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CAPITULO TERCERO INTEGRALES Y SERIES DE POTENCTAS § 1. CURVAS RECTIFICABLES. INTEGRALES 14. Seah: 2 =’ (),¢@ Cf (2) de = 3 Gy | fy (2) doe (1.3:3) Lit Aqui, fy (z) - + +. dm (2) son isaeioine definidas y continuas en L, mientras que Cy, .. +. Ca, son constantes complejas, Cada una de estas tres propiedades sc verifica facilmente, bien pasando a las integrales curvilfneas segin la [6rmula (1.2:1) o bien, inmediatamente, basindose en la definicién de la integral S f@ dz é como el limite de la suma integral. Frecuentemente suele ser necesario acotar superiormento el modulo de la integral. Con este fin, ante todo se usa Ja desigualdad a) [| tepastc J iseptas. (1-84) L i Aqui §1/ () (ds es la integral eurvilines de la funcién real £ (no negativa) continua | / (2) |, lomada a lo largo de la curva L, act es decir, os el limite: lim 2 | f (Sx) Lda, donde 2, eg la longitud del arco Ox, ¥ Ca es, COMO wate ormente, un punto de este arco. Para domostrar je desigualdad (4.3:4), acolemos el médulo de la suma integral | Ss f (La) (teas — 2a). Se tiene: | = 4G) (ngs — 2a) |< a |F4En) | tees 2nd 3 | / Gad | da #1. CURVAS RECTIVICABLES. INTEGRALES 243 Pasando a limite en ambos miembros de esta desigualdad, supo- niendo que la particién disminuye indefinidamente, resulta: lf fe dz|< J |/@) as, 7 L como se queria demostrar. Ordinariamente, la integral que figura cn el segundo miembro sucle escribirse en la forma § | f(z) | | de |. La desigualdad (1.3:4) g toma entonces Ia forma a’) |] sera] < frei ter (1.3:4’) t Con mas frecuencia que la desigualdad (1.3:4) o (1.3:4’), suele usarse otra acotacién mas grosera. Supongamos, para esto, que en todos los puntos de la curva £ la funeion f (z) satisface a la desigual- dad H@)l De éste, en particular, se deduce que la integral § f (2) dt no puede & anularse si la funcién continua f () no se anula en ningin punte del intervalo (a, 6}. Pero osta Gltima conclusidn no puede aplicarse a las integrales de las funciones complejas, incluso cuando se limita Ja integracion a un segmento del eje real. Examinemos, por ejemplo, la integral 5 exp (21éz)} dz, tomada = a lo largo del segmento del eje real L:0 < x = cos 2nr +i sen 2nz, segin la formula ( 1 1 j exp (2nix) dx = J cos 2nz de+i j sen 2nzdz=0. L 0 0 1. Como exp (2iz) = -2:3), se tiene: Sin embargo, exp (27/z) no se anula en ningin punto del segmento L. Por lo tanto, la consecuencia indicada anteriormente del teoroma del valor medio no es aplicable a las integrales de las funciones complejas; por esta razon, el mismo toorema del valor medio tam- poco es aplicable generalmente a las mismas. He aqui unos cuantos ejemplos de céleulo de las integrales cle- mentales de las funciones complejas. a4 1) {as = lim S$ (en4;— 24) == lim (Gn —2y) = B—2y, LE hell donde z, es el punto inicial y Z, el punto final de la curva L. En particular, si la curva L es cerrada, entonces Z = zo y la integral se anula: { a=o. L i nt n-1 2) \ edz=Lim 5) an (2eva—2n) = lim DS) Zeer (Sees — 22). L n=0 hao Aqui, para una inisma particién de la curva Z suponemos una vez que cl punto ¢, coincide con el punto inicial z, del arco oy, y la otra vez, con el punto final z,4; del mismo arco. Como los limites de wna y otra sumas integrales son iguales, su media aritmética tendra el mismo limite: noi n-i J edz— lim D) Gans +24) (nest) = 4 lim >) Ghia = L hae a=0 1 $(2*—2). =f lim (@— § 4. 1, CURVAS GECTIFICARLES ENTEGRALES 215 En particular, si 4 es una curva corrada, de nuevo obteuenos que se anula Ja integral: | faaemo. ’ S rE donde L: z= a+ rexp (i), O< t << 2x, es uma circunferencia con el centro ena y de radio r, recorrida una vez en direceién posi- tiva. Hagamos el céleulo por dos métados distintos. Para obtencr una suma integral que sea lo mas simple posible, dividamos L cn x arcos iguales por los puntos: Sg=a--r, ay =atrexp (it) ’ 2g a-1 roxp(i““), sey Snape af rexp [7 2E=08) ¥ pongamos también fn = %=a-+r. Finalmente, tomemos por puntos ty en los arcos z,Zn4; los puntos medios de estos arcos: te atrexp [i AED 8) (k=0, 4,2, ...,2—1). Entonces 4 1) = pig = texp [1 EROS] not Df Gn) (rus — 24) = hal n-t | (kel) x 2th+t)n = Sexp es] {expfi eon) _ } k=’ nad : n=1 =} {exp —exp(—) } =2i SY sen = dinsen 2. hed k=O Por consiguiente, sen = oni seco x 1 = lim 2in sen — = 27 lim ; new " nwo @ 216 CAP. HI INTEGRALES ¥Y SERIES DE POTENGIAS Este mismo resultado puede obtenerse aplicando la férmula (1.2:5). Se tiene: zeA(i)=atre!, A! (t) mire’ y, por consiguiente, | ani la. it re 3 Aqui 6 designa el segmento del eje real desde 0 hasta 2x. Por lo ax tanto, | d= J dt=2n y, finalmente, 6 w di: 3 j t= Oi t—a § 2, TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 2.1. El teorema, euyo enunciado y demostracién daremes ahora, es uno de los fundamentales en la teoria de las funciones analiticas. Teorema integral de Cauchy. Si Ges un recinio simplemente conexo del plano finito y { (z) es una funcién uniforme y analitica en este recinio, enlonces para cualquier curva rectificable y cerrada L, perleneciente a G, la integral I (2) dz es igual a cero. L Con ciertas restricciones complementarias, este teorema puede obtenerse fécilmente de la conocida férmula de Green. Esta formula tiene la forma j P (a, y)de—Q (x, y) dy = if (32-4) az ay, é donde g es el interior de la curva clemental de Jordan cecrada L, P (x, y) y Q (#, y) son funciones continuas en J y en su interior junto con sus deriyadas parciales ys ys ae > ¥, finalmente, la inte- gral curvilinea on el primer miembra so “tenia oneaintdao positive, es decir, en direecién contraria a la del movimiento de las agujas del reloj. Escribamos la integral {7@ dz segin la férmula (1,2:4): L {eye J ude—v dy rf vde+udy. § 2 TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 27 Para aplicar a las integrales del segundo miombro la formula de Green, exijamos que la curva Lsca de Jordan y lisa a trozos, y luego, que las derivadas parciales de las funciones wu (z, y) y v (x, y) sean continuas en el recinto G. pants . 3 dv a, Oe f Ogi ga Jo Ullimo que se exige equivale a que /’ (z) sea continua en el recin- to G. Como el recinlo G es simplemente conexo y la eurva de Jordan eerrada FE pertenece a G, el interior de la curva L, es decir, el recin- Lo g, también pertenece a G. Por consiguiente, las derivadas parcia- les de las funciones u (x, y) y v (@, y) existen y son continuas en todos los puntos de la curva L y cn su interior. Segan la formula do Green, obtenemos: on { 5 (—3E~—$¢) ae ay, vdz+udy= (-# dx dy, 7) i y como las expresiones que sigiieai bajo los signos de las integrales dobles, eu virtud de las ecuaciones de D'Alembert-Euler, se anulan, las integrales curvilineas examinadas también son iguales a cero. Por esta raz6n es también igual a cero la integral ‘ { (2) dz. L No obstante, no nos quedaremos satisfechos com el resultado obtenido y nos dedicaremos a demostear el teorema de Cauchy en ja forma que se enuncié anteriormente, es decir, sin exigir ni que Ja derivada de f (2) sea continua, ni que la curva £ sea de Jordan y lisa a trozos. 2.2. Lema. Si F (2) es una funcién continua en un recinia G, y Tes alguna curva rectificable sltuada en este recinto, enionces para cualquier & >> 0 puede asignarse un & tal, que para cada particién de la curva V en arcos de longitud menor que 6, la poligenal respectiva inscrita y estard contenida en el recinte G, y la diferencia enire las integrates lr (5) dz y | F (2) dz serd en su valor absolute menor : 7 que ¢: | \ F (2) d2z— | # @dz| 0, tal, que para cualquiera par de puntos 2’ y 2”, que porte- nezean a & y satisfagan a la condicién | 2’ — 2 | << 6,, se cumpla la desigualdad LP @)—F <=. (2.2:4) donde J cs la longitud de la curva I’. Tomemos ahora un namero positivo 6 tan pequefio, que se eumpla ‘la condicién 6 < min (4, 9). Fijemos una particién cualquicra de Ja curva T cuya mdxima Llongitud de los arcos o, (k = 0, f,... - ++. 2 — 1) sea menor que el 6 indicado, y soan £, los puntos que realizan la particion, y pa, las querdas de ios arcos Gq (Ly es ol ori- gen 'y &x+s, el extremo de y,). Designando con y Ja poligonal cnyos lados sucesivos son yy, tendromos: not \ F()de—{ #(2)as| =| > LS F@a—lPr@ds]|< fr 7 n=0 dy Th nt t. ia Hagamos abora con el tridngulo £; lo mismo que ge hizo anterior- mento con el tridngulo Z, es decir, dividdmoslo en cuatro tridngulos iguales: Ly, Ly, £,"° y LY; observemos que la integral sobre L; es igual a Jasuma de las cuatro integrales sobre Li, Lf, L, y LIV (tomadas én un mismo sentido: en direccién contraria a Ja del movimiento de las agujas del reloj), y, finalmente, saquemos la conclusién de , na M que el médulo de una de estas Gllimas sera no menor que 4 ae z * Sea ésta la integral a lo large de Ly (fy eoineide com Li, Li, Li” 0 ZEA¥). Entonees, tendremos: [J rear|s 4. § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 224 Continuando estos razonamientos, obtendremes una sucesién de tridngulos con los contornos fy, Lo, .... Lp, .. +, que salisfacen a las siguientes condiciones: 1) Cada tridngulo siguiente esta contenido en el anterior y se obtiene de éste uniendo con segmentos rectilineos los puntos medios de dos de sus lados; en particular, de aqui se deduce que la longilud del circuito J, — designémosla con l,— eS dos veecs menor que dn-1 Y, por consiguiente, I, = ne donde 2 eg la longitud del cireui- to L. 2) Cada uno de Jos tridngules esté contenido on el reeinto G; esto se debe a que L esta contenido en G, por lo cual (como el recin- to Ges simplemente conoxo) el intorior de L tainbién tienc que per- tenecer a G. 3) La integral de j (z) a lo largo de ZL, satisface a la desigualdad | {1 @as| Mo at, 2 oe.) (2.3:3) a En De la propiedad 1} se deduce que los tridngulos considerados cifion> a un punto ¢, perleneciente a cada uno de los tridngulos (ste puede estar situado en el interior de £, 0 sobre L,) En virtud de la propiedad 2), el punto { portenece al recinto G. Por consiguiente, segiin la hipétesis del teoroma, la funcién f (z) posee derivada j’ (£) en el punto €, y para cualquier ¢ > 0 se puede sefialar un 6 tal, que cuando sea | z— €| <6, se cumpla la desi- gualdad: LOO pplee. (2.3:4) ze | Como el punto ¢ pertencee a cualquiera de los tridngulos consi- derados y éslos «cifien» a este punto (las longitudes de Jos cireuilos L, ticnden a cero) resulta que, comenzando desde cierto n > NV, estos tridngulos estaran contenidos por completo en el circulo | z — t |< <4, y, por consiguiente, para todos los puntos 2, perteneci¢ntes a L,, sc cumpliré la desigualdad (2.3:4). Eseribémosla en la forma: 1FQ)-1Q—F O)G—Ol 4) Agdy ... An-sAg, recorrido una vez 4 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 223: en una direceién determinada. Descompongamos el poligono en n— 2 tridngulos mediante diagonales trazadas por el vértice Ag (fig. 46). Cada uno de estos triangulos pectenece al poligone dado y. por lo tanto, también al recinlo G (de nuevo empleamos que eb recinto G es simplemente cunexo). Por consiguionte, para los tridngu~ Jos obtenidos es valida el teorema que se demucstra. FG. 46 FIG. 47 Escribamos la integral de f(z) a lo largo de Z on la forme siguiente: rode Se 1h AgAiA, — AgAo Agaz Agdgs ss Anaido AoAjazAg — Aoaads.An-1Ao (ya que, por lo demostrado, J = 0). Vemos, pues, que la inte- AgAiA2An geal sobre el contorno de un poligono convexo de n lados resulta ser igual a la integral sobre el conterno de un poligono convexo do wz — 1 lados. De aqui, reiterando este razonamiento unas cuantas veces, sacamos la conclusién de que esta integral es igual a la inte- gral sobre el contorno del tridngulo ApAnoAn1, 6s decir, es igual a cero. Por lo tanto, el teorema queda demostrado también para un poligono convexo arbitrario. Examinemos cl caso en que L sea una poligonal cerrada arbi- traria, que no se corte consigo misma y sea resorrida una sola vez. De las hipétesis hechas se deduce que ésta 6s una curva de Jordan; por esta razén se puede hablar de su interior que, como el recinto @ és simplemente conoxo, tiene que pertenecer a G. Demostremos que el interior de la poligonal L puede descomponerse en poligonos convexos. Con este fin, observemos que un poligono convexo se 224 GAP, 1IT INTEGRALES Y SERIES DE POTENGIAS ¢aracleriza por completo con que cada uno de sus lados puede pro- longarse en linea recta por cualquiera de sus dos vértices respeetivos, sin caer en esta prolongacién en el interior del polfgono, Por el contrario, entre los lados de un poligone no convexo tiene que haber alguno cuya prolongacién caiga en el interior del poligono. Prolon- guemos cada uno de tales lados de uno o de los dos métodos posibles dentro de L hasta que nos encontremes de nuevo con L (fig. 47). De esta manera, el poligono inicial quedaré deseompuesto en un numero finito de poligonos, cada uno de los cuales seré convexo FIG. 48 (puesto que, en virtud de la construccién hecha, ninguno de los lados puede prolongarse dentro del nuevo poligono). Pero la inte- gral sobre cada poligono convexo es igual a cero; por consiguicnte, éstos pueden desprenderse uno a uno de todo el poligono sin cambiar el valor de la integral {re dz. Bn definitiva oblendremos quo L en este caso también es igual a cero Ja integral sobre L. Supongamos, finalmente, que Z es una poligonal cerrada arbi- traria. Segiin la definicién, ésta consta de un nimeto finito de Jados Ay, Ag, ..., An, dados en un orden determinado, de inodo que cl extremo de cada uno es el origen del siguiente y el extreme del Gltimo lado coincide con el origen del primero (ap. 4.4 del capitulo primero). Algunos de los lados pueden tener puntos comu- nes ademas de los indicados, es decir, la poligonal puede cortarso consigo misma; ademis, algunos de los segmentos rectilfneos Ay pueden ser partes de otros sogmentos o incluso pueden coincidir con ellos. Esto significa que al recorrer la poligonal £, algunos de § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 228 los segmentos que la pertenecen pueden describirse parcial o com- plotamente unas cuantas veces (fig. 48). Para facilitar los razonamientos, los haremos respocto de nuestro dibujo, donde esta representada una poligonal compuesta de ocho ladas: Ay = Andng: (2 = 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7; As = Ao), en la cual el lado 4gd; forma parte det lado Asdg. Empecemos el movi- miento sobre L, comenzando desde Ap, hasta que un nucvo lado se encuentre por primera vez con uno de los lados ya reco- rrido. Tin nuestro easo, tal lado os 4,45, que se corta con AyA, en ol punto B, Bntonces, la poligonal cerrada que se obtiene al recorrer L, comenzando desde el punto B hasta el primer regreso a este punto {en nuestro caso, ol tridngulo BA,A,), ropresentard una curva de Jordan cerrada situada en el recinto G. Por consiguiente, la integral sobre ésta sera igual a cero y al excluir de Z la poligonal indicada, e] valor de la intagral a lo largo de £ no variara. Resulta una poligonal L’, formada por los lados, escritos por orden, ApB, BAg, AgAy, ApAg, AgAgq, Agdy, A7Ag. El ndmero de sus vértices y, por consigniente, de sus lados, es al menos una unidad menor que la cantidad inicial, puesto que la parte despreciada de la poligonal £ era por lo menos un tridngulo, de modo que fueron despreciados no menos de dos vértices, y en su lugar ha aparecido no mas de un nuecvo vértice (B). Podriamos limitarnos a estos razonamientos, si el caso oxaminado fuese el Gnico posible. Pero existe otra posibilidad mds, que se observa en el caso de la poligonal 4’, Hagamos de nuevo un recorrido comenzando desde Ay, a lo largo de los lados AyB, BAs, A3Aq, AjA;, A549. Hasta aqui no encontramos ninguna autointerseccién. Pero el siguiente lado 4gA; va dirigido por el lado 4,45, de modo que nos encontrames con puntos interiores de los lados ya recorridos antes, es decir, con puntos de autointerseecién; sin embargo, ninguno de éstos es el primero (el punto Ag, que es comin para dos lados consecutivos Ag4g y Agd7, no es un punto do autointerseceién para L’). Debide a esto volvemos hacia atris por el lado A,d¢, hasta que nos encontremos con el punto mds préxime a Ag de los dos vértices contiguos As y Az. En nuestro caso, éste sera C = Az. La poligonal cerrada, compuesta de la parte del lado 4,45, comenzando desde el punto C hasta el vértice 4g, y de la parte del lado AgA, desde Ag de nuevo hasta el punto C, representa un bidngulo, la integral sobre el cnal es igual a cero. Por esta razon se puede excluir esta poligonal de L’ sin variar el valor de la integral a lo largo de L’. Resulta una poligonal cerrada 4”, formada por los Iados, en su orden, A,B, BAs, AzAy, Aids, AsC, CAy, La eantidad de sus vértices y, por consiguienta, de sus lados, es una unidad menor que para la poligo- nal L’, puesto que junto con el bidngulo hemos despreciado un vér- 15-1199 226 GAP. HIT INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS tice (46), sin introducir en su hugar nuevos vérlices (C coincide con Az 0, Ci otro caso posible, con As). Nuestro razonamiento es de im caraeter totalmente general. Después de repetirlo un wimero linito de veces obtenemos o una poli- gonal cerrada ZL", que es una curva de Jordan (en nuestro caso, tal es la poligonal 4”), o sino un bidngule. En cada uno de estes casos sacamos la conclusion de quo la integral a lo largo de la poligonal i L os igual a cero. pues, queda demostrado el teorema para una poligonal cerra- da arbitraria, Obsérvese que, extendiendo el teorema desde cl caso de un triangulo hasta este ultimo cago, nosotros no empleAbamos ningin razonamicnto de cardcter tedrico-funcioual. Todos nuestros razonamientos eran exclusivamente de caracter geomélrico ele mental. d) Consideremos, finalmente, el caso mas general de una curva rectificable y cerrada arbitraria Z, pecteneciente « un recinte G. En virtud del iema del ap. 2.2, para cualquicr ¢ >> 0 se puede scalar una poligonal cerrada y, inscrita en L y pertenceiente al recinto G. tal que las integrales J J @) dz y J FG) ds sutistacen a Ja condicién A f [J f@a— {4 @as|0 tel, ue se cum- pla la desigualdad [1@)—f(2)|0, sacamos Ja conclusién de que [ f@az=0, i como se querfa demostrar. En particular, sc puede tomar por 2 una circunferencia o cual- quier poligano convexo. Obsérvese que del hecho de que nuestra proposicidn es justa para cualquier Lridngulo se deduce, por el método que ya conecemos, que es justa también para cualquier cireuito poligonal cerrado sin autoin- tersecciones (no necesariamente convexo). Ne obstante. no podemos basarnos en el lema del ap. 2.2 y exten- der esta proposicién al caso de una curya arbitraria de Jordan cerrada y rectificable £, puesto que las poligonales A inscritas en ella pueden salir parcialmonte fuera de los margenes del recinto cerrado G, limitado por li curva 4, y, por consiguiente, Las integrales \ f (2) dz earecerin de sentido. Como ya se ha advertido, la demostracion del tevrema en todo su volumen se dari mis tarde (basindose en otras ideas). 2.4. En tos primeros trabajos de Gauchy sn teorema servia como un medio para calcular distintas integrales definidas de las funciones de variable real (fundamontalmente integrales impropias). § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 222 Para dar una idea de estas aplicaciones del teorema de Cauchy, que dieron vida al mismo teorema, expongamos tres ejemplos. 4. Integrales de Fresnel: \ cosE?d—E y j sen &* dE. a ° Para calcular estas integrales, que aparecen en la teoria de la difraccién, consideremos una funcién auxiliar de variable compleja F (2) = e, Esta puede considerarse como una funcién compuesta DM -Rxi) CMR +1) FIG. 49 FIG, 30 F(z) =f @l, donde f(z) = i y p(t) = eh De aqui, segin las reglas de derivacion de una funcién compuesta, se deduce que F (2) es derivable on todo el plano y 40 guicnto, puede aplicarse el teorema integral de Cauchy. Tomemos por circuito de integracién la linea % de la fig. 49. Esta consta de! segmento OA del semiejc positive, de longitud R (R es un nimero positivo arbitrario), del arco AB de Ja circunferen- cia de radio R con el centro en cl origen de coordenadas y del segmento BO de la bisectriz del primer Angulo coordenado. Por lo tanto, el Angulo AOP es igual a i Debido al teorema integral de Cauchy, = 2ize*. Por consi- la integral 5 et?GE es igual a cero: i fain one foe pien-s Pero & en OA es igual al ntmero real £, por lo cual, d¢=dé y R J(R)= § Pediat | alt dg, oa 230 CAP. II INTEGRALES Y SERIES DE POTENGIAS En AB, $= FR (cosg+ éseng), donde @ varia desde 0 hasta > 7 por lo cual t?= R2 (cos 2g | ésen 2) (0<29<4) ; a= R(—scn g +i cos @) dp = iF (cos p + isen q) dp A= { ettdy = AB exp [/Ht# (cos 29+ i sen 2g)] i (cos p+-i sen g) de. ctens|4 Finalmente, cn BO, =p (c 2 +ésen = }. donde p varia desde R hasta 0, por lo cual 5?