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Conflicto limítrofe actual entre la República

de Chile y la República del Perú.

Gabriel Bustamante Ojeda


Pedagogía en Historia y Geografía.
Conflicto Limítrofe Chile – Perú.

Consideraciones generales.

Chile y Perú por características históricas se encuentran entrelazados, por un


pasado en común y por un sentimiento de unión no solo en los territorios limítrofes
si no en todo Latinoamérica, lo cual pregonaban nombre insignes como Simon
Bolívar entre otros. Pues bien, todo esto se volvió utópico por cuanto cada país
busco su propio bien y el de su pueblo lo cual gatilla que la estabilidad latina este
en juego cada ves que uno u otro se sienta amenazado. Basta con hacer un
recorrido histórico dentro de la evolución política de los pueblos latinoamericanos
para dar cuenta del fenómeno que fundamente una enorme cadena de
enemistades entre países vecinos: argentina – chile en disputas por islas e islotes
en el canal Beagle en 1977, la guerra del chaco en 1932 entre Bolivia y paraguay,
la guerra del brasil, entre este país y argentina para la década de 1820,
recientemente en el año 2004 grupo de paramilitares colombianos usurparon
territorio venezolano creando gran inestabilidad en la zona y por lo demás la
guerra del pacifico que de una u otra forma afecto bastante a los países de la
región.
Los acontecimientos de estas características son una constante y la resolución de
estos se encamina bajo dos aspectos el primero de tipo diplomático y el segundo
con una respuesta armada, como la mayoría de los casos mencionados.

En el caso de chile y Perú las rencillas tienen una larga data el cual se puede
delimitar desde la época colonial, lo cual no es objetivo del tema por cuanto no se
profundizara en el, mas bien en la contingencia política de las relaciones
internacionales de estas dos republicas emergen diferendos en cuanto a la
delimitación marítima comprendida entre el paralelo que cruza el punto donde
termina la frontera terrestre entre Chile y el Perú y la línea bisectriz a las
perpendiculares a las costas chilenas y peruanas. Lo cual ha conllevado una serie
de reacciones de uno y otro lado, sosteniendo posiciones divergentes con
respecto al mismo tema. Los acontecimientos del ultimo tiempo dan cuenta de un
reclamo formal por parte del Perú al tribunal de la haya, sosteniendo su postura
oposición a los tratados internacionales firmados en antaño, postura que se
analizar y se contrapondrá con la chilena tratando de establecer las causas y
fundamento de las partes involucradas para dar un juicio objetivo y responsable
sobre la problemática regional, en base a tres supuestos peruanos que crean las
dificultades bilaterales:

1. La frontera terrestre se inicia en el Punto Concordia, no en el Hito n.º1.


2. La frontera marítima es una bisectriz, no un paralelo geográfico.
3. El triángulo exterior es parte del mar peruano, no aguas internacionales.
Argumentos de la postura peruana

Como ocurre en muchas oportunidades fueron estudiosos peruanos los


que comenzaron planteando la tesis de una línea equidistante entre las costas
pertenecientes a Chile y Perú, dejando de lado el paralelo geográfico. El primero
en presentar la tesis es José Miguel Bákula (embajador de Perú, jefe de la
delegación peruana a la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Derecho
del Mar (1973/1977). Eduardo Ferrero C., en su obra “El Nuevo Derecho del Mar:
El Perú y las 200 millas” (1979) sostiene que frente a la inexistencia de un tratado
especial para establecer los límites de la frontera marítima, ice: “…se ha
interpretado que dichos límites están fijados en función del paralelo geográfico; o
sea, muchos consideran que el paralelo de la frontera terrestre por el Norte es el
límite marítimo con el Ecuador y que el paralelo de la frontera terrestre por el Sur
es el límite marítimo con Chile”. Se deduce que se requiere un tratado especial.
Guillermo Fauna Geis (El Mar Peruano y sus Límites, 1977) expresa que “ni la
Declaración de Zona Marítima (1952) ni el Convenio sobre Zona Especial
Fronteriza Marítima (1954) constituyen un pacto, convenio o tratado sobre límites
marítimos entre los tres países…el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza
Marítima sólo puede pues ser considerado como el resultado de un
apresuramiento debido a las circunstancias, por lo que no se efectuó un detenido
estudio”.

