséfica- mente. Unica ley del mundo. Expresién enmascarada de todos los individualis- mos, de tados los colcctivismos. De todas las religiones. De todos los tratados de paz. Tupi, or not tupi that is the question. Contra todos los catecismos. Y contra la madre de los Gracos. Sélo me interesa lo que no es mio. Ley del hombre. Ley del antropéfago. Estamos cansados de todos las casados catdlicos sospechosos puestos en drama. Freud acabé con el enigma mujer y con otros sustos de la psicologta impresa. Lo que atropellaba Ia verdad era la ropa; el impermeable entre el mundo interior y el mundo exterior. La reaccién contra el hombre vestido. El cine americano informard. 67 Hijos del sol, madre de los vives. Hallados y amados ferozmente, con toda la hipocrcsia de Ja aficranza, por los inmigrados, por los traticados, por los turistas. En el pais de la "vibora-vtbora” *. Fue gue nunca tuvimos gramdticas, ni colecciones de viejos vegetales, Y nunca supimos lo que era urbano, suburbano, fronterizo y continental. Holgazanes en el mapamundi del Brasil. Una conciencia participante, una ritinica religiosa. Contra todos los importadores de conciencia enlatada, La existencia pal- pable de la vida. Y la mentalidad prelégica para que cl Sr. Lévy-Bruhl estudie. Queremos Ia revolucién Caribe. Mayor que Ja revolucién francesa. La unificacién de todas las revucltas cficaces en direcciém del hombre. Sin nosotros Europa ni siquiera tendria su pobre declaracion de los derechos humanos. La edad de oro anunciada por América. La edad de oro. Y todas las girls. Filiacién. El contacto con el Brasil Caribe. Ox Villeganhon print terre. Montaigne. El hombre natural. Rousseau. De la Revolucién Francese al Romanticismo, a la Revolucién Bolchevique, a la Revolucion Surrcalista y al batharo tecnizado de Keyscrling, Caminamos. Nunca fuimos catequizados.Vivimos a través de un derecho sondmbulo. Hicimos que Cristo naciera en Bahia. O en Belem do Pard. Pcro nunca admitimos cl nacimicnto de Ia légica entre nosotros. Contra el Padre Vieira. Autor de nuestro primer préstamo, para ganar comisin. El rey-analfabeto le dijo: ponga eso en el papel pero sin mucha labia. Se hizo el préstamo. Gravamen para el azicar brasilefio. Vieira dejé el dinero en Portugal y nos trajo la labia. ‘La Cobra Grande (vibora-vibora) es una figura mitolégica del indigenismo brasilefio, temida por su maldad, ya que al tomar Ja forma viperina, volica las embarcaciones. Similar al Jagiey de las leyendas riberetias cubanas (N. de T.). 68 El espiritu se rehisa a concebir el espiritu sin el cuerpo. El antzopomor- fismo. Necesidad de la vacuna antropofagica, Para el equilibrio contra las religiones de meridiano. ¥ las inquisiciones exteriores. Sélo podemos atender al mundo oracular. Teniamos a la justicia codificacién de la venganza. La ciencia codifi- cacién de la Magia. Antropofagia. J.a transformacién permanente del Tab en totem. Contra el mundo reversible y las ideas objetivadas. Cadaverizadas, El stop del pensamiento que es dindmico. E] individuo victima del sistema. Fuente de las injasticias clasicas. De las injusticias yomanticas, Y el alvido de las conquistas interiores. Derroteras, Derroteros. Derrotetos. Derroteros. Derroteros, Derroteros. Derroteros. EI instinto Caribe. Muerte y vida de las hipstesis. De la ecuacién yo parte del Cosos al axioma Cosmos parte del ye. Subsistencia. Conccimiento. Antropofagia. Contra las élites vegetales. Ea comunicacién con el suelo. Nunca fuimos catequizados. Lo que hicimos fue un carnaval. El indio vestido de senador del Imperio. Fingiéndose Pitt. O figurando en las dperas de Alencar Meno de buenos sentimientos portugueses. Ya tcniamos comunismo. Ya teniamos lengua surrealista. La cdad de oro. Catiti Catiti Imara_ Notid Notid Imara Ipeyti* 2 Este poema tupi-guarani / pre-concreto Ccomo lo definicra Haroldo de Cam- pos) fue extraido por O. de Andrade cel libro O Selvagem, de Couto de Magalhacs, dentro del mismo espiritu con el que el autor se valié de textos de cronistas def Brasil colonial. Se trata de una invocacién a la Luna nueva: ‘Lunanueva ‘Lunanueva Arresopla en fulano En Fulano arresopla Recuerdos de mi (CN. de T.) 69 La magia y la vida. Tenfamos Ja relacién y la distribucién de los bienes fisicos, de los bienes morales, de los bicnes de dignidad. Y sabsamos transponer el misterio y la muerte con ef auxilio de algunas férmulas gramaticales. Le pregunté a un hombre lo que era cl Derecho. Me respondié que era la garantia del ejercicio de la posibilidad. Ese hombre se Wamaba José de Galimatias. Me lo comi. Sélo hay determinismo donde no hay misterio, . * Puente pequeno, en oposicién a Serafin Puente Grande (N. de Ia T.). 124 Cannes. Y de Dofia Blanca Clara, la Heladera, nada conseguiste. Hiciste un mal papel come los otros. {Fl Barén Tapavento te tragé con todo lujo! MORALIDAD Serafin admira de arriba abajo a aquel elegante principe ruso, quien Jo Tlamé en el cha-tango para el plancado encuentro con Dosa Blanca Clara. Sélo le queda de la antigua nobleza una seguridad tranguila de chulo internacional. EL AULA Serarin: 2Te gusta la cabeza de Medusa? La ALUMNA: Para comer nos sentamos a la mesa y nos ponemos una servilleta en el pecho. Serarin: Te gusta, cenorita, el olor del gas? La avumna: {Not No me gusta el olor de gaz porque es desagra- badle! Sprarin: ¢Tomas leche con azticar? La acomna: Si, yo tomo leche con aziicar. El reloj tiene dos aguias, una grande y una pequefia. Senarin: ¢Te gusta el profesor? La aLumna: La-pi-za-del-pro-fe-zor-es-de-li-cio-sa. E1 reloj interviene. Confusién de lenguas. FLORIDA Blanca Clara a la mesa del Mavajé. De pronto se levanta para bailar en sus amplexos. Diabélica, roja, salida de Chanel o de un tambor magico. Ilustraciin de catecismo, el inficrno abierto de par en par en cl candela- bro de Ia tierra, el techo desbordando hasta el cielo. Tropiezan en una sobadera sindical, champafiizada, en la absolucién de Tas tierras sin peeado, en el olor de la musica mestiza, El la palpa a unos metros sobre las flores cuadradas del vidrio encarnado. Robustas balanzas le hacen pesar Jas bouillattes® de Jos senos, compases de tango le miden los misculos de los muslos, Je evaltian Jos mas velludos secretos. Serafin se curva como un arco, como una honda, como una flecha, como un asiento. Arriba, Dios Nuestro Seftor, habiendo oido los gritos de Ja misica, bendice a las parejas de Florida y encomienda a los Angeles vestidos de garcons para que lancen sobre Paris pelotas azules, mufiecas y juguetes de nifios. # Asi en el original (N. de la T.). 125 NOCTURNO —ili, ji! {Qué infeliz soy! —:Por qué madama? Cuénteme su historia. —jTeniamos una fabrica de zapatos pero mi marido perdié todo . . . en Ja belote *. —2Qué hacia é? —Era aviador de loopings“. ;Pero no me toque! jlmaginese si Madame Cleé de Mérode me viera! SERAFIN MENESTREL Dojia Blanca Clara. iOh! |No se niegue, seffora! Sélo le pido un aprés-midi® de su vida. éQué es un aprés-midi a fin de cuentas? Nos separaremos después. Pero usted Ievard en su cuerpo el orgullo de haber sido amada. EI orgullo de haber sido amada por un Iegitima brasilefio. Ud. sabe que un brasilefio generalmente es distinto a los demds. Y, ademds de eso, por un poeta, Los poctas —ya Jo dice Dante— ison aspirinas de locura y de hierro viejo! Ud, guardaré en el fondo de su corazén y de su sexo el inmenso re- cuerdo de ese aprés-midi. Esto es lo que, de rodillas, sollozando, le pido. E.R.M. De Da Ponte Grande Después de sellar debidamente el sobre con una estampilla federal de 2.500 S, y de verificar la firma, Ja misiva es entregada al groom * del hotel. REPLICA Sejior, iNo siga! Por quién podria ser? {Por l alma de su madre! {No me haga brujerias! Su gentil misiva me pone en grave “peligro” *. jDeceo* irme, esca- pat, hacer el golf, jugar al volante, distraerme, morir! Blanca Clara * Asi on el original & 4 Asi en el original CN. Asi en el original CN” * Asi en el original SR. * Asi en el original * Asi en el original (N. dela. 