— pt (cos > basen) z f, do= (cos £7 ésen 4) dp 4 ¥y v Ja (8) = § ettdy = { e-e# (eos 241 inven 4) dp— Ho ® # Va Rg ES , m™ 2 ai (cos = résen-Z) ‘ en PF lp = Tl a) \ e7f dp, i a Al hacer crecer indefinidamente a 2, J, (8) tender al Ifmite oP dom — = +2), puesto yue | =o dp rl ae 3 A+8) “) En efecto, mon RK ( { BoM a ay ( { oP de (a) “nn “K En el cualraty con el centro en el origen de cc rdenalus, cuyos lades, de longitul a 2, sen paralelos a los ejee de conrdonadas, inseribemos un eirculo & y ¢ivcunsceibames un cireule RK. dentonces, como la funeién subin- togral es positive KR { j eT RTE ge ye” { j eT Bon ge dye { { eT BonE Ey, w “HH K § 2. TKOKEMA INTEGRAL DE CAUCHY 231 Demostremos que J, (2) +0 cuando R-» co. Para esto, acote- mos el modulo |7,(R)|. Se tiene: rh [Jol aR | exp (aR? (cos 2p +i sen 2g] |-| cos p+ Eseng | dep. u Aqui [exp LiZt? (cos 2g + i sen 2—p)] |= exp (— R* sen 2g) y jcosptiseng|=— 4; debido a to cual els [Jo (d) |e R (exp (— RE sen 2) dep. 2p para Ow 2p ai"). Pero sen 20 +» o bien, sustituyendo las coordesadas cartesianas reclangulares § y y por las polares p y G y aplicamlo la formula (a), tendremos: an R R « 28 12 j \ em pap dy a o# ag) <| | oP dp diy. Electoande a integraciin y extrayendo la raiz cusdrada do todes los mien bros dv la designaldad, lallames: R Pad cal otic i de donle R « lim 2{ e-ag= pmo { tee Bese g WV *) lin efecte, la funcion f(a) 2 decree en el puesto que eu dorivada a COSH—seNG _ cus & (a— LB oO) fia) Sees eee ; . x . cuando 0<°a@< 2, Por esto mismo ra) >t (4) si act, o sea, stha. SEE =o hien rer! ra a son ar (o0, a> 0). =o § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 233 Para calcularla integraremos la funcién f (2)=e-** sobre el contorno £ del rectingulo representado en la fig. 50. Como esta funcién es derivable en todo el plano, puede aplicarsele el teorema integral. Por consigniente, [or ag femragi [emract [emrac [eo mrac=o. BC cb D. AR vA Sobre AB (—figa< hk) y db=dz; por lo tanto, +R Jum |e agem | emda, AB -R Sobre BC c=R+iy Osyz>—R), C=2242ar—a? y dt=dz, por consiguicnte, —Rk Jgun i eM dt = { exp{|—%(a2-+ 2iax—a2)) der = cD rR +R = —ehtt 5 oxp{— Aa® — Qiadz) da = -R 3 a — =elat \ e— [cos (22ar) — i sen (2Aazx)] dx. Rr Finalmente, sobre DA $=—-R+iy(e>y>0), S=RI—2Riy—y y k=idy; 234 CAP. Il INFEGRALES ¥ SERTES DE POTENCIAS por lo tanto Q I= ewe ag = | exp|—% (28 — 2Riy — yh dy = DA a te = —if exp | — ACY —y?)| exp (2étiya) dy. v Supongamos ahora que # crece indefinuidamente. Entonces las integrales J, y J, tenderin a cero. En efecto, « |Yal< { lexp[ --A (2? —y?)] || exp (— 2¢RAy) | dy = ‘ eW MRE U8) (ly, a a Cuando AR >a, obtenemos: {Jz|sc { exp [—A (A? — a*)] dy—a oxp [— A (A? —a2)| > 0 (R—> 00). 5 Del mismo modo l4ebs f lexp[—A (A* —y)] || exp 2iRAy | dy = a e = { expla vy] dy —0 (B - vo). a La integral Jy, cuando R—» oo, tiende al Mimite Lae i _ & oxp(— Az?) dx = ae ‘ exp |—(VA2)"| d(VF 2) = V= * to (puesto que f ed ~Va; véase et ejomplo antecior) . Vinalmente, de da relacién Sitded Jp dyad obtenermos: eho j e7*8 [eos (Dc) it sen (Qheee)] dic = © Jim Sa Lim Jy itm Jy +t Jy jr es Frvco Rar Fev § 2, TEOREMA INTEGRAL DH CAUCHY 235 Tguakando en esta relacién las partes reales, resulta: 4m ha? f e 4 cos (Qhax) da v= ‘ © sca, +2 : j #8 cos (haz) dx == ]/ 3. Ta integral gle i ‘ ‘ ‘omemos Ja funcion auxiliar f(=—. Esta funcién esta defi- nida en el recinto G, formado por todos los puntos del plano, a exeepeién del origen de coordenadas, y ex derivable en este recinto (nos convencemos de esto tiltimo derivando directament af a) 1) ae ae 7 Tomando cl circuilo de integracion L£ representado en la fig. 51 (este cirenito, asf como su interior, esta situado cn el ote recinto G), aplicando el Leorema integral a la funcién f (2) hallamos: 5 ede 236 CAP. Ii] INTEGRALES Y SERIES DE POTENCEAS Sobre AB © es igual al nimero real & Por lo tanto, dC =dé y R R R c cbaz _ ¢ ct ae cos Bug sen de he [Ataf fompe,, fom a Sobre BCD f= R(cos p+ £seng) “Ogpe 0); por lo cual df = ir (cos p-+-isen p) dp ea elt ar exp [ir (cos ptisen g)] ir (CoS p +t sen ® ap ‘ z ( 7 os pi sen g) % =i { exp (ir cos p—rsen g) dp. a Supongamos que R crece indefinidamente; entonces = Jo=i § exp (i cos p— FR sen gy) dp a § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 237 tendera a cero. En efecto, x lJ2|= | \ exp (if cosp—R sen 9) dp |< a an” m/e 4 | exp GR cos p— Rsen y}|dp=2 S exp (— Rsen p)dp < a aia <2 | on(—89)de= de donde se deduce que jim Jp=0, oa Supongamos, finalmente, que r tiende a cero; hallemos cl Limite de la integral J,, igual a a i j exp (ir cos p—rsen dg. 0 Come la funcién exp (iz) es continua en el punto z=0, en el eual toma el valor 1, para cualquier e>>0 se puede sefalar un 4(c) > 0 tal, que para |gj=r<6(e) sc cumple la desigualdad jexp (iz) —1| =| exp (ir eos @ —rseng)—1]/0, como ya se vio, ol segundo miembro Giende al limilu: — lim J,;—lim/,+ 2%. Por consiguiente, el pri- Keven roo mer micmbro también tiende al mismo limite: k Jim 2 [ Eagar, Rc mT R "i ‘ ge , Designando Lim fag, enya existencia hemos demostrado, R00 roo F meiiante J eae, obtenenios: ae | Seb ag — ni, © bien, defini- g y tivamente (spans, 2.5. Hemos demostrado el teorema islegral para Ias funcionos analiticas en Jos recintos simplemente conexos. Facilmente se obser- va quo este teorema no se extiende sin reserva alguna para los recin- los que no son simplemente conexos, Examinemos, por ejemplo, A Ja funeién f(z) = » derivable para cualquier z= 0. Aqui se puede tomar por recinto @ todo el plano Jinilo, excluyendo del mismo el origen de coordenadas. Evidentemente, @ no es wn recinto sim- plemente conexe, puesto que el interior de cualquier circunferen- cia y con ol centro en el origen de coordenadas, pertenceiente a G, no perlenece complelamente a G. Por otra parte Soa = oni + 0 (ap. 1.3, ejemplo 3), Sin embargo, con ciertas restricciones impuestas a las curvas, ol leorema integral pucde aplicarse también a los recintos G que no son simplemente conexos. Supongamos, en peimer lugar, gue ZL es un tiangulo pertoneciente al recinto G junto con todes sus puntos interiores. Entonces, para cualquier fnncién f(z) uniforme y anali- tica en el recinlo G (que no es simplemente conexe) son aplicables a Ja integral {4 dz todos los razonamientos del ap. 2.3, b) y, L por consiguiente, ‘yr (z} dz = 0, Llegaromos a la misma conclusion, L con referencias al ap. 2.3, ¢), enando J sea una poligonal corrada arbilraria pertenceiente a G tal, que todos Jos vecintos poligonales § %. TROREMA INTEGRAL DE CATCHY 2a) Jimitados por la misma pertenozean a G, Sea, Jinalmente, £ una curva rectificable cerrada arbitvaria, pertencciente a G. Consideremos Ja integral \7 (2) dz. Seguin el lema det ap. 2.2, esta integral puede ys sustiluirse por las inlegrales sohre las poligonales A inseritas en ly pertenceientes al recinto G. con una precisién & > 0 arhitra- riamente pequedia. Si para lales poligenales, de lados sulicientemente pequefios, los recintos poligonales limitados por cllas perlenecen £IG. 32 a G, eatonces las integrales correspondientes se anulan y, por consi- mmiente, también tiene que ser igual a cero la integral a lo largo de £ (compirese con el ap. 2.5, d)). Las condiciones indicadas son suficientes para que la integral de una funcién analitica 5 i (2) dz, tomada a lo largo de una curva L reclificable cerrada, perteneciente a un recinto que no es simple- menle conexo, sea igual a cero. Estas condiciones se satisfacen cuando Z, por ejemplo, pertenece a un recinto # simplemente conexo, que sea un subrecinlo respecto de G, y no solamente en esle caso. in la fig. 52 esté representada una cneva L pertencciente a un recin- lo G biconexo. Evidentemente, no existe un subrecinto simplemente conexo del recinto G que contenga a L. No obstante, para se enm- plen las condiciones expnestas anteriormente ¥Y, poe consigaiente. j f @) dz = para cualquier Mneién f (2) gue sea analitica en G. t. Teniendo en cuenta las observacioneshechas, no es dificil demos- trar que se verifica el siguiente leorema, que aplicaremos a menudo. Teorema integral para un sistema de cirewitas. Sea | (2) una funcién unitorme y analitica en un recinto arbitrario G y sea T. yy Yar +) Px un sistema de curvas de Jordan reetificables y cerradas, que estin situadas en el recinto G ¥ Su- tisfacen a las siguientes condiciones: 240 CAP, If] INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS a) das curvas yp, (k = 1, +++, m) pertenecen al interior de T; b) para cualquier ko (ko = 1, 2, . . -, ) las curvas y, para k & ky estén situadas en et exterior de yn 5 c) el recinto miltiplemente conexo g, Limitado per las curvas T, vi. - = ++ Vn (éste se obtiene exluyendo dgl interior de T los recintos ae FIG, 53 cerrados limitados por las curvas ps, k = 1, 2, ..., m), pertenece al recinto G. En estas condiciones, se verifica la igualdad fr@a=ly@act (peart +] fea, 5) r VW Ve Ya donde todas las integrales se toman en un mismo sentido, por ejemplo, de modo que los interiores de las curvas queden a la izquierda del obser- vador que recorre las curvas en direccién de la integracién (direccién positiva). Obsérvese que la tesis del teorema es trivial cuando el recinto G es simplemente conexo, puesto que en este caso todas las integrales en la igualdad (2.5:4) se anulan. Para demostrar el teorema en el caso general, tracemos en el reeinto G unos arcos de Jordan rectificables 6), $2, .- +) Bn: Seyi que unan consecutivamente un punto 2) de la curva [ con un punto €, de la curva 7,, luego, un punto z, = © de la curva y; con un punto €, situado en la curva yz, etc, finalmente, un punto z, de la curva 7, con un punto €) 5£ zo de Ja curva I’. Por lo general, estos arcos sal- dran parcialmente de los margenes del recinto g. Pero siempre pueden sustituirse por otros arcos: 4;, 2, .. +. Sn4s que, a excepcion de sus extremos, pertenecen por completo al recinto g (fig. 53). Con § 2. TEOREMA INTEGRAL DE CAUCHY 244 este fin, es suficiente, por ejemplo, sefialar en el arco 4), recorrido en la direccién desde el punto zo € T hacia el punto & situada en yj, su Gllimo punto de interseccién con Ty su primer punto de inter- seccién con yy. La parte del acco 6; comprendida entre los puntos indicados sera cl arco 6, que se necesita. Del mismo modo se obtienen también 69, .... 3n41- Por lo general, arcos distintos 6, y 8m (k 4 m) pueden tener puntos de interseceién, Pero siempre pucden sustituirse por otros arcos que satisiagan a las condiciones impuestas y cavozcan de puntos comunes dos a dos. Aqui no nos detendremos en esto, dejando realizar al lector los razonamientos necasarios, Los puntos iniciales y finales de lus arcos 6,, 69, . .., 8,4; dividi- ran a cada una de Ins curvasT, yy, - . -, Yn en dos partes, que desig- naremos con la misma letra que la curva entera, pero con una o dos rayilas por encima: I”, I", yi, Yi. «+ +) Pay Ya. Consideraremos que el ovigen de lus arcos I’ y [” es el origen zp del arco 8, y ol extromo, el extremo f del arco 5,41; el origen de los arcos y; y yy seri el extremo £, del arco 6, y el extreme sera el origen 7 del arco 82, etc; linalmente, cl origen de los arcos yn y yn Seri el extremo €, del arco 5, y.el extremo seri cl origen z, del arco 6,4;. Los arcos [”, T’; Vir Vile - 3 ms Yn» forman conjuntamente con los arcos 6, 32, . ++) Spat dos curvas rectificables de Jordan cerradas. Por ejemplo, una de ellas A’ estard formada por los arcos I’, —b,41, —yh, —Sn, ++ +) =P —6;, mientras que la ofra, A” por los arcos — Bi, Pie es ee One Ye Debido a la construccion, Jos interiores de las curvas A’ y A” estaran situados en el recinto g y, por consiguiente, pertenecerdn al recinto G. Por lo tanto, puede aplicirseles a éstas el teorema integral de Cauchy: J f@az=0 y Vf eyar=0. a’ AY Sumando término a término las igualdades obtenidas y observando que las partes de las integrales sobre los arcosé, y —d, (k = f, 2, ..., % + 1) se eliminan entre si, mientras que las partes de las inlegrales sobre los pares de arcos IY, —I”, —yi, yf, .. +1 —vas Yo dan las integrales Sra dz, Sa (z) dz, .. 65 5 f(z) dz, obtencmos: : —v1 he Ji@act | redet...+ J 1G) a=0, =v Tn o bien, (rea=fr@et...+]i@d r MW Yn Este es el resultado quo se necesitaba. 19-1199 24z CAP. IIT INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCLAS 2.6. Consideremos una funcién uniforme f (z), analitiea en um recinto G simplemente conexo, Sea zy un punto fijado del recinto Gy L’ y L", dos curvas rectificablos situadas en este recinto que unan el punto 2) con un punto arbilrario z del recinto G. Si se supone que z, es el punto inicial y z el punto final de las curvas L' y L”, en- tonees las curvas L’ y —L” formarin conjuntamenle una curva rectificable cerrada, sobre Ja cual la integral de f(z), debido al leorema integral, tendra que ser igual a cero. Pero esto significa que {r@ a+ ‘ F(z) dz= 0, ae -L" es decir, ( ¢@)ae= ( p(ayas. h (2) dz fre 3, i Asi, pues, el valor de la integral de una funcion analitiea f (z) no depende de la curva sobre la cual se efecttie la integracién (del camino de integracidn), sino que depende sélo de los puntos inicial y final de Jn misma. Por esla razén, para designar la integral se puede emplear Ta notacién {fea fy omitiendo la indicacién del camino de integracién y sefialando sola- mente los puntos inicial y final zp y z. Como el punto zo esti fijado, esta integral representa una fun- ciéa uniforme de 2: 2 5 F (2) dz. %y Demostremos que ésta es una funcién analitica en el recinto G y que su derivada es igual a la funcién subintegral #2) =f @)- Como la funcién jf (z) es continua se puede trazar un entorno U del punto z de modo que, cn primer lugar, este entorno pertonezca al recinto G, y, en segundo lugar, para cualquiera de sus puntos € se cumpla la desigualdad. 1fQ)—-f@|O0 existe un 6(e)>0 tal que para p<. 6(e) se cumple la desigualdad (3.455) 252 CAP. I] INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS ae z = 22 (véase el ejemplo 3 del ap. 1.3), % representemos la expresién de] primer miembro de la férmula (3.4:5) ew la forma [SBR ante ABS —re f=] fo % ¥, Observando que j OF . t= *p Yo e Como f (z) es continua, el médulo de la diferencia | f (t) — j (2) | puede hacerse menor que x si |€—2|=p<6(e). En estas condiciones lendremos: & 8 one =e, ? | { £8 ae—2nif % con lo cual se termina toda la demostracién. Al aplicar la férmula de Cauchy (3.4:1) hay que tener presente las condiciones en las cuales se demostré y, en particular, hay que recordar que el punto z tiene que pertenecer al interior del vircuite L. Si en la integral de Cauchy se pone algtin punto z perteneciente al exterior del cireuito L, ésta se anula. En efecto, si el punto z esta situado en el exterior del circuito Z, entonces la funcién / , con- siderada como funciédn de £, es derivable en todos los puntos del recinto G (a excepcién, posiblemente, del punto € = 2), y como la curva L eonjuntamente con su interior pertenecen a este ultimo recinto, segiin el teorema integral de Cauchy, la integral de 9 (2), tomada a lo largo de L, tiene que ser igual a cero. In resumen, 1 $@) ge ai § par BO, L si z pertenece al exterior del circuito £. Sea z un punto arbitrario del recinto G y sea y, una circunferencia de radio p con el centro en este punto y contenida en el recinto con- juntamente con su interior. Segiin la formula (3.121), se tiene: 4 a f@= 3 {fO8. tt ) “t—z % Como la eeuacién de la circunferencia y, es C=z7pel®@ = (0 0 < 2a), § 8. INTEGRAL DE GAUGHY. FORMULAS DE Y¥. SOJOTSKI 258 la formula precedente puede transformarse a la forma siguiente (véase la férmula (1.2:5): 1 F 4 pei%).pet®.2a0 1 10 , 1@=35 5 =a ~z) f(e+-pe') a. (3.426) a I] cnuneiado de esta Gltima formula dice: el valer de una fun- cin analitica en cualquier punto del recinto G es la media aritmética {el promedio) de sus valores, tomadas sobre cualquier circunferencia yp con el centro en 2. Hagamos la notacién. max|#()| =A (9). Entonces, de Ja formula (3.1:6), tendremos: If @)L > 0 la distancia entre su Gircuatérencia y Ja cur- va I. Supongamos que K: | | < # es un cireulo con el centro en el origen de coordenadas que contiene en su interior tanto al cireulo # como a la curva T. Para un punto z’ € &, se liene: fa) ee yn FOr (2)! — FON) Sa [oo Spent © o bien, hacienda ¢—2 m= b—hi FEM eh) — FO h z'—z=h y, por consiguiente, [—2’ = nl gy mtn tt tt ig | 90 "aaa (3:2:3) § 3. INTEGRAL DE GAUGHY. FORMULAS DE Y. SOJOTSKI 25 Queremos demostrar que la expresién (3.2:3), cuando h—(), tiende a un limite igual a +a de 1 . 4 a=" Se | Ce SEO pO pert (8-24) \ Consideremos la diferencia FA) (ah) — FY (2) FOE PNA PO EC ay (ay 1 tL A)? 8 (FE AYP-N ee (1) (2 ytd = ail® @ pee dt = al h (hy [eh et 1—hyh =e (og EDA net MN (8.25) En nuesiras condiciones 2R>|t|=|—2|> 5, 2Ro|t—h|=|C—2"|e5. Supongamos que w=max|@p(f)| y que 2% es la longitud de Pf; r de (3.2:5) obtenemos: | FO (2h) — FEY (3) -vel|< ele nila} pe SEER OE ea aes AAR)? y ST sea Pero, evidentemente, el segundo miembro tiende a cero cuando h— +0. Por consiguicnte, ee FM 5 lim - ern ees we FU) = ap (2) = Gant Apt 5 gay ho 2a E—ors | r con lo cual se termina la demostracién. Del teorema demostrado se deducen unas consecuencias impor- tanles; a) Toda funcién de variable compieja, analitica en un recinto G, es infinitamente derivable en. este recinto. En ofceto, soa f (2) una funcidn analitica on el recinto G; supon- gamos que Zo es algdn punto, de este reeinto y que p es una eireunte- rencia con el centro en el punto 29, perteneciente al recinto G conjun- tamente con todos sus puntos situadus en el interior de +. Aplicando a f (zs) y a y Ja formula integral de Gauchy, obtencmos: r@= a) Ma (3.2.8) 7 ge 256 CAP. IIL INTEGRALES Y SERIES DE POTBNCIAS Asi, pues, f (2) se representa en el interior de y por la integral de Cauchy (y, por lo tanto, por la integral de tipo Cauchy). De aqui, por lo demostrado anieriormente, so deduce que f (z) es ind mente derivable en el interior de y y que 4 mo=mlz : Claro, en los razonamientos expucstos, en lugar de la cireunferen- cia y se podria haber lomado una curva rectificable de Jordan cerrada arbitraria Z, perteneciente al recinlo G conjuntamente con su inte- rior g. Entonces, para cualquier punto z € g lendremos: 1 (2) me | Sit (W=1,2,3, 0. Je (3.2:8) L b) Les derivadas de cualquier orden de una funcién f (2) que es analitica en un recinto G, también son analiticas en este recinlo. Isto se deduce de que, segtin lo demostrado, cada funcién /*) (z) es derivable en el recinto G. ce) Teorema de Morera. Toda funcién { (2), uniforme ¥ continua en un recinto simplemente conero G, tal que la integral de {(z) tomada sobre cualquier circuilo triangular A, situado en el recinto, es igual a cero, es analitica en este recinlo. De las condiciones del teorema se deduce que la integral de f (2) sobre cualquier circuito poligonal, perteneciente al recinlo G, y luego, sobre cualquier circnito rectificable cerrado, es igual a cero (cumpdrese con la demostracién del teorema integral de Cauchy). Por Jo tanto, el teorema de Morera es el reciproco del teorema integral de Cauchy. Para demostrar el teorema examinemos La integral f f(e)dz=F (2), Ea virtud de lo dicho, ésta representa una funcidn wniforme en el recinto G y pucden aplicarse todos los razonamientos del ap. 2.6, segiin los cuales / (2) es una Suncién analitica, cuya derivada coinci- de con f (2): F=f (a. Pero acabainos de ver que Ja derivada de una funcidn analitica también es analitiea. Asi, pues, f (z) es una funcién analitica y con esto se termina la demostracién. d) Volvamos a examinar la formula (3.2:7) y hagamos en clla 2 = zo (zo es el centro de la cicennferencia y). Si p es el radio 7 § 3. INTEGRAL DE CAUCHY. FORMULAS DB Y. SOJOTSKI 257 y M (p) = max | f (2) |, entonces para el médulo de Ja derivada ? de orden x en el punto Zp resulta la siguiente cota: i nl M (p) « 1M (p) ye (2) |< EEO ap = A IEvidentemente, este resultado es valido también para n = 0 (en este caso sc obtiene la desigualdad conocida (3.1:7)). Asi, pues, en cualquier punlo z del recinto G se verifican las desigualdades YP @l| i (2) da] < mas | f' | By j |dz|} |dz|< Me-long. L, oo: a por consiguiente, las sumas integrales nmi 2 @ [7 w)] (Wr —wyd §3. INTEGRAL DE CAUCHY. FORMULAS DE ¥. SOJOTSKE 264 tienden al limite J OU@IT @az, 1. cuando la particién del curva [ disminuye indefinidamente. De aqui se deduce la igualdad (3.2:41). 3.3. Aqui nos dedicaremos al problema de los valores frontora de la integral de tipo Cauchy. Los resultados fundamentales referentes a esto tuoron obtonidos por ol matemético ruso Y. Sojotski en él afio 1873 *). Esta cuestién, on las hipdtesis mas generales respecto de la curva (que se supone rec- tificablo) y de la funcién (que se supone sumable en el sentido de Lobesgue). se estudié en los trabajos de V. Golubiov y Privdlov **). En las obras do Musjelishvili y su escuela so han tratado las aplicaciones de la integral do tipo Cauchy a los problemas de mecanica y sobre todo a la teoria de la elasticidad ***). 