En 1986 el canciller peruano Allan Wagner solicitó al canciller chileno que


recibiera a unos de sus asesores, José Miguel Bákula. Es en esta cita en que Perú
plantea oficialmente su posición: ausencia de un tratado sobre límites fronterizos
marítimos; necesidad de que se aplique una línea media entre la proyección de las
costas de ambos países; y que se negocie el tema. Hay que decir que Bákula en
su obra sobre 180 años de política exterior peruana, publicado en 2002, manifiesta
que solo “en fechas muy recientes” la cancillería de Perú vuelve a hacer presente
la tesis ante la cancillería chilena (bajo el gobierno de Fujimori nada se dijo) y dejó
constancia ante la División de Asuntos Oceánicos y de Derecho del Mar de la
ONU que Perú “no ha suscrito acuerdo, tratado o convenio alguno sobre
delimitación de su frontera marítima (nota de 12/12/2000).

En 1982 surge, bajo el auspicio de la ONU, una verdadera “constitución del


mar” llamada Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar
(CONVENMAR). Es en este tratado que fundamenta Perú su tesis limítrofe:

a) En los artículos número 15 y 74 se establecen los procedimientos de


delimitación del Mar territorial y Zona Económica Exclusiva entre Estados con
costas adyacentes o situadas frente a frente; se establece el sistema de línea
media o equidistante para el Mar territorial y para la Zona Económica Exclusiva se
efectuará de acuerdo a los Estados.

Perú ha dicho que el tratado de 1929 sólo estableció la frontera terrestre (“hasta el
mar”) y que las convenciones de 1952 y 1954 sólo son convenciones (no tratados)
que se refieren a materias pesqueras pero no a una delimitación de soberanía
marítima. Agregan que la Convención de 19542 fue firmada durante la Primera
Conferencia sobre Conservación y Explotación de las Riquezas Marítimas del
Pacífico Sur, en la que no se trataron cuestiones de orden fronterizo sino
pesquero.

Como datos adicionales podemos agregar:


a) De prosperar el reclamo peruano habría incidencia en la frontera norte, con
Ecuador, en Boca de Capones, en la costa de Guayaquil.

b) Aunque no sea materia de este breve resumen, es necesario decir que de


consolidarse la pretensión peruana no sería posible entregar un corredor con mar
útil a Bolivia.
c) En 2003 se creó la Zona Franca de Tacna y Perú desea proveer de aguas
propias a esa ciudad para el abastecimiento portuario. Algunos analistas sostienen
que la reactivación del pedido peruano se debe a esta necesidad para competir
fuertemente con Iquique. Otros analistas han dicho que Perú desea reactivar
económicamente la zona para establecer algún corredor comercial con Brasil para
que ese país –que ve como se desarrolla el comercio con Asia sin tener acceso al
Océano pacífico para llegar a un acuerdo con Brasilia.

Argumentos de la postura chilena

El tratado de 1929 fijó no sólo la frontera terrestre sino también la marítima.


En la época el límite marítimo sólo se podía determinar mediante un punto fijo en
la costa. En esos años los Estados estaban recién definiendo el concepto de mar
soberano. Además las partes establecieron que con ese tratado de resolvió total y
definitivamente la única cuestión pendiente derivada de la Guerra del Pacífico (la
situación de Tacna y Arica).

Las convenciones de 1952 y 1954 son claras al determinar un límite


marítimo. Sería ilógico que Perú reconociera a Chile simples derechos
económicos en su mar territorial. (Perú, según su constitución, afirma que su mar
territorial no alcanza las 12 millas sino las 200).

Varios actos administrativos peruanos reconociendo la frontera marítima.


Por ejemplo, el Derrotero de la Costa del Perú (años 1987 y 1995), publicación
oficial de la Marina del Perú, que señala el límite geográfico desde el cual la
Dirección General de Capitanías y Guardacostas ejercen competencia, es a partir
del paralelo 18º21’ Sur, coincidiendo con el paralelo geográfico.
La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVENMAR)
reconoce con sus disposiciones no son aplicables en caso de acuerdos
preexistentes o de derechos históricos.
La CONVENMAR no ha sido suscrita por Perú por lo que no puede invocarla.

La jurisprudencia (las sentencias) dictadas antes de la época estimaban


que no se debía fijar el límite marítimo siguiendo la línea fronteriza a menos que
llegara en ángulo recto a la costa. Así se resolvieron casos entre Estados Unidos y
Canadá; Noruega y Finlandia; Albania y Yugoslavia.
La demarcación de la Comisión Mixta de 1969 que colocó en el Hito 1 los faros de
enfilación, claro acto de reconocimiento de la frontera marítima. Se erigieron dos
faros, uno chileno y otro peruano, de indicaban a los navegantes que cuando las
torres estaban enfiladas o alineadas, ya sea con luz nocturna o diurna, estaban
cruzando el límite marítimo. Cabe señalar que el faro peruano fue parcialmente
destruido por el terremoto de 2001, demolido y hasta ahora no reconstruido por
Perú.