126 MADRI Mujeres escindidas colocan panderetas en los corazones bailarines, con cabellos de peopaias “*, bajo los drboles degollados del verano. En el espacio de las mesas bien cubiertas de manteles, mujeres sinco- pean como banderas, como dinamos cn los brazos esmaltados de San Vito. Bajo los arboles libres del verano, bajo los globos cautivos de las linternas. La orquesta mezcla lenguas, altavoces, serruchos “ y pequefias gaitas El la deshoja desde el fondo de las pampas, en funcién de nostalgias aritméticas. Ella le Ilené Jes bolsillos de los més caros Sullivan con algo- dén drogado, de los mds finos Philipp Morris. Cuando los fox-trot cambian la languidez balanceada por las piernas de largos pasos con una fabla en la cabeza de hemisferios engarzados. Serafin sostiene el hdlito de Blanca Clara, todos los vellos del cuerpo depilados, el vientre que sefala el hielo central de Ja tierra. INTERNATIONAL-SUMMER Nueve horas del verano. La tarde provinciana demora al verse los efectos luminosos. Cazadores de rojo pueblan como hornos Ja tarde metalica sobre la punta de la torre en un guante de Champagne. Del otro lado, sobre la Torre vertical de Paris, un tocadiscos fox-tro- tea para otros planetas. Mientras tanto, la Torre Eiffel descubre para qué fue hecha y ol abe de Citroén guifia un ojo. La luna graba en plata la Exposicién de fas Artes Decorativas. Ato 25. Siglo de Serafin o de la Fortuna Mal Adquirida. CONVOCATORIA N? 13. Tribunal de Jos Perros, 7 de junio. Departamento de la Velocidad a pie. E] Sr. Esparramado, juez de Instruccién, invita al Iustrisimo Sr. Sera- fin Ponte Grande a comparecer ante su Gabinete, en el Palacio de Ia Diosa Justicia y otros vehiculos, a fin de dar un discurso sobre cl cacho- rrito Pompeque. “Tribu indigena CN. de Ja T.). ge Tite $e denza y» también, el serracho wsado como insteumento musical (N. lela TD. © Instrumento semejente 2 ta flauta (N. dela T.). 127 GIGOLOTAJE En el Perroquet, al verlo bailar ej viscera] charlest6n con los esmaltes renovados por un dentista épaiant “, ya se murmuraba interrogativamente entre los grupos de mesas: —Quién sera este nuevo y extrafio profesor? MUSICOL” La floresta brasilica y otras florestas. Mujeres fertilizantes Hevan columnas, arquitecturas y hortalizas. {Mu- sica, maestro! jMateria organica! Corbeilles * monumentales arrojan del séptimo cielo de los vasas blan- cos pitas de negras desnudas. Periquitos, osos, onzas, avestruces, la animal animalada. Rosetones sobre espdrragos de la platea. Condimentos. Las partes ptidicas en los reflectores. Sincopes zapatcan cubismos, dislocaciones. Alterando las peo metrias, Todo se organiza, se hace colectivo, simultaneo y desnudito, una cobra, una pelicula, una guirnalda, una ecuacién, pasos suecos, chillidos argentinos. Serafin, ésta es la vida, PNEUMATICO Un almuerzo oficial en el Ritz con varios banqueros y algunas celebrida- des homosexuales me impidié escucharte por teléfono una hora. Paris esta horrible. Lleno de nodrizas con leche y sin leche, desembar- cadas del canal. De tu Pequeaérrimo “ Asi en el original (N. de la T.). S* Asi en el original (N. dela T.). * Asi en el original (N. de la T.). SERAFIN EN EL PRETORIO EL BURDEL DE TEMIS o DEL PEDIGREE DE POMPEQUE Satomén: Ustedes aqui, en Francia, tienen la costumbre de susti- tuir nifios y nifias por perros y perras. Szrarin: ;Yo na soy francés, Excclencia! Estoy, a través de algu- nas aleaciones, tratando de refinar el tronco dejado en una playa brasi- Jena por una carabela del descubrimiento. Tronco que se enmaraié con lianas morenas . . . Saromén: Nal jNa! jNa! ¢Quiere bromear? Pero a mi, que vivo del conocimiento y de la obscrvacién del animal humano, no me engafia. ¢Quiere acaso afirmar que el principe de la Gran-Ventura admirado por el Tout-Paris viene de los sertones de Pau-a-Pique? Szrarin: S$4o Paulo es mi ciudad natal. SaLom6n: La Chicago de América del Sur. Pero nunca me conven- ceré de que su desenvoltura, que hace tan valiosa su estadia entre nosotros, es originaria del Anhangabati. Guarde, para desesperacién de su modestia, esta pequetia verdad: mi amigo viene de Florencia. ¢¥ sabe de qué Florencia? {De la de los Médici! Los testigos rien y declaran. Nadie vio nada. Afirman incluso que Pompeque no fue recogido por el auto fatidico cyovtH'o. Lo que pasd simplemente fue que el niimero le pegd un susto al travieso mamifero. El juez, sin enthargo, no discute, Acepta la versién querellante y condena a Tos imprudentes automovilistas a pagar cien talentos® de oro de multa, Ex Reo-Liper: {Esto es Jo que se Hama uma verdadera arbitrariedad! iUn perro sin raza nj casa! jUn legitimo Papa-dvo! {Un perro que vivia en medio de la calle, oliendo —con perdén de la palabra— deyecciones equinast Moneda de la antigiedad griega o romana (N. dela T.), 129 SeraFin: Ese no es el hecho. Yo siempre tuve, uma y otra vez, et cuidado de atravesar los bulevares en horas de trafico Ilevindolo cargado. La co-rEo: Sefior juez. Entonces fue una fatelidad. Su Excelencia no ignora que los automéviles estén hechos para deslizarse sobre el asfalto embriagado de las vias piblicas . . . SeraFin: jPero no para aplastar pobres y vertcbrados animaluchos! SaLom6n (berreando): jLa argumcntacién del querellante cs irre- futable! ¢Confirmo la condena conforme e art. 439 g. P.? Es del Cédigo del Medio de Ja Calle. Los reos, cabizbajos, se retiran del hanco de los reos y van al Banco de los reis*. Pagan la multa al huissier™ con un cheque sin fondo. Serarin: Se afirma cn mi espfritu la seguridad que siempre tuve de la alta imparcialidad de los jueces de Francia. {Viva Francia! Satomon: jMuy gentill ;Trés chic!®, Se lo agradezco, en nombre de la Justicia. Pero sepa que la Francia de hoy no esta hecha por noso- tros los franceses, primogénitos de Ja Iglesia, a pesar de todas las autén- ticas veleidades revolucionarias. Esto, aqui, es una especie de zona neu- tral, donde se ejercita la caligrafla scxual de los pueblos liberados. Oh! iOh! jPobre Pompeque! SeraFin: (Pobre Pompeque! Yo cstaba justamente reconstituyendo su genealogia. Habia tlegado a la conclusién de que el padre pertenecié a un floristero, Gente modesta, gente que deja que los animales duer- man en el propio lecho conyugal. Pero —justicia sea hecha— que los lava todos los sdbados. Satomén: jEra un perro de grandes virtudest Serafin: Algunas ... Sabia muy bien fingir que se habia muerto. ¥ ocultarse en las fortificaciones. jInfeliz Pompeque! Se levanta la audiencia, insertando en el acta un voto de profundo rechazo por la desmaaterializacion de Pompeque. POEMA OVAL Me gustan los huevos ¥ los carantelos de huevos Y los huevos duros Con chorizo dlemin Y buena cerveza Me gustan los huevos revueltos * Antigua moneda portuguesa y brasilefia (N. dela T.). *4 Asi en el original (N. de ta T.) * Asi en ef original & dela T.). 