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Luna Trist. La Habana, 1980.

Cuando miro la obra de Luna Trist, tengo la sensacin de estar sentada frente a ella, mirndola directamente a los ojos. Veo mujeres, personas annimas que tengo la sensacin de conocer, que me resultan tremendamente familiares. La fuerza de seduccin que poseen sus imgenes radica en la rotunda capacidad con la que se filtran en nuestra propia memoria, evocando sensaciones, trayndonos al aqu y ahora fragmentos de nosotros mismos. Sensaciones duales, lgubres y luminosas que se encuentran escondidas en nuestro interior. sta es la fisura, la violencia con la que nos hermanamos con su trabajo. El uso del blanco y negro contribuye al hecho nostlgico de su obra, con el fin de regurgitar un falso pasado. Metfora del anacronismo en el que vive su Cuba natal. Congelada en una poca que no le corresponde. Sus fotografas son la cartografa emocional de su propia existencia, disparos en los que apunta a mujeres que no conoce. Tomas en las que Luna recorre la escena en busca de sa identificacin con lo terrible, lo frgil, lo grotesco, lo que rechaza, lo que anhela y lo que ama. Instantes en los que trae a la luz, la profundidad de su propia historia.

Elena Gaztelumendi. 2013.

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