El Convenio para la Protección del medio Marino y la Zona Costera del


Pacífico Sudeste y el Acuerdo sobre la Cooperación Regional sobre el Combate a
la Contaminación del Pacífico Sudeste por Hidrocarburos u otras Sustancias
nocivas en Caso de Emergencia, de 12 de noviembre de 1982. Fue firmado por
Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Panamá y se señala que para aplicar el tratado
“cada Estado definirá su zona costera”. Perú no planteó ninguna cuestión
pendiente a Chile.

En el derecho Internacional son importantes los derechos históricos y los


actos de las partes. Perú ha reconocido mediante actos y omisiones (más de 180
barcos pesqueros al año son apresados por Chile por pescar en aguas nacionales
chilenas, cobrándoseles multas) sin reclamos peruanos. La reivindicación peruana
es muy reciente, contrariando sus propios actos.

Consideraciones generales

Los acontecimientos
actuales nos arrojan como
resultado de los
planteamientos de Perú y
de chile, una disociación en
temas limítrofes en este
caso, marítimos, no
obstante y mediante una
proyección visual de la
demanda peruana
analizares la postura de
ambas partes. El límite
actual demarca y proyecta
el conflicto entre estas dos
naciones y en base a la
Resolución Suprema N° 23 de
1955 del gobierno de Manuel Odría expresa que "la indicada zona está limitada en
el mar por una línea paralela a la costa peruana y a una distancia constante de
ésta, de 200 millas náuticas. De conformidad con el inciso IV de la Declaración de
Santiago, dicha línea no podrá sobrepasar a la del paralelo correspondiente al
punto en que llega al mar la frontera del Perú". Los derechos históricos sobre
territorio marítimo a llevado a chile a ejercer soberanía por mas de 50 años,
impidiendo el paso de buques peruanos, entre otras cosas para la protección de
los recursos marítimos lo cual se refleja en los tratados de 1952 y 1954 y
amparado en La Convención de Derecho del Mar, órgano regulador de este tema
el cual fue aprobado el 10 de diciembre de 1982, indica que los acuerdos previos
vigentes entre los Estados y, además, la existencia de derechos históricos, priman
por sobre el establecimiento de la línea media contemplada por la misma
convención.

En el otro lado de la moneda la posición peruana indica una serie de argumentos


los cuales fueron presentados ante el tribunal de la haya en relación a una postura
diferente a la chile en cuanto a los limites y una interpretación distinta de los
tratados efectuados. Esta
postura señala el cambio de
la línea paralela al hito nº 1
por una línea equidistante
como vemos en la
proyección, arrojando una
territorio de 38.000 km2, en
disputa, siendo este rico en
recursos. Uno de los
principales argumentos
peruanos es el hecho de
que los tratados de 1952 y
1954 son solo acuerdos
para fijar la actividad pesque
en la zona fronteriza, por lo
cual el presidente Alan garcía se encuentra tranquilo en espera de un
reivindicación histórica del Perú ante la respuesta del tribunal de la haya.
Lógicamente y dentro de algunos aspectos que son inherentes a la política de
cualquier país, las declaraciones de entes o personajes ciertamente con mayor
efervescencia y con un grado de populismo importante realizan declaraciones que
solo ayudan a crear un grado de tensión aún mayor entre los vecinos países y si a
esto se le suma el claro sentimiento de inferioridad y de sometimiento del pueblo
peruano para con el chileno completan el puzzle del descontento peruano.

En la otra orilla el sentimiento de pertenencia y de soberanía son una constante


transversal a el lado político en el que se encuentre, tanto oposición como
concertación aúnan criterios en cuanto a la importancia y primacía de los derechos
históricos de chile sobre esta fracción o porción de territorio marítimo. En este
sentido desde la casa de la moneda el discurso es claro y enfático, chile no tiene
cuestiones pendientes en materia de delimitación marítima con Perú, contando
con los argumentos necesarios para estar tranquilos y el trabajo en este tema no
se ha hecho esperar en función de contra argumentar la tesis peruana. El
desenlace de este tema se espera que dure largos años, en donde el tribunal de la
haya tendrá que tomar una decisión conforme a los argumentos de ambas partes.

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