1 ¢ i) tnt \ & Supongamos primero que F (c}= es una integral de Cauchy Entonees, en el recinto g que es interior a la curva L, # (z) coincide con # (z), Ja cual es analitica en todos los puntos de un recinto G que contiene a L ya g. Por esto, si {o es algGm punto de Z, ontonces F (z) = f (z) tiende al limite / (fo) cuando z tiende a ¢, por el interior de L. En el exterior a Z la integral de Cauchy so anula (véase el ap, 3.1). Por esta razén. cuando z tiendo al punto ty mantenién- dose un el exterior de la curva 1, la integral de Cauchy tiende al limite cero. En resumon, pata la integral de Cauchy, en cada punto t de la curva L existen valores freatora, iguales a j (fo) por el intorior a L ¢ iguales a 0 por el exterior a L. 4 Consideremos ahora Ia intogral do tipo Cauchy mm 2) a bajo v 3m) t= lag siguientes hipdtesis particulares: *) OG onpexenenmux uaTerpazax nm hyMKYNNX. yuoTpedanembIx npH PABMOMOMMAX B Pub. Commons JO.Coxouxo ro, CN6, 1873 (Y.S o0jat- ski, Sobre las integrales definidas y las funciones que se empiean en los desa- crollos en series). **) 1. B. B. Tomy Gen, Onnosmamme anaanrnicenue dynein ¢ ¢o- nepiicnnitim smomectBosm ocoGux rouer, M., 4916 (V. CO] ubioy, Funciones uniformes analiticas con unm conjunto perfecto de puntos singulares). 2.4. MM paoanas, Murerpan Cauchy, Caparon, 1919 (I, Priv 4- lov, Integral de Cauchy). 3. M.M. 10 pu saaon, Cpasmnnte croiicrsa opmosna mex anagntadecknx yuunait, Tocrexmagar, 1950 ([. Priv @lov, Propiedades do frontera de las lunciones uniformes analiticas). *er) 1. N. Musjolishvili, Applications des Intégrales analogues a gulles de Gauchy a quolques problémes de la physique mathématique. ‘Tiflis. 2.0. MW. Mycxeanms wan, Caurynapims mrerpansmie’ yp! (CPAuH Tbe BURA TEOPAM HYHRUA Mm HeKOTOpIE UpMAowKeHAA K MaTeMaTE= veckolt @uance), M., ODnamarrus, 1962 (N. Musjelishvili, Singular integral equations. Boundary problems of function theory and their application to mathematical physics Dep of supply and Development, Aer. Res. Lab., Melbourne, Australia, £949, Noordhett, Groningen, 1953). ORT 262 GAP. UI INTEGRALES Y SBRIMS DE POTENCIAS a) Top omacarva rectificable de Jordan, b) la funcién ¢ (f) es analitica en cierto entorna de cada punto de 2a eurya y. Demostremos que en estas condiciones también oxisten dos valores fron- tera de la tntegral on cada punto fo € y, distinto de los extremus de L. A difo- rencia del caso de Ia integral de Cauchy, estos valores no so expresaran direeta- mente medianto ¢ ({)). No obstante, la diferencia de ellos en el punto fy cord igual a @ (Co) (tomando adecnadamente uno de ellos por minuends y e) otro por sustraendo). lor consiguiente, aqui se observa la misma fey que en el caso de la integral de Cauchy, donde 1a diferencia entre los valores frontera interior y exterior es igual a f (%o) — 0 = 7 (&). Para la demostracién, tomemos un entorno UY del punto fo, de mado gue Ja funcin p (2) sea analitica en U, y tracemos una circunierencia C con ol centro en {o, contenida en & y de un radio tan pequeiio que entre los puntos dé la curva FIG. 55 } que preceden a 2) y que siguen después de fp (em direccién de la integracién), aya puntos situados en C. Entonces, partiendo del punto to, primero en direo- cidn del recorrido de la curva y hasta ch primer punto B de interseccién de y con la civennferencia €, y después desde el mismo punto t) en dircecién contra- ria, también hasta el primer punto A de intersoccién de p con Ja cieunferencia €, oblenomas un areo AB = y que contiene al punto t) y pertenece al interior de €, a exeepcién de sus oxtremos A y B situados en C. Los puntos 4 y B di- viden a lu citcunferencia € en dos arcos AaB y AbB, que junto con ob areo AB, pertencciente a y, forman dos curvas de Jordan cerradas y, (ABaA) y yz (ABBA), con las pastes interiores gy y ge, situadas dentro de C (lig. 55). Obsérvese que Jas designactones se han adoptada de modo que el recinto i quede a Ja izquierda del o! vador que se mueva svbro AB en la direecién de Ta integracign, y el recinto f quode a la derecha dv] mismo. Supongamos ahora que ¢] punto z & g, tiende al Limite {,. Como z esta situado ex el exterior de la curva Y) la cual, junto con su interior gg, pertenece al recinto U, donde ta fun- cién @ (€) es analitiea, segin ol teorema integral de Cauchy se tiene © sea, § 5. INTEGRAL DE CAUCHY. PORMULAS DE Y. SUJOTSKE 263 Ne aqui se deduco quo para Jos puntos 2 € gy ol valor de la integral eye f GWE Fa=g7j SOS, no varia sion lugar del arco Av se ofectia la integracién sobre el arco de la circunferencia AbB. Asi, pues, én cl recinte gy se tiene: P (2) 5) i F@)=a5 5 eee (3.8:1) yan donde y! so obtiene dep climinando el arco AB. Pera y! -+ AB es ima curya rectificable (que puede no ser de Jordan) y, por consiguiente, la integral (8,8:4) es una integral do tipo Cauchy que, én victud del ap. 3.2, tiene quo representar una funcién analitica db, (z) en cualquier entorno del punto fo quo no contenga puntos de la curva y' + AB; en los pun- tos de oste enturno que perteneeen a g;, como muestra la igualdad (3-3:1), @, (z) coincide con F (2). Por consiguicnte, lim F (:)=lim ay B= (=z j #ae., (3.4:2) ak = ? —o feat ih yeavir = Del mismo modo, para los puntos del recinto gz pademos vseribi wp (2 ag t—: (3.3:3) yt AeB donde Ja integral do tipo Cauchy que figura en ¢l segundo miombro reprosenta on un entorno def wua foncién analitica ©, (z) que coincide con # (2) en los puntos de este enlorny pertenecientes a ge. De aqui so deduce que ee 1 (2}= lim O; G) = Og (f= ye emi xa ia vFAap Por Jo tunto, queda demostrado que existen dos valores froutera de Ja integeul de tipo Cauchy en un punto arbitrario t) de la curva reetificable y so han hallado sus valores (3.3:2) y (8.3:4). Uno de ellos, el que correspande al ease on que z tiende a fp por cl recinto gy contiguo al arco AH < y hacia la izquierda segim la direccién de integracidn, lo flamaromos valor frontera de la izquierda, y el otro, valor frontera de la derecha; los designaremos mediante Fy ) (3.8:2) ¥ Fi (fo) (3.3:4), respectivamente. 0 las formulas (3.3:2) y (3-3:4) se deduce quo reamrotonk [SOBA S oO, a Abe Aab Debido a las hipétesis hechas, Ix integral obtenida es una integral de Cauchy, formada para la funcién ¢ () y fa circunferencia C. Segtin la sérmula intogral de Cauchy, su valor ce igual a @ (f.). Resumienda, Fy (loh— Fp C= (Lads (3.325) que es lo que so afirmaba. 264 CAP. II INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS Come ejemplo, considercmos la integral de tipo Cauchy dz oz” A donde A representa ob segmento del eje real — 1-< 2 <4 (la integraciéu se efectiia on la direccién del crecimiento do z), y tomemos para mayor sencillez to = 0. Aqui @ (f) = 1 es una funcién analitica en todo vl plano. Por consi- guiente, no hay ninguna restriecién para elegir la circunferencia € con centro en 0, sin contar la anica condicién do que en C tienen que estar situadus todos los puntos del segmento A que precedan al punto © y los que sigan después Tomemus por € fa circunferencia unidad. Entonees el arco A# coincidira con todo el segmento 4 y los arcos do Ia circunferencia AdB y AaB soran las semi- circunferencias inferior y superior, respectivamente. En Ja férmula (3.3:5}, para la diferencia de los valores frontera de la inte- gral de tipo Cauchy tendremos que tener: Fr)—FpQ—p O41. En cuanto a cada uno de éstes por separado, la formula (%.3:2) dar an 1 ¢ “O= a5 \ Fan Abn x y la formula (3.3:4): a e é 1 Fo ia § Aap 3.4, En lo que se refiere al rosultado (3.3:5) obtenido en el apartado pre- cedente, se puede hacer una objecién esencial de que éste se ha conseguide supo- aiendo que la funcién @ (2) es analitica, mientras que en las aplicaciones suele sor reeuentemente importante el caso en quo @ (2) no es una Tuncién analitica, Debido a esto daremos aqui otra demostracién de] mismo resultade. que @ Ia vez dara lugar a unas formulas importantes para Fy (So) y Py» (fo), distintas de las férmulas (3,3:2) y (3.314). Soa y, como anteriormente, una curva rectificable do Jordan y supongamos ay @ (%) es una funciéa continua en y. Considérando a § como una funeién le Ta Tongitud del arco s, medida desde el punto inicial de y SHAG), OSs! (les la longitud de y), supongamos quo en cierto punto fo = % (s) (0 < so <2) existe I devivada 2° (s), siendo ésta finita y no nula *). Supongamos ahora que existen unos niimeros K > 0 y a > 0 tules que 1g @—@ (60) |< |o—601*- (84:1) Facilmente so observa que en estas hipétesis la integral impropia _1 f e@~—oito ate tomy | 2 > (42) *) En Ja teoria de funciones de variable real so demuestra que en todo el interval (U0, 2), a excepcida, posiblemente, do un conjunto de medida nula, existe 2° (s} y [A' (s) | == 1, Véase, por ejemplo, Ch. de la Vallée Poussin, Cours d’analyse infinitésimate, Vol. I, 10% ed., 1947, § 3. INTEGRAL Dl CAULHY. FORMULAS DE ¥. SOJOTSKI 265 vs absolutamente convergento. Para cercivrarse de esto, conyengamos en desig- nar el arco de la curva y que corresponde a un segmento determinado de varin- cién de la longitud del arco s: @ Fv oo | #’ (se) | 40 de donde se deduce que v8 para |$—flp, entunces >. Asi, pues, gas eso para todos los puntos { € y. se deduco que ° [ate § ROHL op {,b] b 59. Por lo tanto, la integral (3.4:2) cs absolutamonte con vergente. Considerando ta integral de tipo Cauchy t p(g) O=a7 j ar ¥ 1 (o@—9to py 1 F Omar J mee Sta | cepresentémosla en la forma y domostremos que lim +— “ ok wo) = io) dem tq, os hg OME % ant se supondra que « tiende a £, manteniéndose en el interior de un dngule arbitrario go, de magnitud menor quo 26 < x, con ol vértico en el punto y cuya biseciriz coincide con la normal a la curva en este punto. El mode cn que z tiende a Co sé caracteriza diciendo que stiende por caminos no tangentes ay. En particular, quoda satisfecha esta condicién cuando ¢l punto = ticnde af) por la normal a }. Faeilmonto so observa quo on un entorno del puntu So suficientemento pequefio ningdn punto de la curva » cacrd en el interior de un Angulo fijado gg, (y tampoco en cl interior del dingulo opuesto al misme). En efecto, supongamos lo contrarfv. Entonces ticne quo oxistir uma sucesson de puntos &n = & (sp) € y. situados én cl interior de gp, {o en el interior de] angule- opuesto al mismo) que convergoré a fy. Se puodo suponer también que {s, )- es convergente, es decir, que lim s, = s’, de donde se deduce que Jim %, = fiero neoco 266 CAP. [I] INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS = 4 (es). Pero, por otra parte, = Co = A (so); como y es una curva_de Jordan (y to es distinto do sus extromos), sucumos la conclusion de que s’ = g- Por lo tanto, las direecioaes de los vectores £, — Co tiouom que lender a la direceién tangente en cl punto to y, por consiguiente, todos estos vectores no pueden quedarso en el interior de] Angulo gq,. P i 2 3 Sea 0 un ndmero que satisiace a la condiciém O< 0 <> fijomos Oe, 0< Oy << y consideremos un entorno | zt [

—0) (fig. 56), por Jo cual, Aa| tomy f SOS ag 7 ‘Bae (3 { e@—ecal » slur § we-ecz —2) G80) ¥-9, p ++ cosee (00—~0) \ 2 e G0) | ty = type. § 3. INTEGRAL DE CAUCILY. FORMULAS bE Y. SOJOTSKI 267 Si v os un nimero positive arbitrario, se puede supuner que p es tan pequefio que ig resulte monor que $i fijomos este valor de p. Obsérvese ahora que la distancia $5 desde el punto fj hasta el arco y — op es positiva; por Jo tanta, [e-—ble>o>0 sb ey— be y 8-21 >8 — lb —2|. Por osta razén, si [z — t |< —*, = tiene: et fie @—ocole. 4 de donde, para todos los puntos = sufieientemente préximos a ty resulta; e h< . Asi, pues 4y at ay TRO nt) ¥ yfaen 2 Aa » @4:7) (3.4:8) Tlemos obtonide. esta [irmula, quo coincide con la férmula (3.3:3), sin suponer que la funcién q (2) sca analitica. 268 CAP. IIl INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS Transformemos (3.4:6) y (3.4:7} a una forma mas simple; precisamente, escribamos (3.4:6) del modo siguiente: 1 ( 9@)—oG) », 4 Prada ape | See ay 4 2nt 1 PCa) se 4 tar j tt B+a0 5 * ADB (3.4:9) 1 #()— (Go) 4 + oar S ay tad . » Cuando p -» 0, la segunda de las integrales de! segundo micmbro de la férmu- la (3.429) tiende a cero (debidy a la convergencia de Ja Integral (3.4:2), estable- cida anteriormente). La tercera integral puede escribirse en la forma Load Ver Ln @ — &} y, como Ln ({ — %) = Inp-+ é Arg — ty), coincide con bat p (Co) io BS) long AbB on ‘= Arg Gb) = oe Peru, segdn Jo anterior, ol arco op € y con los extremos A y B puede encorrarse on Angulos opuestes arbitrariamente estrechos con el vértice comin fy cuya bisectriz coincide con la tangente a y en el punta t. Por esta raz6n, cuando p — 0, los puntos A y 2 tienden respectivamento a los dus puntos de inter- seccién de esta tangente con la ecircunferencia | > — fp) |—. do donde se deduce que tow 9) a feet = PLEO) im —— = Po pao 2mE &—£0 2 Aba Como el primer miembro de la [6rmula (8.4:9) no deponde de p, sacamos la conclusién de que exisle también a (3.4:10) quo designaremos mediante *) Obsérvese que, en general, la integral —1— [ £45 os divergente. tar | Ef » La notacién —1_ j Da v (3.4:10), cuya existencia se ha establecido. Este limite se lama valor as 28 50 ha admitido solamente para designar el limite —E principal de la intogralz— {4 2 dg (en el sentido de =to ¥ Cauchy) 43 INTEGRAL DE CAUCHY. YORMULAS DE Y SOJOTSKI 269 Asi, pues, obtenemos definitivamente: “7 @= a ‘ GOR at @ od B.41) De aqui y de la f6rmula (3.4:8)' so deduce que ‘ 1 f(eme 1... — Pot= ar J que. + P oi- (8-4:12) Estas formulas, que tienen importantos aplicaciones en la mecanica, fueron obtenidas por primera vez por Y. Sojotski en lag condiciones mismas del prosente parrafo, por lo cual, se Haman férmulas do Sojotski. 3.5. La férmula de Cauchy puedo obtenerse come un caso particular de ana férmula mds general, que os valida para funefones, generalmente, no anali- ticas. Sea A un recinto limitado por un namero finite de eurvas elemontales de Jordan ccrradas: T (el contorno exterior), yj, .. ., tp (los contornos interiares): F (2) = P(x, y) + iQ (z, y) es una funcion continua con derivadas parciales do primer orden en el recinta corrado A. Entonces, aplicando la {6rmula de Green, obtenemos: raa~S froan] Pdz—Qdy-+i ‘ OQ dz+Pdy— r dal ¥y r Tr ~Z Lf veneers osearai)a§f[- (oh) int, %, a +t (SE--2) J aetna 5 j hare BED y {equt = es la derivada formal, véase el ap. 13) - Fijomos 29€A y exeluy- z amos de A un entorno jz—z9|>0, se puede senalar un V(e) tal, que para n> NV (e) y para cualquier p natural, se cumple la desigualdad | Sapp (2) — Sn (2) oo, si |z|<¢ 1. Sin embargo, la convergencia ne es uni- forme. [in efecto, en este caso [Snap @)— Sn @) [=a (te ee be) | fe [Pt (Lz |) aT Tomemos un » arbitrario y hagamos p=n, z= Ge" Tea) n+ in [tee =2——n para RB 0. (aa) 272 CAP. It INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS De este modo, para n arbitrariamente grandes, existen tales p (=n) y tales puntos z, del cireulo unidad, en los cuales los nimeros | Sen @n) — Sn (@n) | son arbitrariamente grandes. De aqui se deduce que la serie geométrica no es uniformemente convergente -en él circulo unidad. Designando la suma de la’serie (4.1:1) mediante f (2): f(z) = lim S,, (2), (44:4) se puede expresar la condicién de convergencia uniforme de otra forma. Precisamente, para la convergencia uniforme de la serie (4.434) 4s nocesario y suficiente que para cualquier 6, e > 0, se pueda hallar ain N (e) tal, que se cumpla la desigualdad lf (Q)—Sn(z\| N (8). Wn efecto, supongamos que la serie (4.1:1) es uniformemente convergente. Haklemos un Vy (e) tal, que para n >> NM, (e) y para cualesquicra z y p(s € Z, p es un nimero natural), se cumpla la desigualdad [Snep(@)—Sn@| Ny (s) y para cualquier z € F. Asi, pues, el cumplimiento ade Ja condicién (4.4:3) implica el cumplimiento de la condicion (4.1:5). Reefprocamente, si la desigualdad HH—.O| V2(e) y para cualquier punto z€/, entonces, en las mismas condiciones, para cualquier p natural se tendra [Susp (2)— Sn 2)|=1F @) —Sn (2) 17 @) ~ Snap OI <|f9—Sa@)l+| Sup |< +4 <0. Por lo tanto, del cumplimiento de la condicién (4.1:5) también se deduce el cumplimiento do la condicién (4.1:3). Comprando la serie de funciones con una serie eonvergente de (érminos positives constantes, se obliene un critorio bastante sencillo de convergencia uniforme de la serie (4.1:1). Precisando, si desde cierto valor de n > v los médulos de los términos de la serie (4.4:1) §4 SERIFS DE FUNCLONES Y PRODUCTOS IN FINETOS 278 no son superiores en # a los términos correspondiontes de la serte convergente yb Oy -|: a -F a: big Fe wus (4.1:6) de términos positives constantes, la serie (4.141) es uniformemente convergenle en £. En efecto, en virtud a la convergencia de la serie (4.1:6), para cnalquicr @ > U, existe un NW (e) dal, que para n> N (e) y cualquier p se cumple la desigualdad nyt ees $ One Se, Pero, segtin la hipdtesis, en el conjunto # se cumplen lax desr- gualdades lfa@|ae, (k= vp. Por consiguientc, en cualquier punto s€.4 para x > max (A (e), ¥) y cualquier p natural, se tiene: | Snap @)—Sn (2) =| foe (2) |b. + | fnen (2) |S 5 Ungt— oe Flag Ey lo cual significa que la serio (4.421) es uniformemente convergenle Supongamos que cada punto del conjunto EL es un punto de acu- mulacién de este conjunto, o sea, como suele decirse, E es un conjunto denso en si. [sto oeurrird, pov ejemplo, cuando £ sea un conjunlo (no vacio) abierto arbitrario, en particular, un recinto, o tambien cuando & sea una curva continua. Entonces, si cada término de la seri¢, uniformemente convergente en £, es una fancién continua en £, la suma de Ja serie seré una funcién continua en £. Para demostrar esto, consideremos dos puntos cualesquiera zo y 2 del conjunto Z y acotemos | f (2) — f (zq) | del modo siguiente: LF) =F (20) |= [LE (2) Sa (291 + 1S (2) — Sn (200) + LG'n (0) — Ff (20) | ss | F(Z) Sn (2) +] Sn (2) — Sn (20) | =| f (20) — Sn (20) |- (44:7) Seas un ndmero positive arbitrario. Kn virtud de la convergencia uniforme de la serie, existe un NV (s) tal, que para n >> NV (e) y para eualesquiera puntos del conjunto EZ se verifien Ja desigualdad: 1f@Q-Su@l> NV (e). Como la funcidn Sing {z) es con- tinua en el punto z, puede sefalarse un d{e}>>0 tal, que para 19-1199 274 CAP. II] INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS [z—29|<8 (2) (3, 2€ Z) se cumpla la desigualdad [Sng (2) Sing (20) | <-# + (41:10) Hacicndo en (4.4:7) n= y tomando |z—%)|<5(e), en virtud de las desigualdades (4.1:8), (4.1:9) y (4.1:10), obtenemos: |FG@)—f (@o)| N (eg) en todos los puntos de Ja curva L se verifica la desigualdad 1fQY-H@l N (e)), de donde se deduce la relacién (4.1:11). Frecuentemente, cl teorema de la posibilidad do integrar tér- mino a término una serie se sucle aplicar de la forma siguiente. Supongamos que los términos de Ia serie (4.1:1) son funciones conti- nuas en cierlo recinto G y que la seric es uniformemente couvergente en cada conjunto cerrado de puntos de este recinto. Entonces la serie (4.4:1) puede integrarse término a término a lo largo do cual- quier curva rectificable Z situada en cl recinto G. Para reducir este teorema al anterior es suliciente observar que foda curva rectificable L (y, en general, toda curva continua), situada en el recinto G, reprsenta un conjunto cerrado de puntos del § 4. SERIES DE FUNGIONES Y¥ PRODUCTOS INFINITOS 278 recinto. Por consiguiente, segtn la condicién del teorema, la se- rie (4.1:1) es uniformemente convergente en L. In la teoria de las funciones analiticas la convergencia uniforme de una serie de funciones en todo conjunto cerrado y acotado de un recinto @, desempefia un papel muy importante. A semejante con- vergoncia la llamaremos convergeneia uniforme en cl interior del recinto G, distinguiéndola do la convergencia uniforme on el reeinto G. Toda serie que es uniformemente convergente en cl recinlo G, es uniformemente convergente también en tudo conjunto cerrado de sus puntos y, por consiguiente, es uniformemenle convergente cn el interior de G. Lo reciproco, generalmentce, no es cierto, como muestra el ejemplo de la serie geométrica 1--2=-28+ 12.274... En efecto, como se anteriormente, esta serie es convergente en cl cireulo unidad | z | < 1, pero no lo es uniformemente. No obstante, es uniformemente convergente en cl interior del circulo wnidad, En efecto, sca F un conjunto cerrado de puntos del circulo unidad y sea 6 > 0 Ja distancia de ¥ hasta la frontera del recinto (hasta la circunferencia unidad). Hntonees, para cualquier punto 2 € #; se tiene: |z | << 1— 6 y, por consiguiente, d—2 LL 2 to fast... pty L ip 2 < lap EE cay. Evidentemente, la magnitud (1 — 6)" = tiende a cero cuando n—> co y puede hacerse menor que s> 0 para n> N (8). Ash pues, la serie geométrica es uniformemente convergente en cualquier conjunto cerrado F de puntos del circulo unidad y, por consiguiente, es uniformemente convergente en el intesior del cireulo, a pesar de que no es uniformemente convergente on el circulo, Demostremos que para que la serie (4.1:4) sea unilormemente convergente en el interior de un recinlo G, es necesariv y suficiente que para todo punto Z» del recinto exista un cnlorno del mismo en el cual esta serie converja uniformemente. La necesidad de esta condi- cién es evidente, pucsto que si | z — zg |

