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La maldicin del Cerro de Plata

Poca plata de Potos, que tanta plata ha dado. El Cerro no quiere.

Durante ms de dos siglos, el cerro escuch gemir a los indios, los condenados de los socavones, le suplicaban que agotaran sus vetas. Y por fin el cerro maldijo la codicia.

Desde entonces, misteriosas caravanas de mulas llegaban en las noches, se metan en el cerro y se llevaban, a escondidas, los cargamentos de plata.

Nadie poda verlas, nadie poda atraparlas; y el cerro se fue vaciando noche a noche.

Cuando alguna mula se quebraba una pata, porque era mucho el peso del mineral, algn escarabajo amaneca cojeando penosamente en el camino

Eduardo Galeano

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