130 Poached & scrambled Con bacon & toast En Londres Y¥ té de la China Pero me gusta mils —jEso si me gusta! Tomar huevos calientes Con Ia Serafina CUDELUMES Serafin pisa la escalera subterrénea de fa Rue Daunou y encuentra en el zinc newyorkino del bar que lo espera solitario, la alta cabellera de un joven artista, arquitecto y pintor de la Gran Repiblica Estrellada de América det Noxte, el cual admira a los alemanes por sus dotes poli- sexuales, —EI uranismo ha entrado en franca decadencia .. . —Si, la promiscuidad .. . —Exactamente, la promiscuidad, como en Jos pueblos anteriores al alfabeto ... Estrellas verticales pasan en Ja noche de cantos negros. —Y sobre el eterno femenino? _-Adoro las mujeres de Dumas Hijo . . . —” Es en ese estado de autocritica que le ofrecen Ja gloria de Ja inmolacién. Por otro lado, también est4 la huida que algunas amigos le preparan. Una huida initil, fuera de cualguier militancia, la fuga que no puede conservarlo en una Iucha que no existe, sino tan sélo mezquinarle la vida. ¢¥ qué tipo de vida? Esa vida precaria de los sctenta amos sordos y ciegos. En la ilegalidad y en la miseria, bajo Ta persecucién y cl clamor publico; y cuando no, al lade de Xantipa, “la mas insoportable de todas las mujeres pasadas, presentes y futuras”, segin el testimonio de Je- nofonte. Sécrates representa la pérdida del carécter hidico en el hombre evolu- cionado. Para soportar la muerte asegura Ja idea salvacionista de la supervivencia Todo el Feddx no pasa de ser un terrible drama intimo. Con su com- plejo de comadrona, heredado de la Mayéutica materna, Sécrates clabora un terrible mondlogo para convencerse, a si mismo mas que 2 los demés, de la existencia def alma inmortal. De esta manera, la cicuta pasa a ser la clave de la supervivencia en el mundo del ocio que siempre le habia sido negado, a él, pobre desguarnecido del Peloponeso y pardsito perenne de las ricas casas de Atenas. La cartilla del resignado est4 completa en esa hora agénica. La vida, aunque mala, debe ser soportada hasta que Dios nos envia una orden formal. Sdto wn imbécil puede pensar en huir de su amo a cualquier precio. El sabio debe permanecer bajo la dependencia de aquello que es 191 superior a 1 mismo. Los dioses cuidan de nosotros puesto que a cilos pertenecemos. Son los mejores gobernantes det mundo, La adulacién continua. Sécrates tiene la certeza de que encontrarA dioses de primera categoria. Pues algo hay reservado para después de esta vida, donde los buenos tendrén mejor destino que los malos. El filésofo debe morir en Ja esperanza de que después de la muerte gozard de bienes infinitos. FJ cuerpo es una corrupcidn; lo que interesa es el alma. Libres de la locura del cuerpo, sélo asi conoceremos Ia verdad. Surge el infierno. Quien bajara a Jes infiernos sin ser iniciado y purificaclo, caeré en el barro. Pero él pertenece al circulo de Jos clegidos, y confia en la voluntad de Dios. El alma existia antes de que naciéramos, cuando teniamos conocimicntos que luego perdimos. Y asi empieza a esbozarse la doctrina de la reminiscencia, Los que siempre ejercieron la templanza y Ja justicia van hacia un lugar grato, y por eso él no considera una desgracia fa situacién de condenado a muerte en Ia cual se encuentra. No es de los que confunden el primer principio con los que derivan de éste. Con la muerte, entonces, lo que hay de mortal en el hombre perece, y lo que hay de inmortal se retira para ser juzgado y recibir el bien o el mal que merecié, Al beber la cicuta, experimentard la felicidad de los bienaventurados. Y si hizo ese largo discurso, no fue solamente para consuclo de los amigos, sino tam- bién para su propio consuelo. Sécrates expresard el cambio de espiritu producido por la destruccién de] mundo gricgo. Su sermén es una preparacién para la cultura esclava que se perfeccionaré en Roma, tanto en las artes competitivas de la guetra como en las artes mecdnicas de la paz. Los trabajos de ingenieria de la antigiedad habian tenido una base cmpirica. Ahora, en el arte del did- Jogo, que Platén sefiala como el don socrético por excclencia, nace la pedagogia. Un paso mds y Arisiételes echara las bases de la légica clasica: sin ella, no habria habido ciencia. Es uno de los sabios modernos, Alfred Whitehcad, quien sefiala la importancia de la visién de un mundo légico, erdenado por un ente su- premo, para el progreso de la Fisica. ¢Qué era, finalmente, la Mecénica sino el aprovechamiento ligico de Jas fuerzas de la naturaleza? Primitiva, cadtica y desordenada, y en una civilizacién sin reloj, Ia técnica sdlo podia ser eficiente si se apoyaba cn cl brazo esclavo. El esclavo podia existir cn la condicién miserable a la cual se veia reducido, sélo con la esperanza mesianica de Ja otra vida. De alli el éxito det Cristianismo en el desarrollo proletario de Roma: él se alimenta, efectivamente, de la depresién spiritual del trabajador. 192 Con el apéstol Pablo, la monogamia se levanta como una institucién agresiva del Patriarcado, frente al grupo sexual de la Edad de Oro ma- triarcal. Estamos en el primer apogeo de Ja negatividad o de la antitesis, el segundo término de Kojeve. Se llega a exagerar el papel de la monogamia, reivindicada para el esclavo, como si fuera el puntal de la dignidad humana. Pero detrds de esa revolucién contra la gens, se insinda el ascetismo, la predicacién de la castidad y del celibato. La revolucién paulina cs, por una parte, la semilla de Ja misma revo- lucién burguesa gue reposaria bajo las invasiones y los injertos raciales y étnicos de la Edad Media, para luego germinar en el humanismo rena- centista; y por la otra, es el agreste apostolado de Cristo gue viene a confirmar la ley patriarcal. F's por eso que la idea de la igualdad de todos cn Cristo, esto es, bajo uma bandera que irasciende las fronteras impe- riales de Roma, es revolucionaria. “Ahora no hay Judio ni Pagano, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, sino que vosotros sois todos uno en Jestis Cristo”, dice la Epistola a Jos Gélatas. Revolucionaria se vuelve, pues, Ja posicién del esclavo monogdmico, detentor individual de la dignidad humana. De la misma Fpistola es aquella afirmacién de que “el hombre no es justificado por las obras de la ley sino por la fe”. que a través de Agustin produciria la apologia del arbitrio en Lutero, y el consigniente “estado de gracia” del burgués prosperado en el comercio y en el robo. Aqui estén delincadas dialécticamente las etapas de Ja cultura patriarcal. No hay que olvidar que Aristételes pertenecia a la corte de Felipe de Macedonia y que fue preceptor de Alejandro Magno. Jaeger hace refe- rencia a “sus relaciones pedagégicas con el futuro dominador del mundo”. Pero es un contemporineo, Hans Kelsen, quien analiza la posicién interesada del Fstagirita. “La tcoria metafisica del Sur que pretende ser una ontologia, constituye en realidad una axiologia, una teoria del valor absoluto y, por lo tanto, una teologia, pues la perfeccién 0 bondad co- rresponde a la esencia de to real y, por eso, todo lo real es en cierto grado bueno; esto se verifica con especial agudeza en estas palabras: “El Ser no podia ser mal administrado. La salvacién no esté en el mando de muchos, jsino en un solo sefor!’ ”. Es éste ef texto de La Iliada que Kelsen reproduce de Aristételes sin decir que éste lo copiaba de Homero, Texto clave y confesional del Es- tagirita. No se pnede olvidar que Homero era el cantor de la Areté, es decir, de la virtud helénica exaltada en sus versos. Kelsen concluye muy acertadamente que el “Ser como tal”, fundamento de I ontologia aristotélica, implica Ia idea de una monarquia absoluta. 193 De alli que su consiguiente teologla tenga un marcado cardcter mo- noteista. Sin embargo, este monoteismo venia de mas lejos, del fondo de la vieja fe absolutista. Y tenia una finalidad: Ja obediencia del hombre esclavo al scfior de Ia tierra que era el espejo del Sefior del cielo. De una edicién de textos religiosos recopilados por Frost, reproducimos a continuacién los trezcs comparados de las diversas religiones del mundo antiguo, relativas al capitulo “Obediencia”. Helos aqui Del Budismo (Dhammapada 20, 376): “Los que obedecen Ia ley y siguen diligentemente los mandamientos tendrdn serenidad de espiritu, alegria y prosperidad. La obediencia es cl camino para Jas buenas cosas de esta vida y de Ja otra”. Del Cristianismo (Mateo 19-17; Juan 14-31; Actos 5,29; Romanos 6-17; Hebreos 12-9; Santiago 1-22; Juan 3-24 5-2-3): “El verdadero cristiano es reconecido por el hecho de gue cbedece los mandamicntos de Dios. Quien desea la verdadera vida agui y después, debe seguir los mandamientos”. Del Confucionismo (Shu-King: 4-3-3; Lun Yu: 20-3-1): “Para ob- tener él favor del ciclo, deben observarse los estatutos del ciclo. Quien reverentemente observa esas estatutos y cs obediente a la yoluntad del cielo, tendré felicidad y se convertir4 en un hombre superior”. Del Hinduismo (Bhagavad Gita: 18-58-73}: “Las leyes de Dios son eternas, sublimes y profundas. E] hombre que scré obcdicnte a cllas scrd feliz. y después de la muerte tendré una alegria infinita”. Del Judaismo (Deuteronomio 7-9-11-1; Reyes 8-61; Salmos 25-10; 103-17; 18-119; 47-48; 70-77; 97-101; 112-113; 127-140; 143-163; 167-174; Proverbios 15-5}: “Los mandamientos det Sefior son justos y deben ser obedecidos. Desobedecer trae castigos, abedecer trae felicidad y bicnaventuranza. Dios no recompensa a los pueblos y naciones que le niegan obediencia”. Del Islamismo (El Corin 4-124): “Estaré con el creyente que escu- cha la palabra del Seftor y obedece. La ley del Sefior fue dada a los hombres para ser obedecida. F] castigo dado a la desobediencia es severo”. Del Sikhiswzo (Japji 13-14-15; Asa-Kiwar Pauri 22): “El hombre es para Dios lo que ¢l siervo es para su Sefior. Por lo tanto, necesita obe- decer siempre. Quien obedece tend honra y felicidad y eventualmente encontraré a su Sefior”. Del Taoismo (Kwang-Tsé 12-2): “El hombre completo y perfecto es el que obedece siempre la voluntad del Sefior”. Del Zoroastrisme (Yasna 45-50-6): “E] Sefior es sabio. Lo que él ordena es bueno para sus suibditos y sus mandamientos deben ser abedeci- dos. La inmortalidad es la recompensa ofrecida al obediente”. 