80 (4.4412) (Aqui se ha formilado la negacién de la convergencia uniforme de la serie (4.1:1) en el conjunto /). De Ja sucesién de puntos {z,} se puede extracr otra sucesién parcial eontenida en la misma {2,-}, que converge hacia cierlo punto ty € F (F es un conjunto cerrado). Como 2, es un punto del recinlo G. segin ka hipétesis, para éste existe un entorno U perteneciente a G en cl cual la serie es uniformemente convergente. Por consiguiente, en todos los puntos de U tcne que verificarse la desigualdad {f@—S@| #0 De la contradiccién obtenida se deduce la jusleza de nuestra afir- macion. Volvamos a estudiar cl problema do la integracion de una scrie a nniformemente convergente de funciones analiticas Bs (2). Fijande un punto arbitrario zp €G, para cualquier curva rectificable +, pertenecicnte a G, que una zy con al punto z, lambién perteneciente a G, tendremos: j j@)da=. 3 5 fa (2) dz, 2 oy Las imtegrales j flaydz y 5 fn(a)dz pueden considerarse como v funciones de 2, generalmente multiformes (véase el ap. 2.7): z 2 fie dz y Vin (2) dz. eo fa Para separar sus ramas uniformes en el entorno U: {2 — a |p de algtiin punto a del recinlo G (se supone que esto entorno junto con su frontera |z—2z,| ==. esté contenido en el recinto ¢), efectnaremas lodas las integraciones desde el punto 2, hasta el punto 2; sobre una misma curva rectificable y, pertenecienle al £4. SERIES Di FUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 277 cecinto G, y luego, desde el punto 2; hasta cualquier punto 2 € U a lo Jargo de curvas rectificables arbitrarias situadas en U, por ejemplo, a Jo largo del segmento rectilineo que uno 2, y 2. Demostremos que, cumpliéndose estas condiciones, ‘a serie oan 3) j fa (3) dz convergeri uniformemente en U, es decir, en un circule 0 i - cerrado arbitrario perteneciente al recinto G En efecto, para el médulo ate t |S § fu cay aa ntl zo se obtiene la cota siguiente: [SH § eee B5 satoyae| +] 5 eval. ntl to med va Rte Pero la serie DV he (2)dz es convergente, y, por consiguiente, para cualquier #20 existe un Wy (e) tal que ate | > § fa (2) @e| << para n> N,(e). ated) ~ Aplicando luego la couvergencia wniforme de la serie 5) fa(2) on a el circulo cerrado |z—2,| Ny (e), me [She |< n+l para todos los puntos de este circulo. Tomando las integrales \ fu (2) de a lo largo del segmento cectilineo que une a y 2, 4 tendremos: nes enw |S Jnw@as|=|§ 3 fue) a] welt eeeee 278 GAP. TH ENTEGRALES ¥ SERIWS DE POTENCIAS Por consiguiente, para n> N (e)= max [M;(e), Nee], en cual= quier punto del circulo [z—~z;|

’ f, (2) es uniformemente convergente en el interior del mismo. T Teorema de Weierstrass sobre las series uniformemente convergentes de funcio- nes analiticas. Si los términos de una serie folQ+ hit... +fa(+..., (4.4:1) uniformemente convergente en el interior del recinto G, son junciones analitieas en este recinto, entonces la suma. de la serie f (2) también es analitica en el recinto G. Ademds, las series WOM D+ +I Oto (4.4218) que se oblienen de la serie (4.1:1) derivando ésta término a lérmino k veces, también convergen uniformemente en cl interior de G y representan en el recinte G las derivadas de k-ésimo arden de la. suma de la serie { (2). Sea zo un punto arbitrario del recinto G y sea y una circunferen- ela de radio con el centro en el punto zp, perteneciente a G junto bn su interior. Evidentemente, es suliciente demostrar todas las proposiciones del teorema para los puntos del entorno U: |2—~29|<-$ del punto zp. Supongamos que § designa ua punto arbitrario siluado en y y que zes un punto arbitrario de U. Hagaimos en (44:1) 2 = € y multipliquemos todos los términos de la serie por (k= 0,41, 2, ...). Obtenemos: AL 7) = yf ho (4.044) 0 Bal Gay Bat ay § 4. SERIES DE FUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 279 Como la serie (4.4:1) converge uniformemente en y y por las hipétesis del teorema i 5 NRE p yeti aa( 7) ta serie (4.1:14) también converge uniformemente en y; por esta razon se la puede integrar términe a término. Resulta: kl Od st il Fn (0) ab “45 ar eae Dar | ett) 7 5 Re 1 Ont (Zaye Como las funciones f, (z) son analiticas en el recinto G, Jas inte- at J JG) ay weales p57 | eee exprecan las derivadas 9 (@) (véase (3.2:7)). rs » 2 Para & = 0 la igualdad (4.1:15) toma la forma ty | ws. =3h =f), ts > de donde se deduce que f(z) representa en U una integral de tipo Cauchy y, por consiguiente, es una funcién analitiea en U Para &>>0, de la igualdad (4.1:15}, obtenemos: a & J 7 ai 3 ia (@. Pero la expresién del primer miembro de esta igualdad representa la derivada de orden & de Ia integral de tipo Cauchy p4 | 1#8 1% y. por consigniente, es igual af" (2). Asi, pues, en el entorno U/ del punto zy se ticne: 5 St te ‘ Ma) = Zi" (o. No queda mas que demostrar la convergencia uniforme de esta serie 0, lo que es lo mismo, de la serie (4.1:15) en este mismo entorno Pero si en py se cumple Ja desigualdad [F()—Sa(Q| N(e). 2a CAP IT INYEGRALES ¥ SERIES DE loTENGLAS entonces para lodos los puntos 2€U y para los mismes valores de mn, se tiene: [2 (tos... : mur dg —aytet : e . ge Como el segundo miembro puede hacerse, evidentemente, arbitra- tiamente pequefio junto con e, Ia dltima desigualdad expresa la convergencia uniforme de Ja serie (4.1215) o de la seric (4.1:13) en U, con Io cual sc termina la demostracién del teorema. Para aplicar correctamento el teorema de Weierstrass es precise recordar que éste se ha enunciado y demostrado para las series de funciones analiticas convergentes cu un rceinto. En el caso do un conjunto arbiteario (no abierto) ésle puede ne ser cierto. Examinemos, ante todo, el ejomplo dado por Weierstrass de um faneién que no es derivable en ningtin punto: cd [(z= >) P cos(a"zn) at {a es un udmero entero impar, 0< 6< 1). Cada término de esta serie es una funcién analitica en todos los puntos del eje read (e inclu- so en todo el plano}. Ademdas, Ja serie es uniformemente convergente en el eje real, puesto que el valor absoluto del término general de La serie |b" cos (a“rm) | no es superior al término b" de la serie geomé- (rica convergente. Sin embargo, la suma de la seric no es analflica en los puntos del eje real, puesto que, como demostré Weierstrass, ésta no es derivable para ningin x. Como segundo ejemplo, lomemos la serie (= aa sen — (4 ae —sen x) = mee } FF 2 laos términos de esta serie son funciones analiticas en el eje real (c incluso en todo cl plano). Ademas, 1a serie converge uniformemonte en el eje real, y su suma, siendo idénticamente igual a cero, repre- senta una funcién analitica. En efecto, la suma parcial _ son ng aaa sen Zr x (= nx son (n—4) sen ( sen z) +... i 4 7 ww supera en valor absolute a 7 de donde se deduce que la serie converge haeia cero y, ademas, uniformemente 44 SERIFS DE FUNGIONES Y PRODUCTOS ENFINITOS 2a Pero derivando término a término, se obtiene la serie cos z- (Cos 24 — cos zr) --.. + [eos nz—cos (m—1) 2] + .- cuyas sumas parciales son: cos @, cos 2a, ...,cosna,... Evidenlemente, la sucesién de estas sur rgente pari todo 2 = 2ka, y para x =: 2kn tiene un limile igual a 1, es deeir, resulta un valor distinto de la derivada de la suma de la serie Basindose en cl teorema de Weierstrass tenemos que sacar la conclusién de que en eslos dos casos no existe un recinto que contenga a los puntos de todo el eje reat o ineluso de alguna de sus paries, en el cual las series dadas fuesen uniformemente convergentes. En case contra- tio, eslos ejemplos estarfan en contradiccién con el teorema de Weicr strass, Fn muchos casos resulta ser Util el siguiente teorema, que permite asegurar Ja convergencia unifovme de la serie en un dominio si ésla es uniformemente convergent en la frontera del mismo. Teorema. Si los lérminos de la serie ¥ fx (z) son funciones v continuas er un dominio *) acotade G y son analificas en el recinio G, entonces, de la convergencia uniforme de la serie en le frontera Y del recinto G se deduce su convergencia uniforme en el dominio C. Demostracidn. Segin Ja hipétesis del teorema, para cualquier £ > 0 exisle un ¥ (g) tal, gue para v > WN (2) y cualquier nimero nalural p se cumple la dosigualdad nkp | & in@l> N (e) y cualquier niimero natural p en todos los 6 puntos dol dominio G, lo cual significa que la serie ¥ fy (2) es uni- 7 formemente convergente en este dominio. *) Recordamos al leclor que un recinto cerrado se Mama abreviadamente dominio. Véaso J. Rey Pastor ?. Pi Galleja,C. A. Trejo. Ana lisis matomatico, Vol. if. § 64-5. (Nuta del 1.) URE GAP. LIL INTEGHALES Y SERIES DE POTENCIAS 4,2. Todo lo enunciado y demostrado en el apartado precedente para las series de funciones uniformemente convergentes se ex tiende inmediatamente para las sncesiones de funciones uniformemente sconvergen les. Una sucesién de funciones {Fa (2), (4.2:1) iofinidas en un conjunto £, se Hama uniformemente convergente en esle conjunto, si para cualquier 2 > 0 se puede sefalar un NV (8) lal, que la desigualdad | Fngp (@}— Fa 2) |< se cumple para cualquier p natural en todos los puntos 2 € EB. Evidentemente, la sucesién (4.2:1) se puede considerar como La sucesién de lag sumas pacciales de la siguiente serie de funciones: Fo (2) + (Fy @)— Fo @)1+ (F2@)—Fi + --- wee LP —Faalalt +: (42:2) por lo cual, es uniformemente convergente en E si, y sdlo si, es uni- Tormemente convergente en £ la serie (4.2:2). Ademas, los términos de la sueesién (4.2:1) son funciones conlinuas y, respectivamente, analiticas junto con los términos de la serie (4.2:2). De aqui se deduce que todas las proposiciones del apartado precedente son aplicables a las sucesiones de funciones. Ion lugar de sucesiones de funciones, frecuentemente, se suele wonsiderar una familia de funciones de cierto parametro t que varia continoaments: {/", (z)}. Supongames que cada una de estas funciones esta definida en cl conjunto £, y que el parametro t, que para preci- sar es real, recorre el inlervalo (x, 6) (B< + 00). Si, para cada e7> 0, es posible sefialar un fh (e)

f (e) y tv! >> B (e) se cumple la desigualdad | Fe (— Fe @) | Ny y para otra sucesién {t;,} la funcién limite es #’ (z), de modo que [F'@)— Fe @) |< + para n> N2, § 4. SBRIES DE FUNCIONES Y PRODUCTOS (NFINITOS 283 entonces, teniendo en cuenta que para todos Jos t» y th, suficien- temente préximos a fp, se verifica la desigualdad e [Fan lQ—Py @l + oo cuando é/-+ ff}, y supongamos que cada arco suyo finito Le: “ecltci< fi, es rectificable. Si @ (2) es una funcién continua, definida en L, entonces Jas integrales de tipo Cauchy Py (2) [28% tar represontan una familia de funciones, definidas y analilicas en cada recinto que no conlenga puntos de la curva L. Supongamos que esta familia es uniformemente convergente en oc) interior de cada recinto que no contenga a Jos puntos de la curva L. Esto se cumplir’, por ejemplo, si la integral | g (¢) df es absoluta- monte convergente, cs decir, si existe el limite Sci 2) | do= £) | do. tig f 19 a Jiva a En efeclo, entonces en cualquier conjunto cerrado acotado E que no contenga puntos de Ja eurva L, tendremos: oa) @-F.@l= O se puede sefialar un B(e)f(e) vy t'>>fi(z) se cumplird la desigualdad |Fe(Q—F.(a|[>N(s) se verifica la desigualdad |Fren (2) — Fa @) |< Gp entomces en este conjunio para los misinos w >> WN (e) se verifica también la desigualdad 1 @) Fas @)—O (2) Fy (|< EM Supongamos, finalmente, que las funciones de [a sucesién (4.2:4), uniformemonte convergente en 2, estén acoladas uniformemente en valor absolulo en E: |Fn@|<4 (#€B), n=0, 1, 2, - Entonces las sucesiones {[/,, (z)]"} (A es un namero natural) vam- bién convergen uniformemente en E. Kn efecto, [Fran (i! Tn GM | = | Fann (2) — Pa AU ney (2) + + LF asp 2)? TF a (2) e+ ee DP 24} | Ne), se tiene HPnen 2) — Pn 2)" | NV; por lo tanto, 1 Fy Bc iP) |b 1M + 1 pan H+ ty Neaedy ox Pero cada una de las funciones F, (2), -.., Fy (2) también esté acotada en valor absoluto en £: (Fi@i arg (1+ en) = Aven ty (t1-+ua)] offs n son convergentes (aqui Arg, [[](t-+vs)] designa ol valor del argu- mento, dado en el primer miembro de la igualdad); por lo tanto, » converge también Ja sucesién (Ul (1+ v)l, y ademas, hacia un limite w que es distinto de cero, es decir, el producto infinilo es convergente. Reciprocamente: si éste es convergente [Ta+o,)=u+0, 1 entonces existe cl limite tim [f] 4+ 4|-= |u| 0, = ¥, por consiguiente, Ia serie >} 1a|41-+v,| es convergonte. Adem: 7 (véase el ap. 3.3 del cap. primero), tiene que existir una sucesion de valores Arg [[] 1-29) = > arg (t-te) + 2rtn = on, 1 t que converge hacia uno de los valores del Arg wu (u, son mimeros = enteros). De la convergencia del producto infinito |[ (1 + v,) sa t 28h LAP ITD INTEGRALBS Y SERIZS OG LOTENCLAS deduce que tim (1 + vx) = 1, por lo cual, para & > Ny se tiene: kava jarg (1+ va) \ 20 | Peet — Ha | Por otra parte, Ling (uss — fx) = 0. De aqui se deduco que los 00 nimeros enteros no negatives | flay: — Ba | Henen que anularse comenzando desde uno de cellos, es decir, ba = Pati metic Por esta razdn, no sdlo es convergente la sucesidn {@, }, sino también Ja sucesion n pn — 27a = 2 arg (1-us)| 2 ws decir, la serie » arg (1 + vx) es convergente. 1 En resumen, ambas series. x In| Fely 2 arg (1 + Ux) convergen, es decir, converge la serie ¥} In (1 + en), con lo cual T se termina toda Ja demostracion. Observando la identidad [[ten) = esp 12 lel tend) ‘sneamos la conclusion, basandose en Io expuesto, de que cuando el producto infinito es convergente, se verifica la igualdad [] Gen) = exp [In (+m). (4.3:1) i remos que oe! producto inlinito 1+) es absoluta- q pl A mente convergente, si es absolulamente convergente la serie Dyn (1 + v,)- Como en una serie absolulamente convergente T se pueden reordenar arbilrariamente Jos lérminos, sin que se modi- fique ta convergencia de la serie y Ja sama, de la formula (4.3:4) se deduce que en un producto absolutamente convergente se pueden reordenar arbitrariamente los factores, sin que se imodifique ta convergencia del producto y su valor. § 4 SERIES DE FUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 289 Observando que Indto)—n—p4 Bec (1-4 ena) y que, por consiguiente, para lly se verifican las desigual- dades =...) ) | ln (1 + vs) | sera con- f 2 vergente cuando, y sélo cuando, sea convergente la serie >) | va |. 7 20 En resumen, para que el producto infinito [] (1 -+ vs) sea abso- 1 lutamente convergente, es necesario y suficiente que sea absolutamente convergenie la sorie S\v,. 1 Sea {vy (z)} una sucesién de funcicnes uniformes y analiti- cas en un recinto G, que no tomen en éste el valor ~1. Si la seria >iIn {1 + vs (z)] es uniformemente convergente en el interior del 1 ea recinto G, entonces el producto infinito TI [i ++ wv, (2)] también converge en este recinto y, por consiguiente, representa una funcién f (2) que no se anula. Segiin la férmula (4.3:4), f (2) puede expresarse en la forma 2 f(@)= exp (3) In[1-+ v4 @)Il (6.3:3) y, per consiguiente, es una funcién analitiea (puesto que la suma de la sorie S)In [1 ++ vy (3)], uniformemente convergente on el interior de G, es una funcién analitica). Demostremos que el producto {1 + vy (2)] es uaiforme- mente convergente en el interior de G, es decir, que la sucesién n (I] 14 + v @)I} es uniformeménte convergente. i _ 1o—£100 290 CAP, Ill INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS En efecto, sea / un conjunto cerrado y acotado de puntos del recinto G, M = max | f (z) | y e un niimero positive arbitrario, menor que MW. En virtud de la convergencia uniforme de la serie Diln (4 + vy (2), se tiene: T |S bU+a@l|N(e), 2G F. nti Por consiguiente, a |1@—[1t+e0cai]=e (33) (3) |= ~|+59( 3) || 1-00 (—3 |< Eat (aie) + J elt +aair tr (air) )=e para n>>N(s) en todos los puntos del conjunto F, con lo cual queda demostrada la convergencia uniforme de] producto infinite. Debido a la desigualdad [In [tf en @)L| <> Lem fs fs ea A & 4 i, <¢(t+g+gt- vn (| <4, 1a serie In UL + oy G)] sera abso- que se cumple 7 luta y uniformemente convergente en el interior de G, si existe una serie convergente >) 2, de términos constantes y posilivos, tal que T | vs (2) | < ea, comenzando desde un valor suficientemente grande k > K, en todos los puntos del recinte G. De aqui se deduce que, para que el producto infinito [t+ sea absoluta y uniformemente convergente en el interior de un recinio G y, por consiguicnie, represente en el mismo una funcidn analitica J (2) que no se anule, es sufictente que desde un valor k > K en adelante, en todo el recinto G se cumplan las desigualdades [en @) | 4 es el indice, comenzande desde el cual todos los términos del producto son distintos de cero, entonces al producto Wes Iamaremos convergenle cuando, y sélo cuando, sea convergente el producto infinilo de factores distintos de cero [] wa. m9 El valor de todo el producto infinito sera cl nimero 0: 2a n nom 1 [[ n= Lim [] z= lim ( tl uty [[ ux) = 0. t neve nb00 10 Veniendo en cuenta esta generalizacién del concepto de producto infinito convergento, se puede enuneiar la siguiente proposicién: Un producto infinito se anula cuando, y sélo cuando, se anula al mehos uno de sus factores. Particularmente importantes son los productos infinitos de la forma [| fx (2), donde /, (2) ( = 1, 2, .. .) son funciones analiticas fs quo pueden anularse en algunos puntos del recinte dado G. Aqui se consideraran tales productos en las siguientes condiciones: a) cada conjunto cerrado y acotado # c G puede contener sola- mente un conjunto finito de puntos én los cuales se anulan las funeciones de la sucesion {/, ()}; b) para cada conjunto cerrado y acotado F C G existe un dime ro natural 7 (F) >> 1 tal, que para k > n (F) ninguna de las funcio- nes f, (z) se anula en los puntos del conjunto F. El lector comprobara facilmente que estas condiciones equivalen a Jas siguientes: a’) el conjunto £ do puntos, en los cuales se anula al menos una de 18 funciones f, (z), no tiene puntos de acumulacién en el interior de G; b’) en cada punto de # solamente se anula un pimero finite de funciones {fx (2)}- Supongamos también que se cumple Ia condicién ¢): la serie co > Anfs (2) converge uniformemente en cada conjunto cerrado y aco- ral mG tado F perteneciente a @. Entonces el producto {| fs @) es nniforme- niFi+e \ 19% 292 CAP, IIT INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS , monte convergente en F, es decir, es uniformemente convergente la n sucesién {[] Jf, (2)] (n> n(F) + 4). net ne) Como la funcién iT fx (2) escontinua en F, estar4 acotada en valor absoluto y, por consiguiente, la sucesién de funciones nF) In@=Te@ Ae también seré uniformemente convergente en F. Resumiendo, de las hipétesis heckas respecto {fy (2)} se deduce que el producto infinito || fx (2) es uniformemente convergente en el interior 1 de G. Por consiguiente, éste representa en este reeinto una funcién ana- litica 1@=[he. que se anula en aquellos puntos de G, y sdlo en aquellos, en los cuales se anula al menos una de las funciones fp (2). § 5. SERIES DE POTENCIAS. RELACION CON Las SERIES DE FOURIER. DESARROLLO DE UNA FUNGION ANALITIGA EN SERIE DE POTENCIAS 5.1. Las series de la forma M+ 84 (2 — 29) + aa (2— 2)? +... +en(s—2)"+..., (5A) donde do, a, ..., @, ..., 29 SON unos nimeros complejos dados, se llaman series de potencias. Estas forman la clase de series de funciones analiticas mds simple y a la vez mas importante. KI siguiente teorema da una idea completa del campo de convergen- cia de las series de potencias. Teorema de Cauchy-Hadamard Se A= lim | @q |. Entonces, si A = 00, la serie (5.4:1) ex convergente en el iinico punto z= 29; si O< A < oo, la serie es absolutamente 1 ; convergente en el cireulo [2 — 29 |< wy y es divergente en el exterior de este circulo; finalmente, si A = 0, la serie es absolutamente conver- gente en todo el plane. sa De este modo, cuando 0<2 A < on, existe un circulo con et centro en el punto z = 29, en el interior del cual la serie es absoluta- mente convergente y en el oxterior del cual la serie es divergente. §5. SERIES DE POTENGIAS. RELACION GON LAS SERIES DE FOURIER 293 Este se llama cfirculo de convergencia de Ila serie de polencias ysu radio R=, radio de conver- gencia de ]a misma. Los casos A = co, y A = Ose pueden considerar como casos limites. En el primero de ellos el circulo de convergencia se reduce a un punto 2) y su radio R es igual a coro. En cl segundo, el circulo de convergencia se oxtiondo a todo el plano, de modo que se puede considerar que su radio es igual a oo. Llamando en los tres casos al niimero A radio de convergencia de la serie de potencias, el contenide de la férmula de Cauchy-Hadamard puede expresarse por la férmula “ 4 Rat. (5.4:2) Esta Gltima se lama formula de Cauchy-Hada- mard. Ho aqui la demostracién del teorema. Consideramos tres casos: a) A= oo, En este caso, para cualquier z+ 29 existira un conjunto infinilo de valores n = ma, para los cuales RE 4 V len! >a * Pero de aqui se deduce que | &n, (2 — zo) | > 1 y en ningdn punto 2 z, se cumple la condicién neccsaria para la convergencia de la serie (5.424): ae ay (2 — 2)" = 0. Por lo tanto, cuando A = o, Ja serie (5.1: the converge solamente on el tinico punto: 2 = 2p. bh Om Acao.T ememoa primero un prints zen el interior del ofreulo ja—agtat y soa l2—s |=, donde O<0 <1 (en el punto z = 2 Te convergencia de la serie es ovidente). Como = > A, todos los valores de Ta, |, comenzando ‘desde 8 Tar- Por esta raz6n, comenzande desde cierto x, los médulos de todos los tér- minos de Ta serie (5.1:1) satisfacen a la desigualdad [an (2 — 2) | <8", [20 uno de ellos en adelante, tienen que ser menores que y como la serie 1+0+...