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Antfona mariana

PA R RO Q U I A MADRE DEL REDENTOR

Oracin semanal
Madre del Redentor, Virgen fecunda, Puerta del Cielo siempre abierta, Estrella del mar: ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiracin de cielo y tierra engendraste a tu Santo Creador y permaneces siempre Virgen. Recibe el saludo del ngel Gabriel y ten piedad de nosotros, pecadores

Oh, Dios, que maniestas especialmente tu poder con el perdn y la misericordia, derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del Cielo.

Domingo XXVI-C

Lc 16,19-31: Dios ayuda

Sal 145 Alaba, alma ma, al Seor


El nombre Lzaro signica Dios ayuda o Dios ha ayudado. Si el pobre Lzaro, tras la muerte, alcanza la gloria eterna del Paraso, no es por ser pobre de dinero, sino por ser pobre de s mismo, es decir, por vivir mirando a Dios, que le ha ayudado, le ayuda y le ayudar.
Todos conocemos a pobres de dinero, de cultura, de capacidades sociales, que son, sin embargo, ricos de s mismos, que viven deseando codiciosamente las riquezas de sus vecinos ms favorecidos materialmente. Pobres de dinero, s, pero muy alejados de formar parte de las tan mencionadas familias humildes.
La humildad de una persona o de una familia no viene determinada por lo que tiene en el banco o lo que almacena en su mente, sino por el lugar que Dios ocupa en su corazn y en su vida.
Si el centro de la propia persona lo ocupa el YO Y SLO YO con o sin dinero en el banco la persona cometer el mismo error del rico de la parbola de Lucas: la indiferencia Dios y hacia los dems.
En cambio, el pobre Lzaro, que no pudo reclinar la cabeza en ninguna comodidad de este mundo, fue agraciado con la posibilidad de comprobar que, si hay algo que Dios no tiene es indiferencia hacia los humildes. Dios les ayuda, les ha ayudado y les ayudar.

l mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Seor liberta a los cautivos. El Seor abre los ojos al ciego, el Seor endereza a los que ya se doblan, el Seor ama a los justos, el Seor guarda a los peregrinos. Sustenta al hurfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Seor reina eternamente, tu Dios, Sin, de edad en edad.

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