194 Si el hombre ignora a Dios que es suprarracional, ignora sus razones. Plo- tino va mas allé en cl camino abierto por Aristételes en la justificacién del absolutismo inmévil: el primer motor. Ya en Plotino se transparenta el futuro monje de Ja Reforma, Martin Lutero, que no discute ni quicre discutir las razones de Dios. Si Dios es inalcanzable, sus razones también lo son. Nos queda bajar la cabeza y obedecer. Fn Plotino, retérico romano del siglo III, contrariamente a una adhe- sién a las ideas de la Patristica que para ese momento resultan revolucio- narias, se ve un reajuste alrededor del Imperio enfermizo que busca su unidad perdida. Plotino piensa cn Jo inefable para ver si asi alcanza, siquiera a través de las degradaciones de la Naturaleza, al Supremo Ser. En él se va esbozando, en una coincidencia histérica, el Logos de Juan. Si Plotino diverge de Aristételes en cuanto al motor inmévil, la diver- gencia existe en relacién a la Fisica y no a la Metafisica, A la idea de una multiplicidad de motores secundarios, él reacciona acentuando la ortodoxia de un texto del mismo Aristételes: “La primera esencia no tiene materia alguna, pues es realidad perfecta”. Asi, Ia teologia aristotélica por él desarrollada y transformada en teologia negativa, de ningim modo invalida Ja posicién absoluta y absolutista del motor inmévil. De modo gue todo ese impresionismo filosdfico del neoplatonismo no traiciona ni oseurece el motor inmévil, espejo en el cielo de Jos tiranos coronados de Macedonia. Sin embargo en Plotino, ligado a los cosmlogos presocraticos, encon- tramos la raiz de esa filosofia de la naturaleza que propone un soplo, un pneuma, una materia increada ¢ inmortal, el “germen de luz” del guéstico Valentino, y al cual, el emperador apéstata Juliano, intenta dar Ip tltima formulacién. La misma que después brillar4 en Giordano Bru- no, Francisco de Asis, Averroes, Spinoza, Schelling y William Blake, Ilcgando hasta Bachofen y los contemporéneos Ludwig Klages y Edgard Dacqué, En Plotino no hay sombra de Mesianismo. Hay una parte inmor- tal en cada ser, aunque ella no se conccta con ninguna consciencia escatolégica. En la fecunda cosecha de herejias, fruto del primer Cristianismo, lo que hay es un inconformismo sin igual, hasta la aparicién de Agustin. La antigua Roma se desorganiza y declina. Con la decadencia del Im- perio, surgen por todas partes discusiones bizantinas en torno a Jas tesis de la Buena Nueva mesidnica. Si ésta fue proletaria en sus comienzos, fue porque Ja Patristica mantuvo una actitud polémica favorable ante los temas commnistas originados por la secta de los Esenios —lo cual 195 queda confirmado en los “Actos de los Apéstoles’— y revitalizados con et desarrollo de los aspectos sociales, en Roma. Todas las herejias se tifier de revolucionarismo social. Pelagio guiere la predestinacién paca todos y ve la gracia de un modo democritico: para todos. Origenes admite la salvacién por etapas, incluyendo hasta al mismo Satands. Detrds de esas polémicas que saturan los primeros tiempos de la Iglesia, retumban los problemas sociales y, por consiguicnte, también la inconformidad ante el Derecho paternalista imperial. Con Agustin el africano, sin em- bargo, se salva la autoridad de la Iglesia y se salva Dios con la teoria del arbitrio, privilegio y destino del Patriarcado. Los heresiarcas son con- denados, La predestinacién y la cleccién predominan en Ja teorfa de la Iglesia, en medio de las ruinas humeantes del Imperio Romano. Si Alarico se apodera de Roma impunemente, aprovechéndose de los con- flictos del Imperio con Oriente, San Ieén en cl 452 detiene a Atila en Italia y, tres ahos después lo convierte al cristianismo. No es una simple coincidencia Jo que permite transferir a Ja iglesia —fortalecida por la tesis internacionalista de la Ciudad de Dios y por la tesis aristceratica de la cleceién— todo cl prestigio romano ante cl con- vulsionado final del Tmperio. Los fenémenos mesignicos sobresalen en los traumas sociales y en las desintegraciones. Corresponderia a un africano aportar la sangre nueva que necesitaba el Sacerdocio para el mando. Ademés, cabe a la credulidad barbara ofrecer esa sangre nueva y revita- Jizadora a los mandamientos y las disposiciones del Cristianismo. Entre nosotros, en Brasil, ocurrié aquel curioso episcdio relatado por Claude dAbbeville, en el cual el cacique Jayuasse se defiende delante de los jesuitas del crimen perpetrado en la persona de fa compafiera adiltera. E] no hizo otra cosa que cumplir lo que le habian ensefiado. Otra epi- sodio tomado del mundo de las invasiones sobre los origenes de la conver- sién ¢s el de Genserico. Al tomar Cartago, ordené cerrar los cabarets y darle marido a todas las prostitutas. En Agustin, cl Sacerdocio habia retomado sw papel de activa centine- la del arbitrio. Séto Dios escoge, silo Dios clige, sdlo Dios salva. Al mismo tiempo, €] informa (por eso es Doctor) que sdlo la Autoridad de la Iglesia hace creer en cicztos absurdos biblicos. De modo que, con Agustin, se fundamenta la doctrina de la autoridad y del arbitrio que produciria, desde la Edad Mcdia hasta la Reforma, el esplendor del Sacerdocio Occidental. Quedaba asi dominada Ja crisis del siglo v. El paso del mundo romano hacia la Edad Media a través de la conversién, marcaré después, con Guillermo de Ockham, un nuevo énfasis del arbi- trio, Dios puede haccr lo que quiere. Para € no hay comprensién ni critica. Es la entrega pura y simple del esclavo, Constituye una verdadera novela policiaca seguir la aventura patriar- calista del arbitrio a través de las paginas eruditas de Etienne Gilson. Es una verdadera novela de Dios esa disimulacién del arbitrio bajo el 196 vistoso ropaje del Creador del Cielo y de la Tierra. A pesar del respeto que infunden los gricgos, la opinién promedio sobre Ja ciencia es la de Pedro Damiani. Es el diablo quien inspira a los hombres el deseo de la ciencia y fue ese deseo lo que causd el pecado original, fuente de todos nuestros males. A pesar de eso, el monumento de la teologia medieval se basa en Aristételes. Y para Tomés de Aquino “Dios ama irre- sistiblemente e orden immutable". éQué es entonces el tomismo? Un fenémeno de ocaso. Igual que en los comienzos de la ascensién burguesa, cuando aparecen las grandes utopias del Humanismo que se abren a viejas concepciones colectivistas, es en cl siglo xut cuando se produce Ja gran sintesis ideolégica del mundo medieval ya en descomposicién. Tanto la Metafisica como la Etica de Aquino reposan sobre las bases mesidnicas del mundo, que inci- tan al hombre a su destino tmico: la vida futura, el cielo. Cuando la predestinacién agustiniana se convertird en el virus activo del pen- samiento burgués, que a partir de Lutero y Calvino dara todo un linaje de tiburones satisfechos, desde la City Iondinense a la Wall Street, ef profesor dominico Jlevara el realismo a