+ 6%+... es convergente, la serie (5.4:4) sora absolutamente convergente en todo punto z situado en ol interior del efreulo |z—2zo1<4. Supongaines ahora que z esté situado en el exterior de este circu- lo. Entonces A> aoa qEaay Ye Por consiguiente, existird un conjunto 294 CAP. HT INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS infinito de valores nm = ny, para los cuales ay i 7 [ang 1>4ser - Pero de aqui,se deduce que | aj, (2 — 29)"* | > 1, es decir, la con- dicién necesaria para a convergencia de la serie (5.4:4): lim a, (2 — 2)" = 0, ne se cumple en ningtin punto que esté situado nose en el exterior del efreulo |z— 2 |< +. ¢) A= 0. Para cnalquier 24 2 y 0<0 <1, la desigualdad Viel<=- se cumpliré comenzando desde valores suficientomente grandes de nen adelante. Por consiguiente, comenzando desde cierto n, los médulos de todos Jos términos de la serie (5.1:1) satisfacen a las desigualdades [a (s— 29)" |< 8", de donde se deduce la convergencia absoluta de la serie (5.1:1) en cualquier punlo del plano. Para las aplicaciones de la formula de Cauchy-Hadamard, en muchos cases suele ser {itil la relacién siguiente: im Yat, Para demostrarla, observemos que nana n Matte +t de donde xe deduce que ny [}+s474 (sar)*4 ves e+ tp y, pov otra parte, Ca at (ae 1) (ee -F2) +], n € Asi, pues, 4 nl. ani wae sa: de donde resulta lo que se afirmaba*) *} En el cap. séptimo obtendremos una refacién de ia cual se deduce que al _ Vina qr gn (len) donde 2, + © cvandy » tiende al intislwo: § 5. SERIBS DE POTENCIAS, RELACION GON LAS SERIES DE FOURIER 295 Aplicando la formula de Cauchy-Hadamard el lector comprobaraé facilmente que los radios de convergencia dé las sories ay Dnt", hy) ye c) t 1 * ae ad) Sat ~bMe: ' 4 ‘ sou iguales a: {, —, 00, 0, respoctivamente. Kn muchos casos resulta convenionte determinar el radio de couvergencia de una serie de potencias mediante el criterio de D’Alem- bert. Asi, en el ejemplo b) el médulo de la razén de un término al ” anterior es igual a (1 + 4) lz] y, por consigniente, tiende al Kimite e | z | cuando n tiende al infinito. De aqui se deduce que la sorie os absolutamonte convergente si | z | <-b y es divergente si 4 ; Rocce 1 |z| =>, es decir, su cadio de convergoncia es iguala >. a Examinemos también el ejemplo de la serie Dar Aqui los coeliciontes a, son iguales a 0 si ns KY, e igitales agsin=#. De aqui que __ ma OF lim V1 Oy lim Va oe Ant reve beveo y el radio de convergencia es igual a 1. ul médulo de Ja razén de un a+: término al anterior es, en este caso, igual a a Y, por consi- guiente, tiende » cero si |z |<< 41, ¥ tiendo al infinito si | z | > 1. De aqui que el radio de convergencia do la serie es de nuevo igual a 4. ‘A continuacién consideraremos las sories de potencias para las cuales R > 0, os decir, A < co. De la igualdad de Cauchy-Hadamard Tim VTe]= n=vco sacamos Ja conclusién de a: para cualquier e>>0 (e< A) len N{e) 5.43) si Row, y lan| N(e) (5.424) si R— oo, 296 CAP. If INTEGRALES ¥ SERIES DE POTRNCIAS En resumen, los coeficientes de una serio de potencias cuyo radio de convergencia sea mayor que cero, crecen con una rapidez ne mayor que una progresién geométrica de razén eG (R 0), puede aplicarse el teorema de Weierstrass del ap. 4.4. Por consiguiente, la suma f(z) de la serie de potencias es una funcién analitica en el circulo. K y su derivada de orden cualquiera & puede obtenerse derivando término a término la serie (5.274): f (= blag + (e+ A. . Qengs (2— 29) + eee tn (a—1) .. (RK A) an (s— zo)" 1. (52:2) Haciendo aqui z=, resulta 7° (@) = hla, de donde , y= FOG) hat, Beem ee) (5.2:3) Evidentemente, las formulas obtenidas son vadlidas también para & = 0, lo cual se obtiene inmediatamente de la serie (5.2:1} para 3 = Zq. Poniendo en la expresién (5.2:1) los valores hallados. de los coeficientes, tendremos: F() =f (eo) + FED eta) LEED cage... (5.24) La serie que figura en el seeundo miembro se lama Serie de Taylor de la funcién f (2). Por consiguiente, queda demostrado- que toda serie de potencias es la serie de Taylor para su suma j (z). Supongamos que las sumas de dos series de potenciag Ag+ Aj (2—29) + Az (2—Z9)* +... + An (3— 2p)" 2... (5.2:5) Bot By (2—2) + Bo(a—40)*-+ 2. + Ba (@— a)" +... (5.2:6), con los radios positives de convergoncia Ry, y Ay, coinciden en un entorno del punto 2, es decir, Ag -+ Ay (2 — 20) + Aa (Z— 20)? 20 = = Bot By (@— 20) + Ba (—%)* + 005 si |s—z|<(r. Designando con # (z) el valor comGn de estas series,. tendremos segin las férmulas (5.2:3): Ag= Bo= F (2), Ay= By =" 0) apo tte ¥ FO (29) nl An= By = gras 298 CAP. I] INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS Por lo tanto, los cocficientes correspondicntes de las series y, por consiguiente, sus radios de convergencia R, y ite, coinciden; las series son idéuticas. Hemos obtenide el teorema de unicidad del desarrollo en serie de potencias *) Toorema. De la coincidencia de las sumas de dos series de potencias en un entorno del punto zp se deduce la igualdad de los coefi- cientes de las mismas potencias de z — 29. En el teorema es esencial que z, es el mismo para ambas series. Sefialemos que este teorema puede enunciarse del modo siguiente: solamente puede existir una serie de potencias de (2 — 2y) gue lenga una suma dada en un enlorno del punta a iste enunciado explica la misma denominacién de] teorema: teorema de unicidad. Como ilustracién de la propiedad demostrada, cxaminemos la forma de las serics de potencias de z que representan funciones pares ¢ impares de z, respectivamente. Sen f (2) = ag + az + aoe? +... + Qna as. upongamos peimoro que f(z) es ma funeién par, es decir, f (—z) = f (2). Entonces, suslituyendo z por —z, tendremos: f (2 = G9 — 413+ age? +... (1) ane" +... Como, por la hipétesis, las sumas de estas dos series coinciden, en virtud del teorema de identidad, resulta: Gn=(—1)"a, (w= 0, 4, 2, -+-)s de donde para n impar Gongs = — Comer, © DEEN Gomes =O (m=O, 4, 2,...). En resumen, si la suma do una serie de potencias es una funcién par, todos los coeficientes de potencias impares de z tienen que ser iguales a cero y, por consiguiente, él desarrollo de f (z) es de Ja forma f (2) = Gg etgt? gst + + am? -f oo Andlogamente, si f (z) es una luncién impar, os decir, ft-a) = = —f (2), resulta que todos los coeficientes de potencias pares de 2 tienen que ser iguales a cero, de modo que el desarrollo de f (z) es de la forma f (2) =ayz bag ... be dameyz?™ EE... Para que el lector comprenda que el teorema de identidad no se puedo considerar por si mismo evidente, enunciemos la propiedad de identidad para las series en Jorma general. Se dira que un desarrollo ) En Jos libros de matomaticas espaiioles suele Hamarse teorema (0 prin- cipio) de identidad. (Nota det 1'.) $5. SERIES DE POTENCIAS. RELACION CON LAS SERIES DE FOURIER 299 en serie AoPo (2) + Aypi (2) + --- b An@n (2) + -- sogin Jas funciones dadas Po (2): Pi (Fo = Pa), --- ‘posee la propiedad de identidad en un conjunto FE, si de la coinci- dencia de las sumas de dos series AgPo (2) Arg; (2) +--+ Ann (2) + + Boo (2) + By: 2) + 06+ + BaQn (A ees convergentes en este conjunto, se deduce la igualdad de Jos coefi- cientes correspondientes: AH Be, ABB, cong Ane Be. Escribiendo la relacién AgPo (z)-+ AsPy z) + +6. + Anta BT = = Boo (a) Bi@s (3) + Bap (2) + - + - en la forma Come (2) + Crp la) + - FEnPn (2) =O, donde Co= Ao By Ci= Ay— By, eee Ca An— Bay voy puede enunciarse la propicdad de identidad de otro modo: los de- sarrollos en series de funciones {@p, (z)} poscen la propiedad de identi- dad en an conjunto £, si de ba anulacién de la suma de Ja serie para todos los puntos z pertenecientes a F, se deduce que todgs los coefi- cientes do la serie son iguales a cero: Gime Clim a ny oo O Como se demostr6, Jos desarrollos en series de las funciones Qn (2) = (2— 29)" (n=O, 1, 2,3, -..) poseen la propiedad de ide dad en cualquier cireulo con e] centro en zp. Tomando, por ejemplo, eo)=4, Gi (h=z—4. pafhaet—s, ...,gn(=aet—2™, resulta que la propiedad do identidad no se cumple en el circulo lz|<1. En ofecto, para la serie Po (2) +: +--+ GR (A+ os euyos coeficiontes son distintos de cero (C(h=C,=Q=... a .-= 1), la snma parcial 0 (2) + Be (2) += n (2) + (2) + Ra) pep (ee) =C,=. 300 CAP. IIT INTEGRALES Y SERIES DE POTENCLAS es igual a 2”, y como para |z| <1: im z” = 0, la serie dada es nse convergente en el interior del cireulo |z |< 1 (y ademas, unifor- momente) y su suma eg igual a cero. De aqui so deduce que, si la serie de funciones {@p {z)}: Aighfo (2) + Aggy (2) + .+ + + AnfPn (2) eee es convergente en el interior del circulo | z |< 1 y su suma es F (2), entonces todas las series (AoA) @o (2) + (As 4-4) G1 +--+ (An +A) Pr) +e donde 2 es un nimero complejo arbitrario, también son convergentes en el interior del circulo [z |<< 1 y poseen una misma suma F (z). En resumen, las sumag de dos series de funciones de un sistema {, (2)} pueden coincidiz, a pesar de que ninguno de los coeficientes de una serie e8 igual al coeficiente correspondiente de la otra. El método de los coeficientes indeter- minados est basado en la propiedad de identidad de los desarro- Jlos en serie de funciones de un sistema dado {¢, (2)}. Si los cocficientes de una serie convergente Age (2) + Arps @) +. -- + Antpa (2)+ ++ « son desconocidos (acoeficientes indeterminados») y si mediante ciertas operaciones efectuadas sobre esta serie y unas series dadas, resulta una relacién de la forma Compo (2) + Crp (2) ++ - -- 4 Entpn (2) +--+ = 0, cuyos coeficientes representan unas combinaciones detcrminadas de las ineégnitas Ao, Ai, .--, Ap, -.. y otros nimeros dados, enton- ces, segin la propiedad de identidad se obtione un sistema infinite de ecuaciones: Co=0, C,=0,.--, Cr=0,-.- Este ultimo sistema puede servir para buscar los eoeficientes Aq, Ay, .--, Ag- En adelante emplearemos este métoedo para dividir las series do potencias. En el caso mas sencillo, cuando las series de potencias (5.2:5) y (5.2:6) se reducen a polinomios Ag+ A+... Anz” y Bot Bet... + Bn, para aplicar cl teorema de identidad no es nécesario que se sepa que los valores de estos polinomios coinciden para todos Ios puntos 2 pertonceientes a cierto circulo. Si se conoce que los grados de los polinomios no superan a cierto niimero natural V (nxn < Nym< N), entonces, de la coincidencia de los valores de los polinomiosen N + 4 4 5, SERIES DE POTHNCIAS. RELACION CON LAS SERIES DE FOURIER 301 puntos distintos se deduce que los grados do estos polinomios son iguales (n = m) y que los coeficientes correspondientes son iguales dos a dos: Ap= By A= By +... An=Bn- Para las series de potoncias (que en cierto sentidy pucden consi- derarse como un género de «polinomios de grado indefinidamente grande») se puede deducir Ja igualdad de los coeficientes solamente cuando coinuciden las sumas de las series en un conjunto infinito de puntos, No obstante, no hay necesidad de que se sepa que coinci- den las sumas de las series en todos los puntos de cierlo cireulo {precisamente esto so suponfa cuando se demostraba el teorema de identidad para las series de potencias). Es suficiente saber que Jas series (5.2:5) y (5.2:6) coinciden en un conjunte de puntos con el punto de acumulacién 25 (per ejemplo, en el conjunto de puntos 2, = 29+ ta = 4,2,3,.. ») - Precisamente, subsiste el siguicn- te teorema, que os una generalizacién del pripcipic de identidad domostrado, Si las sumas de dos series de potencias Ag+ Ay (2— 20) +. 4+ An (2—29)" +... Bot By (2—%) +... + Bn (@— 4)" ++... coinciden en un conjunto de punfos E, para el cual z» es un punto de acumulacién, entonces los coeficientes de estas series son iguales entre si, es decir, Ap= Bo Ay= By ..., An=Bp, «.. Demostraci6n., Sea {zn} alguna sucesién de puntos del con- junto £, distintos de 2, convergente hacia z: Lim gn = Zp. De Ja subsistencia de la igualdad m“ Ag+ Ar Gn —2o) +.A2 (@n — 2g)? +... = = Bo+ Bs Gn — 2%) + Ba (int)? 4-0-2, (5.227) para cualquier x (n = 1, 2, 3, ...), y teniendo en cuenta que la suma de la sorie de potencias es continua en el interior dol cireulo de convergencia, sacamos la conclusién de que Ag = lim [4o-+ As (n— 20) + Ag (an — 29)? + 2 f= = lim (Bo + Bs (, — 20) + Ba (tn —)* + «1 = Bo, 302 CAP, J INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS oO sea, Ay = Bo. De aqui se deduce que Ay (2 25) + An Bn — 0)? oo = By (En — 20) + Ba (Bn — 20)? oes para z= 4, 2, 3, ... Y como 2, 36 25, Tesulta Ait Az Ga 24) + +. = Bit Bs (Za 20) +--+ para cualquier n. Pasando de nuevo a limites para n —> co, obtenemos: Ay= By. Supongamos que, en general, ya se han demostrado las igualdades Ap= Bo, Ay= Ba, wee, An= Bae Entonces de Ja igualdad (5.2:7) se deduce que para cualquier 7 (a= 1,2. 3, @-.) Ajay (2n— 20)! + Anya (Bn — H)F+. = Bras Bu— 2)? + Base (En ao)"F + o o bien, simplificando por (2, — z)"*? = 0 y pasando a limites para n—> 00, Ans; = Bayt. Con esto el teorema queda demostrado. 5.3. Cerciorémonos de que la serie de potencias puede considerar- se como cierta analogia de la serie de Fourier para la funcién f (2). Con este fin, observemos que las potencias (z — 25)” paseen la siguien- le propiedad de ortogonalidad en cada cir- eunferecia |z—2 |= p: { (2 -2)"@—m)"d0=0 para nm. (5.3:1) a En efecto, haciendo z= z+ pet®, tendremos: (2— 29)" @—H)™ HMMM Y, por consiguiente, aa ee aman Peter cindde 2 a —p™ (2— 20)" (2-2) dO = 0! [Soa ‘ 1 Supongamos que p salisface a las condiciones: 0

nGirq (3— 29)" (E— By” dO == a) n ta 7 -_ Db) tiem | 2)" Gay" db = 3} an|%02. k,ym=0 1 (Todas las integrales, correspondientes a k>£m, son nulas) En resumen, 2 n n ax | | Bene—a9"f a0= Sy fan tp 0 o Suponiendo aqui p< R, pasemos a limites para n—>co. Como la sucesion 121 Gm (z—20)"| oMa 304 GAP, I INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS esta formada por funciones continuas y es uniformemente convergen- te on la circunferencia |z —2)|=, la sucesién de funciones a continuas {| Dla, (¢—z)™|} seré uniformemente convergente 7 en la misma circunferencia (véase la observacién al final del ap. 4.2). Por consiguiente, es posible el paso al Iimite bajo el signo integral (correspondiente en el caso de las series a la integracién término a término), obteniendo: ax ae | |F Got pet) |* a0 = uv anon lin ft J | > an (e— aay a8 = Kim py | Gm Pp". Ne+00 2 De aqui se deduce, en primor lugar, que la serie >} |a,, [29 T 23 convergente y, en segundo lugar, que su suma es igual a la x intogral A J jf (a) Pao: . on 1 Qa Diempor— se | 1/ Go pe!) |? ao. (5.334) 0 oO Esta relacién es andloga a la igualdad do Parseval en Ja woria de las series de Fourier. De la relacién (5.3:4) se deduce que la inte- gral on Be Sif Got pe) (720, a quo representa el valor medio del cuadrado del médulo de la fun- cién analitica f(z) en la circunferencia |z—zo|/=p, es una fun- cién no decrecionte de p. Por consiguionte, siempre existe el limito (finite o infinite) on al jim =— + pe®®) |? dO. dim gx {17 pe) | Transformemos la expresién (5.3:2) de los cocficientes de Ja serie de potencias. Con este fin, hagamos £— z= pe‘*, entonees tendremos: on On = sai | f (Gp et? ad. (5.3:5) 45. SERIES DE POTENCIAS, RELACION CON LAS SERIES DE FOURIER 305 Por otra parte, segin el teorema integral de Cauchy: an J #@G—ay™de—=0 (m1), o bien, " 20 J ft (0) p™tet dm—1) Spiel do = 0, 3 y, finalmente, of o=543 | f(t da (> 1), (5.3:6) a Sumando y restando (5,3:5) y (5.3:6), obtenemos: 2a J /@)sonmOd0 (m4). (5.3:7) a ox On = j f (2) cos mo do= — 3 Sea tins = On + iB ¥ f= H(p. 8) +H (P.O); enlonces de las f6rmulas (5.3:7) hallamos: ox tn Pm =— | wip, 8) cosmo =. [ »(p, 6) sen m0 dd, “4 "3 (n> 4) ei 5 eS (5.338) P"Bn => |v (p.0) cosmo ga = — +. ‘ u (p, 0) son nid dO, b 0 Ademas, la S6rmula (5.3:5) para m=0 daz 1 an 1 2m oy =e | 1(0, 848, Bo= ge | v(p, 0) a8. a 0 De aqui se deduec que los ntmeros 2, ("chy ¥ — PB (m= 1, 2, .-.) son los coeficientes do Fourier de la funcién u (p, 0)= Re f (2+ pet?) y Jos mimeros Bo, p™ Bm ¥ p™c&m, Los coeficientes de Fourier de la funcién v(p, 8) =Im f (zg + pet). En otras palabras, las funciones u(p,9) y v(p, 8) poseen de- sarrollos dé Fourier coujugados: oo up, 0) ~ a+ 3) p™ (a, cos mb— Bp: sen mB), 1 . © (p. 8) ~ Bot > Pp" Gn Gos MA) + cm Sen mA). 20-1199 306 GAP. IIL INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS Separando las partes real e imaginaria on Ja serio de potencias J o-+ pe!®) =u (p, 8) + tv (p, 0) = = Di am (2 — 20)” = >) (Gm + ifn) p™ (CoS mO + é sen m0) 0 « resullan estas mismas series: 16 (p, 8) = a + SY (cep €03 128 — Pp son m0), é (5.3:9) v(p, 0) — Bot a (Bmp cos m0 -+ ap" son mA). Wn resumen, das partes real e imaginaria de wea serie de poten- clus son lus series de Fourier para las partes real e imaginarla de su suma. Estas series son cunjugadas entre si. Demostremos también cémo se puede obtener de la tguabdad igualdad de Parseval para las funciones u(p,0) y 2 (p, 0). rvando que Lf (Za pet?) |? = Ju, OPE fe (gr, OL representemos (5.3:4) en la forma on tn °° xs le (p, Ont a+ a | Te (p, 8)|? dO = >} | am [2o#”™. (5-3:10) i i 7 Por otra parte, ficilmente se puede obtener mia relacion que exprese 2x 2a la diferencia de las integrales = | (ue (p, 8240 xs [v(o, OF 20, a u si reeordamos que ka media aritmética de Jos valores que toma Ia Tuneién analitica [f (2.4 pet®)|* en da circunferencia |z—29|=p, tiene que coincidir con sit valor en el centro de la circunferencia (ap. 4.2): ss ie J 1 0-4 pe!) ad = LF (zo), (5.3:11) i Observando que Lf Go = pel) P = [u(, OP — Tv (o. 0) 4? 4 2ite (p, 8) v (p, 8), If (20) I# == ay = ce — Bi 2éctafhos y separando las partes reales en la igualdad (5.3:14), oblenemos an 2a = i le (p, ee da— st j [v (eo. Pd =ak—PR. (5.3:12) a §5. DESARROLLO DY UNA FUNCION ANALITICA EN SHRIE DE POTENCIAS 307 Sumando y reslando término a término (5.3:10) y (5.3:42), hallamos: ax a 3 Ef (p, OF do =o — B+ SY | ame Pot = 2ee8 + DY oo + FR) pM, an ey an +f ie, 91240 = p32 +S an [P02 ~ BED) Gh +h) 9? u 0 1 Evidentemente, las reJaciones obtenidas representan las igual- dades de Parseval para las funciones u(p, 0) y v(p, 0). 5.4, En el ap. 5.2 se obtuvo la expresién de los coeficientes de una serie de potencias mediante las derivadas de su suma en el centro dol cireulo de convergencia K: (o=U, 1.2, 0.2). an nt Pero en el ap. 3.2 se vio que para cualquier p,0 La serie que figura en el segundo miembro puede obtenerse integrando ° término a término Ia serie Smog a Sat AV Boyie zag la cual cor verge uniforniemente en la circunferencia y: | & — 35 | = p, si 2 es un punto fijo situado en of interior de y. En efceto, para el médulo 310 CAP. 11] INTEGRALPS Y¥ SERIES DE POTENCIAS del término general de la serie se tiene la cola: Lay (z—29)" 1 Mie) zy | \n at 1 ESayert [ se tiene, (Ln aj) = (—4)2 wean! + Ys por consiguiente, el desarro- Ho de In z en serie de potencias de z — 1 tiene la forma * en ayih Ing = 3) SAEs ety, @ hien Inz= 3 ness, . La distancia A desde cl punto z, = 4 hasta la frontera del recinto G os igual a uno. Debido a esto, el desarrollo obtenido puede ulili- zarsée para |z—1| <1. Sustituyendo aqui 2 — 4 por z, se obtiene la serie de potencias para In (1 -- z) que es convergente para | 2 |< <4: in A+ 2)= Fay (ja OTM TEED hg ety, D ca Esta es]a serie binémica, establecida aqui para cl caso mas general, cuando el exponente de la potencia cs un nitipero complejo arbitrario. § 6. UNICIDAD. A-PUNTOS DE UNA FUNCION ANALITICA, 7 PRINCIPIO DEL MODULO MAXIMO. PUNTOS SINGULARES DEL BLEMENTO DE UNA FUXCION ANALITICA 6.1. Enel ap. 5.2 se demostré el teorema que expresa Ia propiedad de identidad de los desarrollos de potencias de z — 29, donde zy es un nimero complejo dado. Este teorema afirma que si las sumas 316 CAP. 1 INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS de dos series de potencias tales coinciden on un conjunto de puntos E, para el cual zy es un punto de acumulacién, entonces los coeti- ciemles respectivos de las series son iguales. Luego, de aqui se deduce que coinciden también los circulos de convergencia de las dos series y que las sumas de las series son iguales entre si en todo el circulo general de convergencia. En otras palabras, la suma de la seric de potencias queda determinada univocamente en todos los puntos del cireulo de convergencia, si se conocen sus valores en algin éonjunto de puntos que tenga un punto de acumulacién enel centro del cireulo. fin vista de esta propiedad de las sumas de las series de potencias (que en cireuloe de convergencia son [unciones analiticas uniformes), hagamos la siguiente pregunta general: {Se determina completamente una funcién uniforme f (z), avalitica en un recinto @, por sus valores dados en un conjunto arbitrario Z que tenga en este recinto al menos un punto de acumulacién? En otras palabras, jcoincidiran en lodo el recinio G los valores de dos funciones uniformes y analiticas en este recinto, f (z) y @ {z), si éstas coinciden en un conjuntu de puntos E de este recinto que tiene en este ultimo un punto de acumulacién? Ll teorema que sigue da una respuesta afirmativa a esta pregunla. Teoremainteriordeunicidad. SeaG un recinto, en el cual estan definidas dos funciones f (2) y @ (2), uniformes y ana- liticas en todos los puntos de G. Supongumos que estas funciones cainet- den en un conjunto de puntos E (E — G) que tiene un punto de acimu- lacién zo, perteneciente a G. Enionces f (2) y ¢ (2) coinciden en todo el recinto GC. Demostracioén. Sean Ag+ Ay (e— 4%) +--+ + An (2—29)"+... Bo+ By (2 — 29) + + By (2—2)" + las series de potencias que representan f (z) y & (2) en un entorno jz— 2) |

