Alianza Universidad Textos José Miguel Oviedo
Historia de la literatura
hispanoamericana
1. De los origenes
ala Emancipacién
Alianza
EditorialReservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534-bis det
Impreso en Lavel. Los Llanos, C/ Gran Canaria, 12. Humanes (Madrid)
Printed in Spain
INDICE
Introduccién
Capiruco 1. ANrEs DE COLON: EL LEGADO
DE LAS LITERATURAS INDIGENAS
1.1, El concepto cditeratura indigenan: problemas ylinits
12, Literatura néhuatl
1.2.1. Los cédices
12.2. Los «cuicath» y sus tipos
123. Nezahualc6yotl y la poesia de la mortalidad
124. Los «alahtollin
1.2.5, Manifestaciones teatrales
1.3. La literatura maya y sus cédices
13..EI Popol Vub
13.2, Los Libros del Chilam Balam
13.3, Otros ejemplos de prosa maya
13.4. El Rabinal-Achi
13.5. Los Cantares de Dzitbalché
1.4. Li .
1.4.1. Cosmogonfas, himnos y formas épicaser
1.4.2. Tipos de poesia amorosa “
1.4.3. Formas de la prosa 66
1.4.4. La cuestién del teatro quechua or
1.5, Noticia de la literatura guarani 0
Captruto 2 . EL DESCUBRIMIENTO Y LOS PRIMEROS ‘TESTIMONIOS:
LA CRONICA, EL TEATRO EVANGELIZADOR ¥ LA POESIA
POPULAR
2.1. El problema moral de la conquista y la imposicién de la
Jetra escrita. .ssscssssssssceesnseeeseersneeees R
2.2, Naturaleza de la cr6nica americana 3
23. Los cronistas de la primera parte del al
23.1. Cristobal Colén y sus Diarios ..... . 81
23.2. La observacién del mundo natural y el providenc
lismo catélico de Fernindez de Ovied . %
23.3. Las Cartas de Cortés oss: ; 90
23.4, «Motolinia», cl evangelizador B
23'5. Las fabulosas desventuras de Niifiez Cabeza de Vaca. 95
2.3.6. Otros cronistas “ 98
2.4. Los vencidos: memoriales, cantares y dramas indigenas 9
2.4.1. Crénicas y otros testimonios nahuatl .. .. 100
2.4.2. Los testimonios quiché serene 102
2.4.2.1. El Chilam Balam de Chumayel 103
2.43. En memoria de Atahualpa ...... vesttereseesnaseeee 105
25. Fl teatro evangelizador y otras formas dramaticas. «Moto-
linfa» y Gonzalez de Eslava 108
26. La vertiente poética popular . pesos MS
27. El interés por las lenguas y culturas indigenas u9
218. Fl cantexto cultural: la universidad y la imprenta u9
Captruto 3. EL PRIMER RENACIMIENTO EN AMERICA
3.1. El conflicto entre libertad y censura 123
3.2. La crdnica de la segunda mitad del si 125
3.2.1, Bartolomé de Las Casas y la cuestién indigena 125
3.2.2. Lopez de Gémara, cronista de Indias ... 130
323. Vitalidad de la historia en Diaz del Castillo 133
32.4. Los estudios del mundo azteca: Sahagtin y otros... 137
3.2.5. Cronistas indios y mestizos de Mé
3.2.6, Los cronistas del Per ae
3.2.7. Descubrimientos y exploraciones. Testimonios sobre
Chile, Nueva Granada y Rio de la Plata
3.3. Una nueva ret6rica
Castellanos ....
