el desafío de desarrollar una oferta exportable más diversificada. Una de las vías probables y probadas para ese fin es agregar valor a las materias primas y/o a los productos y servicios que se ofrecen. El diseño es la herramienta adecuada y pertinente para lograr esa diferenciación y diversificación, ya que se hace presente y actúa como herramienta estratégica a lo largo de toda la cadena de valor.