1, se dice que es multiple. En virtnd do la definicién, el A-punto simple se earacteriza por las relacio— pes: L@)=A yf (2) #0; j y el A-punio maJtiple de orden #, por las relaciones: Fo) =A, f' (oq)=- 0, .. 2 JPY (zQ) = 0, 1) (ay) HO. De la igualdad (6.4:2) se deduce también que siz es un A-pun= to de orden fA. la fimcién g (2) = ie "7 es analitica én un entorno- zo § 6. PRINCLPIO DEL MODULO MAXIMO. ato del punto 2p: : $049 (39), EPL (aq) @()— Sp + ap oo) +e y su valor en el punto zp es diferente de coro: ts (a) =O 0, si se sabo que para cierto natural & la fon~ Reeiprocamente: A es adlitien en un entorno del punto zp. y su valor en el punto 29 (definido como lim sel ex diferente de cero, entonces 2) es un A-punto de /(z) de orden &. fEn efecto, de la relacién =P (2) Hay § On (E— 44... (x == @ (20) 0). 86 deduce que JL (2) = At ay (2 —2p)" + yyy (2— 29)" 4- en un cntorno del punto zy y, por consiguicnte, I 4=fed, m= O26 ys ademas, (para de> 1): f(a) = 02. =f (%) = 0. Sea de nuevo F un conjunto cerrado arbitrario de puntos del ri lo G; calenlemos la cantidad de A-puntos de la funeidn {/@sA, pertenecientes a #, contando cada uno de ellos tanlas veces cuanto indique su orden de wultiplicidad. Como en¥ hay un namero finite de A-puntos y cl orden de multiplicidad de cada uno de ellos también es finito, el resultado del cdleulo seri un nimero finite. Todo le dicho respeclo de los A-punlos eg aplicable, indudable- mente, al caso particular importantisime on que 4 = 0. Los 0-puntos de la funcién analitica / (2) se Haman, abreviada- mente, ceroas dela misma, El lector comprobaré Meilmente que Jas definiciones de ordenes de multiplicidad de los ceros de un poli- nomio o, en general, de una luncién racional arbitraria, admitidas. en el algebra y utilizadas aqui ene! ap. 4.1 del segundo capitulo, concierdan con las definiciones generales dadas anteriorm Obsérvese que, para todo A 34 00, los A-puntos de la fincis f (z) son ceros de la funcién f {z) — A. Por esta razon, cualquier ley general establecida para los ceros de las funciones analitica ibsiste también para los A-puntos de las hunciones analiticas, donde A es un mimero complejo arbitrario. B20 CAP. IIL INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS © Demostremos que si ef conjunte de todos los ceros (respectivamente, los A-puntos) de una funcién uniforme analitica arbitraria no es jinito en un recinto dade G, entonces éste es un conjunto numerable. Iin otras palabras, todos Jos ceros de una funcién uniforme y analitica en un recinto dado pueden numerarse y colocarse en forma de una suce- sidn: Bia Bay eee ay Como se sefialé anteriormente, osta sucesién no tienc puntos de acu- mulacién en el recinto G y, por consiguiente, todos sus puntos de acumulacién son puntos frontera para G. Para demostrar que el conjunto de los ceros de una {uncién anal tiea es numerable (si este conjunto es infinilo), cxaminemos primoro el caso en que G sea todo el plano finito. Entonces en el efreulo | 2 |< <1, y también en los anillos: fc [el<2, 2c |z[/<3,...,mc[zj ro (re, 1), no serén vacios. Cada punto 2 €G@ oe MO 0 2 pertenece a todos los F,, comenzando desde uno de ellos (es suficiente tomar < p. donde p es la distancia desde s hasta la frontera del recinto G). Finalmente, cada uno de los conjuntos F,, siendo un conjunto cerrado de puntos del recinto G (cada punto de acumulacién del conjunto F, es también punto de acumulacién para G; ademé: Ja distancia desde este punto hasta la frontora del recinto G no os § 6. PRINCIPIO DEL MODULO MAXIMO 324 4 - “ menor que —, por lo cual éste pertenece a G y a F,), contiene sola- mente un nimero finito de ceros de la funcién f (z). Numerando primero todos los ceros pertenccicntes a Fy, y continuando después la numeracién de los ceros pertenccientes, sucesivamente, a FP, —~ Fy, Fy —F. .- +, Faas — Pa: ---) obtendremos una sucesién {z,}, que incluird a todos los ceros de la funcidn f (z) pertenecientes al recinto G. Examinando la serie de potencias F(2) =a +a 6— 4) +--+ e—ae)* + se obliene inmediatamonte la respuesta a la pregunta: ges el punto dado Zz) un cero de Ja funcién f (z) o no? Si 2, es un cero, el mismo examen indica el orden de multiplicidad del mismo. Mas, por esta serie no se puede saber inmediatamente si f (z) posee ceros distintos de zo, donde estiin estos ceros y cuales son sus érdenes de multiplici- dad. Es suficiente recordar el ejemplo de la funcién sen z, representa- da en todo el plano por la serie de potencias convergente 28 2 sen Z=z—ap-+ap—.-- De este desarrollo se ve que sen z posee un cere simple en el ori- gen de coordenadas. Sin embargo, del mismo desarrollo no se ve directamente que sen z posee ceros simples en todos los puntos de la forma kx (k es un niimero entero) y que, ademés de éstos, no existen otros ceros. Un medio de representacién de las funciones analiticas que permi- te revelar todos sus ceros pertenecientes al recinto dado, son los productos infinitos. Supongamos que {f, (2)} es una sucesién de funciones analiticas en un recinto G, que satisfacen a las condiciones sefialadas en la pag. 291, 0 sea: a’) el conjunto de Z-puntos que son ceros de las funciones fi @), -- + fa), -- no tiene puntos de acumulacién on el interior de G b’) cada uno de los puntos de Z es un cero solamente para un conjunto finito de funciones {fa (z)}. En estas condiciones, todo conjunto cerrado F C G contiene sola- mente un niimero finito de puntos de & y existe un nimero natural x {F) tal que fx (2) no se anula en los puntos del conjunto F, si k > nF). 20 Supongamos ahora que la serie Bis In [f, (2)] converge unifor- ny memente en cada uno de tales conjuntos ¥. Como ya se sabe, de 11199 322, CAP. Li INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS aqui se deduce que el producto [| fs (2) es uniformemente convergente 1 en el interior del recinto G y, por consiguiente, representa en el mis- mo una funcién analftica f (2). La funcién f (z) se anula en aquellos puntos, y sélo en aquéllos, en Ios cuales se anula al menos una do las funciones fx (2), es decir, en los puntos del conjunto EF. Obsérvese que, siz, € E y la suma de los érdenes de multiplicidad de este punto, considerado come un cero de las funciones Tespectivas fax (2) (hk = 1, 2, ...), €8 %, entoncos 2) es un cero de orden cy de la funcién f (2). En efecto, si ny > 1 designa un mimero natural tal que ninguna de las funciones /, {z) se anula en el punto zy para k > > Mg, entonces, representando f (z) en la forma o ia=The) oll, 0, no nos convencemos de que {l fx (@) es una funcién analitica que posee 1 oo un cero de orden qo, en el punto zo, mientras que [| fs (2) esuna funcién oe ni analitica que no so anula on este punto. De aqui se deduce que Zy €S un cero de orden a» de la funcién f (z). Cuando los ceros de cada funcién f, (2) son conacidos, por ejemplo, cuando f, (2) tiene la forma Th (2) = (2— 22) Be (2), donde gq (z} e3 una funcién analitica que carece de ceros, el desa- rcollo de f(z) en el producto infinite . f@=Hi (@—) ga @)] da la posibilidad de percibir todos los ceros de la funcién f (2) por- tenecientes al recinto G, y establecer sus érdenes de multiplicidad. Estos érdenes coinciden con las cantidades de nimeros zy, iguales entre si, que figuran en distintos factores del producto. 6.2. Demostremos el principio del médulo m ximo de una funcién analf{tica en su forma defi- nitiva: el médulo de una funcién } (3) que es analitica en un recinto G y no es idénticamente constante, no puede alcanzar et mévimo en ningun punto del recinto. videntemente, el principio andlogo para el médulo minimo de una funcién analitica f (2) no subsiste, puesto que el médulo aleanza el minimo en cada cero de la funcién. Del principio del médulo maximo se deduce, sin embargo, que el médulo de una funcién analiti- § 6. PRINGIPJO DEL MODULO MAXIMO 823 ca f (2) 6 const no puede aleanzar el minimo en ningén punto del recinto que no sea un cero de la funcién f (z). En efecto, si f (29) + 0, entonces como la funcién es continua, se verifica también la desigualdad f (z) 34 0 en cierto entorno U del punto 2, perteneciente al recinto G. Por consiguiente, en este entorno la funcién @ (2) = j@ ° analftica y no idénticamente igual a una constante; por eso cl médulo de ¢ (z) no puede aleantae el miximo en el punto zp. Volviendo a Ia funcion f (2) = obtencmos q aa" gue cl médulo de 7 (2) no ticne minimo en el punto zo. He aqui dos demostraciones distintas del principio del médulo maximo. 4. Demo strando el teorema por el método de reduccién a lo absurdo, supongamos que en cierto punto 2,€@ el médulo de la funeién aleanza el maximo. Hagamos | f (29) | = M; emtonces, on un entorno Uy suficientemente pcequeiio del punto zg: | f (2) |< M. Podemos suponer que AZ 5 0, pues en caso contrario seria f (2) en todos los puntos de Uo, de donde se deduciria que f (2) = contra de la hipétesis del teoroma. Demostremos que en todos los puntos de U se verifica la ignaldad 17 @ | = A. Suponiendo que en un =“ a | €U, |4 —r2l= en =6>0, |f (1) |< M, para Ja integral = =f f G@p + be!) dd se tendrja la acotacién a 1 | ape | fot de!) a0] < a7, 0 puesto que en la circunferencia | z — zo | = 6 tieno que existir un arco que conticnc a 2, y en cuyos puntos | f(z) |< M. Pero esta acotacién contradice a la igualdad (véase (3.1:6)) on M=|flol=|ze | 4 Go+ be") a0). 0 En resumen, de la hipétesis admitida se deduce Ja exjstencia de un entorno del punto 2 en el cual el médulo de Ja funeién conserva un valor constante. Si f (2) = u (x, y) + iv (x, y), en todos los puntos de Uy se tiene: 1/@)P=w+ =a, © bien, derivando respecto de x e y: aw uMtsvH oo, ue pao ate oat CAP. IIT INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS Como M0, las funciones uv y v no se anulan simultdneamente en Jos puntos de Uo; por esta razén, el determinante de este ultimo sistema es igual a cero: Aplicando las ecuaciones de D’Alembert-Euler, obtenemos do aqui du \2 2 ae, que ($2) (2)? =0 y, por consiguiente, BaF =0; erevire tud de las mismas ecuaciones, ws ge =0. Por lo tanto, u(z, yes, vie, yen y F(Z) =C,+iCz on Uy. Segiin el teorema de unicidad, esta altima igualdad se verifica en todo el recinto G, lo cual contradice a la hipétesis del teorema. Asi, pues, el principio del médulo maximo queda demostrado. I]. Para la demostracién se puede utilizar la representacién de la funcién analitica en serie de potencias *). Supongamos de nuevo que | f (2) | aleanza el m4ximo en el punto 29: | 7 (29) | = M. Igual que anteriormente, se puede suponer que Mf =< 0. Desarrollemos f (z) en serie de potencia de z — zo: F@) ag bay (o— 29)” + tyes (2—2Q)** > donde |ao|=I[f(z)| = M, | ap | 4 0 (p > 1). Debido a la hipdtesis, en cualquier entorno Uy suffeiontemente pequefio del punto zy se verifica la desigualdad jf (z} |< M. Tomemos un punto u€ Ug, distinto de zy y situado en uno de los rayos: Arg [ap (2— 20)"] =Arg ao, es decir, Arg (2 —%) = + Arg £0. (el nimero de tales rayos es igual a p). Entonces, los vectores que ropresentan dy VY &p(Z-—29)" son paralelos y Levan una misma direceién, de donde \@a+ ap (2— 20)" |=| 40/4 | ep (5 — 20) |. Supongamos gue z esté tan préximo a z, en el rayo elegido que 1 | a pgs (Z— 20) + pas (20) -+ 0 |< Z| Z— aol”. *) En la pég. 308 ya so expuso una demostracién de éstas. § 6. PRINCIPIO DEL MODULO MAXIMO 325, Entonces, en todos los puntos z de éstos (arbitrariamente préximos a 2) tendremos: | FG) |= Ye ery (2 — 20)" Pps (2a) | [yt ap (2—t)”| [apes (2a) eo dss = ||| @p (2 —z0)"1— Lane 22! > |ao| + [ap (@— 2)" |>> || =. Pero esto contradice a la hipétesis; por consiguiente, el principio del médulo maximo eg justo. Supongamos que f (z) = const es continua en el dominio @ y es analitica on el recinto G. Entonces su médulo, siendo una funcién continua en G, tiene que alcanzar su extremo superior en cierto punto téG. En virtud del principio del médulo maximo este punto no puede pertenecer al recinto G; por consiguiente, es un punto frontera del mismo. En resumen, cl médulo de una funcién f (2) = const, continua en un dominio y analitica en su interior, alcanza el valor maximo en un punto frontera del dominio. Supongamos que para una funcidn f (2) 5 const, continua en el dominio G y analitica en el recinto G, su médulo | f (z) | conserva un valor constante en la frontera de este dominio. Demostremos que de aqui se deduce que f (2) posee al menos un cero en el interior de G. Si esto no fuese asi, el médulo | f (2) | no s6lo no podria tener maximo en los puntos interiores del dominio sino tampoco minimo. Por eso, siendo una funeién continua en el dominio G, el médulo [Ff (2) | alcanzarfa sus valores m4ximo y mfnimo en los puntos frontera del dlominio. Pero en estos puntos, segin Ja hipdtesis, éste conserva un valor constante. Por consiguiente, sus valores maximo y minimo en el dominio G son iguales, es decir, | f (2) | = const en el dominio Gy, por lo tanto, la funcién | f (z) | aleanza el maximo en todos los puntos del dominio G, lo cual es imposible si f (2) s& const. Asi pues, el recinto G contiene al menos un cero de la funcién f (2). Aplicando la proposicién que acabames de demostrar, se demucs- tra facilmente el teorema do existencia de ceros de cualquicr poli- nomio de grado no menor que el primero (el denominado teorema fundamental del algebra). Sea P (2) un polinomio de grado n: P (2) =ag--ayz+... +a," (@n49, n> 1). Si ag = 0, entonces P (0) = 0, es decir, el polinomio tiene ua cero en el origen de coordenadas. Si a) 34 0, entonces P (0) + 0. Considercmos el conjunto Z de puntos del plano, para los cuales | P @) | <2 | @ |. Esto conjunto no es vacio (puesto que zs = 0 € £) 326 CAP. TIL INTEGRALNS Y SERIES DE POTENGLAS y esl acolado (puesto que para valores de | z | suficientemente gian- des, cl médulo | P (z) | es arbitrariamente grande y, en particular, es mayor que 2 | a, |). Ademas, debido a la continuidad del médulo | P () |, el conjunto £ cs abierto (en cada punto zy) C #, | P (9) | < <2|4o\, y, por consiguiente, existe un entorno del punto zy en el cual | P (z) [| <2 | ap |; de este modo, este entorno pertenece a £). Finalinente, en los puntos frontera del conjunto £, se tiene: | B (2) | = 2 | ay | (si € es un punto fronlera de #, entunces en él | P (| > 2 [ey] y, por otra parte, ¢ es un punto de acumulacién para los puntos de £, en los cuales | P (z) | < 2 | a, |, por lo tanto, LP (0) | <2 'aq |; asi, pues, | P (6) |= 2 | a |). Cualquier con- junto abierto represcnta un recinto o se descompone en recintos separados. Aplicando a cada recinto la proposicion demostrada anteriormente, obtenemos que cada uno de ellos tiene que contener al menos un cero del polinomio P (2), Por lo tanto, queda demostrada la existencia de un cere al menos de P (z) on el plano z. A la vez, empleando los razonamientos conocidos (aplicando. el teorema de Rézoul}, se demuestra también la existencia de # ceros del polinomio (entre los cuales puede haber multiples). fn relacién con la demostracién expuesta del teorema fundamen- tal del Algebra, examinemos el conjunto £, de todos los puntes del plano z en Los cuales se verifica la desigualdad |\P@|> p. En efecto, suponiendo que en cierto punto z,, exterior al conjunto £p, se verifica la igualdad | P (2) |= = p (la desigualdad | P (a) |

p. La frontera del conjunto Ep, es decir, el conjunto de todos les puntos del plano que satisfacen a la condicién \P(@)|=p, se llama Lomniseata. Designando los ceros del polinomio P (z) mediante 2, 23, . - +) 2, (los ceros multiples se escriben aqui tantas veces como sean sus 6rdenes de multiplicidad), se puede escri- bir P (z) en la forma P (2) = an (2— 4%) 06. (2— Bn) por consiguiente, la condicién que define Ja lemniscata toma la forma siguiente: Pp n Tent Asi, pues, la lemniscata puede definirse como el lugar geométrico de puntos del plano para los cuales el producto de las distancias hasta n puntos del plano 4, . . ., 2, (algunos de estos puntos pueden coincidir entre si) es una cantidad constante. Los puntos z,, ..., Z, que figuran en esta definicién (los ceros del polinomio P (z)), se Jaman focos de la lemniseata, yolnimeror, radio de la lemniseata;lacurva misma sc lama lemniscata con x focos de radio r. Cuando rn = 1, resulta el caso particutar mds sencillo: afar [z—%|--- L—3_ |= evidentemente, ésta es una circunferencia de radio r con el centro en el tmico foco 4. Si zn=2 y 2,54 %, resulta una lemniscata con dos focos: Jz—2,||z—z,Jor°. 328 CAP. II INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS La forma de ésta deponde de la razén del radio ra la distancia | 21 — 2 | entre los focos. iin la fig. 58 esté representada una lem- niscata con dos foces para los siguientes valores de esta razon: r 4 Po. 4 r Ve Viqeal Se Yaaro a: Vae 0, so puede sefialar una lemniscata A tal, que en el e-entorno de cada punto del conjunto I siempre existiran puntos de la lemniscata A, y ademds, cada punto de la lemniscata A estard situado en el e-entorno de un punto correspondiente del conjunto F. En otras palabras, fas fronteras de cualesquiera recintes simplemente conexos pueden aprocimarse con lemniscatas con una precisidn arbitra- ria. Observemos la variacién de una lemniscata con xn focos 7, Bg, » ++, 2,, ¢a dependencia de la variacién de su radio r. Para fijar ideas, supondremos que todos los puntos z;, z2, +, %, son distintos § 6. PRENCIPIO DEL MODULO MAXIMO 329 entre si y hagamos P (z) = (2 —%,)...(% —Z,). Si el mimero positivo 6 es tan pequefio que los circulos ky |z— 2) |< 6 j= =1,2,..., ”) no tienen puntos comunes dos a dos, entonces para r < 8 ningun punto del conjunto Zn: | P (2) } D. Por lo tanto, E,» constard solamente de un recinto que contendra a este circulo (ya sabemos que cada recinto #,n tiene que contener en su interior al menos uno de los puntos 3). La lemniscata correspondiente repre- sentard un continuo, que sera la frontera de este recinto. Asi, pues, la lemniseata con x focos (n > 4) es desconexa, pre- cisamente consta de m continues que no tienen puntos comunes dos a dos, para valores del radio suficientemente poqueios (r < 5) y es conexa para todos los valores del radio suficientemente grandes (r > D). Obsérvese, finalmente, que la lemmiseata | P, (z) | = r™ pertene- ce a cualquier conjunto E,n, dende 7’ >7, y, por consiguiente, todos los continuos que la forman estdn comprendidos en el interior de los recintos simplemente conexos que estén limitados por las componentes de la lemniscata | P, (7) | = 7". Bn otras palabras, la Jemniscata de un radio dado esta comprendida estrictamente en el interior de cualquier lemniscata de mayor radio (y con los mismos focos). Por lo tanto, la variacién de la forma de la lemniscata en dependencia del crecimiento de r se puede considerar como un abulta- miento de sus componentes. Teniendo forma de évalos pequefios para valores pequefios de r, éstos aumentan lentamente cambiando su forma. Para algunos valores de r algunas componentes conexas: dos, tres o m4s, se confunden en una, debido a lo cual el nimero total de componentes disminuye; después se produce un abultamiento consiguicnte que va acompafiado de vez en cuando de una disminucién posterior de 1a cantidad de componentes, y, finalmente, se obtiene una lemniscata en forma de wna curva conexa tinica. Precisamente 330 CAP. IU INTBGRALBS Y SERIES DE POTENCIAS ésia teniamos en cuenta cuando hablabamos antes del resultado de Hilbert. La diversidad de formas de estas curvas se explica por la cantidad y métodos distintos que hay de distribucién de los focos de la lem- uiscata en el plano. En la fig. 59 se muestra esquemiticamente la ry) a) @ a | C-.) g °) y FIG. 59 evolucién de la forma de la lemniscata en dopendencia del valor del radio para cl caso de tres focos (no situados en una recta). Detengdmonos en una aplicacién més del principio del médulo maximo, que degompefia un papel importante en los problemas de transformacién mediante funciones analiticas. Lema de Schwarz. Sea f (2) una funcidn analitica en eb cireulo K: | 2 |< Ry supongamos que se anula en el origen de coorde- nadas y satisface en este circulo a la desigualdad lf(@| -W solamente cuando la transformacién sea de la forma (6.2:4), es decir, conste do una rotacién alrededor del origen de coordenadas y una dilatacién respecto del mismo en ) veces. 