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SALDVIE I 2001-2002 pp. 45-126 CANTOS PINTADOS NEOLITICOS DE LA CUEVA DE CHAVES (BASTARAS, HUESCA) PILAR UTRILLA VICENTE BALDELLOU RESUMEN: Se estudian una treintena de cantos pintados procedentes de los niveles neoliticos de la cueva de Chaves con motivos geométricos 0 figurativos. Los temas complejos (antropomorfos, cruces, haces de lineas convergentes) se concentraban sobre tna superficie pavimentada con cenizas abundantes, aunque habia otros temas (series verticales) que estaban asociados a dos cubetas abiertas en el nivel con cermica cardial, la aparicion del tema del orante con brazos levantados recuerda el mundo cardial de Cova del Oryy el arte parietal de Petracos. Otros temas (cruces antropomorfas o en “phi”, figura de cabe- za triangular) recuerdan temas del arte esquematico, para el que proponemos una cronologia neolitica en Aragon. PALABRAS CLAVE: Cantos pintados, Neolitico Cardial, Arte esquemético ABSTRACT: We present here some thirty painted blocks found in the Neolithic level of Chaves cave that show geometric and figurative decoration. Complex themes (anthropomorphic figures, crosses, groups of convergent lines) were concentrated over a paved surface, which presented a great quantity of ashes. There were other blocks (the ones with the vertical lines) that were associated with two pits opened in the cardial pottery level. The existence of a praying figure in a block remembers the cardial world of Cova de 1’Or and the parietal art of Petracos. Other themes (anthropomorphic crosses in « phi », triangular-hea- ded figure) are similar to those of schematic art, for which a Neolithic chronology is proposed in Aragon. KEY-WORDS: Painted pebbles, Cardial Neolithic, Schematic Art. Introduceién Creemos conveniente empezar a publicar la ingente informacién que la cueva proporciona Los dos autores hemos dedicado una buena —_ya que, de esperar a reunir todos los datos de los parte de nuestra vida a trabajar en la cueva de diferentes especialistas, pasarin demasiados Chaves, tras los primeros trabajos de Baldellou afios con el riesgo de que, al fin, tengamos una en 1975 y la reamudacién de las excavaciones _publicacién que nace obsoleta. No obstante, pro- por parte de ambos a partir de 1984, con diez — metemos una sintesis final, un mimero mono- campaiias de excavacién s6lo interrumpidas gréfico de la revista Bolskan, donde se relate entre los aflos 1993 y 1997. A uno de nosotros —_una historia de la ocupacion prehistorica de la (V. Baldellou) le quedan muchos afios mas de —_cueva que aiine toda Ja informacién que iremos trabajo de campo ya que los niveles neoliticos —_publicando en sucesivos nimeros de la revista del yacimiento parecen inagotables, El campa- —_Salduie, Ana Cava puso el listén muy alto en su mento magdaleniense, en cambio, parece ya magnifico articulo sobre la industria litica del totalmente delimitado, por lo que P. Uttilla se Neolitico de Chaves publicado en el mimero 1 entra ahora en el trabajo de Laboratorio, a la Queremos continuar en este nimero 2 con el es- espera de que procedimientos de ingenieria me- _tudio de los cantos pintados que creemos apor- cénica 0 explosivos permitan despejar la super- arn datos interesantes de una cultura material ficie de los grandes bloques de muchas tone- apenas conocida en el Neolitico. La conti- Tadas que ocupan el inmenso vestibulo. nuacién de la serie de Chaves, en el nimero 3 de 6 Salduie, vendré de la mano de Pedro Castatios, quien esta ultimando el estudio de los 11.400 restos de fauna reconocible que han entregado los niveles neoliticos. Se trata, con mucho, de la coleccién mas importante de ta Peninsula Ibé- rica durante el Neolitico. Otros articulos de detalle irin apareciendo simultineamente en la revista Bolskan (por ejemplo, el estudio de Oryciolagus realizado pot Nieves Lépez y Bronislaw Woloszyn) continuan- do asi la tradicién que comenz6 en su nimero 1 con el avance de la campaita de 1975 y las colec- ciones particulares y continud en nimeros suce- sivos con estudios de mineralogfa de las cera cas (Gallart y Lopez Aguayo en el n° 5), un brazalete de hueso decorado (Baldetlou y Ro- danés en el n° 6), los macromamiferos de los niveles