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Declaracin Conjunta, de Martn Palacio Gamboa

Entre canciones de autora propia y la interpretacin de un ms que variado repertorio potico (Borges, Caldern de la Barca, Miguel Hernndez, Pedemonte), este escritor y msico uruguayo se nos revela (y rebela) desnudo y valiente. Con un facn colado en su guitarra fiel y su voz mansa, Martn pisa fuerte en la frontera y confiado desafa a todo el olvido y a toda la ausencia posible de este mundo. Es as que al abrir la puerta del disco, nos recibe con una balada prima-hermana de la cancin de cuna. Ms all de las palabras besa con toda la boca, con el cuerpo entero, como es debido dar el beso y mimetiza con la marcha acompasada de esos rieles que buscan un infierno impreciso donde hospedarse. El apenas un minuto y medio de grito primal que es la Cancin de la paloma herida (versin libre de tema rabe-siglo IX) basta para ofrecernos intensos retratos del dolor ms ntimo de un palestino vagando por el desierto, de esclavos aglutinados en una senzala o quizs de un toba despojado de su suelo. Asimismo, se destacan en el disco las melodas pegadizas de Milonga de amor impar y del dilogo blusero con el Amigo Baudelaire. Hay una cancin que nos deja con la boca y el corazn abiertos, sentencindonos al sollozo, al gemido y al lamento. Se trata del estremecedor poema de Miguel Hernndez Epitafio desmesurado a un poeta en el canto dulcemente agrietado de Palacio Gamboa. Definitivamente, Declaracin conjunta es un documento vlido para seres que sin ser poetas son poticos, para los amantes de la poesa, para los poetas y para todo aquel amante crnico de la luz del da. Martn expele sus recnditos ardiles. Qu dira si hablase!, una voz entre sueos certera me dijo. No lo s, pero yo no me quedara sin averiguarlo y sin preguntarle a su Gatamaga si lo espera an en ese segundo piso. Quin te dice que ya seamos varios los inscriptos en esa poesa de dos y dos y casi cuatro.

Paula Azzolina Jury

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