6.3. Consideremos una funcién @ {z) analitica en un circulo K: | z—2) | R. Evidentemente, cl circule Ky: | z — 29 | < Fty y la funcién 4p (2) satisfacen a todas las condiciones del lema. A saber, la funcién ap (2) es analitica en el circulo K, de radio mayor que Jt, y coincide cong (z) en el cireulo K. La proposicién esti demostrada. Consideremos una serie de potencias arbitraria @ (2) = a9 pay (2— 2) +. tan (Z— 2)" +205 (6.3:1) eS 8 CAP. HI, INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS cuye radio de convergencia satisiaga a la condicién 0 < R < oo. Debido a la definicién, la suma de esta serie ¢ (2) es un elemento en el cireulo K: |z—~ 2) |< R. Demostremos el teorema siguiente: Toorema. En la frontera T: | 2 — 2) | =F del cirewlo de convergencia de una serie de potencias esté situado al menos un punto singular del elemento @ (2) {es decir, de la suma de la serie de potencias). La demostraeién se hard por reduccién a lo absurdo. Si el teorema no es cierto, entonces cada punto de ja cireunferencia [ tiene que sec regular para el elemento @ (z). Segiin lo demostrado anteriormen- te, tiene que existir una funcidén +p (2), analitica en cierto circulo Ky: |z— 29 |< it), donde R, > FR, que coincide con @ (z) en el circulo K. De Ja igualdad @ (z) =» (2), que se cumple en log puntos del circulo K, so deduce que el desarrollo de Taylor de la funeién + (2) ticne que coincidir con la serio (6.3:1). Poro, segtin el teorema de Cauchy, el desarrollo de (2) tiene que Gonverger en todo el circulo Ky, de radio Ry > R, mientras que, segin Ja hipétesis, el radio de convergencia de la serie (6.3:1) es igual a AR. De la contradiccién obte- nida se deduce que el teorema enunciado os justo. Consecucncia. Para que el radio de convergencia R dei desarrollo de Taylor de una funcién f (2): LQ =1Ed+1 te) Ca) +... +E gay... 6.312) que es analitica en cierto cireulo |z— 29| p. En este caso, la summa de la serie (6.3:2) representa una funcién analitica en el cireulo \s—2z) |< A que, por consiguiente, es analitica en cierto entorno de cada punto de la circunferencia y y que coincide con f {z) en el interior de y. De aqui se deduce que cada punto de la circunferencia yes regular para f (2). De la contradiccién obtenida se deduce que la afirmacién es justa. Como ejemplo, veamos la serie geométrica Apzt+atp.. taht. € 6. PUNTOS SINGULARES DEL ELEMENTO DE UNa FUNGION ANALITICA 337 Su radio de convergencia es igual la unidad y su suma os igual Como ya se vio, en la frontora del efreulo de convergencia 1 verdadcrameute existe un punto singular que es, ademas, Se pueden sefalar sin dificultad ojemplos de series de potencias Para las cuales cada punto de la frontera del circulo de convergencia es singular. Ho aquf uno de los ejemplos mas sencillus de este género. Examinemns la serie: f(2)—Ap22- ct... pet. Evidenlemente, su radio de conyergencia es igual a la unidad. Demostremos que para 3 > 1 (por el interior del cireulo unidad, a lo largo dol radio, es decir, a lo largo del eje real), f (2) tiende a oo Kn efecto, para cralquicr natural x, la suma parcial de la serie d+ar+...+ 2 para c— ft tionde an + 1 y, por consiguiente, satisface a la desigualdad £ tat pos. spat" pn para 1—~e<6(), es decir, para 2>1—6(n). Pero, para estos mismos valores de z, se tiene: f= at Fatt on, v de donde se deduce que lim f (2) = co. Basandose cn este resultado nos convencemos facilmente, igual que en el caso anterior de Ja progresion geométrica, que el punto 1 es singular para f (2). Obsérvese ahora la idontidad: f(g) 8 pete oy PEG L(Y Ld Como Ia serie entre corchetes sc diferencia de la inicial solamente en quo aqui z se ha sustituido por 22", sacamos la conclusién de que F@)=spatt ... 22" + 7F (22) para cualquier natural x. Consideremos todas las raices de [a unidad de orden 2": “7. Estas representan puntos situados en la cireunferencia unidad en los vértices de un potigono regular de 2" lados. Si € es uno de éstos y el punto z del cireulo unidad esta situado en el radio OF, entonces 22”, 22-1199 338, CAM. 10. INTEGRALES Y SERIES 118 POTENCIAS evidentemente, es un niimero positivo y para z— £, se tione que 2" -» 4. De aqui que lim f (22") = oo y, por consiguiente. eat Him F(a). Sim fx8-p2t.. oe?" sf (z2")p — 00. 2h zp 208 205 Asi, pues, cada una de las raices 1 también es un punto singu- Jar de f (z) (para enalquier » = 41, 2, 3, .. .). Vemos que el conjunto de puntos singulaces del elemento f (z) es donso en Loda La cireunferon- cia unidad {es decir, esta situado do tal modo que cualquier arco de Ja circunferencia, arbitrariamente pequeno, contiene puntos de este conjunte). Povo de aqui se deduce que todos los puntos do la circunferencia unidad sin excepeién son puntos singulares de f (z), puesto que para un punto regniar, si bal hubiese en la circunferencia nnidad, existt también un arco entero cuyos puntos todos tendrian que sec tambi regulares, lo cual en el easo dado es imposible. Indiquemos un método general que permite averiguar, para cual- quier punto © situado en la frontera I del efreulo de eonvergencia de la serie de potencias (6.3:1), si éste es un puato regular o singular para ln suma @ (z) de la serie. Sea 2, un punto del radio 296, distinto de 29 ¥ & Desarrollemos la suma @ (2) de la serie en serie de potencias de z — zy. Oblendcemos: (2) — byt yy (3 Hy) He dn Em ay Fee donde In ~ ay Anes Bi — at pe te eB Angy By — Bh ee (2-0, 1,2...-). Segdn el teovema de Cauchy, la serie do potencias obtenida es con- vergente en cl eireulo | z — 2 |< A. dodo A es la distancia desde a hasta Ty es decir, A = J2 — | a — z |. Por lo tanto, la serie (6.3:3) es convergente en el interior de una ciceunferencia y_con el centro en el punto 2, que es tangeate a la cireunferencia Ten el punto & Caleulomus cl radio de convergencia de la serie (6.2 3). Segiin la férmula de Cauchy-Hadamard, se tiene: Ps Tim 8 Sir coincide con A, en la circunfereneia y: | 2 — 20 | = A que haber al menos un punto singular de Ja suma de la serie (6.3:3). 4 6. PUNTOS SINGULARES DEL ELEMENTO DP UNA PUNCION ANALITICA 339 Pero ningtin punto ¢ € y, situado en el interior de XK, puede ser singular para esta serie, puesto que en un enlorno del punto ©, perteneciente por completo a K, g (z) es una funcidn analitica que en el interior de y coincide con la suma de la serie (6,3:3). Por consi- guicnte, el punto € es singular, Evidentemente, éste tiene que ser también singular para @ (z), que es la suma de Ja serie (6.3:1). Supo- niendo lo contrario tendriamios una funcién rp (z), analitiea en cierto FIG, 62 entorno U, del punto § 1a eual coincidiria con ¢ (2) en los puntos del eutoruo Uy siluados en el interior de K. Pero entonces esta mis- ma funcién coincidirta con la suma de Ja serie (6.3:3) en los puntos del entorno U, situados en el interior de p, es decir, § no seria un punto singular para la serie (6.3:3). Asi, pues, si 1 Tha 3” el punto © es singular para @ (2). Demostremos que si Ar, es decir, si A = - lim ]/ oe! T a ny Como ilustracién del eriterio obtenido demostremos el siguiente teorema de Pringsheim: a Si los coefictentes de la serie Y) a,3", con el cireulo unidad de conver- T gencia, son nimeros reales no negatives a, 70, eb punto s=1 es singular para la suma de la serie, Para demostrarlo, tomemos algin punto 2; = @ en el intervalo (0, 4). Suponiendo que el punto z = 1 no es singular para la suma de la serie, segtin lo que acabamos de demostrar, tiene que verificarse la desigualdad A= R—|2,—a|=1-#2< : (6.324) ot my ew Tim |/ a ac Consideremos ahora un punte arbitrario € de la circunerencia unidad; sea z, un punto del radio Of, situado en la circunferencia |z | = 2, es decir, | z, | = 2. Entonces para 2; la distancia A hasta Ja circunferencia unidad sera también igual a i — z. Por otra parte, ake 1 nA) (a 72 a i 2 eA ag AEE agg FHA NEE ante eda 2 nt4 (4-1) (=r 2) - cae (ry Sn = ng el neat? + ae aI Y. por consiguiente, (6.325) Debido a esto, para el punto 2, segtin las desigualdades (6.3:4) ), se liene! £6, PUNTOS SINGULARES DEL ELEMENTO DE_UNA FUNCION ANALITIGA 341 de donde se deduce que para la suma de la serie de potencias ¥! a,z" 7 cualquier punto de la circunferencia unidad es regular. Pero, como ya se sabe, esto contradice a la hipétesis del teorema que estamos demostrando (que la circunferencia unidad es la frontera del circuto de convergencia). Asi, pues, cl punto z = 41 tiene que ser un punto singular para 2 Ja suma de lascric 5) a,2" sia,20y R=14. De la demostracién del teorema se ve que, si en lugar del punto z = 1 se considera cualquier otro punto § dé la circunferencia unidad, entonces, para que sea un punto singular es suficiente que los nime- ros a, £" sean reales no nogalivos. Mejor dicho, es suficiente que estos niimeros sean reales y no negativos solamente desde cierto n> ro en adelante, puesto quo represcntande ¢ (2) en la forma ng—t 9 (a}= 2 ane" + Diane", ng nos convencemos inmediatamente de que el punto € sera singular para @ (2) cuando, y sélo cuando, éste sea un punto singular para la > suma de la serie >) a2". oy : yam 5 re Consideremos, por ejemplo, la serie J] > . Aqui los cocficien- a t les a, son iguales a cero si m= 2*, y son igualos a om Sin = 2, 2 Por consiguiente, pi Tin Tan] =lim Vv hoe coy de donde, segin la f6rmula de Cauchy-Hadamard, se deduce que él radio de convergencia de la serie es igual a la unidad. Por lo tanto, segdn el tcorema domostrady, el punto z = 1 es un punto singular para la suma ¢p (z) de la serie, Pero, del mismo teorema (en virtud de la observacién hecha anteriormente) se deduce que cada punto = 1, donde nes un néimero natural arbitrario, también es un punto singular para @ (z). En efecto, para kn, se tiene: aha CAP. If INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS Asi, pues, el conjunto de log puntos singulares de la funvidn ¢p (2) es denso en toda la circunferencia unidad. De aqui que en osta circun- ferencia no hay ningtin punto regular del elemento @ (z), es decir, todos los puntos &, | €| = 1, son singularcs. Lo mas admirable es que esta circunstancia no es un obstieulo para que la serie de potencias dada sea absuluta y uniformemoute convergente en cl circulo unidad cerrado y su suma g (2) sea ua Suncién infinitamente diferenciable en el conjunto jz |< 4 (en particular, ¢n todos los puntos singulares). lin efecto, para |z |< 1, se tiene: fe 32 1! pe | oe = 1 sa, Su suns Y como la serie x pes convergenle, la serie Je sera absoluta ” 0 y uniformemente convergente en el circnlo cerrado, por lo cual su suma p (z) serd una funcién continua en el cireulo cerrado. Derivando ahora Ja serio dada término a térming cualquier uimero m de veces, resulta la serie: : ° x ait (2@— 4) 2! u los médulos de cuyos términes para |z}<1 satisfacen # las des- igualdades 2h (2k — 4)... (2h m4) ok, hin 1 4 para k > m. Por consiguiente, las series que se obticnen derivando ar término a término la serie de potencias 5 Sz converge wniforme- 0 mente en el circulo cerrado | z |< t. De aqui, segtin el teorema cono- cido para las funciones de variable real, que sin alteracién alguna se extiende para las functones de variable compleja (definidas, por ejemplo, en algin recinto convexo) se deduce que eslas series repre- sentan las derivadas de g@ (2). En resumen, ¢ (z) es una funeién continua © infinitamente diferenciable en el circulo cerrado | 4] <1 y analitiea en cl interior del eircule, para la cual cada puuto del circula unidad es un punto singular. Este ejemplo instructive muestra que en algunos ensos la existen- cia de puntos singulares de una funcién analitiea en la frontera del recinlo considerado (del circulo) puede no reflejarse a primera vista en el comportamiento de la funcién en la proximidad del punto § 6. PUNTOS SINGULANES DEL ELUMENTO DE UNA FUNGION ANALITICA 343 singwlar, o mas exactamente, este ultimo puede quedar desapercibi- doa pesar de que Ja funeién o sus derivadas dejen de ser continuas en el punte frontera C dado. Es neeesario considerar todas Jas derivadas de @ (2) en un punto z, del recinto dado para que de la comparacién do F = | 1" Gp 7-1 7 . la magnilud [1 it V Ho] con la distancia A desde el pinto z, hasta el punto § se pueda decir si el punto § eg singular o regalar. Las proposiciones establecidas en la pag. 33 permiten ball frecuentemenic cl radio de convergencia del desarralla de Taylor de nna funcién analitica f (2), sin tener que calcular los coeficienles 1 (2) oats de la serie, es decir, los ndmeros En este caso, todo se reduce a buscar los puntos singulares de Jos elementos. Hay que tener pre- sente aqui que para la funeién dada f(z), analitica en cierlo recinlo G, existe un conjunto infinito de elementos distinlos y, correspon- dignteniente, wn conjunto infinito de cirenlos con diferoutes centros, perlenccientes al recinlo. Por lo lanto, suele haber puntos singulares de elementos distinlos de una imisma funcién analitica, pudiendo ocurrir que un punto que es singular para unos elementos sea regwar para olros. Estos casos los aclararemos ahora en, ejemplos sencillos. Obsérvese primero que. cuando Ja funciéu analitica f(z) viene dada por una f6rmula que consta de un nimero finito de Cunciones ele- mentales, los puntos singulares posibles de sus elementos ge latlen, Jacibnente entre los puntes de discontinnidad de esta Tuncién, por ejemplo, entre los puntos en los que ésta se hace infinita y también entre los puntos de ramificaciéu de la funecién Ff (2). Ejemplo 1, Sea f@)— pts. y analitiea en todo el plane, a excepcién de los puntos z .- & i, en los cuales se hace igual a ce, Sea zp un punto arbitrario, distinto de -bét con el contro en el misme, deseribamos una cireunferencia yt |z—zyl=p, que pase por el punto + i o —i mas préximo a 29. Para precisar, supongamos gue el punto mas préximo es i. En el sta funcién ¢s unilorime interior de » la funciéu f (2) es analitiea y, por consiguicute, repre- to £ oS un punto senta un elemento. Cerciorémonos de que vl pu singular del elemento, En efecto, suponiende lo cout o, lendremos gue tener un entorne J del punto éy encl misme, una funcién anali- tica 1p (2), que coincide con f (z) en Ja parte del entorno YU que esti siluada Ga el interior de p (esta parte la designaremos con d). Enlou- ecs en el punto @ tiene que existir un mite finite (i) = Lim sp (2) = lim f (2) - Lim ata wee ia ath Tae? Jo cual, evidentemente, es imposible. 344 GAP. 111, INTEGRALES ¥ SERINS DE POTENCLAS Asi, pues, en y esté situado un punto singular del elemento f (2) y, por consiguiente, el radio de convergencia & del desarrollo de Taylor de f (z). en serie de potencias de 2 — zo, coincide con el radio p de la circunferencia y, es decir, con la distancia desde 2) hasta el punto +2 mas préximo al mism En este caso, el desarrollo de Taylor es més ficil obtenerlo des- 1 componiendo Tee om fracciones simples y aplicando después la serio geométrica, Resulta: 1 = Te ==) <1 (el punto < esta situado en cl inte- ty Como | J funcids os analitica en este cir in Lay en cl circula Ki [2 — (@ — 8 | <1, es decir, coineide con el cle- mento ap (z) de La funciéu f {z). De aqui que cada punto de la eireunte- rencia y’ es regular para sp (z). En ofecto, para cada punto f € y’ existe wn entorno Uy y en cl mismo una funcién analitica te que coincide con yp (z) en Ja parte comGn a Uy y K’. En particular, el punto z -= 1 también sera un pinto regular para xp (z). Kn este ejemplo se ve que wn mismo punto s = 4 es singular para un ele- mento de la funcién analitica f (z) (para g (z)) y es regular para otro elemento de esta fincién (para yf (2). Como todos los puntos de la ecireunterencia p’ sou regularos para ap (2), el radio de convergencia del desarrotlo de Taylor de este elc- mento en serie de polencias de z — (1 — i) es mayor que eb radio de la circunforencia y’, es decir, es mayor gue 1. Pero en el cicculo K’ 4p (@) = Ln, z, debido a lo cual Los desarrollos de Taylor de las funcio- nes (2) y La, z coinciden. Como Lig 2 es una for nalitica en el cirewlo [2 — (1 — a) |< 1/2, el radio de convergencia 2’ de este desarrollo no puede ser menor que /2, Para demostrar que es exactamente igual a V2, es suficiente cer orarse que al menos mo § 7 METODOS DE DESARROLLO DE LAS FUNCIONES BAT de los puntos de la circunferencia T: | 2 — (tf — i) | — Ses on * 1 ay rs ss punto. alngulnr: para a+ Tal punto es ol origen de coordenadas. En 4 efecto, — co enanlo z+ 0 manteniénudose oe iingey* on el iutertoe de T. De aqui se deduce que no existe ninguna funcién x (2), analitica en un entorna U del origen de coordenadas, que coin- 1 cida con 5 en los puntos comunes a Uy A (suponiendo Ja exis- tencia de tal funeién babria que suponer también la existen limite finito: ia del KO tmx (0) Diet (Tae) + lo cual, como ya se observé, es tnposible). Proponeimes al tector cerciorarse de que en este gjemplo cada punto zp del recinte G, situado en el semiplano superior, el de convergencia del dusacrollo de Taylor de la funcién f (2) en serie de potencias de z — z, es igual a la distancia desde zg hasta el punto mas préximo at mismo del par 0 y 1, mientras que para los puntos z, siluados en el semiplano inferior. la distan desde 2, hasta 1 no desempefia ningtin papel al determinar cl radio de convergencia de la serie correspondiente; este radio siompre coincide aqui con la distancia desde z, hasta ol punto 0. § 7. METODOS DE DESARROLLO DE LAS FUNCIONES EN SERIES DE POTENCIAS. COMPORTAMIENTO DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA DEL CARCULO DE CONVERGENCEA 7.4. En este apartado nos dedicaremos a estudiar algunos wv dos de desarrotlos de las funciones analiticas en series de poten De principio, el problema de la biasqueda del desarrollo de Taylor se resnelve por las formulas de los cocficientes de la serie 1 (a9) nl a, (e+ 1,2, ...). Pero la realizacién directa de los cileulos. que sc basan en la deter- minacién de las derivadas sucesivas de la funcién f (z), puede ser muy complicada o incluso dificil de cfectuar. Sin embargo, o1 muchos casos, practicamente muy importantes, se pueden obtener desarrollos de Taylor deduciéndolos de un modo determinade de otros desarrollos antes ya conoeidos. Supongamos gue la funcién # (z) se expresa en forma de una serie de funciones analiticas que converge wniformemente on el interior 348 CAP. 11. INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS de cierto entorno |z— 2 |