paleoliticos (Castafios en el n° 10) 0 las, pinturas rupestres del barranco de Solencio (Bal- dellou, Painaud y Ayuso en el n? 14), Una apro- ximacién estadistica de las caracteristicas morfo- logicas y técnicas de las ceramicas de Chaves, comparadas a las de la cueva del Moro de Olvena y a otros yacimientos neoliticos aragoneses, apa- rece en él estudio monogrifico de esta ultima cavidad (Baldellou y Ramén, en el n® 12), I- La cueva de Chaves La cueva en su entorno La cueva de Chaves se localiza en el peque- fio pueblo de Bastards (agrupado en el munici- pio de Casbas), en la provincia de Huesca, den- tro de un coto de caza privado y vallado al pie del pico de Guara, a unos 15 minutos de marcha hacia al este, ya cerca de la localidad de Santa Cilia. La Sierra de Guara, en cuya vertiente Sur se abre la cueva, forma parte de las Sierras Ex- teriores del Prepirineo oscense, teniendo su cota mas alta en el pico de Guara, de 2077 m., a es- paldas de nuestro yacimiento. Dista de la Cor- dillera Pirenaica 60 Km., estando separada de las Sierras Interiores por una Depresién Media, surcada por el rio Guarga. La cueva esté abierta en la vertiente Sur de la Sierra, a resguardo det cierzo, lo que seri un factor decisivo en la determinacién del clima, Los encajados cafiones del Prepirineo se verin parcialmente liberados de este viento frio y se- co. Existirfa asi una especie de microclima, que, segiin datos actuales del observatorio de Bolta- fia, entrega unas precipitaciones anuales de 229 mm, en invieno y 312 mm, en otofio, no exis PILAR UTRILLA - VICENTE 46 tiendo grandes diferencias entre las estaciones: 278 mm. en primavera y 236 en verano. Si toma- ‘mos como referencia el régimen pluviométrico del observatorio de Monflorite, en Huesca, las precipitaciones son todavia menores: el maximo se registra en primavera (173mm.) y el minimo en invierno (104 mm.) Segin Ia distribucion morfoclimatica realizada por Rodriguez Vidal (1986) para las Sierras Exteriores Oscenses la cueva se sittia en una zona con clima Templado y Hiimedo durante 3 meses al afio y Semiérido el resto. Hoy domina la zona cerealista del Aba- diado, donde se localizan Casbas y Panzano, un rea rica en otros cultivos mediterréneos como olivos y almendros, Su inmensa entrada se orienta hacia Levante dentro. del barranco de Solencio, uno de los, miltiples cafiones 0 gargantas con los que se ve hendida la Sierra de Guara y que configuran su paisaje més espectacular. El paraje es muy fre- cuentado por los barranquistas que descienden el Formiga, aunque el acceso a ta cueva esté res- tringido por hallarse dentro de una propiedad privada, La boca de Chaves, abierta en el conglome- rado, tiene 60 m, de ancho, con una altura irre gular que oscila entre los 30 en la entrada y 2m. en Ia zona més profunda, descendiendo a medi- da que se penetra hacia el interior. (Lam. 1). La longitud de su recorrido alcanza los 225 m, de los cuales los 110 m. primeros contienen yaci miento arqueolégico. En la Fig. | ofrecemos una planta de su desarrollo efectuada por Rafael Larma, El espacio habitable podria aleanzar los, 3000 m* (60 x 50 m.), distando 10 m, del ba- rranco situado al pie de la cueva y de donde podria proveerse de agua, a pesar de que el inte- rior son frecuentes los gourgs producidos por el incesante goteo de las paredes de la cueva y que poseen agua durante todo el afio . Existe incluso un Techo fluvial fésil que almacena un pequefio caudal de agua procedente de las filtraciones Sus caracteristicas como lugar de habitat son excelentes: es amplia, soleada y bastante seca. Se halla bien iluminada por el sol en sus prime- ros 50 m., bajando drasticamente las temperatu- ras a medida que profundizamos en su interior, Las cifras de temperatura y humedad que obtu- vimos el 15 de Julio de 1986 a las 10,15 horas (8,15 hora solar) en un afio con muy pocas pre- cipitaciones fueron las siguientes: CANTOS PINTADOS NEOLITICOS DE LA CUEVA DE CHAVES (BASTARAS, HUESCA) Zona sigla_| Exterior total Situacién Cata (interior) | Cata (exterior) | Zona criba | Temperatura | 16, 2° | 15, 2° | 23, 9° 24,7 | Humeded | 63,5% 74, 6% 16% | 51.8% 53% | La altura de fa cueva sobre el nivel del mar (663 m.) es muy adecuada para un tipo de