la fundacién de Ja Sorbona, decla- rando que la Metafisica es una ciencia mucho mds exacta que la Fisica. Todas sus sutilezas, todos sus arrcbos son para Ja idea del motor in- movil, simbolo solar del Patriarcado, ahora revestide de los mitos icono- graficos del Cristianismo. Dios es la Trinidad. Tomés se coloca frente al nominalismo como un adepto a Ja realidad de los universales. “La existencia actualiza la esencia”, afirma. En materia politica | toma la posicién comprometida del fildsofo paternalista. Y al respecto desarrolla todo un temario: “Para la perfecta regularizacin de Ja vida humana, es preciso la institucién de una ley, superior a las leyes natural y humana que amolde los actos de los hombres para su fin trascendente”. “Corres- ponde a Ia Jey inducir al hombre al cumplimiento de su deber”. “Como Ja Jey emana de un solo rey para un solo reino, y como el género humano constituye un xeino para un solo cetro, el cetro de Dios, solo hay una ley divina”. A pesar de los problemas politicos de su tiempo y de las luchas entre el Papado y el Imperio, Tomds de Aquino ya sabe legislar el derecho diyino de los reyes. El Sacerdocio encuentra en él su consagzacién como mediador. Y la sombra de Aquino sc proyectar4, reaccionatia y triste, sobre cinco siglos del Occidente. Su anhelo habia sido arrancar el ser de] fluir, impo- ner el absolutismo inamovible sobre la dialéetica de la Historia. En las guerras campesinas que inician la Edad Moderna, se ve una mar- cada tendencia “quilidstica” en las reivindicaciones de los secuaces de Tomds Minzer. 197 El Cristo del Milenarismo, del Juicio Final préximo, que anima a Jas huestes revolucionarias del campo aleman, es opuesto al Cristo edul- corado de Lutero. Al respecto, Leopold von Rancke afirma: “Minzer sentfa, como sabemos, un gran desprecio por el ‘Evangelio Poético’ que Lutero pregonaba, por su ‘Cristo melifluo’ con su doctrina segin la cual el Anticristo —el Papa— scria destruido solamente por la palabra, sin recurrir a Ia violencia”. £) ano del jabilo estaba a las puertas, ese momento cn que “cada uno volveria a poseer nuevamente los bienes heredados y vendidos”. Esa subversién de la propiedad terminaria con Ja adhesion de Lutero a las clases dominantes. Y seria con la espada como el “edulcorado Cristo” destruiria Jas huestes comunistoides del iluminado Miinzer. De la mistica pre-protestante a Jacob Béhme, del Maestro Eckhart a los iluminados que estudié Henri Brémond, existe un linaje de intuitivos que, ateos 0 no y atraidos por la poesta, darfn los acentos desgatrados del “Sturm und Drang” y, mas tarde, los del Romanticismo. Para los grandes misticos, cl Mesianismo es un asunto de puertas cerra- das y, por lo tanto, un asunto que dispensa el Sacerdocio. Teresa de Jesuis siente la presencia fisica de Dios y la siente, con certeza, mds en Ja intimidad de su ceida que en la confesién auricular, Alli, ef interme- diario slo puede comprometer el rendez-vous, El contacto mistico provenia del cardcter orgidstico presente en Gre- cia Cmisterios érficos, fiestas dionistacas) y que atin se conserva entre Jos pueblos primitives, Hegando a ser, en el civilizado, la mas secreta de las experiencias intimas, Roger Bastide, en su libro sobre Ja vida mistica basada en textos mu- sulmancs y cristianos, sefiala que Dios vacia al paciente para después Henar cl vacio con su presencia; y producir un estado de tensién de todo el ser. Se tata de una Jucha terrible entre las potencias del instinto y aque- lias de la voluntad, esclava del mito actuante. Los iluminados son los atletas de Dios, 0 mejor atin, sus entrenadores. La noche en que el Beato de la Biblia perdié a favor del Angel, marcé el inicio de esa terrible prictica mdgico-masoquista donde la entrega adquiere proporciones que hoy son estudiadas y definidas por la patologia. La mfstica pasa a ser una enfermedad, con la desaparicién de las actividades superficiales. Es la teopatia, 0 aniquilamiento, o calcinacién. Atenuada, produce simples fenémenos de mitomania. Esa capitulacién del contemplative que supera los recursos de la ra- z6n, ha armado muchas veces en Ja Historia, bajo el mando del Sacer- docio, el brazo secular. jPeor para el que no cree! De clla nacié El Coran, 198 y de clla se ban alimentado los libros santos de més de una religién activa. Recordemos, por ejemplo, la Gruzada contra los albigenses pre- gonada por Santo Domingo. En la crisis sacerdotal del siglo xvi hay dos posiciones claras tomadas de manera definitiva para los destinos del Cristianismo, Gon todos sus atropellos y sus exrores —Ia comrupcién romana, la tiranta apostélica, la venta de las indulgencias— el Catolicismo conserva la Kinea tomista que aporta, ademés de la sociologia de la limosna, un vago olor a colectivismo. Asi, ante la irrapeién del burgués vencedor, para quien la acumulacién de bienes terrenos emancipa de los ancestrales compromisos con Dios conduciéndolo del liberalismo al ateismo, la reac- cién de la Iglesia Catélica es muchas veces de uma violencia polémica de primer orden. En efecto, ya la Escoldstica afirmaba como principio: “Las personas que hacen préstamos a interés no deberian encontrar mas tolerancia por parte del Hstade que el que encuentran Jas prostitutas: ambos oficios caen bajo la probibicién del Derecho Natural”. Para aque- Mos que todavia conservan los preconceptos medievales de] “justo precio”, el ideal de la sociedad burguesa consiste en: “chupar la sangre de la viuda, quitarle la hexencia al huérfano, oprimir, sofocar, devorar al pobre que no tiene Ja fuerza de resistir, y construir su propia casa sobre Ja ruina de veinte familias”. Liberado por la teoria de la gracia, el protestante sigue un camino dis- tinto. En Ja santidad, en el puritanismo y en el ascetismo de Benjamin Franklin, se inserta inconscientemente la psicosis del lucro: “Si amas la vida, no pierdas ticmpo, puesto que el tiempo es la substancia de la vida. Qué tiempo iniitil gastamos en dormir, olvidando que la zorra que duerme no agarra gallinas y que, en la tumba, tendremos tiempo de dor- mir por toda Ja etemnidad”. Sus dictados son: “el tiempo es oro” o “Ahorvat, ahorrar, ahorrar”. Con la superacién del mundo medieval, el Patriarcado sufre Jos pri- meros embates del espiritu moderno. A través de los artistas del Renaci- imiento, se redescubre el cuerpo humano. Con Descartes, la raz6n afirma que ella cxiste, y la ciencia, con las técnicas del pensamiento, funda un amplio imperio hasta esc momento insospechado. Sc trata de dos incaleu- lables conquistas: por una parte, el hombre tiene cuerpo y razon; por la otra, Spinoza, al unir Dios y Naturaleza le devuelve al alma su sen- timiento césmico, libre de las imposiciones del Sacerdocio y de la Iglesia. Antes de esto los bumanistas, desde el fondo de sus utopias revolu- cionarias, lanzaban las primeras ofensivas contra la ortodoxia absolu- tista. Frasmo afirma que “los principes cuidan més de sus rufianes mer- cenarios que de sus subditos’. “Verdad es que ellos se sirven de aquellos para dominar al pueblo’. Es también Erasmo, junto a Tomés Moro, 199 quien levanta la voz a favor de la justicia internacional y de la paz. Junto a él, Hugo Grocio, reviva las tesis del Dezecho Natural, y Campanella restaura cl ideal de la Repiiblica platénica, indicando el modelo matriar- cal de Esparta. Por mas que surjan contradicciones en el pensamiento humanistico, optando unos por la monogamia, otros por Ja posesién comtm de las mujeres, en todos se encuentra, sin embargo, el germen de Ja inquietud que Mevard a los progresos de la nueva época y a la amenaza del Mesia- nismo. Bacon de Verulam expresa muy bien el sentimiento de que, me- diante la ciencia, se develardn los misterios del mundo y se abolira el atraso en el cual esté hundida la humanidad. En Ja “Nueva Addntida”, uno de fos principales fines sera “el descubrimiento de las causas y el conocimiente de Ja naturalcza intima de Jas fuerzas primordiales y de Jos origenes de las cosas, a fin de