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Parbola de la oveja perdida: Se acercaban a l todos los publicanos y pecadores para orle, y los fariseos y los escribas murmuraban

diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces l les refiri esta parbola, diciendo: Qu hombre de vosotros, si tiene cien ovejas, y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido, hasta hallarla? Y al hallarla, la pone sobre sus hombros gozosos, y cuando llega a casa rene a sus amigos y vecinos, y les dice: Gozaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se haba perdido. Os digo que del mismo modo habr ms gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric, y cay en manos de salteadores, que, despus de despojarle y golpearle, se fueron dejndole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pas aba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino lleg junto a l, y al verle tuvo compasin; y, cercndose, vend sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montndole sobre su propia cabalgadura, le llev a una posada y cuid de l. Al da siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de l y, si gastas algo ms, te lo pagar cuando vuelva." Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los salteadores? l dijo: El que practic la misericordia con l. Y dijo Jess: Vete y haz t lo mismo.

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