explo- tacién mixto de tipo valle/montafa, ya que se encuentra en la cara sur de la Sierra pero muy préxima a la zona Ilana del Somontano. Encla~ vada en las Sierras Exteriores, en un paisaje muy abrupto, constituye un habitat excelente para la cabra (el animal mas cazado de Chaves junto al tradicional conejo del clima mediterréneo), aun- que los bosques préximos permiten la presencia de ciervos, presentes también en los niveles pale- oliticos. Ambos siguen viviendo hoy en el interior del coto, junto a carzos, gamos y jabalies. Chaves en las publicaciones La cueva es conocida desde antiguo debido a las grandes dimensiones de su portico, apare- ciendo ya citada en el Madoz de 1846 y con refe- rencias en varias publicaciones de viajeros, como Soler y Arqués (1878) y pireneistas, como Tissandier (1890). La noticia de su yacimiento prehistérico fue dada a conocer por Lucien Briet en 1909 y desde entonces han sido varias las ca- tas practicadas en su interior, siendo algunas de ellas publicadas en revistas de espeleologia cata- Janas, como la de Juan Abad (1970) en la revista Mediterrania, quien hace alusién a una publica- cién anterior de 1968 en el n° 10 de la revista Cavernas de Badalona. Toda la discusién se cen- traba en saber si las cuevas de Chaves y Solencio estaban intercomunicadas, aunque se menciona la realizacién de catas arqueolégicas (no autori- zadas) y se describen algunos materiales halla- dos durante la actuacién de 1969 (fundamental- mente hachas pulimentadas, cerémicas con cordones digitados y alguna impresa). La publi- cacién de Rivera y Vifias de 1971 en la revista Espelelosie de Barcelona, da noticia de un taller litico. Es sin embargo el Grupo de Investigacién Espeleolégica (G.L.E.) de Peita Guara quien ex- ploré las posibilidades reales del yacimiento pu- blicando en 1973 un estudio monogréfico sobre la cueva de Chaves en el n® 3 de su Boletin. A comienzos de los afios setenta Ignacio Ba- randiardn y algunos alumnos de la Universidad de Zaragoza visitaron la cueva acompaiiados por Rosa Donoso, entonces directora del Museo de a Huesca y de Adolfo Castén, miembro del Grupo de Pefia Guara que habia realizado la primera documentacién de restos arqueolégicos, pero s6lo se limitaron a la recogida de materiales su- perficiales que més tarde fueron depositados en el Museo. La primera excavacién sistemitica del yaci- miento prehistorico fue realizada en 1975 por el nuevo director del Museo Arqueolégico de Huesca, Vicente Baldellou, quien dio a conocer los niveles neoliticos cardiales del yacimiento en el XIV Congreso Arqueolégico Nacional ce- lebrado en Vitoria, con referencias posteriores en libros de divulgacién como “Alto Aragén, su historia, cultura y arte” (Baldellou 1976) o el Neolitico Altoaragonés, en Ia Primera Reunién de Prehistoria Aragonesa celebrada en Huesca (Baldellou, 1981). A nivel internacional la cueva de Chaves aparece referida en el Coloquio de Montpellier de 1981 en un articulo de Baldetlou (1982) sobre el neolitico de la cerémica impresa en el Alto Aragon. En 1983 vio la luz en Huesca el n° 1 de la revista Bolskan, que recogié un avance de las primeras excavaciones (Baldellou y Castén) con estudio de detalle de los materiales de la Edad del Bronce (LL. Maya), neoliticos (V. Balde- ow), industria Iitica (A. Cava) y fauna (P. Casta- fios), siendo reeditado en 1985. Toda la biblio- grafia citada acerca de las primeras noticias puede verse en esta publicacién. Es en esta sin- tesis donde aparecen citados por vez primera los, cantos “con ocre”, aunque no se reproduice nin guno de ellos. En el recuento por niveles sor- prende que 6 de ellos pertenezcan al nivel I (atri- buido a la Edad del Bronce); 5 al nivel Ta (Neolitico Antiguo més reciente) y slo 3 al nivel IIb (Neolftico Antiguo cardial) (Baldellou 1983:36). De cualquier modo, el nivel I contie- ne en su depésito abundantes materiales proce- dentes de los niveles neoliticos que le subyacen, tal como puede verse en la publicacién de J.L. Maya que reproduce varias cerdmicas impresas. En 1984, Baldellou reemprendié las excava- ciones, a las que asocié a Pilar Utrilla, con el fin, de buscar los niveles paleoliticos que denotaba

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