0 es la distancia desde F hasta la cir- ennferencia unidad, enlonces para cualqnier punto 2€#, so ne: |z| aay kos impart & = 2¢ — 1. 1 Asi, pues, o~ 23 { y ati get ut ] 2-1, Esta es la serie de potencias buscada. Esta serie tiene que ser conver- gente en el cicculo [2 |< 2, puesto que ta funcién © (z) es analitica én este circulo, iin el punto z= x, para cada lérmino de la serie obtenemos Ja desigualdad: 4 1 = 4 i sina 1 3} set aye 7 a wn nest newt de donde se deduce quo no se cumple la eondicién necesaria de eon- verge: y s divergenle. Por lo tanto, el radio de cony gencia de la serie obtenida es igual am. Supengamos que f(z) viene expresada en la forma J@) =F pil. (74:8) donde PZ) = ay} + eees® +. fone (7A:4) y Bw} Ao Ay (Wag) Ag (te —cg)?® fo 2. Ag (tO ea) - |w—ao| bese tapes: y simplificando cl numevador y denominador de la fraccién por 2, obtenemos la siguiente expresién para F(z) (que determinara la funcion F(z) también para z= 0): # @)2-—§ $s = 142-4 tate + appt La serie que figuca en el denominador cg convergente para cual- quier zy Liene Lodos los mismos ceros que la funcién e* — 41, a excep- cién de un cero en el origen de coordenadas. (‘Codo esto se debe a que 2 esla serie representa la tuncién oS (para z = 0)}. Por esta razén, en el interior del cfrculo | z |< 27 su suma no se amula. Por consi- guiente, la funcién F {z) se puede desarrollar en serie en este circulo ado la divisién de series. La primera de las ecuaciones (7.2:6) eyeta4, es decir, c= 1. Como todos los coeficientes de la serie del dividendo, a excepcién del coeficiente inicial, son iguales a cero, la (n+ 41)-ésima ecuacion (7. 26) tiene M forma cote tei ete Fem ge ena 0 (mat 23,02). (7229) 358: CAP. IILINTEGRALES ¥ SERIES DE POTENGIAS Esta ecuacién permite determinar los niimeros cy, uno tras otro. Para determinar el coeficiente c, se puede utilizar también la formula (7,2:8): =(—1)" 1 1 4g | @=1.25.... tl @+h! Rl (jpn: Los nimeros «,n! se Maman niimeros de Bernoulli y se designan mediante By: B, = cpzl. Mediante estos niimeros se expresin simplemente lus coeficientes de muchas relaciones importantes. Para calcularlos se tienen Jas formulas: By =co-0! = 1, 1 a 4 Oo. 0 1 1 + el . 0 cant=(—A)y"nl | 4 1 1 g |Get. 8 Be). t-o,owe (7.2:10) Por cierto, el cdlculo de fos nimeros de Bernoulli es més comodo. efectuarlo sucesivamente, empleando la férmula (7.2:9). De ésta obtenemos: 1 Boag t omen t ? or ee Ba Seay 47. METODOS DE DESARROLLO DE LAS PUNCIONES 359 o bien, multiplicands ambos miembros de la ignaldad por (n+ 1)! 1 + y observando que wot es el coeficiente binomial ("% ‘') ‘i 1 4 : i Bo("F \+Bi("} Jt +Bn("E J=0 eh 2.3.0.) Esta formula puede representarse en la siguiente forma simbolica: (1+ BT! BT =0., (7.2:41) Después de elevar a ja potencia segiin Ja iérmula binomial, todos los expenentes de la putencia se deben sustituir aqui por los subindices, Como By= 1, sucesivamente hallamos: By +2By=0; By= —f B= —F3 Bo-++3B,+3B,=0; B= —$Bo—B, = 45 By+4B,+68,+-4B,=0; By=—4+B)—Bi—F Be=05 Bo+5B,+ 1082+ 106;+5B,=0; 4 Bye — 4 By— By — 2B) —2Be= — Hi By-+ 6B, -+ 15By + 2085+ 158+ 68,—0; £ 5 5 By= —+ Bo— B,— 3 B.— 2B, $5 B= 0; Bo + 7B, + 21 Bs + 3585+ 358, + 2135+ 7B9 = 0; By= — 4 By—B,— 3B, —5By— 38, — 38s =H; En resumen, H=1, B=—f, Bag, Bs=0. 1 + By= —dy, By=0, Bom g,.-- Demostremos que todos los nimeros de Bernoulli de subindices impares mayores que la inidad son iguales a cero: Row 0 (k-=4, 2,3, .52). Para demostrar esto, sustituyamos 2 por —z en ¢] desarrollo 2 3 Cp Lege cg2? 6 fen ee vee = Bop tat Baty. $B. (7-242) 360 CAP. HI INTPGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS obtenemos: _ teat Bt, Be. Bs FEST Re A RT Bo tt op pt oe © bien, restando esta ditima relacién de (7.2:42), Foe peg lly: Bs og Bawsy panst Bara Pat aR ee em aL, De aqui, basiindose an la unicidad del desarrollo en serie de poten+ cias, se deduce que: 28j=—1, By By... =Byyyy—...=0, come se queria demostrar. Aplicando la propiedad demostrada de los nimeros de Bernoulli, se puede escribir el desarrollo (7.2:42) en la forma; cS = : Bow og ms war tet Dy ro a, (7.218) nt Como los puntos inguleres de Ja funcién 7 mas préximes al origen de evordenadas son 24— 2ré y 2, = —2ni (en estos puntos la funcién no esta definida y no puede definirse de modo que se couserve la continuidad), el radia de convergencia de la serie (7.2:13) es igual a 2x, De aqui que, segiin la lrmula de Canchy-Hadaimard, se deduce que: "/TiT 7 [Hal 4 tim Viet, y come Boag oO (fh 1, 2,3,...), se tiene: Debide a esto, paca cualquier e>>0 existe un conjuuto infinite de niimocos By, que satisfacen a la designaldad {2h B mec |Buy |> mae vs decir, que son extremadamente grandes en comparacién con sus subindices 2fe Del desarrollo (7.2:13) se pueden obtener sin dificultad los desarrollos de las fwuciones 2 cotg2z, tgz y zcosecz. Represonlemos colez en la forma eos: . ett Lorde gems pity tt colg z= $7. METONOS DF VESARRULLO DE LAS PUNCIONES 364 de donde Biz zcote = iz + ete La funeién wo se puede desarrollar segdn la formula (7.2:13) Tra si se sustituye en esta [érmula zs por 2iz. Como la serie (7.2: 13) era convergente para |z|< 2n, la serie nuevamente obtenida sera convergente para |2iz| son z singulares para la suma de la serie). Pasando a examinar la funcién zcosecz, obsérvese que a C08 2 COS : + sen 2 sen + £03 cotg z+ tg — “ae nz COS a sen z Sustituyendo en (7.2:45) z por +, obtenemos una serie que sevé convergente para |= < es decir, para [z|<(a. De aqui y dol desarrollo (7,2:14), que también cs convergente para [2|<7, hallamos: CH= 2) Bor oie scowes=scolgs-+atys= 1+ 3) (—ayit (7.2:46) heel Hallemos, finalmente, el desarrollo de sec 2. Como Ios puntos Singulares de la funcién mds préximos «1 origen de coordenadas son: a= —+ ya =4, el desarrolls» buscado posee el circulo de convergencia: je} Para hallarlo, apliquemos el método de idivisién de series. Tendremos: sec z = —_ cas 5 = My ayz aye*—... “Como sec z es una funcién par, todos los coeficientes de las poten- cias impares @y, a, ag, ... Son ignales a cero; 1 eps i Set 4 = yy Sty tak? + at tae. 9 (72:47) tosr tara Esté admitidoe escribir los cocficientes a, do, dy, ... de este desarrollo en la forma n 4: ay, = (—1)' par (k=, 4, 2, ...). Los ntimeros By, determinados do este modo, se laman nimecos de Euler. Eseribiendo de nuevo (7.2:47) del modo siguiente: @7. COMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 360 y efectuando la inultiplicacién en el segundo miembro, hallaremos Ho.) Be\, E, ky | é $= Lo (3+ 3h) + (Gh ait Gb) #— __ { £o. Fo Ey 6 (4+ air tpt) et es de donde Ey — 1; Ls a+ ar = Eo Ez EF, __y. a tae tara Bye Be E, Eq . w tart aa tar itstas ecuaciones permiten hallar sucesivamente los mimeros de Kuler. Obtenemos: Zo=1, Ex=—1, B,=5; Ey= —61, y= 1985, ... Si, en general, se han hallado los nimeros £, Ex, ..., Enno para determinar £2, se tiene la ecuacién a a ee Quit" Groat © Gaara Te o bien (2 2 2 4 Bot (7) Bat (Z) Bete + (yey) Bet Ban 0. De aqui que, si los mimeros Ky, Ea, -.-, Eynoz son enteros, el nimero £2, también lo sera. Pero los primeros nfimeres hallados son enteros. Por consiguiente, todos los niimeros de Euler son enteros El desarrollo de sec z sc escribe definitivamente en la forma spats! _ qyh Ban pet " see 1)" apr 2. (7.2:18) Esta es convergente para Izi 1m met met pl q tienden a limites finites cuando p + oo (sus series correspondientes son con- nda vorgentes}, también tiene que tender a um Ifmito la sama’ { 5) a;) 2". ari at Pasando a limites, de (7.3:4) oblenermos: on oe wok Dae d—24) =) [ Diane Dt YS a) A= et apt T nel pt = zd = >} a4) (Sa) ot (7.355) Fl ap APL Seu & wi oimero positive arbitrario. Tomemos » tan grande, » >> N (er) que so cumpla Ja desigualdad. k 2 cos 0 | Saf> N (e) so verifica la de: igualdad ) is eco® e & | Bats “TtEN(@) y tomando después o(e) de modo que para FIG. 64 {—3| << 8 fe) en el interior de dy se cumpla la desigualdad . n |S a—2| ‘ é oltendromes de (7.3% = IA@1=] Sans) |} aq estin ucotadag uniformemente (respecto do 2) en valor T absotuto. o FAT por locual la sorie S} | bei — heb Por otra parte, | bp44— nl=p— tT 4 es convergente, De aqui, segin el toorema citado, Ia serie J) anha= 1 es convergente, lo cual se afirmaba. = = >)t-net i he z vero si [z|<1, lu sua de la serie $} (—Ay!t = es /@)=In Ita) Kk 1 =injits|-+éiarg({+2). Por lo tanto, segin el segundo teoroma de Abel, parn cushquier 6 (—1< 0 < a), se tiene = ine Set Se dim n+ nj ef j4 1 zmocl éarg (1c!) = In VU cos 02 + sen? 0 + 6 ee, aes 2 2 pay [- eet] issue Sad. Separandy lag partes real 9 imuginaria en esta relacién, obtenomes dos desarrgllos on series trigonométricas que son convergentes para —n <~ 0 <{ az o in(ieete)~3 (—1ye1 = ; = a jay S00 10 sree. 1 363 GAP. HL INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS En particular, para 6=0, de la primera férmula resulta: In2 y de la sogunda, para a4: 7 1 L i qh ghee - és ‘ ae a a Veamos también como ejemplo ta serie binemial x ( ' } 2", donde 4 Y @ 08 un nimero complejo: a =f+iy. Supon- . Designando con 2, el médulo de la razdn mam|(2) (24) [=| SEE -a|1— SH = =| E48 fie Gee ” Sea B' un nimero real que satisfaga a la condicién B > ">> —1. para » >> NV (B’), Lendremos: (1 Rye y2 n <<2(h—-B) y+ por consiguiente, © bien nits" dn aie *) Comoe 1-48) 1+B" (oes ta a pr , f crete) +09 (14 7 7 ee y ene MERAY a y¥ para 7 <4 los términos de esta serie decrecen en valor absolute, se tiene (+4) "> jn EE } 7. COMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 369 Kscribiendo Ins desigualdades analogas para los valores WN iB')+4, WN (B42, ..., 4 y multiplicindolas término a término, obtendremos: Poca Aneta + hn —4. : -_ ‘Cuando P= 0, ol mtimeso B’, que esti sujeto a la dnica eundicién — 1 = < fi 0, de laa desigualda- nae 1 ert dog obtenidas se deduco que la serie binomial es abscluta y uniformemente con- vergente en todos los puntos de la circunferencia unidad si B — Re & >> 0. ‘Observande que en el interior del circulo unidad Ia suma de Ia sorie hino- mia] es (1 + 2)*—= exp [a In (1 + 2)], on virtud del segundo teorema de Abel, hallamos: Ey x (%) of Tim (Lp 2)% si e'0— —4, obtenemos, que tim (4+2)9=0. Para eM=—4 (—n 0 3° sa suma o » cuando z so aproxima a cualquier punto e? de la circunferencia tiende a un limite fintto, igual unidad, distinto de la unidad, a pesar de que la serie $' f® os divergente on + cada punto de ta circunferencia unidad. . Sin embargo, imponionda algunas restricciones especiales a los coeficicntes de la serie, se puede afirmar que de la oxistencia del limito lim f (re) (aqui mt el punto = re!® tiende al punto frontera ef a lo largo del radia) sv deduce la convergencia de la serie de potencias en el punto ¢, Ho aqui una de las proposicionos de este tipo. Teorema da Tauber, Si los coeficrentes de una serie de potencias, con el circulo unidad de convergencia, satisjacen a la condicién lim na, =0 (7.30) nea y existe el itmite lim j@=A, eet entonces la serie \ an ¢& convergente (su suma es igual a A). a Damostra deduce también que n, Obsérvese primero que de la condicién (7. 6) se (7. ‘Ty En efecto, para clalquier e>>0 tendremos quo tenor nbenl N(e). Fijomos un n=np que satisfaga a esta condicién y hallemos una m Dalen cota para te cuando m> no del siguiente modo: a no m te Derlant Delent SF atant Halent i 1 1 er m m Ro DdAlan} (m—ne 4 + Se § 7. COMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 374. Pero si m es suficientemente grande, m > M, tendromos, evidentemente: y, por consiguiente, ee Site 7 de donde so deduce la relacion (7.3:7). Examinemos el médulo de la diferencia [Bans | [oreo Sui J ati > max {N (e), M}, > Mf (e); entonces para me n> M (ec), de la relacién (7,3:8) deducimos que : | Sas | M(e): |Bo-1(-4) de donde se deduce que existe el limite : Be Jamia rsa. © sea, Ja serie >} a, es convergente (y su suma es igual a A). ? 258 372 GAP. Il INTEGRALES Y SERIES DB POTENCIAS 1 teorema queda demostrade. n condicioncs m&s gonerales también tienen lugar proposiciones andlogas. Precisamente, es suficionte suponer que la sucesién {n-a, } sea acotada, en lugar de exigir que convorja a cero. La demostracién de este teorema, perteneciente a Hardy y Littlewood, es mucho més complicada que la domostracién del teore- ma de Tauber. Obséryese ue Jo sola tendencia a cere de los coeficiuntes de la geri de potencias no es suliciente para que sea cierto un teorema andlogo al de ‘auher. Enel ap. 6.3 se demostré que en la [contera del circulo de convergencia de una serie de potoncias siempre existe al menos un punto singular de Ja suma de esta serie, Surge la pregunta: ¢Hay alguna relacidn entre la distribucién de Jos puntes singulares en la frontera dol circulo de convergencia de una serie do pateaclas ¥ los puntos de convergencia o divergencia de esta serie en la misma runbera? Los ejemplos con los que comenzamos este apartado muestran que aqui ” no lay una relacién simple. Por ejemplo, en el casa de la sorie >) sz ol radio 7 1 le convergencia os ignal a 1 y, por consiguiente, on la circunferencia unidad existe al menos un punto singular de Ja suma de esta serie. No obstante, la serie ¢s abseluta y uniformemente conyergente on toda la cireunferencia unidad, en particular, es ahsolutamente convergente también eu cl punto singular. o a St", quo representa el desarrollo de la funcién a nol caso de la serie goomét 4 todos los puntos de la cirounterencia unidad, distintos de = 1 ese 4, son 1-3 regulares y cl punto z es divergente en todes Jos puntos de la ci singular como on los puntos regulares. ‘En log fonémenos que nos intoresan se pueden observar algunas leyes some- tiendo a ciertas restricciones Jas series de potencias consideradas. Asi, por nico punto singular. Sin embargo, esta sorie cunferencia unidad, tanto on el punto ejemplo, resulta Jn siguiente proposicién. Tooroma deo Fatou, Si los coeficientes de ta serie de potencias (7.3:1), con ef circula unidad de convergencia, tienden a cero: lim a, = 0, entonces la Tevco seria de potencias es convergente y, ademds, uniformemente, en todo arco de la cir- cunferencta unidad, cuyas puntos son todos (incluyendo los extremes del arco) regu- lares para ta suma de ta serie. Demostracidén. Como se deduce de} enunciado, on el teorema se tie- nen en cuenta solamente aquellas series de potencias cuyos coeficientes tienden a cero, para las cuales existen puntos regulares en la cireunferencia unidad. Pnede servir de ejemplo la serio logaritmica ” pa Air i cuyos coeficientes tienden a cero y la sama In ft -+ 2) tiene el dnico punto sin- gular z = — 4. Y, en efecto, on la p&g. 367 so demostré que la serie Jogacitmica es convergento on todos los puntos de la circunferencia unidad, a excepcidén del 4 punto = — 1. Para la serio geométrica Dias cuya suma es igual a ys 4 7 por consiguiente, todos los puntos de La cireunferencia unidad, a excepcién del punto z = 4, son rogulares, el teorema, evidentemente, no es aplicable, puesto § 7. COMPORT, DE LA SERIE DK. POTENCIAS BN LA FRONTERA 873 que Ja serie geométrica es divergente en todos los puntos de la circunferencia unidad. Pero esta serie no satisface a las condiciones del teorema ya que sus coeficientes no tienden a cero. Para demostrar cl teoruma, supongamos que cada punte de un arco o de ta cireunferencia unidad os regular para la suma { (z) de Ja serie. Esto significa que cada punto € € o dincluyende los extremos del arco o) posee un entorno Uz, ¢n el cual existe unu funcidn analitica yp, (2) que coincide con f (z) en los puntos comunes a Us y i la cireunferencia, omidad. Adjuntando los puntos de tados los onturnos (7; (f € 9) al circulo unidad X, resulta um reeinto A, para el cual PIG. 65 todos los puntos del cireulo A y todos los puntos del arco ao son interivres, (Comparese con Jos razonamientos del ap. 6.3, donde el papel de] arco o desem- pefiaba Ja circunforencia entera). Definamos on cl reeinto A una funcién sp (2), haciéndola igual a f (2) om Fos puntos del circulo X e igual ap; (2) en los puntos de los entornes Uz. La funeisa obteniaa gy (z) gerd uniforme y nnaliliea on el veeinto A. Como esta cuincide con i (z) en K, su serie de potencias coincide con Ja corie (78:1). A continuacién hablaremos precisamente de la funcin yp (2) y de la scrie de potencias misma (7.3:1}. Designando con p > 0 Ja distancia desde o hasta la jrontera dol reeinto A (esta frontera ineluye una parte de la cireunferencia unidad), tomemos en la circunferencia unidad dos puntos $, y tg, no situados on of arco o y separados de sus extermos préximos en; entoneos el arco Ets pertenecera onleremente al recinto A y contendrd al arco oc. Tracemes los radios Ot: y Ot y prolonguémoslos [uera de la circunferencia unidad en Ja longitud f. Unamos, finalmente, sus extremos mediante wm arco de circunferencia, obten- dremos un sector circular 02,2, (lig. 65) que, como se deduce de su construccién, esté enleramcento situado en el recinto A y contiene en su imturior al arce ©. = Nuestra (area consiste en demostrar que la serie >) a,2" converge unifer- 0 memente en cl arco a. Demostraremos esto estableciendo a Ja vez que la suma 374 CAP, IT INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCLAS de la serie es igual a y (z). Con este fin, consideremos la funcién on 2) =P Gt) @ be, (1.89) donde Pn (2)=P (2)— (ot Aas os Hane"). a En ol intorior del circulo unidad, donde Ja sorio }) ans" es convergente, esta a funcién puede expresarse en Ja forma “ 5 ans! —D ans! o v gg td te) ner He yg td FSD FB) fn (2) = y, por consiguiente, os analitica en un entorno del origen de coordenadas. De la f6rmula (7.3:9) se deduce que ésta es analitica también on todo el recinto 4 (donde la funcién py (3) = wp (2) — S} a,s* es analitica). o Para la acotaciénm quo necesitamos, la funcién @, (z) 63 més vontajosa que la funcién q, (@). Procisamente, cn los puntos de frontera del sector situadns fucra del cfrculo unidad, puede utilizarse el hecho de quo ¢l médulo del deno- minador de} quebrade | = |"47 es muy grande (para valores grandes de x), mien- tras que on Jos puntos de los radios que san proximos a fy 0 a Cy, las diferencias rospoctivas z—~ &, y zs — Cz son muy pequefias en valor absoluto. Dospuds de .estas explicaciones, acotemos superiormente el médulo de @, (2) en distintas partes do la frontera del sector. Sea e” un namero positive arbitrario. Elijamos W (e’) de modo que sea | a, | <8! para k > N (s’). Entoncos, on los puntos pertenocientes al intor- valo Of, (0 al‘intorvalo O%,), tendremos: (nm > N (8’}): ¥G— D) ans" | 654)!=| a — ew 8) | =| 3B et e—ey ete) set) leh stil lets ot ey Observando que Pa By jeje a4 obtenemus: eles [=I—lel vee! |G, (2) | <2e’ para n> N’ (e). Examinemos ahora | @, (2) | en el intorvalo .zs (0 ent 22,). Dosignemos el radio 1+ Qdel arco del seetor modiante #. Obsorvando que | z— ty |= m= fs}—ile—-tGl ¥ (e’}, tendremos: GS) ane {0 (3|=| —ga— &—-) & 0) | ue S Sen | [et M+ >) tantl| e etcnanaan Ee ett a 5 lant lel! Nie") \ 4 NOV 2 : . san Mit (1s) cae (4+ 3 [ax |RY) Soy + 0 » ae Me) : te}—1 . a) tet as) be +2ne SS eel aa an (a+ >) lent # ) fer eget e — Nery ope beirtt—[ep Mert je fat SV o + one all =u N (e") de tal modo que, para n > Ny (2), el primer sumando dei segundo miembro de la desigualdad sea también monor que e, y, por consiguiente, in (2) |< (2A 6) e” para n> Ny (e’) > N (2). Hatlemos, finalmente, una cota para el médulo |p (z,)| en los puntos del arco %zp (incluyendo sus extremos 2; yz). Aqui se tiene: |z—Z,| < 2K, {rb |<2k y 2 Me) M+ 3} /ax | R* M+ SY [an | RE 0 2 a 40. @) | < Faq UP =k ee * Nie" n Jay) A" AT+ DY an [A Dy wedtt oO o Nie et «ne a He Sa < Nie’) me 4 M+ ay | RY M+ an| 2 2 Alte’ ag lel gH? <4—_§_per te ee te 376 CAP. It INTEGRALES ¥ SERIES DE POTENCIAS Tomando N2(2’) > N,(e') > N(e") de modo que el primer sumando del segundo miembro do la desigualdad sea menor que e para n> No (é"), obto- emus 8H Jon (alc ( . Obsérveso que en el punto z=0, @, (2) tiene ol valor a)4;-Late (igual al Hie a (@), de modo que |w, (0)|—=|a,4,| Wie) y en los eo +t) ef, n> No(s’). untos z= y z=fa, On (2) so anula, Por lo tanto, en todos las puntos de la trontera ‘lel sector, para a > N2(e"), so tione: are are Jon 1 < (=F +1) ee max fx, (OR+ te, (4F+1) e'} En virtud del principio del médulo méximo, esta desigualdad se verifice también en los puntos del arco cg. Pero y en los puntos del arco a e] médulo |, (z)| satisface a Ja desigualdad n ” |¥e—3} ans] 1st eee >| Haast | (GY a | On (3) de donde = |vo~S ast | ACRE) e’ =e para n> Nj (e’). q Como e’ es arbitrariamente pequeiio, de aqui se deduce el resultade pedido. Como un ejemplo sitaple, consideremos de nuevo la serie binomial x (f)sa+s% 0 En la pag. 368 se demostré que lim ()-0 si Re a >—1. Por esta tineoo raz6n, la serie binomial tiene que converger en todus Los puntos do Ia circun- ferencia unidad que som reguiares para su suma (1 + 3)“, o sea, en todos los puntos = 2 — 4. La convergencia es uniforme en todo arca de la eire cunferoncia que no contenga al punto s = 1 ni en su interior, ni como une do sus extremos, 4 Ubsérvese que del heeho de que los covficientes do una serie de petencias, con el citcule unidad de convergencia, tiendan a cero y de quo la serie sea nni- formemento convergento on algém areo de Ja circunferencia nnidad, no se deduce hi mucho menos que los puntos de este arco sean regulares, Esto nos muestra le a +> para la cual, como ya se vio (pig. 340), todos 9 fos puntos de Ia civcunferencia unidad son singulares. el ejemplo de Ia serie a §7. GOMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 377 En conclusiéa, veamos el ejemplo, portenceiente a N. Tuzin, do wna serie do potencias cuyos coeficientes ticnden a coro y la cual es divergente en todos los puntos de la cireuntferencia unidad, Consideremos el] polinomio Ep G=t-s+... PrP ta. En el punto {=e situado en la circunferencia uu el médulo do g, (f) tieno ol valor siguiente: dy distinto de 1, lgp(e") j= Como para | @] <> 2 “Isp a Zlevicisnel S 2284. HPP (a), (7.3:10) 2 PB omo cada término de la serie qué figura en el primer miembro representa un palinomio que conticne potencias de z desde 1% -+ 2% +... -b (p — 1) hasta P+ 2+... + ip — 4)? + p?—~ 4, dos términos do la serie no contienen potoncias igualos de z. Escribiendo todas las potencias de z en orden do creci- tnicnto con los mismos coeficientes que poseen en Ia oxpresién (7.3:10), obteno- mos una serie de potencias: o 3D) anz". (1. Q Como lim a, = 0 (a, =, donde p es un nimero natural que croeo wv indelinidamente junto con »), la serie (7.3:11) es convergente cn el interior del circulo unidad. Demostremos que ella os divergente en todo punto de la cireun- feroncia unidad. Supongamos lo contrario, y sea convergente la serie Dent" 7 donde | |= 1. Entonces tiene que ser convergente también la serie rn _ tam , x st +o emnng, Ce >» 0, Pp lep = Ve m=), 1, ..a-1 Ve | xVp Rogumiondo, la serie de Luzin (7.3:14) es una serie de patencias cuyos coefi- cuentes lienden a cero y la cual no es convergente en ninguno de tos puntos de la sircunferencia unidad. Del teorema de Fatou se deduce que todos los puntos de la circunferencia wamidad son singulares para la suma do la serio constroida. En efecto, en los puntos singulares ésta tendria que couverger. Sefialemos también que la serie do potencias eeg— arg -oryst— ys. apa! orgedt £7. COMPORT. DE LA SERIB DB POTENCIAS EN LA FRONTERA 379 donde cy, Gy, +. +. Mm, +. son los coeficientes do la sorie de Luzin, es con- vergente en el punto z= 4 (ya que lim a, = 0) y es divergente en (odos los 08. demss puntos de Ja circunforoncia unidad. En efecto, suponiondo que ésta fuese convergente on cierto punto {= 1, | ¢ | = 1, tendria quo ser convergente tam- bién La secio tg (18) ont? Spb... pan tth EO) ¥. por consigutente, la serio yesh? tore bende tee, © sea, la serie de Luzin seria convergente en el punto s = # de la circunterencia unidad, Jo cual es imposible,

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