que el imperio del hombre se extienda sobre toda la nataraleza y para que él ejecute tado Jo que sea posible”. Dos figuras decisivas marcan el descrédito de la ortodoxia mesidnica, antes de Ja aparicién racionalista de Descartes. Son Rabelais y Montaigne. Sin embargo, lo que hace estremecer y derrumbar el edificio de la Fdad Media, visionario, sacerdotal y castellano, es el advenimiento econémico de la burguesia, Mas que la polvora de Jos cafiones, es el dinero en su yalidez anénima Jo que anula los privilegios de Ia nobleza fendal y de Ja clerecia usuftuctuaria. En una gigantesca operacién de compensacion ideologica, lo que ahora se busca es el éxito en Ia tierra, El triunfo en el cielo importa menos que Ja moneda a Ja vista, contante y sonante. La separacién abismal entre la Edad Media y el Renacimiento surge por la aparicién del dinero burgués. Con él, nace la iniciativa, el crédito, la técnica. Los documentos bancarios y el papel moneda inventado en China en el siglo x1, fluidificarian de tal manera el poder monetario que los valores vitales debian ceder ante la expansién de los valores econémicos producides y multiplicados por todas partes. La ciudad, frente al castillo, es el secreto de Ja transformacién diabélica del mundo. La ciudad es el mercado, la ciudad es el deseo que estimula la producciém, Fl burgués aun no se habia convertido en el explotador genialmentc descrito por el novelista Marx. El es el enemigo ntimero uno de Ia servidumbre del cam- po. “El aire del burgo produce libertad”, dice un proverbio alemdn de la época. La ciudad trae en su barriga el banco y el préstamo, El sefior feu- dal que conserva la economia de Dios, naufraga en la deuda, hija dilecta de Ja prodigalidad. En Ia ciudad, el burgués economiza. Et dinero es el agente andnimo de su fuerza. Junto con la pélvora, él destruye las pesa- das murallas donde se refugia impotente el sefior del latifundo. Fs a tra- vés del dinero, y por Io tanto, del crédito como el burgués inicia su emancipacién. El hombre comin ahora puede ser alguien. Quedan abo- lidos Jos privilegios que sobresalian en el fondo amargo de las explota- ciones medievalcs; el barén feudal. 200 La burguesia, mientras tanto, se rodea de todas las precauciones pa- ternalistas. Fs la familia monogémica frente a Ja degeneracién del castillo. De esa misma época data Ja institucién de le monogamia entre los judios. Y el Derecho Romano resurge porque es el Derecho que garantiza y defiende Ja propiedad. Un regreso a Jas 12 Tablas. Es el Derecho que sustenta la herencia. Es el Derecho que tutela a la mujer y la deja inerme en manos de las agnados. Pero ella se venga: una vez, en Ja Roma pa- triarcal, fueron condenados a muerte el mismo dia, ciento setenta esposas por haber envenenado a sus maridos, Ahora se atenuaba el conflicto. Engels dice que el matrimonio monogdmico vive sobre dos muletas: el adulterio y la prostitucién. Peto Ja gran crisis es la crisis del Sacerdocio. El apogeo del Papado, en sa conexién con el Santo Imperio Romano, proveca odios y disensiones. Se va labrando la corrupcién en ef mundo religioso. Y en el horizonte de las herejias, iluminado por la hoguera de Giordano Bruno, surge Ja figura apasionada del monje Reformador. Para él, Roma es la “san- grienta prostituta de Babilonia’. La primera actitud de Martin Lutero es la liquidacién del celibato sa- cerdotal. El sacerdote pierde asf su vestalidad. Pasa a scr hombre sin misterio, hombre observado por Ja intimidad de la familia. Por otra parte, ef Reformador suministra las bases para la fuerza moral de Ja burguesia. Es la doctrina de la gracia. Dios clige a los bencficiarios del Jaco, Contra el Sacerdocio, que es ocio sagrado, surge en su virulencia el negecio, que ¢s Ja negacién del ocio. Y sobre el papel dinero, sobre el crédito y la transaccién fiduciaria, se yergue el mundo del banco, del comercio y de ta industria. El mundo se transforma on crédito, El crédito baja a Ja tierra, desvalorizando las promesas de una supervivencia inutil como un bestezo eterno. La bur- guesia es la accion, Ia inquictud, la gracia inmediatamente negociada. Puede aplastar a los débiles que se interpusieren cn su camino, La fustificacién mediante la fe es la gran arma del arbitrio. Parece que el pecador Lutere teme la justicia de Dios. “jSélo Ja gracia es Ja que salva!”, clama desesperado, En la lucha contra el Pepado apela al poder secular y proclama que el principe puede definir el dogma. Pero, en las alas del negocio Latero colocaba Ja destruccién de la misma fe. Es con él que realmente declina el Mesianismo. Algunos siglos més tarde, un cre- yente, el francés Bernanos, pasaré el publico recibo de la descristianiza- cién de Europa. EI negocio es la inmoralidad fecunda. De la insensibilidad de los pre- cursores del capitalismo saldr Ja fuerza terrena de Ja revolucién indus- 201 trial. He aqui cémo Lutero define su propio estado de eleccién: “Un dia Dios miraré hacia nosotros sonriendo, nos engalanard con una corona incorruptible y nos dird: ‘Confesaste que yo era el Seior, suplicaste mi nombre. jMuy bien! Que fuiste pecador, poco me importa, basta haber creido en mi y haberme conferido toda la honra. Asi testimoniaré por vosotros delante de mi Padre Celeste’”. Come se ve, es un contrato al cual solamente le falta la confirmacién notarial. Todo el espiritu de Ja transaccién burguesa estd en Ja Reforma. Frente al Juteranismo y a Jas formas osadas o prudentes que él suscité contra el Papado, surge una orden militante: la de los guerreros de [gna- cio de Loyola. Este jesuita intenta limitar Ja ofensiva de Ia Reforma y logra vencer, en Francia, al espiritu jansenista que de ella se habia derivado. Sin embargo, impotente ante la fuerza de las comunidades protestantes, pare- ce desertar a Europa y luego a América para fundar alli su anhelado Imperio Teocratico. Octave Hamelin afirma que Descartes viene después de los pensadores antiguos, pasando por encima de Ja Edad Media como si fuera una pa- gina en blanco. Pero en Descartes, nuevamente, la cobardia le rinde homenaje al Abso- lutismo. Sus ideas claras y distintas, que la razén descubre en si misma, repiten el concepto medieval de Dios: ser infinito, perfecto, todopode- roso, creador del cielo y de Ia tierra, y que hizo el hombre a su imagen y semejanza. La duda desaparece al claror de las hogueras de la Inqui- sicidn. Pero permanece el Cogito. Veamos la ruta mental del Cogito. Data desde Agustin y su formulacién completa es Cogito ergo sum, que un filésofo definié posteriormente. Soy pensado, 0, mejor dicho, sey objeto de cogitacién, luego, existo. Ya en Agustin est4 el total descubrimiento del Cogito. Citemos a Hamelin, Ia pagina 122 del “Sistema de Descartes”: “Porque en el libro HL, del Libre Arbitrio, Alipins, discutiendo con Evodius y queriendo probar la existencia de Dios, dijo: Ante todo y a fin de que comencemos por las cosas mds manifiestas, os pregunto: si no existieseis no podriais ser engariados”, A pesar de Ios desdenes de Descartes, en quien Arnauld ve puntos de contacto con Jas ideas de Agustin, evidentemente la ruta del Cogito es uma sola. Yo dudo, luego, pienso. Si pienso, existe. Al cual se le puede anedir el texto de Descartes sobre cl genio maléfico: “Pero, hay algo en- gafador, muy poderoso y muy astuto, que pone todo su arte en enga- fiarme siempre. Sin duda alguna, pues, es cierto que yo existo si l me engania”. 