33.43. La huella de Ercilla en la épica
hispanoamericana
3.3.42. La desmesura épico-historica de Juan de
Capfruto 4. DEL CLASICISMO AL MANIERISMO_
4.1. La madurez del Siglo de Oro en Améri
42, Rangos del maierin syercooceeos ee
4.2.1, La lirica manierista: las poetisas s
42.2 La épica manierista oer
4.22.1, El México paradisiaco de Balbuen:
4222. La épica rligiosa de Hoojeda
4.2.23. Poetas épicos menores
43. Esplendor de la crénica del xva
4.3.1. El Inca Garcilaso y el arte de la memoria
indice 9
43.2. Elardor verbal e iconografico de Guamén Poma
43.3. Otros cronisias del xv
43.4. El extrafio caso de El carnero
44, La cuestién de la «novela colonial»
4.4.1, Algunas novelas y «protonovelas»
45. El teatro religioso y profano :
45,1. Ruiz de Alarc6n: gun autor americano o espafiol
Capfruto 5. EL ESPLENDOR BARROCO:
SoR JUANA ¥ OTROS CULTERANOS
5.1. Las paradojas del bartaco
5.2. Orbe y obra de Sor Juana
139
141
227
Bd10 noice
5.3. El sabio Sigiienza y Géngora
5.4. Otros escritores del barroco mexicano ...
5.5. El barroco en el virteinato peruano ..
5.5.1, Virulencia y espontaneidad en Caviedes
5.5.2. «El Lunarejo», defensor de Géngora
5.6. El barroco en otras partes de América
5.7. El mestizaje del teatro .
5.7.1. El pobre més rico
5.7.2. Usca Paucar ....
5.73. ElGitegiience
CaPtruto 6. Dit BARROCO A LA TLUSTRACION
6.1. Dos concepciones del mundo 281
6.2. Matices rococé.... 285
6.2.1. Peralta y Barnuevo, un ilustrado peruano 287
6.2.2. El teatro de «El Ciego de la Merced» 291
6.3. La cultura eclesiéstica y la expulsion de |
6.4. La polémica sobre América
65. Una mistica en Nueva Granada
6.6. Viajeros, cientificos y otros prosist
6.7. Una magra cosecha poética
6.8. Un teatro en tiempos de transicién
6.8.1. La cuestién del Ollantay.
6.9. Neoclasicismo y conciencia nacion:
6.9.1. Un Baedecker americano: El. Lazarillo de Carrié de
la Vandera
6.92. Lavida novelesca de Olavide |
693. La Carta de Viscardo
6.9.4. Fray Servando, memorialista
6.10. El periodismo, las sociedades ilustradas ae cea
liberador 332,
(Captruto 7. ENTRE NEOCLASICISMO Y ROMANTICISMO
7.1. Una gran pugna literaria . 337
7.2. Lizardi, periodista y novelista 339
73. El suefio de Bolivar y las aventur 348
7.4. La poesia civica de Olmedo
7.5. Los «yaravies» de Melgar...
7.6, La leyenda de Wallparrimachi
7.7. El magisterio continental de Bello
78. El mundo romantico de Heredia
7.9. Los «cielitos» de Hidalgo
7.10, Cruz Varela, poeta civil
7.11. El curioso caso de Jicoténcal
‘BIBLIOGRAFIA GENERAL DEL PRIMER VOLUMEN
fnpice oNoMésniCo ..INTRODUCCION
Hay muchos modos de escribir una historia literaria hispanoame-
ricana, pero esos modos bien pueden reducirse a dos. Una opcidn es
escribir una chra enciclopédica, un registro minucioso y global de
todo lo que se ha escrito y producido como actividad literaria en nues.
tra lengua en el continente a lo largo de cinco siglos. Esta es la histo.
ria-catdlogo, la historia-depésito general de textos, que realmente casi
nadie lee en su integridad y cuyas paginas se consultan como las de un
diccionario o una guia telefénica: cuando uno busca un dato especif
co por un motivo también especifico. Este modelo atiende més al pro.
eso hist6rico que genera los textos, que a los textos mismos, que apa-
ecen como una ilustracién de aquél. Es decir, privilegia la historia
misma sobre la literatura; mira hacia el pasado espiritual de un pueblo
(0 conjunto de pueblos) y recoge sus testimonios escritos con actitud
imparcial y descriptiva
La otra opcién es la de leer el pasado desde el presente y ofrecer un
cuadro vivo de las obras segtin el grado en que contribuyen a definit
el proceso cultural como un conjunto que va desde las épocas més te.