202 Con Descartes, se dibuja cl inicio del mundo moderne, Su libro de apoyo a las teorias de Galileo fue quemado por él mismo. Pero en medio de las farsas, lag palinodias y las huiclas, lo importante era fundar una ciencia sobre la validez de la razén. Aunque todavia quedara, como manifestacién del inconciente de Descartes, aquella idea del malin genie que tanto lo aproxima al pensamiento primitivo. Descartes nunca fue psicoanalizado. $u J'avauce masqué debié haber Hamado Ja atencién a muchos criticos y analistas por todo lo que ocul- taba dentro de la algarabia clasica del Discurso del Método. Antes que nada lo interesante era el titulo. Fl método hubiera sido quizés 1a émica manera de Hquidar la locura medieval, la Jocura de Dios, la locura servil de millones de seres asfixiados por el terror que cultivaba Ja Iglesia. No hay locura metédica. Coordinar bien las ideas era el cometido basico capaz de destruir el itracionalismo que procedia de Pablo, Plotino y Agustin. Dos afirmaciones se sosticnen en medio de la mérbida conversacién del Discurso del Método: el Hombre existe, es una realidad. Ese Hombre duda, duda de todo, por lo tanto, puede dudar hasta de Dios. Sobre ese doble pedestal se levanta la conciencia moderna, y por eso ja gloria de Descartes va més alla dcl hecho de haber sido el padre de Ja ciencia. En lo restante, Descartes, al contrario que Spinoza, sc arrodilla ante la imagen del arbitrio medieval que, por Ja pura libertad de su voluntad, creé al hombre. La Reforma habia roto la magia del Sacerdocio. Ella habia adoptado la libre investigacién. La prosperidad en los negocios ¢3 un signo de elcccién. El pastor se convirtié en un simple consejere, puesto que, por obra y gracia, cualquier embustero puede tener el cielo garantizado, Las sectas se dividen y subdividen segtin 1 voluntad de los grupos. Y cada uno puede tener su culto preferido, Se cae de las manos del sacerdote el poder de juzgar y condenar. Transferida de lugar la gran instancia de Dios, todo se convierte en un asunto de conciencia, Cualquier mortal hace sus cuentas directamente con Dios. ¥ ello descentralizaba las iniciativas del capitalismo que prosperaba en los paises reformados portadores de materia prima. El anglicanismo es primero una teologta del tejido, y después lo serd del carbén. Asi es po- sible Ja plusyalia del proletariado indefenso y recién formad, sin renun- ciar a la moralidad. Alejada de su esplendor unitario, la Iglesia de Roma ve cémo la di- sensién hace estragos en sus reducidos dominios. Se habia acabado el 203 tiempo en que un Papa era capaz de detener a un Atila. Se habia acabado el tiempo en que Inocencio III condenaba la Magna Carta y Gregorio 1X deponia al emperador Federico H. Se habia acabado el tiempo en que Carlos V cambiara su imperio por la estamefa del monje. Los jesuitas signen formando Ja vanguardia de Dios. Pero provocan feroces y obstinados rechazos. Nos acusan de dominar el Concilio de Trento que pas a ser considerado por los protestantes un cénclave no doctrinal sino politico, instrumento del Anticristo y de Satands. Calvino Ilega a declarar, incluso, que Jos concilios no pueden juzgar la palabra de Dios, sino que cabe a ésta el poder de juzgarlos. La pa- labra de Dios esta er Jas manos de los principes que pueden definir el dogma. La reunién de Trento se arrastra casi durante veinte atios (1545- 63), sin desviar un pice a los protestantes de su intransigencia contra la unificacién del culto. Con Calvino, el Sacerdocio se recupera de su entrega al Estado, de acuerdo a las condiciones politicas de Ia Alemania luterana. Fl pastor gue acompaiiard el desarrollo de los Estados Unidos se mantiene auténome y sc nicga a ser manipulado. Dentro de Francia, a principios del siglo xvis, se traba Ja lucha entre los jansenistas partidarios de la gracia y los jesuitas partidarios de las obras, y son estos tiltimos quienes consiguen una mediocre victoria. El iluminismo, el quietismo, el misticismo, finalmente abren ef camino al ocio, hacia Ja inactividad y Ja huida. Inckuso en la militancia jesuitica surgen los iluminados. Algunos de ellos consideran los Ejercicios Espiri- tuales de San Ignacio como cosas de niiios que apenas ensefian a caminar. Es Maine de Biran quien exclama asi: “jOh buen Fenelén, ven a con- solarme después de una lectura de Pascal! Tus divinos escritos disiparan este velo con el cual cl jansenista recubrié mi corazén, como la dulce purpura de la aurora expulsa Jas (ristes tinieblas’. Fenelén Hevaria hasta Francisco de Sales, frente al siniestro regreso a la dadiva esclava y fatalista que viene de Calvino, mucho mas quc de Agustin, “Dios, espero seros fiel porque me disteis la voluntad de cum- plic Ja vuestea”. Los Ejercicios de piedad para uso de las religiosas del Santisitno Sacra- raento de Port-Royal, van mucho mas allé de una técnica de reblandeci- miento de Ia voluntad como son los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Es nuevamente la locura de Dios. “Yo os pido, Sefior, el poder de mizar de lejos los rayos que se desprenden de vucstro rostro, para que ellos me ayuden a marchar en la profunda noche de mi destierro”, Esta- mos en cl pleno apogeo de la Negatividad. Durante cierto tiempo Francia se vio amenazada, por Ja pasién janse- nista, de quedar sumergida en el irracionalismo pascaliano. 204 Mas practico y ms Frio en su intimidad con Dios, e) jesuita se aco- moda a su gusto, para que sus ejercicios sublimen “los consuclos, las lagrimas y todo lo demés”, segiin la frase de Brémond, Su ascetismo no lo deja alejarse del suclo, en el cual entierra bien los pies Svidos de seguridad y de mando: sigue siendo un soldado. ‘Al lado de las dos corrientes que prometen quemar o esclavizar a Francia, se produce la victoria de la mediocridad afable de Francisco de Sales. Una sonrisa entre dos inficrnos, Es el promedio mistico. La visita a los enfermos, la caridad, la instruccién. Su libro se Nama Introduccion ala Vida Devota. Seré mas afortunado que los catecismos apocalipticos de Ignacio y de Jansenio. Con Francisco de Sales, e] Sacerdocio sale a la calle, entra cn las casas, consuela cl enfermo y baja sus viejas preten- siones intelectuales ante ef libre pensamiento de los encictopedistas. Contintia y sobrepasa el socorro andnimo de Vicente de Paul. La polémica de la Iustracion se resiente de Ja idea mecdnica del mundo que propone Newton. Cuando no hay ateismo, es el Dios relojero de Voltaire quien aparece como el ordenador del mundo. Los pensadores ingleses adquieren, en ese momento, una importancia fundamental en cuanto Ja revelacién pasa a un segundo plano y se em- pieza a buscar, finalmente, la legitimicad de la fe mediante Ja razén. Empieza a considerarse el Cristianismo desde el punto de vista ahisté- rico. Su moral es vieja como el mundo. La religién es algo natural. Seguin la tesis sensualista de Hume, la religién viene a ser una cue! tién de sentimientos. Y Ja ley de causalidad puesta en jaque, debilitard directamente el concepto de Causa Primera. Locke influyé sobre Jean Jacques Rousseau. Pero el que define el error definitivo respecto al Cristianismo es Voltaire, segtin el cual la “relipién, cuando no es locura es bellaqueria’. Sin embargo, Voltaire matiza la buena fe de ese grupo de adeptos con un vago deismo que Ilega hasta Mirabeau, en plena Revolucién Francesa. Lo cual repercute razonablemente cn Inglaterra y en América. El mismo Benjamin Franklin, sin abandonar la severidad de su posicién consecuente sobre los compromisos ancestrales con Nueva Inglaterca, no deja de par- ficipar en esc culto a le razin que, al final, no pasa de ser cl culto a uma razén de clase: la razén burguesa, La lucha contra Jos viejos pre- juicios se extiende, En la Declaracién de la Independencia de los Estados Unidos, se anuncian “verdades evidentes por si mismas”. “Aimez done Ia raison!”. Esto llega hasta Boileau, y la codificactén se ejerce sobre la misma poesia. Fxiste pues una confusin donde se mezclan, ct concepto newtoniano del nvundo, la religion natural, Santo Tomds de Aquino, Cicerén y Aris- tételes. Pero, de hecho, se trata de hacer mover al mundo. La ciencia 205 y la técnica intentan producir en Ia tierra aquel cielo tan larga y desani- madamente prometido por el Mesianismo. Kant divulga en sus tesis la problemética del siglo xix. Si por una parte la Revolucién Copernicana —revigorizando a Platén— construye sobre el concepto las bases de todo idealismo, por otra parte, sus antinomias le abren camino a la dialéctica de Hegel, El conocimicnto del mundo a través de Ja ley moral es Ia méscara ecuménica que la politica, la po- sicién tomada y el interés partidario, colocan sobre la realidad. Al mismo tiempo, su criticismo es fecundo de indagaciones, En 4], Ja razén vacila. Pera es en Hegel donde se desenmascata cl proceso de la Negatividad, donde se historifica el progreso mediante la negacién. En los sistemas cetrados del pensamiento, Hegel introduce una nueva dimensién: ef tiempo. Y con ello prenuncia la Relatividad. E] siglo xix sc abre, episédicamentc, con la desgracia de Pio VIL. Por culpa de un divorcio no permitido, Napoleén encarcela al Papa, Con la caida del Emperador parece que Roma recuperara su viejo prestigio: es la Santa Alianza. La Filosofia Positiva, ast, tienc un impetu de precision que permitird cl nacimicnto de una nueva ciencia: la Sociologia, Y por toda Europa cl libcralismo levanta banderas y barvicadas. Lega el ato 1848. En ese momento aparece uno de los mayores documentos de la Historia, el Manifiesto Comunista de Marx y de Engels. Como curiosa réplica, Pio IX se ve obligado a huir de Roma. Y vemos a Garibaldi, en cl testimonio de Bachofen, “vestido de rojo, sobre un caballo blanco y seguido de uno negro” atravesar las calles de la Ciudad Eterna, en medio del delirio de la multitud. En Ja década del 70, con un pequefio interval, se consolidan otros dos grandes acontecimicntos: la Comuna y fa derrota del Papa, quien pierde la Civitas Leonina al constituirse él Reino de Italia, El Sumo Pontifice es ahora un prisionero en Ja jaula dorada ded Vati- cano. Un resentido que imitilmente espera el dia siguiente. Al reaccionario Pio IX, quien habia producido el Sillabus y habia proclamado el dogma tardio de su infalibilidad, le succde el sabio Leén XHI, cl cual realiza Ia primera enciclica social. Pero es cl gran Papa que juega un terrible papel on el Cristianismo: condena at socialismo. Cuando el siglo termina, un filésofo norteamericano, Josias Royce, decide salvar el Cristianismo. Entre Ja personalidad del Hombre Dios y el sentido comunitario y social del Cristianismo, Royce opta por esic Ultimo atribuyéndole mayor importancia. Cristo fue el estimulo, pero lo importante es el sentido ecuménico de su onsefanza. La experiencia 206 cristiana es social y no individual. El apéstol Pablo seria el fundador de Ja comunién evangélica. Para Royce, el pecado original no es sino el conflicto entre individuo y sociedad. Como se ve, el Mesianismo tiende a su fin. Muy lejos de Royce, an- terior a él y opuesto a él, en Copenhague aparece otro cristiano al cual se le ataca por su oposicidn a la Iglesia establecida, Su vida es un jnmenso didlogo con el Dios de Ja tradicién, que él comienza Mamando “nuestro enemigo mortal”, De su boca pareciera salir el grito de Job: “|Ab, si fuese posible tener a un drbitco entre el hombre y Dios!”. Eg Soren Kierkegaard quien, en la historia de la Negatividad, se afiema como sujeto, El insurge contra Jo que supone la eterna regha de la vida. Son tan sdlo las leyes del Patriareado las que lo conducirdn a la conclusion de hacerle reclamar a la existencia el milagro de la “Repetici6n”, Vivir para él es vivir on la enfermedad mortal. Sabe que “el hombre natural y el nifio ignoran lo que es horrendo, pero el hombre sabe y tiembla”, Llega a los limitcs del Patriarcado, Las condiciones del mundo en el apogeo de Ia revolucién industrial, encontraron a su gean analista: Kar) Marx. El Capital no es solamente Ta teoria econémica que encierra el suefio politico que propone; es sobre- todo la detcrminacisn psicolégica y social de Jas clases en lucha. Para no recurrir al padre def socielismo cientifico, considerado parcial, veamos Jo que ocurria cn el siglo xrx a través de un catdlico de nuestros dias, un escritor norteamerieano. En su libro Ascenso y decadencia de la bur guesia, Emmet John Hughes reproduce Jas declaraciones de algunos tra- bajadores, resultado de una encuesta sobre la vida en Jas fabricas y en las minas realizada en 1832. He aqui algunos pérrafos: “‘ZA qué edad empez6 a trabajar en la fabrica? A los ocho afios. ¢Qué horario tenia? Desde las seis de Ja mafiana hasta las nueve de la noche. éQué pasaba si llegaba tarde? Mc maltrataban, {En las fabricas hay castigos corporales? Siempre. 2Fs dificil estar en Ja fabrica sin escuchar wn Ilanto constante? No pasa una hora sin oirlo’. El obrero, en seguida pasa a xelatar su in- fancia: ‘Cuando me levantaba tenfa tal tristeza que solfa correr y Hlorar por todo cl camino’, Esta es fa declaracién de Mathew Crabtree”, Veamos todavia la de una joven de 17 efios, Patience Kershaw: “Todas mis her- manas trabajaron asrastrando vagonctas, pero tres sc fueron a la fébrica. Alice, porque sus picrnas se hinchaban ya que dcbia trabajar en agua fria mientras su cuerpo estaba caliente. Nunca fui a la escuela de dia; voy a la escuela los domingos, pero no sé lecr ni escribir, Me voy al pozo de Ja mina a la siete de la mafiana y vuclvo a las cinco de Ja tarde; comienzo desayunando mingau' y leche; me Mevo la comida, un pan, y voy co- 1 Bspecie de cocide con harina de trigo o mandioca (N. de la T.). 207 micndo por cl camino; no me paro ni descanso para comer; sélo lo hago cuando vuelvo a la casa, y entonces como papas y carne; pero la carne no es todos los dias. Trabajo con la ropa que tengo puesta en este mo- mento, una falda y una chaqueta rota. El pelo se me cayé de la cabeza, por estar arrastranda vagonetas; mis piernas nunca se hincharon, como las de mis hermanas cuando se fueron a trabajar cn la fabrica; ademés arrastro las vagonetas durante un milla, a la ida y a la vuelta; elas pesan trescientos CWT’, hago esc trabajo once veces al dia; uso un cin- turén cualquiera para arrastrar las vagonetas hacia afuera. Los cavadores con quienes trabajo andan desnudos; « excepcién de una gorra, se quilan toda la ropa; los veo trabajando cuando subo; a veces ellos me pegan con las manos cuando no voy suficientemente de prisa; me golpean en la cspalda; Ios muchachos 2 veces se toman libertades conmigo y mc agarran; yo soy la wnica muchacha en Ja mina; hay cerca de veinte mu- chachos y quince hombres; todos desnudos; yo preferiria trabajar en una Fabrica y no en una mina de carbén”, Como puede verse, no hay exageracién alguna en todo lo que escribe Marx sobre la época de la gran expropiacién de las tierras comunales inglesas “cuando los carneros devoraban a los hombres”. Basado en una aplastante documentacién, Marx y Engels trazon el nuevo evangelio que es el resultado de aquella rectificacién ideolégica cuando, en el siglo x1x, se transfiere al éxito y a la prestacion de cuentas en Ja tierra, lo que la humanidad occidental, alentada por el Sacerdocio, suponia que residia en el ciclo. Frente a la confortable morada de la burguesia y a su vida fastuosa, Marx Ie coloca revolucionariamente el cortigo*. Y entre ambos, la fébrica. Y ¢s tal la fuerza profética de este Moisés gue, igual que el otro, cac a Tas puertas de la Tierra Prometida, que inmediatamente se fijan las bases dogméticas para la lucha del proletariado. Helas aqui: A) las leyes, lag costumbres, Ia literatura, la filosofia son consecuencias de la estruc- tura econémica de Ia sociedad. Son su superestructura; B) es el mismo proletariado, como clase, quien debe decidir sobre sus asuntos; C) la toma del poder de parte de los trabajadores serd una dictadura de clase. £1 nuevo Mesianismo se consolida. A] final de Ja Incha nacera la su- presion de] Estado. Es cl mismo Stalin quien declara, em su fogosa militancia: “El Estado tendré que mantcnerse ante el cerco capitalista. Solo podria eliminarse si se liquidara ese cerco”. Pero Marx dijo: “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista, sc interpone el periodo de Ja transformacién revolucionaria de una en otra. A ese periodo le corresponde también un periodo politico de transicién, cayo Estado no puede ser otro mds que la dictadura del proletariado”. * Serie de casas humildes recostadas entre

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