‘motas hasta las més cercanas en el tiempo, obras cuya importancia in.
trinseca obliga a examinarlas con cierto detalle, mientras se omite a
otras. Esta historia no oftece el cuadro rigurosamente total, de la A
hasta la Z, sino el esencial: el que el lector contemporaneo debe cono-
cer y reconocer como su legado activo. No recoge una lista completa
de nombres porque se concentra en ciertos autores y textos de acuer-18 _Historia de fa literatura hispanoamericana. 1
do con su significacién propia (sin descuidar, por supuesto, los con-
textos); no es un indice de ‘oda la cultura escrita, sino una revisi
Jo mejor y lo de mayor trascendencia dentro y fuera de su tiempo. Este
modelo de historia ofrece un conjunto que, siendo amplio y abarca-
dor, es un compendio manejable y legible para un lector interesado en
saber, no el universo babélico de lo producido por centenares de auto-
res en medio milenio, sino aquella porcién que nos otorga sentido his-
t6rico y nos explica hoy como una cultura particular de Occidente. En
vez de hablar un poco de muchos, prefiere hablar mucho de pocos.
‘Mas que descriptivo y objetivo, este segundo modelo de historia li-
teratia es valorativo y Jo que siempre supone los riesgos inhe-
rentes a una interpretacién personal; tales riesgos, sin embargo, serén
quiza menores si el historiador asume y declara desde el principio que
no hay posibilidad alguna de una historia imparcial, salvo que se la
convierta en una mera arqueologia del pasado, sin funcién activa en el
presente. El historiador realiza una operacién intelectual que combina
Jas tareas del investigador, el ensayista y el critico, cuando no la propia
de un verdadero autor cuyo tema no es él, sino su relacién con los
otros autores. Es esta opcién Ja que se ha tomado para la presente his-
toria de la literatura hispanoamericana. Pero hacer este deslinde no es
sino el comienzo: el segundo modelo esta, como el primero, erizado de
muchas otras dificultades, problemas y peligros. Tratar de encararlos
y, ise puede, resolverlos, es quiza la parte mas cautivante de una em-
presa como ésta, porque la define y al mismo tiempo la justifica. Ex-
pongo algunas de esas cuestiones.
1. El primer gran problema consiste en establecer, siquiera dentro
de los términos de una obra como ésta, qué entendemos por editeratu-
a» y cOmo establecemos sus valores. Esta cuestién desvela ahora mis-
mo a muchos tedricos ¢ historiadores, y ha generado una corriente re-
visionista que llama la atencién sobre el hecho de que las lineas gene-
rales segtin las cuales la historia ha leido los textos hispanoamericanos
han establecido un «canon» tendencioso, dando preferencia (sin base
cientifica de apoyo) a unos textos sobre otros, y que al hacerlo asi he-
‘mos falseado la interpretacién de nuestra cultura, negéndonos a noso-
tos mismos. Tal vision se aplica a todo el proceso literatio, pero se ha
concentrado con mayor intensidad en e! peifodo colonial (el menos
revisado, el mas oscuro) de nuestras letras, pues es en ese periodo for-
mativo y contradictorio en el que dos culturas se funden, donde los
ctitetios establecidos por la historiografia parecen més débiles y recu-
sables. Ya se ha propuesto climinar el término «literatura» por incé-
|
Introducci6n 19
oo _litrcctvccion 19
modo y estrecho, y reemplazatlo por «discurso», que permite introdw-
cir formas y expresiones que han sido consideradas marginales a lo li
terario, por ser orales o estar asociadas a manifestaciones culturales de
otro orden (mitolégico, iconogréfico, etc),
Asi, el historiador deberia considerar no sélo textos y autores de
textos, sino también acciones, objetos y cualquier vestigio de procesa.
miento intelectual o imaginario que pueda asociarse al proceso de una
cultura, Dentro de esta perspectiva, una historia deberia incluin, por